Un laberinto bastante peculiar

Los pasos al frente se oían cada vez mejor, sonaba a tacones. Pero tampoco se podía estar seguro de eso, puesto que también podían ser garras que resonaran contra el suelo.

En cuanto a dentro del escudo, la poca consciencia que no estaba mareada en Selenemon pedía que frenaran en algún momento ya.

Selenemon se tensó al oír eso de la comida dentro del escudo.

- Como me vomites en- encima... Te juro qu- que ¡te doy una paliza! Da igual tu niveeeeeeeeeeel...

De nuevo apareció una esquina, en la que ya llegaban a la bifurcación donde antes Selenemos había estado "profetizando". Nada más girar la esquina se encontraron con una Rosemon Burst Mode, que al estar justo ahí, quedó aplastada por la esfera sin que tuviera tiempo de reaccionar.


En poco tendría que hacer girar la esfera o irían por el camino recto y por tanto el que al parecer tenía mayor peligro para los digimons demonio.

Finalmente llegaron a la sala. Selenemon estaba que no podía más con su alma de todas las vueltas que la habían dado. Aunque se detuvieran ahora tardaría bastantes minutos en recuperarse lo suficiente como para poder ponerse de pie.

Se podía observar que su rostro estaba verdoso, pero como llevaba tantas horas sin comer, no vomitaría. Aunque tenía ganas de hacerlo, por el mero hecho de aliviar algo el mareo.

<< Aleluya >> Fue lo único que pudo pensar Selenemon , toda su visión estaba borrosa. No sabía si estaba boca arriba o bocabajo, pero no quería moverse en años de esa quietud que notaba a través de la espalda.

Intuía que estaría boca arriba, puesto que creía ver el techo de la sala central que tenía una tonalidad azul oscuro/negro. Aunque era incapaz de jurarlo.
Cada segundo que pasaba tenía más control de su cuerpo. Aunque notaba una extraña sensación sobre el pecho, como si estuviera oprimido por algo. Que ella supiera el corsé que llevaba era de cuero flexible nada demasiado apretado como para causar opresión en caso de que se moviera. Se incorporó un poco teniendo prácticamente ya una visión normal.

Y se sonrojó cuando pudo observar cual era la causa de su malestar. Cierto motero había puesto sus manazas sobre ella. Pero no parecía un accidente, el que hubiera sido puesta con tanta precisión sobre uno de sus pechos era extraño.
Se incorporó como pudo, hasta que tuviera un buen ángulo mano cara de Beelzemon y le abofeteó en la mejilla, dejando la marca de una mano.

- Saca tus manos de encima mío. ¡Pervertido!- le gritó sonrojada.

Aunque después cayó al suelo otra vez, puesto que en darle la bofetada se había todas las fuerzas que había recuperado del mareo.

Selenemon estaba demasiado cansada por el mareo. Bufó indignada por el lo siento de Beelzemon, sin mirar en su dirección, más que nada porque como guerrera digital era orgullosa y no la gustaba que la vieran sonrojada.

Estaba cansada y los ojos se la cerraban. Además ella no había dormido como los dos que había ahí. Así que antes de que se hubiera dado cuenta estaba dormida. El mapa a su lado estaba desplegado y en él podía verse el camino que había escogido Zayyn. Al menos hasta la primera curva, puesto que la digimon no se había adentrado más en él.


El pasillo de la salida uno giraba a la izquierda, sin embargo tendría que moverse para ver más allá de esa curva.

Selenemon había caído en un sueño muy profundo, a pesar de que acababa de dormirse. Y sólo moviéndola no iban a conseguir nada.


El pasillo continuaba un buen trecho hasta que giraba a la izquierda y bajaba un poco. Ahí aparecía una bifurcación a la izquierda de nuevo o continuar recto. Zayyn tenía que escoger, aunque sólo una de las dos le acercaría a la salida.

Mientras Selenemon se revolvía en brazos de Beelzemon, como si no estuviera teniendo unos sueños muy pacíficos, de vez en cuando sus labios dejaban escapar alguna palabra irreconocible o gruñidos. Aunque nada demasiado serio, hasta que giraron por primera vez en el pasillo en el que sus sueños cobraron más realismo.
Una de las manos de Selenemon se dirigió a Beelzemon, a la altura del pecho, y de ahí comenzó a subir con pereza simulando una caricia. Subió hasta llegar al rostro del digimon demonio, donde tanteó brevemente y después rápidamente le propinó un puñetazo, a la vez que empezaba a patear al aire. El golpe fue certero, pero con la fuerza de un campeón; por lo que para un mega dolería, pero sería como el golpe de un niño pequeño.

