The Beast of Pirate's Bay ( ͡° ͜ʖ ͡°) [Cacería de Lady]

El Sol se había levantado sobre las islas del Caribe, ardiente y brillante, llenando de calor sus costas... Sin embargo, aquello no era el mundo humano. El digiquarz siempre había tenido forma de mundo paralelo a la Tierra, parecía una réplica de este... Sin humanos, claro, solo digimons. Aunque también cabía la posibilidad de que alguno de esos seres alargados, bípedos y frágiles, traspasara un portal con un dispositivo digital especial... Y en la zona de las Islas Caribeñas, nada menos.

El mar parecía tranquilo, dentro de lo que cabía. Peces digitales por aquí, piratas de datos por allá...


Un enorme buque surcaba los océanos, orgulloso, imparable, a través de las aguas a las que trataban de conquistar. La magnífica carabela apuntaba con la aguja de su proa la tierra que esperaba en la lejanía, una inmensa isla plagada de selva, roca y mortíferos acantilados.

Spoiler:

Y desde ella, una figura observaba su destino, una figura estida de verde, rubia, con una espada pendida de su cinto. Su rostro aparecía oculto bajo un pañuelo, pero podía notarse fácilmente que, bajo este, una sonrisa taumada se dibujaba, mientras sus ojos rojos brillaban con avaricia y victoria... A su lado, un pequeño ser revoloteaba energicamente, casi con hiperactividad.

- ¿Capitan? ¿Ya atisbamos tierra? ¿Cuando llegaremos? ¿En un par de horas? ¿En minutos?

Su superior se llevó un dedo a donde debían de estar sus labios, y sin decir nada, se dio la vuelta y caminó, entre todos sus hombres, hacia la cabina que daba a sus aposentos.

Mientras tanto, no muy lejos de allí, una pequeña barca se bamboleaba por las aguas. Sobre ella, navegaba una humana de oscuos cabellos, y con ella, un Dracumon, una Tinkermon, un Hagurumon y por último, pero no menos impotante, un BlackCutemon. Claro que, de ella era la elección de tenerlos consigo, o conservalos en su dispositivo...

Spoiler:

Dieciséis hombres en el cofre del muerto ~ Ron,ron,ron la botella de ron - Es cierto que llevo una botella en la mano, pero para mi desgracia no se trata de Ron... Y para mi suerte tampoco es ningún tipo de alcohol barato. Llevo refresco de cola, con la etiqueta tapada, evitando hacer promoción en el Digicuartz.

- Cualquiera diría que has perdido la cabeza del todo My Lady... El traje, la botella las canciones ¡Pero lo cierto es que me encanta! - Río por lo bajo y con ironía ante las palabras de Tinkermon, quien se halla sentada sobre mi hombro, acariciándola la mejilla con mi dedo meñique. Es junto a Hagurumon la única que llevo fuera ahora mismo, claro que el labor de este último, mas que la compañía que ofrece el hada, consiste en mover el barco con ayuda de su sistema de engranajes, que he anexado como he podido a los dos remos de la barca. Hay que reconocer que aunque me ha llevado un rato encontrar unos remos que dieran el pego, la velocidad con la que avanza la barca es mas que aceptable para una cáscara de nuez de su tamaño.

Aprovecho la relativa tranquilidad con la que contamos para comprobar que todas mis ropas estén en su lugar; Sombrero pirata con decorados, camisa ajustada con escote pronunciado, guantes de cuero rojo y pantalón de tela ajustado que termina en un par de botas prácticas sin casi tacón que me llegan hasta las rodillas... He de reconocer que me encantan las facilidades que da este mundo en cuanto a la "moda", por que ¿Que mejor lugar para ir así vestida que en las costas del caribe? Mas cuando ahora están plagadas de criaturas místicas y colores poco naturales pero de gran belleza.

Mis pensamientos, o mas bien desvariaciones, se ven interrumpidas cuando capto en la lejanía un enorme barco que, por su apariencia, me aventuraría a decir que es pirata... Eso si no se trata en si mismo de un Digimon desconocido, pues juraría que tiene mandíbulas - Hagurumon, varía el ritmo hacia ese punto en la lejanía - El Digimon como siempre no tarda en obedecer mis órdenes y mientras lo hace camino hasta la punta del bote, colocando una pierna sobre la misma... Hemos venido a por un Digimon acuático, y si bien ese barco puede tener todo tipo de Digimons, también es cierto que, con la presión adecuada, puede que incluso se aventuren a decirme donde encontrar el espécimen en concreto que tengo en mente... O quizás quieran luchar, lo que en cualquier caso, no me desanima.

Apariencias:

Tinkermon se volvió para ir en pos de su capitán. Sin embargo, al darse la vuelta, percibió, por el rabillo del ojo una pequeña sombra acercándose por las aguas. El hada digital se acercó a estribor y se asomó. De alguna parte sacó un catalejo, y observó a través de él, que una pequeña barca tirada por un digimon mecánico se acercaba a sorprendente velocidad (para ser apenas un bote) hacia ellos. El hada retiró el catalejo, entrecerró los ojos y antes de que su capitán desapareciera en el interior de la cabina, gritó:

- ¡Mi capitán! ¡Se acerca una barca hacia nosotros!

El susodicho se detuvo, se asomó y tomó el catalejo de su compañera. Después de confirmarlo con sus propios ojos, el pirata resopló, se lo devolvió, y se enfrentó a sus hombres.

- Preparad el barco. Vamos a "hospedar" a esos pobres viajeros.

Sin más dilación, los subordinados se pusieron manos a la obra. Un par arriaron las velas, otro enderezó el timón, y un último se encargó de dejar caer una escalera de madera y cuerdas por la borda para permitir subir a los recién llegados.

