[U.S.A.] Busacando en la mansión maldita [Mision de Klaster y Takashi Kazama]

Mision solicitada:

Describan como se enteran de que los digimon entraron a la mansión, si llegaron ustedes juntos o si se conocieron apenas vieron la mansión o si irán por caminos diferentes

Me levante temprano ese día y me fui a desayunar era un día tranquilo, me encontraba de viaje en los estados unidos este parecía un buen lugar para pasar unas semanas mientras comía comenzó a sonar mi digivice, me limpie las manos con una servilleta para sacarlo de mi bolsillo y mirarlo, note en la pantalla un extraño símbolo con una voz que hacia un informe según explicaba la voz al parecer se había oído gritos en una mansión  abandonada en una zona de estados unidos, algunos digimons comentaban que 2 digimons habían desaparecido y que la ultima vez que se les vio fue jugando cerca del jardín de dicha mansión también reportaban que había comenzado una tormenta en dicho lugar, entonces dijo que mi misión era buscar y rescatar a los dos digimons lo antes posible. Después de eso la voz se fue y el digivice mostró un mapa con coordenadas de la mansión, mire las coordenadas pensando que por algo me darían la misión ademas me quedaba cerca según las coordenadas de donde yo me estaba quedando así que entonces me levante ya habiendo terminado de comer para luego partir hacia él lugar

Tome una pequeña bolsa con provisiones,una chaqueta de color negro y salí, luego de un rato de caminar y seguir el mapa llegue a lo que pareció un bosque, mire el digivice que según decía que ese era el lugar así que decidí caminar un poco había si encontraba la mansión. Mientras mas caminaba mas podía sentir la brisa fría, mire al cielo y note lo oscuro que estaba y como se escuchaba el tronar de las nubes -Tengo que apresurarme- dije para mi mismo y seguí caminando  colocando un poco mi ante-brazo derecho frente ami para poder ver debido a la brisa, salí del bosque llegando a una gran mansión un poco deteriorada. Me acerque quedando en frente de la gran puerta observando la mansión sin saber que me esperaría dentro.

Finalmente había llegado el fin de semana y un nuevo partido para la selección de la institución se había llevado a cabo, habían ganado por una diferencia de puntos impresionantes, la mayoría habían sido llevado a cabos por el chico de ojos de distinto color, el cual había sido animado y al mismo tiempo abucheado por gran parte del partido, ¿qué culpa tenía de tener una gran habilidad?, practicamente había pisoteado a todo miembro que pisara el campo de basquetball junto a él, ¿su tamaño?, era lo menos importante, lo que realmente valía era la habilidad y la fuerza espiritual que se poseía. Carraspeó con molestia mientras observaba de reojo a todas aquellas personas que se habian atrevido a observarle en gloria y resplendor, no tenían el honor para observarle, no lo valían. Terminó optando en encaminarse hacia uno de los vestidores donde nadie le molestaría, y en lo que llevaba una toalla hacia su cabello que se encontraba empapado por todo el sudor al igual que todo su cuerpo, el dispositivo que se sentía en la obligación de llevar hacia todos lados comenzó a brillar y parpadear con insistencia con un lapsus de dos segundos por cada brillo que le cegaba, y tras pasar algunos segundos comenzó a producir un sonido similar a un chirrido, y molesto por el mismo, el joven de cabellos rojizos terminó tomando el dispositivo y le miró, en lo que la habitación había sido flasheada por una luz brillantísima y una voz femenina se hacía presente como si de su subconsiente se tratase. Debía ir hacia Estados Unidos, al parecer un par de "bichos", se habían perdido dentro de una mansión mientras jugueteaban felices de la vida, que molestia; y antes de que pudiese negarse a aceptar tal misión la voz se desvaneció, ahora estaba en la obligación de hacerlo lo quisiese o no.

Y finalmente tomó su bolso deportivo y se dirigió hacia su lujosa casa que no estaba a más de quince minutos del instituto. Apenas llegó tomó una ducha rápida para no estar todo sudoroso en su travesía y se dirigió hacia su habitación donde observó a un pequeño digimon con apariencia de dragón dormitando sobre el colchón de su cama, al cual no dudó en patear tras unos segundos y tomar un nuevo bolso con algo recursos para el trabajo que se le había encomendado. ─ Es hora de irnos.─ Exclamó sin dar alguna explicación y el Babydmon pasó hacia su siguiente etapa. Viajaron hacia el aeropuerto, el digimon dentro de una maleta y llegaron a EEUU al cabo de unas horas. Bajaron y tomaron un taxi, viajando hacia el lugar indicado, que no quedaba demasiado lejos, y al bajar sintieron como pequeñas gotas de agua comenzarón a chocar con su cabeza, y tras pasar tan solo unos segundos el cabello del chico ya estaba empapado. ─ Que molestia...─ Susurró, en lo que se encaminaba hacia la entrada de aquella mansión que se divisaba a lo lejos, en lo que se encontró con otro chico. ─ ¿Y tú quién eres?.─ Exclamó

Cuando ambos se encuentran en las inmediaciones de la mansión, los digimon ya se han adentrado a la misma, en búsqueda de un refugio de la lluvia que a cada segundo se hace más y más fuerte

