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Un nuevo comienzo.
Mundo Digimon :: Mundo Humano (Japon) :: Región de Kantō :: Kanagawa :: Yokohama :: Puerto
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Un nuevo comienzo.
Habiamos vuelto. Al fin en casa. Después de un largo tiempo fuera de casa, volviamos a formar parte del escuadrón de Savers del DATS. Esta vez catalogados como guerreros legendarios, aunque eso a nosotros no nos importaba lo más mínimo. Volviamos para volver a luchar, y ayudar a Digimon y humanos en todo lo que nos fuera posible.
Salimos de la base central del DATS, se preveía un atardecer algo oscuro, el cielo estaba encapotado, pero nada podía apagarnos, una vez más, unidos como antaño.
Miré desde lo alto de la piramide de escalones sobre la que se encontraba la base de actividades, y mientras que bajabamos los peldaños conversaba con mi amigo, mi hermano, Agumon.
»● Masaru: Espero que sepas lo que significa llevar esta chapa de nuevo en la solapa, tío. -Sonríe con un comportamiento algo serio- Volvemos a ser los jefes.
»● Agumon: Al fin podremos luchar de nuevo al máximo, hermano. -Noté la voluntad en sus palabras- Una nueva aventura para ser los más fuertes.
»● Masaru: Eso ya lo somos, amigo mío. -Sonreí, miré hacia el puerto- Vayamos, quiero volver a nuestro sitio.
Agumon asintió, él también quería tener ese momento de nostalgia.
El puerto, el mar, un nuevo inicio que zarpaba frente a nosotros hacia la eternidad, un perfecto reflejo de nuestra esperanza y ganas de crecer, como equipo y a nivel invidual, nos sentamos en silencio y sonreí, cuando sentí una corazonada en el pecho. Agumon se sorprendió al mismo tiempo que se disparó el DigiVice, miré hacia atrás sorprendido y quedé impactado en un primer momento por su presencia.
Salimos de la base central del DATS, se preveía un atardecer algo oscuro, el cielo estaba encapotado, pero nada podía apagarnos, una vez más, unidos como antaño.
Miré desde lo alto de la piramide de escalones sobre la que se encontraba la base de actividades, y mientras que bajabamos los peldaños conversaba con mi amigo, mi hermano, Agumon.
»● Masaru: Espero que sepas lo que significa llevar esta chapa de nuevo en la solapa, tío. -Sonríe con un comportamiento algo serio- Volvemos a ser los jefes.
»● Agumon: Al fin podremos luchar de nuevo al máximo, hermano. -Noté la voluntad en sus palabras- Una nueva aventura para ser los más fuertes.
»● Masaru: Eso ya lo somos, amigo mío. -Sonreí, miré hacia el puerto- Vayamos, quiero volver a nuestro sitio.
Agumon asintió, él también quería tener ese momento de nostalgia.
El puerto, el mar, un nuevo inicio que zarpaba frente a nosotros hacia la eternidad, un perfecto reflejo de nuestra esperanza y ganas de crecer, como equipo y a nivel invidual, nos sentamos en silencio y sonreí, cuando sentí una corazonada en el pecho. Agumon se sorprendió al mismo tiempo que se disparó el DigiVice, miré hacia atrás sorprendido y quedé impactado en un primer momento por su presencia.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Miré el cielo gris de Yokohama, Japón. Una expresión de ligero regocijo se apoderó de mi rostro. Me gustaba la lluvia, me parecía un elemento puro, aunque fácilmente corrompible, y eso me divertía. Sopesé el tiempo que tardaría el agua en caer sobre nosotros, los mortales. Quizá unos minutos, o quizá media hora. Quién sabía.
Caminé por las calles de la ciudad hacia el puerto, para ver la posible tormenta con más detenimiento. No me asustaba que las aguas del mar se volvieran violentas. De cualquier modo, podía escapar de su furia. En etapa ultra, podía sumergirme en el agua, como serpiente marina. En etapa mega, podía simplemente alzar el vuelo e irme. Aunque sabía de sobra que me encontraba cerca de un centro de operaciones de DATS, la organización esa que se encargaba de que los digimons no entraran en el mundo humano.
- ¿Qué podrían hacerme a mí?-susurré en voz baja, sonriendo.
Mis pies me llevaron casualmente por las calles del lugar, hasta que finalmente divise el puerto a lo lejos. Avancé a paso normal, mirando distraídamente el digivice y suspirando. Impmon seguía en el digihuevo, no había roto el cascarón aún, tras ser atravesado por el Ulforce de ese…niñato de pelo blanco. Chasqueé la lengua, hastiada, y alcé la vista, justo para ver a un humano frente a mí, a unos cuantos metros, acompañado de un Agumon. Ambos me habían detectado. Supuse que no sería buena idea quedarse allí, seguramente ellos dos formaran parte de esa estúpida organización.
- Tsk…-comencé a darme la vuelta para marcharme, mirando con desprecio al humano, y me guardé el digivice en el bolsillo.
Aquello era lo que justamente me faltaba. Compañía humana, perfecto. Seguro que si en vez de a humanos, llego a odiar a los mapaches, estos saldrían de debajo de las piedras.
Caminé por las calles de la ciudad hacia el puerto, para ver la posible tormenta con más detenimiento. No me asustaba que las aguas del mar se volvieran violentas. De cualquier modo, podía escapar de su furia. En etapa ultra, podía sumergirme en el agua, como serpiente marina. En etapa mega, podía simplemente alzar el vuelo e irme. Aunque sabía de sobra que me encontraba cerca de un centro de operaciones de DATS, la organización esa que se encargaba de que los digimons no entraran en el mundo humano.
- ¿Qué podrían hacerme a mí?-susurré en voz baja, sonriendo.
Mis pies me llevaron casualmente por las calles del lugar, hasta que finalmente divise el puerto a lo lejos. Avancé a paso normal, mirando distraídamente el digivice y suspirando. Impmon seguía en el digihuevo, no había roto el cascarón aún, tras ser atravesado por el Ulforce de ese…niñato de pelo blanco. Chasqueé la lengua, hastiada, y alcé la vista, justo para ver a un humano frente a mí, a unos cuantos metros, acompañado de un Agumon. Ambos me habían detectado. Supuse que no sería buena idea quedarse allí, seguramente ellos dos formaran parte de esa estúpida organización.
- Tsk…-comencé a darme la vuelta para marcharme, mirando con desprecio al humano, y me guardé el digivice en el bolsillo.
Aquello era lo que justamente me faltaba. Compañía humana, perfecto. Seguro que si en vez de a humanos, llego a odiar a los mapaches, estos saldrían de debajo de las piedras.
Re: Un nuevo comienzo.
Aquella chica pelirroja se giró con aires de superioridad y asqueo. Lo que en un primer momento me había levantado curiosidad por su extraña apariencia se volvía rabia ahora, ya que sin duda alguna la alerta de Digimon procedía de ella, y el hecho de reconocernos como miembros del DATS y portarse de esa extraña forma me cabreó más.
»● Masaru: ¡Eh, tú! -Me levanté para gritarle cuando saqué mi placa- Masaru Daimon, miembro del cuerpo de élite del escuadrón de seguridad digital DATS, identifícate.
»● Agumon: Que Digimon más raro, hermano...-Dijo Agumon confuso-
Tras mis palabras, como un rugido que precede a la tormenta, un fuerte oleaje impactó con bravura contra el puerto. Comenzó a llover y por un momento se hizo el silencio.
No quité el ojo de encima a aquella chica, ignorando por un momento a Agumon. Me quedé mirándole de arriba a abajo pero me centré en su expresión, aunque con un gesto de asqueo parecida algo cansada y por un momento sentí empatía, aunque me repateaba su comportamiento, me ví obligado a dejar que no se fuera así por así.
»● Masaru: ¡Eh, tú! -Me levanté para gritarle cuando saqué mi placa- Masaru Daimon, miembro del cuerpo de élite del escuadrón de seguridad digital DATS, identifícate.
»● Agumon: Que Digimon más raro, hermano...-Dijo Agumon confuso-
Tras mis palabras, como un rugido que precede a la tormenta, un fuerte oleaje impactó con bravura contra el puerto. Comenzó a llover y por un momento se hizo el silencio.
No quité el ojo de encima a aquella chica, ignorando por un momento a Agumon. Me quedé mirándole de arriba a abajo pero me centré en su expresión, aunque con un gesto de asqueo parecida algo cansada y por un momento sentí empatía, aunque me repateaba su comportamiento, me ví obligado a dejar que no se fuera así por así.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Ya me había dado la vuelta, cuando el chico, con voz autoritaria, alegó pertenecer al DATS. Mi instinto no fallaba, había acertado completamente al pensar que pertenecía a esa “policía digimon”. Sonreí, parecía que mi comportamiento despectivo le había enfadado, pero qué más daba, yo solo me preocupaba por mí. No había nadie más al que jurarle lealtad ni amistad. El amor que había sentido, o que podría haber tenido hacia alguien había desaparecido hacía tiempo.
Me volví lentamente, aún con una arrogante sonrisa grabada en mi cara, y lo miré con una mirada glaciar, observándole aún con ligero desdén.
- Felicidades por ello, pero ¿a mí qué más me da?-solté, con intención de provocarle. Recordé entonces un momento en el cual también me habían ordenado identificarme, fue cuando llegué al digimundo. Cuando conocí a Alyria-. Soy la reina de Inglaterra... ¿Qué te importa quién sea?-respondí, burlona.
Observé al agua del mar agitarse con violencia, y sentí como las primeras gotas de lluvia caían sobre mí, empapándome y pegándome el pelo al cuerpo. No me importó, sin embargo. Como ya había dicho antes, la lluvia no me desagradaba, y a hasta le daba al lugar un matiz siniestro y oscuro.
Me giré, de nuevo para irme de allí, aunque sabía que aquel idiota trataría de detenerme. Que lo intentara, pues. No iba a dejar que me atraparan para meterme en una cárcel para biohybridos, donde seguramente me hicieran pruebas y más chorradas innecesarias. Odiaba los laboratorios y todo lo relacionado con ellos.
Me volví lentamente, aún con una arrogante sonrisa grabada en mi cara, y lo miré con una mirada glaciar, observándole aún con ligero desdén.
- Felicidades por ello, pero ¿a mí qué más me da?-solté, con intención de provocarle. Recordé entonces un momento en el cual también me habían ordenado identificarme, fue cuando llegué al digimundo. Cuando conocí a Alyria-. Soy la reina de Inglaterra... ¿Qué te importa quién sea?-respondí, burlona.
Observé al agua del mar agitarse con violencia, y sentí como las primeras gotas de lluvia caían sobre mí, empapándome y pegándome el pelo al cuerpo. No me importó, sin embargo. Como ya había dicho antes, la lluvia no me desagradaba, y a hasta le daba al lugar un matiz siniestro y oscuro.
Me giré, de nuevo para irme de allí, aunque sabía que aquel idiota trataría de detenerme. Que lo intentara, pues. No iba a dejar que me atraparan para meterme en una cárcel para biohybridos, donde seguramente me hicieran pruebas y más chorradas innecesarias. Odiaba los laboratorios y todo lo relacionado con ellos.
Re: Un nuevo comienzo.
Me irrité por su comportamiento. Aquella mirada de frialdad, esa falta de importancia, típica de la gente que se creían superior a todo y todos; todo aquello me provocaban unas ansias de golpear algo que eran superiores a mí. Apreté los puños, un poco de Digisoul empezaba a salir de mi mano, cuando suspiré hondo y me serené.
Levanté la cabeza una vez más y me dirigí a ella con decisión y seguridad.
»● Masaru: Pues señora reina de Inglaterra -Dije con ironía- O me das una explicación creíble y excusable de porqué tu presencia emana datos de Digimon, y siendo así, el motivo de porque estás en la tierra... O me veré obligado a tomar cartas
»● Agumon: Relájate, hermano. -Musitó Agumon para calmarme-
No fue suficiente lo dicho por Agumon cuando el brazo completo se me llenó de Digisoul. La energía, nacida desde el odio a ese tipo de personas me empezaba a poseer. Observé su burlona sonrisa, supe que eso era lo que quería, dominarme a través de la ira. Me calmé de nuevo y sonreí con un gesto burlón, puesto que supe sus intenciones.
Me guardé lo que pensaba de su actitud para más tarde.
Levanté la cabeza una vez más y me dirigí a ella con decisión y seguridad.
»● Masaru: Pues señora reina de Inglaterra -Dije con ironía- O me das una explicación creíble y excusable de porqué tu presencia emana datos de Digimon, y siendo así, el motivo de porque estás en la tierra... O me veré obligado a tomar cartas
»● Agumon: Relájate, hermano. -Musitó Agumon para calmarme-
No fue suficiente lo dicho por Agumon cuando el brazo completo se me llenó de Digisoul. La energía, nacida desde el odio a ese tipo de personas me empezaba a poseer. Observé su burlona sonrisa, supe que eso era lo que quería, dominarme a través de la ira. Me calmé de nuevo y sonreí con un gesto burlón, puesto que supe sus intenciones.
Me guardé lo que pensaba de su actitud para más tarde.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Mis palabras afectaron más de lo previsto al muchacho, lo que me hizo ladear la cabeza, divertida. Su puño se llenó de una extraña aura anaranjada. Digisoul. Ya lo había visto en otras ocasiones, tampoco era nada sorprendente. Me lo quedé mirando, desafiante, mientras él se acercaba a mí con paso firme y sin vacilar. No respondí a su pregunta de por qué emanaba datos. Lo único que le apetecía responder era el por qué estaba allí, pero tampoco era recomendable. Sus planes debían mantenerse en secreto… por ahora.
- Tomar cartas… ¿qué me vas a hacer?-inquirí.
Sabía perfectamente lo que haría. Muy posiblemente me atacaría para llevarme al sitio ese y tenerme controlada. Pero tenía una noticia para él… No me dejaría atrapar. Me tensé levemente, por si tenía que luchar. La lluvia seguía arreciando y empapándonos, pero no era nada que me molestara. Solo tenía ojos para aquel chico y su digimon, aunque obviamente eran inferiores a mí, sobretodo el humano. Miré un segundo al Agumon, levemente sorprendida, cuando le habló a su compañero.
- ¿”Hermano”? ¿Ahora existe una relación de parentesco entre humanos y digimons?
Aquello me parecía ridículo. ¿Humanos y digimons, hermanos? Yo consideraba a Impmon como un hermano, pero el caso es que yo no era humana. La mitad de mis genes eran de digimon, y prefería catalogarme más como eso que como humana.
- Tomar cartas… ¿qué me vas a hacer?-inquirí.
Sabía perfectamente lo que haría. Muy posiblemente me atacaría para llevarme al sitio ese y tenerme controlada. Pero tenía una noticia para él… No me dejaría atrapar. Me tensé levemente, por si tenía que luchar. La lluvia seguía arreciando y empapándonos, pero no era nada que me molestara. Solo tenía ojos para aquel chico y su digimon, aunque obviamente eran inferiores a mí, sobretodo el humano. Miré un segundo al Agumon, levemente sorprendida, cuando le habló a su compañero.
- ¿”Hermano”? ¿Ahora existe una relación de parentesco entre humanos y digimons?
Aquello me parecía ridículo. ¿Humanos y digimons, hermanos? Yo consideraba a Impmon como un hermano, pero el caso es que yo no era humana. La mitad de mis genes eran de digimon, y prefería catalogarme más como eso que como humana.
Re: Un nuevo comienzo.
Cada palabra me encendía más, su forma de dirigirse a nosotros, su forma de dirigir los ojos, quitándonoos importancia y evitando mis preguntas, parecía controlarlo todo, pero me metí la mano en el bolsillo de la chaqueta con total seguridad y saqué algo. Un pequeño dispositivo, era un DigiVice, pero no era el mío.
»● Masaru: Aquí tengo un "amigo" que con un botón podría encerrarte. Un Digivice maestro, gracias a él no necesitaría esforzarme en reducirte y llevarte a la base central, pero... -Derrepente me giré y lancé el DigiVice maestro con toda mi fuerza al agua del mar, a unos veinte metros del puerto- ...No lo necesito. -Le miré con honestidad- Solo necesito saber que tus motivos de estar aquí son puros y no pasará nada... No me lo hagas repetir otra vez más.
Golpee con el puño la otra palma de la mano mientras Agumon respondió a su pregunta.
»● Agumon: Hay relaciones de amistad entre Digimon y humanos... Nuestra amistad va más allá de eso.
Sonreí afirmando las palabras de Agumon. ¿Simples amigos? Desde luego no lo eramos, y desde luego tampoco eramos compañeros, él era mi hermano, siempre unidos, amistad y fuerza unidas de forma infranqueable... Nadie podía vencernos.
