Comité de bienvenida// Llegada a D.A.T.S. de Japón

Todo comenzó simple y común, sin ningún problema pese a la ventisca que azotaba esa noche el aeropuerto no afecto en lo más mínimo los planes que se tenían de mi traslado de base junto a un equipo de científicos y médicos además del doctor que desde que fui acogida por esta organización me ha tratado. Aquel viejo hombre que hace unos años se convirtió casi en un segundo padre para mí; lo habría logrado de no ser porque el mismo evito a toda costa profundizar lo que comúnmente se conoce como “lazo sentimental” debido a que… al fin de cuentas solo fue el que se tuvo que encargar de mi por órdenes superiores… pese a eso, si tuviera que confiar en alguien seria él. Sin su ayuda seguramente yo aún seria solo una niña llorona incapaz de levantarse por sí misma y pelear; sin olvidar mencionar que gracias a este sujeto que ahora se ubica en el asiento junto al mío nunca habría adquirido lo que me convierte en una “hibrida” – (Es increíble como alguien puede sentirse agradecido con la persona que le “arrebato” su humanidad y lo volvió un monstruo… pero de no hacer esto, jamás hubiera podido tener mi venganza… si, mi venganza en contra de ese otro monstruo…) – sin alejarme de mis pensamientos admiro la ventisca que se cierne al otro lado de la ventanilla del avión, esta será la última vista que tendré de la tierra en la que nací – (Solo siendo un monstruo puedes acabar con otro monstruo… padres… Capitán… les vengare, sin falla) – pienso afinando la mirada, dando un último vistazo a la tierra donde nací, la tierra helada llamada Rusia, los buenos recuerdos que pudiera llegar a tener parecidos a los amaneceres de suave nieve se ven eclipsados por los trágicos y sinuosos momentos que se asemejan a las terribles tormentas características de este gran país.

Durante el despegue, el Doctor me cuestiono si estaba nerviosa o algo parecido. La única respuesta que le di fue un movimiento en negativa con mi cabeza, no había ninguna razón de estar nerviosa; no tenia en un concepto alto ni bajo a los miembros de la cede japonesa y como siempre había pensado mientras no interfieran en mi camino, no me importa si son aliados o enemigos su existencia no me seria en lo más mínimo importante, trascendental y demás sinónimos, por mí era lo mismo si el mundo explotaba en un mar de sangre o se tornaba en un hermoso edén conque pudiera matar de la manera más atroz a ese remedo de león negro sobre alimentado, perfecto.

Podría ser que alguien se preguntara por que no se abrió un portal de base a base y así se consiguiera un ahorro en combustible y demás cosas; es simple, abusar de esos portales implicaría la debilitación de la barrare entre el mundo real y el mundo digital lo que podría ocasionar un desastre dimensional que por muy pequeño que fuera se podría convertir a largo plazo en algo mucho peor.

El aparato con aspecto de celular móvil soltó una señal repentinamente, indicaba la apertura de un portal. Acompañada de esta señal surgieron otras más, puntos rojos que se dirigían al avión, dirigí mi mirar al otro lado de la ventanilla junto a mí – (¡Ho-oh…! Aun no salimos del territorio ruso y ya me tienen preparado un comité de bienvenida como este… perfecto…) – una sonrisa sádica se dibujó en mi rostro, ¿Y cómo no? Una gran cantidad de digimon se disponían… en sus mentes a desplomar el avión, en la realidad… alistándose para que los matase uno a uno – Abran las puertas, les dejaremos que entren a la zona de carga y yo me encargare de ellos – me levante de mi asiento y me dirigí a la zona de carga del avión. Apenas estuve frente a la puerta de carga esta se abrió lentamente, mi cabello se revolvió con el viento pero me mantuve seria, mirando a los enemigos, tenían aspecto de murciélagos con cuchillas con forma de oz en lugar de pies y manos, grandes bocas y una mirada quizá tan sádica y fría como la mía  – ¡hmpf! Son solo 10… esto será fácil – la sonrisa que llevaba ya esbozada solo se profundizó más, esperando a que ingresen al avión para poder pelear contra ellos.

http://wikimon.net/Pipismon

Como ya muchas veces nos había ocurrido a Guilmon y a mí, más recientemente a Haguramon, nos terminamos quedando a dormir en la oficina. En la única alfombra que tenía estábamos los 3 tranquilamente hasta que una alarma sonó -¡estoy despierta!- me enderece de golpe aun media dormida mirando a todas partes -….- me quedo viendo despectivamente el monitor de mi oficina que me indica que hay un avión rodeado de digimon

-¿es la señal del desayuno?- dice Guilmon despertando

-desayuno, desayuno- lo secundo Hagurumon también despertando

-no es el desayuno… es una misión…- descargo información en la terminal y al revisarla me sorprende de que avión se trata, resulta que es el de la nueva agente que está siendo transferida -para eso están los portales, caray- gruño fijando las coordenadas en la terminal y abriendo un portal -vamos chicos- ambos se reincorporan y cruzamos el portal. Lo pintoresco es que Guilmon y yo al pisar el interior del avión perdemos el equilibrio porque está en movimiento y caemos, pensando en que debo de recordar evitar abrir portales en cosas que se muevan, como Hagurumon… ¿levita? no tiene problemas en cruzar el portal, el cual cierro tras su paso

Siento el viento fuerte y un poco de asfixia, al reincorporarme escucho un chillido que me taladra los oídos, al buscar la fuente me encuentro a varios Pipismon peleando con una chica de cabello semi blanco y ropa provocadora -¿no puedo conocer a una chica que vista normal?- pienso frustrada dándole una señal con la mano a Guilmon para que la ayude, con el debería bastar. Usando sus garras golpea a un par para abrirle una brecha a la chica, usar fuego ahora sería tonto pues se lo llevaría el viento, literalmente -¡oye! abriremos un camino para que puedas escapar- le grito una vez Guilmon ataca con sus garras a uno de los digimon -abriré un portal y entraras en el ¿entendido?- el ataque de Guilmon había sido un éxito pues el Pipismon estaba de espaldas a el

Chasqueando los dedos activando la esencia energética de color rojo como el fuego conocida como “DigiSoul” en mi mano derecha. Retrocedo unos pasos, sonriendo aun sádicamente y con ansias de atacar, invitando a los murciélagos a seguirme con un ademan de mi mano izquierda. Tenía conocimiento de quienes eran estos digimon; tras años de adiestramiento con el único propósito de volverme un arma andante para erradicar seres digitales tenía su grado de obviedad el simple hecho que se me habían inculcado todo los conocimientos que se tuviesen sobre el Digital Word y sus habitantes, así como también tácticas de guerra. Una de ellas era la que planeaba usar ahora… Un enfrentamiento contra varios enemigos a la vez de tener un número inferior o en “el peor de los casos” estar en un enfrentamiento de uno contra todos sería necesario buscar alguna forma de reducir los enfrentamientos a números equivalentes o hacer que el enemigo mismo te brindara su ayuda.

Evaluando mi situación, no podría profundizar mucho en la búsqueda de correr para luego atacar a los más rápidos. Dos razones surgían de esto, eran el mismo digimon multiplicado por 10 además de que me encontraba en la sala de carga de un avión lo que implicaba que solo podía valerme de esta habitación de carga vacía para poder pelear. Correr en círculos era tan estúpido, son enemigos voladores cortarme el paso les resultaría sencillo; lo que nos lleva a la última opción. Conseguir que un enemigo se volviera mi aliado – (Sí, eso estaría perfecto, usar su ataque sónico contra ellos…) – pienso una vez llego a la más idónea y útil táctica. Justamente uno de los murciélagos se dispone a atacarme, decido ya no retroceder y ponerme en guardia esperando, una vez lo tengo próximo realizo una patada de giro alta con la pierna izquierda la cual es esquivada por el murciélago volando hacia abajo y acto seguido arremete con una mordida valiéndose de que me encuentro de espaldas a él, apoyada en una sola pierna y aun girando – (Je…) – cae en mi trampa; terminando de girar y valiéndome de mi mano aunada con DigiSoul atrapo a la creatura del nacimiento de su ala izquierda jalándolo al suelo impactándolo – ¡hmpf! – no busco matarlo o dejarle inconsciente, solo requiero dejarle lo suficientemente aturdido como para poder moverlo a mi placer. Al darse cuenta de mi cometido sus compañeros se precipitan en mi contra amenazadoramente con sus cuchillas por delante – … – les miro con superioridad levantando a su compañero sujetándole las articulaciones de tal forma que puedo cargarlo sin mucho problema, evito que me pueda llegar a cortar con sus cuchillas y sobre todo, puedo infringirle el suficiente dolor para esto. Les apunto con el murciélago en mis manos el cual estrujo para que chille de dolor generando su ataque sónico, el cual al ser murciélagos y ostentar orejas como las suyas debería de afectarles más.

En el instante que descargo el primer ataque una especie de portal se abre y de este tropieza una niña y un lagarto rojo del mismo sale un engranaje volador. Esto lo logro ver con ayuda de la visión periférica – Tch… – chasqueo la lengua; debido a que deje de aplicar presión en mi “arma improvisada” consiguiendo que estos ridículos digimon me rodeasen – ¿Ruta de escape? – repito su propuesta al tiempo que “disparo” el chillido del murciélago para evitar ser atacado por los Pipismon que no enfrenta el recién llegado lagarto rojo – ¿Yo…? –  dirijo toda mi atención a la niña castaña, dejando de atacar – No lo necesito – digo calmadamente volviendo a poner la atención en el enemigo – No necesito ser salvada – y tras afirma eso, con una fría voz vuelvo a estrujar al digimon en mis manos concentrando las ondas sonoras que salían de la boca de este en uno de sus compañeros para así aturdirlo y debilitarlo mientras me acerco a esté para terminar por propinarle una patada para tumbarlo y una vez en el suelo pisarlo con toda mi fuerza y rematarlo con el DigiSoul en mi pierna recién activado ignorando por completo a los recién llegados, cambiando de objetivo apenas abato al primero.

