Planificando un futuro seguro. ¡El mal que se avecina!

TIempo después de haber hablado con aquella chica, me dirigí a Inverness, dónde alguien muy especial nos estaría esperando. Estuvimos viajando todo el tiempo por lugares pequeños, tratando de no llamar la atención, ya que ahora éramos gente buscada por varias agencias, entre ellas DATS. Era ya las tres de la tarde aproximadamente cuando llegamos a la aldea en cuestión. Allí me quedé a esperar en la plaza principal. No llevaba mi disfraz de siempre, sino la ropa que antes solía llevar, cosa de que el albino no me reconociese luego.

Ysera se encontraba algo nerviosa por endcontrarse de nuevo con su par, Arcturius, ya que no sabría lo que podría ocurrir cuando lo volviese a ver. Por su lado, Fistus se encontraba sentado en el césped, como si meditase, mientras tenia entre sus brazos su espada. Me senté en una banca cercana a esperar.

-No es raro.- le empecé a decir a quién reconocí inmediatamente como el Alphamon camarada de Janaan. -Siempre y cuando consideres el hecho de que vendría si la situación lo requería.- le terminé de contestar, percatándome que Arcturius se quedó mirando a Fistus. Esto me hizo recordar que nadie del entorno del escocés sabia de él. por lo cual le comenté. -Lo encontré cuando aún era un huevo.- me limité a comentar sin decir su nombre.

Ysera, para no verlo al pelinegro, volteó la cabeza tratando de ignorar su mirada. Ella no sabía que hacer más que eso, por lo cual, luego de un momento, se alejó un poco y empezó a observar el pueblo. Fistus, por su lado, se dedicó a mirar al sujeto bronceado.

OFF:

-Saludos para usted.- se limitó a devolverle el saludo al Digimon disfrazado, para luego apartarse y empezar a practicar con su espada hacia el aire. En su rostro se veía la concentración total en lo que estaba haciendo ahora.Por su lado, Ysera admiraba unas flores que habían crecido ahí.

-Su ayuda y advertirle.- le respondí al pelinegro de manera breve, pero luego decidí que requería decirle más en completo. Para ello, volvía tomar la palabra. -Es algo que nos concierne a todos, un terrible mal que se aproxima a esta dimensión y hay que estar listos para ello.- comencé a decirle, denotando en mi tono y forma de hablar, que a pesar de mostrarme tranquilo, era un asunto urgente. -Vine directamente en cuanto pude, desde Nueva York hasta acá.- terminé de contarle.

Asentí con la cabeza y seguí al morocho, mientras que al mismo tiempo mis camaradas me siguieron. Recorrimos a pie todo el trayecto, atravesando el bosque que separaba el pueblo del castillo. Dorumon miró por un momento a Arcturius pero después apartó la mirada. Fistus solo se dedicaba a observar alrededor suyo, recordando todos los detalles del lugar.

-Espero que tengas guardias de ese mismo nivel.- le dije al pelinegro cuando vi al Black Wargreymon, dejándole entrever de lo que venía a hablar. Luego vi al Black Agumon, que de seguro se encargaría de abrir las puertas.

-Si, por favor.- le aclaré a la niña que parecía ser sirviente del albino, después de que el pelinegro le dijese que nos trajera algo de comer a modo de cortesía. Seguimos por un par de pasillos hasta llegar a un enorme salón, en el cual se podían observar muebles antiguos que, de cierta forma, hacían juego. Este curioso detalle me hizo pensar que fueron comprados hace tiempo para que combinasen, pero que en realidad son más antiguos que eso. Me senté en uno de los sillones y esperé a que llegasen los dos "Blancos".

Janaan bajo las espalera con calma, escoltado por blackagumon, cada digimon y humanos que lo veian pasar, le ofrecian una educada reverencia y se hacian un lado para no interrumpir su marcha

Janaan siguio a black agumon hasta entrar a un salon, donde estaba Artuirus, Johno, su dorumon y un ¿kotemon?