Mientras miraba las puertas de la mansión inspeccionando un poco las afueras del lugar escuche una voz que venia de atrás miá, me di vuelta y mire a un chico de cabello rojizo que me hacia una pregunta la cual respondí -Mucho gusto soy Klaster- dije haciendo una leve reverencia para después quedar mirando a aquel chico- ¿y tú quien eres?- me parecía extraño que otra persona estuviera en ese lugar dado que la tormenta cada vez empeoraba mas y la mayoría ya estaban en sus casas esperando que cesara la tormenta, por lo cual pensé que tal vez el chico se había perdido hasta que note que un digimon los acompañaba entonces pensé que también tenia un digivice y recibió la señal, si era hacia entonces estaba bien, no me molestaba compañía ademas de que la ayuda vendría bien pero antes de eso debía asegurarme -¿ Tú que haces aquí?- pregunte sin mas mirando después al cielo notando como la lluvia empeoraba mas y mas y el viento ya era demasiado fuerte como para permanecer a las afueras de la mansión así que abrí la puerta aunque esta estaba algo oxidada estaba semi-abierta justo como para que dos criaturas no muy grandes pasaran por lo cual tuve que empujarla para poder pasar, entonces le hice  señales al chico para que entrara - ven, rápido - dije mientras veía el movimiento brusco de los arboles por el viento y los sonidos de las nubes.

Observó la reverencia de aquel que se hacía llamar Klaster. Obviamente esa reverencia era un clara señal de respeto, era buena señal que supiese cual era su lugar. ─ No es necesario que sepas mi nombre.─ Exclamó, pues no tenía intención alguna de que conociese su identidad, seguramente tan solo era un chico que estaba perdido, pero todo se arruinó cuando el digimon dragón se asomó y se dejó ver por el chico, por lo cual el rojizo frunció el ceño pero se evitó mencionar cualquier tipo de palabra malsonante, no era necesario aún. ─ Tengo que salvar a un par que se perdió aquí.─ Mencionó con suma vagancia mientras sacaba de su bolsillo aquel dispositivo que era llamado Digivice por aquellos que lo observaban, y de este apareció una flecha que apuntó hacia las grandes puertas de la estructura, al parecer sí tendría que entrar, por lo menos no lo pasaría tan mal como creía. Los ropajes del tamer comenzaban a empaparse por efecto del agua que caía de las nubes que se habían juntado en el cielo para arruinarle el día a cualquiera que tuviera planes de diversión. Observó un pequeño charco que se había formado a un lado de su pie izquierdo, el cual no estaba allí hace unos instantes; eso comenzaría a parecer un diluvio y lo mejor sería que se adentrase rápidamente en el edificio.

Esperó para que su acompañante abriera la puerta, después de todo tenía que dejarle ese tipo de trabajo a aquellos que no estaban a su altura. Tosió un par de veces, por lo que llamó la atención del Dracomon, que comenzó a preocuparse un poco por la salud de su tamer, pero este último solo le dedico una mirada para que entraran al lugar, cosa que pasó tan solo al pasar unos segundos. ─ Ahora, si fuera una de esas cosas donde me escondería...─ Susurró mientras llevaba una de sus manos hacia su nuca y tomaba una pose pensativa. Se acercó a uno de los interruptores y lo presionó, pero al parecer no había señal de electricidad en el lugar, ahora lo único por lo que se podían guiar eran las ventanas que brindaban un poco más de iluminación cuando un rayo se hacía presente.

como se ve la mansión x3:

Al entrar ambos son envueltos por nada más que obscuridad y una iluminación pobre apenas les permite una especie de recepción ¿Acaso esta mansión en algún momento intento ser un hotel o posada? Puede o no que se lo pregunten, lo único que importa realmente ahora, es que las 2 puertas frente a ustedes están firmemente selladas. En las laterales hay pasillos, uno de cada lado al igual que escaleras, en el segundo piso hay otras 2 puertas. Y también en las laterales hay un pasillo

Mientras él chico entraba note como su Digimon mostraba una expresión de preocupación por él pero al parecer este lo trataba con indiferencia, no me molestaba que no me dijera su nombre ya que todos tienen sus motivos por lo cual no le di mas importante. Al terminar de entrar observe la plena oscuridad del lugar, un aire frió pasaba por el lugar y se podía sentir la soledad y lo tétrico que se veía lo que apenas se lograba ver por pequeños rayos de luz que entraban, con lo poca luz que había pude distinguir una recepción, algunos muebles, puertas, pasillos y escaleras a un segundo piso. Comenze a preguntarme que había sido aquel lugar en el pasado, tal vez un hotel o una posada, mientras observaba el lugar voltee y mire una piedra un poco grande la cual tome y la coloque entre la puerta para que no se cerrara del todo ya que por el estado del lugar posiblemente  la puerta podría cerrarse por la brisa de la tormenta y por las bisagras oxidadas podría atorarse y seria un problema no poderla abrir luego.

