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Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
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Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
El ataque de Gaoiumon acabó con prácticamente todo el ejército que corría hacia la cueva, mientras que Plutomon seguía reteniendo a Beelkomon con una sola mano. La motera manoteaba, pero a pesar de ello, y de que su ejercito había desaparecido, Plutomon no parecía contrariado... Más bien lo contrario.
- ¡Jajajajajajajaja! ¡Humanos idiotas! ¡No podréis evitar que vuestra líder caíga!
Al instante, del portal volvió a surgir un generoso pelotón de digimons que, a las órdenes de su señor, corrieron para enfrentarse a sus adversarios. El tiempo corría en contra del grupo de Zayyn, puesto que, las fuerzas de Plutomon que revivían sin parar se iban acercando poco a poco a la cueva... Y en cambio ellos, tenían fuerzas limitadas.
- ¡Kalii!-Rukriel salió volando para salvar a su compañera, pero antes de llegar, Plutomon ya le había visto. Con un rápido movimiento, le lanzó con fuerza a su propia compañera, haciendo así que ambos se estamparan y acabaran en el suelo, una tosiendo y el otro maldiciendo a aquel caballero de oscura armadura.
_________________________________________________________________
OFF: Digimons restantes:
* Plutomon: 1
* Cerberusmon Jinrou Mode: 10
* Cerberusmon: 10
* Dovermons: 10
Posts restantes hasta que lleguen a la cueva: 1 post de nuevo, gracias a Gaioumon.
__________________________________________________________________
- ¡Eh, vaquero! Deja de babear por la señorita.
- Sólo pretendía ser amable, señor pirómano.
- ¡¿Cómo me has llamado?! ¡El incendio de Roma no fue cosa mía! ¡Fueron esos malditos cristianos!
- ¡Callaos de una maldita vez, hurracas!-exclamó Leónidas, acercándose a mí, mientras yo presenciaba, atónita, aquel circo-. Dime, mujer de rojos cabellos... ¿Por qué estas aquí, esperando aque la Muerte te conceda una entrevista?
Parpadeé repetidamente, saliendo del trance en el que me había visto metida mientras alucinaba con aquellos personajes. Sacudí la cabeza con insistencia, obligándome a centrarme en lo que era mi cometido en ese lugar.
- Yo... Vine a convertirme en la próxima muerte. Necesito ese poder.
- ¡Wow! ¡La próxima muerte! ¡No estaría mal serlo, la verdad!-exclamó Billy, sorprendido, mientras se cruzaba de brazos por detrás de la cabeza-. Nosotros tenemos algunos objetivos diferentes.
- ¿Como cuales?-se me escapó. Vale, sí, me daba bastante curiosidad qué hacía ese peculiar grupo esperando a que la Muerte les concediera una cita.
- Pueeees...-Billy empezó a hablar, pero fue interrumpido por el resto.
- Yo quiero... jijiji... Es secreto-dijo Ghandi, con una sonrisita.
- Yo llevo esperando décadas para que la Muerte me conceda el honor de revivir y de reunir un ejército para acabar con los persas de una vez.
Fruncí el ceño.
- Los persas ya ganaron.
- ¡¿QUÉ?!-Leónidas soltó un rugido del enfado, lo que hizo que yo retrocediera un paso por si acaso.
- Idiota, ya te lo dije cuando llegué... Es que no me escuchas.
- ¡¿A quién llamas idiota, estúpido?!
A partir de ese mismo momento, todo fue un caos. Leónidas y Nerón comenzaron a discutir a grito pelado entre ellos, Billy the Kid sacó sus pistolas y comenzó a disparar al techo con intenciones que sólo él sabía, y el velocirraptor comenzó a rigor y a mover su cola de manera furiosa, mientras arañaba con sus garras la enorme puerta de piedra negra que se encontraba cerrada frente a él.
- Madre... Están todos locos...
- Bueno...-la voz de Ghandi a mi lado me hizo mirarle con cierta sorpresa-. Tú también lo estarías, si llevaras más de tres mil años esperando...
En el mismo instante en el que lo dije, me quedé estática, mirando fijamente al hombre de ropajes indios, como si buscara alguna prueba de que me estaba tomando el pelo, pero ese señor estaba serio, no poseía esa sonrisita que había mostrado anteriormente... Por eso mismo, leí la verdad en sus ojos.
- No...-negué con la cabeza, mientras un sudor frío me recorría la espalda. ¡No podía quedarme allí esperando, no podía esperar tres mil años a que la muerte decidiera abrir sus puertas para reunirse con cada uno de nosotros! ¡Kenshi y mi hijo me esperaban!-. ¡NO!
Fue tal mi grito, que todos los allí presentes enmudecieron al escucharme. Sin dar tiempo a que reaccionaran, me abrí paso furiosamente entre ellos a empujones, hasta llegar a la gran puerta. Escuché como a mi espalda todos se quejaban, incluído el velocirraptor, pero tampoco tenía tiempo para pararme a discutir... ¡No podía!
- ¡No puedo quedarme aquí una eternidad!-golpeé con todas mis fuerzas la enorme puerta-. ¡Abrela, joder! ¡Abrela o te juro que yo misma la echaré abajo!-con un gruñido, comencé a golpear la puerta con mi porpio cuerpo, como si yo misma fuera un ariete. Varios golpes dí, uno tras otro, pues no iba a detenerme ni un segundo. No obstante, la puerta no parecía ceder... al principio.
Hasta que, de repente, la susodicha soltó una especie de rugido lastimero, antes de comenzar a abrirse lentamente con un ensordecedor sonido.
- ¿Cómo... Cómo lo ha hecho? Esa puerta jamás se ha abierto...-escuché decir a Nerón a mi espalda.
Poco a poco el interior de aquella sala se fue viendo, aunque lo cierto era que poco podia percibirse en su interior, pues estaba en la más absoluta oscuridad. Por unos segundos me quedé estática, sin saber qué hacer, hasta que finalmente, una voz procedente de alguna parte rompió el silencio que se había adueñado entre nosotros.
Pude sentir cómo un escalofrío recorría todo mi cuerpo al escuchar la voz, una voz muerta, conformada por todas las almas llevadas al otro lado hablando al unísono. Por primera vez en mi vida, tuve un miedo aterrador, un miedo que casi me hace dar media vuelta y marcharme de allí, de abandonar aquel lugar, de alejarme lo más posble de esa eterna presencia que ahora había clavado sus ojos en mí.
Continué quieta como una estatua, incapaz de dar un paso adelante, hasta que, entonces, sentí un roza en una de mis manos, un roce cálido y cariñoso que me hizo bajar la mirada para encontrarme a la pelotita de luz... Eso fue suficiente para recordar el motivo por el que me encontraba allí... El deseo de formar una familia junto con Kenshi y nuestro hijo... El deseo de crear un mundo seguro para ellos... Era aún más fuerte que cualquier miedo que pudiera sobrecogerme.
Mis ojos miraron al frente, habiendo perdido toda duda y todo temor, para encontrarse llenos de determinación y seguridad. Mis dedos acariciaron a la pelotita, que después de notar mi cambio, se colocó sobre mi cabeza. Inspiré hondo, y comencé a caminar hacia el interior, notando como las puertas negras, se cerraban detrás de mí con un ultimo golpe.
- ...-estaba todo completamente a oscuras, no podía ver nada de nada, ni una silueta ni un mueble... Nada.
Me detuve bruscamente, alertada por la voz, que por tercera vez, hizo que un escalofrío me recorriera. Aunque, a diferencia de las otras dos, no sentía miedo, solo sentía tensión y recelo. Pero continuaba determinada por mis motivaciones.
- Sería incluso más fácil, si supiera dónde estoy, o a dónde tengo que ir...-murmuré, tratando de sonar segura y, cómo no, desafiante. La voz tardó en responder, pero cuando lo hizo, una siniestra risa suave recorrió el lugar.
De repente, la oscuridad se disipó, cuando dos filas de antorchas colgadas en columnas se iluminaron a mis lados. Di una vuelta sobre mí misma, sorprendida, para mirar a mi alrededor y observar el lugar, el cual parecía una simple sala, con muchas columnatas dispuestas en fila, a los lados de un pasillo que iba directamente hacia un trono hecho de huesos. Y en dicho trono, una figura ataviada con una oscura capa, una larga guadaña, y una calavera a modo de cara, me observaba fijamente, casi me atrevería a decir que con curiosidad.
- Bienvenida, Zayyn... Bienvenida a mi hogar...-murmuró la Primera Muerte, moviendo su mandibula de hueso lentamente y levantándose de su asiento-. Es un placer conocer a mi nueva aprendiza...
_______________________________________________________
En el interior de la cueva, el cuerpo de la pelirroja, posado sobre la plataforma, se elevó en el aire unos diez centímetros, al mismo tiempo que sus rasgos faciales iban cambiando de la más lisa juventud, hasta la más arrugada vejez... Y sus cabellos iban cambiando del rojo al blanco al mismo tiempo...
Parecía que el cambio ya estaba en marcha.
- ¡Jajajajajajajaja! ¡Humanos idiotas! ¡No podréis evitar que vuestra líder caíga!
Al instante, del portal volvió a surgir un generoso pelotón de digimons que, a las órdenes de su señor, corrieron para enfrentarse a sus adversarios. El tiempo corría en contra del grupo de Zayyn, puesto que, las fuerzas de Plutomon que revivían sin parar se iban acercando poco a poco a la cueva... Y en cambio ellos, tenían fuerzas limitadas.
- ¡Kalii!-Rukriel salió volando para salvar a su compañera, pero antes de llegar, Plutomon ya le había visto. Con un rápido movimiento, le lanzó con fuerza a su propia compañera, haciendo así que ambos se estamparan y acabaran en el suelo, una tosiendo y el otro maldiciendo a aquel caballero de oscura armadura.
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OFF: Digimons restantes:
* Plutomon: 1
* Cerberusmon Jinrou Mode: 10
* Cerberusmon: 10
* Dovermons: 10
Posts restantes hasta que lleguen a la cueva: 1 post de nuevo, gracias a Gaioumon.
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- ¡Eh, vaquero! Deja de babear por la señorita.
- Sólo pretendía ser amable, señor pirómano.
- ¡¿Cómo me has llamado?! ¡El incendio de Roma no fue cosa mía! ¡Fueron esos malditos cristianos!
- ¡Callaos de una maldita vez, hurracas!-exclamó Leónidas, acercándose a mí, mientras yo presenciaba, atónita, aquel circo-. Dime, mujer de rojos cabellos... ¿Por qué estas aquí, esperando aque la Muerte te conceda una entrevista?
Parpadeé repetidamente, saliendo del trance en el que me había visto metida mientras alucinaba con aquellos personajes. Sacudí la cabeza con insistencia, obligándome a centrarme en lo que era mi cometido en ese lugar.
- Yo... Vine a convertirme en la próxima muerte. Necesito ese poder.
- ¡Wow! ¡La próxima muerte! ¡No estaría mal serlo, la verdad!-exclamó Billy, sorprendido, mientras se cruzaba de brazos por detrás de la cabeza-. Nosotros tenemos algunos objetivos diferentes.
- ¿Como cuales?-se me escapó. Vale, sí, me daba bastante curiosidad qué hacía ese peculiar grupo esperando a que la Muerte les concediera una cita.
- Pueeees...-Billy empezó a hablar, pero fue interrumpido por el resto.
- Yo quiero... jijiji... Es secreto-dijo Ghandi, con una sonrisita.
- Yo llevo esperando décadas para que la Muerte me conceda el honor de revivir y de reunir un ejército para acabar con los persas de una vez.
Fruncí el ceño.
- Los persas ya ganaron.
- ¡¿QUÉ?!-Leónidas soltó un rugido del enfado, lo que hizo que yo retrocediera un paso por si acaso.
- Idiota, ya te lo dije cuando llegué... Es que no me escuchas.
- ¡¿A quién llamas idiota, estúpido?!
A partir de ese mismo momento, todo fue un caos. Leónidas y Nerón comenzaron a discutir a grito pelado entre ellos, Billy the Kid sacó sus pistolas y comenzó a disparar al techo con intenciones que sólo él sabía, y el velocirraptor comenzó a rigor y a mover su cola de manera furiosa, mientras arañaba con sus garras la enorme puerta de piedra negra que se encontraba cerrada frente a él.
- Madre... Están todos locos...
- Bueno...-la voz de Ghandi a mi lado me hizo mirarle con cierta sorpresa-. Tú también lo estarías, si llevaras más de tres mil años esperando...
En el mismo instante en el que lo dije, me quedé estática, mirando fijamente al hombre de ropajes indios, como si buscara alguna prueba de que me estaba tomando el pelo, pero ese señor estaba serio, no poseía esa sonrisita que había mostrado anteriormente... Por eso mismo, leí la verdad en sus ojos.
- No...-negué con la cabeza, mientras un sudor frío me recorría la espalda. ¡No podía quedarme allí esperando, no podía esperar tres mil años a que la muerte decidiera abrir sus puertas para reunirse con cada uno de nosotros! ¡Kenshi y mi hijo me esperaban!-. ¡NO!
