conociendo a una salvadora

-¿hmm?- me quede dudosa viendo en donde habíamos llegado, era el mundo humano, eso era seguro, pero como era la primera vez que usaba la terminal tan rápidamente me sorprendí al ver el lugar en el que habíamos llegado. Reaccione al escuchar las preguntas del chico, recordé que no me había detenido ni a presentarme, extraño de mi parte, ese tipo de cosas maleducadas, correspondían mas a Mikoto y no a mi -disculpa, no me eh presentado, me llamo Shokuhou, Shokuhou Misaki... y con ayuda de mi terminal de batalla, es fácil entrar y salir del digimundo- explique mientras le mostraba mi terminal de batalla, la cual parecía cualquier teléfono móvil de pantalla touchscreen

-¿y tu como te llamas?- pregunte curiosa sonriendo abiertamente como era usual en mi -¿este pequeño es tu compañero?-

-bien... la verdad, solo se lo que mi hermano mayor me a explicado, pero la verdad, es que el no es muy bueno explicando las cosas- dije mientras me sentaba en una de las bancas de la estación

En mi mente trataba de organizar lo mejor posible las respuestas a las preguntas de Killua. Después de unos segundos solté un suspiro -Killua-san, te saque del digimundo para así evitar que tu y tu Dodomon se infectaran con el virus que esta atacando, te recomiendo que finjas que tu digimon es... otra cosa- con la mirada recorrí la estación de tren, para nuestra fortuna, las pocas personas que había, no nos prestaban atención alguna -y si, todos los digimon, tengan o no un compañero humano, pueden digievolucionar, mi pequeña Elyzium, actualmente puede llegar a la etapa Champion- dije tranquilamente sin borrar mi clásica sonrisa

Una pequeña niña de cabellos dorados de no más de 8 años apareció en medio de aquella estación de trenes. A pesar de que no era un ser humano tenía la forma del mismo y pasaba desapercibido entre el resto de los muchos turistas o simples habitantes que estaban en aquella estación. La niña tenía un vestido de color azul y unos ojos de color rojo y no azul como podría haberse imaginado cualquier persona normal pero de todos modos no llamaba la atención del público. La niña, la cual tenía en la mano izquierda una bolsa de malvaviscos, caminó hacia aquellos 2 tamers, enfocándose en tirarle de la camisa a Killua para llamar su atención - Nee, disculpe señor... ¿Dónde ha conseguido ese peluche? - Soltó la bolsa de malvaviscos y abrazó al Dodomon sonriendo como si fuese una niña inocente y aquel peluche le hubiese llamado la atención por su ternura.

Reconocí fácilmente a Alice, y si ella estaba aquí, no habría duda que Alec también estaría en las cercanías... -¡Alice!!- sin mas la abrace, sin importarme estar armando un escandalo -¡hacía mucho tiempo que no te veía!- le retire de las manos a Dodomon para que de esta forma pudiera abrazarla mejor -no deberías agarrar las cosas de los demás- le devolví a Killua su Dodomon, y después volví a abrazar a Alice -de cualquier forma ¿Qué haces aquí? no me digas que Alec te deja pasear por allí como si nada... o acaso será, que ahora le dio por ser un espía, y te mando para tener un pretexto de flasharnos los ojos y borrarnos la memoria o alguna locura como esa- dije a manera de broma, pero como dice el dicho "entre broma y broma la verdad se asoma"

-que mal, queria sentirme acosada...- masculle con desgano acopañando esas palabras con un suspiro para despues literalmente cargar a Alice sin dejar de abrazarla -(ya se va a poner a reclutar gente...)- fue lo primero que pensé al escuchar a la niña digimon pronunciar "dats" pero bueno, no dije nada mas, pues no queria que me volvieran a lamparear los ojos... despues de todo, se tenia que mantener en secreto a la organicacion secreta que era Dats

En aquella forma dominada por el poder de la amistad, el digimon con forma de niña pequeña adquiría algunos rasgos psicológicos similares a los del muchacho que era su támer. El destino había hecho que se encontrasen aquellas palabras con aquella "persona" en ese momento. Gozó cada letra, cada movimiento de sus cuerdas vocales mientras armonizaba un canto celestial - ¿Acosada? Solo te espió mientras dormías 3 veces - comentó con una voz crítica al mismo tiempo que conservaba su dulzura original, como si le hablase a un peluche que se había portado mal en su historia. 

