Y hemos llegado a...¡¿Witchenly?!

- 12... - Dijo el chico con la vista fija en un punto lejano, tal vez recordando algo de esa edad o a alguien de esa edad. - Pues felicidades. - Dijo por fin despegando su mirada y volviendo a sonreír.

El camino de bajada estaba despejado hasta las puertas de la ciudad, donde dos Knightmon hacían guardia uno a cada lado. - Buenos Días. - Dijo el muchacho levantando una de sus manos mientras pasaban por debajo del rastrillo. - La verdad no estoy muy seguro, pasamos tan rápido sobre él que no sabría decirte si esta a un par de minutos caminando o más. - Junto al camino corría un río con aguas cristalinas y  más allá se podía ver la planicie completamente verde. - ¡Allá! - Grito inesperadamente el chico señalando con un dedo hacia una estructura apenas visible.

—¡Vamos!—La niña comenzó a jalar a Carlos del brazo para que el muchacho avanzara mas rápido, ella quería llegar corriendo hasta allá.

Cuando finalmente llegaron la entrada a la torre estaba bloqueada, desde el interior, eso desanimó a la joven pero buscó otra entrada con la mirada, mientras el muchacho no miraba ella rodeó un poco la estructura dando con una ventana cubierta por unos barrotes con forma de rosas, dio un salto para alcanzarla y no llegó, intentó una y otra vez hasta que por fin lo logró. Cuando se hubo aferrado con firmeza sacó su Xros Loader y a través de los barrotes apuntó al interior del lugar.

—Reload, Impmon.—Cuando el diablillo estuvo adentro del lugar miró a su alrededor hasta dar con la entrada, señaló a esta y la niña asintió.—Por favor abre la puerta.

Tras decir eso perdió agarre y fue a dar de espaldas contra el suelo aunque se puso de pie casi de inmediato para después regresar con Carlos, Impmon tenía una pequeña gota de sudor en su cabeza, pero se acercó a la entrada y usando sus poderes se deshizo rápidamente de los oxidados candados. Abrió la puerta y saludó a su compañera y a Carlos.

Impmon: Misión cumplida.

Layla jaló al chico de la manga de su ropa, claramente estaba impaciente por llegar.  - ¡Wooh! Tranquila, no se irá a ningún lugar. - De todos modos la niña lo siguió apurando, por lo que no tuvo más remedio que apurarse.

Al llegar a la entrada de la torre se notaba muy mal tratada, los faroles que tenia en distintos puntos estaban apagados como si nadie los hubiera utilizado hace tiempo. - Como entrar... - El muchacho se quedó absorto en sus pensamientos mientras Layla rodeaba la estructura por uno de sus lados.

- ¿Que tal si evoluciono y derribo la puerta? - Astaroth estaba junto a su Tamer viendo la puerto.

- No, eso podría debilitar la estructura. - Con una de sus manos el Joven comenzó a tocarse la barbilla

- ¿Y si vuelo hasta ese balcón? - Señaló con una de sus garras un lugar más arriba.

- Mmm puede ser. - Antes de que el muchacho pudiera sacar su Digivice, la puerta se abrió y al otro lado estaba el Impmon de Layla. - Que oportuno. - Una sonrisa ocupó el lugar de la cara serie. - Bien pensado Layla. - Entró junto a la chica y sus Digimon a la torre. Se encontraba a oscuras y llena de telarañas y polvo. - Claramente nadie a entrado en mucho tiempo. - El chico abrió su bolso, y sacó de dentro un par de linternas. - Toma. -Dijo extendiéndole una a Layla.

—Gracias.—Tomó la linterna y al encenderla apuntó la luz en diferentes direcciones buscando algún punto en específico para comenzar a explorar, Impmon caminaba a su lado registrando el lugar con su mirada. Cuando cruzaron un umbral que daba a un amplio salón, el cual debió haber sido muy majestuoso en sus mejores días, Layla vio una escalera en el centro de la gran sala.