Fue tal mi grito, que todos los allí presentes enmudecieron al escucharme. Sin dar tiempo a que reaccionaran, me abrí paso furiosamente entre ellos a empujones, hasta llegar a la gran puerta. Escuché como a mi espalda todos se quejaban, incluído el velocirraptor, pero tampoco tenía tiempo para pararme a discutir... ¡No podía!
- ¡No puedo quedarme aquí una eternidad!-golpeé con todas mis fuerzas la enorme puerta-. ¡Abrela, joder! ¡Abrela o te juro que yo misma la echaré abajo!-con un gruñido, comencé a golpear la puerta con mi porpio cuerpo, como si yo misma fuera un ariete. Varios golpes dí, uno tras otro, pues no iba a detenerme ni un segundo. No obstante, la puerta no parecía ceder... al principio.
Hasta que, de repente, la susodicha soltó una especie de rugido lastimero, antes de comenzar a abrirse lentamente con un ensordecedor sonido.
- ¿Cómo... Cómo lo ha hecho? Esa puerta jamás se ha abierto...-escuché decir a Nerón a mi espalda.
Poco a poco el interior de aquella sala se fue viendo, aunque lo cierto era que poco podia percibirse en su interior, pues estaba en la más absoluta oscuridad. Por unos segundos me quedé estática, sin saber qué hacer, hasta que finalmente, una voz procedente de alguna parte rompió el silencio que se había adueñado entre nosotros.
<< Zayyn... Deirdre... Scarlet...>>
Pude sentir cómo un escalofrío recorría todo mi cuerpo al escuchar la voz, una voz muerta, conformada por todas las almas llevadas al otro lado hablando al unísono. Por primera vez en mi vida, tuve un miedo aterrador, un miedo que casi me hace dar media vuelta y marcharme de allí, de abandonar aquel lugar, de alejarme lo más posble de esa eterna presencia que ahora había clavado sus ojos en mí.
<< Te reclamo... Como canditdata a la Novena Sucesión... >>
Continué quieta como una estatua, incapaz de dar un paso adelante, hasta que, entonces, sentí un roza en una de mis manos, un roce cálido y cariñoso que me hizo bajar la mirada para encontrarme a la pelotita de luz... Eso fue suficiente para recordar el motivo por el que me encontraba allí... El deseo de formar una familia junto con Kenshi y nuestro hijo... El deseo de crear un mundo seguro para ellos... Era aún más fuerte que cualquier miedo que pudiera sobrecogerme.
Mis ojos miraron al frente, habiendo perdido toda duda y todo temor, para encontrarse llenos de determinación y seguridad. Mis dedos acariciaron a la pelotita, que después de notar mi cambio, se colocó sobre mi cabeza. Inspiré hondo, y comencé a caminar hacia el interior, notando como las puertas negras, se cerraban detrás de mí con un ultimo golpe.
- ...-estaba todo completamente a oscuras, no podía ver nada de nada, ni una silueta ni un mueble... Nada.
<< ¿Qué te ocurre, mortal? ¿No sabes a dónde ir? >>
Me detuve bruscamente, alertada por la voz, que por tercera vez, hizo que un escalofrío me recorriera. Aunque, a diferencia de las otras dos, no sentía miedo, solo sentía tensión y recelo. Pero continuaba determinada por mis motivaciones.
- Sería incluso más fácil, si supiera dónde estoy, o a dónde tengo que ir...-murmuré, tratando de sonar segura y, cómo no, desafiante. La voz tardó en responder, pero cuando lo hizo, una siniestra risa suave recorrió el lugar.
<< Cierto... Olvidaba que a los mortales os da miedo lo desconocido... >>
De repente, la oscuridad se disipó, cuando dos filas de antorchas colgadas en columnas se iluminaron a mis lados. Di una vuelta sobre mí misma, sorprendida, para mirar a mi alrededor y observar el lugar, el cual parecía una simple sala, con muchas columnatas dispuestas en fila, a los lados de un pasillo que iba directamente hacia un trono hecho de huesos. Y en dicho trono, una figura ataviada con una oscura capa, una larga guadaña, y una calavera a modo de cara, me observaba fijamente, casi me atrevería a decir que con curiosidad.
- Bienvenida, Zayyn... Bienvenida a mi hogar...-murmuró la Primera Muerte, moviendo su mandibula de hueso lentamente y levantándose de su asiento-. Es un placer conocer a mi nueva aprendiza...
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En el interior de la cueva, el cuerpo de la pelirroja, posado sobre la plataforma, se elevó en el aire unos diez centímetros, al mismo tiempo que sus rasgos faciales iban cambiando de la más lisa juventud, hasta la más arrugada vejez... Y sus cabellos iban cambiando del rojo al blanco al mismo tiempo...
Parecía que el cambio ya estaba en marcha.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Krauxmon refunfuño internamente maldiciendo los estúpidos soldados que se avecinaban más y más como si los estuvieran clonándolos cada segundo perfectamente vinculado con los planes del líder que de seguro es quien se permaneció como una estatua en los cielos sin mover ni un dedo y musculo; Plutomon ¿A que lleva esta criatura digital con esta guerra y porque estuvo quieto toda la bendita guerra? Zerker pensó que el ser de corazón oscuro estuviera disfrutando toda la batalla como un juego de niños para él mientras que para los que defienden a la futura novena muerte; un feroz combate lleno. Zerker abrió los ojos impactado ¿Que habrá pasado con Zayyn? Durante el combate había perdido la noción del tiempo lo cual era sumamente difícil calcular cuanto tiempo ha pasado cuando combatía contra el ejercito de Plutomon ¿5, 2, 6, horas? Aunque eso era lo de menos lo importante es centrarse en Zayyn, tardo mucho y se empezaba a preocuparse.
Giro la cabeza recorriendo el lugar con su aguda vista en busca de la entrada ubicado en una cueva por suerte pudo encontrarla haciéndole sacar una sonrisa de satisfacción por su logro en haberlo encontrado sin embargo no dejaría en una esquina los monstruos que amenazaban olímpicamente en interrumpir el ritual así que Zerker miro primero algunos de los intrusos, moviendo curiosamente los dedos como si manipulase un objeto se dejo guiarse con el viento para tomar control nuevamente de sus aros que flotan alrededor de su cuerpo, indicando con el dedo indice a todos los aros, los lanza en dirección a todos los Jinrou Mode (Otra vez) Siendo los enemigos más mortíferos del campo era necesario eliminarlas de primero que dejarlas de ultima para que ocasionen más problemas y que sigan acumulándose.
-Ustedes ya me tienen arto.-Se quejo gruñendo ferozmente el humano híbrido y mostrando todos sus afilados dientes como dagas recién pulidos.- ¡Ey ZeedGarurumon, Kenshi y Gaioumon! ¡Iré a revisar el estado de Zayyn!-Aviso seriamente el gran dragón digital.
Dio media vuelta se marcho directo en la entrada de la profunda cueva muy oscura al principio pero disipo entre la enorme oscuridad un pequeño rayo de luz anaranjada como una vela en la lejanía que lo guiaba donde se encontraba el cuerpo inconsciente de Zayyn, luego de llegar se dio cuenta que la luz que lo guiaba era en realidad la enorme barrera protectora de fuego que protegía el cuerpo de la pelirroja sumida en un profundo sueño y aun estaba custodiado por el horrible demonio.
< Tengo el presentimiento si sigo con este tamaño de seguro el me podrá verme con mucha facilidad... > Dedujo el híbrido con una mirada pensativa mientras vigilaba al mismo tiempo la enorme criatura de la oscuridad, después de pensarlo unos segundos decide en regresar a su forma humana y pasando desapercibido de los ojos del enorme demonio a su vez se fue acercando lentamente, hasta rozar ligeramente la gran barrera de fuego y dando un respiro, aprovechando que el demonio no lo veía, da un enorme salto encima de la barrera y aterrizando secamente en el piso ya estando del otro lado de la barrera, muy cerca del cuerpo de la pelirroja.
-¿Zayyn...?-Veía con entristecido ojos el cuerpo frío consumido en un profundo sueño que una vez pudo llamarla prima ¿Como le ira en ese extraño mundo donde vagaba su prima?, se veía tan frágil hasta se podía decirse que estaba muerta pero no lo puede asegurarlo.- Habitualmente tu eres la culpable que yo siempre despierte cada noche y tendré mi venganza. No voy a dejar que continúes durmiendo mientras que todos estamos protegiendo tu pellejo.- Le dijo levemente enojado pero muy en el fondo se estaba preocupando mucho por ella.
Frunció el ceño, con una cara de preocupación y permaneciéndose en el mismo sitio como una estatua se tratase muy en el fondo de su interior fue surgiendo una llama de datos lo cual nace de su puño derecho, un bulto de datos color anaranjado, poco a poco lo eleva al limite de su pecho y con veloz movimiento lo golpea justo en el pecho de la pelirroja.
-¡DESPIERTA!-Grito fuertemente el humano híbrido causando un estallido de digisoul alrededor del cuerpo inconsciente.
Por otro lado, ZeedGarurumon escuchó de mala gana las instrucciones de Kenshi y luego miro asqueado de que lo iba hacer Zerker ¿Porque abandona la batalla en un momento como este? A veces no entiende lo que piensa su compañero, sin embargo, no perdió más tiempo y se dirigió velozmente cerca de Plutomon.
-¡Cañon Zeed!-Expulsando de su gran cañón varios misiles directos al caballero negro.
Giro la cabeza recorriendo el lugar con su aguda vista en busca de la entrada ubicado en una cueva por suerte pudo encontrarla haciéndole sacar una sonrisa de satisfacción por su logro en haberlo encontrado sin embargo no dejaría en una esquina los monstruos que amenazaban olímpicamente en interrumpir el ritual así que Zerker miro primero algunos de los intrusos, moviendo curiosamente los dedos como si manipulase un objeto se dejo guiarse con el viento para tomar control nuevamente de sus aros que flotan alrededor de su cuerpo, indicando con el dedo indice a todos los aros, los lanza en dirección a todos los Jinrou Mode (Otra vez) Siendo los enemigos más mortíferos del campo era necesario eliminarlas de primero que dejarlas de ultima para que ocasionen más problemas y que sigan acumulándose.
-Ustedes ya me tienen arto.-Se quejo gruñendo ferozmente el humano híbrido y mostrando todos sus afilados dientes como dagas recién pulidos.- ¡Ey ZeedGarurumon, Kenshi y Gaioumon! ¡Iré a revisar el estado de Zayyn!-Aviso seriamente el gran dragón digital.
Dio media vuelta se marcho directo en la entrada de la profunda cueva muy oscura al principio pero disipo entre la enorme oscuridad un pequeño rayo de luz anaranjada como una vela en la lejanía que lo guiaba donde se encontraba el cuerpo inconsciente de Zayyn, luego de llegar se dio cuenta que la luz que lo guiaba era en realidad la enorme barrera protectora de fuego que protegía el cuerpo de la pelirroja sumida en un profundo sueño y aun estaba custodiado por el horrible demonio.
< Tengo el presentimiento si sigo con este tamaño de seguro el me podrá verme con mucha facilidad... > Dedujo el híbrido con una mirada pensativa mientras vigilaba al mismo tiempo la enorme criatura de la oscuridad, después de pensarlo unos segundos decide en regresar a su forma humana y pasando desapercibido de los ojos del enorme demonio a su vez se fue acercando lentamente, hasta rozar ligeramente la gran barrera de fuego y dando un respiro, aprovechando que el demonio no lo veía, da un enorme salto encima de la barrera y aterrizando secamente en el piso ya estando del otro lado de la barrera, muy cerca del cuerpo de la pelirroja.
-¿Zayyn...?-Veía con entristecido ojos el cuerpo frío consumido en un profundo sueño que una vez pudo llamarla prima ¿Como le ira en ese extraño mundo donde vagaba su prima?, se veía tan frágil hasta se podía decirse que estaba muerta pero no lo puede asegurarlo.- Habitualmente tu eres la culpable que yo siempre despierte cada noche y tendré mi venganza. No voy a dejar que continúes durmiendo mientras que todos estamos protegiendo tu pellejo.- Le dijo levemente enojado pero muy en el fondo se estaba preocupando mucho por ella.
Frunció el ceño, con una cara de preocupación y permaneciéndose en el mismo sitio como una estatua se tratase muy en el fondo de su interior fue surgiendo una llama de datos lo cual nace de su puño derecho, un bulto de datos color anaranjado, poco a poco lo eleva al limite de su pecho y con veloz movimiento lo golpea justo en el pecho de la pelirroja.
-¡DESPIERTA!-Grito fuertemente el humano híbrido causando un estallido de digisoul alrededor del cuerpo inconsciente.
Por otro lado, ZeedGarurumon escuchó de mala gana las instrucciones de Kenshi y luego miro asqueado de que lo iba hacer Zerker ¿Porque abandona la batalla en un momento como este? A veces no entiende lo que piensa su compañero, sin embargo, no perdió más tiempo y se dirigió velozmente cerca de Plutomon.
