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Cómo conocí a tu madre
Mundo Digimon :: Mundo Humano (Japon) :: Región de Kantō :: Metrópolis de Tokio :: Monte Fuji :: Cabaña de Kenshi
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Cómo conocí a tu madre
*13 años en el futuro*
Me encuentro en casa, sentado en una cómoda silla con un vaso de agua en una mano. Frente a mi esta una jovencita de cabellos anaranjados que viste un vestido y un sombrero de piloto, ella era mi hija Freyja sentada en un sofá con Ryudamon durmiendo en su regazo. Los demás Digimon deben estar haciendo aseo en la casa o ayudando a Zayyn a hacer la cena, asi que aprovecho estos momentos con mi hija para relatarle una historia.
-Hija, pon mucha atención ya que creo que es hora de que te cuente la historia de cómo conocí a tu madre...-
*Hace más de un año*
Es mediodía en el Monte Fuji, el cielo esta nublado y la temperatura desciende poco a poco, el invierno acaba de empezar y ya están anunciadas nevadas para mañana. Eso significa que es el último día en el que las abejas pueden recolectar todo el polen que puedan antes de comenzar a invernar.
Ese día me tomo mi tiempo antes de salir al exterior. Hago mi entrenamiento matutino extra largo y tomo un desayuno contundente, todo por la misma razón de darle mas tiempo a las abejas.
Vivo en una cabaña en medio de un bosque a las faldas del Monte Fuji, a unas dos horas de Tokio y vivo rodeado de colmenas y flores, mi trabajo, vendo miel y arreglos florales, pero en invierno mi faena se congela temporalmente. Lo único que puedo hacer ahora es recoger flores de mi jardín, recolectar semillas y algunos vegetales de mi pequeña huerta, es la última oportunidad que tengo para hacerlo.
Han pasado ya unos meses desde mi encuentro con una extraña criatura que desapareció frente a mis ojos dejando atrás un enorme huevo del que salio una pequeña criaturita insectoide a la que llamo Plutón, mi Digimon quien ahora esta en nivel bebé II, es una bolita de carisma que cree que soy su padre, una nueva experiencia bastante interesante.
Kenshi Haibu
Edad PJ :
21
Edad User :
29
Digienergia :
2843
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
-Digivice Burst
-Espada Suchīrusutingu
-Espada Suchīrusutingu
Re: Cómo conocí a tu madre
Un portal se abre en mitad de un bosque, en Japón, y de él sale una gran moto, rápida y rugiente, sobre la que estamos sentados Ráthalos y yo, él delante, como siempre, y yo agarrada a su cintura. La velocidad hace que mis largos cabellos revoloteen hacia atrás como si fueran látigos. Desde luego, cuando tenga tiempo, pienso cortarlos, ya que no lo hago desde hace mínimo siete años, y es por eso que estan mal saneados y tan largos que fácilmente pueden llegarme a los tobillos. Por suerte, antes escapar me había dado tiempo a hacerme una maltrecha trenza, que al menos hacía que el pelo pareciese mas corto y no se enredase con cualquier cosa. Otro detalle a destacar de mi aspecto, es la sangre seca que manchaba los pantalones blancos y la camisa de fuerza de la que había logrado liberarme... Malditos humanos.
- Zayyn.
La voz de Ráthalos me hace mirar hacia delante, en donde, a unos metros, un pelotón de japoneses de DATS nos esperaban, con sus compañeros digitales incluídos. Gruño con gravedad, irritada, pero le cuento a mi compañero mi plan: Era inevitable separarnos, de esa forma, esos hijos de puta tendrían menos posibilidades de cazarnos, y yo ya había demostrado que sabía cuidar de mí misma. De modo que, antes de chocar irremediablemente contra los agentes de DATS, Ráthalos hace derrapar su motocicleta, quedando de lado frente a los "policías". Yo me acuclillo sobre mi asiento, y con un brillo asesino, desenfundo mis espadas, rebano con ellas la cabeza de uno de los humanos, y seguidamente salto por encima del cadáver para continuar escapando. El grupo de humanos acaba sorprendido y a la vez aterrado, pero pronto se reponen y van en pos de los dos, ya que mi Beelzemon ha seguido de largo también por otra dirección.
Dejo escapar una suave carcajada mientras corro y envaino de nuevo mis armas. Los dos colgantes que penden de mi cuello revolotean también hacia atrás, pero eso no me hace detener mi carrera. Atravieso el bosque, con el digisoul activado para aumentar mi velocidad. Ni muerta voy a dejarme atrapar de nuevo por esa panda de capullos, no voy a estar otros siete años encerrada en una celda, a la espera de una mínima vía de escape. Sin embargo, algo detiene de golpe mi carrera cuando pasan unos cuantos minutos: un graaaan abismo sobre una especie de lago con cascada... Muchas rocas y agua profunda, no era raro que me lo pensara dos veces, una caída así podría matarme... Pero antes muerta que en garras de esos humanos.
- ¡DETENTE!-la voz de un agente de DATS cercano resuena a mi espalda, acercándose inevitablemente. Eso me hace ser dueña de mis acciones de nuevo, y permitirme saltar, con un desgarrador grito rompiendo el silencio del bosque...
La caída es como me la esperaba, abismal, aterradora y engullente. Puedo sentir palpitar mi corazón, también noto como el tiempo se detiene, antes de que mi cuerpo rompa la frágil superficie del agua y se sumerga en las profundas aguas. El choque provoca olas que me empujan, y que a cada segundo me atontan más. De repente, notó un fuerte golpe en mi espalda, me he dado con algo, justo en la cicatriz que me hice en Rusia con quince años. El dolor me hace tragar agua, pero eso no me impide nadar con insistencia hacia la superficie. Ahora que he escapado de DATS, mi objetivo es sobrevivir a la caída, al agua que me arrastraba y que trataba de hundirme... Tras unos largos minutos de lucha, mi cabeza vuelve a romper la superficie, surgiendo. Toso con fuerza, lucho por respirar, y nado para escapar. Después de una pelea intensa por mi vida, consigo acercarme a la orilla, y salir del agua, volviendo a toser y vomitando agua. Mis jadeos se intensifican, pero estoy contenta, al menos he sobrevivido, ahora debía continuar mi huída y buscar un lugar en el cual esconderme... Después de una breve mirada al lugar por donde me tiré, me interno en una nueva masa de árboles, tambaleante, con multíples heridas en las piernas y en los brazos que sangran y que empapan la ropa blanca de loquero que llevaba... Debí de haberme cortado con las rocas del lago.
- Pfff...-resoplo, mientras voy dando tumbos por el bosque. No se cuanto tiempo pasa, después de un rato, el tiempo se me hace algo sin importancia, algo insulso. Sin embargo, la espera da sus frutos, pues pronto veo a lo lejos lo que parece ser una cabaña, rodeada de un colorido jardin... Las ventanas despiden luz, lo que significa que alguien vive en su interior. Podría entrar por la fuerza y matar a quien viva, pero estoy débil, y no sé a quien podría enfrentarme. La experiencia me ha hecho más cauta y desconfiada, así que de momento, mejor observar desde la lejanía, entre la sombra de los árboles...
- Zayyn.
La voz de Ráthalos me hace mirar hacia delante, en donde, a unos metros, un pelotón de japoneses de DATS nos esperaban, con sus compañeros digitales incluídos. Gruño con gravedad, irritada, pero le cuento a mi compañero mi plan: Era inevitable separarnos, de esa forma, esos hijos de puta tendrían menos posibilidades de cazarnos, y yo ya había demostrado que sabía cuidar de mí misma. De modo que, antes de chocar irremediablemente contra los agentes de DATS, Ráthalos hace derrapar su motocicleta, quedando de lado frente a los "policías". Yo me acuclillo sobre mi asiento, y con un brillo asesino, desenfundo mis espadas, rebano con ellas la cabeza de uno de los humanos, y seguidamente salto por encima del cadáver para continuar escapando. El grupo de humanos acaba sorprendido y a la vez aterrado, pero pronto se reponen y van en pos de los dos, ya que mi Beelzemon ha seguido de largo también por otra dirección.
Dejo escapar una suave carcajada mientras corro y envaino de nuevo mis armas. Los dos colgantes que penden de mi cuello revolotean también hacia atrás, pero eso no me hace detener mi carrera. Atravieso el bosque, con el digisoul activado para aumentar mi velocidad. Ni muerta voy a dejarme atrapar de nuevo por esa panda de capullos, no voy a estar otros siete años encerrada en una celda, a la espera de una mínima vía de escape. Sin embargo, algo detiene de golpe mi carrera cuando pasan unos cuantos minutos: un graaaan abismo sobre una especie de lago con cascada... Muchas rocas y agua profunda, no era raro que me lo pensara dos veces, una caída así podría matarme... Pero antes muerta que en garras de esos humanos.
- ¡DETENTE!-la voz de un agente de DATS cercano resuena a mi espalda, acercándose inevitablemente. Eso me hace ser dueña de mis acciones de nuevo, y permitirme saltar, con un desgarrador grito rompiendo el silencio del bosque...
La caída es como me la esperaba, abismal, aterradora y engullente. Puedo sentir palpitar mi corazón, también noto como el tiempo se detiene, antes de que mi cuerpo rompa la frágil superficie del agua y se sumerga en las profundas aguas. El choque provoca olas que me empujan, y que a cada segundo me atontan más. De repente, notó un fuerte golpe en mi espalda, me he dado con algo, justo en la cicatriz que me hice en Rusia con quince años. El dolor me hace tragar agua, pero eso no me impide nadar con insistencia hacia la superficie. Ahora que he escapado de DATS, mi objetivo es sobrevivir a la caída, al agua que me arrastraba y que trataba de hundirme... Tras unos largos minutos de lucha, mi cabeza vuelve a romper la superficie, surgiendo. Toso con fuerza, lucho por respirar, y nado para escapar. Después de una pelea intensa por mi vida, consigo acercarme a la orilla, y salir del agua, volviendo a toser y vomitando agua. Mis jadeos se intensifican, pero estoy contenta, al menos he sobrevivido, ahora debía continuar mi huída y buscar un lugar en el cual esconderme... Después de una breve mirada al lugar por donde me tiré, me interno en una nueva masa de árboles, tambaleante, con multíples heridas en las piernas y en los brazos que sangran y que empapan la ropa blanca de loquero que llevaba... Debí de haberme cortado con las rocas del lago.
- Pfff...-resoplo, mientras voy dando tumbos por el bosque. No se cuanto tiempo pasa, después de un rato, el tiempo se me hace algo sin importancia, algo insulso. Sin embargo, la espera da sus frutos, pues pronto veo a lo lejos lo que parece ser una cabaña, rodeada de un colorido jardin... Las ventanas despiden luz, lo que significa que alguien vive en su interior. Podría entrar por la fuerza y matar a quien viva, pero estoy débil, y no sé a quien podría enfrentarme. La experiencia me ha hecho más cauta y desconfiada, así que de momento, mejor observar desde la lejanía, entre la sombra de los árboles...
Re: Cómo conocí a tu madre
Nuevamente salgo de mi cabaña para vigilar mis colmenas, las abro una por una soltando una gran nube de abejas en el proceso de las cuales ninguna me pica ya que estos pequeños pero inteligentes insectos tienen la capacidad de recordar a la gente. Estoy tranquilo de ver que todas las colmenas están llenas de miel y ya tengo una lista mental de las que cosechare mañana.
Sin embargo algo llama mi atención, un sonido entre unos arbustos no muy lejos, observo fijamente en dirección al sonido donde también logro detectar un movimiento. La experiencia me dice que debo actuar ante cualquier cosa sospechosa, en estos bosques hay muchos animales en busca de miel y son especialmente dañinos en esta época.
-¿Quien esta ahi?- Digo mientras me acerco hacia los arbustos.
Al adentrarme a los árboles empiezo a ver en todas direcciones esperando ver al animal y me tapo la nariz al sentir un mal olor.
-Apesta... sin duda hay un animal por aquí...- Digo antes de salir del bosque para regresar a mi cabaña.
Adentro de la casa, busco un plato de cartón en donde corto una manzana a la que luego pongo miel sobre ellas. Salgo de la casa con el plato, regreso al bosque y dejo el plato en el suelo para que el animal coma y se valla, ya he hecho lo mismo un par de veces y ha funcionado.
-Espero que eso sea suficiente- Digo mientras me rasco la nuca para luego regresar a mi jardín para recoger mas flores antes de regresar a casa.
Cuando anochece salgo nuevamente para busca un poco de leña a mi cobertizo, entro a casa, prendo la estufa y me quedo dormido en la sala principal de la casa junto al fuego y con la televisión encendida, normalmente no duermo asi pero tengo que estar en guardia por el animal si es que regresa.
Apenas se hace de noche toda luz en el cielo se extingue, las estrellas y luna desaparecen ante las nubes y los copos de nieve empiezan a caer poco a poco.
Sin embargo algo llama mi atención, un sonido entre unos arbustos no muy lejos, observo fijamente en dirección al sonido donde también logro detectar un movimiento. La experiencia me dice que debo actuar ante cualquier cosa sospechosa, en estos bosques hay muchos animales en busca de miel y son especialmente dañinos en esta época.
-¿Quien esta ahi?- Digo mientras me acerco hacia los arbustos.
Al adentrarme a los árboles empiezo a ver en todas direcciones esperando ver al animal y me tapo la nariz al sentir un mal olor.
-Apesta... sin duda hay un animal por aquí...- Digo antes de salir del bosque para regresar a mi cabaña.
Adentro de la casa, busco un plato de cartón en donde corto una manzana a la que luego pongo miel sobre ellas. Salgo de la casa con el plato, regreso al bosque y dejo el plato en el suelo para que el animal coma y se valla, ya he hecho lo mismo un par de veces y ha funcionado.
-Espero que eso sea suficiente- Digo mientras me rasco la nuca para luego regresar a mi jardín para recoger mas flores antes de regresar a casa.
Cuando anochece salgo nuevamente para busca un poco de leña a mi cobertizo, entro a casa, prendo la estufa y me quedo dormido en la sala principal de la casa junto al fuego y con la televisión encendida, normalmente no duermo asi pero tengo que estar en guardia por el animal si es que regresa.
Apenas se hace de noche toda luz en el cielo se extingue, las estrellas y luna desaparecen ante las nubes y los copos de nieve empiezan a caer poco a poco.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Me escondo entre los árboles y arbustos del bosque, observando la cabaña a la espera de que quien viviera dentro se fuera de alli o se acostara. Espero por unos segundos, hasta que de repente, el habitante sale. Se trata de un humano, varón y nativo de japón; es alto, tiene el pelo rubio y lleva un extraño traje blanco, con el que se acerca a unas cajas blancas que al abrirlas despiden una nube de lo que parecían ser insectos... Un apicultor, tal parece, viviendo a los pies de una montaña, rodeado de bosque... Mis ojos brillan con cierta curiosidad, pero también con ansia, pues tengo que hacer un soberano esfuerzo para no salir y desconectarle la cabeza del cuerpo de una simple rebanada... Lo mejor sería esperar a la noche, cuando estuviera más indefenso... En mi estado, dudo mucho que pueda hacer algo contra él, ya que mis heridas sangran y duelen...
Tan concentrada estoy en la vigilia, que no me doy cuenta de que he pisado unas ramas hasta que el hombre se da la vuelta, alarmado por el ruido. Dejo escapar un siseo, salto hacia atrás, y en las sombras trepo hasta la rama de un árbol, en donde me oculto entre las hojas. El humano se acerca, inquieto, y muy estúpidamente pregunta si hay alguien ahí... Como si le fuera a responder... ¡Já! Le veo acercarse más, adentrarse en lo que es el bosque y detenerse justo debajo del árbol en donde me escondo... Gracias a mi sensible oído puedo oír que dice que huelo mal... No le culpo, estoy casi totalmente cubierta de sangre de los soldados que maté, así que es normal que huela a mil demonios.
Después de un rato, se marcha, pero no tarda mucho en volver, con un plato con comida en las manos... Observo esta vez desde mi posición que el hombre tiene los ojos azules, algo no muy usual entre los japoneses, pero cosas más raras se han visto, como una híbrida asesina escapando de su cárcel. Me quedo callada en el sitio, lentamente, desenfundo una de mis armas con cuidado de no hacer ruido por si al japonés se le ocurre mirar para arriba y descubrirme... Pero por suerte, no hace falta llegar a esos extremos, puesto que deja la comida en el suelo, y después regresa de vuelta a su pequeña morada...
Le observo alejarse, como tigre que vigila a su presa, hasta que, cuando calculo que ya no va a volver, bajo lentamente, para no dañar más mi cuerpo mediante un salto. Miró un momento a la dirección en la que se ha ido, y seguidamente camino hasta sentarme frente al plato de comida... Una manzana cortada y empapada en algo color ámbar y de olor embriagantemente dulce... Acerco mi rostro para oler mejor el "tributo", pero por más que inspecciono, no acabo de encontrar esa esencia a muerte que caracteriza al veneno... Por lo tanto, decido comer, al principio lentamente y después con ansia. La manzana bañada en miel estaba buena, no sería suficiente para saciar mi hambre, pero si para aplacarla un poco, hasta que encontrara algo mejor.
Cuando termino, simplemente vuelvo a colocarme tras los arbustos para seguir vigilante. El humano se pasa prácticamente toda la tarde en recoger las flores de su jardín. En ese momento una idea ridícula surge en mi mente, quizás ese hombre al que le guste sembrar el mundo de colorines sea de la otra acera, casi como yo, o algo así, porque ya no recuerdo bien cuales eran mis tendencias sexuales... Ha pasado tanto tiempo que casi lo he olvidado.
De cualquier modo, espero a que termine, y al caer la noche, noto que el chico se mete de nuevo en su casa. Con un gruñido, decido salir de mi escondite, para acercarme lenta y muy sigilosamente... Casi he llegado a su cabaña, cuando la puerta de esta vuelve a abrirse. Rápidamente, me oculto tras la vivienda, para que no me vea, y le escucho caminar hasta un cobertizo que tiene y del que saca un montón de leña... Desde mi ubicación le miro atentamente, después me vuelvo a ocultar cuando sale y regresa al interior de su casa. Dejo escapar un suspiro de alivio, aunque no sé por qué me preocupo, pues tarde o temprano me descubrirá, ya sea en ese momento, o cuando entre cuando duerma para matarlo...
- Como sea... No verá un nuevo amanecer-murmuro para mí, llevándome una mano a la espalda para agarrar el pomo de una de mis armas.
Sin embargo, apenas rozo la empuñadura, algo cae justo sobre mi nariz. Parpadeo, sobresaltada, y miro hacia arriba, comprobando que eso frío que me ha caído solo es nieve... Resoplo, nunca me había gustado el frío, mucho menos después de mi aventura en Rusia, pero no quedaba otra que aguantarse... Una idea cruza mi mente en ese instante, al mirar el cobertizo del humano, y sin dudarlo, me encamino hacia él y me escondo en su interior, aunque espada en mano, por si escucho a algo o a alguien acercarse.
Tan concentrada estoy en la vigilia, que no me doy cuenta de que he pisado unas ramas hasta que el hombre se da la vuelta, alarmado por el ruido. Dejo escapar un siseo, salto hacia atrás, y en las sombras trepo hasta la rama de un árbol, en donde me oculto entre las hojas. El humano se acerca, inquieto, y muy estúpidamente pregunta si hay alguien ahí... Como si le fuera a responder... ¡Já! Le veo acercarse más, adentrarse en lo que es el bosque y detenerse justo debajo del árbol en donde me escondo... Gracias a mi sensible oído puedo oír que dice que huelo mal... No le culpo, estoy casi totalmente cubierta de sangre de los soldados que maté, así que es normal que huela a mil demonios.