 La niña dejó que la rubia la cargase y se colocó sobre su espalda poniendo sus piernas por los hombros ajenos  y quedando recargado su cuerpo sobre la cabeza de la D-Cyber - Estoy muy alto... - Ignoró por unos segundos la pregunta hecha por Killua, estaba buscando palabras para responderla pero simplemente dijo aquellas para tratar de ganar tiempo - Los de DATS son los buenos, como Alec oni-chan. Combaten contra digimons que hayan pasado a este mundo y los mandan nuevamente a su hogar - esas palabras, dichas por tal inocente criatura, no causarían controversia. Los personajes que pasaban al lado de los 3 apenas prestarían atención a las palabras delirantes de una pequeña niña que estaba imaginando cosas como todas. - Dime Kilua-dono y Misaki nee-san... ¿Qué creen que es el bien y que creen que es el mal? Y... ¿Cuál se adjudicarían, la bondad o la justicia? - hechas estas 2 preguntas la niña recargó su mentón sobre la cabeza de la muchacha rubia y esperó las respuestas.

Solté una leve risa al escuchar las palabras de la pequeña niña digimon, quizás ambos estábamos hablando enserió, o ambos estábamos bromeando con lo de ser "acosada"

leelo bajo tu propio riesgo:

-em... resumiendo, cada quien tiene su propio significado y opinión de las palabras que mencionaste Alice-chan, y la verdad no sabría decirte a cual me inclino yo, pues, mi raciocinio y conciencia de los mundos a mi alrededor no es tan grande como para permitirme definirme por una sola...- termine mi fantástico discurso de profesora universitaria alzando mi mano derecha con un ademan de victoria y una gran sonrisa estúpida pintada en mi rostro

Alice escuchó a Killua hablar bastante aburrida, casi llegando a dormirse sobre Misaki aunque sin llegar a hacerlo completamente. Cuando fue el turno de hablar de la D-Cyber Alice utilizó todas sus habilidades de agarre para evitar se lanzado al suelo por tantos movimientos de la cabeza ajena pero terminó durmiéndose completamente. Al terminar de hablar, al momento del "resumen", la niña terminó cayéndose de Misaki y golpeó contra el suelo pero de todos modos siguió dormida por el gran efecto somnífero que tuvo el ataque enemigo - zzzzz -

Cuando sentí que Alice literalmente se resbalaba de mi cuello hombros, intente agarrar sus piernas para evitar la caída, aun así mi reacción no fue lo suficientemente rápida para evitar su colapso al suelo; me di la vuelta rápidamente y la cargue en mis brazos-¿pero que dicen? Alice es la niña mas tierna y linda del mundo- afirme con un dejo de indignación -¿en donde estará Alec-san? aun que por fortuna a Alice ese tipo de golpes no le afectan... Alec-san debería de estar mas al pendiente de este linda pequeñita- suspire enojada

Se me vinieron a la mente varias hipótesis del paradero exacto de Alec; ya podía imaginármelo bebiendo tranquilamente una chocolatada en alguna cafetería alegre y despreocupadamente como había mencionado Alice momentos atrás. Esa ultima visualización imaginaria se vio interrumpida, cuando se me figuro ver una de las como orejas de conejo caídas que adornaban el gorro de la campera del chico pelinegro y oji-azul detrás de un anuncio; aun que de seguro eran solo imaginaciones mías -am...- que quede sin palabras momentáneamente -Killua-san, deberíamos ir en búsqueda de Alec-san....- sugerí dudosa, sin quitar la mirada del anuncio...

- Tsk... ¿Qué está pasando con el digivice ahora?... - preguntó Alec a pesar de que ya sabía lo que estaba ocurriendo. Su digivice con forma de celular mantenía en la pantalla una gran cantidad de "Z"s, un símbolo universal conocido desde la creación misma de la humanidad. Dicho símbolo no cubría toda la pantalla por si solo sino que habían gran cantidad de estos a lo largo del Digivice del muchacho de ojos cyan. En el espacio donde normalmente se encontraba el digimon había solo un espacio en blanco el cual no era tocado por las Zs que cubrían el resto de la pantalla. Aquel miembro de DATS tomó un sorbo de su chocolatada marcándosele un bigote falso de chocolate. 

