Una búsqueda desesperada

Tras haber cruzado el portal que había creado Ada con su extraño artefacto, llegamos a un sitio desconocido para mí, Dark Area, así le llamo Ada, a este sitio, Agumon vino con Gabumon a este lugar para buscar cosas sobre el virus X, esto se podría poner peligroso para ambos, mire a Ada seriamente – Ada, te agradezco haberme traído aquí, tenemos que buscar a nuestro digimones, antes de que lleguen al virus X, por favor guíame- dije acercándome, estaba realmente apenado por lo que había pasado, si nunca le hubiera metido esas ideas tontas a Agumon de hacernos más fuerte, el estaría conmigo en estos momentos.

-No conozco este lugar, pero se siente una gran energía negativa que sale de este sitio, es como si conociera esta sensación, fue en ese pozo, cuando entrene caí en un pozo de oscuridad, eso fue lo que cambio mis ojos y mi piel, también algo más en mi interior, pero no importa en estos momentos vinimos, por ellos no por una visita turística- comencé a sentir un poco de cansancio, el maldito emblema había absorbido mucha más energía de lo que había pensado, tenía que controlar mi ira, si no en cualquier momento podría volver a descontrolarme y este lugar no parecía el mejor lugar para quedarme inconsciente y mucho menos quería ser una carga.

Parte mi pecho y mi respiración se notaba agitada, me decide de todo el peso que estaba cargando de más de la armadura, cada parte que tiraba hacia un fuerte ruido, demostrando que era una pequeña prisión de acero perfecta para el portador de la ira, era muy pesada y eso me cansaba mucho, al final quede con una camisa negra sin mangas y un pantalón del mismo color con unas botas, era lo más ligero que podía estar –Vamos Ada, tenemos que detener a ese par de idiotas, antes de que se destruyan mutuamente, ¿tienes alguna idea de dónde empezar?, yo te sigo, parece que tienes mucha más experiencia en esto que yo.- dije mirándola, recuperando un poco de energía y listo para seguir adelante.

En cuanto cruzamos el portal, los tonos apagados y la sensación sombría que nos acompaña rápidamente nos alienta a pensar en que efectivamente hemos llegado al Dark Area. Este lugar es de todo menos aburrido y ahora que ambos estamos sin ningún acompañante digimon… podemos imaginar torrentes de diversión como juguetes de algunos de los habitantes de esta maravillosa zona. Observo a Mike para cerciorarme del estado en el que se encuentra, puesto que posiblemente no sea lo anterior, lo único delicado a tener en cuenta. La oscuridad cae y el principal espantapájaros voy a tener que ser yo. Tsk. Pronto veo despojándose de ropa y otros complementos ¿esto es buena o mala señal?

La exposición al virus es un dato que todavía no hemos conseguido averiguar. Tanto Gabumon como yo desconocemos si al tratarse de un programa de datos, esto quiere decir que su latencia en aparecer ante un digimon expuesto es mayor o menos que cualquier otro virus de la red. –le comento con sinceridad. Pues si Gabumon tampoco conoce este dato, será algo que trate de averiguar cuanto antes. Tomo mi dispositivo y busco entre las opciones el programa que me permite localizar el paradero de digimons, así como el de Gabumon.-Tenemos esto a nuestro favor, en nuestra contra…-me giro mientras con la mano le presento vagamente todo lo que nos rodea.-Se encuentran cerca de las cuevas en las que nos reecontramos Yuri y yo tras su regreso. –Saco de mi dispositivo mi moto y le hago una ademan a Mike para que suba.

En ese momento es cuando se abre ante nuestros ojos otro portal y sale de él un Piedmon que se sienta en la parte delantera de mi moto, justo encima de mi rueda.

¿Tenéis idea de lo que les hacen por aquí a dos humanos como vosotros? Dejadme ser vuestra mami.-su risotada resuena como un eco infinito descubriéndose una soberbia desmesurada por parte del digimon.