Después de un rato, se marcha, pero no tarda mucho en volver, con un plato con comida en las manos... Observo esta vez desde mi posición que el hombre tiene los ojos azules, algo no muy usual entre los japoneses, pero cosas más raras se han visto, como una híbrida asesina escapando de su cárcel. Me quedo callada en el sitio, lentamente, desenfundo una de mis armas con cuidado de no hacer ruido por si al japonés se le ocurre mirar para arriba y descubrirme... Pero por suerte, no hace falta llegar a esos extremos, puesto que deja la comida en el suelo, y después regresa de vuelta a su pequeña morada...
Le observo alejarse, como tigre que vigila a su presa, hasta que, cuando calculo que ya no va a volver, bajo lentamente, para no dañar más mi cuerpo mediante un salto. Miró un momento a la dirección en la que se ha ido, y seguidamente camino hasta sentarme frente al plato de comida... Una manzana cortada y empapada en algo color ámbar y de olor embriagantemente dulce... Acerco mi rostro para oler mejor el "tributo", pero por más que inspecciono, no acabo de encontrar esa esencia a muerte que caracteriza al veneno... Por lo tanto, decido comer, al principio lentamente y después con ansia. La manzana bañada en miel estaba buena, no sería suficiente para saciar mi hambre, pero si para aplacarla un poco, hasta que encontrara algo mejor.
Cuando termino, simplemente vuelvo a colocarme tras los arbustos para seguir vigilante. El humano se pasa prácticamente toda la tarde en recoger las flores de su jardín. En ese momento una idea ridícula surge en mi mente, quizás ese hombre al que le guste sembrar el mundo de colorines sea de la otra acera, casi como yo, o algo así, porque ya no recuerdo bien cuales eran mis tendencias sexuales... Ha pasado tanto tiempo que casi lo he olvidado.
De cualquier modo, espero a que termine, y al caer la noche, noto que el chico se mete de nuevo en su casa. Con un gruñido, decido salir de mi escondite, para acercarme lenta y muy sigilosamente... Casi he llegado a su cabaña, cuando la puerta de esta vuelve a abrirse. Rápidamente, me oculto tras la vivienda, para que no me vea, y le escucho caminar hasta un cobertizo que tiene y del que saca un montón de leña... Desde mi ubicación le miro atentamente, después me vuelvo a ocultar cuando sale y regresa al interior de su casa. Dejo escapar un suspiro de alivio, aunque no sé por qué me preocupo, pues tarde o temprano me descubrirá, ya sea en ese momento, o cuando entre cuando duerma para matarlo...
- Como sea... No verá un nuevo amanecer-murmuro para mí, llevándome una mano a la espalda para agarrar el pomo de una de mis armas.
Sin embargo, apenas rozo la empuñadura, algo cae justo sobre mi nariz. Parpadeo, sobresaltada, y miro hacia arriba, comprobando que eso frío que me ha caído solo es nieve... Resoplo, nunca me había gustado el frío, mucho menos después de mi aventura en Rusia, pero no quedaba otra que aguantarse... Una idea cruza mi mente en ese instante, al mirar el cobertizo del humano, y sin dudarlo, me encamino hacia él y me escondo en su interior, aunque espada en mano, por si escucho a algo o a alguien acercarse.
Re: Cómo conocí a tu madre
Un sonido me despierta, el animal regreso. Me asomo por la ventana y lo único que logro ver es un movimiento en la puerta del cobertizo, raro, quizás el animal busca refugio mas que comida, pero aun asi tengo que asegurarme. Tomo una espada de madera por protección, no quiero confiarme demasiado.
Cuando abro la puerta de entrada, Plutón despierta e intente seguirme, sin embargo lo detengo haciéndole una señal para que guarde silencio, salgo de mi cabaña y cierro la puerta. Plutón mira por la ventana todos mis movimientos con curiosidad.
Mientras tanto, me acerco lentamente al cobertizo, intento acercarme lo mas silenciosamente posible mientras varios copos de nieve caen sobre mi y me detengo a dos pasos de distancia de la entrada del cobertizo, pongo la punta de la espada de madera en el suelo, sosteniéndola como si fuera un bastón.
Me quedo un tiempo mirando la puerta del cobertizo, mas que nada lo hago para ver si logro percibir algún movimiento o sonido. Luego respiro hondo y me acerco mas a la puerta para abrirla.
Cuando abro la puerta de entrada, Plutón despierta e intente seguirme, sin embargo lo detengo haciéndole una señal para que guarde silencio, salgo de mi cabaña y cierro la puerta. Plutón mira por la ventana todos mis movimientos con curiosidad.
Mientras tanto, me acerco lentamente al cobertizo, intento acercarme lo mas silenciosamente posible mientras varios copos de nieve caen sobre mi y me detengo a dos pasos de distancia de la entrada del cobertizo, pongo la punta de la espada de madera en el suelo, sosteniéndola como si fuera un bastón.
Me quedo un tiempo mirando la puerta del cobertizo, mas que nada lo hago para ver si logro percibir algún movimiento o sonido. Luego respiro hondo y me acerco mas a la puerta para abrirla.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Suspiro con tranquilidad por unos momentos, finalmente estoy a salvo del frío (parcialmente) y de la nieve, aunque todavía tengo algo de hambre, y la camisa de fuerza no es que consiga eliminar completamente la leve y helada brisa que entraba por el hueco de debajo de la puerta. Con mis ojos, miro el lugar en el que me encuentro, hay algo de madera y algunas herramientas como un hacha, un martillo, taladros, palas, e incluso una caja de destornilladores y tenazas. Parece ser que ese humano es un manitas... O eso, o le gusta tenerlas ahí de adorno... Pero en cualquier caso, no me importa, dudo que vuela aquí en lo que queda de noche, ya que le he visto con un buen montón de leña...
Me pongo a mirar el filo de mi arma con aburrimiento. Estaba sucia, y llevaba mucho sin ser afilada, pero de momento servía, hasta que encontrara una piedra para reparar ese desperfecto. Lo cierto es que esas no eran mis únicas armas, tenía a mi digimon, y mi digivice. Sin embargo, aún me falta recuperar un objeto, el cual me dota de una inmensa fuerza y de grandes poderes... Esbozo una sonrisa de satisfacción al recordar cómo me deshice de mis captores con quince años, no había día que no quisiera volver para atrás y repetir esa matanza... Da igual, de todas formas, ya tendré más adelante alguna oportunidad de vengarme de DATS... Y de Andrew.
De repente, un sonido me alerta. La puerta de la casa se ha vuelto a abrir, y los pasos del humano se acercan. Mis pupilas se dilatan ante la alarma, y lentamente, me coloco en posición para pelear, agazapada cual gato en el interior del cobertizo a la espera de que abran la puerta si es que lo hacen... Puedo escuchar la respiración del hombre delante, al otro lado de la madera, y por unos instantes, me pienso que se va a ir... Pero ese capullo tuvo que abrir la puerta. Cuando veo que las visagras se mueven, me lanzo como serpiente sobre el nativo, saltando encima suya y tirándole al suelo en el proceso. Con un brillo asesino en los ojos, coloco el filo cortante de mi espada bajo su barbilla, y desenfundo el otro arma con la mano libre que me queda, agarrándola de manera que el pico apuntara desde arriba el rostro del joven.
Mi respiración está calmada, sin alterar; mis ojos verdes observan los azules de él, bien abiertos, con las pupilas achatadas como las de un gato, y mis labios se encuentran muy levemente curvados hacia arriba, en una muy tenue sonrisa salvaje. Ya casi puedo saborear la sangre que palpita en sus venas, bajo su piel pálida.
Me pongo a mirar el filo de mi arma con aburrimiento. Estaba sucia, y llevaba mucho sin ser afilada, pero de momento servía, hasta que encontrara una piedra para reparar ese desperfecto. Lo cierto es que esas no eran mis únicas armas, tenía a mi digimon, y mi digivice. Sin embargo, aún me falta recuperar un objeto, el cual me dota de una inmensa fuerza y de grandes poderes... Esbozo una sonrisa de satisfacción al recordar cómo me deshice de mis captores con quince años, no había día que no quisiera volver para atrás y repetir esa matanza... Da igual, de todas formas, ya tendré más adelante alguna oportunidad de vengarme de DATS... Y de Andrew.
De repente, un sonido me alerta. La puerta de la casa se ha vuelto a abrir, y los pasos del humano se acercan. Mis pupilas se dilatan ante la alarma, y lentamente, me coloco en posición para pelear, agazapada cual gato en el interior del cobertizo a la espera de que abran la puerta si es que lo hacen... Puedo escuchar la respiración del hombre delante, al otro lado de la madera, y por unos instantes, me pienso que se va a ir... Pero ese capullo tuvo que abrir la puerta. Cuando veo que las visagras se mueven, me lanzo como serpiente sobre el nativo, saltando encima suya y tirándole al suelo en el proceso. Con un brillo asesino en los ojos, coloco el filo cortante de mi espada bajo su barbilla, y desenfundo el otro arma con la mano libre que me queda, agarrándola de manera que el pico apuntara desde arriba el rostro del joven.
Mi respiración está calmada, sin alterar; mis ojos verdes observan los azules de él, bien abiertos, con las pupilas achatadas como las de un gato, y mis labios se encuentran muy levemente curvados hacia arriba, en una muy tenue sonrisa salvaje. Ya casi puedo saborear la sangre que palpita en sus venas, bajo su piel pálida.
Re: Cómo conocí a tu madre
Apenas abro la puerta con una mano, del otro lado una masa se me tira encima, haciendo que caiga de espaldas con el peso de esa cosa sobre mi. Lo único que logro hacer antes de caer al suelo es levantar mi espada para colocarla contra mi rostro y cuello para proteger esas partes del cuerpo de un posible ataque. Es entonces cuando veo a la "criatura", quien resulta ser una mujer desaliñada y peligrosa que esta sobre mi amenazándome con una espada de metal que choca contra mi espada de madera, sin embargo ella tiene otra espada que desenfunda. Con mi mano libre tomo la muñeca de la chica e intento alejar su mano y su espada de la cercanía de mi cuello, mientras que miro fijamente a la mujer que me mira con una sonrisa maniaca y perturbada.
Mientras tanto, Plutón es testigo de todo lo que esa ocurrido y cuando el ve que la chica desenfunda su segunda espada, el entonces empieza a gritar con su infantil vocecilla.
-¡Papiii, padreee noooo!- Dice mientras vuela hacia la puerta y empieza a chocar contra ella como una mosca contra una ventana.
Los gritos y golpes son claramente audibles lo que me hace desviar la mirada hacia la puerta de entrada a mi cabaña y sin siquiera devolverle la mirada a mi contrincante, rápidamente y con ambas manos la sujeto de los hombros para empujarla a un lado para asi intentar quitármela de encima.
Mientras tanto, Plutón es testigo de todo lo que esa ocurrido y cuando el ve que la chica desenfunda su segunda espada, el entonces empieza a gritar con su infantil vocecilla.
-¡Papiii, padreee noooo!- Dice mientras vuela hacia la puerta y empieza a chocar contra ella como una mosca contra una ventana.
Los gritos y golpes son claramente audibles lo que me hace desviar la mirada hacia la puerta de entrada a mi cabaña y sin siquiera devolverle la mirada a mi contrincante, rápidamente y con ambas manos la sujeto de los hombros para empujarla a un lado para asi intentar quitármela de encima.
Kenshi Haibu
Edad PJ :
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- Almacenamiento
Objetos/Armas :
-Digivice Burst
-Espada Suchīrusutingu
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Re: Cómo conocí a tu madre
El humano se muestra sorprendido y aterrado, todo a la vez, lo que hace que mi sonrisa se amplíe un poco. De no ser porque había resultado tener una espada de madera con la que se defiende, hubiera incluso dejado escapar una carcajada. Cuando él me agarra de la muñeca e intenta apartar mi espada de la trayectoria con su cuello, aprieto los dientes y hago fuerza... Estoy débil y ese chico parece fuerte, pero no voy a dejar que un humano me venza, por lo que hago más presión, sacando energías de mi interior.
No obstante, un sonido me hace alzar la mirada, unos golpes y los gritos infantiles de un niño. Miro a mi alrededor, todavía sin quitarme de encima del humano y sin dejar de ejercer mi fuerza. No veo a nadie de momento, pero ese timbre de crío me ha alertado... Definitivamente, lo mejor es largarse, no vaya a ser que haya más gente dentro de la casa... Maldición, al haber planeado matarlo, no me había esperado que viviera con más gente, a pesar de que eso sería lo más normal... Idiota, Zayyn, eres idiota...
Es entonces cuando doy un gruñido al ser empujada por el humano. Por un momento, estoy tentada de trazar un sablazo, cortar en dos su estúpido palo de madera, y matarlo después... Pero sin quererlo, me viene a la mente una imagen de mí cuando era niña y mis padres no me hacían más caso que para sus estúpidas investigaciones. Entrecierro los ojos, y sin una palabra emprendo una carrera hacia el bosque, enfundando de nuevo mis armas en sus fundas. Ya es suficiente por hoy, el humano está alertado de mi presencia, la de una mujer loca, armada y peligrosa, y muy posiblemente llame a las autoridades para avisarles. Por eso, qué mejor que regresar al bosque, esta vez para esconderme y no salir hasta que las cosas se calmen... Soy sádica, pero no idiota, necesito recuperarme por completo antes de enfrentarme al mundo.
Tras unos largos segundos, me detengo, jadeando, y decido subir de nuevo a un árbol, en donde me instalo sobre una rama para tumbarme y descansar. Siento un dolor en la pierna y en un brazo, los observo y descubr0 que mis heridas han empeorado... No había sido buena idea atacar tan pronto, debí de haber esperado un poco más antes de acercarme a la casa.
No obstante, un sonido me hace alzar la mirada, unos golpes y los gritos infantiles de un niño. Miro a mi alrededor, todavía sin quitarme de encima del humano y sin dejar de ejercer mi fuerza. No veo a nadie de momento, pero ese timbre de crío me ha alertado... Definitivamente, lo mejor es largarse, no vaya a ser que haya más gente dentro de la casa... Maldición, al haber planeado matarlo, no me había esperado que viviera con más gente, a pesar de que eso sería lo más normal... Idiota, Zayyn, eres idiota...
Es entonces cuando doy un gruñido al ser empujada por el humano. Por un momento, estoy tentada de trazar un sablazo, cortar en dos su estúpido palo de madera, y matarlo después... Pero sin quererlo, me viene a la mente una imagen de mí cuando era niña y mis padres no me hacían más caso que para sus estúpidas investigaciones. Entrecierro los ojos, y sin una palabra emprendo una carrera hacia el bosque, enfundando de nuevo mis armas en sus fundas. Ya es suficiente por hoy, el humano está alertado de mi presencia, la de una mujer loca, armada y peligrosa, y muy posiblemente llame a las autoridades para avisarles. Por eso, qué mejor que regresar al bosque, esta vez para esconderme y no salir hasta que las cosas se calmen... Soy sádica, pero no idiota, necesito recuperarme por completo antes de enfrentarme al mundo.
Tras unos largos segundos, me detengo, jadeando, y decido subir de nuevo a un árbol, en donde me instalo sobre una rama para tumbarme y descansar. Siento un dolor en la pierna y en un brazo, los observo y descubr0 que mis heridas han empeorado... No había sido buena idea atacar tan pronto, debí de haber esperado un poco más antes de acercarme a la casa.
Re: Cómo conocí a tu madre
Me levanto rápidamente y me pongo en guardia con mi espada, miro fijamente a la mujer de cabello rojo y retrocedo lentamente en dirección a la puerta de mi casa. Sin embargo la chica escapa hacia el bosque por lo que yo rápidamente entro a mi casa y abrazo al pequeño Plutón quien esta llorando de miedo, hago que el pequeño Digimon se calme y lo acompaño hasta que este se queda dormido.
No duermo durante el resto de la noche, no separo la vista de la ventana para ver si logro ver a la chica, a pesar de que ella estuvo apunto de apuñalarme, siento mucha tristeza por ella, estar sin hogar, comida, con frió... quien sabe cuanto tiempo ha estado asi y tampoco se ve como una vagabunda común y corriente, sin tener en cuenta las espadas gemelas también esta el hecho de que ella es joven, como de mi edad diría y además se nota que ella no es de aquí.
A la mañana siguiente salgo de mi casa y observo el paisaje nevado, limpio la nieve de mis colmenas y regreso a la cabaña para recostarme a dormir lo que no dormí en la noche.
Despierto cuando el sol se esta poniendo, asi que pongo en marcha un plan que tengo en mente. Empiezo encerrando a Plutón en mi habitación, dejo ropa limpia sobre la mesa central en la habitación principal de la casa, al lado de un plato de comida recién hecho de carne y arroz, además de encender la estufa con algo que leña que sobro de anoche. Termino dejando la puerta del baño y de la entrada de la cabaña abiertas. Luego me siento dentro de la cocina con la puerta cerrada, esperando a que ella llegue.
La habitación principal de la cabaña esta hecha completamente de madera, las paredes están llenas de repisas repletas de tarros de vidrio llenas de miel y de hermosos arreglos florales con etiquetas pegadas en los maceteros donde esta indicado el precio. Hay un precio en centro de la sala y una pequeña mesita con un televisor encendido sintonizando una película de Godzilla.
Además entre unas repisas hay un espacio que se nota que es especial en donde esta colgada una bandera blanca en la pared, esta tiene los dibujos de tres hexagonos, dos de ellas tienen el dibujo de una flor en el centro y la ultima el de una abeja. Abajo de la bandera hay un mueble que se nota que es muy antiguo y tradicional, sobre el hay una katana antigua en una repisa.
No duermo durante el resto de la noche, no separo la vista de la ventana para ver si logro ver a la chica, a pesar de que ella estuvo apunto de apuñalarme, siento mucha tristeza por ella, estar sin hogar, comida, con frió... quien sabe cuanto tiempo ha estado asi y tampoco se ve como una vagabunda común y corriente, sin tener en cuenta las espadas gemelas también esta el hecho de que ella es joven, como de mi edad diría y además se nota que ella no es de aquí.
A la mañana siguiente salgo de mi casa y observo el paisaje nevado, limpio la nieve de mis colmenas y regreso a la cabaña para recostarme a dormir lo que no dormí en la noche.
Despierto cuando el sol se esta poniendo, asi que pongo en marcha un plan que tengo en mente. Empiezo encerrando a Plutón en mi habitación, dejo ropa limpia sobre la mesa central en la habitación principal de la casa, al lado de un plato de comida recién hecho de carne y arroz, además de encender la estufa con algo que leña que sobro de anoche. Termino dejando la puerta del baño y de la entrada de la cabaña abiertas. Luego me siento dentro de la cocina con la puerta cerrada, esperando a que ella llegue.
La habitación principal de la cabaña esta hecha completamente de madera, las paredes están llenas de repisas repletas de tarros de vidrio llenas de miel y de hermosos arreglos florales con etiquetas pegadas en los maceteros donde esta indicado el precio. Hay un precio en centro de la sala y una pequeña mesita con un televisor encendido sintonizando una película de Godzilla.
Además entre unas repisas hay un espacio que se nota que es especial en donde esta colgada una bandera blanca en la pared, esta tiene los dibujos de tres hexagonos, dos de ellas tienen el dibujo de una flor en el centro y la ultima el de una abeja. Abajo de la bandera hay un mueble que se nota que es muy antiguo y tradicional, sobre el hay una katana antigua en una repisa.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Suspiro, cansada, desde la rama en la cual estoy tumbada. Las heridas duelen, pero puedo soportarlas hasta que encuentre algo con lo que curarlas. De momento no voy a alejarme de ahí, no podría enfrentarme otra vez al humano quien, sorprendentemente, me ha demostrado ser fuerte y afortunado... De otro modo, mis espadas hubieran acabado con él. Por eso no sé decir si ha sido sólo suerte o habilidad, pero realmente no me importa, no de momento. Lo primordial para mí es descansar... Y recuperar fuerzas...