Según nos acercamos al enorme barco pirata, me queda complétamente claro que nos han detectado, claro que, tampoco habíamos hecho nada como para intentar evitarlo... Mientras veo como la escalera de mano se desprende, aprovecho que nadie puede verme por la inclinación que me ofrecen los muros del barco para arrojar al agua un peso que llevo en el barco, al tiempo que guardo a Hagurumon en el Xros Loader, que paso a esconder en lugar seguro... Entre mis pechos - ¡El Digimon mecánico ya no son será útil!

- Tampoco es que sirviera para mucho a parte de para remar, he visto mejores conversadores en nuestros días abandonadas en la isla de Doom… ¡Y solo nos acompañaban piedras! – Sonrío por lo dicho por Tinkermon, quien no ha dudado ni un solo segundo en seguirme la conversación, sabiendo que probablemente todo ello se deba a un plan de contingencia por si algo extraño ocurriera. Ante sus siguientes palabras me es difícil contener la carcajada, cuando la susurra con tono cantarín y burlón en mi oído, de manera que solo yo pueda oírlas - ¿Y si quiero volver al Xros que hago? ¿Me adentro en tu pecho? Creo que podrían tomárselo como una invitación y si mal no recuerdo, ahora mismo eso solo se lo permites a cierta humana.

Respiro hondo antes de subir los últimos tramos de la escala y saltar con ello al interior del navío, donde sin prácticamente mirar lo que hay a mi alrededor, por si ello pudiera hacerme perder el tiempo, suelto todo el aire contenido en una sola y rápida frase - Solicito parlamento... Llevo mucho tiempo navegando por estos mares, y creo que todos podríamos ayudarnos mutuamente - Sonrío con picardía mientras muevo mis ojos de proa a popa, y de estribor a babor, analizando a cada uno de los presentes, así como la distribución de los mismos y de los detalles del barco.

Mientras tanto, Tinkermon, quien ha subido revoloteando a mi alrededor, se sienta sobre mi himbro, alzando una mano como saludo - Yar ~ ¿Que pasa?

El capitán del barco esperó paciente hasta que la humana subiera a bordo, dejó su mano preparada sobre su espada, por si tenía que luchar, pero apenas puso un pie la muchacha sobre la cubierta del navío, se acogió a un parlamento. Petermon, como se llamaba el capitán, quedó sorprendido por unos instantes, pero después tranquilizó a sus hombres con un gesto de su mano.

- Tranquilos, muchachos. Es una camarada pirata... Aunque humana-Petermon sonrió bajo su pañuelo, y dibujó una reverencia, antes de tomar la mano de la humana y besarla con caballerosidad-. ¿Estáis perdida, mi señora? Puedo ofreceros mi hospitalidad si así lo deseáis, mi barco cuenta con buenos camarotes.

Tinkermon verde se colocó junto a su capitán, mirando de manera algo extrañada al hada contraria, que curiosamente era de color morado. No soportaba mucho que su capitán mirara a otras damas.

OFF:

Suspiro tranquilizada cuando el capitán Digimon toma mi mano y avanza para besar el dorso de la misma, lo cual le permito con gentileza. Se presenta bastante caballeroso para tratarse de un Digimon pirata... Pero no puedo evitar pensar en lo irónica que resulta aquella situación, un Petermon y una Tinkermon, Digimons que sirvieron en uno de sus viajes al mundo humano para crear el cuento de Peter Pan... Resultan ser piratas, los que eran sus mayores enemigos en esa historia.

- En realidad mas que perdidas estábamos abandonadas en una isla cercana hasta encontrar ese bote - Miento, por supuesto, pero con los años de entrenamiento recibidos por parte de un demonio dudo que eso pueda ser captado. Sería fácil decirle que acabo de llegar, y que la barca fue fácil de encontrar, pero el complejo de dama en apuros, sea o no poderosa la misma, siempre otorga ciertas ventajas que ahora me serían muy útiles. Muestro un leve deje de agotamiento al tiempo que parezco relajarme, si bien ni el uno ni el otro es real - Perdimos a el compañero Digimon que nos ayudaba a buscar... - Dejo de hablar de golpe, parpadeando varias veces seguidas mientras me cruzo de brazos, sacudiendo la cabeza para "apartar el cansancio que me ha hecho hablar sin pensar", mientras Tinkermon me mira con una ceja alzada, siguiéndome el juego - El caso es que ese camarada era el único que podía llevarnos en largas distancias. Es bueno haberos encontrado, ese Digimon metálico no me daba demasiada confianza.

OFF:

Petermon escuchó con curiosidad las palabras de la dama humana, soltando posteriormente la mano. Mientras la joven relata su historia, el digimon pirata hizo un gesto para ir caminando hacia su camarote y así poder hablar con más tranquilidad. Uno de sus subordinados abrió la puerta del mismo, esperando que todos pasaran.

- ¿En una isla desierta? Una vez me dejaron abandonado en una, con un único disparo en mi pistola... Todavía maldigo a ese pirata-comentó el capitán-. Bueno, acompañadme a mis aposentos, estaréis sedientos y vuestros estómagos seguro que agradecen la comida.

El pirata sonrió con cierto gesto burlón, antes de que sentarse en su elaborada silla ante la larga mesa de madera, en donde se podían ver todo tipo de alimentos... Frutas, carne, pescado, vino... Todo bajo una bonita y trabajada lámpara apagada. En otro lado de la habitación, fernte a una amplia ventana de cristales cuadrados por los que se cuela la luz, se extendía otra mesa, más pequeña que la anterior, con múltiples utensilios de navegación, papiros, mapas y plumas con tintero, y un gran sillón presidía el escritorio. En un rincón, una cama esperaba, desde hacía quizás un par de horas, a que la hicieran, con las sábanas y mantas hechas un burruño.

