Fantasmas en el cementerio [Misión de Matires]

Los habitantes de la Metrópolis de Tokio mencionan algo de que hay fantasmas en el cementerio, y que están asustando a todos los visitantes los cuales van a visitar a su difuntos familiares. Como te encontrabas cerca decides revisar el cementerio y encargarte de la Posible amenaza que hay allí. Uno de los habitantes del lugar, te mira y piensa que eres un niño disfrazado, aquel humano te advierte de que no te acerques al cementerio ya que se rumorea de que hay fantasmas habitando allí. Pero como tu eres un Digimon y sientes la presencia de otro Digimon en aquel lugar, decides ir a investigar un poco, ya que como se trata de uno de los tuyos puedas convencerlos de que se marchen.

Estando en el mundo humano tras uno de mis viajes, nace la curiosidad de saber el porque los digimons se mantenían al margen en este lugar tan extraño y como no me importaba lo que pasara simplemente caminaba libremente por ahí, escuchando rumores además de unos fantasmas en el cementerio. Tras una advertencia y que se rieran los humanos que me veían como si fuera lo que llamaban ''un niño disfrazado'', traté lo mas que pude contener la calma y cuando iba a explotar de la ira comencé a percibir el aroma a digimon.
Una presencia diferente a los humanos y a otro ser que llamaban ''animales'', por lo que podría ser un digimon o varios según la peste que emanaba por todo el lugar y extrañamente nadie mas lo podía sentir.

Humanos... son unos miedosos; balbuceaba mientras seguía la presencia que se hacia mas y mas fuerte a la medida que me acercaba a unas rejas negras que dentro se encontraban lápidas en fila.
Al ver mi entorno no se encontraba ni animales y menos humanos quizás por el miedo de los rumores que habitaban fantasmas en el cementerio, de igual forma de un salto pase las rejas cerradas estando en el otro lado viendo este sitio sin nada mas que lápidas, escrituras extrañas y flores marchitas en cada una de ellas.

Sus muertos...; dije caminando lentamente viendo de reojo lado a lado para divisar a los dichosos fantasmas que según la presencia que se sentía no eran mas que digimons corrientes.

Mientras el Kotemon caminaba por el espeluznante cementerio, podía sentir un sudor frió recorrer por su espalda, como si algo o alguien lo estuviera siguiendo, pero cuando este se giraba no había nadie allí. La sombría brisa se podía escuchar en todo el cementerio, la cual hacia que las ramas de los arboles crujieran, y que las hojas sonaran de manera aterradora.

Poco después, el lugar se oscureció de manera extraña, pues las nubes negras habían tapado la luna, la única luz en aquel cementerio. Cuando las nubes descubrieron la luna y la luz regresara al lugar, un señor estaba parado de Kotemon, al parecer era el vigilante del cementerio, aquel señor se te acerco para preguntarte que hacías allí.

—Niño, ¿que haces aquí?—En la mano tenia una pala algo oxidada, su ojo derecho no estaba, y su olor no era muy agradable que digamos, ademas de que sus vestiduras estaban rasgadas por todos lados.

Caminando con cautela por el cementerio siento una sensación que creía haber olvidado ya hace mucho ¿podría ser miedo? eso seria absurdo. Controlando mis pasos respirando para relajar el pulso cardíaco viendo por todos lados cuando de pronto todo se oscurece estando casi a cero visibilidad producto que la luz de la luna se había obstruido por nubes o eso fue lo que pensé dándome cuenta que algo con un hedor nauseabundo se acercaba que por desgracia era muy confuso desde donde como si se tratara de un digimon volador.
Cuando la luz de luna al fin pudo aparecer nuevamente, quedé sorprendido al notar que delante de donde estaba parado había un ser humano con una herramienta echa de madera y metal oxidado que era muy extraño para mi, ademas de estar vestido con arapos pero algunos de ellos eran cortes.

... No soy un niño... veo que los fantasmas te atacaron; le menciono a esta persona notando los cortes con algo de líquido rojo que cae poco a poco por esos cortes de ropa.