Esta subía en espiral, estaba vieja y le faltaban algunos peldaños pero se veía estable, Layla se acercó a esta y dirigió su vista hacia arriba. Había algo en lo más alto de allí que brillaba, cuando estaba por decirle a Carlos y a los Digimon que los acompañaban sobre lo que había visto notó que Impmon estaba viendo algo en una de las paredes.

—¿Impmon, que ocurre?—Cuando apuntó la luz de la linterna hacia la pared se sorprendió ante lo que vio, era un mural de proporciones realmente grandes en el cual estaba plasmada la imagen de exactamente doce Digimon.—Wow…

Parecía como si el tiempo hubiera demostrado que podía llegar a ser caprichoso u olvidadizo ya que aquella imagen se veía en perfecto estado a diferencia del resto de aquel lugar.

Al igual que Layla, el muchacho comenzó a apuntar con la linterna en distintas direcciones. Su atención se centró en un estante repleto de libros polvorientos. - Tal vez aún quede algo útil. - Dijo aproximándose y sacando uno de los libros, el cual se deshizo al cambio de presión que sufrió. - o tal vez estén tan débiles que se deshacen solos... - gracias al hueco que dejó el libro, se podía ver un pequeño objeto de madera que los demás libros intentaban ocultar. - ¿Que es esto? - Con sumo cuidado, y con toda la intención de que no le pasara lo mismo el chico tomó el objeto. Era un silbato con acabados un tanto extraño, la parte final simulaba la cabeza de un grifo el cual al mirarlo detenidamente le brillaron los ojos. -

- ¡Oye! - Si bien no fue un grito, por el silencio que reinaba fue lo suficientemente alto para asustar al muchacho.

- ¡Wooah! - El sobresalto fue al que por poco casi dejó caer el objeto. - ¿Que sucede? -

- Layla se fue por allá. - Con su garra apuntó a un umbral.

- Pues vamos, no podemos dejar que deambule sola en un lugar que no conocemos. - Se echó el objeto al bolsillo por instinto.

Al llegar donde ella se encontraba, la atención de todos se centró en un mural. - ¿Como es posible que esté tan bien conservado a comparación del resto del lugar? - El Digimon se aproximó al mural y pasó una de sus garras cuidadosamente sobre él.

Tanto la niña como el Digimon estaban absortos mirando aquella escena plasmada, cuando ella reaccionó supuso que aquella imagen estaba encantada o algo así.

—Probablemente la pintura que usaron para hacerla era mágica, o la imagen misma esta hechizada para durar para siempre.—Esa era la idea que tenía, en el mural los doce Digimon estaban en una posición de batalla, y miraban fijamente en dirección al final de la gran sala.

Layla guiada por su curiosidad caminó rápidamente hacia el extremo en donde terminaba el salón y apunto la linterna a la pared, dio un respingo debido al susto que se llevó debido a lo que vio. Era un monstruo parecido a un cocodrilo de color rojo, pero realmente enorme y poseedor de fauces descomunales, al alejarse unos metros para ver mejor en aquel otro mural había otros seis Digimon, uno parecía un anciano con una barba muy larga, otro estaba completamente cubierto por una túnica la cual solo permitía ver sus ojos y otra era una mujer.

—Esos de allá, son...Los Caballeros Reales, y estos son...los Siete Grandes Señores Demonio.—Impmon le había hablado sobre eso, y como ese tema había llamado su atención había decidido investigar un poco mas.—Están a punto de luchar.

Mientras en su mente se imaginaba como sería un combate a muerte entre ambos grupos un pequeño escalofrío recorrió su espalda, entonces recordó lo que le había querido decir a Carlos.

—Ah, Carlos, hay algo en la parte mas alta de esta torre. ¿Podemos ir a ver qué es?

- Curiosa pintura... - El muchacho siguió a Layla con la luz de su linterna en todo momento, por lo que pudo ver antes la escena de los Demon Lords.