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En otro lugar del Dark Area dos digimons van caminando hasta las inmediaciones de una cueva en la que un Cerberusmon está guardando celosamente la entrada. El Gabumon habla en primera persona en representación de los dos digimons. Finalmente el digimon con forma de perro gigante aprueba sus palabras entre gruñidos y les deja pasar adentrándose en la cueva…

Harleen le partió la cara la primera vez que nos vimos, no se lo digas… ¿vale? Si no le hubiese dicho eso, no nos habría dejado pasar.-le comenta en bajito a Agumon.

-Tenemos que encontrar a esos idiotas antes que hagan algo de que se puedan arrepentir, nunca poder pagarte lo que haces por mi Ada, juro que un día te regresare este enorme favor, por el momento tenemos que encontrar a Agumon y Gabumon, espero que no sea demasiado tarde para que podamos hacer algo- la mire durante unos segundos y rápidamente di un giro sobre mi propio eje para ver al horizonte y apretar mis puños –Todavía ni siquiera ustedes saben que es el virus X, no podemos arriesgarnos a esto todavía, lo quería hacer después contigo y Yuri, meditarlo, pero parece que Agumon no ha podido comprender eso, quizás tengo algo de culpa yo, siempre hablo de hacernos más fuertes, de buscar alternativas para ganar poder, cualquier cosas para poder avanzar y hacernos más fuerte, yo cause todo esto, y lo resolveré- mi tono de voz se oía algo serio, no podía desconcentrarme en estos momentos.

Con mi mano izquierda apreté un poco el emblema, sentía que quemaba un poco, pareciera que quisiera liberar todo su poder, liberar toda mi ira y destruir todo el lugar sin que quede nada en pie, pero tenía que controlarme no era el momento para perder los estribos, vi que Ada saco su dispositivo, parecía que el suyo era mucho más avanzando que el mío y que algo de ahí nos podría ayudar a encontrar a nuestros digimon prófugos, mis ojos se llenaron de esperanza cuando parecía que los había encontrado, genial no habían ido tan lejos, todavía teníamos oportunidad de alcanzarlos de solucionar esto.

Ada saco su motocicleta y con mi cabeza asenté rápidamente para subir, no había tiempo que perder, cuando estábamos listos para ir por nuestros digimons, un portal se abrió ante nosotros para que saliera un digimon en forma de payaso esto me traía un mal presentimiento, pero si él nos quisiera matar ya lo hubiera hecho, actuaria con cautela –¿Nuestra mami?, necesitamos encontrar a nuestros Digimons, por favor deja seguir con nuestro camino, te juro que un día te recompensare con algo, no quiero pelear con nadie, lo único que me importa es encontrar a mi compañero, por favor comprende eso.- esperaba que mis suplicas llegaran a sus oídos y no se interpusiera en nuestro camino.

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Vi un digimon que estaba vigilando la cueva, pero parecía que Gabumon tenía la situación controlada, lo que me quito un peso de encima, el digimon que custodiaba la entrada nos dejó pasar sin ningún problema

-Harleen, me ah partido la cara en varias ocasiones- respondió Agumon con una pequeña risa ante el continuar su camino, partir de este punto no había marcha atrás.

Es lógico que os preocupéis por vuestros compañeros, si creo que me quedó algo claro, el dinosaurio amarillo estaba lleno de determinación.-la sonrisa del digimon parece estirarse para nosotros hasta que finalmente resopla.-Como sea, os he seguido para evitar que os hagan daño. Ahora no sois más que dulces caramelitos a la puerta de un colegio. Pero tampoco puedo permitir que rompais una promesa entre digimons, humanos. Ese virus es algo que se escapa a vuestra compresión.