 - ¿Crees que esté bien? - preguntó aquel pequeño niño rubio con gorra preocupado por la salud de aquel digimon disfrazado como humana. Por su parte el muchacho de las orejas en la capucha sonrió un poco y soltó una pequeña risa tapándose la misma con la mano izquierda para que no se notase demasiado -  Claro que está bien, ¿Llevarán a Alice hacia nosotros  o crees que le harán algo? - preguntó finalmente a su compañero el cual se limitó a abrazar una de las orejas de la cabeza de Alec y luego temblar un poco. Cuando logró reincorporarse lo siguiente que dijo fue lo esperado - Tengo miedo... No dejes que le hagan nada malo Alec Oni-chan... - Alec simplemente dio otro trago de su chocolate caliente y sonrió un poco - Dios, yo que tu me preocuparía por ellos - fue lo que finalmente dijo el D-Cyber antes de observar hacia la entrada del bar. Todavía no sabían cuanto tardarían en entrar al lugar ni si realmente irían a hacerlo pero eso podía arreglarse fácilmente - Mmm... ¿Quieres guiarlos hacia aquí? - rehusó moviendo su cabeza en el típico gesto de negación. No podía culparlo, posiblemente tendría un poco de miedo por aquellos desconocidos. 

 Mientras tanto los celulares y televisores cerca de Alice dejarían de funcionar y algunas pequeñas chispas saldrían de la cabeza de la niña.

Estuve caminado junto a Killua y Alice en mi brazos un par de minutos, hacia la única cafetería que conocía en aquel sitio, tenia la esperanza de que Alec se encontrara en ella; cuando de repente de la cabeza de Alice salieron chispas, la electricidad que irradiaba fue suficiente como para encresparme el cabello, y deshabilitar los aparatos eléctricos a nuestro alrededor

-....- balbucee cosas sin sentido ante la pregunta de Killua, ciertamente Alice no era una "niña normal" -(de repente me sentí en Pinocho...)- pensé soltando un suspiro; para después simplemente dejar de decir tonterías y llegar hasta la cafetería

Al entrar peine el interior con la mirada, y pude ver fácilmente a Alec, con esa vestimenta resaltaba a la vista... o quizás la razón de mi fácil reconocimiento hacia el era otra... ¿Quién sabe?

Me dirigi con Alice aun en mis brazos hacia la mesa en la que se ubicaba el d-cyber, el cual estaba acompañado por un niño rubio -tiempo sin vernos, Alec-san- le dedique una de mis clásicas sonrisas al adolecente para después dirigir mi mirada al pequeño niño -y un gusto conocerte, peque... me llamo Shokuhou, Misaki Shokuhou- después de presentarme devolví mi atención al chico de cabello negro -em... Alice esta... ¡dormida!- divagué al principio para después afirmar segura la situación actual de la pequeña niña digimon

El Alec con el cual se encontraron no era el verdadero Alec, era un Alec mejorado, un Alec mucho más poderoso, incluso su aura podía notarse en aquella situación en la cual se determinaría la vida o la muerte de aquellos personajes. Este Alec era peligroso, era un Alec magnánimo, potente, cuya única comparación real que podría establecerse era con los viejos dioses de antaño. Si, ese Alec tenía... un bigote falso. 

