Y hemos llegado a...¡¿Witchenly?!

El viaje fue bastante rápido, pero por sobre eso fue ajetreado por tantas vueltas bruscas y repentinas, Wizardmon estaba comenzando a preocuparse, se cruzó de brazos mientras pensaba para sí mismo, y entonces notaron una brillante luz al final, señal de que por fin la travesía había terminado. ¿O no?

El portal se abrió a algunos metros del suelo por lo que los viajeros cayeron al piso por el mismo orden que habían entrado al portal, en pocas palabras, Wargreymon X se tomó la involuntaria molestia se suavizar la caída de todos.

—Lo siento mucho Wargreymon...—La niña se puso rápidamente de pie mientras volvía a pedirle disculpas al Digimon Mata Dramon, Wizardmon miró a su alrededor mientras una pequeña gota de sudor hacía aparición en su frente. Esto definitivamente NO era el mundo humano...—Esperen, esto no es Tokyo, ¡Wizardmon!

El Mago Digital soltó una risa ligeramente nerviosa mientras su tamer le lanzaba una ligera mirada de reproche y él se rascaba la parte posterior de la cabeza.

- Caí sobre algo duro... - Metalgarurumon X debajo suyo dio un gruñido para indicar que el objeto extraño sobre el cual Alexander había caído no era nada más ni nada menos él. El D-Cyber se apartó de su digimon bruscamente por el shock emosional que le produjo toda la situación y cayó al suelo - Auch... - su cuerpo golpeó este pero apenas sintió dolor. Metalgarurumon X se apartó del grupo que había caído y comenzó a observar el lugar, dedigievolucionando a Kuramon, un digimon de nivel bebé cuyo poder ofensivo era casi nulo pero que servía muy bien para espionaje y que en el mundo humano pasaba desapercibido como un simple muñeco.

Ignorando todo en el exterior se colocó arriba de Alec quien no tenía la capucha así que su cabello constituyó parte del nido del bebé virus. Para el momento en el cual escuchó el comentario de Layla sobre que no era Tokyo se dignó a observar levemente el lugar en el cual se encontraban. No era que no solo era Tokyo, no era el mundo humano en si - ¿Cuántas esferas de energía te quedan? -   le preguntó a Alec ante la posibilidad de pelear - unas 3 aproximadamente... tranquilo, todavía no parece ser necesario usar eso... - habló de un objeto que no mencionó pero parecía uno capaz de obtener el poder necesario como para que cualquier problema no lo fuese.

- O todos comieron espinacas mientras no estábamos o esto ya no es el mundo humano - presencias de lo más variadas podían ser sentidas por Alec así que soltó ese comentario esperando que alguien lo entendiese aunque posiblemente no irían a hacerlo por los incidentes previos en todo el caso H tal como denominó al incidente ocurrido.

El viaje si bien fue "turbulento" duró poco a comparación de lo que el Tamer esperaba. - Madre, veo la luz. - Dijo mientras se aproximaba a  la luz al final del túnel. -Ya quiero dejar todo esto atrás ¡Woah! - De pronto el camino desapareció y callo sobre su compañero... seguido por todo el grupo.

- No puedo respirar... - Se quejó Astaroth mientras soportaba el peso de Carlos, Layla y el de Wizarmon. - Quítense... -

Al igual que Layla, Carlos se quitó rápidamente de donde estaba. - Es solo una niña, no creo que pese tanto. - Mientras su compañero se incorporaba, el muchacho miraba en todas las direcciones. - Tienes razón. Cuando estuve en Tokio no era así. -

- ¡Identifíquense! - Una voz que no pertenecía al grupo hizo aparición. - Digan quienes son y que buscan en Witchelny. - Un ser blandiendo una espada en llamas hizo aparición en el campo visual del grupo. - Si han venido a propagar ese virus que asola a otras dimensiones les pido que se retiren. -

—Bueno, yo soy Layla Ibuki y él es Wizardmon, mi compañero.—Señaló al Digimon Mago quien solo asintió cuando la niña se presentó a si misma y a él también.—La verdad terminamos aquí porque el portal que tomamos era inestable, lo que queríamos era regresar al mundo humano.