Aprieto el acelerador dejando que mi moto responda primero, en mi rostro arrugado se puede sobreentender perfectamente la poca paciencia que gasto en estos momentos. Muerdo mi labio y disparo las revoluciones en un aviso mudo porque Piedmon se aparte de su posición y nos deje continuar con nuestro propósito. Pero poniendo un pie sobre la tierra batida es suficiente para él para que no nos movamos ni una pulgada. Allí fuera hay dos digimons que se están jugando el pellejo porque quieren desafiar a las leyes de la digibiologia.

Escucha payaso, no sé qué relación tienes con nuestros digimons pero sigue tocando a mi bebe y te pego un tiro entre ceja y ceja.-mi voz resuena grave elevándose por el rugir de mi moto.-Nadie necesitaría de una niñera si esos dos entendiesen del riesgo de jugar a ser Dios. Gracias por tu preocupación pero ahora si nos disculpas...

¿Ahora vienen las amenazas?-da palmadas aplaudiendo mientras se ríe sin parar como si le hubiese contado el mejor chiste del mundo. -Si insistis...-se aparta repentinamente de nuestro camino y salimos despedidos hacia delante.

Mi control cesa por su ausencia durante unos segundos por lo que varios metros los recorremos haciendo el caballito con la moto. Suelto un alarido algo histérico mientras escucho la risa de Piedmon que se va perdiendo en la distancia. Agarro el manillar con seguridad mientras echo el peso hacia la parte delantera de la moto. El vehículo finalmente se vence hacia delante recuperando el control. ¿De verdad quiere cuidarnos y no se estaba riendo de nosotros? Porque juraría que de repetir una de estas no lo contamos.

Varios minutos después el paisaje comienza a volverse mucho mas abrupto, lleno de salientes rocosos que entran y salen de la tierra peligrosamente. Ajusto bien la visera para no perderme detalle de cada uno de los espinados pétreos que amenazan con estropear a mi bebe y causarnos un accidente. El camino se va volviendo más angosto, señal de que nos estamos acercando a la zona de las cuevas.

Pase lo que pase, manten la calma. Si les asustamos puede que empeoremos las cosas.-le comento al tamer tras aminorar la marcha.

Cuando diviso la zona de cuevas en la que se encuentran, aparco el vehículo y espero a que Mike se baje para guardarla en mi dispositivo. Abro los ojos de par en par cuando recuerdo al pequeño gran problema al que deberemos enfrentarnos ahora. El maldito Cerberomon... Muerdo mi labio inferior espetando un insulto poco entendible.

Mike... La entrada a la cueva está vigilada por un Cerberomon. Sin digimons... no conseguiremos pasar al interior. Tenemos que pensar en algo...-me doy unos toquecitos en la frente haciendo visible mi impaciencia. El tiempo corre en nuestra cuenta, tenemos que dar con algo cuanto antes.

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Los digimon avanzan por la angosta y oscura cueva, sus pasos les llevan hasta un claro en el que el camino se corta. Un hedor horrible a cánido se desprende violentamente, posiblemente el Cerberumon de la entrada descanse aquí. Gabumon busca entre las rocas una abertura que se encuentra algo elevada pero que marca el paso hacia la siguiente sala. Le hace un gesto con el hocico a Agumon para que también la vislumbre.

No sabia que Harleen era tan ruda con todos, vaya fiasco descubrir que no soy el único al que patea. -mueve la cabeza con teatralidad y disidia.- sabes... ¿que te parecería si la próxima vez que la veamos hacemos una apuesta para ver a quién quiere matar primero? Si ganas tú...-adopta una pose pensativa-entrenare contigo cuando hayas dominado el virus. Pero si gano yo, deberás dejar que haga cierta cosa[/color].-termina riendo el digimon.

El digimon entendía que su amigo se encontrase más nervioso a medida que iban avanzando hacia la posición del virus. Por eso le ofrecía una conversación liviana, con la intención de relajar la situación. El digimon comienza a arrastrar piedras para amontonarlas y alcanzar la grieta que les llevará ante la sala prometida. Allí solo había encontrado antiguos documentos que hablaban acerca de las mutaciones del virus en el ADN pero no sobre donde se encontraba dicho virus. No obstante, tenia muy claro qué clase de circunstancias propiciaban la contaminación del virus y llevaría aquello hasta el final.