De repente abro los ojos, sobresaltada y sudorosa. El sonido de un animal me ha alertado, parece ser que dormí durante todo el día y que ya es de noche... Me froto los ojos con insistencia y con cuidado, me bajo del árbol, para al menos así ir a dar un paseo. Bostezo con amplitud una vez en el suelo, sintiendo que lo que había dormido no había sido suficiente para recuperarme, pero con el ulular de un búho cercano, era imposible ya conciliar el sueño. Por eso, me dirijo de nuevo al lago con cuidado de que nadie me vea, no sin antes estirarme como un auténtico felino. Una vez allí, me arrodillo en la playa, me descuelgo las espadas, me desvisto, y me introduzco en las frescas y limpias aguas del pequeño estanque para limpiarme un poco... Por arriba, por abajo, por los lados... Pero sobre todo en las heridas, pues no convenía que se infectaran. También rozo los tatuajes de mi costado y mi hombro izquierdo para cerciorarme de que no tengo rasguños allí que pudieran permitir la entrada contaminante de la tinta a mi organismo.
Cuando termino, deshago la mala trenza que mantiene mis cabellos recogidos y los lavo también como puedo, com cuidado y mimo... Me gusta el tacto suave y liso de mi pelo, así como su color rojizo, que hace juego con las pocas pecas que pincelan mi rostro por debajo de los ojos. Doy un largo suspiro, relajada, y sumerjo mi cuerpo en el agua hasta el cuello, disfrutando de la tranquilidad... Después de tantos trotes, resulta una gozada relajarse un poco en medio de la naturaleza, ajena a cualquier peligro... No había sido buena idea dejar mis armas y mi dispositivo oculto entre la ropa en la orilla, pero en esos instantes no me preocupaba: Dudaba bastante de que el humano se acercara al bosque en lo que quedaba de semana, y respecto a posibles agentes de DATS... Escucharía sus pisadas y olfatearía su olor mucho antes de que encontraran ese lugar.
Mis ojos se cierran entonces, durante un corto intervalo de tiempo, y decido hundir la cabeza, para refrescar la cara y privar a mis oídos de los sonidos del bosque por un rato, sustituyéndolos por suaves burbujeos y susurros acuáticos. Me quedo así un tiempo, hasta que abro los ojos y miro el "paisaje" de debajo del agua... No era muy abundante, piedras, algunas plantas, y unos cuantos peces que huyen en cuanto me ven... Es entonces cuando, expulsando el aire por la nariz, regreso a la superficie, rompiendo la fina separación entre aire y agua y respirando el oxígeno. Mis cabellos se me pegan al cuerpo y al rostro, pero con las manos retiro el flequillo mojado de la cara para poder ver. La luz de la Luna se refleja en toda mi figura desnuda, dándole un color plateado tanto a mi cuerpo, como a mi pelo, y mis ojos se han tornado argénteos, como siempre ocurre cuando es de noche y la blanca Luna se refleja en ellos.
De repente abro los ojos, sobresaltada y sudorosa. El sonido de un animal me ha alertado, parece ser que dormí durante todo el día y que ya es de noche... Me froto los ojos con insistencia y con cuidado, me bajo del árbol, para al menos así ir a dar un paseo. Bostezo con amplitud una vez en el suelo, sintiendo que lo que había dormido no había sido suficiente para recuperarme, pero con el ulular de un búho cercano, era imposible ya conciliar el sueño. Por eso, me dirijo de nuevo al lago con cuidado de que nadie me vea, no sin antes estirarme como un auténtico felino. Una vez allí, me arrodillo en la playa, me descuelgo las espadas, me desvisto, y me introduzco en las frescas y limpias aguas del pequeño estanque para limpiarme un poco... Por arriba, por abajo, por los lados... Pero sobre todo en las heridas, pues no convenía que se infectaran. También rozo los tatuajes de mi costado y mi hombro izquierdo para cerciorarme de que no tengo rasguños allí que pudieran permitir la entrada contaminante de la tinta a mi organismo.
Cuando termino, deshago la mala trenza que mantiene mis cabellos recogidos y los lavo también como puedo, com cuidado y mimo... Me gusta el tacto suave y liso de mi pelo, así como su color rojizo, que hace juego con las pocas pecas que pincelan mi rostro por debajo de los ojos. Doy un largo suspiro, relajada, y sumerjo mi cuerpo en el agua hasta el cuello, disfrutando de la tranquilidad... Después de tantos trotes, resulta una gozada relajarse un poco en medio de la naturaleza, ajena a cualquier peligro... No había sido buena idea dejar mis armas y mi dispositivo oculto entre la ropa en la orilla, pero en esos instantes no me preocupaba: Dudaba bastante de que el humano se acercara al bosque en lo que quedaba de semana, y respecto a posibles agentes de DATS... Escucharía sus pisadas y olfatearía su olor mucho antes de que encontraran ese lugar.
Mis ojos se cierran entonces, durante un corto intervalo de tiempo, y decido hundir la cabeza, para refrescar la cara y privar a mis oídos de los sonidos del bosque por un rato, sustituyéndolos por suaves burbujeos y susurros acuáticos. Me quedo así un tiempo, hasta que abro los ojos y miro el "paisaje" de debajo del agua... No era muy abundante, piedras, algunas plantas, y unos cuantos peces que huyen en cuanto me ven... Es entonces cuando, expulsando el aire por la nariz, regreso a la superficie, rompiendo la fina separación entre aire y agua y respirando el oxígeno. Mis cabellos se me pegan al cuerpo y al rostro, pero con las manos retiro el flequillo mojado de la cara para poder ver. La luz de la Luna se refleja en toda mi figura desnuda, dándole un color plateado tanto a mi cuerpo, como a mi pelo, y mis ojos se han tornado argénteos, como siempre ocurre cuando es de noche y la blanca Luna se refleja en ellos.
Re: Cómo conocí a tu madre
Espero por un par de horas pero no hay señal de la chica, lo que no me sorprende, no puedo esperar que ella confié en mi asi de fácil. Asi que decido salir de casa para ver si puedo encontrar a la chica por alguna parte.
Empiezo por el sitio donde la vi por última vez, corriendo hacia el bosque. Es difícil seguir su rastro ya que dentro del bosque el suelo no esta nevado, sin embargo logro detectar un rastro de pisadas, además seria mas fácil si hubiese traído una linterna pero la luna llena es lo suficientemente brillante para poder ver claramente.
Camino hasta llegar a la orilla de un lago, es un lugar al que voy de vez en cuando y que en esta noche en particular se ve muy hermoso debido a que la luna se refleja en el agua. Camino un poco sobre la orilla hasta que encuentro ropa en el suelo junto a unas espadas, entonces miro hacia el lago y es cuando la diviso, la chica pelirroja esta bañándose en el lago, veo su figura bajo la luz de la luna que la hace brillar, como si fuera un ángel caído, es una escena simplemente hermosa, me quedo sin palabras al verla.
Empiezo por el sitio donde la vi por última vez, corriendo hacia el bosque. Es difícil seguir su rastro ya que dentro del bosque el suelo no esta nevado, sin embargo logro detectar un rastro de pisadas, además seria mas fácil si hubiese traído una linterna pero la luna llena es lo suficientemente brillante para poder ver claramente.
Camino hasta llegar a la orilla de un lago, es un lugar al que voy de vez en cuando y que en esta noche en particular se ve muy hermoso debido a que la luna se refleja en el agua. Camino un poco sobre la orilla hasta que encuentro ropa en el suelo junto a unas espadas, entonces miro hacia el lago y es cuando la diviso, la chica pelirroja esta bañándose en el lago, veo su figura bajo la luz de la luna que la hace brillar, como si fuera un ángel caído, es una escena simplemente hermosa, me quedo sin palabras al verla.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
- Kenshi (?):
Continúo bañándome un rato más, al pasar las manos por las heridas hago un gesto de dolor, pues no están cerradas, y tampoco son heridas superficiales, en especial una del antebrazo derecho, la cual sangra bastante cuando muevo mucho el brazo. Quizás más tarde haga alguna especie de venda con hojas para tapar la hemorragia, o una cataplasma para ayudar con la cicatrización... No sé, en mis múltiples misiones de cuando era adolescente y trabajaba para mis padres había aprendido a valerme por mí misma y a acarme yo las castañas del fuego... ¿Por qué esta vez tendría que ser distinto? Me quedo pensativa mientras rozo con suavidad y mimo el tatuaje del costado con un brazo, mientras pienso en todo lo que había cambiado desde hacía siete años... Todo mi mundo había dado un giro de 180º desde entonces, nunca hubiera imaginado que mis propios padres me traicionaran... O quizás sí, pero no lo quería aceptar.
De repente, un sonido me saca de mi ensimismamiento, levanto la mirada, me doy la vuelta, y con expresión de póker descubro que hay alguien observándome desde la orilla, y que esa persona no es menos que el humano de antes, el rubiales apicultor. Por un segundo me lo quedo mirando fijamente, como si fuera una leona observando desde lejos al cazador... Solo que pronto el cazador se convirtiría en la presa. Fugazmente, casi de manera imperceptible, meto un brazo en el agua, agarro la cola de un pez que nadaba cerca de mí y se lo lanzo al hombre, con la puntería certera, hacia su cara. Seguidamente, lo esquivara o no, salgo del agua como una bala de rápida, doy un salto en la orilla, y aterrizo sobre el japonés, colocando inmovilizando sus manos con una mano y colocando el otro brazo bajo su cuello para hacer presión e intentar ahogarlo. Nuevamente le observo, como si fuera un animal, con una chispa salvaje en los ojos plateados... Según trato de asfixiarlo, acerco mi rostro al suyo y despego mis labios.
- I give you three seconds to give me a reason of why I should not rip your head...-siseé en mi idioma natal, prácticamente a escasos centímetros de su rostro-. One...
Re: Cómo conocí a tu madre
Antes de darme cuenta de nada, algo duro y húmedo me golpea la cara, estaba tan distraído que no vi que la chica me ataco con un pez, pero lo que si puedo ver pero que no alcanzo a reaccionar es cuando ella me derriba y se me sube encima para inmovilizarme. Ella intenta ahorcarme con mi propio brazo pero hago un gran esfuerzo para mantenerlo suspendido dejando asi mi cuello libre.
Miro a los ojos a la mujer, ella esta claramente enojada y eso se transmite claramente en sus palabras que no logro entender del todo por el idioma pero que no necesito traductor para saber que esta enojada.
-Tranquila... solo quiero que me sigas y vengas a mi casa, tengo comida, cama, televisión, una estufa encendida... lo necesitas, no duraras mucho con el frío del invierno, creeme que soy de aquí... hasta te puedo ofrecer un trabajo si te faltan yenes...- Le digo calmadamente sin quitarle la vista de encima, sin embargo noto también que ella esta herida -Tengo un botiquín también...- Digo antes de levantar mas mi brazo para retirarlo aun mas de mi cuello.
Mientras hablamos el pez que ella me lanzó esta salpicando cerca de mi cabeza, ahogándose lentamente en tierra buscando desesperadamente el agua.
Miro a los ojos a la mujer, ella esta claramente enojada y eso se transmite claramente en sus palabras que no logro entender del todo por el idioma pero que no necesito traductor para saber que esta enojada.
-Tranquila... solo quiero que me sigas y vengas a mi casa, tengo comida, cama, televisión, una estufa encendida... lo necesitas, no duraras mucho con el frío del invierno, creeme que soy de aquí... hasta te puedo ofrecer un trabajo si te faltan yenes...- Le digo calmadamente sin quitarle la vista de encima, sin embargo noto también que ella esta herida -Tengo un botiquín también...- Digo antes de levantar mas mi brazo para retirarlo aun mas de mi cuello.
Mientras hablamos el pez que ella me lanzó esta salpicando cerca de mi cabeza, ahogándose lentamente en tierra buscando desesperadamente el agua.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Como supuse, el pescado le da en toda la cara, haciéndolo trastabillar hacia atrás. Cuando me coloco sobre él, el chico intenta resistir la presión del brazo para poder respirar. Le miro fijamente, esperando por una respuesta convincente, y preparándome para romperle el cuello si no me gusta lo que dice. Vuelvo a abrir la boca para hablar y aprieto los dientes mientras empujo más contra su cuello. No me resultaría difícil matarlo, podría hacerlo en apenas un instante, fui emtrenada para eso, pero quiero oírle hablar antes de hacerlo perecer y hundirlo con los peces del lago.
- Two...
Dejo escapar un gruñido, pero es entonces cuando el chico decide hablar. Conozco su idioma, también fui enseñada a hablar algunas lenguas de pequeña, como el español, el chino, el japonés y el francés, sin contar con mi lengua materna, el inglés. Por eso, entiendo lo que dice, me ofrece un refugio, comida, dinero... ¿A cambio de qué? ¿De su miserable vida? Entrecierro los ojos y dejo escapar un suave gruñido a la par que lo miro con un brillo asesino en los ojos.
- ¿Por qué irías tú a ayudarme?-inquiero, finalmente en su propio idioma-. He estado a punto de matarte... Dos veces. No me voy a fiar del primero que me ofrece comida caliente, yo misma puedo abastecerme.
Con una mano, palpo el suelo, en busca de una de mis espadas, para agarrarla, y darle un uso en el cuerpo de ese hombre. No me fio un pelo, en absoluto, qué casualidad que viniera a buscarme cuando los de DATS están moviendo cielo y tierra para darme caza... Es muy posible que los agentes lo hayan alertado y hayan llegado a un acuerdo con él para ayudar en mi captura.
- Two...
Dejo escapar un gruñido, pero es entonces cuando el chico decide hablar. Conozco su idioma, también fui enseñada a hablar algunas lenguas de pequeña, como el español, el chino, el japonés y el francés, sin contar con mi lengua materna, el inglés. Por eso, entiendo lo que dice, me ofrece un refugio, comida, dinero... ¿A cambio de qué? ¿De su miserable vida? Entrecierro los ojos y dejo escapar un suave gruñido a la par que lo miro con un brillo asesino en los ojos.
- ¿Por qué irías tú a ayudarme?-inquiero, finalmente en su propio idioma-. He estado a punto de matarte... Dos veces. No me voy a fiar del primero que me ofrece comida caliente, yo misma puedo abastecerme.
Con una mano, palpo el suelo, en busca de una de mis espadas, para agarrarla, y darle un uso en el cuerpo de ese hombre. No me fio un pelo, en absoluto, qué casualidad que viniera a buscarme cuando los de DATS están moviendo cielo y tierra para darme caza... Es muy posible que los agentes lo hayan alertado y hayan llegado a un acuerdo con él para ayudar en mi captura.
Re: Cómo conocí a tu madre
La respuesta de la chica no me sorprende, se nota que ella ha sido entrenada rigurosamente, por lo que no tengo que fiarme, sin embargo ella me ha estado subestimando desde el principio y ella esta muy agotada, herida y pasando frío.
-¿por que iría yo a dejarte en la intemperie a congelarte?- Le respondo.
Entonces ella menciona que ella ha estado apunto de matarme dos veces y además ella deja de sujetar uno de mis brazos para comenzar a palpar el suelo en busca de sus armas. En entonces cuando tomo por un hombro a la pelirroja, la empujo hacia un lado para hacerla caer e inmediatamente colocarme encima de ella sujetando sus brazos.
-Eso es cuestión de perspectiva, tu me has subestimado todo este tiempo y yo no he querido hacerte daño... solo quiero ayudarte- Le digo mirándola fijamente a los ojos.
Luego de estar asi por unos instantes antes de que rápidamente me salgo de arriba de ella y le suelto los brazos para asi demostrarle que no le voy a hacer daño, sin embargo sigo en guardia ya que ella ha demostrado ser violenta.
-¿por que iría yo a dejarte en la intemperie a congelarte?- Le respondo.
Entonces ella menciona que ella ha estado apunto de matarme dos veces y además ella deja de sujetar uno de mis brazos para comenzar a palpar el suelo en busca de sus armas. En entonces cuando tomo por un hombro a la pelirroja, la empujo hacia un lado para hacerla caer e inmediatamente colocarme encima de ella sujetando sus brazos.
-Eso es cuestión de perspectiva, tu me has subestimado todo este tiempo y yo no he querido hacerte daño... solo quiero ayudarte- Le digo mirándola fijamente a los ojos.
Luego de estar asi por unos instantes antes de que rápidamente me salgo de arriba de ella y le suelto los brazos para asi demostrarle que no le voy a hacer daño, sin embargo sigo en guardia ya que ella ha demostrado ser violenta.
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Re: Cómo conocí a tu madre
No había sido buena idea soltar si brazo para ir a buscar la espada. En cuanto me despisto, el humano consigue empujarme para quedar él sobre mí y mantenerme quieta. Posa sus brazos en mis hombros para evitar que así le ataque, y eso hace que deje escapar un gemido al sentir que presiona una herida. Trato de soportar el dolor, le miro con odio y reúno saliva en mi boca para posteriormente escupirle en toda la cara. Seguidamente, recojo una de mis piernas, la doblo, y le golpeó en sus partes nobles con la rodilla, quedando así libre. El peligro me ha hecho reaccionar, si hubiera estado en mis mejores momentos, ese humano habría muerto ya treinta veces, pero estoy herida y con la guardia baja, de modo que lo único que me queda es huir rápidamente.
Me levanto de un salto ágil, y precipitadamente recojo mi ropa y mi digivice, ya que la espadas estan algo más lejos y no me da tiempo a alcanzarlas. Empiezo a correr a través del bosque, sorteando troncos, árboles, piedras y arbustos, hasta que, cuando creo que ya no me sigue, de un par de botes me planto sobre la rama de un árbol, luego sobre otra un poco más alta... Jadeo con violencia por la adrenalina de aquel enfrentamiento, estoy mojada, helada, herida y hambrienta, pero ni loca voy a confiar en ese tío... No soy estúpida.
En esos momentos estoy tan alterada, que no me doy cuenta de que la rama sobre la que me encuentro empieza a resquebrajarse, hasta que siento la nada y el vacío debajo de mis pies... Apenas soy capaz de dejar escapar un grito antes de sentir un golpe y verlo todo negro...
Me levanto de un salto ágil, y precipitadamente recojo mi ropa y mi digivice, ya que la espadas estan algo más lejos y no me da tiempo a alcanzarlas. Empiezo a correr a través del bosque, sorteando troncos, árboles, piedras y arbustos, hasta que, cuando creo que ya no me sigue, de un par de botes me planto sobre la rama de un árbol, luego sobre otra un poco más alta... Jadeo con violencia por la adrenalina de aquel enfrentamiento, estoy mojada, helada, herida y hambrienta, pero ni loca voy a confiar en ese tío... No soy estúpida.
En esos momentos estoy tan alterada, que no me doy cuenta de que la rama sobre la que me encuentro empieza a resquebrajarse, hasta que siento la nada y el vacío debajo de mis pies... Apenas soy capaz de dejar escapar un grito antes de sentir un golpe y verlo todo negro...
Re: Cómo conocí a tu madre
La pelirroja vuelve a atacarme y logra paralizarme con un escupitajo y una patada en una parte critica. Me quedo tirado en el suelo para recuperarme mientras me retuerzo de dolor. Mientras estoy sumido en dolor, la chica escapa, sin embargo unos minutos después la escucho gritar seguido de una caída.