-¿qué?- alcanzo a decir antes de que los Pipismon también me pongan como objetivo precipitándose directo contra mi, apenas si logro esquivarlo tirándome al suelo y Hagurumon me protege con su cuerpo al posicionarse sobre mi, afortunadamente el murciélago iba a mi cabeza así que ninguno de los 2 es herido

-¿qué hago Misakamon?- pregunta nervioso, es la primera vez que rechazan nuestra ayuda tan tranquilamente y eso no lo logra comprender, me limito a decirle que rechaza nuestro plan de ofrecerle una salida pero no nuestro apoyo -¡oki!- responde alegre volviendo a pelear

La forma en que pelea la chica, no sé si ponerlo como “muy eficiente” o “sádico y cruel” quizás sea una mescla de ambas ¿de veras era una agente de DATS? bueno… si es una agente que nos trasladan debe de ser por algo… a menos que esa misma locura que me demuestra ahora sea la razón para “cedérnosla”. Dejo de pensar locuras y deslizo una carta en el d-ark, para equiparle a Guilmon un par de lanzas con las cuales atacaría a los murciélagos de una sola vez como si fueran bates de base ball

Spoiler:

– (¿No se irán? Que molestos ¿Qué tienen en la cabeza…?) – pienso siguiendo con el acto de provocar dolor suficiente en el murciélago para usarlo como si fuera una pistola sónica – ( ¿Qué hacen aquí? ¿Refuerzos de D.A.T.S.?) – evaluó mentalmente a los 3, costándome poco tiempo el poder concluir que son una niña con un severo sentido de la “Justicia” acompañada de 2 digimon que sufren alguna clase de retraso mental. Intento continuar yo misma con la erradicación del “Comité de bienvenida” pero aquella niña, deslizando una tarjeta en su dispositivo digital le proporciono un par de lanzas gemelas a su Guilmon – (D-ark… ¿huh…?) – recapacito en mi primera deducción, sus digimon y ella misma no parecen comunes, es como si tuviesen un inconmensurable poder en sus interiores.  Que solo la envíen a ella junto a aquel par implica que su rango es muy alto; lo suficiente como para encargarse de esto. No me deshago aun del Pipismon que aprisioné, aún puede serme útil; lo único que hago es replegarme y dejar que el digimon reptiliano se haga cargo de los enemigos restantes. Es claro que él puede hacer más que yo; actuara como un estúpido retrasado pero puedo percatarme de su gran poder latente. Odiare recibir ayuda, pero se reconocer mi lugar…

Observo en silencio el combate, discernir su estrategia me cuesta trabajo. Usar las lanzas como simples garrotes, es algo que no había visto más que en los registros más antiguos de la humanidad. No negare que la efectividad de un arma simple es lo que llevo al hombre a la evolución y si no fuera por armas toscas y minimalistas seguiríamos andando desnudos enfundados en pelo buscando que comer; aun así… un par de lanzas de caballería medieval siendo usadas de forma tan escueta y minimalista… es oficial, soy incapaz de comprenderles y mi impresión de ellos así como sube baja drásticamente consiguiendo que me dé dolor de cabeza su forma de combatir. – (Repulsivo será el hecho de que me pongan en el mismo equipo o división que ellos 3… una buena broma seria que resulte ser mi superior, una verdadera putada seria que ella estuviera a cargo de la rama japonesa) – dirijo mis orbes celestes a ella no mostrando más que seriedad y frialdad, intentando recordar los datos que leí de los miembros de la rama a la que sería transferida – (Hacerle caso al doctor debió de ser la mejor opción a escoger, ir en ascuas a un sitio desconocido es lo mismo que decirle al enemigo más fuerte una mofa y no huir en el acto) – su rostro ciertamente me resultaba familiar de los datos que me facilitaron sobre el “Nuevo equipo” al que me integrarían; aun así solo me interese en ver los rostros de cada uno sin ser meticulosa, más haya que un vistazo genérico en cada uno, pasando los perfiles como si ojeara las páginas de una revista vieja e insulsa que no generaba un verdadero interés en mi persona.

La nueva recluta parece que decide dejarle todo a Guilmon, trato de mirarla con el rabillo del ojo mientras sigo atenta a la batalla de Guilmon contra los Pipismon restantes. Me pone nerviosa que fije su mirada en mi ¿tan confiada está? -¿qué tanto me vera…? Aunque hace rato estaba dormida no creo estar tan despeinada… ¿o si?- pienso tratando de parecer que sigo seria y atenta a la pela que lleva Guilmon. Tras unos golpes efectivos contra los Pipismon conseguimos dejarles inconscientes -¿cómo puede usar a un digimon como arma tan despiadadamente? Y a todo esto… ¿dónde está su compañero digimon?- vuelvo a pensar buscando la presencia de su digimon en mi digivice

-Misakamon, ¡termine!- dice victorioso mientras las lanzas se deshacen en datos y el aplaude sacudiéndose las manos -¿ahora si desayunaremos?- pregunta más que curioso volteado a ver a la chica, quedándose un instante analizándola -Misakamon…- susurra antes de acercarse a mi sin dejar de verla

-desayUUUUnnnoooo- Hagurumon se mantuvo levitando frente mío y tampoco le quitaba la mirada de encima a la chica peliblanca

-este… ¿estas herida?- fue lo único que se me ocurrió preguntarle; su mirada era en verdad pesada y luego de ver como uso al murciélago que aún está en sus manos solo me preocupe más por lo que pudiera estar en su mente. Yo misma había reclutado personas sin escrúpulos, pero esta chica llegaba a un nivel por completo diferente

El Guilmon de la niña logra dejar inconscientes sin esfuerzo aparente a los murciélagos restantes y luego de declararse victorioso pregunta por su desayuno seguido de mirarme fijamente a lo que respondo con mi propia mirada afilándola un poco a los segundos se une el engranaje al intercambio de miradas al tiempo que alarga la palabra desayuno como si fuera la única que conociese. Así permanecemos un momento hasta que la niña realiza una pregunta obligada que no le quita un poco lo estúpida he innecesaria que se torna mientras la articula – ¿Tú qué crees? – respondo tajante y arrojando como un simple costal de basura al digimon que me había servido de herramienta para terminarlo con una patada baja explotándolo en datos. Acto seguido regreso a la sala de pasajeros del avión. Pese a que en el mismo avión deberían de viajar médicos y científicos estos estaban en la sala más próxima a la cabina. Por diversas razones me dejaron a mi sola en esta, la última sala antes de la zona de cargas. No me extraño encontrarme con la zona de pasajeros bacía, seguramente el doctor se habría ido con el demás cuerpo de investigadores y médicos.

Me siento en el mismo sitio en el que me encontraba antes del ataque y me dispongo a mirar a través de la ventanilla. Ya estaba amaneciendo, entre las nubes se filtraba la luz del sol en un intercambio de colores generando una gama variada de tonalidades neutras a cálidas. Observo atenta  sujetando mi terminal a la espera de un posible segundo ataque, ya que si se tenía en cuenta el hecho de que nos atacó una primera panda de murciélagos digimon bien podría llegar una segunda “oleada” o un digimon superior al detectar a los de aquella niña… – (Espero que como buen perro guardián, se quede en donde está vigilando) – pensar eso me hace darme cuenta de algo; de alguna forma sub-consiente estoy confiando en ella y le dejo de antemano la vigilancia de la cola del avión en el que nos movilizamos – (¿Qué me está pasando…?) – me reincorporo en un solo movimiento apretando la mandíbula con gran fuerza – (Esto no es como si simplemente me quisiera alejar de ese trio… realmente pareciera que se ganó mi confianza de un momento a otro – le propino un golpe al asiento frente a mi consiguiendo destrozarlo siendo presa de un abismo de emociones encontradas y un fuerte dolor de cabeza.

Para mi fortuna el doctor llega y me da una caja de medicamentos; esos medicamentos que me han acompañado desde aquel fatídico día, varios son calmantes y des estresantes. Siempre eh puesto en duda su eficacia debido a que solo logran calmarme o relajarme mínimamente; y aun así, sigo consumiéndolos con la vana idea de que funcionaran lo suficiente como para controlarme y no hacer algo de lo que me arrepienta. A los únicos que debo erradicar es a los digimon, en especial al que devoró a mis padres, ese maldito remedo de león cargara con el dolor que yo eh tenido durante todos estos años, pagara lo que me hizo a mí, mis padres y al capitán. Suelto un gruñido gutural, las pastillas traban menos de lo que habitualmente hacen… – (¿Esto lo ocasiona me sed de venganza? O acaso es… ¿esa niña?) – aprieto mi propia cabeza con una de mis manos en un intento de controlarme, con la sola idea de mantenerme lejos de ella.