Estaba a punto de bajarme de la motocicleta de Ada para golpear a aquel digimon que se estaba interponiendo en nuestro camino, no tenía tiempo para este tipo de distracciones, antes de que hiciera algo, sentí el movimiento de la motocicleta en señal de advertencia, parecía que Ada tampoco le tenía mucha paciencia a este digimon, no podíamos seguir perdiendo en tiempo, mientras más nos retrasáramos, mas Agumon estaría cerca del virus X, más cerca estaría de una posible muerte o de algo todavía peor, no podía permitirme que nada le sucediera, era mi promesa y yo la cumpliría.

Oía las palabras de Ada y parecía que de verdad le tenía mucho cariño a este vehículo, tomo una pequeña nota mental de nunca maltratarla ni nada de eso, si no quería acabar muerto o con un disparo en mi cabeza hueca. No le presente mucha atención a las palabras del digimon, en ese momento Ada comenzó a acelerar hacia adelante, alejando rápidamente de donde nos encontrábamos, mientras avanzamos observarle al payaso digimon, no sé qué relación tenía que con Gabumon de Ada, pero en estos momentos no me importaba, tenía que encontrarlos antes de que hicieran alguna estupidez.

Mis pensamientos estaban totalmente ausentes, tome mi digivice , mientras con mi mano derecha sujetaba a Ada, para no salir volando y matarme por la caída, había algo que hace mucho tiempo descubrí, pero no estaba seguro que funcionara, sin darme cuenta el paisaje comenzó a cambiar poco a poco, parecía que había llegado a una zona un poco más accidentada que la anterior, pero las habilidades de Ada no me dejaban de sorprender, pudo controlar muy bien el vehículo incluso en este tipo de terreno.

Cuando llegamos a mi destino de un salto baje de la motocicleta, para que su dueña lo devolviera a su dispositivo, iba a seguir su consejo, teníamos que pensar con cautela antes de nuestro siguiente paso, no podíamos adelantarnos de ninguna manera, en estos momentos estamos en desventaja, apreté mi digivice y mire a Ada, no estaba seguro si esto funcionara pero cualquier cosa es útil en estos momentos –Mi digivice, eh buscado información de él, por varias partes del digimundo y todos dicen que él tiene algo que se llama energía sagrada, esta energía protegerá al portador de cualquier entidad malvada, quizás funcione o quizás no, pero no veo muchas posibilidades en estos momentos- apretaba más fuerte el digivice y observaba al digimon que cuidaba la entrada de la cueva, quizás era un sacrificio que tendría que hacer.

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Mientras tanto en el interior de la cueva, el olor era algo fuerte para Agumon y no pudo evitar poner una cara de desagrado ante esta situación, mientras seguía a Gabumon muy de cerca, no se quería perder en estas cuevas para siempre y nunca poder salir de este lugar. Vio que Gabumon abrió una pequeña ruta para seguir adelante y sin dudarlo el continuaría su camino, sin importar el miedo que pudiera sentir, él quería ganar ese poder acomode lugar.

-Fue cuando entrenaba con Mike, evoluciones a mi forma perfect, pero ella es todavía más fuerte que yo y acabe siendo derrotado fácilmente por ella, es una digimon muy misteriosa y todavía no entiendo varias cosas de ella, pero bueno un día me gustaría regresarle el favor- reía un poco Agumon, intentando ignorar lo que se aproximaba –Me parece muy justo, has hecho varias cosas por mí, como rechazar esa oferta.- estiro su garra para estrecharla con Gabumon y sellar así el trato.