-Te lo mereces perra...- Digo mientras me levanto del suelo.
Ya estoy aliviado del dolor, mas o menos, y ahora además estoy enojado por confiar en la pelirroja. Agarro al pez y lo lanzo al agua antes de recoger las espadas de la chica que olvido tiradas, luego empiezo a caminar en dirección hacia donde corrió la mujer, sigo su rastro que terminan a los pies de un árbol donde esta la chica tirada con una herida en la cabeza junto a una rama rota. Paso por mi mente la idea de dejarla tirada, incluso el de golpearla en la cara antes de abandonarla, sin embargo solo suspiro y levanto a la mujer para llevarla a mi casa, comprobando en el segundo tras tocarla que ella esta congelándose rápido.
Cuando llego a mi casa, coloco a la pelirroja al lado del fuego, la visto con mi ropa poniendo la de ella a lavar. Limpio y vendo sus heridas, colocándole la venda en la cabeza me doy cuenta de que ella tiene fiebre, por lo que le pongo una compresa fría sobre la frente. Termino tapándola y dejándola reposar, esperando que mañana no despierte enojada.
Noto que la ropa que ella estaba usando es de hecho una camisa de fuerza, algo que me preocupa mucho, además veo que ella también tiene un dispositivo parecido a mi Digivice, todo eso combinado con las espadas no me da una buena espina, me cuestiono el haberla traído, pero ya es tarde para lamentarse, lo único que puedo hacer ahora es preparar comida para mañana y dormir.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Todo está oscuro, me siento flotando en un lugar vacío y frío, sin nada a mi alrededor por el momento. Estoy congelada, y me duele todo el cuerpo, incluyéndo la cabeza, la cual me palpita con fuerza como si fuera el mismo corazón. De repente, en medio de esa oscuridad, escucho un pitido, de esos que entran de repente en tus oídos y no paran hasta unos cuantos segundos después. Mis ojos se abren, al parecer los había tenido cerrados, pero entonces, me veo de nuevo encerrada en una cápsula para experimentos... Siento temblores, y mucho dolor. De repente mi piel empieza a cambiar de aspecto, con escamas negras y afiladas garras. En mi cabeza se batalla una pelea entre mi consciencia y la del ser que me están intentando transmitir... Escucho como dos, hablo como dos y pienso como dos, lo que me hace no poder evitar volverme loca, pues las voces en mi cabeza me instan a levantarme.
- Matémosles... Libera tu poder...
De repente, me veo en mitad del laboratorio, cubierta de sangre y rodeada de cadáveres... Después, mi vista se nubla, y paso a encontrarme de nuevo en una celda, atada con la camisa de fuerza, y con los grilletes puestos en los tobillos. Un hombre humano, mi padre, me observa desde el umbral de la puerta, mientras una leve letanía salía de mis labios.
- Please, forgive me, father... I didn't mean to bother you... The devil's in me, father... He's inside of everything I do ~
Ahí es cuando, de alguna forma, ese "demonio" y yo, somos una... Nos levantamos, nos liberamos de nuestras ataduras y saltamos sobre el humano, destrozándolo...
Mientras tanto, en la cabaña hay un ambiente completamente distinto. Todo está en silencio y tranquilo, menos mi cuerpo, el cual se convulsiona mediante temblores. Mi cara está prácticamente empapada de sudor, mi respiración es agitada, y mis ojos se mueven rápidamente bajo los párpados. Todo ello es, además, acompañado por los murmullos sin sentido que traigo desde las pesadillas... Y si eso no fuera suficiente, mi digisoul rojo como la sangre se activa cada vez que alguien se acerca, como si, con un sexto sentido, percibiera el mundo real...
- Matémosles... Libera tu poder...
De repente, me veo en mitad del laboratorio, cubierta de sangre y rodeada de cadáveres... Después, mi vista se nubla, y paso a encontrarme de nuevo en una celda, atada con la camisa de fuerza, y con los grilletes puestos en los tobillos. Un hombre humano, mi padre, me observa desde el umbral de la puerta, mientras una leve letanía salía de mis labios.
- Please, forgive me, father... I didn't mean to bother you... The devil's in me, father... He's inside of everything I do ~
Ahí es cuando, de alguna forma, ese "demonio" y yo, somos una... Nos levantamos, nos liberamos de nuestras ataduras y saltamos sobre el humano, destrozándolo...
Mientras tanto, en la cabaña hay un ambiente completamente distinto. Todo está en silencio y tranquilo, menos mi cuerpo, el cual se convulsiona mediante temblores. Mi cara está prácticamente empapada de sudor, mi respiración es agitada, y mis ojos se mueven rápidamente bajo los párpados. Todo ello es, además, acompañado por los murmullos sin sentido que traigo desde las pesadillas... Y si eso no fuera suficiente, mi digisoul rojo como la sangre se activa cada vez que alguien se acerca, como si, con un sexto sentido, percibiera el mundo real...
Re: Cómo conocí a tu madre
Me recuesto a dormir y duermo por el resto de la noche en mi habitación junto a mi Digimon. A la mañana siguiente, me despierta la voz de la chica, cuando entro a la habitación principal la veo moviéndose y hablando mientras duerme, noto también que su compresa en la frente esta seca, posiblemente ella esta hirviendo por la fiebre.
Entro a la cocina para mojar una nueva compresa y luego regreso donde la mujer quien habla sobre asesinatos y en su lengua natal, lo que me asusta un poco, sin embargo aun asi me arrodillo al lado de ella para cambiarle la compresa, a la vez que verifico su fiebre y respiración.
Entro a la cocina para mojar una nueva compresa y luego regreso donde la mujer quien habla sobre asesinatos y en su lengua natal, lo que me asusta un poco, sin embargo aun asi me arrodillo al lado de ella para cambiarle la compresa, a la vez que verifico su fiebre y respiración.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Las pesadillas nublan mi mente, me hacen delirar y murmurar cosas sin sentido, pero que son bastante inquietantes, pues la mayor parte de ellas tratan de sangre, muerte y dolor, también locura que se manifiesta a través del demonio digital que tengo en mi interior, y que en mi inconsciencia me acompaña... Todo mi rostro está empapado, mis dedos se crispan levemente de vez en cuando, y mi respiración se encuentra agitada, aunque la fiebre va mejorando poco a poco, a medida que pasan las horas...
De repente, regreso al mundo real, empiezo a escuchar ciertos sonidos, mientras que mi olfato detecta varios aromas, el principal de ellos, una fuerte fragancia a miel. Arrugo el rostro, y comienzo a abrir los ojos verdes, justo a tiempo para encontrarme en un lugar acogedor, tranquilo y en apariencia agradable... Me empiezo a incorporar un poco, pero pronto siento dolor en casi todo mi cuerpo, de modo que no puedo evitar soltar un siseo de contrariedad. Con todo, un movimiento a mi lado me alerta, me giro rápidamente, atentacual cazador y encu entro así, frente a mí, al humano rubio, con lo que parecía ser una toallita mojada y fría. Entrecierro mis ojos y le lanzo un gruñido de advertencia que parece haber sido hecho incluso por un león... Sé que estoy débil, y eso me hace igual de fuerte que un cachorro... Pero más le vale al japonés no intentar hacer nada extraño. Le miro con fijeza, sin fiarme de él.
- ¿Dónde estoy?-exijo saber, sin amabilidad y con cierta amenaza-. ¿Dónde están ellos?
De repente, regreso al mundo real, empiezo a escuchar ciertos sonidos, mientras que mi olfato detecta varios aromas, el principal de ellos, una fuerte fragancia a miel. Arrugo el rostro, y comienzo a abrir los ojos verdes, justo a tiempo para encontrarme en un lugar acogedor, tranquilo y en apariencia agradable... Me empiezo a incorporar un poco, pero pronto siento dolor en casi todo mi cuerpo, de modo que no puedo evitar soltar un siseo de contrariedad. Con todo, un movimiento a mi lado me alerta, me giro rápidamente, atentacual cazador y encu entro así, frente a mí, al humano rubio, con lo que parecía ser una toallita mojada y fría. Entrecierro mis ojos y le lanzo un gruñido de advertencia que parece haber sido hecho incluso por un león... Sé que estoy débil, y eso me hace igual de fuerte que un cachorro... Pero más le vale al japonés no intentar hacer nada extraño. Le miro con fijeza, sin fiarme de él.
- ¿Dónde estoy?-exijo saber, sin amabilidad y con cierta amenaza-. ¿Dónde están ellos?
Re: Cómo conocí a tu madre
Cuando me acerco a la pelirroja para cambiarle la compresa, ella despierta enojada y me mira con odio para luego pregúntame un par de cosas.
-Relájate, estas en mi casa... te encontré desmayada en el suelo junto a un árbol y una rama rota a un lado... casi te mueres de frió, te mantuve abrigada e intente bajarte la fiebre... y "ellos" creo que están en tus sueños... los únicos que estamos aquí somos tu y yo...- Le digo tranquilamente.
Luego le entrego la compresa mojada a la chica para luego levantarme.
-Puedo darte medicina para la fiebre si quieres y la comida va a estar lista en un momento, solo debo calentarla- Le digo mientras tomo el control remoto de la mesa para entregárselo a la chica y entonces entro a la cocina para comenzar a calentar la comida.
-Relájate, estas en mi casa... te encontré desmayada en el suelo junto a un árbol y una rama rota a un lado... casi te mueres de frió, te mantuve abrigada e intente bajarte la fiebre... y "ellos" creo que están en tus sueños... los únicos que estamos aquí somos tu y yo...- Le digo tranquilamente.
Luego le entrego la compresa mojada a la chica para luego levantarme.
-Puedo darte medicina para la fiebre si quieres y la comida va a estar lista en un momento, solo debo calentarla- Le digo mientras tomo el control remoto de la mesa para entregárselo a la chica y entonces entro a la cocina para comenzar a calentar la comida.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Escucho cómo el humano me explica mi estadía allí, al parecer estoy en la cabaña en donde él vive, él me recogió en el suelo desmayada... Es entonces cuando recuerdo todo lo sucedido anteriormente, me caí de un árbol cuando huía de él, y aún así al parecer, el hombre me recogió, después de haberle pateado y haberle escupido en la cara. Con todo, no voy a fiarme tan fácilmente, estoy en su casa y a saber si no ha llamado ya a los de DATS... Es un japonés al fin y al cabo, y apareció sospechosamente cerca cuando era perseguida por ellos...
"Ellos". Cuando él menciona que están en mis sueños, me entran ganas de sonreír con burla, pero me contengo... No tiene no idea de quienes son "ellos", o eso, o se está haciendo el tonto. Llevo huyendo de DATS mucho tiempo, aún deben de estar buscándome, y no puedo descartar que estén confabulados com el rubiales. Le miro con desconfianza cuando me tiende la compresa mojada, no la tomo sin embargo, no necesito nada de él, y por eso me mantengo tensa hasta que se levanta, me acerca el mando a distancia de la televisión (el cual tampoco acepto) y se marcha de la sala. Me quedo sola entonces, todavía en algo de tensión, con el oído, la vista y el olfato alertas ante cualquier amenaza. Miro a mi alrededor, examinando el lugar en donde me encuentro...
Se trata de un salón hecho de madera, bastante grande y en apariencia acogedor. En las paredes hay estanterías con multitud de tarros con un un espeso líquido ambarino en su interior (¿será miel?), y muchos arreglos florales con etiquetas decorando; ahí recuerdo cuando lo vi "cosechando" en su jardín << Será maricón, pero no lo parece por su forma de hablar... >> resoplo entonces << Ráthalos tampoco lo parece y sin embargo... >> Sumida en mis pensamientos continúo observando, notando también una espada en una repisa y bandera colgada de la pared, con algún tipo de símbolo de clan. Inconscientemente, me llevo una mano a mi brazo izquierdo, en donde se encuentra plasmado el tatuaje de la escuela de mi antiguo maestro... Sin embargo, si pienso encontrar piel desnuda, me llevo una gran sorpresa. Por fin, me doy cuenta de que tengo la ropa cambiada, muy posiblemente perteneciente al oriental. También llevo muchas vendas en los brazos, en las piernas, en el pecho y en la frente... Me hierve entonces la sangre de la ira al pensar que ese capullo se ha atrevido a tocar mi cuerpo desnudo mientras yo estaba convaleciente. Aprieto los puños con fuerza, pero para no gritar agarro el mando a distancia y pongo la televisión, televisando una pelicula de ninjas en donde la protagonista, una mujer rubia occidental, pelea contra mil enemigos, armada únicamente con una katana. La película es bastante sangrienta, pero gracias a eso, consigo calmarme un poco. Mis pupilas están fijas en la sangre que se derrama, pero mis oídos aún están pendientes de lo que sucede a mi alrededor.
"Ellos". Cuando él menciona que están en mis sueños, me entran ganas de sonreír con burla, pero me contengo... No tiene no idea de quienes son "ellos", o eso, o se está haciendo el tonto. Llevo huyendo de DATS mucho tiempo, aún deben de estar buscándome, y no puedo descartar que estén confabulados com el rubiales. Le miro con desconfianza cuando me tiende la compresa mojada, no la tomo sin embargo, no necesito nada de él, y por eso me mantengo tensa hasta que se levanta, me acerca el mando a distancia de la televisión (el cual tampoco acepto) y se marcha de la sala. Me quedo sola entonces, todavía en algo de tensión, con el oído, la vista y el olfato alertas ante cualquier amenaza. Miro a mi alrededor, examinando el lugar en donde me encuentro...
Se trata de un salón hecho de madera, bastante grande y en apariencia acogedor. En las paredes hay estanterías con multitud de tarros con un un espeso líquido ambarino en su interior (¿será miel?), y muchos arreglos florales con etiquetas decorando; ahí recuerdo cuando lo vi "cosechando" en su jardín << Será maricón, pero no lo parece por su forma de hablar... >> resoplo entonces << Ráthalos tampoco lo parece y sin embargo... >> Sumida en mis pensamientos continúo observando, notando también una espada en una repisa y bandera colgada de la pared, con algún tipo de símbolo de clan. Inconscientemente, me llevo una mano a mi brazo izquierdo, en donde se encuentra plasmado el tatuaje de la escuela de mi antiguo maestro... Sin embargo, si pienso encontrar piel desnuda, me llevo una gran sorpresa. Por fin, me doy cuenta de que tengo la ropa cambiada, muy posiblemente perteneciente al oriental. También llevo muchas vendas en los brazos, en las piernas, en el pecho y en la frente... Me hierve entonces la sangre de la ira al pensar que ese capullo se ha atrevido a tocar mi cuerpo desnudo mientras yo estaba convaleciente. Aprieto los puños con fuerza, pero para no gritar agarro el mando a distancia y pongo la televisión, televisando una pelicula de ninjas en donde la protagonista, una mujer rubia occidental, pelea contra mil enemigos, armada únicamente con una katana. La película es bastante sangrienta, pero gracias a eso, consigo calmarme un poco. Mis pupilas están fijas en la sangre que se derrama, pero mis oídos aún están pendientes de lo que sucede a mi alrededor.
Re: Cómo conocí a tu madre
Luego de unos minutos regreso a la habitación con una bandeja con un plato que contiene una gran cantidad de arroz y carne asada ya que la chica debe estar hambrienta, asi que dejo la bandeja a su lado junto a unos palillos para que coma. Luego me siento junto a la mesa en el centro de la sala para ver la televisión, pero entonces una voz infantil llama mi atención.
-¡Paaapii! ¿da mujer mada eta ahi?- Dice Plutón desde el otro lado de la puerta de mi habitación.
-No es mala Plutón, es nuestra invitada... ven a saludar- Le respondo al Digimon.
Entonces la puerta de mi habitación se abre lentamente y de ella sale un pequeño Digimon con forma de insecto que vuela en círculos por la habitación para finalmente posarse sobre la mesa para ver fijamente a la pelirroja.
-Hoda-
-¡Paaapii! ¿da mujer mada eta ahi?- Dice Plutón desde el otro lado de la puerta de mi habitación.
-No es mala Plutón, es nuestra invitada... ven a saludar- Le respondo al Digimon.
Entonces la puerta de mi habitación se abre lentamente y de ella sale un pequeño Digimon con forma de insecto que vuela en círculos por la habitación para finalmente posarse sobre la mesa para ver fijamente a la pelirroja.
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Re: Cómo conocí a tu madre
La película continúa, sangre por todos lados, pero ni siquiera siento mis tripas revolverse. Cuando ya han pasado varios minutos, el humano regresa, con un plato abundante de carne y arroz que deja en la mesa frente a mí. Trato de aguantarme, pero el calor y el olor delicioso que desprende puede conmigo. Ignoro los palillos orientales y comienzo a comer con las manos, con un hambre voraz, manchándome los dedos, los labios, la cara... En esos momentos me importa un pito mi aspecto, mi estómago pide ser alimentado y no voy a hacerlo esperar.
- ¿Qué es lo que llevo puesto?-gruño, mienteas me llevo otro trozo a la boca
Sin embargo, una voz infantil me hace levantar la mirada y recordar que el japonés no vive solo, y que tiene un hijo. Cuando el rubiales le indica al enano que se acerque, me preparo para ver al niño... Por eso, mi cara al ver a un gran abeja revolotear hasta el salón con ojos curiosos, hace que un trozo de carne de mi boca se resbale de mis labios hasta regresar al plato. Mis ojos verdes observan, incrédulos, a la criatura que se posa en la mesa frente a mí y me saluda con la misma infantil vocecita.
Retrocedo rápidamente, e intento levantarme para ponerme en guardia. ¡Ese humano posee un digimon! ¿Cómo demonios no lo he olido? La miel era la respuesta, ese sabor dulzón inundaba la casa... Maldición.
- Un digimon...-siseó amenazadoramente, agarrando uno de los palillos... A falta de cuchillo, bueno es un trozo de madera-. Lo sabía... Eres uno de ellos... ¡Devuélveme mi digivice!
- ¿Qué es lo que llevo puesto?-gruño, mienteas me llevo otro trozo a la boca
Sin embargo, una voz infantil me hace levantar la mirada y recordar que el japonés no vive solo, y que tiene un hijo. Cuando el rubiales le indica al enano que se acerque, me preparo para ver al niño... Por eso, mi cara al ver a un gran abeja revolotear hasta el salón con ojos curiosos, hace que un trozo de carne de mi boca se resbale de mis labios hasta regresar al plato. Mis ojos verdes observan, incrédulos, a la criatura que se posa en la mesa frente a mí y me saluda con la misma infantil vocecita.
Retrocedo rápidamente, e intento levantarme para ponerme en guardia. ¡Ese humano posee un digimon! ¿Cómo demonios no lo he olido? La miel era la respuesta, ese sabor dulzón inundaba la casa... Maldición.
- Un digimon...-siseó amenazadoramente, agarrando uno de los palillos... A falta de cuchillo, bueno es un trozo de madera-. Lo sabía... Eres uno de ellos... ¡Devuélveme mi digivice!
Re: Cómo conocí a tu madre
La reacción de la mujer me llama mucho la atención, no es que le tema al Digimon, es por que cree que soy uno de "ellos", finalmente algo en mi mente empieza a unir las pistas, Digimon, ellos, la camisa de fuerza que ella estaba usando.
Mientras tanto el pequeño Plutón camina hacia el plato de comida para comer un bocado de arroz para luego empezar a revolcarse sobre la mesa.
-Espera... ¿tu crees que soy de DATS, de ellos estas escapando? no no no... relájate, no soy parte de DATS... de hecho ellos intentaron robarme mi Digimon mientras aun era un huevo- Le explico a la chica mientras tomo a Plutón para que la chica no le haga daño. -Y acerca de tu ropa... es mia, quizás te quede grande pero no podía dejar que te enfriaras... y tu camisa de fuerza se esta secando, le limpie la sangre- Le explico sin poder evitar sonrojarme.