 Tal como podía esperarse ambos personajes entraron hacia el único bar mínimamente decente que había por aquella zona en el cual se encontraban tanto Alec como el pequeño niño rubio. Cuando Misaka saludó a Alec el rostro de este no pudo verse completamente ya que la capucha hacía un cierto juego de sombras que hacía imposible distinguir los rasgos del muchacho, excepto claro sus ojos cyan - No conozco al tal Alec de cual hablas, yo soy Cosme Fulanito -  Se sacó la capucha dejando ver el bigote falso en el instante preciso en el cual dijo esas palabras. El niño del tatuaje debajo del ojo izquierdo vio que no tenía la posibilidad de ocultarse así que se quedó en un estado de tartamudeo incontrolable por unos puros nervios, la palabra que intentó decir podía deducirse que era un - Hola - aunque seguido a esto se armó de valor para decir una frase completa - No soy un peque -  

 Antes de que Misaki pudiese presentarles a Alice la visión de ambos se volvió hacia Killua, el verdadero ser que les interesaba por su potencial desconocido. Lucemon fue el que dijo las palabras que debía de decir cualquier persona normal - Hola... - - Buenas tardes - emm... humano de nombre desconocido, en unos segndos tendré todo conocimiento sobre ti así que... ¿Alice ya te dijo de unirte a DATS? - En ese momento el D-Cyber masculino volteó a ver a Alice quien yacía durmiendo en los brazos de Misaki. A pesar de que se la podía definir como tierna era todo menos eso, para despertarla Alec utilizó un método muy pero muy poco ortodoxo, la tasa con chocolate caliente aún tenía bastante de este dentro al igual que la de su digimon. Agarró a Alice y la dejó sobre su mesa. En una acción puramente civilizada y sincronizada, tanto Alec como el niño de cabello rubio sostuvieron su taza de chocolate caliente sobre Alice y giraron en 60° sus muñecas. El contenido de las tazas por la fuerza de gravedad bajó hacia Alice no solo manchándola sino que posiblemente causándole quemaduras de tercer grado y un daño irreparable en la psiquis. 

 Aquel digimon con forma de mujer finalmente despertó ante eso, abrió sus ojos y miró como estaba cubierta de chocolate para luego lamer su vestido y sus brazos - Oh por dios... sepo muy rico... nadie me coma, soy solo mía -

Me quede sin palabras al ver el "magnifico" disfraz de Alec y aún más al escuchar su supuesto nombre, momento que aprovecho para quitarme a la niña digimon de los brazos, después de lo ocurrido con las chocolatadas sobre Alice regrese a mis capacidades habituales de razonamiento -como siempre reclutando gente, ¿no, Alec-san?- sujete levemente una punta del bigote falso y sin pensármelo 2 veces, lo arranque del rostro de su poseedor -Alec-san, si ya no quieres hablar conmigo, mejor dímelo... o acaso, ¿este era un nuevo disfraz de ultima tecnología otorgado por Dats?- señale el bigote

Devolví mi mirada a Killua -Killua-san, este hombre, "Cosme Fulanito" es un conocido mío, y no te preocupes, comienzo a creer que su pasatiempo es reclutar tamer a diestra y siniestras- de mis labios se escapó una risilla, la cual cubrí poniendo mi mano levemente enfrente de mi boca -al menos, tu no tuviste que ponerte seguir "pistas" como yo, y hasta ahora no te a puesto a pelear contra el...- recordé mis anécdotas con Alec... -hablando de eso, Alec-san, el chico que estaba peleando conmigo en tu contra, Raven-san, ¿sabes algo de él? Después de lo ocurrido un día en una pelea para encontrar el digispirit de una chica, ya no eh sabido nada de él-

Las palabras de Killua enorgullecieron a aquel Sub-Jefe de DATS quien observó a aquel niño con una mirada en la cual acumulaba tanta seriedad que parecía estar a punto de revelar el punto débil de un enemigo capaz de destruir el mundo a voluntad - Por que eres el elegido... - si, dijo esa frase. Si acaso había un momento mejor para tales palabras entonces ese momento no era conocido por el muchacho de ojos celestes. Los datos de Killua ya habían llegado, el comunicador le vibró en su bolsillo pero no lo sacó de este por puro sentido de la cordialidad. Por su parte el niño de cabellos rubios si lo hizo, agarró el  comunicador en forma de celular de Alec y se puso a hablar por este. El D-Cyber le dio una pequeña carta a Killua en la cual hablaba de la función de DATS, daba un pequeño resumen de que era lo que hacían, como lo hacían y porque lo hacían. Resumiéndolo, devolver a los digimons al digimundo para que la humanidad no se diera cuenta de su presencia y proteger tanto digimons como humanos de digimons malvados y peligrosos. 

