La Milla Sangrienta [Misión Ada]

Misión solicitada:

Algo te ha llevado a ingresar en la Dark Area, una misión, un extraño mensaje, una repentina necesidad de chocolate negro... Sea como sea has llegado a ese área, tu decides el como. Una vez llegados a ese punto comienza la misión.

...

El valle se mantiene en sepulcral silencio... Las sombras de árboles y rocas parecen bailar con mente propia, pese a que nada nadie las está iluminando, como si sus sombras intentarán atrapar a la de la joven que ahora se halla caminando entre "su reino". Incluso el viento que acaricia sus cabellos parece susurrar amenazas de muerte ¿Que hace allí? Solo ella lo sabe, pero a cada paso que da todo parece indicar que no debería seguir estando en ese lugar...

Pero algo la incita a seguir andando, una voz en su interior, un sutil deseo en su mente, que la invita a seguir adentrándose en el valle de los Demonios, acompañada únicamente por su Digimon, quien si bien no se ve afectado por la misma tonada que les invita a avanzar, también puede sentir el peligro. Quizás de haberse adentrado allí con compañía sería mas seguro, quizás de haber solicitado la asistencia de alguno de sus guardaespaldas o de la organización a la cual prontamente pertenecería... Pero como un rayo oscuro caído del cielo, una relampageante sensación de intenso terror corta sus pensamientos... No hay nada a su alrededor, ni Digimons ni humanos que puedan haberlo producido ¿Y entonces por que es así? Como respuesta, una de las sombras del suelo comienza a levantarse; Pareciera que litros de sangre negra brotaran de la misma solo para volver a ascender al cuepro oscuro que la forma, brazos deformes, torso demasiado alargado, y rostro girado ciento ochenta grados que sonríe con una boca demasiado grande para ser natural, sorpresivamente, un ojo rojizo se abre en su pecho.

...

Todo ha cambiado. Tres pasillos se extienden al frente de la violinista y su Digimon; Uno, el mas iluminado, parece estar formado de carne latente, con una zona central cubierta de losas de color rojizo aparentemente húmedas. Otro, el menos iluminado, parece estar enteramente hecho de madera negra, con hongos luminosos cada cierta distancia, y un suelo hecho enteramente de rocaje volcánico. Y el último, el central, parece el perfecto intermedio, paredes y techos parecen estar cubiertos de una fina película capilar, y el suelo se extiende con un tono blanco que aparenta ser formado por huesos.

No hay salida alguna por la espalda, y el cielo rojizo ha sido sustituido por un techo aparentemente mas que sólido... Solo quedan tres rutas a seguir.

Nunca había estado tan cerca de descubrirme a mí misma. Cierro los ojos y lentamente voy sumergiéndome en la bañera mientras pienso en las palabras de aquellas escrituras antiguas que encontré en el sótano, junto al recipiente que contenía la extraña escultura negra. Hace ya unos cuantos años que sufrí mi primera pesadilla pero tan solo unos meses desde que la mitad de mi ojo se ha tornado entre las sombras de mi oscuridad. ¿Tengo elección? Claro que siempre la hay, por eso iré hasta el Valle de los Demonios. Salgo de la bañera empapando por completo el suelo del baño para mirarme en el espejo. Mis ojos podrían empeorar y quién sabe qué podría ser lo siguiente.

Me visto tomando del armario una un abrigo negro con capucha y unas mallas ajustadas de cuero negro. Me prometí que la oscuridad no interferiría en mis planes sino que podría llegar a entenderla antes de que me destruyese a mí. Gabumon me espera de pie preparado para abrir el portal en cuanto desee. Asiento con la cabeza para indicarle que ha llegado el momento. Aunque no comparte mi decisión por el peligroso lugar al que nos envían las viejas escrituras, entiende que debemos sumergirnos más que nunca en el Infierno. Las escrituras no reflejan nada con claridad, repiten este lugar como otros, pero nada más acerca de ellos.

Camino con la cabeza agachada, las manos en los bolsillos portando mi mochila y mi violín. De vez en cuando voy lanzando miradas intranquilas a mi alrededor. Es como si la lógica y la física hubiesen escapado de este sitio. Mis pasos se van acelerando bajo la extraña sospecha de que hay algo que trata de darme alcance. Un cielo anormalmente rojo ampara nuestros pasos. No podemos volver ahora. Esto solo es el principio.

Una fracción de segundo fue suficiente para sentirlo de nuevo, las microagujas han desgarrado mi piel y órganos. En esa fracción de segundo, mi respiración se corta teniendo que abrir la boca para tomar una bocanada de aire. Miro con nerviosismo a mi alrededor, jadeante. Gabumon me toma de la mano, estamos solos. ¿Solos? ¿Quién podría asegurar algo así en un lugar como este? Sea como sea, mi presentimiento de estar aquí va creciendo. No será bonito, no será fácil y puede que nunca vuelva. Pero tenía que estar aquí.

A escasos metros de nosotros, una sombra se alza cubierta por una sustancia negra y espesa que tiene un parecido razonable con la sangre. Trago saliva mientras mis pupilas se dilatan conmocionadas esperando al surgir completo de un ser grotesco y deforme. De su pecho un ojo rojizo se abre ante nosotros para descubrirnos tres caminos. El primero tiene un color rojizo con ciertas zonas húmedas, su iluminación es perfecta, más el hecho de pensar que en su totalidad está formado por carne… Es posible que no llegase a aguantarlo en su totalidad. El segundo da sensación de parecer inofensivo, si no fuese por su inestable suelo que bien pudiera ser volcánico. Mientras que el camino central…ciertos hilos rojos recorren lo que bien podría ser un camino formado por huesos. A nuestras espaldas se ha cerrado cualquier otra opción…

Ada-hime, hemos llegado…-comienza a hablar mi acompañante- estamos en su casa y ahora nos invitan a pasar con su macabra forma de dar la bienvenida.

Me mantengo en silencio sopesando con cuidado las opciones que se han presentado enfrente de nosotros. ¿Existe alguna respuesta racional? Lo dudo, los caminos están formados por tres elementos distintos pero que igualmente pueden tornarse dañinos. Lo único en lo que voy a poder confiar a partir de ahora es en mi intuición. Con decisión conduzco mis pasos hacia el camino central.

No les hagamos esperar… Ellos querían que viniésemos y nosotros aceptamos la invitación-Mi mirada se centra en cada uno de mis pasos. Muerdo mi labio con cierta impaciencia pero no tiemblo tras la decisión.

Nada mas acceder al pasillo de los hilos y el hueso, a sus espaldas se cierra la entrada, apareciendo en su lugar un símbolo con forma de tuerca, bajo el cual puede leerse "Cuando un engranaje no funciona bien, el sistema se ve obligado a cambiarlo o eliminarlo". Ante ella el pasillo se extiende, por el momento sin aparente final.

Paso a paso, mientras la joven se adentra en el túnel elegido, una siniestra tonada comienza a sonar, con un canto seco que parece imitar el "tick-tack" de un reloj, cantado por una voz infantil. Al principio no se entiende nada de la letra, pero según se va a avanzando paso a paso, esta se vuelve a cada instante mas clara, hasta que en cuanto el pasillo se acaba, dando lugar a una gran sala de las mismas características...

- Hueso, madera, con hilos bailaran. Carne, alma, el ritmo seguirán. Vida, muerte, el guión decidrá.

El eco de la voz lleva ojos y oídos hacia lo mas alto de la sala, donde una figura aparentemente inerte cuelga de los hilos del techo... Y entonces eleva la cabeza, mirando a los recién llegados - Ojos, sangre... ¡El juego va a empezar! - Y la figura se desploma de las alturas, cayendo mientras una macabra risa la acompaña en todo su trallecto hacia el suelo, donde al caer resuena con eco de madera contra hueso, poniéndose en pie lentamente, tras lo cual alarga el brazo hacia los presentes, al tiempo que la peculiar iluminación rojiza de la sala ilumina todo su cuerpo.

Amenaza detectada:

Gabumon camina a mi lado, sin adelantarse ni retrasarse, formamos un andar sincronizado en silencio. Puedo escuchar mi respiración, puedo escuchar los latidos de mi corazón a cada paso. En cuanto comenzamos a adentrarnos por el pasillo, conformado por huesos, la entrada se cierra marcando que el camino no tiene retorno. Es Gabumon el que me avisa para que me de la vuelta para leer el extraño mensaje que ha aparecido junto al símbolo de una tuerca. Lo leo sintiendo que posiblemente pudiera estar dirigido a mí. Un engranaje que no funciona podría interpretarse como una anomalía a la que se debe transformar. Teniendo en cuenta lo que he visto por el momento de este grotesco y atemporal páramo, el engranaje que no funciona soy yo. Soy una humana dentro de un mundo de desperpentos y deformes imposibilidades lógicas.

Agacho la cabeza unos segundos, concentrada con la vista en el suelo. Pase lo que pase, estoy sola, no puedo pedir ayuda y nadie podrá averiguar qué es lo que sucedió. Gabumon da un tirón de mis ropas para indicarme que no debemos estar parados por tanto tiempo. Los pasos resuenan como ecos lejanos y profundos bajo la superficie ósea, las paredes reflejan cierta intranquilidad con sus incesantes hilos rojos. ¿Y si me atraviesan? ¿Y si me atrapan? ¿Y si sale otro ser de pesadilla para devorarme? Estoy empezando a caminar más despacio, lo siento porque Gabumon ahora está ligeramente adelantado. Un sudor frío recorre mi piel a través de la chaqueta negra. El único camino solo va en una dirección; hacia delante.

Una canción súbitamente ambienta ahora cada paso que articulamos y nos sumergimos más en tan claustrofóbico túnel. Es una voz infantil, es un reloj, es un salmo que clama la aparición de un nuevo suceso. Mi mente no podía dejar de taladrar dos palabras; hueso e hilos. Hueso e hilos, hueso e hilos, hueso e hilos, hueso e hilos, hueso e hilos, hueso e hilos, hueso e hilos. Mis pupilas se dilatan reviviendo las sensaciones corporales que las microagujas me provocaban en aquel terrible e inolvidable peor sueño de mi vida. ¿Qué atraviesa mejor que un hueso? ¿Y si las agujas estuviesen hechas de hueso? El hilo solo significaría una segunda parte…

De pronto, una sensación vibrante y sobrecogedora sitúa las voces hacia arriba. Colgado de los finos hilos rojos se encuentra un Digimon cuyos ojos transmiten disfrute y perversión. Damos un salto instintivo hacia atrás tras ver cómo se ha dejado impactar contra el suelo. El golpe seco de la madera chocando contra la superficie ósea ha retumbado en mis oídos exponiendo mi estado de alerta al máximo. Su brazo se estira tratando de contactar con nosotros… mientras su silueta queda por completo al descubierto marcada por una luz roja dejando ver su apariencia de marioneta. Mi respiración se acelera con su risa… algo me dice que si me alcanza estoy muerta…

Es Puppetmon…-comenta Gabumon.

Retrocedo con nerviosismo primero unos pasos y después echo a correr por el camino que se abre ante nosotros. Si esto es juego querrá darme alguna oportunidad, si esto es un juego… no pretenderá despedazarme como si nada… antes querrá ver desgarrada mi alma… antes habré caído en la oscuridad eterna… Estoy atenta a cualquier señal que pueda mostrarme un cambio de la situación… ahora se lo que siente un conejo cuando es perseguido por una jauría de galgos hambrientos…

- ¡Eh! ¿¡Donde vais!? - Es lo único que se escucha cuando la joven y su digimon comienzan a correr tratando de huir de la posible futura escena del crimen... Quizás alguien debería haber avisado a la bella dama que en la Dark Area se reúnen todos y cada uno de los Digimon oscuros mas poderosos, aquello podía ser perfectamente algo normal. Pero nadie lo hizo.

