Bebés furiosos [MISIÓN]

Demiveemon salió de la cueva, mirando la oscuridad con sus ojos rojos brillando, entre temerosos y enfadados. Sentía una nueva presencia en ese lugar, y eso no le gustaba, pues se suponía que aquel era su territorio. Suyo y de Gigimon, quien en esos momentos dormía profundamente, como un tronco, roncando con fuerza. Demiveemon chasqueó la lengua, molesto, y le arreó una colleja con una de sus patitas azules.

- ¡Levántate, idiota!-el Gigimon dio un brinco del sobresalto-. Alguien se ha atrevido a cruzar estar tierras... Ya sabes que hacemos con los que lo hacen.

Gigimon gruñó, molesto por el golpe, y le enseñó los dientes, pero asintió y salió de la caverna moviendo sus patitas rápidamente. Ambos digimons caminaron por las rocas, hasta llegar a una amplia estepa rocosa...


El Yukimi Botamon se encontraba en un pequeño bosque, no muy lejos del mar. Sin embargo, allí no estaba seguro. De él dependía que pudiera salvarse o no, porque, mientras él estaba allí, parado, dos digimons se acercaban al lugar en donde se ubicaba.

*** Horas antes ***

Empezaba un día como cualquier otro en la mansión de Myotismon. Ya me había acostumbrado tanto a las comodidades dentro de la mansión que poco me importaba levantarme ese día, quizás incluso me desperté algo más pronto de lo usual ya que el Señor Myotismon aun no llegaba a su estudio como de costumbre. Seguramente sería otro día tranquilo

Pero entonces escuche la puerta de la habitación abrirse, mas no escuchaba ningún paso, así que abrí un ojo y confirme que había entrado un Bakemon, uno de los muchos que hay en la mansión, floto hacia donde me encontraba acostado y una vez que estaba bastante cerca de mi di un pequeño salto fuera de mi cesta y le salude con mi habitual sonrisa.

Y entonces me recogió entre sus frías manos y bastante extrañado me saco de la habitación.

Termino llevándome dentro del carruaje de Myotismon y el mismo me esperaba, todo era muy extraño y nuevo para mí.

De pronto el carruaje se detuvo y se abrió la puerta.

Nuevamente un Bakemon me sujeto y me dejo caer algo fuerte por el carruaje, cayendo en arena grisácea.

Mientras me recuperaba de la caída escuche a Myotismon decir “Demuéstrame que lo que vales y regresa por tu cuenta a la mansión”.

Al escuchar eso me gire rápidamente para ver el carruaje alejarse volando en el cielo. No tenia caso suplicarle así mantuve en mi mente la orden de Myotismon, debía regresar a la mansión y mi vista no perdían de vista el carruaje intentando ver la dirección a la que se dirigía y una vez que lo perdí de  vista.

Mire a mi alrededor y apenas me di vuelta vi el mar oscuro, era la primera vez que lo veía con mis propios ojos, pero si conocía casi todas las leyendas y hechos que ocurrían en ese mar.

Estaba muy fascinado por la inmensidad del mar, pero entonces recordé algo aterrador.

“Hoy habrá Luna Roja”

Sabiendo eso fascinación se convirtió en temor y no tenía tiempo que perder, debía alejarme lo más pronto posible del Mar y mientras más lejos mejor.

Saltaba lo más rápido que podía con tal de poder salirme de la costa y luego de escalar unas cuantas rocas me adentre en un oscuro bosque.

Sin importar como regresaría a casa…

OFF: Nueva prioridad: La idea es la misma, solo que los motivos han cambiado. Debes de eliminarlos para poder regresar a la mansión de Myotismon.

ON:

Demiveemon y Gigimon se detuvieron tras unos cuantos minutos caminando. El digimon rojo, el más fiero, olisqueó el aire, en busca de alguna pista que les pudiera llevar (o al menos decirles algo) hasta el supuesto intruso. El digimon tuvo que dar unos cuantos pasos trazando un círculo en el suelo, hasta que finalmente tomó una dirección hacia el norte. El olor de un digimon cercano palpaba en el aire desde una distancia de cien metros.

Finalmente, el Gigimon alzó la mirada, soltando un leve gruñido al aire. Había encontrado el rastro del intruso. Demiveemon asintió y sonrió de manera malvada, muy seguro de que pronto podrían deshacerse de tal osado. Nadie entraba en su territorio y vivía para contarlo. Se había jurado a si mismo que protegería ese lugar aunque le costase la vida, y para ello había tenido que "amansar" para su propio beneficio a ese digimon rojo de su lado, cuya línea evolutiva muchos sabían que era muy salvaje y agresiva, destinada a destruir todo lo que veía que podría ser una amenaza para ellos.

Tengo mis propios planes.
Si no especificas algo del clima, puedo hacerlo yo.
tambien otros acontecimientos que no especifiques, adicionalmente recuerda que Yukimi Botamon practicamente a nacido en esa zona y leido varias cosas al respecto.

Solo editare la parte del gruñido.
sobre los 15 Post...
Si todo va bien, quizas acabemos por el post 50...