El maestro de las Tinieblas regresa.

Era temprano, quizás no llegaran las siete de la mañana todavía, puesto que los pájaros no piaban, los animales no arrullaban... Todo estaba en demasiado silencio, un silencio que la diosa del digimundo podía soportar, aquneu aún así le resultaba incómoda...

- Este es el lugar de reunión... Espero que vengan-murmuró la administradora, escondida tras su disfraz humano de niña pequeña.

El lugar era como otro cualquiera, parecía una playa, una playa de tranquilas aguas y arena blanca. Podría considerarse un lugar bello, e incluso uno podía sentirse afortunado de encontrarse allí, pero en este relato no estamos para las vacaciones. A partir de este momento, ambos mundo iban a cambiar, para bien o para mal, pero sus habitantes serían testigos del nuevo cambio...

- Esa Zayyn dijo que nos reuniésemos aquí... Y Ruben, Mashury y Yumi también han de venir, los necesitamos...

Una esfera de luz aparece delante de Norn la cual contenía runas y pequeñas líneas de código, la esfera de color azul se expande y luego estalla en un pequeño destello mientras tres figuras se materializan delante de Norn, Wisemon a mi izquierda, Bearmon a la derecha y yo en el centro. Veo en el lugar en el que estaba y luego miro a Norn mientras sonrió. -Hola, perdón la demora, estábamos probando algo nuevo.- Le digo sin darle mucho detalle al respecto. Bearmon da un paso al frente para acercarse más a la pequeña diosa. -¿Ah ocurrido algo?- El digimon se encontraba muy nervioso, no era normal que Norn dejara el mundo del sistema, y a eso sumarse su llamado de apuro, cosa que nunca es nada bueno.

La Novena Muerte ya se encontraba allí mucho antes de que la Reina del Digimundo apareciera... Mis ojos observaron aparecer un portal de datos junto a la fila de árboles que confrontaban la orilla, observaron salir de este a una menuda figura, rubia, y vestida con un elaborado vestido negro. Sonreí de manera ladina, pero no revelé mi presencia, sino que quise esperar a ver quiénes más llegaban...

Por fortuna, no tuve que esperar demasiado. Primero apareció una figura conocida, un albino alto, acompañado de dos digimons. La última vez que le ví presentaba un aura extraña y siniestra, pero de eso fue hacía varios meses, bastante antes de que Vladimir decidiera contactar conmigo. Sin embargo, por algún motivo que desconocía, el albino no rezumaba ya aquel aura, pues parecía tranquilo y pacífico, dispuesto a ayudar... ¿Lo habría llamado Norn a él también? De cualquier forma, no presté demasiada atención a ese detalle, pues una esfera de datos se materializo frente a la administradora del Digimundo. Dicha esfera, explotó sin dañar a nadie, mostrando entonces a un muchacho de cabellos castaños, liderando a dos monstruos digitales, un Wisemon y un Bearmon.

Sonreí ampliamente, y comencé a reirme de manera que ellos pudieran escucharlo, una risa cantarina, que no provenía de otro lado que de la rama de uno de los árboles cercanos. Chasqueé los dedos de la mano derecha, dejando atrás la invisibilidad que me concedía el colgante de mi madre, y finalmente mostrando mi presencia. Me encontraba sentada sobre la rama, con una pierna colgando de ella, y la otra doblada por encima de la otra. Mis brazos sujetaban una gran guadaña negra de Chrome Digizoid negro que pasaba por mi espalda hasta apoyarse sobre mis hombros. Y mi rostro... Bueno, mi rostro había pasado a ser pálido, como el resto del cuerpo, y presentaba algunas decoraciones en negro, de modo que mi propia cara parecía una calavera humana. Además, y por último, una larga capa negra con capucha me envolvía, de manera que era muy acertado decir que era la viva imagen de la Muerte.

Spoiler:

- Qué linda reunión...-murmuré, sonriendo de lado-. ¿Estaría mal que me uniera?

Me dejé caer sobre el suelo, de manera ágil y segura, haciendo ondear la capa negra cuya capucha ocultaba parte de mi faz. Una vez en terreno firme, hice desaparecer la guadaña, y mientras me acercaba con pasos seguros a ellos, pude notar una vibración de poder en mi mano derecha, en donde conservaba el anillo puntiagudo que materializaba el poder del Digimental de la Oscuridad.

- Oh... Qué grata coincidencia...-mis ojos verdes pasaron de mirar la joya, a mirar al último humano que se había presentado, aquel que iba acompañado por el oso y el mago-. Huelo mucha Oscuridad por aquí ~-Solté una leve risotada, y decidí ignorar al resto para mriar directamente a Norn-. ¿Y bien?

De hace mucho que no recibía una llamada de mi "hermanita", una de las administradoras del digimundo conocida como rythm, sin embargo esta mañana fue diferente, se comunicó conmigo solo para decirme, aparte de insultarme y celarme, que algo interesante ocurriría cerca de aquí, una especie de "junta en la playa" fueron sus palabras exactas y que debía presentarme ahí.
Ya bastante cerca del lugar de reunión me di cuenta de varias presencias que supuse eran las personas pertenecientes a dicho grupo, claramente podían ser peligrosos asi que decidí presentarme con el mayor cuidado posible, ordené al digimon que me acompañaba (Kyukazemon) invocar una camada de zorros para mantener la vigilancia de la playa y cambie mi apariencia para luego acercarme al grupo de desconocidos.

Primero frente a los presentes aparecieron 3 zorros anaranjados de gran tamaño

zorros:

Claramente no llevaban expresión de buenos amigos y se notaba que estaban usando sus narices para identificar aromas conocidos y para aprender nuevos.
Luego de ellos venía un zorro aún mas grande y azulado, y junto a él una sombra, de tamaño humano pero sin una apariencia real, era casi un fantasma en forma de humo con ojos rojizos y brillantes.

yo:

Cinco zorros más se disperzaron tras los arboles, vigilantes.

Gire mi cabeza mecanicamente para ver a los presentes, no eran caras conocidas, ninguna exepto la de una niña en ropitas de cuero, la conocía, claro que la conocía, era Norn, la vieja Norn acostumbrada a llevar apariencia y ropitas de loli.
Una asquerosa sonrisa se dibujo en mi deforme rostro, la cual se encedió del mismo rojo de mis ojos.
- Cual es el motivo de esta reunion? -
Emití con un gutural sonido al dejar de sonreir, algo completamente inhumano pero entendible para los presentes, fue una pregunta general, para todos los que ahí se encontraban, obviando el hecho de que todos hacian la misma pregunta.

Norn miró con preocupación a los dos digielegidos que habían aparecido, Ruben y Janaan. Los conocía a ambos, y aunque sólo había llamado a uno de ellos, no iba a negarse a ser ayudada por más personas, cualquier ayuda era bienvenida... Parecía obvio que la noticia de su petición de ayuda se había extendido por todos los conocidos de los digimons.

- Os he llamado... Porque he encontrado la solución al virus-dijo, con algo de pesar, como si algo detrás de todo ese asunto le preocupara-. Pero antes de dar todos los detalles, necesitam...

Una repentina y siniestra risa suave interrumpió sus palabras. La administradora se volvió, a tiempo para ver como una figura conocida saltada de un árbol hasta el suelo... Aunque esa persona tenía una apariencia algo más distinta de la última vez que la vio.

- Zayyn-musitó con sequedad, a modo de "saludo"-. Bien sabes a qué se debe, tú misma me dijiste que la convocara.

Seguidamente después, otra persona hizo acto de presencia, y esta vez, Norn si que se vio sorprendida al comprobar que, el recién llegado, era otra persona a la cual conocía y a la cual hacía bastante que no veía.

- Vice, ¿qué haces aquí?-la digihuman dio un suspiro y sacudió la cabeza-. Es igual... Los he llamado, porque ella-señaló a Zayyn con un dedo fino y pequeño- tiene la solución... O debería decir, la persona para quién trabaja la tiene...

El día iba a cambiar definitivamente para Mashury y para Yumi. La primera estaba en su mansión investigando formas de cura para el virus que se habia centrado en acabar con el digimundo. Mientras Yumi llamada por Norm decidio ir a buscar a Mashury ya que sabian que no iria facilmente. Tras hablar con ella consiguio convencerla para que fueran las dos a la reunion.

No tardron en presentarse Yumi y Mashury al lugar indicado por Norm y alli vieron a varios niños.
-Hola a todos ^^¿que tal estais?
Dijo Yumi feliz de vover a reencontrarse con amigos desde hace tiempo. Mientras Mashury miro a Norm con cara de pocos amigos.
-Contarme las cosas, esa inocente no quiso contarme los detalles. Necesito saber a ciencia cierta que hacemos aqui.
Respondio Mashury sin saludar siquiera con cara de pocos amigos.