- Por lo que se los Royal Knights son los mismos entre las dimensiones, por lo que estos deben ser los mismos admirados en el Digimundo. - Astaroth quito su garra de la pintura y regreso junto a Carlos. - Si ellos también son conocidos acá. -Señalo con la cabeza al grupo contrario. - Es porque deben tener la misma facultad de moverse entre dimensiones... -

La idea de unos seres tan poderosos, que pudieran viajar libremente entre dimensiones le asustaba, y el hecho de que un grupo de esos seres fueran considerados como "Malignos" le era aun más perturbador. - Claro Layla, no necesitas preguntármelo, yo también quiero seguir viendo que esconde este lugar. - Si bien el mural era hermoso de cierto modo, alejarse de él y dejar de pensar en eso sería una buena idea. - Ve tu delante. - Dijo siguiendo a la chica escaleras arriba.

Ella asintió y ambos comenzaron a subir por la vieja escalera, Layla sorteaba las partes en las que hacían falta dos o inclusive tres peldaños, había decidido llevar a Impmon al interior del Xros Loader por precaución. Cuando llegó a un punto en el que faltaban cuatro escalones tomó un segundo para pensar y saltó, cuando llegó al otro lado se quedó completamente quieta ya que la escalera entera profirió un crujido constante que pareció durar minutos enteros. Aunque fueron solo pocos segundos.

—Por un momento pensé que iba a romperse del todo...—Dejó escapar un suspiro de alivio y continuó subiendo hasta llegar al segundo piso. Apagó la linterna ya que en ese lugar había grandes ventanas las cuales permitían el paso de la luz.

Observó todo a su alrededor, ¿como se podía llegar a la punta de la torre si la escalera solo llegaba hasta el segundo piso? Impmon salió del Xros Loader por sí mismo y caminó en dirección a las puertas que llevaban al balcón.

Impmon: Por aquí podremos subir.—El Diablillo empujó las puertas tratando de abrirlas, Layla dudó un poco pero optó por hacer caso a su Digimon. Empujó las puertas hasta que finalmente estas se abrieron.

La vista que se tenía desde aquel balcón era sumamente hermosa, aunque el Digimon señaló hacia la izquierda del balón, aquella sección había caído bajo el control de las plantas pero el compañero de Layla se internó sin atisbo de duda. Ella lo siguió abriéndose paso por las enredaderas y arbustos que habían ahí, finalmente para sus sorpresa cuando volvieron a salir estaban en otro balcón, un poco mas pequeño que el anterior pero que estaba mas arriba que el otro.

Impmon: ¿Ves? Aquí hay una escalera externa que llega hasta arriba. —Efectivamente el Digimon Virus estaba en lo cierto, se cruzó de brazos mientras mostraba una sonrisa bastante orgullosa.—Pero bueno, que mas se puede esperar de mi.

Con menor dificultad que la muchacha, el Tamer subio las escaleras ayudando a su Digimon. - Sería más fácil si volaras... - En las secciones donde faltaban más de un escalón el chico tenía que tomar a su compañero de una de sus garras para llevarlo consigo.

-Lo haría, pero mis evoluciones son tan grandes que tienes miedo de que destruya parte del lugar. - Cuando el joven lo impulsaba, él con toda las fuerzas de sus piernas hacia su parte.

Llegado al punto donde faltaban cuatro peldaños el muchacho titubeo. - ¿Sabes que? - Sacó su Digivice y la D-Terminal de entre su ropa. - Será mejor que evoluciones. - Dicho esto tanto Astaroth como los dos objetos brillaron con un color naranja, transformando al dinosaurio en su evolución Armor.

- Ya era hora. - El demonio batió sus alas para no tocar el suelo, mientras su Tamer saltaba para evitar el obstáculo.

En el balcón tenía una vista de toda la planicie existente, incluyendo el río y el castillo. - No me molestaría quedarme acá unas temporadas. - Cuando se harto de la vista siguió a Layla e Impmon hasta unos arbustos. - Astaroth, creo que será mejor que rodees este obstáculo por aire. - El demonio Asintió y desapareció tras la columna mientras el chico se adentraba dificultosamente como habían hecho Layla y su compañero. Cuando salió de entre la vegetación, lleno de ramas y hojas, se encontraban en otro balcón más pequeño con una puerta cerrada. - Pues que esperan. - Dijo el muchacho sacándose unas hojas de la boca y del cabello. - Espero que esto sea lo único que la vegetación conquistara. - Abrió la puerta con dificultad ya que estaba trabada.