Gabumon acomodo unas rocas que nos dejó seguir avanzando al entrar, vi que había varios documentos tirados, nada interesante para Agumon realmente, así que solo movía las hojas esperando que saliera algo por ahí, pero todo parecía inútil y se limitó solamente a ver a Gabumon esperando el siguiente movimiento.

La energía sagrada de poco puede servirnos si no tenemos ningún digimon que nos defienda. -comento a modo de pensamiento en voz alta.-Tiene que haber algo...a ver, cuando estuvimos aquí Harleen absorbió los datos de ese Cerberumon. ¿Entonces qué hace todavía en la puerta, no debería haber cerrado el negocio por defunción?- me cruzo de brazos y comienzo a dar vueltas en círculos.-Recuerdo que en los documentos que encontramos salia el nombre de Iggdrasyl. El era el creador de...bueno de todo.

Me rasco la cabeza visiblemente nerviosa. Encamino mis pasos con sigilo hacia uno de los salientes rocosos, me oculto detrás de él y contemplo a nuestro problema pulgoso. ¿Y si le lanzamos un hueso? Oh, venga ya...¡¡Eso es todo lo que se me ocurre!! El Cerberumon esta de pie, postrado en la entrada, adormilado. Pero no hay ni rastro de nuestros digimons.¿Como es posible que hayan entrado? Ellos tampoco pueden luchar sin nosotros. Sea como sea nesitamos a ese estúpido payaso con nosotros si queremos avanzar.

Odio tener que decir esto pero...sin ese payaso no vamos a poder pasar dentro de la cueva.-le comento a Mike en un medio susurro.De repente un temblor desconocido empieza a surgir de la tierra -¿Sientes eso?

Algo está saliendo de la tierra. Me acerco hacia Mike tensando todo mi cuerpo por la tensión. Posiblemente otro digimon nos haya encontrado y quiera divertirse un rato con nosotros. ¡¡Este no es lugar para dos humanos que prácticamente van desnudos en la lucha!! Vamos a tener que pedirle ayuda a ese payaso...¡¡y me niego!! Miro con una sonrisa sarcástica a Mike y me encojo de hombros.-]¿Que hacemos?

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Gabumon choca la pata con Agumon para cerrar el trato y ríe tras ello. Le parece que aunque algo bruto, su amigo es un buen compañero con el que pasar mas aventuras ¿y por qué no desafiar a otro digimon que se gasta de malas pulgas con ambos?  Termina de apilar las piedras y salta hacia el hueco superior. En la siguiente sala se ven varios documentos esparcidos, la ultima vez que Gabumon entró ahí tuvieron que irse pronto. Pero ahora ya no habría mas distracciones amorosas que parasen su gran investigación. Ayudó a Agumon a recopilar las hojas y tras unos minutos volvió a hablar.

Escucha, tienes dos caminos y ninguno de los dos promete ser piadoso. Puedo enfrentarte directamente al virus, es algo directo y que como ya sabes en vez de experimentar una mejora en tu cuerpo, puede darte muerte.-hizo una pausa para que viese su atención en él. Caminó hasta el fondo de la sala y señaló uno de los salientes rocosos mas ennegrecidos que el resto. -Ahora he terminado de leer y... Hay un segundo camino, si uno de nosotros se sacrifica por ti, al absorber sus datos tendrás la mutación contigo. No sufrirás daño alguno, pero en tus evoluciones perderás el control y despertará en ti una terrible sed de sangre. Tu decides, amigo.

Casi me golpeaba la cabeza contra las piedras, tenía que haber alguna manera de poder salir de esta, pero iba a ser difícil, comencé a pensar en varias posibilidades, hacerme pasar por un señuelo vivo, mientras Ada buscaba rápidamente a nuestros digimons, pero yo creo que acabaría como un bocadillo de ese digimon antes de poder encontrar a nuestros compañeros o peor aún nos podría alcanzar a los dos y podríamos morir en el intente, otra posibilidad que tenía era usar la luz sagrada, de nuevo seria el señuelo pero Ada podría encontrarlos, pero tenía el mismo fallo del plan pasado el tiempo, el rápidamente acabaría conmigo, necesitábamos la ayuda de otro digimon, pero quien nos pudiera ayudar en este lugar tan sombrío y oscuro, lejos de cualquier cosa, incluso parecía que desafiaba a la muerte, ya que por el comentario de Ada, ese digimon no tendría que estar aquí.