Al termine esa tarea mire al chico de cabellos rojos mientras este hablaba y intentaba dar con el escondite de los Digimons yo solo volví a observar él lugar y dada la oscuridad del lugar lo principal era buscar una fuente de luz, una vela pensé entonces decidí decirle al chico- Deberíamos buscar algo con que iluminar, deberíamos ver si hay una vela cerca de aquí- exclame para luego acercarme a la recepción mirando dos puestas atrás de ella , tome el libro de el mostrador y lo mire por unos momentos solo notando unas firmas y algunas no se podían leer debido al deterioro del libro. Decidí dejarlo donde estaba y acercarme a las puertas, intente abrir la del lado izquierdo pero mas que lo intentara no se abría, pase a la puerta de la derecha que también se encontraba cerrada. Mire el reloj en el centro de la pared, al parecer no funcionaba ya que no daba la hora correcta ni se movía, me acerque a la parte de atrás de la recepción y me agache  en busca de alguna vela o algo en ese momento recordé que traía en mi bolsa una lampara pero según recordaba tenia poca batería, la encendí y esta parpadeaba un poco así que la apague y seguí con mi búsqueda de una vela , por suerte encontré una la tome rápidamente y me acerque al pelo-rojo- encontré una vela, ahora debemos encontrar algo para encenderla, también tengo una linterna pero tiene poca batería así parpadea un poco, no creo que dure mucho- dije para luego agacharme un poco y acercarme al digimon ya que había deducido que por su apariencia de dragón este tal vez podría escupir fuego así que no hacia daño preguntarle- ¿tu puedes escupir fuego? si puedes y si no es mucha molestia podrías encender esta vela?- dije acercándola al digimon.

Crujió los dientes con suma molestia mientras observaba lo obscuro y polvoriento que era el lugar, era realmente un chiquero y no le sorprendía si había más de un nido de arañas escondido por los más pequeños rincones del edificio, y cuando su compañero colocó un tope para que la puerta no se cerrara por completo, lo cual la verdad no había sido una mala idea, igual y era como en las estúpidas peliculas de terror que la puerta se cerraba de forma mística tras sus espaldas y luego se trataba y ni una mole la podía llevar abajo. Se colocó practicamente en el medio del lugar y observó de forma detenida el lugar creándose un mapa mental el cual no olvidaría por nada del mundo, así no se perdería entre la posible infinidad de pasillos, o quizás sí, pero por lo menos recordaría de forma completa ese lugar que como había sido su ticket de entrada debía ser el de salida. ─ Debería de haber una.─ Contestó en respuesta de la idea que había dado el infante. Y mientras este se había dedicado a buscar una vela para poder iluminar mejor hizo uso de la poca iluminación que producían los rayos para subir por las escaleras e intentar añadir esa sección a su mapa mental, mas no lo logró por la obscuridad que había arriba, pues los flasheos de luz no lograban llegar hacia aquella zona. Bajó una vez más con sumo cuidado, pues un paso en falso podía significar que cayera rodando y quedar en ridículo frente a un tipo que no conocía, ¿qué podía ser peor?.

─ Cerradas.─ Comentó en plan de observación tras el intento de abrir las puertas que había llevado a cabo el rubio. Observó el reloj, este tenía un modelo inglés de la época pasada, al parecer estaba bastante bien cuidado, solo cubierto algo de polvo y no funcionaba, era una lástima que no pudiese llevarselo a casa como un artículo más para su colección. Y una vez el rubio llegó con aquella vela tan solo dedicó una mirada hacia su Digimon, el cual asintió y lanzó una pequeña bocanada de aire la cual prendió de forma instantánea la vela, una precisión perfecta para no quemar las manos del joven. ─ Muy bien, paso siguiente, deberiamos revisar primero este piso.─ Llevó nuevamente su mano hacia su barbilla y observó hacia ambos pasillos. Separarse era lo mejor que podían hacer para encontrarlos rápido, después de todo, ¿qué era lo que podía pasar?, era tan solo una mansión, no era como si depronto todo comenzara a levitar y atacarlos de forma desesperada, ¿o si?. Se acercó un poco hacia el rubio para observar la vela. ─ Yo debería llevar la vela, si se apaga Dracomon puede volver a encenderla.─ Y sacó unas baterías que llevaba en el bolsillo, quizás no era el mejor lugar para guardarlas pero suponía que alguna vez las necesitaría, nunca se sabía para cuando podían ser de utilidad. ─ Ten, lleva estas.─ Y simplemente se lo entregó y esperó la vela, para caminar hacia el pasillo que yacía hacia su derecha. ─ Suerte.─ Mencionó secamente y comenzó a caminar, mientras atrás su Digimon le seguía.

Spoiler:

Los pasillos parecen exactamente iguales, el mismo número de puertas, y ni una sola ventana que dé al exterior, en el pasillo izquierdo se escuchara un susurro indescriptible apenas dar unos pasos, mientras que en el derecho se repetirá el mismo susurro pero hasta entrar en la cuarta habitación que es la única que se abrirá (en ambos pasillos, solo la cuarta puerta se abrirá)

Las puertas parecen estar congeladas y ser solo parte de la decoración de la mansión. El que solo una puerta seda con facilidad no implica que no puedas destruir las otras y obligar tu acceso, pero recordar que están en una edificación vieja y precaria, cualquier cosa puede pasar de destruir con demasiada fuerza una de las puertas

Dentro de la única habitación que permite su acceso, en el armario si deciden abrirlo, en su interior encontraran un extraño espejo que parece recién colocado y cuando se ondee como si en un lago cayese una gota de agua podrán ver el pasillo contrario, y como detrás de su camarada en esta misión se cierne una misteriosa y enorme sombra sin que el otro se percate, y si intentan grital para advertirle les sera por completo inutil

Mire al chico de cabellos rojos entregándole la vela y tomando las baterías aunque no me parecía buena idea separarnos tuve que aceptar ya que cierto modo eso nos ayudaría a cubrir una mayor área de la mansión- Igualmente suerte- dije mientras veía al chico irse por el pasillo derecho, luego de unos momento observe la recepción una vez mas y al ver las escaleras pensé que debería revisar arriba por si acaso. Tome la linterna y le cambie las baterías enciendo la haber si funcionaba y al confirmar que sí subí por las escaleras del lado derecho despacio y con cuidado ya que se podía escuchar los crujidos de la madera al pisar cada escalón, al llegar al segundo piso alumbre con la linterna a ambos lados notando solo dos puestas a la derecho e izquierda, ya que la derecha me quedaba mas cerca decidí abrirla por suerte esta se encontraba abierta.