El albimo traia simplemente un pantalon de tela blanca y una suerte de saco de tela, parecia un abrigo post color negro de tela grueza, estaba descalso, a simplemente vostia tapresia una bestimenta normal, de no ser  por que el.albinp estaba descalso

-a pasado tiempo joven Johno- sonrio en forma amable

-janaan- llamo arturius en señal de saludo

el albino vio a su camarada y se sento cerca a su digimon

-que se le ofrece joven Johno?- pregunto en forma amable, mantebiendo su calida sonrisa y miro al kotemon-veo que tiene un nuevo aliado, el un placer conocerle kotemon-

Esperamos por unos momentos hasta la llegada del albino, el cual, como generalmente lleva puesto, tenía ropa blanca de excelentísima calidad. Como la cortesía lo indicaba, le devolví la sonrisa. -Pues los grandes planes requieren tiempo.- le empecé a decir haciendo en el medio una breve pausa, en la cual el Kotemon le dio un saludo propio de alguien de la nobleza. Luego de esto, seguí hablando. -pero, como ya te imaginarás, no es una simple visita social, por lo cual preferiría que solo estuviesen ustedes tres.-

El Kotemon se dedicó a observar al recién llegado, tratando de entender en silencio el por qué vinimos acá. Lo que pasaba era que el nació tiempo después de la última vez que ví al escocés. Por su parte, Ysera miraba la decoración, no porque le gustase o no, sino para evitar hacer contacto con Arcturius.

Black agumon miro a Janaan, el pequeño reptil noto la suabe sonrisa de janaan, el cual agradecia su sercisio y el digimon infante se fue, poco despues llego la muchaha acompañada de  otra niña de cabello negro lizo y ojos cafes y un angewomon que empujaba un carro con un juego de te y dulces de distintos tipos desde mini alfajores asta pasteles de de distintos, entre las tres sirviendo seis tazas de te, cinco de ellas entregadas a cada miembro de salon

-seria un hecho extraordinario que algundia vinieras solo por placer- se escucho la voz de dynasmon, cual entro al salon con gram calma y se seto en un sillo y resibio su taza de te, agradeciendo cortesmente la atencion, como lo hicieron sus camaradas

Las doncellas dieron una reverencia y se retiraron, dejando el carro, para que pudiesen degustar los potres o es au efecto servirse mas té

-supongo que es algo muy importante para que hayan venido en persona- comento tranquilo janaan mientras tomaba un poco de su te

Arturius por su parte comenzaba a moslestarle la evasivas de la dorumon, algo que el oji sangre noto, pero no dijo nada

Los sirvientes del escocés se tomaron su tiempo para servir té para los seis que íbamos a estar en la reunión. En el carro que traían también había dulcesvarios, pero a mi no me interesaban. Yo, al igual que Kotemon, resibimos gentilmente nuestras tazas ya servidas, mientras que Ysera se acercó a para ver que había para comer. Luego agarró un par de alfajores y regresó a su lugar.

-Por placer podré venir- comencé a decir mientras miraba el líquido caliente de mi taza. -cuando no haya problemas entre la Luz y la Oscuridad.- le terminé aclarando, para luego tomar un sorbo. Kotemon observaba a ambos camaradas del albino, para entender el hecho de que se disfrasasen en humanos. -Y en los días que se avecinan será menos probable.- volví a hablar en un tono muy serio. Luego terminé con una pregunta. -¿Saben algo sobre el tamer llamado Vladimir?-

-Puede ser Myrddhin.- le dije al Dynasmon estando serio, llamándolo por primera vez por su nombre. Luego miré al otro camarada del escocés. -No se trata de ofrecer, Arcturius, sino de decir lo que va a ocurrir o mejor dicho.- le comencé a aclarar, haciendo una breve pausa. -que ya está ocurriendo.- les dije para demostrarles que ya estaba en marcha. Cuando me preguntó si había visto a Vladimir, simplemente lo negué con la cabeza.

Para dejar en claro esto, de mi morral, saqué un diario que en su portada tenía noticia de la misteriosa destrucción de la Estatua de la Libertad. -Éste fue su primer objetivo.- les señalé de la foto de la Dama de Cobre destruida. -Y también sé que destruirán algo más dentro de poco, por estas islas.- terminé contándole, solo por el simple hecho de que sepa que, o Inglaterra, o Irlanda, o Escocia, serían atacadas. Ysera y el Kotemon miraron para otro lado cuando dije esto último, tratando de pensar el por qué sabía todo esto.

-Tengo las sospechas que será en Dublin.- le contesté al albino, luego tomé otro sorbo de mi taza. -Ya que a lo que atacan, no son los monumentos,- hice una breve pausa para mirar a los tres, mientras mis camaradas hacían lo mismo. -sino lo que representen.- terminé de contarles, volviendo a señalar las imágenes de la Dama de Cobre, que representaba la Libertad. -Según sé, Dublin representaría la Suerte.- les resumí del por qué creía que sería ahí.

No había entendido lo que había pasado recién con Dynasmon, pero me dí cuenta que malinterpretaron lo que dije, por ello les volví a explicar. -Vladimir está encerrado, quién los lidera ahora es Zayyn.- les nombré a la actual lider de los renegados. -Ella piensa acabar con el corazón de la gente de esta manera y así allanar el camino para aquel que la está fortaleciendo,- le expliqué el por qué de lo que motiva a ese grupo de Tamers oscuros. -Vladimir.- terminé diciendo mientras miraba a los ojos al albino.