Mientras tanto el pequeño Plutón camina hacia el plato de comida para comer un bocado de arroz para luego empezar a revolcarse sobre la mesa.
-Espera... ¿tu crees que soy de DATS, de ellos estas escapando? no no no... relájate, no soy parte de DATS... de hecho ellos intentaron robarme mi Digimon mientras aun era un huevo- Le explico a la chica mientras tomo a Plutón para que la chica no le haga daño. -Y acerca de tu ropa... es mia, quizás te quede grande pero no podía dejar que te enfriaras... y tu camisa de fuerza se esta secando, le limpie la sangre- Le explico sin poder evitar sonrojarme.
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Re: Cómo conocí a tu madre
El chico parece darse cuenta ya de lo que estoy pensando, o eso, esta jugando bien su papel de humano normal que no tiene nada que ver con DATS. Aprieto con fuerza el palillo de madera, provocando que este comience a crujir. El humano me explica mientras, muy posiblemente intentando hacer que me calme, que él no era de DATS, y que ellos habían intentado robarle el digimon. Dejo escapar un gruñido de animal, pero mi recelo hacia él disminuye... Quitarle un digimon a un humano era una acción muy de ellos, algo que harían normalmente... Miro a los ojos al japonés, y después a su compañero, al cual parece tratar como a un hijo... Entrecierro los ojos peligrosamente, sin terminar de fiarme, y alargo una mano hacia él.
- Entonces devuélveme mi dispositivo. ¡Ahora!-inspiro hondo y comienzo a emitir el aura del digisoul rojo, a modo de amenaza.
Sin emabargo, el esfuerzo hace que de repente mi vista se nuble y comience a verlo todo negro. El mareo provoca que caiga al suelo, desparramando los kilométricos cabellos rojos por la madera. El digisoul ha desaparecido, pero a cambio, me ha dejado tiritones... Mi fiebre aún ni se había desvanecido, y obligar a mi energía surgir ha hecho que incluso aumente. Aun estoy algo despierta, pero me encuentro al borde del desmayo... Los delirios me hacen sudar y gemir, murmurar cosas sin sentido de nuevo, como horas antes.
- Ráthalos-murmuro el nombre de mi compañero, intentando de alguna manera imposible llegar hasta su mente para alertarle y pedirle ayuda... Si él estuviera conmigo, no tendría por qué lidiar con ese humano, ni tampoco tendría que depender de él.
Muevo los dedos de las manos, tanteo con ellos el suelo, en busca de algo que pudiera calmar mi malestar, en busca de un apoyo que me ayude a soportar la fiebre. Mis ojos se abren lentamente, pero en vez de encontrar al humano y a su abeja, encuentro el rostro de Aeir frente al mío... Esta cubierta de sangre, y sus ojos demoníacos me miran con preocupacuón... Ya que, si yo moría, si a mí me pasaba algo, a ella también le ocurriría... Éramos una...
- Entonces devuélveme mi dispositivo. ¡Ahora!-inspiro hondo y comienzo a emitir el aura del digisoul rojo, a modo de amenaza.
Sin emabargo, el esfuerzo hace que de repente mi vista se nuble y comience a verlo todo negro. El mareo provoca que caiga al suelo, desparramando los kilométricos cabellos rojos por la madera. El digisoul ha desaparecido, pero a cambio, me ha dejado tiritones... Mi fiebre aún ni se había desvanecido, y obligar a mi energía surgir ha hecho que incluso aumente. Aun estoy algo despierta, pero me encuentro al borde del desmayo... Los delirios me hacen sudar y gemir, murmurar cosas sin sentido de nuevo, como horas antes.
- Ráthalos-murmuro el nombre de mi compañero, intentando de alguna manera imposible llegar hasta su mente para alertarle y pedirle ayuda... Si él estuviera conmigo, no tendría por qué lidiar con ese humano, ni tampoco tendría que depender de él.
Muevo los dedos de las manos, tanteo con ellos el suelo, en busca de algo que pudiera calmar mi malestar, en busca de un apoyo que me ayude a soportar la fiebre. Mis ojos se abren lentamente, pero en vez de encontrar al humano y a su abeja, encuentro el rostro de Aeir frente al mío... Esta cubierta de sangre, y sus ojos demoníacos me miran con preocupacuón... Ya que, si yo moría, si a mí me pasaba algo, a ella también le ocurriría... Éramos una...
Re: Cómo conocí a tu madre
Cuando la chica se descompensa y cae al suelo, yo me apresuro para agarrar un vaso con agua y una pastilla sobre la mesa, me arrodillo al lado de ella y le sujeto la cabeza con una mano para que no se haga daño.
-Aun tienes mucha fiebre, te vas a hacer daño si sigues moviéndote... y confía en mi, toma esta medicina y te sentirás mejor- Le digo a la chica dejando el vaso a un lado de ella y le doy la pastilla para que la tome.
Luego cuando la chica cae inconsciente por la fiebre, pongo una frazada sobre ella para que no se enfrié y le coloco una compresa mojada sobre la frente. Finalmente me siento para ver televisión mientras espero a que la chica despierte, mientras tanto, Plutón vuela sobre el pecho de la chica y se acurruca a dormir.
-Aun tienes mucha fiebre, te vas a hacer daño si sigues moviéndote... y confía en mi, toma esta medicina y te sentirás mejor- Le digo a la chica dejando el vaso a un lado de ella y le doy la pastilla para que la tome.
Luego cuando la chica cae inconsciente por la fiebre, pongo una frazada sobre ella para que no se enfrié y le coloco una compresa mojada sobre la frente. Finalmente me siento para ver televisión mientras espero a que la chica despierte, mientras tanto, Plutón vuela sobre el pecho de la chica y se acurruca a dormir.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Aeirmon se aleja de repente de mi lado, se marcha para mi desgracia, aunque pocos segundos después regresa, con un vaso de agua (parecía), y con algun tipo de medicina. Las deja sobre una mesa a mi lado, y después se agacha junto a mí, me sujeta la cabeza y me habla.
- Aún tienes mucha fiebre, te vas a hacer daño si sigues moviéndote... Y confía en mi, toma esta medicina y te sentirás mejor.
Me estremezco cuando mi alter ego me acerca el remedio y el agua para tragarlo mejor. Obedientemente, me medico como ella me ha indicado, y levanto la mano para tratar tratar de buscar la suya... Ella siempre ha sido mi principal apoyo... O casi siempre, más bien desde que estuvimos seis meses secuestradas, y siete años encarceladas en DATS. Ella me ha dado poder, me ha dado fuerzas para sobreponerme a todo...
- Aeir...
De repente siento que el frío en parte se disipa... Supongo que ha sido Aeirmon, quien de alguna forma me ha tapado con algo para que no me enfríe. Esbozo una débil sonrisa a modo de agradecimiento, mientras ella me coloca otra compresa sobre la frente. Ahora empiezo a verlo todo aún más borroso, todo empieza a desaparecer entre un degradado en negro. Me siento flotar, hasta que finalmente, mi consciencia se transporta a otro lugar, al mundo de los sueños, en donde todo prácticamente es posible...
- Aún tienes mucha fiebre, te vas a hacer daño si sigues moviéndote... Y confía en mi, toma esta medicina y te sentirás mejor.
Me estremezco cuando mi alter ego me acerca el remedio y el agua para tragarlo mejor. Obedientemente, me medico como ella me ha indicado, y levanto la mano para tratar tratar de buscar la suya... Ella siempre ha sido mi principal apoyo... O casi siempre, más bien desde que estuvimos seis meses secuestradas, y siete años encarceladas en DATS. Ella me ha dado poder, me ha dado fuerzas para sobreponerme a todo...
- Aeir...
De repente siento que el frío en parte se disipa... Supongo que ha sido Aeirmon, quien de alguna forma me ha tapado con algo para que no me enfríe. Esbozo una débil sonrisa a modo de agradecimiento, mientras ella me coloca otra compresa sobre la frente. Ahora empiezo a verlo todo aún más borroso, todo empieza a desaparecer entre un degradado en negro. Me siento flotar, hasta que finalmente, mi consciencia se transporta a otro lugar, al mundo de los sueños, en donde todo prácticamente es posible...
Re: Cómo conocí a tu madre
La chica vuelve a caer dormida, espero a que despierte viendo televisión, sin embargo las horas pasan y aun no veo que ella reaccione. Alimento a Plutón con una manzana con miel para luego dejarlo dentro de mi habitación para que duerma, luego salgo de casa para cortar leña y finalmente vuelvo a entrar para cocinar, hago un estofado de carne con papas y cebolla. Ya habían pasado unas horas para entonces y la chica sigue sin reaccionar, aun asi sirvo un plato de comida y lo dejo sobre la mesa sobre un tenedor que encuentro entre mis cosas.
Ya esta anocheciendo, asi que entro al baño y me doy una ducha rápida, para luego salir del baño con el cabello mojado y sin camisa como acostumbro, suponiendo que la chica debe estar durmiendo otra vez.
Ya esta anocheciendo, asi que entro al baño y me doy una ducha rápida, para luego salir del baño con el cabello mojado y sin camisa como acostumbro, suponiendo que la chica debe estar durmiendo otra vez.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Pasan las horas, después de tanto tiempo durmiendo y soñando todo tipo de cosas bizarras, mi mente regresa al mundo real, y comienzo a despertar. Empieza a abrir los ojos, y cuando lo hago, noto que el estado de mi cuerpo está algo mejor... Mi temperatura ha disminuído, no sudo, y los dolores son menores en comparación con antes. Parpadeo un par de veces, antes de incorporarme un poco y mirar con cierto mareo a mi alrededor; compruebo así que continúo en la cabaña del humano japonés, pero no hay rastro de él de momento, estoy sola en el salón, con la televisión encendida. Dejo escapar un gemido ahogado, y me quedo sentada en el suelo, frotándome la cabeza debido al reciente desconcierto. Sin embargo, pronto mi cabeza comienza a pensar con normalidad, al igual que mis sentidos: puedo escuchar el sonido del agua correr en otra habitación, lo que me indica que el rubiales debe de estar en un baño al otro lado. También percibo, instantes después, un embriagador olor que me hace olisquear el aire hasta encontrar el origen del aroma a carne: Un enorme plato de estofado con cebolla y patatas... El cual hace que la boca me babee solo con mirarlo. Sin pararme a pensar que quizás eso no es para mí, me acerco a la mesa y devoro la comida con ansia, con el tenedor que sorprendentemente se encuentra al lado del plato. << Quizás esta comida sí sea para mí... Dudo que él use este tipo de cubiertos >> Como, mastico y tragó, sintiendo placar el hambre voraz, pero aún queriendo alimentarme. << Maldición, está muy bueno... >>Inspiro hondo, llenando mis fosas nasales del exquisito olor... Hacía años que no tenía una comida en condiciones como esa, desde los quince siempre había tenido una triste masa de puré, y un trozo seco de carne o pescado... Comparado con eso, cualquier cosa era buena.
Cuando termino de comer, apoyo las manos en el suelo y me echo un poco para atrás, dejando todo el peso del cuerpo sobre ambos brazos. No he satisfecho del todo a mi estómago, pero no veo nada más que sea comestible en la sala a excepción de la miel... y creo que ya comí suficiente dulce, necesito algo más contundente, creo que con una vaca entera tendré más que suficiente... Además, no tengo mucho tiempo para ir a la cocina y saquearle algo más al frigorífico, ya que de repente, el humano sale del baño y entra en la sala... Con el torso desnudo.
Le miro fijamente, sigo las líneas de su abdómen y de su pecho, una "insana" costumbre que tengo con los hombres y las mujeres que se muestran así desde antes de cumplir mis quince años. Me sonrojo muy levemente, pero no me avergüenzo, sino que, con cierta malicia, agarro los bordes de la camiseta que llevo para hacer ademán de quitármela también para molestame... Si quiere estar semidesnudo, por mí bien, pero espero que acepte que yo también lo haga.
Cuando termino de comer, apoyo las manos en el suelo y me echo un poco para atrás, dejando todo el peso del cuerpo sobre ambos brazos. No he satisfecho del todo a mi estómago, pero no veo nada más que sea comestible en la sala a excepción de la miel... y creo que ya comí suficiente dulce, necesito algo más contundente, creo que con una vaca entera tendré más que suficiente... Además, no tengo mucho tiempo para ir a la cocina y saquearle algo más al frigorífico, ya que de repente, el humano sale del baño y entra en la sala... Con el torso desnudo.
Le miro fijamente, sigo las líneas de su abdómen y de su pecho, una "insana" costumbre que tengo con los hombres y las mujeres que se muestran así desde antes de cumplir mis quince años. Me sonrojo muy levemente, pero no me avergüenzo, sino que, con cierta malicia, agarro los bordes de la camiseta que llevo para hacer ademán de quitármela también para molestame... Si quiere estar semidesnudo, por mí bien, pero espero que acepte que yo también lo haga.
Re: Cómo conocí a tu madre
Mi suposición era incorrecta, cuando salgo del baño veo que la chica esta despierta y el plato de comida esta vació. La pelirroja me mira fijamente y veo como ella empieza a quitarse la camiseta, cosa que me sorprende mucho y hace que me sonrroje, sin embargo me apresuro para colocarme mi camiseta.
-Hey, hey... ¿que estas haciendo? si tienes calor puedo traer un poco de nieve de afuera- Le digo bromeando antes de sentarme junto a la mesa. -Bueno... ¿te sientes mejor, la medicina dio resultado?... y veo que te gusto la comida- Comento antes de tomar el control remoto para cambiar la televisión y sintonizar un canal de películas que ahora están mostrando The Avengers.
-Hey, hey... ¿que estas haciendo? si tienes calor puedo traer un poco de nieve de afuera- Le digo bromeando antes de sentarme junto a la mesa. -Bueno... ¿te sientes mejor, la medicina dio resultado?... y veo que te gusto la comida- Comento antes de tomar el control remoto para cambiar la televisión y sintonizar un canal de películas que ahora están mostrando The Avengers.
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Re: Cómo conocí a tu madre
El humano se sonroja al verme y se apresura a detenerme. Dejo escapar una desdeñosa pero leve risa y vuelvo a mirar el plato, mientras el humano se sienta en el suelo y cambia el canal, sintonizando una pelicula que desconozco (he estado siete años encerrada sin ningún otro entretenimiento que el de mirar las manchas de las paredes de una habitación) en la que se muestra a un gigante verde amenazando a un tipo de cabellos oscuros.
Mientras miro la escena, en la que el gigante zarandea al otro hombre repetidas veces como si fuera un trapo, mis tripas suenan de nuevo, de forma bastante audible. Me llevo una mano al estómago y miro al humano de manera significativa. ¿Me da cobijo en su casa? Entonces su obligación es satisfacer mis necesidades, y en ellas entra el tener el estómago lleno.
- Sigo teniendo hambre-digo, sin decir por favor, a fin de cuentas, él había insistido en cuidar de mí... Y para hacer honor a la verdad, aún estaba herida, cansada y enferma... << No estaría mal quedarme una temporadita más aquí... Estoy débil y los de DATS deben de seguir por ahí buscándome. Este es un lugar seguro... Espero >>-apoyo los codos en la mesa, y de manera pensativa, comiendo a juguetear con los mechones de mi pelo, y saco pecho para intentar que el humano se fije en mi pechonalidad-. Yyy... ¿La oferta de empleo sigue en pie?-pregunto, fingiendo cierto desinterés.
Mientras miro la escena, en la que el gigante zarandea al otro hombre repetidas veces como si fuera un trapo, mis tripas suenan de nuevo, de forma bastante audible. Me llevo una mano al estómago y miro al humano de manera significativa. ¿Me da cobijo en su casa? Entonces su obligación es satisfacer mis necesidades, y en ellas entra el tener el estómago lleno.
- Sigo teniendo hambre-digo, sin decir por favor, a fin de cuentas, él había insistido en cuidar de mí... Y para hacer honor a la verdad, aún estaba herida, cansada y enferma... << No estaría mal quedarme una temporadita más aquí... Estoy débil y los de DATS deben de seguir por ahí buscándome. Este es un lugar seguro... Espero >>-apoyo los codos en la mesa, y de manera pensativa, comiendo a juguetear con los mechones de mi pelo, y saco pecho para intentar que el humano se fije en mi pechonalidad-. Yyy... ¿La oferta de empleo sigue en pie?-pregunto, fingiendo cierto desinterés.
Re: Cómo conocí a tu madre
Miro fijamente la película, ignorando las demandas de comida de la chica, sin embargo cuando la chica se coloca sobre la mesa, empiezo a verla y escucho su interés acerca de la oferta de trabajo. Noto inmediatamente que ella intenta convencerme de algo ya que nunca se había comportando de esa forma con migo.
-Ajam... si, te puedo enseñar lo que tienes que hacer mañana, cuando estés mejor... aunque mañana tengo que ir a comprar comida... se acabo la carne- Le digo a la chica sin dejar de mirarla.
Luego me levanto de la mesa para entrar a la cocina y regresar con agua y medicina para la chica.
-Toma eso y te sentirás mejor... por cierto tu camisa de fuerza ya esta seca y... mañana te daré una piedra para afilar, tus espadas no tienen filo... yyyy ¿por que estabas vistiendo una camisa de fuerza?- Le pregunto para quitarme esa duda de encima.
-Ajam... si, te puedo enseñar lo que tienes que hacer mañana, cuando estés mejor... aunque mañana tengo que ir a comprar comida... se acabo la carne- Le digo a la chica sin dejar de mirarla.
Luego me levanto de la mesa para entrar a la cocina y regresar con agua y medicina para la chica.
-Toma eso y te sentirás mejor... por cierto tu camisa de fuerza ya esta seca y... mañana te daré una piedra para afilar, tus espadas no tienen filo... yyyy ¿por que estabas vistiendo una camisa de fuerza?- Le pregunto para quitarme esa duda de encima.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Me ha ignorado completamente ante mi petición de comida, por lo que pongo mala cara y resoplo, haciendo que el pelo de mi flequillo se agite en el aire para luego caer de nuevo. Gruño, molesta, pero le escuchó con atención al comprobar que su oferta de trabajo sigue en pie. A ver, sigo sin fiarme de él... Pero me lo ha propuesto, y necesito dinero urgentemente... No puedo estar siempre con la camisa de fuerza y con estos pelos, además de que cuando estuviera recuperada, me iba a largar de ahí, y para viajar, el dinero es algo indispensable, sobretodo si no quería llamar la atención de DATS.
- Voy contigo...-respondo cuando dice que mañana va a ir a comprar-. Y quiero un adelanto. Necesito ropa nueva y un buen corte de pelo-agarro toda la mata de cabello, los siete años en los que estuve encerrada hicieron de la pequeña y corta mata de pelo, unos cabellos dignos de Rapunzel-. Será mejor que compres una vaca, no tendré reparos en hacerme canibal si mi hambre no se ve saciada-mi estómago gruñe con fiereza para constatar ese hecho.
Él se levanta entonces para ir a la cocina, mientras yo me pongo a trenzar mi cabello de manera ausente. Me encuentro con bastantes puntas abiertas, pero no me quejo, pues con suerte, mañana podré reducir la largura y sanearlo. Lo cierto es que tener el pelo taaaaan largo es una lata, muy incómodo y para nada útil; tampoco lo quiero recoger el una coleta o en una trenza, porque siempre me ha gustado tenerlo al aire...