Nomas llegar sentimos una presencia oscura, oscura pero familiar, una oscuridad que compartíamos. -Zayyn- pronuncio al momento en que ella se hace presente, pero no pude decir o hacer mas nada ya que de repente se siente una enorme presencia oscura y maligna, en eso aparecen unos enormes zorros y encima de ellos una criatura echa de sombras, su sola presencia causaba que un escalofríos recorriera mi espala, Bearmon y Wisemon se colocaron delante de mí para protegerme en caso de que aquella criatura intentara atacarnos, yo tomo mi digivice y me preparo para hacer evolucionar a mis digimon. Pero al ver que Norn lo reconoce y no lo identifica como una amenaza eso hace que nos detengamos, aunque su sola presencia hacia que quisiera acabar con aquella criatura. Tanto era la atención que teníamos en aquella criatura que no dimos mayor importancia a los otros presentes.

Nada más hablar, una oscura presencia hizo que pusiera toda mi atención en ella. Era una figura alta y negra, tenebrosa y espeluznante, pero yo era la muerte, no tenía miedo a algo como eso, ni tampoco a los zorros gigantes que lo seguían. Parpadeé un par de veces, tratando de encontrar la naturaleza de aquella criatura, pero no la llegaba a ubicar, a pesar de que se me hacía muy, muy familiar.

- ...-tras unos segundos teniendo mi mirada verde clavada en aquel ser llamado Vice, decidí apartarla, cuando Norn volvió a prestar todo mi interés, al decir que yo era la que en realidad había organizado toda esa reunión. Sonreí de manera socarrona, e hice una exagerada reverencia ante la Diosa del Digimundo-. Por supuesto, "su majestad", enseguida me pongo manos a la obra ~

Dejé escapar una risotada entre dientes, divertida, y tomé en mi mano izquierda la terminal de batalla, una terminal negra, con un extraño símbolo en morado, el mismo símbolo que llevaba tatuado en mi costado izquierdo. Con tan solo desearlo, el aparato brilló, y de él surgió un objeto con forma de reloj, pero que no era tal cosa. Se trataba de algo rojo, una especie de cristal que rezumaba poder por los cuatro costados... El Digimental del Deseo.

- Muéstrame el camino-alcé el brazo en dirección al humano del Wisemon, y a las dos chicas que habían llegado hacía rato. Según mi información, ellos eran Ruben, Yumi y Mashury, los que habían encerrado a Vladimir la última vez, y los necesitaba para extraer de sus mentes las coordenadas del lugar en el que ese ser oscuro estaba confinado, bajo una maldición. No tuve que esperar más de cinco segundos, la información que requería salió de sus mentes, hasta quedar absorbida en el interior de mi Digimental-. Listo ~

Volví a guardar el Digimental en la terminal de batalla, y de nuevo, hice aparecer la guadaña en mi mano derecha, con un chasquido de dedos y una maraña de oscuros brillos que hicieron metarializar el arma entre mis dedos. Con un brillo calculador en los ojos, volteé la guadaña por encima de mí, y después, con la hoja curva, rasgué el aire para formar un agujero oscuro, no un portal normal y corriente, eso podía saberse solo con mirarlo... Era una puerta interdimensional que llevaba a la Dimensión Mortuoria... Mi dimensión.

- Regreso en poco ~-susurré introduciéndome en el interior, y cerrándolo a mi espalda, por si a alguno se le ocurría seguirme para impedirlo.

Una vez en la dimensión, miré a mi alrededor. Nunca había estado allí, ni siquiera siendo muerte, por lo que no me había imaginado que ese lugar tuviera esa forma... No era nada demasiado espectacular, se trataba de una red de pasillos y salas a oscuras, pero en las que yo podía ver. Me moví lentamente, o más bien podría decir que me deslicé. Era como un espectro en el interior de la dimensión, un espectro que observaba cada lugar y cada rincón, en busca de algo, siendo guiada por por el Digimental, que brillaba en el interior de la terminal.

Al cabo de un rato, el Digimental salió por sí solo de la terminal, y se alzó en el aire, palpitando y brillando como si fuera un corazón vivo. Me detuve, lo miré, y alcé la mano para sujetarlo con la mano y guardarlo después. Seguidamente, con la guadaña aún en mano, alcé una mano al frente, e infundiendo energía mortuoria, hice que una sala, que había estado invisible hasta ese momento, se manifestara. Sin embargo, aún había algo que me impedía entrar.

Las palabras salieron de mi boca, como si fueran dichas por otra persona.

- ¡DESEO!-dije clara y ferozmente.

Una ráfaga de energía chocó contra mí, como si fuera una pared o un escudo que intentara impedirme hacer lo que pretendía. No obstante, me mantuve en mis trece, quieta, y sin retroceder un paso. Mis cabellos revolotearon alrededor, como en un vendaval, en una violenta tormenta en una noche de otoño. Estuve así por varios minutos, sin ceder al poder que luchaba contra mí; no en vano, yo había venido allí a liberar a Vladimir, y no me iba a ir de allí, sin hacerlo.

Finalmente, tras unos arduos minutos, la presión que trataba de espantarme se disipó como el polvo, como si hubiera desaparecido por completo... La había vencido, y ahora podía entrar en el interior. Con una malévola y victoriosa sonrisa, di un paso al frente, y pisé el suelo de la nueva sala.

- Zayyn, detente-una voz a mi espalda me hizo mirar hacia esa dirección, encontrándome con tres seres, un humano, y claramente uno de sus digimons. Los miré largamente, sin asustarme por el cuchillo que habían lanzado a mis pies.

- ¿Cómo has conseguido colarte?-pregunté, frunciendo el ceño-. Es igual, no importa. Pronto Vladimir va a regresar. Regresará y no podréis hacer nada para evitarlo-enmudecí un par de segundos-. Pero si insistís en detenerme, no dudaré en deshacerme de vosotros.

Enarbolé la guadaña. Había sentido cómo el digimon, en su forma humana, había cambiado de apariencia, y en consecuencia, aumentado su poder. Y si pensaba que me iba a quedar atrás, estaría muy equivocado. Chasqueé los dedos, y a mi señal, una figura pelirroja salió del digivice. Rukriel, en su forma humana, se colocói a mi lado, sin decir nada. A diferencia de como era normalmente, estaba serio por la posible pelea, y se crujía los dedos, preparándose para pelear.

- También podéis echaros a un lado, y observar como la Oscuridad resurge de nuevo-retrocedí un par de pasos, y me acerqué a la cuna de piedra negra que se situaba en el centro de la estancia. Allí, un bebé de rostro pálido como el hueso, ojos rojos como la sangre y mota de cabello negro como la oscuridad me miraba fijamente, como si supiera perfectamente quién era, y qué había ido a hacer allí-. Vladimir-murmuré, tomándo al pequeño en uno de mis brazos.

OFF:

Supuse que quizás mi intromisión en el grupo había sido demasiado dramática, pues podías entir, y ver claramente como la atención de varios recaía sobre mí, no era algo incomodo, pero preferia pasar algo más desapersivido.
Uno de los presentes parecía estar preparado para saltar sobre mí, a lo cual correspondía con una asquerosa y pronunciada sonrisa de brillo escarlata, 2 de los anaranjados zorros comenzaron a gruñir en su dirección mientras sus colas golpeaban el suelo como latigos en todas direcciones, seres amenazantes y de gran furia. Pero su "ataque" fue frenado por mi relación con norn.
Había 2 personas a las que conocía aparte de la administradora digital, 2 mujeres en ese lugar, una había llegado recién era yumi, mi muy antigua "amiga" y la otra era zayyn no la había reconocido por su extraña apariencia actual, pero la forma de su bien contorneado trasero y la peste que la caracterisaban eran inconfundibles.
La Peliroja haciendo uso de una extraña piedra pareció robar datos de algunos de los presentes, algo preocupante y a lo que habría reaccionado mal de haberme tocado también a mí, mas, soportable al ver que ella simplemente los robó y luego se marchó por un portal creado de una energía muy familiar... una energía por la que yo tambien me había transportado, una energía de alguien a quien concideraba muy cercano... era energía mortuoría, porqué alguien aparte de vincent la tendría?, acaso la muerte había sido reemplazada?
Luego de esperar un rato extrañado por lo que acababa de pasar decidí preguntar a norn qué sucedía.
- Norn... explica que sucede -
Le ordené con fuerza y autoridad, la molestía se notó en mi voz con un tono vocal que retumbó pro toda la playa, sin darle importancia al hecho de que el chico albino hubiese seguido a la peliroja.

Norn cerró los ojos, cansada, cuando la biohybrida pelirroja hizo esa demostración de arrogancia y socarronería al inclinarse de manera exagerada. Se llevó dos dedos a la nariz, al tiempo que esta desaparecía por un portal, y suspiró antes de explicarles a todos el por qué de esa reunión.