El sujeto se mira así mismo, ¿fantasmas? De que estaba hablando ese niño, enterró su pala en la tierra y reposo su brazo sobre el mango de esta. Aferro su gélida mirada en el niño que decía no ser un niño, para aclarar sus dudas.

—¿Fantasmas? Esto es sangre de vaca, me callo encima.—Señalo el lugar donde la vaca estaba colgada, y su sangre caía dentro de una cubeta. El sujeto no quito la mirada del "niño" ni por un segundo, le extrañaba de que anduviera por estos lares a altas horas de la noche.—La noche de Halloween ya paso, ¿sabias?

Observo que el humano entierra ese objeto oxidado en el suelo mirándome fijamente diciendo unas palabras que no entendía y tampoco quería saber, pero de igual manera me entraba la curiosidad de que es una ''vaca'' que al instante veo un ser colgado de lo mas extraño para mi ya que parecía un digimon pero tenía aroma y características de que no lo eran.
Al instante el humano menciona algo que ya lo había escuchado de otros de su especie, por la única diferencia que los otros se reían.
Importándome lo mismo el ser que estaba delante, caminé un paso estando un poco mas cerca de este, elevando la mirada ya que era mas alto pero sin dejar de percibir el entorno siendo difícil por el edor que emanaba el humano.

No se que es eso... fuera de aquí están diciendo que hay fantasmas en este lugar, por eso estoy; dije sin quitarle los ojos de encima al humano de mal aroma que por lo visto él hacía lo mismo.

Cuando el Digimon se acerco al "humano", este se empezó a retorcer de manera extraña y repugnante. Todos sus miembros se retorcían y traqueaban. La piel del humano se empezó a caer, era asqueroso para quien lo viera de cerca. De repente, el cuerpo estallo en sangre dejando los restos del cuerpo por todo el cementerio. Del antiguo cuerpo humano, salio una especie de ente errante, un espíritu, o como muchos le decían, un fantasma, se trataba de un Bakemon.

—¡Hell's Hand!—Sin previo aviso, Bakemon ataco al Kotemon para exterminar con su vida y absorber sus datos.

Off:

Estando viendo al ser humano pude percibir la leve presencia de un digimon pero no tenía idea alguna de donde estaría, eso pensé por unos segundos hasta ver que al individuo que tenía enfrente comenzaba a derretirse y moverse extraño por lo que retrocedí unos pasos rápidamente sin poder sentir nada aún por el aroma desagradable a descomposición que emanaba el sujeto. ¿Descomposición? pensaba dándome cuenta que en este mundo al morir uno no se vuelve dato, sino que queda el cuerpo pudriéndose como el caso de la vaca colgada.
De pronto y sin darme cuenta el cuerpo del humano estallo esparciendo el líquido rojo de su cuerpo al que llamaba sangre por todo el cementerio, apareciendo y de inmediato atacando un digimon blanco flotando, muy parecido a un fantasma.

Estabas adentro del humano, que digimon mas repugnante; dije al bloquear el ataque del digimon con mi espada de bambú haciendo presión hacia delante, para que de esa manera alejarlo y poder contraatacar. En cambio lo que hice fue empujarlo para que retrocediera quedando en posición de guardia teniendo la mirada fija en el digimon blanco, tratando de sentir si había alguno mas cerca que me pudiera emboscar.

¡¿Quién eres?!; exclamé con seriedad notando que no estaba jugando y que sabia muy bien que estaba tratando con uno de mi especie por tener boca y atacar de esa manera.

El Digimon comenzó a reír de manera siniestra al ver como su ataque fue detenido por un simple Roockie, aunque solo estaba calentando, y todavía tenia mas ataques de donde había salido ese. Escucho atentamente las palabras que escupió el Kotemon, ¿y se hacia llamar Digimon? ¿Como uno de su propia especia no iba a conocerlo? Que vergüenza de Digimon.

—Soy Bakemon, ¿como es que un Digimon no conoce a uno de su misma especie?—Al terminar de hablar, se propuso a atacar de nuevo, para acabar con la vida del Kotemon y absorber sus datos.—¡Ghost Chop!