-¡…!- iba a evitar que matara al digimon que había usado tan sádicamente como arma, pero fue más rápida que yo; la mire con furia poco común en mí y al darse cuenta de eso Guilmon me abrazo desde la espalda sujetándome los brazos con los suyos y Hagurumon se apoyó en mi estómago para empujarme hacia Guilmon para frenarme el paso -esa… ella…- ladre entre dientes por lo que había hecho mientras que la chica se iba tranquilamente, si bien podía comprender que sin un digimon a su lado se las tenía que ingeniar para defenderse, todo tenía un limite

-t-tranquila Misakamon, no tiene cazo golpear a esa chicamon… esta como que loca- dice tratando de detenerme usando casi toda su fuerza -nuestra misión es protegerla a ella y a todo el avión, tenemos que llegar a salvo a casa, ¿lo olvidas?- agrega a su afirmación tratando de hacerme abrir los ojos

-mejor ocupar nos de digimon que duermen- dice Hagurumon aun apoyándose en mi estómago para empujarme

-vale…- aunque aún aprieto mis puños, no puedo negar el hecho de que ambos tienen razón así que dejo de ir en su contra soltando un profundo suspiro -al menos nos hubiera dado las gracias…- dije indignada; al verme ya más calmada ambos digimon dejaron de evitar mi avance. Saque mi terminal y abrí un portal al mundo digimon, al pueblo-hospital y allí mande a los Pipismon que habían quedado. Luego me comunique con el piloto del avión con el comunicador de dats, sugiriéndole que sería más practico usar un portal pero me replico que no por que como se explicaría un avión que sale repentinamente de la “nada” en espacio aéreo japonés por lo que me resigne a estar en este avión hasta que aterrizáramos. Cerraron la puerta de la zona de carga pero aun así los 3 nos quedamos allí

-¿nos quedaremos aquí Misakamon?- me pregunta curioso tras escuchar la conversación con el piloto

-desaaayuuuunooOOO- casi exige Hagurumon con su extraña sonrisa perpetua

-yo también tengo hambre y no quiero quedarme cerca de esa loca extremista, pero no nos queda de otra más que estarnos aquí- respondo dejándome caer en el suelo para quedar sentada -no creo que quieran cruzarse con ella para ir a donde tenga la comida, ¿verdad?- les pregunto con cierta curiosidad pese a que era una pregunta retorica

-um… Misakamon… creo que aunque ya sea agente, tienes que hacerle la prueba de ingreso… bueno, tu eres la capitana y te podrías negar a tenerla en casa- su teoría tenía su sentido, pero… eso implicaría hablar con ella y sus respuestas ya podía imaginármelas, por lo que solo me cruce de brazos y cerré mis ojos pensando si hacerle la prueba o no

-desayunoooo…- canturrea mientras flota a mi alrededor como si ya hubiera olvidado su hambre

Al marcharme me percato de la ira impuesta en mi persona de parte de la niña, sus digimon la sujetan evitando así que me atacara – (¿Será idiota? Prefiero mil veces matar a que me maten, es la ley de la guerra, todo se vale y el fin justifica los medios) – sigo mi camino sin prestarle atención a su rabieta de niña mimada. Tengo mis propios problemas ya, además de que no tengo por que lidiar con los de ella; no es mi amiga, no la conozco, no es mi “hermana de armas” y mucho menos mi salvadora… solo cumplía órdenes al venir aquí, solo satisfacía su propio orgullo y con su propio criterio se dispuso a ayudarme – (Nadie pidió tu ayuda… nadie-)

…………………..

A los medicamentos les toma su tiempo hacer efecto, el cual es más bajo de lo normal. El doctor me observa con miedo y pánico a tales grados que cuando dirijo mis orbes oculares a él, tiembla. Natural, aunque yo le vea como un padre el me ve como un arma monstruosa que solo desea erradicar a sus presas sin importarme acabar con los que interfieran de cualquier forma en mi camino. Suspiro pesadamente – (Tiene razón en verme así y temerme, pero… aun duele) Doctor, ¿Por qué no regresa con el resto del equipo? Por mi parte regresare a vigilar junto a la agente que D.A.T.S. envió para salvarnos – fuerzo una sonrisa que pinta ser apacible para demostrarle que ya me encuentro “bien” mentalmente – Parece ser menor que yo, pero tiene 2 digimon acompañantes por lo que supone ser un buen apoyo – me fuerzo a hablar cándidamente. No espero una respuesta suya y regreso a la zona de carga.

A medida que avanzo soy capaz de escuchar lo que conversan, no presto particular atención pues solo eh venido para huir de los sentimientos del doctor; puede que aquí, quedándome en un punto diferente al del trio surrealista este tranquila y teóricamente no estaré completamente sola. Cuando estoy por abrir la puerta para entrar a la zona de carga escucho al Guilmon tomar la palabra, mencionado una prueba y que la niña es la capitana – (¿Prueba? Capitana ¿Ella?

Me estremezco cuando la puerta se abre de golpe y los 3 volteamos a ver el porqué, resulta ser la chica peliblanca que regresa no sé porque. Por las cosas que dice nos escuchó mientras hablábamos -tch…  tendré que decirle a Guilmon que no diga que soy la capitana…- pienso fulminando con la mirada a la recién presentada Alisa

-¿te llamas Alisamon?- le pregunta curioso Guilmon -veras Alisamon, ayer sucedió algo muy chistoso, cuando nos dijeron que te mandarían con nosotros y nos dieron tu pantalla de estado a los 3 nos dio sueño leerla, y bueno,  como a todos parece molestarles que sepamos tan siquiera sus nombres…- se rasca la oreja -pues no lo leímos ni un poquito- se encoje de hombros como si hubiera dicho algo irremediable mientras Hagurumon la observa fijamente

-….- escucho en silencio lo demás que dice mirándola despectivamente, vamos, por mucho que en Rusia se manejen por rangos militares nosotros no y todo lo que dice lo hace de tal forma que me deja en claro que son solo palabras vacías -….- suelto un profundo y largo suspiro rascándome la nuca, ni me molesto en enderezarme -yo soy Misaka Mikoto, y bueno… ya escuchaste que soy la capitana y dejándotelo en claro soy la capitana de toda la rama japonesa- le restó importancia a mis palabras igual que ella a las suyas

-yo soy Guilmon- alza su brazo derecho feliz -y el es Hagurumon, es un poquito silencioso y no muy sociable así que no te preocupes si solo te mira- explica aun contento, realmente es el único que parece no darse cuenta que esto es por lejos el test de admisión más forzado por ambas partes que hemos hecho

-bien, primera pregunta… ¿para ti que es el bien y el mal…?- en lugar de levantarme o sentarme de forma más formal me recuesto de costado mirándola despectivamente aun

– (¿Alisamon? ¿Se dio cuenta que soy una Bio Hybrida) – reconozco que eso me tomo desprevenida, vale, los Guilmon tienen sentidos parecidos a los de un raptor pero no era posible que reconociera mi olor a nivel hormonal y supiera que poseo ADN digimon en mi interior – (Ridículo reptil sub-desarrollado) – recordé que ya había agregado “Mon” al nombre de su Tamer, era posible que fuera por la vida agregándole esa monosílaba al nombre de lo que conociera recientemente – (No debería esperar mucho de la Tamer si sus digimon alcanzan este grado de “Inteligencia”) – no le devuelvo la mirada despectiva, en su lugar prefiero seguir con una mirada esquiva. Las probabilidades de que consiga atrapar a mi presa principal aumentaban considerablemente de permanecer en esta organización y más aún si me dirigía a la base principal de la misma.

Una vez realiza la primer pregunta de su “Prueba de admisión” se recuesta tranquilamente en el suelo metálico del avión; le miro con rabia al tiempo aprieto mis puños – (Tienen que estar bromeando, ¿Esa niña tiene el más alto rango?) – respiro profundamente para “Tragarme” mi rabia y controlarme; choco mi mirada con la suya y le respondo – ¿El bien y el mal? ¡Hmpf! Son solo palabras que las personas se crearon para darle sentido a lo correcto eh incorrecto; pienso que tal cosa no existe, para mi puede estar bien lo que hice con los Pipismon de momentos atrás al anteponer mi propia seguridad y la de este trozo de metal volador junto a sus pasajeros; es claro que para ti estuve mal en mi toma de decisiones – peino mi cabello una vez más – Todo se limita al criterio del que juzga los actos ajenos; a mi parecer nadie es un santo pero tampoco un demonio. Bastaría con buscar a quienes piensen como una y así se pierden los remordimientos de conciencia por tus actos pues ese grupo te dice que lo que está bien lo que haces independientemente de la opinión de los que involucres en tus actos – me encojo de hombros – Para acabar pronto, da igual lo que yo considere bien y mal, llegara un tercero que difiera de mi opinión y vea las cosas al revés; esas cosas suelen ser muy personales – una media sonrisa se dibuja en mi rostro – ¿Para ti que es el bien y el mal, capitana Misaka? – cuestioné tajante, no sentía un interés particular en su respuesta. Honestamente hablando, aunque ella fuera la capitana las probabilidades de que nos viéramos muy seguido las caras eran muy reducidas, pese a eso tenía que tener una idea por banal que fuera de ella además de que esperaba que actuara tan déspota y displicente con todos y todo.

-…- aprieto los dientes y tamborileo con mis dedos mi cintura -maldición, esto me está volviendo loca… y para colmo, aparte de como usó al Pipismon no me ha dado otra razón para poder denegar su acceso a DATS de Japón- pienso mientras responde a mi pregunta, aun la miro despectivamente -aunque quizás deba de darle un par de puntos por originalidad y valor, ella sola contra 10 digimon… puede ser que atrapo a ese Pipismon para que los otros la fijasen como un blanco y no buscaran a los demás… ¡ah! joder, estoy pensando demás de nuevo- pienso para terminar sentándome, con el cambio de mi ángulo distingo un brillo en sus mejillas -hey…- estoy por preguntarle si está llorando pero ella me interrumpe con una escueta pregunta sobre si tengo más cosas raras para preguntarle a lo que yo la miro enojada -¿tanto le desagrada lucir débil?- pienso para después reincorporarme de golpe y camino hasta donde esta ella sin despegar mis ojos de los suyos tratando de ver si los tiene rojos o así, aunque como desvía por completo la mirada no me queda de otra que terminar por plantarme frente a ella. Es más alta que yo, y no solo en estatura es más “grande” que yo… -¡no es momento para fijarte en tus complejos!- pienso frustrada y desesperada pero me mantengo seria por fuera

-….- y como siempre mi plan no llega más que al punto actual de quedarme frente a ella mirándola fijamente con una mueca seria… tengo que empezar a planear mejor las cosas, o al menos hacer lo que Ada me dijo cuándo la reclute -¿qué ocurre? ¿Por qué lloras?- le pregunto aligerando mi tono tanto como puedo y poniendo una de mis manos sobre su hombro para que se sienta apoyada y en confianza -hmm… ¿Por qué tengo la impresión de que leí en alguna parte que poner la mano en el hombro de alguien más significa lo contrario…?- deje esa pregunta en mis pensamientos auto respondiéndome con un “le preguntare a Ada o a Saya un día de estos”

Se encuentra casi por completo ajena a lo que recito estando solo acostada en el suelo como una vagabunda sin interés en nada más que en sí misma, permaneciendo aun tumbada como si hablar conmigo supondría una gran presión y carga en su pequeño cuerpo. Repentinamente se endereza de tal forma que se mantiene en el suelo sentada – (Maldita sea, se dio cuenta) – pienso frustrada y alterada cuando la niña opta por levantarse plenamente y se aproxima a mí, plantándose en mi frente sin decir nada un instante, en el cual yo aprovecho para continuar con la mirada esquiva que eh consignado todo el tiempo tratando de recuperar mi cabeza fría – (Puede que solo quiera imponer su autoridad) – trago en seco y ella opta por pasar de largo mi cuestionamiento sarcástico y tras un nuevo silencio opta por realizar un cuestionamiento cliché y ridículo. Estoy por responderle tajante pero por el contrario, apenas sentir su tacto en mi hombro reacciono en reflejo arrojando un puñetazo a su barbilla pues un sin número de flashes con borrosas imágenes que preferiría borrar se chocan unas con otras en mi mete. Esas imágenes son el reflejo de mi pasado tormentoso – No vuelvas a tocarme… – ladro retrocediendo unos pasos respirando profundamente y con una mirada férrea arraigada en mis ojos – ¡…! Q-quiero decir… – reacciono ante lo que hice mirado incrédula mi mano con un nudo en mi garganta – (¿Qué mierda me pasa ahora…?)