Entonces el humano regresa, y me tiende un vaso de agua con otra pastilla. Tuerzo el gesto al recordar el sabor amargo de la medicina, pero me lo tomo mezclándola con el agua en la boca. Trago y dejo escapar un quejido del asco, pero después de decirme que me dará una piedra de afilar, a continuación el humano hace la única pregunta que no tendría que haber hecho... Lo miro fijamente, con un brillo asesino... Mis ojos parecen resplandecer con cierta locura, y por un momento, parece que mis pupilas se alargan como las de una bestia.
- Eso no te importa-respondo con sequedad. Le miro con recelo, antes de levantarme, mirarle con leve desdén y caminar hacia la puerta-. Necesito ir al baño.
- Voy contigo...-respondo cuando dice que mañana va a ir a comprar-. Y quiero un adelanto. Necesito ropa nueva y un buen corte de pelo-agarro toda la mata de cabello, los siete años en los que estuve encerrada hicieron de la pequeña y corta mata de pelo, unos cabellos dignos de Rapunzel-. Será mejor que compres una vaca, no tendré reparos en hacerme canibal si mi hambre no se ve saciada-mi estómago gruñe con fiereza para constatar ese hecho.
Él se levanta entonces para ir a la cocina, mientras yo me pongo a trenzar mi cabello de manera ausente. Me encuentro con bastantes puntas abiertas, pero no me quejo, pues con suerte, mañana podré reducir la largura y sanearlo. Lo cierto es que tener el pelo taaaaan largo es una lata, muy incómodo y para nada útil; tampoco lo quiero recoger el una coleta o en una trenza, porque siempre me ha gustado tenerlo al aire...
Entonces el humano regresa, y me tiende un vaso de agua con otra pastilla. Tuerzo el gesto al recordar el sabor amargo de la medicina, pero me lo tomo mezclándola con el agua en la boca. Trago y dejo escapar un quejido del asco, pero después de decirme que me dará una piedra de afilar, a continuación el humano hace la única pregunta que no tendría que haber hecho... Lo miro fijamente, con un brillo asesino... Mis ojos parecen resplandecer con cierta locura, y por un momento, parece que mis pupilas se alargan como las de una bestia.
- Eso no te importa-respondo con sequedad. Le miro con recelo, antes de levantarme, mirarle con leve desdén y caminar hacia la puerta-. Necesito ir al baño.
Re: Cómo conocí a tu madre
-Adelante- Le respondo cuando me pide ir al baño señalándole la puerta con la mano.
Me preocupa que ella no me respondiera lo de la camisa de fuerza, empiezo a sentir que estoy tramando un riesgo innecesario su lado y que no debo bajar la guardia. Mientras ella esta en el baño, me levanto para ir al baño y recolecto comida del refrigerador la mayor cantidad de comida para saciar el hambre bestial de mi invitada. Cuando acabo mi tarea la mesa tiene una gran cantidad de fruta cortada cubierta de miel, restos de arroz con carne, restos de carne asada, pan y un tazón de ramen. Luego me siento a ver televisión esperando a que la chica salga.
-Necesitas ponerte a dieta... no podré pagar todo lo que comes- Le digo a la chica mientras aun esta en el baño.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
Sigo la dirección que me señala el humano y me introduzco en el baño, cerrando la puerta detrás de mí. Allí, hago mis necesidades, me lavo las manos y la cara y observo mi rostro en el espejo... Mi aspecto ha mejorado un poco, pero sigo ojerosa y algo pálida, sin contar con que una venda me envuelve parte de la cabeza. Doy un suspiro, pero después salgo del lavabo y regreso al salón a sentarme sobre el suelo. Cuando llego, descubro que el japonés ha dejado una generosa cantidad de comida sobre la mesa: fruta bañada en miel, carne, arroz, pan y fideos instantáneos. Mis ojos brillan, y mi boca se llena de babas, sin esperar un segundo más, me dejo caer de rodillas ante la mesa y comienzo a comer, hambienta. El hambre desaparece poco a poco, hasta que al final ya no queda nada sobre el plato. De momento creo que es suficiente, pero mañana el hambre regresará de nuevo, aunque quizás para entonces ya haya más comida.
Dejo escapar un suspiro y me dejo caer sobre el suelo, tumbándome en él. Miro el techo y ronroneo levemente, satisfecha. Ya tenía el estómago saciado en parte, y tampoco tenía sueño... De haber estado completamente sana, posiblemente me hubiera ido afuera a hacer un poco de ejercicio... Pero por desgracia, aún no puedo exigir tanto a mi cuerpo.
- No necesito ninguna dieta-murmuro, todavía bocarriba-. Tú comes lo que necesitas, yo también.
Además, ¿quién es él para decir lo que puedo o no puedo comer? Llevo siete jodidos años encerrada sin comer otra cosa que comida de mierda drogada para tranquilizarme. Ya es hora de que recupere mis fuerzas y mi hábito normal de consumo... De otra forma, me sentiría de nuevo cohibida, encerrada y limitada... No, no me gustaba que decidieran por mí.
Dejo escapar un suspiro y me dejo caer sobre el suelo, tumbándome en él. Miro el techo y ronroneo levemente, satisfecha. Ya tenía el estómago saciado en parte, y tampoco tenía sueño... De haber estado completamente sana, posiblemente me hubiera ido afuera a hacer un poco de ejercicio... Pero por desgracia, aún no puedo exigir tanto a mi cuerpo.
- No necesito ninguna dieta-murmuro, todavía bocarriba-. Tú comes lo que necesitas, yo también.
Además, ¿quién es él para decir lo que puedo o no puedo comer? Llevo siete jodidos años encerrada sin comer otra cosa que comida de mierda drogada para tranquilizarme. Ya es hora de que recupere mis fuerzas y mi hábito normal de consumo... De otra forma, me sentiría de nuevo cohibida, encerrada y limitada... No, no me gustaba que decidieran por mí.
Re: Cómo conocí a tu madre
-Yo no digo que hagas una dieta... solo digo que no puedo pagar las cantidades que comes... ho, por cierto- Digo antes de levantarme.
Camino hacia un mueble y de ella tomo el Digivice de la chica para dárselo a la chica.
-Ahi esta tu Digivice... y yo me ire a dormir, si te aburres tengo un Play Station 2 en ese cajón, espero que no te moleste que los juegos estén en japonés- Le digo apuntando a un mueble. -Nos vemos... no rompas nada- Le digo antes de entrar a mi habitación para dormir.
No tardo en quedarme dormido, sin embargo tengo un extraño sueño en el que estoy perdido en un mundo raro y luego atrapado en un pasillo negro siendo perseguido por una criatura para resolver acertijos. Entonces despierto en medio de la noche para ver una luz extraña en mi Digivice, para descubrir un extraño símbolo parecido a un 8 inclinado color púrpura, igual al de mi sueño. Esto me confunde pero mi sueño supera mi confusión, por lo que vuelvo a dormir, tengo un sueño normal y despierto temprano en la mañana.
Me levanto y tomo mi Digivice para verlo fijamente, salgo de mi habitación y miro a la chica.
-Buenos días- Digo sin quitarle los ojos de encima a mi dispositivo.
Camino hacia un mueble y de ella tomo el Digivice de la chica para dárselo a la chica.
-Ahi esta tu Digivice... y yo me ire a dormir, si te aburres tengo un Play Station 2 en ese cajón, espero que no te moleste que los juegos estén en japonés- Le digo apuntando a un mueble. -Nos vemos... no rompas nada- Le digo antes de entrar a mi habitación para dormir.
No tardo en quedarme dormido, sin embargo tengo un extraño sueño en el que estoy perdido en un mundo raro y luego atrapado en un pasillo negro siendo perseguido por una criatura para resolver acertijos. Entonces despierto en medio de la noche para ver una luz extraña en mi Digivice, para descubrir un extraño símbolo parecido a un 8 inclinado color púrpura, igual al de mi sueño. Esto me confunde pero mi sueño supera mi confusión, por lo que vuelvo a dormir, tengo un sueño normal y despierto temprano en la mañana.
Me levanto y tomo mi Digivice para verlo fijamente, salgo de mi habitación y miro a la chica.
-Buenos días- Digo sin quitarle los ojos de encima a mi dispositivo.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Continúo, con gesto de fastidio, con la mirada hacia arriba. Me molesta que ese humano me diga que gasto mucho, así que si es necesario, empezaré a buscar comida de otro lado, para que así deje de quejarse... De hecho, tendría también que ir a otro lugar a dormir. Con el dinero que gane trabajando para él puedo buscarme una pensión o algo así... Y que me deje en paz. Pienso sobre todo eso, cuando él se levanta de su sitio, recordando algo. Giro la cabeza para mirarle con desgano, pero entonces, algo que lleva en las manos me hace abrir los ojos, incorporarme rápidamente y arrebatárselo... Mi digivice.
- Por fin, ¿por qué has tardado tanto?-poso mis labos sobre el dispositivo para besarlo-. Creí haberlo pedido hace siglos.
No le hago caso cuando se marcha, tan solo consigo procesar las palabras Play Station, lo cual es suficiente para hacer que abra el cajón, saque la consola y un par de juegos y me plante frente a la televisión. Una vez el humano se ha ido a dormir, enchufo la play, meto el juego y busco el canal externo para ver el menú de inicio. La pantalla muestra el título de God of War I, un juego que yo misma me compré con trece años, y que me pasé en unos pocos días... Empiezo una partida nueva modo dificil (?) y manejo al personaje, batallando enemigos y consiguiendo proezas, hasta que unas cuantas horas después, ya estoy en la escena final... No he insistido mucho en el juego, simplemente ya me lo sabía, y ya iba directa. Cuando lo termino, poco después, me levanto y voy a la cocina, en donde busco algo de comer y beber. Sin embargo, me tengo que conformar sólo con un vaso de leche, así que lo bebo, lo dejo en el fregadero y regreso al salón. Empiezo la siguiente parte de la saga cuando queda poco para que amanezca, y continúo centrada en la historia... Paso por muchas etapas, hasta que finalmente veo que el protagonista empieza a ascender hasta el Olimpo... Ahí se termina el juego.
Me tumbo de nuevo sobre el suelo, insatisfecha aún después de haberme pasado un juego en teoría tan difícil y violento... Tengo ganas de pelear contra alguien, de golpear y morder, de destrozar... Pero en mi estado es imposible, al menos de momento. Bostezo con amplitud, y me estiro como un gato. No tengo sueño, y no estoy cansada, todo por la enorme siesta que me había dado al desmayarme, aunque quizás empezaran a cerrárseme los ojos en unas cuantas horas. << Me pregunto dónde andará Ráthalos... Espero que no le hayan atrapado... >> Mi estómago se encoge tan solo de pensarlo, pero después sacudo la cabeza... Ráthalos jamás se dejaría atrapar.
De repente, mis pensamientos se ven interrumpidos cuando el humano entra en el salón, mirando su dispositivo (el cuál es prácticamente idéntico al mío) con gesto somnoliento. Me saluda dando los buenos días, a lo que yo respondo con un gruñido desde el suelo. Mientras tanto, la patalla de la televisión aún está dando los créditos finales del videojuego.
- Por fin, ¿por qué has tardado tanto?-poso mis labos sobre el dispositivo para besarlo-. Creí haberlo pedido hace siglos.
No le hago caso cuando se marcha, tan solo consigo procesar las palabras Play Station, lo cual es suficiente para hacer que abra el cajón, saque la consola y un par de juegos y me plante frente a la televisión. Una vez el humano se ha ido a dormir, enchufo la play, meto el juego y busco el canal externo para ver el menú de inicio. La pantalla muestra el título de God of War I, un juego que yo misma me compré con trece años, y que me pasé en unos pocos días... Empiezo una partida nueva modo dificil (?) y manejo al personaje, batallando enemigos y consiguiendo proezas, hasta que unas cuantas horas después, ya estoy en la escena final... No he insistido mucho en el juego, simplemente ya me lo sabía, y ya iba directa. Cuando lo termino, poco después, me levanto y voy a la cocina, en donde busco algo de comer y beber. Sin embargo, me tengo que conformar sólo con un vaso de leche, así que lo bebo, lo dejo en el fregadero y regreso al salón. Empiezo la siguiente parte de la saga cuando queda poco para que amanezca, y continúo centrada en la historia... Paso por muchas etapas, hasta que finalmente veo que el protagonista empieza a ascender hasta el Olimpo... Ahí se termina el juego.
Me tumbo de nuevo sobre el suelo, insatisfecha aún después de haberme pasado un juego en teoría tan difícil y violento... Tengo ganas de pelear contra alguien, de golpear y morder, de destrozar... Pero en mi estado es imposible, al menos de momento. Bostezo con amplitud, y me estiro como un gato. No tengo sueño, y no estoy cansada, todo por la enorme siesta que me había dado al desmayarme, aunque quizás empezaran a cerrárseme los ojos en unas cuantas horas. << Me pregunto dónde andará Ráthalos... Espero que no le hayan atrapado... >> Mi estómago se encoge tan solo de pensarlo, pero después sacudo la cabeza... Ráthalos jamás se dejaría atrapar.
De repente, mis pensamientos se ven interrumpidos cuando el humano entra en el salón, mirando su dispositivo (el cuál es prácticamente idéntico al mío) con gesto somnoliento. Me saluda dando los buenos días, a lo que yo respondo con un gruñido desde el suelo. Mientras tanto, la patalla de la televisión aún está dando los créditos finales del videojuego.
Re: Cómo conocí a tu madre
Luego de que la chica me "saluda" entro a la cocina para beber un vaso de agua para luego entrar al baño para hacer mis necesidades, lavarme los dientes y finalmente regreso a mi habitación para vestirme.
-Bien... vamos a la ciudad, prepárate- Le digo a la chica mientras tomo unas bolsas y salgo de la casa.
La espero en el exterior, para cuando esta lista y decide acompañarme, camino junto a ella por un pequeño camino que parece oculto a simple vista, es un camino que hice para viajar rápido de Tokio al Monte Fuji.
Ya llegando a la periferia de la ciudad, tomamos un taxi para ir al centro y llevo a la chica a un centro comercial donde hay tiendas de ropa y peluquerías, entre muchas otras cosas.
-Bien, te daré unos yenes y nos encontramos aquí en una hora mientras voy a comprar comida... no te pierdas- Le digo mientras le doy el dinero para luego irme a una tienda a comprar provisiones.
-Bien... vamos a la ciudad, prepárate- Le digo a la chica mientras tomo unas bolsas y salgo de la casa.
La espero en el exterior, para cuando esta lista y decide acompañarme, camino junto a ella por un pequeño camino que parece oculto a simple vista, es un camino que hice para viajar rápido de Tokio al Monte Fuji.
Ya llegando a la periferia de la ciudad, tomamos un taxi para ir al centro y llevo a la chica a un centro comercial donde hay tiendas de ropa y peluquerías, entre muchas otras cosas.
-Bien, te daré unos yenes y nos encontramos aquí en una hora mientras voy a comprar comida... no te pierdas- Le digo mientras le doy el dinero para luego irme a una tienda a comprar provisiones.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Parpadeo un par veces mientras él se marcha a prepararse, después me incorporo y deshago la trenza que recoge todo mi pelo para volver a peinarlo y volver a trenzarlo, a pesar de que en poco tiempo iré a que lo corten. Cuando el chico aparece de nuevo por el salón con las bolsas, me levanto y voy al baño para hacer mis necesidades y lavarme la cara y los dientes un poco con la pasta que el rubiales se ha dejado en el lavabo. Pocos minutos después, salgo por la puerta de la casa y sigo al humano por un sendero a través del bosque. En el transcurso, entrelazo las manos por detrás de la cabeza y miro al cielo, aunque en realidad, tengo los cinco sentidos puestos en el ambiente... No me apetecía que DATS apareciera de repente y nos sorprendiera.
Por suerte, nadie nos sale al paso, recorremos todo el camino sin percances, hasta avistar ya edificios a lo lejos. Entramos poco a poco en las afueras de la metrópoli japonesa, en donde el chico para un taxi para viajar más rápido a donde quiere que vayamos. Una vez dentro, le cita al conductor la dirección, mientras miro por la ventanilla con gesto aburrido, apoyando el codo en el posabrazos y sujetándome la cabeza con la mano. No hablo en todo el trayecto, simplemente escucho la emisora de música internacional de radio que tiene prendida el taxista, de la cual reconozco un par de canciones. Alrededor de media hora después, el taxi para en una esquina, me bajo del coche mientras el rubiales paga y espero a que salga. Cuando los dos nos encontramos en la acera, él me guía hasta un gran centro comercial, facilmente visible desde la lejanía.
A medida que avanzamos, voy vigilando a mi alrededor, escrutando a cada persona que me pareciera sospechosa... Suena muy maníatico y paranóico, pero es así, tengo que tomar medidas para que no me pille el toro desprevenida... En realidad, desde pequeña había sido así, desde que había empezado a trabajar para mis padres, las situaciones requerían de mí tal comportamiento para poder pasar inadvertida. << Y más ahora, que estoy débil >>
Finalmente, ya dentro del enorme centro comercial, el rubiales me tiende el dinero para que vaya a mi aire, y me insiste en que no me pierda. Pongo los ojos en blanco y me doy media vuelta sin despedirme para buscar una peluquería, la cual no tardo en encontrar, un pequeño negocio en el piso bajo. El local está a medio llenar, así que enseguida me atienden. La dependienta, al ver la enorme cantidad de pelo, se sorprende, me mira raro y hace ademán de preguntar acerca de ello, sin embargo, con mi mirada glacial consigo que enmudezca a tiempo, y que me lleve a una silla especial con lavabo incluído. Soy consciente de que en mi caso, va a tardar bastante, pero soy paciente, y le dejo sacar ramas y hojas de entre los mechones, lavar, cortar y peinar. Cuando, una hora después, salgo del establecimiento ya habiendo pagado, mis cabellos no son ni la mitad de lo que eran antes, a pesar de que ahora me llegan hasta el lugar donde la espalda pierde su propio nombre, más o menos por las caderas, quizás un poco más. Observo el rojo brillante de mi pelo, satisfecha; lo han dejado bastante bien, está liso, suave, brillante y saneado... Al fin.
Con una leve sonrisa, busco las escaleras mecánicas y subo por ellas a la zona de las tiendas. Camino despacio, mirando los escaparates, pero nada me convence, pues todo lo que ofrecen es ropa cursi o que no me va para nada... Vestidos, faldas, camisas... Nah, si eso es todo lo que hay allí, mejor me quedo con lo puesto.
Pero entonces es cuando, al pasar de largo, veo por el rabillo del ojo algo que me llama la atención. Me giro y contemplo, con gesto neutro, un escaparate en el cual se muestra la típica motocicleta negra, con un maniqui de hombre y de mujer, ambos vestidos al estilo rockero, con chaquetas de cuero, guantes sin dedos, pantalones oscuros y botas con pinchos. Mis ojos verdes brillan con emoción y curiosidad. Retomo mi sonrisa y entro a la tienda... Instantáneamente me recibe una fuerte música de heavy metal, y mi mente se transporta a cuando era una cría y las organizaba buenas en el instituto. Doy un suspiro y empiezo a mirar las estanterías y las perchas, dándo una vuelta por la tienda y tarareando suavemente la música que suena. El vendedor, un japonés un tanto siniestro, se encuentra a su bola detrás el mostrador, mientras mastica chicle y chatea por su teléfono... Pronto me presento allí para colocar sobre la mesa una pila de ropa que me he probado tras las cortinas del fondo de la tienda nada más encontrarlas: pantalones de cuero, cinturones con tachuelas, chaqueta de cuero, y un sujetador negro, obviamente del mismo material. A todo eso, acompañan unas botas con tacón y púas plateadas, unos guantes sin dedos, pero con púas en los nudillos y unos brazales del mismo estilo que las botas, con pinchos en torno a ellos. El dependiente parpadea, sorprendido, pero se dispone a pasarlo todo por el láser para sumar toda la cantidad de dinero; en ese tiempo, añado a la compra unas gafas de sol de aviador oscuras que he tomado de una vitrina de la mesa.