Off:

Sonreí aunque no se notara por el casco que siempre eh llevado puesto, escuchando las palabras de este digimon que parecía un fantasma que alardeaba ser Bakemon e hizo mención del como no conocía a uno de la misma especie, lo cual tal pregunta me causo gracia.

¿Debería conocer a un digimon que asusta a basura humana? tssk; De inmediato me abalancé con mi espada de bambú hacia el Bakemon, pero pocos segundos antes de propinarle un golpe con el arma este digimon desapareció, para luego aparecer detrás de mi sintiendo solamente un golpe estilo machetazo en la espalda provocando que me arrodillara viendo a mi enemigo de reojo resistiendo el dolor producido que de por si no fue mucho y eso me extrañaba.

Para ser digimon golpeas débil... ¡Trueno Guantelete!; Al darme vuelta esperando un poco que se acercara para luego efectuar un golpe con la espada de bambú desviado hacia el pecho del digimon.

OFF:

Antes de que el ataque de Kotemon diera a su objetivo, este desapareció sin dejar rastro alguno, cuando reapareció, estaba justo al frente del Kotemon. Poco después, una segunda voz se pudo escuchar desde lo desconocido...

—¡Poison Breath!—Un humo purpura empezó a esparcirse por todo el cementerio, el humo rodeo por completo a Kotemon, si aquel humo venenoso llegara a tocar las fosas nasales del Digimon reptil, moriría al instante. Al Bakemon no le haría daño, ya que era un Digimon del tipo Fantasma y podía desaparecer cuando quisiera.

Al desaparecer nuevamente y reaparecer un poco mas alejado en frente de donde estaba, impresionado por la velocidad de este digimon con características fantasmales.
Me puse de pie apoyado de mi espada para poder atacar al Bakemon de nuevo, pero algo iba mal ya que vi que un humo espeso muy oscuro me rodeaba sintiendo recién la presencia de otro digimon presente que antes no me había percatado por estar concentrado en el enemigo que tenía en frente.

...; Me tapo con un brazo la cara aguantando la respiración recordando las tácticas de combates que usabas humo venenoso por parte del ejército al que pertenecía.
Sin poder ver nada, solo recordando el lugar corrí para el lado para salir del humo, logrando salir respirando recién volviendo a ver a mi enemigo sin saber donde se encontraba subiéndome de un salto a una lápida del cementerio.

Unas manos salieron de la tierra atrapando a Kotemon con fuerza, Kotemon quedo atrapado en la tierra tan solo quedando su cabeza libre, estaba atrapado. Segundos después, el segundo Bakemon salio desde la tumba de donde Kotemon se encontraba antes de quedar sepultado.

—¡HAHAHAHA!—El segundo Bakemon comenzó a reír, tenían a su presa justo donde querían, ahora que Kotemon estaba inmóvil, sus datos serian absorbidos por el par de Digimons flotantes.

—¿A que sabrán sus datos?—El otro Bakemon dejo mostrar sus afilados dientes, mientras desparecía y reaparecía al lado del otro Bakemon.

Estando fuera del humo venenoso siento que me jalan los pies para abajo con la intención de enterrarme como un cadáver quizás, acto que no iba a permitir. Muy denigrante era el estar en el mundo humano y mucho mas que un digimon que físicamente no hacía casi ninguna amenaza fuera a vencerme y mas encima eran dos ahora contra los que combatía.
¡Trueno Guantelete!; De inmediato gracias con la maestría en el kendo lancé una estocada en el suelo atravesando unos centímetros de tierra para abajo, logrando soltarme y escapar rápidamente cometiendo el error de dejar mi arma, mi espada de bambú en el suelo.

La otra mitad de mi alma la había dejado en el campo de batalla con mis oponentes, para un guerrero sería la mayor de las deshonras escapar y no volver por su razón de ser que es su compañera, osea su arma, así que me escondí en una de las lápidas viendo y escuchando de unos cuantos metros como el otro digimon aparecía y que era igual un Bakemon que hablaba con el otro.

Por lo visto, Kotemon se había liberado de ser sepultado, eso molesto a Bakemon haciendo que frunciera el ceño y tomara la espada de kendo de Kotemon, ¿sin ella que iba a poder hacer? Ambos Digimons se echaron a reír, mientras buscaban el lugar en donde Kotemon se había escondido.