- El asunto es simple. El Digimundo está en peligro, los digimons están muriendo por el virus... Estaba preocupada, después del fracaso de la Atlántida, me temía lo peor, hasta que Zayyn contactó conmigo. Ella me dio una posibilidad, pero era una opción peligrosa, que sin embargo, he decidido acatar...-inspiró hondo antes de continuar-. Es necesario liberar a Vladimir para que esto acabe... Vladimir tiene la cura contra el virus, y le necesitamos. Zayyn acaba de ir a buscarle y...

Justo en ese momento, unos de los digielegidos se internó por el portal por el que la misma zayyn había desaparecido. Norn trató de detenerle, pero ya era demasiado tarde.

- ¡Noo!-exclamó, justo cuando el portal se cerró.

Vi lo que ocurria. Cada vez atando mas cabos y llegando con las respuestas de Norm a una conclusion clara. Las cosas iban mal, muy mal y al parecer todos los que estaban alli estaban desesperados por hacer algo para remediar eso, aunque el remedio fuese mucho peor. Con Cornusmon en la cabeza me acerque a Ruben.
-Habéis echo la peor elección del mundo.
No me dio tiempo a ir tras Z, pero tampoco queria enfrentarme a todos ellos. Al fin y al cabo parecia que todos estuvieran de acuerdo con la liberación de Vladimir. Si me oponia yo seria la mala otra vez mas. ¿que podia hacer sino aceptarlo?. Observe a todos los que nos habiamos reunido alli, sorprendida por algunos de ellos. Al parecer algunos habían cambiado mucho, quizas demasiado. Caso del zorro quien me recordaba a alguien y seguramente lo seria. Finalmente, cuando Z entro al portal con el chico de pelo claro detras, nos quedamos alli solos, expectantes por cuando volviera uno de los dos. Fue en ese momento que decidí hablar.
-Norm, ¿tan desesperada estas como para pedir ayuda a ese...Vladimir? ¿no recuerdas la que lió en el pasado? Va a ser mucho peor traerle de vuelta que buscar una cura. No se que os pasa en la cabeza pero yo no pienso meterme en este lio esta vez. Si veo a ese loco lo mato nada mas verle. No pienso colaborar en nada de esto ya que no estoy de acuerdo. Pero si ya habeis decidido sin preguntar no tengo nada mas que decir. Solo que sois todos unos insentatos idiotas.
Dije mirando a Norm, sobre todo a ella, alguien a quien tenia tirria desde un comienzo y ahora mas que nunca.
-Las curas se encuentran, tarde o pronto. Pero traerle de vuelta es la peor decision que has tomado en tu vida Norm.

Hacía tiempo que no sabia de una persona. Mucho tiempo. Pensaba que queria aislarse del mundo y los problemas al igual que yo. Era mi mejor amigo aparte de Ruben.

Hacia poco tiempo habia tenido un sueño extraño donde el me ofrecía algo. Como no era una guadaña y una pistola. Pero no era eso lo que me entrego, sino una parte de su poder. Habia sido un sueño raro y sin sentido, pero ahora que esa Zayyn habia abierto su portal empece a sentirme triste. Definitivamente, aquel humano había desaparecido. Mire a Ruben con cara triste resistiendo mis ganas habituales de llorar y me acerque a él. Aunque ni el sabria que ocurrio con aquel viejo amigo. Simplemente sabia que ahora yo tenia una parte de su poder unido al mio propio, lo que me dejaba en cierta manera, unida a mi pureza controlar la vida.
-Rub...ese portal...¿él esta muerto?
Dije mirandole tristemente mientras le cogia de una mano sin saber muy bien que decir. Estaba triste y no me enteraba muy bien de todo lo que ocurria alli. sin embargo, si del portal y del tema de Vladimir. Todo por la cura. Me parecia correcto, pero...ahora eramos menos y yo llevaba mucho tiempo sin luchar.

Yo, junto a mis camaradas, nos habíamos quedado a la sombra de los árboles más cercanos, prestando atención a como se iban sucediendo las cosas. Para entrar en este lugar donde se haría la reunión, nos habíamos colado tras la pelirroja. Habíamos mantenido en silencio y algo apartado de la discusión, pero no tanto como para no poder escuchar. Me quedé mirando como entraron en el portal, apoyando un pie y la espalda en el árbol mientras estaba de brazos cruzados.

Observaba especialmente a quienes estuviesen en discordia con el regreso de Vladimir, para tratar con ellos más tarde. Es por eso que me quedé mirando en ese momento a la que llamaban Mashury. Aprovechando la ausencia de Zayyn me acerqué a la mujer de pelo en discordia. -¿Tanto lo odias?- le dije en un tono similar a la sorpresa.

Mikoto había llegado a lo que parecía ser una playa, fue el lugar en donde el portal creado por Wizardmon los transporto, en dicho lugar había un grupo de Tamers reunidos en un solo lugar, o eso era lo que le indicaba en su Terminal. El pelirrojo se acerco a estos para saber que era lo que estaba ocurriendo, ya que para estar reunidos tantos Tamers, debía de haber alguna razón, ¿no? Así que eso fue lo que hizo este, esperando a no ser excluidos por estos.

La técnica de Zayyn me tomo por sorpresa y no pude notar nada o hacer nada para que no tuviera acceso a mis recuerdos, lo único que sentí fueron los recuerdos de la pelea final contra Vladimir volver a mi cabeza y recordarlos vívidamente, como si los estuviera viviendo de nuevo, todo eso en pocos segundos, fue tan corto el tiempo que no me di cuenta de lo que estaba pasando hasta que Norn nos dijo cual era su plan, un gran enojo emergió dentro de mí, no podía creer lo que estaba haciendo Norn, sabíamos que teníamos que salvar el digimundo pero aquella no era la forma, íbamos a salvar a todos vendiéndoles sus almas al demoño. Cierro mis puños con rabia pero antes de poder decir nada Mashury se me acerca y me echa la bronca, suponiendo que yo tenía algo que ver con esa elección.
Miro a Mashury serio. -No te equivoques, yo no sabía nada de esto, y estoy de acurdo contigo, esto es una muy mala idea.-
Bearmon no aguanto y lanzo todo lo que pensaba -Norn, ¿Por qué lo hiciste?, el es un mentiroso y un manipulador, ¿como sabes que va a cumplir con su palabra?- Dice muy molesto. Bearmon quería salvar a sus hermanos y hermanas digimon, pero el conocía a Vladimir y sabía que era mejor que murieran a vivir con miedo y terror, antes Vladimir era solo una marioneta de los Demon lords, pero ahora, el era libre, y nada lo detenía para destruirlo todo.
-Respiren hondo y cálmense, nos hemos quedado sin opciones, además Vladimir ya no tiene el poder que tenía antes, si intenta algo lo detendremos, así que respiren hondo y veamos qué es lo que pasa, y si intenta algo lo destruiremos. El es mas débil ahora y todos nosotros nos hemos hecho más fuerte en este tiempo así que intentemos esta locura- Wisemon no estaba muy convencido pero sabía que habíamos agotado las opciones y si esta locura podía salvar el digimundo teníamos que tomarla.
Las palabras de Wisemon suenan en mi cabeza e intento tranquilizarme. En eso siento una mano cálida sujetando la mía, ese calor era más fuerte que la ira que sentía lo cual logro apagar la ira que sentía, cambiando esa rabia por calma y tranquilidad. Era la mano de Yumi, esa pregunta, una sola pregunta fue suficiente para darme cuenta, Zayyn era la nueva muerte, lo cual significaba que Vincent ya no lo era, mi gran y preciado amigo ya no estaba y a pesar de la distancia y del tiempo no me había preocupado por él en todo este tiempo, después de todo el era Vincent, y era el más fuerte de todos nosotros, el solo pensar en que pudiera haber muerto me hacia llenar de tristeza, pero aquel no era el momento de pensar en eso. Tomo la mano de Yumi y la miro a los ojos con una sonrisa calmada y una mirada serena, la más serena que podía lograr bajo tanto revuelo de emociones. -Tranquila, es Vincent, el es el más fuerte de nosotros, es imposible que este muerto-

OFF:

Suoh Mikoto escribió:Mikoto había llegado junto con Zayyn y Dākugādian a la Dimensión Mortuoria para dar paso al plan de liberar a Vladimir.

1. Por favor, no controles a mi pj. En mi post no dije nada de ir acompañada, así que prefiero que respetes mi decisión .
   
   
2. Janaan y yo somos los únicos que estamos en la Dimensión Mortuoria. Los demás estáis en una playa del mundo humano... No tenéis forma de llegar a la Dimensión, si no es con nuestra ayuda.
   

Una vez aclarado todo, procedo a postear :3

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Observé al humano, con la guadaña en una mano y con Vladimir en la otra, mientras daba sus razones para querer detenerme, o por lo menos intentarlo. Su respuesta me hizo sonreir, divertida, pero en cambio no respondí en seguida. Aquello parecía una pelea de dos contra dos; tamer y digimon vs. tamer y digimon. Yo estaba de parte de las sombras, y él parecía ser partidario de la luz... Era todo un perfecto equilibrio que se iba a desbalancear, como muy bien él había mencionado.