Mientras corre por el tunel puede sentir como se cansa mucho mas rápido de lo normal, como si todos sus músculos la pesaran mas de lo normal, y a demás... Ella nunca ha corrido de esa forma tan absurda que ahora realiza. Con unos movimientos que perféctamente podrían haber salido de la princesa en apuros de una película, corre moviendo exageradamente brazos y piernas. De mirar alrededor verá como unos hilos salen directamente de su cuerpo, y al observar las alturas... El mismo Digimon de antes se encuentra sobre ellos moviéndolos como si fueran marionetas - Vamos... Solo quiero jugar ¿Que clase de juguete huye sin siquiera saber que es lo que quiero? Esos juguetes merecen ser quemados - Entonces Ada y su Digimon paran en seco, retenidos por los hilos de la marioneta, quien ahora desciende de las alturas hasta quedar frente a ellos - Soy bueno con mis juguetes nuevos... Si conseguís entretenerme os dejaré marchar, así que ¿Aceptáis? - Y presiona los hilos alrededor de ambos junto a su pregunta, indicando que solo hay dos posibles respuestas y resultados.

Es un terrible pasillo interminable, no alcanzo a ver el final ¿acaso habrá una parte donde termine esto? No puedo pensar con claridad, solo correr… unas patas que resuenan tras de mí me ayudan a saber que Gabumon está corriendo también un paso por detrás de mí. La respiración se vuelve cada vez más pesada, me cuesta inhalar aire incluso con la boca abierta y me veo en la necesidad de jadear tratando de mover mis músculos. Siento que no me responden… siento que no se están moviendo bajo las órdenes que les estoy dando… Mis brazos se mueven de forma estereotipada a la par que mis piernas están descoordinadas de forma espasmódica. Demasiado tarde como para escapar, demasiado tarde como para admitir que este lugar posiblemente sea mi nuevo destino.

¡¡¿Qué es esto que me sale de los brazos?!!-mientras luchaba por avanzar un hilo se ha cruzado por delante de mi rostro. Me giro con nerviosismo comprobando para mi desgracia que no es el único que sujeta mi cuerpo.-  ¡¡Son hilos!!

Sigo la línea de los hilos elevando mi rostro de nuevo una vez hacia arriba. Gabumon hace lo posible por revolverse y romperlos. Puppetmon está controlando nuestros movimientos como si fuésemos títeres de su nueva función. Finalmente, somos frenados en seco detenidos por los hilos que controlan nuestros pasos. De reina de los juguetes a marioneta de un Puppetmon, tendrá que ser otra cosa que deba añadir a mi curriculum de conquistas. De alguna forma, saber que no hay forma de escapar, saber que estamos solos en esto porque así lo hemos querido, estar atrapada por unos hilos frente a uno de los seres oscuros de la Dark Area… me permiten entender mi vida de otra forma. Me giro para mirarle y que nuestros ojos se encuentren por primera vez. He tenido miedo, lo reconozco. Estoy dentro de una pesadilla que sé que es tan real como que ahora mismo mi respiración está entrecortada.

Los juguetes a veces necesitamos estirar las piernas para ver si funcionan… -comento tratando de reposar mi aliento y pulsaciones- Acepto tu invitación.-hablo tras unos segundos- Seré tu muñeca por un rato. Puedes acariciar mi pelo, inventarte un juego o incluso sentarme a tu mesa a la hora del té… además necesito preguntarte algo. Si se me permite..-Un silencio en el que se hace eterno me permite acomodar mis palabras para no resultar impertinente.- Como muestra de que no escaparé puedes ajustar un poco más tus hilos, pero… ¿Cuál es la muestra de que volveré a casa después de jugar?

Gabumon abre los ojos asustado pero sabe que no tenemos elección. Sabe que nuestra vida depende de unos cuantos hilos en manos de una marioneta del Valle de los Demonios que nos mostrará de todo menos piedad.

En cuanto la joven acepta la macabra invitación de Puppetmon, sus hilos se aflojan, dejándola algo mas de libertad de movimiento, sonriendo macábramente cuando la joven utiliza diversos juegos de palabras como guinda a su aceptación - Es bueno cuando sabéis jugar... Y ahora - Se hace a un lado, señalando de vuelta a la sala que habéis abandonado hace unos segundos, los hilos han desaparecido, podéis volver a moveros.

¿A casa? Oh no, si te dejara volver a casa los demás se quedarían sin posibilidades de diversión... Si te rompes es otra cosa, pero nono, tienes que seguir hasta el final, es el trato, pero no quiero pelearme con los demás, así que si lo haces bien tengo que dejarte marchar. Oh, y no puedes usar tu dispositivo digital, no aquí, eso sería trampa. - Pese a todo no solicita que se le entregue el dispositivo digital, sencillamente sobrevuela a la joven sujetándose del techo con los múltiples hilos de su cuerpo mientras avanza balanceándose, hasta llegar de nuevo a la sala inicial.

Llegados a ese punto el títere sobrevuela la zona hasta quedar colgando del centro de la misma, lanzando desde sus manos hilos en prácticamente todas las direcciones... Y a los pocos segundos una tropa conformada por diez Digimons parece juntarse bajo el, parecen zombificados, es evidente que controla sus cuerpos, pero su mente sencillamente parece haber partido hace ya demasiado tiempo a "un lugar mejor"... Y entonces la joven puede verlo, en ambos extremos del grupo hay dos marionetas, pero no se tratan de Digimons, si no de humanos, y por el color de sus ojos y piel, resulta demasiado evidente que están muertos y momificados.

- Ahora elije a tu oponente, después comenzará el juego - De izquierda a derecha pueden ver con claridad las diez figuras que lo conforman, comenzando por el extremo del sol naciente se hallan; Una joven rubia, Agumon, Patamon, Penguimon, Guilmon, dos PetitDevimon, Goburimon, Lunamon y un joven moreno de gesto retorcido post mortem - Lo bueno de los humanos, es que no desaparecéis al convertiros en marionetas completamente obedientes

Cierro los ojos dos segundos tras las palabras de Puppetmon, no es muy difícil de asimilar qué posiblemente su juego esté más cerca de las condiciones de muerte que de la vida. Llegaré hasta el final ¿pero en qué estado? Físico, psicológico… He notado como ha aflojado de los hilos que pendían nuestras extremidades hasta ser liberadas, pero no he obtenido otra cosa salvo su palabra de que nos dejará libres una vez termine su “juego”. Hemos vuelto a la sala inicial, Gabumon no se relaja ni por unos segundos, manteniendo el estado de alerta. Recoloco un poco mejor mi capucha a la vez que bajo levemente la cabeza, mi expresión recoge un sentimiento de agobio. Miles de hilos se desprenden de la figura de Puppetmon, el cual ha vuelto a coronarse dentro de las alturas de la sala.

Esto solo es una prueba Ada-hime… hemos superado cientos…-comenta Gabumon con seriedad.-Sobreviviremos y renaceremos.

Entiendo perfectamente el mensaje que quiere transmitirme Gabumon con sus palabras. Ahora solo tengo en mente más el primer concepto; “sobrevivir”. Esa es mi única voluntad. Renacer de las tinieblas es complicado cuando hay un camino que no podrás volver a recorrer. Nadie regresa de la muerte y aunque mañana yo pueda pasear por una pradera de flores… posiblemente nunca regrese a casa. Ahora mismo no tengo la voluntad suficiente para renacer…¿es esto otro proceso de la energía oscura que abraza mis entrañas? ¿es esto una barrera de mi mente? ¿una forma de expiación? ¿Una forma de ordenar mis recuerdos sin ser atrapada? ¿el siguiente paso tras la muerte de Yuri?  Solo quiero romper el mundo que piso bajo mis pies…

De los extremos, salen tendidos sobre hilos diez Digimons… no, no todos los son. Sus cuerpos están rígidos, disecados como piezas de la colección de un taxidermista, su expresión es ausente y carente de emoción, pues hace mucho tiempo que partió su aliento vital. ¿Vendrían aquí en busca de respuestas, como yo? ¿Seguirán con vida? ¿Todos los movimientos están controlados por los hilos que proceden de Puppetmon o algunos los harán sus últimas voluntades? Algunos digimons son muy pequeños…Me llevo una mano hacia la boca para tapar mi desagrado, la capucha impide directamente la visión de mi rostro compungido. No le hace falta lanzar ninguna advertencia, sé que este es el final de los juguetes malos.

Trago saliva antes de pensar en la posibilidad que me está ofreciendo el digimon marioneta. Un adversario…¿para qué? ¿Qué es lo que busca? Sería la siguiente pregunta… Señalo al frente para indicar a mi oponente. Empezaré por igualar la balanza… aunque ahora es su marioneta, no soy tan estúpida como para creer que el juego será limpio.

La elijo como mi primer oponente.-miro directamente a la chica rubia. Enfrentarme a otro ser humano, aunque casi parece cruel pensar en ella como “humano” ahora mismo, al menos me permitirá ver las diferencias entre mi estado actual y tras ser controlada por Puppetmon. –Si gano esta ronda… quiero que me aclares algo sobre este lugar.

En cuanto selecciona a su oponente, el marionetista sonría, y de un solo gesto hace que el resto de sus juguetes salgan volando violentamente de la estancia; Un par de ellos chillan de dolor, el resto parecen estar ya demasiado acostumbrados como para protestar.

- ¿Aclarar dudas? No se por que no debería poder hacerlo ya, no me importa, pero si quieres que forme parte del juego... Entonces que sea un regalo - Un nuevo gesto de su mano hace que dos cofres aparezcan en el centro de la estancia, a solo tres pasos de sus "juguetes vivos"; Ambos serían exactamente iguales, de no ser por el hecho de que uno está hecho de marfil y el otro de madera, pero sus grabados, aparentemente representando la guerra santa del génesis, son exactamente idénticos... Un segundo después, ante los mismos, dos palabras comienzan a dibujarse en el suelo, bajo el cofre blanco puede leerse "Un Dios" bajo el cofre negro puede leerse "Un Demonio" - Elije... Según lo que escojas podrás tener una ventaja u otra en el juego, además, si escoges el cofre en el que yo estoy pensando, responderé tu pregunta, que por otra parte quiero que hagas antes de empezar.

De acercarse a los cofres podrán notar como el de marfil desprende frío, y el de madera calor, además, el Digimon notará un ligero aroma de sangre, si bien su origen no puede ser discernido de ambos cofres.

- ¿Que desea ser la princesa humana? Algunos quieren ser dioses, otros quieren ser demoniooos... Muchos dicen no desear nada, esos son aburridos... ¿Y tu no eres aburrida, verdad? ¡Por que sería una pena!

El resto de sus marionetas se retiran, algunas no pueden esconder realizar un quejido de dolor. Al parecer Puppetmon no encuentra inconvenientes en que le pregunte acerca de mi llegada a este lugar. Seguramente cuando se lo he preguntado antes, estaría tan absorto en su juego que no he obtenido respuesta. No obstante, ahora ha quedado incluido dentro de sus normas. Me da igual como sea, he venido para obtener respuesta al precio que sea. Tras un ademan del digimon marioneta dos cofres surgen cercanos a la chica rubia y a mí. Uno de ellos es de madera, el otro de marfil ¿de nuevo otra selección? Poseen unos símbolos muy parecidos entre ellos, pero pronto dos palabras comienzan a dibujarse en el suelo.

Acto seguido miro a Puppetmon con fijeza, esto no tratará simplemente de nosotras sino que se nos va a entregar un arma para enfrentarnos, posiblemente. Hasta ahora me he limitado a elegir por intuición las decisiones que he ido considerando más “justas”. Pero quizás en esta elección deba fijarme en aquello que resulte menos perjudicial para mí. Doy un paso más para visualizarlos desde más cerca. El cofre de marfil emana frío por el contrario el de madera emana calor. Doy otro paso más hacia ellos sintiendo cómo Gabumon tira de mi chaqueta deteniéndome.

Ada-hime, no elijas con la vista. Cierra los ojos ¿lo notas?-me advierte.