- Disculpad el desorden, soy un digimon pegado a la cama... Y cuando habéis llegado ya iba a desayunar, pero podéis acompañarme...-se sentó en su silla, alargó una mano y cogió con ella una manzana roja, a la cual le dio un generoso mordisco-. Y bien... ¿Cómo llegasteis a quedar abandonados en una isla? ¿Qué le ocurrió a vuestro camarada, milady?

Tinkermon verde, quien había acompañado a su superior, se sentó sobre su hombro y dio una buena tajada a un racimo de uvas, aunque sin quitar el ojo de los extraños.

Alzo una ceja al escuchar sobre la pistola y la isla desierta ¿Eso no era de una película? Bueno, supongo que sería un antiguo ritual pirata - Una bala siempre da esperanzas... ¿Como sobrevivir tanto tiempo sin beneficio de poder dispararla... Entre las cejas de quien te abandonó? - Sonrío con malicia al tiempo que guiño un ojo, mientras mi mano simula ser una pistola que dispara al aire - La venganza del hombre muerto suelen llamarla... - Asiento a sus palabras, inclinando levemente el ala de mi sombrero como gesto de gratitud, tras lo cual le sigo al interior de su camarote.

Una vez dentro, podría decirse que la situación está igualada, si bien conozco de primera mano el peligroso equipo que pueden formar Petermon y Tinkermon gracias a gozar de la compañía de una de estas... Mejor será postergar por el momento cualquier intento de motín. Nos hallamos ante piratas a fin de cuentas, no son meros idiotas que bajen la guardia con facilidad.

Tomo asiento donde me es indicado, mientras Tinkermon se posa calmadamente sobre el ala delantera de mi sombrero pirata, a donde llevo mi mano con un pequeño racimo de uvas para que tome una de estas - He de reconocer que no esperaba tal hospitalidad, quedan pocos camaradas hoy en día que se acojan servilmente al código pirata -  Recojo tras ello una naranja, pidiendo permiso al alzarla un instante, pues se que son difíciles de conseguir - Por mas pirata que sea, una dama debe procurar conservar todos sus dientes cuando sus encantos son una de sus principales armas - No estoy ni un poco cerca de ser afectada por el escorbuto, ni mucho menos, pero la verdad es que los cítricos son prácticamente inalterables, reaccionando violentamente a cualquier sustancia nociva que se les añada... A fin de cuentas aún no estoy segura de poder fiarme. Una vez se me da permiso, me retiro los guantes y tomo la daga mas pequeña que haya sobre la mesa, dispuesta a no resultar una amenaza, y pelo con habilidad el fruto.

- Fuimos atacados por un captainhookmon - Comento aquello con completa naturalidad, sin siquiera mirarlea los ojos, los cuales tengo cargados de falsa ira, mientras continúo retirando la piel del fruto tomado. Si no recuerdo mal, ese Digimon es el peor enemigo de Petermon, quizás pueda ganarme así su confianza - Por suerte soy una gran nadadora, y pude huir tras observar como nuestro Submarimon se deshacía en datos. Debíamos estar cerca de alguno de sus tesoros y Submarimon debía ser la clave, pues fue bastante gratuito incluso para alguien de su mala calaña... - Termino de retirar la piel y la dejo sobre la mesa junto a la daga tomada, abriendo tras ello la naranja y llevándome un gajo a la boca, al tiempo que le ofrezco otro a Tinkermon - No me manches el sombrero querida... - Me acomodo sobre mi asiento, tomando algo de bebida y echándola sobre un vaso que me hayan ofrecido, antes de beber del mismo - Normalmente no contaría tan a la ligera la posible existencia de un tesoro, pero tras tu hospitalidad ante mi pedida de parlamento es lo que el código indica... Y mas allá de ello... - Mis ojos se vuelven oscuros, acompañados de un afinamiento sádico de mis pupilas, regalo de mis años de entrenamiento con un demonio - Con la cabeza de ese bastardo o como mínimo saber que se retuerce en su camarote por el botín perdido me es mas que suficiente.

Petermon hizo un gesto con la mano para permitirle saciar su hambre, no en vano, para eso la había invitado a su camarote. Él continuó mordiendo de su manzana, tranquio, escuchando la historia de la dama humana... Hasta que escuchó el nombre de su captor.

- ...-De repente, los ojos de Petermon se llenaron de furia, pero también de algo más... Por unos instantes, el digimon pareció mirar a la chica con un brillo extraño en sus ojos, pero esa sensación fue tan rápida que quizás hubiera sido una imaginación. Tragó el trozo de manzana que había estado masticando y con desprecio preguntó-: No tendría vuestro captor un colgante de una cruz en su cuello, ¿verdad? ¿Su nave tenía las velas negras y rojas?

Petermon dejó la manzana a un lado, y se sirvió un poco de vino de la botella a su copa, antes de dar un sorbo y relamers. Le gustaba el ron, pero había que reconocer que el vino también estaba bueno, y era un manjar que pocos podían permitirse... Eso le encantaba.

OFF:

De no ser por que debía mantener mi papel habría sonreído ante su reacción, en lugar de ello sencillamente alzo una ceja con rostro serio - ¿Lo conoces? - Acerco la naranja a mi boca y la doy un nuevo mordisco, masticando con tranquilidad mientras termina de realizar su cuestionario sobre el pirata que acabo de inventarme... Demasiados detalles, podría estar describiéndole o poniendo a prueba mis palabras, así que lo mejor es acudir a algún tipo de lógica que me permita mantener mis palabras sin arriesgarme a una trampa.