Apenas pongo mi mano en su hombro y ella reacciona como una loca dándome un golpe, lo gracioso fue que pude ver como se me acercaba lentamente pero no hice nada solo me quede como estúpida abriendo los ojos como platos, teniendo como resultado recibir el golpe que consigue tumbarme -si quieres que me quede en el suelo, solo tienes que decirlo…- logro decir entre balbuceos y media mareada -okay… es una bio, por eso no tiene compañero digimon- pienso reincorporadme poco a poco, me rio un poco sobándome la mejilla -caray… hacía tiempo que no sentía un golpe como este, se siente diferente que cuando siento el dolor de Guilmon cuando le pegan- sacudo mi ropa y luego le sonrió -no te preocupes, estoy bien; por el digivice que tengo estoy acostumbrada al dolor- me vuelvo a acercar a ella pero esta vez evito tocarla -si necesitas desahogarte podemos pelear un poco entre tú y yo- le sugiero aun sonriente; la verdad su golpe me aclaro las ideas -tengo la idea de que podríamos conocernos mejor tras una pelea… ninguna de las 2 estamos de ánimos de hablar, ¿no?-

Esta niña era por demás rara, inclusive sobrepasaba mis actuales cambios de humor repentinos, de estar enojada y prácticamente irradiar su odio hacia mi ahora se reía como cualquier niña bromeando con sus amigas – (¿Pero qué le pasa?) – su proposición de pelear me toma desprevenida – Loca – respondo con los ojos completamente abiertos con esa única palabra que dictaminaba sencillamente lo que pensaba de ella evitando insultarla cruelmente – Si deseas sufrir lo mismo que aquellos Pipismon, adelante; pero eh de advertirte que soy una Bio hybrida – vuelvo a apretar mi puño mostrándoselo y de este emana digisoul – El golpe que acabas de recibir fue un simple reflejo… si combatimos no creas que me contendré por el simple hecho de que seas capitana… – respiro como una fiera apunto de arrojarse sobre su presa – ¿Usaras este combate como entrenamiento para aprender a usar esto? – sugiero analítica al ver a través de sus posibles dobles intenciones con este repentino desafío – (Los humanos solo buscan una forma de auto-beneficiarse y auto-complacerse… este duelo, es solo para tu propio beneficio) – le fulmino con la mirada, para acobardarla y recapacite en su estúpido intento de conseguir sacar algo de mi disfrazándolo en una ayuda… ayuda que yo no le eh solicitado en ningún maldito momento.

-¿loca? ¿yo?- me señalo incrédula, para después echarme a reír -sep, estoy loca, para que negarlo- me encojo de hombros y me rasco la nuca -me lo imagine... es raro ver a un elegido que pelee como tu…- respondo a su advertencia -no te preocupes puedes atacarme con todo lo que tengas- camino hacia atrás sin borrar mi sonrisa -mira… no eres la única que puede usar el digi soul- Cierro los ojos y me concentro, pongo mi mano frente a mí y la cierro. Recuerdo lo que me dijo Sasuke, aclarando mis sentimientos y pensamientos dejando de lado todo y solo concentrándome en sacar esa energía. Una vez consigo un poco en la palma de mi mano abro los ojos y se lo enseño -¿ves?- suspiro y deshago la energía -igual no usare el digisoul, como ya te dije esta pelea será solo para entendernos, ¿vale?- saco mi terminal y en ella guardo a Guilmon y a Hagurumon para que no ataquen a la chica y después me pongo en una guardia parecida a la básica de karate -tienes los stats de un rockie, ¿no? siente libre de atacar con lo que tengas-

– ¡Hmpf! (¿Por qué no me sorprende?) – una sonrisa mínima se dibuja en mis labios – (Esto es ridículo… marcare la diferencia que hay entre ambas de una buena vez) – su demostración de empleo de Digisoul no me sorprende, su conocimiento de cómo aplicarlo es casi nulo, no debe de tener mucho tiempo de haber aprendido a usarlo y eso me da una ventaja además de que al ser una niña elegida y por como peleo momentos atrás solo ha de saber apoyar a sus digimon en la retaguardia, su conocimiento práctico de combate a de limitarse a observar – (Ella misma ya lo dijo, esta acostumbra al dolor físico obtenido de una batalla… no debo de escatimar fuerza preocupándome por su bienestar) – su postura era de las clásicas artes marciales asiáticas, no debería de preocuparme mucho pues esas formas de defensa buscan ataques directos y formas rápidas de acabar al contrincante – (Un combate para conocernos, y emplea esa guardia ¿Intenta decirme que es de las que acaban rápido las cosas? La juzgaría en el punto de precipitada, de no ser que está esperando a que también me ponga en guardia… tch… nunca me había puesto a analizar de esta forma, solo pienso en la forma más efectiva de ganar) – inhalo aire y fijo mis ojos en los suyos – (Estatura, complexión, peso… soy superior en esos puntos, pero… ¿Y la experiencia?) – deslizó mi pie derecho a la lateral buscando una apertura, su estúpida sonrisa me saca de quicio… lo suficiente como para llevarme a desplazarme rápidamente hacia ella con el puño derecho el cual aún emana energía roja martillado para soltarlo al momento de tenerla cerca lo cual es una finta para lo que realmente deseo hacer. Me impulsaría para dar una voltereta en el aire y con la pierna que tenga detrás soltar una patada en el aire en su cabeza.

Le toma su tiempo decidirse, pero una vez esta lista arremete contra mí, apenas dándome tiempo de pensar en qué hacer. Es un puñetazo seguro, podría esquivarlo -¿eh?- de repente salta y gira de atrás hacia adelante. Automáticamente sentí como si fuera Guilmon y como si fuera el gire sobre mi misma doblándome siguiendo la ruta de su pierna… el problema es que yo no tengo cola por lo que el contra ataque de Guilmon el cual termina con un coletazo circular se queda como un esquive y ya -…- chasqueo la lengua retrocediendo mientras trastabille casi perdiendo el equilibrio -eso fue genial- digo emocionada aun manteniendo mi guardia en alto y recuperando el equilibrio -continuemos- nuevamente esperaría a que ella me atacase, que quede claro, no le tenía miedo a ella, no quería lastimarla ya que se suponía que tenía la equivalencia de fuerza de un cambio de modo… aunque nunca hemos hecho esa etapa Guilmon y yo… pero el Dorumon de Sasuke reconoció que yo era muy fuerte…

Logra esquivar mi patada girando a la par que yo agachando la parte superior de su cuerpo, pienso que me dará una aptada también giratoria aprovechando que no puedo cambiar la ruta de mi “vuelo”, en su lugar solo levanta sus caderas. Aterrice de costado y rodé para evitar algún ataque sorpresa que pudiese usar por mí por completo abierta mi guardia – (¿Asimilo los ataques de su raptor?) – pienso mientras me reincorporo – (Interesante, pudo reproducir un ataque por una única asimilación visual… D-ark… ese digivice se está volviendo más problemático a cada momento…) – no puedo ocultar el asombro que me producía su comentario; más increíble era que ella había hecho algo que muchos nunca pudieron, esquivo lo in-bloqueable con un esquive producido por asimilación ocular… casi osmosis – ¿De verdad una niña como tu es la capitana? – resople con espesor – ¿Cómo te sorprende esa patada? – aprieto los músculos frustrada – (Apenas empecé…) – no le doy tiempo a responder, al final no ha bajado su guardia. Doy dos pasos rápidos largos para volver a cerrar distancias y hago nuevamente una patada giratoria; en una posición semi-agachada apoye una mano en el suelo mientras giro 180°  lancé la pierna opuesta al segundo paso manteniéndola recta en un movimiento circular y ascendente, repitiendo la patada con la otra pierna una segunda vez. Posiblemente lograría esquivarme de una forma solo salida de un digimon, por lo cual apenas terminara la segunda patada la embestiría con el hombro soltando todo mi peso en ella; de conseguirlo la inmobilizaria apoyando mí brazo en su cuello.

-seh… es una historia muy graciosa a decir verdad…- desvió un poco la mirada cuando me pregunta si de verdad era la capitán -si, me sorprendió esa patada, no es como-- -  no puedo terminar de responderle pues se precipita de nuevo contra mí como si nada más le importase. Pienso que me embestirá por que se agacha un poco, pero no, vuelve a hacer una de esas extrañas patadas suyas en las que empieza desde abajo pero su pierna se alza hasta mi cara y solo puedo retroceder torpemente porque de verdad que no me dio tiempo de pensar en qué hacer en su contra. Tras una segunda patada creo tener al fin una apertura, pero no pues se lanza con todas las intenciones de tlaquearme con su hombro; lo que hago es con un giro lateral de corredor futboll americano quitarme de su camino y luego me lancé detrás de ella para abrazarla por la cintura

Lo que hace ahora no es un reflejo de combate, sino de supervivencia retrocediendo como puede a mi ataque – (Entiendo, solo fue suerte…) – pienso en los segundos antes arrojarme a embestirla; consiguió esquivarme girando en el último segundo, aterrizo en 3 extremidades para continuar con el ataque. Me detengo en seco cuando ella consigue rodear mi cintura con sus brazos, no hago nada esperando a que haga algo aparte de solo abrazarme – … – trago en seco regulando mi respiración; pasan algunos segundos más pero no ocurre nada. Opto por enderezarme mirando al frete, palmeo su brazo con la yema de mis dedos para captar su atención – Capitana… es verdaderamente ingenua si cree que bastara con abrazarme de esta forma para detenerme… – aconsejo en un tono frio – No alcanzo a entender que desea descubrir en este “enfrentamiento” – peino mi cabello con la mano – Solo ha demostrado que tiene “suerte” y que es ingenua, o lo suficiente como para creer que con este mundano agarre me detendré… – dirijo mis orbes cían a la pequeña niña mirándola a través del rabillo del ojo y por sobre mi hombro al girar ligeramente la cabeza hacia atrás.

