Un nuevo lugar

Abro los ojos observando que esta en un parque, el cual esta abandonado y agrietado.Por alguna razon estaba hay y no podia recordar gracias a su amnesia decidio caminar un poco alrededor para observar o encontrar a alguien que lo pudiera ayudar, de la nada sale un pequeño moustro morado de su mochila algo pequeño(Dorimon)
¿Quien eres tu..O mas bien que eres tu?-.Dijo el chico a el pequeño moustro el cual enseguida le respondio-Soy tu compañero en tu nueva misión ! , Dorimon !-.El chico se sorprendio pero luego de eso suspiro asistiendo con la cabeza.

Tras la tortuosa y dolorosa contienda en Inglaterra, Naois había decidido separarse un poco de Julchen. Le agradecía mucho el apoyo que le había brindado, y ahora parecían llevarse mejor, pero eso no quitaba que la tristeza del chico no desapareciese. Últimamente se sentía la persona más desdichada y sola del planeta, y todo por la muerte de un ser querido...

- Tsk...-masculló, sentado en el columpio del abandonado parque-. Todo por ese... idiota...

Naois no concebía el momento en el que él mismo matara al asesino de la que había sido su única familia. Cuando al fin la había encontrado, ella se había esfumado frente a sus ojos... ¿Qué era lo que pretendía ese humano? Primero se había metido con él diciendo que ella no le había querido, y que era un error, y después... ¡Después el muy desgraciado la mató!

- Juro que lo mataré en cuanto lo encuentre... Le haré pagar por lo que hizo-susurró con voz y mirada lúgubre.

Al seguir caminando con aquel pequeño moustro sobre su cabeza alerta de todo, encontro una banca para sentarse y descanzar un poco. Luego de eso se recosto de este mismo empezando a quedarse dormido, el pequeño moustro no noto que el chico empezaba a dormirse asi que se sento sobre su pecho.-Jo , esperaba mas acción en este mundo de humanos-.Dijo el moustro empezando a dormirse sobre el pecho del chico. Ambos dormidos en un parque fantasma.

El cielo comenzó a nublarse, pronosticando una posible lluvia que caería sobre el cielo de Tokio de un momento a otro. Las primeras pequeñas gotas golpearon los cabellos de Naois, quien, frustrado, se levantó del columpio y pateó el asiento.

- ¡ARGH! ¡Todo me sale mal!-gruñó.

Sacó el dispositivo, dispuesto a evolucionar para marcharse de allí volando. Pero cuando empezaba a pronunciar las palabras de la evolución, vio en un banco a un chico rubio acompañado por... ¿Eso era un digimon? Sorprendido, el pelirrojo se acercó a ellos y los miró con curiosidad. La última vez que vio a tamers, fue en Inglaterra, cuando se encontró con Julchen y con el chico rubio de la espada. ¿Quién sería aquel nuevo muchacho?

- ...-alargó la mano y zarandeó suavemente al humano en el hombro para despertarlo-. ¿Hola...?

Callendo el chico en un profundo sueño , siente algo que lo zarandea .De golpe se desperto el chico agarrando a dorimon para que no callera y pudiera despertar , en eso noto la presencia de un chico Pelirojo cerca de el, al estar algo confundido no dijo ni una palabra mientras que Dorimon le observa tenia algun raro celular en sus manos-.Hey Tu eres un Tamer cierto ! , Tu debes ser algun tipo diferente a mi compañero Jaja-.Dijo Dorimon algo confiado el chico aun sin decir alguna palabra se levanto observandole y alejandose un poco para poder tomar distancia si haria algun tipo de ataque hacia ellos.

Naois se alejó un paso cuando vio despertar al muchacho y a su compañero digital, solo por precaución y para que no pensaran que era alguien hostil. Podía estar en esos momentos con un humor de perros, pero si no le violentaban o provocaban, el frontier solía ser tranquilo y hasta agradable... Si no se deprimía de repente, claro.

