[Berlín] Tiempo y recuerdos perdidos...

Los zapatos de la joven resonaron con fuerza sobre el adoquinado suelo. Finalmente tras tropecientas reuniones -ya no era capaz de contarlas -era libre, o al menos durante un par de horas. Desde que se había incorporado a la plantilla de su empresa familiar apenas tenía tiempo para ella o para simplemente relajarse. Y lo peor de todo es que desconocía si antes también tenía tan poco tiempo, sus padres le habían dicho que no, pero no podía recordarlo. Todo lo que había existido hasta hace dos meses estaba completamente en blanco en la mente de la chica de largo cabello blanco y peculiares ojos rubí.

Comenzaba a atardecer, así que, antes de dirigirse a su hogar, la muchacha decidió internarse en el Tiergarten, el mayor parque del centro de la capital alemana. Allí tomo asiento sobre uno de los bancos, preferiría hacerlo sobre el suelo de hierba, pero los zapatos no eran los más indicados para caminar sobre él y el vestido que llevaba puesto era bastante caro. Dejó todas las cosas tiradas cada una por su lado encima del banco y se recostó, viendo a las personas ir y venir. Aún aprovechaban los pocos días que les quedaban de "buen tiempo" antes de que comenzase a nevar de manera copiosa.

- Es una mierda esto... - murmuró, ojala supiese bien quién era, se sentía bastante desamparada. - Y ojala tú pudieses decir algo más que "Yuki"- los ojos de la albina se dirigieron a un objeto que podría decirse que era un teléfono móvil, pero en su pantalla lo único que salía era una bola blanca con dos orejitas redondas. Un Yukimibotamon, aunque la humana desconocía del todo el nombre. A fin de cuentas, no recordaba nada. Sólo lo llevaba porque un instinto dentro de ella le decía que no se alejase de ese aparato ni del ser dentro de este.

Era un mal día, caminaba sin rumbo fijo dentro de un parque, no tenía nada que hacer, no había pasado nada interesante últimamente, había obtenido hace poco la habilidad de viajar entre dimensiones y así pude volver al mundo humano, pero este seguía pareciendo aburrido en días como hoy.
- ... sigh -
Suspiré llegando hasta algo de hierba, dejandome caer de cara sin miedo a hacerme daño, había gente a mi alrededor, mas no me importaban.

La muchacha finalmente tuvo algo de energía para mirar a su alrededor, solo necesitaba un par de minutos para recuperar su energía. Algo que parecía bastante inagotable, exceptuando cuando tenía que trabajar en las reuniones y la oficina, para aprender a controlar el negocio familiar. Suerte que ese día no tenía clases o se hubiese cortado las venas, quizás eso era exagerar, pero se acercaba bastante a lo que tenía ganas de hacer.

Sus ojos se fijaron en una figura rubia, bastante alta, incluso para lo que era la media del país. La persona estaba de espaldas a ella, y vestía con una sudadera roja. Nada demasiado raro, hasta que se desplomó sobre la hierba. Parecía que se había desmayado. Sin embargo, al mirarla, la muchacha frunció el ceño cuando sintió un pequeño pinchazo en la cabeza, como si la clavasen un hierro candente.

Se puso de pie -recogiendo todas sus pertenencias -y se acercó, aunque con cuidado al apoyar los tacones en la hierba, para que no se quedasen clavados sobre la hierba.

- Oye, ¿estás bien?- preguntó a esa persona.

No mucho me costó saberme observado, el sonido de unos zapatitos con tacón y el peso que tras ellos había me hizo suponer que era una hembra, o un travesti bastante liviano, pero el escuchar su voz aclaró mis dudas.
- que importa si lo estoy? -
pregunté algo extrañado, era una desconocida que claramente se había acercado por curiosidad, seguro estaba de que no le importaba mi estado dísico o de animo.
- solo aburrido -
Respondi luego de un rato acomodandome en el suelo, con mis dedos acariciaba la hierba hundiendo las uñas en la tierra mientras estiraba mis musculos por completo.
Algo en la voz de la chica me llamaba la atención, asi que giré mi cabeza para mirarla, mis ojos se abrieron exageradamente por la sorpresa mostrando 2 clarisimos ojos color cielo, yo conocía a esta niña.

Parecía que el hombre no estaba inconsciente, puesto que gruñó cuando la albina hablo hacia él, pero acabó contestandola al final. No parecia estar precisamente alegre, pero era lo normal, Julchen era una desconocida.

- No sé, quizás porque debería llamar a una ambulancia por si te pasaba algo. No es bueno que haya cadaveres por las calles, suelen estropear mucho el ambiente- comento algo ironica. Podia haber perdido la memoria, pero su forma de ser no se habia olvidado.

Sin embargo el motivo de desanimo del desconocido, era simplemente el aburrimiento. O bien trataba de ocultar lo que en realidad le pasaba. Pero la muchacha no iba a forzar tanto la respuesta, no dejaban de ser extraños.

Ya iba a marcharse al ver que el chico estaba bien, puesto que se habia incorporado hasta sentarse en la hierba. Alzo su rostro, mostrándoselo a la albina por primera vez. Todo normal, hasta que los ojos celestes del otro se abrieron con sorpresa y reconocimiento en ellos.
Sin embargo, Julchen estaba con sus propios problemas en ese instante, el pinchazo en su cabeza se hizo mas grande, provocandola un mareo, que se denoto en el par de pasos que dio hacia atrás.

- ¿N-nos conocemos de algo?

- ... no me recuerdas? -
pregunté con una sonrisa, girandome para quedar sentado sobre la hierba, ahora podía observarse mi pecho desnudo(sin mencionar los tatuajes), las vendas en mis manos y la completa despreocupacion por mi apariencia personal.
- estás bien? -
Cuestioné notando su mareo, quizas no me recordaba por el excecivo cambio de apariencias por el que pase cuando la conocí, pero yo recordaba su pequeña carita claramente.
- claro que nos conocemos -
Afirmé levantandome, tomando mi tiempo para sacudir mis pantalones y luego acercarme a ella alargando un brazo para tocarle el centro de la frente con el dedo corazon de mi mano derecha.
- la gente generalmente no se me acerca sin conocerme -
A la mayoría no le agrada acercarce a personas con un aspecto tan... "delictual" como el mío, era un comportamiento natural entre la sociedad humana.

Julchen se llevó una mano hacia la cabeza, y suspiró, detestaba esa sensación de fragilidad derivada de los dolores de cabeza; le parecía sumamente patético verse tan débil, sobre todo ante otras personas. Sin embargo se obligó a centrarse en lo que la estaban diciendo. El rubio se giró mostrando así la parte anterior de su cuerpo, en la cual, aparte de la sudadera no llevaba más que unos sinuosos tatuajes en negro. Un look peculiar y posiblemente de un "chico peligroso", pero allí en Berlín, la gente podía vestir como quisiese, nadie juzgaba demasiado por el estilo que se llevase. Era una de las cosas buenas de ser una ciudad tan multicultural.

- Sí, estoy bien - contestó de forma cortante, no le gustaba que sintiesen lástima de ella cuando no lo necesitaba. - Y lamento decir que mi memoria resulto bastante dañada después de un desagradable incidente. Así que, desconozco quién puedes ser.

