Ladrones, héroes, fantasmas... Un día entretenido

Mi estómago gruñó por enésima vez ese día. Llevaba a saber cuánto tiempo sin comer, y todo porque no tenía dinero y no sabía cómo volver a la Tierra. Además de que mi pequeña compañera, Wolverimon, podía alimentarse de datos, con lo que ella no tenía una necesidad tan acuciante.

Al entrar en el área del bosque mi vestido negro cambió, volviéndose un vestido de manga corta en azul con un delantal blanco. Las botas y las medias se mantenían igual que antes. Esperaba que en algún momento hubieran pantalones, dado que para moverse tranquilamente por el campo eran mejores, aunque por suerte estas medias eran bastante tupidas y podía moverme con relativa tranquilidad, sobre todo cuando no había nadie.

Suspiré antes de que mi estómago rugiera de manera insufrible.
- ¿Estás bien, Shirka?- preguntó Wolve
- Sí, tranquila... Sólo que tengo hambreee- me quejé como si fuera una niña pequeña
- No sé que hacer para ayudarte- me dijo con las orejitas gachas.
- Quizá si encontráramos una aldea o algo así podríamos coger prestadas varias cosas- sonreí de manera malévola.- Pero para eso, necesito que localices con tu olfato algún sitio... Además si se oponen, siempre puedes entrenar
- ¡Geniaal!

La pequeña lobita se puso a olfatear para localizar algún pueblo o aldea... Incluso un grupo de digimons perdidos me servía para mis planes. A pesar de que mi compañera podía tener un extraño sentido de la justicia; sabía que robar estaba mal, por ejemplo. No se oponía cuando la prometías batallas de entrenamiento.
- ¡Por ahí!- gritó, mientras que echaba a correr en una dirección.

La seguí andando rápido, rara vez corría... Era demasiado cansado. Finalmente llegamos a un pequeño claro en el que había un pequeño grupo de insectos hablando entre sí. Puse cara de repelús, aunque me calmé al no ver una araña... Eso ya era algo que agradecer. Saqué el d-arc y comencé analizando sus nombres y niveles. Gormon, Dokunemon, Tentomon, Fanbeemon, Kunemon... Todos ellos no superaban el nivel roockie, espere unos segundos tratando de enterarme de qué hablaban.

- No os vayáis, luego vendrán los mayores a darnos la comida. Sólo hay que esperar a tener paciencia. - decía Fanbeemon
- ¡Eso, eso! Además nos han dejado al cargo de todas las cosas y el dinero. Tenemos que protegerlo- corroboró Kunemon.
- Jopé, las chicas sois aburridas... - se quejó Dokunemon, que al parecer era uno de los que quería irse.

Dejé de escuchar en ese momento. Los niños sólos y cuidando del dinero. Extremadamente tentador, después sólo tendría que encontrar algún restaurante y ponerme las botas. Cogí una carta en la que se podía leer Super Evolution Plug- In S y la pasé por el lector. Wolverimon quedó cubierta por una luz azul muy bonita.
- Wolverimon evoluciona en... Kariumon

Salí de entre los árboles y Kariu me siguió, chiquitina como era no parecía nada más que un digimon roockie, pero en realidad era campeón. Les sonreí a todos los pequeños digimons que había allí, los cuales me miraron algo sobresaltados.
- Bah, solo es una humana... - dijo un Tentomon.
- Sí, humana. Y querría pediros un favor, o sino, mi compañera tendrá que ir volviéndoos huevos- dije con una sonrisa amable la cual no casaba muy bien con la maldad que destilaban mis ojos- Dadme el dinero que tengáis, y no os pasará nada

Todos se quedaron en silencio. Sin hacer nada. Chasqueé los dedos, y mi pequeña compañera comenzó a golpearles. Era un digimon versado en la potencia, por ello aunque su tamaño fuera pequeño daba buenos golpes.
- Que alguien nos ayude- gritó uno de los digimons.

Yo me crucé de brazos. No había nadie que pudiera salvarlos de mi pequeño robo.

Off:
-Super Evolution Plug- In S: Evoluciona a un digimon hasta su etapa campeón.

Estaba contenta, habia ayudado en todo y habia evolicionado a aquel nivel campeon.Era un pez,pero estaba feliz de ello.En el agua nadie me venceria. Llege a aquella aldea, mire a m i alrededor y algunos digimons estaban algo tristes. Pero no me importaba. Debia centrarme en lo mio.buscar problemas y salvarles de cualquier enemigo.Ser una heroina. No siempre uno estab atriste por necesitar un heroe.

Entonces oi un reclamo de ayuda. Sali corriendo el direccion al grito y llege a un claro. Alli una chica con su digimon parecian atacar a los pobres digimons indefensos. Llena de furia avance veloz hasta llegar al ladod e l ahumana y tirarla del pelo con fuerza normal. Solo para hacerla daño.
-¿que crees que estas haciendo?Estos digimons estan bajo mi protección. No tienes corazon.

Tras el grito los niños finalmente decidieron darnos cosas, pero Kariu tenía sujeto a uno de ellos para que los demás no hicieran algún tipo de trampa. Cogieron varias bolsas que tintineaban. Bendito dinero.

Pero entonces tuvo que llegar una rubia a defenderles o no sé qué. Porque de repente la tenía tirándome del pelo, cosa a la que respondí automáticamente cogiéndola de una de las tantas trenzas del peculiar peinado que llevaba.

- ¿Que qué hago? Lo que yo quiero, qué más te da lo que haga... Y para estar bajo tu protección estaban muy desprotegidos- intenté que mi tono se mostrara indiferente, pero desde luego la estaba mirando mal.

Kariumon soltó al digimon pequeño y sólo lo miró una vez.
- Iros todos o me como vuestros datos- les dijo poniendo la cara más terrible que podía... Eso dentro de que era adorable.

Los pequeños digimons desaparecieron de la escena, pero antes le dijeron a la rubia:
- ¡Mucha suerte!

La lobita, bípeda ahora, miró hacia la rubia.
- Suéltala- gruñó cerca de estar furiosa, mientras que sus patas se cubrían de un aura de color azulada.

Segui tirando del pelo a aquella chica y mire mal a su digimon. Luego me despedi de aquellos digimons.
-Poneros a salvo. Esta claro que este sera su ultimo dia en este lugar.Auchhh
Dije al ver qu eme tiraban del pelo.
- No pienso soltarla yo soy mas fuerte que ella. La vencere.¿entendiste?dejaris de robar por diversion

Kariumon fue a lanzarse contra la chica rubia, pero me negaba a perder... Era humana y por tanto mi rival, al menos por ahora. Quería ganarla yo, y después que Kariu hiciera lo que quisiera... Aunque bueno, no le dejaría hacerla nada serio, digamos que en esas cosas me gustaba ser justa.
- ¡Dejala Kariu! Yo me encargo de ella- dije con un gran brillo de determinación en mi mirada.

Tiré con más fuerza del pelo. Esto no se acabaría hasta que una de las dos perdiera un mechón de pelo, o en el suelo.
- En cuanto a lo de robar... Lo haré siempre que quiera, porque no eres nadie para decirme qué hacer.- le saqué la lengua de manera un tanto infantil.

