Mugre en mi camino

Obviamente la chica se estaba burlando de mí, me llamaba de una forma extraña que describía el gorrito de mi sudadera, y su tono denotaba clara intención de fastidiarme.
Nunca había escuchado historias de humano, y "caperuzita roja" no me recordaba absolutamente nada, pero el tono de la digimon, burlón como antes mencioné, me molestaba.
- aja... -
Respondí mirandola serio, esperando que respondiese a mi pregunta.
Una vez la hubo contestado la miré por segundos pensando que hacer, la digimon tenía muy buen físico, deseable, y conocía su forma humana la cual tenía mucho para ofrecer.
- creo saber donde encontrarla si aún la quieres -
Comenté con una sonrisa, levantandome, poniendome de pie y estirándome a la luz de la luna, la cual pronunciaba más aún mi marcada musculatura en mediod e aquella oscuridad.
- puedo llevarte hasta ella -
Jugando con los aretes en mi oreja izquierda, costumbre adquirida que solo se presentaba cuando en mi cabeza se maquinaba algo, y solo en la izquierda, no tenía ninguno en la derecha.

Observé su reacción con curiosidad. Como había esperado, mi comentario de la “Caperucita Roja” le molestó, aunque tampoco lo demostró demasiado. Sonreí, y él me miró fijamente y muy serio. El humano se había ido, y sólo estábamos nosotros dos, aunque eso no me asustaba. Yo también era fuerte, sabía defenderme, no me iba a dejar matar tan fácilmente. Ladeé la cabeza, mirándole con sumo interés. Aquel chico era alguien muy interesante, ya lo había notado en el Pueblo de los Juguete.

Miré al oscuro cielo que sobre nosotros se cernía, sintiendo como el rubio escrutaba mi cuerpo más de lo normal. Moví la larga y sinuosa cola a mí alrededor, tocando la piel y abrazando mis caderas en su totalidad, sabiendo que era un gesto algo provocativo. Aeirmon solía hacer eso, le encantaba juguetear con la cola, y era una manía que me había pegado a mí también.

Suspiré, resignada, por no haber podido cazar nada esa noche. En fin, ¿qué le iba a hacer? Mañana sería otro día, y buscaría algo con que entretenerme… Caperucita dijo algo de repente, algo que me hizo erguirme, como movida por un resorte. ¿De verdad sabía dónde estaba Natillas? ¿A dónde había ido? Casi perfilé una malvada sonrisa, pero entonces me percaté de algo.

- ¿Sabes dónde está en serio…?-pregunté, desconfiada-.Bueno, ¿y qué es lo que quieres a cambio?

Ya sabía que nada era gratis en ningún sitio, así que por eso desconfiaba. Además de que aquel chico no tenía pinta de ser nadie que se rigiera por la justicia y el honor, al menos esa era mi impresión. Esperé su respuesta, mirándolo a la cara con atención, atenta a cualquier cambio que sufriera su expresión.

Al parecer la hembra había caído, en realidad le interesaba atrapar a esa humana.
- simple!, iremos solo tú y yo, tu compañero debe quedarse -
Sonreí aún más notoriamente, si lograba llevarla a solas donde quería, con seguridad podría cumplir mis objetivos.

La miré espectante, esperando su respuesta, atento al movimiento de la cola alrededor de su negra pero deseable piel.
Mi zorrito hizo un movimiento intentando llamar mi atención, pero era claro que no la conseguiría, así que cojeó hasta los pies de beel para cumplir una nueva tarea encomendada a él atravéz de nuestra conexión mental.

suspiré algo molesto, no esperaba que subiera la guardia de tal forma, debía encontrar alguna manera de llevarla solo a ella, llevar a su compañero, masculino como se veía francamente no me parecía buena idea, además de que podía entromerse en mis planes.
- eso es lo que quiero a cambio, que vayamos solo tú y yo -
Respondí con seriedad sin perderla de vista, cruzando los brazos en señal de confianza
- acaso te da miedo ir sin tu compañero?, pensé que estabas orgulloza de tus capacidades -
Sonreí burlón a mi vez, provocandola, esperando que su orgullo la dejase a mi merced.

El zorrito se sentó a unos pasos de beelzemon y zayyn, parecía pequeño y herido, ninguna amenaza.

Sonreí pronunciadamente, lujurioso, relamiendo mis labios mientras caminaba de espaldas mirando a los 3 digimons
- que asi sea -
dije sin molestarme ya por lo de caperuza, había logrado mi primer objetivo
- mi amiguito te vigilará -
sonreí mirando a beelzemon, chibikyubi se encontraba sentado cerca de él, sin despegar sus ojitos zorrunos, siempre atento por si lo creían un oponente sencillo de liquidar.
- te recomiendo que no nos sigas -
Dije por último caminando en linea recta mientras me perdía entre los árboles, sin desaparecer por completo, para que la digimon pudiera seguir mi rastro.