El siniestro termina poco después de realizar rodo el recuento y me da la cifra total a pagar; saco el dinero que me dio el rubuales y le tiendo un par de billetes. Entonces, cuando él me ofrece una bolsa, niego con la cabeza.
- Me lo llevaré puesto-le digo en su idioma, y de nuevo me interno en los probadores para cambiarme de ropa, para minutos después salir de ellos ya como si fuera una persona completamente diferente a la que entró.
Cruzo la tienda con un brillo satisfecho en la mirada. El dependiente se me queda mirando, aún cuando, sin despedirme salgo del local metiendo el brazo entre los mechones de mi pelo para agitarlos. Una vez fuera, inspiro hondo, y miro a mi alrededor.
- Sólo queda algo para estar completa-murmuro, caminando hacia un estanco, en el cual compro un zippo y una cajetilla de tabaco.
Salgo del establecimiento, y bajo al piso inferior para ir a la entrada del centro comercial. Al salir al exterior, apoyo mi espalda contra la estructura del edificio y me enciendo el primer cigarro... El primero después de siete años.
- Afuu... Cómo lo echaba de menos...-murmuro, en un ronroneo, satisfecha.
Por suerte, nadie nos sale al paso, recorremos todo el camino sin percances, hasta avistar ya edificios a lo lejos. Entramos poco a poco en las afueras de la metrópoli japonesa, en donde el chico para un taxi para viajar más rápido a donde quiere que vayamos. Una vez dentro, le cita al conductor la dirección, mientras miro por la ventanilla con gesto aburrido, apoyando el codo en el posabrazos y sujetándome la cabeza con la mano. No hablo en todo el trayecto, simplemente escucho la emisora de música internacional de radio que tiene prendida el taxista, de la cual reconozco un par de canciones. Alrededor de media hora después, el taxi para en una esquina, me bajo del coche mientras el rubiales paga y espero a que salga. Cuando los dos nos encontramos en la acera, él me guía hasta un gran centro comercial, facilmente visible desde la lejanía.
A medida que avanzamos, voy vigilando a mi alrededor, escrutando a cada persona que me pareciera sospechosa... Suena muy maníatico y paranóico, pero es así, tengo que tomar medidas para que no me pille el toro desprevenida... En realidad, desde pequeña había sido así, desde que había empezado a trabajar para mis padres, las situaciones requerían de mí tal comportamiento para poder pasar inadvertida. << Y más ahora, que estoy débil >>
Finalmente, ya dentro del enorme centro comercial, el rubiales me tiende el dinero para que vaya a mi aire, y me insiste en que no me pierda. Pongo los ojos en blanco y me doy media vuelta sin despedirme para buscar una peluquería, la cual no tardo en encontrar, un pequeño negocio en el piso bajo. El local está a medio llenar, así que enseguida me atienden. La dependienta, al ver la enorme cantidad de pelo, se sorprende, me mira raro y hace ademán de preguntar acerca de ello, sin embargo, con mi mirada glacial consigo que enmudezca a tiempo, y que me lleve a una silla especial con lavabo incluído. Soy consciente de que en mi caso, va a tardar bastante, pero soy paciente, y le dejo sacar ramas y hojas de entre los mechones, lavar, cortar y peinar. Cuando, una hora después, salgo del establecimiento ya habiendo pagado, mis cabellos no son ni la mitad de lo que eran antes, a pesar de que ahora me llegan hasta el lugar donde la espalda pierde su propio nombre, más o menos por las caderas, quizás un poco más. Observo el rojo brillante de mi pelo, satisfecha; lo han dejado bastante bien, está liso, suave, brillante y saneado... Al fin.
Con una leve sonrisa, busco las escaleras mecánicas y subo por ellas a la zona de las tiendas. Camino despacio, mirando los escaparates, pero nada me convence, pues todo lo que ofrecen es ropa cursi o que no me va para nada... Vestidos, faldas, camisas... Nah, si eso es todo lo que hay allí, mejor me quedo con lo puesto.
Pero entonces es cuando, al pasar de largo, veo por el rabillo del ojo algo que me llama la atención. Me giro y contemplo, con gesto neutro, un escaparate en el cual se muestra la típica motocicleta negra, con un maniqui de hombre y de mujer, ambos vestidos al estilo rockero, con chaquetas de cuero, guantes sin dedos, pantalones oscuros y botas con pinchos. Mis ojos verdes brillan con emoción y curiosidad. Retomo mi sonrisa y entro a la tienda... Instantáneamente me recibe una fuerte música de heavy metal, y mi mente se transporta a cuando era una cría y las organizaba buenas en el instituto. Doy un suspiro y empiezo a mirar las estanterías y las perchas, dándo una vuelta por la tienda y tarareando suavemente la música que suena. El vendedor, un japonés un tanto siniestro, se encuentra a su bola detrás el mostrador, mientras mastica chicle y chatea por su teléfono... Pronto me presento allí para colocar sobre la mesa una pila de ropa que me he probado tras las cortinas del fondo de la tienda nada más encontrarlas: pantalones de cuero, cinturones con tachuelas, chaqueta de cuero, y un sujetador negro, obviamente del mismo material. A todo eso, acompañan unas botas con tacón y púas plateadas, unos guantes sin dedos, pero con púas en los nudillos y unos brazales del mismo estilo que las botas, con pinchos en torno a ellos. El dependiente parpadea, sorprendido, pero se dispone a pasarlo todo por el láser para sumar toda la cantidad de dinero; en ese tiempo, añado a la compra unas gafas de sol de aviador oscuras que he tomado de una vitrina de la mesa.
El siniestro termina poco después de realizar rodo el recuento y me da la cifra total a pagar; saco el dinero que me dio el rubuales y le tiendo un par de billetes. Entonces, cuando él me ofrece una bolsa, niego con la cabeza.
- Me lo llevaré puesto-le digo en su idioma, y de nuevo me interno en los probadores para cambiarme de ropa, para minutos después salir de ellos ya como si fuera una persona completamente diferente a la que entró.
- Spoiler:
Cruzo la tienda con un brillo satisfecho en la mirada. El dependiente se me queda mirando, aún cuando, sin despedirme salgo del local metiendo el brazo entre los mechones de mi pelo para agitarlos. Una vez fuera, inspiro hondo, y miro a mi alrededor.
- Sólo queda algo para estar completa-murmuro, caminando hacia un estanco, en el cual compro un zippo y una cajetilla de tabaco.
- Zippo (?):
Salgo del establecimiento, y bajo al piso inferior para ir a la entrada del centro comercial. Al salir al exterior, apoyo mi espalda contra la estructura del edificio y me enciendo el primer cigarro... El primero después de siete años.
- Afuu... Cómo lo echaba de menos...-murmuro, en un ronroneo, satisfecha.
Re: Cómo conocí a tu madre
Compro una gran cantidad de comida, la mayoría siendo ramen instantáneo por que es algo saciador que no ocupa mucho espacio, espero que la chica no lo coma todo en un día.
Mientras tanto, un hombre con ropa de motociclista se acerca a la chica por la espalda, la ve fumar por un tiempo y luego la agarra por el cuello y pone un cuchillo en su espalda para amenazarla.
-Hola chica rebelde... dame todos los yenes que tengas y no tendré que apuñalarte- Dice el hombre.
Sin embargo, yo veo la escena a lo lejos ya que me estaba dirigiendo al punto de reunión, asi que dejo las bolas en el suelo, corro hacia el sujeto para sujetar su brazo, le doblo la mano para hacer que suelte el cuchillo y luego hago una llave de judo para levantarlo y azotarlo contra el suelo, dejándolo dan dañado que no se moverá en un tiempo.
-Esa es una ropa muy extraña la que tienes puesta... pero te queda bien- Le comento a la chica antes de ir a buscar las bolsas que deje mas atras.
Luego regreso hacia donde esta la chica y camino junto a ella por el centro comercial.
-¿Hay algo mas que quieras ver antes de regresar?- Le pregunto.
Mientras tanto, un hombre con ropa de motociclista se acerca a la chica por la espalda, la ve fumar por un tiempo y luego la agarra por el cuello y pone un cuchillo en su espalda para amenazarla.
-Hola chica rebelde... dame todos los yenes que tengas y no tendré que apuñalarte- Dice el hombre.
Sin embargo, yo veo la escena a lo lejos ya que me estaba dirigiendo al punto de reunión, asi que dejo las bolas en el suelo, corro hacia el sujeto para sujetar su brazo, le doblo la mano para hacer que suelte el cuchillo y luego hago una llave de judo para levantarlo y azotarlo contra el suelo, dejándolo dan dañado que no se moverá en un tiempo.
-Esa es una ropa muy extraña la que tienes puesta... pero te queda bien- Le comento a la chica antes de ir a buscar las bolsas que deje mas atras.
Luego regreso hacia donde esta la chica y camino junto a ella por el centro comercial.
-¿Hay algo mas que quieras ver antes de regresar?- Le pregunto.
Kenshi Haibu
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Re: Cómo conocí a tu madre
La primera calada es, para mí, como agua en el desierto. Se que en esos siete años he tenido tiempo para superar ese vicio, y llegó un momento en el cual llegué a hacerlo, pero no por voluntad propia... En las cárceles de DATS no regalaban cigarrillos. Por eso, disfruto del cigarro como si fuera la primera vez. Me separo de la pared un poco, expulso el aire e inspiro hondo, con expresión de satisfacción. Sin embargo, antes de poder gozar de la sensación, siento que alguien me toca el cuello, y roza con algo punzante mi espalda, justamente en donde tengo una larga y fea cicatriz (lo que me hace sufrir un escalofrío) que va de costado izquierdo a hombro derecho, de modo que parte de ella queda oculta bajo el sujetador y la chaqueta de cuero. Mi primer pensamiento es que DATS me ha encontrado finalmente, y que me tienen rodeada. Mi mente comienza a trabajar rápidamente, y me preparo para pelear. Aunque pronto le oído hablar, con un suspiro de alivio entiendo que es un humano normal, un estúpido perdedor que intenta atracarme. No tiene ni idea de con quién se ha topado.
Mis ojos se afilan, mis pupilas se alargan y adquieren un matiz asesino, como de un animal disponiéndose a atacar a una presa. Tenso mis músculos, con la idea de volverme rápidamente, apartar sus manazas de mí y desarmarlo para posteriormente empezar darle su merecido... ¿Quiere pelea? Yo se la doy encantada... Pero posiblemente, ese humano no saldrá bien parado.
Pero, antes de que pudiera hacer nada, una figura aparece rápidamente junto a nosotros. El rubiales aparta al otro de mi lado, y de manera bastante hábil para ser sólo un simple humano, le arrebata el arma y le inmoviliza... Quedo bastante sorprendida, pero eso hace también que mi desconfianza aumentara un poco. ¿Un humano normal y corriente, conocedor de una técnica de combate así? Quizás fue entrenado, pero... Los de DATS normalmente son entrenados concienzudamente. Entrecierro los ojos cuando el rubiales se vuelve hacia mí, ya habiendo terminado, y dejo escapar un gruñido.
- ¿Qué ha sido eso?-mascullo, mostrándo de nuevo mi recelo. Mientras él sigue caminando, me acercó al perdedor del suelo y le pateo en toda la cara con fuerza, escuchándo así el agardable crujido de su nariz al romperse. Me agacho y recojo su cuchillo, antes de escupirle-. Perdedor... Suerte tienes de que él haya intervenido.
Camino rápidamente hasta llegar junto al japonés. Se podría decir que "me ha salvado", aunque yo misma podría haberme librado solita, pero eso no hace que no desconfíe de por qué pelea tam bien. Quizás es que simplemente le entrenaron de pequeño, a fin de cuentas, Japón era un país en el que se daban bastante las artes marciales... Pero también podría haber otro motivo. DATS.
- ¿Qué ha sido eso? No peleabas como un cualquiera-le digo, agarrándole del brazo con fuerza. Mis ojos se fijan en los suyos, buscando cualquier señal que le delatara. Sin embargo, lo único que obtengo es una especie de "cumplido" ante mi nueva vestimenta. No puedo evitarlo, me llevo las manos a los pechos y los aprieto el uno contra el otro, con un brillo juguetón en los ojos-. ¿Qué pasa? ¿Te gustan, o qué?-le pregunto, guiñando un ojo con malicia.
Mis ojos se afilan, mis pupilas se alargan y adquieren un matiz asesino, como de un animal disponiéndose a atacar a una presa. Tenso mis músculos, con la idea de volverme rápidamente, apartar sus manazas de mí y desarmarlo para posteriormente empezar darle su merecido... ¿Quiere pelea? Yo se la doy encantada... Pero posiblemente, ese humano no saldrá bien parado.
Pero, antes de que pudiera hacer nada, una figura aparece rápidamente junto a nosotros. El rubiales aparta al otro de mi lado, y de manera bastante hábil para ser sólo un simple humano, le arrebata el arma y le inmoviliza... Quedo bastante sorprendida, pero eso hace también que mi desconfianza aumentara un poco. ¿Un humano normal y corriente, conocedor de una técnica de combate así? Quizás fue entrenado, pero... Los de DATS normalmente son entrenados concienzudamente. Entrecierro los ojos cuando el rubiales se vuelve hacia mí, ya habiendo terminado, y dejo escapar un gruñido.
- ¿Qué ha sido eso?-mascullo, mostrándo de nuevo mi recelo. Mientras él sigue caminando, me acercó al perdedor del suelo y le pateo en toda la cara con fuerza, escuchándo así el agardable crujido de su nariz al romperse. Me agacho y recojo su cuchillo, antes de escupirle-. Perdedor... Suerte tienes de que él haya intervenido.
Camino rápidamente hasta llegar junto al japonés. Se podría decir que "me ha salvado", aunque yo misma podría haberme librado solita, pero eso no hace que no desconfíe de por qué pelea tam bien. Quizás es que simplemente le entrenaron de pequeño, a fin de cuentas, Japón era un país en el que se daban bastante las artes marciales... Pero también podría haber otro motivo. DATS.
- ¿Qué ha sido eso? No peleabas como un cualquiera-le digo, agarrándole del brazo con fuerza. Mis ojos se fijan en los suyos, buscando cualquier señal que le delatara. Sin embargo, lo único que obtengo es una especie de "cumplido" ante mi nueva vestimenta. No puedo evitarlo, me llevo las manos a los pechos y los aprieto el uno contra el otro, con un brillo juguetón en los ojos-. ¿Qué pasa? ¿Te gustan, o qué?-le pregunto, guiñando un ojo con malicia.
Re: Cómo conocí a tu madre
La chica me detiene para preguntarme acerca de mi forma de pelear, pero luego cambia el tema para coquetearme cuando le hago el cumplido de su ropa.
-Si, les doy diez puntos- Le digo felicitando sus atributos. -Por cierto, peleo asi por que estoy entrenado, esa espada y bandera en mi casa no son decoración, mi familia aun tiene el gran dojo del clan Haibu- Le respondo a su pregunta anterior.
Camino junto a ella por el resto del centro comercial para luego salir de el, tomar un taxi para ir a la periferia de la ciudad y caminar por el bosque para llegar a la cabaña. Dejo las bolsas de comida en la casa y luego camino hacia la puerta de mi sala de entrenamientos y la abro, revelando la habitación llena de maniquíes, armas de practica junto con reales y unos trajes tradicionales japoneses, pero entre todas esas cosas yo recojo un traje de apicultor que le muestro a la chica.
-Ven, te enseñare lo que vas a hacer en el trabajo- Le digo antes de darle el traje.
-Si, les doy diez puntos- Le digo felicitando sus atributos. -Por cierto, peleo asi por que estoy entrenado, esa espada y bandera en mi casa no son decoración, mi familia aun tiene el gran dojo del clan Haibu- Le respondo a su pregunta anterior.
Camino junto a ella por el resto del centro comercial para luego salir de el, tomar un taxi para ir a la periferia de la ciudad y caminar por el bosque para llegar a la cabaña. Dejo las bolsas de comida en la casa y luego camino hacia la puerta de mi sala de entrenamientos y la abro, revelando la habitación llena de maniquíes, armas de practica junto con reales y unos trajes tradicionales japoneses, pero entre todas esas cosas yo recojo un traje de apicultor que le muestro a la chica.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Me cruzo de brazos esperando una respuesta que explique su forma de pelear, pero antes de eso, el chico responde a mi provocación acerca de mis dos grandes personalidades con un "diez puntos". No evito sonreír, entre orgullosa y burlona, a fin de cuentas él empezó a comentar acerca de mi nueva forma de vestir, que indudablemente me queda mejor que esa vieja y sucia camisa de fuerza.
- Boobie y Boob te lo agradecen, pero... ¿Diez puntos a las dos, o a cada una?-continúo bromeando, intentando así molestarle e incomodarle. Recuerdo que cuando hice ademán de quitarme la camiseta en su casa se sonrojó, así que quiero volver a provocarle esa reacción. << Y pensar que con quince años era tan plana como una tabla... Siete años hacen maravillas >> Entonces él finalmente explica por qué sabe pelear tan bien, y parte de mis sospechas se disipan, a fin de cuentas ya había pensado algo así cuando vi la espada y la bandera en su salón-. Nunca he escuchado hablar de ese clan-comento, de nuevo para irritarle, aunque tampoco era mentira. ¿Clan Haibu? Conozco unos cuantos, él mío por ejemplo era el Jakuchū. No perteneczo de forma directa, pero cuando era pequeña, mi maestro me enseñó, de modo que desde entonces en parte me he sentido así... Al menos hasta hace siete años, no he vuelto a saber nada de ese viejo desde entonces-. Ya que me lo has aclarado... Más te vale que sea cierto. De no ser así, este cuchillo podría deslizarse por tu cuello mientras duermes-hice girar entre los dedos el arma que le había sustraído al atracador, y después lo lancé hacia arriba para volver a atraparlo al vuelo.
Cogemos un taxi de regreso a su casa, en el trayecto tampoco hablo, salvo para responder con pocas palabras a cualquier cosa que el rubiales me diga. Cuando salimos del vehículo, de nuevo seguimos el sendero a través del bosque hacia la cabaña, en donde entramos para dejar las bolsas. El chico me pide que le siga hasta una sala que parece ser de entrenamiento. Con curiosidad, observo las vitrinas, los maniquis, las armas y los trajes de pelea, hasta que entonces el japones me muestra un traje blanco.
- Ven, te enseñaré lo que vas a hacer en el trabajo.
Tuerzo el gesto al recordar que he sido "contratada" por él, pero asiento y le sigo hasta el jardín y en donde estaban las cajas blancas que había visto ya con anterioridad cuando le había vigilado desde los arbustos. Como supongo que no me ha dado el traje para que lo tire a la basura, me lo empiezo a poner. Al terminar, parezco un astronauta extraño sacado de cualquier show malo de serie B.