De nuevo la lluvia se calmó por un instante, solo para golpearnos de nuevo, el cielo ya era negro, no grisaceo ni nublado, negro. La lluvia caía con fuerza sobre nosotros, y al igual que ella, eramos impasibles al agua, nuestro fuego no lo apagaba nada.
Me centré una vez más en aquella chica, se distraía con facilidad, no nos mostraba atención, y me fijé una vez más en su expresión, necesitaba respuesta o, como Saver, me vería obligado a actuar.
»● Masaru: Aquí tengo un "amigo" que con un botón podría encerrarte. Un Digivice maestro, gracias a él no necesitaría esforzarme en reducirte y llevarte a la base central, pero... -Derrepente me giré y lancé el DigiVice maestro con toda mi fuerza al agua del mar, a unos veinte metros del puerto- ...No lo necesito. -Le miré con honestidad- Solo necesito saber que tus motivos de estar aquí son puros y no pasará nada... No me lo hagas repetir otra vez más.
Golpee con el puño la otra palma de la mano mientras Agumon respondió a su pregunta.
»● Agumon: Hay relaciones de amistad entre Digimon y humanos... Nuestra amistad va más allá de eso.
Sonreí afirmando las palabras de Agumon. ¿Simples amigos? Desde luego no lo eramos, y desde luego tampoco eramos compañeros, él era mi hermano, siempre unidos, amistad y fuerza unidas de forma infranqueable... Nadie podía vencernos.
De nuevo la lluvia se calmó por un instante, solo para golpearnos de nuevo, el cielo ya era negro, no grisaceo ni nublado, negro. La lluvia caía con fuerza sobre nosotros, y al igual que ella, eramos impasibles al agua, nuestro fuego no lo apagaba nada.
Me centré una vez más en aquella chica, se distraía con facilidad, no nos mostraba atención, y me fijé una vez más en su expresión, necesitaba respuesta o, como Saver, me vería obligado a actuar.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
El humano se llevó una mano al bolsillo, sacando después un digivice. Alcé una ceja. ¿Con eso pretendía vencerme? Me dieron ganas de reir, pero me ccontuve. No obstante, me explicó en qué consistía tal digivice, y palidecí levemente. ¿Qué iba a encerrarme ahí? Ni hablar, vamos. Tensé un poco más el cuerpo, dispuesta a pelear ya, pero entonces me di cuenta de que no podía hacerme nada. Era cierto que era en parte digimon… pero la otra mitad de mi ADN era humano, y él no podría encerrarme allí. Mira, en ocasiones como esta pienso que a lo mejor ser mitad humana podría servir para algo.
- No podrías encerrarme ahí dentro ni aunque quisieras…-Sonreí siniestramente, luego de ver como el chico tiraba el digivice al agua-. Me estás subestimando.
Miré al cielo, al oscuro cielo que sobre nosotros descargaba aquel torrencial de agua, y después bajé de nuevo la mirada hacia él, provocándole. Si tenía suerte, me atacaría, entonces tendría excusa para liberar a Aeirmon, que ardía en deseos por tomar el control del cuerpo.
- Motivos puros… vaya tontería-comenté-. No pienso decirte cuales son mis razones de estar aquí. Digimon o no, estoy en mi derecho de moverme con libertad, ¿o me vas a encerrar sin haber hecho nada… todavía?-concluí con una sonrisa.
- No podrías encerrarme ahí dentro ni aunque quisieras…-Sonreí siniestramente, luego de ver como el chico tiraba el digivice al agua-. Me estás subestimando.
Miré al cielo, al oscuro cielo que sobre nosotros descargaba aquel torrencial de agua, y después bajé de nuevo la mirada hacia él, provocándole. Si tenía suerte, me atacaría, entonces tendría excusa para liberar a Aeirmon, que ardía en deseos por tomar el control del cuerpo.
- Motivos puros… vaya tontería-comenté-. No pienso decirte cuales son mis razones de estar aquí. Digimon o no, estoy en mi derecho de moverme con libertad, ¿o me vas a encerrar sin haber hecho nada… todavía?-concluí con una sonrisa.
Re: Un nuevo comienzo.
Sonreí un instante. La lluvia caía fuerte sobre nosotros, lo ignoraba, o más bien, lo ignorabamos. Le miré, le quité la vista de encima un instante y le volví a mirar sonriendo, a medio camino entre atacarle y calmarme, mis dos yos "luchaban" dentro de mí, una parte deseaba saber más, realmente me levantaba curiosidad... Otra parte deseaba darle un puñetazo y sacarle todos los dientes. Parecían empatar.
»● Masaru: Realmente no puedo encerrarte o atacarte sin motivo, por muy peligrosa que parezcas... -Se da un toque en la frente con ironía, sorprendido- ¡Es verdad! ¡Que sí que puedo! Cosas de gente del DATS... -Tome una pausa- Al fin y al cabo, Digimon o humana, si pones en peligro el mundo humano y o digital... Está en mi mano.
»● Agumon: Masaru, hermano, esta chica parece tensarse por momentos -Agumon estaba algo nervioso- No tiene pinta de querer hacer amigos
Agumon levantó brevemente sus dos orejillas, echó la cabeza hacia delante, parecía ponerse en pose defensiva, protegiéndome de un posible ataque repentino.
»● Masaru: Te veo muy confiada, muñequita -Dije con chulería- No querrás volver a casa a jugar con tus datos de digimon a las muñecas, ¿verdad? -Arquee una ceja duditativo irónico-
»● Masaru: Realmente no puedo encerrarte o atacarte sin motivo, por muy peligrosa que parezcas... -Se da un toque en la frente con ironía, sorprendido- ¡Es verdad! ¡Que sí que puedo! Cosas de gente del DATS... -Tome una pausa- Al fin y al cabo, Digimon o humana, si pones en peligro el mundo humano y o digital... Está en mi mano.
»● Agumon: Masaru, hermano, esta chica parece tensarse por momentos -Agumon estaba algo nervioso- No tiene pinta de querer hacer amigos
Agumon levantó brevemente sus dos orejillas, echó la cabeza hacia delante, parecía ponerse en pose defensiva, protegiéndome de un posible ataque repentino.
»● Masaru: Te veo muy confiada, muñequita -Dije con chulería- No querrás volver a casa a jugar con tus datos de digimon a las muñecas, ¿verdad? -Arquee una ceja duditativo irónico-
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
La lluvia me había dejado pelos del flequillo pegados a la frente, y también imposibilitándome una vista del lado derecho. Me aparte el flequillo un poco, aunque aun dejándolo a un lado, puesto que me gustaba llevarlo así, medio tapando uno de los ojos.
- Sabes que hay miles de millones de personas que ponen en peligro los mundos constantemente, ¿verdad?-le dije con mis iris plateados brillando, malévolos.
Cambié el peso de una pierna a la otra, cansándome ya de estar en la misma postura. Bostecé aposta, dando a entender que sus charlas sobre el bien o el mal me importaban bien poco, y que por ende, me aburrían. Moví el cuello para desentumecerlo un poco, mientras el humano hablaba. En un momento dado, le oí referirse a mí como "muñequita", como si fuera demasiado delicada para él. Me hizo gracia, y comencé a reírme con suavidad, mirándole con un brillo sarcástico.
- Na, creo que es más divertido venir al mundo humano a matar y a quemar los edificios-le respondí, devolviéndole la jugada.
De hecho, era una idea bastante embriagadora, dado que para mí los humanos no eran más que un estorbo, y una especie que no debería existir. Sería bastante entretenido escuchar sus gritos, ver sus rostros llenos de desesperación… Me lo pasaría en grande.
- Sabes que hay miles de millones de personas que ponen en peligro los mundos constantemente, ¿verdad?-le dije con mis iris plateados brillando, malévolos.
Cambié el peso de una pierna a la otra, cansándome ya de estar en la misma postura. Bostecé aposta, dando a entender que sus charlas sobre el bien o el mal me importaban bien poco, y que por ende, me aburrían. Moví el cuello para desentumecerlo un poco, mientras el humano hablaba. En un momento dado, le oí referirse a mí como "muñequita", como si fuera demasiado delicada para él. Me hizo gracia, y comencé a reírme con suavidad, mirándole con un brillo sarcástico.
- Na, creo que es más divertido venir al mundo humano a matar y a quemar los edificios-le respondí, devolviéndole la jugada.
De hecho, era una idea bastante embriagadora, dado que para mí los humanos no eran más que un estorbo, y una especie que no debería existir. Sería bastante entretenido escuchar sus gritos, ver sus rostros llenos de desesperación… Me lo pasaría en grande.
Re: Un nuevo comienzo.
A su comportamiento sonreí, me gusto su respuesta, parecía empezar a caerme bien pese a ese comportamiento picaro e irónico, en parte me irritaba, en parte me hacía gracia, era extraño.
Intenté no darle una respuesta brusca e intenté calmar mis ganas de sacarle las muelas de un golpe. Sonreí y caminé, noté como me miraba, como aquél que quiere mantener la distancia, era evidente su odio a los humanos, ¿Por qué? Ella lo era, o eso parecía. Me acerqué y camine a su alrededor con un gesto entre serio y risueño.
»● Masaru: Vamos a hacer una cosa... -Gesticulé con las manos- Tú me vas a contar quién eres, lo qué eres, porque mi DigiVice sospecha de ti, vas a ser amable, y yo te dejo libre, aquí no ha pasado nada, nadie del DATS se entera... -Le miré por detrás de arriba a abajo- Y no te pateo ese culo bien lejos de aquí...
»● Agumon: Hermano, eres todo un galán. -Me dijo Agumon con ironía mientras negaba con la cabeza-
La lluvia empezaba a escampar, seguí rodeándola caminando a poco más de un metro de ella, noté su mirada con el rabillo del ojo, sospechando de nosotros. Agumon le miraba desde frente, desde esa posición parecía todo bajo control como para reaccionar en caso de sorpresa. Parecía todo bajo control... ¿O no?
Intenté no darle una respuesta brusca e intenté calmar mis ganas de sacarle las muelas de un golpe. Sonreí y caminé, noté como me miraba, como aquél que quiere mantener la distancia, era evidente su odio a los humanos, ¿Por qué? Ella lo era, o eso parecía. Me acerqué y camine a su alrededor con un gesto entre serio y risueño.
»● Masaru: Vamos a hacer una cosa... -Gesticulé con las manos- Tú me vas a contar quién eres, lo qué eres, porque mi DigiVice sospecha de ti, vas a ser amable, y yo te dejo libre, aquí no ha pasado nada, nadie del DATS se entera... -Le miré por detrás de arriba a abajo- Y no te pateo ese culo bien lejos de aquí...
»● Agumon: Hermano, eres todo un galán. -Me dijo Agumon con ironía mientras negaba con la cabeza-
La lluvia empezaba a escampar, seguí rodeándola caminando a poco más de un metro de ella, noté su mirada con el rabillo del ojo, sospechando de nosotros. Agumon le miraba desde frente, desde esa posición parecía todo bajo control como para reaccionar en caso de sorpresa. Parecía todo bajo control... ¿O no?
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Aún no me atacaba. Era extraño, pero tras haberle espetado tantas veces, y haberle demostrado mi desprecio a seres como él, el chico seguía tratando de saber qué era lo que era. Parecía estar aguantándose sus ganas de venir y golpearme. Por un momento, aplaudí interiormente su autocontrol, seguramente en su lugar yo ya me habría lanzado a su yugular.
Lo miré con curiosidad, preguntándome qué era lo que pasaba por su cabeza. Sin duda, algo interesante, desde luego. Me crucé de brazos, ya más relajada, pero parpadeé con asombro cuando dijo que no me iba a entregar a DATS… si le contaba cual era el misterio que guardaba tan celosamente.
- Más bien te patearía el culo yo a ti -respondí, con una sonrisa, aunque ahora no era una sonrisa maliciosa. Era como que me había hecho gracia su comentario, y que a la vez me sorprendía de que no siguiera las normas de la organización a la que pertenecía.
Suspiré y comencé a darme la vuelta de nuevo, sorteándolos, debido a que habían empezado a moverse en círculos a mí alrededor. No quería seguir más con esto. Si no había pelea, no había motivo para sacar a la luz a Aeirmon.
- Mejor será que lo dejes estar.- le advertí, alejándome.
Sentí en mi interior cómo el demonio negro gruñía, molesta por perderse diversión. Pero estábamos en el mundo humano, y por ahora no me convenía demasiado hacerme notar si no era realmente necesario.
Lo miré con curiosidad, preguntándome qué era lo que pasaba por su cabeza. Sin duda, algo interesante, desde luego. Me crucé de brazos, ya más relajada, pero parpadeé con asombro cuando dijo que no me iba a entregar a DATS… si le contaba cual era el misterio que guardaba tan celosamente.
- Más bien te patearía el culo yo a ti -respondí, con una sonrisa, aunque ahora no era una sonrisa maliciosa. Era como que me había hecho gracia su comentario, y que a la vez me sorprendía de que no siguiera las normas de la organización a la que pertenecía.
Suspiré y comencé a darme la vuelta de nuevo, sorteándolos, debido a que habían empezado a moverse en círculos a mí alrededor. No quería seguir más con esto. Si no había pelea, no había motivo para sacar a la luz a Aeirmon.
- Mejor será que lo dejes estar.- le advertí, alejándome.
Sentí en mi interior cómo el demonio negro gruñía, molesta por perderse diversión. Pero estábamos en el mundo humano, y por ahora no me convenía demasiado hacerme notar si no era realmente necesario.
Re: Un nuevo comienzo.
Sonreí a lo que dijo. ¿Me estaba retando? Fuese como fuese no se podía ir de allí, las normas de la organización me daban igual, ya no solo por ellos, ya no solo por la seguridad, esa chica me había levantado curiosidad y ahora, pasara lo que pasara, tenía que saber quién y qué era.
Se fue, pero ya no era por superioridad ni asqueo, era con un aire algo decepcionado y, tal vez melancólico, no lo pensé ni un instante, corrí tras ella.
»● Masaru: Eh, chica pelirroja que no me ha dicho su nombre... -Intenté alcanzarla- No te vayas, quiero hablar contigo.
»● Agumon: Vamos hermano, no puedes dejarla escapar.
»● Masaru: Calla, Agumon, esto ya no tiene que ver con el DATS...
Le musité por lo bajo sin aflojar el ritmo, parecía no entenderlo, pero asintió y obedeció a mi mirada, debía correr conmigo.
La seguimos. Ya no llovía, llegaba la noche pero el ambiente era algo seco y frío. Los charchos que abundaban la acerca no me impedían seguir tras ella.
Al fin llegé a su altura, intente cogerla del brazo, con tranquilidad, más bien algo cansado que enfadado, y le dije con mi total sinceridad mirándole a los ojos.
»● Masaru: En juego mi honra de hombre, te digo... -Tomé una bocanada de aire- Puedes confiar en mí...
Se fue, pero ya no era por superioridad ni asqueo, era con un aire algo decepcionado y, tal vez melancólico, no lo pensé ni un instante, corrí tras ella.
»● Masaru: Eh, chica pelirroja que no me ha dicho su nombre... -Intenté alcanzarla- No te vayas, quiero hablar contigo.
»● Agumon: Vamos hermano, no puedes dejarla escapar.
»● Masaru: Calla, Agumon, esto ya no tiene que ver con el DATS...
Le musité por lo bajo sin aflojar el ritmo, parecía no entenderlo, pero asintió y obedeció a mi mirada, debía correr conmigo.
La seguimos. Ya no llovía, llegaba la noche pero el ambiente era algo seco y frío. Los charchos que abundaban la acerca no me impedían seguir tras ella.
Al fin llegé a su altura, intente cogerla del brazo, con tranquilidad, más bien algo cansado que enfadado, y le dije con mi total sinceridad mirándole a los ojos.
»● Masaru: En juego mi honra de hombre, te digo... -Tomé una bocanada de aire- Puedes confiar en mí...
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Mis pies continuaron avanzando, sin inmutarse de los gritos del muchacho, cuyo nombre aún recordaba, Masaru. Sentí como se me acercaba y como caminaba a mi lado, y eso me molestó. ¿Por qué simplemente no me dejaba en paz? Él se libraría de entablar conversación con alguien tan arrogante y borde como yo, y yo tendría mi preciada soledad. Solté un leve resoplido. La lluvia ya no caía sobre nosotros, aunque había dejado estragos por las calles, empapándolas y dándolas un color aún más oscuro que antes.
- No sabes mi nombre, ni lo sabrás-repliqué, con dureza.
Aumenté el ritmo, para ver si así me deshacía de él de una vez. Salimos del puerto, o al menos yo lo hice, para adentrarnos en un barrio oscuro y siniestro, que se hacía aún más intimidante con las horas que eran. Pero a mí no me daba miedo, pocas cosas me asustaban de verdad. Me saqué una piruleta del bolsillo y me la metí en la boca. Luego jugueteé transportando el caramelo por mi boca y haciendo que el palito se moviera para los lados. En realidad pasaba por allí por sí el tal Masaru decidía dejar de seguirme e irse por otro lado más seguro. Cuando sentí el contacto cálido de su mano en mi brazo, los pelos se me pusieron como escarpias, y comprendí que lo iba a tener detrás de mí durante muuucho tiempo. Me volví hacia él y me solté de golpe, como si el mero contacto físico me quemara la piel.