-¡Cañon Zeed!-Expulsando de su gran cañón varios misiles directos al caballero negro.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Cuando Gaioumon ve que ZeedGarurumon sigue su consejo de atacar al jefe, este se dispone a hacer lo mismo, por lo que desenfunda una de sus espadas la toma como si fuera un arco y de ella empieza a disparar flechas de fuego primero contra algunos Digimon nivel ultra enemigos para evitar que avancen, pero rápidamente cambia su blanco a Plutonmon al que le dispara sin parar.
Mientras tanto, Kenshi ve como Zerker se retira hacia la cueva y como los Digimon se enfocan en atacar al jefe de los enemigos, yo me veo enfrentado a la horda. Mis opciones son arriesgarme y pelear o puedo evitar lo que ellos planean. Corro hacia el interior de la cueva y con el Digisoul activado empiezo a golpear las paredes y techo de la cueva, para hacer que se derrumben y asi evitar que los enemigos pasen, yo escapo de las rocas y polvo adentrándome mas en la cueva, llegando a la cámara en la que esta Zayyn, protegida por una especie de muro de fuego, sin embargo lo que mas llama mi atención es el hecho de que Zerker esta dentro del circulo con Zayyn ¿que hace? ¿por que esta aquí? ¡¿planea matarla mientras estoy distraído?! Cuando veo que el acerca una mano al cuerpo de Zayyn, no lo pienso ni un segundo y lanzo mi lanza hacie el interior del circulo impactando a un lado de Zerker para detener lo que esta haciendo -¡¿Que haces aquí?! ¿que planeas hacer?...- Le digo desafiante a Zerker, no me gustaba lo que estaba viendo, no se si intenta despertarla, matarla o ver en que estado esta, no es tiempo para eso. Hay una guerra afuera y temo de que cualquier intervención pueda hacer peligrar la integridad de Zayyn.
Kenshi Haibu
Edad PJ :
21
Edad User :
29
Digienergia :
2843
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
-Digivice Burst
-Espada Suchīrusutingu
-Espada Suchīrusutingu
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Me quedé pretificada, mirando fijamente a aquella figura con capa negra y ajada y con guadaña. Mis ojos verdes se clavaron en las vacías cuentas de sus ojos, esas cuencas huecas, pero que al mismo tiempo, lo veían todo. Tragué saliva, nunca me imaginé estar en un lugar como ese, y mucho menos tener frente a mi a la Primera Muerte para pedirle ser su novena sucesora. Pero habían pasado muchas cosas, Kenshi había salido herido, había despertado, y ambos ibamos a tener un hijo, un pequeño ser creado a partir de nuestros sentimientos... Y por eso debía de crear un mundo en donde ambos estuviesen a sallvo. Por ello, cualquier medida preventiva era bien recibida, aunque eso suponga ponerme a mi en peligro.
Avancé unos pasos, con valentía, y no aparté mis ojos de ella en ningun momento, cuando mis labios se despegaron para hablar, con el tono más firme y seguro posible:
- Primera, me reúno contigo para ser elegida como...
- Novena Muerte, lo sé... Pocas cosas hay en este mundo que no sepa, joven mortal. Y debo decir... que es una petición extraña, que no me hacían desde hace mucho, mucho tiempo... Porque antes de tí, han habido ocho muertes, y se han ido pasando el poder las unas a las otras... Lo cierto es que las dos últimas no lo hicieron del todo mal, como era de esperarse: Vincent y Aeon. Este último murió hace algún tiempo, y me suplicó que yo misma le otorgara el poder a la siguiente... Dale las gracias a él.
- ¿Entonces...?-un atisbo de esperanza brillo en mis ojos, no esperaba que me diera tal poder de manera tan sencilla.
- Entonces...-La Parca se levantó de su trono, y caminó hacia mí de manera lenta y tranquila, apoyándose en su guadaña, hasta posicionarse a escasos centímetros de mí... Pude sentir el hedor a muerte que despedía-. Necesito una nueva sucesora... Vincent desapareció, y no quedan más en vuestro plano mortal.
No cabía en mí de la sorpresa. ¿Tan fácil había sido? ¿Sólo un viajecito al Mundo de los Muertos, una petición, y ya estaba?
- Oh, vamos... ¿De verdad piensas que es tan fácil? Si todavía hubiese una Muerte viva en vuestro plano, entonces tu habrías hecho el viaje en balde, dado que tendrías que haberselo pedido a ella... Pero no quedan más, y como maestra es mi deber asegurar ese linaje... Además, esto es lo que quieres, ¿verdad? Me siento generosa, voy a concederte mi poder... Arrodíllate.
Estaba confundida, me parecía sumamente extraño que la Primera acciediera de buena gana a hacerme su aprendiz, y si bien ya había dado su explicación al respecto, algo había que no me encajaba. Sin embargo, hice lo que me ordenó, y me quedé de rodillas en el suelo, con la cabeza baja. Pude notar como la Parca se preparaba, no por que la hubiera visto, sino porque el ambiente de la sala se sintió rápidamente siniestro, ceremonial, y oscuro... Miré al suelo, apretando los dientes con fuerza para tratar de despejar el nerviosismo que recorría mi cuerpo. Noté algo huesudo rozarme el cogote de la cabeza.
- Ego orcum messor, mors prima, quae semper fuit a saeculis et sustinuit da mihi hanc potestatem, ut mortalis, custos portae inferorum, concessaque titulo Noivena mortem post Octavo Aeonem Nagasakiensem auxilium maneat semper nobiscum. Pro iuras facere officium transferendi animas defunctorum altrinsecus?
De alguna forma, no supe cómo, entendí persectamente el idioma en el que me estaba hablando. Era latín, curiosamente, en Grecia, la Primera Muerta hablaba en latín...
-Iuro-murmuré
- Ergo...-La Parca invocó un libro enorme de la nada que se quedó suspendido sobre su huesuda mano, abierto-. Virtus mortuis anima tua...
Casi al instante, noté algo sinuoso y serpenteante introducirse en mi cuerpo, por mis ojos, por mis oídos, por mi nariz y por mi boca, como si una masa negra se apoderara de mí. Esa posesión, me costó un intenso dolor durante no se cuánto tiempo, un dolor que sobrellevé con orgullo y paciencia... No esperaba recibir el poder sin luchar, y eso era lo que estaba haciendo.
Cuando finalmente, la sensación desapareció, fui capaz de incorporarme lentamente, hasta alzar la mirada, y clavarla en las cuencas de la Parca. Esta hizo un gesto con la mano, y de la nada hizo aparecer una especie de espejo flotante que mostró mi reflejo, el mismo reflejo, pero con unos extraños tatuajes rjizos por casi todo el cuepro, y un extraño brillo letan en los ojos verdes. Además, un aura oscura y siniestra envolvía lo que era mi espíritu.
- Estás lista... A partir de ahora, caminarás por la tierra como Novena Muerte, Zayyn Scarlet. Lleva con honor este cargo, y utilíza tu nuevo poder con sabiduría.
Continuaba mirando mi reflejo, llevándome las manos al rostro, el cual estaba más pálido que antes. No podía creerlo, hacía apenas un rato era... normal, pero no me sentía muy diferente ahora, únicamente sentía un poder oscuro y oculto que no salía todavía de mí, como si se estuviese reservando para algún momento.
- ¿Ya... Ya está?-murmuré, con un hilo de voz.
- La ceremonia ha concluído... Pero antes, debo tomar como mío mi pago.
Me quedé inmóvil al instante. ¿Había dicho pago? ¿Qué clase de pago? Con recelo y desconfianza, me di la vuelta, para mirar con el ceño fruncido a la Primera, a aquella que me había concedido su poder.
- ¿Pago? ¿Qué pago? No me habías dicho nada de eso-comencé a mosquearme, algo había que no iba según lo previsto, y cuando escuche un pequeño chillido a mi lado, pude notar qué era lo que ocurría...
La pelotita de luz que me había acompañado en mi viaje, se estaba revolviendo, retorciendo en el aire, como si algo le estuviera produciendo una dolorosa tortura. A su alrededor, una especie de aura morada-negruzca, la envolvía, impidiéndola escapar. Fue entonces cuando comprendí.
- ¡NO!-Rugí, cuando ví que la Primera Muerte tenía sus cuencas fijas en la pelotita, sonriéndo siniestramente-. ¡NO TE DEJARÉ!
De repente, todo ese poder que había sentido oculto, salió a la luz, justo en el momento en el que me abalanzaba sobre la Primera Muerte para detenerla, y al mismo tiempo todo se volvía negro...
___________________________________________
Un enorme terremoto sacudió los cimientos de la cueva. Algunos cascotes se desprendieron del techo, pero ninguno cayó sobre el cuerpo de la biohybrida. Sin embargo, aquello fue suficiente como apra despertar al demonio de su trance, que vio con furia a Zerker y a Kenshi cerca de la plataforma en donde la Novena Muerte estaba sufriendo el cambio... Posiblemente el más drástico de su vida.
- ¡¡¡¡RAAAAWWRRR!!!! ¡¡DIJE FUERAAA!!-El demonio, con la fuerza de su rugido, hizo ue tanto Zerker como Kenshi salieran volando hacia atrás, saliendo así mismo de la cueva, y quedando tumbados sobre el cesped, a unos metros de ZeedGarurumon, Gaioumon, Beelkomon y UlforceVDramon.
Allá afuera, la batalla era encarnizada. Plutomon , junto con sus poderes, se había deshecho fácilmente de los dos digimons que le atacaron (ZeedGarurumon y Gaioumon, quienes ahora habían quedado en el suelo, debilitados casi por completo, pocas fuerzas les debían de quedar, y lo peor de todo es que el Digimon de negra armadura, no parecía tener un limite de poder.
- ¡JAAAAAAAAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡NO PODÉIS DETENERME, HUMANOS! ¡VAIS A MORIR, Y YO MATARÉ CON MIS PORPIAS MANOS A ESA MORTAL A LA QUE PROTEGÉIS! ¡¡YO SERÉ LA NOVENA MUERTE!! ¡JAAAJAJAJAJAJAJAJA!
Kali y Rukriel observaron desde el suelo, impotentes, frustrados y heridos, como un aura rodeaba a Plutomon, quien comenzó a caminar hacia ellos, creando entre sus manos una especie de energía negra con forma de mandíbula. Por unos momentos, Kali se sintió desesperada: Zayyn no despertaba, Zerker y Kenshi habían sido golpeados por algo, y Zeed y Gaiou habían sido fácilmente derrotados... Necesitarían un milagro para salir vivos de esa...
- ...-de repente, la atmosfera del ambiente se volvió pesada y densa, como si la gravedad hubiera cambiado e hiciera que los cuerpos se pegaran más a la tierra. El cielo se nubló, y una repentina brisa revolvió los cabellos de todos los presentes-. Demasiado tarde... ~
La voz no fue dicha con demasiado volumen, pero si con un timbre extraño. Seguía siendo mi voz, la voz de Zayyn, pero cada palabra, cada suspiro, retumbaba con las sombras de los muertos, como un eco oscuro y malévolo, como si fuera una pintaura negra cuyo cometido era tintarlo todo de Oscuridad.
Salí de la cueva, lentamente, con los pies desnudos, pisando la piedra y después el pasto bajo ellos. Sorprendentemente, iba ataviada con un largo vestido blanco, muy ligero y sencillo, que me llegaba por debajo de las rodillas. Unas marcas rojizas recorrían todo mi cuerpo, dibujándolo como piceladas suaves, marcándolo como si trataran de sellar todo el poder que intentaba salir de mí de manera violenta para destruírlo todo. Con todo, eso no era lo único que había cambiado, pues mis cabellos, antaño pelirrojos, habían comenzado a teñirse de la raiz a las puntas de un intenso negro. Además, dos largas y oscuras alas, pendían de entre los omóplatos de mi espalda, siendo arrastradas por el suelo, como si de dos mantos se tratasen.
A partir del minuto 2:38
Mis ojos se abrieron entonces, lentamente, con toda la indiferencia concentrada en un color dorado tan brillante, pero a la vez tan letal, que no sería raro decir que mataba con la mirada.
No presté atención a ningún humano, me importó un comino que tanto Zerker como Kenshi estuvieran en el suelo tirados, pues en ese momento, solo eran almas, que estaban vivas, pero almas al fin y al cabo, y mi misión en ese momento era otra...
- ¿Te has reclamado como Novena Muerte?-susurré, mirando al Plutomon como si fuera una pequeña hormiguita-. Bueno... Si consigues vencerme, el puesto es tuyo...
Abrí al máximo los ojos, mientras sonreía repentinamente, dándome un aspecto de psicópata. Mis alas se alzaron en el aire, y justo después, di un impulso en el suelo, mientras invocaba entre mis manos un arma alargada, con un unico filo encorvado... Una guadaña.
A los pocos segundos, me había plantado al lado del digimon de negra armadura, sin que él apenas pudiese haberlo percibido. Al ver su expresión de estupefacción, me reí, falta de cordura, y clavé la hoja del arma en el suelo, sujetándome sobre la vara y propinándole una fuerte patada en el pecho que lo alejó unos metros de mí.