Cierro los ojos siendo capaz de percibir un leve olor que me recuerda al de la sangre. Escucho las palabras de Puppetmon que me apremian a tomar una decisión. ¿Qué quiero ser yo? ¿Cómo quiero que el mundo me recuerde? Hace no mucho esa respuesta no habría llegado a formularse como pregunta. ¿No es obvio? Fui bendecida con el don de la Diosa para que mi música conquistase allá donde las palabras ni las acciones, ni quiera las susurradas podrían llegar jamás. Pero también he sido maldita. Por desgracia lo sé mejor que nadie. Al final fueron mis propios pasos los que me traicionaron y no la oscuridad dormida en mi interior. Ahora de nada sirve pensar en ello, esto es lo que soy. No, esto es lo que somos.

Es estúpido no desear nada. De hecho yo lo deseo todo…El Apocalipsis de un demonio y la Gracia de un Dios. ¿Acaso esta forma de pensar no es lo que nos pierde a todos los humanos?-Con los ojos cerrados voy encaminando los pocos pasos que me quedan en avanzar hacia el calor.-¿Fuiste tú el que me llamó a venir al Mundo Digital? ¿El padre de mi oscuridad? ¿Eres tú a quién se refería Devimon antes de morir?

Un escalofrío recorre mi piel erizando cada uno de mis poros, mientras siento cómo mi boca se reseca por la presión. Nunca he sentido tanto frío como desde aquella noche…mis huesos no consiguen calentarse de ninguna forma natural. Cuando mis pies se dan contra la madera, abro los ojos. Gabumon no ha dejado de estar a mi lado en todo momento. Me agacho y extiendo mis brazos para abrir el cofre.

Mientras la tapa del cofre es abierta, solo el aroma de papel viejo acumulado sale del mismo, nada mas abrirlo del todo, una frase puede leerse en el interior de la tapa, con letras que brillan en tono rojizo "El demonio siempre cumple sus tratos", y en su interior pueden verse una pluma estilográfica, varios kilos de papel viejoy semi enterrado entre el mismo, un bastón cuyo "pomo" es una calavera con el símbolo de la alquimia en la cabeza.

- Deberías haber hecho una mejor pregunta, algo como ¿Quien es el padre de la oscuridad de mis sueños? Quizás no lo sepa, quizás si... Pero como debo responder a tu pregunta y de no saberla darte otra oportunidad, ya que siempre cumplo con mis tratos. Y no, la respuesta para todas y a la vez tu única pregunta es sencillamente esa; No - La marioneta comienza a reirse como si le hubieran contado el mejor chiste de la historia, tras lo cual el cofre de marfil se abre de golpe, y el olor a sangre sale del mismo, rezumando en el aire... En la cubierta interna del mismo, brillando en letras doradas, puede leerse "El Dios clama un sacrificio" y desde su interior, un cuchillo de carnicero sale volando hasta la mano de la joven que ha sido elegida como rival, quien pese a su estado mortuorio, lo recoge al vuelo, guiada por Puppetmon - Es una pena, lo mejor de tu cofre era la posibilidad de un trato, y ya lo has gastado con esa pregunta... Ahora es la hora del sacrificio ¿Juguemos al pilla pilla, vale? Ella la lleva.

Y movida por una fuerza antinatural que hace girar sus articulaciones hasta límites inhumanos, la figura de la joven rubia sobrevuela el espacio que la separa de la violinista, dispuesta a abrirla en canal con su cuchillo, emitiendo lo que parece un grito seco, cuando el viento se adentra en su boca, mucho tiempo atrás exenta de aliento alguno.

Espero expectante a que el contenido del cofre se revele, cuando lo hace no doy crédito a lo que aparece. Está cubierto por papel además de contener una pluma estilográfica como si las palabras que ahora muestra el cofre quisieran formalizar un contrato. Revuelvo con las manos en busca de algo más…tiene que haber algo, no puede ser solo esto. Pronto mis manos se topan con algo contundente, cuando lo saco a la superficie descubro que se trata de un bastón en cuyo pomo hay una calavera con un símbolo. Busco pero no hay nada más, por lo que decido tomar el bastón. Entonces es cuando el Digimon marioneta procede a explicar las normas de su juego, mi pregunta se podía haber formalizado en un trato. Estaba obligado a ofrecerme una respuesta que él supiese. Me la ha jugado. Mi rostro se contrae en una mueca de fastidio. Su risa resuena en mi cabeza con fuerza como si hubiesen decidido aplaudir muy fuerte.

Luego el cofre de marfil se abre otorgando de un cuchillo carnicero a su marioneta de la joven rubia. Contemplo cómo sus articulaciones sobrepasan su límite natural tras la orden de Puppetmon. Es evidente que va a cargar contra mí por lo que me preparo para correr siguiendo el camino que tengo despejado. Encamino la carrera sin perderla de vista por el rabillo del ojo, si solo se trata de una persecución, está claro que tengo las de perder. Su extrema flexibilidad me ha dado una idea, ¿si pudiese hacer que de alguna forma se cortasen los hilos, contaría como final del juego? No me hace falta comprobar que Puppetmon es un experto marionetista, su cuerpo perfecto le tiene que otorgar la categoría de ser el mejor de todo el Digimundo. No dudo de su habilidad… pero necesito un descuido, un error… Gabumon ha tomado otra dirección para ofrecerme apoyo desde la distancia.
Aparte de partirme en dos, una vez más, Puppetmon no me ha explicado en qué consiste la mecánica del juego, y si hay alguna manera que sea favorable para mí. ¿Debo usurparle el cuchillo? ¿Dejar que me impacte con un golpe menor para que cambien las tornas? O quizás, no sea necesario cortar los hilos literalmente sino…

Si esto es el pilla-pilla es aburrido que uno siempre esté persiguiendo…-comento entre jadeos-también debería perseguirla a ella… ¿Conocer el resultado final no vuelve peor el juego? No quiero ser un juguete aburrido… -hago una pausa para recuperar el aire-¿No estaría mejor que pudieses manejarnos a las dos por un rato? Dios tendrá su sacrificio igual…mente…

La muñeca con aspecto de porcelana humana cesa de moverse al momento, desde las alturas la imponente figura del lord marionetista achica los ojos, como si estuviera tratando de descifrar las palabras de la joven, ni si quiera parece preocupado por el Digimon, que casi se halla a su espalda, claro que ¿Por que debería estarlo? en el mejor de los casos solo lograría hacerle cosquillas con un ataque sorpresa.

- ¿Tu que clase de pilla pilla juegas? ¡Solo se cambia si te atrapan! - Parece enfadado, pero prácticamente al momento se calma, adoptando una pose pensativa mientras su marioneta llace colgada del aire en medio de lo que al parecer sería un nuevo ataque - Aunque quizás tengas un poco de razón... Los humanos sois débiles, si te mata de un golpe se acabó el juego. Y luego dirán que es culpa mía, que siempre me excedo - Puppetmon se encuentra con los brazos cruzados, flotando en medio del aire mientras parece mantener una animada conversación consigo mismo, en la cual las palabras aumentan cada vez mas de velocidad y pierden mas pausas, hasta resultar prácticamente imposible saber que está diciendo - PorqueclarotenemosatooodossiemprehechandolaculpaalpobrePuppetmon, quesipuppetmonestoquesipuppetmonaquello, quenopuedesmataratooooodoslosquepasanportusalaporqueluegonosquedamossindibersióny ¡Ah! - Se incorpora de golpe, su rostro se ha retorcido llevado por la cólera - ¿Quieres distraerme? nono ¡NO! ¡Ella la lleva hasta que te pille! - Para cuando la Tamer puede percatarse de lo que está ocurriendo, la marioneta femenina se encuentra a medio metro de ella a punto de hacer descender su brazo en un tajo vertical... Y a su espalda, un muro la "susurra" que esquivar no es una opción.

De repente algo para la persecución ¿qué ha sucedido? Aprovecho para recuperar el aliento descansando sobre mis rodillas sin quitar ojo de la posición de Puppetmon y su marioneta. Gabumon me hace una señal a la que niego con la cabeza. Esto es muy sospechoso, incluso como para querer aprovecharnos de ello. Su marioneta parece que ha adoptado una posición de ataque. Echo un paso hacia atrás, con precaución mientras ladeo mi cuerpo para prepararme ante lo que pueda suceder. Tengo la sensación de que está comenzando a dudar de las reglas de su propio juego. Pero cuando veo que ha comenzado por hablar solo, ya no que me cabe la menor duda. Sonrío de forma imperceptible a través de la capucha que cubre mi rostro. Pero…

Mierda…-comento mientras veo cómo se abalanza la chica humana marioneta a por mí blandiendo el cuchillo carnicero. Sin saber cómo, me giro y en un movimiento rápido con mi mano derecha intercedo en la trayectoria del cuchillo con el bastón que he recogido de mi cofre. Rápidamente deposito la mano izquierda también para que no ceda ante la presión que le ejerce Puppetmon.

En cuanto el bastón se interpone entre la caída en picado hacia el cuerpo de la joven, quizás una serie de pensamientos asalten su mente, pero de sucederse, la mas importante sería ¿Puede un mero bastón de madera detener el violento impacto de un cuchillo de carnicero? La respuesta, en todos los aspectos negativa, se va quebrando al mismo ritmo que la madera del bello bastón, que resulta ser lo único que protege a la bella violinista, que se encuentra a punto de perder su cuello.

Un estrepitoso sonido metálico estalla, y si bien las manos y parte de los brazos de la joven se ven afectados por el retroceso del impacto, el cuchillo detiene su avance, y la marioneta se retira dos metros hacia atrás… El bastón no ha cedido, o mas bien, su interior no lo ha hecho. Ahora, con la madera resquebrajada, un fino filo metálico oculto en su interior puede verse, ahora solo es necesario tirar del pomo para extraer el arma al completo - El demonio siempre tiene armas ocultas... - La voz de Puppetmon resuena aburrida, casi decepcionada por el resultado - Por cierto, te ha pillado, así que tu la llevas...

A medida que el cuchillo carnicero se va aproximando siento el peso que tiene cada fracción de segundo sobre mí. Rechino mis dientes al ver que un bastón de madera va a intentar soportar el embiste de un enfilado acero. No me daba tiempo a reaccionar… instintivamente era todo cuanto podía ofrecer como resistencia para que no me diese alcance. Mi mente hace un cálculo rápido acerca de la trayectoria que tomará el filo, mis ropas se van a rasgar… mi pecho posiblemente absorba un tajo vertical… ¿y mi vida?

Observo impotente como saltan astillas de la madera que se va resquebrajando mientras siento deslizarse un grito ahogado por mi garganta. Las cuencas de mis ojos se abren estrepitosamente mientras mi corazón comienza a latir desbocado. Pero de repente, algo para el curso del cuchillo. Nunca había sentido en mis músculos un golpe seco que me deslizase varios pasos hacia atrás. Incrédula miro cómo ya no quedan casi restos del bastón de madera en la zona que ha impactado el cuchillo y en su lugar, está un filo metálico oculto. Miro hacia la dirección de Puppetmon, confusa y en alerta, conozco lo suficiente a la marioneta para saber que no me va a dejar tregua. La chica que estaba controlando se ha retirado hacia atrás. Por si no quedaban dudas… Puppetmon me confirma que nada es lo que parece y este bastón todavía menos…

Resoplo apreciando seguir viva más que nunca. Aunque el juego no ha terminado, ahora me toca a mí ser quién persiga a su marioneta. ¿Debo impactar contra ella como si de un juego a muerte se tratase? ¿Tengo opción? Sus cuerpos no se cansan, podrían estar jugando a esto meses sin resentirse… en cambio el mío… tiene sus limitaciones y esto implica que cada vez me irán fallando los reflejos. Saco del bastón el arma por completo que se ocultaba en ella y la examino brevemente.

Ahora es mi turno…-le comento con una sonrisa- ¿pero qué debo hacer para complacer a Puppetmon? ¿El juego terminará cuando haga el sacrificio? ¿habrá otros juegos después?-hago unos leves estiramientos para evitar los calambres.

