Un Destino Milagroso

Me encontraba en mi casa de verano en Colorado, Terrirmon y yo comíamos unos bocadillos junto a la Digitama de Cocomon. El tiempo estaba soleado y el viento soplaba fuertemente, hacia tiempo que no veía a los demás, desde que perdimos a Cocomon junto con el virus.

Me recosté en un mantel pero el sol pegaba demasiado en mis ojos -Ey Terriermon, ¿Puedes hacer sombra?- Terriermon levanto sus grandes orejas cubriendo mi cara -Ahhhh, esto es vida...- no me podía encontrar en un mejor estado que ese cuando se trataba de comodidad, estaba todo muy calmado.

-Ey Wallace, ¿Cuanto tiempo me tendrás así?- Terriermon parecía estar enojado y aburrido -Hace tiempo que no vemos a ninguno de nuestros amigas, estarías muy solo si yo no estuviera- ya no se notaba su enojo sino que lo gritaba en su cara, no lo escuche y seguí concentrado en nada como siempre.

De repente otra persona totalmente desconocida llego a interrumpir nuestros momentos de calma, aunque eso era lo que Terriermon quería, mientras yo solo quería un verano tranquilo, me levanto para verlo a él y su Digimon. Eran un chico con un peinado cortado en 'V' y con un Digimon verde de muchas patas como un insecto, su pico daba miedo -Hola...- no sabía quien era ni como me encontró pero por su acento me di cuenta que era japones al igual que Daisuke y los demás, quizás los conocía o quizás solo sea otro tamer japones -Somos Wallace y él es Terriermon- mi voz era medio desconfiada a pesar de que claramente era buena gente pero no hay muchas personas que se meten en propiedad privada sin permiso.

-Que bueno encontrar con alguien con quien hablar, Wallace ya era muy aburrido con sus charlas- le di un leve golpe en la cabeza como venganza por su comentario -¿Qué andan haciendo por aquí? ¿Quieren algo de beber?- Terriermon parecía querer tenerlos por un rato haciendo que estén cómodos.

Sacando del borde de mi pantalón saco el Digivice gris que siempre llevo conmigo -Pues el mio es así- era muy común en comparación con el que tenía ese chico, aunque los dos eran de colores apagados, el de él negro y el mio gris -Oh, también tenemos esto...- revise mis bolsillos pero no lo encontré por ningún lado, mire a Terriermon quien me dio una señal de tampoco saber -Espérenme y lo traeré- me levante y fui a dentro de mi casa.

En cambio Terriermon se quedo con el chico, su Digimon y la Digitama -¿Quieren algo de beber?- Terriermon sirvió en dos vasos limonada que teníamos en una jarra y se las entrego a cada uno -Díganme, ¿Conocen a Daisuke y V-Mon?- Terriermon sonríe con una gran autoestima.

Al cabo de un rato yo llego trayendo algo en mis manos -¡Aquí está!- levanto el brazo para que se pueda ver el esplendor del Digimental dorado que conseguí la vez que recupere a Cocomon -¿Qué les parece?-.

-Jaja conque te sorprendimos- era lo que esperaba, hasta donde llegue a entender solo Daisuke y yo teníamos un Digimental de este calibre, no era único pero poderoso, aunque nunca entendí su símbolo -Bueno para resumirlo lo obtuve de Daisss...- de repente Terriermon me interrumpió.

-Wallace, ¿Sabias que son amigos de V-Mon y los otros?- ya me parecía que por su acento era un niño elegido de Japón -Tal vez también tengan un Digimental como Daisuke-.

-Ya veo, así que nos encontramos con otro, que gran coincidencia- pensar que sería un digidestinado que no supiera de los armor, al parecer yo era el único que no lo sabía entre todo los demás elegidos, o al menos hasta que conocí a los demás -¿En serio tienes uno?-.

Terriermon empezó a tomar del vaso que quedó servido y lo vació de una, se sentó a gusto ahora a relajarse, cosa que no quiso hacer cuando solo estábamos él y yo, pero ahora que socializo esta más calmado.

Miro muy interesado el Digimental con forma de flor con un color rosado que estaba en el aparato del chico -Vaya impresionante... El Digimental del Destino ya no funciona, se encuentra descargado y me lo entrego Daisuke con ayuda del Seraphimon de TK y el Holydramon de Hikari- juguetee con él y luego lo deje en el suelo.
 
-Díganme- dijo Terriermon sin dejar de mirar el cielo -Si conocen a Daisuke, V-Mon, Hikari y a los demás… ¿Dónde estaban cuando nos conocieron? Ya que nosotros no pudimos estar con ellos por vivir en Estados Unidos pero ustedes son claramente japoneses y pudieron estar con ellos- gran pregunta de parte de Terriermon, nunca pensé que él iba a llegar a algo tan profundo e ingenioso.
 
Me serví jugo a mi y empecé a esperar su respuesta, tal vez era como nosotros que no nos acercábamos a nosotros pero ya nos habíamos presentado una vez por un chat pidiendo perdón por haber creado a Apocalimon. 