- Mñaaaa... Morid... Morid todos...

Continuó con las patadas y los puñetazos. Al parecer sus sueños eran bastante movidos.

La decisión de camino les llevó a una nueva sala donde había otro Mega. Aunque en esta ocasión solo uno, un Mirage Gaogamon. Estaba mirando a la entrada por la que llegarían ellos, con lo que no le pillarían desprevenido.


Mientras Natasha se revolvía, o al menos lo intentaba en la cola de Zayyn. Aún seguía dormida, intentando matar a su enemigo del sueño, o lo que fuera que pasaba por su cabecita.

Mirage Gaogamon, se apartó velozmente de la trayectoria de las balas, gracias a su gran velocidad de movimiento; aunque una de ellas golpeó sobre su hombro izquierdo, puesto que se había desplazado a la derecha.

- Double Crescent Mirage

Disparó sólo una de las ondas de choque, puesto que el otro brazo había quedado inmovilizado por la pérdida de datos que estaba teniendo en la zona. Aunque desaparecían poco a poco como si fuera una herida normal.

Off:
Double Crescent Mirage: Dispara unas ondas de choque con sus manos en forma de media luna.

Mirage esperando que su ataque impactara no se esperó el escudo y por tanto el ataque de Beelzemon. Desapareció en datos a los pocos segundos, dejando el paso libre.


Ahora sólo tenían que decidir por qué camino seguir. Selenemon empezó a calmarse de nuevo.

El mapa se iluminó completamente dejando a la vista toda la extensión del laberinto antes de desaparecer. Puesto que su único cometido era llevar a la salida. Y puesto que ya estaban en ella, no lo necesitarían más.

Selenemon comenzó a despertar ya, debido a los sonidos de la pelea. Bostezó y miró aturdida a su alrededor. La extrañaba que todo se desplazara sin que ella fuese la que se movía.

- ¿Dónde...- bostezó de nuevo- ... estamos?

Seguía ajena de que Zayyn aún la cargaba con la cola.

Delante de ellos aparecieron unas escaleras de subida. Tras ellas se podía oír el sonido del agua cayendo, como si lloviera o hubiera una pequeña cascada.

Selenemon ya despierta por el repentino movimiento de correr y de subir las escaleras se dio cuenta de que estaba atada. Intentó mirar a sus espaldas, pero tampoco podía girar mucho. Sólo sabía que Aeirmon la tenía atada.

- Ya estoy despierta, ¡suelta!- exigió.

No la gustaba nada estar atada. Y mucho menos ser arrastrada por ese demonio.

Al subir las escaleras se encontraron en un pequeño patio de columnas, donde había lo que sería un antiguo patio, ya abandonado y en ruinas. Una zona del patio mostraba la pared rota por donde se podían ver los árboles de un bosque. Llovía, de forma bastante torrencial.
En cuanto Beelzemon traspasó la entrada las escaleras del laberinto se destruyeron, cerrando cualquier acceso a su interior de nuevo.

Selenemon por fin libre se puso en pie y limpió invisibles motas de polvo que pudiera tener su traje. Se pasó la mano por el pelo en un intento de que se viera perfecta, era un digimon algo vanidoso y cuidaba mucho su aspecto, que no siempre iba a estar perfecto.

- Gracias por soltarme- comentó con sorna.

Y luego miró a Aeirmon como se iba acercando poco a poco a ella. Retrocedió, intentando mantener la distancia. No quería cerca a esa psicópata por nada del mundo. Si las cosas se pondrían feas, se teletransportaría al bosque donde sería más fácil huir de los megas.

Selenemon la miró bloqueada, sin moverse; imitando una técnica de "si no me muevo pensara que estoy muerta y me dejará en paz". Miró la garra de Aeirmon y a esta continuamente sin saber muy bien que hacer. No se fiaba de ella, pese a haberla salvado en el laberinto, sabía que quería matarla y no recordaba haber hecho nada por lo que el digimon mega quisiera dejar de matarla.

Todo esto le parecía muy raro, y sólo pudo pensar en una cosa: Está loca. Con esto en mente desapareció tetransportandose al bosque justo cuando el demonio terminó de hablar, donde recuperó su forma humana y se internó por los árboles. Tratando de alejarse lo más posible de allí.

Ella era de ciudad, no conocía cómo sobrevivir en la naturaleza, pero si había algo que sí era, es que era una superviviente nata y aunque la ciudad y el bosque tienen poco en común sobrevivir en uno de los dos lugares podía darte las bases para sobrevivir al otro.
Además de que en este mundo no hacía tanto frío como en su ciudad natal, lo cual de por sí ya era una gran ayuda.