- No me toques-le dije, con los ojos brillando de furia-. No confío en vosotros. En ninguno. Dejadme en paz.
Mordí la piruleta con fastidio, me di la vuelta de nuevo y continué caminando, a paso más ligero y visiblemente molesta. ¿Cómo iba a confiar en ellos, con todo lo que me habían hecho pasar? Ellos eran el foco de mi ira, de mi rabia y de mi dolor. No podía perdonarlos.
- No sabes mi nombre, ni lo sabrás-repliqué, con dureza.
Aumenté el ritmo, para ver si así me deshacía de él de una vez. Salimos del puerto, o al menos yo lo hice, para adentrarnos en un barrio oscuro y siniestro, que se hacía aún más intimidante con las horas que eran. Pero a mí no me daba miedo, pocas cosas me asustaban de verdad. Me saqué una piruleta del bolsillo y me la metí en la boca. Luego jugueteé transportando el caramelo por mi boca y haciendo que el palito se moviera para los lados. En realidad pasaba por allí por sí el tal Masaru decidía dejar de seguirme e irse por otro lado más seguro. Cuando sentí el contacto cálido de su mano en mi brazo, los pelos se me pusieron como escarpias, y comprendí que lo iba a tener detrás de mí durante muuucho tiempo. Me volví hacia él y me solté de golpe, como si el mero contacto físico me quemara la piel.
- No me toques-le dije, con los ojos brillando de furia-. No confío en vosotros. En ninguno. Dejadme en paz.
Mordí la piruleta con fastidio, me di la vuelta de nuevo y continué caminando, a paso más ligero y visiblemente molesta. ¿Cómo iba a confiar en ellos, con todo lo que me habían hecho pasar? Ellos eran el foco de mi ira, de mi rabia y de mi dolor. No podía perdonarlos.
Re: Un nuevo comienzo.
»● Masaru: Mierda, Masaru... -susurré a mí mismo- Ven aquí, Agumon.
Noté el cansancio en Agumon y preferí ahorarrle el esfuerzo, él no tenía nada que ver con esto, esto ya no tenía nada que ver con nada ajeno a mí y aquella chica... Era personal: aquella chica no parecía una chica normal, eso me intrigó, bastante, como quién es capturado por un enigma, aquella sonrisa... Parecía dolida, ¿Qué le habría pasado? ¿Qué le habrían hecho? Me daba igual lo qué fuera, pero iba a averiguarlo, iba a solucionarlo.
Cuando me soltó del brazo, como con un latigazo de su mano, me sentí mal, partido en dos, no era la misma frialdad que en el primer momento, había cambiado, ella lo sabía y yo también. Me quedé helado, quieto, ella siguió avanzando y desapareció en las sombras de las calles que se entrelazaban entre si como si de un laberinto urbano se tratase. La perdí por un instante, pero no necesitaba el Digivice para buscarla.
Corrí y la busqué de nuevo, no tardé mucho en encontrarla, Yokohama era mi ciudad, y este mi distrito, ¿Pensaba que iba a darme de lado? Demasiado fácil para mí encontrarla.
Estaba de frente a mí, pero ella caminaba de espaldas, como si me buscara, tal vez para huír de nuevo. La esperé sin decir nada, y cuando apenas nos separaba un metro me puse serio y me serené, y con tranquilidad le dije.
»● Masaru: No sé que te habrán hecho, no sé como te hicieron daño, tal vez te traicionaron, tal vez te abandonaron, te dieron de lado... Diría que somos así, pero no, SON así... Yo no. -Le miré a los ojos en silencio un instante- Eres inteligente, seguro que tratas con Digimons, alguien como tú tiene que saber como son las cosas... Mírame a los ojos... -Repetí serio- ...Si no crees lo que digo, si no piensas que mi confianza es sincera, te dejo que te vallas tranquila...
Noté el cansancio en Agumon y preferí ahorarrle el esfuerzo, él no tenía nada que ver con esto, esto ya no tenía nada que ver con nada ajeno a mí y aquella chica... Era personal: aquella chica no parecía una chica normal, eso me intrigó, bastante, como quién es capturado por un enigma, aquella sonrisa... Parecía dolida, ¿Qué le habría pasado? ¿Qué le habrían hecho? Me daba igual lo qué fuera, pero iba a averiguarlo, iba a solucionarlo.
Cuando me soltó del brazo, como con un latigazo de su mano, me sentí mal, partido en dos, no era la misma frialdad que en el primer momento, había cambiado, ella lo sabía y yo también. Me quedé helado, quieto, ella siguió avanzando y desapareció en las sombras de las calles que se entrelazaban entre si como si de un laberinto urbano se tratase. La perdí por un instante, pero no necesitaba el Digivice para buscarla.
Corrí y la busqué de nuevo, no tardé mucho en encontrarla, Yokohama era mi ciudad, y este mi distrito, ¿Pensaba que iba a darme de lado? Demasiado fácil para mí encontrarla.
Estaba de frente a mí, pero ella caminaba de espaldas, como si me buscara, tal vez para huír de nuevo. La esperé sin decir nada, y cuando apenas nos separaba un metro me puse serio y me serené, y con tranquilidad le dije.
»● Masaru: No sé que te habrán hecho, no sé como te hicieron daño, tal vez te traicionaron, tal vez te abandonaron, te dieron de lado... Diría que somos así, pero no, SON así... Yo no. -Le miré a los ojos en silencio un instante- Eres inteligente, seguro que tratas con Digimons, alguien como tú tiene que saber como son las cosas... Mírame a los ojos... -Repetí serio- ...Si no crees lo que digo, si no piensas que mi confianza es sincera, te dejo que te vallas tranquila...
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Por un momento pensé que ya me había deshecho de él, pero entonces el chico apareció de nuevo, y yo solté un grave gruñido, cansada ya de aquella situación. Miré para los lados, asegurándome de que no había nadie. Por suerte para mí, así era, de modo que me planté frente a Masaru y dejé que mi cuerpo brillara.
- Has agotado mi paciencia… -susurré, mientras un torbellino de aire me envolvía-. Biohybrid digivolves to… Aeirmon.
Mi cuerpo humano desapareció tras un breve resplandor, para dar paso a un digimon negro y demoníaco, con aspecto de mujer y con dos alas y cola. Di un paso hacia él, más que harta y lo miré con odio refulgiendo en mi mirada gris.
- ¿Qué no todos sois así?-dije soltando una risa desdeñosa-. Perdona que me ría, pero es tan gracioso…
Moví la cola por detrás de mí, arrastrándola por el suelo. Parecía que la larga extremidad se movía al son de mi rabia y enfado. Dejé caer la mochila al suelo, colocándola contra una pared, y entrecerré los ojos, arqueándome hacia él, ya que a lo sumo mediría dos metros, y Masaru parecía tener menos edad que yo, como de unos catorce-quince años.
- Ya te estoy mirando a los ojos, ¿qué se supone que tengo que encontrar, señorito “yo soy diferente”?
- Has agotado mi paciencia… -susurré, mientras un torbellino de aire me envolvía-. Biohybrid digivolves to… Aeirmon.
Mi cuerpo humano desapareció tras un breve resplandor, para dar paso a un digimon negro y demoníaco, con aspecto de mujer y con dos alas y cola. Di un paso hacia él, más que harta y lo miré con odio refulgiendo en mi mirada gris.
- ¿Qué no todos sois así?-dije soltando una risa desdeñosa-. Perdona que me ría, pero es tan gracioso…
Moví la cola por detrás de mí, arrastrándola por el suelo. Parecía que la larga extremidad se movía al son de mi rabia y enfado. Dejé caer la mochila al suelo, colocándola contra una pared, y entrecerré los ojos, arqueándome hacia él, ya que a lo sumo mediría dos metros, y Masaru parecía tener menos edad que yo, como de unos catorce-quince años.
- Ya te estoy mirando a los ojos, ¿qué se supone que tengo que encontrar, señorito “yo soy diferente”?
Re: Un nuevo comienzo.
»● Agumon: Vamos, Masaru, sácame, démosle una paliza como en los viejos tiempos. -Contestó rapidamente Agumon desde el Digivice-
Sonreí mínimamente, mirando con seguridad y un poco de frialdad a los ojos a aquella chica, ahora Aeirmon. Supuse que no era consciente de que, sin querer, se había destapado ella sola, ahora sabía qué era, ya solo quedaba por conocer quién era y qué le había pasado. Parecía bastante agresiva, como una bomba de relojería a punto de explotar, pero al igual que el más fiero de los leones, al fin y al cabo no es más que un manso gato salvaje, aquella chica no me iba a hacer nada, estaba plenamente seguro.
»● Masaru: ¿Vas a atacarme, chica biohíbrida semihumana semidigital? -Destaqué eso último haciendo referencia a su destape sin achantarme lo más mínimo- Aquí estoy, puedes acabar conmigo... -Deje caer de forma clara y evidente mi Digivice al suelo, mostrando que no iba a hacer nada al respecto y me abrí de brazos- ¡Vamos, chica! ¡Acaba conmigo!
Sonreí totalmente seguro de mí mismo, le seguía mirando con seriedad y un pequeño gesto de fingida indiferencia que, sorprendentemente, me salió más natural de lo que pensaba.
La oscuridad y lo siniestro de aquél lugar se fundía en su figura, pegándose a su cuerpo, que casi era imposible distinguir su silueta. Sentí un soplido frío, pero ni si quiera eso pudo apagarme, me mantuve dentro de mí.
Cerré los ojos un instante y los abrí mirándole de nuevo con la misma mirada vacía, para cambiarle repentinamente por una más segura y con fuerza.
»● Masaru: Lo que estás viendo en estos ojos tú bien lo sabes, y si ésta es tu solución adelante... -Sonreí- Pero déjame que te pregunte una cosa... ¿Y después? Me matarás, acabarás conmigo, mi compañero Digital quedará huerfano, la protección del mundo digital y humano quedará inválida, al menos aquí en Yokohama... Todo eso, ¿Por? ¿Impotencia tal vez? -Me mantuve en mi posición- Bravo, pelirroja, conseguirás mucho con ello, digno de un genio... -Tome una pausa- Dime que no confías en mí y acaba conmigo.
Sonreí mínimamente, mirando con seguridad y un poco de frialdad a los ojos a aquella chica, ahora Aeirmon. Supuse que no era consciente de que, sin querer, se había destapado ella sola, ahora sabía qué era, ya solo quedaba por conocer quién era y qué le había pasado. Parecía bastante agresiva, como una bomba de relojería a punto de explotar, pero al igual que el más fiero de los leones, al fin y al cabo no es más que un manso gato salvaje, aquella chica no me iba a hacer nada, estaba plenamente seguro.
»● Masaru: ¿Vas a atacarme, chica biohíbrida semihumana semidigital? -Destaqué eso último haciendo referencia a su destape sin achantarme lo más mínimo- Aquí estoy, puedes acabar conmigo... -Deje caer de forma clara y evidente mi Digivice al suelo, mostrando que no iba a hacer nada al respecto y me abrí de brazos- ¡Vamos, chica! ¡Acaba conmigo!
Sonreí totalmente seguro de mí mismo, le seguía mirando con seriedad y un pequeño gesto de fingida indiferencia que, sorprendentemente, me salió más natural de lo que pensaba.
La oscuridad y lo siniestro de aquél lugar se fundía en su figura, pegándose a su cuerpo, que casi era imposible distinguir su silueta. Sentí un soplido frío, pero ni si quiera eso pudo apagarme, me mantuve dentro de mí.
Cerré los ojos un instante y los abrí mirándole de nuevo con la misma mirada vacía, para cambiarle repentinamente por una más segura y con fuerza.
»● Masaru: Lo que estás viendo en estos ojos tú bien lo sabes, y si ésta es tu solución adelante... -Sonreí- Pero déjame que te pregunte una cosa... ¿Y después? Me matarás, acabarás conmigo, mi compañero Digital quedará huerfano, la protección del mundo digital y humano quedará inválida, al menos aquí en Yokohama... Todo eso, ¿Por? ¿Impotencia tal vez? -Me mantuve en mi posición- Bravo, pelirroja, conseguirás mucho con ello, digno de un genio... -Tome una pausa- Dime que no confías en mí y acaba conmigo.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
El chico se quedó a mi merced. Había tirado su digivice al suelo, había extendido los brazos para que yo pudiera rematarlo. Me lo quedé mirando. Toda sonrisa que había mostrado antes desapareció de mi rostro. Sabía a qué estaba jugando. Pero no iba a caer en su treta.
- ¿Tantas ganas tienes de morir?
Me acerque a él y alcé una garra. Si así lo quería, muy bien. No me importaba para nada eliminarle, ya había matado a antes a otros muchos antes que él. Iba ya a golpearle, cuando mi mirada se fijó entonces en su compañero digimon, y algo extraño dentro de mi me impidió realizar el golpe. Por un momento, los ojos verdes del dinosaurio me recordaron a los de Impmon, y eso hizo que retrocediera, sorprendida. Parpadeé, mirando a Agumon, pero en seguida me di cuenta de que mi subconsciente me había jugado una mala pasada. Mi mirada se tornó dura de nuevo.
- No confío en vosotros.-sentencié, volviéndome para coger mi mochila.
Moví un poco la cola, luego regresé a mi forma humana y avancé en dirección contraria al chico
- ¿Tantas ganas tienes de morir?
Me acerque a él y alcé una garra. Si así lo quería, muy bien. No me importaba para nada eliminarle, ya había matado a antes a otros muchos antes que él. Iba ya a golpearle, cuando mi mirada se fijó entonces en su compañero digimon, y algo extraño dentro de mi me impidió realizar el golpe. Por un momento, los ojos verdes del dinosaurio me recordaron a los de Impmon, y eso hizo que retrocediera, sorprendida. Parpadeé, mirando a Agumon, pero en seguida me di cuenta de que mi subconsciente me había jugado una mala pasada. Mi mirada se tornó dura de nuevo.
- No confío en vosotros.-sentencié, volviéndome para coger mi mochila.
Moví un poco la cola, luego regresé a mi forma humana y avancé en dirección contraria al chico
Re: Un nuevo comienzo.
Apenas se giró para retroceder me agaché recogiendo del suel mi DigiVice, lo guardé en el bolsillo de la chaqueta del DATS y le seguí los pocos metros que nos separaban con prisa, no quería perderla de nuevo de vista.
Pensé que, por mucho que quisiera ocultarlo, su parte humana le salía de dentro y no podía evitarla, aunque quisiera ser fría, supe que había encontrado en mis ojos, o en los de Agumon, que para el caso era el mismo sentimiento, aquello que quise que encontrara, aquello que a ella le faltaba, aquello que quería que tuviera en nosotros.
Le seguí una vez más y, aunque antes reaccionó de forma fría, volví a intentarlo. La tomé por el brazo para que se girara y que me hablara a la cara, oidiaba a la gente que hacía ese tipo de cosas, la odié por un momento, pero me volví a dirigir a ella.
»● Masaru: Me da igual que creas que no necesitas esto, pero a veces salvaguardar a ambos mundos es ayudar con pequeños detalles y hasta que no comprendas que lo único que nosotros pretendemos es ayudarte y nos dejes hacerlo no te vas de aquí. -Le mire con firmeza- ¿¡Qué demonios te crees!? ¿Qué pretendo beneficiarme de ti? ¿Sacarte alguna información? ¿Aprovecharme de ti? ¡Al diablo con el DATS! Lo único que quiero es ayudarte... -Sentencié- ¡Abre los jodidos ojos!
La calle estaba oscura, nadie podría vernos, o eso supuse. El silencio era arollado por los soplidos de un fuerte viento que provenía de la costa y que azotaba las persianas y ventanas de los edificios haciendo unos ruidos un tanto incómodos al oido humano. La ventolera freno un instante cuando me callé. Se hizo el silencio y esperé su respuesta.
Pensé que, por mucho que quisiera ocultarlo, su parte humana le salía de dentro y no podía evitarla, aunque quisiera ser fría, supe que había encontrado en mis ojos, o en los de Agumon, que para el caso era el mismo sentimiento, aquello que quise que encontrara, aquello que a ella le faltaba, aquello que quería que tuviera en nosotros.
Le seguí una vez más y, aunque antes reaccionó de forma fría, volví a intentarlo. La tomé por el brazo para que se girara y que me hablara a la cara, oidiaba a la gente que hacía ese tipo de cosas, la odié por un momento, pero me volví a dirigir a ella.