Vi como aquella chica se encaraba conmigo dejando el digimon aparte. La mire con odio por lo que habia hecho. Vi como tiraba ams fuerte del pelo haciendome mas daño y comenzaba a sacarme la lengua burlona demostrandome que no podia hacer nada. Que ella robaria lo que quisiera. Aguantando el dolor esta vez tire yo fuerte del pelo.
-Niña tonta...ellos no pueden comer y tu les robas el dinero. Tu corazon esta podrido. Vamos, devuelve el dinero o te quedaras sin pelo. Si no lo devuelves ahora sera mucho peor para ti que para mi.
Dije cabezota, demostrandola que yo no me rendiria

Eso de los tirones ya empezaba a doler, pero había que aguantar, las morenas eramos mejores que las rubias, me autodije en broma. Pero siempre estaba ese orgullo innato por el color de tu pelo que ayudaba a mantenerte firme. Tiré más en consecuencia para que le doliera más a ella.

Sus ojos chispeaban con furia, al parecer le indignaba de verdad lo que ocurría... ¿Cuál sería la mejor manera de molestarla? Podía llegar a pasarmelo muy bien mareándola.

- Para empezar, criaja, soy mayor de lo que aparento así que deja el niña. Hay cosas en las que hay que tener un mínimo de respeto... Dado que no me he puesto a insultarte, rubita.- odiaba a veces que creyeran que era más joven de lo que parecía, pero esta chica me llamaba niña.- Además en ningun momento han dicho que no tuvieran dinero para comida... Lo primero de todo, un héroe debe saber bien la situación... Aunque ya veo que me he topado con una aprendiza un tanto inútil

Dije tratando de picarla. Quería ver cual sería su reacción.

Miré un poco más lejos. Kariumon había decidió guardar todo el dinero en una misma bolsa, y guardarla en mi mochila. Al parecer podía llegar a tener buenas ideas.

Segui tirando mientras resisitia sus tirones. Estaba molesta pero yo mas. Queriendo robar...merecia un escarmiento. Enntonces me dijo que era major y la sonrei.
-Pues te comportas como una niñata de 11 años. Po rmuy mayor que seas eres solo una cria.
Pero aquello siguiente me dolio¿aprendiza inutil?
-Soy un aheroina de verdad cegata. Y para tu informacion, la familia de esos digimons me habian dicho que habian ido a comprar comida con elunico dinero que tenian. Decidi venir a apoyarles. Maldita loca, devuelve el dinero.
Dije tirando mas fuerte eta vez , descontrolandome un poco de los nervios.

Sonreí a lo de que me comportaba como una niña de once años. Menos cuando era pequeña, siempre había sido muy infantil, era algo muy divertido. Irresponsabilidad, comportarse de manera egoísta y sobre todo, alegar a los demás.
- Touché, contra eso no puedo decir que no... Pero tengo el alma joven

Durante un segundo ví sus ojos doloridos y tiró exponencialmente más fuerte. Cerré los ojos con dolor, pero no me rendiría y mucho menos ahora que podía molestarla. ¡Sí! Encontré algo con lo que molestarla. Había que encontrar más cosas para molestarla, eso de monotemizarme me parecía bastante aburrido.
- ¡Bah! Detalles y detalles. Y no creo que seas una heroína de verdad, si lo fueras, ya me hubieras derrotado y no estarías dándome tirones como si esto fuera una pelea de niños. ¿Te enseñó alguien a ser heroína o eres autodidacta? Porque en todo caso apesta el que te enseñó.

Si había suerte podía dar con un abuelo, un padre o un hermano por el cual sintiera mucho amor. Y con esto pudiera chinchar más. Pero tampoco estaba segura. En todo caso se lo llevaría ella misma el insulto.

Kariu silbó sentada ahora en la rama de un árbol, esperando a que terminara la discusión. Sujetaba la mochila en una de sus patas, para evitar que pudiera ser dañada.

Ella seguia tirando pero acepto lo suyo. Luego se metio conmigo y la mire con odio. No podia aguantar mas. No era buena, no merecia estar ahi. Ya era hora de dejar los juegos de niños.
-Yo misma aprendi
Dije seria y usando la otra mano para darla un b uen puñetazo en la cara.
-Se acabaron los juegos, Ya estoy harta. No mereces estar aqui.
Espere su reaccion a aquello aunque habia sid o u n buen golpe para una humana. Pero la mire seria, sin intimidacion y con mala uva

Tuve un pequeño fallo de cálculos. Al parecer me había topado con la típica chica gorila, que era una violenta. Me esperaba más pullas, pero noooo. Eso le presupondría demasiado pensar, así que me dio con todo el puño en la cara.

Dolía, mucho, mucho, mucho, MUCHO. No estaba acostumbrada a los golpes, he de decir que este era el primer puñetazo que me daban en toda mi vida en la cara. No era para nada buena a la hora de pelear, excepto porque:
a) No sabía contenerme a la hora de golpear.
b) No me importaba el método con tal de ganar.

Me dolía la nariz, pero dudaba que la tuviera rota, aún no había sonado de manera "crujiente". Aunque lo que sé, había sangre.... Aunque dejó de dolerme rápidamente, bendita adrenalina.

- ¿Se puede saber de qué vas? Pedazo de animal. Qué aún no te he golpeado- estaba indignada.- Para ser una heroína acabas de tener una acción completamente del malo. Atacar a alguien que no sabe pelear...

Un crujido tras de mí, me interrumpió, el árbol donde estaba Kariu estaba roto, mientras que una de las patas del pequeño digimon estaba donde debería estar el resto del vegetal, mientras que sus ojos mostraban una expresión amenazante.
- Humana, una cosa es tirar del pelo. Otra cosa agredirla directamente. Vuelve a hacerlo y diga lo que diga mi Tamer te partiré todas las piernas en mil cachitos.

Mire a la chuca cabreada y le saque la lengua.
-Claro, yo soy la mala...la que intenta devolver el dinero robado. Yo conseguire ser un aheroina y para eso tengo que hacer daño a gente como tu. Ladrones egoistas que no ven mas alla de ellos mismos. Me pregunto si luego daras de comer a tu digimon o te lo quedaras solo para ti.
Respondi enfurecida y viendo lo que habia provocado el golpe. Entonces su digimo n aparecio a la defensiva, como lo hacian todos ellos. Por eso seria la heroina, era especial. Yo misma era parte digimon.
-claro...tu cosa enana..me partiras las piernas en mil cachitos que miedo....ella se lo merece. por ladrona. aun estais a tiempo. Dejar el dinero y salir de aqui. O tendreis pelea

De mal humor, de muy mal humor. Y por ende, cruel.

- Dices ser heroína, ¿pero has pensado alguna vez que los héroes nunca lo sois? Sois gente violenta, nacida para la batalla que ansia encontrar a alguien que haga cosas injustas para poder dar rienda suelta a su propia frustración por medio de los golpes, pero de manera justificada y conseguir algo de los demás. Digamos que tenéis permitido matar, pero nunca buscáis la paz completa, dado que si eso se diera, vosotros mismo os convertiríais en los villanos.

Un pensamiento completamente cierto. Por eso yo hacía lo que quería, dado que si en algún momento decidía ayudar a los demás ya lo haría porque de verdad lo sintiera. Aunque siempre que hacía esas cosas siempre pedía algo a cambio, pero me daba igual no obtenerla.