Le demostraré que mi voluntad es férrea y que voy a continuar aunque me lleve al último aliento. Luego ya tendré tiempo de arrepentirme o de pensar qué es lo que he hecho… Me preparo a que de una señal para indicar que se reanuda el juego y empezar a correr detrás de la muchacha rubia. Ahora no me conviene pensar así…”muchacha” es un término demasiado humano. Marioneta… a por su marioneta del cuchillo carnicero que ha estado a punto de quitarme la vida.

Puppetmon sonríe ante las palabras de la muchacha, con un matiz que sugiere estar divertido ante el hecho de que se le olvide algo a la muchacha - Yo solo puedo ofrecer un juego, y el mio seguirá hasta que alguien no pueda continuar - Luego se ríe, casi rodando en el aire por ello, consciente de que "sus secretas intenciones" habrán sido percibidas ¿Como va a aguantar mas tiempo una simple humana que su marioneta? - Y puedes empezar cuando quieras, quizás incluso te deje pillarla quieta una vez ¿Que es lo peor que podría pasar? - Y vuelve a reirse una vez mas como el desquiciado que muestra ser.

Tras ello la marioneta femenina comienza a moverse, retrocediendo un par de pasos, tras los cuales parece realizar un gesto provocativo y obsceno a partes iguales, el cual involucra ambas manos y el movimiento de la boca, en una frase que no logra entenderse ante la ausencia de sonido - La vi hacer eso antes de atraparla en mi juego... Creo que debe de significar algo divertido.

Trago saliva tras escuchar las palabras de Puppetmon, eran toda la señal que necesitaba para darme el pistoletazo de salida hacia la psicopatía. Claro que nunca antes había reparado en ello ¿qué clase de humano nace sabiendo que está preparado para terminar con la vida de otro ser por su propia supervivencia? Lo intuyes, lo mascas en tus adentros pero esta carcasa de huesos y músculos te lo impide siempre y cuando no seas un depravado. Doy un último suspiro tomando el arma afilada entre mis manos. Me destapo la capucha para ampliar mi campo de visión y comienzo a correr detrás de la marioneta con obstinación. La he visto cómo ha realizado un gesto solo para provocar mis ganas…¿era necesario? Es algo que mientras agilizo mis pasos para darle caza, no tiene ningún sentido. Ya estaba decidida a ir a por ella con todas las consecuencias, me alegro que al final de sus días puede seguir manteniendo esa actitud. Ahora menos que nunca soportaría que me suplicase…

Aprovecho todo cuanto está a mi disposición para darle alcance. Si salta, ayudada por la pared me aprovecho de ella para tratar de atraparla. En algunos momentos, resultaría increíblemente simple que le clavase el arma y la atravesase, puesto que la trayectoria y la cercanía me ofrecen posibilidades improbables de fallo. Por no mencionar que mi puntería es bastante precisa. Pero pese a mis ganas por terminar con este sádico y enloquecedor juego, no se me olvida que pueda estar ante una especie de “inmortal”. Trato de darle cada vez menos margen de maniobra, si su cuerpo es como el mío, humano de alguna forma… también debe de poder quebrar. El mío está acostumbrado a bailar. Sea como sea mi movimiento no debe ser predecible. Trato de engañarle varias veces con la trayectoria que voy a tomar para que dude, se equivoque de dirección… sé que no puedo jugar con la sensación del miedo a ser atrapada que se le generaría a cualquier ser humano… Creo que ya puede ser mía… Una sonrisa se estira, no es la sonrisa que les dedicarías a tus amigos ni a tus conocidos… de hecho desearías que jamás volviese a salir de tus labios.

Es entonces cuando veo que Gabumon también ha echado a correr. ¿Es un jugador más? Si finalmente no se resiente… será motivo para cambiar de estrategia. Es posible que no le guste a Puppetmon… ¿pero es que a mí me gustan las cacerías?

Mientras la violinista realiza su compleja estrategia, la marioneta muestra movimientos ágiles lista para evitar el ataque que nunca parece ir a llegar... A pesar de ellos, las pocas veces que su cuerpo queda expuesto, no parece intentar evitar que ninguna de sus zonas vitales quede expuesta, al parecer al Digimon marionetista eso no le importa en lo mas mínimo, muestra del potencial de aquel "juguete".

Varias veces baila sobre su propio eje corporal, llegando en una ocasión a saltar sobre la morena bailarina como si de un sencillo obstáculo se tratara... Por suerte parece no tener intención de atacar al no ser su turno, pues de lo contrario en ese mismo instante podría haberla rebanado la cabeza de un solo golpe, lo cual se transmite es un violento movimiento de la muñeca que sostiene el cuchillo, la cual llega a girar trescientos sesenta grados, probablemente causado para causar temor ante la fugaz posibilidad vivida - Lastima que no le toque pillar a ella... ¡Habría sido un bonito final! - Una risa macabra, que parece imitar el sonido generado por una carraca, llena toda la estancia mientras la marioneta continúa siguiendo los pasos de la macabra danza que la joven le marca - ¿Como? - Pupettmon parece sorprendido, acaba de percatarse de que el Gabumon que hasta hace unos momentos permanecía impasible ha comenzado a correr - Si el Digimon tambien quiere jugar me parece bien... pero ahora la llevas tu niña tramposa, el no puede ayudarte a atraparla, o le arrancaré la cabeza por tramposo. Como mucho... puedes pillarle a el en lugar de a la muñeca, si le matas también se acabará el juego - Y vuelve a reír atronadoramente.

He intentado forzar sin éxito la parte “humana” de la marioneta, pero efectivamente sus músculos y articulaciones están preparados para el desgaste. Hasta ahora todavía he estado reservando la posibilidad de ser más agresiva pero ya no puedo seguir evitándolo. Ella se muestra tan capaz de acabar conmigo que no desaprovecha la mínima oportunidad para demostrarme que, guiada por Puppetmon, es superior a mí. Mi mirada se encuentra por primera vez con la de Gabumon, no tengo alternativa. Las palabras de Puppetmon rebotan en mi cabeza haciéndose grandes. Efectivamente Gabumon es un jugador más en esta sala. Sus ojos parecen titilar por unos instantes pero rápidamente sus piernas comienzan a correr en dirección contraria a la mía. No me puedo creer que esté llegando a este extremo…

Recuerdo que la noche en que desapareció Yuri, enloqueció por completo y no descansó hasta seguir su rastro hasta el Dark Área. Afortunadamente, allí terminó su evolución y su psicopatía instantánea se esfumó como un mal sueño. ¡¡No recordaba nada!! Puta amnesia conveniente… querías asesinar a un humano. Y no a un humano cualquiera… a ÉL. Mi sangre golpea con fuerza sobre mis sienes, mis dientes chirrían con rabia presa de recuerdos que lo único que hacen es alimentar mi oscuridad. Esa parte que tenemos todos y que… nos esforzamos tanto por negar. Siento una energía renovada de mis piernas, le estoy dando alcance… ¿Y entonces qué? ¿Le acorralo como la marioneta ha hecho conmigo? ¿Se defenderá sabiendo que quién está blandiendo esta arma soy yo?

Una idea relámpago cruza mi mente impactando de lleno en mi razón. La marioneta tiene el cuchillo carnicero, yo tengo “el bastón del Demonio” pero Gabumon es un Digimon que puede atacar con una fuerza superior a una humana. ¿Se romperá la marioneta si es él quien la embiste? Ya hemos visto que los métodos convencionales solo nos acercan a creer más en una fingida “inmortalidad”.

Ahora necesitaba que se transformase como hizo aquella noche… necesito esa rabia, esas ganas incontrolables de matar, ese poder… Sé que mis sentimientos le ayudaron a alcanzar su forma con el Anticuerpo X, pero estamos en una situación de vida o muerte. Si ahora no es capaz de evocar por sí mismo esa emoción descontrolada... será demasiado tarde para ambos. Entiendo que la oscuridad no funciona así, no puedes llamarla y que acuda a ti como un perrito. ¡¡Pero no voy a morir aquí!!    

Puppetmon tiene razón, te ensarto y se termina el juego. –masco las palabras haciendo acopio de unas fuerzas que casi me parecen inexistentes. –Eres un digimon débil, antes de que llegase yo, otros te manipulaban…-Observo cómo sus ojos me miran sin comprender como tratando de averiguar la intención que hay detrás de mis palabras.-Hablas con condescendencia… pero no eres más que otro triste Puppetmon que quiere mover hilos y no se da cuenta de que no tiene marionetas… -alargo mi brazo en un movimiento de pica, tratando de darle alcance con mi bastón en la cola.-Nunca… te perdonaré… lo… que… hicieste… aquella…noche…

Giro sobre mí misma con la celeridad que me permiten mis piernas para escapar de su camino. Veo cómo sus pupilas se agrandan y su expresión se descuadra por completo. Esto es lo más sucio que he hecho nunca. Bueno, después de matar al amor de mi vida ¿qué me queda? El que se transforma en una bestia, olvida el dolor que supone ser un ser humano con pecados. Bienvenidos al Valle de la Locura, Bienvenidos al Valle de los Demonios reinado por Puppetmon.

Gabumon se ha quedado quieto por unos instantes, no alcanzo a ver su rostro pero he conseguido tomar una distancia prudente. Miro hacia la posición de la marioneta para ver cómo de lejos queda de mí. Ahora mi duda es…¿se abalanzará sobre mí o sobre ella? Durante unos segundos hay una tensión incierta. Con lentitud, Gabumon se vuelve hacia nuestra posición con una mirada desconocida para mí. Nuestra amistad en ocasiones ha pasado por altibajos pero este es el momento más truculento que debemos anotar en nuestro cuaderno de anécdotas. Sus dientes rechinan dejando visiblemente sus colmillos. Y entonces Gabumon toma una velocidad que no había visto hasta ahora, sus pasos se dirigen hacia mí con determinación. Me busca, mientras yo corro tratando de no distanciarme de la chica marioneta. En varias ocasiones está cerca de ensartarme con su cuerno pero una distancia de escasos centímetros, me permiten escapar de su alcance. Trato de ir a la par que la chica marioneta, no sé a qué está jugando Gabumon… pero no quiero pensar (todavía) que mi digimon pretende asesinarme…

Cuando llegamos ante unas de las estrecheces del túnel, Gabumon abre su boca hacia mí y en el último segundo cambia la trayectoria del impacto hacia la chica marioneta…

¡¡Petit Fire!!-grita mientras una corriente de llamas azules está dispuesta a impactar contra la  marioneta de Puppetmon.

Puppetmon abre los ojos de par en par cuando la joven violinista parece seguir su consejo y atacar a su compañero... Y si bien el ataque es puramente verbal, no puede evitar estallar en risas cuando esta toca la cola del Digimon - ¡Eso toca como si le hubieras pillado! ¡Ahora le toca perseguir a el! - Ambas "marionetas" se mantienen expectantes mientras el Digimon parece estar sopesando que hacer en esa situación, hasta que finalmente opta por comenzar a correr, en dirección a su Tamer.

- ¡Genial, genial! La oferta también vale para ti, si la matas quedas libre - De nuevo su risa entonada como si de una carraca se tratara, mientras flota por toda la sala persiguiendo junto a su juguete a los otros dos jugadores, sin parar de reír en ningún momento. Intenta incluso hacerle la zancadilla a la Tamer en varias ocasiones, si bien no lo logra gracias a la extraña atención que esta parece mantener en el juguete humano... Quizás esto debería haber extrañado al Dark Master, pero fuera de ello, sencillamente se le hacía mas divertido, pues ni en sus mejores sueños aquello se había terminado desarrollando de esa manera.

Así que cuando la marioneta de la joven comenzó a arder rodeada por llamas azules, ni si quiera logró entender lo que había ocurrido.

