una tarde fuera de serie

*Era un buen dia, los pajaros cantaban, el sol brillaba y la brisa del mar se podia sentir, un dia perfecto pasa salir con mi Strabimon a pasar un buen dia en un barco pescando, despues de todo ambos debiamos despegarnos del virus y necesitabamos unas vacaciones fuera del mundo digital, por tanto fuimos al puerto y ver si ese dia conseguiamos algo de suerte*.

Aun acostumbrándose a esa gran aventura que recién estaba en su etapa inicial, el joven Rodriel regreso al mundo humano en compañía de su nuevo aliado, el cual, a pesar de que apenas se estaban conociendo poco a poco se ganaba aún más el cariño del canadiense. Su regreso no fue precisamente a la ciudad natal del nuevo elegido, por el contrario, fue a un lugar más cercano a su nueva forma de vida, la isla digi.

Tenía muy en claro que él sería el chico nuevo entre los tantos estudiantes que tienen el privilegio de convivir junto a sus digimons, pero esto no le preocupaba en lo más mínimo, ni siquiera sentía prisa por adentrarse al recinto, solo pensaba en seguir disfrutando de esa nueva historia que estaba por escribirse.

Tomo un pequeño paseo por el área del puerto, la suave brisa le recordaba que todo lo vivido es real, y el hecho de no ser el único con tal privilegio, le permitía pensar en las cosas que podría aprender de sus nuevos compañeros.

- ¡Juguemos! – Exclamaba Monodramon mientras señalaba al digimon que se encontraba en el agua.

- No tienes remedio – suspiro el joven antes de sonreir – diviértete, ahora te alcanzo –

Monodramon se abalanzo al agua sin siquiera meditarlo, haciendo que fuera casi imposible no darse cuenta de su presencia.

- Hola soy Monodramon – saludo el pequeño digimon.

*Luego de un rato de no haber podido pescar nada, decidio sacar a su strabimon y darle algo de relajo y ayuda a Kamen, ya que asi se le haria más facil capturar algun pez, Strabimon lo ayudaba metiendo sus garras y sacando algunos peces, eramos practicamente los unicos callados y tranquilos de la zona, ya que pude ver a un Monodramon y a un Strabimon con sus respectivos Tamers y lo mejor que podia hacer en ese momento era acercarme y ayudarlos*.

Sentí como alguien se acercaba recorriendo el muelle, involuntariamente miré hacia de zaga para saber de quién eran los movimientos, uno nunca sabía si era un hombre que te quiere tomar por sorpresa o un Yakuza pero al darme cuenta vi que era un simple niño escoltado por un Monodramon, esto se aproximaban a nosotros al vernos. La realidad es que solo giré para esto, del brazo de mi Kimono saqué un cuaderno para diseñar a Mikael el cual salía del agua con pescado en sus zarpas, Mika prefería la carne antes que el pescado pero se iría domando a este último aunque él era usualmente renuente a esto ya que la carne sabía mucho mejor que el pescado en su sentencia, pero lo cierto era que era dificultoso encontrar carne variada por lo que la comida familiar de la casa era el Curry con sus hongos predilectos. Shitake.

Era obvio que Mika era riguroso con sus elecciones y con la totalidad de las personas o Digimon; entre estos estaban los de su especie misma, lo único que sentía hacia un igual de su tipo era territorialismo y eso solía volverlo algo más áspero de lo normal. Al ver al Monodramon arrugó tenuemente el entrecejo, no era territorial con otros digimon, solo áspero- Un gusto, Soy Mikael. Un Strabimon. –El digimon hombre bestia salió del agua o al menos su torso con intenciones de dejar el pescado en la cubeta. Miré al chico que se acercaba hacia nosotros, le dediqué una sonrisa sutil y amable, femenina más que nada pues eso era lo que parecía y nadie distinguía, una fémina de facciones delicadas. Me acerqué al muchacho y miré hacia atrás viendo en el barco a otro tamer al cual sonreí y dejé de mirar para encaminarme hacia el albino- Un gusto, debes ser un tamer. Mi nombre es Keith, Keith Sorcerer –Extendí mi fina mano hacia el menor.