Kariu sonrió, su apariencia de digimon roockie escondía la enorme fuerza que poseía, dado que era un campeón versado en la potencia.
- Me gustaría demostrártelo con un digimon, pero dado que no tienes compañero, me parece muy injusto mostrártelo así por las buenas... Incluso siendo una "malvada" tengo mi honor y no me gusta hacer daño real a los que son más débiles que yo, o no van en grupo.

me estaba molestando, era molesto aquello que decia. Los heroes no eran asi...no todos. Ellos tenian buen corazon, se hacian responsables de ayudar a los que nadie quiere. En protejer lo que muchos quieren destruir. Hacer aquello que nadie tiene el valor de hacer. Ella no sabia de heroes. ¿quien tiene valor de acabar con un malo para salvar el mundo? Solo un heroe. y el mal nunca acababa aunque su vida corriese peligro. y la vida de sus amigos a los que siempre proteje. Descarada humana tonta.

-no entiendes nada de heroes. Pero... tu jamas ayudarias a esos digimons a comer. Recibiendo o no cosas por ayudarles...eso te convierte en una mala persona. Villana...no del todo. Pero eres una maldita descarada que no sabes de que hablas.
La odiaba con toda mi alma y a su digimon tambien. Le mire con odio y le saque la lengua.
-no luches si no quieres, pero devolver el dinero YAAAAA
Dije lo ultimo dandoles la ultim aoportunidad. espues ya comenzaria aenfurecerme de verdad,atacandolas sin piedad. Intentando cumplir mi sueño

La había molestado, pero era demasiado simple con lo de los héroes.

- Mira, no me dedico a sacar a la gente de sus errores. Si eres más feliz con una mentira, entonces créelo... Y aun así, no sabes quién soy así que no me prejuzgues, por favor. Odio eso, sobre todo porque no me conoces de verdad.

Suspiré seria, sin mostrar ni la más leve sonrisa.
- Haz lo que quieras, pero el dinero es mío- dije dándola un empujón, para que me soltara.

Kariu aprovechó nuestra conversación para en el momento del empujón colocarse delante mía para protegerme.

no la aguantaba, er ainsufrible. Se oponia a todo lo que decia buscandole tres pies al gato. no sabia como era, pero ese n o era el tema. Ella habia robado a un dinero sin mas. a digimons que se lo habrian ganado. Suspire cabreada y de golpe me empujo. al pillarme por sorpresa ce cai hacia atras soltandola. Y su digimon se coloco en medio para protegerla.
-Noooo, no es tuyo,n o te lo has ganado. Lo robaste. Devuelvelo.
dije lanzando un apiedra con fuerza a su digimon.

Desde luego era cabezota, sonreí, si la situación hubiera sido otra probablemente me hubiera caído bastante bien. Aunque tras hacerme el "pequeño" apaño de la nariz, no estaba bastante segura de querer ser su amiga.
- Que nooo... - dije con paciencia.

Kariu observó la roca y abrió la boca haciendo que una ventisca saliera por ella. Dado que el viento era frío y se oponía a la dirección de la roca, hizo que perdiera potencia y cayera al suelo inmovil. El viento helado se acercó a Keilyn, que si no se movía recibiría una corriente de aire helado. Y con tan poca ropa, lo menos que podía pillar era un costipado.
- Fasmatikí ánemos

Off:
• Fasmatikí ánemos (viento fantasmal): Suelta un chorro de aire helado contra el rival, lo cual puede provocar que se ralentice al recibir el ataque tres veces.

Aquel ataque sirvio de poco. paro la roca sin mas y vi como me atacaba, veloz como mi nive l me aparte a un lado para esquivar el ataque. Les mire cabreada y esprandopdoer evolucionar.Soloasi les atacaria con fuerza. Les demostraria de lo que es capaz un heroe.

1ª Persona:
Miré a la chica cómo esquivaba rápidamente el ataque. Sabía que la intención de Kariu no era darla, obviamente. Pero lo que me intrigó fue la velocidad de su reacción, casi inhumana. Me alejé hacia mi mochila cogiéndola, y sacando de ahí una tablet. Me dispuse a grabar lo que ocurriera más adelante... Intuía que iba a pasar algo sorprendente.

3ª Persona:
Kariumon miró a la humana que tenía delante, mirándola fijamente sin parpadear casi. Pero no la veía a ella, miraba su aura. Esa delgada capa invisible para la mayoría de las criaturas, pero que ella era capaz de ver.
El aura reflejaba las emociones y a veces las intenciones de las personas, cosa que le venía estupendamente a la hora de leer los movimientos del rival.

Sabía que la chica no era mala persona, quizá un poco como ella misma, dado que era muy simple: la rubia vivía para ser una heroína, Kariomon vivía para ser una guerrera. Sólo se habían conocido en una situación muy mala.

Había algo extraño en el aura de la chica esta, dado que su aura había cambiado a una manera extraña. Jamás había visto nada parecido.
- Ten cuidado- le dijo a Shirka.

Adoptó una posición defensiva, tratando de estar al menos protegido del primer ataque.

Mire a la chica algo cabreada por demostrar mi velodidad y mi pequeña habilidad. Vi como se alejaba y el digimon se ponia en guardia. Po rlo menos el digimon pareci aser bueno, Queria proteger a la humana por encima de su vida. Suspire y les mire viendo como desconfiaban. Podia mofarme de ello.
-¿sorprendidos? So yna superheroina, me paso algo hace mucho tiempo y tengo superpoderes. Devolver el dinero Villanos. O os arrepentireis.
Respondi sonriente intentando meterle smiedo y que se lo creyesen.

Enarqué una ceja al oírla. ¿Así que tenía superpoderes? Eso podía significar que quizás no hubiera problema en que le atacara Kariumon. Pero antes me debía un seguir incordiándola. Ahora que ya estaba digamos a salvo, me dolía la nariz de veras... A saber si me la había roto la tía animal esta.
- U os arrepentiréis

Sí, a veces tengo la mala costumbre de corregir a las personas... Cosas que pasan. En cuanto a su intento de meternos miedo... Yo estaba demasiado lejos, y a menos que fuera un fantasma, Kariu no se movería de esa posición; su miedo a las cosas sobrenaturales era ridícula, pero en fin, qué le iba a hacer sentía mucho cariño por mi compañera.

- ¿Estás diciendo que me has golpeando aún siendo yo una pobre humana? Casi he demostrado yo, la villana, más humanidad que tu, dado que no he dejado que mi digimon te atacara. Que decepción de heroína... - me puse en un plan dramático muy exagerado, obvio, no soy actriz.- Bueno, eso ya da igual... ¿Esos superpoderes te permitirían ser atacada por mi digimon en igualdad?

Mi mirada pasó a ser una más calculadora. Mientras que seguía grabándola con mi preciosa tablet. Si podía enfrentarse a Kariu de manera equitativa, entonces perfecto para mí.
-

comenzaba a cabrearme. Ella habia robado, ella habia hecho todo mal y resulta que l amala era yo por violenta. No se merecia estar alli, y si el matarla la hechaba de aquel mundo seria algo bueno para lo sdigimons. Suspire y la mire co n odio, a ella y a su digimon.
-Supongo que si, pero eso ahora no tiene importancia. ¿por que teneis que robar? ¿por que eres tan egoista? Solo piensas en ti y en todo lo bueno para ti. Deja de causar problemas o acabaras mal. Y si soy violenta...es por que te mereces una buena paliza. Seguro que tus padres nunca te pegaro bien.
Respondi cruzandome de brazos. No pensaba aguantar mas aquella conversacion, si queria pelea la iva a tener

Me encogí de hombros. No iba a decirla mis motivos, además de porque aunque tuviera una justificación parcial, me haría devolver el dinero.