No aparté la mirada de él, ojos verdes y ojos morados; no obstante, fui capaz de notar una nueva energía, energía oscura, pero que sin embargo no se parecía a la mía... Ni procedía de mí, ni procedía de Rukriel... Procedía del compañero del humano, aquel que, al igual que Rukriel, se escondía bajo un vulgar disfraz humano. Dejé escapar una suave y tranquila rísa, como un leve chapoteó en una charca de agua límpia y pura, todo lo contrario a lo que yo era.

- ¿Más daño?-solté la guadaña, pero esta no cayó al suelo, sino que se quedó flotando en el aire junto a mí, como si tuviera consciencia propia y supiera que ese era su sitio-. Precisamente es eso lo que estoy tratando de evitar... Vladimir pondrá a cada uno en su sitio, y eliminará al virus que azota al Mundo Digimon... ¿O es que prefieres que los digimons sigan sufriendo?-ladeé la cabeza, con dos dedos acaricié el cabello negro del bebé al cual sostenía-. Además, es un bebé... Qué oscuro corazón debes de tener para querer matar a un niño...-de sobra sabía que ese "inofensivo bebé" era peligroso, pero siempre me daba un toque divertido hacerme la cínica. Me encogí de hombros aún así, mi sonrisa se amplió hasta límites siniestros, y mi mano desenfundó una de las espadas que pendían a mi espalda-. Pero ya lo sé, los buenos sois tan tozudos e insistentes... ¡Si así lo deseas, no tendré impedimento en sesgar tu alma y reclamarla como mía!

El momento llegó. Rukriel dio un salto hacia atrás, y justo cuando el digimon de Janaan disparaba, él lanzó un rayo en forma de V de su pecho, que si bien su objetivo no era golpear al contrario, sí que consiguó colisionar con la energía oscura que le habían lanzado. Al mismo tiempo, que su compañero, otro rayo oscuro había sido lanzado hacia mí... << Uno para cada uno >> Resoplé, y simplemente extendí el arma en dirección al ataque oscuro... Era energía al fin y al cabo, así que, al final la técnica acabó siendo absorbida por el metal del arma... Una bonita habilidad de mis preciosidades.

- Ahora me toca a mí...-enfundé el arma de nuevo, y con una amplia sonrisa malévola, agarré la guadaña de mi lado, la enarbolé y la agité de izquierda a derecha, creando con ella una ráfaga de energía mortuoria que se vio enviada hacia el albino y su compañero digital-. ¡NADIE VA A EVITAR QUE LA OSCURIDAD REGRESE!

Estallé en carcajadas. Al ver la energía mortuoria creada volando rápidamente en dirección a ellos dos, rasgué el aire con el Arma de la Muerte, o la Soul's Reaper, como la había llamado yo, y un nuevo portal hacia el plano normal, hacia la tierra, resurgió. Rápidamente, Rukriel se metió en mi digivice, y dedicándole una última sonrisa a los otros dos, salí de la Dimensión, dispuesta a encerrarlos a los dos allí, y dejarlos atrapados por el resto de los tiempos.

- Jeh... He vuelto... Y traigo compañía...-murmuré, al pasar al otro lado del portal, encontrándome de nuevo con los demás-. Jujujuju... ¡Jajajajajajaja!

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Scath Gram & Eadrom Gram:

Norn había ignorado por completo mi pregunta, de haber tenido una aparicencia normal se habría detectado en mif rente las venas infladas por mi molestia, con un movimiento de mi mano los 3 zorros anaranjados a mi lado se disponían a acabar con norn, pero se detuvieron en cuanto detecté la energía mortuoria nuevamente a un lado de nosotros.
Si la perra de norn no me iba a responder la peliroja lo haría, en un movimiento fugaz mi cuerpo se dezliso como humo hasta donde se habría el portal, recibiendo de frente a zayyn junto con un bebe.
- ... que ha pasado con la muerte anterior a tí? -
pregunté amenazante sin darle importancia al niño ni a lo que la peliroja decía, mi deforme rostro se encontraba practicamente frente al de ella y el zorro azulado se preparaba detrás mío inflando la garganta.

Norn aguantó como pudo las protestas de todo el mundo, cuando se enteraron de los motivos por los que se habían reunido en ese lugar. La diosa del digimundo cerró los ojos, en una expresión de dolor, e inspiró hondo antes de responder a las críticas de Mashury y de los digimons de Ruben.

- No había otra forma... Al menos no que encontremos a tiempo...-Alzó la mirada y sus ojos brillaron con pena y dolor-. El Digimundo está muriendo... Para cuando encontremos una cura de cualquier otra forma, ya será demasiado tarde-enmudeció unos momentos-. No espero que lo entendáis, algunos lo consideraréis una malísima decisión, pero no tenía otra opción... Lo siento...

Justo en ese momento, un portal nuevo se abrió, y Norn vio como de allí salía Zayyn, con un bebé en su brazo. El corazón digital de la administradora del Digimundo se encogió del miedo, e incluso del arrepentimiento, al ver los ojos rojos de aquel pequeño ser, que aparentaba ser mucho menos de lo que era... El Vampiro de la Oscuridad estaba en la tierra.

Norn suspiró, pero tampoco hizo nada cuando Vice se plantó justo en fente de la pelirroja para exigirle respuestas... A fin de cuentas, ella sabría mejor que nadie dar las explicaciones pertinentes.

Apenas decidió el extraño ser aparecerse sobre mí, yo ya me había alejado un buen trecho de un salto hasta posarme sobre la rama de un árbol cercano. Mis ojos brillaron, con amenaza y advertencia, cuando se clavaron en esa criatura. No me gustaba que alteraran mi espacio vital si yo no lo permitía, y con esa cosa, no iba a actuar diferente. No obstante, sonreí ampliamente, y saqué la lengua en una mueca burlesca.

- Será mejor que mantengamos las distancias si nos queremos llevar bien...-siseé, divertida, pero molesta en el fondo-. Respondiendo a tu pregunta... Ni idea de quienes fueron mis antecesoras, o de dónde están... Mi maestra fue la Primera.

No iba a preguntarle cómo era que sabía acerca de mi nueva naturaleza, pues incluso alguien lo suficientemente fuerte sería capaz de notar la nnaturaleza de mis nuevos poderes... Aunque lo que sí me daba curiosidad, era que conociera a mis supuestas dos antecesoras.

- Y poco me importan esas dos, la verdad. Tengo cosas más importantes que hacer... Daku, Mikoto: que no me molesten mientras lo hago...-ordené, sabiendo de antemano que ambos se encontraban cerca.

Sonreí ampliamente, y me bajé de un salto hasta posar mis pies sobre el suelo. Saqué el Digimental del Deseo de la Terminal y lo sujeté con una mano, para después colocarlo en el suelo junto con el bebé... Y empezar con los preparativos.

Primero, dejé salir a Kali y a Rukriel del digivice, por el momento, no quería que nadie me molestara, y ellos dos servirían para protegerme en el caso de que las personas de ese lugar decidieran intentar joderme y venir a por mí antes de que pudiera devolver a Vladimir su verdadera forma. Después, con la guadaña en mano, me posicioné de lado, con el filo del arma curvada apuntando al suelo, y posteriormente deslicé su hoja por la arena, dibujando así un rastro muerto y negruzco, con forma de perfecta circunferencia. Pero el dibujo no quedó así. El dibujo no podía quedarse en un símple y puro círculo...

Esbocé una amplia sonrisa siniestra. Mis pies se movieron con seguridad, como si bailaran, como si tuvieran un patrón ya especificado. Aferré la guadaña con fuerza y la giré por mi espalda para pasarla hacia mi otro brazo y agarrarla con la mano contraria. Con un rápido y certero movimiento dibujé una línea recta, después otra, y otra y otra y otra, hasta haber formado, con esas cinco, una estrella de cinco puntas inscrita en una perfecta circunferencia.

- It's time...-alcé la mirada hacia el grupo y amplié mi sonrisa, antes de dar un salto hacia atrás y salir de la siniestra figura trazada en la arena-. TO REBIRTH!

Moví una mano, de abajo a arriba, y como imitando ese movimiento, los trazos del suelo se iluminaron con un brillo oscuro, y se alzaron en amplios muros de fuego negro.

Mikoto observo a la pelirroja dibujar aquel símbolo en la arena. ¿Acaso con eso reviviría a ese tal Vladimir? El pelirrojo no estaba muy bien informado, puesto a que Zayyn se le había olvidado ese insignificante detalle, o tal vez no... Poco después, su Terminal marco un punto rojo, lo cual quería decir que un nuevo Digimon había aparecido en ese mismo lugar, no sabia si era aliado o enemigo, pero lo que si sabia era que atacaría sin importar que...