Al entrar note un montón de mesas y sillas, ami parecer era un comedor, pase entre cada mesa despacio y en silencio mirando en una de ellas dentro de un vaso un pica hielo, al verlo lo tome pensando que luego podría ser útil. Luego de pasar por cada mesa no encontré algo mas de utilidad, salí rápido pero en silencio absoluto ya que sentía una extraña sensación como si me observaran, al salir camine despacio hacia la puerta de la izquierda que también se encontraba abierta. Entre y mire un salón con mesas con adornos florares sobre las mismas, una chimenea y un piano, camine en forma lenta observando el lugar notando un reloj igual al que había en la recepción  y al verlo mas de cerca tenia la misma hora que el anterior este tampoco parecía funcionar, camine un poco mirando la chimenea y los arreglos de flores en cada mesa hasta ver el piano para luego mirar la alfombra debajo del mismo, pensé que dada lo antiguo del lugar y el peso constante del piano podría hacer que el piso estuviera débil y si yo pisaba ahí podría el piso abrirse y caerme, así que decidí no acercame mas y salir de ahí.

Al salir y ya haber revisado ambas habitaciones decidí bajar por la escalera de nuevo con cuidado, a paso lento logre bajar y con aun la linterna encendida comenze a caminar hacia el pasillo izquierdo de la recepción, podía escuchar un susurro que no lograba entender así que pensé que era solo mi imaginación que me jugaba una broma, seguí caminando hasta ver 3 puertas, me acerque despacio hacia la primera acercando mi oído a ella haber si escuchaba algo, al no escuchar nada la intente abrir pero estaba cerrada, me acerque a la siguiente volviendo a acercar mi oído a ella, no se escuchaba nada, intente abrirla pero esta cerrada decidí revisar la ultima puerta haber si también estaba cerrada, si era así la intentaría abrir junto con las otras dos. Al acercarme coloque mi oído pero tampoco escuche nada, intente abrir la puerta y esta se encontrá abierta así que entre, tras entrar y alumbrar solo vi dos camas, una mesa con muebles, un armario y un gabinete grande, me acerque notando que por una ventana se lograba distinguir por la poca luz que entraba por ella, comenze a revisar primero por el armario, lo abrí con cuidado mientras se escuchaba el crujir de las bisagras oxidadas. Alumbre y dentro observe un espejo de mano, no parecía tener casi polvo, lo tome y al verme en él note como este comenzó a ondular como si agua se tratara al momento de caerle una gota. Luego de unos momentos vi como el espejo me mostraba a el chico de cabellos rojos con su Digimon, al que me parecía imposible ya que estaba del otro lado del mansión entonces pensé que debía ser una ilusión, pero en ese momento vi una gran sombría que seguía a el chico pero este parecía darse cuenta, quería advertirle pero por un espejo no me escucharía. Después de unos momentos toma y guarde el espejo, pero antes de irme decidí revisar bajo las dos camas de las habitaciones para ver que encontraba.

Antes de adentrarse en el pasillo desvió su mirada al notar que su acompañante no había seguido su orden y había subido las escaleras, lo cual lo hizo molestarse un poco; pues si no encontraba nada que fuese de utilidad allá arriba le daría un buen golpe, y no es que fuese demasiado agresivo, pero si no seguían las ordenes que daba solía enfadarse con facilidad, pero tan solo terminó soltando un suspiro y se adentró en el pasillo, en el cual la temperatura era bastante más baja que en la recepción de la estructura. Había oído por allí que solían haber apariciones, o más bien almas o fantasmas cuando había una habitación que era así. La sala no parecía ser demasiado extenso, pero aquellas cuatro puertas no le causaban demasiada confianza. Se encaminó hacia la primera, la cual no cedió ante el intento de apertura, y lo mismo con la segunda y tercera. ¿La cuarta?, se abrió, y entró a una especie de habitación en la cual no encontró nada que fuese de verdadero interes. Solo un par de sillones y camas, pero absolutamente nada que pudiese ayudarle en su búsqueda, incluso se mantuvo en silencio en caso de oír los murmullos de las pequeñas criaturas que podían estar riéndose, nunca se sabía que era lo que podía suceder. Seguramente había algo allí, alguna llave o algo para abrir las demás puertas, pero lo dejaría pasar por el momento, y su atención cambió en seco tras oír un estruendo que iba desde el piso de arriba.