La albina cerró los ojos, algo molesta cuando le tocó en la frente. Sin embargo, prefería evitar hacer movimientos bruscos, iba subida en al menos diez centímetros de tacón de aguja, y además estaba mareada. No era algo para ponerse a apartar manos. En cuanto se alejó la mano, movió bruscamente la cabeza para apartar algunos mechones que se habían descolocado, o al menos que a ella le parecía que se habían descolocado.

- Oh, ¿en serio? Una lástima que solo se te acerquen personas que te conocen. Se nota que debo ser alguien raro - comentó socarrona la muchacha.- Aunque bueno, dado que nos "conocemos" de antes, supongo que entonces no debe ser una actitud peculiar la mía. Y hablando de eso, ¿de qué nos conocemos? Me interesa recuperar mis recuerdos. No sé si sabrás lo que es eso, pero no le recomiendo a nadie que no sepa bien quién es.

Aunque parecía que estaba rogando por la información, los ojos rojos brillaban de manera cautelosa. Estar desmemoriada te hacía ser un objetivo fácil para las otras personas que podían dar datos falsos, así que, si bien ella siempre preguntaba, le gustaba analizar lo que la decía con tranquilidad. No siempre hay que fiarse de todos, porque alguno podría ser su enemigo y causarla serios problemas por creer alguna historia que en realidad nunca ha pasado.

ladee la cabeza con una sonrisa, sentía que el aburrimiento que me atormentaba se alejaba de mí lentamente y temía que volviese.
- meh~~ -
dije levantando ambas manos en señal de poca importancia
- siempre fuiste alguien rara -
Comenté analizandola, parecía aquejada por algo, el mareo que antes la sacudió probablemente tuviese que ver con ello.
- te golpeaste la cabeza o algo?... es una lastima que hayas olvidado a tu amante -
Sonreí burlón, no intentaba engañarla, pero si se lo creía no lo iba a negar, no la odiaba por lo que me había echo, y no tenía ansias de hacerle daño o deseos por su cuerpo, solo... alejar ese pesado aburrimiento...

Una risotada escapó de los labios de Julchen con la contestación que había decidido obsequiarle el desconocido. Rara, bueno, no podía asegurar cómo era antes de perder la memoria, pero al menos sabía que no tenía que haber sido alguien común y corriente, estaba segura de ello. En cuanto a lo de amante... Bueno, a decir verdad el físico del rubio no la disgustaba para nada, pero si pensaba en compartir algún momento íntimo con él, sentía una sensación desagradable en la boca del estómago. En cierto sentido como si tuviese vértigo. Lo cual la indicaba que no debería ser el correcto para esa posición social.

- Sí... Ser corriente es aburrido, ¿no crees?- la muchacha sonrió algo irónica. - ¿Mi amante? Vaya, una lastima que no te recuerde. Supongo que me habrás echado de menos, ¿no? Han sido muchos meses sin tenerme cerca - le siguió la corriente a la broma, haciendo una exagerada caída de pestañas como si estuviese coqueteando, le empezaba a hacer gracia la forma de comportarse del desconocido. - ¿Y como te llamas? ¿O lo hacíamos todo sin nombres? Es que ahora, así en frío llamarte liebe me parece raro, pero supongo que siempre podré hacer un esfuerzo.

La muchacha desconocía si el otro sabía su nombre o no, pero suponía que sí. A fin de cuentas parecía que habían tenido confianza en el pasado, o simplemente es que ese hombre siempre era extrovertido con todos los demás.

Sonreí, claro que ser corriente era aburrido, y obviamente, yo detestaba lo aburrido Cualquier cosa era buena para mantenerme entretenido, despierto... siempre fue así, me dejaba llevar entre distintos bandos, bien, mal, incluso alguna vez alguien me llamo procreador de caos, un "mote" bastante agradable para alguien como yo.
- claro que te he hechado de manos -
Dije con una muy triste y solitaria expresión
- hay necesidades que uno no puede satisfacer a solas -
Sonreí con complicidad ante sus expresiones caminando a su alrededor, conociendo un poco nuestro entorno el cual antes no tenía ganas de observar.
Luego de escucharla me quedó algo bastante en claro, no sabía hablar aleman, seguro que cualquiera que hubiese estado en una relación con alguien como ella habría aprendido una que otra palabra, y obviamente no era mi caso, pero no me iba a detener~~ oh claro que no, veríamos hasta donde llegaba este "juego".
- es un poco triste que no me recuerdes, ni recuerdes todas esas amorosas maneras en que te referías a mí -
me detuve mirandola con un dejo de lujuria y diversión.
- mi nombre es y siempre ha sido Vice -
Me incline 1 solo centimetro y luego volvi a erguirme
- y tú, como siempre, puedes llamarme como se te antoje, siempre que sea con cariño~~ -
Dije levantando una mano para acariciar el aire a 3 centimetros de su cara, no la toqué, esta vez fue una especie de amague, acariciarla a distancia, parecía ser mejor que tocarla, ya que por su expresión me di cuenta que no había recibido bien el contacto la primera vez.

Una mueca de diversión apareció en los rasgos de la albina. Al parecer había encontrado casualmente a alguien entretenido, si es que las casualidades podían llegar a existir. Además, estaban en un mutuo acuerdo de seguir jugando, pero como todo juego, pasado un punto siempre se podía abandonar. Sin embargo, de momento la albina jugaría, necesitaba relajarse algo del trabajo, así como saber algo de su pasado.

- Oh, sí, una verdadera lástima. Estoy segura que debíamos pasar unos buenos momentos juntos~ Muy entretenidos, ¿no? - volteó el rostro para observar al rubio mientras que este caminaba a su alrededor. - Se nota que el destino es malo con nosotros por causar este problema en mi cabeza. Supongo que no te será un gran problema ayudarme a recordar algunas cosas, ¿no?

Sus ojos vigilaron los movimientos de Vice, un nombre peculiar sin duda: "vicio", lo que indicaba que era alguien interesante.¿Sería ese su nombre real o simplemente un apodo? Bueno, tenía bastantes horas por delante para averiguarlo, aunque después de lo que eran sus recuerdos.
Sonrió burlona con el intento de roce del rubio. Al parecer la tanteaba para saber a dónde debía llegar, pero lo de antes no había sido por desagrado al contacto físico, sino que era un desconocido y que encima se atrevía a tratarla como si fuese una niña pequeña o una persona débil con eso de dar un toquecito con el dedo en la frente. Además, de que mientras que le dolía la cabeza prefería que no se la tocasen mucho.

- ¿Qué te pasa? ¿Mi presencia te parece tan imponente que te asusta?- algo que sin duda debería ser muy difícil de hacer con Vice, dado que por su altura como su apariencia no parecía ser alguien se sintiese miedo de cualquier otro ser. - ¿O es que te parece una ilusión que esté delante? Pero te puedo asegurar que no me convertiré en humo~   - había algo de desafío implícito en sus palabras, aunque también seguía esa chispa de travesura. Le parecía muy divertida la situación.

Una oscura sonrisa apareció en mi rostro.
Que su presencia me asusta?... Ja!, gran broma, aunque fuese enorme no me intimidaría en lo más mínimo, lo único que podría causarme algo de pánico sería encontrar un duplicado exacto de mí, e incluso eso podría llegar a ser divertido.
- claro que me asusta -
Respondí sin cambiar mi expresión ante sus desafíos, acercándome hasta que nuestros cuerpos casi se tocasen con las manos sosteniendose de mi pantalón y mirandola hacia abajo.
- hay seres tan fragiles que al tocarlos podrían romperse, no querras correr ese riesgo~~ -
Comenté luego, también desafiandola, sabía que no le gustaría ser tratada como un ser debil o fragil, aunque con lo poco que la conocía no sabía si respondería a tal provocación.