»● Masaru: Me da igual que creas que no necesitas esto, pero a veces salvaguardar a ambos mundos es ayudar con pequeños detalles y hasta que no comprendas que lo único que nosotros pretendemos es ayudarte y nos dejes hacerlo no te vas de aquí. -Le mire con firmeza- ¿¡Qué demonios te crees!? ¿Qué pretendo beneficiarme de ti? ¿Sacarte alguna información? ¿Aprovecharme de ti? ¡Al diablo con el DATS! Lo único que quiero es ayudarte... -Sentencié- ¡Abre los jodidos ojos!
La calle estaba oscura, nadie podría vernos, o eso supuse. El silencio era arollado por los soplidos de un fuerte viento que provenía de la costa y que azotaba las persianas y ventanas de los edificios haciendo unos ruidos un tanto incómodos al oido humano. La ventolera freno un instante cuando me callé. Se hizo el silencio y esperé su respuesta.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
No podía creerlo. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué no había sido capaz de matarlo? ¿Qué me había llevado a comportarme así? Había sentido algo parecido a la piedad, algo que hacía mucho no experimentaba. Y no me gustaba exactamente, me hacía sentirme influenciable y más desequilibrada de lo que ya era. ¿Cuándo me había vuelto tan blanda? Chasqueé la lengua y aumenté el paso, queriendo alejarme de allí lo más rápido posible. Me estaba comportando como una humana normal, y odiaba eso. Jamás me catalogaría como una de ellos, nunca. Había jurado venganza contra ellos hacía mucho tiempo, y tendría que cumplir esa promesa.
Oí a Masaru detrás de mí, siguiéndome, y puse los ojos en blanco. Me volvió a coger del brazo, yo volví a soltarme lanzándole una hosca mirada. ¿Es que no sabía rendirse?
- Eres insistente…-dije, fastidiada, y me agarré la runa que colgaba de mi cuello-. “Runa Jera Activada… Chameleon”
Al instante, mi cuerpo comenzó a perder su textura, camuflándose con el ambiente. De haber sido un digimon completo, habría tenido ese ataque de forma natural, mi forma rockie. Pero era en parte humana, y para desbloquear esas habilidades me era necesaria la Runa Jera, el colgante que me regalo mi madre. Pronto ya estaba camuflada, con una sonrisa comencé a andar, sabiendo que ya no podían verme. Sin embargo, cuando llegué a una esquina, no me percaté de que había un charco de agua, y lo pisé. Me quedé petrificada, ahora seguro que me localizaría de nuevo. Chasqueé la lengua y me puse a correr girando la calle, chapoteando escandalosamente por el agua que inundaba el suelo << Mierda... >>
OFF:
* Chameleon: Zayyn obtiene las habilidades de un camaleón: camuflaje, percepción de 360 grados (sus ojos siguen igual, lo que ha cambiado es que siente levemente lo que sucede a su alrededor) y facilidad para escalar. Funciona hasta que lo desactiva. En este estado no puede atacar, y cuando esta camuflada no puede usar la percepción.
Oí a Masaru detrás de mí, siguiéndome, y puse los ojos en blanco. Me volvió a coger del brazo, yo volví a soltarme lanzándole una hosca mirada. ¿Es que no sabía rendirse?
- Eres insistente…-dije, fastidiada, y me agarré la runa que colgaba de mi cuello-. “Runa Jera Activada… Chameleon”
Al instante, mi cuerpo comenzó a perder su textura, camuflándose con el ambiente. De haber sido un digimon completo, habría tenido ese ataque de forma natural, mi forma rockie. Pero era en parte humana, y para desbloquear esas habilidades me era necesaria la Runa Jera, el colgante que me regalo mi madre. Pronto ya estaba camuflada, con una sonrisa comencé a andar, sabiendo que ya no podían verme. Sin embargo, cuando llegué a una esquina, no me percaté de que había un charco de agua, y lo pisé. Me quedé petrificada, ahora seguro que me localizaría de nuevo. Chasqueé la lengua y me puse a correr girando la calle, chapoteando escandalosamente por el agua que inundaba el suelo << Mierda... >>
OFF:
* Chameleon: Zayyn obtiene las habilidades de un camaleón: camuflaje, percepción de 360 grados (sus ojos siguen igual, lo que ha cambiado es que siente levemente lo que sucede a su alrededor) y facilidad para escalar. Funciona hasta que lo desactiva. En este estado no puede atacar, y cuando esta camuflada no puede usar la percepción.
Re: Un nuevo comienzo.
»● Masaru: Estupida ciega... -Me dije a mi mismo molesto-.
Observé sorprendido como se "disipó" delante mía, aunque rapidamente volví en mí, aún me sorprendía ese tipo de cosas puesto que no me hacía del todo a la idea de que era mitad humana y mitad Digimon. Al momento sentí una rabia tremenda, pero no en su contra, no quise hacerle daño, era coraje, dañado el orgullo tenía que encontrarla, tenía que hacerla cambiar de mentalidad, entrar en razón, y que confiara en mi, que no lo hacía, no hasta el momento, y eso me comía por dentro.
Me quedé mirando a todos lados esperando una respuesta, no era más rápida que yo, así que podría alcanzarla con facilidad, puesto que me conocía todo el territorio de Yokohama. Miré hacia un lado, el chapoteo del charco que pisó sin darse cuenta me puso alerta y seguí su huella en el agua, que me guiaba por la oscuridad. Entre el sonido del agua y de su respiración cada vez más acelerada por la huída me fuí guiando, corrí por las calles cada vez más oscuras, cada vez más entrevesadas, y por un momento pensé que me había perdido, porque no oía nada referente a aquella chica. No oía el agua, no oía su respiración, pero derrepente escuché algo, como un suspiro y mi DigiVice vibró; Super que estaba cerca.
Lo estuviera o no me paré en la mitad de aquella calle, más bien callejón, no había salida más que por donde me encontraba y apenas un contenedor de basura "adornaba" la siniestra y silenciosa estampa urbana. Mire a todos lados y sin saber muy bien dónde estaba, hablé al viento.
»● Masaru: No voy a parar hasta que te encuentre, chica pelirroja... -Tomé una pausa- No me voy a rendir, y es sencillo, uno de los dos se va a acabar cansando, y no voy a ser yo... -Noté un pequeño ruido de nuevo, una fuerte inspiración, como un sollozo- Y estoy dispuesto a ir al mundo Digital si huyes...
Observé sorprendido como se "disipó" delante mía, aunque rapidamente volví en mí, aún me sorprendía ese tipo de cosas puesto que no me hacía del todo a la idea de que era mitad humana y mitad Digimon. Al momento sentí una rabia tremenda, pero no en su contra, no quise hacerle daño, era coraje, dañado el orgullo tenía que encontrarla, tenía que hacerla cambiar de mentalidad, entrar en razón, y que confiara en mi, que no lo hacía, no hasta el momento, y eso me comía por dentro.
Me quedé mirando a todos lados esperando una respuesta, no era más rápida que yo, así que podría alcanzarla con facilidad, puesto que me conocía todo el territorio de Yokohama. Miré hacia un lado, el chapoteo del charco que pisó sin darse cuenta me puso alerta y seguí su huella en el agua, que me guiaba por la oscuridad. Entre el sonido del agua y de su respiración cada vez más acelerada por la huída me fuí guiando, corrí por las calles cada vez más oscuras, cada vez más entrevesadas, y por un momento pensé que me había perdido, porque no oía nada referente a aquella chica. No oía el agua, no oía su respiración, pero derrepente escuché algo, como un suspiro y mi DigiVice vibró; Super que estaba cerca.
Lo estuviera o no me paré en la mitad de aquella calle, más bien callejón, no había salida más que por donde me encontraba y apenas un contenedor de basura "adornaba" la siniestra y silenciosa estampa urbana. Mire a todos lados y sin saber muy bien dónde estaba, hablé al viento.
»● Masaru: No voy a parar hasta que te encuentre, chica pelirroja... -Tomé una pausa- No me voy a rendir, y es sencillo, uno de los dos se va a acabar cansando, y no voy a ser yo... -Noté un pequeño ruido de nuevo, una fuerte inspiración, como un sollozo- Y estoy dispuesto a ir al mundo Digital si huyes...
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Continué corriendo lo máximo que pude. Las calles estaban oscuras y desiertas, y las aceras llenas de agua, que delataban mis pies debido a las sonoras pisadas. Al girar la calle, continué todo recto, hasta que me detuve de repente para meterme por otra calle a la izquierda. Gruñí algo inteligible. Sabía que mientras corriera, él escucharía mis pasos, pero también estaba al tanto que posiblemente con su digivice pudiera localizarme también.
- Maldita sea…
Me introduje por otra calle, y no me di cuenta de que estaba cortada hasta que era demasiado tarde. Al volverme, vi a Masaru frente a mí, buscándome y gritando. Me molesto tanto su actitud, que no pude evitar soltar un grave gruñido.
- ¿Es que no te cansas de acosarme?-inquirí, todavía camuflada.
Le pegué una fuerte patada a un cubo de basura metálico, que sonó en el callejón con gran estruendo, provocando que varios gatos se desperdigaran por doquier, saliendo de aquel lugar que ahora, gracias a una extraña presencia, se tornaba siniestro y poco agradable para pasar la noche.
- En serio, me irritas demasiado-dije sentándome sobre una caja de madera-. ¿Qué es lo que quieres?
Suspiré. Estaba acorralada, por así decirlo, aunque claramente podía escaparme por otras vías. Pero estaba harta de huir, que dijese lo que tuviera que decir, mi postura no iba a cambiar. Me crucé de brazos y le miré, ligeramente divertida, ya que todavía él no era capaz de verme.
- Maldita sea…
Me introduje por otra calle, y no me di cuenta de que estaba cortada hasta que era demasiado tarde. Al volverme, vi a Masaru frente a mí, buscándome y gritando. Me molesto tanto su actitud, que no pude evitar soltar un grave gruñido.
- ¿Es que no te cansas de acosarme?-inquirí, todavía camuflada.
Le pegué una fuerte patada a un cubo de basura metálico, que sonó en el callejón con gran estruendo, provocando que varios gatos se desperdigaran por doquier, saliendo de aquel lugar que ahora, gracias a una extraña presencia, se tornaba siniestro y poco agradable para pasar la noche.
- En serio, me irritas demasiado-dije sentándome sobre una caja de madera-. ¿Qué es lo que quieres?
Suspiré. Estaba acorralada, por así decirlo, aunque claramente podía escaparme por otras vías. Pero estaba harta de huir, que dijese lo que tuviera que decir, mi postura no iba a cambiar. Me crucé de brazos y le miré, ligeramente divertida, ya que todavía él no era capaz de verme.
Re: Un nuevo comienzo.
Sabía que ella estaba allí y el golpe del cubo de latón de la basura confirmó mis leves dudas. Abrí bien los ojos, intentando leer la más mínima información en los sonidos o los reflejos. Noté un movimiento entre las sombras y como se apoyaba en algún sitio.
La escuché atentamente, su actitud volvía a molestarme, me encendí de golpe y antes de que terminará ya le estaba contestando bastante serio e irritado, ante la tranquilidad y el silencio de aquella siniestra bocacalle.
»● Masaru: Lo que quiero te lo llevo diciendo esta ultima hora entre carreritas, transformaciones y chapoteos... -Dije abriéndome de brazos exaltado- Quiero que me cuentes que demonios te pasa con los humanos, quiero que me cuentes que demonios te pasa conmigo, quiero que me cuentes quién eres, quiero saber qué te hicieron y quiero ayudarte... -Dije algo cansado- Tu comportamiento me hace pensar que estás, y que has estado mucho tiempo, sola... Y por eso estoy aquí, y por eso no me voy a ir... -Baje los brazos tranquilo- Es tarde, estoy en la calle, a oscuras, en un callejón, empapado, me he deshecho de un aparato con el que podía haberte cazado hace una hora, he rechazado a pelear contigo y hacerte daño... ¿Sigues sin confiar en mí?
Me sorprendió todo aquello que le dije, pero me sorprendió que no me cortara con alguna expresión malsonante. No podía ver su expresión, así que me mantuve sereno esperando la más mínima respuesta.
La escuché atentamente, su actitud volvía a molestarme, me encendí de golpe y antes de que terminará ya le estaba contestando bastante serio e irritado, ante la tranquilidad y el silencio de aquella siniestra bocacalle.
»● Masaru: Lo que quiero te lo llevo diciendo esta ultima hora entre carreritas, transformaciones y chapoteos... -Dije abriéndome de brazos exaltado- Quiero que me cuentes que demonios te pasa con los humanos, quiero que me cuentes que demonios te pasa conmigo, quiero que me cuentes quién eres, quiero saber qué te hicieron y quiero ayudarte... -Dije algo cansado- Tu comportamiento me hace pensar que estás, y que has estado mucho tiempo, sola... Y por eso estoy aquí, y por eso no me voy a ir... -Baje los brazos tranquilo- Es tarde, estoy en la calle, a oscuras, en un callejón, empapado, me he deshecho de un aparato con el que podía haberte cazado hace una hora, he rechazado a pelear contigo y hacerte daño... ¿Sigues sin confiar en mí?
Me sorprendió todo aquello que le dije, pero me sorprendió que no me cortara con alguna expresión malsonante. No podía ver su expresión, así que me mantuve sereno esperando la más mínima respuesta.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Resoplé, hastiada de esa situación. Me apoyé contra la pared de una casa, repantigándome con aburrimiento. Miré hacia arriba, dándo un suspiro. Trataba de ordenar mis pensamientos, para darle una respuesta a todo lo que me estaba diciendo. Me rasqué la nuca y susurré muy por lo bajo un “Chameleon, Jera desactivada”, para posteriormente, dejarme ver de nuevo.
- Veamos… Odio a los humanos con toda mi alma, tú eres un humano… Quien soy, no te lo voy a decir, no confío en ti lo suficiente; y tampoco te voy a contar que es lo que me han hecho porque no es agradable… Y no puedes ayudarme. Nadie puede.
Dejé mi mochila en el suelo y saqué el digihuevo de mi compañero Impmon, al cual echaba demasiado de menos… y lo miré. Miré a Masaru a los ojos, fijamente, sin ningún tipo de emoción o sentimiento.
- Este, es mi compañero digimon. Gracias al digimon de uno de los tuyos, ha vuelto al digihuevo. Y ahora, sí que estoy sola, o más bien… gracias a vosotros siempre he tenido que estar sola. Me da igual que digas que no eres como los demás. Siempre hacéis algo que provoca dolor al resto, es algo natural en el ser humano.
Me agaché y volví a guardar el digihuevo en la mochila con sumo cuidado, para que no se rompiera. Luego la cerré y la coloqué en el suelo entre mis pies para tenerlo protegido.
- He de reconocer que eres muy pesadito con eso de que te preocupas por mí, y blablablá… En otras circunstancias, de haber tenido otra personalidad, quizá te lo hubiera agradecido, y me hubiera fiado de ti, pero…
- Veamos… Odio a los humanos con toda mi alma, tú eres un humano… Quien soy, no te lo voy a decir, no confío en ti lo suficiente; y tampoco te voy a contar que es lo que me han hecho porque no es agradable… Y no puedes ayudarme. Nadie puede.
Dejé mi mochila en el suelo y saqué el digihuevo de mi compañero Impmon, al cual echaba demasiado de menos… y lo miré. Miré a Masaru a los ojos, fijamente, sin ningún tipo de emoción o sentimiento.
- Este, es mi compañero digimon. Gracias al digimon de uno de los tuyos, ha vuelto al digihuevo. Y ahora, sí que estoy sola, o más bien… gracias a vosotros siempre he tenido que estar sola. Me da igual que digas que no eres como los demás. Siempre hacéis algo que provoca dolor al resto, es algo natural en el ser humano.
Me agaché y volví a guardar el digihuevo en la mochila con sumo cuidado, para que no se rompiera. Luego la cerré y la coloqué en el suelo entre mis pies para tenerlo protegido.
- He de reconocer que eres muy pesadito con eso de que te preocupas por mí, y blablablá… En otras circunstancias, de haber tenido otra personalidad, quizá te lo hubiera agradecido, y me hubiera fiado de ti, pero…
Re: Un nuevo comienzo.
Le escuché con total atención, intentando no perder ni un solo detalle, y no pude perderlo, no los había, no me los dió. Me molestó un poco, pero lo dejé pasar, al fin y al cabo estaba "abriéndose" y estaba confiando poco a poco en mí, aunque fuera por insistir y que la dejara tranquila, pero era un principio.
Me hizo gracia e ilusión que empezara a hablarme, y me emocioné cuando se dispuso a enseñarme a su compañero, peromurió equisdé ahora era un huevo, eso me sentó mal, me dolió que un humano hiciera eso, independientemente de sus motivos, no estaba bien, le habían hecho daño, y me dolió a mí.
