[Berlín] Rostros similares, historias olvidadas.

Un día normal en la gran urbe alemana; el cielo con nubes, pero sin que estas trajeran lluvias y una temperatura algo fresca para aun ser verano. Un bello lugar donde vivir, y más si te gusta la convivencia de estilos y gustos. La ciudad dividida en dos y después reunificada tenía los estilos para todo el mundo. Más moderno y financiero en las zonas que antes fueron capitalistas, y más uniformes y prácticas en las zonas comunistas. Los monumentos y los recuerdos se acumulaban en la ciudad atrayendo a los turistas en grandes masas. Pero había gente que no había ido solo por motivos vacacionales a la ciudad...

Aunque eso a la joven albina, que caminaba con una gafas de sol negras y una fina chaqueta por el fresco que comenzaba a hacer, no la importaba. A su lado un pequeño perro iba olfateando por el camino casi como si buscara algo. Pero en realidad era una forma de fingir que era un animal normal, puesto que en realidad no era ni un animal. Era un conglomerado de datos dados forma como un pequeño cachorro con la capacidad de hablar: un Salamon.

Habían decidido ir a pasear un rato por la ciudad, puesto que en la gran casa de la familia, a las afueras de la ciudad se empezaban a aburrir. Y no había nada mejor que ir al centro, a observar un rato el gran ajetreo de las personas, yendo de un lado a otro sin parar. Tratando de encontrar que persona sería la que tuviese un aspecto más extravagante, o a la persona más elegante. En esa ciudad esas dos personas podrían estar perfectamente al lado, esperando una cola o esperando a que los semáforos se pusieran verdes.

Habia perdido todo. En aquella base en el desierto no habia nada. absolutamente nada. Un viaje perdido, igual que aquellos niños. No sabia donde mas buscar. Esperaba un mensaje de aquella Light...pero al parecer...por aquel amago de pelea no me llamaria nunca.
Viaje a berlin, esperando que alli hubiese alguna otra organizacion, pero todo parecia tan normal. Finalmente, viendo el buen dia que hacia me puse a andar por la calle, dejando mi digimon a un lado y me puse a comer un bocadillo hecho por mi madre.

Di unos cuantos pasos, y no muy lejos logre ver un Salamon. El dueño lo estaba paseando como si nada...era raro. Cada vez se alejaba mas, asi que aligere el paso. Cuando vi que tenia el pelo blanco la toque la espalda con una mano. Era Light, por fin la habia encontrado.
-Hola Light^^
La dije emocionada de encontrar a un amigo y encima de que fuese ella. Pero al verla bien la cara me di cuenta de que no era ella. Era mucho mas blanca y llevaba gafas de sol.
-Tu no eres Light...
La mmire algo asombrada. Habia metido la pata, quizas demasiado. Sie ra de la organizacion...sabrian quien destruye los edificios.

Un día más en mi monótona vida, no siempre fue así, solía estar llena de batallas y acción, mas no últimamente, llevaba demasiado tiempo tranquilo, mis poderes habían alcanzado tal nivel que no encontraba enemigos reales y solo salía para comer o calmar alguna necesidad q de momento me pareciese importante.
Sin embargo tenía una misión personal, recolectar datos digimon, preferiblemente de seres poderosos, no me importaba de que tipo de digimon se tratase o a quien tuviera q eliminar para conseguirlo, partí buscando en el digimundo, asesinando y consumiendo cuanto me encontrase, pero no era suficiente. Por fortuna algunas de mis victimas tenían informacion, extrañas desapariciones de digimons de buen nivel ocurriían en el digimundo, de alguna manera dichos seres simplemente se esfumaban, siguiendo esa pista terminé aqui, en el mundo humano, caminando por calles desconocidas.
Era todo Grisaseo, incluso las personas, todas vestidas de manera similar, seguramente mis dorados cabellos y mi sudadera de vivo color me hacian sobresalir, mas no me interesaba, seguía caminando por las calles en busca de algun "olor" que delatara a mi objetivo.

Se estiró hasta que los huesos de su columna crujieron con un chasquido. Tras bajar los brazos movió el cuello y continuó caminando. No había nada interesante que ver ese día en la ciudad, todo tenía la misma monótona caoticidad. El caos de estilos y colores de las personas era algo que ella estaba acostumbrada. Al igual que a la habilidad de esquivar bicicletas y demás transportes rodantes.

Pero algo rompió esa monotonía, una mano en su hombro, sobresaltándola. Se dio la vuelta, para encontrar con una chica de pelo azul, cosa que ya le parecía bastante peculiar, que había confundido a su increíble persona con otro. Un tal Light, ¿quién tiene un nombre así? Aunque, espera, ese nombre le sonaba de algo... ¿De dónde?

- Creo que ya ves que no. Pero tengo curiosidad, ¿con qué me has confundido? No hay mucha gente que sea albina.

Salamon se acercó a Yumi olfateándola, curiosa. Aunque vigilante de que no hiciera nada malo a su compañera, pero el aroma que era capaz de recoger con su nariz no era agrio como el de una persona que se dedicaba a hacer malas acciones.

- Bueno, da igual tengo muchas cosas que hacer... - en ese momento su cerebro unió infomación. Hace unos cuantos días sus padres le habían pedido que se pasara por el laboratorio para que les enviara un documento importante sobre la violación de seguridad de una de las instalaciones ocultas. El nombre de Light junto con la foto de una albina había aparecido en la pantalla cuando abrió el documento. Con una sonrisa, agarró a Yumi por la muñeca.- Es más, creo que puede que conozca a tu amiguita, pero será mejor que me cuentes de qué la conoces, no vaya a ser que no sean la misma.


Si el híbrido trataba de localizar el aroma a digimons, en el centro de la ciudad tan solo le llevaría hasta el Salamon de Julchen. Un olor terriblemente débil para ser captado entre todos los olores de la ciudad.
La otra zona, se encontraba a las afueras de la ciudad, un edificio de aspecto abandonado entre los árboles. El aroma que salia de allí era denso y pesado, como si hubiese muchas criaturas digitales en su interior. Pero claro, le llevaría un tiempo alcanzar esa meta.

Me quede mirando a la chica algo extrañada. no era ella. Pero parecía estar interesada en light. al parecer había metido la pata. Habia delatado a mi amiga. Pero sin embargo, ver a aquella chica me extrañaba que tuviese malas ideas con aquella chica. Fui a huir de ella cuando ella misma decidio pasar de mi. Pero tras unos momentos volvió a preguntar,esta vez agarrándome por la muñeca. En aquel momento un escalofrio me recorrio el cuerpo. ¿haría bien diciendo algo sobre Light?...no tenia mas remedio si quería llegar a algo.
-Emm...yo...La la conozco por que es...amiga mia. O eso considero yo...Emm...¿sabes si por aquí desaparecen niños?...estoy buscando a unos amigos que desaparecieron...
Respondio siendo sincera.

Caminaba sin rumbo fijo por las calles de esta desconocida ciudad, escuché hablar a unos humanos, la llamaron de alguna forma que no entendí del todo bien, no me importaba, solo seguí en mi busqueda, en algún momento debía cruzarme con un olor o algun indicio de lo que buscaba, las reglas humanas poco me importaban, mas de una vez varios transportes se detuvieron ante mi paso, gritandome improperios por haberme cruzado en su supuesto camino, muchos tambien me enfretaban por lo mismo, descendiendo de sus moviles para colocarse frente a mí, pero un empujonsito era suficiente para sacarlos de mi trayectoria y q no se volviesen a levantar.
Porfin me detuve, cercano a un olor familiar, mire a mi alrededor lo más agudamente q pude y posé mi vista sobre un par de chicas que parecían discutir, ninguna se veía especial, no entendia porque un olor familiar me había advertido su precensia, hasta que me fije en un can que las acompañaba, yo bien sabía lo que era.
No me acerqué a ellas, me quede en el lugar en que me encontraba sin llamar su atención, de momento esperar me parecía buena estrategia.

Los ojos azules de la chica que la había confundido con otra persona brillaron con algo parecido a la culpabilidad en la mirada, como si hubiese dicho algo que no debía decir. Lo cual era una gran pista para la humana que con eso se imaginaba que debía estar pensando en una Light que hacía cosas malas, entre ellas posiblemente romper las defensas de edificios de alta seguridad, y por qué no, el robo de algunos objetos.

Sin embargo la respuesta que dio la chica de cabellos azules no la satisfizo en lo más mínimo, eso no le decía de donde la conocía, sino el rango que tenía entre las personas que conocía. Con un suspiro de paciencia intento reformular la pregunta, para que no se la tergiversaran. No sabía si es que era muy inocente, o muy astuta, pero había que tener cuidado con esa chica hasta que lo descubriera.
Antes de que pudiese hablar, la desconocida habló, preguntando sobre secuestros de niños. Y no, en la ciudad no eran muy comunes debido a que un cazador si no quiere ser descubierto caza en zonas alejadas para evitar el exceso de preguntas.