Le dirigió una mirada a Wizardmon quien solo bajó la mirada mientras aparecía una gota de sudor en su frente, casi como si hubiera dicho.

"No me mires así, estoy cansado..."

El cansancio que tenía Alec desapareció para ser remplazado con el sentimiento de amor a lo awesome que todo hombre tiene en su interior - Una maldita espada... cubierta de fuego... Y un collar con forma de ojo.... - Sus ojos casi se volvieron estrellas - Dame tu autógrafo... - Metalgarurumon X no sabía que hacer en esa situación pero al ver que el digimon recientemente conocido no parecía ser enemigo o por lo menos no parecía querer asesinarlos, volvió a su forma de Gabumon. Eso ayudaría también a demostrar que no era alguien que buscase pelea ni nada similar - Buenas tardes, lamento el comportamiento de mi tamer. Mi nombre es Gabumon y mi tamer es Alexander Gideon Lightwood. Tal como dijo Layla, buscamos una forma de regresar al mundo humano, sin embargo, si posees algún dato de como poder luchar contra el virus del cual hablas te agradeceríamos conocer sobre ello. Además, si no es mucha molestia, nos gustaría, o por lo menos a mi, conocer esta... ¿Dimensión?. Lamento si os incomoda esta petición pero es la primera vez que voy a una dimensión que no sea ni el mundo humano ni el digimundo -

Un Digimon un tanto medieval hizo aparición y nos pidió que nos identificáramos. - ¡Eh! tranquilo, que hemos llegado acá por un simple error. - Con un movimiento lento de su mano presionó un botón en su Terminal de Batalla, desactivando el modo X. - Mi nombre es Carlos, y el es Astaroth. -

El cuerpo del WarGreymon brilló intensamente. Donde antes se encontraba el mata Dramon por excelencia, ahora estaba un pequeño dinosaurio naranja. - Un placer. - Levantó una de sus garras en forma de saludo. - Lamentablemente terminamos en ¿Witchelny? por problemas de energía con nuestro mago. - Agumon señalo al Wizarmon que parecía bastante cansado. - Tuvimos una batalla un tanto complicada, por lo que pudo haber tenido problemas en el destino final. -

- Por mi regresaría inmediatamente al mundo humano. - El chico con lentes también estaba cansado, por lo que solo quería regresar a su hogar y dormir una larga siesta. - Pero creo que es mejor descansar un tiempo acá. Digo, si ya nos trajo por error a otra dimensión no quiero saber a cual más nos podría llevar. -

El Mystimon vio al Wizarmon de la chica. - Ya veo, con que tu los trajiste a este lugar... - El digimon bajo la guardia y enfundó su espada. - El del Agumon tiene razón. Si los has traído por error a esta dimensión porque estas agotado, lo mejor será que descansen un poco. - El Mystimon ahora se dirigió al Gabumon. - No tenemos ninguna información útil respecto a ese virus. Nuestros magos han encontrado la forma de hacer "Invisible" nuestra presencia al resto de mundos, por lo que patrullamos de vez en cuando para evitar que Humanos con Digimon infectados vaguen libremente por acá. - El digimon se dio media vuelta. - Si quieren son libres de recorrer Witchelny, pero antes tendrán que venir conmigo para que un hechicero los examine. -

—Gracias.—Entonces el Wizardmon se desplomó en el piso, para después volver a ser un Yaamon, Layla rápidamente tomó al pequeño Digimon de etapa Bebé en sus brazos y le acarició suavemente la cabeza.