Inmediata fue la respuesta ante las acciones del pequeño dragón, quien desde su encuentro con aquel Patamon, comenzaba a encontrarse con digimons que poseían un tamer. Abierto pero meticuloso, Monodramon se mantuvo observando siempre a su alrededor, al punto de no solo notar la presencia de otro digimon, sino también la leve gesticulación de Mika, más se limitó a asentir con la cabeza tras la respuesta de este.

Fuera del agua, el albino se acercaba lentamente al lugar donde se encontraba su compañero, encontrándose en ese punto con una tamer quien le extendió su mano en forma de saludo

- El gusto es mío – respondió el novato – mi nombre es Rodriel – expreso en forma de presentación, para luego hacer una pequeña pausa mientras también extendía su mano a quien podía considerar su igual, en lo que a ser tamers se refiere – técnicamente acabo de convertirme en un tamer, por lo que soy nuevo en el asunto – agregó – más siento que me estoy acostumbrando bastante rápido – concluyo mientras observaba hacia la posición del otro elegido que se mantenía un poco alejado.

*Seguiamos en el barco y cuando Strabimon noto que habia otro de su misma especie, este estaba dispuesto a atacarlo, pero recordo que debia encontrar calma interior y que no debia llevarse impulsos y comenzamos a hablar, hasta llegar a donde estaban el Monodramon y el otro Strabimon*.

Kamen: Calma, no deberias volverte loco, recuerda que te enseñe balance y equilibrio y no debes dejarte llevar por lo impulsos.

Strabimon: Lo se, pero nunca me he llevado bien con mis pares y eso me hace ser agresivo y algunas veces odioso.

*Llegamos hasta el tamer de Strabimon y el tamer del Monodramos y los saludamos*.

Mikael entornó los ojos con vivacidad, había notado en su semejante que sus instintos lo habían dominado por un instante, era normal, pero para sí mismo era algo del pasado que debía controlar con facilidad ya que su lado ‘‘lumínico’’ caballeroso, gentil y amable le hacían dar un paso atrás para que cavilara sus acciones. Captó con su oreja izquierda las palabras del castaño agudizando el oído, Mika no evitó contener una media sonrisa de diversión y seriedad, no iba a atacar a nadie pero si tenía las intenciones de combatir ese no sería un problema siempre y cuando no abusara de su superioridad en cuanto a la evolución campeona o ultra que tuviera. Estaba escrito en toda la cara de aquel Strabimon que era impulsivo y orgulloso cosa que Mika no era tanto sino que él era hiriente por fuera pero cálido por dentro. El digimon salió del agua agarrando el muelle con sus garras y al salir se sacudió irguiéndose, se acercó a mí con paso firme y afirmó con su cabeza- Pesque unos cuantos peces, sabes que odio el pescado ¿Por qué no hacemos curry? Me sale mucho mejor que el sushi –El digimon tenía la buena costumbre y facilidad de aprender las artes culinarias siempre y cuando se tratara de carne o cosas saladas, inclusive de pescado.

El digimon se cruzó de brazos observando meticulosamente a los presentes, aunque su mirada era un tanto perturbador pues su ojo derecho no era rojo sino que era de color blanquecino perlado, era precioso pero a decir verdad era un poco molesto cuando te miraba, yo por mi parte lo veía simpático pero el digimon tenía en su cuerpo un cicatriz atravesando su ojos heterogéneo de color blanco perlado, le faltaba una parte de la oreja izquierda y llevaba un tatuaje hecho por mí con mucho cuidado sobre el pelaje del hombro izquierdo, me había costado pero era precioso- Lamento la apariencia de mi camarada, tuvo sus percances en el pasado, aunque el tatuaje lo hice yo y tengo ese mismo en la muñeca. ¿Os gustaría que comamos algo? Podemos bajar y cocinar en el borde del lago mientras ellos pescan ¿En? –Sonreí de forma amable y femenina a ambos muchachos mientras la mirada de reojo y aniquilación de Mika era fulminante.

Off:

La sensación de hostilidad generada por el compañero del castaño fue notoria pero leve, lo cual le hizo un suceso de poca importancia, sobre todo ante el saludo del tamer. Por otro lado, Keith realizo una propuesta que al joven albino, como buen amante de la gastronomía se le hacía difícil de rechazar.

Su compañero, Monodramon, salió del agua con ansias de que llegara uno de sus momentos favoritos del día, la hora de comer, aun así, sabia ser paciente y no dejar que sus ganas de alimentarse se vieran reflejadas en sus acciones, mas su tamer, a pesar del poco tiempo que llevaban juntos, podía saber con exactitud en que pensaba.