—¡¿Que creen que están haciendo?!—Una tercera voz se escucho en el cementerio, ¿otro Bakemon mas? Efectivamente, así era, un tercer Bakemon había aparecido allí, pero no estaba nada contento, estaba furioso por que el par de Bakemons se habían tardado con cumplir su objetivo, exterminar al intruso.

—Jefe, ya casi terminamos.—Dijo uno de los Bakemons con vos temerosa, estaba asustado de que su jefe los volviera a golpear por ser tan incompetentes.

—Todo es culpa de Bakemon, el lo dejo escapar.—El otro Bakemon señalo al primero, quería echarle la culpa a él para que este no fuera golpeado.

—¡¿COMO QUE ESCAPO?!—El jefe de los Bakemons estaba furioso, así que choco la cabeza de uno contra el otro, haciendo que el par de Bakemons salieran a buscarlo por todo el cementerio, pero antes de que se pusieran a buscar, el Bakemon que tenia la espada de Kendo se la lanzo a su jefe para que la guardara.

Escondido viendo lo que pasaba, se escucho una tercera voz que era otro Bakemon que aparecía, uno mas imponente que los demás y por lo visto los anteriores Bakemons le temían, por lo que deduje que este no seria cualquier adversario y una idea de inmediato paso por mi mente. La idea que tuve fue que si como suponía que este digimon era el líder de los otros dos, la única manera de salir de aquí y que los demás Bakemons se fueran, sería derrotándolo para asegurarles que era mucho mas poderoso que ellos.
Toda mi idea podría dar resultado, pero la desventaja era que no portaba mi arma, mi compañera en batallas, es decir, la espada que todo guerrero deposita su alma y espíritu para combatir, así que solo debía esperar al Bakemon mas débil que estuviera solo para quitarle mi arma, lo malo fue ver que estos digimon le habían pasado mi arma a su líder. Ya con muchos problemas pues ahora eran tres los adversarios, solo espere a que se alejaran lo suficiente para dejar al Bakemon líder solo y enfrentarlo, cosa que no sería tarea fácil.

... No me arriesgare; sostuve un fierro oxidado cerca que tenía el mismo largo de mi espada, solo que hueco y un poco mas pesado que me dificultaría golpear con rapidez.

Sin dudarlo mas y los tres Bakemons separados, fui por uno de los primeros a los que me enfrenté saltando propinándole un golpe fuerte en la cabeza con el fierro estando en su espalda para así no emitiera ruido.

El Bakemon cayo, pero tal acto hizo que el Bakemon llamara a los otros dos, fue una mala idea por parte del Kotemon, pues solo consiguió alertar a los demás Bakemons. El Bakemon que había sido golpeado, se levanto furioso y le lanzo un par de puñetazos a Kotemon. El jefe de los dos Bakemons tenia la espada kendo de Kotemon en mano, pero no se la quedo, se la lanzo al Digimon Roockie para que peleara como se debía.

Luego de haberle entregado la espada a su dueño, hizo un ademan con sus manos, dando señal al par de Bakemons a que atacaran al Kotemon y terminaran con esto de una vez por todas.

—¡Nightmare Wave!—Lanzo una onda oscura hacia Kotemon que es capaz de hipnotizar a sus enemigos, amplificando sus dudas hasta volverlos locos.

—¡Death Charm!—El segundo Bakemon lanzo un hechizo malvado y oscuro sobre Kotemon que puede acabar con su energía vital.

Por otro lado, el jefe de los Bakemons se encontraba observando como aquel Kotemon se libraría de los dos ataques.

Off:

Al golpear tan fuerte a este Bakemon, retumbo en el suelo gritando, cosa que no estaba en mis planes y eso iba a provocar que los demás llegaran tan de prisa que no pude contar los segundos de cuando ya estaba rodeado por ellos. En el instante este Bakemon se levantó lanzando puñetazos estando furioso, pero al estar confundido por el golpe pude esquivarlo con facilidad golpeándole nuevamente para arriba con el tubo de fierro viendo como el líder Bakemon aún tiene mi espada lanzándome esta.