- Es un secreto- le contesté con tono de voz de niña pequeña, mientras que me llevaba el índice a los labios.- Y en cuanto a lo de ser egoísta, generalmente hasta la persona más buena del mundo hace cosas por su propio provecho, dado que es una forma de "sobrevivir". Y no voy a entrar en el tema, el plan demasiado filosófico no me va... En cuanto a los golpes, no hubieran sido buena idea, digamos que carezco de sentido de la culpabilidad a gran escala, y que no soy una persona demasiado cuerda... Así que puedo eliminar el valor de una vida si me cabreo mucho, cosa que por otro lado no me gustaría hacer. Seré mala, pero la vida me parece que ha de respetarse.

Kario bostezó aburrida de esperar.
- ¿Vas a hacer algo, humana? No tengo todo el día y odio que no me hagan caso- hinchó los mofletes como una niña pequeña.

La mire seria y escuchando sus palabras. PEro no pensaba hablar mas de ello. Me devolveria el dinero si o si. Solo eso m eimportaba. Los digimons se habian marchado confiando en mi, no podia defraudarles.
Su digimon estaba ansioso y no no tenia mas tiempo que perder asi que saqué un tubo de hierro que tenia en la espalda colgando y a una velocidad inhumana me lance para dar al digimon.
-Cuando gane devolvereis el dinero

La velocidad de la rubia era impresionante, aunque a decir verdad, mi digimon ya se lo esperaba de la anterior vez que había esquivado, así que no le fue difícil adaptarse a un método de defensa, que consistía en apartarse, moviendo un pie detrás del otro y girando lo justo y necesario para que la barra cayera a su lado y golpeara el suelo.

Después colocó una pata sobre la tubería, haciendo fuerza para que no pudiera levantarla. Siendo como era un digimon campeón tenía mucha fuerza. Y en caso de moverla lateralmente, poder saltar teniéndola como punto de apoyo y caer al otro lado de la tubería.
- Me parece una buena petición- dijo entonces.- Pero si nosotros ganamos no puedes volver a golpear a mi compañera, jamás. Haga lo que haga.

atice al digimon mosqueada esperando darle pero era mas rapido que yo¿como? Tenia nivel como yo. Por el tamaño debia ser asi. Mire a la chica con rabia a l oir la propuesta del digimon. Ella se merecia mas dañ o que nadie. Entonces recorde algo que me dijeron los digimons. Cosa que podia ser cierta, habia fuentes diferentes y a mi m ehabia pasado. Por lo que habia decidido proteger la ciudad.
-No...dejemos el trato...llevaros el maldito dinero y no volvais...iros con el resentimiento. Pero no quiero gastar mis fuerzas con vosotros sabiendo que hay seres mas peligrosos de los que proteger a los digimon.
Dije para que viesen su situacion. Solo asi aprenderian por que mi mosqueo y el ahorro de esos digimons. Dinero como ofrenda.

La rubia pareció extrañarse por la velocidad de Kariomon, normal, a pesar de su diminuto tamaño era un campeón con todo lo que eso conllevaba. Esbocé una media sonrisa.

Aunque llegó el momento de sorprendernos a mi pequeña compañera y a mí, por algún motivo y razón, la chica dijo que nos quedáramos el dinero. Eso ya no era divertido, pero al parecer había algo interesante por ahí, mucho más peligroso. Y por tanto quizás más entretenido de investigar. Algo con lo que volver a divertirme.

Kariomon me miró entonces suplicante. Ya sabía yo que querría pelear.
- Te devuelvo el dinero a cambio de una condición. Que me cuentes más de ese ser peligroso

Además a mí también me venía bien. Si era peligroso habría recompensa, así que podría ganar aunque fuera una noche de alojamiento y algunas comidas gratis. A fin de cuentas ese era el motivo por el cual había empezado robando.

Me gire dispuesta a marcharme de n uevo al centro del pueblo. Estaba feliz, pero aquello me sorprendio de ella tanto como yo la podia haber sorprendido. Ahora queria darme el dinero. Una chica realmmente indecisa. Pero sonrei en su respuesta. Queria que sufriese el intento de salir de alli.Se merecia un escarmiento.
-No pienso contaros nada. No pienso colaborar con vosotros en esto. Es cosa mia y como segun tu los heroes nos movemos por cosas que podemos obtener...quiero que si hay recompensa sea solo para mi. Ala, largo.
Dije alejandome de ellos felizmente.

Me encogí de hombros. No quería decir nada, no pasaba nada, estabamos en un bosque y por sus palabras de antes, el pueblo no debía estar lejos. Así que con que llegara Kario o yo antes que la rubia nos enteraríamos.

- Como quieras, no te voy a obligar a responder. Suerte con lo del pueblo- dije de manera desinteresada.

Kario bajó las orejas apenada, quería pelear, pero no podía. Al menos eso creía que era lo que decían mis palabras.
Saqué el d-arc y me puse a rebuscar entre las cartas. Quizá desde el cielo fuera más fácil encontrar el pueblo, además de que sería más rápido que ir andando. Y yo estaba dispuesta a darme un paseo entre los árboles.

- Carta leida- dije mientras pasaba la que estaba buscando.

Seis alas aparecieron a la esplada de Kario que se alzó en el aire.
- ¿Y esto?
- Para que encuentres el pueblo y consigas tú antes la recompensa. Y ya sabes, quiero comida y alojamiento.
- A la orden- respondió con una enorme sonrisa de alegría.

Despegó alzandose del suelo para tener una visión general. A la vez que también olfateaba, los pueblos eran grandes cúmulos de población y el aroma de una comunidad quedaba siempre residualmente en los alrededores. Yo miré por la pantalla del dispositivo lo que ella veía, mientras que mantenía una de las cartas de aumento de velocidad en mi mano para pasarla en cuanto que lo viera mi compañera.

Off:
- White Wings: Le da al Digimon 6 alas blancas brillantes que le dan la capacidad de volar.

No me lo creia. Aquella chica queria quitarme todo. Incluso el enemigo. No podria ver su panico por no poder salir de la ciudad. Pero alomejor se asustaba de verdad. Mire como salia volando para llegar pronto y sonriendo eché a correr detras. Podria nadar pero aque lugar era demasiado frondoso para perderme. ademas no hacia calor como en la playa. asi que avance corriendo hacia el pueblo. Esperando que la chica no hiriese a nadie por sus ganas de pelear.

(off: no sabia k mas ponerXD)

Sonreí al ver que la rubia echaba a correr en una dirección, sin dudarlo tiré en esa dirección. Cualquier criatura que hubiera se fijaría en ella antes que en mí. Eso sí, no aparté la mirada del d- Arc.

No fui volando con mi compañero, por cierto problemilla llamado vértigo. El cual, a menos que me sintiera muy segura, provocaba que me desmayara. Y como se comprenderá, en manos de un bicho que mide menos de un metro no te encuentras muy segura.

La pantalla me mostraba que Kario ya había determinado la dirección del poblado por medio de algunos tejados que había. Pasé la única carta que quedaba en mis manos y después la guardé. La pantalla se hizo algo más borrosa, debido a que mi compañera se había lanzado a volar a toda velocidad. Llegaría en menos de un minuto.

Yo continué andando, sacando el mapa con las posiciones de otras criaturas como digimons y dispositivos digitales; y seguí la flecha que indicaba la dirección donde estaba mi compañera. Con ese mapa, podría adelantarme a cualquier cosa que decidiera acercarse al camino por el que iba, aunque dentro de como estábamos de los límites del pueblo dudaba que me atacaran.