Corrió a gran velocidad por las escaleras junto a Dracomon, el cual se mantenía en silencio para no volver aún más incómoda la situación. El tronar de la madera solo hacía el ambiente mucho más tétrico, e incluso por la velocidad que había llevado se había apagado la vela, por lo que tuvo que pedir ayuda a su Digimon nuevamente para que la encendiese. La puerta de la derecha no parecía de lo más confiable, una simple corazonada. Y así fue como terminó adentrándose a la puerta de la derecha de todos modos, realmente era un aventurero. ─ ¿Qué ha sucedido aquí?.─ Preguntó mientras observaba hacia todos lados en búsqueda de algo que pudiese provocar tal estruendo, pero tras observar el piso tan solo divisó un par de arreglos florales con sus macetas correspondientes. Y así fue como en un momento escuchó una especie de aullido, ¿qué cojones estaba sucediendo en esa mansión?. No importaba. Nuevamente bajó por las escaleras pero esta vez con un poco más de tranquilidad, y se dirigió una vez más hacia aquella habitación, abrió el armario, cosa que no había hecho la primera vez y tomó una especie de espejo de bolsillo, el cual por simple impulso observó, pero en lugar de observarse a si mismo notó como el rubio estaba siendo acechado por una aparente sombra. La cosa se estaba volviendo sombría, y obviamente desde ahí no le oiría. Dracomon gruñó con levedad mientras batía sus pequeñas alas. ─ Algo aquí no va bien...─ Susurró el pequeño dragón; primera vez que el pelirrojo estaba deacuerdo con su acompañante.

Mientras revisas las camas una creatura te observa desde las vigas del techo, y apenas ve el momento justo cuando te agachas y levantas las sabanas el ser críptido se  precipita a ti con un cabezazo directo a tu retaguardia, la bola rosada con extrañas y largas orejas no puede evitar sino reír tras el golpe que posiblemente conseguirá darte. Segundos después se va rebotando tan rápido como puede

………..

Cuando regresas a la habitación y divisas la extraña sombra tras tu compañero algo también te observa a ti, desde algún rincón totalmente obscuro en aquella habitación, se mantiene atento a todas tus acciones y a las de tu digimon

En ese momento que decidí revisar bajo las camas, acercándome y colocándome entre medio de las dos agachándome levantando despacio las sabanas para ver que había debajo, revise la primera pero no encontré nada así que voltee a mirar la segunda y en el momento que levanto la sabana escucho el crujir de la viga del techo sobre mi lo que me hizo voltear rápidamente mirando por unos instantes a una criatura rosada la cual intento darme un cabezazo por la parte de atrás pero debido al ruido hecho por el mismo al saltar de la viga dado el estado de antigüedad de la mansión me alerto y recibí su cabezazo en mi pecho  haciéndome caer sentado hacia atrás pero logre agarrarlo para que no escapara.

Al verlo con mas detenimiento luego del golpe note que era un Digimon y con una sonrisa amable le hable para que no se asustara - Tranquilo pequeño no vengo a hacerte daño, he venido a rescatarte de esta mansión, y tú amigo ¿donde esta? me dijeron que habían dos atrapados, bueno encontraremos a tu amigo y saldremos de aquí así que calma ¿vale?- dije con una sonrisa amable intentando que confiara en mi, despacio me levante y lo cargue en mis brazos caminando despacio para salir de esa habitación para decirle a el chico de cabellos rojo que había encontrado uno, era mejor encontrarlo rápido y salir de ese lugar por que algo no me daba buena espina y aquella sombra que vi en el espejo no parecía una ilusión del todo.

Obviamente algo no iba bien allí. Un solo dato obvio más y el pelirrojo comenzaría a llamar a aquel Dracomon, "el señor obvio", pues lo único que había dicho era lo más obvio que existía, pero no se lo mencionaría, se lo haría saber en el momento, además, ¿no que los Dracomon eran de los Digimon de la etapa más inteligentes?, ya lo comenzaba a poner en duda. El pelirrojo al notar como el rubio había guardado el espejo lo hizo igualmente, después de todo tendría que terminar averiguando que era esa cosa, quizás y era tecnología que no perdía nada si luego podía vender o similar. Finalmente estaba decidido en retirarse de la habitación, y cuando estaba a punto de dar un paso en falso para acabar fuera de aquel lugar comenzó a observar como algo similar a unos ojos brillantes se aparecían desde una esquina, luego se movió debajo de la cama, para terminar desapareciendo en el acto. Estaban jugando con su paciencia pero al mismo tiempo con su cordura, ¿qué podía ser esa cosa?, posiblemente era uno de los Digimon que estaba buscando pero no había otra forma de descubrirlo sino atrapándolo.

Miró finamente hacia su Digimon leyendo los pensamientos de este sin ningún problema. Desvió su mirada nuevamente hacia aquellos ojos brillantes y se acercó con lentitud. Paso lento y sereno, seguramente si se exaltaba y si lo encontraba de forma muy abrupta este lo atacaría y terminaría huyendo. ¿Qué era esa cosa realmente?.

