[Las Vegas (Nevada)] Un poco de suerte no vendría mal

Miré a Rukriel, y le indiqué con un gesto de la cabeza que se adelantara un paso. Fenrir dio un paso atrás, y se sentó en el suelo a observar, mientras que yo me quedaba sentada sobre un tronco caído y podrido. Mi digisoul negro surgió alrededor de mi cuerpo, e hice uso de él para golpear el digivice y hacer evolucionar a Rukriel a un UlforceVDramon rojo. Era gracioso. Dos digimons que procedían de los Royal Knights enfrentados. Dos dragones digimons enfrentados, ya fuera por motivos violentos, o por decisión de sus tamers.

Me acomodé tranquilamente sobre el tronco, mirando al Ulforce rojo, y esperando que Suoh hiciera evolucionar al suyo.

- Cuando quieras, humano. Mi digimon ya está preparado.

Rukriel, para constatar ese hecho, movió sus brazos para preparar sus músculos rojos. Era un digimon leal conmigo, al igual que lo había sido con mi madre cuando esta fue su entrenadora. Y había demostrado en numerosas ocasiones ser un poderoso digimon, pero no había que fiarse, quizás el Dynasmon del pelirrojo fuera fuerte, y no me apetecía para nada que mis digimons fueran ridiculizados de manera tan sencilla... Rukriel iría en serio.

Dejo el cigarrillo en su boca y saco su Digivice Burst e hizo surgir su Digisoul por todo su cuerpo, e hizo uso de este para golpear la parte superior del Digivice, e introducir toda la carga de Digisoul haciendo que Deimons evolucionara en Dynasmon.

—Deimons ya esta listo.—El Digimon alado no sabia con exactitud lo que estaba pasando, pero se abstuvo por preguntar y seguir con el "juego". Dos Digimons que procedían de los Royal Knights enfrentados. Dos dragones Digimons enfrentados, ya fuera por motivos violentos, o por decisión de sus Tamers.

Aunque todo esto ya estaba planeado, no iba a dejar que Deimons perdiera de una manera ridícula y vergonzosa, no iba a permitir que un Digimon proveniente de los Royal Knigths muriera de esa forma, claro que no.

—Si se trata de un combate, estoy listo.—Dijo, mientras aferraba su mirada carmesí, esperando a que la batalla diera inicio.

El lugar quedó en silencio. Rukriel miró al Dynasmon a los ojos, y noté por su postura que estaba tranquilo, o quizás eso pretendía aparentar, pero tenía constancia de que haría buena pelea. Cerré los ojos un segundo, y cuando los volví a abrir, Rukriel ya había desaparecido de su posición, para volar velozmente hacia el Dynasmon de frente.

Rukriel retrasó un brazo mientras volaba, quizás para mandarle un derechazo a la cara, pero en lugar de realizar cualquier golpe o ataque ofensivo, el digimon rojo dio un giro brusco hacia arriba, alzándose en el cielo y sobresaliendo de los altos árboles bajo los que los demás estábamos. Alcé la mirada, y miré con curiosidad a mi digimon, con una leve sonrisa en el rostro. Fenrir se subió al tronco y se colocó junto a mí, observando también el espectáculo, aunque él parecía más interesado en el digimon blanco.

- Shining V-Force-anunció Rukriel, mientras la V de la victoria de su pecho se iluminaba, apuntando directamente a su oponente.

Al instante siguiente, un potente y gran rayo rojizo salió de la V en línea recta, directamente hacia el Dynasmon, el cual estaba, por suerte, a una prudente distancia de nosotros, por lo que el rayo, no nos podría dañar ni a Suoh, ni a mi y a mis demás digimons.

OFF:

Shining V-Force:

Dispara un rayo de energía súper caliente de la V dorada que lleva en su pecho.

Deimons no parpadeo ningún segundo, se quedo inmóvil observando los movimientos del UlforceVeedramon rojo, hasta el punto que decidió atacar con su "Shining V-Force", pero Deimons no se iba a quedar sin hacer nada, ni trataría de evadir el ataque, lo iba a enfrentar con sus propio poderes.

—¡Rugido del Dragón!—Un rayo de energía salio disparado de las palmas de sus dos manos, apuntando al rayo disparado por el UlforceVeedramon rojo.

Por otro lado, Suoh se encontraba recostado en un árbol contemplando la batalla, mientras se acababa su cigarrillo.

Off:

La colisión entre ambos ataques creó una leve onda de choque que hizo revolotear mis cabellos mientras observaba de manera aburrida la pelea. No me interesaban demasiado las peleas igualadas, o en las que no se sabía a ciencia cierta -en un principio- quién sería el vencedor. Me gustaba más observar cómo liquidaban al débil, y cómo el fuerte se alzaba en la gloria de la victoria... Aunque en este caso, más bien ansiaba presenciar la muerte del Dynasmon por parte de su propio tamer.

Entretanto mis pensamientos acerca de lo divertido que sería ver eso, Rukriel rompió el contacto entre los dos ataques, y se lanzó en una maniobra en diagonal contra su oponente. Moviéndose de lado a lado mientras de sus brazos surgían dos sables rojos y brillantes. Así mismo, el digimon rojizo hizo acopio de toda su velocidad, y aprovechándola, potencionó los sables para, al llegar junto al Dynasmon, enarbolarlos contra él para cortarlo en forma de X.

OFF:

Sable Ulforce:

Crea sables de luz de sus V-Bracelets para atacar a su oponente, aprovechando su gran velocidad para generar mas daño.