Le escuché, y una vez terminó, ahora que sabía donde estaba, me acerqué a ella y me senté junto a ella en el suelo, miré al frente y sin mirarla a ella y empecé a hablar en voz baja.
»● Masaru: Cuando yo solo era un crío mi padre nos "abandonó" a mi madre, a mi hermana pequeña y a mí... Nos dejó, se fue al mundo digital a defender y salvaguardar la protección de los Digimons... Apenas tenía ocho años y los Digimons me arrebataron a mi padre... -Sonreí con ironía- He crecido, ahora soy un hombre... ¿Me ves culpar a los Digimons de ello? ¿Has visto que les cause el mal? -Negué mirando al suelo- Los Digimon y las personas no son tan distintos entre si, al fin y al cabo cuando un hombre ha de hacer algo, ya esté bien o mal, si ha de hacerlo lo hará... Mi padre tuvo que hacer un sacrificio y a cambio nosotros lo pasamos mal, pero tuvo que hacerlo... No sabes si aquél que te apartó de Impmon tenía que hacer lo que hizo... A veces no es todo el bien y el mal, a veces es solo el deber.
Se hizo el silencio por un instante, me dolía tener que contar lo de mi padre, era algo que poca gente fuera del DATS sabía, y me dolía solo de recordarlo, pero pensé que venía idoneo al caso. Aguanté con fuerza sin dejar que me pudieran las lágrimas. Me recompuse y seguí ante la atención de aquella chica y el silencio que reinaba en la calle.
»● Masaru: Tampoco es agradable contar lo que te he contado, pero las personas se desahogan así... -Sonreí- Y dices que siempre los humanos hacen que estés sola... Yo te estoy ofreciendo compensar lo que ellos han destrozado... -Dije "ellos", no me veía nada reflejado con ese tipo de gente- Pero así somos, no... Así soy... Me da igual el resto, me da igual la gente, lo que te hicieran, me da igual que seamos de distintos bandos, y hasta me da igual que aún no sepa ni tu nombre ni confíes en mí... Como hombre dije que te ayudaría... Como hombre voy a ayudarte.
Me hizo gracia e ilusión que empezara a hablarme, y me emocioné cuando se dispuso a enseñarme a su compañero, pero
Le escuché, y una vez terminó, ahora que sabía donde estaba, me acerqué a ella y me senté junto a ella en el suelo, miré al frente y sin mirarla a ella y empecé a hablar en voz baja.
»● Masaru: Cuando yo solo era un crío mi padre nos "abandonó" a mi madre, a mi hermana pequeña y a mí... Nos dejó, se fue al mundo digital a defender y salvaguardar la protección de los Digimons... Apenas tenía ocho años y los Digimons me arrebataron a mi padre... -Sonreí con ironía- He crecido, ahora soy un hombre... ¿Me ves culpar a los Digimons de ello? ¿Has visto que les cause el mal? -Negué mirando al suelo- Los Digimon y las personas no son tan distintos entre si, al fin y al cabo cuando un hombre ha de hacer algo, ya esté bien o mal, si ha de hacerlo lo hará... Mi padre tuvo que hacer un sacrificio y a cambio nosotros lo pasamos mal, pero tuvo que hacerlo... No sabes si aquél que te apartó de Impmon tenía que hacer lo que hizo... A veces no es todo el bien y el mal, a veces es solo el deber.
Se hizo el silencio por un instante, me dolía tener que contar lo de mi padre, era algo que poca gente fuera del DATS sabía, y me dolía solo de recordarlo, pero pensé que venía idoneo al caso. Aguanté con fuerza sin dejar que me pudieran las lágrimas. Me recompuse y seguí ante la atención de aquella chica y el silencio que reinaba en la calle.
»● Masaru: Tampoco es agradable contar lo que te he contado, pero las personas se desahogan así... -Sonreí- Y dices que siempre los humanos hacen que estés sola... Yo te estoy ofreciendo compensar lo que ellos han destrozado... -Dije "ellos", no me veía nada reflejado con ese tipo de gente- Pero así somos, no... Así soy... Me da igual el resto, me da igual la gente, lo que te hicieran, me da igual que seamos de distintos bandos, y hasta me da igual que aún no sepa ni tu nombre ni confíes en mí... Como hombre dije que te ayudaría... Como hombre voy a ayudarte.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Terminé de hablar, y él se sentó junto a mí. Me alejé un poco, pues no me gustaba el contacto físico, me producía escalofríos. Me empezó a contar su vida. Su padre los había abandonado a él y a su familia cuando sólo tenía ocho años. No sentí lástima. A mí me abandonaron a mi suerte en un orfanato cuando acababa de cumplir los cinco, y allí nadie me trataba bien, era como un monstruo, como el monstruo del orfanato. Todos me odiaban y me temían. Me pegaban, me daban palizas, me hacían la vida imposible. En más de una ocasión había tenido ideas suicidas por no poder aguantarlo más, pero luego me daba cuenta de que solo eran humanos. Yo era mucho más que ellos, no tenían derecho ni siquiera a mirarme.
Miré a Masaru, escuchándole con atención, pero de pronto él dijo algo que no debió de haber soltado. Me volví de golpe, como si me hubiera pellizcado, aunque había hecho algo mucho peor. ¿Qué el canoso ese tenía motivos para matar a Impmon? ¿Pero quién se había creido para decir eso? Me levanté de golpe, mirándolo con furia helada, como si lo atravesara con la mirada.
- ¿Qué has dicho?-siseé, furiosa-.¿qué sabrás tú si se lo merecía o no?... ¿Ves? Todos sois iguales. Estoy hasta las narices de que judgueis sin saber…
No pude evitarlo. Mis puños se habían cerrado con fuerza, por la rabia. El derecho se movió a la velocidad del rayo hacia la cara de Masaru, para propinarle un puñetazo. Que hablaran mal de mí, me daba igual… pero Impmon era demasiado inocente, como un niño, como para que lo tildaran de mala manera.
Miré a Masaru, escuchándole con atención, pero de pronto él dijo algo que no debió de haber soltado. Me volví de golpe, como si me hubiera pellizcado, aunque había hecho algo mucho peor. ¿Qué el canoso ese tenía motivos para matar a Impmon? ¿Pero quién se había creido para decir eso? Me levanté de golpe, mirándolo con furia helada, como si lo atravesara con la mirada.
- ¿Qué has dicho?-siseé, furiosa-.¿qué sabrás tú si se lo merecía o no?... ¿Ves? Todos sois iguales. Estoy hasta las narices de que judgueis sin saber…
No pude evitarlo. Mis puños se habían cerrado con fuerza, por la rabia. El derecho se movió a la velocidad del rayo hacia la cara de Masaru, para propinarle un puñetazo. Que hablaran mal de mí, me daba igual… pero Impmon era demasiado inocente, como un niño, como para que lo tildaran de mala manera.
Re: Un nuevo comienzo.
Esquivé su puño con un leve movimiento con el cuello, de forma fría y calculadora, le cegó por un momento la rabía, por dentro sonreí, empezaba a mostrar sus sentimientos. Le agarré el puño con la mano antes de que se chocara con la pared, le miré a los ojos aún sentado y le dí un pequeño empujón por el puño para que se separara.
No había dicho nada malo, era la verdad, le gustara o no, no mi verdad, ni la verdad de los humanos, era la verdad, en general; cualquier ser vivo inteligente actúa de forma moral, si es inteligente actúa siguiendo el deber, si no, actúa según sus sentimientos. Me sorprendió que actuara así por un momento, pero comprendí que era normal que lo tomara así, si el caso hubiera sido al contrario ella ya estaría muerta.
Me quedé mirándola en silencio, me levanté y me puse frente a ella mirándola a los ojos con seriedad.
»● Masaru: Pareces mayorcita para comprender que a veces lo que para ti es el bien, es algo subjetivo, y para tu adversario es el mal... -Le miré con frialdad- El trabajo de aquél chico era matar a tu compañero, y el tuyo protegerlo... ¿No te parece ahora que él cumplió y tú no? -Arqueé una ceja- ¿Cómo pudiste dejar que eso pasara? Pero claro, mucho más facil echar las culpa a los humanos y jurarles odio, ¿Cierto?
Le miré por un instante, parecía bastante dolida por aquello que dije, miré a un lado y la volví a mirar, ella parecía fría cual tempano de hielo ante mis comentarios, pero yo no era así, y me molestó aquello.
»● Masaru: Mira, siento que te arrebataran a Impmon de tu lado y te juro que si estuviera delante ahora mismo daría una paliza al que lo hiciera, pero tienes que comprender que llevo razón en lo que digo y que lo que haces no soluciona nada... -Le miré en silencio durante unos segundos- Pero ahora no trata de quién lleva la razón, ahora trata de que quiero ayudar en lo que pueda, si los humanos te hicieron daño, yo por lo menos voy a poner mi parte para corregir lo que otros hicieron... Haré lo que haga falta...
No había dicho nada malo, era la verdad, le gustara o no, no mi verdad, ni la verdad de los humanos, era la verdad, en general; cualquier ser vivo inteligente actúa de forma moral, si es inteligente actúa siguiendo el deber, si no, actúa según sus sentimientos. Me sorprendió que actuara así por un momento, pero comprendí que era normal que lo tomara así, si el caso hubiera sido al contrario ella ya estaría muerta.
Me quedé mirándola en silencio, me levanté y me puse frente a ella mirándola a los ojos con seriedad.
»● Masaru: Pareces mayorcita para comprender que a veces lo que para ti es el bien, es algo subjetivo, y para tu adversario es el mal... -Le miré con frialdad- El trabajo de aquél chico era matar a tu compañero, y el tuyo protegerlo... ¿No te parece ahora que él cumplió y tú no? -Arqueé una ceja- ¿Cómo pudiste dejar que eso pasara? Pero claro, mucho más facil echar las culpa a los humanos y jurarles odio, ¿Cierto?
Le miré por un instante, parecía bastante dolida por aquello que dije, miré a un lado y la volví a mirar, ella parecía fría cual tempano de hielo ante mis comentarios, pero yo no era así, y me molestó aquello.
»● Masaru: Mira, siento que te arrebataran a Impmon de tu lado y te juro que si estuviera delante ahora mismo daría una paliza al que lo hiciera, pero tienes que comprender que llevo razón en lo que digo y que lo que haces no soluciona nada... -Le miré en silencio durante unos segundos- Pero ahora no trata de quién lleva la razón, ahora trata de que quiero ayudar en lo que pueda, si los humanos te hicieron daño, yo por lo menos voy a poner mi parte para corregir lo que otros hicieron... Haré lo que haga falta...
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Mi puño fue esquivado, y de un movimiento Masaru me alejó de él. Lo miré con rabia, e inconscientemente me llevé una mano a la cintura, a un compartimento en el pantalón que era dónde tenía una de las pistolas. << Mátalo… ¿no te gustaría hacerlo? >>oí la voz de Aeirmon en mi mente<< Mátalo… >>-estaba claro que el demonio negro ardía en deseos por que le dejara tomar el control del cuerpo.
- Deja de hablar de eso como si supieras lo que paso-le solté, respirando hondo-. Deja de intentar ayudarme. Nadie puede, ¿entiendes? ¡Nadie! Mi alma ya está corrupta-Cerré los ojos un momento, preparando mentalmente lo que diría a continuación-. Destruiré este mundo con o sin tu consentimiento
Me dí la vuelta, dando a entender que ya había tenido suficiente y que esa conversación había terminado. Agarré la mochila, me la colgué al hombro y caminé hacia la salida del callejón. No me había dado cuenta hasta ahora, pero aún conservaba el palito de la piruleta que me había metido en la boca con anterioridad. Estaba mordisqueado y medio doblado, así que giré la cabeza a un lado y lo escupí, como quien escupe a los que son inferiores a él. Descendí la mano izquierda hacia el bolsillo del digivice. En cuanto viera una tele o un ordenador, no lo dudaría, me iría de ese pestilente mundo humano.
- Deja de hablar de eso como si supieras lo que paso-le solté, respirando hondo-. Deja de intentar ayudarme. Nadie puede, ¿entiendes? ¡Nadie! Mi alma ya está corrupta-Cerré los ojos un momento, preparando mentalmente lo que diría a continuación-. Destruiré este mundo con o sin tu consentimiento
Me dí la vuelta, dando a entender que ya había tenido suficiente y que esa conversación había terminado. Agarré la mochila, me la colgué al hombro y caminé hacia la salida del callejón. No me había dado cuenta hasta ahora, pero aún conservaba el palito de la piruleta que me había metido en la boca con anterioridad. Estaba mordisqueado y medio doblado, así que giré la cabeza a un lado y lo escupí, como quien escupe a los que son inferiores a él. Descendí la mano izquierda hacia el bolsillo del digivice. En cuanto viera una tele o un ordenador, no lo dudaría, me iría de ese pestilente mundo humano.
Re: Un nuevo comienzo.
Me volvía a rabiar su comportamiento, no por la frialdad, si no por no dar a razonar, ardía por dentro de pura rabia y apreté los dientes, llegando a escuchar yo mismo un chasquido. Tensé los brazos y cerré los puños, ¿¡Cómo podía ser tan necia!? Le dí un fuerte puñetazo a la pared, descolchando la pintura de ésta. Descargué así la tensión y me serené apenas en un momento, cuando ví como escupía con chulería.
Lo ignoré, quise ignorar lo que hizo, ahora fingí que no me importaba mientras caminaba con las manos en los bolsillos a su lado.
»● Masaru: Bravo, genial solución, volarás el mundo, ¿Verdad? -Asentí dándole importancia con ironía- Y después sola de nuevo, ¿eh? Enorme solcuión, por cierto, ¿No es ésta la mayor conversación que has tenido en años con alguien? -Intenté provocarla, desarmándola de argumentos- Pero no nos descentremos, vayamos al grano; Acabar con el mundo, huir y alma corrupta, Wow! Me sorprende tu valentía, chica.
Sonreí una vez más caminando junto a ella con las manos en los bolsillos, miraba al frente mientras me mantenía a prisa al mismo ritmo que ella, intentando provocar su rabia, la lluvia había dejado el cielo descargado y la noche parecía fria pero de cielo abierto. Miraba al cielo preparándome a fingir que ignoraba lo que iba a responderme.
Lo ignoré, quise ignorar lo que hizo, ahora fingí que no me importaba mientras caminaba con las manos en los bolsillos a su lado.
»● Masaru: Bravo, genial solución, volarás el mundo, ¿Verdad? -Asentí dándole importancia con ironía- Y después sola de nuevo, ¿eh? Enorme solcuión, por cierto, ¿No es ésta la mayor conversación que has tenido en años con alguien? -Intenté provocarla, desarmándola de argumentos- Pero no nos descentremos, vayamos al grano; Acabar con el mundo, huir y alma corrupta, Wow! Me sorprende tu valentía, chica.
Sonreí una vez más caminando junto a ella con las manos en los bolsillos, miraba al frente mientras me mantenía a prisa al mismo ritmo que ella, intentando provocar su rabia, la lluvia había dejado el cielo descargado y la noche parecía fria pero de cielo abierto. Miraba al cielo preparándome a fingir que ignoraba lo que iba a responderme.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Salí del callejón, ignorando a Masaru. Nada que dijera iba a cambiar mi opinión. Quería cumplir mi venganza, era lo único que me mantenía, era lo que me hacía levantarme cada mañana, lo que me obligaba a seguir avanzando. Porque aquello era lo único que me quedaba. Mi madre no estaba, Aly no estaba, habían muerto. No podía quedarme quieta sin hacer nada, y aunque sabía que ellas no querrían que hiciese todo eso, me daba igual. Quería gritarle al mundo que estaba cansada de sufrir, y que nadie volvería a hacerme daño. Ahora sería yo la que se divertiría pisándolos.
- Eres un pesado.
El chico continuaba siguiéndome. Ya me daba igual, que hiciese lo que quisiese, pero que no se pusiera en mi camino. Esbocé una leve sonrisa. Sola de nuevo, había dicho. En realidad siempre había estado sola, ya estaba acostumbrada a que me diesen de lado. Aunque no pude evitar dejar escapar una breve risa desdeñosa.
- Cierto, he estado toda mi vida caminando sola, así que no se me da bien eso de hablar con cuidado.-le repliqué sin inmutarme.
Mientras andaba, miré a todos lados, buscando alguna tienda de electrodomésticos para crear el portal. Aún no veía ninguna pero era cuestión de tiempo dar con una. Por un momento apreció que se callaba, y que miraba las nubes como con aburrimiento.
- Eres un pesado.
El chico continuaba siguiéndome. Ya me daba igual, que hiciese lo que quisiese, pero que no se pusiera en mi camino. Esbocé una leve sonrisa. Sola de nuevo, había dicho. En realidad siempre había estado sola, ya estaba acostumbrada a que me diesen de lado. Aunque no pude evitar dejar escapar una breve risa desdeñosa.
