Humanos y digimons

En mi travesía para ser mas fuerte, mucha mas que cualquier digimon conocido y por conocer, me adentro dentro de un bosque que se suponía se llamaba ''Tierras Espirituales'', un hogar para digimons insectos, bestias y demás especies para comenzar el entrenamiento que me proponía.
Al dar unos pasos había algo extraño en la atmósfera ya que ningún ser aparecía y eso era bastante sospechoso, así que seguía el camino para encontrar a algún oponente digno o al menos uno que me hiciera mas fuerte.

Miedosos... se esconden de mi; decía mientras seguía caminando viendo al rededor cuando de pronto sentí unas presencias extrañas, no era digimon o bueno, uno si y la otra presencia era de algo muy conocido y me alertaba cada vez mas hasta escuchar unos pasos estando en guardia con la espada de bambú en mis manos.

Al pasar unos minutos caminando sin encontrar nada, por fin logré ver unos digimons tipo baba verde que como era forastero no tenía la mas remota idea del como se llamaran, por lo único que tenía curiosidad era el porque se iban tan rápido del lugar. ¿Acaso la huida de los digimon en el lugar fuese por mi culpa o por algo que da mucho mas miedo?
Fuese lo que fuese me importaba poco, pero si fuera un digimon mas aterrador por las zonas, claramente iría a buscarlo y a acabarlo para valer mi fuerza por el orgullo samurai y guerrero que eh tenido desde que era un pequeño.
Mientras estaba en guardia alcancé a observar a un digimon y a otro ser extraño pero se veía a simple vista que era femenino pero no distinguía bien que sería por lo que me acerqué con la espada de bambú en mano en caso que fueran agresivos.

De inmediato presencié que era una humana y un digimon que la acompañaba que dentro de mi ser, algo despertó, un recuerdo del pasado del odio hacia los humanos por el exterminio de mi raza a causa de los humanos manipuladores de digimons.
Aunque sentía desprecio hacia los seres humanos, no podía dejar que los modales se saltaran ya que me había criado como parte de la realeza y por consecuencia existían ciertas reglas de caballerosidad dependiendo si fuera aliado o enemigo.

De esa manera me acerqué mas guardando en mi espalda la espada de bambú dirigiéndome hacia la Salamon que acompañaba a la humana. Al fin veo un ser digimon por aquí y... un humano... Me presento, soy Matires; decía con cortesía observando cuidadosamente cada movimiento de la humana.

Me había metido en el Digimundo para buscar Digimon sobrevivientes, con la intención de no solo salvarlos, sino de reclutarlos. Junto conmigo habían entrado mis 2 camaradas, Ysera la Dorumon y Fistus el Kotemon. Ellos se mostraban algo preocupados con lo de venir a este mundo gris a causa del virus.

Caminamos un buen rato por todo el lugar, hasta que avistamos a algunos numemons huyendo. Éstos seres no nos interesaban, porque la verdad no merecían sobrevivir ya que eran un desperdicio de datos. Aunque quise averiguar de qué huían, por lo cual nos dirgimos en dirección de donde provenían esos repugnantes seres. Al llegar a la fuente divisamos a un Kotemon, una Salamon y a una chica de pelo rubio.

Observando a la humana acercarse ignorando casi el espacio personal de cada individuo, entonces me aleje con dos pasos hacia atrás sin alarmarme ya que solo me incomodaba entablar conversación con humanos, aún así me parecía algo muy extraño sabiendo por el pasado como era la raza humana que esta no me atacara u ordenara a la digimon que la acompañara que lo hiciera por ella.

Debo ser sincero, odio a los huma...; interrumpía la oración al darme cuenta de unas presencias algo conocidas y maléficas que causaban escalofríos por el cuerpo y me hacía recordar todo el acontecimiento de la muerte de mi padre.
De inmediato mi postura se puso a estar mas serio viendo de reojo a la Salamon sosteniendo de un modo seguro y rápido la espada de bambú que llevaba en mi espalda.

¿Llamaron a mas humanos?; decía de manera cortante y fría viendo a la humana y a la digimon sin saber aun si la respuesta que me dieran las creería o seguiría mis recuerdos y desconfiaría aún mas.

Observé la situación desde las sombras durante un momento. Había logrado entender que el Kotemon ese no era camarada de la chica de pelo rosado, aunque si lo era el Salamon. No podíamos quedarnos por más tiempo oculto, ya que habían descubierto nuestra posición, así que salimos tranquilos del escondite.