 El tiempo en el que Killua leyese la carta sería el mismo que Alec se tomaría para escuchar a Misaki y hablar con ella con respecto a sus diversas dudas. - Sueño con el mundo donde no se pregunte por que alguien tiene un bigote falso ni su origen... - Un sueño, un anhelo, un deseo al igual que el mundo soñado por el hijo de Martín Luther King. Las palabras de aquella mujer rubia lo herían como si fueran dagas clavándose en todo su cuerpo aleatoriamente, sin embargo hacía buen trabajo al ignorarlas, la pregunta sobre el paradero de aquel muchacho con el cual había sido entrenada Misaki lo hizo pensar unos segundos - Agh, ¿Me engañas con él? Nada de "Hola mi querido Alec, si que te he extrañado" sino que preguntas por Raven... - Se agarró el corazón en una forma tan melodramática que si quisiese un rol en una novela mexicana se lo darían fácilmente - ¿Que acaso ya no me amas Misaki García de la Vega Shokuhou? - Si todo su 0 conocimiento sobre telenovelas mexicanas le había dicho algo era que la gente tenía que exagerar con las frases y que no existía nadie que tuviese solo nombre y apellido sino que se los debía de llamar por el nombre, segundo nombre, tercer nombre, apodo, apellido materno y apellido paterno.

Decidí seguir el monologo de Alec, aunque no sabia muy bien como hacerlo, por lo que simplemente termine siguiendo las frases y movimientos exagerados -por lo que mas quieras discúlpame Alexander Cosme Fulanito Josué de la Rosa Ligthwood, amor mío...- me lleve la mano izquierda a la altura del corazón y extendí mi mano derecha a Alec y me arrodillé mirándolo fija y dramáticamente -pero como hace mucho que no veo al joven, Raven Dolphin Kazami del Lago Roca-Luz, me eh preocupado un poco.... además de que ya se que tu, Alexander Cosme Fulanito Josué de la Rosa Ligthwood; me espías al menos una vez al día con tus muchas cámaras de vigilancia excusándote en que es solo por trabajo en Dats, no creí necesario preguntarte como te encontrabas actualmente, pues en mi corazón se que no importa que dificultades afrentes, saldrás victorioso-

Deje en "pausa" un momento la extraña situación entre Alec y yo, para dirigirme a Killua, aun estaba con mi extraña y dramática posición -yo soy miembro, y una conocida mía también; no creo que alguien malo entre, pues... seria contradictorio para si mismo... tener que fingir durante largo tiempo el ayudar a los demás, me imagino que supondrá un gran esfuerzo mental- explique sonriente

Después de aquello regrese al "juego" -además Alexander Cosme Fulanito Josué de la Rosa Ligthwood, tú me dejaste botada después de supuestamente robarme un fugaz beso y borrarme los recuerdos- me levante de golpe y me di media vuelta -¿como esperas que pregunte por tu salud, tanto física como mental?- puse el dorso de mi mano en la frente y dramatice a un mas

Alec se agarró la cabeza, a pesar de que al principio ella había logrado una especie de arte, el constante uso del mismo método de hablar similar a las telenovelas mexicanas había hecho perder la perfección del método - No... no es así... Hablaste demasiado tiempo como telenovela, ahora ya se volvió aburrido. Lo has arruinado - el rostro serio y recriminador del muchacho escudado bajo el nombre de Cosme Fulanito era tal que podía percibirse cierta aura de nihilismo alrededor suyo, sin embargo un cambio de humor repentino tuvo lugar al darse cuenta de las palabras que Misaki había dicho y no tanto el como las había dicho - Eh? Espiarte? Solo aviso, fuera del juego y todo eso, no te espío ni nada por el estilo. Desearía pero estoy demasiado ocupado con temas oficiales de DATS como reclutar gente - en ese momento apuntó a Killua, a quien parecía intentar reclutar. Para el último comentario que hizo aquella D-Cyber el muchacho ni tuvo que pensar la respuesta, le quitó el bigote falso de la mano y dijo - Mi salud mental quedó determinada al momento en el cual apareciste y yo tenía un bigote falso - 