El ataque de UlforceVeedramon dio acierto, propinándole aquel brutal corte con forma de X, aprovecho su velocidad para así causar mas daño a su objetivo. Deimons retrocedió un par de pasos, y extrañamente regreso a su etapa Rookie, cuando giro su mirada hacia Mikoto, vio que este tenia el Digivice en su mano. ¿Por que había hecho tal cosa? El pelirrojo se acerco a Deimons con pasos lentos pero decididos, mientras de su mano emanaba su Digisoul y justo después su espada, la Red Queen.

—Lo siento mucho, Deimons...—Con un movimiento de su mano, hizo que la espada atravesara el cuerpo de su camarada, el Digimon se quedo mudo, estaba impresionado por lo que su camarada había hecho. Comenzó convertirse en datos, los cuales luego de un segundo empezaron a conformar un Digihuevo. Guardo la espada de la misma forma que la saco, tomo el Digihuevo y le dedico una mirada con algo de rencor a la pelirroja, esperando a que dijera algo, algo que el quería escuchar.

Me levanté del tronco en cuanto vi que Rukriel encendía los sables de sus brazos y se lanzaba contra su oponente. Con un brillo de maliciosa curiosidad en los ojos, di un potente salto y me subí a la rama de un árbol, para desplazarme después de rama en rama hasta llegar a una que me propiciase una vista en primera fila de la pelea entre ambos digimons. Me senté y dejé colgando las piernas, mientras me sujetaba al tronco con una mano para no caerme.

Mis ojos se entornaron entonces, cuando Rukriel llegó frente al Dynasmon. Observé con algo de desaprobación y decepción como este ni siquiera trató de defenderse o protegerse, y como el ataque en cruz de mi Ulforce le acertaba y le hacía retroceder. Sin embargo, aún no había acabado la pelea, el Dynasmon parecía ser capaz de dar más batalla, y a pesar de eso, el digimon dedigievolucionó de repente en su etapa rockie. Suoh acababa de llegar, y con su digivice IC, había hecho volver a la etapa niño a su digimon. Lo observé acercarse al susodicho, y lo observé desenfundar su propia espada. Ladeé la cabeza, y esbocé una sonrisa de siniestra satisfacción cuando lo atravesó con su arma, y cuando vi esa expresión de dolor y decepción en los ojos de ambos.

Había sido una prueba cruel, sí, era consciente de ello. Pero en mi equipo no iba a entrar cualquiera, quería ver lealtad hacia mí, y quería que mis subordinados fueran despiadados para que cumplieran órdenes de matar sin dudar, si era necesario. Y esa, era la forma más rápida de comprobar si Suoh, era un buen candidato para entrar en Chaos.

Tras la anterior demostración, me quedó bastante claro que así lo era.

- Bien, bien...-le felicité mientras aplaudía, aún sonriendo-. Honestamente, pensé que no lo conseguirías, pero esa ha sido una bonita demostración de tu lealtad... Estás dentro, Suoh.

De un salto, me bajé del árbol, justo cuando Fenrir llegaba junto a mi lado, y cuando Rukriel dedigievolucionaba en Veemon. Miré a mi alrededor, y señalé con una mano todos los digieggs que había en aquel bosque.

- Como prometí, puedes coger un digihuevo para tí. El que quieras, ese será el compañero que te protegerá hasta que tu Kotemon renazca.

Estaba dentro, Suoh ahora pertenecía a Chaos, incluso tenia el derecho de escoger un nuevo Digihuevo de los tantos que había en el lugar. El pelirrojo decidió escogerlo al azar, no sabia que Digimon abría dentro, por lo que iba a ser una "sorpresa" para él.

Luego de haber escogido su nuevo Digihuevo, tomo su IC y almaceno ambos Digihuevos en su interior. Le dedico una mirada a la pelirroja para ver que era lo que seguía a continuación, tal vez ahora si le contara los verdaderos planes de Chaos y sus intenciones.

—Bien, ¿ahora que sigue?—Guardo su Digivice, esperando alguna respuesta proveniente de la pelirroja.

Suoh me preguntó a continuación qué haríamos después, y yo sonreí. No sabía que pensaba él hacer, pero yo desde luego debía volver a la mansión con Kenshi y Zerker. Demasiados trotes había tenido en estos días, como para tener que forzar mi cuerpo. Apenas había dormido, y en el tiempo que había estado con Suoh, había ido notando cansancio. Me volví hacia él, invoqué la guadaña, y tracé un portal, por el cual mis tres digimons pasaron, dejándome a solas con el humano.

- Ahora... Ve a extender el caos. Pronto todos tendréis noticias mías.

Le miré de lado, esbozando una sonrisa maliciosa mientras cruzaba el portal de regreso, y antes de que este se cerrara, todavía podían escucharse unas últimas palabras susurradas.

- Y recuerda qué pasará si me traicionas, Suoh Mikoto...

Una vez se hubo cerrado, suspìré, y me apoyé en la pared de la mansión. Había aparecido en mitad del salón de la base, porque estaba cansada, y no tenía ganas de pensar en el lugar exacto en el que aparecer. Aún no me acostumbraba a ser la Novena Muerte, y quizás por eso acababa cansándome más fácilmente... O quizás era el embarazo, ¿quién sabía?

Bajé la mirada hacia mis digimons. Los tres me miraban algo preocupados, pero no dijeron nada. Yo les devolví la mirada, sacudí la cabeza, y me moví hacia el sofá, para tumbarme en él, y dormir al menos un poco.

Suoh también se retiro de aquel lugar para hacer justamente lo que su nueva aliada le había pedido, extender el caos, tal vez iniciaría con algo menor, pues aun no quería llamar mucho la atención, ademas de que seria perseguido por DATS si descubren lo que este ha hecho.

Con la ayuda de su Terminal, logro abrir un portal a su casa, este lo atravesó sin nada mas que decir, tomando un camino diferente al de Zayyn. Era cierto, algún día se volverían a ver las caras, pero no para platicar, si no para... ¿Causar caos?