- No fui capaz de ver colgante alguno desde mi posición, pero tampoco alcancé a observarle durante mucho tiempo, nos hundieron nada mas salir a superficie - Un nuevo mordisco precede al rostro de furia que muestro tras "recordar" nuestro hundimiento, la verdad es que las naranjas están sabrosas, y la acidez que portan, si bien nada eficaz en mi normalmente pues es un sabor que me gusta, me permite tensar el rostro mas correctamente - Tras dispararos y mientras Submarimon se deshacía en datos me sumergí antes de ser vista con vida y nadé hasta donde mis pulmones me lo permitieron en pos de perderle ¿Velas negras y rojas? Diría que si, o la mezcla de humo y fuego hizo que así me lo pareciera, sin embargo podría apostar que si las vi de dicho color - Si hay un Captainhookmon que cumpla las descripciones que me ha dado, mi respuesta es satisfactoria, y si no... nadie puede negarme que en las circunstancias descritas fijarse en los detalles es lo último a recomendar... Y entonces, caigo en un detalle que si importa - Recuperar mi sombrero varias horas después fue uno de los momentos de mas suerte que he vivido, pero no me sorprendió, al final siempre nos re-encontramos.

Mis observaciones concluyen al mismo término que la naranja que estaba comiendo, tras lo que tomo la copa que yo misma me he servido unos segundos atrás para beber un nuevo trago de la misma, mirando a Peetermon y Tinkermon verde con una sonrisa seductora en el rostro - ¿Viejos conocidos? Si me dices que fué el quien te abandono en una isla... Siento decir que me alegraré de ello... Por que implicaría que ahora tenemos un enemigo en común, y ya sabes lo que dicen. El enemigo de mi enemigo...

Petermon se levantó una vez escuchadas las palabras de la joven humana. Inspiró hondo para tratar de calmarse, y caminó hacia la ventana para mirar la infinita lejanía que aportaba el océano. Se quedó callado por unos momentos, hasta que finalmente, el digimon comenzó a desabrocharse parte de la camisa.

- En efecto... Él fue quien me abandonó en la isla. Pero no sólo le odio por eso...-su pecho desnudo se iluminó ante la luz que entraba a través del cristal de la ventana, mostrando una larga cicatriz en el centro del mismo-. Me dejó abandonado a mi suerte, medio muerto... Hubiera muerto de no ser porque Tinkermon (verde) me salvó...-alzó una mano, sobre la que se posó el hada... Ambos se miraron con intensidad durane un instante-. Desde entonces, he jurado perseguirle para darle muerte.

Inspiró hondo, y después, volvió a abrocharse la camisa. Algo alterado, el pirata digital se volvió hacia Lady para mirarla, antes de dirigirse a la puerta al escuchar cómo, por alguna razón, en la cubierta se desataba algo parecido a una disputa.

- Disculpeme, milady... Pero debo ver qué les ocurre a mis hombres... Seguramente hayan vuelto a pelearse... Esos estúpidos-gruñó-. No me acompañéis, confío en que podamos continuar nuesta charla en otro momento. Si me disculpáis...-dicho lo cual, el capitán salió al exterior, cerrando la puerta tras de sí.

Escucho y observo en silencio mientras Petermon opta por enseñarme una herida en su pecho... Siempre me ha parecido curioso como con ese tipo de heridas los Digimons reciben cicatrices cuasi pixeladas en caso de no ser bien curadas, a no ser que las tengan de base por su evolución - Un gran objetivo... El poder de un Captain Hookmon es algo a tener muy en cuenta - Sonrío sin soltar la copa que mantengo protegida entre las manos, bebiendo con tranquilidad de la misma.

- Un Digimon nivel perfect... No es precisamente invencible si sabes como enfrentarle, pero hay que tener las cosas claras,y las herramientas bien pulidas y afiladas - Dejo la copa sobre la mesa al tiempo que Petermon camina alterado primero en mi dirección y finalmente hacia la puerta que da al exterior - ¿Entonces no puedo mirar? - Mi rostro de desilusión es quizás la primera expresión real que tomo en todo lo que llevamos de conversación. Tengo curiosidad de saber como es una pelea pirata, además... ¿Y si es algo mas?

Curvo mis labios con picardía y susurro unas palabras cuidadosamente elegidas, de las cuales saboreo cada letra antes de ser pronunciadas en un susurro - Después... Tengo algo que ofrecerte que creo agradecerás, a cambio de un pago claro... Pero créeme, valdrá la pena - Sonrío con malicia una vez sale al exterior, tras lo cual sencillamente me giro de nuevo a la mesa y tomo otra naranja, comiéndola con tranquilidad.

Una vez Petermon salió del camarote, el silencio se hizo en su interior. La lámpara que colgaba del techo chirriaba un poco por el vaivén del barco, y también era pesente elsusurro de las olas chocando contra el casco del navío, sin hablar de la enérgica pelea que se daba en el exterior.

Sin embargo, a los pocos segundos de marcharse el capital, un nuevo sonito se extiende por la sala, un golpe fuerte, procedente de la bodega de debajo de las tablas de madera... No era un sonido que uno de los piratas pudiera hacer... era más bien algo pesado.

La humana y el hada, tenían tiempo para ivnestigar la sala para averiguar qué había sido aquello que produjo tal sonido, y en cuanto miraran debajo de la cama (si es que lo hacían), encontrarían una trampilla directa que daba a las bodegas...