Jake luego de haber matado a aquella Digi-Human llamada Ene Takane, su vida había dado un giro de 180º, ademas de que la maldad de Beelzemon lo había consumido por completo y ahora tenia sed de matar a mas personas para calmar sus ansias. El pelicastaño salio de la Terminal Versandi y quiso pasar un tiempo fuera de Japón, por lo que decidió ir a Berlín para pasar un tiempo de "calidad", abordo su avión privado y se dirigió a dicho lugar.

El avión no demoro mucho tiempo en llegar a Berlín como lo haría un avión normal, Jake desbordo el avión, saco de su bolsillo una piruleta, le quito el envoltorio y empezó a explorar el lugar. Al parecer aquí también se encontraban en Otoño y ya estaba atardeciendo, una buena combinación. Mientras caminaba, el pelicastaño pudo notar a un par de personas platicar entretenidamente, se trataba de una joven albina y un chico rubio, se acerco a ellos para tratar de unirse a su platica.

—¿Que tal? Soy Jake, Jake Tatsuna.—El pelicastaño mostró una leve sonrisa ladeada a los presentes mientras esperaba ser recibido con una calurosa bienvenida y no ser excluido ya que desde que se había unido a aquel equipo llamado Chaos Team, su vida había cambiado por completo que hasta algunos Digimons le temían, incluso algunos DarkTamers.—Que buen atardecer, ¿no os parece?—Trato de implantar algún tipo de conversación para que estos lo incluyeran en la suya.

Al parecer sus palabras habían conseguido molestar, o al menos sacar un lado más oscuro del rubio, porque la sonrisa que la dedico parecía emanar oscuridad por toda ella. Suerte que a los albinos la oscuridad siempre les venga bien, a fin de cuentas, no sufren tanto como en la luz.
Amplió la sonrisa cuando Vice se acercó hasta casi anular el espacio entre sus cuerpo, lo cual la obligó a echar la cabeza hacia atrás, había como poco veinte centímetros de diferencia entre ambos. Sin embargo, no iba a conseguir asustarla con eso. De hecho, lo único que consiguió es que la joven frunciera el ceño y un dejo de molestia asomara en sus ojos rubí.

- Créeme, no soy tan frágil como puedas creer- gruñó molesta, apartándose.

Buen momento ese, porque de repente apareció otro hombre salido de la nada. La albina había perdido noción del lugar donde estaba, así que, era normal que ahora se sobresaltase. Inclinó la cabeza a un lado mientras que analizaba al otro hombre, aquel que se había presentado como Jake. Jacob, nombre inglés y el apellido posiblemente japonés. Le costaba poder localizarle geográficamente, aunque estaba bastante segura de que asiático no era.

- El atardecer es sin duda muy bello, tanto como si un pirómano se hubiese dedicado a prenderle fuego a las nubes- respondió algo irónica al desconocido. - Yo soy Julchen. ¿De dónde has salido nuestro "nuevo amigo"? No me suena de nada tu cara.

Ciertamente el tener un vacío mental la hacía ser incapaz de reconocer al 90% de las personas, pero siempre quedaba ese maldito pinchazo molesto. Pero dado que en esta ocasión no lo había sufrido para nada, suponía que ese hombre era un extraño. Ahora que lo pensaba, esos dos no se parecían a otras personas de su alrededor -y no por las pintas que llevaban -ambos tenían algo que le hacía mantener algo de vigilancia. Como si en realidad fuesen lobos dispuestos a comerse a una tierna niña con una caperuza roja.

Parecía molesta por lo que había sugerido, pero... era la realidad, para mí practicamente todo era fragil, aunque esperaba que con el desafío me demostrase lo contrario.
Una nueva sonrisa de diversión se dibujo en mi rostro en cuanto se alejó, preparado para seguirla di un paso, pero algo interrumpió nuestro pequeño juego.
Un extraño había aparecido entre nosotros, alguien a quien nunca había visto, el chico simplemente interrumpió presentandose, algo que me fastidió bastante, no eramos los únicos en aquel parque, sus razones para llegar a nosotros eran pocas... habrá venido por la hembra albina?.
Una penetrante mirada fue lo único que recibio de mi parte el intruso en cuanto se presentó y comenzó a hablar con Julchen, a la cual parecía no haberle afectado su intromisión.
En ese mismo instante un Puestito de comida ambulante iba pasando muy cerca de allí, al notarlo mi apetito se abrió pero de momento no les dejé solos, con el tiempo había aprendido que cuando alguien se presenta uno debía hacer lo mismo, era una muestra de cortesía social entre humanos, por tanto... no hacerlo era una muestra de descortesía y con eso aclarado en mi mente no me presenté.

La albina había correspondido a su pregunta, incluso había dicho su nombre. El pelicastaño observo al rubio con el rabillo del ojo ya que al parecer no le había gustado mucho la repentina aparición de Jake, y mucho menos que interactuara con aquella albina llamada Julchen, este no le dio mucha importancia que digamos, por lo que siguió platicando con la albina y responder su pregunta.

—De hecho, es la primera vez que nos vemos.—Respondió el pelicastaño a la albina mientras la miraba a los ojos y le mostraba una de sus típicas sonrisas coquetas, este hacia todo esto para hacer enfadar un poco a aquel rubio que la acompañaba.—¿Y ustedes son pareja o algo parecido?

La albina sonrió con disimulo, aunque por dentro hubiese preferido hacerlo como si de un tiburón se tratase. Al parecer a Vice le molestaba la presencia del otro hombre, ¿quizás no le gustaba la "competencia"? La mirada, el lenguaje corporal y el que no hubiese abierto la boca demostraban más que claramente su desdén.

- ¿Pareja? Bueno, quizás~ Estábamos "discutiendo" los puntos de nuestra relación- respondió burlona.- Tal vez por eso ahora no abra la boca. ¿Estás molesto por algo, rubito?- si había deciido no presentarse, iba a mantener mejor el "secreto", aunque a la muchacha en realidad le daba igual. Sólo buscaba las respuestas que tenía el misterioso hombre, y por qué no, divertirse con unos desconocidos.

De repente el olor del curry entró en las fosas nasales de la humana. Hacía mil que no comía currywurst, y además, no había comido nada más que un sándwich en el almuerzo. Sentía bastante hambre...

- Os dejo haciendo migas entre los dos durante unos minutos. Tengo hambre, y lamentablemente para vosotros, vuestra conversación palidece ante las ganas de comer.

Sin esperar respuesta o asentimiento por parte de los dos muchachos, la albina se dirigió hacia el puesto de comida ambulante... Bueno, hambre solucionada, pero ¿y la sed? Quizás lo mejor era ir a algún biergarten o pub después de comprar el perrito caliente.

- claro que estoy molesto por algo -
Respondí dandole poca importancia
- desde hace 2 horas que no como nada, tengo hambre -
Comenté sosteniendome la pansa y mirando al puesto.
Al parecer julchen pensaba exactamente lo mismo que yo, y sin pereza se dirijió al puesto para comer algo, ojala tuviese algo de dinero por mi parte, no quería ser perseguido por robar algo de comida tan temprando, no tenía ganas de ello de momento.
Miré a mi lado, me había quedado solo con el supuesto "Jake"
- ni se te ocurra acercartele, ese culo es mío -
amenazé con mala cara
- vamos, te permito invitarme algo de comida como disculpa por tu poco complaciente interrupción -
Sonreí amablemente opuesto a mis palabras, y caminé hacia el puestito, siguiendo los pasos de la albina.