- ¡Sois unos tramposos! - El cuerpo completamente inerte de la marioneta calló al suelo, ardiendo, libre de las ataduras de su maestro ahora que cada pieza comenzaba a ser inservible como producto de las llamas, antes de desaparecer, consumida a una incontrolable velocidad por las llamas, su boca casi parece sonreir, por primera vez con sinceridad - ¡No vale! ¡Esto no cuenta! Vosotros... ¿¡Que clase de tramposos sois!? - La ira de puppetmon parece crecer mas y mas según avanza hacia ambos, mientras su cabeza se tuerce hasta terminar bocabajo con respecto a su cuerpo - No me gustan los tramposos... Voy a extemrinaros - Eleva las manos para lanzarlas hacia ambos jugadores, y cuando los hilos están a punto de alcanzarlos, un rayo oscuro cae del cielo, dejando completamente petrificado al digimon oscuro, al tiempo que un nuevo túnel aparece en medio de la nada - No... ¡No es justo! ¡No he terminado, no he terminado nononono! - El Digimon parece estar en perfecto estado y poder, sencillamente no puede moverse.


Si optan por seguir el nuevo camino que ha aparecido, podrán escuchar como las réplicas del Digimon continúan a la lejanía, hasta que, una vez dentro, los muros se cierren de nuevo, volviendo a reinar el silencio.

El cuerpo vencido cae contra el suelo produciendo una expectación máxima. Se está consumiendo en las llamas azulaceas de Gabumon dando un macabro espectáculo. Por alguna extraña razón el ambiente es recorrido por una sensación tranquilizadora pese a los agitados comentarios de Puppetmon. Mis ojos se posan fijamente en la sonrisa final que parece esbozar la marioneta. Mis rodillas se vencen levemente hacia delante por el esfuerzo emitido hasta ahora. Aunque haya sido Gabumon quien haya impactado contra la chica no consigo quitarme la sensación de tener mis manos cubiertas por una sangre invisible.

Con lentitud me aproximo hacia Gabumon, el cual todavía posee una mirada perdida y hostil. ¿Qué sucederá entre nosotros a partir de ahora? Cuando estoy a punto de decidirme a estirar el brazo para acariciar a Gabumon, Puppetmon lanza contra nosotros un ataque…Sin pensárselo dos veces, Gabumon se coloca delante de mí dispuesto a defenderme de la ofensiva. ¡¡Está incumpliendo su palabra y el Demonio siempre cumple su palabra!! Las manos empujadas a través de hilos avanzan hacia nosotros, una incontrolable ira inunda mis sentidos… Un inexplicable halo negro rodea la silueta de Gabumon,  todo es como aquella noche…

Pero entonces la estancia es recorrida por un rayo oscuro procedente de alguna parte y que paraliza a Puppetmon. –Vamos Gabumon, vámonos de aquí.-consigo articular con un hilo de voz. Agarro el bastón que me ha tocado en el juego y que quizás pueda servirme para algo más, de aquí en adelante. Luego acaricio levemente el hombro de Gabumon y comienzo a andar. Nuestros pasos suenan con cierto eco, de alguna forma si estas paredes enrojecidas pudiesen mostrarnos un reflejo, se descubriría que no somos los mismos que cuando entramos.

Un silencio impera en cada movimiento empujado por una inevitable sensación de incertidumbre. De fondo, como una melodía que se va perdiendo en la lejanía de nuestros pasos, Puppetmon sigue molesto vociferando que le hayamos engañado. Me pregunto qué le habrá llevado a Gabumon a cambiar en el último momento de objetivo. Conozco a mi compañero, y sé que su obstinación es una de las cosas que más me gustan en él. Pero su terquedad le lleva a cometer graves errores. Además, ha intentado protegerme tras el ataque final de Puppetmon, pese a que su expresión no se ha modificado lo más mínimo. ¿Qué estará pensando ahora mismo? ¿Deberíamos hablar de lo que acaba de suceder? No quiero perderle… por primera vez tengo miedo a algo… me estoy volviendo vulnerable, porque ya he perdido a alguien. Porque de alguna forma pensé que eso jamás podría pasar y lo ha hecho, sin más, sin que yo estuviese presente para evitarlo sin que hubiese una razón evidente. Sorpresa, sorpresa, está muerto.

Sé que me he excedido para que Gabumon sacase su rabia interior, le he incitado a odiarme y que se odie a sí mismo, pero él ha seguido a mi lado. Mi padre solía decir que el sol sale todos los días y nos brinda nuevas oportunidades. Los muros se han cerrado tras nuestros pasos y  a partir de aquí se nos ofrece una nueva perspectiva.

Gabumon…-mi voz ronca y rota se eleva por encima del silencio.

Mejor a salvo que arrepentidos-su mirada sigue puesta en el frente, sin dar tregua a que su expresión se relaje.

Mi ceja se alza tratando de descifrar el encriptado mensaje de mi digimon. Estamos colapsando lentamente, pero seguimos aquí aguantando en pie la tormenta. En estos momentos no hace falta explicar nada más. Este viaje solo tiene un posible camino y ese es siempre de no retorno.

Poco a poco, a cada paso efectuado por el nuevo camino que se ha abierto ante los ojos de ambos visitantes, hasta hace poco meros juguetes, el blanco suelo se va tornando en un color mas plateado, al tiempo que las paredes, van hilando mas fino a cada momento al tiempo que se tornan lentamente de tonos dorados, hasta formar decenas de telas, que tras pocos minutos andando ya cubren a modo de cortinas y entrelazados cada paso del mismo... El suelo además se halla cubierto por una larga alfombra de color rojo, y colgando de todas partes figuras y dibujos de bellos murciélagos rojos cuelgan de todos lados.

...

Tras unos pocos minutos mas, en los cuales han habido incluso sofás y algo de comida por si los invitados, al parecer ahora mas respetados, querían recuperar energías (En su decisión queda si aceptar la misteriosa ofrenda) una gran sala de la misma decoración se abre a lo largo y lo alto. Ahora cortinas de tonos negros y violetas cuelgan también de manera decorativa de cada resquicio del lugar, y en el centro, donde casi pareciera que debería haber un trono... en su lugar hay una enorme cama con cortinas que la rodean e impiden ver que hay en su interior...

- Bienvenida querida... Siento lo de antes, has ido a toparte con el mas infantil de nosotros, si bien no diré que con el mas caprichoso... - Tras aquella voz, completamente femenina y de sugerente tono, una risa melodiosa inunda toda la estancia, claramente perteneciente al mismo ser, acariciando los oídos de los presentes - He escuchado tantas y tan buenas cosas de ti... Y no todo el mundo supera las pruebas de Poppetmon. Por mas necio que resulte, hay que reconocer que su psicopatía cubre su clara ausencia estratégica... ¿Quieres sentarte querida? - Sin saber como, justo a ambos lados de la Tamer y su Digimon, sendos tronos han aparecido, parecen gozar de todas las comodidades, y de nuevo cuentan a su lado con una mesita que consta de una bebida indefinida y apetecible comida - Sientate - Lo que cualquiera podría captar como una orden, es recibido como la mas atractiva de las sugerencias por los presentes, quienes deberán hacer acopio de una gran voluntad si quieren ignorar dicho ofrecimiento - Eres bella... Mucho de hecho. No se como nadie me dijo eso, cuando es un detalle tan importante y... Aprobechable.

Una silueta se dibuja tras las cortinas que cubren la cama, poco se puede discernir por el momento de la misma, a excepción de que es "claramente femenina".

La decoración del camino ha cambiado drásticamente, por un momento invita a pensar que nos hemos alejado de las macabras estancias de la marioneta psicópata y nos estamos adentrando en un lugar más acogedor. Pero es demasiado pronto para que nos haya tocado el viaje a las Bahamas. Estoy segura de que en este concurso todavía nos quedan unas cuantas pruebas que superar antes de llevarnos el premio. Gabumon se muestra desconfiado y examina con precaución las cortinas que cubren el túnel.

Se nos muestra un lugar con sofás y con una cálida recepción provista de comida para nosotros. Alguien ha pensado bien, sabe que estamos exhaustos. Lejos de elaborar intrincadas hipótesis acerca del estado de la comida y si es una trampa bien comedida, lo cierto es que comer en unas circunstancias como estas puede provocarnos la muerte. Estamos reventados, si recuperamos nutrientes estaremos lentos. Por no mencionar el supor que puede entrarnos después del desgaste de energías del juego de Puppetmon, relajándonos después de comer en un sofá. En cambio, sentarme aunque sean unos minutos en este mullido sofá ahora mismo lo encuentro como un regalo de los Dioses.

Desde mi posición contemplo el cambio de color de la decoración. Pero sin lugar a dudas, lo más extraño es la cama que parece conformar el eje principal de la estancia. Me acomodo más sobre el sofá apoyando la cabeza contra el mismo, Gabumon decide sentarse a mis pies. Pronto unas palabras de bienvenida llegan hasta nosotros. Decido levantarme para que sus palabras se hagan más audibles, acompañada por mi digimon. Es una voz tan provocadora que invita a dejarse llevar rápidamente. Pero las cosas nunca son lo que parecen, es una pena. Cuando de la nada aparecen los tronos, no tengo que pensarme dos veces sentarme en él. En cambio Gabumon está reticente a aceptar la invitación sin más. Es extraño porque nunca le había visto en el punto de incluso mostrarse a atacar a un mueble… Pero mi mirada se posa sobre las cortinas que dejar entrever que es una forma femenina la que nos habla.

Todavía es muy pronto para que elija a un favorito de mi visita al Valle de los Demonios, pero tengo que decir que tu bienvenida está siendo muy exquisita.-Tomo del cesto un ramillete con dos cerezas, luego coloco mi codo sobre el reposa brazos-Hacía tiempo que no estaba en un lugar tan cuidadosamente decorado, te felicito. Supongo que si has oído tanto de mí, conocerás mi nombre. Aunque nunca está de más que me presente. Soy Ada Hunter y he venido aquí en busca de respuestas.-balanceo el ramillete de las uvas, tomo una con mis dientes y la arranco. La dejo ahí durante unos instantes y después la coloco sobre el reposa brazos. Supongo que Gabumon y yo somos dos piezas, como dos tiernas cerezas a las que ya les han dado un bocado. Me pregunto si finalmente conseguirán roer nuestro hueso…

Nota: como no sé si Gabumon ha podido superar la fuerza de voluntad para sentarse en el trono, lo he dejado en el aire a tu decisión.

La comodidad invade el cuerpo de la humana en cuanto toca el asiento que le es ofrecido, es por ello que en un primer instante no llega a percibir nada extraño...  La voz que susurra desde su "trono" marital, aún cubierta por las cortinas, se vuelve a cada segundo mas sugerente, mientras sus siguientes palabras salen como seda a través de sus labios - Si, te conozco humana... Y no te preocupes, mis "juegos" distan mucho de ser como los de ese niño de madera sin autocontrol - Al reír tras aquellas palabras, cada variación en su tono llama a ser degustado, cuando se detiene, el deseo de volver a escuchar su voz crece con rapidez - Los nombres nunca han sido importantes, solo aquellos con suficiente poder pueden cambiar algo, pero son mas fáciles de olvidar que las acciones realizadas por sus poseedores... Y sin embargo, ¿Quien puede olvidar un rostro cuando el trauma lo graba en su mente? Creerás estar haciéndolo, pero sin embargo no te será difícil soñar con el si tu mente lo permite...

Las palabras de la dama misteriosa, pronunciadas a lo largo de una melodía que suavemente adopta forma de nana, invitan a los presentes a relajarse aún mas... El Digimon se ha negado a tomar asiento, pero eso no parece molestarla, o como mínimo así no lo muestra - Pero estoy desvariando, y tras todo lo ocurrido debes de sentirte confusa... Así que cambiemos de tema... ¿Que tal si hablamos de tus deseos? - Pese a las cortinas que la cubren, gracias al tono de su voz puede intuirse una seductora sonrisa presente en ese instante en su rostro - ¿No crees que los deseos deberían ser lo mas importante para cualquier ser junto al placer? Sin ellos la vida se encuentra carente de sentido, y cuando nos son retirados, surge el verdadero ser que en nosotros habita con tal de recuperarlos... Es algo que he aprendido con el tiempo, y créeme, no quisieras conocer mi faceta oscura cuando se me niega aquello que deseo... - Las cortinas se apartan ligeramente, no lo suficiente como para ver que hay en su interior, pero si para que dos piernas surjan de entre las mismas, cruzándose para adoptar una posición de cuerpo sentado, su piel es clara, sin llegar al punto de la porcelana, y parece suave y fina... Una mano surge tras las mismas, acariciando piel contra piel con el mismo ritmo y suavidad que las palabras de la media silueta - Dime preciosa... ¿Cuales son las cosas que ahora mismo deseas?