Mientras continúo pelando la nueva naranja que he tomado entre las manos, escucho un sonido que percibo como poco normal... ¿De donde ha venido? Can rapidez y sin mediar palabra le indico a Tinkermon que busque el origen del mismo, al tiempo que me acerco a la puerta que da la salida del camarote para pegar una oreja en la misma, parece que la pelea durará un buen rato, además, estas disputas suelen ser dejadas hasta el final, siempre que la vida de uno de los dos Digimons no corra peligro... Tanto mejor.

- Por aquí My Lady - La voz juguetona de Tinkermon llama mi atención, haciendo que camine con rapidez hacia donde se encuentra, oculta bajo la cama del camarote. Al inclinarme, a parte de a la sonriente hada, puedo ver una trampilla que llama a ser investigada... Es cierto que podríamos meternos en un problema, pero por otro lado resulta tan tentador...

Busco entre mi escote, sacando con rapidez mi Xros loader e invoco la figura de Cutemon fuera al mismo tiempo que Tinkermon desaparece- Quédate bajo la cama y utiliza tus sentidos. Si alguien viene directo hacia la puerta del camarote avísanos de inmediato... No se si eso nos dará tiempo a salir, pero tengo que saber que hay ahí abajo - El digimon asiente, mientras yo aprovecho para apartar la cama un poco e intentar abrir la trampilla, saltando a su interior tras ello... Si llegaran a atraparme y preguntarme que estoy haciendo, supongo que tendré que improvisar otra nueva mentira.

En la bodega, la humana se la encontraría como un trastero de cualquier barco pirata: Polvora, suministros, comida, bebida, cañones, armas... Espera, ¿qué era aquello? ¿Una jaula de cristal con agua?

- He... Hey... ¿Quién eres tú? No pareces una lacaya de Petermon, y tampoco te había visto antes... ¿Vienes a ayudarme?

Spoiler:

En efecto, en aquel acuario de cristal, se encontraba cerrado un digimon acuático, con aspecto de submarino. Sus ojos, brillantes de alegría, miraban con esperanza a Lady. Aunque, cuando ella se acercara, sus ojos irían directos hacia cierta parte delantera de toda figura femenina.

- ¡¡Prrrrrrrrrr!!-el taladro de su pico comenzó a girar rápidamente, antes de detenerse y que el rostro del digimon se coloreara de un rojo casi brillante.


Mientras tanto, en un piso más arriba, una pequeña figurita se coló rápidamente en el camarote desde el exterior. Con una rapidez impresionante, ese pequeño ser apareció a la espalda del pequeño digimon que vigilaba, y espolvoreo una nube de brillitos mágicos sobre él.

OFF:

Miro sorprendida al Digimon que encontramos ante nosotras ¿Un submarimon? Es prácticamente perfecto, justo lo que andaba buscando... ¿Pero por que Petermon no me ha dicho que tenía uno pudiendo tratarse de aquel que perdí en mi viaje?

- Valla, valla... Mira que tenemos aquí - Abro los ojos de par en par cuando contemplo la reacción del Digimon mientras mira no precisamente a estos... ¿Por que siempre me encuentro a algún ser con deseos valla donde valla? En cualquier caso sonrío y me cruzo de brazos, sonriendo con malicia mientras mi movimeinto hace que el objeto de su hipnosis ascienda levemente - Creo que deberíamos hablar. Voy a sacarte de aquí, pero a cambio si alguien pregunta, quiero que digas que nos conocemos desde hace tiempo, que te separaste de mi tras el ataque de un Capitain Hoockmon y bueno... A cambio supongo que... - Muerdo mi labio inferior con cierta lascividad - Podremos ser camaradas, lo que implicaría que cuando necesite tu ayuda, tendría que recostarme directamente sobre trono de pasajeros, con todo lo que ello implica... - ¿Picará? ¿Podría ser así de fácil?

...

Cutemon mueve sus orejas violentamente en cuanto nota a alguien acercarse, al momento de ver que se trata de Tinkermon no lo duda, imponiendo sus manos sobre su cuerpo justo al tiempo que el Digimon comienza a atacarle con un polvo que ya le es demasiado bien conocido. De sus manso sale un ligero brillo, sanándose a si misma del ataque al tiempo que rueda por el suelo alejándose - ¡Que me ataca un Tinkermon nyu! - Espera aguantar lo suficiente como para poder ser escuchada.

...

Mi rostro abandona todo gesto amable según escucho las palabras de Cutemon - Volveré querido... Por si fuera necesario, recuerda lo que he dicho - Con rapidez subo a la zona superior del camarote observando la escena, tras lo cual mi movimiento es inmediato - Tinkermon, Cutemon... Digi-Xros - Una luz sale de mi Xros loader y ambos Digimon se fusionan en medio de la luz en una nueva hada de pequeño tamaño, que con gran habilidad hace bailar su lanza entre los dedos - ¿Así que atacando a mis camaradas...? Veamos como te las arreglas contra alguien de tu tamaño ¿O quizás prefieras dialogar presa del miedo? - Sonrío con malicia desde detrás de Noir CuteTinkermon, con la espalda pegada a la pared, demasiado conocedora de los métodos de la Tinkermon verde. Si grita pidiendo ayuda, Noir la apuñalará... Y después cambiaré a True Devimon, el número no será un problema en esa escala de poder si puedo contar con sus ruedas y el caos que estas generaran.

Ataque y Xros:

El hada retrocedió un tanto al ver de repente la situación girada 180º. Miró con nerviosismo al digimon resultante de la fusión xross, nunca había visto algo así, y por eso también se encontraba sorprendida... Pero a pesar de todo, la pequeña muñequita esbozó una leve sonrisa.