Sigo a Ada y me quedo detrás de ella mientras observo el terreno, vamos tenía que haber una manera de poder burlarlo, pero no se me ocurría nada, en los entrenamientos de supervivencia contra digimons, siempre había estado con Agumon y nunca había estado solo, ninguna de mis armas le haría un rasguño si quiera, demonios la próxima ves necesito construir un arma que me permita dañar digimons, no podría hacerlo yo solo, lo necesitaba más de lo que pudiera pensar, mi compañero y mi amigo, era lo único que quería, a mi querido Agumon de vuelta.

-Creo que ese maldito, tenía algo de razón, no esperaba un obstáculo como este- pensaba en alguna manera de superarlo, un pequeño temblor se comenzó a sentir, maldita sea de seguro un digimon que quería un pequeño aperitivo o algo para entretenerse durante un rato, me puse en posición de guardia, no podría hacer mucho pero no caería sin dar algo de batalla.

-Creo que nos tendremos que comer nuestro orgullo y pedirle ayuda, o lo que sea que venga va comer un poco de orgullo e ira literalmente- di una pequeña risa, refiriéndose a nuestro pecado.

Agumon observaba con curiosidad a Gabumon, parecía que había encontrado algo interesante, le ayudo a Gabumon a recolectar varias hojas de papel, individualmente solo parecían varios datos, sin ningún relación o coherencia, todo se lo entrego a Gabumon, esperando que el encontrara algo interesante entre todos estos papeles, se sentó en una esquina esperando que su amigo comenzar a hablar, mientras examinaba el sitio.

Comenzó a oír las palabras de Gabumon, para él no era una decisión difícil, algo que el aprendió de su compañero humano fue el valor y que no tenía que depender de las vidas de otros –Peleare contra el Virus, no quiero que otros se sacrifiquen por mí, quiero obtener este poder por mí mismo, quiero ser fuerte por mi propia voluntad, luchare contra él sé que podre, yo soy el digimon de Mike, podre hacerlo- Agumon levanto la mano y cerro la garra, el de verdad tenía una gran voluntades, a veces mucho mayor que la mía.

Suspiro con brusquedad, posiblemente ese digimon oscuro haya estado escuchando la conversación desde algún lugar cercano a nuestra posición. Pero no solo le habrá bastado con eso, si no que además se hasta estado divirtiendo a nuestra costa. Pues él mejor que nadie sabe que es nuestra única opcion en este lugar. Muerdo mi labio buscando con la mirada al digimon, pero la tierra ha empezado a resquebrajarse señal de la inminente llegada del digimon que nos va a atacar.

¡Oh venga, no tiene gracia. Una madre no pondría a sus hijos en peligro!- grito hacia los cielos.

Comienzo a sentir un taladro bajo mis pies por lo que doy un salto hacia arriba. Entonces aparece Piedmon para recogerme y hace su Truco del Payaso contra el Drimogemon.

¿Esto os asustaba mis bebes? Pero si es tan lindo.-dice mientras zarandea al digimon convertido en un llavero diminuto y clara mueca de sorna.-Mami luchará contra los monstruos malos y os entonará dulces cantatas.

Me siento ridícula abrazada a Piedmon y teniendo que deberle mi vida a un payaso con tan poca gracia. Si le preguntamos directamente lo más probable es que no nos ayude a pasar con el Cerberumon. Tiene que existir una manera... Si tan solo ese perro guardián nos atacase primero, Piedmon tendría que defendernos para no faltar a su promesa. Lentamente me deja sobre el suelo y voy corriendo hacia Mike para abrazarle iniciando un teatrillo.