—<< Pero que se ha creído este tipo >>—Dijo en su mente mientras le mostraba una leve sonrisa y le asentía con la cabeza, solo para no buscar problemas... Ya tenia muchos encima.—Estas de suerte, es mas, os invito a ambos a comer.—El pelicastaño invito a Julchen y al rubito a comer de aquel puesto ambulante que ambos ansiaban probar.

Se paro al lado de la albina para preguntarle que se le apetecía comer, el pelicastaño tenia suficiente dinero como para llevarlos a un restaurante de lujo pero si ellos querían comer en aquel puesto ambulante, Jake no era nadie para contradecirlos, miro al de cabellos rubios para ver que quería comer aunque sin mucho interés.

—¿Que os apetece comer?—Volvió a fijar su mirada en ambos esperando alguna respuesta positiva de estos, luego fijo su mirada en la comida que traía el vendedor en su puesto de comida rápida para elegir lo que se iba a comer.

La albina se encogió ligeramente de hombros -mientras caminaba- cuando el rubio hizo la observación de que estaba molesto por el hambre. Indudablemente eran palabras más que fiables, pero sospechaba que eso no era lo único por lo que estaba molesto. Demasiada casualidad que la presencia de Jake hubiera hecho de "detonante". Pero decir, no iba a decir nada. Cada uno con sus asuntos, ni que ahora fuesen amiguitos del alma.

Finalmente llegó hasta el puesto, mientras que los dos hombres comentaban a sus espaldas, aunque había escuchado algo de invitar a comer. Que cada uno hiciera lo que quisiera, pero ella tenía su propio dinero, y podía pagárselo por sí misma. Aunque si querían invitarla a cervezas o copas, en esa ocasión no iba a negarse. A fin de cuentas, estaba muy mal visto rechazar una invitación a emborracharte sin que un solo billete saliera de tu cartera.

La joven cambio al alemán para comandar su comida: un perrito caliente con una salsa que era mezcla de ketchup y curry, un plato de gran sabor. Pagó antes siquiera de que Jake pudiese ofrecerse a ello.

- Creo que no es necesaria tu invitación... Aunque quizás para algo de bebida no estaría de más que nos invitases. Ya se sabe, hay que probar la cerveza alemana, sobre todo si es tu primera vez en el país. Porque supongo que los dos sois extranjeros, ¿no?

Lo de la primera vez iba más por Jake que por Vice, si decía que la conocía, entonces, debería haber estado allí antes.

Mientras nos acercabamos el olor era más y mas fuerte, logrando que mis tripas reclamasen por un poco de alimento.
- vaya... -
Fue lo único que dije mientras me limpiaba los labios con el antebrazo.
Esperé un rato a que Julchen se sirviese, ya tenía una billetera con pies a mi lado que pagase mi comida, asi que porque no hartarme de ella?
- pff claro que no, es casi como si hubiese nacido aquí~~ -
Respondí a Julchen mirando su comida para luego posar mis ojos en el vendedor de manera desafiante.
Pasaron unos segundos sin que me moviese lo más mínimo, mi mirada y pose eran bastante serias, parecía prepararme para pedir lo mío...
- ... amor podrías pedirle lo mismo tuyo pero doble ración? -
Pregunté volteando repentinamente mi cabeza hacia la albina con una sonrisa de lo más cariñoza.

A Jake no le importo que el rubito hubiera pedido la doble ración de lo que había pedido Julchen, ya que tenia mucho dinero suficiente como para pagarlo, este también se dispuso a ordeñar lo que se iba a comer y termino comiendo lo mismo que la albina y el sujeto rubio.

—Yo comprare las cervezas.—Dijo el pelicastaño mientras esperaba a que el vendedor ambulante les entregara su comida para poder ir a comprar las cervezas ya que iba a ser la primera vez que probara una cerveza alemana.

La albina alzó una ceja cuando Vice le pidió que ella fuese la encargada de pedir la comida, no era la criada de nadie, y además, podía pedirlo en el mismo idioma en el que habían estado hablando. Lo bueno de Berlín es que era una ciudad sumamente internacional, y prácticamente el 90% de la gente allí sabía hablar al menos en inglés.

- Creo recordar que tienes boca, cielo mío, así que, ¿por qué no lo pides tú? El vendedor es capaz de entenderte.

El hombrecillo ya se había puesto a preparar la wurst con doble ración en el mismo momento en el que Vice habló para pedirselo a la albina. Así que, en cuanto esta acabó de hablar, se lo entregó al rubio, esperando el dinero de Jake. A pesar de ser doble, el precio no era muy caro, a fin de cuentas, era un puesto ambulante, no un restaurante de lujo.

Sonrió ampliamente cuando Jake se ofreció para pagar las cervezas. Terminó de comerse el perrito antes de encaminarse a una zona donde había un kiosko donde vendían bebidas y también algunos tipos de comida rápida. Además, allí contaban con mesas para sentarse.

- Eres todo un caballero, Jake - aunque después su atención se dirigió a Vice.- Bueno, recuerdame cosas, que llevas mucho sin hablar, ¿cómo nos conocimos, liebe?

- vale... -
En cuanto hablé ya me habían servido
- pero que buen servicio -
Exclamé burlón comenzando con mi comida y terminando a los segundos, no había sido suficiente.
- pues... -
dije pidiendo mi primera cerveza sin importarme la marca
- me contrataste para un trabajo -
respondí levantandome con la botella en una mano y caminando para mesclarme con la gente a mi alrededor
- y así nos conosimos y nos adentramos en una profunda relaxion... -
Conté alejandome mientras mis palabras se perdian entre la multitud que parecía llenar las calles a medida que atardecía.

Jake siguió a la albina hasta un kiosko, este pidió las tres cervezas y le entrego a cada uno su cerveza, pero cuando le iba a dar la del chico rubio, ya no se encontraba, se había perdido entre la multitud. Al ver tal cosa, a Jake le salio una pequeña gota de sudor detrás de su cabeza, ¿acaso este sujeto tenia algo mal en su cabeza? Abrió su cerveza y le dio un profundo sorbo y se sentó un una de las mesas y fijo su cristalina mirada en Julchen.

—¿Acaso no recuerdas nada de tu pasado?—Le dio otro sorbo a la cerveza mientras esperaba alguna respuesta de la albina, ya que se le hacia curioso esta nueva "amiga" que se había encontrado por "casualidad". Jake saco su Terminal y abrió el mapa, pudo notar que habían dos Digimons cerca, uno estaba justo donde estaba parada la albina y el otro por donde se había ido el rubio, este mostró una leve sonrisa ladeada y guardo la Terminal para volver a fijar su mirada en la albina, esperando su respuesta.

¿Un trabajo? ¿De qué? El rubio no dio detalles, de hecho, desapareció entre la gente de la ciudad sin decir nada a nadie. Era sumamente molesto que desparecieran así sin más, sobre todo cuando buscabas respuestas. Pero si había algo que era la albina era orgullosa, y ella no iba a perseguirle para encontrar las respuestas. Ni que fuese la única persona a la que sacarle la información.

- Tsk, molesto... - murmuró fulminando con la mirada por donde el rubio había desaparecido. Pero enseguida le vio el lado bueno a eso.- Bueno, al menos tengo una cerveza más para mí.