___________________________________________
OFF:
Avancé unos pasos, con valentía, y no aparté mis ojos de ella en ningun momento, cuando mis labios se despegaron para hablar, con el tono más firme y seguro posible:
- Primera, me reúno contigo para ser elegida como...
- Novena Muerte, lo sé... Pocas cosas hay en este mundo que no sepa, joven mortal. Y debo decir... que es una petición extraña, que no me hacían desde hace mucho, mucho tiempo... Porque antes de tí, han habido ocho muertes, y se han ido pasando el poder las unas a las otras... Lo cierto es que las dos últimas no lo hicieron del todo mal, como era de esperarse: Vincent y Aeon. Este último murió hace algún tiempo, y me suplicó que yo misma le otorgara el poder a la siguiente... Dale las gracias a él.
- ¿Entonces...?-un atisbo de esperanza brillo en mis ojos, no esperaba que me diera tal poder de manera tan sencilla.
- Entonces...-La Parca se levantó de su trono, y caminó hacia mí de manera lenta y tranquila, apoyándose en su guadaña, hasta posicionarse a escasos centímetros de mí... Pude sentir el hedor a muerte que despedía-. Necesito una nueva sucesora... Vincent desapareció, y no quedan más en vuestro plano mortal.
No cabía en mí de la sorpresa. ¿Tan fácil había sido? ¿Sólo un viajecito al Mundo de los Muertos, una petición, y ya estaba?
- Oh, vamos... ¿De verdad piensas que es tan fácil? Si todavía hubiese una Muerte viva en vuestro plano, entonces tu habrías hecho el viaje en balde, dado que tendrías que haberselo pedido a ella... Pero no quedan más, y como maestra es mi deber asegurar ese linaje... Además, esto es lo que quieres, ¿verdad? Me siento generosa, voy a concederte mi poder... Arrodíllate.
Estaba confundida, me parecía sumamente extraño que la Primera acciediera de buena gana a hacerme su aprendiz, y si bien ya había dado su explicación al respecto, algo había que no me encajaba. Sin embargo, hice lo que me ordenó, y me quedé de rodillas en el suelo, con la cabeza baja. Pude notar como la Parca se preparaba, no por que la hubiera visto, sino porque el ambiente de la sala se sintió rápidamente siniestro, ceremonial, y oscuro... Miré al suelo, apretando los dientes con fuerza para tratar de despejar el nerviosismo que recorría mi cuerpo. Noté algo huesudo rozarme el cogote de la cabeza.
- Ego orcum messor, mors prima, quae semper fuit a saeculis et sustinuit da mihi hanc potestatem, ut mortalis, custos portae inferorum, concessaque titulo Noivena mortem post Octavo Aeonem Nagasakiensem auxilium maneat semper nobiscum. Pro iuras facere officium transferendi animas defunctorum altrinsecus?
De alguna forma, no supe cómo, entendí persectamente el idioma en el que me estaba hablando. Era latín, curiosamente, en Grecia, la Primera Muerta hablaba en latín...
-Iuro-murmuré
- Ergo...-La Parca invocó un libro enorme de la nada que se quedó suspendido sobre su huesuda mano, abierto-. Virtus mortuis anima tua...
Casi al instante, noté algo sinuoso y serpenteante introducirse en mi cuerpo, por mis ojos, por mis oídos, por mi nariz y por mi boca, como si una masa negra se apoderara de mí. Esa posesión, me costó un intenso dolor durante no se cuánto tiempo, un dolor que sobrellevé con orgullo y paciencia... No esperaba recibir el poder sin luchar, y eso era lo que estaba haciendo.
Cuando finalmente, la sensación desapareció, fui capaz de incorporarme lentamente, hasta alzar la mirada, y clavarla en las cuencas de la Parca. Esta hizo un gesto con la mano, y de la nada hizo aparecer una especie de espejo flotante que mostró mi reflejo, el mismo reflejo, pero con unos extraños tatuajes rjizos por casi todo el cuepro, y un extraño brillo letan en los ojos verdes. Además, un aura oscura y siniestra envolvía lo que era mi espíritu.
- Estás lista... A partir de ahora, caminarás por la tierra como Novena Muerte, Zayyn Scarlet. Lleva con honor este cargo, y utilíza tu nuevo poder con sabiduría.
Continuaba mirando mi reflejo, llevándome las manos al rostro, el cual estaba más pálido que antes. No podía creerlo, hacía apenas un rato era... normal, pero no me sentía muy diferente ahora, únicamente sentía un poder oscuro y oculto que no salía todavía de mí, como si se estuviese reservando para algún momento.
- ¿Ya... Ya está?-murmuré, con un hilo de voz.
- La ceremonia ha concluído... Pero antes, debo tomar como mío mi pago.
Me quedé inmóvil al instante. ¿Había dicho pago? ¿Qué clase de pago? Con recelo y desconfianza, me di la vuelta, para mirar con el ceño fruncido a la Primera, a aquella que me había concedido su poder.
- ¿Pago? ¿Qué pago? No me habías dicho nada de eso-comencé a mosquearme, algo había que no iba según lo previsto, y cuando escuche un pequeño chillido a mi lado, pude notar qué era lo que ocurría...
La pelotita de luz que me había acompañado en mi viaje, se estaba revolviendo, retorciendo en el aire, como si algo le estuviera produciendo una dolorosa tortura. A su alrededor, una especie de aura morada-negruzca, la envolvía, impidiéndola escapar. Fue entonces cuando comprendí.
- ¡NO!-Rugí, cuando ví que la Primera Muerte tenía sus cuencas fijas en la pelotita, sonriéndo siniestramente-. ¡NO TE DEJARÉ!
De repente, todo ese poder que había sentido oculto, salió a la luz, justo en el momento en el que me abalanzaba sobre la Primera Muerte para detenerla, y al mismo tiempo todo se volvía negro...
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Un enorme terremoto sacudió los cimientos de la cueva. Algunos cascotes se desprendieron del techo, pero ninguno cayó sobre el cuerpo de la biohybrida. Sin embargo, aquello fue suficiente como apra despertar al demonio de su trance, que vio con furia a Zerker y a Kenshi cerca de la plataforma en donde la Novena Muerte estaba sufriendo el cambio... Posiblemente el más drástico de su vida.
- ¡¡¡¡RAAAAWWRRR!!!! ¡¡DIJE FUERAAA!!-El demonio, con la fuerza de su rugido, hizo ue tanto Zerker como Kenshi salieran volando hacia atrás, saliendo así mismo de la cueva, y quedando tumbados sobre el cesped, a unos metros de ZeedGarurumon, Gaioumon, Beelkomon y UlforceVDramon.
Allá afuera, la batalla era encarnizada. Plutomon , junto con sus poderes, se había deshecho fácilmente de los dos digimons que le atacaron (ZeedGarurumon y Gaioumon, quienes ahora habían quedado en el suelo, debilitados casi por completo, pocas fuerzas les debían de quedar, y lo peor de todo es que el Digimon de negra armadura, no parecía tener un limite de poder.
- ¡JAAAAAAAAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡NO PODÉIS DETENERME, HUMANOS! ¡VAIS A MORIR, Y YO MATARÉ CON MIS PORPIAS MANOS A ESA MORTAL A LA QUE PROTEGÉIS! ¡¡YO SERÉ LA NOVENA MUERTE!! ¡JAAAJAJAJAJAJAJAJA!
Kali y Rukriel observaron desde el suelo, impotentes, frustrados y heridos, como un aura rodeaba a Plutomon, quien comenzó a caminar hacia ellos, creando entre sus manos una especie de energía negra con forma de mandíbula. Por unos momentos, Kali se sintió desesperada: Zayyn no despertaba, Zerker y Kenshi habían sido golpeados por algo, y Zeed y Gaiou habían sido fácilmente derrotados... Necesitarían un milagro para salir vivos de esa...
- ...-de repente, la atmosfera del ambiente se volvió pesada y densa, como si la gravedad hubiera cambiado e hiciera que los cuerpos se pegaran más a la tierra. El cielo se nubló, y una repentina brisa revolvió los cabellos de todos los presentes-. Demasiado tarde... ~
La voz no fue dicha con demasiado volumen, pero si con un timbre extraño. Seguía siendo mi voz, la voz de Zayyn, pero cada palabra, cada suspiro, retumbaba con las sombras de los muertos, como un eco oscuro y malévolo, como si fuera una pintaura negra cuyo cometido era tintarlo todo de Oscuridad.
Salí de la cueva, lentamente, con los pies desnudos, pisando la piedra y después el pasto bajo ellos. Sorprendentemente, iba ataviada con un largo vestido blanco, muy ligero y sencillo, que me llegaba por debajo de las rodillas. Unas marcas rojizas recorrían todo mi cuerpo, dibujándolo como piceladas suaves, marcándolo como si trataran de sellar todo el poder que intentaba salir de mí de manera violenta para destruírlo todo. Con todo, eso no era lo único que había cambiado, pues mis cabellos, antaño pelirrojos, habían comenzado a teñirse de la raiz a las puntas de un intenso negro. Además, dos largas y oscuras alas, pendían de entre los omóplatos de mi espalda, siendo arrastradas por el suelo, como si de dos mantos se tratasen.
A partir del minuto 2:38
Mis ojos se abrieron entonces, lentamente, con toda la indiferencia concentrada en un color dorado tan brillante, pero a la vez tan letal, que no sería raro decir que mataba con la mirada.
No presté atención a ningún humano, me importó un comino que tanto Zerker como Kenshi estuvieran en el suelo tirados, pues en ese momento, solo eran almas, que estaban vivas, pero almas al fin y al cabo, y mi misión en ese momento era otra...
- ¿Te has reclamado como Novena Muerte?-susurré, mirando al Plutomon como si fuera una pequeña hormiguita-. Bueno... Si consigues vencerme, el puesto es tuyo...
Abrí al máximo los ojos, mientras sonreía repentinamente, dándome un aspecto de psicópata. Mis alas se alzaron en el aire, y justo después, di un impulso en el suelo, mientras invocaba entre mis manos un arma alargada, con un unico filo encorvado... Una guadaña.
- guadaña:
A los pocos segundos, me había plantado al lado del digimon de negra armadura, sin que él apenas pudiese haberlo percibido. Al ver su expresión de estupefacción, me reí, falta de cordura, y clavé la hoja del arma en el suelo, sujetándome sobre la vara y propinándole una fuerte patada en el pecho que lo alejó unos metros de mí.
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OFF:
- traducción, según Google (?):
- - Yo, Parca, Primera muerte, que ha existido desde siempre, y ha perdurado a lo largo de los tiempos, concedo mi propio poder para convertir a este ser mortal, en un guardian de las puertas del Inframundo, concediéndole así, el título de Noivena Muerte, posterior a la Octava, Aeon Nagasaki, que en paz descanse. A cambio, ¿juras llevar a cabo el trabajo de transportar las almas de los muertos al Otro Lado?
- Lo juro.
- Entonces, que el poder de los Muertos llene tu alma...
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Antes de que el joven albino pudiera abrir sus ojos para fijarse si hizo algún tipo de milagro tras golpear bruscamente el cuerpo supuestamente inconsciente de la pelirroja quedo palmado al ver frente a él esos ojos repugnante lleno de ira como si pudiera ver su alma lo de ese perturbador demonio que custodiaba a Zayyn, lo lanzo inmediatamente lejos o mejor dicho lo saco a la fuerza de la cueva con un simple movimiento, dando muchas vueltas y arrastrándose fieramente contra el suelo por fín el peliblanco salio como un proyectil fuera de la cueva, chocando secamente al suelo y con un dolor en la espalda y cabeza.
-Auch... Auch...-Chillo adolorido el joven peliblanco posando su mano derecho sobre la cabeza, sobándolo esperando que el dolor disminuyera.-¿Uh? ¿Me saco de un golpe aquí afuera?-Se quedo boca abierta cuando se dio cuenta que fue sacado de la cueva y girando la cabeza para ver que paso con la guerra tras irse a ver que paso con Zayyn.
El albino dejo de intentar de ocultarse, básicamente, porque se había quedado paralizado del horror luego de ver tan trágica escena como una película cuyo final fue muy horrible como para seguir viéndolo. Era muy fuerte la escena que dejo casi sin esperanzas al joven peliblanco, nunca pudo fijarse bien el cuerpo de la pelirroja antes de ser sacado a la fuerza de la cueva, y su compañero ZeedGarurumon tirado en el suelo casi como si no tuviera vida, era como sentir una daga de dolor clavado en su pecho. También siente cierta lastima por el estado de Kenshi pero apenas es un conocido como para sentir un real sentimiento de preocupación hacia él.
-¿Este es el final? No pude conseguir a despertar a Zayyn ni logre proteger a mi compañero, seguro que no sucederá un milagro así como así... Al menos lo intentamos.-Dijo rendido el joven humano y tirándose de rodillas al suelo, esperando lo peor puesto que vio a Plutomon concentrar una cantidad de energía para arrasar todo lo que queda.