- Aquí no hay muchas desapariciones. Pero nadie raptaría a los niños de su entorno cercano, eso le causaría problemas porque habría mucha policía rondando. Es más fácil atraparlos en otras ciudades, para que sea más difícil seguir el rastro. - hizo una pausa soltando a la chica, para que no se sintiera intimidada.- Vamos a hablar sin tapujos ninguna de las dos. Sé que sabes que existen los híbridos, y al parecer sabes el método de conseguir los sujetos de experimentación. Yo sé donde hay un laboratorio, pero lamentablemente quiero saber qué es lo que quieres hacer allí. Si tu respuesta me satisface te llevaré allí, a fin de cuentas, quiero que se acaben esas criaturas y no me gustan los métodos para llevar a cabo los experimentos.

Eso último en realidad le daba igual, pero no le gustaban los híbridos, después de que un sujeto de investigación de uno de los laboratorios de sus padres, escapara y la atacara. Casi matándola, todo su cuerpo estaba marcado para siempre con profundas cicatrices.

Salamon olfateó el aire. Durante un segundo le había parecido oler algo que no era humano por la zona. Pero no estaba segura del todo, así que, decidió ignorarlo. Quizás se había equivocado, con toda la peste que había en las ciudades era fácil que se equivocara.

Mire a aquella chica asustada. No me soltaba y no parecía estar contenta con su respuesta.?que quería? Poco a poco empezó a hablar dejando claras sus intenciones. Luego me solto y hablo de hibridos y laboratorios. Ya todo me daba igual. lo había encontrado.
-¿sabes donde esta? dimelo, tengo que ir. Alguien tiene que parar esto.
Entonces escuche que me pedia respuestas de por que quería ir. suspire y hable con seriedad. Podia perder mi única oportunidad si no decía la verdad.
-Yo, quiero liberar a los niños que pueda y evitar que sigan secuestrando para... usarles de conejillos de indias. No puedo permitirlo...Pero..no se lo digas a nadie... Nadie puede saber que yo estoy metida en esto...o trasladaran a los niños lejos...Porfavor.
Dije escuchando una voz en mi cabeza
-*tenemos visita, y puede que te guste*
Tras decir aquello me gire para ver a un viejo amigo. Algo mayor y con aun mas pintas de loco.
-Esperame un momentin^^
Pero no pude evitarlo y sali corriendo a darle un abrazo. Hacia mucho que no le veía, ni a el ni a Ruben. Y un reencuentro debía ser bonito.
-¡¡¡¡Viiiiceeeee!!!!!!!!!
Corri hacia el con los brazos abiertos y una gran sonrisa.

Haciendome el desentendido solía moverme de mi sitio de vigiliancia hacia los lados, sin alejarme de las hembras que llamaban mi atención, a veces caminaba hasta una banquita cercana donde me sentaba por segundos, siempre mirando de reojo la situación, lo que tuviesen que tratar mis sospechosas parecía algo un tanto intenso para ambas y la curiosidad comenzó a corroerme, si me acercaba podía delatar mi interes en ellas, y podían alejarse o huir, era dificil encontrar una oportunidad como esta en el mundo humano, no debía desaprovecharla, la paciensia era mi mejor opcion.
Por desgracia tanta atención ponía a las mujeres que no me di cuenta de los movimientos del pequeño digimon que con ellas iba,  su narizita se levantaba de vez en cuando curiosamente, cuando vi tal acción lo supe, me había descuidado, y tranquilamente camine en otra dirección, rodeandolas sin alejarme mucho pero nunca demasiado cerca, para colocarme contra el viento.
Al hacerlo capté sus olores, el de cada una, era algo dificil distinguirlos debido a toda la mierda en el ambiente, pero mi nariz era muy experimentada.
Siempre me sentí orgullozo de mis capacidades para engañar, sabía que actitud tener para pasar desprevenido en una turba, y tenía la experiencia y cuidados suficiente como para no dejarme ver, mas esta vez todo fue en vano, de alguna manera una de las chicas simplemente se giro para mirarme directamente, no deje que mi corazon diera un salto pues inmediatamente supuse que podia estar mirando a alguien cerca mío, o alguna tienda detrás y continue caminando tranquilamente hacia un lado, entre una turba de gente, para perderme de su vista unos momentos. Y... entonces escuché mi nombre, mi nombre real, el que unos pocos, demasiado pocos conocían, pues solía dar cualquier otro mote a todo individuo q me encontraba por ahí, mi nombre se habia vuelto una señal de confiaza para mi, solo aquellos q consideraba muy cercanos lo sabían.
Esta chica conocía mi nombre, me conocía a mí, pero yo nunca la había visto, me detuve para verla correr en mi dirección, esto era demasiado extraño, peor que haber sido simplemente descubierto acechandolas, tenia pocas opciones asi que decidí simplemente seguir la corriente.
- Hola -
Dije con voz natural y una pequeña sonrisa, al parecer venia con intenciones de abrazarme, o usar eso como escusa para intentar asesinato, mas no tenía nada q temer, me sabía inmortal y abri los brazos para demostrar confianza a la chica.

La albina cerró los ojos manteniendo el rostro completamente inexpresivo, antes de mostrar una amplia sonrisa amable. Cosa que mejoraba mucho su rostro, pero lamentablemente la mayor parte del tiempo mostraba sonrisa despectivas para los demás.

- Bien, eso es lo que quería oír. Ya he intentado que cerraran esos laboratorios por medio del abogado. Pero puede llevar mucho tiempo, y no es seguro que consiga nada. Te llevaré allí, y entonces...

Dejó de hablar cuando la chica de pelo azul se alejó gritando un nombre raro y saludando a alguien entre la multitud. Observó con atención a través de los cristales tintados de sus gafas de Sol a la persona hacia la que se dirigía. Un hombre de cabellos rubios con una envergadura considerable, lástima que en Alemania su altura fuese bastante común. No podía ver mucho más de él, salvo que tenía un aspecto algo salvaje y alocado.
Frunció el ceño al notar una extraña sensación que surgía desde sus entrañas, un sentimiento casi instintivo que la decía que se alejara de allí cuanto antes. Hay veces que el instinto humano llega a ser tan fino como el del animal. Y el de la chica le indicaba que ese sujeto era peligroso. Para más inri, ese instinto la obligó a ver los recuerdos del pasado donde un chico de apariencia inocente le había causado más dolor del que había sentido en toda su vida.

Salamon observó con preocupación como el color -o poco color- de su compañera desaparecía completamente al observar al rubio que había abierto los brazos para abrazar a la chica de pelo azul. Eso solo podía ser una cosa, y no tenía nada de bueno. ¿Qué hacía fuera de un laboratorio? Incluso parecía demasiado desarrollado como para que perteneciese a la empresa. Eso no le olía nada bien a la cachorra. ¿Demasiada casualidad que apareciera un híbrido y una humana que quería liberar a los niños?

- Creo que será mejor que nos vayamos... No me gusta cómo se están poniendo las cosas.
- No, me quedo. Es la primera vez que puedo hacer algo para que se dejen de producir esos monstruitos. No me voy a detener ahora.

Podía sentir que tenía que huir a causa de ese hombre. Pero a cabezota y orgullosa no la ganaba nadie y no iba a permitirse ceder por algo que ocurrió muchos años atrás. Ya no era una niña indefensa, y si la pasaba algo, al menos podría sentirse bien por morir peleando en vez de dejarse matar.

Sonrei feliz al escuchar el comentario de "blanquita", si me dejaba la llamaría asi. como a mi gato. A uno de los tres. Sonrei asintiendo a la chica. en realidad aquello me emocionaba demasiado.

Pero ya diría algo a la chica después, ahora quería reencontrarme con mi viejo amigo. Aunque parecía star raro según avanzaba. Parecia pensativo, quizás pensando en quien era yo?no, sabia quien era. Quizas estaba un poco confuso.. al llegar a el le abrace y revolví el pelo.
-Hola^^¿Qué tal? ¿Qué has hecho todo este tiempo? Mira voy a presentarte a una amiga, me ayudara a liberar los niños perdidos, ven y ayuda tambien^^. Los salvaremos a ellos y a los digimons. no le susaran de conejillos de indias.
Dije feliz tirando de el hacia la chica albina de la que aun no sabia ni el nombre.

Recibi a la peliazul amigablemente con un pequeño abrazo, y la dejé estirarse alargando su brazos para revolver mi cabellera, a esta distancia parecía aún más inofensiva de lo que pensaba, su carita infantil y pequeño cuerpo me provocaban ansias, ganas de tocarla, apretarla, comprobar los límites de su cuerpo, la ternura de su piel con las manos, forzar esos brazitos delgados a doblarse, sus ojos me demostraban inocencia, ella tenía plena confianza en mí y en lo que le dijera, parecía poder convencerla de hacer lo que quisiese, pero no debía, no era el momento ni el lugar, esperar... debía esperar.
En un principio no entendía nada de lo que la chica me decía, niños perdidos? conejillos de indias?, digimons... ahora lo veía todo claro, las desapariciones de digimons, conejillos de indias, eran experimentos humanos, seguramente tendrían gran cantidad de datos en sus "laboratorios", datos que podían ser míos si movía bien mis piezas.
- ok, ayudaré -
Afirmé con una sonrisa amable acariciando dulcemente el cabello de la peliazul mientras miraba a su supuesta "amiga" que en el rostro tenía dibujada una expresión muy distinta a la de la peliazul al verme.