- Ehm... Sí, soy tamer-asintió, levantando su mano y mostrando su dispositivo digital, aunque sujetándolo con fuerza, pues aquel era su único método de evolucionar y no quería que por un descuido suyo, se lo arrebataran-. Aunque uno un poco diferente a tí, imagino.

Obvio que eran distintos. Mientras que el humano rubio contaba con la protección de su compañero digimon, Naois era capaz de ser su propio digimon, fusionándose con los espíritus digitales que poseía con él, Mirumon y Korishomon. El pelirrojo ladeó la cabeza y miró al rubio con curiosidad, tratando de averiguar qué tipo de niño elegido era aquel. Si pudiera ver su digivice, quizá podría reconocerlo, pero solo eran conjeturas. En su corta vida no había visto demasiados dispositivos, y la verdad es que le daba curiosidad saber cuántos tipos había. No para ninguna intención hostil, sino meramente por motivos intelectuales, para conocer más de otros tamers.

Al escuchar que era un tamer el chico empezo a pensar, que era eso y por que Dorimon sabia y tambien el chico sabia de la existencia de estos Moustros , Lo cual le preocupaba que fuera fuerte y no podria ni protegerse ni proteger a el pequeño, Para luego dar un suspiro-...Hmpf..¿Que es un Tamer?.-Dijo el chico con un tono arrogante para observar como el chico respondia a su pregunta , para luego Dorimon observar su Celular extraño acercandose un poco-.Eres un Frontier ! , Olvidaba como eran.-Dijo el pequeño algo ilusionado observando al chico.

Naois frunció el ceño, extrañado. ¿Cómo que qué era un tamer? ¿Él mismo era uno y no tenía ni idea de ese término? Debía de ser un novato, un chico que acababa de encontrar a su compañero, de modo que Naois, con paciencia, se rascó la nuca, tratando de pensar en como explicarle al muchacho. Era primerizo para esas cosas, nunca había tenido que explicar nada, sino al revés... Siempre había sido él al que le enseñaban, y de cierta manera, eso le dio ánimos.

- Pues... verás, un tamer es un humano que ha sido como... elegido por un digimon para ser su "entrenador"-señaló a la criatura rosada que estaba junto a él-. Ese es un digimon, un monstruo digital capaz de evolucionar con tu ayuda.

Sonrió un poco, nervioso. No era muy difícil de explicar todo sobre los digimons, pero sí algo incómodo. Sabía que muchos incrédulos lo tomarían por un loco al hablar de monstruos, magias, mundos alternos... Pero la verdad es que ya comenzaba a pasar de lo que pensaran de él. La vida estaba para vivirla, no para amargarse por culpa de las palabras de otros... Y eso le hizo pensar un momento en Samuel. Él... él era distinto, tenía mucho contra el humano... se había reído de él, de su madre, y le había arrebatado la vida a esta... Tenía bastante rencor contra él.

Sin embargo, su rostro sombrío pasó a ser de sorpresa cuando el digimon dijo exactamente el tipo de tamer que era. << ¡Vaya! ¿Habrá visto a más como yo? >> se preguntó, y no tardó en repetir la misma pregunta en voz alta:

- ¿Cómo sabes lo que soy? ¿Acaso conoces a más frontiers?

El chico empezo a explicarle el cual comenzaba a retener toda la información dada, el cual dijo Digimons el chico se puso a pensar que eran digimons, eran otras criaturas como dorimon o ¿algo parecido?, Varias Teorías pasaban por su cabeza cuando escucho que si habia visto otros como el Dorimon-.Interesante..Asi que hay otros como nosotros, pero a la vez diferentes, Para tener mas cofianza ..¿cual es tu nombre?.-Dijo el chico pasando una pequeña sonriza para luego desvancerse luego de observar a Dorimon.-No humanos, en los libros que nos leian Yayamon y Babamon aparecian leyendas de todos los tipos de tamers-.Dijo el pequeño saltando hacia mis brazos.

Naois guardó su digivice en el bolsillo, pues por el momento no pensaba utilizarlo, pero tampoco desechaba que no hubiera peligro. Siempre hay peligro, lo que pasaba es que, para él, a veces no se mostraba de manera "física".