- Me parece bien la idea – respondió el joven – sería bueno dividirnos el trabajo, de ese modo sea más satisfactorio el resultado – agregó.

*Ante la propuesta de el albino, senti que lo mejor para mi y Strabimon era la tarea de recolectar leña, la del Strabimon del otro tamer llamado Keith era la de cocinar y la del Monodramon era el fuego, ya que era dragon, senti que era lo mejor y digo*.

Kamen: Me parece bien chicos, yo con Strabimon iremos a buscar leña para el fuego.

*Comenzamos a cortar algunos arboles con la habilidad de Strabimon*.

Sonreí al auscultar la conformidad de ambos tamer, Monodramon había salido del agua y así poseeríamos más apoyo, al parecer el chico de cabello castaño se encargaría de la leña pero lo cierto es que sin leña no podríamos encender el fuego. Miré a Mika y él a mí con el entrecejo arrugado, la única vez que le había simpatizado un digimon, era un pequeño Dorumon y le había parecido asaz curioso quizás le había embelesado...El digimon meneó la cabeza nerviosamente y se acercó a ambos a ayudar con la leña y al llegar se quedó pensando por un momento- No quiero ser agresivo pero...Donde planean cocinar esto... –Dijo con sarcásmo el digimon y revoleo los ojos hacia su camarada que seguro tenía algo planeado- De seguro en el muelle hay alguna tienda o algún lugar donde nos den ollas para hacer el curry, tranquilo Telperion –El digimon me lanzó una mirada de total desaprobación, odiaba que lo llamaran por ese nombre pues era serio completamente y al él le gustaba que lo llamaran Mikael, en cualquier caso Mika.

Caminé a buscar las cosas para cocinar y Mika se acercó a Monodramon- ¿Me ayudas con la madera? Así concluiremos más rápido, Puedes llamarme Mikael si gustas...Telperion es mi segundo nombre y no me gusta usarlo mucho –Comentó algo apenado y se acercó a cortar árboles con sus garras- ¿Aun no evolucionas Monodramon? Yo llego a la evolución de Lobomon y Dobermon, aunque prefiero a Lobomon de la luz, así evolucionare en Garmon, Beowolfmon y luego en AncientGarurumon –Hizo un gesto de orgullo por sus evoluciones de la luz.

El pequeño dragón miró a su compañero antes de partir con el equipo que se encargaría de recolectar la leña, conocía las indicaciones de su tamer o al menos eso era lo que sentía por lo que su objetivo de trabajo era más que claro. Mikael, compartió información sobre sus líneas evolutivas de las cuales se enorgullecía, esto hizo que Monodramon, por primera vez tuviera curiosidad sobre su futuro.

- Llevo poco tiempo en esta forma, por lo que no se había pasado por cabeza la idea de evolucionar de nuevo, aunque ahora que lo mencionas, espero que sea cuando Rod lo necesite – contestó el digimon morado mientras cortaba con sus garras algunas ramas selectas de distintos árboles para no afectar en gran proporción el lugar.

Entre tanto, el elegido de ojos rojos fue en busca de los utensilios necesarios para preparar la comida, por lo que se separó por unos minutos del grupo para ir a preguntar en los alrededores y así completar con uno de sus aportes.

*La verdad es que decidimos permanecer callados yo y Strabimon queriamos acabar rapido la tarea, por lo que mientras que Mika y Strabimon cortaban la leña, yo cargaba la leña hasta donde se haria la fogata, pero senti que algo malo sucederia de prontro, por tanto en cuanto deje la leña, me fui a la orilla a meditar un poco*.