- Cierto, he estado toda mi vida caminando sola, así que no se me da bien eso de hablar con cuidado.-le repliqué sin inmutarme.
Mientras andaba, miré a todos lados, buscando alguna tienda de electrodomésticos para crear el portal. Aún no veía ninguna pero era cuestión de tiempo dar con una. Por un momento apreció que se callaba, y que miraba las nubes como con aburrimiento.
Re: Un nuevo comienzo.
Me puse en medio de su camino, sonreía mientras decía que estaba sola, ¿Se intentaba engañar a sí misma? Porque a mí no lo conseguía con esa actitud, a nadie le gusta estar sólo y a ella tampoco, dijera lo que dijera.
Intervine en su camino y andé de espaldas con las manos en la nuca sin dejarla caminar agusto.
»● Masaru: ¿Sabes que no sirve de nada que vayas al mundo digital? Puedo crear portales con mi DigiVice, no te servirá, ¿Qué lástima, eh? -Dije totalmente serio con sarcasmo- Así que, gastarás menos energía en rendirte y hablar conmigo que con todo este numerito.
Levanté ambas cejas mientras torcí el morro haciendo un gesto como "es lo que hay", incordiándole. Era la zona portuaria, aunque habiamos callejeado hace un rato, así que quedaban lejos las tiendas de electrodomésticos o grandes almacenes, situados más al centro de la ciudad. Independientemente de ello seguí a lo mío mirándole, buscando respuestas.
Intervine en su camino y andé de espaldas con las manos en la nuca sin dejarla caminar agusto.
»● Masaru: ¿Sabes que no sirve de nada que vayas al mundo digital? Puedo crear portales con mi DigiVice, no te servirá, ¿Qué lástima, eh? -Dije totalmente serio con sarcasmo- Así que, gastarás menos energía en rendirte y hablar conmigo que con todo este numerito.
Levanté ambas cejas mientras torcí el morro haciendo un gesto como "es lo que hay", incordiándole. Era la zona portuaria, aunque habiamos callejeado hace un rato, así que quedaban lejos las tiendas de electrodomésticos o grandes almacenes, situados más al centro de la ciudad. Independientemente de ello seguí a lo mío mirándole, buscando respuestas.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Alcé la mirada al cielo mientras el chico se me ponía delante y caminaba hacia atrás sin quitarme el ojo de encima. El cielo estaba oscuro, muy oscuro, y yo me encontraba algo cansada. Suspiré, suponiendo que lo mejor sería buscar un sitio donde pasar la noche. Sentía que mis músculos estaban agarrotados de tanto andar, esquivar y golpear cosas, así que era la mejor opción. Vi entonces un poste ancho, con un mapa plasmado e iluminado en él, y me acerqué a mirarlo, con aire crítico. Por suerte, tras cruzar unas calles y cruzar, había un pequeño hotelito, no demasiado lujoso. Asentí para mí y me encaminé hacia allá, cruzando la calle por el paso de cebra, sin mirar siquiera si Masaru me seguía o no.
- Si sigues caminando de espaldas, te caerás, y yo me reiré en tu cara-comenté-. Y me da lo mismo que tú también vayas al digimundo. Yo solo quiero salir de aquí.
Alcé brevemente la mirada al cielo, a observando las pocas estrellas que podían visualizarse con la luz artificial de la ciudad japonesa. Le di una patada a una lata de refresco que había tirada por el suelo, produciendo un sonido metálico por el suelo y cambié la mochila del hombro derecho al izquierdo, pues ya se me estaba cansando.
- Si sigues caminando de espaldas, te caerás, y yo me reiré en tu cara-comenté-. Y me da lo mismo que tú también vayas al digimundo. Yo solo quiero salir de aquí.
Alcé brevemente la mirada al cielo, a observando las pocas estrellas que podían visualizarse con la luz artificial de la ciudad japonesa. Le di una patada a una lata de refresco que había tirada por el suelo, produciendo un sonido metálico por el suelo y cambié la mochila del hombro derecho al izquierdo, pues ya se me estaba cansando.
Re: Un nuevo comienzo.
Parecía ignorarme, pero seguí con el objetivo de no dejarla en paz hasta conseguir lo que quería, parecía dura, yo era más que eso y tras varias horas, si creía que me iba a rendir, iba lista.
A pesar de que no me iba a rendir me empezaba a cansar de aquello y de su tozudez y le hablé con algo más de firmeza.
»● Masaru: Chica, por mucho que vayas al mundo digital, te estaré siguiendo y seguiré con esta actitud hasta que cambie tu opinión, sino con los humanos al menos respecto a mí... Me importa lo que digas, hagas y lo que te hicieron, sé que has sufrido y me importas... Si no, me hubiera ido hace una hora y no lo he hecho...
Le miré de nuevo con sinceridad en mis ojos, seguí a su lado, siguiendo su ritmo, parecía querer ir a un hotel o algo parecido, me daba igual, no iba a dejarla tranquila.
A pesar de que no me iba a rendir me empezaba a cansar de aquello y de su tozudez y le hablé con algo más de firmeza.
»● Masaru: Chica, por mucho que vayas al mundo digital, te estaré siguiendo y seguiré con esta actitud hasta que cambie tu opinión, sino con los humanos al menos respecto a mí... Me importa lo que digas, hagas y lo que te hicieron, sé que has sufrido y me importas... Si no, me hubiera ido hace una hora y no lo he hecho...
Le miré de nuevo con sinceridad en mis ojos, seguí a su lado, siguiendo su ritmo, parecía querer ir a un hotel o algo parecido, me daba igual, no iba a dejarla tranquila.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Suspiré. Nada de lo que dijera parecía espantar al humano, aunque al menos cuando llegara al hotel podría quitarmelo de encima. Porque, obviamente, no iba a dejar que durmiera en mi misma habitación. Que se pagara él una, que para eso era un oficial importante de esa ciudad.
Giré por una esquina, y al rodear la mitad de la manzana, crucé otro paso de cebra a la siguiente acera. No había mucha gente por las calles, a lo mejor un par de rezagados que se iban ya a sus casas. Me encogí de hombros, y aumenté el paso cuando, al girar de nuevo, divisé un cartel con luced de neón que posiblemente coraba "hotel", aunque como estaba en japones tampoco estaba muy segura. Antes de llegar, oí hablar a Masaru, y puse los ojos en blanco. Ya estábamos con eso de que me iba a seguir hasta los confines r la Tierra. Dios, pero que cansino era. Estaba a punto de replicarle cuando oí unas palabras que me hicieron enmudecer. "Me importas..." Fruncí el ceño y me sonrojé un poco. Desvié la mirada rápidamente y caminé a paso ligero a la puerta del sitio.
Giré por una esquina, y al rodear la mitad de la manzana, crucé otro paso de cebra a la siguiente acera. No había mucha gente por las calles, a lo mejor un par de rezagados que se iban ya a sus casas. Me encogí de hombros, y aumenté el paso cuando, al girar de nuevo, divisé un cartel con luced de neón que posiblemente coraba "hotel", aunque como estaba en japones tampoco estaba muy segura. Antes de llegar, oí hablar a Masaru, y puse los ojos en blanco. Ya estábamos con eso de que me iba a seguir hasta los confines r la Tierra. Dios, pero que cansino era. Estaba a punto de replicarle cuando oí unas palabras que me hicieron enmudecer. "Me importas..." Fruncí el ceño y me sonrojé un poco. Desvié la mirada rápidamente y caminé a paso ligero a la puerta del sitio.
Re: Un nuevo comienzo.
Reaccioné rápido antes de seguir y noté como giró la cabeza, como avergonzaba, no me di cuenta en ese momento y a su silencio la tomé del brazo para que me mirara a la cara.
»● Masaru: ¿Es que no vas a decir -Noté mientras hablaba que se había sonrojado un poco y yo hice lo mismo- ...nada?
Nos paramos en seco en medio de la calle, en silencio, un acaricio me recorrió entero, tal vez los nervios del momento, pero le miré de nuevo a los ojos buscando una respuesta que ella no me daba.
»● Masaru: ¿Es que no vas a decir -Noté mientras hablaba que se había sonrojado un poco y yo hice lo mismo- ...nada?
Nos paramos en seco en medio de la calle, en silencio, un acaricio me recorrió entero, tal vez los nervios del momento, pero le miré de nuevo a los ojos buscando una respuesta que ella no me daba.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Le miré cuando me agarró, por tercera vez, del brazo. Un incómodo silencio nos había envuelto, y no era capaz de soportarlo, así me dí la vuelta y entré en el local.
- No. Tengo sueño-repliqué rapidamente.
El interior era tal y como me había esperado. Una recepción, pequeña, con un cartel con más luces de neón en rosa, azul y amarillo. Al fondo de la habitación había unas escaleras y un marco sin puerta que daba, seguramente, a un pequeño comedor. Me planté frente a la reepcionista y le pedi:
- Una habitación individual.
La recepcionsta tenía pinta de ser una fracasada. Mascaba chicle sin ningún tipo de deporo, y me dirigió una mirada que parecía verme en rayos X, como evaluandome. Yo sólo alcé una ceja despectivamente y esperé. Finalmente, la humana sacó unas llaves y me las pasó, a lo que le respondí plantando con una mano un billete en la mesa de recepción. Cogí las llaves, me colgué bien la mochila al hombro y avancé hacia las escaleras.
- No. Tengo sueño-repliqué rapidamente.
El interior era tal y como me había esperado. Una recepción, pequeña, con un cartel con más luces de neón en rosa, azul y amarillo. Al fondo de la habitación había unas escaleras y un marco sin puerta que daba, seguramente, a un pequeño comedor. Me planté frente a la reepcionista y le pedi:
- Una habitación individual.
La recepcionsta tenía pinta de ser una fracasada. Mascaba chicle sin ningún tipo de deporo, y me dirigió una mirada que parecía verme en rayos X, como evaluandome. Yo sólo alcé una ceja despectivamente y esperé. Finalmente, la humana sacó unas llaves y me las pasó, a lo que le respondí plantando con una mano un billete en la mesa de recepción. Cogí las llaves, me colgué bien la mochila al hombro y avancé hacia las escaleras.
Re: Un nuevo comienzo.
Negué con la cabeza con odio y rabia cuando se negó a hablar una vez más, pero no había llegado hasta aquí para rendirme así por así, y un hotel no iba a pararme.
Ví como subía la escalera mientras daba pequeñitos golpes en la recepción del hotel. La recepcionista se quedó mirándome con chulería y sin mirarle si quiera le extendí un puñado de billetes y le dije, mirando aún a la chica.
»● Masaru: La habitación de al lado -Me dí cuenta de que se iba yendo arriba- Rapidito, por favor...
Dije eso último con algo de ironía, notando que a la recepcionista le daba igual, apenas soltó las llaves en la mesa de la recepción cuando las agarré con fuerza y subí a toda prisa. "Habitación Nº122" anunciaba el llavero de madera de las llaves, subí a la primera planta y me dispuse a buscar el que sería mi cama esa noche, con la atención de intentar encontrar al mismo tiempo cual sería la suya. De poco serviría, realmente no pretendía molestarla, no mientras durmiera, era su habitación y la intimidad es sagrada, pero tenía que estar atento para cazarla a la mañana siguiente y que no se escapara.
Encontré la empuñadura de mi puerta e introduje la llave, metido en mis pensamientos, recordando por un momento las muestras de desprecio que me había hecho en las pasadas horas. Se me hizo un nudo en la garganta, me pareció escuchar un ruido de pisadas pesadas, pensé en que era ella, me había familiarizado con ese sonido, pero en ese momento no quería ver a nadie, por un momento quise estar solo y entré en la habitación. La habitación 122.
Ví como subía la escalera mientras daba pequeñitos golpes en la recepción del hotel. La recepcionista se quedó mirándome con chulería y sin mirarle si quiera le extendí un puñado de billetes y le dije, mirando aún a la chica.
»● Masaru: La habitación de al lado -Me dí cuenta de que se iba yendo arriba- Rapidito, por favor...
Dije eso último con algo de ironía, notando que a la recepcionista le daba igual, apenas soltó las llaves en la mesa de la recepción cuando las agarré con fuerza y subí a toda prisa. "Habitación Nº122" anunciaba el llavero de madera de las llaves, subí a la primera planta y me dispuse a buscar el que sería mi cama esa noche, con la atención de intentar encontrar al mismo tiempo cual sería la suya. De poco serviría, realmente no pretendía molestarla, no mientras durmiera, era su habitación y la intimidad es sagrada, pero tenía que estar atento para cazarla a la mañana siguiente y que no se escapara.
Encontré la empuñadura de mi puerta e introduje la llave, metido en mis pensamientos, recordando por un momento las muestras de desprecio que me había hecho en las pasadas horas. Se me hizo un nudo en la garganta, me pareció escuchar un ruido de pisadas pesadas, pensé en que era ella, me había familiarizado con ese sonido, pero en ese momento no quería ver a nadie, por un momento quise estar solo y entré en la habitación. La habitación 122.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Ya había pisado el primer escalón, cuando vi a Masaru pasar delante mío a toda velocidad. Me detuve un momento, alzando una ceja, mientras lo observaba desaparecer por el pasillo. Puse los ojos en blanco y continué subiendo, negando con la cabeza. Llegué al primer piso unos segundos después y me puse a buscar mi habitación. Las llaves llevaban un llavero redondo y verde con un numero grabado en el centro, el 123. Alcé la mirada y me encontré ante la puerta número 132, así que seguí en la dirección en la que los números descendían, hasta llegar a la mía. Me dí mi tiempo para ello, así que por eso no vi a Masaru meterse en sus propios aposentos. Pero sabía que estaba ahí, le había oído pedir la habitación que estaba al lado de la mía.
Metí la llave en la cerradura y la abrí con un giro de muñeca. Luego me metí dentro y cerré. Obviamente, la habitación no era mejor que el resto del hotel. Una simple cama se pegaba a la pared, provocando en algunos lugares que la pintura de estas se descorchase. El armario era un mueble viejo y pequeño, pero de todas formas no me importaba, puesto que no lo iba a usar. Frente a la cama, había una mesa, un escritorio más bien, dónde reposaba una tele cúbica de estas del siglo pasado. Entré en el baño, y con una expresión de desaprobación, pude ver que no era muy grande. Me encogí de hombros y salí a sentarme sobre la cama.
Suspiré y abrí la mochila. Cogí el huevo de Impmon y lo abracé dándole todo el calor posible. Cogí el mando de la tele, que estaba sobre la mesilla, y la encendí. Al instante me puse a ver la película que echaban, una sobre un humano, un elfo y un enano que cruzaban medio mundo para ir a salvar a dos pequeños amigos suyos de las garras de unos monstruos horrorosos. Me acomodé en el colchón y me relajé, mirando la pantalla. Luego me dije que sería mejor tomar algo de comer y beber, para tener fuerzas por la mañana. Me incliné sobre el minibar que había junto a la mesilla y estraje de él una bolsa de patatas, algunas tabletas de chocolate, y una botella de ron. Una vez con todo, me metí en la cama con el huevo, tapándonos con la manta, y disfruté de la película mientras me tomaba lo que había sacado de la neverita.
Metí la llave en la cerradura y la abrí con un giro de muñeca. Luego me metí dentro y cerré. Obviamente, la habitación no era mejor que el resto del hotel. Una simple cama se pegaba a la pared, provocando en algunos lugares que la pintura de estas se descorchase. El armario era un mueble viejo y pequeño, pero de todas formas no me importaba, puesto que no lo iba a usar. Frente a la cama, había una mesa, un escritorio más bien, dónde reposaba una tele cúbica de estas del siglo pasado. Entré en el baño, y con una expresión de desaprobación, pude ver que no era muy grande. Me encogí de hombros y salí a sentarme sobre la cama.
Suspiré y abrí la mochila. Cogí el huevo de Impmon y lo abracé dándole todo el calor posible. Cogí el mando de la tele, que estaba sobre la mesilla, y la encendí. Al instante me puse a ver la película que echaban, una sobre un humano, un elfo y un enano que cruzaban medio mundo para ir a salvar a dos pequeños amigos suyos de las garras de unos monstruos horrorosos. Me acomodé en el colchón y me relajé, mirando la pantalla. Luego me dije que sería mejor tomar algo de comer y beber, para tener fuerzas por la mañana. Me incliné sobre el minibar que había junto a la mesilla y estraje de él una bolsa de patatas, algunas tabletas de chocolate, y una botella de ron. Una vez con todo, me metí en la cama con el huevo, tapándonos con la manta, y disfruté de la película mientras me tomaba lo que había sacado de la neverita.
Re: Un nuevo comienzo.
Escuché ruido al otro lado del tabique y no supe como reaccionar en aquél momento. Esperé unos instante y una vez me encontré dentro, cerré la puerta con firmeza y me aseguré de que estaba cerrada. Cogí el DigiVice del bolsillo de la chaqueta y miré a la pantalla, iba a sacar a Agumon para hablar con él y distraerme un poco, pero estaba dormido, sonreí, no quería molestarle.