Las dos féminas esperaron con paciencia a que se regresara la chica azul con el hombre siniestro. Parecían estar teniendo una especie de rencuentro, pero la alegría que había demostrado la chica al ir abrazarle y al gritar el nombre, no tenía nada que ver con la forma de reencontrarse del hombre. O bien era reservado con sus muestras de afecto y alegría, o bien, había algo muy turbio detrás de todo esto.
La albina negó con la cabeza, de todas formas no era un asunto suyo. Mientras que no saliese dañada de por medio, claro está.

- ¿Crees que será buena idea meter uno en ese sitio? Quizás pueda complicarse más la cosa.
-Pienso que eso es mejor, al menos podemos sacar partido a la fuerza que tienen esos sujetos. Además queda más creíble que es una asociación en contra de los experimentos con humanos, o al menos que cuentan con uno que esta en contra de lo que les hacen a los de su especie.
- Sí, puede que tengas razón.

Esperaron hasta que se acercaran de una vez para explicar que el laboratorio se encontraba a las afueras de la ciudad y que tenían que desplazarse hasta allí. El lugar al que se dirigían parecía un psiquiátrico abandonado en mitad del bosque, pero bajo tierra es donde estaban todas las instalaciones reales. Había cámaras de vigilancia por todo el bosque, una valla de hormigón de tres metros de altura completamente lisa con tan solo una puerta para el acceso, que estaba electrificada. Dentro perros guardianes se encargaban de todo aquél que hubiese conseguido pasar la valla sin problemas.

Abrace feliz a Vice y le revolví el pelo. el mientras solo me abrazo, quizás con poco entusiasmo. Pero era el, quizás algo triste o raro...hacia mucho que no le veía. Podian haberle pasado cosas malas. Y aquello me dio mucha pena. No había estado en malos momentos para ayudarle. aunque también había desaparecido del mundo hace tiempo. Cuando le explique dijo que ayudaría. A pesar de todo seriamos amigos y lucharíamos juntos, como en los viejos tiempos.Cuando llegamos al lado de la chica de pelo blanco sonreí.

-Hola^^, bueno..este es Vice y va a ayudarnos. Vice...emm...¿Cómo te llamas?
Miro a la chica interrogante. Después de oir su sexplicaciones hable.
-Pobres perritos...No entiendo como pueden usarles solo para pelear y guardar ese lugar...seguro que nadie les quiere de verdad...
Dije recordando a mis mascotas. Y saque un taper de mi mochila.
-Yo tengo golosinas para perros...las compre para dárselas a mis perros...también tengo para gatos. Pero puedo dárselas a estos perros.
Respondi emocionada. De nuevo volvia a tener amigos.

Mis ropas siempre eran las mismas, podía cambiarlas a mi antojo cada vez que algo les pasase, solían mancharse con la sangre de mis enemigos o la mía, podían rasgarse y romperse, asi que solo las desechaba para hacer "reaparecer" ropa esactamente igual, me gustaba mi estilo, muy propio debo comentar, pantalones holgados, uan cadena con chapas en vez de cinturon, y una sudadera simplemente abierta para mostrar mi esbelto torso me haciían destacar, sin hablar de los tatuajes q me cubrian y de los 5 colgantes que brillaban con luz solar en mi oreja izquierda.
Luego del abrazo me dejé guiar por la pequeña de ojos inocentes hasta sus compañeras de discución, una peliblanca y el digimon que la acompañaba, la albina era una hermosa joven de pelo blanco con los ojos ocultos tras lentes oscuros y el digimon a su lado un pequeño salamon que me miraba con desconfiaza, también en la joven de cabellos plateados detectaba cierto mal-estar ante mi precensia, lo cual me provocaba algo de placer, pero no me atraía tanto como la actitud de la peliazul.
- Hola -
Salude con una dulce voz y mi sonrisa más amable mientras la delicada femina de cabello azul nos presentaba, aunque cada vez que repetía mi nombre me tragaba el fastidio, un nombre que muy pocos conocían. Mis ojos color cielo solían engatuzar a las más fieras hembras, había descubierto que eran bastante útiles en el mundo humano.

Con un suspiro contesto a la pregunta de la chica de cabellos azules, puesto que había hablado antes de que ella pudiese explicar las cosas sobre el laboratorio.

- Hola. No creo que sea necesario saber los nombres de las personas para este tipo de acciones. Pero imagino que al saber uno me corresponde decir el mío. Soy Julchen, y ahora solo me falta saber el tuyo y ya nos podemos dar todos por presentados.- la pregunta del nombre iba para la chica de cabellos azules.

La albina a pesar del tono de voz dulce del rubio no dejó de vigilarlo, de haber tenido las gafas quitadas se habría visto con claridad la desconfianza marcada en sus pupilas. Nadie que tenga una apariencia tan imponente y que te habla con voz dulce no podía ser de fiar.

Finalmente dio la explicación del sitio a lo que la chica azul, dijo que se encargaba de ellos con chucherías para perro. Una solución buena si no fuesen animales entrenados para matar. Aunque quién sabe, si de verdad la chica tenía muchos animales quizás fuera capaz de hacer que los animales la aceptaran como una más.
Como última opción, Julchen podía dar la orden de quietos, puesto que a pesar de no los perros con los que se había criado, conocían su olor lo suficiente como para detenerse cuando ella dijera las palabras. Pero eso no la convenía, no le apetecía revelar que iba a asaltar uno de los lugares asociados a la empresa de sus padres. Es más, iba a entrar disfrazada con una peluca, porque mucha gente que hubiera allí la habría visto en algún momento en el que hubiese tenido que ir a recoger muestras.

- Bien, tenemos que entrar al lugar. Pero primero tenemos que tomar el S-Banh (trenes que van por el exterior) y luego desde allí caminar un buen rato por el bosque sin perdernos. A menos que alguien tenga una forma de desplazarse más rápida.

Dicho eso, si nadie proponía una solución alternativa, se dirigió hacia la estación más cercana para tomar el vehículo. Tardarían aproximadamente unos treinta o cuarenta minutos en llegar a la estación que les dejaría más cerca al bosque. Momentos que podían llegar a ser bastante incómodos para unos desconocidos.
Y si alguien daba otra solución, pues ella le guiaría hacia el lugar indicado.

Tire de Vice que estaba demasiado callado para mi gusto. Avance hasta la chic ay ella respondio.
-Yo soy Yumi. encantada^^.
Respondi feliz y escuche sus explicaciones.La verdad yo volaba, podía llevarlos a ambos. Pero venia bien guardar las energías para después. Asi que no habi amucho mas que habalr. Claro que con tanto silencio tenia que habalr de algo.
-Bueno...emm..contarme algo mientras vamos allí. Asi nos conocemos mas y Vice... asi sabemos que paso contigo durante estos años... Desapareciste sin mas.

La albina, aparte de presentarse, nos explico que el que debíamos hacer era un viaje bastante largo, y q como mínimo tardarían 30 minutos en llegar a destino, obviamente yo tenía mi propia manera de viajar, que tal como sugería Julchen (nombre de la platinada) era mucho más rapida que ese "vehiculo" de nombre extraño, mas no se los mostraría, debía hacer lo posible para pasar como un simple y debil humano, lo cual sabía en peligro por la pequeña digimonq ue nos acompañaba, los canes de todo tipo tenían un olfato muy desarrollado, lo sabía por experiencia, y probablemente ya habría descubierto que no era completamente humano, pero de momento seguiría con la fachada.
- no te presentaras pequeño? -
Pregunte dulcemente al digimon a un lado de julchen para luego ser interrogado yo también.
- emmm... -
Yumi (la joven de ojitos inocentes), me preguntó algo que de verdad no esperaba, era una pregunta que ni yo me hacía, pues nada recordaba de mi pasado, tenía completos borrones de memoria, me sabía antiguo, pero no sabia cuanto
- no desaparecí, he estado ocupado ayudando a distintos digimons y serés en peligro -
Dije sonriendo mientras caminabamos a la siga de julchen que nos indicaba el camino hacia su misterioso medio de transporte
- he estado muy preocupado por ti -
Comente acariciandole las mejillas y la barbilla con mi diestra, reprimiendo las ansias de tirar de ella en cualquier instante.
- has estado bien? -

Salamon miró clavó sus ojos azules en el híbrido en silencio. Sabía lo que era, y su compañera también, por tanto  no había nada que tuviese que decir por el momento y en cuanto a su nombre, cualquiera lo sabría. No había que ser un genio para sacarle el nombre a un digimon.

- Salamon, no tenías por qué preguntarlo. Deberías saberlo.- contestó mientras que seguía a su dueña al andén.

Allí no tuvieron que esperar mucho tiempo, hasta que apareció el tren, mientras que los otros dos acompañantes hablaban sobre qué le había pasado al rubio en el pasado. A ellas no les interesaba para nada, así que, se mantuvieron en silencio algo alejadas de ellos dos. De haber estado solo Yumi no habrían hecho eso, pero Julchen se negaba a acercarse solo lo justo al rubio.