Uno que tenga honor...; de inmediato le lancé a un Bakemon el fierro desviando su ataque hacia el cielo preparado para el otro ataque pues corría hacia el otro enemigo.

¡Trueno Guantelete!; De inmediato con la espada de bambú arremeto un golpe certero en la boca cosa que el hechizo colisiona con mi ataque eléctrico causando una explosión pequeña lanzando al Bakemon y a mi a lados opuestos estrellándome contra una lápida de roca que se rompe por el impacto.

OFF:

Los ataques de los Bakemons fue detenido, pero tanto Kotemon como Bakemon salieron disparados por la explosión causada por la descarga de Kotemon. El jefe de los Bakemon ya se había cansado de todo esto, y decidió entrar en batalla, pero no ataco a Kotemon, sino que a los dos Bakemons, a sus secuaces. El jefe atravesó sus corazones con sus manos fantasmales, haciendo que estos se convirtieran en datos para luego el absorberlos.

Cuando logro absorber los datos de los dos Bakemon, su cuerpo se vio obligado a ser rodeado por una serie de datos, haciendo que este Digievolucionara en su etapa Ultra. Su nuevo cuerpo era como el de una pequeña parca flotante, ademas de su afilada y dorada guadaña, y un colgante que tenia un ojo como amuleto, se trataba de Phantomon.

—Prepárate para morir, basura insolente.—Soltó una risa macabra que resonó por todo el cementerio, alzo su guadaña desapareciendo y reapareciendo al frente de Kotemon y le lanzo una serie de cortes con su guadaña.

Levantándome gracias a sostenerme en mi espada de bambú, alcanzo a ver solo como absorbe un Bakemon los datos de unos digimon pero ¿quienes?. Miraba para los lados y los otros Bakemons no estaban por lo que me sorprendí que uno hubiera absorbido a sus camaradas como si fueran solo basura... espera, ¿no sería ese el líder de los Bakemon? ya podía saber el porque querían destruirme, pero algo tan descabellado como matar y absorber a sus propios camaradas, eso suena algo muy macabro y cruel.
De pronto este digimon se hizo un poco mas grande y ya no era blanco, era una especie de brujo, como los humanos les decían y se sabía solo por el tamaño y la presencia que emanaba que este ser era realmente muy poderoso.

Me sorprendí al verlo desaparecer y aparecer justo frente a mi, una especie de hielo se sentía por mi espalda y mis piernas no respondían muy bien ¿era eso a lo que llamaban miedo?, no tenía la mas remota idea en esos segundos de pensamientos ante de alguna reacción, pues este no era ya un lugar para pensar estando en pleno combate con lo que quería desde un principio. ¡Un enemigo poderoso!.

Al ver que movía su guadaña, solo pude defenderme con la adrenalina a mil sosteniendo todo lo que podía la espada de bambú esperando que no se rompiera y tampoco viera el enemigo que tenía dificultades para caminar.

Phantomon se alejo un poco, el Kotemon había podido igualar su velocidad, lo cual lo sorprendió un poco. Luego de estar unos cuantos centímetros lejos de Kotemon, se limito a atacarlo una vez mas con su guadaña.

—¡Segadora de Almas!—Uso su guadaña para atacar a Kotemon con una fuerza oscura, esperando a que su ataque diera en el blanco.

Viendo que el digimon se aleja un poco de donde estaba con el rostro impactado y yo soportando el no caerme de rodillas por aún tener mis piernas entumecidas por el impacto con el Bakemon, solo me quedo viendo lo que hace elevando mi espada de bambú con ambas manos no en postura de kendo que es la punta de la espada en dirección al oponente, sino a como un guerrero samurai con la espada mirando al cielo.

Ven... je; la primera vez que sonreí y mas importante, la primera vez que reía ante alguien ¿sería quizás el saber que de esta batalla moriría? no, esa no era una sonrisa de alguien que va a morir, era una de adrenalina y de alguien que al fin observa la muerte con sus propios ojos y quiere vencerlo en el cuerpo de un oponente digno.