Consigo agarrarla de su cintura y me pego a ella tanto como puedo pensando “que no me arroje” repetidamente, recuerdo que cuando Guilmon hace este agarre tiende a arrojar en el aire al oponente y escupirle una “Fire Granede” o su “Air Fire Ball” pero por 3 razones no lo hago, la primera, dudo poder levantar a esta chica y aún más poder arrojarla al aire, segunda, aunque lo consiga como ya le eh dicho infinidad de veces a Guilmon yo no arrojo fuego por la boca y tercera… no busco lastimarla, quiero saber que tan lejos llega en un combate… aunque ya demostró no tener compasión contra los digimon… si al menos a mí no me manda a volar o me aplasta o algo así, comprobare que solo la trae contra los digimon y aunque también es un problema, podre asignarle misiones de salvamento de personas y no solo mandarla contra digimon que no quieran regresar al digimundo. Pasa el tiempo y no hace nada, más que reincorporarse, tras eso me palmea suavemente el brazo y me dice ingenua -me va a arrojar- pienso con un dejo de miedo, pero por fortuna no lo hace, dice un par de cosas más y espero a que termine de hablar para responderle -pero aun así te detuviste- afirmo sonriente soltándola y alejándome de ella -dejémoslo aquí por hoy, ¿vale?- me deje caer en el suelo de sentón

– (”Pero aun así te detuviste”) – sus palabras resuenan infinidad de veces en mi cabeza mientras una gota de sudor frio recorre mi rostro – (Caí completamente en su trampa… tch…) ¡Hmpf! Vamos, ¿Qué gano siguiendo con el jueguito? – encogiéndome de hombros acentuó la resignación de mis palabras – ¿Llego a una conclusión, Capitana? – dando una media vuelta quedo frente a la niña, aun así no la veo directamente – Dejándoselo en claro Capitana, los humanos no me importan en nada; soy solo un arma más contra los Digimon y como tal siéntase libre de ordenarme ir contra ellos sin importar su nivel o número, iré en su contra sin chistar o solicitar información que no se la estrictamente necesaria – enrizo un mechón de mi cabello con los dedos – ¿Alguna otra duda? – le cuestiono tajantemente. Titubeo mentalmente si preguntarme o no, el hecho de que ya se acostumbró a mi tono tajante o a mis silencios y miradas o si simplemente las brinca olímpicamente para continuar con su por demás extraño y poco común cuestionario de admisión – (Pero que niña tan mas rara… ha de estar sumida completamente en su mundo… ¿Color de rosa…? No, podrá aparentar ahora estar feliz y emocionada, mas sin embargo sus ojos son como los míos… Uzhas…)

-…- me enoja un poco que le diga “jueguito” a nuestro combate, aunque por desgracia tiene razón, ella fue en un principio con buenas patadas y todo pero yo solo tontee aferrándome a la idea de que no puede ser tan sádica -…- me cruzo de brazos aun sentada mirándola mientras habla -sí, aún tengo dudas… y aunque digas que no te importan los humanos no me lo creo… pudiste huir a través de un portal pero te quedaste y a tu manera protegiste el avión…- explico reincorporándome de golpe -la siguiente pregunta es obvia… ¿Por qué te desagradan tanto los digimon?- intente no usar la palabra “odio” pues cabía la posibilidad de que no fuera realmente eso… o como siempre trato de encontrarle el lado bueno y justificable a todo el mundo

– … – hacía mucho tiempo desde que alguien me preguntaba eso, siete palabras que al conjugarlas todas en una sola pregunta se volvían una bomba que muchos daban por obvia su respuesta y por tanto evitaban hacerla. Que llegase esta niña y la realizará me enmudeció por completo, por mi primera vez extrañaba que se dieran por hecho algunas respuestas como lo es la de esta pregunta. Pasaban los segundos y permanecía en silencio con la mirada gélida que es tan característica en mí que me gano el apodo de “La dama de hielo”, mis orbes cian permanecían clavados en sus orbes de color marrón claro. Infinidad de respuestas y explicaciones cruzaron mi pensar, pero ¿Por qué tenía de darle explicaciones a esta cría?

Emano gruñido prácticamente gutural seguido de un suspiro espeso y cargado de diversas emociones; no tiene caso o lógica volver a enojarme con esta niña… no conseguiré nada bueno de seguir sus cambios de humor como si fuera manejada por el son y compas impuestos por su música – Esa pregunta se responde fácil… pero pese a eso, primero déjame hacerle una pregunta, capitana… – poso una de mis manos en mi cadera y la otra la extiendo a ella – ¿Por qué motivo te hiciste agente? – el único sentimiento reflejado en mi rostro y voz, era seriedad neta. No la que se obtiene por la ira, tampoco por la tristeza y menos por la decepción, era simple y llana seriedad.

Y de nuevo se puso con sus silencios y miraditas pesadas, se la conteste por mero orgullo. Tras ver en primer plano los ojos que tenía Guilmon al volverse Megidramon ya ninguna mirada me podía impactar. Se tomó su tiempo para soltar algo que no podía llamársele respuesta concisa sino esquiva -¿¡hah!? si es tan obvia la respuesta dila sin rodeos- me rasco la nuca y escucho su pregunta -te lo estaba explicando hace rato- la señalo acusadoramente -… bien… te explicaba el cómo me volví capitana- caí en cuenta de eso y por lo mismo deje de señalarla -y entre a DATS, pues… porque…- lo pensé un poco, casi sintiéndome de nuevo en la escuela cuando te hacían esos test de aptitud y planteamiento del futuro donde te preguntaban que querías ser de adulto y tus razones -proteger…- dudo un poco al decir eso -sí, para proteger a los demás junto a Guilmon, y ahora también junto a Hagurumon- explico ahora con más confianza -ahora, responde mi pregunta-

– ¿Proteger? – extrañeza fue lo que reflejo mi rostro – ¡Oh vamos! Búscate una excusa mejor y no  tan trillada – ahogo la carcajada atascada en mi garganta con despotismo – Proteger a otros es cosa de quien puede hacerlo – le miro con superioridad, es solo una niña con suerte y nada más que eso – Ignoro que habrás visto en mi durante ese “encuentro” pero lo que yo vi en ti, fue el fruto de la inexperiencia y el deseo maximizado de creer que todos son buenos… honestamente dudo que sobrevivas a una verdadera pelea; ya puedo imaginarte creyendo que con amabilidad y camarería puedes hacer cualquier cosa.. – opte por el silencio de unos segundos antes de continuar – En una verdadera pelea no tienes tiempo para nada que no sea matar o morir, estar consiente de debes de hacer cualquier cosa para sobrevivir. Hasta que no tengas claro eso, no serás capaz de proteger ni tu propia y miserable vida – cruce mis brazos frente a mí; no toleraba en lo más mínimo a los incrédulos como ella y que fuese mi superior solo empeoraba las cosas – ¿Quieres saber por qué soy agente? Simple, añoro acabar con un digimon, y si es necesario primero acabar con todos los demás o quien se cruce en mi camino, lo hare – acentúe la dureza y entereza de mis palabras dando un desplante el cual resonó en toda la zona de carga.

-…- chasquee la lengua y aunque estaba en un principio enojada por sus palabras, cuando termino de hablar solté una carcajada -cielos, nunca ningún agente se había atrevido a decirme mis verdades en la cara… todos simplemente me seguían el juego- explico entre risas y sujetándome el estómago, había terminado recostada de espaldas en el suelo riéndome fuertemente -sí que eres única Alisa- recomponiéndome de la risa que sufrí me vuelvo a sentar -aun así no me respondiste la pregunta… quieres venganza contra un digimon… ¿pero qué fue lo que te hizo para que lo quieras matar? no te ofendas… pero aun sin ser una elegida te aferras tanto a la idea de la venganza que te volviste una bio… sí que odias a ese digimon- digo ya un poco más seria, pero con algunos rastros del ataque de risa -no sé si desconfiar en ella o no, es tan jodidamente franca… estoy segura que ella me diría en la cara “te traicionare” sin rodeos con su miradita fría y seria- pienso aun divertida

Suspiro con derrota, fue ridículo de mi parte creer que le acabaría atacando a su orgullo y necedad no le afecto ni un céntimo, muy por el contrario; pareciera que le han cantado el chiste más gracioso de la historia – (Bueno, eso tiene su sentido, ha confesado que se encuentra completamente loca. Su ataque actual de risa lo refleja perfectamente) – dejo que se descojone con gusto y sin miramiento esperándola pacientemente. No alcanzaba a entender las razones que me llevaron a ese acto de solventación solo pudiendo estar segura que me agradaba su risa, eh olvidado cuando fue la última vez que alguien se reía con tanta libertad y frescura por lo menos en mi presencia. Su acto apenas tubo duración y retomo el tema anterior haciéndome entender que realmente no había leído ni un poco mi perfil, siquiera darle un vistazo por encima. Respiraría profundamente para controlar mis encarnizados sentimientos y deseos de propinarle un golpe en el rostro para así quitarle un poco de la ingenuidad que cargaba optando al final por liberar el aire contenido fuerte mente en mis pulmones lentamente en algo más tenue que un suspiro.