Se apoyó contra una de las paredes del vagón, mirando el paisaje urbano por las ventanas. Prefería que ellos dos hablasen a que ella tuviera que decir alguna cosa. Cuantas menos cosas supiera una criatura creada en laboratorio de ella, mejor. Así era más fácil que se olvidasen de ella.


Finalmente, al llegar a la última estación se encontrarían en un lugar donde a un lado quedaba un denso bosque, con una gran cantidad de árboles, todos ellos vivos. Gracias a la gran humedad del ambiente y la lluvia que solía caer con frecuencia. Allí dentro, no parecía hacer camino alguno. Sin embargo, eso solo era en apariencia, pasados 50 metros en dirección norte desde el mismo punto en el que estaban, comenzaba un camino que les llevaría directos al edificio abandonado. Allí estarían las defensas antes descritas por la albina, unas puertas electrificadas y perros guardianes.
Sin embargo antes de que ella diese un paso se recogió el cabello en un moño y se colocó una peluca negra. Ocultando así sus peculiares cabellos.

- No sé vosotros, pero prefiero que no me identifiquen.- dijo antes de que alguno de los dos preguntara para qué hacia eso.

Segia a la chica de pelo blanco. Me caia bien aunque no hablase nada. Tenia buen corazón y lo sentía. Meintras ella casi no decía Vice estaba algo confuso. Pero respondio diciendo que no había desaparecido. Habia estado haciendo el bien. Por lo que mi sonrisa se hizo mas grande.
-eso es genial^^. La ultima vez que nos vimos me salvasteis de una buena tu y Vincent.
Respondi emocionada recordando viejos tiempos. Luego me toco la cara, cosa que me djo algo sorprendida. Vice no solia hacer eso. Simplemente se cabreaba si no le abrazaba. Quizas...los de Dats le habían borrado la memoria...quien sabia. aun asi sonreí.
-Enserio?...jejeje bueno pues... si, he estado bien... Aunque un dia nos cogieron a mi y a vincent. Pero después de todo salimos ilesos. Ruben nos salvo. Luego estuvimos en paz por una temporada, viaje a.... estuve en... conoci a Light...
empezó a contar casi todo su viaje, sin importar que Jul lo escuchase. Asi estuvo hablando mas omenos todo el viaje, siempre haciendo pausas y cuando veía que el silencio era pesado volvia a hablar.Y finalmente llegaron.
-si, lo mismo digo...
Dije colocándome la cama y la capucha. No sabia que mas hacer.
-Vamos a liberar a los niños^^

Salamon se había presentado antes de que me interrogarán, también me parecía una idiotez pensar en preguntarle a un salamon su nombre, pero ya había encotnrado antes digimons que pensaban que su nombre era "especial" distinto al de otro, que creían q era de buena educación presentarse como lo que eran, e incluso conocí digimons que tenían nombres propios, estos generalemente eran seres muy relacionados con los humanos, parecian buscar individualidad entre los suyos, pero eso no es algo que importe ahora.
- es cierto -
Respondí al recuerdo de yumi como si lo tuviese claramente en la cabeza, no tenía idea quien era vincent, mas no importaba mientras pareciese conocerlo.
Luego de un rato de espera apareció el "tren", asi lo llamaban los humanos, era un extraño vehiculo alargado en el que se trasladaba gran cantidad de gente, y al ver a julchen y a yumi entrar tranquilamente a este yo las segui.
Durante el trayecto tuve que aguantarme la constante conversación de la pequeña de ojos inocentes, sus dulces labios se movian constantemente recordando historias, contandome sus odiseas, mientras yo aguantaba las ansias de meter mis dedos en su boca para sentir su lengua en movimiento.
- vaya -
Respondia con gran animo a varias de sus aventuras, lograba imitar de perfecta forma la emocion que habia visto en otros, la excitacion y el apoyo que 2 seres q se apreciaban solían darse.
Al terminar el viaje volvi a seguir a julchen, procurando no separarme de la joven yumi. Caminabamos entre los árboles, no había un camino, y la tentación de simplemente tomar a la chica a mi lado por la fuerza y arrastrarla a la oscuridad del lugar me estaba volviendo loco, con grandes esfuerzos tome la mano de yumi para saciar mi hambre por su piel, y tire de ella acelerando el paso hacia la peliplata
- no te alejes, te puedes perder -
comenté disfrazando mis intenciones.
La actitud de Julchen era bastante dificil, lo noté durante todo nuestro trayecto, si intentaba acercarme a ella podría arruinar mis planes.
Despues de pasar los árboles llegamos a un camino en el que solté a yumi, mis deseos volvian a estar bajo mi control, debía centrarme en mis objetivos. Tal como había descrito la platinada la edificación contaba con muy pobres defensas, la electricidad era algo inutil y el par de perros guardianes no eran gran problema, su instinto les haría entender que no debían detenerme... pero iba con compañía,  debía ser lo mas inofensivo posible y lentamente me aleje un poco ante la precensia del par de animales, ocultando de la mejor forma que pude mi "bestialidad".
No tenía razones para esconder mi rostro, no era necesario, este lugar en poco tiempo sería completamente destrozado, todo ser viviente en él asesinado, no habrían testigos, y de haberlos, que importaba?, nunca más volverían a verme si querían seguir con sus miserables existencias. Aún asi levante un brazo y me tape con la capucha de mi sudadera imitando a las chicas a las que acompañaba, encorvandome un poco para disminuir mi altura aunque eso probablemente solo acentuase mas la musculatura de mi torso.

AVISO:

Sus dos acompañantes habían decidido tratar de ocultar su aspecto, aunque a decir verdad uno con más efectividad que el otro. Aunque claro, el rubio parecía haber sido reclutado de improvisto y no tenía ningún tipo de material con el que disfrazarse. De nuevo, durante la caminata por el bosque se mantuvo en silencio, sin hablar siquiera con su compañera, por si acaso eran capaces de escuchar la conversación.
Salamon por su parte de vez en cuando miraba hacia atrás tanto para comprobar que las seguían sin perderse, como para tener vigilado al híbrido.

Llegaron finalmente al sendero que atravesaba el bosque y por el que no tardarían más que unos minutos en llegar a la casa. Lo malo es que la gente ya estaría informada de la presencia de unos desconocidos que iban para allá. Aunque no lo supiesen en ese momento no tardarían en descubrirlo.
Sin embargo, ahora el mayor problema eran las puertas. Sin una confirmación desde el interior no se abrirían, y puesto que Julchen fingía ser alguien ajeno a la empresa, no podía ir llamando al telefonillo y pedir que la abrieran. Lo que dejaba dos opciones, o tratar de cortar la corriente de alguna manera para después trepar por la verja, o destrozar un muro de hormigón.

- Alguna idea de cómo superar las puertas, ¿o  ninguno puede romperlas?
- Yo lo haría, pero ninguno de mis ataques es útil contra la corriente eléctrica, y yo misma acabaría siendo lanzada hacía atrás sin apenas haber dañado la estructura metálica.- añadió Salamon antes de que dijeran que ella podría hacer algo por ser digimon. Pero no contaba con ningún ataque a distancia más allá de un ladrido que paralizaba a los oponentes de su mismo nivel o inferior.

De los perros estaba claro que se ocuparía Yumi, que era la más preparada para ello.

En el tren hablaba de vez en cuando, cuando no miraba por la ventana esperando llegar. Era algo incomodo estar asi. Vice había cambiado desde la ultima vez, mas seco...mostraba menos amistad que la vez que me salvaron en aquel bar. Aun asi seguía siendo el, quizás necesitase algo de confianza después de tanto tiempo.

El tren paro y bajamos en el bosque. tal como lo había dicho ella. Me quede un rato mirando el lugar hasta que Vice tiro de mi para que me pusiera al lado de Jul. Para que no me alejara tanto.
-Vale jejeje. Pero no me perdi nunca...
dije feliz mientras avanzaba y un poco mas adelante vi el lugar. al escuchar lo que Dijo Jul sonreí.
-Vice absorbe la electricidad^^.¿verdad? O algo asi..o.0...lanzaba rayitos...¿puedes hacer algo?^^
Preguntre al chico rubio son una sonrisa sacando de mi mochila las galletas para animales para después.

Julchen parecía venir muy bien preparada, extrañamente bien preparada, con solo una peluca parecia una persona completamente distinta, aunque al parecer no previó el tema de la cerca electrificada, en cuanto preguntó si alguien podía encargarse de ellas, obviamente no me di por aludido
- seguro que si te esfuerzas puedes -
Dije al pequeño Salamon, con un dulce y bien disimulado tono de animo en la voz, el can parecía ser el único capaz de hacer algo en la situación actual, ya que la joven de albos cabellos aseguró no poder y la pequeña yumi parecía demasiado fragil para ello.
- ah? -
Se me escapó por entre los labios junto a una expresión de sorpresa que borre al segundo, esa fue probablemente la única mueca que realizé durante todo el trayecto que en realidad me pertenecía, la única expresión que no había sido anteriormente calculada, y la deje salir debido a la pequeña peli azul. Cómo podía ella saber que yo manejaba la electricidad?, tanto me había conocido?, hasta donde llegaba su información?
- claro... -
Afirmé algo molesto de verme obligado a reconocer una de mis habilidades, sabía que julchen y su digimon tenían algo contra mí, desde un primer momento lo noté, y con esto me delataba completamente.
- pero solo eso podía hacer, es una habilidad bastante pobre, no puedo tocar eso... lo siento... -
Me disculpé fingiendo tristesa, fingiendo impotencia al verme superado, lo hacía bastante bien.