-Veo que no son tontos al menos.- dije un cumplido de manera burlona, mientras mis camaradas y yo aun poseíamos una seria mirada. -Aunque eso no quiera decir que sean fuertes.- aclaré, mientras Fistus encaraba al Kotemon e Ysera a la Salamon. -Si son fuertes, quizás los deje vivir e incluso podría invitarlos a formar parte de nuestro ejército.- terminé diciendolo de manera algo maligna.

No me convencía del todo las palabras y reacción de la humana, ya que para mi esa raza era de seres engañosos, arteros y calculadores. Por otro lado su tono de voz y su mirada representaban algo de temor pero sinceridad, sentimientos que no creía que estos tuvieran, así que hasta el momento decidí creerle siempre y cuando no hiciera nada peligroso.
Al fin divisando a los seres y que nos observaban como depredadores a su presa, no eran mas que un humano y dos digimons que le hacían compañía, que sencillamente pude descifrar que eran un Dorumon y un Kotemon que nos miraban de forma desafiante.

Tss jajaja ¿hacer equipo con un despreciable humano?; Dije en voz alta estirando el brazo que tenia la espada de bambú, dejando la punta de mi arma enfocando al humano de vestimenta oscura que había aparecido en tono de respuesta a lo que había este mencionado, olvidando por completo que estaba acompañado.

OFF: Debido a la tardanza de Rosetta, salteo su turno

-Je, tu elijes.- me resigné sin mucho interés en especial por esos seres. -Pero solo me interesan si son algo fuertes.- les aclaré amablemente mientras Fistus desenfundaba su espada de madera apuntando hacie el Kotemon.

-Espero que estés listo.- le dijo a su igual, apretando fuerte su arma y sosteniéndola frente a él mismo.

''Pero solo me interesan si son algo fuertes'' ¿era en serio lo que decía este despreciable y burlón humano?, medir mis fuerzas estaba en mis planes pero ser parte de un ejercito con un ser tan inferior y desconfiable como lo era un humano era algo que preferiría auto-destruirme solo.

Ja... no tendré piedad con una basura aliada con un humano; Me armé con ambas manos en la espada de bambú, estando en la misma posición de pelea que el otro Kotemon que parecía mas enfocado a otra cosa que a enfrentarse a mi.

Salamon ¿no? no te atrevas a atacarlos, son mios; sonreía aunque no se viera por el casco de kendo que siempre llevábamos los kotemons desde el inicio del digimundo, viendo solamente a mi oponente extrañándome aun mas que no hubiera ninguna presencia aunque fuera pequeña de algún digimon por la zona.

Miré a la chica de pelo rosa cuando dijo de que éramos aduladores. -Pues solo él,- le empecé a aclarar despectivamente a la muchacha. -pero yo tengo motivos para mostrarme algo, como decirlo, creído.- terminé diciéndole al momento de que me percataba de que esta chica no era problema alguno con su Salamon. Ese gato digital no perdió el tiempo, puesto que se lanzó hacia mis camaradas.

Ysera, mi Dorumon, se dio cuenta de esta acción ofensiva por parte del Digimon felino. Para contrarrestar su ataca, ella sacó su Dino Tooth y, apuntando hacia el cuello del cachorro en forma de estocada. Con esto, si no le hacía peligrar al Salamon, le dejaría herido.

Por otro lado, Fistus, mi Kotemon, le hizo una seña con la cabeza al otro Digimon para que se fueran un poco más lejos, así no quedan involucrados en el otro combate y peleaban en dos  1 versus 1.

Al momento de decirle a la digimon gato que no se involucrara, esta no me hizo el menor caso saltando hacia el contrincante que lo contra restaba la Dorumon con un ataque. En ese momento me daba lo mismo lo que esta hiciera ya que se veía que Salamon era una digimon fuerte, aunque fuera que estuviera acompañada de una humana que ahora estaba sacando una personalidad algo sarcástica como todos los humanos a los que les había entablado pelea o simplemente la palabra.
En ese mismo momento el Kotemon me hizo una señal que nos apartáramos, cosa que comprendí bien y deduje que esto sería al fin honorable, un combate de espadas entre digimons de la misma especie que fuera de 1 contra 1 sin interrupciones o alteraciones externas.

Que no te maten ¿entendido?; le dije a la Salamon pero también a la humana que estaba sirviendo de apoyo o solamente de estorbo. En todo caso me fui a un lugar apartado con el digimon del humano. Comencemos; empuñaba mi espada de bambú con ambas manos en posición de combate con ambos pies bien puestos en la tierra.