Nuevamente entraron a la estructura para poder dar con la otra puerta que conducía a la escalera externa, por suerte esta escalera les llevaba directamente a la punta de la torre por lo que Layla comenzó a subir siendo seguida por el Diablillo púrpura. Por suerte esta escalera se veía mucho mejor que la otra y no le faltaba ningún escalón. Aunque era mucho mas larga.

Cuando se acabó la escalera estaban en frente a lo que se podía asociar a la sala en la que se ubicaba el foco de un faro, lo único que les impedía la entrada era una rejilla de color dorado la cual Layla solo tuvo que empujar suavemente hacia adentro ya que no estaba asegurada ni nada parecido.

Layla se fijó en aquellas "garras" y la luz que estaba ahí, como estaban en la parte mas alta no había techo por lo que se podía ver perfectamente el cielo en el cual varias nubes habían comenzado a aparecer. Se acercó unos pasos para poder ver mejor, había algo en el interior de aquella luz.

—¿Creen que pueda subir hasta allí...?—Tenía el presentimiento de que iba a suceder algo, pero no algo malo, sino todo lo contrario.

Sin esperar una respuesta respuesta por sus acompañantes se acercó al pedestal sobre el que estaba la luz, estaba adornado con enredaderas hechas de metal por lo que fácilmente utilizo estas para lograr llegar hasta allí.

—¡Ya lo veo, hay algo en esta luz!—Era un objeto pequeño, muy pequeño, cabía perfectamente en la palma de su mano. Además al estar tan cerca ya sabía lo que era. Pero tuvo que cerrar sus ojos ya que la luz le molestaba mucho, cuando su mano atravesó aquella luz buscó a tientas el objeto esperando dar con este rápidamente.

Finalmente cuando lo encontró lo extrajo y cuando comenzó a bajar se detuvo a medio camino para apreciar la DigiMemory unos segundos. Se sentía muy feliz, cuando llegó de nuevo con Carlos comenzó a dar pequeños saltos de felicidad.

—¡Nunca pensé que algo como esto pudiera estar aquí, en serio, esto es increíble!—Cuando dejó de saltar entonces le mostró la Digimemory de Susanoomon a Carlos.

Al entrar nuevamente a la estructura se podía notar que era un lugar mejor tratado que el anterior. - ¿Porque este lugar se a mantenido tan bien, mientras la otra parte parece sede de una guerra? - El Chico siguió a la joven que se dirigía hacia unas escaleras.

- Tal vez hubo un combate allá abajo. - Astaroth que seguía en su evolución Armor avanzaba por las escaleras detrás de Carlos.

Al terminar las escaleras salieron nuevamente al exterior, pero esta vez era el lugar más alto de la torre. En él una especie de faro iluminaba el lugar. - No creo que sea segu... ¡Hey! - Al parecer la pregunta de Layla era retórica, ya que no esperó la respuesta de Carlos. - ¡Ten cuidado! - Como si fuera su hermana pequeña, el joven se mostró preocupado por el hecho de que subiera a un lugar peligroso. - Ven, regresa. - Dijo cuando la chica metió su mano dentro de la luz y saco algo.

La chica comenzó a bajar nuevamente, y Carlos estaba atento por si se llegaba a soltar de alguna forma. - Eso es, lento. - Mientras, Astaroth estaba junto a él sonriendo. - Podrías ayudarla aunque sea. -

- Siempre me a causado risa esa faceta tuya de "Hermano Mayor" con las personas de menor edad. - Si bien estaba listo para actuar en cualquier momento, se encontraba en una posición relajada.

- No se de que hablas. - Carlos desvió la mirada unos segundo cuando Layla por fin bajó junto a ellos. - Dime, que encontraste arriba. - Cuando la chica dejó de saltar le mostró una DigiMemory de Susanoomon. - Al parecer los diez guerreros también son conocidos acá. -

Impmon entonces notó que a unos metros había una placa en el suelo, estaba un poco desgastada por la exposición a los variados factores climáticos. Pero aún se podía leer sin problemas.