- Deberíamos dejarnos de tonterías. Yo he atacado a tu compañero... ¿Pero que hacíais tu y la humana en las bodegas? Nadie os dio el permiso para bajar allí, y mucho menos de fisgonear por el camarote del capitán... Él os ofreció su hospitalidad, y vos le agradecéis así...-sus ojos brillaron con cierta rabia-. Ya veréis cuando se entere.

- No es necesario, Tinkermon. Ya estoy aquí.

El hada se dio la vuelta, y con una sonrisa, descubrió a Petermon observando desde las sombras de un rincón... ¿Cömo había acabado allí? Quién sabía, al fin y al cabo era un pirata... Sus trucos debía de tener. Tinkermon, por otro lado, se alejó de la humana y de su hada morada para llegar hasta el hombro de su superior.

- ¿Podrías dejarme ver ese aparato?-dijo el rubio, señalando el digivice-. Me es molesto, y me resulta amenazante que lo tengas tú... Compartí mi camarote con vosotras por mera cortesía, pero no me gusta como me lo estáis agradeciendo...-sonrió-. Puedes atacarme si quieres, pero si es así por las malas, no vais a salir del barco con vida... Demasiados piratas, y muchos superan mi nivel. Y me ha parecido notar cierto interés en mi otro pasajero, ¿verdad? Sería una pena que muriera de repente-se cruzó de brazos-. Descuida, no os mataremos... Tan solo haremos un viaje hasta la isla.

Me mantengo cruzada de brazos mientras toda la escena se desarrolla ante mi... No me sorprendo cuando veo a Petermon dentro del camarote, está claro que no me dejaría mucho tiempo sola teniendo como tiene a un Submarimon en la bodega. Como tal, no puedo evitar reírme cuando me ordena que le entregue mi dispositivo - Verás, este cacharro tiene una función muy interesante que me avisa de donde están mis compañeros perdidos. Es lo que ha hecho hace un momento, así que no estaba buscando entre las cosas del capitán - Remarco al ultima palabra con cierta mofa - Si no entre las que a mi me pertenecen y el había creído oportuno no nombrar... No es de extrañar que terminara abandonado en una isla ¿Traición quizás? Es una pena, pensaba incluso curar tus heridas... pero es evidente que no se puede confiar en ti - A cada nueva palabras Noir continúa atenta al mas mínimo movimiento para atacar... Es mas rápida, eso lo se, no por nada está un nivel por encima de ellos, la pregunta es ¿Ellos lo saben? Quizás no, a fin de cuentas parecen similares y eso me da una enorme ventaja en este momento.

Desciendo lentamente la mano en la que aguanto el Xros y parpadeo, en ese tiempo transcurrido el hada ha desaparecido de su posición para reaparecer justo sobre el hombro de Petermon, tratando de apuñalar a su homóloga sin piedad, lo que dado su tamaño, debería paralizarla de cuerpo entero, y tras ello y de ser capaz situar la punta de la lanza contra el cuello del capitán.

- Llama a tus hombres y no tardarás en comprender por que no siempre el número es una ventaja mientras caes de tu trono... Adelante, te reto  - Mientras digo aquello sujeto el Xros con ambas manos, lista para tratar de evadir cualquier contra-ataque que realicen, o lo mas importante, cambiar a Noir por True Devimon ¿Un gran número de piratas? Cuando se trata del demonio, cuantos mas mejor .

Ataque:

- No me hagas reír...Ese Submarimon ni de broma es tuyo...Llevo persiguiéndolo incluso años atrás de que tu nacieras, niña-El Petermon comenzó a reir, mientras se cruzaba de brazos-. Pero buen intento.

Fue a añadir algo más, sin embargo, un movimiento fugaz le dejó la lengua dentro de su boca. De un momento a otro, la compañera fusionada de la humana apareció sobre su hombro, apuñalando a tinkermon (verde), y provocando que todo su cuerpo quedara paralizado.

- ¡Tinkermon!-exclamó el capitán, alarmado y preocupado. Fue a moverse para atacar al hada que había dejado en ese estado a su compañera, pero entonces esta lo amenazó en el cuello con su tridente... Tuvo que quedarse quieto para no ser dañado-. Tú...-miró furioso a la tamer-. Maldita humana... ¡¿Cómo te has atrevido a hacerle eso a Tinkermon?!-se le notaba impotente, queriendo intervenir para vengar a su amiga, pero siendo incapaz de poder hacerlo.

Me cruzo de brazos algo molesta por el comportamiento de Petermon - ¿Perdón? Hemos sido las primeras en ser atacadas prácticamente de la misma manera que ahora se le ha retribuido... Esto es solo el karma haciendo su función capitán ¿Y si tanto tiempo llevabais siguiéndole, como sabéis que no lo habéis capturado esta vez por tratarse de otro Submarimon? - Niego con la cabeza mientras suspiro, es puro teatro, se que no es mi Submarimon, mas que nada por que no tengo un Submarimon, pero tengo que seguir con mi teatro por si las cosas se torcieran en mi contra.

Llevo el Xros a mi boca, cubriéndola con el mismo y besándolo con delicadeza, es una señal... Noir trata de golpear al capitan con ambas puntas de los pies para inducirle un veneno paralizador, solo será un instante, no demasiada cantidad, la suficiente para mantenerle quieto los segundos que durará mi siguiente acción - Xros fuera, volved - Noir se divide en dos entrando en el dispositivo, tras ello, un nuevo movimeinto hace que dos nuevas luces salgan y se fusionen en el aire - Dracumon, Hagurumon Digi-Xros - Un demonio demasiado parecido a Devimon aparece entonces en la sala, la única diferencia, a parte de su cuepro extráñamente mas grisáceo, son los ojos que muestra en el pecho y sus manos, con los cuales trata de hipnotizar y mantener quieto al capitán mientras alarga sus manos hacia el.