Veo extrañado como Ken se trababa al hablar y se llevaba la mano al cuello ¿Sera qué nos ocultaba algo? Tal vez si era algo tan triste u oscuro sería mejor no entrometerse, la expresión de Ken era triste pues parecía carcomerlo por dentro. Para alegrar la situación lo mejor era cambiar el tema por uno más alegre y que no tuviera que ver con Daisuke y los demás.

-¿Hace frió no?- me frote los brazos con las manos y tirite un poco, había muy baja temperatura para mi gusto, tal vez solo era yo que estaba acostumbrado a los climas altos y para mi eran normales, pero era una forma de cambiar el tema por uno que sin duda no tenía que ver con los Digimon -¿Qué clima hará en el Digimundo?- pero de repente tuve que saltar con algo del Mundo Digital, eso se debía a que nunca tuve la oportunidad de ir a ese lugar, al igual que Terriermon por haber nacido en el Mundo Humano.

Terriermon se acerco a Wormmon a escondidas para preguntarle -Sin que nos escuchen dime la razón por la cual no nos conocimos en aquella ocasión- a pesar de estar tan cerca de Ken, Terriermon trató de averiguar la verdad a través de susurros.

-Que historia...- Terriermon quedó un poco impactado por las cosas que dijo Wormmon, aunque dijo que se había curado de eso aun podría ocurrir una especie de secuela y volver a ser malvado, pero Terriermon esta inseguro y decidió esperar para contármelo después y que podamos decidir entre los dos.

-¿¡En serio puedes hacerlo!?- estaba muy alegre, si Ken me lo permitía podía llegar a ir al mundo de donde provenían Cocomon y Terriermon, un mundo al que me negué ir antes por temor a alejarme de mis únicos amigos pero estaba decidido a ir ahora ya que estaba seguro que nada nos separaría ahora. Vi la cara de Terriermon no sabía si era felicidad o tristeza aunque de seguro era de felicidad ya que no había razón para una de tristeza -Llévame al DigitalMundo, te lo pido- saqué de mi bolsillo un celular y lo coloqué frente a Ken.

Terriermon me miró con una sonrisa forzada pero no me di cuenta en el momento de que era así, Terriermon si quería ver el mundo del que provenía pero estaba un tanto desconfiado de los planes de Ken, después de llevarnos ahí tal vez nos haría algo.

De la nada me vi rodeado por una gran selva, esto ya no era Colorado sino que era un mundo lleno de extrañas criaturas -¡Sí...!- me tire en el suelo, era glorioso, por fin estaba en este hermoso lugar del que tanto había escuchado, con tanta felicidad y euforia no note la falta del Digimental, se había quedado en el Mundo Humano.

Terriermon olvidó todo lo que lo afligía, quedo perplejo al ver ese nuevo mundo de donde provenía, empezó a caminar hasta chocar con el huevo de Cocomon que también había llegado, eso era lo mejor, si nacía en un ambiente así tal vez mejoraría rápidamente.

-Es mejor de lo que pensé- mi felicidad era demasiada, ya nada importaba, no había problemas, excepto que no avise que me iría por un tiempo pero de eso me encargaría en otro momento, ahora estaba disfrutando.

Me quede viendo como el aire de la selva pasaba encima mio, como el ruido de los Digimon se escuchaba alrededor, esto era un paraíso soñado y creado, sonreí como un niño en una confitería, si me muriera en ese momento estaría bien, muy bien y así podría evitar algún sufrimiento futuro.

—Si… ¿Verdad?-- me quede viendo el día soleado entre los árboles, como más allá de las nubes se notaban características que daban a entender que estaba compuestos por datos, estire mi brazo al aire donde tenía mi Digivice, era un sentimiento mágico lo que sentía, no era el único que lo habrá sentido ya que a lo mejor Ken y los demás lo han sentido varias veces en sus vidas pero nunca se compara a la primera vez.
 
-¿Ah? Sí, yo nací en el cuarto de Wallace junto con mi hermano- Terriermon salió corriendo por la Digitama de Cocomon, se sentó abrazándolo y lo cubrió con sus orejas como una manta -Junto con Wallace nos hicimos una familia en ese lugar en Nueva York-.
 

-¿Cómo pude vivir tanto tiempo de mi vida sin visitar este lugar?- mis palabras fluían sin parar, mis emociones eran descontroladas y con razón, era la aventura más impresionante que habíamos tenido y me embriagaba con su sabor dándome a desear más aun sabiendo que era lo que había y me tendría que conformar, es solo que no podía aceptarlo y solo me quedaba esperar.

Quedo medio impactado por la pregunta de Ken, eso era un tanto repentino después de que nos llevaran al Digital World, aunque no me importaba en lo absoluto es solo que nunca habíamos tenido un combate amistoso -Por mi esta bien pero...- mira para un lado donde estaba Terriermon hablando con Wormmon que estaba muy alegre.

Lopmon se dio cuenta que lo andaba viendo, y al entender lo que estaba sucediendo cerro los ojos y asintió con la cabeza, no parecía importarle una pequeña pelea << Espero que Ken no intenté nada extraño >>.

-Esta bien Ken, tu ganas, ¿Cómo quieres comenzar?- nunca había estado en una situación así, tan solo había luchado una sola vez pero fue demasiado espontaneo como para recordar exactamente como empezó la batalla.