- Boobie y Boob te lo agradecen, pero... ¿Diez puntos a las dos, o a cada una?-continúo bromeando, intentando así molestarle e incomodarle. Recuerdo que cuando hice ademán de quitarme la camiseta en su casa se sonrojó, así que quiero volver a provocarle esa reacción. << Y pensar que con quince años era tan plana como una tabla... Siete años hacen maravillas >> Entonces él finalmente explica por qué sabe pelear tan bien, y parte de mis sospechas se disipan, a fin de cuentas ya había pensado algo así cuando vi la espada y la bandera en su salón-. Nunca he escuchado hablar de ese clan-comento, de nuevo para irritarle, aunque tampoco era mentira. ¿Clan Haibu? Conozco unos cuantos, él mío por ejemplo era el Jakuchū. No perteneczo de forma directa, pero cuando era pequeña, mi maestro me enseñó, de modo que desde entonces en parte me he sentido así... Al menos hasta hace siete años, no he vuelto a saber nada de ese viejo desde entonces-. Ya que me lo has aclarado... Más te vale que sea cierto. De no ser así, este cuchillo podría deslizarse por tu cuello mientras duermes-hice girar entre los dedos el arma que le había sustraído al atracador, y después lo lancé hacia arriba para volver a atraparlo al vuelo.
Cogemos un taxi de regreso a su casa, en el trayecto tampoco hablo, salvo para responder con pocas palabras a cualquier cosa que el rubiales me diga. Cuando salimos del vehículo, de nuevo seguimos el sendero a través del bosque hacia la cabaña, en donde entramos para dejar las bolsas. El chico me pide que le siga hasta una sala que parece ser de entrenamiento. Con curiosidad, observo las vitrinas, los maniquis, las armas y los trajes de pelea, hasta que entonces el japones me muestra un traje blanco.
- Ven, te enseñaré lo que vas a hacer en el trabajo.
Tuerzo el gesto al recordar que he sido "contratada" por él, pero asiento y le sigo hasta el jardín y en donde estaban las cajas blancas que había visto ya con anterioridad cuando le había vigilado desde los arbustos. Como supongo que no me ha dado el traje para que lo tire a la basura, me lo empiezo a poner. Al terminar, parezco un astronauta extraño sacado de cualquier show malo de serie B.
Re: Cómo conocí a tu madre
Me coloco un sombrero de apicultor, saco de la cocina un carrito y con el salgo de la casa hasta las colmenas a las que le limpio la nieve de encima mientras espero que la chica se me una.
-Sacar la miel de las abejas es algo muy fácil y no se hace muy a menudo en esta época, las abejas necesitan comida para el invierno- Le digo cuando ella se aproxima a mi -Lo importante es tener cuidado y usar el ahumador- Le digo a la chica.
Le hago una rápida demostración de como se usa la herramienta antes de darle el ahumador, entonces yo tomo uno para luego abrir la colmena de la que sale una nube de insectos que revolotean por doquier y que son repelidos por el humo de mi herramienta, rápidamente tomo un panel cargado de miel. Dejo el ahumador sobre el carrito y tomo un cepillo el que uso para sacar las abejas del panel para luego colocarlo en el interior del carrito, del cual saco continuación un panel de cera vacío el cual coloco en la colmena para luego serrar la tapa de esta.
-Es así de simple- Le digo mientras esparzo un poco mas de humo -Solo recuerda tener cuidado al cepillar las abejas del panel, son frágiles y quizas puedas toparte con la reina en uno de esos paneles, a ella no quieres dañarla- Le digo antes de cruzarme de brazos para ver como trabaja la pelirroja.
-Sacar la miel de las abejas es algo muy fácil y no se hace muy a menudo en esta época, las abejas necesitan comida para el invierno- Le digo cuando ella se aproxima a mi -Lo importante es tener cuidado y usar el ahumador- Le digo a la chica.
Le hago una rápida demostración de como se usa la herramienta antes de darle el ahumador, entonces yo tomo uno para luego abrir la colmena de la que sale una nube de insectos que revolotean por doquier y que son repelidos por el humo de mi herramienta, rápidamente tomo un panel cargado de miel. Dejo el ahumador sobre el carrito y tomo un cepillo el que uso para sacar las abejas del panel para luego colocarlo en el interior del carrito, del cual saco continuación un panel de cera vacío el cual coloco en la colmena para luego serrar la tapa de esta.
-Es así de simple- Le digo mientras esparzo un poco mas de humo -Solo recuerda tener cuidado al cepillar las abejas del panel, son frágiles y quizas puedas toparte con la reina en uno de esos paneles, a ella no quieres dañarla- Le digo antes de cruzarme de brazos para ver como trabaja la pelirroja.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Me acerco con desgana hacia el rubiales, arrastrando conmigo aquel estúpido traje para evitar picaduras. No le tengo miedo a las abejas, pero después de todo el tiempo que estuve enferma, no me apetece llenarme la cara de picotazos; aparte del dolor, después parecería una paella en mal estado. Observo sin muchas ganas la manera en la que el japonés trabaja. No le presto mucha atención, pero tampoco lo necesito, pues mi memoria sigue siendo prodigiosa, y cuando el termina, no necesito que me lo vuelvan a explicar dos veces.
Cuando me pongo manos a la obra, me acerco al carrito a tomar el ahumador y lo muevo suavemente al extraer un nuevo panel de la colmena. Las abejas zumban, revolotean a mi alrededor, pero consigo alejar a la mayoría del panal. Sustituyo, como hizo el chico, el ahumador por el cepillo, y comienzo a frotarlo contra el panel con suavidad, con cuidado de no dañar a ningún insecto. Después de un rato "peinándolo", saco un panel vacío del carrito e introduzco en su lugar el de la miel... Después, termino la tarea, guardando el limpio en la colmena.
Frunzo los labios, y me doy la vuelta para mirar al apicultor, con cierta arrogancia en los ojos, por si tiene algo que decirme con respecto a mi forma de trabajar. Cuando esta se da (si es que ralmente dice algo), retomo la tarea y comienzo a trabajar con un nuevo lienzo de abejas.
- Meto cepillo, saco abejas... Meto cepillo, saco abejas... Meto cepillo, saco abejas-murmuro repetidamente, haciendo de ese oficio algo monótono y casi automático-. ¿De verdad trabajas en esto tooodo el día? ¿No te aburres? Porque joooder...
Mientras tanto, desde algún lugar en el bosque, una figura vigila desde lejos a ambas personas, con un brillo peligroso en sus brillantes ojos azules, como si estuviera acechando y esperando el momento para salir y sorprenderles.
Cuando me pongo manos a la obra, me acerco al carrito a tomar el ahumador y lo muevo suavemente al extraer un nuevo panel de la colmena. Las abejas zumban, revolotean a mi alrededor, pero consigo alejar a la mayoría del panal. Sustituyo, como hizo el chico, el ahumador por el cepillo, y comienzo a frotarlo contra el panel con suavidad, con cuidado de no dañar a ningún insecto. Después de un rato "peinándolo", saco un panel vacío del carrito e introduzco en su lugar el de la miel... Después, termino la tarea, guardando el limpio en la colmena.
Frunzo los labios, y me doy la vuelta para mirar al apicultor, con cierta arrogancia en los ojos, por si tiene algo que decirme con respecto a mi forma de trabajar. Cuando esta se da (si es que ralmente dice algo), retomo la tarea y comienzo a trabajar con un nuevo lienzo de abejas.
- Meto cepillo, saco abejas... Meto cepillo, saco abejas... Meto cepillo, saco abejas-murmuro repetidamente, haciendo de ese oficio algo monótono y casi automático-. ¿De verdad trabajas en esto tooodo el día? ¿No te aburres? Porque joooder...
* * * * *
Mientras tanto, desde algún lugar en el bosque, una figura vigila desde lejos a ambas personas, con un brillo peligroso en sus brillantes ojos azules, como si estuviera acechando y esperando el momento para salir y sorprenderles.
- OFF:
Re: Cómo conocí a tu madre
Observo atentamente como la chica como recolecta la miel, lo hace bastante bien y cundo ella me pregunta si eso era todo, yo le sonrió para responderle.
-Esta no es ni la mitad del trabajo, afortunadamente para ti es invierno y no hay que hacer mucho... bien, necesito diez panales, no saques mas de tres de una colmena-
Me alejo de la chica y para entrar algo de leña a la casa y luego entro a la cocina para preparar la centrifuga de miel para cuando la pelirroja regrese.
-Esta no es ni la mitad del trabajo, afortunadamente para ti es invierno y no hay que hacer mucho... bien, necesito diez panales, no saques mas de tres de una colmena-
Me alejo de la chica y para entrar algo de leña a la casa y luego entro a la cocina para preparar la centrifuga de miel para cuando la pelirroja regrese.
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Re: Cómo conocí a tu madre
Por primera vez desde que lo conozco, el rubiales sonríe, específicamente al verme hacer bien el trabajo. Supongo que lo estoy haciendo de la forma correcta, porque no me corrige ningún error, sino que me explica que esa es solo una parte del trabajo... Entonces él se marcha, dejándome a mí con los quehaceres, y con un resoplido continúo, sacando panales llenos, limpiándolos de insectos y sustituyéndolos por otros vacíos, una y otra vez. Cuando termino, siguiendo sus últimas indicaciones, suspiro, y llevo el carrito al interior de la casa; primero busco al rubiales, lo encuentro en la cocina, y después empujo la mercancia hasta él. Finalmente, y con impaciencia, me saco el traje de apicultor, agradeciendo al fin el momento de respiro... A mi criterio, es un disfraz incómodo y feo, prefiero muchísimo más quedarme en la ropa que poseo.
Una vez libre de traje, muevo el cuello, haciéndolo crujir, me llevo una mano a la nuca para rascarla... Sin embargo, de repente siento un fuerte pinchazo en el dorso, con un grito, agito la mano con insistencia, y veo con fastidio la colocara picaduras de una abeja que al parecer ha decidido alejarse de sus hermanas. Con un gruñido, agarró una paleta que hay en una encimera y haciendo gala de mis reflejos, aplasto al bicho contra el azulejo de una pared.
- Bicho asqueroso...-gruño, con fastidio, frotándome la zona dolorida.
Por si eso no fuera poco, de repente unos golpes provenientes de la entrada fuertes me alertan, presupongo que alguien está llamando a la puerta, y sin perder un segundo, me deslizo hasta el salón, agarro mis espadas y me coloco en posición defensiva contra la pared, escondida... No soy tonta, si los de DATS han conseguido seguir mi rastro, probablemente hayan llegado hasta aquí... Con un gesto, le indico al rubiales que vaya a abrir... Si mis suposiciones resultan ser acertadas, entonces pronto tendré que actuar.
Afuera, el espía ha observado todo lo ocurrido. Primero ha sido testigo de cómo la pelirroja trabajaba con las colmenas... Eso le hizo enfadar, pero consiguió de momento serenarse y continuar escondido. No obstante, al ver al humano extraer un hacha del cobertizo, se alerta, y sus miedos se ven infundados cuando el grito de la otra chica se eleva por los cielos. Con um rugido, el intruso sale de detrás del arbusto para correr hacia la casa. De la funda de una de sus botas, saca uma escopeta, y con la otra garra, golpea cuatro veces contra la puerta, mientras sus colmillos chirrían.
Una vez libre de traje, muevo el cuello, haciéndolo crujir, me llevo una mano a la nuca para rascarla... Sin embargo, de repente siento un fuerte pinchazo en el dorso, con un grito, agito la mano con insistencia, y veo con fastidio la colocara picaduras de una abeja que al parecer ha decidido alejarse de sus hermanas. Con un gruñido, agarró una paleta que hay en una encimera y haciendo gala de mis reflejos, aplasto al bicho contra el azulejo de una pared.
- Bicho asqueroso...-gruño, con fastidio, frotándome la zona dolorida.
Por si eso no fuera poco, de repente unos golpes provenientes de la entrada fuertes me alertan, presupongo que alguien está llamando a la puerta, y sin perder un segundo, me deslizo hasta el salón, agarro mis espadas y me coloco en posición defensiva contra la pared, escondida... No soy tonta, si los de DATS han conseguido seguir mi rastro, probablemente hayan llegado hasta aquí... Con un gesto, le indico al rubiales que vaya a abrir... Si mis suposiciones resultan ser acertadas, entonces pronto tendré que actuar.
* * * * * * *
Afuera, el espía ha observado todo lo ocurrido. Primero ha sido testigo de cómo la pelirroja trabajaba con las colmenas... Eso le hizo enfadar, pero consiguió de momento serenarse y continuar escondido. No obstante, al ver al humano extraer un hacha del cobertizo, se alerta, y sus miedos se ven infundados cuando el grito de la otra chica se eleva por los cielos. Con um rugido, el intruso sale de detrás del arbusto para correr hacia la casa. De la funda de una de sus botas, saca uma escopeta, y con la otra garra, golpea cuatro veces contra la puerta, mientras sus colmillos chirrían.
- Spoiler:
Re: Cómo conocí a tu madre
Cuando la chica entra a la casa con el carrito, yo la recibo con un gran cuchillo en una mano de la que sale un cable con un enchufe.
-Perfecto, ahora empieza la segunda parte... este es un cuchillo eléctrico diseñado para quitar la cera de los paneles- Le digo mientras le enseño el cuchillo.
Veo como la pelirroja se quita el traje de apicultor e inmediatamente noto como una abeja sale del interior del traje, delatando que la chica no se lo coloco bien. Estaba apunto de decirle acerca del insecto sin embargo la abeja la pica primero, lo que provoca que la chica gritem se enfade y aplaste al insecto.
-¡Hey!... mi abe- No logre terminar lo que iba a decir ya que unos golpes en la puerta llama la atención de ambos.
La chica se pone en guardia y me indica que abra la puerta, sin dudarlo camino hacia la puerta, la abro e inmediatamente me veo encañonado por una pistola que es sostenida por un Digimon que ya había visto antes, un Beelzemon, la criatura que había matado a Plutón y lo hizo convertirse en un huevo, sin embargo era imposible que estos sean los mismos ya que el primero ya esta muerto y en posesión de DATS y por que este es extrañamente rosa.
Me sorprendo al ver el arma y me mantengo inmóvil al no saber que hacer.
-¡no dispares!... espera, eres un Beelzemon... pero rosa- Le digo nervioso aunque físicamente no lo aparente.
-Perfecto, ahora empieza la segunda parte... este es un cuchillo eléctrico diseñado para quitar la cera de los paneles- Le digo mientras le enseño el cuchillo.
Veo como la pelirroja se quita el traje de apicultor e inmediatamente noto como una abeja sale del interior del traje, delatando que la chica no se lo coloco bien. Estaba apunto de decirle acerca del insecto sin embargo la abeja la pica primero, lo que provoca que la chica gritem se enfade y aplaste al insecto.
-¡Hey!... mi abe- No logre terminar lo que iba a decir ya que unos golpes en la puerta llama la atención de ambos.
La chica se pone en guardia y me indica que abra la puerta, sin dudarlo camino hacia la puerta, la abro e inmediatamente me veo encañonado por una pistola que es sostenida por un Digimon que ya había visto antes, un Beelzemon, la criatura que había matado a Plutón y lo hizo convertirse en un huevo, sin embargo era imposible que estos sean los mismos ya que el primero ya esta muerto y en posesión de DATS y por que este es extrañamente rosa.
Me sorprendo al ver el arma y me mantengo inmóvil al no saber que hacer.
-¡no dispares!... espera, eres un Beelzemon... pero rosa- Le digo nervioso aunque físicamente no lo aparente.
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Re: Cómo conocí a tu madre
- Tú...-el Beelzemon entra a la casa sin ser invitado, obligando al chico a retroceder, mientras mantiene el cachón de su escopeta pegado a la frente del humano. Los ojos azules del digimon mega chisporrotean de rabia y odio-. Qué has hecho... ¿Dónde está...? ¡¿Dónde está ella?!
El motero continúa avanzando, llevando consigo al apicultor por el pasillo. Únicamente se detiene cuando llegan a la altura de la entrada del comedor
Yo he mantenido mi posición, escondida, y preparada por si tenía que atacar... Desde pequeña he estado acostumbrada a ese tipo de situaciones, teniendo en más de una ocasión que mantener la sangre fría para no moverme y actuar en el momento preciso... Sin embargo, pronto todos mis deseos de matar al recién llegado se evaporan, al escuchar al rubiales decir "beelzemon rosa", y reconocer la voz del mismo. Con el rostro iluminado por la alegría, dejo las espadas en el suelo, y me acerco a la mesa para sentarme sobre ella, con los brazos cruzados cómodamente sobre el pecho, en una actitud un tanto burlona. Desde esa posición, puedo ver al humano siendo amenazado por éo, por Ráthalos... Es él sin duda, su pelo, su pañuelo en el brazo y su cola rosa lo confirman. Parece furioso, al principio no entiendo el motivo, pero después de atar cabos, al final comprendo que ha debido de estar observando durante un rato... Al ver al rubiales con el hacha y oírme a mí gritar por la picadura, ha tenido que malinterpretar las cosas.
<< Menudo bobo >> Mi sonrisa se amplía, y después de esperar unos segundos para ver qué hace, carraspeo para hacerme notar. Inmediatamente, el sonido hace que el digimon reaccione, abriendo sus ojos al máximo y mirándo en mi dirección. Cuando me detecta, Ráthalos deja caer su escopeta al suelo, y con una expresión de absoluto alivio, comienza a acercarse lentamente a mí, al verme extender los brazos para que vea que todavía estoy de una pieza.
- Z...-susurra.
- Ven aquí, campeón.
Finalmente, ambos acabamos a apenas un metro del otro. Extiendo la mano hacia él para que me la choque, y después, cierro el puño para golpearlo contra el suyo, en un saludo personal de los dos. Seguido de eso, me acerco a él y lo abrazo con fuerza... A pesar de saber que sabe apañárselas, he temido por su vida, al igual que él lo había hecho por la mía.
- I was worried...-el mismo empieza a hablar en inglés, como acostumbramos.
- You're so stupid... I can take care of myself.
El motero continúa avanzando, llevando consigo al apicultor por el pasillo. Únicamente se detiene cuando llegan a la altura de la entrada del comedor
Yo he mantenido mi posición, escondida, y preparada por si tenía que atacar... Desde pequeña he estado acostumbrada a ese tipo de situaciones, teniendo en más de una ocasión que mantener la sangre fría para no moverme y actuar en el momento preciso... Sin embargo, pronto todos mis deseos de matar al recién llegado se evaporan, al escuchar al rubiales decir "beelzemon rosa", y reconocer la voz del mismo. Con el rostro iluminado por la alegría, dejo las espadas en el suelo, y me acerco a la mesa para sentarme sobre ella, con los brazos cruzados cómodamente sobre el pecho, en una actitud un tanto burlona. Desde esa posición, puedo ver al humano siendo amenazado por éo, por Ráthalos... Es él sin duda, su pelo, su pañuelo en el brazo y su cola rosa lo confirman. Parece furioso, al principio no entiendo el motivo, pero después de atar cabos, al final comprendo que ha debido de estar observando durante un rato... Al ver al rubiales con el hacha y oírme a mí gritar por la picadura, ha tenido que malinterpretar las cosas.
<< Menudo bobo >> Mi sonrisa se amplía, y después de esperar unos segundos para ver qué hace, carraspeo para hacerme notar. Inmediatamente, el sonido hace que el digimon reaccione, abriendo sus ojos al máximo y mirándo en mi dirección. Cuando me detecta, Ráthalos deja caer su escopeta al suelo, y con una expresión de absoluto alivio, comienza a acercarse lentamente a mí, al verme extender los brazos para que vea que todavía estoy de una pieza.
- Z...-susurra.
- Ven aquí, campeón.
Finalmente, ambos acabamos a apenas un metro del otro. Extiendo la mano hacia él para que me la choque, y después, cierro el puño para golpearlo contra el suyo, en un saludo personal de los dos. Seguido de eso, me acerco a él y lo abrazo con fuerza... A pesar de saber que sabe apañárselas, he temido por su vida, al igual que él lo había hecho por la mía.
- I was worried...-el mismo empieza a hablar en inglés, como acostumbramos.
- You're so stupid... I can take care of myself.
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