El Yaamon solo emitió un pequeño bostezo y se acomodó para tomar una siesta, la niña por su parte comenzó a seguir al Mystimon mientras observaba a su alrededor. Aquel mundo tenía un aire medieval, incluso al alzar la vista al cielo pudo divisar a dos Witchmon volando sobre sus escobas. Yaamon se removió en sueños y Layla pensó que al llegar a casa cocinaría algo especial para su compañero, después de todo lo tenía merecido.

Al parecer todos estaban en un nivel bajo, aquella zona no parecía ser demasiado hostil e incluso podrían encontrar datos sobre que hacer con respecto al tema del virus. La forma de invisibilidad le resultó bastante interesante, debería aprender más de eso por que podría servirle con el mundo digimon para poder crear una especie de base o algo similar. No tuvieron demasiada opción así que Alec y Gabumon caminaron hacia Mystimon, el D-Cyber se contenía a hacer alguna estupidez, tratando de borrar su impulso de idiotez de su mente el cual se mantenía como un mosquito en una noche de verano - Mmmm.... si no es molestia, ¿Podrías darme algunos escritos o algo con la forma de hacer la barrera? Realmente nos podría servir a nosotros - hacía ver a su mundo como si fuese un caos post-apocalíptico en el cual todos estaban muriendose por el virus y solo habían pocos supervivientes pero la verdad es que era más o menos así - Si no me equivoco hay algunos lugares donde el virus no ha alcanzado y donde se han hecho bases así que serviría bastante poder parar la propagación por contacto mediante aquella barrera -

Mientras seguía al Mystimon hacia su destino, Carlos alzó la vista al cielo, viendo como un par de Witchmon surcaban el aire con sus escobas. - Estoo... ¿Que tipo de Digimon hay en este lugar? - Esos Digimon le recordaron a alguien especial que había dejado en el mundo humano. -

- Creo que esta zona es de Digimon magos. - Astaroth se adelanto al Mystimon para responder la pregunta. - Lo que no concuerda que seas un Mystimon... Digo, si evolucionaste de un Wizarmon deberías ser un Wisemon... -

- Los escritos están en un dialecto que solo nuestros magos comprenden, además, si lograras leerlos un solo hechicero no podría ejecutar el trabajo. - El Mystimon se movía entre los arboles, los cuales cada vez se iban separando más. - Pero si insistes le preguntaré a algún Wisemon si puede darte una copia. - Al escuchar la pregunta de Carlos, y ver como el Agumon se le adelantaba solo pudo reírse. - Jaja, si te esperaras a que cuente toda la historia créeme que lo entenderías. - Se detuvo en un pequeño claro y miro a Agumon. - No estabas tan perdido. Se supone que esta dimensión partió como un lugar exclusivo para magos, pero de a poco las lineas evolutivas fueron mutando hasta que aparecieron Digimon con características medievales. - En este punto se señalo y volvió a emprender el camino. - Sumándole a esto aparecieron otros Digimon que llegaban a tener una de estas características, como es el caso de un Guilmon que conocí y ahora es un Medieval Dukemon. - El bosque por fin estaba acabando, y a lo lejos se podía ver las murallas de un castillo medieval. - En este minuto nuestra población es la más variada que hemos tenido nunca, ya que muchos Digimon magos - Con su dedo pulgar apuntó hacia atrás sobre su hombro señalando al Yaamon. - han traído a sus amigos sin las características necesarias para escapar del virus. -

—Me alegro por eso, aquí pueden estar a salvo.—Mientras avanzaban Layla observó aquel castillo, aquel era realmente un mundo muy interesante y anhelaba explorarlo. Mientras mas avanzaban la niña vio no muy lejos a un grupo de Digimon Bebé jugando entre los que pudo reconocer a un Wanyamon, Nyaromon, un Tokomon y un Koromon.

En su mente rogaba para que el Virus no pudiera llegar a Witchenly ni a otros mundos.