Tanto la cachorra como la humana miraron al rubio asombradas de que pudiese controlar la electricidad a pesar de estar en su cuerpo humano. En las investigaciones no se habían demostrado habilidades especiales con cuerpo humano, exceptuando la fuerza y los sentidos superiores. Desde luego, el creador del rubio tenía que haber sido un genio para que pudiese hacerlo. Una lástima que esa habilidad fuese tan débil.

- Si simplemente la rozara volvería al huevo. Esas puertas tienen tal cantidad de energía que podría matar a un digimon de nivel campeón.

A fin de cuentas si alguno de los "pacientes" conseguía salir del interior del edificio la última defensa eran esas puertas. Tenían una apariencia tan endeble que cualquiera que saliera pensaría que era más seguro derribarlas que tratar de saltar la valla. Error. Grave error.

- Pues no sé que hacer aquí, a menos que podáis superar los muros, completamente lisos sin ningún asidero. La otra opción es que vuelva a la ciudad y trate de infiltrarme en las oficinas para tener acceso al ordenador central y desde allí abriros las puertas e indicaros el camino.

En caso de que aceptaran la última opción les daría dos walkie-talkies con un área de comunicación muy amplia. Era lo único que se la ocurría para pasar a través de la verja.

Vice me miro con cara de extrañado, y despues de aquello dijo que no podia hacer aquello. Suspire triste y mire la puerta. Podria destruirla con un ataque, no era dificil...Pero habia un problema. Todo el mundo veria algo explotar y adios al posible factor sorpresa. Entonces recorde algo al igual que la electricidad de Vice. Un pequeño zorrito que decia "Briiii" No estaba con vice. Y nunca se habia separado de el.¿acaso eso habia pesto triste a vice?Se lo preguntaria despues.

Escuche a Jul hablar, teniamos pocas cosas que hacer. Por lo que me cogi un mechon de pelo jugando con el nerviosa. Si perdiamos tiempo los niños sufririan. entonces decidi evitar que cambiasen a los niños de lugar.
-Mejor abrirlas desde dentro...Asi llamaremos menos la atencion que si vamos volando. Opino que es mejor..asi no moveran a los niños..¿que opinas Jul?A... y otra cosa..nda de matar a nadie...No puedo matar si voy a salvar vidas. quiero que todos esten bien. Todos a salvo.

Julchen ya tenía la confirmación de la chica de cabellos azules, y por mucho que dijera el híbrido iba a ir. Eran dos contra uno, puesto que ella prefería no tener que entrar y poder dirigir tranquilamente desde el despacho de sus padres. Era menos estrés por que la descubrieran, y un perfecto juego a dos bandas para que nadie sospechara de ella. Sólo tenía que tener cuidado y mantener la mente fría.

- Trataré de llevaros por los caminos más despejados. Pero no puedo prometer nada, quizás no acceda a los documentos con la localización de la seguridad y los científicos. Así que, no puedo asegurar vuestra protección completa, o mejor dicho su protección completa.- esto último lo dijo mirando de refilón al biohybrido. No tenía pinta de ser precisamente un pacifista.- No cambiéis el canal de los walkies o sino me será imposible comunicarme con vosotros. Trataré de tener claras vuestras posiciones desde las cámaras por si os separáis en algún momento. Pero procurad no hacerlo.

Dichas esas palabras cogió a Salamon en brazos y caminó de vuelta hacia la ciudad. Otro trayecto de media hora. Durante ese rato los dos que se quedaban allí, podrían hablar de los viejos tiempos. O quizás prefiriesen tratar de trabar amistad con los perros que se habían acercado a la verja, aunque manteniendo una pequeña distancia de seguridad. Tanto por el instinto como el conocimiento de que si se apoyaban en esa puerta acabarían fritos.

Cuando la muchacha llegó al edificio, se quitó la peluca y dio su pase para subir hasta la última planta. Allí tuvo que saludar a los guardias y asegurarle a la secretaría que se le habían olvidado unos archivos importantes que le habían pedido sus padres. Ninguno de los presentes sospechó nada. Entró a la sala y cerró la puerta con pestillo. Después inició el ordenador central y se puso a mirar los planos así como las áreas en las que tenían a los humanos limpios o con menos cadenas en su sistema, serían el cebo para la chica de cabellos azules. Con todos los que había en esas zonas se olvidaría de los que habían pasado más tiempo recluidos. Que serían gaseados por orden de los líderes de la empresa al saber que habían violado sus sistemas de seguridad. Además de que no sería fácil que supiese que había más. A fin de cuentas, estaban en otros pisos inferiores, y cada vez con mayores defensas.

Apretó el botón del walkie, en el mismo momento que daba la orden de abrir la verja.

- Aquí Julchen, ¿me recibís? He conseguido entrar al sistema, en cuanto esteís dentro trataré de guiaros lo mejor que pueda. Pero sino, los niños se encuentran en el segundo nivel subterráneo. Cambio.-dejó de apretar el botón en ese momento.

Mire a Jul decidida. Estas misiones tenian sus riesgos, peor yo era dura y resistente. Pero si algo les pasaba a los niños, no me lo perdonaria. Suspire aceptandolo y asenti cogiendo un walkie.
-Tanquila, estaremos en contacto^^. Y... intentare que nadie salga herido de gravedad.
Tras decir eso ella se marcho. Mire el walkie y mientras me decidi a preguntar a Vice.
-Por cierto...¿donde esta Chibi?..el zorrito que siempre estaba contigo?...
Pregunte esperando que no me dijese que estaba muerto, estaba preocupada por aquel ser tan mono y simpatico.
Despues d eun rato Jul hablo por el walkie.
-Alllto y claro.Entendido, caaaambio y corto>.<.
Tras decir aquello saque las cajas de galletas y sali corriendo a por los perros. Ellos, bien entrenados decidieron ir contra mi.
-Quienes son unos buenos perritos? ¿quienes quieren un buen aperitivo?... Darme la patita...
Tras unos mementos delante de los perros estos se dejaron acariciar y comieron las golosinas dejandono spasar. yo tenia un mordisco en un brazo, pero nada que no se arreglara pronto. Luego me curaria.
-Vamos vice^^, a dentro.Estamos dentro Jul

Dije hablando por el Waki.

Había algo muy extraño en todo, la joven de blancos cabellos sabía muy bien lo que hacía, sabía muy bien donde estaba, y sabía que trampas le esperaban... si sus planes eran venir sin nosotros, sin ayuda, porqué no había venido preparada para abrir la reja, o traspasarla de alguna manera?, mi naturaleza era desconfiada, y ya me había extrañado de las actitudes de julchen, además, la chica se fué otorgandonos una especie de "comunicadores" llevandose a salamano, una buena fuente de datos, aunque no era una gran perdida si lo comparaba a lo que supuestamente había oculto dentro de esas instalaciones.
- ... -
Volvía mirar extrañado a yumi, me conocía demasiado, quien era para mí?, quñe relacion teníamos?, no parecía de amantes, pero entonces... de qué mas podía servirme?.
- lo tengo controlado -
dije refiriendome al pequeño zorrito chibi, él había caido ante mi fuerza mental y obedecía todos mis mandatos.
- recibido -
respondí a la maquina dejando a yumi ir y juguetear con los animales, al rato vino por mí y juntos entramos.
Aún no sabía cual era nuestra relación, no estaba julchen y parecía una buena oportunidad para comprobarlo, así pues, me acerque furtivamente a la peliazul y sin darle tiempo para que esquivaze le planté un pequeño pero dulce beso en los labios, dependiendo de su reacción podría tachar algunas posibilidades.

Los perros habian sido majos conmigo. Nos habian dejado pasar sin problemas y Jull tenia la imformacion necesaria. Todo era genial. Esos niños serian libres. Tambien Vice habia dicho que a chibi le tenia controlado, lo que di por bueno. aveces hacia trastadas. Aunque era un animal adorable. Asi que , viendo que Jull tardaria en volver a dar indicacion fui a acariciar a los perros. Pero algo me pillo por sorpresa. ¿vice me beso?
-Eh?
Mire extrañada a Vice y me separe rapido mirandole algo sonrojada. Ahora que pensaba...¿cuantas veces me hbian besado? Casi que ninguna. Asi que me rasque la nuca sin saber muy bien que decir para no hacerle daño.
-Emm...¿que fue eso?...no...no fue normal. ¿por que lo hiciste?Es mas...creo que tenias novia...emmm... me dejaste llena de babas jejeje
Dije intentando ser un poco mas amable y bajar los humos que podian haber en el ambiente. Diciendo aquello agarro a uno de esos perros y sonrio.
-¿a que no le besas a el tambien?^^
Dije mientras el perro sacaba la lengua con ganas de dar besitos.

