El león sin colmillos lucha con las garras [Misión de Unsui]

Habían pasado algunas semanas desde su retorno al digimundo, en pocos días había logrado dar con su compañero, reanudando así el viaje que había llegado a su fin algunos años atrás, aunque aquello le parecía algo raro, durante su anterior estancia en el mundo digital paso prácticamente un año allí, pero al volver a su mundo no habían pasado ni diez minutos, y ahora se enteró que esos dos años que paso fuera veemon los paso exactamente igual, siendo así ahora el tiempo entre un mundo y otro fluía de la misma forma, eso en cierta forma le preocupaba, pero al no tener nada de qué preocuparse en su mundo aquello perdió importancia poco a poco, después de todo si le diesen a elegir prefería mil veces más vivir en el digimundo que en la Tierra. Dejando atrás el Monte Panorama, ingresaron a una zona bastante verde aunque algo pelona en cuanto a árboles, según veemon se trataba de la Sabana Engrane, a pesar de haber estado bastante tiempo hacia algunos años, jamás había paseado por aquella zona, se veía bastante tranquila, aunque era demasiado calurosa, mucho mas de lo que Atsushi pudiese soportar – ¿No hay algún lugar con mas sombra por aquí? – murmuro mientras arrastraba los pies, llevando la chamarra en la cabeza tratando de usarla para cubrirse del inclemente sol de aquel mundo. El pequeño dinosaurio azul asintió despacio – Lo hay, pero es una área que custodia Leomon, no sé si es buena idea ir allí – aun con esto dicho, veemon señalo la dirección que debían tomar, e incluso fue por delante de su compañero humano – No creo que se moleste si estamos aquí un par de horas, ni que fuéramos a robarle algo – murmuro despreocupado el joven, buscando en su mochila una botella con agua, para poder beber un par de tragos y reponer energías, dándole un poco a su compañero, caminando de lo mas tranquilos sin imaginar que podrían estar siendo observados.

Veemon movió las orejas mientras avanzaban, girando hacia un lado y al otro pues al parecer había captado algún sonido fuera de lugar en aquel lugar - ¿Qué pasa? – murmuro Unsui mientras sacaba un par de papas de una bolsa de frituras que había abierto poco antes, comiéndolas sin contenerse ni un poco, razón por la cual el pequeño dinosaurio no estaba seguro si confiar en su instinto o seguir andando como si nada por aquella zona – Trato de escuchar…pero haces mucho ruido cuando comes – murmuro refunfuñando antes de que el joven acercara la bolsa – Si lo que quieres es que te dé un poco solo debes pedir, no comenzar a regañarme – veemon gruño por lo bajo al no ser eso lo que quería, mas aun así metió la “mano” derecha en la bolsa sacando un pequeño puño de papas metiéndolas poco después a su hocico. Avanzaron cerca de veinte minutos antes de decidir detenerse a descansar un poco, dejando la maleta en el suelo, el joven de cabellera larga se dejó caer al piso antes de revisar sus cosas – Sigue sonando – veemon saco el D-Arc de la maleta, el mismo emitía un pequeño pitido cada tres segundos, como alertándoles de algo – Lo sé, esta así desde hace ya un buen rato – tomo el digivice con una mano y apretó un par de veces uno de los botones – pero desde que regrese funciona mal, no despliega ya el mapa ni me da información de lo que pasa por aquí, algo debe habérsele averiado – dándole un pequeño golpe con la mano libre, un mapa pequeño, apenas de un par de kilómetros a la redonda, se mostró en la pantalla, mostrándose ellos como dos puntos azules y a una distancia ni muy lejana ni muy corta un punto rojo, al parecer un digimon salvaje- Sabia que algo nos seguía – murmuro veemon dirigiendo la mirada a donde el D-Arc mostraba aquella señal – Vayamos a ver de quien se trata, si el D-Arc reacciona ante eso mas tarde o mas temprano vendrá a nosotros, mejor vamos nosotros a el – apenas había terminado de hablar, Unsui ya se encontraba con la maleta colgando de un hombro, avanzando en línea recta con largas zancadas, usando el D-Arc como brújula para acortar distancia con aquella marca roja en el pequeño mapa. Mientras mas cerca estaban mas ansioso (como preocupado) se veía veemon, el joven por su parte mantenía aquella expresión despreocupada – ¿Sera eso? – murmuro señalando algunos metros mas adelante, un musculoso león antropomorfo se ocultaba…o trataba de mantenerse oculto entre los arboles – No es “eso”, es Leomon – murmuro el dinosaurio azulado antes de adelantarse casi corriendo e inclinarse, realizando una reverencia – Lamentamos haber invadido su territorio, pero deseábamos resguardarnos un poco del fuerte sol, espero no le moleste

Queremos atravesar para llegar a la orilla de la isla y poder cruzar hacia el continente, y ver si de casualidad encuentro algún otro tamer, esto ha estado funcionando algo mal desde que regrese – murmura el joven mostrando su D-Arc a Leomon, analizando su apariencia, en su anterior estancia en el digimundo no se había topado con alguno así que era comprensible que no notase algo raro en el, o si algo le faltaba, mas veemon era un gran fan del digimon frente a ellos y una vez que lo vio detenidamente se puso algo pálido, apuntando lentamente con el brazo derecho, temblándole la mano cuando finalmente apunto a la cintura del león gigante – T…tu…tu espa…espada…leomon… - estando a punto de desmayarse, veemon se fue acercando lentamente mientras Unsui se inclinaba hacia un costado, mirando hacia donde poco antes su compañero señalaba - ¿Cuál espada? – murmuro al no ver arma alguna en donde veemon había señalado – Por eso lo dije, no está – exclamo el dinosaurio azul casi gritando, cubriéndose de inmediato la boca esperando que su grito no hubiese sido escuchado por otros digimon. – Uhm…así que ¿perdiste tu arma? – el grandote no mostraba gran emoción en el rostro, mas no por importarle poco aquello, sino porque así era si personalidad - ¿Te la robaron? – se apresuró a preguntar veemon, viéndosele muy preocupado sobre el asunto – Si es el caso nosotros podemos ayudarte a recuperarla