La respuesta dada por el Mystimon lo hizo feliz durante unos segundos hasta que recordó que solo era un atisbo de esperanza pero no el fin aún. Sin embargo sonrió un poco por que podría llegar a hacer su plan, una base de DATS para ayudar a los digimons en el digimundo, era algo que ni había preguntado pero si se hacía una base en el digimundo entonces podría fácilmente colocar a los digimons que escapaban al mundo humano ahí y dar protección para que no escapacen al mundo humano - Lamento las molestias pero es algo así como superimprotante que tengamos la información... - arruinó una frase que podía quedar bien utilizando su típica idiotez medida para parecer medio idiota. Observó el "Castillo" donde estaban siendo llevados, posiblemente para poder descansar un poco ahí. - Por cierto, que moneda usan acá? - si iba a comprar elementos en Witchenly entonces necesitaba conocer que capital era el que se utilizaba ahí.

- Que bien por ellos. - El hecho de que estuvieran aceptando a refugiados de la otra dimensión alegró bastante al muchacho, aumentando sus ganas de conocer el lugar. - Me encantaría pasar un poco de tiempo con uno de sus hechiceros y aprender todo lo que pueda de este lugar. - Claramente dijo estas palabras sin pensar.

- Si nos quedamos mucho tiempo acá, no verías en mucho tiempo a... - Astaroth no tuvo la necesidad de terminar la frase.

-Tienes razón... - La distancia entre el castillo era considerable, por lo que tardarían un buen tiempo en llegar. - ¿Iremos hasta allá caminando? -

- Aveces, uno que otro Ancient Wisemon, acepta "alumnos" humanos. Tu problema será buscarlo. - Al escuchar la pregunta de Carlos el Mystimon se detuvo, y tomo su esfera de cristal. - ¡Core Dart! - Su bola fue rodeada por fuego, y la lanzó al aire. - ¡Blast Fire! - Cuando la esfera en llamas estuvo en altura máxima, el Digimon desenfundo su espada y lanzó una onda de fuego para que chocara con la esfera, creando una pequeña "Explosión" entre los fuegos. - Espero que alguno de ustedes pueda volar. - Dijo mientras enfundaba su espada nuevamente y miraba hacia el castillo.

En el horizonte dos siluetas blancas se aproximaban volando desde el castillo. - Siempre puntuales. - Dos Digimon alados, con cabeza de pájaro, garras delanteras y con cola de caballo aterrizaron delante del grupo. - Si sus digimon están muy cansados. - En este punto miró a Alec y Carlos. - Tendremos que compartir monturas. - Dicho esto se montó sobre un Hippogriffomon.

Layla observó la señal que hizo el Mystimon y después la llegada de los Hippogriffomon, se acercó a uno de estos y le saludó amablemente, se aseguró de que Yaamon no fuera a caerse de sus brazos y con un poco de duda se subió al lomo del Hippogriffomon. Mientras tanto el Digimon Bebé que llevaba en sus brazos emitió un bostezo, abrió los ojos mientras observaba a su alrededor

—Yaamon...¿ya te sientes mejor?—Su Digimon compañero asintió mientras le mostraba una sonrisa a la niña.

Alexander observó a los 2 digimons cuyas datas se basaban en los hipogrifos míticos antiguos, aquellos seres que no deberían existir ya le resultaban normal al muchacho de ojos como el océano. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al escuchar que prácticamente lo obligaban a ir volando mediante sus propios medios, observó durante unos pocos segundos su mano mientras los músculos de su brazo y hombro se tensaban. La energía de su cuerpo fue dirigida por estos hacia la palma de su mano la cual comenzó a brillar con un color celeste como si fuese el brillo de una evolución. El D-Cyber creó la esfera de energía sobre la palma de su mano y la misma se mantuvo levitando sobre su mano. Solo le quedaban 2 luego de esa, apenas podría mejorar sus ataque excepto que llegase a comer algo, preferentemente fideos o algo similar para poder adquirir energía.