Sonrojo, clásico de una chica pura, aunque pareció tomarlo mas como algo normal que como una demostracion de gran afecto, de haber sido mi pareja seguro hubiera seguido el beso, pero al otmarlo ella como algo normal porqué no hacer yo lo mismo?
- ok, cuando salgamos lo beso, vamos que no tenemos tiempo para jugar -
ordené a yumi con voz calma y suave mientras esperaba instrucciones.
- y no, no tengo novia -

- Necesito que entréis dentro del edificio, no puedo acceder a las cámaras exteriores. Allí dentro tened cuidado habrá gente. Allí os daré más instrucciones. Cambio. - Era cierto lo de que no podía ver las cámaras exteriores, esas solo tenían conexión con la sala de seguridad del lugar. Sin embargo, las de dentro sí estaban conectadas al sistema central, puesto que muchas grabaciones podían ser usadas para el estudio de los "conejillos de indias".

Dentro del edificio, una chica, tras un mostrador les miró con infinita desconfianza. Sabía que se habían acercado civiles a la casa, tres para ser exactos. Y uno de ellos se había marchado dejando a los otros dos, hablando de algo que no se podía entender puesto que no había micrófonos. Tras un buen rato de espera, los dos que quedaban habían entrado, dejando a los perros inutilizados con gran habilidad. Se puso de pie detrás de su lugar, y trató de echarles como si fuese normal que hubiera personas ajenas al lugar allí dentro con asiduidad. Cuando aceptó el trabajo, jamás pensó que tendría que hacer eso. Apretó un botón para avisar a la seguridad del lugar y puso su mejor sonrisa falsa.

- Lamento decirles señores que este lugar no admite visitantes, si hacen el favor. Les acompañaré a la salida.

En el resto de la sala se podían observar un ascensor, y tres puertas: Una enfrente, otra a la derecha y otra a la izquierda. De las tres, si el híbrido prestaba atención se daría cuenta de que tras ellas se escuchaba un sonido metálico no demasiado apaciguador. Y es que, a fin de cuentas, había dos hombres detrás de cada una de ellas, todos armados con armas de fuego. Y en colocar la munición era lo que había provocado dicho sonido.

Yumi avanzo al oir el Walkie. Entonces respondio a Jul.
-Entendido, vamos a dentro. Cambio y corto jeje,

Dije entrando sin mucho problema. Pero una vez alli habia una mujer. No esperaba encontrar gente a la primera. ¿ya tenia que pelear?...No queria. Asi que al oir su spalabras me acerque con cara de tristeza y mostrando un poco mi cara.
-emm..yo...Vine a buscar a mi amigo...Dijeron que lo trajeron aqui...estoy preocupada..Dejenme pasar...Mi padre me dijo que era la unica que podia tranquilizarlo...el es...mi guardaespaldas.
Respondi a la chica mintiendo un poco. No queria dañar a nadie, ni gastar energias tan pronto. Pero si aquello no servia...Mire al cielo cabreada por lo que podia llegar a hacer.

Habíamos entrado por fin, pero no sentía ningun olor a digimon, lo cual me tenía descepcionado, ví a la humana que nos recibía, pero la ignoré completamente, estaba algo ansioso y tenía mala cara por el simple echo de haberme estado conteniendo por tanto rato.
Caminé por el lugar en busca de algún olor conocido, o alguna pista para encontrar lo que quería, pero en vez de eso me encontre con el sonido de armas siendo recargadas.
- ... -
sonreí tranquilamente, quizas podría quitarme algo de estrés con ejercicio... no, debía encontrar a los digimons primero, no fuera a ser que escapasen si provocaba un caos, asi pues, me acerqué al elevador y presioné el boton para que llegase a mi piso ignorando por completo a la mujer y a la pequeña yumi.

De nuevo lo mismo, otro dia igual. Silencio, tranquilidad y un maldito cristal, un habitáculo lleno de liquido extraño. Aquello me tenia adormilada, pero no tanto como ellos pensaban. ¿se pensaban que se ivan a librar de mi? Pues no, esta vez rodarían cabezas. Abri levemente los ojos, viendo con uno quizás mas jaleo del normal. Un hombre de mobia d eun lado a otro, mientras dos mujeres parecían buscar algo. o a alguien. Al parecer a un niño pequeño, un humano de apenas 10años. el niño se había escapado, o acababa de llegar. Y al parecer tenían problemas con el. Se me quedo mirando un momento, pero tenia los ojos tan entornados que parecía estar durmiendo.
Ojala un dia aparecieran guerreros o digimons, o lo que sea menos un niño de 10 años. Contra tantas personas, posiblemente no podría hacer mucho para escapar. Sabian tratarme. Y sabia que solo tenia una oportunidad. asi que me mordí los labios paciente. Esperando que alguien apareciera. ¿por que? no sabia. Posiblemente nadie supiera de mi existencia al igual que yo. Pero tal vez era la misma sensación de seguridad que me daba al ver aquella arma no lejos de mi. Aquella katana, ese aro y esa ropa. Se veía pequeña comparada con la que había al lado. Mas nueva y grande. No entendia nada. solo que estaba en aquel lugar extraño, esperando respuestas, flotando en aquel liquido que al parecer, a pesar de todo, me daba seguridad. Parecia incluso cerrar heridas.

La recepcionista les miró desconfiada, no recordaba que hubiese ningún tipo de cita concertada para ese día. Y para ese caso en especial, aunque no era bastante probable que alguno de los experimentos se descontrolase y lo tuvieran en aislamiento. Quizás fuese tan insostenible que hubieran decidido que era hora de llamar a gente del exterior, pero era raro que no la hubiesen informado de eso.

- Un momento señores, voy a preguntar.- la mujer se sentó ante la pantalla del ordenador, fingiendo buscar algún documento, pero en realidad escribiendo un mail a la central.

La persona que recibió dicho correo, llamó al despacho donde se encontraban Julchen y Salamon, observando lo que ocurría en el interior del edificio mientras comían palomitas. Por ahora la albina se lo estaba pasando bien, casi como si fuese un videojuego. Aunque lo malo, es que no se podía comenzar de nuevo la partida, si alguno moría era game over...

Una voz sonó en el despacho desde el teléfono, avisando a Julchen de una consulta desde el centro de investigación. La humana les comunicó que le comunicaran con dicho lugar. Por lo que unos minutos después de que la recepcionista se sentara a trastear con el ordenador, sonó el telefono en la sala.

- Se ha debido traspapelar el documento de dicha cita. Permitales pasar, segundo nivel sala A-230.- ordenó la albina a la mujer.

La recepcionista colgó el teléfono y musito por un interfono que podían retirar a los guardias. Después de eso sacó una tarjeta de un cajón y salió de su puesto de trabajo, dirigiéndose hacia la puerta a la derecha de la sala (según la vista nada más entrar al edificio).

- Disculpen las molestias. Al parecer se había traspapelado la cita, siganme por aquí.

La mujer pasó por la puerta de la derecha y recorrió algunos pasillos, hasta llegar a una puerta donde pasó la tarjeta y tecleó un código, rápidamente la puerta se abrió dejando a la vista otro ascensor.

- Entren al ascensor y bajan al segundo piso subterráneo. Desde allí otra persona se encargará de llevaros a la sala en cuestión.

Dicho eso, la mujer desapareció rápidamente sin mirar atrás en ningún momento, tenía que hacer muchas cosas, entre ellas, avisar que hubiera alguien listo para recibirlos.


De vuelta en la central, Julchen seguía mirando la pantalla, entretenida de ver qué es lo que ocurriría en el lugar. Era entretenido jugar a las dos bandas, y lo mejor de todo es que trataría que nadie la descubriera... Aunque para eso necesitaba que se armara un buen lío en el interior. Pero por esperar todavía, no pasaba nada...

Una señal saltó en la pantalla. Al parecer cambios en la criatura llegada desde un laboratorio clandestino, un biohybrido que parecía haber sido destruido y reconstruido desde cero. Casi una obra de arte, lástima que el doctor que lo había hecho estuviese tan loco. Se observaba más actividad mental que normalmente, puesto que como toda máquina estaba construida para analizar las constantes vitales el paciente.
Por suerte, aunque hiciese algo, se encontraba en el tercer nivel, apodado la prisión. Puesto que la seguridad en ese lugar era más elevada, biohybridos en sus últimas fases de creación, así como los digimons y demás criaturas peligrosas se encontraban en ese nivel. Por lo que puertas de metal blindado, armas de fuego en todas las esquinas y alcachofas similares a los sistemas antincendios, pero que suministraban "duchas" de neurotoxinas, era lo más habitual de verse.

Ese era el nivel objetivo del híbrido, pero eso no era fácil de encontrarse, puesto que entre nivel y nivel había diez metros de distancia solo como ayuda a la seguridad. Yumi, se conformaría con el segundo nivel, donde los humanos normales y que acababan de empezar con la experimentación se encontraban en ese lugar. Ahí se podían encontrar niños por todas partes.

Off: Si algo no ha quedado coherente o hay faltas de ortografía es porque no me ha dado tiempo a corregirlo xD Si hay dudas preguntadme por mp o en la cb si estoy.