-¡auxilio! Me secuestran, ¡un humano que dice ser buenito me secuestra! ¡¡que alguien me ayude!!- sus gritos resuenan en toda la habitacion, mientras forceja inútilmente, como literalmente fue atrapado como un portero que ataja un cañonazo, sus posibilidades de escape se ven severamente reducidas -sino me sueltas, te va a ir mal humano- advierte enojado -¡suéltame! ¿Por qué dices que vienes a rescatarme? Esta es solo una mansiónsota y yo… nunca te diré dónde está mi amigo- farfulla esto último enojado eh indignado, ya no forcejea pero se nota apenas te descuides él se escurrirá como mejor pueda de tu agarre

……

Conforme te acercas el dueño de los pequeños destellos se escurre de una esquina a otra. Si lo analizas detenidamente te darás cuenta que más que simplemente escurrirse de un lado a otro, los pequeños destellos desaparecen de la vista y tras una especie de sonido de rebote aparecen en otro punto de la alcoba. El último punto al que se mueve es debajo de la cama que esta contra la pared y allí permanece. Recuerda que vas junto a un rockie, levantar o mover una cama antigua no debería de ser gran problema para él, pero deberán de tener cuidado, pues el suelo es madera, madera vieja y en las edificaciones antiguas de U.S.A. es de lo más normal tener un sótano

………………..

En la recepción de la mansión, apenas llegues a esta, podrás distinguir una figura femenina y con la luz que alcanza a filtrarse por la puerta entre abierta puede que puedas entre ver claramente a una mujer de gran atractivo y exuberante belleza, la cual al llegar a la zona, te observa detenidamente con una sonrisa socarrona pintada en su rostro -no solo ladron, sino que también secuestrador ¿eh?- te dice burlonamente -¿y que castigo debería darte, jovencito? Realizas un allanamiento de mi morada, la recorres de un piso a otro, te robas MI propiedad, y además secuestras a un pequeño…- enlista tus previas acciones como si de crímenes se tratasen -¿Qué debería de hacer contigo y tu otro par de amigos? Al fin de cuentas hacen el mismo tipo de cosas…-

Mujer:

Al ver la reacción y como entraba en pánico el pequeño Digimon de color rosa intente que se calmara aunque parecía que los intentos eran inútil en ese momento mientras lo sujetaba no sabia que hacer hasta que pensé que tal vez si le daba comida se calmaría, entonces saque unos chocolates de mi bolsa y se los ofrecí mientras aun lo sujetaba para que no escapara - ¿quieres chocolate? tal vez esto te ayude a calmarte - dije dándole los chocolates en la boca, después de eso se me ocurrió por alguna extraña razón sacar mi Digivice y mostrárselo en ese momento la imagen de Mystimon apareció en la pantalla mirando al pequeño Digimon - Tranquilo pequeño Koromon, este humano ha venido a sacarte de la mansión ya que hay una tormenta a fuera y es peligroso que estés aquí ademas hay una presencia maligna en este lugar, por eso te pido por favor que confíes en el humano es un buen chico y te protegerá- luego de que Mystimon le dijera eso parecía que el Digimon se había calmado a lo cual la imagen de Mystimon en el Digivice desapareció, mire al Digivice sin saber mucho de lo que sucedió así que mire al Digimon y con una amable sonrisa- Así que te llamas Koromon, mucho gusto soy Klaster- dije manteniendo aquella sonrisa levan dome despacio con Koromon en brazos dándole otro chocolate para luego caminar hacia la puerta y salir de la habitación, mientras caminaba por el pasillo mire a Koromon- tienes que decirme donde esta tu amigo, es peligroso que ambos estén aquí solos.

Mientras salia del pasillo esperando la respuesta de Koromo mire una figura en la recepción, parecía una mujer aunque no lo distinguía bien, me parecía raro que una mujer se encontrara en ese lugar eso pensaba hasta que una rayo de luz paso por las ventanas y logre ver que no era una mujer normal, esas alas ya apariencia parecía un demonio, esta era hermosa lo admito y me veía con una sonrisa un poco extraña mientras me acusaba de ladrón -¿Quien eres? no lo secuestre, estoy aquí para sacarlo de la mansión es muy peligroso que este aquí - yo aun me cuestionaba lo de ladrón entonces pensé en el espejo- esto es tuyo? si lo es lamento haberlo tomado- dije mostrando le el espejo, al parecer esta sabia de que el chico cabellos rojos y su digimon estaban también aquí- Disculpe si hemos invadido su propiedad, no lo sabíamos solo venimos para sacar a este pequeño y a su amigo de este lugar- Dije esperando que aquella mujer nos dejara salir tranquilamente de la mansión - solo iré por mi amigo, encontraremos al otro pequeño y nos iremos sin molestarla mas, ¿esta bien?- dije acercándome despacio para devolverle el espejo haciendo una reverencia al hacerlo para luego quedarme mirándola con una sonrisa amable esperando su respuesta.

Se acercó con lentitud hacia su pequeña presa y cuando le perdió de vista notó como estaba al otro lado de la habitación,y en un parpadeo nuevamente estaba en otro lado, estaba jugando con su cabeza y eso le estaba molestando de verdad, no jugaría todo el día con aquella cosa, y mucho menos si lo estaba gozando. Y cuando notó nuevamente su presencia este estaba bajo la cama que estaba en el rincón de la habitación. Estaba practicamente atrapado, por lo que con una ceja alzada se acercó a la cama y la empujó con lentitud con un ojo sobre el lugar que movía y su digimon se mantenía fijo en que no se escapase por otro lado, y cuando la movió por completo notó aquella bola morada de ojos rojos que reía con malicia. Y en un momento de incómodo silencio se quedaron observándose a los ojos, y cuando la calma se rompió este dio un gran salto intentando escapar del lugar, pero antes de que fuese demasiado lejos el pelirrojo cerró la puerta de la habitación y el Dracomon la atrapó y la mantuvo sobre sus brazos. El Pagumon no mostró mayor resistencia, solo se mantuvo riendo con malicia sobre los brazos del digimon dragón, ahora solo quedaba que atrapasen al sobrante. Revisó en sus bolsillos y sintió nuevamente aquel espejo, y tras pensarlo detenidamente prefirió dejarlo en aquel mismo lugar, después de todo esa tecnología ya era conocida, además... ¿para que querría ver el rostro del rubio todos los días?, ya le era suficiente observando el digimon dragón todos los días.