¡He pasado mucho miedo!-cuando le abrazo rápidamente le susurro en el oído-Tenemos que atraer a Cerberumon hasta aquí y dejar que Piedmon se encargue. Me quedo distrayendo a Piedmon, ves a por Ceberomon.

......

Gabumon asiente ante la decisión de su compañero y resopla antes de empujar con violencia hacia el saliente más ennegrecido que estaban contemplando momentos antes. Agumon sufre terribles heridas por todo el cuerpo, pero eso no es lo peor. Ese saliente estaba infectado por el virus X y al entrar por todas esas heridas el contagio de produciría increíblemente rápido.

Gabumon apoyo un brazo en la espalda de su amigo ayudándole a recostarse si así lo necesitaba.-Será mejor que reposes, tu cuerpo ahora debe enfrentarse a una terrible lucha por sobrevivir. Seguro que esos dos nos han seguido hasta aquí y no tardarán en llegar. Estaré a tu lado hasta que vengan.

Nuestra mala suerte no podía estar empeorando, tome mi digivice y me acerque a Ada, cualquier cosa que saliera se la tenía que enfrentar con nosotros, no sé cómo le haríamos pero de esta saldríamos vivos sin importa que tengamos que hacer, íbamos a rescatar a esos malditos estúpidos que llamábamos nuestros compañeros digimons, cada segundo que pasaba parecía que la tierra se iba a partir en dos, habían dos opciones en estos momentos que fuera un digimon de gran tamaño o que su fuerza fuera tan descomunal, esperaba lo segundo mínimo así nos podríamos si de tamaño se trataba, pero si se encontraba en nivel mega de esto no nos podríamos librar.

Parecía que un taladro estaba destruyendo la tierra bajo nuestros pies, di un salto hacia la izquierda donde me encontraba para evitar morir en la salida de ese digimon, cuando estaba listo para cualquier cosa, abro mis ojos con una gran sorpresa al ver el digimon payaso atacando al que había salido bajo la tierra, esto no me lo esperaba. Fue un choque de sentimientos, una parte mía se sentía agradecida, pero la parte orgullosa se sentía herido, no podía ser que dependiera todavía de otros para salvar a mis amigos, después de todo lo que hemos hecho, no me podía permitir seguir siendo tan débil.

Sus comentarios hacia que apretar mis dientes y mis puños, deseaba ser más fuerte, pero en estos momentos no me quedaba más que aceptar su maldita ayuda, observe esa maldita sonrisa y solamente quería tumbarle los dientes, esperaba que pronto encontrara a Agumon y pudiéramos salir de este asqueroso lugar, pero no podríamos seguir avanzando sin este maldito, puse mi mano en mi cadera, suspirando levemente, esperando que Ada dijera o hiciera algo pero su reacción fue muy sorpresiva para mí.

La reacción de Ada me había sorprendido al principio, pero luego me susurro al oído y no podía dejar que su teatro se cayera, esperando que esta vez no me arañara el pecho y me dejara marcas, respondo a su abrazo – no te descuides yo me encargare de todo y no volverás a pasar miedo.- la veo con una gran sonrisa y lentamente la separo de mí y dejo que ella haga su trabajo distrayendo al payaso , cuando esto seguro que dejo de ser su foco de atención, me alejo rápidamente hacia cerberumon, quizás muriera pero esto es lo mejor que se me ocurriera.

Me acerque a varios pasos de él y le di la espalda, baje mi pantalón mostrándome mi trasero –Cerberumon, cerberumon ven a por mí, mira aquí tienes un buen trasero que te puedes comer o acaso el cachorro no puede contra un simple humano o cuanta pena me da, que no pueda contra un humano.- nalgueó mi trasero, voltee a verlo con la cabeza y le saque la lengua y el dedo para que viniera a por m. Parecía que mi provocación función ya que comenzó a correr hacia mí, rápidamente acomode mi pantalón y comencé a correr hacia donde se encontraba ellos, esperando no ser alcanzando pro el digimon perro y acabar de verdad en su estómago –vamos estúpido- le volví a sacar el dedo mientras corría a toda velocidad.