Impmon: Esto...—Si hubiera leído eso antes no hubiera permitido que Layla se hubiera acercado a la esfera de luz ni siquiera como una broma por temor a que algo malo pudiera llegar a pasarle. —"Desafortunados aquellos que profanen con un corazón indigno la luz sagrada que resguarda al Guerrero Legendario."

—¡Mira Impmon, tenemos mucha suerte!—Antes de que el Diabillo pudiera decirle al menos algo sobre lo que decía la placa su compañera lo tomó en sus brazos mientras comenzaba a dar vueltas. Realmente estaba muy feliz—...Eh, lo siento.

Dejó a su Digimon en el suelo mientras se tranquilizaba del todo y procedía a bajaba la mirada aunque aún con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Bueno, creo que ya es hora de que regresemos...—Se sentía ligeramente avergonzada por haber actuado de esa forma tan infantil, y aún mas frente a Carlos y a Astaroth.

Al parecer el hecho de que Layla sacara la Digimemory y que no pasara nada malo fue algo fortuito. - Felicidades Layla. - El chico le sonrió y se aproximó a la reja.

- Que bueno que no fue Carlos el que intentó sacar esa cosa jaja. - El demonio involucionó a su etapa de novato. - De seguro una mente como la suya hace que su corazón sea indigno de tocar esa luz. -

- Muy gracioso Astaroth. - La sonrisa se desvaneció, mientras un ceño fruncido y rubor en su cara aparecían.

Gracias a las risas del Agumon, y lo absorto que estaba el muchacho, ninguno de los dos se dio cuenta de los pasos que se escuchaban en las escaleras. - ¿Mph? - Carlos giró su cabeza muy tarde para ver como una mancha amarilla con celeste pálido se abalanzaba sobre él.

- ¡¿Que hacen en esta torre?! - Quien estaba sobre el Tamer era un Gabumon que por sus expresiones faciales no era muy amigable. - ¡Respondan! -

- ¡Carlos! - Dijo Astaroth dando unos pasos hacia los dos que estaban en el suelo.

- Si te aproximas un paso más lo calcino. - Abrió su boca y comenzó a acumular una bola de fuego azul, mientras Astaroth se quedaba en el mismo lugar sin saber que hacer.

Layla ya tenía su Xros Loader en la mano, mientras una silueta repentinamente se irguió detrás del Gabumon que había aparecido apuntándole con el arma que poseía en el brazo derecho.

Baalmon: Lo calcinas, y te vuelo la cabeza de un tiro.—Baalmon hablaba completamente en serio, estaba dispuesto a acabar con la vida de ese Digimon si se atrevía a herir a Layla o a Carlos.

—Por favor no lo lastimes, solo vinimos a esta torre para explorar.

- Se que los humanos no se regeneran como nosotros. - La esfera de fuego seguía en su boca. - Además, si giro sobre mi mismo mientras lanzó el fuego es probable que tu disparo no me afecte. -

- Esto no es necesario. - El hecho de que su vida corriera peligro lo tenía sin cuidado, estaba más preocupado de que le haría a Layla cuando acabara con él. - Ella dice la verdad, solo estamos acá para investigar la torre. -

- ¿Con que objetivo? El AncientWisemon que vivía acá fue apresado, y todo lo que había de valor fue saqueado. -

—Solo estábamos explorando un poco el lugar, no queríamos hacer nada malo.—Al escuchar lo que había dicho el Gabumon sobre el que había vivido anteriormente en aquella torre sintió curiosidad.—¿Por qué apresaron al AncientWisemon que vivía aquí?

Baalmon permanecía concentrado, si por desgracia no conseguía evitar que algo malo le pasara a Carlos o a su Tamer se conformaría con matar al Gabumon.

- No finjan ignorancia. - El Gabumon seguía tenso, pero en sus ojos se veía duda. - Seguramente ellos los contrataron para seguir buscando cosas de valor en la torre. -

- Te juro que no sabemos de lo que hablas. - Además de intentar convencerlo no podía hacer mucho más en la posición en que se encontraba. - Llegamos a este mundo por un error de calculo, un Mystimon nos llevó hasta la ciudad y decidimos venir a ver esta torre tan llamativa... - De pronto el silbato en su bolsillo se hizo más pesado, y su mirada se desvió a la mano de Layla donde reposaba la Digimemory.