Es ahora, cuando la última pregunta del demonio reactiva la mente de la violinista, que esta puede percatarse de algo que hasta ese entonces había pasado en parte desapercibido, pues pese que ahora se percata que en todo momento se estaba dando cuenta de ello, nada ha hecho su mente por avisarla de la acción reflejo... El trono está mucho mas cerca de la cama, a casi dos escasos metros, y ella tiene las manos cubiertas de jugo frutal, producto de haber tomado varios de los frutos que, tras las cerezas, ha consumido sin pensar... No hay malestar, de hecho como si de magia se tratara, su cuerpo se siente como nuevo.

OFF:

Una sonrisa surca inmediatamente de mis labios escuchando cómo juguetean sus palabras dentro de mi cabeza. Mi entrecejo se arruga levemente cuando se refiere al concepto de “trauma”. Varios son los motivos que hoy me arrastrado hasta donde estoy, pero ni siquiera con esa boquita de miel pienso permitir que se me hable de esas cosas. Y por dos segundos mi cabeza hace un stop, como una llamada de atención desesperada. Mis pupilas se dilatan pero poco después vuelven a la normalidad, apaciguada por la sensualidad de sus palabras. Me recuesto todavía más en la butaca que se me ha ofrecido. No puedo explicarlo pero una extraña sensación reconfortante recorre mis entrañas. Sonrío con malicia mientras apoyo un codo sobre el reposabrazos y apoyo mi cabeza, ladeada, sobre mi mano. Al final todo colapsa mi tiempo. ¿Qué trampa es la que me espera ahora? Muerdo mi labio inferior en cuanto escucho la palabra “deseos” de su boca. Asiento en silencio esperando con ansías a que termine de hablar para poderle responder.

Por lo que me preguntas yo prefiero llamarlo voluntad. Y no puedo estar más de acuerdo contigo en apuntar que ésta debe ser siempre un placer.-saboreo lentamente una cereza- Como el tierno caramelito que se derrite en tu boca, primero amargo y ácido como un mal sueño para finalmente deleitar tu paladar con una dulzura extrema.-Me sorprendo a mí misma relamiendo mis dedos de un jugo frutal. Observo que a mi lado han desaparecido las uvas con las que hace apenas unos minutos he estado jugando. Me las he comido sin pensar. Veo el reflejo de sus manos acariciando sus piernas, todavía ocultando su identidad.-Por donde empiezo, mi lady… tengo deseos terrenales, deseos etéreos e incluso un deseo que se excede de las normas que conocemos entre la vida y la muerte.-suelto una risita infantil ¿por qué he hecho eso? Me he dejado llevar por la emoción que recorre mi piel al hablar de cosas secretas y excitantes. A cada deseo que enumero chasqueo los dedos desde mi butaca-Mi deseo más terrenal es encontrar respuestas acerca de la oscuridad que habita en mí. Mi deseo etéreo cumple con tus palabras… quiero que los demás vean de lo que son capaces de desear y…lo hagan suyo. –Una pausa no premeditada hace que mi expresión se contraiga por unos segundos. En dicha pausa me hago consciente de la cercanía repentina en la que me encuentro de la cama. Estoy mucho más cerca de la voz encantadora, recuerdo perfectamente que he sido yo quien ha anhelado esto pero…Pronto comprendo que no puedo detenerme ahora que he empezado la frase.-Mi último deseo, sería verle regresar. –mis ojos se entrecierran en una expresión taciturna. Cruzo las piernas y doy unos leves toquecitos al suelo con mi nuevo “bastón”.-Me dedico a hacer realidad los sueños de los demás, ¿tan malo sería que alguno de los míos se hiciese realidad?

Gabumon se acerca a mi posición y me mira con ojos desconfiados. Puedo deducir de su expresión que está confuso con lo que está pasando, aunque no entiendo muy bien el por qué. Esto es lo más cercano que estaremos de casa en mucho tiempo ¿por qué no aprovecharlo? Gabumon me muerde la mano a lo que profiero un grito y le doy un manotazo instintivo. Pero de alguna forma, ese mordisco me mantiene algo más consciente del presente. Estamos en el Valle de los Demonios, estamos en un cuarto agradable con un…¿digimon? que se espera algo de nosotros. Sonrío y parpadeo con inocencia en dirección a la silueta femenina.

La silueta tras la cortina se mantiene canturreando suavemente una tranquila canción mientras la joven responde a sus preguntas, sin interrumpirla, prestando atención a lo que dice... Para finalizar riendo cuando su Digimon la muerde en la mano - Al parecer os falta algo de sinergia... - Con su cuerpo casi tocando las translúcidas cortinas que la cubren de ser vista, las cuales parecen no impedirla ver a los allí presentes, su rostro comienza a ser distinguible; Claramente humanizando, de bellos rasgos y maliciosa sonrisa, acompañados de una sensual mirada de parte de sus almendrados ojos. Por como se dibuja el resto de su silueta parece no llevar nada mas tras su cobertura, pese a lo cual, varias siluetas aún no demasiado distinguibles brotan tras su espalda - Quizás resulte extraño que yo lo diga, pero tus deseos son nobles, incluido el de entender la oscuridad que habita en ti. Y por favor no me malinterpretes, no hablo de la aburrida nobleza que casi todos los estúpidos seres de este mundo parecen querer defender, no... Tienes los deseos y sentimientos de un paladín oscuro, aunque aún eres solo un pobre bebé en pañales.

Cruza las piernas, atrapando con ellas parte de las cortinas que las cubren, tras lo cual, con un fugaz e inesperado movimiento hace que las anillas que sujetan estas mismas en las alturas caigan sobre ella... En dos segundos muestra su rostro y parte de su cuerpo, mientras el resto del mismo se ve envuelto "mágicamente" por las cortinas que han descendido sobre ella, sin mostrar gracias a ello ningún detalle "indecente" si bien, marcando su figura por completo.

Apariencia:

Ahora complétamente visible, bosteza, llevándose una mano al rostro, la cual se encuentra complétamente recubierta por un guantelete, mientras con la otra continúa acariciando sus piernas, antes de centrar su atención nuevamente sobre los invitados - Disculpad... Tiendo a relajarme demasiado ya que normalmente no hay nada que suscite en gran medida mi interés - Se levanta de la cama, caminando con paso felino los dos metros que la separan de la humana mientras sujeta con su "mano desnuda" las telas que la cubren. Una vez al lado de la joven, se inclina sobre ella, mirándola de arriba a abajo con una sonrisa entre pícara y curiosa en sus labios - Dices que quieres verle regresar... ¿Que darías a cambio de que eso se hiciera realidad?

Las cortinas recubren su cuerpo de una forma más que sugerente. Muerdo mi labio con inquietud ante tal visión y comienzo a juguetear con mi pelo. Finalmente se levanta para inclinarse sobre mí, siento su aliento como si fuese el aire que alimenta aquello que deseaba tener oculto entre mis pensamientos. Pero no es solo ahí donde lo he enterrado, ni de donde lo he deseado desterrar. –Irresistible ¿verdad?-Enfrento mis ojos llenos de deseo con los suyos.-Por tus palabras he creído deducir que me conoces y has visto lo suficiente de mí. Siendo así, creo que no hará falta explicarte el sueño que inicié junto a él. También eres capaz de leer entre mis sentimientos ¿cierto, mon cherie?-cierro los ojos y junto las manos como a modo de oración-Podría prometerte cosas imposibles, ya sabes, ¿qué persona enamorada no se endeuda hasta que los huesos se le hacen cenizas por recuperar a su ser querido? Pero una de las dos saldría muy mal parada.-Abro los ojos nuevamente esbozando una expresión relajada y traviesa.-No ha debido ser la primera vez que han intentado engañar a tu provocador corazoncito. Todos sabemos cómo terminan esas historias…-ruedo los ojos y hago un amago con la mano mostrando condescendencia.-Si fueses tú quien me lo trajese de vuelta…ensalzaría tu nombre por todo el Digimundo. Tocando especialmente una canción que compondría para ti y que te permitiría ser recordada durante siglos. Algunas leyendas son contadas desde la victoria hasta que muerden el polvo.-Mi voz denota pasión, con suavidad tomo su mano y la beso antes de proseguir.-Tu humilde trovadora no permitiría eso. Desde tu trono de sedas y telas endulzadas podrías comprobar cómo se extiende tu reino en los corazones de humanos y digimons.

La sonrisa de Lilithmon se va ampliando por segundos ante las palabras de la joven, llegando a abrazar a la misma mientras ríe entusiasmada del trato que parece ofrecérsela, sin pensar ni un solo instante en que sus encantos, ahora contra la muchacha, puedan resultar "incómodos".

- Bien, veamos que puedo hacer - Se aparta, besando sin pedir permiso la mejilla de la violinista, sello de un pacto, caminando tras ello en círculos con los ojos cerrados, mientras un aura oscura rodea su cuerpo por completo, la realidad parece distorsionarsea  su alrededor, todo se oscurece mientras de sus labios salen varios cánticos que nadie puede entender... y entonces todo se corta de golpe, de tal manera que es fácil comprender que algo marcha mal incluso para meros mortales -  ¿Que...? - Por unos segundos la demonio mira colérica a la muchacha, como si algo en ella la hubiera irritado por completo... pero luego parece tranquilizarse, llegando a adoptar incluso una mirada de cierta pena.

- Me temo que lo que has pedido está fuera de mis límites... No en poder, si no en condiciones. Mas no puedo decir - Su voz vuelve a ser suave, dulce, irresistible... Y se acerca hasta la muchacha para abrazarla y acariciar su cabello -  No soy uno de esos demonios que hacen pactos plagados de trampas... Con un pago acorde el premio debe de serlo también... No pretendo que me entiendas, pero en algún momento lo harás, entonces, recuerda lo que hoy me pedistes.

Se aleja y camina hasta sentarse en la cama. Su sonrisa pasa de ser comprensiva a en exceso lujuriosa mientras observa a la joven Ada, deslizando uno de sus dedos por las cortinas que se desprenden ligeramente, sin llegar a mostrar nada demasiado "inadecuado" pero si sugiriéndolo -  Ahora bien, si no puedo tomar un pacto con ese deseo... Quiero un pago, pues aunque no lo sepas me has engañado... Tienes dos opciones, te nombraré la que creo que mas aceptable te parecerá, y si no logras cumplirlo -Se relame mientras su dedo continúa deslizándose -  Creo que no hace falta decir mucho mas... Ahora bien, quiero una canción, aquí y ahora, una que nunca antes hayas tocado ante nadie, quiero una letra virgen... A cambio de no cobrarme esto mismo.

Explicación:

OFF: Espero estar a la altura de lo que se me pide >.<


¿En qué momento ha subido la temperatura? Desabrocho mi chaqueta para quedarme en una camiseta negra de tirantes. Repasemos, ¿esto ha ocurrido cuando me ha envuelto en un abrazo improvisado y nuestra “piel” ha estado sometida, la una contra la otra? ¿Habrá sido cuando sus labios han acariciado mi mejilla? Pero también ha podido ser cuando su mirada de odio infinito estaba dispuesta a atravesarme sin piedad… Luego ella ha recorrido mi cuello con esos dedos tan suaves como la seda, entrando en contacto directo nuestros cuerpos de nuevo. Y así es como hemos llegado a la situación actual. Hago el amago de abanicarme con una mano, estudiando inquisitivamente su propuesta.