Las dudas del pelirrojo se aclararon al ver que se trataba de nada mas y nada menos que de Selene y su camarada, Zess... Zess, ¿se habrá olvidado de aquel día? Bah... No era momento para pensar en esa clase de cosas, debía de concentrarse en lo que estaba sucediendo a su alrededor. Mikoto saco su IC Burst de su bolsillo, antes de hacer que su Digisoul cubriera toda la palma de su mano y pasarla por la parte superior del aparato rojo. Los Digimon en su interior se vieron obligados a Digievolucionar; Deimon en su etapa Mega, y Athan en su etapa Ultra. No sabia que iba a pasar después, así que quería estar preparado para lo que sea que estuviera a punto de pasar...

El fuego negro comienza a crecer rápidamente y a agitarse con fuerza, pareciendo una bestia que quiere desgarrar a su víctima con sus garras, un fuego salvaje y fuera de control. Dentro de él se podía ver como se formaba la silueta de una persona que era marcada claramente de un color rojo sangre, y se podía ver como de esa silueta salían rastros de energía como si estuviera goteando sangre solo que en vez de caer, las gotas de elevaban a la parte más alta de las llamas antes de desaparecer. Unos ojos escarlata aparecen en el medio de las llamas, unos ojos que reflejaban una ira acecina y una maldad incontenible.
Cuando las llamas de dispersan dejan en su interior a un chico de tés pálida como el papel, cabello negro como carbón y unos ojos tan negros como la misma nada, su altura era de un metro ochenta, tenía una musculatura algo marcada pero no demasiado y no tenía bello en ninguna parte de su cuerpo a excepción de las cejas. Las facciones de su rostro eran anguloso y pronunciadas, algo que marcaba su rostro serio y una mirada penetrante.

El chico que se encontraba completamente desnudo mira a los presentes reconociendo rápidamente a los  que lo habían encerrado hace mucho tiempo atrás y a la vez viendo a unos cuantos nuevos. Esboza una sonrisa y dirige su mirada a sus antiguos captores.

-Veo que han crecido- Les digo y para luego mirar mi cuerpo, el cual era el mismo que tenía antes de ser encerrado. -Aunque por lo que veo yo sigo igual a como era antes de que me encerraran.- Esbozo una sonrisa mientras miro de reojo al grupo de Norn. -Espero que no hayan pensado que esa prisión me atraparía para siempre, porque temo que se han equivocado- Levanto mi brazo derecho con el puño cerrado a la altura de mi pecho y abro mi mano con rapidez, esperando que una esfera de oscuridad se formara, pero no pasó nada, lo intento de nuevo, pero no ocurre nada, lo intento con la otra mano y al ver que no pasa nada, dejo de intentar y de ver mis manos, no quería que pudieran darse cuenta de que no tenía mis poderes, así que solo finjo estar acostumbrándome a mi nueva forma. -Pero bueno, vallamos al grano. Por lo que veo mi virus por fin fue liberado y ha causado todo este extrago, y me imagino que si llegaron al puto de liberarme es que no han podido destruirlo y que ya estás en tus últimos momentos. ¿Verdad querida Norn?- Esas últimas palabras me llenaban de dicha, solo el pensar que Norn estaba infectada y que pronto moriría era una dicha que no podía comparar.

La peliroja se alejó rápidamente de mí, y claro me quedó que no resolvería mis dudas con ella, sin embargo me extrañaba, ¿cómo logró llegar a transformarse en la muerte sin saber que sucedio con la anterior?, la primera muerte alcanzó a tener un aprendiz antes de morir? o acaso seguía viva?, nunca me enteré de ello, era extraño según las reglas que conocía acerca de la muerte y sus sucesores.

Luego de resolver mis dudas en cierta medida, dedique mi atención al bebe, "vladimir" como dijo norn en su explicación, zayyn quería revivirlo?, asi que el vampiro cayó ante los elegidos?
- je... -
una asquerosa y brillante sonrisa se dibujo en mi rostro al pensar en ello, así es, llegue a conocer a vladimir, de echo en cierta epoca de mi vida me significó una amenaza, mas ahora ya no presentaba ninguna, de tener el mismo nivel de habilidades que en aquellos tiempos el señor de la oscuridad caería de rodillas ante mis garrass, para ser engullido por el demonio en que ahora me había transformado.
Al parecer Zayyn se defendia de quienes quiziesen detenerla... pero... no estabamos todos allí para este acontecimiento?, a mi no me interesaba frenarla, aunque me veía tentado a acabar con aquellos en los que confiaba para protegerla, el placer de ver sus esperanzas sucumbir bajo mi yugo... aahhh esa sensación al ver a alguien tan confiado perder toda esperanza, algo que me llevaba lenta y dulcemente a un climax retorcido, pero no!, no era un buen momento, con pesar detuve mis movimientos para no decapitar al pelirojo que parecía llamarse "mikoto" según zayyn, se había distraido y era una presa tan facil que a milimetros de su cuello detuve mi invisible y letal arma, que volvio silenciosa e indetectablemente a mí para ser usada en otro momento asegurandome de no ser objeto de ataques ajenos, aunque lo mas seguro era que mis impulsos asesinos, liberados solo por segundos, hayan sido detectados por aquellos sensibles a mi alrededor, sabía de la llegada de zess y su compañero digimon, aún antes de que llegase, mis zorros cercaban la playa, no había punto ciego, cualquier movimiento sería detectado por mí, tanto de entrada como de salida en ese perímetro, MÍ perimetro.
Luego de contener mi sed de sangre era turno de el apareciemiento de aquel por quien vinimos, vladimir desde su forma de bebe había logrado "crecer", obtener un cuerpo maduro, me agradó la forma en la que se presentó, algo de dramátismo siempre era un buen detalle.

MI APARIENCIA ACTUAL:

La reina del digimundo fue testigo de cómo la biohybrida pelirroja trazaba unos símbolos en el suelo con su guadaña, hasta tener dibujada una estrella de cinco puntas inscrita en una perfecta circunferencia... Un símbolo que en muchas culturas se consideraba relacionado con el diablo... Bastante acertado había sido utilizarlo para devolver a Vladimir a su verdadera forma, ahora tendrían que lidiar con el peor mal en existencia, y ella, Norn, lo había hecho posible por...

- ...-Norn entrecerró los ojos al ver de nuevo, después de tanto tiempo, a la figura de Vladimir. Su estómago digital se estrujó al observar otra vez aquella sonrisa y aquella mirada que a muchos les había hecho estremecer... Ella no había tenido opción, el demonio era su única salvación, y parecía obvio, por sus siguientes palabas, que él lo había sabido desde siempre-. No sé de qué estas hablando, Vladimir...-dijo con boca pequeña, sin querer reconocer lo obvio, aunque estaba bastante claro que la digihuman estaba insegura, y de que esa pequeña mentira no era sino la prueba de que Vladimir estaba en lo cierto-. ¿Fuiste tú el que dejó escapar ese virus? ¿Por qué lo hiciste? ¿Eres consciente de todas las vidas que se han perdido y todas las que están a punto de hacerlo?-inquirió la reina.

El ver a aquella cucaracha intentando parecer fuerte ante sus "seguidores" fue una de las escenas más gratificantes que había visto en mucho tiempo, el mundo digital se estaba consumiendo y su vida junto con él. La afirmación y las preguntas de Norn me hicieron reír a carcajadas, su inocencia y bondad eran una debilidad que estaba dispuesto a explotar al máximo. -Claro que lo sé, ¿y piensas que acaso me importa?- Digo lo último con ironía -El mundo digital no puede ser regido por alguien tan débil como tú, los digimon son seres que nacieron para luchar y gobernar, no para ser mascotas de los humanos y servir a una raza inferior. Tú y los humanos serán mis esclavos. Así que tranquila, te daré el antivirus para que puedas vivir lo suficiente para verme gobernando en lo que antes era tu reino... Pero no te saldrá nada barato. Quiero las armas pandora.- Mi rostro se volvió serio en este punto, no quería dejar duda alguna de que mis palabras iban muy en serio.

Al escuchar las palabras de Vladimir logro comprender lo que le pasaba a Norn, una sensación de culpa y de angustia me recorre el corazón, era la sensación como si alguien tomara mi corazón y lo apretujara, Norn estaba conectada al viejo digimundo, y era esa la razón por lo cual el virus solo había aparecido ahí, era la única forma de hacer que Norn se viera infectada, ella tenía más cantidad de Datos y eso hacía que su tiempo de vida fuera más largo, pero eso no quitaba el hecho de que estaba muriendo, y de que si lo hacía, todo le digimundo y los digimon morirían con ella. Una frustración y enojo me recorre, las armas pandora eran muy peligrosas, nos costó la vida de muchos el recuperarlas, pero sabía que si no se las dábamos nunca tendríamos la cura, pero aun así, no sabía si podíamos confiar o no en Vladimir, después de todo, siempre fue un maestro del engaño. -Norn... dale las armas. Tienes que curarte y curar a todos los digimon infectados- Sabia que aquello era lo correcto pero aun así algo dentro de mi quería ir y matar a Vladimir en aquel instante, pero sabía que no podía hacerlo. Mi mirada pasa de Vladimir a Suoh, aquel chico que había conocido en Nueva York y que era miembro de DATS, alguien que había podido haber llamado un amigo estaba en aquel lugar, no estaba seguro de cuáles eran sus intenciones, pero si estaba con aquel grupo seria claramente un enemigo más que debía detener.