Ahora que Mikael lo pensaba aquel Strabimon y el castaño no habían ni siquiera intentado unirse a la conversación, solo cuando decidió unirse a comer con nosotros ¿Acaso solo lo hacía por la comida? Eso respondía a muchas cosas, la verdad el digimon demonio no estaba de mucho humor como para discutir sobre ese tipo de cosas, además no era su problema lo que hicieran no tenía una relación amena con sus parientes de especie y nunca la tendría. Miró al pequeño dragoncito con una suave y escurridiza sonrisa la cual solo llegaba a estar de medio lago, nunca se lo había visto sonreír, solo yo lo había visto y era porque vivía conmigo o por aquel Dorumon que había causado un ‘‘algo’’ En Mika. El Monodramon parecía no tener mucha curiosidad hasta que Mikael nombró las líneas evolutivas que llevaba, lo cierto es que el digimon estaba ansioso por poder pasar a su evolución ultra y todas estas ansias se convertían en coraje, coraje que él usaba para luchar. Mika movió las orejas hacia atrás al ver que uno de los humanos al terminar su tarea dejó de trabajar, acomodó los leños y miró sus garras- Monodramon ¿Podría pedirte que encendieras brasas? –El mismo no podía, pues no tenía el poder del fuego solo sobre la luz y al parecer el castaño no iba a cooperar. Mikael rodó los ojos, molesto ante la actitud del castaño, y fue a buscar el pescado para luego regresar con el mismo.

Agarré dos ollas que pedí en el muelle, compré arroz y algunos ingredientes para el curry, por suerte estábamos en un muelle y había algunas tiendas. Cogí lo comprado y miré a mi acompañante- Volvamos, creo que tenemos lo indicado –Comenté dándome la vuelta para volver con los digimon.

Sin mucho esfuerzo, cada uno de los equipos culminaron con su trabajo, los leños estaban cortados y organizados, y se tenía todo lo necesario para poder preparar la comida, ahora era momento de que el pequeño Monodramon cumpliera con una de sus tareas más importantes, encender la leña para poder continuar. El pequeño dragón genero una pequeña ráfaga de fuego, suficiente para poder cumplir con su misión sin dañar los alrededores, su control era bastante bueno, y eso lo había aprendido de su tamer.

- ¡Listo! – exclamó el digimon morado.

Mientras tanto el tamer del pequeño dragón regresaba de su tarea, dejando ver que ya podían comenzar con la preparación de la comida.

- Si gustan puedo ayudarles con la preparación – musitó el joven – no seré un experto en la cocina, pero he aprendido varias cosas de mi madre – expresaba orgulloso de las habilidades de esta debido a su profesión como gastrónoma.

*Una vez que Kamen termino de reflexionar y pensar, decidio regresar al grupo y pregunto*.
Kamen: Lamento no ser muy comunicativo y se me olvido presentar, pero mi nombre es Kamen Ryder y mi compañero Strabimon se llama Alex, lo que pasa es que estoy sintiendo que algo malo sucedera pronto y como lo se, eso es porque tengo un sexto sentido para ello.

Alex: Es cierto, casi siempre acierta con ese tipo de cosas o predicciones que tiene y yo igual y todo se debe a nuestro duro entrenamiento de artes marciales, a veces nos dejan sentir energias o auras o predecir si ciertas cosas son buenas o malas.

Ya estaba todo preparado y listo, Mikael se encargó de clava maderos anchos a los costados de la fogata y poner uno sobre aquellos primeros para colgar del madero la olla en la que haría el curry, el digimon me miró e improvise poniendo algunos troncos para posar una tablas y empezar a picar los ingredientes del curry. Mikael esperó a que Monodramon atizara el fuego lanzando una llamarada, esta no dañó nada a su alrededor así que Mika lo vio como una buena cooperación. Miré a Rodriel y sonreí amablemente- Gracias, si me quieres dar una mano ven, será más rápido –Animé al chico ya que parecía no solo orgulloso de sus habilidades culinarias sino que con ganas de participar. Mikael agregó varios de los ingredientes como para empezar con la salsa, era de un color marrón. Strabimon cogió una cuchara de madera empezando a revolver la salsa y levanto una oreja moviéndola en dirección al humano castaño para escucharlo y a su camarada ¿Presentían que iban a pasar cosas malas?- Keith sorcerer –Dije dedicándole una sonrisa femínea y amable, Mika se molestó por el comportamiento poco voluntario del humano y más aún por la ridícula excusa que le estaba dando, claro a menos que fuera un cambio de clima pero nunca había escuchado que un humano por artes marciales presintiera cosas buenas o malas, solo auras y pasaba pocas veces- Mikale Telperion Sorcerer...Y Ryder, por favor absténgase de decir ese tipo de cosas, a menos que sea un cambio de clima o un problema con la comida y o, claro, un accidente, dudo mucho que un digimon con malas intenciones pueda entrar a esta isla la cual está cubierta por una barrera que evita que los digimon de ese tipo entren, que los digimon evolucionen y que los digivice funcionen...Además está llamando a la mala suerte...Y créame no deseo más de la que tiene mi camarada. –Dijo secamente el digimon demonio mientras tomaba los ingredientes que le pase y se limpiaba las garras para usarlas y arrojar los componentes del curry a la cazuela.