- Solo 2 más... - comentó calmadamente, luego de eso apuntó con su mano izquierda hacia el digimon que iba a evolucionaría. La esfera se movió al igual que su mano, solo que envés de frenar al llegar a apuntarle siguió de largo dirigiéndose al Gabumon. La forma que iba a adquirir obviamente era MetalGarurumon, si utilizaba a Reapermon no iba a poder volar después de todo. Alexander una vez completada la evolución se subió sobre su digimon - Vamos? - Metalgarurumon desplegó sus alas y se elevó en el aire ya listo para volar hacia el palacio.

-¿Como te encuentras? - El Tamer con anteojos le susurro la pregunta a su compañero.

-No estoy a mi 100%, pero perfectamente puedo evolucionar en mega y llevarte hasta allá. - Carlos sacó su Digivice, y mientras lo apuntaba a su compañero asintió.


Con mucho cuidado el Humano se sentó en el hombro del WarGreymon, afirmándose con una mano a la punta de la armadura. -Estamos listos. -

castillo:

- De acurdo. - Si siquiera tener que mover sus pies ni sus manos, tanto el Hippogriffomon que montaba él, como el que montaba Layla emprendieron el vuelo hacia el castillo. - No es común ver humanos en este mundo, por lo que muchas miradas estarán sobre ustedes. - Para su tamaño los Hippogriffomon eran bastante rápido, por lo que no se demoraron más de 10 minutos en recorrer la distancia. - Veo que hoy renovaron su hechizo de velocidad. - Con una de sus manos acaricio a su montura.

Cuando por fin tocaron aterrizaron, en una clase de establo en lo alto de una torre, un Medieval Dukemon entró despreocupadamente - ¿Como te... ¡woah!? - No alcanzó a terminar de formular su pregunta cuando vio a los nuevos invitados.

La niña se aferró a su montura, mientras estaban volando observó todo el paisaje, el cual era muy bonito. Cuando aterrizaron en aquella torre Layla se bajó con cuidado del Digimon y después le dio las gracias. Cuando el MedievalDukemon hizo aparición la niña lo saludó con algo de timidez.

—Eh…hola.—Yaamon por su parte se bajó de los brazos de su compañera y pasó a ser un Impmon de nuevo.

Impmon: Mucho mejor.

Metalgarurumon no quedó detrás de los hipogrifos, podía volar a más velocidad que ellos si trataba pero no había intención de ello ya que Alec no podría soportar la velocidad. Al llegar a la ciudad el támer observó todo lo que pasaba dentro de esta y como era la misma, estaban en un establo por lo cual deberían investigar el lugar más que nada. Fue ese momento en el cual apareció awesomemon. Si se llamaba de otra manera le borraría el nombre y le dejaría el que le había inventado. Un maldito guerrero con una hacha similar a una lanza de color dorada, con una armadura de colores rojo y plata y una capa, ¡¡una capa!! - ... - Alec quedó maravillado ante el brillo que parecía irradiar aquella figura - Dame tu autógrafo... -

Realmente parecía un niño en un lugar de gente famosa, pidiéndo autógrafos a todos los digimons que encontraba que fueran poderosos o que tuviesen algo interesante pero bueno, uno era un caballero superawesome y el otro tenía una espada de fuego, ambas cosas atrayeron inmediatamente a Alec quien deseó tener como digimon a alguno de ellos y no a Metalgarurumon. Su digimon pareció entender este pensamiento y le dio una suave mordida en un brazo que hizo que el tamer volviese en si - Hola... emmm.... Dukemon... Dukemon qué? - sabía que era un Dukemon por la forma que tenía y los colores pero no había conocido a aquella variación del RK.

- Si que son rápidos. - Astaroth volaba a toda su potencia para no quedarse atrás, algo que seguramente consumiría gran parte de su energía. - Por suerte no falta tanto. - El castillo se iba haciendo cada vez más grande, señal de que se aproximaban a él.