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Agumon no supo cómo reaccionar, cuando Gabumon lo empujo violentamente contra un saliente que ni el mismo se esperaba, cayendo y haciendo varias heridas en el camino hacia el suelo, no eran de gravedad, pero todo su cuerpo en ese momento mínimo tenía algún corte, por donde pudiera entrar el virus, que el mismo ignoraba que estaba ahora en su cuerpo, el dolor comenzó a intensificarse poco a poco, no se podía ni mantener en pie, el intentaba levantarse, pero el dolor era tan intento que caía al instante al piso, sin poder levantarse, sin poder hacer nada, sintiendo que cada molécula y parte de su ser era destruida y sustituida por otra, un dolor que no podría soportar solo.

¡Pero qué...! Parpadeo con extrañeza ante la reacción de Mike. Espero que todo forme parte de una preciosa actuacion para engañar al digimon, tengo que decir que me lo he creído yo tambien.  Bueno, ya lo hablaremos. Inspiro rápidamente tres veces para concentrarme en lo que haré mientras Mike se decide a ir a por Cerberomon. Me doy la vuelta con una sonrisa entre los dientes y una actitud relajada. Necesito que mi voz resuene cordial.

Escucha Piedmon, eso ha estado muy bien. -junto la palma de mis manos acercandome hacia él.-lo de aparecer de repente y salvarme de ese digimon. Pero no entiendo por qué te entrometes en algo que no tiene ningún peso para ti.

Porque en eso te equivocas.  La guerra nunca terminó entre nosotros y los que no son como nosotros. Algún día todos volveremos a ser llamados  a sus filas, querida. Solo me aseguro que nuestro bando cuenta con efectivos.-replica en un tono más frío y menos jocoso del que nos tenia acostumbrado.  

¿Que quieres decir? -mis ojos se entornan poniendo todo mi interés sobre él.

Tu juegas a ser reina , yo juego a no perder terreno.-contesta cuando finalmente nuestros pasos se encuentran y mi mirada se alza para afrontar la suya. -Sí, he seguido tus pasos y me habría gustado estar a tu lado, pero hay alguien que tiene mejores planes para ti y no puedo faltar a su promesa.

Abro la boca sin tener ni idea de lo que se esta refiriendo el digimon, pero cuando estoy dispuesta a pedirle explicaciones, Mike viene corriendo hacia aqui . Busco con la mirada cualquier rastro de Cerberumon, unos metros por detrás aparece el digimon ante nosotros. La expresión de Piedmon cambia por unos segundos, primero como si estuviese dispuesto a regañarnos y después como si terminase de verle la gracia al chiste. Con el digimon justo enfrente de nuestras narices, Piedmon irrumpe en carcajadas. Eso llama la atención del Cerberumon que se abalanza con furia contra Piedmon. El payaso parece divertido ante la situación pero de alguna forma intuye que haya sido víctima de algún engaño. Cerberumon es un digimon guardián, que haya abandonado la entrada por unos segundos es por nosotros. Le hago una señal a Mike en medio de la pelea para que eche a correr hacia la entrada conmigo. La cueva esta fría y oscura, tal y como lo recordaba. Saco de mi dispositivo una aplicación para que nos haga a modo de linterna e ilumine un poco el pestilente lugar. Respiro agitada tratando de moverme lo mas rápido posible dentro de lo posible hasta que llegamos al claro donde necesito la colaboración de Mike para continuar.

La ultima vez nos metimos por ahí.-le señaló la grieta por encima de nuestras cabezas. -Aupame y después haré lo mismo contigo.