Miraba el panorama expectante sin saber que pasaria tras saber los planes de Zayyn. Ruben por su cuenta nego estar de acuerdo y los demas al parecer tenien sus propias razones para estar ahi. Todo lo de despues paso muy rapido, tanto que apenas tuve tiempo para relacionar unas cosas con otras. Finalmente, Zayyn con el poder de Vincent logro que Vladimir se recuperara totalmente, quedando tal cual lo derrotamos tiempo atras en una batalla sin un claro vencedor. Le mire con un claro odio, ya sabia el cuales eran mis sentimientos hacia el y no habia razones para ocultarlo. Yo habria atacado a Vladimir en el aquel momento de no ser por que estabamos alli por algo mas importante y mis ansias de venganza despues de tanto tiempo habian pasado a un segundo plano. Sobre todo tras saber que en algun momento dragomon podria contagiarse y desaparecer para siempre. Poco despues escuche la conversacion de Norm y Vladimir y vi como Ruben accedia. Rapidamente me acerque a Vladimir y puse una mano frente a Ruben para que parara.
-No.
Dije sin mas mirandole seriamente y sabiendo de sobra con quien trataba.
-No te vamos a dar las armas de pandora, ni nada que se le parezca. A mi como sabras la muerte de algunos digimons me importa bien poco y la de norm menos. Y darte algo poderoso para que despues mates al doble de digimons no entra en mis planes. Es mas, si quieres algo, primero demuestra que puedes curar y despues ya hablaremos. Nos conocemos demasiado bien como para darte algo primero.
Dije seriamente a Vladimir y mostrando mi clara indiferencia por Norm. Notaba que habia gato encerrado en todo aquello

Sonrei a las palabras comprensivas de Ruben y asenti. No podia pasarle cosas tan malas a Vincent. Mire a Ruben feliz y espere aver que pasaba con el tema de la vacuna y vladimir. No tardo en volver Zayyn con un bebe, tras ella el portal se cerro y empece a tener un mal presentimiento. Sabia como era esa dimension y alguien no habia salido de alli.
-Ruben...¿aun sigue dentro?
Dije asustada y nerviosa, preocupada por un compañero mas. Queria ir a salvarle y sacarle de ahi, lo necesitaba pero...¿como? No tarde en sentir un ruido extraño tras de mi, y todo a mi alrededor empezo a cambiar. Ruben no estaba a mi lado ni nada por el estilo y en mi mano, ya no tenia mi baculo, tenía unas pistolas como las de vincent.
-¿que?...
Me pregunte a mimisma sin entender hasta que logre ver a lo lejos a jannan. al parecer antes de desaparecer Vincent tambien me habia dado algo a mi, no solo a Zayyn.
-¡¡¡Jannnaaannn!!!
Grite mientras corria hacia el preocupada y sabiendo que no podia invadirme el miedo en aquella diensaion tan horripilante.
-Hola. He logrado entrar.¿estais bien?
Dije acercandome a el y quedando a un lado suyo.

No tardé en presenciar cómo el bebé al que había rescatado se iba transformando en una oscura y alta sombra. Mis ojos brillaron con el color morado-negruzco de las llamas, sabiéndose victoriosos, sabiéndose que nadie había logrado detenerme al liberar a Vladimir, ni siquiera Ruben, Mashury o Janaan.

Pronto la sombra oscura acabó tomando la forma y la apariencia de un muchacho joven, de cabellos negros y aura tan siniestra como el mismo demonio. Esbocé una sonrisa victoriosa, y fui testigo de cómo Vladimir dio sus primeras palabras después de resurgir, palabras que fueron directamente hacia Norn, y que me sorprendieron en gran medida. ¿Con que la gran reina del digimundo estaba muriendo? Qué sorpresa... por eso estaba tan desesperada cuando acudió a mí, y por eso ahora Vladimir la tenía entre sus garras.

Sonreí ampliamente a todos los presentes, todos los que habían tratado de evitar ese desafortunado encuentro, y me coloqué junto a Vladimir, todavía con la guadaña en una de mis manos. Me mantuve en silencio, escuchando a ambas partes hablar... Vladimir tenía un as en la manga, ese era la cura contra el virus, pero al parecer, y como yo había supuesto, no iba a darlo gratis.

Mis ojos centellearon al escuchar la palabra. Pandora. Armas Pandora. No sabía bien lo que era, pero con ese nombre, sospechaba que algo muy poderoso... A fin de cuentas, fue Pandora quien liberó todos los males en el mundo, dejando únicamente la esperanza en su caja... La esperanza... Muchos lo tomaban como algo bueno, pero en realidad era el peor mal de todos si se daban ciertas circunstancias... Yo había tenido esperanzas cuando Kenshi salió inconsciente después de que su hermano lo disparara, y por suerte, él acabó superando aquel ataque, se recuperó, y actualmente se encontraba mejor que nunca...

Pero, ¿qué hubiera pasado si nunca hubiese despertado? Las personas más peligrosas, eran las que se movían por la desesperación. Harían cualquier cosa para recuperar lo que una vez perdieron.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos entonces, cuando Ruban salió en defensa de Norn, sintiendo incluso lástima por ella, y accediendo para que Norn le otorgara a Vladimir su ambiciosa petición. << Genial... si todo sale bien, Vladimir será el dueño de todo... Y yo conseguiré el poder que tanto he estado buscando... >>Ese pensamiento era el que me rondaba por la cabeza todo el rato. Necesitaba poder, no solo por ambición propia, sino porque ahora tenía una familia, y debía protegerla a toda costa, sin importar las consecuencias. Si eso me hacía ser una mala persona, entonces lo era; y si necesitaba por ello pactar con Vladimir, entonces lo haría...

No obstante...

- No te vamos a dar las armas de pandora, ni nada que se le parezca. A mi como sabras la muerte de algunos digimons me importa bien poco y la de norm menos. Y darte algo poderoso para que despues mates al doble de digimons no entra en mis planes. Es mas, si quieres algo, primero demuestra que puedes curar y despues ya hablaremos. Nos conocemos demasiado bien como para darte algo primero.

Miré con molestia, pero también con cierta diversión, a la humana de cabellos castaños, Mashury. Podía sentir que su corazón estaba igual de podrido que el mío, quizás esa chica se hubiera llevado por delante más vidas que yo, y aún así pretendía negarse en redondo a concedernos lo que pedíamos, aún sabiendo que podrían morir miles de almas si no lo hacían.

- Conténtate de que realmente tengamos una cura, y agradece que estemos dispuestos a negociar con ella-intervine entonces, con mordacidad-. Si dejas morir al digimundo, ya no habrá más digimons que puedan protegerte ni a tí, ni a tus amigos... Pero si lo salvamos, tan solo morirán unos pocos... Creo que es un buen trato-esbocé una sonrisa burlona para terminar.

Dejé escapar una suave risa malévola, pero antes de que pudiera decir nada más, sentí cómo mi guadaña vibraba ante una nueva demostración de poder. Mis ojos se clavaron en la chica de pelo azul, la tal Yumi, y pude ver como de la nada, esta sacaba un par de pistolas... Dos armas que, misteriosamente, habían hecho reaccionar a mi Soul's Reaper. Eso solo me hacía pensar que ella tenía algo que ver con mi poder.

- Yumi...-entrecerré los ojos, y con un gruñido observé desaparecía, posiblemente para adentrarse en mi dimensión para reunirse con el humano. Estuve a punto de ir tras ella, pero mi deber con Vladimir me obligó a quedarme junto a él para esperar-. Da igual... Ni ella conseguirá salir de ese lugar... Las almas encerradas necesitan alimentarse de vez en cuando...

Norn miró, impotente y con los puños apretados, cómo no solo Vladimir se burlaba de ella, también lo hacía Zayyn. Su rostro se crispó de dolor al saber qué era lo que ambos querían a cambio de la completa cura del virus, y su rostro infantil empalideció aún más al comprender lo que ello significaba.

- No... Estás loco... No puedo... Esas armas son peligrosas...

Se mordió el labio inferior, indecisa. Ruben la apoyaba, le decía que debía entregarles el pedido, o tanto ella como todos los digimons morirían; en cambio, Mashury se negaba en redondo, y no le faltaba razón... Pero si no les daba las armas, muchos morirían, no sólo ella... Esa esa una decisión que debía de tomar pensando en toda su especie, todos aquellos a los que había jurado proteger...