Mire a la chica sorprendida. Aquello era curioso. En realidad solo habia hecho un poco de teatro para dar ventaja a Vice a colocarse. Pero al parecer nos dejarian entrar sinproblemas. Quizas Jul estuviese a la otra parte del telefono.La mire a la chica y sonrei.
-Si^^ entendido. sVamos alla. Vamos alla.
Dije emocionada acercandome a la puerta, y entrando al ascensor esperando que entrase vice. al parecer no habia problemas de nada. Mire al ascensor, y cuando estuvo dentro di al boton de la segunda planta. Me preguntaba que tendrian las demas...Pero posiblemente no las mirariamos. Aunque...si habia que destruir el lugar...seria bueno sacar a todo el mundo. Pero por ahora, ivamos a salvar a los niños. Dentro del ascensor hable.
-¿ves?>.< Todo puede salir bien. Ahora esperemos el momento oportuno para sacar a los niños sanos y salvos y evitar herir a nadie.

me sorprendí bastante ante la invitacion de la mujer, algo muy raro estaba pasando y seguro esa julchen tenía que ver, mas no me confié, la invitación era muy extraña, y nos fue enseñado otro ascensor
- ... -
no seguí a yumi esta vez, esperaba a que mi ascensor viniese por mi, yo lo había elegido y no cambiaría a otro ahora, suelo ser obstinado a veces, además, las puertas del elevador q esperaba eran más de mi agrado.

La albina observó a través de varias cámaras como los dos seguían a la recepcionista, pero que al final solo uno de ellos, Yumi, accedía al ascensor. La humana se quedó algo extrañada de la acción del chico y por eso usó el walkie para preguntarle qué iba a hacer.

- Vice, ¿qué haces?

El híbrido tendría que deshacer el camino andado y regresar a la sala inicial donde estaba el primer ascensor. Allí dentro la recepcionista ignoraría su existencia, puesto que pensaba que como guardaespaldas de la chica, no tendría nada que hacer en el interior de las instalaciones y la chica le habría sacado de allí sin contemplaciones. Sin embargo, cuando se introdujera en el ascensor la mujer trataría de hacerle cambiar de opinión.
A fin de cuentas, cada ascensor sólo accedía a un piso con seguridad de los 4 que había en total. Cuatro ascensores eran los que estaban por todo el edificio abandonado que se introducían en el subsuelo. Tendría que averiguar a qué piso accedía ese, tocando el botón correcto. En este caso, el primer piso. En ese lugar había comedores, gimnasios y zonas para que los médicos dejasen su ropa. Nada interesante en ese sitio, puesto que al estar en la puerta principal tenía que aparentar ser lo más normal posible la planta a la que accediera.


Por otro lado, si Yumi había decidido bajar, se encontraría en una planta donde tanto suelos, techos y paredes eran de un blanco nuclear que casi hacía daño a la vista. Había plantas de plástico y algunos sofás de color aguamarina como únicos puntos de color. Nada más salir, había una enfermera a su lado, sonriendo amablemente.

- Por favor, sigame por aquí. No sabíamos de su visita, pero nos alegra que venga. No es muy habitual que venga gente del exterior, aunque llevamos insistiendo en que eso es lo mejor para los niños, para que no se vuelvan locos. Pero los altos cargos no quieren oír hablar del tema.

Finamente la dejó en una sala donde el interior estaba a oscuras, pero en una esquina, se podían ver dos ojos plateados, tan brillantes que refulgían entre las sombras.

- Te dejo con Mike, estar a oscuras es la única forma de evitar que se salga de control. Hemos usado los datos de un digimon demoníaco, que le está cambiando el comportamiento y por eso siente molestias hacia la luz. Si tienes problemas llama dos veces a la puerta y te sacaremos de allí.

El niño observó a la recién llegada sin decir nada, envuelto aún en sombras. En cuanto la puerta se cerró la iluminación regreso con baja intensidad, dejando a la vista a un niño de no más de ocho años de cabello negro, que cerraba los ojos con molestia por culpa del repentino fulgor.

Vice decidio ir aparte. Como siempre, a su bola. Solo que ahora yo me quedaba sola. No me gustaba eso de estar sola. Era triste, quizas demasiado. Asi que, sola di al boton de la planta indicada. Y haciando aquello renuncie a la ayuda de vice. quizas solo tuviese una oportunidad. Si vice llamaba la atencion, a mi me hecharian tambien. Debia llegar al lugar.
En la planta indicada habia una enfermera esperando. entonces me dio explicaciones de lo ocurrido. Y sonrei amablemente.
-Todo el mundo necesita cariño^^
Dije feliz y la segui. Finalmente me dejo en una sala oscura, donde un niño me miraba con ojos algo rojos. Me dijo su nombre y explico lo ocurrido. Despues salio cerrando una puerta. Ahora estaba frente al niño. Podia intentar sacarlo...pero..¿y si tenian camaraS?¿donde estaban los demas?¿como saldria si me ven evolucionar?...Suspire y me acerque al niño. ¿que esperaba cualquier niño en aquellas condiciones? Pues un abrazo. ¿por que hablarle?Seria exactamente como los que hacen experimentos con ellos.

Asi que me acerque al niño y una vez al lado le di un buen abrazo y le revolvi el pelo. Mientras le decia al oido"vamos a sacaros de aqui a todos". Luego le miro con una sonrisa y tanteando un poco en la mochila por la falta de luz saco una bolsa de patatas fritas.
-Mike ¿quiereS?^^ Seguro que esta mucho mas sabroso que la comida de aqui.Emm..¿te llamas Mike¿no?... o te llamas en realidad de otra forma?
Ahora habria que esperar a ver como se comportaba el niño. Esperaba que buscase las patatas, pero se le notaba asustado. Aun asi sabia que era buena persona, habia que confiar en el.

Aún esperaba el ascensor cuando mi comunicador, el que me había pasado la peliplata, sonó.
- espero mi ascensor -
Contesté secamente a la voz que me preguntaba a través e la maquina, comenzaba a molestarme, ese ascensor parecía no llegar nunca y la pequeña yumi ya había desaparecido de mi vista
- oye... -
llamé a la recepsionista que ya había vuelto
- donde está la chica? -
pregunté mirandola y refiriendome a yumi.

La recepcionista miró al híbrido con cara de pocos amigos. Pero contestó de todas formas, no tenía ganas de tener intentar sacarle de ahí. Si de verdad era un guardaespaldas, a pesar de llamar a los guardias del lugar, les costaría bastante hacer que se alejara.

- Está en la segunda planta. Y ese ascensor no te llevará allí. ¿Quieres algo mientras que esperas a la chica?


En la habitación del niño, Yumi se acercó a este. El pequeño aún estaba tratando de acostumbrarse a la iluminación, por ello, cuando acabó de hacerlo, se asustó de ver a la peliazul tan cerca. Trató de alejarse, porque pensó que la chica le haría daño.
Pero no era nada malo; era tan solo un abrazo. El pequeño quedo sorprendido al principio, pero luego apretó con fuerza, necesitado de contacto humano que solía dar la gente que te quería y era cercana a ti.

Observó a la extraña chica, curioso mientras que ella hacía algo con la mochila. No creía que le fuese a hacer nada malo, y menos después de haber oído eso de que les sacaría de ese horroroso lugar.

- S-sí... Mi nombre es Mike.- cogió una patata y se la metió a la boca, saboreándola puesto que hacía meses que no comía nada de ese tipo.- Sip, la comida de aquí está muy mala. Es peor que cuando me metieron mis padres al internado, pero decían que si venía aquí les pagarían mucho dinero. Pero yo no quiero estar más aquí, quiero volver a mi casa.

Se podía notar que el niño estaba muy triste y echaba de menos a su familia. A pesar de que ellos le habían vendido a cambio de dinero y poder deshacerse de un niño que nunca habían querido. Como él, muchos de los que había en ese lugar habían pasado por lo mismo, y otros habían sido secuestrados sin más.

- Por lo menos, cuando estaba en el internado no me pinchaban con agujas todos los días, ni me hacían pruebas raras. Ni tampoco me llevaban a camas de metal que están frías y me ponen ventosas por todos lados y me hacen preguntas raras...- siguió relatando sus penurias.

sonrei al niño al ver que me abrazaba tambien. en verdad seguramente todos alli querrian salir y volver con su familia. Aquello al parecer era mucho peor que ser abandonados por los padres. Y aquello me daba tristeza. Un padre siempre tendria que saber cuidar a los niños. La cuestion era...¿como sacaria a todos si solo podria habalr con ellos uno por uno?...aquello se volvia complicado. Suspire y escuche los malos momentos del niño con atencion. Aquellos niños no podian aguantar todo eso. Les destrozaria por dentro mucho mas que el digimon que tenian dentro de si mismos. Entonces le di un caramelo.
-Toma^^ . Por si no quieres mas patatas.A... y otra cosa mas...si cuando veas a tus padres no quieren estar contigo o te mandan a otro internado te vienes conmigo^^.
Dije dejandole en una mano la bolsa de patatas. Suspire y mire la puerta. Solo podia hacer una cosa, esperar que se creyeran una tonteria...solo quizas asi...pudiera sacar a todos los niños fuera sin tener que herir a nadie. Di un toque a la puerta, esperando que abriese o que se acercaran.
-Esto es complicado...me gustaria traer a todos los niños. Asi me ahorraria tiempo y quizas ellos se llevasen mejor entre ellos. asi tendrian mas entretenimiento y serian mas felices. No es mucho pedir...creo yo.
Luego mire al niño y le guiñe un ojo. Con un poco de suerte todos estariamos lejos en poco tiempo.