Continuo sumido en sus pensamientos para tratar de olvidar el dolor cuando recibiera aquel rayo sin embargo una nueva presencia pero familiar comenzó aparecer de la nada, a fin de cuentas, pudo ser un digimon o algún otra criatura digital que halla aparecido frente suyo, al abrir los ojos y mirar fijamente quien era el nuevo quien se metió en lo que quedo del combate se quedo increíblemente sorprendido. Acababa de aparecer lo que es la nueva Zayyn... Muy diferente... Demasiado... Sin embargo parecía no ser ella, seguramente renació siendo la nueva muerte y si dijese una sola palabra sería su fin, así que solo se quedo en silencio observando con ojos brilloso como Zayyn exterminar a Plutomon.
Se levanto y lentamente fue caminando, acercándose hacia ZeedGarurumon, para saber si estaba bien su compañero. Sobándole el hocico y cuidándolo, asegurándose que no le pasase otra cosa.
-Auch... Auch...-Chillo adolorido el joven peliblanco posando su mano derecho sobre la cabeza, sobándolo esperando que el dolor disminuyera.-¿Uh? ¿Me saco de un golpe aquí afuera?-Se quedo boca abierta cuando se dio cuenta que fue sacado de la cueva y girando la cabeza para ver que paso con la guerra tras irse a ver que paso con Zayyn.
El albino dejo de intentar de ocultarse, básicamente, porque se había quedado paralizado del horror luego de ver tan trágica escena como una película cuyo final fue muy horrible como para seguir viéndolo. Era muy fuerte la escena que dejo casi sin esperanzas al joven peliblanco, nunca pudo fijarse bien el cuerpo de la pelirroja antes de ser sacado a la fuerza de la cueva, y su compañero ZeedGarurumon tirado en el suelo casi como si no tuviera vida, era como sentir una daga de dolor clavado en su pecho. También siente cierta lastima por el estado de Kenshi pero apenas es un conocido como para sentir un real sentimiento de preocupación hacia él.
-¿Este es el final? No pude conseguir a despertar a Zayyn ni logre proteger a mi compañero, seguro que no sucederá un milagro así como así... Al menos lo intentamos.-Dijo rendido el joven humano y tirándose de rodillas al suelo, esperando lo peor puesto que vio a Plutomon concentrar una cantidad de energía para arrasar todo lo que queda.
Continuo sumido en sus pensamientos para tratar de olvidar el dolor cuando recibiera aquel rayo sin embargo una nueva presencia pero familiar comenzó aparecer de la nada, a fin de cuentas, pudo ser un digimon o algún otra criatura digital que halla aparecido frente suyo, al abrir los ojos y mirar fijamente quien era el nuevo quien se metió en lo que quedo del combate se quedo increíblemente sorprendido. Acababa de aparecer lo que es la nueva Zayyn... Muy diferente... Demasiado... Sin embargo parecía no ser ella, seguramente renació siendo la nueva muerte y si dijese una sola palabra sería su fin, así que solo se quedo en silencio observando con ojos brilloso como Zayyn exterminar a Plutomon.
Se levanto y lentamente fue caminando, acercándose hacia ZeedGarurumon, para saber si estaba bien su compañero. Sobándole el hocico y cuidándolo, asegurándose que no le pasase otra cosa.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
El demonio que custodiaba la cueva nos expulsa a mi y a Zerker de la misma de un golpe, atravesamos las rocas y volamos cientos de metros hasta aterrizar violentamente en el suelo. A Zerker quizás el golpe no le daño demasiado, pero a mi si, no me sorprendería si acabo con un hueso roto después de eso, al fin y al cavo soy un humano y todo eso paso muy rápido y no logre activar el digisoul a tiempo para tener algo de protección.
Me retuerzo en el suelo por un tiempo, mientras que a mi alrededor vero a los Digimon perros acercarse a mi lentamente, mi desesperación aumenta cuando vero que nuestros Digimon han sido derrotados por el líder de los Digimon enemigos. La situación se ve muy negativa para nosotros, pero entonces llega la salvación, en la forma de Zayyn transformada en una nueva forma aterradora que vuela velozmente contra el enemigo para eliminarlo.
Mientras que la batalla se desarrolla, yo me levanto lentamente y empiezo a caminar hacia Zayyn, cada paso es una experiencia muy dolorosa, debo tener algún esguince o hueso roto -Zayyn... ¿Estas bien?- Le digo a la chica, preocupado por su salud y la de nuestro hijo.
Me retuerzo en el suelo por un tiempo, mientras que a mi alrededor vero a los Digimon perros acercarse a mi lentamente, mi desesperación aumenta cuando vero que nuestros Digimon han sido derrotados por el líder de los Digimon enemigos. La situación se ve muy negativa para nosotros, pero entonces llega la salvación, en la forma de Zayyn transformada en una nueva forma aterradora que vuela velozmente contra el enemigo para eliminarlo.
Mientras que la batalla se desarrolla, yo me levanto lentamente y empiezo a caminar hacia Zayyn, cada paso es una experiencia muy dolorosa, debo tener algún esguince o hueso roto -Zayyn... ¿Estas bien?- Le digo a la chica, preocupado por su salud y la de nuestro hijo.
Kenshi Haibu
Edad PJ :
21
Edad User :
29
Digienergia :
2843
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
-Digivice Burst
-Espada Suchīrusutingu
-Espada Suchīrusutingu
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
El Plutomon se vio sorprendido, cuando cayó sobre la hierba, siendo golpeado por una simple "humana"... Jajaja... No... Yo no era humana... Ni mucho menos... En esos momentos era lo menos humana posible, mi humanidad nunca antes había sido tan poca. Ahora rezumaba muerte y destrucción, y ese simple Digimon que se había atrevido simplemente a intentar quitarme lo que me correspondía... Esa hormiga iba a ser destruída en pocos segundos.
Observé con una amplia sonrisa llena de colmillos el golpe que se había dado, y antes de dejar que se levantara, me volví a mover de manera instantánea a su espalda, portando la guadaña en con una sola mano, y en la otra una maraña de digisoul... de color negro, como la misma muerte en la que me había convertido.
- Don't turn away ~ -murmuré, de manera burlona, haciendo alusión de que estaba de espaldas a mí.
Le dejé levantarse, y darse la vuelta para mirarme o atacarme... Que hiciera lo que quisiera, no iba ni a hacerme cosquillas una basura como esa.
- Tú... ¡Ese poder es míoo! ¡Devuélvemelo!-se levantó, mirándome con esas dos brasas que eran sus ojos-. ¡Será muy divertido estrangularte!
Comenzó a concentrar energía oscura entre sus garras, preparándolas para evidentemente descargarlas sobre mí. Yo le observé, con una sonrisa en la cara, al tiempo que dejaba escapar leves risas desde mi garganta. Cuando su rayo finalmente voló hacia mí, me cubrí con una de mis alas, fortificada con Chrome Digizoid negro, y desvié el ataque, mientras me acercaba a él, y mientras el digisoul de mi mano se iba extendiendo por todo mi cuerpo. No me detuve, mi atención estaba puesta en el digimon cuando mis pies caminaron hacia él. Más rayos fueron los que él me lanzaba mientras retrocedía; seguramente su subconsciente sabía que no tenía ninguna posibilidad, y que toda resistencia, era inútil, puesto que según me atacaba, yo apenas movía mis alas para desviar esos golpes, quedando siempre ilesa, y sin despeinar.
- ¡¡...!!-el digimon evidentemente estaba frustrado por ver que no me hacía ni un sólo rasguño con sus ataques, de modo que al final decidió utilizar su habilidad más poderosa, una especie de mandíbula de oscuridad, con colmillos afiladísimos... Jijiji, menudo idiota...- ¡¡MUEREEEEEEEE!!
Preparé mis alas para protegerme, pero para mi sorpresa, el mismo ataque fue demasiado rápido para mí. No lo vi venir, mis ojos dorados se abrieron como platos cuando esa oscuridad me golpeó y me mandó unos diez metros a volar. Fui arrastrada por la tierra, levantando una nube de polvo, y mi cuerpo solamente se detuvo, cuando fue golpeado contra una ruina que quedó destrozada por la fuerza del impacto.
- ¡¡Zayyn!!-Escuché gritar a alguien, más era una voz que en esos momentos no reconocía, ni aliado ni enemigo, podría haber sido la motera vestida de cuero, pero en esos momentos no era alguien relevante para mí.
Me levanté entre el polvo, lentamente para crear expectación. Sacudí mi cabeza con suavidad, y oculté mi rostro bajo el flequillo negro. Para cuando el polvo se disipó, y quedé visible para todos, podría observarse que mi cuerpo... No había sufrido ni un rasguño.
- You think...-levanté la mirada, una brillo feroz, dorado y psicótico apareció en mis ojos, cuando incliné la cabeza levemente hacia atrás-. ...this hurts?
Solté una estruendosa risotada, extendiendo mis brazos hacia los lados mientras mis hombros se convulsionaban. Las carcajadas se extendieron por la zona, llegando a oídos de todos los allí presentes. Después, sin avisar, volví a desplazarme, pero esta vez justo delante de él. Le guiñé un ojo, y saqué la lengua en toda su largura, en una mueca demente y burlona. Mis manos se alzaron entonces sobre mi cabeza, e hicieon voltear rápidamente la guadaña, como si fuera una rueda, hasta que al final, giré mis muñecas, y dirigí el filo del arma hacia sus dos manos, y después hacia sus dos pies.
El Plutomon rugió de agonía, cayendo de rodillas frente a mí. Le dejé chillas, con una clara expresión de cruel satisfacción. Su sangre había empapado mi rostro, pero esas gotitas rojas fueron limpiadas rápidamente cuando pasé la lengua sobre ellas y saboreé su metálico sabor.
- It tastes sweeeeeet ~-me reí, y coloqué la mano que tenía libre sobre su cabeza, una mano brillante y que despedía chispitas a su alrededor. Seguidamente, comencé a infundirle electricidad, no para matarlo, sino para introducirle en una larga agonía. Cuando su cuerpo comenzó a dar espasmos, y su grito de dolor se alzó al cielo, clavé las garras en su cráneo, disfrutando a cada segundo de su dolor-. I can stop the pain if I will it all away... ♫♪-me mordí el labio inferior del gusto por escuchar sus agónicos gritos... Era una música taaaaan relajante...-. El problema... es que no quiero ~
Finalmente, mis uñas se clavaron por completo, rompiendo su cabeza. Di un tirón, y esta finalmente se separó de su cuerpo de un brusco y violento movimiento... La armadura negra cayó pesadamente sobre la hierba, tintando el verde de escarlata. Cerré los ojos.
- Ahhh...-un largo suspiro salió de mis labios, mis alas dejaron de estar tensas y tiesas, y cayeron como dos suaves capas negras aterciopeladas sobre mi espalda y sobre la hierba. Inspiré hondo el aire, este se notaba frío y pesado, pero era perfecto para mi. Me encontraba como tiburón en el agua, como ave en el cielo, como serpiente en la selva...
- Zayyn... ¿Estas bien?
Mis ojos volvieron a abrirse de golpe al escuchar la voz masculina ue procedía de uno de mis lados. Giré lentamente la cabeza, hasta encontrar a un humano de pelopincho rubio, y ojos azules. Me miraba, tenía una expresión de extraña rpreocupación, y estaba tratando de acercarse a mí. Me giré, hice desaparecer la guadaña entre una serie de brillitos negros, y le sonreí tiernamente.
Sin embargo, esa expresión de cariño, fue sustituída casi inmediatamente por una amplia sonrisa siniestra, y por un entrecejo fruncido de manera cruel. Le agarré con y rapidez fuerza del cuello, casi podía oirlo crujir un poquito por el repentino movimiento de haberle agarrado. Con la misma mano, tiré de él hacia arriba, elevándolo en el aire, y mirándolo desde abajo mientras me relamía. Después elevé la mano que tenía libre, y mostré una cuchilla dorada que se había deslizado de manera rápida desde un compartimento secreto del guante de metal que llevaba.
- Estoy... más que bien... Estoy henchida de poder...-siseé, divertida, y de un fugaz movimiento, incrusté la daga dorada en el pecho del humano...
- ¡NOOOO!
Observé con una amplia sonrisa llena de colmillos el golpe que se había dado, y antes de dejar que se levantara, me volví a mover de manera instantánea a su espalda, portando la guadaña en con una sola mano, y en la otra una maraña de digisoul... de color negro, como la misma muerte en la que me había convertido.
- Don't turn away ~ -murmuré, de manera burlona, haciendo alusión de que estaba de espaldas a mí.
Le dejé levantarse, y darse la vuelta para mirarme o atacarme... Que hiciera lo que quisiera, no iba ni a hacerme cosquillas una basura como esa.
- Tú... ¡Ese poder es míoo! ¡Devuélvemelo!-se levantó, mirándome con esas dos brasas que eran sus ojos-. ¡Será muy divertido estrangularte!