Al parecer el Gabumon se dio cuenta de como los ojos de Carlos iban a parar hacia un objeto en la palma de su amiga. - ¿Con que no venían a saquear eh? - La expresión en el rostro del Gabumon pasó del enojo a la sorpresa. - Espera, ¿Eso es la Digimemory de Susanoomon? - Sus ojos se abrieron como platos. - Eso es imposible, se supone que nadie que no sea digno puede atravesar esa luz. - El Gabumon estaba tan anonadado que no se dio cuenta que el Agumon se aproximaba cautelosamente. - Tú debes de ser de quien hablo AncientWise... ¡Woah! - Lo que sea que iba a decir fue interrumpido por Astaroth que lo derribó.

Después de que el Gabumon fuera derribado por Astaroth el Digimon de Layla fijó la mirada en ambos mientras se movía un poco, ahora estaba mas cerca de su compañera humana.

—¿Qué...?—Ella no entendió del todo lo que quiso decir el Gabumon, ya que aún no estaba enterada de lo que decía aquella placa.

Baalmon: En la placa de allí decía que aquellos que no posean un corazón digno no podían obtener la Digimemory de Susanoomon.—Dijo aquello sin desviar la mirada de Astaroth y del Gabumon por cualquier movimiento sospechoso que intentase este último.

Tras haber oído aquello permaneció en silencio unos segundos observando la Digimemory de Susanoomon la cual tenía en la palma de su mano, después se acercó al muchacho sintiéndose preocupada por este.

—¿Estás bien?—Además de preocupación sentía curiosidad sobre lo que había dicho aquel Gabumon, quería saber mas.

- Si. - El chico se incorporó lo más rápido que pudo sin marearse. - ¡Vasta Astaroth! - Con cuidado se aproximó a los dos Digimon que luchaban, mientras estos se lanzaban bolas de fuego de color azul y naranjas. - ¡Eh dicho que basta! - El tono de voz fue completamente autoritario, algo que hasta ese momento ninguno de los presentes había visto además de Agumon un numero reducido de veces.

Ambos Digimon dejaron de luchar y se separaron lentamente. - Solo quería protegerte. - Si bien su mirada seguía cada movimiento del Gabumon, su tono de voz y los rasgos faciales parecían las de un cachorro al cual retan por hacer algo.

- Lo se, y te lo agradezco. - El tono normal regresó, junto con una sonrisa cariñosa. - Pero parece que nuestro... interlocutor... estaba apunto de decir algo importante antes de que saltaras sobre él. -

El Gabumon estaba perplejo, con solo unas palabras y el tono adecuado tanto él como su contrincante dejaron de luchar. - ¿Eh? - Sacudió su cabeza volviendo en si. - ¡La Digimemory! - Avanzó un par de pasos hacia Layla  para después retrocederlos. - ¿Como has podido sacarla? -

—Pues...solo me acerqué lo mas que pude a la luz trepando esas enredaderas de metal, y al ver que la Digimemory estaba allí la saqué con mi mano.—Miró en dirección a la luz un segundo y después al Gabumon.—¿Acaso hice algo malo...?

- Que la sacaras me dice que no puedes estar aliada con los responsables de esto. - El Gabumon bajó su cabeza resignado. - Disculpas... - La palabra fue dicha con un hilo de voz apenas audible. - Lamento el mal entendido, pero después de lo que le hicieron a mi amigo... - En sus ojos se podía ver pena y enojo.

- ¿Te refieres al AncientWisemon del que hablabas? - Una parte de él decía que no tenía que fiarse tan rápido.