Kariomon llegó en menos de un minuto, tal y como había predecido su compañera. Aterrizó mientras que las seis alas desaparecían. Ahora tendría que ponerse a preguntar a los habitantes del pueblo por el mal que les afligía, cosa que hizo.
Observó a una Lilamon,y se acercó a preguntarle
- ¿Qué es lo que pasa en el pueblo? He oído que tenéis problemas
- ¿Eh? ¿Qué?- la digimon parecía algo confusa- Ah te refieres al Fantasma.
- ¿Fa- fa- fa- fantasma?- el color desapareció de la pequeña digimon.
- Sí- continuó Lilamon- Tenemos un fantasma que hace desaparecer a los digimons... Cada día que pasa, aparecen un fragmento de sus datos en una parte del pueblo, hasta que el decimotercero, aparecen el resto de los datos que desaparecen sin dar lugar a un huevo. Nadie puede huir, ni salir del pueblo... La única manera de que no nos haga nada es hacerle una ofrenda.- narró con tono grave y algo siniestro.

Kariomon sólo asentía, pálida y temblorosa. A pesar de que pareciera muy valiente las cosas sobrenaturales la aterraban, excesivamente.
- y encima ahora ha desaparecido el dinero de la ofrenda. Y ya es tarde para hacerla... Así que durante un mes sufriremos las desapariciones y muertes de más vecinos... Y todo porque el dinero ha sido robado

La pequeña no pudo evitar pensar en que la habían liado y mucho al coger el dinero. Ahora había un maldito fantasma con ganas de matar a la gente.

Corria y corria. Queria llegar pronto aunque no l o lograria. Solo lo justo par a que no se enterasen de lo que habian hecho con el dinero. Yo debia de haberlo recuperado y entregado. Pero habia fallado y no megustaba fallar.

Cuando llegé alli lo vi. El digimon estaba contando todo al de aquella chica y me acerque corriendo.Parecia que su digimon estaba asustado y bastante al parecer. Mire al digimony sonrei con una pizca de vena malvada.
-Y se lleva a los que estan solos....humanos o digimon...aiiiiiii¿donde esta tu compañera?...
Respondi esperando ver su cara. Luego me rei tranquila y mire a la digimon feliz.
-Encontrare la manera de libraros de el. te l o dije...no puedo salir asi que...es una manera de aprobechar mi tiempo aqui.

Lilamon sonrió a la joven rubia que llegó corriendo, pero que no se encontraba cansada.
- No te preocupes, sabemos que haces todo lo posible por evitar que nos haga daño. - respondió sonriente la digimon.

Kariomon miró a Keilyn con los ojos desorbitados de miedo y se abrazó a su pierna con fuera. Demasiada fuerza para lo que le debería corresponder por tamaño. Y sobre todo ahora más, dado que asustada, la pequeña digimon controlaba menos su fuerza. Por ello era difícil que soltara a la rubia de su agarre.
- ¡No me dejes sola!


Observé todo lo que le contó Lilamon a mi compañera por medio de la función del d-arc que permitía hacer eso. Y luego llegó la rubia.
Casi me sale una de mis risas sarcásticas al verla comportarse con Kario.

¿Heroína? Mis narices que lo era. Un héroe de verdad siempre ayudaba a los débiles, es decir, si lo fuera no habría asustado más a mi compañera. En todo caso no hubiera dicho nada, porque algo que tienen los héroes es el propio heroísmo o valentía, y la compasión necesaria. Pero esa chica carecía de lo segundo, con lo que era un lobo vestido con piel de cordero.
Cegada con su propio fanatismo de que había solo blanco o negro en el mundo, ella era la pieza más probable de caer en las redes del mal.

En cuanto llegara allí la iba a dar una pequeña charla sobre si se había comportado como un héroe de verdad. Además matar el tiempo, lo hacía por puro interés, seguro que si hubiera podido salir, ni se hubiera molestado en preguntar a los habitantes qué problemas tenían.
Quedaban pocos minutos para que llegara a la plaza.

Estaba escuchando a la digimon y decidi mirar el cielo. No habia probado ir por alli arriba. Si pudiese volar...alomejor el fantasma no podia. O alomejor por una cueva subterranea...tenia que reconocer que tenia algo de miedo. Aquello era imprevisible y saber que muchos digimons podian estar muertos me dio pena. Pero era dura, no me sentia muy mal. simplemente eran datos. Todos de aquel videojuego realista. Pero si lo que me habian dicho era verdad...el matar a aquella humana podria haberla matado de verdad. Suspire confusa y volví al ver al digimon agarrarse a mi pierna.
-Eyy...venga...aparta
Dije tirando de ella y viendo como hacia mas fuerza que yo, incluso haciendome daño. No lo entendia. a no ser....que en realidad tuviese un nivel superior con aspecto mas infantil. Mire al digimon y antes de contarle nada mas de detalles decidi callarme y agacharme para tocarle la cabeza.
-No te pongas asi...no pasara nada... lograremos solucionar el lio con el fantasma.
Mire al digimon de delante y suspire.
-Ve marchandote a casa y juntate con ls odemas, iremos en un poco.-mire al digimon que tenia atado a la pierna y suspire. -anda, vamos a buscar a tu niña elegida. al fin y al cabo tienes que protegerla.

Kariomon la miró atentamente, con los ojos agrandados por el miedo que tenía hacia el fantasma, y eso que no había aparecido. En cuanto que apareciera lo más probable es que huiría, a menos que se sintiera acorralado. Entonces lucharía, y si la presa se siente acorralada, pelea con más insistencia.
- ¿D- de verdad lo so-solucionaremos?- preguntó esperanzada, soltándole un poco la pierna a Keilyn, más relajada ahora.

Lilamon se rió al ver la escena entre la pequeña digimon y la biohybrida. Aunque asintió seria cuando la rubia le habló.
- Tened cuidado... Quién sabe si podría atacaros- dijo antes de marcharse junto sus compañeros.

Kario soltó a la chica en cuanto le dijo que irían a buscar a Shirka.
- Gracias por acompañarme. Eres una buena persona- dijo sonriente antes de ponerse a olfatear- Por ahí está Shirka- señaló a la izquierda, aunque no debemos olvidar que Keilyn desconocía los nombres de la humana que era su compañera.


Mientras yo continuaba andando por las calles del pueblo... Lo cierto, es que después de la magnífica historia de terror de Lilamon, cualquier sonido me hacía sobresaltarme. Por suerte era siempre el aire.
Aceleré el paso.

Esperaba encontrarme en poco con esas dos, porque este pueblo me daba muy mala espina, con las calles tan vacías.

Tenia que reconocer que yo tambien estaba asustada pero desde luego tenia que ayudar al pobre digimon y a la gente de aquella aldea. Mire al digimon y sonrei amable.
-La buscaremos, no te preocupes.
Luego mire a lilamon y suspira. Era una mision arriesgada y tenia sueño. Pero aquello era el trabajo de un aheroina, mi priemra mision. Mi primera oportunidad.
-no nos pasara nada, ahora corre antes de que desaparezcas.
Tras decir eso mire al digimon de aquella chica que parecia llamarse Shirka. Y el digimon me llamo buena persona, lo que me sorprendio. Me rasque la nuca y comence a andar hacia la dirección que indicaba.
-Yo nunca dije que fuese malvada, eso lo supondriais vosotros con vuestro significado del egoismo.