Comenzó a concentrar energía oscura entre sus garras, preparándolas para evidentemente descargarlas sobre mí. Yo le observé, con una sonrisa en la cara, al tiempo que dejaba escapar leves risas desde mi garganta. Cuando su rayo finalmente voló hacia mí, me cubrí con una de mis alas, fortificada con Chrome Digizoid negro, y desvié el ataque, mientras me acercaba a él, y mientras el digisoul de mi mano se iba extendiendo por todo mi cuerpo. No me detuve, mi atención estaba puesta en el digimon cuando mis pies caminaron hacia él. Más rayos fueron los que él me lanzaba mientras retrocedía; seguramente su subconsciente sabía que no tenía ninguna posibilidad, y que toda resistencia, era inútil, puesto que según me atacaba, yo apenas movía mis alas para desviar esos golpes, quedando siempre ilesa, y sin despeinar.
- ¡¡...!!-el digimon evidentemente estaba frustrado por ver que no me hacía ni un sólo rasguño con sus ataques, de modo que al final decidió utilizar su habilidad más poderosa, una especie de mandíbula de oscuridad, con colmillos afiladísimos... Jijiji, menudo idiota...- ¡¡MUEREEEEEEEE!!
Preparé mis alas para protegerme, pero para mi sorpresa, el mismo ataque fue demasiado rápido para mí. No lo vi venir, mis ojos dorados se abrieron como platos cuando esa oscuridad me golpeó y me mandó unos diez metros a volar. Fui arrastrada por la tierra, levantando una nube de polvo, y mi cuerpo solamente se detuvo, cuando fue golpeado contra una ruina que quedó destrozada por la fuerza del impacto.
- ¡¡Zayyn!!-Escuché gritar a alguien, más era una voz que en esos momentos no reconocía, ni aliado ni enemigo, podría haber sido la motera vestida de cuero, pero en esos momentos no era alguien relevante para mí.
Me levanté entre el polvo, lentamente para crear expectación. Sacudí mi cabeza con suavidad, y oculté mi rostro bajo el flequillo negro. Para cuando el polvo se disipó, y quedé visible para todos, podría observarse que mi cuerpo... No había sufrido ni un rasguño.
- You think...-levanté la mirada, una brillo feroz, dorado y psicótico apareció en mis ojos, cuando incliné la cabeza levemente hacia atrás-. ...this hurts?
Solté una estruendosa risotada, extendiendo mis brazos hacia los lados mientras mis hombros se convulsionaban. Las carcajadas se extendieron por la zona, llegando a oídos de todos los allí presentes. Después, sin avisar, volví a desplazarme, pero esta vez justo delante de él. Le guiñé un ojo, y saqué la lengua en toda su largura, en una mueca demente y burlona. Mis manos se alzaron entonces sobre mi cabeza, e hicieon voltear rápidamente la guadaña, como si fuera una rueda, hasta que al final, giré mis muñecas, y dirigí el filo del arma hacia sus dos manos, y después hacia sus dos pies.
El Plutomon rugió de agonía, cayendo de rodillas frente a mí. Le dejé chillas, con una clara expresión de cruel satisfacción. Su sangre había empapado mi rostro, pero esas gotitas rojas fueron limpiadas rápidamente cuando pasé la lengua sobre ellas y saboreé su metálico sabor.
- It tastes sweeeeeet ~-me reí, y coloqué la mano que tenía libre sobre su cabeza, una mano brillante y que despedía chispitas a su alrededor. Seguidamente, comencé a infundirle electricidad, no para matarlo, sino para introducirle en una larga agonía. Cuando su cuerpo comenzó a dar espasmos, y su grito de dolor se alzó al cielo, clavé las garras en su cráneo, disfrutando a cada segundo de su dolor-. I can stop the pain if I will it all away... ♫♪-me mordí el labio inferior del gusto por escuchar sus agónicos gritos... Era una música taaaaan relajante...-. El problema... es que no quiero ~
Finalmente, mis uñas se clavaron por completo, rompiendo su cabeza. Di un tirón, y esta finalmente se separó de su cuerpo de un brusco y violento movimiento... La armadura negra cayó pesadamente sobre la hierba, tintando el verde de escarlata. Cerré los ojos.
- Ahhh...-un largo suspiro salió de mis labios, mis alas dejaron de estar tensas y tiesas, y cayeron como dos suaves capas negras aterciopeladas sobre mi espalda y sobre la hierba. Inspiré hondo el aire, este se notaba frío y pesado, pero era perfecto para mi. Me encontraba como tiburón en el agua, como ave en el cielo, como serpiente en la selva...
- Zayyn... ¿Estas bien?
Mis ojos volvieron a abrirse de golpe al escuchar la voz masculina ue procedía de uno de mis lados. Giré lentamente la cabeza, hasta encontrar a un humano de pelopincho rubio, y ojos azules. Me miraba, tenía una expresión de extraña rpreocupación, y estaba tratando de acercarse a mí. Me giré, hice desaparecer la guadaña entre una serie de brillitos negros, y le sonreí tiernamente.
Sin embargo, esa expresión de cariño, fue sustituída casi inmediatamente por una amplia sonrisa siniestra, y por un entrecejo fruncido de manera cruel. Le agarré con y rapidez fuerza del cuello, casi podía oirlo crujir un poquito por el repentino movimiento de haberle agarrado. Con la misma mano, tiré de él hacia arriba, elevándolo en el aire, y mirándolo desde abajo mientras me relamía. Después elevé la mano que tenía libre, y mostré una cuchilla dorada que se había deslizado de manera rápida desde un compartimento secreto del guante de metal que llevaba.
- Estoy... más que bien... Estoy henchida de poder...-siseé, divertida, y de un fugaz movimiento, incrusté la daga dorada en el pecho del humano...
- ¡NOOOO!
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
La oscura y tenebrosa nueva aura de Zayyn me pone los pelos de punta, la forma sanguinaria en la que acabo con el enemigo también me hacia dudar el siquiera acercarme a ella, pero quiero asegurarme de que ella y nuestro hijo no nacido están bien. Sin embargo me llena el miedo cuando ella se voltea y me ve, sin embargo me relajo por unos instantes cuando me sonríe, digo unos instantes ya que la sonrisa no dura mucho -¿Zayyn?- Es lo único que alcanzo a decir antes de que Zayyn me agarrara del cuello y me eleva en el aire, cortándome la respiración. Pongo ambas manos sobre el brazo de Zayyn para quitarme su mano de encima, pero eso no ayuda en nada.
Las palabras que Zayyn dice me asusta aún mas, pero no logro contestarle ni decirle nada ya que entonces siento algo afilado y frió que me atraviesa, entonces empiezo a sentir mucho dolor al mismo tiempo que siento que pierdo todo el aire de mis pulmones. Agarro con fuerza el brazo de Zayyn, pero ya no tengo escapatoria, la vida me esta abandonando, mi visión se vuelve borrosa, esta es la segunda vez que siento lo mismo la primera vez fue cuando me dispararon y creo que de esta no saldré con la misma suerte.
Miro a Zayyn a los ojos, no la miro con odio o para suplicarle clemencia, la miro con tristeza y con todas las fuerzas que me quedan digo las que quizás sean mis ultimas palabras -C...cuida... de nuestro... hijo...- Digo antes de colapsar, quedando como un muñeco de trapo en las manos de Zayyn. Aunque sigo vivo, la perdida de sangre y el daño interno acabaran con migo rápidamente.
Las palabras que Zayyn dice me asusta aún mas, pero no logro contestarle ni decirle nada ya que entonces siento algo afilado y frió que me atraviesa, entonces empiezo a sentir mucho dolor al mismo tiempo que siento que pierdo todo el aire de mis pulmones. Agarro con fuerza el brazo de Zayyn, pero ya no tengo escapatoria, la vida me esta abandonando, mi visión se vuelve borrosa, esta es la segunda vez que siento lo mismo la primera vez fue cuando me dispararon y creo que de esta no saldré con la misma suerte.
Miro a Zayyn a los ojos, no la miro con odio o para suplicarle clemencia, la miro con tristeza y con todas las fuerzas que me quedan digo las que quizás sean mis ultimas palabras -C...cuida... de nuestro... hijo...- Digo antes de colapsar, quedando como un muñeco de trapo en las manos de Zayyn. Aunque sigo vivo, la perdida de sangre y el daño interno acabaran con migo rápidamente.
Kenshi Haibu
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Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Un grito lejano, posiblemente de una mujer, aunque tampoco lo reconocí, como a ninguno de los que allí se encontraban. El humano rubio estaba ante mí, colgando de mi mano, y la sangre emanaba de la peligrosa herida que le había producido. Sonreí como una demente recién escapada del manicomio, el color rojo en esos momentos era bonito, era un color llamativo y excitante, y con solo verlo, sentía una coriente de adrenalina y júbilo pasar por mis venas.
Mi sonrisa titubeaba, mientras leves carcajadas salían de mi garganta y mis hombros continuaban convulsionándose. Mas no pude prestar atención por más tiempo a ese muñeco de trapo, pues se escucharon de repente unas pisadas precipitadas a mi espalda, y tuve que volverme y soltar al futuro cadaver, guadaña en mano otra vez, para enfrentarme a lo que había osado interrumpirme...
Sin embargo, si esperaba ver a un guerrero con brillante armadura, o a un digimon super grande y poderoso, me llevaría una "grata" sorpresa. En el mismo instante en el que mi cuerpo quedó frente a ese nuevo individuo, algo, un cuerpo pequeño y delgado, chocó contra mí, y me rodeó el cuerpo con unos brazos desnudos y jóvenes. Una chica humana, de aproximadamente unos doce años, y cabellos anaranjados lacios y largos, se había arriesgado a atacarme... No... No a atacarme... A abrazarme, y a pegar su rostro en mi cuerpo, como si mi persona fuera algo muy valioso para ella... como si... me conociera...
Se escucharon gemidos, gimoteos y sollozos. Mi mirada ambarina se clavó en la niña como si de dos cavos ardientes se tratasen, para intentar buscar una explicación por la que una niña hubiera decidido acercarse a la misma muerte, y desafiarla. Torcí el gesto, contrariada, y con un brillo de indiferencia, alcé la guadaña.
- ...-la niña continuaba aferrada a mí, no parecía querer separarse. Fue entonces, cuando alzó la mirada hacia mí, y cuando pude ver sus ojos, tan azules como el cielo-. Madre... detente... Por favor...
Mis ojos se abrieron como platos, fijos en los azules y llorosos de la niña. Tenía una expresión triste y desesperada, y pude ver... pude sentir en esos momentos, algo parecido a la calidez. Sentí cercanía, al ver a esa cría, sentía cariño, sentía...
Mi mano se dejó caer, la guadaña desapareció entre brillos oscuros nada más caer sobre el suelo y producir un tintineo metálico. Todo lo ajeno a nosotras pareció detenerse, ni siquiera me di cuenta de que mi cuerpo cambiaba, hasta dedigievolucionar en mi forma humana. Mis dedos temblaron, mientras miraba a la niña ue me había llamado "madre", reconociéndo en ella, los ojos de Kenshi, y el resto de mis rasgos faciales. Me llevé una mano a los labios, siendo ya consciente de lo que había estado haciendo, y extendí una mano temblorosa hasta rozar muy levemente la mejilla de la chica.
- Qué ven mis...-musité, sin poder creerlo.
Fue entonces cuando caí en la cuenta de algo. Con un grito de sobresalto y horror, me di la vuelta, a tiempo de ver a Kenshi tirado en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor.
- No... No otra vez... No...-comencé a hiperventilar cuando me agaché junto a él y tomé su rostro enter mis manos-. Kenshi... por favor, dime algo. No te vayas, no me dejes...-me sentía extraña y enormemente cansada, pero aún así, me obligué a mi misma a evolucionar de nuevo, esta vez a mi etapa mega. Con las fuerzas que me quedaban, creé un tornado curativo que nos envolvió a ambos-. Kenshi, por favor... Perdóname... perdóname...-murmuraba sin cesar, intentando curarle lo más rápido posible.
<< Vamos... Cosecha tu primera alma... Hemos de completar tu poder... >>
Mi sonrisa titubeaba, mientras leves carcajadas salían de mi garganta y mis hombros continuaban convulsionándose. Mas no pude prestar atención por más tiempo a ese muñeco de trapo, pues se escucharon de repente unas pisadas precipitadas a mi espalda, y tuve que volverme y soltar al futuro cadaver, guadaña en mano otra vez, para enfrentarme a lo que había osado interrumpirme...
Sin embargo, si esperaba ver a un guerrero con brillante armadura, o a un digimon super grande y poderoso, me llevaría una "grata" sorpresa. En el mismo instante en el que mi cuerpo quedó frente a ese nuevo individuo, algo, un cuerpo pequeño y delgado, chocó contra mí, y me rodeó el cuerpo con unos brazos desnudos y jóvenes. Una chica humana, de aproximadamente unos doce años, y cabellos anaranjados lacios y largos, se había arriesgado a atacarme... No... No a atacarme... A abrazarme, y a pegar su rostro en mi cuerpo, como si mi persona fuera algo muy valioso para ella... como si... me conociera...