 Para ese entonces el niño de cabellos dorados ya había terminado de hablar por aquel comunicador de DATS y tenía todos los datos correspondientes a aquel muchacho llamado Killua. El niño que había jugado con el comunicador le preguntó a aquel de cabellos blancos - Raro... hace cuanto tienes a ese peluche? - se refería al digimon pero lo había dicho como si fuese un peluche ya que no le gustaba revelar la identidad de los digimons como si nada, especialmente en un lugar público como en el cual se encontraban. La respuesta a la pregunta sobre quien había elegido al chico fue dada por Alice quien dijo sonriendo - Yo lo hice, necesito alguien con quien poder tomar el té - sin embargo Alec fue el que habló para aclarar, hablando de una forma un poco específica - Detectamos una fluctuación en el espacio tiempo provocada por la apertura de un agujero de gusano que conectaba al digimundo con el mundo humano y, existiendo la posibilidad del paso interdimensional de algún digimon se me mandó a investigar. El hecho de que estuvieses en aquella zona al igual que Misaki es una simple coincidencia pero nunca viene demás que haya más gente. Si eres miembro de DATS además se puede revisar que no causes estragos y cosas similares al igual que ayudarte a encubrir su existencia - señaló al digimon de Killua - De todos modos, te lo digo como conocido, si no te quieres unir de todos modos debemos vigilarte para que no te aproveches del poder que se te ha conferido -

-¡hmpf!- me puse digna ante el comentario de Alec, cruzándome de brazos y moviendo los ojos rodándolos por mis cuencas desde la lateral derecha hasta la izquierda como si pensara “¿Quién fue el que empezó todo eso?” pero después suspire, era algo digno en alguien como él, o quizás simplemente no sabía que más agregar al chusco dorama que mal interpretábamos
 
–Alice fue la que dijo que me espiabas Alec-san, por eso lo mencione hace un momento, y como ambos estábamos bromeando, pensé que quedaría bien con el dorama que improvisabamos- explique ya con mi clásica sonrisa sincera –la próxima espero saber mejor como abrir portales con esta cosa- cambie drásticamente de tema, sacudiendo mi terminal de batalla, pues era más que claro que no sabía cómo usar el aparato con aspecto de celular de pantalla touchscreen
Después de lo dicho por Killua, me reí un poco, cubriendo mi boca con mi mano libre –la verdad, prácticamente te arroje en el portal Killua-san, discúlpame por ser tan descortés contigo- agache levemente la cabeza en señal de arrepentimiento –pero, no podía arriesgarme que tú o tu digimon se vieran afectados por el virus… sé que no es excusa, pero espero que me disculpes- dije con un tono serio muy poco común en mi persona –la próxima que salgamos, te invitare un helado, o lo que tú quieras- sonreí para después colgarme del brazo libre del muchacho de cabellos blancos -¿tenemos un trato?- me mantuve sonriente -¡ah! Pero no me dejes botada sin más como cierta persona con bigotes falsos- señale por un segundo con la mirada al muchacho de cabellera negra y ojos azules para después devolver mi mirada al muchacho de cabellera blanca, aun sin borrar mi sonrisa

La explicación de Killua fue la suficiente para que el niño de cabellos dorados entendiese que estaba ocurriendo, por su parte Alec simplemente escuchó  y observó las acciones de aquella dama de cabellos del mismo color que el niño que se encontraba sentado a su lado. Fue inculpado de hechos sobre los cuales no había tenido control pero no podía verse odio en su rostro, simplemente calma - Bueno, ya he completado lo que esperaba - se levantó del asiento dejando un poco de dinero, lo suficiente para pagar sus bebidas. Alice, la cual estaba manchada con chocolate en el vestido, volvió al digivice mientras ninguna de las pocas personas del lugar la veía y quedó esperando a lo siguiente - Killua, mañana a las 7:30 un  auto negro pasará por tu casa y te hará una señal con las luces, súbete y ahí comenzará tu entrenamiento. Ahora los dejo con su cita - terminó de hablar y observó al niño rubio que estaba comenzando a levantarse - Vamos, Lucemon - lo apresuró un poco antes de salir del lugar para ir a hacer más cosas de DATS.