La verdad el pelirrojo no tenía intenciones de llevar al pequeño Pagumon en sus brazos, por lo que solo dejó que su compañero lo llevase, y cuando salieron de la habitación caminó por el pasillo y observó las puertas que se mantenían cerradas, pensando en el misterio que podían mantener detrás, aunque quizás tan solo eran habitaciones vacías o completamente parecidas a la última que revisó. Y cuando nuevamente apareció en la recepción solo escuchó las últimas palabras que pronunciaron la voz femenina. ─ ¿Qué está sucediendo?.─ Y cuando observó que el rubio entregó aquel espejo a la dama que se habia aparecido místicamente frente a sus ojos tan solo alzó una ceja. ─ La otra está en la habitación del fondo.─ ¿Inclinarse y hacer una reverencia?, esas eran el tipo de cosas que hacían en su honor, osea algo que no haría por absolutamente nadie más a menos que fuese muy necesario. Dracomon gruñó con molestia tras notar como aquella fémina no era una humana, sino una digimon con un nivel mucho más superior que cualquiera que los presentes. Por lo menos el Pagumon no molestaba y se quedaba entre los brazos del rookie completamente quieto.

-hmm… ¿crees que con devolver el objeto y decir que lo sientes basta?- indaga recibiendo el objeto con su mano izquierda sin borrar la socarrona sonrisa de su rostro analiza al chico frente a ella

-me dieron chocolate- dice tras terminarse el ultimo bocado, es claro que ahora está totalmente calmado y no le molesta ir en brazos del rubio

-a mi este par de tacaños ni hola me dijeron- se queja cuando el pelirrojo y su dragón llegan a la recepción

-pero que veo, prácticamente los 2 lados de una moneda… pero que interesante…- suelta una carcajada salida de una dama de alta sociedad inglesa -¿Qué tal si como me devolviste este espejo, dejan a esos pequeños donde los encontraron y se… LARGAN de aquí?- durante una sola palabra son cordial tono de voz cambio drásticamente a uno agresivo y aterrador, sin embargo sus movimientos permanecieron siendo educados y diligentes, en verdad se comportaba como toda una dama de la “socialite” (alta sociedad)

Mire a mi derecha y note al chico de cabellos rojos con su Digimon que sostenía a otro mas pequeño, al parecer ya habíamos encontrá ambos Digimons perdidos por lo cual la misión estaba hecho, bueno eso pensé hasta que aquella mujer con aquella elegancia hacia una pregunta aunque esta era mas una orden, quería que abandonáramos el lugar y dejáramos a los Digimons ahí lo cual me pareció raro, el cambio repentino de su voz y cuando pude analizarla bien se notaba que era un Digimon, note también que al parecer los pequeños no sentían miedo y estaba tranquilo ante la presencia de ella, como si ya estuvieran acostumbrados. Recordé aquellas palabras de Koromon cuando lo encontré "¡auxilio! Me secuestran, ¡un humano que dice ser buenito me secuestra! ¡¡que alguien me ayude!!" me quede pensando todo detenidamente, las palabras de Koromon, su aparente costumbre ante la mujer, y la reacción de ella al acosarme de secuestrador. Por fin lo entendí, esos pequeños Digimons no estaban perdidos, ellos vivían ahí y esa mujer era como su madre por eso los pequeños no se asustaban frente a ella, también eso explicaba por que Koromon me ataco ya que en si, si lo estaba secuestrando.

Aun cargando a  Koromon en mis brazos  dándole otro chocolate dije- Señorita, lamento todo esto se que no quiere lo mas rápido posible fuera de su propiedad pero hay un inconveniente, afuera hay una gran tormenta con vientos muy fuertes, esta mansión es muy vieja y si la tormenta continua tal vez la mansión no resiste y se caiga a pedazos y tal vez para usted no sea problema pero para los pequeños podría ser falta, por lo cual le pido que nos deje llevarlos a un lugar seguro, cuando pase la tormenta los devolveremos sanos y salvo, usted también debería venir ya que una dama no debería estar sola en una tormenta como esta.-dije con una sonrisa amable y tranquila- entonces, ¿acepta señorita?.

Por el momento, tan solo miró con una expresión calmada, que en realidad escondía una ira asesina al Pagumon que acababa de quejarse, si salían de allí de verdad le jodería el viaje entero hacia el destino donde debían llevarlos en primer lugar, así aprendería que no podía meterse ni quejarse de lo que hacía Takashi Kazama, una de las mentes con mayor genio y habilidad atlética en todo Japón. ─ Deja de quejarte.─ Comentó cuando tuvo la oportunidad, regañando al Pagumon mientras sus rojizos ojos le miraban fijamente al rostro, colocando al instante una expresión de molestia, por lo que el pequeño Digimon bebé terminó calmándose en los brazos del dragón. Un momento, ¿largarse así como así?, no, no lo haría, ya se había mojado y había caminado un buen rato por una maldita mansión que si un rayo le caía terminaría destrozada en un instante para irse con las manos vacías... aunque practicamente era así, ya que su acompañante era quien cargaba al digimon que supuestamente estaba siendo rescatado.