Kario parpadeó confusa, pero después sonrió. Las palabras de la rubia no iban desencaminadas del todo, pero no era por su egoísmo.
- Lo pensaba por tu total y absoluta falta de reparos a la hora de golpear a alguien que es humano en este mundo. Llevamos poco tiempo, pero sólo los digimons podemos volver a la vida. Los humanos mueren irremediablemente y nunca vuelven... O al menos por métodos normales- explicó mientras que andaban.

Esperaba encontrar en breve a su tamer. Estaba sola, y si era cierto que el fantasma atacaba a los despistados, entonces, su compañera corría un alto riesgo de encontrarlo.

Tragué saliva y me giré a mirar la calle. No había nada, pero juraba haber oído pasos. Suspiré aliviada, y volví al sentido original, para encontrarme con la rubia y mi digimon.
De nuevo me asaltaron los ruidos, solo que esta vez aparecieron trazas de datos llevadas por el viento. Y una voz habló. Me asusté, qué otra cosa podía ser más que el fantasma. Sin embargo en un momento dado, dijo lo de pequeña y me molestó, mucho. Tengo diecinueve años, es decir, mayoría de edad en muchos de los países de la Tierra; aceptaba que mi aspecto podía ser algo más juvenil. Aun así si no era por edad, media aproximadamente un metro setenta y cinco, para una mujer una altura bastante elevada.

- ¿Pequeña?- repetí volviéndolo una pregunta, mientras que mi mirada demostraba que no estaba de buen humor

Una entidad de forma humanoide apareció detrás de uno de los árboles, era un tanto extraño dado que iba con una guadaña y una capucha como si tuviera complejo de ser la Muerte. Me crucé de brazos al sentir sus ojos mirándome, también extraños.

- No me denominaría alguien valiente, aunque me creyera la historia. Además de que me asusta. Dado que el miedo es una manera de supervivencia, y he recibido el aviso de que hay una criatura que provoca muertes un tanto antinaturales. Pero eso no explica exactamente que sea un fantasma; hasta que no lo vea, no me lo creo.

Qué otra cosa puede decir la hija de un científico, me regia mucho por las acciones lógicas. Por otro lado, este mundo está conformado por datos, y es fácil manipularlos para simular cualquier cosa que no puede darse en nuestro mundo. Por ello, la criatura que apareciera, no sería nada más que un cúmulo de datos con la configuración de simular un fantasma. Con lo que no sería una aparición de alguien muerto.

Esperé hasta que se acercó. No soy una persona muy atlética, así que no me serviría de nada correr. Mi compañía era un chico, aunque no se le veía precisamente muy vivo, pálido muy pálido, tanto como si su piel estuviera hecha de nieve. Su pelo contrastaba con la piel, siendo negro como las plumas de los cuervos, y unas extrañas lineas iban por sus mejillas desde los ojos; que si no te fijabas bien podías confundirlo con su pelo. Empezó a explicarme cosas sobre los datos, las almas y los digihuevos. A saber a qué se iba a referir, hacia poco que había aparecido por este mundo. Así que el tema de los digimons muertos tampoco era mi especialidad.

Contuve una carcajada y respiré hondo, el chico lo había dicho serio. Alcé una ceja en una interrogación silenciosa, era un gesto que podría considerarse propio, por lo que mucha gente no entendía que quería decir cuando lo realizaba. Era una simple pregunta a si ese chico estaba bien de la cabeza ¿la Muerte? Esto era muy surrealista.

- ¿La Muerte? ¿En serio? Siempre me esperé algo con más huesos no tan... humano. - dije mirando de arriba a abajo- Además, deja lo de pequeña y lo de mortal. Lo primero porque no lo soy, y lo segundo porque tú pareces humano y si vuelves a decirlo lo más seguro es que me entre un ataque de risa.- hice una pequeña pausa antes de pensar en qué contestar- E imagino que se necesita toda la ayuda posible, yo no voy a ser la que te diga que no puedes hacerlo; además de que no tengo inconvenientes en que ayudes a realizar esta tarea. Aunque... Si esto va rollo hacer pacto con el diablo, preferiría que fuera otra persona la que se encargara de ese pago.

Siendo la muerte, seguramente fuera mi alma. Y "lamento" decir que prefería seguir viva a tener que morir. Además sus palabras de me dejará sin almas que comer no eran precisamente tranquilizadoras.

ande mirando al digimon de Shirka y suspire, otra vez seguian con la teoria d emorir. Me preguntaba si en realidad algun niño habia muerto o no era mas que un rumor que decian los digimons por no querer separarse de sus humanos en aquel videojuego. Mire al pequeño digimon y le hablé.
-Mira...sinceramente... si pege a tu humana er apor que se lo merecia. Y lo dije, yo solo protejo alos debiles y tu amiga robo el dinero que podia mantener a raya al fantasma. No la pegue por gusto.simplemente por malvada.

La dije eso y segui andando hasta mas adelante, pensando a donde ir. Podriamos seguir buscando a la humana o seguir con mi mision de ir a la gran mansion para ver lo sucedido e intentar arreglarlo. Aquellos inutiles habian cambiado mis planes de heroismo para que mas digimons pudieran morir.
-¿quieres seguir buscando a tu humana...o quieres ir al centro de esto? Dicen de una mansión al otro lado de la ciudad y alli puede estar el fantasma.si cogen a tu amiga llegaremos a tiempo seguro


-----------------------------------------------------

Ellos se juntaron, mientras el suelo se movia un poco por el exceso de lluvia de los ultimos dias. Pero ninguno de los dos se dio cuenta. Nadie normal se habria dado cuenta, incluso los digimons perdian la percepcion de aquellas cosas tan basicas. Finalmente el suelo cedió tragandose s ambos humanos y digimons.
Acabaron en los restos de una cueva, profunda y oscura, con apenas unos pocos agujeros en el techo. La roca caida se deposito encima imposibilitando una salida volando. Mucha roca, y un minimo movimiento podria hacer que cayese la que se mantenia en el techo, pudiendo sepultar lo que quedaba de aquella cueva. Poco a poco los pocos huecos que daban luz se taparon por la arena que cayo un poco despues. Dejando todo en la mas densa oscuridad.

Kario negó con la cabeza, aunque sonreía.
- En realidad a la que deberías golpear sería a mí, dado que soy yo la que la obedecía. Si me hubiera negado no hubiéramos robado nada. Así que a la que deberías haber golpeado era a mí.- lo dijo con absoluta sinceridad, dándole igual las consecuencias que podría sufrir.

La rubia parecía estar metida en sus pensamientos. El silencio que se hizo, provocó que la pequeña se dedicara a mirar a su alrededor, temerosa de que pudiera aparecer cualquier tipo de espectro. Ya que sentía terror ante esas criaturas, a pesar que de apariencia a ella se la podría considerar un licántropo.
- Pues no sé... Quizá sea buena idea ir a la mansión esa, pero... Me tendrás que llevar en brazos o huiré. Porque voy a ir directamente a por mi miedo, y eso no me gusta. Pero debo proteger a Shirka


Al parecer el ser la Muerte era algo heredado a lo largo de la existencia de la humanidad. Aunque con un sorprendente número bajo de personas que podían serlo, ya que sólo había habido ocho. Ocho para los 10.000 años de la especie humana actual, o unos 3.800 millones de años de la primera célula viva. En cualquier caso muy pocos para haber existido desde hacía tanto tiempo.