- Así es-dijo el asintiendo-. Podrías encontrarte con cientos de digimons, y todavía te quedarían muchos por ver-sonrió de nuevo, más amable, cuando el chico preguntó por su nombre-. Me llamo Naois, ¿y tú?

Miró al digimon, curioso, y entonces comprendió el por qué de que supiera de los frontiers. Al parecer, en algún lugar había una escuela digimon a la que ese pequeño había asistido para escuchar las explicaciones de unos tales Yayamon y Babamon.

- Que suerte, entonces sabrás muchas cosas, ¿verdad?-se agachó junto al digimon y alargó la mano para acariciarlo. Se le veía tan tierno en esa etapa...- ¿Y tú como te llamas, pequeño?

Al seguir escuchando la explicación se interesaba mas mientras que luego escucho su nombre Naois, un nombre algo extraño para un chico pero como el no criticaba sonrio un poco para luego soltar una pequeña carcajada.-No tomes eso a mal, recorde algo muy gracioso..Me llamo Soul-.Dijo el chico mientras que dorimon apreciaba la caricia sonrio.-Me llamo Dorimon y sere Grande y fuerte !.

El chico sonrió. Los digimons le gustaban, sobretodo los que eran pequeños, para él se veían adorables. Por eso, sacó de su bolsillo algo, una tableta de chocolate, y se la tendió al que parecía llamarse Dorimon. Sin embargo, cuando iba a decirle algo al digimon morado, escuchó una risa que al haberle parecido burlona, le hizo levantar la mirada hacia el rubio, con el ceño fruncido.

- Ah, ¿y qué es eso tan gracioso?-preguntó, algo molesto. Podía parecer un poco agresivo, sin llegar a pretenderlo, pero durante casi toda su vida se había sentido algo discriminado por ser lo que era: hijo de biohybridos.

Muchos habían dicho que eso era imposible, y que no tendría que haber nacido. Se lo había dicho Izaya, Julchen, Samuel... Y ya estaba bastante harto de tener que escuchar semejante tontería. Si no debía de haber nacido, ¿cómo era posible que estuviera vivo? Sólo había una explicación: él era un milagro.

Aunque era obvio que ese pequeño detalle, no era conocido por aquel humano, así que se debía de haber reído por alguna otra cosa. Algo que, sin duda, le entraba curiosidad a Naois.

Al escuchar que el chico pelirojo se enojaba su sonriza desaparecio sacando de su bolsillo un par de auriculares y colocandocelos. para luego volver a sentarse en la banca acariciando a Dorimon un poco.

No creo que entiendas, Olvidalo-.Dijo el chico algo serio dejando de acariciar a dorimon, mientras que este comia la tableta de chocolate que le habia regalado el pelirojo.-No se pongais a pelear , debemos salir de aquí Que Quizas algun digimon mas fuerte podria venir a atacarnos-.Sugirio la pequeña criatura , mientras que el simplemente frucia el ceño esperando la respuesta del Pelirojo.

Mientras él otro insistía en que en realidad no era nada lo que le había hecho reír, Naois sacó de su mochila una manzana verde, a la que pegó un mordisco. Tenía hambre, y por suerte había conseguido algo de comida en un mercado cerca de allí.

- Soy un chico bastante listo para mi edad, seguro que lo entiendo-replicó el pelirrojo. No estaba diciendo ninguna mentira. Tenía un año de edad, y a esa edad, ningún niño era capaz de hablar, de andar hábilmente, de pensar bien, de luchar... Y sin embargo, él lo podía hacer todo.

Después, el joven desvió su mirada hacia Dorimon, que parecía nervioso y tenso. ¿Por qué? Solamente le había preguntado, y aún no les había atacado ni insultado.

- No estoy peleando, solo me gustaría reírme a mi también del chiste-su expresión no era de molestia, sino marmórea, como si no quisiera demostrar sus emociones en esos momentos-. Y no sé de qué hablas. Esto solo es un parque, no hay nada que pueda hacernos daño.