- Yo...

Cerró los ojos, al fin entendía lo que suponía estar entre la espada y la pared. Como diosa del digimundo no recordaba haberse encontrado así nunca, y desde luego, era una experiencia no grata para ella.

- Ruben... Mashury...-sus ojos se abrieron, esta vez con un brillo de dolor y de tristeza en ellos-. Siento que esto tenga que pesaros... Pero debo pensar en mi especie... No encotraremos otra oportunidad para conseguir la cura. El digimundo esta a punto de morir, y si eso sucede... Ni siquiero yo sé qué puede pasar... -su mirada se volvió entonces hacia el demonio. Alzó un brazo en el aire, y al instante, cinco armas aparecieron frente a Vladimir, flotando en el aire como si tuviesen vida propia:

Spoiler:

- Ahí tienes, Vladimir... Lo que has deseado... Las cinco Armas Pandora.

Vi como todo lo que sucedía pasaba demasiado rápido, el despertar de Vladimir y su discurso frente a todos sobre lo que sabía del virus y que el mismo lo había liberado, solo había esperado que se activara para llegar a todo esto. Las palabras de Zayyn contra la chica llamada Mashury y la indiferencia de esta a que la reina del digimundo Norn estuviese muriendo y que muchos digimon murieran con ella, al parecer tenía algo en contra de Vladimir: venganza, pero eso ya no era cosa nuestra solo debíamos defenderlo aunque si éramos del mismo bando debíamos saber el porqué de la situación ¿No? Sabía a la perfección que nada de lo que hacíamos estaba bien ¿Y qué? ¿Acaso el mundo me había dado algo a cambio durante 21 años? No me había torturado y arrebatado todo desde la libertad de tener un solo cuerpo hasta mi hermana pero me había dado cosas buenas incontables y muchas memorables, sin duda nunca las olvidaría pero era hora de cambiar ese pensamiento, no podía continuar si el mundo seguía dividido en dos y si tenía que estar de un lado sería del bando ganador y el que me concedería; quizás, un deseo y ese deseo lo conocía la mayoría de las personas en quien realmente confiaba y con quienes hablaba, eran muy pocas.

Selene por su parte miró a Arturius y bajo ligeramente la cabeza, no quería continuar con aquello era una rebelión contra todo lo bueno y la tensión en su cuerpo era demasiada, sentía las miradas acusadoras sobre sí misma y como digimon de la luz que mantenía el balance estaba actuando para el lado del mal, de cierta forma, ya había habido suficiente luz en el mundo por lo que debía actuar de este lado pero...Su ser le decía que debía actuar para el lado de la luz o mejor ser solo un intermediario. La digimon movió los labios tratando de que no se escuchara ni se viera demasiado pronunciando una frase en silencio ‘‘Lo siento, no es mi idealismo pero...’’ El nerviosismo no la dejó continuar prefería guardarse el resto, de verdad estaba inquieta, como un león en una jaula solo que no lo demostraba abiertamente.

Me sorprendí de que Yumi no me hubiera visto, quizás mi forma dragón pero más me sorprendió como abrió un portal y pasó por este hacia una dimensión desconocida. Eso no importaba ahora solo debía estar atento a proteger a Zayyn y si era necesario a Vladimir aunque no creo que eso fuera algo...Relevante por el momento. Vi como cinco armas llamadas ‘‘Armas Pandora’’ aparecían frente a Vladimir por invocación de Norn, ya las tenía ¿Cuál era o sería el siguiente paso de nuestro siniestro señor y la novena muerte?.

La situación seguía su curso, y al parecer Vladimir tenia el control de ella, puesto que había logrado conseguir que la Digihuman Norn le diera las cinco Armas Pandora a cambio de la cura para el virus del Digimundo. El pelirrojo tenia cierta curiosidad sobre esas armas, ¿por qué Vladimir las quería? Si ese ser oscuro las quería, era porque debían de ser valiosas y, obviamente, poderosas.

Deimos y Athan se posicionaron a los lados de Mikoto, por si algo se salia de control, ellos intervendrían y harían lo que fuera para salvar la vida de su camarada humano. Los Digimon de Mikoto no confiaban tanto en Zayyn y mucho menos en Vladimir... Nunca es bueno confiar en tus aliados malvados, nunca sabes cuando te apuñalaran por la espalda literalmente...

No podía creerlo, ¿de verdad Norm pensaba dar esas armas a Vladimir sin mas? Por encima de mi cadaver. Iban listos si pensaban que me quedaria tranquila cuando Norm hubiera decidido. Y de echo, Cornusmon sabia exactamente como era, y le notaba en silencio, esperando por una minima señal, el no era tonto. Lo que me sorprendía era que Ruben no hiciera nada o se pensara que hacer caso a Norm era lo mejor. Siempre obedeciendo.  Entonces vi las armas en el aire y vi una vieja conocida, una que en el pasado me pertenecía pero por causas del destino todo habia cambiado. Y sabia que Cornusmon la conocia. Exacto, ese era el momento.
-¿estais idiotas o que os pasa? He dicho que no.¡¡¡AHORAA!!!
Dije seria y haciendo amago de crear un arma para luchar, sin embargo en el último momento salté agarrando el arma mas grande y facil de agarrar(el tridente), tras eso en mi otra mano con mi dispositivo cree un portal y un instante despues algo invisible agarro el boomerang y ambos pasamos por el portal con dos armas de pandora, alejandonos de aquella zona para mantener las armas seguras lejos de vladimir.

Observé divertida la expresión de horror de Norn, ese dolor significaba que efectivamente Vladimir estaba en lo cierto, ella se estaba muriendo, y a menos que nos diera esas armas, nada podría frenar el avance del virus en su interior. La diosa del digimundo alzó entonces una mano en el aire, y ante un gesto, cinco armas se materializaron en el aire, cinco herramientas rebosantes de poder: Dos pistolas, un boomerang, un tridente, un martillo y una espada... Todas y cada una de ellas despedían poder maligno por los cuatro costados, no podía imaginar qué poder ocultaban tras esa apariencia material. Mis ojos verdes brillaron, calculadores, y casi de manera mecánica, alargué un brazo hacia una en concreto... Un arma filosa que de alguna manera había llamado mi atención por encima de las demas... Ese boomerang... Ese boomerang...

Sin embargo, algo sucedió de repente. La humana castaña, aquella que hacía llamarse Mashury, entró en acción, agarrando tanto el tridente, como el boomerang... En efecto, ese arma que había conseguido mantenerme embobada, desapareció por un portal junto con el tridente, la humana y su digimon.

- ¡NOO!-rugí dando un paso hacia ellos. Sin embargo, el portal se cerró antes de que pudiera hacer nada, y pude sentir cómo la rabia empozoñaba cada parte de mi cuerpo. Apreté los dientes, y gruñí con frustración, agarrando el mango de la guadaña con fuerza-. Esa humana... Mashury-un leve siseo de disgusto, escupí el nombre con desprecio y odio, pero me obligué a no perder los nervios-. Ahora regreso... Voy a sacar la basura...-metí a Rukriel y a Kali de nuevo en el digivice y comencé a caminar.

Volteé el arma de curvada hoja por encima de mi cabeza, concentré energía mortuoria en el filo, tratando de localizar la ubicación de esa... Furcia... Finalmente, de alguna forma, la guadaña la localizó, haciendo vibrar el aire a su alrededor. A fin de cuentas, había sentido en Mashury un poder muy similar al que yo en parte poseía, no sería extraño que consiguiera encontrarla con el Digimental del Deseo; si había conseguido la ubicación de Vladimir en la Dimensión Mortuoria, podría localizar a esa humana. Deslicé el arma en el aire, lo rasgué, creando un portal que se abrió justo a la espalda de Mashury.

Con un impulso, lo crucé rápidamente, cerrándolo justo al pasar, y lanzándome contra ella con la guadaña por delante, y una expresión seria... No estaba contenta, había conseguido cabrearme, e iba a hacer lo posible para recuperar las armas y regresar con los demás... No tenía nada en contra suya, pero no quería errores, no quería que los planes de Vladimir se estropearan... No podría proteger a mi familia sin el poder que él iba a otorgarme.

- Te encontré, ratita...-susurré, a su espalda, alzando el arma para asestarle un corte en vertical de arriba a abajo.

Me quedé observando en silencio toda la escena de la resurrección de Vladimir, esperando a que la muchacha llamada Mashury me contestase, aunque me terminó ignorando. "Supongo que ella no es de mucho hablar" pensé para mis adentros, pero eso fue contrariado cuando ella se dispuso a discutirle a Vladimir sobre el hecho de unas armas especiales, las armas de Pandora, o algo así, que debían de ser muy peligrosas y poderosas.