No se dirigieron a lo que era el suelo de la ciudad, comenzaron a subir más y más hasta llegar a una de las torres que tenía una saliente y un gran arco que daba a su interior. - De seguro ese es la zona de aterrizaje de estos hipogrifos. - Al entrar y descender en el "Establo", Carlos saltó del hombro de su compañero. - Interesante lugar. - Dijo viendo como toda la estructura circular estaba llena de nidos, donde descasaban más Hippogriffomon.

-Carlos... - El cuerpo del WarGreymon brillo y se encogió hasta volverse una pequeña bola rosada.

-Te tengo. - Dijo el Tamer atrapando al Koromon en el aire y sujetándolo contra su cuerpo. - Si estabas tan cansado debiste decirlo, de seguro pudimos haber compartido montura con Mystimon o Layla. - En eso un Dukemon entró al lugar, sorprendiéndose de que el Mystimon estuviera acompañado. - Saludos - Levantó una de las manos con las que sujetaba a Koromon. - Mi nombre es Carlos y el es Astaroth. - Volvió a sujetar a su compañero con ambas manos, y el estomago de éste rugió.

- Jaja ¿También a él? - El hecho de que Alec le pidiera un autógrafo a cada Digimon que viera en esa dimensión le pareció algo gracioso. - Este es el Medieval Dukemon del que les hablé hace un momento. - El Mystimon se aproximó a su amigo.

- Emmm ¿Hola? - Por el tono de voz, se podía percibir que el Dukemon seguía nervioso. - ¿Como han llegado hasta acá? - Dijo haciendo una ultima reparación en cada uno de los digimon del grupo. - ¡Ah, si! - No espero la respuesta, ya que algo regreso a su mente. - El consejo te necesita, me dijeron que fueras inmediatamente cuando regresaras. -

- De acuerdo. - Se giró y vio a los Tamers. - Chicos, tendré que abandonarlos por un tiempo, pero mi querido amigo Dukemon encantado los llevará a comer algo y luego a visitar la ciudad. - El Mystimon salio por la puerta apresuradamente.

- Claro. - Dijo el Dukemon asintiendo sin siquiera ver a los humanos. - ¡¿Que yo que?! - Tarde se dio cuenta del cargo que le había dejado su amigo. - Pero... Es mi primera interacción con humanos... - Susurró.

—Mucho gusto MedievalDukemon.—La niña hizo una ligera reverencia como de costumbre para saludar y tras hacer eso se presentó a sí misma y a su Digimon compañero.—Soy Layla, y él es mi compañero, Impmon.

El Diablillo púrpura y de ojos verdes saludó al MedievalDukemon con un movimiento de su mano y después siguió observando a su alrededor.

El estómago de Alec rugió en el momento en el que mencionaron la palabra comida. Allí podría no solo él sino su digimon también explicarle al Dukemon que era lo que necesitaban obtener de aquel mundo para facilitar la vida en su mundo. Su Metalgarurumon volvió a la forma de Keramon ya que con aquella sería capaz de comer cantidades prácticamente infinita de data y su propio código le impedía negarse a una invitación y aprovechamiento de comida por parte de extraños. A pesar de la decepción de Alec su digimon no cambiaría así que no le quedó más que relajarse un poco al dejar de suministrarle energía al Keramon y poder disfrutar de la zona.

Alex caminó hacia la salida del lugar pero no salió sino que se quedó en la puerta a esperar al resto. Tenía hambre y no le gustaba ocultarlo - Y, donde vamos a comer? Necesitaría discutir algo bastante importante si no es mucha molestia - una mezcla de falta de educación que terminó en una demostración de educación, algo realmente extraño pero así era el D-cyber

- ¡Comida! - El Koromon que Carlos tenía en los brazos comenzó a saltar.