Parpadeé con una leve sorpresa al ver su rostro cambiar por primera vez desde que había aparecido cambiar un poco, como si el detalle de que las otras siete muertes estuvieran muertas le molestara. Lo cual me daba qué pensar.
Lo de las especies que podían ser la muerte o no, me interesaba menos. Aunque el hecho de que sólo los humanos pudiéramos asimilar la energía podía indicar que sólo existían desde hace 10.000 años.

Me olvidé del tema, a medias, cuando dijo que era bajita. Y encima marcando la mano por debajo de mi propia altura. Fruncí el ceño, poniéndome seria. Pero pensándolo mejor, qué más me daba lo que pensara, yo me creía alta. Y yo era la que tenía que convivir más tiempo conmigo, así que mejor ignorarlo.
Sintiéndome ya mejor tras ese momento de debilidad por mi apariencia, hinché los mofletes, fingiendo estar molesta como lo estaría una niña pequeña. Manipulé el tono de voz volviéndolo más infantil.
- Jooo, no soy pequeña... Eres malo
Inmediatamente solté una risa, indicando que no era más que una broma.

- Yo que tú no estaría tan seguro con eso de que me aburre, me encanta que me cuenten cosas que desconozco. Además mientras que me llame la atención quiero saber más cosas.- repliqué con una sonrisa.

Bufé con lo de los cuernos, no tenían por qué tener cuernos todos los demonios; de hecho, había algunos que vestían completamente como humanos, pero que eran completos y absolutos demonios.
De nuevo el tema de la energía, creo que le haría todo un interrogatorio hasta que consiguiéramos encontrarnos con la rubia y Kariomon. Otra cosa me llamó la atención, al sacar una especie de dispositivo, el chico hizo aparecer dos digimons. Cerré los ojos para comprobar que no me engañaban, y al abrirlos ahí estaban los dos digimons. El demonio con una ametralladora al hombro, el otro saludando, cosa que correspondí moviendo la mano por automatismo.

- Por supuesto que puedes acompañarme.... Así además podemos seguir hablando sobre eso de ser la muerte.- dije mirando mi dispositivo para localizar la dirección de mi compañera.- Hay varias cosas que me han dejado con la duda. Ha habido ocho muertes, entonces: ¿cada x tiempo aparece un humano predestinado a serlo, o es algo que se hereda al ser entrenado por otra de las muertes? ¿La muerte muere por métodos normales, es decir, mueren a lo mismo que un humano, o es por métodos especiales raros, como si hubiera armas especiales o algo así?... O incluso por una degradación del cuerpo al sentir durante tanto tiempo la influencia de la energía, eh, ¿mortuoria?- no recordaba el nombre, pero era algo similar a eso.

Fui a continuar con alguna pregunta más, pero me encontré con una sensación extraña como si no hubiera suelo bajo mis pies. Un segundo después estaba cayendo. Me sentí entumecida unos segundos, incrédula por lo inesperado de la caída, antes de que mi feroz miedo irracional a las alturas hiciera acto de presencia. Haciéndome ver las cosas de manera mucho más lenta de lo que de verdad ocurrían por culpa de la adrenalina. No sé cuanto duró la caída, pero se me hizo eterna. Por suerte, no solté el d-Arc en todo el descenso.

Noté la dureza del suelo contra mis piernas y mi trasero al tocar el suelo. A lo cual solté un quejido. Miré arriba, observando que la caída no era demasiado alta quizá unos tres metros, altura que era letal si no se caía bien. Las rocas habían cegado de nuevo el techo, de manera además inestable, con lo que no sería buena idea tocarlo.

Me puse de pie, sacudiéndome la ropa para eliminar el polvo. Notando a la vez una leve molestia en el tobillo derecho, obviamente no podía haber salido indemne de la caída. Apoyé poco el pie y miré a los dos digimon y al chico que habían caído por el mismo hueco que yo.

- Parece que se ha decidido que no vayamos por superficie... - comenté algo cínica, pensando sólo en que era mala suerte estar encerrados en una cueva que a saber si se comunicaría con el exterior de nuevo.

Mire al digimon y me rei.
-No pienso cojerte a cuestas. Lo siento por ti, pero solo quiero avanzar. si quieres te doy la mano paro nada de cogerte. ¿ o acaso crees que yo no tengo miedo? solo que me lo tomo con algo de guasa.
Dije andando hacia donde se encontraba la masión. Mire al digimon para ver si me seguia.
-Y....respecto a quien considero malo. Os tenia que haber pegado a los dos.
dije sin mas y comence a andar decidida. Aguantando mi miedo y mis ganas de correr. empezaba a hacerse de noche y eso me daba mas miedo aun. Yo era medio digimon...o eso parecia...lo que me hacia pensar que podia morir.

---------------------------------------------------

Se escuchaba la arenilla caer del techo, de pequeñas ranuras por los bordes sepultados. Por debajo todo era oscuridad, pero despues de que sus ojos se acostumbraran lograron encontrarse. La cueva era estrecha y pequeña,pero habia dos pasillos con lo que parecian railes. Una vieja mina quizas. Pero en aquel punto intermedio del camino habia dos partes, una que subia una cuesta y otra parte que bajaba. no se sabia adonde llevaba ninguna, no se notaba ni luz ni aire. Lo unico que mas alla de aquella parte parecia imposible ver, contra mas lejos de aquella parte, menos luz por l aque poder guiarse.

Kariomon hinchó los mofletes al más puro estilo de un niño pequeño, cruzando las patitas.
- Un héroe nunca tiene miedo... -

Para ella, los héroes eran los que aparecían en la mitología, gente que jamás dudaba y que no tenía miedo a nada. Sin embargo siguió a la joven, era hora de enfrentarse a sus miedo, no porque quisiera ser una heroína ni nada por ese estilo, simple y llanamente quería demostrar que era una gran luchadora.
- Siempre puedes golpearme a mí, pero no toques a Shirka... O te arranco las piernas.

Continué mirando la cueva, dándome cuenta de un pequeño detalle mientras que el chico hablaba. Había dos galerías con raíles en ambas, como si fuera una mina abandonada. Normal que hubiera colapsado de repente, si no estaban bien asegurados los túneles el propio peso de la roca haría que cayera. Aunque por suerte no había caído todo o sino ahora nosotros seríamos puré.

- No es buena idea intentar abrir un camino, sobre todo si implica lanzar un ataque contra la cueva. Es bastante inestable... Al parecer cuando la hicieron, se olvidaron de asegurarla bien. Por ahora parece segura, pero habrá que tener cuidado e intentar salir cuanto antes, no sabemos si podría tener otro punto débil.

Lo cierto es que deberían haber pensado en hacer una mina al menos más asegurada, como se nota que solo querían lo que se extraía en ella. Si no la hubieran hecho con un minimo de seguridad, a menos que fuera vieja, muy vieja.

- Dos caminos, arriba o abajo... Sin embargo no hay nada que nos indique uno que nos lleve a la salida. Bajar puede ser peligroso, dado que se pone más peso en las sujeciones de la cueva, en cuanto hacia arriba, no indica que lleve a la salida... Sin embargo optaría por este, simplemente porque me parece más segura.- dí un respingo, porque no había hecho nada que delatara que me doliera el tobillo.- No hace falta, gracias.

Fruncí un poco el ceño, molesta. Además tampoco era grave, y podría andar por mí misma.