Al escuchar su respuesta algo molesta retrocedio un poco suspirando notando como el viento rozaba su cara disfrutandolo ya que tenia tiempo sin hacerlo.Dorimon suspiro recordando que el ya no estaba mas en su mundo.

No te quiero decir ..-.Dijo el chico con un tono algo serio y arrogante para dejar a el Pelirojo con la duda de que era lo que le habia hecho reir mientras que dorimon sentia un silencio incomodo salto de mis brazos para recostarse en el suelo unos momentos.-Ya dejen de discutir por una tonteria pongamonos serios, ¿De donde vienes Naois , y por que tanto afan con nosotros..-.Dijo el pequeño el chico se sorprendio al escuchar esa respuesta para luego sentarse aun lado de Dorimon.

El pelirrojo chasqueó la lengua, molesto porque le dijeran que estaba discutiendo. La gente tenía una idea muy curiosa de lo que significaba discutir, él solo había tratado de hacer que el muchacho rubio le contara el chiste... Y ahora que lo pensaba, ni siquiera conocía su nombre.

- No estoy discutiendo-repitió, cruzándose de brazos-. En fin... ¿Cual es tu nombre? Tú conoces el mío, pero yo no conozco el tuyo, y a menos que quieras que te llame rubio, agradecería que me lo mencionaras.

Se rascó la nuca, mientras mordía de nuevo la manzana y miraba a su alrededor. Estaba siendo algo borde y descortés, algo bastante raro en él, pero su humor últimamente no le permitía comportarse de otra forma. Estaba resentido, dolido, y furioso. No iba a descansar hasta encontrar a los responsables de su desdicha. Comenzó a pensar en que ya debería comenzar a moverse para buscar, por ejemplo, a Samuel, cuando entonces, Dorimon hizo una pregunta que le hizo mirarlo, con una expresión melancólica y nostálgica.

- Vengo del digimundo-respondió con simpleza.

Suspiro de nuevo el chico algo abrumado por la incomodidad que pasaba en ese momento con lo cual respiro hondo notando que le faltaba algo de aire, Luego de eso observa a el Pelirojo intrigado de que era el Digimundo..un mundo donde provenian criaturas como dorimon, como saberlo si primero necesitaba ir allí.

..Me llamo Ray..Y No me gustaria que me llamaras Rubio,Ahora me dirias que es El Digimundo. Naois?-.Dijo en un tono arrogante pero a la vez intrigado por conocer ese mundo cuando el Pequeño Dorimon se sorprendio se volteo observandole.-..E-Enserio..y como esta todo alla con el virus-.Dijo algo interesado.

Naois se dio la vuelta y volvió a sacar su dispositivo, mirando fijamente la pantalla. En ella salió Mirumon. El forestal oscuro parecía tener una expresión triste, había sentido todos los sentimientos y emociones de Naois cuando este mató al LordKnightmon, sentimientos para nada agradables, emociones de odio, tristeza, rabia... El vínculo que espítiru y humano tenían, podía ser muy útil muchas veces, pero también tenía esa debilidad. Mirumon suspiró, y trató de infundirle ánimos a su portador. El chico cerró los ojos un momento, antes de guardar de nuevo el digivice y mirar al llamado Ray.

- El digimundo es el hogar de tu compañero. Es un lugar ajeno a la Tierra, pero a la vez muy vinculado a él-respondió, con simpleza-. No es un lugar en el que jugar, ver el amanecer cada día siempre es un milagro...

Miró para otro lado. Por suerte, él había nacido allí y se había criado entre digimons mayormente, y por eso, él mejor que nadie, sabía las consecuencias que arraigaban de ir al digimundo... Pero no se esperaba lo siguiente que dijo el digimon de Ray.

- ¿Virus? ¿Qué virus?-preguntó, alarmado-. Hace tiempo que no voy allí, ¿qué ha pasado?-a fin de cuentas, era el lugar en el que había nacido, y sentía cierto cariño por él.