A pesar de ese "pequeño" detalle, no me detuve a pensar robarlas ni a verlas, a diferencia de mis camaradas los cuales, tanto Ysera como Fistus, se me pusieron a mi izquierda y derecha respectivamente. Lo que me llamaba la atención del asunto fue la conexión de la Digihuman Norn, lo cual me planteó otra estrategia de cara al futuro para tratar. Me acerqué a ella con mi Nanotool, la cual estaba cambiando a su forma de espada, y se la coloqué al cuello. -Si la mato aquí y ahora, ¿todos los Digimon, el Digimundo, y todo relacionado morirá no?- les pregunté a todos, tanto de manera obvia e irónica, tratando tanto de aclararme como de ultimar a todos a entregar las restantes, puesto a que esa tal Mashury había huído con el Bumerang y el Tridente y que Zayyn fue tras ella. -Es ahora o nunca.-

Todo iba como me lo imaginaba, sabía que Mashury se negaría pero era un mal necesario que teníamos que aceptar. Escucho las palabras de preocupación de Yumi pero antes de poder responderle ella desaparece, su desaparición me deja desconcertado pero Wisemon me toca el hombro para que preste atención a lo que estaba pasando en aquel lugar, si me preocupaba por Yumi estaríamos muertos. Presencio como Norn invoca las armas y como Mashury salta para interceptarlas y luego desaparecer.
Al desaparecer las armas uno de los secuaces de Vladimir se acerca a Norn con la intención de matarla, una gran rabia crece dentro de mí y me preparo para proteger a Norn pero no fue necesario ya que el Dynasmon que estaba allí se adelanta y la protege.

-Ni se te ocurra ponerle un dedo encima a Norn o morirás- Le advierte Bearmon al enmascarado.
-Ahí tienen 3 de las 5 armas, es más de lo que nosotros tenemos, ahora danos la cura- Le exige Wisemon a Vladimir algo impaciente.

Todo iba según lo planeado, Norn ya no tenía más cartas que jugar y su desesperación era tal que asedio a darme las armas pandora, y el ver a Mashury negarse era aún mejor, era como ver a un paciente con cáncer terminal negarse a hacerse el tratamiento, su sola negación era su propia muerte. Norn materializo las armas y al estar en su presencia pude sentir su abrumador poder, no hacía mucho que sabía de su existencia, pero del otro lado a pesar de estar atrapado podía oír sabia por las almas de los inocentes que iban a parar a aquel lugar y la de los digimon muertos por el ejército de Millleniumon que aquellas armas existían y que su poder me sería muy útil. Estiro mi mano para absorber los poderes de las armas pero antes de poder hacerlo Mashury salta y se roba dos de las armas para luego desaparecer, la situación mas que preocuparme hace que en mi rostro se dibuje una sonrisa sádica.
Todos comienzan a alborotarse y a actuar en consecuencia, Zayyn sale detrás de Mashury, lo cual hace que mi rostro cambie por uno más de molestia, el hecho de que actuara por su cuenta era algo que me molestaba, pero lo que más me molesto fue el hecho de que Dākugādian intentara matar a Norn, estiro mi mano y tomo la espada del vacío, al tocarla mi cuerpo desaparece y aparezco a la izquierda de Dākugādian con la espada en el aire, esta tenía un aura de color grisáceo en la hoja y con un rápido corte los dos brazos de Dākugādian caen al suelo en un corte limpio, de sus brazos no emanaba sangre, sino que en ambas partes del brazo había una lámina de esa aura gris la cual impedía el desangramiento como en vez de una amputación fuera como desarmar las piezas de algo. Levanto la espada y llevo el filo al cuello de Dākugādian. -No se te ocurra hacer eso otra vez o me asegurare de que la próxima parte de tu cuerpo que acabara en el suelo será tu cabeza- Le advierto mirándolo fijamente a los ojos, mis ojos se habían tornado de color rojo sangre y lanzaban una clara advertencia, una que decía que no estaba mintiendo. -Norn, lamento lo ocurrido con esta basura, en compensación te diré que el antivirus esta en Dragomon, así que dile a Mashury que regrese, o su digimon podría morir antes de que logre sacar el antivirus- Le informo a la diosa sin despegarme de mi posición y de ver a Dākugādian con ansia acecina-

Mi paciencia había dado frutos, delante de mí veía nuevamente aquella arma que tanta satisfacción una vez me dió, y me llevo a ser conocido como el dios de la tormenta.
El tridente de pandora se encontraba flotando a unos pocos metros de mí, su aroma casi me provocaba excitación hasta ver como mashury se apoderaba de él y se largaba por uno de sus portales.
- ... -
Fue algo bastante molesto, pero a la vez conveniente, mashury se había isolado de todas las molestias que se encontraban ahí, a travéz de uno de sus portales de oscuridad... sabía que podía llegar a ella, pues no hace mucho había obtenido esos mismos portales de su dueña.
Me di cuenta facilmente de las intenciones de la peliroja de cara rayada, si tenía control completo de sus portales como los tenía vincent y otras muertes conocidas entonces podría encontrar a mashury sencillamente, debía llegar antes de que se complicaran las cosas.
Asi pues, con un silencioso movimiento desaparecí del sitio como una sombra mientras los zorros a mi al rededor se disperzsaban por la playa perdiendose entre los árboles, habiendo "maestreado" el poder de los portales oscuros podía hacer algo uni personal, casi modificandome para trasladarme entre dimensiones.
Había logrado siincronizar mi energía de la oscuridad con el poder del digiegg de mashury, despues de todo eran el mismo, y por fortuna aparecí entre zayyn y ella cuando la guadaña estaba en lo mas alto de zayyn, como una sombra de gran tamaño me erguí delante de la peliroja levantando una de mis manos, lo cual causó una extraña fuerza repulsora directamente en la guadaña, impidiendola bajar, y dependiendo de la fuerza de la usuaria empujandola hacia atrás por mi sorpresiva defensa.

Al escuchar que la cura que tanto estábamos Buscando estaba en Dragomon sentí una rara y angustiosa sensación de alivio. Sin pensarlo dos veces tomo mi terminal de batalla y llamo a Mashury con ella esperando que responda, el sistema de llamada era algo rustico en ese momento y había mucha interferencia por lo cual no sabia si ella en realidad me podía escuchar o no. -Mashury, Mashury ¿me escuchas?, tienes que regresar, la cura del virus esta en Dragomon, vuelve ahora, las cosas se están saliendo de control por aquí.- Digo al notar la reacción de todos, una batalla se estaba por desatar en cualquier momento y yo sabia que no iba a poder luchar solo contra tantos enemigos.

Al ver el proposito de Arturius Sakuyamon intervino según las órdenes proveídas por Zayyn ‘‘Que no nos interrumpan’’ La digimon alzó vuelo dirigiéndose hacia donde Vladimir; la distancia entre nosotros y él no era muy extensa, y frenó, con su mano, el puño que Arturius iba a usar para golpear al ser oscuro, no había sido un golpe muy intenso considerando que en estos instantes ella era un digimon mega y el un ‘‘Humano’’ Empujó tenuemente el puño del digimon, bajo su antifaz tenía el entrecejo arrugado- Lo siento maestro Vladimir, solo sigo las disposiciones proporcionadas por la ama Zayyn. No dejaré que impidan su objetivo. Lamento mi intrusión pero espero no me juzgue tan rápido como a Dākugādian... –Comentó la digimon mega y bajó el puño de Arturius. Hasta a mí me asombró que la digimon tomara la bravura como para afrontar a Arturius, no por su poder, sino por quien era.

Todo empezó a agitarse, dos de las armas habían sido substraídas y las otras permanecieron allí, Dākugādian había tratado de matar a Norn y casi había sido mutilado por Vladimir, muchas cosas pasaban de golpe, Yumi y Janaan no aparecían y Vice no parecía irascible a todo esto, venía por su cuenta y por un Arma Pandora por lo que sucesos como estos no habían de inquietarle mucho. Sakuyamon por su parte no sabía cómo Vladimir iba a reaccionar en cuanto a su intromisión pero tenía más miedo a como Arturius la juzgara por detenerlo de aporrear a Vladimir pero era su trabajo o deber hacer aquello.

al entrar en aquella dimension sin saber como vi ambas armas en mis manos y me asombre. Dos pistolas, las mismas de Vincent, supondria seria una especie de regalo. Sin embargo apareci en un sitio inesperado con Janaan. Al escucharle hablar no pude evitar ojear las pistolas y la dimensión.
-Esto...pense en ayudarte y sin saber muy bien como abri un portal hasta aqui. Pero... no se como volver a hacerlo. Quizas disparando...
Dije apuntando hacia la dimensión algo confusa sin entender que podia hacer alli.
-No te preocupes, saldremos de aqui como sea. Confiar en mi. aunque...¿teniais vosotros alguna idea?
Pregunte sin saber en realidad que hacer para salir de alli.


off( m dijeron que tienes que abrir tu asi que... te toca. Por mi te sacaba yo, peeero me da pena negarme.)