- No nos vendría mal comer algo después de todo lo que hemos pasado en el día. - El muchacho avanzó a donde se encontraba Alec y miró hacia atrás. - ¿Vamos? -

- E-Encantado Layla. - El digimon estaba bastante nervioso, y gracias a esto no se percató que tanto Alec como Carlos se habían aproximado a la salida deseosos de comer. - ¡Claro, Comida! - Exclamo el Dukemon dirigiéndose apresuradamente a las escaleras. - Las cocinas de acá son solo para los de la guardia, pero encantados los llevaré a algún lugar para comer. - El digimon comenzó a descender, siempre a unos tres escalones por delante de Alec y mirando constantemente sobre su hombro, como si tuviera miedo de que se aproximaran mucho.

Las escaleras dejaron paso a unos salones enormes con pinturas de localidades fantásticas, y vitrales de diversos colores. La puerta que daba hacia la ciudad era gigante y hecha de madera. - En este minuto se me ocurren dos lugares. - Comentó mientras las puertas se abrían como si tuvieran un sensor de movimiento. - Hay una parrilla de carne de dragón deliciosa. - Al parecer eso era común en ese lugar, ya que lo dijo con total naturalidad - Pero también recomiendo "La cocina Mágica". - Al otro lado de las puertas unos cuantos escalones separaban la plaza central con una pileta, de lo que era el castillo. - Ustedes deciden. -

—Me gustaría ir a "La Cocina Mágica"—Impmon asintió ante la elección de su compañera, también tenía mucha hambre por lo que casi no podía esperar para comer algo.

Impmon: ¡Que bien, tengo mucha hambre!—El Diablillo trató de correr pero Layla lo detuvo justo a tiempo sujetándolo por la pañoleta mientras le hacía recuerdo que no conocían ese mundo en lo absoluto. Cuando el Digimon se cruzó de brazos la joven se disculpó en voz baja con él.

A pesar de haber sido seducido por la mención de carne el D-Cyber se contuvo, no quería objetar ya que pelearse por algo tan simple como la comida. Mientras fuese algo rico estaba feliz - Bueno, vamos... - comentó calmadamente el muchacho mientras esperaba a ser guiado por el Dukemon.

La plaza central estaba llena de digimon, si bien la mayoría eran del atributo mágico, uno que otro tipo Bestia o tipo Ángel resaltaban en el lugar. - Apoyo la elección de Layla. - Mientras bajan los escalones muchos de los digimon dejaron de hacer sus actividades para verlos detenidamente.

-A esto se debió referir Mystimon. - Una sonrisa en la cara de Koromon apareció. - Por favor dime que yo no te vi así la primera vez. -

-Oh no, tu cara era aún peor. - Bromeo el tamer.

- No saben de la Carne que se perderán. - Levantó los hombros y movió su cabeza de lado a lado. - Vamos, es por acá. - Al parecer el hecho de que otros Digimon lo vieran con Humanos hizo que se tranquilizara un poco. La muchedumbre se apartaba cuando el grupo avanzó por el suelo empedrado.

Finalmente llegaron a un edificio con forma de cacerola antigua, a las afueras un Sorcerymon los salido. - B-Bienvenidos viajeros, ¿de-desean comer algo? - El tartamudeo era claro indicio de su sorpresa.

- Por favor, atiéndelos lo mejor posible. Tengo asuntos importantes que atender. - Se giró a los Tamers y bajó la cabeza. - Adiós y espero que lo disfruten. - Dicho esto emprendió el vuelo y se alejo a toda velocidad. - Estúpido Mystimon, no te lo perdonaré. -

Layla se adentró en el restaurante junto con Carlos y Alec, ella asintió ante lo que había dicho el Sorcerymon y buscó alguna mesa disponible con la mirada.

—Veamos...—Como ahí había otros Digimon los humanos recibieron mas miradas de sorpresa, con lo cual Layla bajó rápidamente la mirada mientras mejor optaba por guardar silencio.