Se escucharon gemidos, gimoteos y sollozos. Mi mirada ambarina se clavó en la niña como si de dos cavos ardientes se tratasen, para intentar buscar una explicación por la que una niña hubiera decidido acercarse a la misma muerte, y desafiarla. Torcí el gesto, contrariada, y con un brillo de indiferencia, alcé la guadaña.
- ...-la niña continuaba aferrada a mí, no parecía querer separarse. Fue entonces, cuando alzó la mirada hacia mí, y cuando pude ver sus ojos, tan azules como el cielo-. Madre... detente... Por favor...
Mis ojos se abrieron como platos, fijos en los azules y llorosos de la niña. Tenía una expresión triste y desesperada, y pude ver... pude sentir en esos momentos, algo parecido a la calidez. Sentí cercanía, al ver a esa cría, sentía cariño, sentía...
Mi mano se dejó caer, la guadaña desapareció entre brillos oscuros nada más caer sobre el suelo y producir un tintineo metálico. Todo lo ajeno a nosotras pareció detenerse, ni siquiera me di cuenta de que mi cuerpo cambiaba, hasta dedigievolucionar en mi forma humana. Mis dedos temblaron, mientras miraba a la niña ue me había llamado "madre", reconociéndo en ella, los ojos de Kenshi, y el resto de mis rasgos faciales. Me llevé una mano a los labios, siendo ya consciente de lo que había estado haciendo, y extendí una mano temblorosa hasta rozar muy levemente la mejilla de la chica.
- Qué ven mis...-musité, sin poder creerlo.
Fue entonces cuando caí en la cuenta de algo. Con un grito de sobresalto y horror, me di la vuelta, a tiempo de ver a Kenshi tirado en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor.
- No... No otra vez... No...-comencé a hiperventilar cuando me agaché junto a él y tomé su rostro enter mis manos-. Kenshi... por favor, dime algo. No te vayas, no me dejes...-me sentía extraña y enormemente cansada, pero aún así, me obligué a mi misma a evolucionar de nuevo, esta vez a mi etapa mega. Con las fuerzas que me quedaban, creé un tornado curativo que nos envolvió a ambos-. Kenshi, por favor... Perdóname... perdóname...-murmuraba sin cesar, intentando curarle lo más rápido posible.
- Spoiler:
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
El cuerpo de Kenshi yacía inerte sobre el suelo, sobre un charco de su propia sangre, sin embargo aun sigue vivo pero ese es solo un estado temporal. Cuando Zayyn se transforma en su forma mega para sanar a Kenshi, sus heridas sanan lentamente, dejando una cicatriz, sin embargo Kenshi aun no despierta.
Mientras tanto, un Digimon se acerca a la chica de cabello naranja, identificada como la "hija" de Zayyn, este Digimon es un Valkyrimon, quien desenfunda su espada y con ella toca delicadamente el suelo, lo que provoca que el piso comience a congelarse, entonces grandes pilares de hielo salen de la tierra, formando una especie de iglú que encierra a Kenshi, Zayyn, la niña y su Digimon, quien finalmente guarda su espada.
Mientras tanto, un Digimon se acerca a la chica de cabello naranja, identificada como la "hija" de Zayyn, este Digimon es un Valkyrimon, quien desenfunda su espada y con ella toca delicadamente el suelo, lo que provoca que el piso comience a congelarse, entonces grandes pilares de hielo salen de la tierra, formando una especie de iglú que encierra a Kenshi, Zayyn, la niña y su Digimon, quien finalmente guarda su espada.
Kenshi Haibu
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Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Desesperada, veía a Kenshi en el suelo, rodeado por un gran charco de sangre, sangre que yo misma había derramado. No entendía por qué me había comportado así, recordaba haber sentido ansia de sangre, ansia de matar, no importaba a quien... Y Kenshi había sufrido las consecuencias.
- Kenshi... Por favor... -comencé a desesperarme, pero entonces, sus heridas empezaron a sanar, y casi lloré de felicidad. No obstante, el chico no despertaba, seguramente la pérdida de sangre lo había dejado mal, aunque no tanto como para morir-. Mi amor... Mi amor...-agachada junto a él, le tome su rostro entre mis manos y lo besé con desesperación, mientras sentía correr las lágrimas por mis mejillas.
Separé mi oscuro rostro de demonio del suyo, y sonreí, contenta. En ese momento olvidé por completo mi nueva condición, olvidé mis nuevos poderes, olvidé todo lo que no tuviera que ver con Kenshi... Sólo era él, él era lo único importante. Y nada más.
No obstante, algo ocurrió. Quizás fuera el cansancio después de haber "muerto" y "vuelto a la vida", quizás aún no controlaba bien del todo mis poderes, quizás mi cuerpo no se había acostumbrado... Habían sido demasiadas emociones en un solo día, y el haber evolucionado en Aeirmon, había agotado por completo todas mis energías, y por eso no pude evitar que la evolución terminara, y volviera a mi forma humana.
- Qu...-sentí a mis energías reducirse de golpe, pero al menos tuve la oportunidad de darme la vuelta de nuevo, y ver el rostro de la niña...-. Mi... hija... Mi peque... ña...
Mi mente no pudo soportarlo más, lo último que alcancé a ver antes de verlo todo negro y desmayarme junto a Kenshi, fue a la niña de cabellos naranjas sosteniendo algo redondo y brillante entre sus manos.
A partir de ese momento, todo fueron imagenes muy poco nítidas y claras. Me vi de nuevo en aquel lugar, guadaña en mano, vi el cuerpo de Kenshi inerte, y sin vida, vi su alma introducirse en la siniestra arma, y para mi horror, no sentí remordimiento alguno. Supe enseguida que aquello ean sueños, pero eso no lo hacía menos llevadero, era desesperante ver el cuerpo sin vida del chico...
La imagen cambió de nuevo, esta vez para mostrar una escena en una casa, con todos mis digimons rodeándome, mientras yo chillaba en una cama, haciendo fuerza por traer a la vida a una nueva personita. Vi a la niña, una niña que, a pesar de la sangre y de los fluídos que la rodeaban, me pareció lo más bonito del mundo.
Luego volvió a cambiar. Los años pasaron a través de las imágenes. Los estantes se llenaron de fotos en las cuales sólo aparecíamos la pequeña y yo, y en alguna ocasión también alguno de mis digimons, pero Kenshi no aparecía por ningún lado...
De repente, y por última vez, todo volvió a cambiar, y esta vez, la escena no se desarrollaba en una casa.
Yardas muertas, y un verde pasto alrededor de ellas. Zonas por cavar, zonas con tierra y grandes piedras planas con epitafios. Mi persona miraba distraída una de las tumbas, mientras una brisa solemne y sineistra revolvía mis cabellos. Pude fijarme en los carácteres japoneses de la lápida, al igual que su equivalente en el alfabeto latino.
Estaba sola en el cementario, completamente sola, mirando la tumba. Por un momento, sentí alegría, pero hasta un par de segundos más tarde, no supe por qué... Luego fue cuando saqué un frasco del bolsillo, y derrame todo su contenido por mis labios...
- Kenshi... Por favor... -comencé a desesperarme, pero entonces, sus heridas empezaron a sanar, y casi lloré de felicidad. No obstante, el chico no despertaba, seguramente la pérdida de sangre lo había dejado mal, aunque no tanto como para morir-. Mi amor... Mi amor...-agachada junto a él, le tome su rostro entre mis manos y lo besé con desesperación, mientras sentía correr las lágrimas por mis mejillas.
Separé mi oscuro rostro de demonio del suyo, y sonreí, contenta. En ese momento olvidé por completo mi nueva condición, olvidé mis nuevos poderes, olvidé todo lo que no tuviera que ver con Kenshi... Sólo era él, él era lo único importante. Y nada más.
No obstante, algo ocurrió. Quizás fuera el cansancio después de haber "muerto" y "vuelto a la vida", quizás aún no controlaba bien del todo mis poderes, quizás mi cuerpo no se había acostumbrado... Habían sido demasiadas emociones en un solo día, y el haber evolucionado en Aeirmon, había agotado por completo todas mis energías, y por eso no pude evitar que la evolución terminara, y volviera a mi forma humana.
- Qu...-sentí a mis energías reducirse de golpe, pero al menos tuve la oportunidad de darme la vuelta de nuevo, y ver el rostro de la niña...-. Mi... hija... Mi peque... ña...
Mi mente no pudo soportarlo más, lo último que alcancé a ver antes de verlo todo negro y desmayarme junto a Kenshi, fue a la niña de cabellos naranjas sosteniendo algo redondo y brillante entre sus manos.
* * * * *
A partir de ese momento, todo fueron imagenes muy poco nítidas y claras. Me vi de nuevo en aquel lugar, guadaña en mano, vi el cuerpo de Kenshi inerte, y sin vida, vi su alma introducirse en la siniestra arma, y para mi horror, no sentí remordimiento alguno. Supe enseguida que aquello ean sueños, pero eso no lo hacía menos llevadero, era desesperante ver el cuerpo sin vida del chico...
La imagen cambió de nuevo, esta vez para mostrar una escena en una casa, con todos mis digimons rodeándome, mientras yo chillaba en una cama, haciendo fuerza por traer a la vida a una nueva personita. Vi a la niña, una niña que, a pesar de la sangre y de los fluídos que la rodeaban, me pareció lo más bonito del mundo.
Luego volvió a cambiar. Los años pasaron a través de las imágenes. Los estantes se llenaron de fotos en las cuales sólo aparecíamos la pequeña y yo, y en alguna ocasión también alguno de mis digimons, pero Kenshi no aparecía por ningún lado...
De repente, y por última vez, todo volvió a cambiar, y esta vez, la escena no se desarrollaba en una casa.
Yardas muertas, y un verde pasto alrededor de ellas. Zonas por cavar, zonas con tierra y grandes piedras planas con epitafios. Mi persona miraba distraída una de las tumbas, mientras una brisa solemne y sineistra revolvía mis cabellos. Pude fijarme en los carácteres japoneses de la lápida, al igual que su equivalente en el alfabeto latino.
<< 恥 健志
Kenshi Haibu
1994 - 2015 >>
Kenshi Haibu
1994 - 2015 >>
Estaba sola en el cementario, completamente sola, mirando la tumba. Por un momento, sentí alegría, pero hasta un par de segundos más tarde, no supe por qué... Luego fue cuando saqué un frasco del bolsillo, y derrame todo su contenido por mis labios...
<< Fue entonces cuando supiste que yo ya era capaz de valerme por mí misma... Fue entonces cuando me dejaste... >>
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
El joven humano no tiene recuerdos de lo que sucedió después, se había desplomado en el suelo tras recibir de lleno el poderoso impacto del ataque del demonio que lo impulso en la cueva hasta en las afueras de este dejando su cuerpo inconsciente cerca el de su compañero digital; ZeedGarurumon.
El humano comenzó a moverse lentamente del sueño una señal de que por fin estaba recobrando los sentidos lo cual comienza en abrir pesadamente sus parpados que recorrieron en lugar con la vista pero la visión se tornaba muy borrosa como para identificar alguna persona familiar simplemente lograba ver bultos negros, un torno gris y una enorme ''roca'' de colores metalizados muy cerca en donde estaba el joven humano híbrido, apoya sus manos en el duro suelo para tener un soporte lo cual pararse lentamente del suelo aunque la tarea no fue fácil; sus piernas se encontraban dormidas y había perdido una gran cantidad de fuerza sin embargo logro incorporarse totalmente.
-¿Que demonios... Paso...?-Se froto los ojos y comenzó afinar su vista, lo primero que vio fue el cuerpo inconsciente de su compañero digital por lo tanto sintió alivio por verlo sin ningún rasguño y aun seguía a su lado.- Por lo menos tu estás bien. No se como termine aquí... Recuerdo a ver visto a Zayyn pero... Con un nuevo aspecto.-Se hablo así mismo ¿Que tiene de malo hablar con uno mismo? Ya el joven albino se acostumbro hablarse muchas veces consigo mismo que le parecía hasta interesarse cuestionarse y hablarse, a veces es entretenido siempre y cuando se encontraba solo en una zona aislado.
El humano inclino la cabeza a un lado, mientras que miraba hacía adelante, le pareció ver una silueta acercarse a algo, para ver el rostro del extraño tendría que acercarse e investigar. No tenía nada que perder e igual tenía que hallar a Zayyn o a Kenshi, no puede imaginar si lo abandonaron cuando se desmayo. Antes de seguirla, introduzco los datos del inconsciente cuerpo de ZeedGarurumon a su dispositivo digital. Con pasos lentos se dirigio a la zona donde vio aquella persona desconocida aunque le era familiar la silueta igual quiso asegurarse, estaba muy cansado como para usar sus agudos sentidos y estás alturas aun no se acostumbraba usar el Digivice por lo tanto no se acordó del dispositivo digital.
-¿Hola? ¿Hay alguien allí? ¡Zayyn! ¡Kenshi! ¡¿Me oyen?! ¡¿Que paso con el ejercito?! ¿Que te sucedió a ti Zayyn!? ¡HOLAAA!-Grito con todo la fuerza que tenía para atraer la atención de algún conocido pero no recibió respuesta y comenzaba a preocuparse.- Esto no es divertido ¿Sera que se fueron o lo secuestraron?-Intento deducir mientras continuaba acercándose.