Dejé el Digivice en la mesita de noche, junto a la cama, y me quité la chaquetilla del DATS. Hacía frío en la calle, pero me daba igual, no lo sentía en aquél momento. Agarré la chaqueta en la mano y en un alarde de rabia la tiré con fuerza la chaqueta contra una pared, cerré los ojos y negé con la cabeza sentándome en el borde de la cama. Me quedé en silencio y noté que en la habitación de al lado estabam viendo la televisión, giré la cabeza y me di cuenta de que yo también tenía un televisor, pero no tenía ganas de ver nada.
Abrí la cristalera que daba al balcón y me asomé por la ventana en silencio, era tarde y no había avisado a mamá que no iría a dormir a casa, pero me daba igual, solo pensaba en aquella chica y lo estupida que era. Miré hacia el balcón de al lado y al ver la luz de su habitación entré de nuevo a la mía y me tumbé, mirando hacia arriba. Extendí los brazos, hoy tocaba tragar techo.
Dejé el Digivice en la mesita de noche, junto a la cama, y me quité la chaquetilla del DATS. Hacía frío en la calle, pero me daba igual, no lo sentía en aquél momento. Agarré la chaqueta en la mano y en un alarde de rabia la tiré con fuerza la chaqueta contra una pared, cerré los ojos y negé con la cabeza sentándome en el borde de la cama. Me quedé en silencio y noté que en la habitación de al lado estabam viendo la televisión, giré la cabeza y me di cuenta de que yo también tenía un televisor, pero no tenía ganas de ver nada.
Abrí la cristalera que daba al balcón y me asomé por la ventana en silencio, era tarde y no había avisado a mamá que no iría a dormir a casa, pero me daba igual, solo pensaba en aquella chica y lo estupida que era. Miré hacia el balcón de al lado y al ver la luz de su habitación entré de nuevo a la mía y me tumbé, mirando hacia arriba. Extendí los brazos, hoy tocaba tragar techo.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Estuve allí durante no sé cuántas horas, comiendo, viendo la película y bebiendo a morro de la botella. No me encontraba con ganas de hacer nada. Estaba desganada y retraída. Me ponía a pensar si valía la pena seguir. Estaba sola en un mundo lleno de desconocidos, que ni sabía cuáles eran sus intenciones hacia mí. Llegó la medianoche, mis ojos comenzaron a cerrarse debido al cansancio. Durante unos minutos me mantuve en un estado de duermevela, hasta que me desperté por completo de golpe, pues algo me había sobresaltado. Fastidiada comprobé que la tele seguía encendida, y que la botella de ron se me había caído, vacía, al suelo. Gruñí, y apagué la tele con el mando. Luego tiré al suelo los envoltorios de las patatas y del chocolate y me arropé con la manta, abrazando al digihuevo.
Me dormí de nuevo a los pocos minutos.
Soñé demasiadas cosas, y todas entremezcladas. Soñé con Aly, con Impmon, con el peliblanco, con mi madre, con mi padre, y también, para qué negarlo, con Masaru. Cuando me desperté, varias horas después, no recordaba bien que era lo que había visto. Tragué saliva. Tenía la boca pastosa de haberme bebido yo sola una botella, y me dolía la cabeza. Retiré las sábanas, me levanté, y entré en el baño, donde me lavé la cara, me cepillé los dientes, hice mis necesidades y me duche. Luego salí envuelta en una toalla blanca. Terminé de secarme y me dispuse a vestirme de nuevo.
Me dormí de nuevo a los pocos minutos.
Soñé demasiadas cosas, y todas entremezcladas. Soñé con Aly, con Impmon, con el peliblanco, con mi madre, con mi padre, y también, para qué negarlo, con Masaru. Cuando me desperté, varias horas después, no recordaba bien que era lo que había visto. Tragué saliva. Tenía la boca pastosa de haberme bebido yo sola una botella, y me dolía la cabeza. Retiré las sábanas, me levanté, y entré en el baño, donde me lavé la cara, me cepillé los dientes, hice mis necesidades y me duche. Luego salí envuelta en una toalla blanca. Terminé de secarme y me dispuse a vestirme de nuevo.
Re: Un nuevo comienzo.
Pasaban las horas y no era capaz de dejar de pensar. No tenía ganas de dormir, estaba totalmente despierto, no me sentía nada cansado. De brazos abiertos, en cruz, mirando al techo, me quedé alrededor de una hora, apenas pensé que estaba poniendo en peligro a ambos mundos y mi puesto en el DATS por aquella desconocida que se había llevado todo el tiempo maltratándome. Desee romper la pared que nos separaba y darle la paliza que antes no le había dado, pero pensé que me estaba calentando demasiado. Fuí al baño y me refresqué con agua fría, para enfriarme un poco, yo y mis pensamientos.
Volví a la cama y la deshice, creí que a fuerza de obligarme acabaría dormiendo algo... Nada. Apenas cerré los ojos un par de minutos y el ruido de una botella al caer al suelo me despertó de nuevo. Levanté la cabeza y la maldije otro tanto, pero no por mucho tiempo.
Me senté en el borde de la cama mirando hacia el cielo a través de la ventana, después de una tarde y una noche de no parar y no dejarla, estaba siendo injusto ahora... Había perdido a su compañero digimon y esto justificaba cualquier cosa. Pensé en lo sola que podía encontrarse, en lo injusto que había sido aquél tipo, según sus palabras, del pelo gris. No dejé de darle vueltas al coco, era entrada la madrugada y seguía allí, en mi mundo, pensando en ella, en su mundo.
Por un momento pensé que mejor era entretenerme un poco y matar el rato hasta que fuera de día, me desvestí por la habitación lanzando mi ropa por todos lados y entre en la ducha. Salí secándome con rapidez con una toalla, aún medio mojado, medio humedo, pero bah, me daba igual. Me vestí de nuevo y ví en mi reloj que aún era demasiado temprano, la tele aún no daría nada... O al menos nada bueno, yo no tenía ganas de hacer nada y al final volví al principio, me volví a tumbar en la cama.
Pero esta vez sí, a fuerza de probar surgió efecto. Me dormí; dormí un par de horas, el sonido del Digivice a modo de alarma me despertó. Agumon ya estaba en píe, normal, había dormido como diez horas. Me parecía oír algo que me decía, no le entendí hasta que abrí los ojos y me incorporé un poco.
»● Agumon: Venga, hermano, ¡levántate ya, olgazan! -Decía él, ajeno a mi situación- Eres un vago.
»● Masaru: Cállate, Agumon. -Le dije sin ánimo de pelear con él, como el hermano mayor que manda a callar al menor, tosco pero cariñoso-
Me levanté de la cama, cegado aún por la luz que entraba de golpe en la habitación, no había cerrado las persianas, tonto de mí. Vestido, me calcé mis deportivas y me puse la chaqueta oficial del DATS. Por un momento miré el emblema del escuadrón, me daba vergüenza, no supe si era digno de llevarla. Tragué saliva e hice caso omiso.
Recogí mis cosas, pensé que aún era temprano, no demasiado, pero temprano, pero al fin y al cabo me preocupaba aquella chica, recordé como le dije la noche anterior que me importaba y me avergoncé un poco por el encuentro que tendriamos ahora. Escuché ruido en su habitación cuando salí de la mía y ni corto ni perezoso, me apollé en la pared del pasillo y con un pie en la pared, me crucé de brazos dispuesto a esperarla.
Volví a la cama y la deshice, creí que a fuerza de obligarme acabaría dormiendo algo... Nada. Apenas cerré los ojos un par de minutos y el ruido de una botella al caer al suelo me despertó de nuevo. Levanté la cabeza y la maldije otro tanto, pero no por mucho tiempo.
Me senté en el borde de la cama mirando hacia el cielo a través de la ventana, después de una tarde y una noche de no parar y no dejarla, estaba siendo injusto ahora... Había perdido a su compañero digimon y esto justificaba cualquier cosa. Pensé en lo sola que podía encontrarse, en lo injusto que había sido aquél tipo, según sus palabras, del pelo gris. No dejé de darle vueltas al coco, era entrada la madrugada y seguía allí, en mi mundo, pensando en ella, en su mundo.
Por un momento pensé que mejor era entretenerme un poco y matar el rato hasta que fuera de día, me desvestí por la habitación lanzando mi ropa por todos lados y entre en la ducha. Salí secándome con rapidez con una toalla, aún medio mojado, medio humedo, pero bah, me daba igual. Me vestí de nuevo y ví en mi reloj que aún era demasiado temprano, la tele aún no daría nada... O al menos nada bueno, yo no tenía ganas de hacer nada y al final volví al principio, me volví a tumbar en la cama.
Pero esta vez sí, a fuerza de probar surgió efecto. Me dormí; dormí un par de horas, el sonido del Digivice a modo de alarma me despertó. Agumon ya estaba en píe, normal, había dormido como diez horas. Me parecía oír algo que me decía, no le entendí hasta que abrí los ojos y me incorporé un poco.
»● Agumon: Venga, hermano, ¡levántate ya, olgazan! -Decía él, ajeno a mi situación- Eres un vago.
»● Masaru: Cállate, Agumon. -Le dije sin ánimo de pelear con él, como el hermano mayor que manda a callar al menor, tosco pero cariñoso-
Me levanté de la cama, cegado aún por la luz que entraba de golpe en la habitación, no había cerrado las persianas, tonto de mí. Vestido, me calcé mis deportivas y me puse la chaqueta oficial del DATS. Por un momento miré el emblema del escuadrón, me daba vergüenza, no supe si era digno de llevarla. Tragué saliva e hice caso omiso.
Recogí mis cosas, pensé que aún era temprano, no demasiado, pero temprano, pero al fin y al cabo me preocupaba aquella chica, recordé como le dije la noche anterior que me importaba y me avergoncé un poco por el encuentro que tendriamos ahora. Escuché ruido en su habitación cuando salí de la mía y ni corto ni perezoso, me apollé en la pared del pasillo y con un pie en la pared, me crucé de brazos dispuesto a esperarla.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Una vez vestida con mi ropa, recogí un poco la habitación. Ya podían darme las gracias, normalmente no habría hecho eso, pero por alguna razón, me sentía generosa. Aunque seguramente la generosidad se me iría en unos minutos. No soy alguien que da cosas sin recibir nada a cambio. Recogí mis cosas, y guardé el digihuevo de Impmon en la mochila. Luego abrí la puerta de mi habitación después de coger las llaves y cerré.
No me sorprendió para nada que Masaru estuviera ahí, contra la pared, esperándome. Seguramente me habría escuchado ducharme. Le dirigí una breve mirada, fruncí el ceño, y me encaminé sin mediar palabra hacia las escaleras. Cuando hube quedado de espaldas, me sonrojé de nuevo, levemente, al recordar mi conversación de la noche pasada con él. ¿Por qué habría de importarle? Éramos dos desconocidos que no nos habíamos visto en la vida, además de que yo ya lo había tratado con desprecio y hostilidad. Resoplé, y llegué al piso de abajo. Me desvié hacia la derecha y entre en el comedor, que en realidad era un buffet libre. Me gustaban los buffets libres, podías comer lo que quisieras a un módico y sugerente precio. Cogí una bandeja y agarré todo lo que pude que me pareció realmente comestible, que tampoco era mucho. A ver si venía un inspector de sanidad y les ponía en su sitio…
Suspiré otra vez. Acordándome de cuando estuve con Impmon en el lujoso hotel de Ciudad Light. Entonces, ambos habíamos podido disfrutar de unas instalaciones dignas para nosotros. Qué lejos parecía quedar todo aquello…
No me sorprendió para nada que Masaru estuviera ahí, contra la pared, esperándome. Seguramente me habría escuchado ducharme. Le dirigí una breve mirada, fruncí el ceño, y me encaminé sin mediar palabra hacia las escaleras. Cuando hube quedado de espaldas, me sonrojé de nuevo, levemente, al recordar mi conversación de la noche pasada con él. ¿Por qué habría de importarle? Éramos dos desconocidos que no nos habíamos visto en la vida, además de que yo ya lo había tratado con desprecio y hostilidad. Resoplé, y llegué al piso de abajo. Me desvié hacia la derecha y entre en el comedor, que en realidad era un buffet libre. Me gustaban los buffets libres, podías comer lo que quisieras a un módico y sugerente precio. Cogí una bandeja y agarré todo lo que pude que me pareció realmente comestible, que tampoco era mucho. A ver si venía un inspector de sanidad y les ponía en su sitio…
Suspiré otra vez. Acordándome de cuando estuve con Impmon en el lujoso hotel de Ciudad Light. Entonces, ambos habíamos podido disfrutar de unas instalaciones dignas para nosotros. Qué lejos parecía quedar todo aquello…
Re: Un nuevo comienzo.
Me volví a sentir mal cuando me ignoró al verme y bajó las escaleras, intenté detenerla pero me sentí bastante mal, ¿Qué demonios le pasaba? ¿Qué demonios le había hecho? ¡Sólo me había comportado bien con ella! ¡Solo había demostrado que de verdad me importaba y no pretendía nada de ella! Y lo peor no era eso, lo peor es que después de una noche sin pegar ojo me empezaba a cansar de aquél inmaduro comportamiento.
Estaba demasiado cegado para acordarme de Agumon mientras bajaba las escaleras peldaño a peldaño; no hizo falta, salió el sólo del Digivice. En el DATS no gustaba que eso fuera así, el Digivice suponía una especie de prisión a la vez que una medida de transporte para los compañeros Digimon, cuando se portaban mal o hacían algo malo había que hacerles volver, pero yo nuna lo hice y siempre dejé que Agumon fuera a su aire. Se cayó, al no preveer las escaleras, y rodó hasta llegar al hall, en otro momento me hubiera reído, no entonces.
»● Agumon: ¡Que daño, que daño! -Se llevaba las zarpas a la cabeza-
»● Masaru: Levántate, anda, has aplastado a criaturas más grande que este hotel. -Dije con una minúscula sonrisa-
»● Agumon: ¡Tengo hambre, hermano! -Decía sollozando de una tragicómica forma- ¿No me vas a dar de desayunar o qué?
»● Masaru: A eso vamos, maldito glotón. -Le dije con ironía señalando con un gesto de cabeza al buffet-
Agumon entró como una exhalación al comedor y devoraba como una bestia todo lo que cogía a su paso, hasta atragantarse con una gran manzana. Al entrar y observar el alboroto que había formado negué con la cabeza mientras intentaba taparme la cara. La gente me miraba como el responsable y Agumon ya sonreía ampliamente esperándome en uno de los sofás del comedor, como si no hubiera hecho nada.
Me hice el loco ante las acusaciones de uno de los miembros del hotel y me llené un vaso de zumo mientras le borraba la memoria con el Digivice a los pocos presentes que había a aquella hora en el salón. Dejé mi vaso en la mesa junto a Agumon, no caí en que a mi regreso probablemente ya se hubiera comido hasta la copa de cristal, pero me acerqué al último presente a la escena, o mejor dicho la última... La ví y se hizo un silencio incómodo por un instante, la miré a los ojos, aún bastante molesto por el trato recibido. Me quedé mirándole y dije de forma seca y llana.
»● Masaru: ¿Has dormido bien...?
Estaba demasiado cegado para acordarme de Agumon mientras bajaba las escaleras peldaño a peldaño; no hizo falta, salió el sólo del Digivice. En el DATS no gustaba que eso fuera así, el Digivice suponía una especie de prisión a la vez que una medida de transporte para los compañeros Digimon, cuando se portaban mal o hacían algo malo había que hacerles volver, pero yo nuna lo hice y siempre dejé que Agumon fuera a su aire. Se cayó, al no preveer las escaleras, y rodó hasta llegar al hall, en otro momento me hubiera reído, no entonces.
»● Agumon: ¡Que daño, que daño! -Se llevaba las zarpas a la cabeza-
»● Masaru: Levántate, anda, has aplastado a criaturas más grande que este hotel. -Dije con una minúscula sonrisa-
»● Agumon: ¡Tengo hambre, hermano! -Decía sollozando de una tragicómica forma- ¿No me vas a dar de desayunar o qué?
»● Masaru: A eso vamos, maldito glotón. -Le dije con ironía señalando con un gesto de cabeza al buffet-
Agumon entró como una exhalación al comedor y devoraba como una bestia todo lo que cogía a su paso, hasta atragantarse con una gran manzana. Al entrar y observar el alboroto que había formado negué con la cabeza mientras intentaba taparme la cara. La gente me miraba como el responsable y Agumon ya sonreía ampliamente esperándome en uno de los sofás del comedor, como si no hubiera hecho nada.