- Hazlo, y otra para el hada - El demonio sonríe con malicia y desde la palma de su mano derecha una rueda negra vuela directa para adentrarse en el cuerpo del Digimon. De acertarle, al momento siguiente se acercará a la Digimon inconsciente para hundir otra rueda negra en su cuerpo, la cual, romperá ciertas leyes físicas al encogerse según entra en el diminuto cuerpo de la misma... Curioso efecto.

- Ahora vosotros me obedecéis a mi y solo a mi ¿Entendido? - Las manos de Devimon se mueven manipuladoramente mientras mi pregunta flota en el aire, solo espero respuesta de Petermon, mas si su compañera despertara, los efectos deberían estar presentes en ella.

Ataques etc:

- Es un jodido pervertido. Creo que sabría reconocerle de entre los demás de su especie, humana-Petermon prácticamente escupió las palabras.

El digimon sintió entonces unos pinchazos en sus pies. Gritó más por la sorpresa que por el dolor, e intentó moverse, pero en esos momentos para él fue imposible... Sin embargo, tampoco se dejó embaucar por el demonio que surgió posteriormente. Cerró sus ojos para no verse hipnotizado, y cuando sintió que la parálisis había remitido en parte, con una velocidad envidiable, tomó a su compañera del suelo y se lanzó contra la ventana, rompiéndola en añicos y acabando en el mar junto a ella... Antes muerto que ser controlado por la humana traidora.

En el resto del barco, sin embargo, la pelea ya había terminado. Los piratas habían escuchado los ruidos del interior del camarote... Gritos, órdenes, exclamaciones y el tintineo de cristales rotos... Pocos segundos después de que Petermon cayera al mar, un digimon con aspecto de samurai entró pateando la puerta...

Spoiler:

Karatenmon, como así se denominaba el ave digital, miró al digimon demoníaco de tantos ojos, y leyendo su aura, el samurai se apartó de cualquier ataque que pudiera lanzarle, para posteriormente, lanzar una lluvia de plumas cortantes sobre él.

- ¡Camaradas! ¡Capitán al agua!-detrás de él, comenzaron a escucharse pasos precipitados de hombres moviéndose por toda la cubierta.

Spoiler:

Alzo una ceja ante toda la actuación del Digimon ¿Como demonios podía moverse en su nivel tras el ataque de TInkermon? ¿Es que el hada había untado sus pies en alcohol antes de picarle o que? En ocasiones las cosas no salen como esperas por que una fuerza misteriosa se empeña en propiciarlo así pero... Adaptarse y seguir, es así como he sobrevivido siempre, y siempre ha habido una fuerza misteriosa vigilando mis movimientos, se que puedo con dos, no puede ser peor a la que estoy acostumbrada.

Por su puesto el que quizás sea el Digimon pirata mas peligroso de la tripulación entra, y comienza a pelear con TrueDevimon, a quien ordeno con un gesto que sencillamente se defienda y esquive como pueda, que en este caso es lanzando una mesa hacia las plumas que le son enviadas... menudo desperdicio de comida y bebida. Por suerte el Digimon está completamente atento de los movimientos del Digimon, como si yo nunca existiera, y eso siempre es una ventaja. Sin emitir palabra o sonido alguno saco una Digimémori y la inserto en el Xros, ordeno a Devimon que esquive en semi-círculo y mientras el Digimon sigue sus movimientos como si quisiera leerle el alma, mi silueta se interpone, pero ante mi, en un tono translúcido hay una sombra mucho mas imponente.

Digimemorie:

En esta situación dudo mucho que pueda hacer algo por evitar el ataque, pues este no se elude tan fácilmente como cerrando los ojos, pero de lograrlo, mi siguiente acción consistirá en saltar de nuevo a la bodega mientras Devimon sigue luchando hasta poder huir conmigo. y una vez allí, pensar en que hacer.

En caso contrario y de surtir efecto el ataque, en cuanto el Digimon esté inmovil y con el todo el que entre mientras barbamos ejecuta su ataque en estos segundos, hago con un gesto que TrueDevimon inserte ruedas negras en todo aquel afectado por la memoria, primero el cuervo, para quien tengo una orden muy especial - Ves a por tu capitán, extiende tu mano para ayudarle y luego arrancarle la garganta de un tajo mientras todos miran... Después grita que ahora tu eres el capitán y lucha contra todo el que te ataque sin dejarles pasar al camarote, di que ahora es tu camarote - Tras ello salto a la bodega para ocultarme junto a mi Digimon, mejor si piensan que todo es en realidad un elaborado motín aprovechando las circunstancias, así tendré mas tiempo.

El digimon karateca no previó que la humana se interpusiera e invocara el espíritu de un nuevo ser, después de haber peleado unos minutos con el extraño Devimon. Por ello, sus ojos se dilataron por unos instantes, antes de perder el brillo de la voluntad en ellos. El digimon ave se quedó estático, como un robot, y dichas fueron las órdenes, él salió al exterior a complirlas. Alzó el vuelo sobre la nave, buscando con la mirada a su capitán, al cual encontró junto a una digimon sirénida que lo ayudaba a nadar. El ave, una vez detectado su objetivo, descendió y le tendió una garra.

- Capitán, volvamos.

Petermon frunció el ceño, notango algo extraño en su subordinado, pero sin darle mayor importancia, aceptó la ayuda que le tendían. Con Tinkermon inconsciente sobre su brazo, se agarró a la grupa del Karatenmon, y los tres regresaron hasta la cubierta. Allí, el capitán suspiró.