Un ligero sentimiento de horror y asombro rozo la expresión del albino al llegar a la zona donde miro aquella silueta aparentemente femenina pero viendo la escena le hizo entrar en posibles teorías de ver aquella chica de pelo naranja cuyo rostro nunca conoció en la vida ¿Quien rayos es ella? Miro los cuerpos inconscientes de sus amigos y ella estaba allí cerca, ¿Sera la responsable de que ellos se desmayen? No... Pensándolo bien, la chica no portaba un digimon y Zayyn pudo a verla derrotada si aun estaba como la Novena Muerte... Pero algo hace esa chica como para estar cerca del cuerpo de la pelirroja. Sin vacilar dio un ligero salto para acercarse mucho más cerca a la persona desconocida y lo miro con desconfianza mientras
-¡Tu! ¿Quien demonios eres y que diablos haces aquí? Nunca te e visto cuando el ejercito de Plutomon nos ataco por lo tanto eres nueva para mí y te estoy viendo cerca de los cuerpo de mis amigos.-Exigió con desconfianza mientras se posaba para pelear.- Alejate del cuerpo de mi prima si no quieres recibir daño o mejor aun, ¿Que diablos has hecho como para que mis amigos estén inconscientes y porque estas tan cerca de mi prima? Así tal ves me lo piense y no te siga molestándote.-Le propuso el joven albino esperando una colaboración de aquella chica desconocida.
El humano comenzó a moverse lentamente del sueño una señal de que por fin estaba recobrando los sentidos lo cual comienza en abrir pesadamente sus parpados que recorrieron en lugar con la vista pero la visión se tornaba muy borrosa como para identificar alguna persona familiar simplemente lograba ver bultos negros, un torno gris y una enorme ''roca'' de colores metalizados muy cerca en donde estaba el joven humano híbrido, apoya sus manos en el duro suelo para tener un soporte lo cual pararse lentamente del suelo aunque la tarea no fue fácil; sus piernas se encontraban dormidas y había perdido una gran cantidad de fuerza sin embargo logro incorporarse totalmente.
-¿Que demonios... Paso...?-Se froto los ojos y comenzó afinar su vista, lo primero que vio fue el cuerpo inconsciente de su compañero digital por lo tanto sintió alivio por verlo sin ningún rasguño y aun seguía a su lado.- Por lo menos tu estás bien. No se como termine aquí... Recuerdo a ver visto a Zayyn pero... Con un nuevo aspecto.-Se hablo así mismo ¿Que tiene de malo hablar con uno mismo? Ya el joven albino se acostumbro hablarse muchas veces consigo mismo que le parecía hasta interesarse cuestionarse y hablarse, a veces es entretenido siempre y cuando se encontraba solo en una zona aislado.
El humano inclino la cabeza a un lado, mientras que miraba hacía adelante, le pareció ver una silueta acercarse a algo, para ver el rostro del extraño tendría que acercarse e investigar. No tenía nada que perder e igual tenía que hallar a Zayyn o a Kenshi, no puede imaginar si lo abandonaron cuando se desmayo. Antes de seguirla, introduzco los datos del inconsciente cuerpo de ZeedGarurumon a su dispositivo digital. Con pasos lentos se dirigio a la zona donde vio aquella persona desconocida aunque le era familiar la silueta igual quiso asegurarse, estaba muy cansado como para usar sus agudos sentidos y estás alturas aun no se acostumbraba usar el Digivice por lo tanto no se acordó del dispositivo digital.
-¿Hola? ¿Hay alguien allí? ¡Zayyn! ¡Kenshi! ¡¿Me oyen?! ¡¿Que paso con el ejercito?! ¿Que te sucedió a ti Zayyn!? ¡HOLAAA!-Grito con todo la fuerza que tenía para atraer la atención de algún conocido pero no recibió respuesta y comenzaba a preocuparse.- Esto no es divertido ¿Sera que se fueron o lo secuestraron?-Intento deducir mientras continuaba acercándose.
Un ligero sentimiento de horror y asombro rozo la expresión del albino al llegar a la zona donde miro aquella silueta aparentemente femenina pero viendo la escena le hizo entrar en posibles teorías de ver aquella chica de pelo naranja cuyo rostro nunca conoció en la vida ¿Quien rayos es ella? Miro los cuerpos inconscientes de sus amigos y ella estaba allí cerca, ¿Sera la responsable de que ellos se desmayen? No... Pensándolo bien, la chica no portaba un digimon y Zayyn pudo a verla derrotada si aun estaba como la Novena Muerte... Pero algo hace esa chica como para estar cerca del cuerpo de la pelirroja. Sin vacilar dio un ligero salto para acercarse mucho más cerca a la persona desconocida y lo miro con desconfianza mientras
-¡Tu! ¿Quien demonios eres y que diablos haces aquí? Nunca te e visto cuando el ejercito de Plutomon nos ataco por lo tanto eres nueva para mí y te estoy viendo cerca de los cuerpo de mis amigos.-Exigió con desconfianza mientras se posaba para pelear.- Alejate del cuerpo de mi prima si no quieres recibir daño o mejor aun, ¿Que diablos has hecho como para que mis amigos estén inconscientes y porque estas tan cerca de mi prima? Así tal ves me lo piense y no te siga molestándote.-Le propuso el joven albino esperando una colaboración de aquella chica desconocida.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
La niña de cabellos naranjas mira fijamente al chico albino, se nota como ella frunce el ceño un par de veces antes de relajarse para contestarle a Zerker -Siempre has sido asi de impertinente, cuídate, eso es lo que te va a matar en unos años mas... tio- Dice la niña antes de que un Digimon aparezca a sus espaldas, esta un Digimon alto con una armadura blanca, una espada y un ave sobre uno de sus hombros, un Valkyrimon. Pero antes de que se pueda realizar cualquier maniobra agresiva por parte de los dos bandos, la niña y el Digimon desaparecen, como si se disolvieran en el aire tras un haz de luz.
Lentamente empiezo a despertar, me siento en el suelo y me llevo las manos al pecho al sentir un profundo dolor punzante, pero entonces para terror mio descubro que mi ropa esta cubierta de sangre, mi ropa esta rota en el pecho y tengo una misteriosa cicatriz en el pecho que antes no tenia -¿Que rayos paso?- Digo algo asustado sin poder recordar con exactitud lo que ocurrió hace un rato.
Lentamente empiezo a despertar, me siento en el suelo y me llevo las manos al pecho al sentir un profundo dolor punzante, pero entonces para terror mio descubro que mi ropa esta cubierta de sangre, mi ropa esta rota en el pecho y tengo una misteriosa cicatriz en el pecho que antes no tenia -¿Que rayos paso?- Digo algo asustado sin poder recordar con exactitud lo que ocurrió hace un rato.
Kenshi Haibu
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Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Continué inconsciente durante todo el resto del rato. Ni siquiera vi marchar a mi pequeña, aquella que me había salvado de matar al amor de mi vida, a su padre, al hombre con el que quería vivir en familia por el resto de mis días. Mis digimons estaban insconscientes, o al menos la mayoría. Kali había regresado a su etapa bebé, al igual que Rukriel. Fenrir, quien había estado en la cueva, había conseguido salir recientemente debido a que la entrada se había colapsado por miles de rocas apiladas las unas sobre las otras. El digimon con apariencia humana, acudió corriendo al lugar.
- ¡¿Qué ha pasado?! ¡Señora!-exclamó al ver mi cuerpo junto al de Kenshi, aunque este ya despertado, algo confundido despues de haber sido testigo de tantas cosas.
- ¡¿Qué ha pasado?! ¡Señora!-exclamó al ver mi cuerpo junto al de Kenshi, aunque este ya despertado, algo confundido despues de haber sido testigo de tantas cosas.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Escucho atentamente las palabras de la misteriosa chica de pelo naranja que básicamente lo dejaron sin voz por el asombro de lo que dijo esta extraña e inclino la cabeza un lado extrañado y intento deducir sus palabras, pero no importaba cuando se esforzaba, no consiguió sacar una conclusión lógica y eso lo enfureció internamente al sentirse estúpido en no poder descubrir las intenciones de la chica.
-¿Tío? ¿Mi muerte? ¡¿De que estás hablándome?!-Grito el albino mirándola con desconfianza e incredulidad sin embargo con los ojos abiertos como plato se quedo plantado mirando como la chica desaparecía frente sus heterecromaticos ojos.- ¡Espera! No entiendo lo que me dices ¿Quien eres? ¡ALTO!-Exclamo el joven híbrido cuyo intento fue en vano porque la chica ya se había ido con un monstruo digital que seguramente era su digimon.
¿Como te sentirías si una persona te hablará de cosas raras y desaparece de la nada? Era una sensación extraño que te revolvía el estomago por una profunda curiosidad aunque muy en el fondo no lo quieres saber... Así se sentía Zerker bajando la cabeza quedando clavado su mirada en el suelo bastante fastidiado sin lograr comprender la situación, todo paso tan rápido... ¿Tío? ¿Muerte? ¿Impertinente? ¿Quien era esa chica? ¿Que fue lo que paso realmente? Tantas preguntas sin respuestas y ahora a cargo de dos cuerpos inconscientes sin un hospital a la vista... Bajo de las nubes cuando escucho el alarmante grito de un chico a espaldas suyas; Es Kenshi finalmente despierto de su profundo sueño y vio aproximarse lo que parecía una persona humana.
Se acerco el cuerpo de la pelirroja.- Sigue viva.-Anuncio Zerker a Kenshi para calmarlo.- Y no tengo idea de lo que paso sinceramente, así lo vi cuando llegue pero hubo una chica muy rara que me llamo ''Tío'', estuvo cerca de Zayyn aparentemente un buen rato... Es lo único que se.-Explico con disgusto.- ¿Se puede saber que sucedió?-Quiso averiguar Zerker ya estando arto de no saber la situación y porque Zayyn esta inconsciente.
-¿Tío? ¿Mi muerte? ¡¿De que estás hablándome?!-Grito el albino mirándola con desconfianza e incredulidad sin embargo con los ojos abiertos como plato se quedo plantado mirando como la chica desaparecía frente sus heterecromaticos ojos.- ¡Espera! No entiendo lo que me dices ¿Quien eres? ¡ALTO!-Exclamo el joven híbrido cuyo intento fue en vano porque la chica ya se había ido con un monstruo digital que seguramente era su digimon.
¿Como te sentirías si una persona te hablará de cosas raras y desaparece de la nada? Era una sensación extraño que te revolvía el estomago por una profunda curiosidad aunque muy en el fondo no lo quieres saber... Así se sentía Zerker bajando la cabeza quedando clavado su mirada en el suelo bastante fastidiado sin lograr comprender la situación, todo paso tan rápido... ¿Tío? ¿Muerte? ¿Impertinente? ¿Quien era esa chica? ¿Que fue lo que paso realmente? Tantas preguntas sin respuestas y ahora a cargo de dos cuerpos inconscientes sin un hospital a la vista... Bajo de las nubes cuando escucho el alarmante grito de un chico a espaldas suyas; Es Kenshi finalmente despierto de su profundo sueño y vio aproximarse lo que parecía una persona humana.
Se acerco el cuerpo de la pelirroja.- Sigue viva.-Anuncio Zerker a Kenshi para calmarlo.- Y no tengo idea de lo que paso sinceramente, así lo vi cuando llegue pero hubo una chica muy rara que me llamo ''Tío'', estuvo cerca de Zayyn aparentemente un buen rato... Es lo único que se.-Explico con disgusto.- ¿Se puede saber que sucedió?-Quiso averiguar Zerker ya estando arto de no saber la situación y porque Zayyn esta inconsciente.
Re: Despierta y viva... La Novena Muerte ha renacido (Grecia)
Miro de reojo a Zerker hablándole a la nada antes de empezar a hablarme a mi sobre una niña misteriosa que estaba con Zayyn, sin embargo no entiendo lo que me dice. Mientras tanto, me llevo las manos a la cabeza ya que de pronto empiezo a sufrir de una fuerte jaqueca. Sin embargo el dolor se va rápidamente y entonces recuerdo lo que paso, Zayyn me apuñalo y entonces me desmaye, no debería estar vivo, pero al parecer ella me curo antes de que ella se desmayara. -Zayyn me apuñalo... casi muero, al parecer me curo antes de desmayarse- Le digo a Zerker antes de levantarme del suelo -En cuanto a lo de la niña fantasma... hay que esperar a que Zayyn despierte para preguntarle- Le Digo al albino mientras miro a la pelirroja en el suelo, luego me acerco a ella para levantarla y llevarla en brazos -Vamos a casa... creo que ya no hada mas que hacer aqui- Digo a Zerker mientras veo a lo lejos a Gaioumon involucionar a Ryudamon para luego acercarse caminando hacia mi.
Kenshi Haibu
Edad PJ :
21
Edad User :
29
Digienergia :
2843
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
-Digivice Burst
-Espada Suchīrusutingu
-Espada Suchīrusutingu
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