Tras decir eso, le dio un trago a la que tenía antes. Sus ojos rojizos se clavaron en el Jake, que parecía curioso sobre su pasado. O bueno, el pasado que recordaba.

- Sí, se te va un poco la moto, y aunque consigas salir entera del accidente, tu mente puede acabar dañada... En fin, ya no hay nada que pueda hacer, salvo intentar buscar las respuestas- se encogió de hombros.- Es incómodo no saber lo que era de tu vida antes, quizás un enemigo tuyo finja ser un buen amigo solo para clavarte una espada por la espalda.

Julchen observó con curiosidad el aparato que había sacado Jake de su mochila. Parecía una tablet, aunque no era ningún modela que la alemana reconociese. De hecho, diría que tenía una función de radar, porque lo que pudo observar en la pantalla era eso: un mapa en el que resaltaban algunos puntos.

- Ese aparato ¿qué es? No parece ser un modelo muy usual.

—Es una Terminal de Batalla, la encontré en mi viaje al Digimundo.—A Jake no le importo mencionar el Digimundo, ya que sabia que la albina era una Digielegida al igual que el rubio, del cual ya no había rastro ni en la Terminal, a cambio había aparecido un nuevo invitado el cual se acercaba al lugar en donde se encontraba Julchen y Jake. ¿No pudo esperar a que terminaran las cervezas? Jake le dio un profundo sorbo a su cerveza mientras miraba a la albina con el rabillo del ojo.

—Creo que te sorprenderá lo que esta por venir.—Puso la cerveza sobre la mesa, había dejado solamente un corcho de su contenido, esperando a que la inesperada visita llegara al lugar para poder divertirse un poco, ya que Jake no era muy conversador que digamos, era por eso que queria un poco de "diversión" con el nuevo invitado.—Sera mejor que te prepares para lo que viene.

OFF: volvi... sorry xD.

Me encontraba de espalda en el pasto una vez más, me había quedado aislado nuevamente, me alejé por desición propia de aquellos a los que ahora estaba conociendo asi como de toda la gente que comenzaba a presentarse en la plaza, quizas por asco a estar en medio de tanta gente, quizas molesto por el recien llegado, solía pasarme a veces, mi mente daba una vuelta en 180 grados cambiando mis prioridades...

Off: No hay más que decir que ewe te zapeo como te vuelva a dar un bajón xD

La albina parpadeó un tanto confusa con la respuesta de Jake, ¿Digimundo? El término le era conocido, de hecho, le sonaba de haberlo escuchado hacía poco tiempo. ¡Ah sí! Concretamente en la ciudad de Nueva York, cuando había "recuperado" parte de su memoria, si es que podía decirse así. Recordaba haber escuchado que el sitio ese, era del que provenían seres como la bolita blanca que se ocultaba en el dispositivo dentro de su bolso.

Pero sus siguientes frases la hicieron enarcar una de sus cejas blancas como la nieve.

- ¿Sorprender? En realidad eso no es nada difícil ante alguien que ha perdido la memoria, pero las sorpresas pueden ser algo irrelevante, sobre todo, si lo que más le interesa a a una es recuperar sus recuerdos perdidos- la chica acabó bebiendose su cerveza, y comenzó la siguiente, auqella que correspondería a aquel rubio que había desaparecido repentinamente sin avisar a nadie.- Espero que eso que haya que ver, merezca la pena, después de la cerveza me gustaría ir detrás e ese hombre, necesito información.

Sus ojos rojos como la sangre se clavaron en la dirección por donde había desaparecido Vice, quería saber dónde estaba. No iba a ir a buscarle, o al menos no a la primera, pero le gustaría saber a dónde se dirigía de manera tan repentina, como si algo hubiese llamado su atención.

A donde se encontraban aquellos chicos se empezaron a escuchar fuertes golpes en el suelo, como si temblara haciendo que todo se moviera, pero era evidente que eran los pasos de un Digimon de gran tamaño, de la dirección de donde venía ese Digimon claramente se veía como los árboles comenzaban a caerse hasta que el Digimon se dejó ver, un Orochimo había aparecido en aquel lugar y comenzó a destruir todo lo que encontraba a su paso.

—Creo que deberías mirar atrás.—Jake cruzo los brazos mostrando una sonrisa ladeada, quería ver la reacción de la albina al ver esa enorme criatura que posaba a sus espaldas. Todas las personas que se encontraban en las cercanías comenzaron a huir al ver a esa enorme criatura de ocho cabezas, los gritos de las personas eran música para los oídos del pelicastaño.

Al poco rato de perder el tiempo en nada el suelo comenzó a retumbar muy cerca de donde me encontraba, varios árboles cayeron cerca mío y enseguida un digimon enorme hizo aparición.
no lo había detectado acercarce, la falta del pequeño zorrito que siempre me acompañaba me había quitado también mi olfato.
- wow... es enorme -
Sonreí nuevamente tocandome el estomago, el cual retumbaba hambriento una vez más a la vista de tan apetitosa comida
- de hace mucho que no como serpiente -
Me dije levantandome mientras escuchaba los gritos de pavor de las personas en las cercanías, había pensado eliminarle en un pestañeo, pero... quizas esto era más entretenido, y tal vez, podría ser testigo de las habilidades de los 2 chicos con los que había hablado, sabía que julchen era una de esos "niños elegidos", y ese tal jake... la verdad ni pensé en ello en el momento, pero había algo en él... no detectar a otro "elegido" tan cerca mío?, no detectar a un digimon de tal magnitud a menos de 100 metros?, claramente me estaba oxidando en el mundo humano.
Asi pues, di media vuelta y troté volviendo por los pasos que había dado para alejarme de el entrometido y la peliblanca.

El suelo retumbó haciendo que la albina pusiese una cara de extrañeza, que ella supiera Berlín no se encontraba encima de ninguna falla activa que pudiese provocar un terremoto, pero esas cosas tampoco se podían saber con total seguridad. Los árboles caían, aunque solo en una zona localizada, lo cual le descartaba que fuesen ondas sísmicas, o estas estaban demasiado concentradas en trazar una línea recta.

La albina frunció el ceño, fulminando con la mirada al castaño. Parecía que él disfrutaba de la destrucción acontecida, pero algo dentro de la chica se revolvía. Esa era la ciudad donde había nacido, y no le gustaba que nadie la destrozase, sobre todo porque había tenido que levantarse de las ruinas desde el año 45. Podía perder la memoria, pero siempre le había gustado la historia, y se habñia dedicado a leer algunos antiguos libros que tenía.

- Si no fuera porque no creo que seas el culpable de esto, te rompería las piernas- los ojos rubí de la chica brillaban de manera algo siniestra, pero eso no era lo único, a causa del cabreo, un aura de color azul oscuro comenzó a surgir de su cuerpo, como si se hubiese prendido en llamas: Digisoul.

Tan concentrada estaba en intercalar miradas fulminantes entre la Serpiente y Jake, que no se percató de en qué momento había regresado Vice. De hecho, tampoco iba a huir, se ponía mala solo de pensarlo, huir era una cobardía que no estaba dispuesta a aceptar de momento.

Tampoco se percató cuando se escuchó un puff desde su bolso, por el que asomó los ojos un ser blanco y esponjoso, que llevaba en su boquita el dispositivo de la chica.