No es que tenga grandes motivos para desconfiar en la palabra que podría ofrecerme una demonio. Tengo los antecedentes de Puppetmon y mi maravilloso bastón. Pero es que resulta que esta digimon se piensa que quien la ha engañado he sido yo. Paso una mano por mi cara ensombreciendo unos segundos mi expresión. Yuri está muerto, ¿por qué no lo ha resucitado? ¿ha quedado en el limbo? Joder… he venido aquí en busca de respuestas y no de más preguntas. Deslizo con lentitud la mano por mi cara y cambio la expresión por una más traviesa. “Algún día lo entenderás…”

Pero ahora lo que entiendo es que si no cumplo su deseo, ella se tomará mi deseo por su mano. Mi cuerpo ha de sentirse libre de elegir quién es capaz de hacer vibrar su maquinaria y no por medio de la estimulación que complace a los sentidos salvajemente. Si hoy hubiese venido a buscar algo como eso, sería muy distinto. Pero esa primera vez… es mía, solo a mi voluntad le corresponde dejarse llevar saltando de nota en nota. Arpegiando los sonidos más profundos y secretos de mi ser, para terminar complaciendo aquellos más graves de mi amante.

Desenfundo mi violín dedicándole una mirada lasciva a la digimon. Espero que sepa qué es lo que ha pedido, porque lo único que necesita un artista es un clima propicio, una musa y mucha pasión. No hay nada en esta sala que me impida disponer de todo eso. Por supuesto que será la primera vez que se llegue a tocar algo parecido, no es el estilo al que acostumbro a excitar en vibración a mis notas… Tomo el arco adoptando una postura única con mis dedos, como si estuviesen exhibiendo una provocación.

Nunca más volverá a ser tocada para nada ni nadie, será la única manifestación de mi deseo por ti.-tras esto, sólo música.

(…)

Las notas saltan bellas en su expresión dulce y juguetona como si no deseasen reposarse a descansar. De fondo, todo parece estremecerse y producir una sensación angustiosa. Una de ellas parece ir rezagada con respecto al resto, se está alejando de las demás. Está quedando sola, al compás de una decadente marcha que por momentos, invita a pensar en que algo más está por llegar.  A su encuentro sale otra nota zozobrante y ladina que comienza a perseguirla con gran ahínco, corriendo a la velocidad vertiginosa de mis dedos. Un silencio que quiebra es antecedido de la gran entrada.

El arco se extiende con una majestuosidad salvaje sobre el puente, pues nada dura eternamente. Unos violentos quejidos proferidos por mi violín, invitan atonalmente a un descenso hacia lo más profundo del abismo. La nota está cayendo y llorando sin remedio a ser ayudada. Pero pronto los compases se tiñen de un carácter frenético, la nota perdida ya no está asustada, se está enfrentando con aquella que había salido a su encuentro. Una melodía cargada de contrastes las acompaña con tensión y amargura. La segunda nota está creciéndose, acorralándola, hasta que termina por fundirse con ella. Los quiebros del arco marcan la resistencia que, hasta cierto punto, intenta emitir la pobre nota dulce y bella. Los compases parecen sucederse sin llegar al fin hasta que culmina con un interrogante. ¿Es este el fin? Parece querer saber.

Una relativa calma, en la que la nota bella es protagonista invade los sentidos. Como una dulce caricia que darías al más preciado y delicado objeto de deseo, que hace que enseguida quieras buscar otra, es la sed que no se apaga nunca. La bella nota baila con curiosidad por encima de una melodía sugerente que va avanzando hacia un terreno prohibido. Pero pronto se muestra el carácter que ocultaba la no inocente nota. Está llamando a su captor, está brillando ella sola con descarada e ilícita provocación. Una vez fue joven y se dejó atrapar… cuando el captor regresa, provocado y hambriento, se dirige hacia ella con fervorosa pasión. La nota es ahora quien le domina, ha caído dentro de su juego oscuro. Un sonido pasional y macabro relata una seducción impura, que quiere llegar hasta donde nunca se ha llegado. La nota captora parece sufrir por unos instantes, pero media semicorchea después, está ahogando sus gritos desenfrenados de placer. Así parecen sucederse los siguientes compases donde ya no se distingue cuando grita el uno y cuando la otra está vibrando en sus excitante carrera.  

La música sigue sonando a modo de conclusión. El violín parece estar gritando mientras una melodía recuerda que lo puro puede volverse oscuro y que lo oscuro puede languidecer ante las perversiones de la inocencia. Vuela el tiempo descosido por la imperiosa sensación de éxtasis que se alcanza cuando ambas partes se fusionan en un arpegio armonioso y decadente. Es una melodía poderosa, que toma brío en sus contrastes extenuantes que disponen a deleitarse en cualquier oído. Reproduciendo una sensación malsana que termina en un recuerdo completamente inmoral. Cuando el crescendo, que no era perceptible parece estar llegando a su cúspide, un nuevo interrogante se desgarra de las cuerdas del violín. ¿Quién podría resistirse?

La reina demonio se mantiene expectante en la canción que la es otorgada... Humedece sus labios y se recuesta con los ojos cerrados mientras dura, dispuesta a disfrutar la melodía que lentamente comienza a llenar la estancia. No hace ni dice nada mientras la misma perdura, y en cuento esta termina abre lentamente los ojos, volviendo a su posición inicial, con las cortinas algo mas descuidadas.

Finalmente sonríe, aplaudiendo con lentitud tras ello mientras muestra completa satisfacción en su rostro - Siempre he querido que alguien ajeno al típico prototipo de patán me dedicara una dulce tonada... Y tengo que decir que la tuya ha cumplido y superado todos mis deseos Ada. La recordaré por siempre, es una promesa - Tras sus palabras abre de nuevo los labios, dejando fluir un seductor suspiro mientras acaricia su rostro pensativa... Unos pocos segundos mas tarde parece haberse decidido, y con un sutil gesto de mano invita a la humana a sentarse a su lado, como siempre, pese a su delicadeza, parece ser una orden implícita.

Espera a que se decida si hacerla caso o no, y luego sencillamente soonríe, mirándola a los ojos desde escasos centímetros - Como me ha agradado, responderé a tus preguntas... Oh, y no hace falta que digas nada, hay una que no puedo contestar, pero trataré de ayudarte en todas las demás ya que tu pago ha sido mas que acorde. Pero antes de nada, recuerda que esta es solo mi canción ahora... Si la tocaras de nuevo, podría ir a buscarte para cobrarme un nuevo pago bien distinto - Pese a ser una clara amenaza, la miel de sus palabras hace que resulte casi un alago, un seductor piropo, quizás por que en parte el deseo se halla implícito en las palabras que emite - Ahora bien... No deberías preocuparte tanto por tu oscuridad, puedo ver que la persona a quien deseas volver a ver ya te puso en el buen camino... Tu maestro es la Soberbia, lo cual resulta cómico, pues eludiste su encuentro al abrir el cofre del demonio, habiéndote llevado directamente hacia el del del Dios. su nombre es Lucemon, y es el Digimon que representa a la Soberbia. Por otra parte, algo me dice que volveremos a vernos en relativamente poco tiempo, quizás no sea yo, pero al mismo tiempo así será. - Extiende su mano hacia la joven, y una esfera oscura aparece en la misma, al colocarla sobre la mano de la humana, es como si esta la absorbiera, haciéndola desaparecer - Es un regalo a cambio de tu fidelidad... No llores paladín oscuro, todo el dolor que te aflija tarde o temprano desaparecerá

Lentamente termina de inclinarse sobre la muchacha, mientras las cortinas que la cubren se libran de toda tensión, deslizándose hasta el suelo, mientras toda la estancia se oscurece y nadie parece ser capaz de moverse, la toma de la mejilla y besa directamente sus labios, al tiempo que todo se vuelve sombras... La sensación de la húmeda boca del demonio, tan placentera como cabría esperar o mas, desaparece junto al resto de las cosas, y cuando la luz comienza a volver, humana y Digimon se hallan en una sala completamente distinta. No hay paredes suelo o techo, es como si estuvieran andando en medio de la nada, iluminados únicamente por una llama de tonos violetas que flota varios metros por delante suya. De todos y de ningún sitio, la voz de Lilithmon puede escucharse en su clásico susurro seductor.

Agacho la cabeza a modo de reverencia, con una sonrisa entre los labios, tras escuchar que le ha agradado mi canción. Es la creación más intensa y bella de tocar que haya podido interpretar en un largo tiempo. Dicen que los compositores dejan parte de su alma cuando ofrecen una de sus obras al mundo. Pero si me preguntasen, creo que en esta ocasión ha sido como describir el más bello y excitante de los paisajes existentes. Guardo mi violín en su caja viendo de reojo cómo la digimon me invita a sentarme con ella en su cama. No todos los anfitriones te permiten entrar en un sitio tan privado como su alcoba… me siento a su lado con decisión mientras se curvan mis labios. Cruzo las piernas y espero educadamente a sus indicaciones, me consta que esto tendrá su por qué cuando el pacto ya ha quedado explícitamente detallado.

Me llevo el dedo índice a los labios y niego ante la posibilidad de volver a reproducir semejante pieza musical. Nadie a excepción de ella podría comprenderla, además le he entregado mi deseo ¿qué sentido tiene mostrarle esto a otro? Mi rostro se endurece tras escuchar las interesantes respuestas que tiene Lilithmon para mí. Mis ojos se abren de golpe por unos instantes, al absorber la esfera oscura que me entrega. Sé que no puedo comprenderlo, pero siento que posiblemente sea uno de los mejores regalos que me hayan podido hacer en mi vida. Y como un milagro del placer, se abalanza sobre mí para besar mis labios sin tiempo a reaccionar. ¿De verdad lo habría hecho o me habría dejado llevar igualmente?

Se terminó.

Como el espejismo de un lejano sueño, un terreno vacío a excepción de un fuego de tonos violáceos nos rodea. Se esfumaron las sedas y telas voluptuosas, desaparecieron los frutos paradisíacos y los mullidos sofás. Estamos de vuelta a la nada absoluta. Llevo mi mano hacia mi frente para revolver mis cabellos con una pequeña sonrisa. Mi ropa hecha jirones y los múltiples calambres que siento por todo el cuerpo me indican que todo esto ha sido real. Esta está siendo la experiencia más demente a la que me he enfrentado nunca. Pero sigo en pie ¿no?

Con un andar un poco espasmódico comienzo a caminar seguida por mi digimon. Miro que estén todas mis pertenencias conmigo, incluido el bastón de nueva adquisición antes de marcharme. Esbozo una sonrisa cansada tras las palabras de Lilithmon difuminadas en el ambiente. Esta aventura todavía no ha llegado a su final. Llevo mis manos hacia lo que deberían ser los maltrechos y agujereados bolsillos de mi chaqueta, luego lentamente inicio rumbo hacia el lugar del que procede la extraña luz de tonos violáceos.

¿Vamos a volver?-pregunta Gabumon en un tono que refleja confusión y no me extraña tras escuchar las palabras de Lilithmon. Mi expresión se cubre por una picardía notoria sin detener mis pasos.

Todavía no está claro que nos vayamos a marchar, Gabumon.-Le replico guardando cierto misterio pero también porque es la verdad.-Hemos aclarado bastantes dudas, si mis pasos vuelven a conducirme hasta aquí, no lo evitaré.

Lucemon…-la expresión del digimon se vuelve sombría y pensativa.

Todo a su debido tiempo, querido. Preocuparse nunca ayudó a nadie y tenemos cosas más importantes a las que atender ahora mismo.-tras comentar esto, el digimon decide adelantarse para caminar a mi lado y adoptar una expresión determinada.

Un extraño eco de las palabras emitidas por la violinista y su Digimon les son devueltas de todas y ninguna parte... El efecto, extraño en un lugar sin límite alguno, resulta completamente inexplicable, incluso fantasmagórico.