El camino comenzaba a ser algo siniestro, los arboles comenzaban a secarse, todo era solitario y comenzaba anochecer. Lo peor que podia pasar. Ignore lo que dijo la digimon. Si peleabamos por esas tonterias sno veneriamos al mayor enemigo que podiamos encontrarnos. Aun asi me parecio ver una sombra movrse a nuestro alrededor. Fue un instante. Pero solo esperaba que ella no lo hubiese visto ya que podia salir huyendo. Yo comensaba a tener miedo, cada vez que nos acercabamos era mas tetrico el lugar. Finalmente al final se veia una casa en un claro, pero no una casa normal, era como una mansion. Dentro se veian luces y salia humo de la chimenea.
-¿que te parece?¿entramoS?
Respondi algo asustada pero luchando contra mis miedos, como debia hacer un heroe.

-----------------------------------------------------
El camino debajo de tierra era cada vez mas oscuro y estrecho. Alguna estalactita se cruzaba en el camino y el suelo estaba algo resbaladizo. Por detras se escuchó un gran estruendo de piedras caer. SEguramente el agujero estaria totalmente sepultado por metros de tierra, arena y rocas. quello hizo temblar un poco al suelo de la cueva. Entonces un monton de muercielagos aparecieron volando en contra de Shirka y Aeon, moviendose desesperadamente y perdidos por el retumbar de la pared. Uno se chocó con la cabeza de Aeon y otro contra el pie de Shirka. Finalmente pasaron.
El camiino seguia desconocido pero algo habia cambiado. El recorrido por delante tenia dos caminos. Uno a la derecha y otro a la izquierda. Por fortuna en el dispositivo de Shirka la direccion a su digimon indicaba el camino de la izquierda, ya no habia pared en medio. Podia girar. Pero...¿seria el camino correcto? Ellos decidirian a dodne ir.

La pequeña loba, asustada por todo a su alrededor, decidió cerrar los ojos y dejarse guiar por el resto de sus sentidos. Al ser un animal, estos estaban más desarrollados que los de los humanos, así que no tenía problemas a la hora de andar sin ver.

El aire movía las ramas de los árboles produciendo inquietantes sonidos, pero Kariomon sabía que estos eran debidos al viento que se movía entre los estáticos troncos.

Se detuvo al notar que los pasos de la rubia dejaban de hacer ruido. Lo que indicaba que se había parado, porque además el olor no se quedaba siendo un simple hilo que iba tras el cuerpo que lo emanaba, sino que se quedo reconcentrado en un punto delante suyo.
- ¿Entrar a dónde?- preguntó reacia a abrir los ojos, por miedo a que delante suya hubiera una visión espeluznante.

Se negaba a dar media vuelta por ver algo que la asustara, y aunque la humana delante suyo olía a miedo, si continuaba plantada delante enfrentándose a sus miedos, ella también lo haría.


Caminamos por el túnel. A pesar de que mis ojos se acostumbraron a la penumbra de los túneles, más adelante se volvía cada vez más oscuro. Respiré hondo tratando de evitar pensar en el peso de la roca sobre nuestras cabezas, porque quizá por fuera una montaña con todas sus toneladas de roca se encontrara sobre esa abertura. Y eso hacía que me sugestionara. A mi cabeza hacía falta poco para que empezara a hacerlo, siempre le veía las cosas malas a todo, por lo que siempre me detenía a pensar si hacerlo o no. Pero en esta situación no podía hacer nada más que resignarme y esperar a tener suficiente suerte como para salir intacta.

No iba mirando a mis acompañantes perdida en mis propios pensamientos sugestionantes y a los comentarios que me decían que eso no iba a ocurrir. Por ello me sobresalté cuando el chico habló.

- Te recomendaría que no lo pensaras. Las fobias salen más por sugestión que porque realmente tengamos miedo... Todo siempre parece peor de lo que es.- eso era cierto, si tenías miedo a las arañas estas te parecían más grandes, si tenías vértigo las alturas se hacían más grandes y así con todos los miedos.- Encantada. Yo soy...

Antes de que pudiera presentarme, un ruido apabullante salió de la sala que acabábamos de dejar. ¡Se había desplomado! Me puse pálida al pensar que si hubiéramos tardado un poco más en decidirnos habríamos acabado aplastados. Notaba que el aire no entraba tan bien como debería, creo que estaba hiperventilando... Cómo odio este tipo de situaciones, me hacen sentir absolutamente débil. Tan ocupada estaba que no oí los chillidos de los murciélagos alejándose, hasta que pasaron.

Respiré hondo tratando de controlar el ritmo de mi respiración y de mi corazón. No veía mucho, pero juraría que había dos caminos. Saqué el d-Arc y la pantalla se iluminó mostrando un mapa. Parpadeé para acompasar mi vista a la luz. Mi compañera estaba a la izquierda de nuestra posición lo que podría indicar que es el camino correcto, pero por otro lado, podía girar y que nos alejara de ella en una curva que trazara.

- ¿Por dónde? El d-arc indica que mi compañera está a la izquierda, pero los túneles pueden girar y alejarnos de su posición.

Guardé el dispositivo, esperando a que mi vista se habituara de nuevo a la oscuridad. Mientras que dejaba elegir a Aeon.

Decidida a entrar avance hasta colocarme al lado de l apuerta. Mire al digimon y suspire asustada. No aguantaria mucho mas.
-apoyame algo...o acabare con miedo yo tambien...contigo me siento sola y no e slo mismo ir sola a una casa vieja que en compañia.

-------------------------------------------------------------------

Continuaron un poco hacia el camino de la izquierda y no lejos, al fondo habia algo brillante en el suelo.



(off) perdon por la brevedad y lo cortop ero no tenog tiempo

Kariomon siguió a la rubia, sin despegar las patitas de sus ojos.
- A mí me da miedo, así que si no te gusta mi compañía te aguantas. O sino me engancho a tu pelo, y te aseguro que la única manera de que me suelte es que te arranque esos mechones de pelo. Dejándote calvas

La pequeña lobita estaba molesta por tener que aguantar a la humana quejarse de su compañía. Si no le gustaba que se fuera, al menos así Kariomon podría intentarlo por ella misma. Aunque se asustara más, al menos no tenía que soportar comentarios sobre que alguien más estaba asustado, lo cual no era precisamente una ayuda.

Tras un impresionante rollo hippie de esos que salían en Avatar y demás películas, sobre el tema del vuestro sacrificio no es vano, es para el bien de los demás... Bla, bla, bla. Aeon decidió seguir el camino de la izquierda, donde la flecha indicaba que estaba mi compañera.

Comencé a caminar por la galería, esperando no tardar en salir. Pero me detuve al oírle.
- Espera, ¿puedes sacarnos con sólo ver lo que ve mi digimon?- me giré para mirarle, mientras cambiaba el dispositivo al modo que permitía ver lo mismo que mi digimon- Mi dispositivo me deja ver lo mismo que mi digimon...

Me callé, porque la pantalla estaba completamente negra. Me tensé y me dediqué a darle a los botones, para ver si me había equivocado de modo. Pero no, cada vez que lo ponía salía negro. Había 3 opciones posibles:
1ª Mi compañera estaba en una sala completamente a oscuras.
2ª Estaba muerta
3ª Tenía los ojos cerrados, la muy gil*******...

Sin embargo escuchaba los ruidos que ella oía. Eso quitaba la opción dos. Tras varios minutos de insultos internos contra la inteligencia de mi compañera, volví a hablar.
- Ella no puede oírnos, sino créeme, que ya la habría obligado a abrir los ojos. Así que podemos continuar andando, hasta que ella decida abrirlos... Al menos así podemos intentar salir.

Seguí andando por el túnel, viendo un resplandor más adelante.
- ¿Qué es eso?