A Jake no le importo mucho la advertencia de la albina, después de todo era una simple humana sin memoria. Se puso de pie y miro que el rubio había regresado, si que era un tipo raro, regreso su mirada en el Orochimon, que buen aperitivo le había llegado al pelicastaño.

—Por fin, algo de diversión.—Saco su Digivice, el cual tenia un color gris combinado con negro, dejo que su aura, Digisoul, color negro combinado con un morado siniestro emanara de su mano izquierda y luego lo introdujo en la parte superior de su Divice. Jake se vio obligado a ser rodeado por una serie de datos los cuales empezaron a cambiar su apariencia, cuando estos se dispersaron, Jake ya no era humano sino un Digimon alado de color negro, Black-EX-Veemon, miro con su gélida mirara a Orochimon para empezar a atacarlo hasta derrotarlo para succionar sus datos.—Empecemos con esto de una vez.

Cuando porfin llegue donde estaban las 2 personas a quien antes habia abandonado, me dirijí sin detenerme al puesto de cervezas
- que mierda hace... hay un puto montruo en la ciudad!!!, es el final de todo!!! el apocalipsis!!! huya!! huya!!! -
comencé a gritas desesperado logrando que el pobre vendedor huyese despavorido, no por falta de razones, era realidad lod el monstruo, podía verlo despues de todo, luego de eso tranquilamente comencé a tomarme las cervezas que tenía dentro
- ahi va -
Comente con la boca llena al ver evolucionar al muchacho y también ser testigo del pequeño bucho en el bolso de julchen.
- ustedes hagan lo suyo, yo les daré animo -
Dije sonriendo desde dentro del puesto movil, con un pompon en la diestra (que salio de la nada) y una cerveza abierta y a medio tomar en la surda.

La albina observó como el chico cubría en llamas sus manos para luego colocarlas sobre un dispositivo similar al suyo, ¿era así como funcionaba? Aunque, ¿cómo lograba sacar las llamas? Es que eso era raro...
Obviamente, no se observaba a sí misma cubierta prácticamente en su totalidad por ellas.

YukimiBotamon saltó ligeramente en el bolso de la albina, para llamar su atención y darle el dispositivo. Era mejor aprovechar antes de que el digisoul desapareciera completamente. La humana al ir a coger el objeto de la boquita del pequeño ser, pudo finalmente ver el resplandor azulado.

- Entiendo... - murmuró de manera siniestra al entender un tanto como iba el asunto. Sujetó con fuerza el dispositivo, mientras que Yuki saltaba al suelo con una expresión extremadamente alegre en su diminuto rostro, estaba cansada de ser incoherente para todo el mundo. - DNA Full Charge!- la albina no supo muy bien de donde vinieron esas palabras, en cuanto apoyó la mano sobre el dispositivo.

El pequeño ser se vio rodeado por las llamas cambiando rápidamente entre varias formas: una bola verde con larga cola, un cachorro de perro, una gata blanca, hasta que finalmente se detuvo en la forma de un ángel de largos cabellos rubios y un ajustado traje que era asimétrico.

- ¡Aleluya! Por fin puedo hablar... Luego tenemos que hablar, Julchen, de momento retirate, ya has hecho lo necesario- la mujer alzó el vuelo extendiendo sus alas, dirigiendose hacia el digimon enemigo, disparándole una flecha blanca en el proceso.- Holy Arrow.

Julchen se encogió de hombros, pero al final hizo lo que la dijeron. Se retiró hacia donde estaba el rubio bebiendo cerveza, la cual ella también tomó prestada del puesto.

- Pensé que ya te habías marchado. ¿Tú también sabes sobre esas cosas?- preguntó al verle bastante animado, de hecho, estaba moviendo un pompón para animar a los dos digimons, y tampoco se le veía precisamente alterado.

Black-EX-Veemon miro con el rabillo del ojo a el par de humanos, ¿como se les ocurría beber cerveza en un momento así? Al Digimundo alado le salio una pequeña gota de sudor detrás de su cabeza al ver aquella escena. Regreso su mirada al Orochimon al ver como la Angewomon lo atacaba con una de sus flechas, "Holy Arrow", pero Black-EX-Veemon no se iba a quedar de brazos cruzados mientras la Digimon Ángel hacia la mejor parte.

—¡X-Láser!—Del pecho del Digimon Virus salio disparado un láser intenso en la forma de una X dirigida hacia una de las cabezas del Orochimon.

Poco demoré en ser testigo de los poderes de cada uno de mis "compañeros", Julchen tenía una sexy angelita como digimon, a la cual recibi con una ovación y levantando el pompon en cuanto se presentó, mucho enseñaba, pero también mucho seguía tapado bajo sus ropas, usaba digisoul, asi que suponía que tipo de elegido era; Por otro lado el pelicastaño se transformó, solo había visto 2 tipos de elegidos hacer eso, y por la forma en que lo hizo tenía claro que este era uno de aquellos famosos hybridos.
- Claro que lo sé -
Dije mirando a Julchen
- Información es poder, y tengo mucha información -
Comenté con una gran y burlona sonrisa para luego quedar mirandola por un rato, me levanté inclinandome para acercar mi cabeza un poco a la suya
- Tú has perdido gran parte de información, has perdido poder, sin embargo parece que tenías una fuente de datos bastante cerca -
Recalqué apuntando a angewomon con la cerveza, en cuanto la albina movió un poco la cabeza para ver donde apuntaba, aproveché para acariciar sus labios con los míos lenta y sensualmente, para asi luego volver a sentarme
- recuerda que eres mía -
Afirmé mirandola con desafío sabiendo en peligro nuestra "relación", si la digimon que la acompañaba sabía tanto como creía mi mentira caería en picada, debía aprovechar antes de que todo terminase, una probada de sus carnosos labios era algo que no podía permitirme escapar.
En cuanto se escucharon los estallidos de la batalla entre digimons, otra y otra ovación siguieron a la última.

Julchen se sentía extrañamente tranquila, a pesar de lo inverosímil que era que una pequeña bola blanca se hubiese convertido en una mujer, o mejor dicho, ángel. En lo más profundo de ella, se sentía como si todo eso fuese algo natural y normal; así como la sensación de seguridad que había sentido cuando había aparecido la rubia.

La chica enarcó una ceja ante el comentario de Vice, aunque no de forma excéptica, sino esperando algo más de información. Ni se inmutó cuando el rubio acercó su cabeza a la suya, simplemente le observaba fijamente con sus ojos rojos.

- Oh, ¿me dices que es mejor que le pregunte a ella?- giró su rostro para señalarla con la mirada a su compañera, pero en cuanto apartó los ojos del rostro del hombre, sintió como presionaban unos labios contra los suyos. Fue algo corto, pero la albina sintió como si la metieran voltios y más voltios en su mente para torturarla. ¡Algo en su subconsciente la decía que no debía hacer eso! Jadeó llevándose una mano a la sien, pero tras unos cuantos segundos volvió a la normalidad, haciendo que una sonrisa de suficiencia apareciera en su rostro.- La propiedad es algo tan relativo~ Sobre todo cuando aquello que posees es capaz de pensar. Pero no has de temer, siempre y cuando rellenes mis lagunas- se acercó hasta sentarse sobre las piernas del rubio, una de sus manos recorrió la piel desnuda que dejaba la sudadera a la vista de forma algo juguetona.- A menos que... Quieras que le pregunte a ella, por ser alguien que tenga más información. El tiempo parece ir en tu contra.