Todo permanece en tranquilidad y sin alteración alguna mientras se acercan a la llama púrpura que haya en medio de la nada, y cuando se colocan a su lado nada ocurre... Pero los sentimientos empiezan a variar, pues con solo mirarla fíjamente desde cerca, miedo y pasión, fuerza y debilidad, confusión y comprensión... Todo ello invade las mentes de aquellos que la observan detenidamente, hasta el momento en el cual, dos ojos aparecen en las llamas y les observan. Medio segundo mas tarde, la llama cae e impacta contra la nada, donde debería hallarse el suelo.

Un círculo de fuego se extiende con alocada rapidez alrededor de los presentes, se completa en un mero segundo, y con rapidez llamas empiezan a salir hacia el interior, dibujando bajo sus pies extrañas runas y símbolos... Un fogonazo y en cuanto pueden volver a ver, sobre ellos un símbolo semejante. las llamas se enlazan sin tocarles, y se estiran de golpe, formando una esfera rúnica flameante a su alrededor. Y una voz surge de la nada.


La esfera gira con humana y Digimon como centro absoluto de la misma, y lentamente ante ellos comienza a formarse una figura fantasmal, por el momento de forma indefinida.

Y aquí estamos. Abrazo mi cintura ladeándome hacia la izquierda teniendo a Gabumon posicionado a mi lado. Una extraña e incluso incomoda paz se instala en nosotros sin ser invitada. Nos quedamos justo en frente de la llama, esperando, pero como ocurre con la mayoría de las cosas que uno espera. Nada sucede o son decepcionantes. Cierro los ojos emitiendo un leve suspiro, cuando vuelvo a abrirlos un escalofrío se apodera de mi piel. Es el miedo que cada uno de mis huesos ha endurecido para no entorpecer a mis músculos al echarse a correr durante la persecución con Puppetmon. Una presión se está instaurando en mis oídos, es la pasión latente que brotaba de mi corazón al estar junto a Lilithmon. Una fina sonrisa escapa de mis labios, como si todo esto formase de una broma que solo puedo entender yo. Siento esa fuerza que he demostrado llegando hasta aquí, pero transformada en la debilidad de mis pies. Puedo mantenerme en pie, pero seguramente no lo haré hasta dentro de mucho.

Y por último está este lugar, es la nada y es el vacío de mi visita por el Valle de los Demonios. ¿Debería estar feliz de que esto parezca el fin? ¿Decepcionada porque he abierto más interrogantes de los que debo encargarme? Es como una canción problemática, porque la regla que manda es empezar desde el principio. No sé a donde voy a ir esta noche pero cada se me antoja más lejano ningún sitio parecido al hogar. Ese será mi camino a partir de ahora. Me llevo mi mano hacia mi ojo manchado por la oscuridad.

Unos ojos entre las llamas me devuelven la mirada…

Un espectáculo se abre ante mí, hay que tener cuidado con los deseos que se piden en la oscuridad. Las llamas han comenzado a rodearnos dibujando un extraño circulo que me recuerda en exceso a los rituales ancestrales que se recuerdan en algunos manuscritos de mi padre. ¡¡Fiummmmmmmm!! Tapo mis ojos y me doy la vuelta instintivamente, por curiosidad, abro los parpados con lentitud para averiguar qué ha pasado. Las llamas parecen estar bailando y una voz ha salido a nuestro encuentro. Tras unos minutos de confusión…¿podría ser que se esté presentando ante nosotros?… aunque no sea en alta definición, sino más bien como algo no uniforme…

He aprendido que la línea entre la vida y la muerte es muy fina, en algunos recovecos de este lugar casi podría decir que inexistente. Cuando la oscuridad ha jugado conmigo, he tenido que entender sus normas y hacerlas mías.-Comento entrecerrando los ojos y aludiendo a mi primer encuentro con Puppetmon- Pero has de ser justo en tus tratos como si una gota de tu sangre fuese sellada en cada uno de ellos-Mi expresión se dulcifica levemente al pensar en Lilithmon.-porque hasta la respuesta sin retorno, la muerte, puede ser revelada.-Desvío la mirada para pensar durante unos minutos mi contestación a la segunda pregunta-Ha cambiado la forma que tengo de concebir el mundo. Mis miedos infantiles no dejaban de ser como los de cualquiera, era otra de esas chicas que esperaba que cubriéndose con su mantita de Mickey Mouse desapareciesen. Pero una vez que entiendes la existencia de la oscuridad que habita en tu interior, que ves las heridas que las experiencias han dejado en tu corazón…  comprendes que no hay nada más aterrador que la nada. Es la soledad de tu esencia del plano existencial-Llevo mi mano nuevamente hacia mi ojo manchado por la oscuridad dejando entrever el mismo. Observo a las llamas danzando y moviéndose con un ritmo desacompasado.-Lo que me espera al salir de aquí, no es diferente de esto. Tan solo se cubre de distintas máscaras y mentiras. Mi voluntad está ligada a mi corazón, del cual ya solo penden resquicios oscuros. Mi violín está ligado a mi voluntad, que conectará con la revolución.-Mis palabras se llenan de resolución y pasión- El mundo necesita soñar más que despertarse, necesita un poco menos de esa luz sanadora de corazones frágiles y más de la oscuridad que conecte con quienes son realmente

El orbe de llamas gira con la elegida oscura como núcleo mientras esta expone todo aquello que considera haber aprendido en el transcurso de su viaje. A cada nueva palabra, a cada nuevo conocimiento expresado, llamas surgen a modo de lenguaje críptico adentrándose en la silueta sin forma, que lentamente va adoptando un aspecto mas humano, hasta que cuando la joven ha terminado de hablar, la oscuridad se disipa y ante ella, su propia imagen aparece.

Su imperfecto reflejo alza la mirada hacia ella y sonríe; Sus ojos son normales a diferencia de los que actualmente muestra la verdadera, por el resto y exceptuando la ausencia de suciedad y aparentar mas juventud, solo se diferencian en que la recreación va vestida con un uniforme escolar antiguo, es ella, pero de hace ya demasiado tiempo.

Observo expectante lo que las llamas están conformando, en silencio, en calma y en pie. Es la silueta de una joven, tiene mi estatura, mi complexión... es como… soy yo. Bueno más o menos, hace tiempo que no me veo así en el espejo. Acaricio mi rostro suavemente con expresión de fascinación. ¿Podré volver a reencontrarme de una forma tan directa con mi yo pasado en algún otro momento? Este instante es único. Temporalmente no ha pasado tanto tiempo pero si nos comparase alguien, sin conocernos de nada, podrían decir que venimos de eras diferentes. Efectivamente, no estarían equivocadas. Es posible que el mundo ahora mismo me esté recordando como esta visión en las llamas. Doy un paso hacia las llamas, con curiosidad pero también con expectación, jamás había contemplado nada similar. Alzo una de mis manos para ver si es capaz de imitar mis movimientos a tiempo real. Todavía me falta demasiado por comprender, demasiado por vivir- Pero pese a eso, soy capaz de sentir que esta Ada que está en frente de mí, está vacía. Le falta de todo.

Gabumon nos contempla con seriedad, puedo sentirle a mi lado. No solo estaría eligiendo una vida vacía pero llena de comodidades, también me estaría perdiendo al que probablemente sea el mejor amigo que haya tenido y tenga jamás. Gabumon sin la conexión con la oscuridad que guarda conmigo, no dejaría de ser un peluche algo resabio. Conozco de sobra su voluntad, es algo que puedo sentir desde el comienzo de todo. Ahora este es mi mundo, me pertenece y yo le pertenezco. Todavía queda demasiado por escribir para que me recuerden de un solo modo. Mi sueño solo puede comer de los pasos que ayer, hacen que estén forjando mi mañana.

La oscuridad y yo somos uno. Lo supe desde el primer contacto, fue doloroso al principio, pero nunca dudé, ni me arrepentí. Abrazo a la oscuridad que confió en mí. –ni mis palabras ni mi semblante reflejan dudas. Siempre supe que esto es lo que soy y nunca quise ser de otra forma.

La sombra etérea no sigue los movimientos de la violinista, después de todo, tal y como comprende al mirarla "No es ella" No al menos la que ahora se observa a si misma un tiempo atrás...

Mientras habla, habiendo rechazado volver al pasado, las llamas se tornan mas oscuras, hasta alcanzar un tono completamente negro, pese a lo cual su iluminación parece haber aumentado, causando efectos de color extraños en todas direcciones.


El fuego para de girar de golpe, al tiempo que la sombra humanoide estalla en silenciosa oscuridad que sencillamente se esfuma. Entonces y léntamente la esfera de llamas comienza a encogerse, con la elegida aún como centro de las mismas. Se detienen únicamente cuando están a punto de rozar la piel de humana y Digimon, tras lo cual, relucen con sombría intensidad, haciendo que todo aquello que la visión de ambos quede extrañamente cegada por ese fantasmagórico resplandor.


En cuanto la vista se recupera, el bosque inicial vuelve a mostrarse en todas las direcciones. La oscuridad y tenebrosidad del mismo es idéntica, mas ahora, parece menos perturbador de lo que unas horas atrás podría mostrarse. Y en el centro del mismo, dos figuras parecen haber salido del encierro en el cual se encontraban, libres al fin, con un nuevo e intenso poder latente en su interior, ensombreciendo en parte sus almas.

Permanezco de pie pese a que el fuego ha parado de danzar para nosotros, pese a que mi otro yo ha terminado por explotar y marcharse. Extiendo los brazos hacia los lados y reclino mi cabeza ligeramente hacia atrás con la boca abierta y los ojos cerrados. Siento la oscuridad a mi alrededor, soy consciente de su cercanía como si estuviese besando mi piel. Es la sensación más revitalizante que he tenido en semanas. La intensidad se está reduciendo, abro los ojos temiendo que sea un repentino adiós. Un resplandor nubla mi vista al instante escuchando de nuevo hablar al fuego. Muerdo mi labio inferior tras escuchar el mensaje, hasta terminar convirtiendo mi expresión en una pequeña carcajada, cayendo de rodillas contra el suelo.

Agacho la cabeza, el flequillo inunda mi rostro pero una sonrisa ha quedado impresa en él. Así transcurren unos minutos hasta que Gabumon tironea de mis ropas. Alzo la vista y me encuentro con que hemos regresado al bosque sobrecogedor que nos había dado la bienvenida al Valle de los Demonios. Lentamente, apoyándome en Gabumon decido levantarme retomando todas mis pertenencias. Alzo el bastón con el pomo de calavera para examinarlo mejor. Es la mejor prueba que tengo ahora mismo de que se me ha vuelto a conceder la vida.

Esta vez, mi paso ya no es acelerado como la primera vez que pasé por aquí. Con ayuda del bastón comienzo a caminar saboreando el paseo. Me gusta su quietud, me gusta su silencio absoluto, me pacifica su inquietante presencia. No, no puedo regresar a casa, ni cuando termine mi existencia, ni siquiera en ese entonces lo haré. El sol más abrasador al que iré a morir será una esfera negra de oscuridad. Siento cómo me empieza a quemar ese sol, pero es muy pronto todavía para que sus destellos me consuman. Y de repente… ¡¡PLAF!!

Gabumon ha caído de bruces contra el suelo, no puede continuar.

Me agacho para recogerlo y tomarlo entre mis brazos, pero cuando estoy de cuclillas unas fuertes migrañas taladran mi cerebro ganando terreno a mi cordura. Todavía hay cosas de mi oscuridad que escapan a mi dominio… que solo dependen de mí. Sigo recorriendo el camino, Gabumon en mi brazo derecho y ayudándome a continuar, mi buen bastón suministrador de vida.

Este es el mundo que tú yo soñamos ¿verdad? Nuestra pesadilla antes de Navidad…-le susurro a Gabumon, los dolores de cabeza aumentan mermando cualquier capacidad simple- ¿Dónde está Jack? ¿Volverá?-Mis pasos siguen implacables hacia el horizonte.