- Si, él me trajo junto a otros Digimon a esta dimensión para escapar del virus. - Miró nuevamente a los dos humanos que estaban frente a él. - Eso no les gustó mucho a un grupo de Digimon regentes de una de las zonas de Witchelny y decidieron capturarlo. - Una chispa de determinación se vio en sus ojos. - Pero tú. - Se aproximó un paso a Layla. - Si pudiste sacar esa Digimemory podrías ayudarme. -

—Mmm...claro, te ayudaré.—No iba a negarle su ayuda a aquel Gabumon, después de todo este ya se había disculpado.—¿Ustedes que dicen, Carlos, Astaroth, Baalmon?

El Digimon de la niña trató de replicar pero finalmente desistió y solo aceptó, ella podía llegar a ser demasiado blanda lo cual Baalmon sabía que en algún momento podía llegar a costarle caro.

El chico cruzó miradas con su digimon. Tenían asuntos pendientes los cuales atender, pero no podían dejar sola a la chica con un Digimon que fue tan violento en su primer encuentro. - Lo lamento Layla, pero tenemos un asunto que sanjar en el Digimundo. - El chico analizó cuidadosamente sus opciones.

Imperius se alegró al oír que la Hunter lo ayudaría. - ¡Muchísimas gracias! - Se aproximó sin tomarle mucha importancia al Baalmon y la abrazó. - Lamentablemente donde está es un poco lejos, por lo que llegar nos tomará un par de días. -

- Eso nos permite regresar con ustedes si solucionamos todo rápido. -

—De nada.—Ella correspondió el abrazo del Gabumon.—No importa si está lejos.

Tras separarse del Gabumon le mostró una amable sonrisa y al escuchar lo que dijo Carlos se volteó para verlo.

—¿Un asunto en el Digimundo?

- Si, tengo que buscar a alguien... - El chico no quiso ser más especifico, y fue salvado por la alarma de su reloj. - Hablando de eso, creo que ya deberíamos volver Astaroth. -

- Este ultimo miró al Gabumon y luego al Baalmon. - No le quites los ojos de encima... - Dijo esto en un susurro apenas audible por el Digimon de la chica.

- ¿Nos podrán encontrar a donde vallamos? - El Gabumon soltó a Layla y miró a Carlos.

- Espero que esto nos ayude un poco. - Con cuidado movió la terminal de batalla de un lado a otro. - Si no aún podemos registrar gran parte de este lugar. -

El Digimon no sabía si lo decía enserio o era una broma. - ¡Ah! Aún no les digo mi nombre. - Exclamo recordando este pequeño detalle. - Me llamo Imperius. -

- Un placer. - Dijo mientras inclinaba la cabeza.

- Como sea. - Movía su mano con indiferencia.

Baalmon asintió en silencio ante lo que le dijo Astaroth y miró al Gabumon unos segundos y después a su compañera humana.

—Entonces nos encontraremos cuando termines, espero que te vaya bien Carlos.—Tras decir aquello hizo una ligera reverencia para desearle suerte al joven. Hecho aquello procedió a fijar su atención en Imperius.—Será mejor que vayamos ya, ¿verdad?

- Claro, y gracias por tu apoyo. - Se aproximó a Layla, y cuando esta hizo la reverencia le puso una de sus manos en la cabeza y le revolvió el cabello con una sonrisa en su cara. - intentaré demorarme lo menos posible. - Con cuidado presionó unos botones en su terminal, abriendo un portal y entrando en él seguido por Astaroth.

Al ver como el humano se iba se distrajo. - ¿Eh? - Volviendo en si justo cuando Layla le hizo la pregunta. - ¡Ah, si! Será mejor que nos pongamos en marcha. - El Gabumon comenzó a descender por las escaleras de la torre.

La niña siguió al Gabumon y el Digimon de ella, Baalmon, avanzaba en completo silencio. Cuando salieron de la torre Layla miró en diferentes direcciones, Baalmon había vuelto a ser un Wizardmon para conservar energía.

—¿Ahora por dónde debemos ir?

- Debemos dirigirnos al Este, más allá de esas montañas se encuentra el mar, y sobre este hallaremos lo que buscamos. - El Gabumon comenzó a caminar por un sendero empedrado que se dirigía a las montañas.

OFF: Creo que es mejor crear un nuevo tema xD inicialo tú owo