Todo alli era raro pero reconfortante. sentia que habia despertado de un sueño largo y placentero, de esos que al despertar se olvidan. Y en un lugar en el que por nada del mundo deseas salir. Como cuando estabas en la cama arropada en invierno, la misma sensacion. Nadie podria sacerme de la cama. Espera...¿que era una cama?...Me quede pensativa, mirando de nuevo con los ojos levemente abiertos, mirando el panorama como uniendo un puzzle. Alguna pieza perdida por donde poder salir.
Un liquido desconocido me cubria, quien sabe si lo necesitaba o no para vivir, un cristal en apariencia grueso me separaba de donde estaban aquellas personas. Quizas podria romperlo, quizas no. Mi katana estaba delante, creo que era lo unico bueno de aquel lugar aparte de algun digimon que pudiera provocar caos. Pero era una responsabilidad arriesgarse, incluso yo saldria herida. Cosas extrañas en el techo, muchos ordenadores controladores de todo, capacer de alertar con la mayor velocidad, mucha gente y puertas al parecer resistentes. Despues de unir todas las piezas llegue a una conclusion. No saldria de ahi, no. ¿y si moria que? No podia permitirlo. ¿morir?..nunca. seria una cobarde, pero mejor viva que muerta antes de lograr salir de ahi, quizas habria incluso mas pisos, mas seguridad. No..no me moveria.
Lo peor fue cuando una persona se quedo mirandome fijamente, buscando algo, como algun poco de movimiento por mi parte. Quizas supieran que estaba consciente, quizas sabian lo que pensaba...Aquella idea me dio escalofrios. Mientras el miraba yo cerre los ojos y movi un poco una mano. Quizas con eso se les quitaria la curiosidad y se quitarian de mi punto d vista. Si no era asi, alomejor la proxima vez que abriese un poco los ojos me pillasen.

- pues de momento quiero una de dos cosas -
Respondí a la resepcionista
- información o sexo -
Dije con una pequeña sonrisa acercandome a ella
- si me dices en que planta hay digimons o su información me marcharé, si no segunda opción -

La recepcionista desencajó el rostro ante lo absurdo de la situación, si no fuera porque llevaba tantas horas despiertas hubiera jurado que su cabeza la había pasado una mala jugada. Pero no era así, y lo que el hombre decía parecía ir en serio. Ya podía pagarle la compañía, que no por eso se iba a dejar violar por un sujeto tan inquietante como ese.

- Tercera planta, para acceder al ascensor que te lleva a esa planta, tienes que subir por las escaleras y avanzar hasta una de las habitaciones que dan a la parte trasera de la casa.

No le mentía, puesto que temía las consecuencias de hacerlo. Además, había preguntado por uno de los pisos de mayor seguridad, con lo que no le sería fácil acceder a aquello que de verdad quería.

En cuanto que se alejara de la recepcionista, Julchen volvería a hablar por el walkie con él.

- ¿Se puede saber qué haces? Vas a fastidiar el plan.


El niño aceptó el caramelo y se lo llevó a la boca, saboreando algo con una cantidad increíble de azúcar. Hacía meses que no probaba alguna chuchería y las había echado de menos tanto como a su familia. Bueno, puede que un poco menos, pero ahí estaban. Miró extrañado a la chica por eso, no entendía por qué tenía que ir a su casa, o bueno, más bien quería ignorar el hecho de que no tuviera la opción de volver a su vida anterior.

- Bueno... Está bien, pero seguro que me quieren de vuelta.- los ojos del niño brillaban, húmedos por las lágrimas que se estaban acumulando en ellos.
- Intentaré abrirte las puertas de las demás "habitaciones" de los niños, pero tienes que tener cuidado con que en el pasillo no haya nadie o se acabará liando muy gorda, y posiblemente tengas que enfrentarte a los humanos.- Julchen la habló por el comunicador.- La sala de enfrente está abierta ya, y por ahora no parece que nadie se acerque al lugar... La otra opción es que ocurra algo por lo que tengan que sacar a todos los niños, o que den la alarma para ir al comedor.

La puerta de la habitación de Mike también estaba abierta, por lo que ante un tirón se abriría con facilidad. Si Yumi tenía un poco más de paciencia, era posible que las acciones de Vice provocaran que se activara el sistema de seguridad, y las propias personas del edificio ayudaran a la chica de cabellos azules a sacar a los niños.


Los médicos observaban el cuerpo de Elian, habían notado como comenzaban a activarse las neuronas a un nivel de consciencia superior. Casi similar al de una persona humana, pero como esas criaturas no eran humanas del todo, quizás eso solo fuese un nivel menos profundo de coma. Asintieron satisfechos ante el movimiento de su mano, y fueron a centrarse en otros sujetos de estudio. No tenían todo el día para perderlo en esa obra de ingeniería biológica que les había llegado caida del cielo.

Estuve un rato en silencio y moviendo solo aquella mano. con los ojos cerrados y esperando que los humanos se marchasen. finalmente, tras esperar un rato abri los ojos. en aquel momento ya no habia humanos delante. Estaban en otras cosas. Por lo que senrei orgullosa. ahora, tenia que esperar a que algo pasare pronto o a que mi paciencia se acabara y empezase a romper el cristal. O a intenterlo.

Sonrei al niño y le revolvi el pelo.
-Claro que si^^, yo lo digo por si algun dia te cabreas y te quieres fugar. Mejor que te hagan esto otra vez vente a mi casa.
Dije al niño intentando improvisar. No queria hacerle daño. ahora sus padres debian elegir. Esperesemos que quisieran tener al niño otra vez. Entonces el walki sono. entonces decidi responder a Jul con una idea.
-Es dificil que no nos vean con tanto niño... emm...¿podrias hacer saltar la alarma de incendios? quizas asi tuvieran que sacar a todos los niños. Y si huyen esta zona quedara vacia y los sacare yo. De todas formas ganamos.
dije por el walki hablando a Jul.
-¿puedeS?
Pregunte curiosa y agarrando a Mike de la mano para que no se asustara si sonaban sirenas.
-peparate, creo que no tardaremos en salir de aqui. Es si...si te molesta la luz... deberias ponerte gafas de sol.
diciendo esto le dio unas de la mochila

- ok, si no encuentro lo que busco volveré por tí ♥ -
respondí juguetonamente a la recepcionista caminando hacia las escaleras, mientras sonaba el comunicador
- plan?, y cual es el plan si puedo saber? -
Asi que de verdad Julchen había accedido a las camaras de la instalación, eso ciertamente era algo incomodo, pero como toda maquinaria tenía puntos debiles a los que yo podía acceder si no quería ser visto.

La recepcionista asintió algo pálida en silencio. Había dicho la verdad, por lo que el rubio no tendría motivos para volver a por ella. Pero siempre cabía la posibilidad de que volviera por el gusto de torturar a la chica.

- El plan es sacar a los niños de este lugar. ¿No estabas atento cuando te habló Yumi? Tsk... - sonó a un corte en la información. Pero de repente volvió a sonar la voz de la albina, al parecer había pensado en algo.- Quizás para hacer esto más rápido podrías provocar un incendio. Tendrán que sacar a todos los que hay en el interior. No será muy dificil para tí, ¿no?


Mike miró agradecido a Yumi por sus palabras. Era un alivio saber que podía contar con un lugar al que marcharse en caso de que se quedase solo. El único problema sería llegar allí, pero bueno, la chica seguro que le decía como encontrarla.

- Vale, gracias.

La voz de Julchen volvió a sonar esta vez para informarla de la idea que se le había ocurrido para facilitar el que sonara la alarma. Por supuesto que podía hacerlo, ahora tenía acceso a todo el sistema, puesto que estaba en el ordenador central. Pero si lo activaba desde allí, sería demasiada notoria su ayuda, así que, lo mejor que podía hacer era que ellos mismos pudiesen hacer unas llamas reales. De esa manera no podrían relacionarla con el suceso.

- Le he pedido a Vice hacer un incendio. Espero que pueda hacerlo... Pero creo que en caso de que no lo haga, con tan solo entrar hacia donde se está dirigiendo puede hacer saltar la alarma de seguridad. Y con eso es posible que traten de desalojar el edificio. Si tienes un poco más de paciencia es posible que hasta te ayuden a sacarles de ahí.

El niño se puso las gafas que le tendió Yumi, pero después la abrazó, asustado por la situación. Se le hacía raro el poder salir de allí, y le daba miedo.



La sala en la que estaba Elian sería amplia, de no ser porque estaba lleno de máquinas y monitores por todas las paredes. Había algunas camillas más. Los científicos habían ido saliendo del lugar hasta quedar tan solo dos de ellos, completamente vestidos de blanco. En las esquinas había sensores que al mínimo movimiento no reconocido activaban las armas. Si no quería activarlas, tendría que salir moviendose de la manera más humana posible. Puesto que cualquier imposibilidad para el cuerpo humano sería tomada como un intento de huida de los híbridos.