Sus ojos brillaron con malicia pura en cuando acabó de habar, suponía que de haber sido algo los dos, hubiese sido hacía bastante tiempo. Si no, ¿por qué esa repulsión a tener un gran contacto físico? Podía jugar con él, provocándole, como hacía en ese momento, pero pensar en llegar a algo más serio casi la causaba nauseas.


Angewomon por su lado se acercó más hacia el Orochimon, aunque siempre a una distancia justa. Ella era una digimon especializada en el combate a distancia, acortarlas demasiado  era contraproducente para ella. Parecía que la serpiente había recibido una buena cantidad de daño por su ataque conjunto al del BlackX-Veemon. La ángel le sonrió agradecida de que la ayudase en ese combate, y no que se pusiera en su contra. No tenía demasiada buena consideración de los digimons de tipo Virus.Pero al menos no era un demonio.

- Volveré a atacarle, procura golpear en la misma zona, seguramente así le causemos daños más severos- mientras que hablaba al digimon oscuro, Angewomon estiró sus brazos, dibujando una cruz de luz, que se dirigió hacia la cabeza central del Orochimon.- Heaven´s Charm

Off:
Heaven’s Charm: Crea una cruz de luz sagrada que puede utilizar como escudo, o como un ataque.

El Digimon Virus asintió a las palabras de Angewomon, debía de fingir de que estaba de acuerdo con ella en todo para poder absorber los datos de Orochimon. Black-X-Veemon también ataco al Orochimon junto con Angewomon.

—¡Dispersión Calurosa!—El Digimon Virus empezó a crear una bola de fuego y la lanzo hacia la cabeza central del Orochimon con gran velocidad, esperando a que el ataque impactara contra su objetivo.

Algo no me agradó en su respuesta al beso, noté su falta de animo en el instante en que alejé mi rostro del suyo pero pronto la chica lo disimuló, mas no era facil engañarme
- puedo hacer mucho más qu esolo rellenar tus lagunas -
Comenté con lujuria mientras le permitia usar el mejor asiento del lugar.
La mano de La albina se encontró con una musculatura bastante desarrollada, una zona infranqueable sin puntos tiernos creada bajo el duro yugo de la batalla, algo dificil de amar pero facil de admirar.
en respuesta a su caricia mi surda dejó caer el pompon y se posó en el culo de julchen, apretandole una nalga indolora pero fuertemente
- debería hacerte mía ya mismo -
Dije lamiendole el cuello algo molesto, para luego beber algo más de cerveza, por alguna razon parecía haber una pared rodeando a la hembra en mis piernas, debía usar la fuerza?.

***************************************************

Orochimon recibió el ataque de angewomon cubriendose con las cabezas metálicas, el daño fue regular gracais a su poderosa defensa, pero aún asi afectó su movimiento por lo cual respondió al ataque de xvemon con otro.
Orochimon respondió con "sake breath" lanzando un rayo llameante desde su boca que impactó contra el ataque de Xvemon superandolo gracias a la notoría diferencia de nivel entre un campeon y un perfecto.

OFF:// supuse que me quedó el lagarto a mi, ya que nadie lo controló recien...
y... eso de causar nauseas... lo veo exageradisimo u.u *autoestima roleadora afligida en proceso*

Off: Nah! era solo una forma de expresión (??) xD

La albina sonrió de manera prepotente cuando el rubio accedió a ese juego. Aunque indudablemente él iba a ser el que se llevase la mejor parte, puesto que aunque ella también sintiese gusto por el roce, era de manera culpable, dado que estaba ese problema de su mente que no la permitía simplemente intercambiar la información que tenía Vice por cederle un tiempo su cuerpo.

- Sí, una idea genial eso de hacerme tuya- ¿lo escuchas? Sí, es sarcasmo. - Pero creo que es mucho mejor contarme de una vez lo que sabes. La información suele suponer algo a cambio siempre.

Intentó negociar por ahí, pero no las tenía todas consigo. Quizás no le pareciese suficiente al rubio, bueno, eso si es que tenía algo de información, porque ella comenzaba a sospechar que bien podría haberla engañado. Pero era todo demasiado confuso.


El ataque de BlackX-Veemon fue inútil contra la medida que usó el Orochimon para anularlo, y obviamente superarlo. Porque si bien el ataque del digimon campeón había desaparecido del panorama, el del Ultra aún no. Iba más flojo, pero suficiente como para causarle unas buenas heridas al biohybrido. Así que, la ángel alzó la mano hacia arriba, creando un circulo en el cielo que hizo un efecto de succión contra el ataque de la serpiente. Aunque tuvo la contra de que disminuyó las fuerzas del digimon Virus. Pero mejor eso que nada.

- Saint Air!

Off:
Saint Air: Crea un halo que irriada luz iridiscente para dañar el mal. También puede absorber los ataques de otros digimons.

BlackX-Veemon frunció el ceño al ver que su ataque había sido anticipado, pero eso no era todo, el ataque de Orochimon había logrado superar el ataque del Digimon Virus, iba con menos fuerza, pero al menos le haría daño. BlackX-Veemon voló hacia su costado para evitar ser golpeado por el ataque. Logro evitar ser golpeado por el ataque de Orochimon, pero el ataque de Angewomon disminuyo las fuerzas de BlackX-Veemon por ser del tipo Virus.

Ahora tanto BlackX-Veemon como Orochimon habían quedado débiles, ya que sus fuerzas habían sido absorbidas por la Digimon Ángel, era la oportunidad perfecta para que ella acabara con el Digimon de ocho cabezas y terminara con todo esto.

- correcto, pero siempre suele cobrarse antes de entregar la información, habría que ser un idiota para hacerlo al revez -
respondí enjuagando mis labios en cerveza para luego volver a besarla con algo de lastima por su limitada mentalidad(?)
- pero bueno que mas dá, al parecer será dificil conseguir lo que busco de tí -
Dije suspirando
- ya sabes, te amo~~ -
Con una voz de lo mas dulce(?)
- nos conocimos en un tren, en viaje a algún lugar~~, al parecer tú y tu familia tenían algo que ver con la creación de sujetos como él -
Apunté a Jake.

El ataque de Orochimon fue incluido en el interior del aro santo, volviéndose inútil, sin tan siquiera acercarse al BlackX-Veemon. Aunque, derivado de eso, sí que acabó debilitado, no por nada Angewomon era de mayor nivel que él, y el aro tenía la capacidad de reducir el poder de los digimons de tipo virus y de todo enemigo de la ángel.

Aprovechando que aún surtía efecto el aro, sacó una flecha que dirigió hacia el Orochimon, incrustándola en la cabeza central. Después, simplemente comenzó a absorber los datos de este, si es que de verdad había acabado con él. No por nada, suya era la muerte y a causa del accidente de la humana, había perdido demasiada energía durante todo el tiempo que no pudo hacer nada. Así que, tendría que alimentarse durante un buen tiempo a base de los datos de sus enemigos.


La albina puso los ojos en blanco, y fue a replicar que si a ella se lo iba a cobrar, pero el pago le fue robado de sus labios. Refunfuñó algo internamente, aún descontenta por algún extraño motivo cada vez que la besaban, como si su cabeza insistiera en recordarla algo. Pero no llegaba a nada, solo que no debía hacer eso.

- ¿Y por qué no vas a conseguir de mí lo que quieres? - bueno, la frase le había dañado en su gran y enorme ego, así que, de ahí que exigiera saberlo. Sin embargo la pregunta quedó algo olvidada cuando el rubio siguió hablando. - ¿Cómo él? ¿Qué se transforman en... digimon?