– No es una larga historia el origen de mi repudio a los digimon salvajes, y la razón por la que termine justo aquí y ahora frente a usted, Capitana – hago una pausa, recordando aquel terrible día, evitando perder la calma y el control, no había pasado el suficiente tiempo como para atreverme a tomar otra ronda de los medicamentos psicotrópicos que mantenían a raya el trauma – Hace casi 10 años atrás cuando era una niña mimada y sin preocupación, un digimon apareció y devoró a mis padres eventualmente llegaron agentes de D.A.T.S. a acabar con él pero no pudieron y escapo. El digimon era una variante de un Saber Leomon – la explicación que eh dado es corta y concisa, evitando alargarla demasiado y explicando con esas pocas palabras el motivo de mi odio acérrimo dirigido principalmente a ese digimon león en particular.

-hmm…- me rasco la nuca y cierro los ojos pensando -¿sabes? mi historia es algo parecida a la tuya… tan solo que fue mi Guilmon el que mordisqueo a mi padre y traumatizo a mi madre- explico alzando un dedo -obviamente no fue siendo Guilmon como tal… es difícil de explicar pues él es un digimon nacido de un videojuego… pero la vez que jugué por última vez nos salió como enemigo un Arkadimon, no tenía cartas y el mugre se había robado todos mis ítem y pues… lo termine evolucionando mal y se volvió un Megidramon, el Arkadimon huyo y no sé por qué, pero la cabeza de Megidramon salió de la computadora casi se come a mi padre y mi madre quedo traumada por verlo- explique tranquila como si fuera lo más normal del mundo

El silencio se apodera de mí y únicamente soy capaz de escucharla atónita – Espere… ¿Qué…? – consigo articular inmersa en un trance de incredulidad tratando de descifrar sus palabras de la mejor manera posible y evitar pensar que estaba escuchando mal – ¿Está diciendo que su propio digimon acompañante ataco a sus padres…? – formulo con estupor aun tratando de comprender lo que dice. Mis padres eran lo más importante que tuve siempre y por mi deseo de jugar ellos murieron, únicamente fui capaz de observar cobardemente como los devoraba aquel monstruo digital – Me está bromeando, ¿Cierto? Una cruel, pésima y de muy mal gusto broma improvisada – retrocedo por instinto un paso respirando profundamente sintiendo una desrealización; ya sabía que esta niña era rara, me había quedado claro momentos atrás… pero esto era ridículo…

-como escuchas, Guilmon siendo Megalo Growlmon peleo contra un Arkadimon íbamos perdiendo me desespere y se volvió un Megidramon… vamos, no es tan difícil de entender- me enderece cuando vi su reacción llena de pánico -hey, tranquila… cada quien juzga según las limitaciones de su cerebro- digo acercándome a ella, recordé entonces como reacciono cuando le toque el hombro -mejor que me empuje a que se caiga o algo- pienso tomándola de la mano -yo decidí seguir mi camino junto a Guilmon y honestamente en un principio eso fue porque no quería estar sola, la verdad es esa… si tu decidiste lidiar con la soledad apuntando a la venganza soy la última persona apta para decirte lo contrario o ponerme a doctrinarte en que hacer- guardo silencio un momento -sé que ya te hiciste una idea de mi… pero, no importa que te ocurra, si necesitas ayuda puedes contar conmigo, ¿vale?- le sonreí sinceramente

Comienza a hablar de nuevo, pero solo escucho sonidos distorsionados como si estuviéramos bajo el agua, el mareo que siento se máxima a tal grado que estoy a punto de colapsar consiguiendo únicamente mantenerme de pie gracias al medicamento que eh ingerido antes de regresar a esta parte del aparato volado; cuando sujeta mi mano me toma desprevenida pero no la suelto y por el contrario a esa acción me apoyo un poco en ella. Consigo descifrar sus últimas palabras – ¡Hmpf! Con el poco tiempo que llevo de conocerte me basta para saber qué vas por la vida diciéndole lo mismo a todos – me sentiré fatal, es verdad, pero aún tengo suficiente sentido común como para poder dar por sentado las estupideces que dice no son más que eso, solo estupideces de alguien con complejo de superman y ansiosa por no andar sola con un caníbal raptor con retraso mental y el retraído engranaje volador – Lo siento, pero no tienes lo que estoy buscando; aunque me entrenaron para “nunca decir de esta agua no beberé” – suelto tajante mirándola despectivamente – (Es seguro que soy como un numero para ella, una cifra más en su entramado de intentar proteger y salvar a todos… pero es agradable que alguien tome mi mano sin miedo…)

Mi ceja se contrae un poco, ¿qué no puede ser más honesta consigo misma? -¿si no quieres ser mi amiga porque sigues sujetando mi mano?- inflo un poco las mejillas y le devuelvo la mirada despectiva -en fin, lo que sea… ya tengo suficiente de esto- como ya se le veía bien, solté la mano de la peli blanca y me lleve las manos detrás de la nuca. Por suerte me llega un comunicado de la base de Japón que me evita meterme en un silencio incómodo con la chica frente a mi como la principal culpable

Aparentemente ya estábamos por llegar al espacio aéreo japonés, pero había un problema y ese era que se había detectado la apertura de un portal en la zona costera de Japón, no había salido ningún digimon aun pero el portal seguía allí. Suspire cansada, y antes de que pudiera decidir que hacer un ruido seco se escuchó en la parte alta del avión y seguido durante la llamada con la base se me informo que era un digimon lo que era obvio pues no caen cosas en aviones en pleno vuelo; cerré la comunicación después de decir “yo me encargo” -Alisa, transporta a todos los pasajeros directo a la base- saque a Hagurumon de la terminal el cual despertó con pereza -Hagurumon se encargara de pilotear el avión asique asegúrate de llevarte también al piloto y al copiloto- saque a Guilmon que también estaba somnoliento; el engrane no espero respuesta de la peliblanca y se adelantó a la cabina del piloto, el reptil pareció entender la situación -no te ofendas pero a menos que puedas volar, sería mejor que te quedaras haya- de las cartas que tengo aparto las que otorgan alas

– ¿Estás diciendo que de no ser tu amiga no soy merecedora de tu amabilidad? – refuto a su comentario, pero la niña pone fin a esta especie de juego de egos – (¿Qué estoy haciendo? – miro mi mano en búsqueda de una respuesta, el último en tomar mi mano con tal tranquilidad y seguridad había sido mi padre – (Fantástico Alisa, bajaste mucho tu guardia con esta niña) ¡Tch! – chasqueo la lengua, y observo a la niña la cual sostiene una conversación con lo que parece ser la base de D.A.T.S. Japon. Se debate en dar una respuesta siendo interrumpida por un ruido seco en la parte superior del avión lo que ocasiona turbulencia.

Reviso en la terminal si se trata de un digimon y resulta ser así, uno salido de la nada. Demuestra su entereza como capitana articulando ordenes en las cuales encarga que me lleve a los pasajeros incluidos al piloto y al copiloto – ¡¿Q-…?! – cierro mi mano derecha en un puño y la aprieto respirando como fiera, por ahora no puedo hacer más que seguir sus órdenes tragándome mi orgullo por completo– Entendido – me cuadro ante ella antes de salir corriendo a la sala de pasajero, nuevamente no me extraña no divisar a nadie y avanzo a la siguiente, por aquí ya paso el Hagurumon de la niña y todos me observan extrañados; comienzan a venirse sobre mí con una lluvia de preguntas sobre qué está pasando, porque un digimon anda suelto en el avión y que fue el ruido – Les pediré a todos que se calmen, abrire un portal por el cual desalojaran el avión – corto de tajo sus dudas con esas pocas palabras, parecen comprender de que va la situación y para mi buena suerte asimilan rápido mi petición reuniéndose todos en el centro del área donde estamos. Con terminal en mano tecleo las coordenadas a la base japonesa y abro el portal de tal forma que con el mismo movimiento del avión, al ser el portal un punto estático en el espacio pareciera que es arrastrado hacia las personas cuando en realidad es en inversa lo que realmente ocurre. Cierro el portal antes de que me trague a su paso.

Corro hasta la cabina de pilotaje; allí el piloto y el copiloto es desconcertados por la presencia del engrane antes de que también me agobien con preguntas les explico brevemente que se tienen que retirar y no mediando más explicación abro un nuevo portal el cual es cruzado prontamente por los 2 sujetos y lo cierro. La terminal manda una señal, la cual es la presencia de otro ser digital abriéndose paso rápidamente por el cielo y parece que tiene como objetivo el avión – (No pienso retirarme y dejarte todo a ti sola, niña… para tu desgracia aun no cubro mi cupo – corriendo recorro el avión de punta a punta hasta llegar nuevamente a la zona de carga – Capitana, le guste o no… me quedare hasta el final – dogmatizo con entereza al pisar la zona de carga – ¿Cuáles son las ordenes?