- ¿Dónde está la humana? ¿La habéis matado?

Karatenmon, de espaldas al digimon vestido de verde, agachó un poco la cabeza.

- No exactamente...

Petermon detectó el tono de su voz, algo le dijo que nada iba bien, pero cuando se llevó la mano al cinto para desenvainar su espada, su antiguo lacayo se volvió, le agarró del cuello y se lo estrujó, clavando sus afiladas garras y cortando piel de datos. Poco después, la cabeza del Petermon pendía de su cuerpo únicamente sujeta por la piel y carne de la nuca, mientras los datos se dispersaban por el aire hacia el digimon ave. Sus ojos miraron con desesperación al Karatenmon, antes de perder el brillo de la vida y apagarse... Su cuerpo cayó de rodillas sobre el entablado, mientras los datos continuaban flotando hacia su asesino.

La tripulación se quedó mirando la escena, ojipláticos, sin creer lo que acababan de presenciar. El silencio se hizo en todo el barco, hasta que uno de ellos, un Parrotmon, recobró el habla.

- ¡¿Pero qué has hecho, desgraciado?! ¡Es un traidor! ¡A él!

El pajaro se abalanzó sobre aquel que había visto su motín realizado, pero era un digimon demasiado fuerte para él, todos lo sabían... Pero no entendían nada... ¿La segunda mano derecha del capitán, traicionándole? ¿Cómo era posible? Sin embargo, nadie se atrevió a seguir los pasos del loro, quien sucumbió ante una estocada. Karatenmon era el más fuerte y hábil de ellos.

- Este barco es mío ahora. ¡Soy el capitán! ¿Alguien se atreve a enfrentarse a mí?

En respuesta, la tripulación retrocedió, alejándose de él unos pasos, temerosa. Apreciaban a Petermon, pero eran piratas... Su vida era lo que más amaban, por encima de su difunto capitán.

Mientras tanto, Tinkermon comenzó a despertarse, en medio de toda aquella refriega y aquel alboroto. El hada parpadeó repetidamente, y empezó a incorporarse en el suelo.

- ¿Qué ha...?-Tinkermon comenzó a preguntar, pero entonces descubrió el cuerpo de Petermon a medio desvanecer, y chilló-. ¡¡NOOO!! ¡¡Peter, Peteeer!!-el hada se acercó a su compañero muerto, y al ver que no reaccionaba, sus ojos se anegaron en lágrimas-. ¡PETEEER!

Me mantengo con el oído expectante en las escaleras de la trampilla mientras todo ocurre, atenta primero a cada una de las palabras que van transcuyendo en el exterior con una expresión seria... Es una pena, podrían haber sido unos aliados útiles, pero no me gusta ser atacada, ni mucho menos considerada una idiota... Aunque yo haga lo mismo con los demás.

- Que absorba los datos si quiere, pero que vuelva ya, que vigile el piso superior sin dejar que nadie entre y nos avise si alguien parece estarlo logrando. Tu quédate aquí vigilando esta parte de la entrada, tengo que hablar con el prisionero - True Devimon hace una leve inclinación teatral, moviendo tras ello sus manos como si llamara a alguien a acercarse, en este caso se trata de una orden "mental" al Digimon esclavizado por mi magia y sus ruedas. Mientras hace esto termino de bajar a la bodega, caminando tras ello hacia la "pecera" que contiene a Submarimon.

En cuanto la luz alcanza mi rostro lo suficiente como para que sea visto por el Digimon, mi rostro cambia por uno extremadamente mas dulce y seductor, al igual que mis pasos, ahora mucho mas calculados - Ya está todo arreglado cariño... Tu opresor ya no tiene interés alguno en ti, y digamos que ya no le importa liberarte, pero a cambio  tu... Bueno, digamos que tendrías que venir conmigo - Tras aquellas palabras llevo mi índice derecho hasta posarse sobre mis labios, sonriendo con picardía - Necesito algún compañero capaz de llevar mi cuerpo protegido en su interior cuando tenga que hacer alguna tarea en el mar... Y quizás es cierto que soy una chica mala - Comento con tono juguetón empleado a propósito, que rápidamente cambio por uno mas susurrante - Pero prometo no tratarte mal si me ofreces tu ayuda y compañía cuando sea requerida, no lo hago con ninguno de mis compañeros, así que... ¿Que te parece...? - Si mi primera impresión sobre el Digimon, así como las palabras dichas por Peetermon sobre el mismo son reales, esto debería bastar para convencerlo, pero hay que esperar a su respuesta.

Karatemon se dispuso a hacer lo que le habían ordenado a hacer, se colocó en la cubierta y vigiló que nadie pasara ni adentro del camarote, ni abajo a las bodegas. Mientras tanto, en estas últimas, el digimon marino continuaba sumergido en su acuario personal, viendo pasar las horas, hasta que repentinamente, la humana que lo había visitado, volvió. El ser digital se colocó frente a ella, y la observó con interés (a ella o a alguna de sus aptitudes), mientras sus aletas metálicas se agitaban levemente, con suavidad.

- ¿Qué ha pasado con Petermon?-el arpón de su hocico volvió a girar rápidamente, al escuchar la consiguiente proposición de la muchacha.

Su rostro se tornó rojo, si es que un ser de metal podría llegar a hacer tal cosa, y se acercó un poco al cristal de la pecera. Sin embargo, cuando parecía que iba a aceptar, el digimon se echó para atrás, entre asustadizo y desconfiado.

- Espera... Tinkermon también me propuso algo así, y al final caí en la trampa de su capitán... ¿Cómo puedo saber que tu eres diferente?