Me hice el loco ante las acusaciones de uno de los miembros del hotel y me llené un vaso de zumo mientras le borraba la memoria con el Digivice a los pocos presentes que había a aquella hora en el salón. Dejé mi vaso en la mesa junto a Agumon, no caí en que a mi regreso probablemente ya se hubiera comido hasta la copa de cristal, pero me acerqué al último presente a la escena, o mejor dicho la última... La ví y se hizo un silencio incómodo por un instante, la miré a los ojos, aún bastante molesto por el trato recibido. Me quedé mirándole y dije de forma seca y llana.
»● Masaru: ¿Has dormido bien...?
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Re: Un nuevo comienzo.
Comencé a comer. En Estados Unidos se solía comer bastante, al igual que en Inglaterra, así que no era raro que me hubiera cogido un zumo de naranja-natural, por supuesto. Ya puestos, no iba a beberme un zumo de esos que saben como si los hubiera exprimido un limón-, un croissant y un tazón de bolitas de chocolate. Podría desayunar más, pero el caso es que no me apetecía. Y no me preocupaba por si engordaba. Yo solía moverme mucho, al ser biohybrida quemaba más calorías de lo normal.
Ya me estaba terminando el zumo, cuando el Agumon de Masaru entró dando botes, gritando, y comiendo de todo. Chasqueé la lengua, observándole en silencio y preguntándome cómo podía ser tan irritante y alborotador. Masaru iba con él, pero parecía entretenido con lo que hacía su compañero. Un movimiento suyo me atrajo la atenció. Sacó un objeto, alargado como un boli, y lo plantó frente a todos los humanos que habían presenciado la escena. Luego hubo un resplandor y los afctados quedaron levemente atontados sin enterarse de qué estaba pasando.
Arqueéuna ceja, pero no dije nada. Cuando el chico se dirigió hacia mí, desvié mi atención hacia el croissant y le dí un mordisco.
- Fomo un fefé-respondí con la boca llena y de forma autómata.
Moví la cuchara un poco por la leche con cereales para que se fuera enfriando un poco.
Ya me estaba terminando el zumo, cuando el Agumon de Masaru entró dando botes, gritando, y comiendo de todo. Chasqueé la lengua, observándole en silencio y preguntándome cómo podía ser tan irritante y alborotador. Masaru iba con él, pero parecía entretenido con lo que hacía su compañero. Un movimiento suyo me atrajo la atenció. Sacó un objeto, alargado como un boli, y lo plantó frente a todos los humanos que habían presenciado la escena. Luego hubo un resplandor y los afctados quedaron levemente atontados sin enterarse de qué estaba pasando.
Arqueéuna ceja, pero no dije nada. Cuando el chico se dirigió hacia mí, desvié mi atención hacia el croissant y le dí un mordisco.
- Fomo un fefé-respondí con la boca llena y de forma autómata.
Moví la cuchara un poco por la leche con cereales para que se fuera enfriando un poco.
Re: Un nuevo comienzo.
Arqueé una ceja a su respuesta y me quedé mirándola, esperaba que me repitiera la respuesta, pero sabía que no iba a hacerlo. Mientras esperaba repasé sus palabras y pensé que había dicho "Como un bebé". Sonreí para dentro: Menuda suerte.
La gente parecía cálmada en el salón, imaginé que Agumon se había calmado en la mesa y ya no hacía el ganso por ahí. Miré de nuevo a la chica y, aunque me esperaba una respuesta negativa y de rechazo me agaché, quedando mi cabeza a la altura de la mesa (estaba claro que ella no iba a mirar hacia arriba) y de forma totalmente seria inquirí
»● Masaru: ¿Aún sigues sin querer hablar conmigo? -Tragué saliva- Sí aún piensas "cosas malas" de mí solo quiero destacar que más de doce horas después sigo aquí...
Me mordí el labio con rabia y me quedé mirándole en aquella postura esperando respuesta. Deseé que fuera afirmativa pero no confiaba en ello, me había demostrado que no le importaba poco o nada. Me tocaba esperar un milagro.
La gente parecía cálmada en el salón, imaginé que Agumon se había calmado en la mesa y ya no hacía el ganso por ahí. Miré de nuevo a la chica y, aunque me esperaba una respuesta negativa y de rechazo me agaché, quedando mi cabeza a la altura de la mesa (estaba claro que ella no iba a mirar hacia arriba) y de forma totalmente seria inquirí
»● Masaru: ¿Aún sigues sin querer hablar conmigo? -Tragué saliva- Sí aún piensas "cosas malas" de mí solo quiero destacar que más de doce horas después sigo aquí...
Me mordí el labio con rabia y me quedé mirándole en aquella postura esperando respuesta. Deseé que fuera afirmativa pero no confiaba en ello, me había demostrado que no le importaba poco o nada. Me tocaba esperar un milagro.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Le di unos cuantos mordiscos más al croissant, hasta que lo hube terminado. Luego me acerqué el tazón, y después de removerlo un poco más, zambullí la cuchara en la leche con bolitas de chocolate. Sentí como Masaru se agachaba junto a mí, quedando con la cabeza a la altura de la mesa. Le dirigí una breve mirada, para luego dirigirla de nuevo en el desayuno.
- Me siento demasiado observada-dije antes de llevarme una cucharada a la boca.
Mastiqué, mirando fijamente a Masaru para devolverle el que no me dejara desayunar tranquila. Mis ojos no transmitían nada, estaban demasiado serios, al igual que el resto de mi expresión facial. Suspiré, tragué de nuevo, parpadeando, y me crucé de brazos mientras me recostaba contra el asiento.
- ¿De qué quieres hablar?-inquirí, entre cansada y burlona-. Ya ni siquiera puedo desayunar en paz…
Giré la cabeza, mirando por la ventana de mi lado derecho. Debían de ser las diez, por la cantidad de gente que había en la calle, aunque no estaba del todo segura.
- Mi desconfianza me ha salvado en innumerables ocasiones-contesté, solamente, sin apartar los ojos del cristal-.No te creas que eres el primero de quién desconfío…
Entorné los ojos. De hecho, mi confianza hacia otras personas no me habían dado nada más que problemas, así que era normal que actuara así.
- Me siento demasiado observada-dije antes de llevarme una cucharada a la boca.
Mastiqué, mirando fijamente a Masaru para devolverle el que no me dejara desayunar tranquila. Mis ojos no transmitían nada, estaban demasiado serios, al igual que el resto de mi expresión facial. Suspiré, tragué de nuevo, parpadeando, y me crucé de brazos mientras me recostaba contra el asiento.
- ¿De qué quieres hablar?-inquirí, entre cansada y burlona-. Ya ni siquiera puedo desayunar en paz…
Giré la cabeza, mirando por la ventana de mi lado derecho. Debían de ser las diez, por la cantidad de gente que había en la calle, aunque no estaba del todo segura.
- Mi desconfianza me ha salvado en innumerables ocasiones-contesté, solamente, sin apartar los ojos del cristal-.No te creas que eres el primero de quién desconfío…
Entorné los ojos. De hecho, mi confianza hacia otras personas no me habían dado nada más que problemas, así que era normal que actuara así.
Re: Un nuevo comienzo.
Escuché todo lo que me dijo con gran atención, por dentro me agradaba que al fin empezara a abrirse y me invadió una sensación de tranquilidad "AL FIN". Pero no era todo, me mantuve serio, de nada servía quedarse en la orilla, quería esucharlo todo.
»● Masaru: Quiero hablar de ti... Aún no conozco ni tu nombre, no sé nada de ti... Sería un buen comienzo. -Suspiré muy levemente tras decir eso para proseguir tránquilo y seguro- Entiendo que esto te pueda estar constando, pero creo que si en este poco tiempo te he demostrado algo es que cumplo con mi palabra, prometí no dejarte y no lo hago... -Mantuve el tono pero resalté lo siguiente- Te JURO... Pongo mi alma en juego... Si llegar a confiar en mí da lugar a algo que no fuera más que la mera confianza de uno en otro, y todo lo que ello conlleva, que si pasase algo más, que si alguien te hiciera algún daño a mi costa, o no cumplo con mi palabra... Que sufra la peor de las muertes...
Noté como aún no me miraba, seguía mirando por la ventana, miré yo también, esperando ver lo que ella veía, se hizo un silencio que ninguno de los dos rompía. Miré un momento a la mesa y volví a mirarle a los ojos directamente, aunque ella no correspondiera.
»● Masaru: Solo quiero que recuperes la fe... Y si hace falta que alguien pague yo te ayudaré a que así lo sea. -Tragué saliva- Pero quiero ayudarte...
»● Masaru: Quiero hablar de ti... Aún no conozco ni tu nombre, no sé nada de ti... Sería un buen comienzo. -Suspiré muy levemente tras decir eso para proseguir tránquilo y seguro- Entiendo que esto te pueda estar constando, pero creo que si en este poco tiempo te he demostrado algo es que cumplo con mi palabra, prometí no dejarte y no lo hago... -Mantuve el tono pero resalté lo siguiente- Te JURO... Pongo mi alma en juego... Si llegar a confiar en mí da lugar a algo que no fuera más que la mera confianza de uno en otro, y todo lo que ello conlleva, que si pasase algo más, que si alguien te hiciera algún daño a mi costa, o no cumplo con mi palabra... Que sufra la peor de las muertes...
Noté como aún no me miraba, seguía mirando por la ventana, miré yo también, esperando ver lo que ella veía, se hizo un silencio que ninguno de los dos rompía. Miré un momento a la mesa y volví a mirarle a los ojos directamente, aunque ella no correspondiera.
»● Masaru: Solo quiero que recuperes la fe... Y si hace falta que alguien pague yo te ayudaré a que así lo sea. -Tragué saliva- Pero quiero ayudarte...
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Cerré los ojos unos instantes. ¿Cómo podía ser tan ingenuo? Además de un pelma y una lapa que no se despegaba de mí ni a Sol ni sombra. Me di cuenta de que inconscientemente había agarrado la servilleta y la había estrujado hasta convertirla en una pelotita de papel.
- No lo hagas más difícil.... No quiero ningún tipo de ayuda psicologica. Yo solo quiero matar...-quise decirle,gritarle... Mas lo que solté fue algo muy distinto. Quizá fuera algo descabellado. A lo mejor decirle mi segundo nombre podría parecer que confiaba en él lo suficiente como para que supiera la forma que más odiaba que utilizaran para llamarme. Pero la verdad era muy distinta, porque no conocería el nombre que yo de verdad utilizaba-. Me llamo Deirdre... pero no por eso pienses que confío en ti. Un nombre solo es eso, un nombre.
Cabía la posibilidad de que, al llamarme de esa forma, yo, sin darme cuenta, me volviera para gritarle que no me nombrara de esa forma. Pero por mi bien, intentaría contenerme. Distraídamente, desenvolví la pelota de papel, y me puse a romperla en trocitos pequeños. Luego amontoné esos trocitos y los metí en el vaso vacío que había contenido el zumo, bastante mierdoso, por cierto. Bostecé, aún somnolienta, y fruncí los labios mientras cogía otra cucharada de cereales.
- No lo hagas más difícil.... No quiero ningún tipo de ayuda psicologica. Yo solo quiero matar...-quise decirle,gritarle... Mas lo que solté fue algo muy distinto. Quizá fuera algo descabellado. A lo mejor decirle mi segundo nombre podría parecer que confiaba en él lo suficiente como para que supiera la forma que más odiaba que utilizaran para llamarme. Pero la verdad era muy distinta, porque no conocería el nombre que yo de verdad utilizaba-. Me llamo Deirdre... pero no por eso pienses que confío en ti. Un nombre solo es eso, un nombre.
Cabía la posibilidad de que, al llamarme de esa forma, yo, sin darme cuenta, me volviera para gritarle que no me nombrara de esa forma. Pero por mi bien, intentaría contenerme. Distraídamente, desenvolví la pelota de papel, y me puse a romperla en trocitos pequeños. Luego amontoné esos trocitos y los metí en el vaso vacío que había contenido el zumo, bastante mierdoso, por cierto. Bostecé, aún somnolienta, y fruncí los labios mientras cogía otra cucharada de cereales.
Re: Un nuevo comienzo.
El cerrado capullo, anclado a un pasado que le negaba a afrontar un posible futuro mejor, empezaba a abrirse poco a poco. Sonreí un instante cuando me dijo su nombre, ¿Por qué creerla? Podría ser un nombre falso para que me callara y ya está, pero borré rapidaemente esa idea de mi cabeza, si quería que confiara en mí no debía pensar otra cosa que no fuera confiar en ella.
Deirdre... Curioso nombre. Curioso y extraño, presupuse que no era japonesa, estaba claro, sus facciones, el color tan llamativo de su pelo surgían en mi cabeza como un rumor que confirmó aquél nombre, debía ser occidental, no sé de dónde, pensé en preguntarlo, pero preferí dejarlo para más adelante.Ahora tenía que intentar ganarme un poco su confianza plena, saber como pensaba, ponerme en su lugar y afrontar así el verdadero problema, ¿Qué le hicieron?.
Me incorporé un poco, algo incómodo por aquella postura y mirándole aún directamente insistí.
»● Masaru: Al menos tengo un nombre... -Bromeé un instante- Y bien, ¿cuántos años tienes? No me parece una pregunta normal, pero no sé nada de ti...
Solté una breve mirada a medio camino entre preocupación y pena, realmente me importaban ese tipo de cosas, quería conocer a Deirdre, o como dijo que se llamaba, no quería que, si de llegar a contarme qué le hicieron, todo quedará en un "Adios, muy buenas". Observé inconscientemente como desayunaba, no me dí cuenta de lo poco educado que estaba siendo, y cuando lo hice, ya estaba contestando de nuevo.
Deirdre... Curioso nombre. Curioso y extraño, presupuse que no era japonesa, estaba claro, sus facciones, el color tan llamativo de su pelo surgían en mi cabeza como un rumor que confirmó aquél nombre, debía ser occidental, no sé de dónde, pensé en preguntarlo, pero preferí dejarlo para más adelante.Ahora tenía que intentar ganarme un poco su confianza plena, saber como pensaba, ponerme en su lugar y afrontar así el verdadero problema, ¿Qué le hicieron?.
Me incorporé un poco, algo incómodo por aquella postura y mirándole aún directamente insistí.
»● Masaru: Al menos tengo un nombre... -Bromeé un instante- Y bien, ¿cuántos años tienes? No me parece una pregunta normal, pero no sé nada de ti...
Solté una breve mirada a medio camino entre preocupación y pena, realmente me importaban ese tipo de cosas, quería conocer a Deirdre, o como dijo que se llamaba, no quería que, si de llegar a contarme qué le hicieron, todo quedará en un "Adios, muy buenas". Observé inconscientemente como desayunaba, no me dí cuenta de lo poco educado que estaba siendo, y cuando lo hice, ya estaba contestando de nuevo.
Masaru Daimon
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Re: Un nuevo comienzo.
Seguía desayunando en paz, o al menos eso intentaba, puesto que Masaru no dejaba de hacerme preguntas, esta vez, sobre mi edad.
- ¿No tienes suficiente con el nombre…?-inquirí, aburrida.
Me metí en la boca las últimas bolitas de chocolate y comencé a beber la leche que aún quedaba, mirando fijamente al joven, dejando ver que no iba a dejar que me mangoneara con sus ideales y sus súplicas. Al terminar, coloqué el bol sobre la mesa, dejé un billete al lado, y me levanté, cogiendo mis cosas.
- Si no sabes nada de mí… ¿no crees que se debe a que no nos conocemos de nada? -repliqué con bordería-. En mi país las cosas son así. Conoces a alguien y no te pones a hablar de tus cosas, ni de tu vida personal - me encogí de hombros, pensando en que no tenía remedio.
Llegué nuevamente al recibidor del “hotel”, aunque dadas sus instalaciones, merecía más ser llamado Motel.
- Entonces no vas a llamar a tus amigos policías? - inquirí con sarcasmo-. Pensaba que vosotros velabais por la justicia, la protección y esas cosas…
- ¿No tienes suficiente con el nombre…?-inquirí, aburrida.
Me metí en la boca las últimas bolitas de chocolate y comencé a beber la leche que aún quedaba, mirando fijamente al joven, dejando ver que no iba a dejar que me mangoneara con sus ideales y sus súplicas. Al terminar, coloqué el bol sobre la mesa, dejé un billete al lado, y me levanté, cogiendo mis cosas.
- Si no sabes nada de mí… ¿no crees que se debe a que no nos conocemos de nada? -repliqué con bordería-. En mi país las cosas son así. Conoces a alguien y no te pones a hablar de tus cosas, ni de tu vida personal - me encogí de hombros, pensando en que no tenía remedio.
Llegué nuevamente al recibidor del “hotel”, aunque dadas sus instalaciones, merecía más ser llamado Motel.
- Entonces no vas a llamar a tus amigos policías? - inquirí con sarcasmo-. Pensaba que vosotros velabais por la justicia, la protección y esas cosas…
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