-Hagurumon, ¿ya tienes el control de la nave?- con una de las funciones del d-ark puedo ver lo mismo que el engrane y comunicarme con el sin problemas -¿Qué ocurre porque parpadeas tanto?- pregunto extrañada, es raro en el que parpadee y más aún que lo haga tan seguido -em… solo tienes que dispararle un par de tus engranes negros y tendrás el control del avión- le explico sacada de onda

-lo sé…- su mirada se dirige al piloto que parece no querer soltar los controles del avión -no… esperar…- en su voz se aprecia un dejo de enojo y hace su ataque característico el cual consiste en arrojar engranes de su rostro -lárguense… o también… los controlare…- dictamina enojado y justo en ese momento llega la peli blanca y tras unas palabras consigue que ambos se vayan

-Hagurumon asegúrate de mantener esta cosa en vuelo- ordeno sonriente -Guilmon, es nuestro turno ahora- cierro la pantalla holográfica del d-ark

-¡oki!- responde contento, pero su alegría no dura mucho pues repentinamente se pone alerta mirando hacia la compuerta trasera -Misakamon…- junto a su enojo se despliega la señal de la terminal y a los pocos momentos la del d-ark

-maldición… parece que Alisa es un imán de digimon- me rasco la nuca displicente -hacia mucho que no nos atacaban tan seguido… ¿listo Guilmon?-r=#ff0000]-¡si!-

En eso llego de sorpresa la peli blanca consiguiendo de nueva cuenta asustarnos -creí que se había ido…- pensé con el corazón acelerado tratando de fingir tanto Guilmon como yo estar serios por completo. Sonrió al escuchar las palabras de Alisa -¡ja! como si lo que yo diga te fuera a detener- la señalo aun sonriendo confiada -solo son 3 y espero que no las desobedezcas nunca. No mueras. Si estas a punto de morir, escapa. Escóndete. Ataca cuando se presente la oportunidad de la forma que sea necesaria- fui enumerando con los dedos de la mano cada una

-pero son 4, Misakamon- dice señalando mi mano a lo que yo solo me encojo de hombros aun sonriente

-Alisa, te encargaras del que está en el techo; Guilmon y yo iremos contra el que vuela como condenado- señalo el techo y automáticamente se abre la compuerta a la zona de carga -toma- le arrojo un comunicador de DATS, y luego Guilmon y yo saltamos del avión juntos, deslizo la carta para evolucionar a Guilmon el Growlmon y seguido activo las alas blancas siendo atrapada por el dinosaurio rojo el cual vuela para interceptar al digimon volador. Apenas nos vamos una araña gigante cruza la compuerta entrando al avión

http://wikimon.net/Dokugumon
http://wikimon.net/Silphymon

Atrapo el aparato que me arroja; un comunicador inalámbrico es lo que resulta ser – (Incluso en esta situación busca hacer bromas… sí que está hecha una total idiota) ¡Hmpf! Siga sus propias ordenes, capitana – alcanzo a decir antes de que salte del avión junto a su raptor – (Parece muy temeraria… o que añora la muerte) ¿Dokugumon? – dicho digimon arácnido ingresa al avión movilizándose precariamente vigilándome con sus varios pares de ojos – Esto será un problema… – retrocedo con forme se desplaza el arácnido a través de la zona de carga – (¡Tch! Superioridad en tamaño, fuerza, movilidad… me saca ventaja en todo…) – me coloco el aparato comunicador en la oreja izquierda activándolo – Capitana, hay un pequeño problema aquí; no me refiero a la araña en sí – di un salto hacia atrás debido a que el arácnido escupió una especie de bala constituida de telarañas, la cual más bien diría que fue como una advertencia y no un ataque directo – Vera, no me fue suministrado ningún ADN antes ni durante el traslado; un combate contra un digimon con las características de Dokugumon me supone no solo un mayor esfuerzo, a su vez las probabilidades de que le derrote son mínimas – aun manteniéndome en movimiento atenta a los del arácnido; es lo único que podía hacer, momentáneamente en un contiguo movimiento a su alrededor y evitar agredirle pintaba como la mejor opción – (De todos los digimon que pudieron aparecer tenía que ser una maldita araña… su repudiable movilidad se ve magnificada por el entorno. Dependiendo de la respuesta de la Capitana será como actué… aunque por muchas advertencias que realice dudo que se quiera regresar por las buenas al digital world)

No volamos mucho antes de que nos topáramos con el digimon volador que resultó ser un Silphymon, por suerte este al vernos se frenó en seco -¡Salgan de mi camino!- ordeno enojado -en ese avión va alguien a quien no podre perdonar-

-¿eh? Pero allí ya solo están Hagurumon, Alisamon y Dokugumon- responde confundido -estoy seguro que Hagurumon no te ah hecho nada, y Alisamon…- lo piensa un poco -tampoco creo que haya sido ella, pues te hubiera matado de a una- afirma sonriente -así que… ¿la arañita te hizo algo?-

En eso me llego una llamada de la nueva -¿problema? ¿de que tipo?- escucho atenta lo que me dice para terminar soltando un profundo suspiro rascándome la nuca -lo que me faltaba- pienso desanimada -intenta hablar con Dokugumon, y si no se va por las buenas ingéniatelas para tirarla por un portal- me vuelvo a rascar la nuca -vamos, te enfrentaste a 10 pipismon sola, ¿y una sola araña te es un problema? No me hagas reir- tras decir eso cerré la comunicación

Mientras hablaba con la oji azul, Growlmon continuaba hablando con Silphymon -vamos, puedes decirnos que te hizo. Somos los que ayudan a quien lo necesite-

-deja de hablar y simplemente quítate de mi camino, reptil sub normal- ordena aún más enojado que antes

-oye… estamos tratando de ser amables contigo… sería mejor que volvieras al digimundo antes de que las cosas se pongan feas- no me preocupe mucho por estar tan tranquilamente en el aire pues había una gran nube debajo de nosotros, aprovechándome de eso abro un portal frente al digimon -no hemos tenido una “linda mañana” y no estoy de humor como para pelear contra un vengador… se bueno y vete…-

-puedo llegar a mi etapa mega, y luego al modo carmesí… por si quieres quedarte a pelear contra alguien seria contra mi- se señala a si mismo sonriente; con la última carta que obtuve, la roja podría evolucionarlo a él o a Hagurumon a la etapa mega sin tener que funcionarme con ellos

–  Me atreví a combatir con ellos debido a que-- – me vi interrumpida por el repentino cierre de la comunicación – ¡Tch! (Deme un respiro… ¿Persuadir a un digimon de que se marche campantemente al digimundo en una situación como esta? Me tiene que estar bromeando… Capitana, apenas toquemos suelo le tumbare de una sola vez todas esas ideas que se carga en mente) – el enojo y rencor en mi interior dirigidos a la niña solo se ven eclipsados por la frialdad que siempre caracteriza mi rostro además de la seriedad que intentaba mantener por el enemigo aquí presente – (Pero que fácil la tienen los elegidos… no como los que como yo buscan obtener las cosas por la fuerza…) ¿Por qué las advertencias? Si vas a atacar hazlo de una vez – comienzo a provocarle, de sus ataques ninguno es a corta distancia con lo cual si consigo que me ataque a distancia podría generarse una apertura en la cual colarme y atacarle directamente – Hey araña; tienes 2 opciones: La primera, te vas por un portal tranquilamente o te aplasto como el remedo de insecto sobre alimentado que eres e igualmente te mando a través de un portal – enciendo el digisoul en mis dos puños maximizando mi advertencia con sagacidad en mi mirar – ¿Qué escoges?

El arácnido digital medita mi propuesta movilizándose astutamente por el techo, le sigo a una distancia prudente como si sostuviéramos una danza en la que medimos quien dará el primer paso en un ataque; al parecer no soy la única que buscara una apertura en el ataque enemigo – ¿Qué ocurre? No me digas que solo eres capaz de disparar advertencias (¿Podría ser incapaz de hablar y lo que busca es algún tipo de comunicación?) – analizo los acontecimientos hasta ahora, poniéndome en riesgo apropósito dirijo mis orbes a la tela araña que disparo en un principio – ¿Tienes tanto miedo que no puedes ni hablar? – apenas suscite dichas palabras el arácnido reacciono de forma afirmativa a mi pregunta, moviendo su cabeza de arriba a abajo en un solo movimiento conciso y directo – ¡Hmpf! – sonrió sádicamente y levanto los hombros – Debí pedir al volador y no resignarme con el conversador – mascullo para mi volviendo a ver al arácnido ser de datos – Lastima por ti, no me caracterizo por ayudar y menos a digimon – el  digital reacciono automáticamente retrocediendo siendo presa de su sentido de supervivencia a lo que sonreí con sadismo – ¿Qué ocurre? ¿Tienes miedo a morir? – instintivamente volvió a retroceder, ante esto relaje mi postura enderezándome – Es solo una broma, sí quisiera matarte no llevaríamos esta ridícula conversación – expongo aquella lógica con un ademan de mi mano derecha – De ser por mi abriría un portal para que regresaras sin mayor problema, el problema es que aún no se me ha dado un rango con el cual se me autorice a decidir en este tipo de situaciones; tendrás que esperar a la capitana- – le explico tratando de sonar lo más afable que se me permite en esta situación – (¿Debería de comunicárselo a la capitana? No, seguramente se encuentre enfrascada en un combate y por eso cerro la comunicación previamente.. ¡Tch! Toca esperar )

-mejor dejen de fanfarronear y quítense de mi camino ¡me vengare de ese Dokugumon!- ladra y a cada segundo se le puede ver mas enojado

Suspiro deslizando otra carta en el digivice, la cual es Aereo Wing, equipándole unas nuevas alas a Growlmon antes de que las 6 luminosas desaparezcan -¿de verdad crees que nos tragaremos ese cuento?- le pregunto con un dejo de fastidio -¿desde cuándo un champion puede representar un problema para un perfect?-

-si eres yo quizás- responde alegre -pero necesitaras equipamientos y powers up, ¿los tiene la arañita?- pregunta curioso, podrá parecer ególatra y estúpido su comentario, pero tiene razón, vamos ¿desde cuándo un champion puede darle problemas a un ultímate que además vuela?

-…- chasquea su lengua preparándose para atacar -¡esto no tiene nada que ver con ustedes!- ladra

-en el digimundo no sería nuestro problema hasta cierto punto… pero aquí, en el mundo humano es otra historia… todo lo que tenga que ver con ustedes los digimon es mi problema totalmente- le muestro la placa de DATS -tuviste la mala suerte de toparte con la capitana de la rama japonesa, y ya estamos en espacio aéreo japonés…-

-sí que tienes mala suerte je, je- se rasca la nuca -si nos explicas que tienes en su contra los podremos ayudar a solucionar las cosas- le dice tranquilo y aun sonriente, pero el águila antropomorfa no parece muy de acuerdo que digamos

-oye Alisa, envía a la araña pero ya de regreso al digimundo, no se cuanto podamos entretener a este tipo- le murmuro rápidamente a la peliblanca a través del comunicador

Observándonos mutuamente en lados opuestos de la zona de carga, dejando en claro que no confiamos en la contraparte presente, como si estuviéramos esperando a un mínimo movimiento brusco de índole agresiva listas para contrarrestarlo y acabar con la agresión y con futuras más, el ambiente se cierne pesado y una mezcla de agresivo-pasivo reina. El silencio acompañado del intercambio perpetuo de miradas se ve cortado de tajo cuando el sonido de apertura del comunicador se presenta haciendo que tanto el digimon como yo nos dé un espamiento total el cual se disimula perfectamente por ambas partes envolviéndonos en la seriedad del momento; agradezco profundamente que no haya nadie que pueda ver esto y termine por burlarse. El comunicado es simple y escueto – Capitana, hay un fallo en su maquinación de órdenes. Si envió de regreso a Dokugumon, y usted al digimon que le persigue se repetirá la historia – espero un momento para escuchar su respuesta anticipándome a su reacción – En algún momento se encontraran nuevamente y uno de los dos morira – cierro repentinamente la comunicación al igual que ella hizo, para abrirla nuevamente a los pocos segundos – Simplemente mate al digimon al que trata de contener; puedo aseverar que Dokugumon se encuentra huyendo del mismo, ignoro las razones debido a que es incapaz de comunicarse verbalmente. Es todo – nuevamente cerré la comunicación sin esperar respuesta.