Fruncí el ceño y miré a Mika el cual me fulminó con su mirada pero volvió a su trabajo sin replicar- Lo siento, Mikael no poseé conocimiento de la definición de sutileza –El digimon abrió la boca para decir algo pero calló dejando en sus labios una sonrisa socarrona y de medio lado.

Al ver que su oferta había sido aceptada, el peliblanco se encargó de la preparación del arroz, algo sencillo pero donde también era fácil cometer algún error, aun así, tenía experiencia suficiente como para evitar cualquier inconveniente. A los pocos minutos se acercó el castaño en compañía de su blanco digimon, decía que tenía una especie de premonición sobre el hecho de que algo malo sucedería, no se podía saber con exactitud si era cierto o simplemente una excusa.

El pequeño Mikael respondió casi instantáneamente de forma tajante, al parecer ellos conocían lo suficiente la isla como para saber que nada malo sucedería, o al menos no en lo que a un ataque repentino se refiere, sin embargo su tamer, muy cordial como siempre decidió disculparse por la actitud de su compañero, y fue observando la escena donde el elegido de ojos rojos noto algo particular.

- Si te refieres a eso – mencionó el joven mientras apuntaba al nublado cielo – creo que no hace falta tener un sexto sentido para saber lo que podría venir – expresó con serenidad intentando apaciguar las aguas – sin embargo debo darte el crédito por darte cuenta antes que nosotros – culminó.

Kamen: Gracias Keith y Rodriel, la verdad es que siempre pienso mucho las cosas y a veces me excedo un poco y pues diganme, ¿en que los podemos ayudar?, despues de todo, debemos ayudarnos y Mika si no tienes nada bueno que decir, es mejor no decir nada y no es bueno juzgar a alguien sin siquiera conocerlo, eso ya deberias saberlo. *Dijo de manera tranquila y Alex observaba como hacian las cosas, para aprender y Kamen esperaba que Mika entendiera que no era mala persona y que deberia aprender a llevarse bien con los demás*.

Observé como el albino se encargaba del arroz con mucho cuidado, parecía tener conocimiento en la gastronomía, quizás era cocinero. Tanto yo como él parecíamos dudar de que aquel chico de cabellos castaños dijera la verdad pues no había ayudado más que con la leña y había que hacer más que eso para ganarte una comida, sin mencionar que los demás digimons también habían ayudado en el corte de los árboles y ramas. Mikael estaba cortando el pescado y escuchó las palabras del castaño, eso no lo detuvo de su tarea, tronó su cuello sin dificultad alguna y le arrancó las espinas y huesos al pescado para que no los tragásemos. El digimon dirigió su ojo rojo hacia el chico el cual le dirigía la palabra, escuchó a Rodriel el cual tenía un tanto de razón y había dicho las cosas con mejor cortesía que si mismo, sin embargo, no dejaría que aquel humano fatuo se quedara con la última palabra, no, aceptaría eso volviéndolo contra el chico- Oh, claro que no Ryder, yo no digo cosas a menos que sean útiles y ciertas –Comentó sin tono de voz alguno, esto lograba que no tuviera razón para reprenderlo.

El digimon terminó y se acercó a mí para ayudarme a terminar con mi parte, cogió los ingredientes una vez terminadas las tareas de todos y los arrojo con cuidado dentro de la cazuela y la tapó, volteo mirándome y suspiró- Tardará un rato en cocinarse –Dijo el digimon y se quedó junto a la olla, me miró y cogí mi cuaderno empezando a dibujar la escena, eso le gustaba, mientras de su parte él había agarrado otro cuaderno que le di y empezó a dibujar todo desde su perspectiva, más que nada a Monodramon, Rodriel, Kamen y al digimon de su especie- No se preocupen en moverse, esto lo hacemos siempre. Como soy mangaka decidí hacer un manga en el que salgamos los tamers y las aventuras que tengamos yo y Mika, fue idea de él por lo que la tomé pero pocas veces la sigo por trabajo –Sonreí y me senté al lado de Rodriel.