-Supongo que esperan que yo vaya a buscar a Arcturius, ¿no?- dijo Ysera con una cierta picardía mezclada con ironía. -Bueno.- terminó aceptando luego de una breve pausa. Luego se fue a buscarlo.

-Entendido.- le contestó Dorumon a Myrddhin antes de salir de la haitación en búsqueda de Arcturius, luego se fue. Ella empezó a deambular buscandolo, aunque solo por el pedido del Wyvern. Ella aún no quería saber nada de él, por lo que habían tenido que pasar más que nada. -Solo lo hago porque nadie más lo quería buscar.- se dijo para autoconvencerse.

-No lo sé,- le dije a Janaan pensando en lo que acaba de decir. -Pero intuyo que no es pura coincidencia.- le comenté mis sospechas, agregando con mucha seriedad, más de la que ya había demostrado, lo siguiente. -Si es tan perverso y poderoso como lo creo, me puedo imaginar que está relacionado con el virus.-

Ysera se había acercado Arturius, el cual parecía estar concentrado en sus pensamientos. Ella creyó por un momento que él pensaba en el futuro que el hijo de Janaan que vino de varios años adelante de nuestro tiempos, llamado Magnus, había predicho. la dragoncita se quedó observándolo en silencio durante el rato. Hasta que éste se volteó.

La frialdad con la que le habló le molestó, aunque logró disimularlo con más frialdad. -Su hermano me envía a buscarlo.- le respondió de igual manera de la que él le había preguntado. -También me pidió que le dijera que necesitamos el libro KS-4.56i de la biblioteca superior.- le informó de manera apática sobre lo que Myrddhin le pidió.

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-Porque estoy infiltrado en dicha organización.- le contesté al ojirrojo, demost´randole la sinceridad de mis palabras. yo era el mejor informante que yo podía conseguir, ya que solo dos personas sabían de mi identidad en dicha organización, y ambos no eran tan estúpidos como para divulgar algo así. -De hecho, sé que pronto iríamos para allí porque me citaron a ese lugar.- expliqué de manera breve. Aunque esto último no era completamente cierto, no había forma de darse cuenta de la veracidad de mis palabras. Fistus e Ysera eran los únicos que sabrían lo que pretendía hacer...

Ysera siguió a Arturius al tercer pisó sin emitir ningún sonido, salvo quizás al caminar. Ella no quería apartarse de él, pero le tenía mucho miedo a que, al quedarse a su lado, pasase el futuro del que Magnus nos había contado. -Si, gracias.- contestó a manera de cortesía, pues ella se sentía cómoda siempre y cuando pudiese estar con él.

-Sabes,- empezó a decir finalmente mirando los libros dispersos allí, una vez dentro de la biblioteca. -el futuro no está escrito a fuego.- decía de manera indirecta lo que quería expresar, aunque era muy evidente hacia donde iba el punto de sus palabras. -y tal vez lo que diga Magnus no se concrete.-

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-Yo soy mi fuente.- le contesté al albino, el cual no pareció entender esa parte. -De hecho, después de hablar contigo- comencé a comentar de manera tranquila lo que iba a hacer. -debía ir para allá e iniciar el ataque.- terminé contándoles lo que iba a pasar.

-El futuro es más impredecible que eso, supongo.- dedujo ella, pensando con claridad en las recientes palabras de Arturius. -Ya que depende del cambio en el presente.- concluyó su pensamiento para luego prepararse a volver a la sala donde estaba el resto. lo miró y luego salió de la biblioteca para volver con el resto.

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-Hago lo que sea necesario para lograr amortiguar aquel desastroso futuro que Vladimir planea traer.- comenté al ver la expresión Wyvern de ojos rojos y del peliblanco. Luego escuché lo que el escocés dijo. -Si nos van a acompañar, les recomiendo de que vayan apartados de nosotros,- le aclaré de manera tranquila. -sino me podría descubrir y no podría conseguir más información vital.- terminé de explicarles mientras observaba.

-Bien.- terminé diciendo cuando Arturius e Ysera entraban al salón. En ese preciso momento me levanté, valiéndome de mis manos y los apoyabrazos del sillón en el que estaba sentado. -¡Ysera!, ¡Fistus!- los llamé a ambos para que se acercasen, y así lo hicieron de manera veloz. -Será mejor que vayamos yendo.- les indiqué a ambos para luego hablarle al albino. -Te recomiendo que busques refuerzos por el camino.- le aclaré mientras salíamos de la habitación.