La “boca” del insecto digital se torció aún más reflejando miedo por su existencia, reconozco que de estar en su situación me encontraría con las mismas emociones, ese sentimiento de simpatía me orillo a efectuar algo que creía imposible… inclusive más haya de mostrar dicha simpatía por un digimon, opte por tranquilizarle con palabras – ¿Aun temes por tu… vida? Pero que buena broma – rio por lo bajo unos segundos – La loca niña que se arrojó del avión junto a su digimon sin temor alguno no solo es temeraria en esos aspectos, ten por seguro que tiene la suficiente fuerza como para enfrentar al que te persigue tan incansablemente – no hace falta aclarar que la comunicación no es mi virtud, y mucho menos cuando se trata de esclarecer el corazón de los que tanto odio, pero esas palabras socarronas son suficientes para tranquilizar suficiente al arácnido – (D.A.T.S. de Japón, estas consiguiendo que cambio muchos aspectos de mi mente… ¿Serán acaso solo el comienzo? Bien, con que pueda erradicar al asesino de mis padres lo demás viene importándome una mierda, inclusive yo misma. Cambiar para ajustarme a un nuevo entorno es lo que hice después de aquel día, otro cambio más dudo que haga alguna diferencia real o masiva)

Escucho atenta lo que dice la peliblanca a través del comunicador, quedándome boquiabierta y tras un silencio de ambas me dice que tarde o temprano se encontraran cortando la comunicación no tarda en abrirla de nuevo y me dice que mate al digimon dejándome aún más sin palabras

-¿una explicación? ¡ja!- nos señala -vamos, aun con una elegida tú también debiste de pelear muchas veces, y en cada pelea absorbiste la data de a quienes mataste- canturrea como si hubiera dicho la verdad del mundo

-nope- responde sonriendo como un gatito -ni en el videojuego del que vengo, absorbí datos- agrega aun sonriente

-todos los digimon a los que hemos derrotado, hasta al punto de matarlos… los dejamos volverse digihuevos… no somos unos santos, vale, pero al menos nos queda el consuelo de que volverán a nacer- afirmo decidida pero aun con la idea de Alisa rebotando en mi mente

-si claro, eso es solo una excusa por que igual matan… pues es lo que hacemos los digimon, matar para subir de nivel y ese Dokugumon en mi presa- grita moviendo sus brazos de forma circular alrededor suyo -¡top gun!- dice disparando una esfera de energía roja de sus manos y Growlmon respondió automáticamente escupiendo una de sus “exhaust flame” chocando ambos ataques creando una explosión

-¿estas bien, Misakamon?- pregunta cubriéndose con sus brazos para que la onda de choque no me mande a volar

-algo asi…- le respondo sujetándome de los pelos en su nuca -será mejor que acabemos con esto rápido- pienso apretando los dientes -Megalo Growlmon será visto por todos y de suerte la nube aun nos cubre… Dukemon…- saco la tarjeta roja que apenas ayer me dieron -aun no confió en mi misma lo suficiente para fusionarme con Growlmon… y como ya vi que las evoluciones ajenas a la matrix vuelven a Guilmon un Dukemon…- pienso mientras paso saliva y pongo la carta roja en el lector del digivice y tras un segundo de pensármelo un poco más la deslizo de una sola vez y el cuerpo de Growlmon es cubierto por una gran luz cegadora…

Como la niña no me respondió nada y no buscó reformar la conversación supuse que tendría alguna idea o plan en mente, aunque claro, tenía la suficiente suspicacia como para deducir que se debatía en la idea de matar o no al digimon con el que se enfrentaba – (Me pregunto si alguna vez ha acabado con alguno, y de ser el caso ¿Qué la orillo a hacerlo?) – medito al tiempo de aun mantener la discusión silenciosa y de mediciones con el arácnido digital. Estoy por orar alguna cosa que raya en lo hilarante en búsqueda de un cambio de atmosfera cuando un brillo capta mi atención estábamos lo suficientemente lejos ya como para que no pudiera escuchar el ruido detonante de una explosión pero lo que es seguro es que es originada por eso mismo, una explosión. Miro expectante el lugar hacia donde se dirigió la niña y su compañero y es el mismo en donde se distinguió el brillo de la explosión – (¿Consiguió al fin la entereza suficiente para combatir?) – devuelvo mi atención al arácnido el cual también observaba el sitio del encuentro – Parece ser que muy pronto no tendrás que preocuparte por ser perseguido; felicidades – el sarcasmo en mi voz era tan notorio que cualquiera lo notaria, pero esta araña pareció verlo como una declaración de su pronta seguridad – (¡Hmpf! Confiar tan ciegamente en alguien… ¿Qué tan bien se sentirá eso?) – peino mi cabello dejando en segundo plano mis pensamientos, no quiero sentir además de simpatía, envidia de un digimon. Súbitamente una luz mayor surge del mismo punto que el anterior, logro identificarla como la luz de la evolución debido a que es parecida a la que envolvió al digimon de la niña al subir a la etapa Champion antes de partir. No obstante esta es diferente de alguna manera – (¿Etapa Perfect…? No, es diferente… ¡¿Etapa Mega?!) – maravilla más estupefacción se aglomeran en mi rostro, suponía que ella la tenía, mas nunca imagine verla con mis propios ojos y menos al poco tiempo de ser trasladada – (¿Se enfrenta a algo tan fuerte? Sin olvidar mencionar que su dispositivo permite una fusión entre el usuario y el compañero. Teniendo en cuenta la información que se me fue inculcada priorice que sería una luz diferente a esta. ¿Qué está ocurriendo?) – algo en mi me implora e inclusive obliga a mantenerme expectante, aun a la larga distancia que hemos conseguido aventajar. Al perder levemente el equilibrio y la leve sensación de ingravidez es que me percato que el avión esta descendiendo y conjunto a ello las puertas de la zona de carga se van cerrando lentamente obstruyendo la ya de por si limitada vista de aquel encuentro que pintaba ser por demás interesante.

Tuve que cerrar los ojos por lo cegadora que fue la luz que cubrió a Growlmon, escuche el sonido de una tela agitándose al viento, y por eso los abrí de golpe -…- Dukemon miraba fijamente al águila antropomorfa -Silphymon, puedo entender un poco que busques con hacerte con un poder mayor, pero no puedo permitir que caces a digimon que son más débiles que tú, esas victorias no tienen ningún sentido- le señala con su lanza -si no te arrepientes ahora acabare por completo contigo-

-wow… la vez que Carlos lo evoluciono se mantuvo siendo Guilmon… pero ahora sí parece un caballero- pensé hasta que note su mirada algo nerviosa -¿está fingiendo?- pienso incrédula -no es lo mismo enfrentarte a alguien de nivel superior a ti, ¿verdad?- baje la mirada al digivice, para saber que veía Hagurumon por suerte ya estaba aterrizando y solo teníamos que seguir con esto un poco mas

-Silphymon, se te abrirá un portal por el cual cruzaras prometiendo que no volverás a atacar a los que son más débiles que tu- le señala con su lanza y yo abro un portal junto al águila antropomórfica -tú decides Silphymon, te quedas a pelear contra el gran Dukemon, o te retiras-

El águila humanoide no se lo pensó mucho y se marchó rápidamente cruzando el portal el cual cerré inmediatamente -um… Alisa, ya nos encargamos del Silphymon… pero no lo matamos- me reí nerviosa mientras le decía eso a través del comunicador a la peliblanca, sabía que me regañaría o algo así -em… ¿qué tal si envías de regreso a la araña? otro día te doy un paseo por la base, no te preocupes por Hagurumon, el aterrizara el avión y un auto te llevara a la base y tal… em… ¡luego hablamos!- tras eso cerré la comunicación y suspire

-hey hey, Misakamon, tengo sueño y hambre ¿ya podemos regresar?-

-sep, ya vámonos…- digo abriendo un portal por el cual cruzamos, luego de aterrizar el avión, abriría otro para Hagurumon; un auto estaría esperando a la peliblanca, así que todo terminaría “bien”

– ¡¿Q-qué?! – alcanzo a responder al fugas mensaje de la capitana, dirigiendo mis orbes por completo abiertos a la araña digital la cual tiene justo la misma expresión de sorpresa que yo. Resoplo con espesor apretando la mandíbula y escribiendo coordenadas cualquiera al digital world en la terminal. Apenas aterrizamos la terminal registra la apertura de otro portal, en la cabina de pilotaje, realmente está huyendo esa niña, tanto ella como sus digimon. Me controlo para no estallar y abro un portal para la araña cual lo cruza inmediatamente al ver mi estado de contención de ira.

Desabordo el avión, y como dijo la niña un auto de la organización ya está a la espera de mí, un par de sujetos mal encarados me indican que aborde lo cual hago aun conteniéndome deseando con todo mi ser, darle una buena “Platica” a la capitana y su forma tan descuidada de llevar las cosas, no importa como lo vea… en verdad me exaspera por completo. Y es así como un viaje que suponía ser tranquilo, termina convirtiéndose en un monologo de salvamento extraño y de muchas formas estúpido.