De inmediato cuando daba un paso para atrás al mismo tiempo que el oponente daba un ataque con su guadaña, me tropecé con una roca cayendo de espaldas justo por coincidencia estrellándose la guadaña en la tierra a centímetros de mis piernas rompiendo y abriendo la tierra por una gran onda expansiva que al momento de cruzarme los brazos para protegerme, me lleva metros mas atrás con rocas del suelo estrellando todo con mi cuerpo en un ataúd que no habían enterrado por completo todavía.

Kotemon había logrado esquivar el ataque de Phantomon, pero tal cosa hizo que cayera en su propia tumba. Literalmente, Kotemon había aterrizado en un ataúd que no había sido enterrado por completo todavía, pero pronto seria enterrado con un nuevo cuerpo dentro. Phantomon empezó a menear la cadena que colgaba de su guadaña de un lado para el otro, haciendo que la tapa del ataúd levitara y sellara por completo la única salida que había. Luego hizo levitar el ataúd, con Kotemon dentro, y lo hizo estrellar contra los muros del cementerio, el ataúd quedo completamente destruido, y Kotemon no iba a salir ileso de tan brutal choque.

—¡Muere de una vez, maldita basura detestable!—Phantomon ya estaba harto de tanto rodeo, quería acabar con esto de una vez por todas.

Cuando estaba levantándome, me di cuenta que la tapa del ataúd estaba elevándose lentamente aprovechando en saltar para sostener el borde de la tapa balanceándome para arriba. Como aún había mucho humo por el desastre impidiendo ver con claridad, rápidamente impulsado con la espada pude esconderme detrás de una lápida.

Viendo como el ataúd se movía por las habilidades nuevas del Bakemon evolucionado, me dispuse a correr con sigilo percatándome que este digimon creía que estaba dentro de ese ataúd estrellándolo de un lugar a otro dándole toda su atención a eso.
Cuando al fin se destruyo apareciendo allí solo un cadáver humano para decir este digimon que muriera de una vez.

Aquí estoy, asqueroso digimon ¡Trueno Guantelete!; de inmediato salté impulsado para adelante estando a la espalda del digimon, atacándolo con una estocada eléctrica por parte de mi espada dirigida a su pecho.

Phantomon fue sorprendido por el magnifico plan que Kotemon había pensado desde el principio, Phantomon recibió una fuerte descarga eléctrica en todo el pecho, su corazón estaba a punto de parar de latir, pero antes de que muriera, quiso recitar unas cuantas palabras a Kotemon.

—Maldito cabrón... Pronto regresare y mas fuerte... Y te matare...—Justo cuando termino de hablar, exploto en una serie de datos que luego conformaron un Digitama, el cual salio disparado hacia el cielo, de seguro regresaría al Digimundo.

Off:

Muy cansado tras haber usado todas mis fuerzas en ese ataque, solo podía apoyarme en mi espada que la había enterrado de la punta para sostenerme mejor sin caerme, viendo como el digimon se transformaba lentamente en datos que se elevaban perdiéndose en la luz de la luna que aún permanecía como si ese combate no hubiera ocurrido.

Gracias por devolverme la espada... espero encontrarte en un futuro; de pronto explotó el cuerpo sobrante juntándose los datos en una Digitama, que al momento de querer sostenerla, esta ascendió esfumándose del lugar.
Mientras recuperaba las fuerzas, pude ver que un niño de no mas de 8 o 9 años salía impresionado pero sin miedo agradeciéndome por exterminar a los fantasmas y que para él, era una especie de super héroe, diciendo también que era un niño capturado por esos fantasmas y que era el hijo del alcalde de la ciudad y me podía recompensar por todo.

Claramente como no quise hacer mas alboroto pues los humanos son una especie miedosa, le dije que saliera pero antes que anotara en varias hojas que ya no habían fantasmas en el cementerio y que podrían ir tranquilos a visitar a sus muertos. Cuando el niño partió a anotar y dejar todo, al volver ya yo no me encontraba pues sería peligroso para mi en este estado el enfrentarme con algo mas o a algún humano que me viera como amenaza.