Su cabeza no entendía lo que pasaba, no recordaba haber visto nada inusual en las cuentas de la empresa, pero claro, si esos seres no eran muy habituales, y eran un proyecto secreto, nunca lo pondrían claramente. Eran experimentación humana, lo cual no estaba bien visto por ninguna legislación, a menos que consiguieran un rotundo éxito, en cuyo caso, todas las violaciones a los derechos humanos, serían bien vistas.

- ¿Es totalmente fiable esa información? - preguntó al final, con la determinación brillando en su mirada, tendría que ir a buscar la información. Aunque eso fuese meterse en un problema con sus padres.

Los poderes de BlackX-Veemon habían sido drenados por Angewomon, lo cual hizo que el Digimon Virus regresase a su forma humana, ahora todo dependía de la Digimon alada. Jake regreso con la albina y el rubio, tomo un par de cervezas y se sentó junto a ellos para empezar a beber una de las cervezas.

—¿Interrumpo algo?—Le dio un sorbo a su cerveza, mientras colocaba sus pies sobre la mesa y reclinaba la silla, le intereso el breve silencio que hubo en el ambiente, le dio otro sorbo a la cerveza y mando su mirada a la batalla. ¿Acaso la albina no le importaba su camarada? Julchen era casi parecida a aquella pelirroja llamada Zayyn, solo que Zayyn si le importaban sus Digimons.

- tan fiable como nuestro amor -
respondí bebiendo nuevamente mi cerveza  que venía con un dulce sabor a labios de hembra, era la pura verdad, la información que le estaba entregando solo era lo que salía de mis labios, no habñian pruebas.
- no tienes como corroborarla, o por lo menos no de momento, de nada sirve preguntarme si es fiable, aunque... quizas esa ricura te pueda contestar -
Comenté apuntando nuevamente a angewomon que aún absorvía datos, no había sido una gran batalla y estaba algo insatisfecho, quizas debí habermelos "comido" yo.
- por cierto... con respecto al porque no voy a conseguir lo que quiero de tí... -
recordé mirandola algo descepcionado
- esta claro que tu cuerpecito me está rechazando... si no te atreves a hacer algo mejor ni lo comienzes "NIÑA" -
me burlé dandole una pequeña nalgada.
No había terminado de hablar con la albina en cuanto volvió el chico que anteriormente se transformó en digimon.
- pero claro que interrumpes! -
respondí con una enorme sonrisa
- no ves que nos poníamos de humor? -
Pregunté ahora soltando la cerveza en la mesita para acariciar con esa mano el escote de julchen, solo hasta donde se veía la piel.

La digimon ángel acabó con lo que había comenzado, sintiéndose algo mejor después de haber absorbido los datos de su enemigo. Poco a poco tendría que ir recuperando la energía perdida por haber estado casi dos meses dentro del dispositivo sin nada más que hacer que musitar "Yuki, yuki".
Así que, acabada su tarea, se volvió a dirigir donde estaban los tres "humanos" reunidos.

La albina alzó una ceja junto a su mirada suspicaz. Osea, estaba diciendo que la había engañado desde un principio; bueno, en cierto sentido se esperaba que no la dijese toda la verdad, pero tampoco creía que iba a ser tan descarado de engañarla con todo lo que había dicho. Dejó escapar el aire y se encogió de hombros, la verdad, tampoco es que le importase mucho. Algo bueno que tenía perder la memoria, es que ya no podías perder mucho más, así que, era cuestión de cada uno sentirse traicionado o no.
Sin embargo, las siguientes palabras que emitió el rubio, la provocaron. ¿Niña? ¿Cómo se atrevía a decirle eso? Estaba a nada de explotar de rabia, pero tras respirar hondo, simplemente sonrió y le dedicó una mirada fría.

- Sí, cierto, está ella. Solo te preguntaba por mera educación para que no te sintieses como un desperdicio en cuanto apareció alguien que supiese mejor las cosas, pero visto lo visto. Me eres totalmente inútil - replicó algo molesta.- Bueno, hecho nuestro negocio, no necesito seguir con esta absurda parodia.

La albina se levantó con movimientos fluidos, escapando de la nalgada así como el roce de su escote. No iba a ser tan idiota de tras ser insultada seguir pegada al subnormal que había dicho eso. Así que, se alejó del rubio, sonriendo ligeramente a Jake.

- No te preocupes, nuestros negocios ya se han acabado, así que, no molestas. De hecho, es más bien él el que molesta.

En ese momento llegó Angewomon que se quedó en silencio, pero no dejó de vigilar al rubio con sus ojos. Ella sí que recordaba lo que había pasado la vez anterior. Y ese hombre no era humano, había conseguido sobrevivir a la explosión del centro, por lo que, humano seguro que no era.

Jake simplemente soltó una leve carcajada, no le importaba las palabras del rubio en lo absoluto. Bebió el ultimo corcho que quedaba de la cerveza para continuar con la otra y mandar su cristalina mirada en la albina. Al parecer que en su corta "ausencia" estos dos se la habían pasado ligando un poco, aunque eso no era de su incumbencia después de todo, eran problemas de parejas.

—¿Y que harán luego? Estar platicando todo el día es muy aburrido.—Estiro sus brazos, mientras esperaba alguna respuesta de tanto la albina como el rubio.

- pero bebé~~ -
Dije dulcemente a mi queridisima julchen
- no tienes porque alterarte de esa manera, ya t elo dije, tanto lo de tu familia haciendo experimentos digihumanos como nuestro amor es real -
Sonreí burlón, por desgracia la albina parecía ser algo cabeza dura, quizas fuera mejor dejarla tranquila por el momento.
- pues planeaba tener algo de sexo -
Respondí a la pregunta de jake apuntando a la albina mientras me desperezaba ahora que no tenía a la hembra sobre mis piernas
- por desgracia simplemente tendré que cambiar de presa -
comenté con una sonrisa saltando la mesita y sosteniendo de nuevo mi cerveza para acercarme a angewomon que venía llegando
- tú me recuerdas... no?, yo a tí si, aunque no te veías asi ♥ -
Le pregunté con una mirada amenazante pero sin intenciones malvadas, de momento.

La albina se recolocó uno de los mechones de pelo sumamente molesta por la situación, entre que uno era bastante molesto y el otro solo quería que le entretuvieran, la paciencia se le agotaba rápidamente.

- ¿Hacer? Seguramente irme a mi casa. Ya tengo todo lo que necesitaba de aquí- respondió de manera cortante.

De hecho, ignoraba completamente a Vice y a cualquiera de sus frases. Como bien había dicho, ya tenía todo lo que quería de él, que era el intentar saber algo de su pasado. Y la investigación era mejor que la hiciese desde su casa, no con dos desconocidos, que aunque la gente de esa ciudad fuese más liberal con la ropa que llevaban las personas, seguían llevando un aspecto bastante malo para ingresar en las oficinas de la empresa de sus padres.

Angewomon por su parte, miró fijamente a Vice, sin perder de vista sus movimientos. Sabía que no era un simple humano, pero desconocia completamente cuanta era su fuerza, así que, lo mejor que podía hacer era esperar a saber qué es lo que quería. Y si era algo que pudiese perjudicar a Julchen, sacarla de allí de inmediato.

- Sí, claro que te recuerdo. Y qué importa mi aspecto, soy un digimon, es normal que nosotros cambiemos de forma.