Estaba apunto de abrir la boca para decir lo que pensaba, pero fue interrumpido cuando el rubio comenzó a intentar convencer a aquella mujer con sus palabras de compresión y lógica; la verdad iba a mencionarle practicamente lo mismo, ya que si se caía la edificación con la tormenta todos terminarían bajo los escombros, si es que no acababan en datos o simplemente atrapados bajo la madera por el resto de la eternidad. ─ Sí, sí, eso. Esta cosa se caerá en cualquier momento, incluso usted debería pensar en cambiarse de hospedaje.─ Y vaya que le costó tratar a una persona de "usted", y a pesar de que poseía un orgullo intacto, sabía cuando debía ser sociable y no un jodido amargado que solo se interesaba por si mismo como solía hacerlo, después de todo quería seguir viviendo. Y de un momento a otro un pequeño temblor comenzó, un rayo había impactado chocando con la tierra, cosa que no era de lo más normal, y comenzó a observar como la mayoría de las pinturas y cosas de la recepción comenzaban a caer, aquel lugar estaba en las ruinas, y posiblemente dentro de nada ni eso quedaría.

-hmmnn… tiene sentido lo que dices pequeño humano- saborea cada una de sus palabras para terminar por chasquear sus dedos de la mano izquierda, automáticamente los bebés se escurren del agarre de quienes los llevan y van hasta la mujer digital -bien, si están tan bien informados ¿alguna sugerencia de donde podamos ir?-

Sonríe amablemente mirando a aquella dama la cual parecía haber aceptado la oferta de abandonar el lugar, ya que me había dado la razón puesto que era la verdad ya tarde o temprano la mansión podría colapsar y seria mejor irnos pronto de lugar antes de que dicho evento sucediera. Mire como aquella mujer con solo un chasquido de su mano izquierdo Koromon y  Pagumon y iban rápido hacia ella saliendo de mis brazos y de los brazos de Dracomon, al parecer la mujer quería opciones de lugar a donde irse o cambiar de domicilio, así que tuve que pensar por unos momentos para luego responder le - Pues Señoría podría volver al Digimundo, o luego si gusta podríamos conseguirle otra mansión donde pueda alojarse, por ahora seria mejor que fuéramos saliendo de aquí lo mas rápido posible, no se sabe por cuanto resiste la estructura- dije acercándome a la puerta principal empujándola un poco para abrirla, al abrirla salí un momento para verificar la zona y si era segura pasar, al parecer solo había algunas ramas tiradas y un viento frió pero era medianamente seguro así que volví a dentro y mire a la mujer- Bueno la zona es segura por ahora deberíamos aprovechar y salir, primero las damas y con cuidado señorita hay mucho viento a fuera-dije esperando que ella saliera para que el cabellos rojos y yo pudiéramos seguirla -con cuidado, el viento podría arrancar escombros o ramas y lanzar las hacia nosotros- dije al ver tal viento que había y aun se mantenían las nubes de tormenta en la zona así que había que apresurarse para a la vez ir con cuidado.

Bueno, la verdad se sorprendió de la caballerosidad y de como el rubio había logrado mantener la situación de una forma no-agresiva, cosa totalmente contraria que hubiese hecho el pelirrojo, tan solo terminó riendo muy levemente, al parecer la cosa había salido mucho más fácil de lo que creyó en una primera instancia, además había logrado completar su tarea de una forma satisfactoria y no había tenido que hacer todo el trabajo. ─ En el digimundo hay buenos lugares.─ Respondió como afirmación ante la idea que ya se había dado, era algo molesto que practicamente el rubio lograse decir lo que estaba apunto de decir tan solo unos segundos antes. Un momento, pero la segunda idea que había dado si le desconcertó un poco, ¿encontrarle una nueva mansión?, no tenía tiempo para complacer los deseos de una mujer que hacía lo que quería con tan solo el chasqueo de sus dedos, después de todo esa era lo que él solía hacer con todos sus peones o seguidores que poseía en el instituto, después de todo era el rey, los ojos de dios.

En el momento en que su compañero abrió la puerta, una leve brisa golpeó de lleno en el rostro del tamer, salió de allí con las manos en los bolsillos sin importarle la caballerosidad y tan solo elevó su mirada. La lluvia finalmente había cesado y el viento frío era lo que dominaba actualmente. ─ Buen trabajo.─ Mencionó sin más haciendo referencia al buen trabajo que había llevado a cabo aquel chico que le había acompañado, después de todo habían salido ilesos de aquel lugar, o por lo menos seguían ilesos de momento, cosa que no podía repetir sobre la mansión. Dracomon tan solo se dedicaba a mantenerse en silencio en su lugar, esbozando algunas sonrisa ocasionales al notar el contento de su tamer. Había sido una buena experiencia.

-entiendo… en ese caso me volveré al Dark área- tras decir eso, un espectral portal se abre frente a la mujer y lo cruza seguida de sus “hijos”, el Koromon se despide amablemente del rubio pero el pagumon le lanza una fría mirada al pelirrojo y una mirada condescendiente al digimon del mismo