- Hola a Todos! si, somos humanos. Un gusto estar aquí en Witchenly - Alec entró y saludó a todos ondeando la mano, si lo iban a ver mejor que simplemente sea feliz y disfrute de la atención y no algo como sentirse raro. Caminó y se sentó en una mesa junto a su digimon quien esperaba ansioso la comida y esperaron a que el resto se sentasen - Por cierto, el que adivine con que letra empieza mi nombre gana que le agrande la comida para que pueda comer nuevamente si le queda un poco. Tengo esa extraña habilidad de agrandar las cosas - hizo una esfera con la mano derecha para dmeostrar a que se refería. Si, le gustaba llamar la atención, solo le quedaba una esfera de energía y la iba a usar en ese momento, podría recargarse con la comida y el descanso así que no habían motivos para no usarla.

Al entrar, todas las miradas del local fueron a dar al grupo, lo que hizo que Layla bajara la mirada y se quedara callada. - Tranquila, solo están sorprendidos. - El muchacho posó una de sus manos en el hombro de la chica. - Pronto se aburrirán y dejarán de mirarnos. - A comparación de la chica, Alec estaba muy animado, y lucia sus poderes. - Bueno, tal vez centren su atención en él. - Se dirigió a la mesa, y se sentó.

Al oír el ofrecimiento de Alec, Koromon reaccionó inmediatamente. - ¡Con A! ¡Tu nombre comienza con A! - Si bien la pregunta debía ser hacia los otros clientes, el hecho de que el D-Cyber no especificara ese punto era un vacío legal que Astaroth quería aprovechar. - ¡Ahora comeré dos veces por el precio de uno! -

Un Fla Wizarmon se aproximó con cautela a la mesa de los humanos, no traía nada en sus manos, pero claramente era un mesero - ¿Que desean servirse hoy? - Con un chasquido de sus dedos hizo aparecer una llama, que al consumirse dejó caer un menú en las manos de cada comensal. - Debo decir que todos nuestros productos son creados a partir de recetas con magia, por lo que poseen muchos condimentos con estas propiedades. - El Digimon extendió su mano y la sopló, lanzando por todo el lugar un polvo de olor dulce.

Layla tomó el menú y tras leerlo optó por probar las pastas que tenían.

—Quisiera una lasaña por favor.—Después miró a Impmon quien estaba sentado justo al lado, este en cambio pidió Spaggetti.

Ambos dejaron los menú sobre la mesa mientras esperaban a que los demás ordenaran también.

- Em... no... empieza con G, es una G muda - bueno, eso era incluso demasiado para Alec, se rió levemente por su propia idiotez y escuchó al mesero el cual era un digimon, nunca le habían servido comida los digimons así que le resultaba un poco raro estar ahí - Mmm.... quiero.... - - 1 DE CADA!!! - Alec observando al Keramon sin entender como podría comer tanto, leyó el menú y pidió algo "normal" - Mm... yo quiero... em.... solomillo con puré de papas y salsa de arándanos... y para beber emm... alguna bebida rara únicamente encontrable en esta dimensión? Preferentemente varias bebidas raras únicamente encontradas en estas dimensiones - sip, la situación era bastante rara. Luego de aquel pedido sin sentido Alec comenzó a observar a las distintas mesas para ver sus reacciones y los digimons que habían, unos pocos no eran magos sino que eran ángeles, bestias, criaturas con partes mecánicas, era raro ver digimons como esos ahí, o eso creía.

El menú dio a parar en las manos de Carlos, y si bien había aparecido del fuego este estaba integro y frío. - Buen truco. - Comentó con una sonrisa mientras leía los platos.

- ¡Pero... No existen las G mudas! - Astaroth titubeo al analizar lo que dijo el D-Cyber. - Tu nombre es Alec, y eso no tiene ni una H. - Astaroth comenzó a ponerse rojo y con el ceño fruncido. - ¡Me has mentido! -

- Tranquilo Astaroth, te compraré dos cosas si quieres. - Gracias a Alec tendría que desembolsar algo más para que su amigo se relajara. - A mi deme... - Todo se veía delicioso, por lo que no sabía que elegir. - Mmm... Sorprenderme. - Dijo finalmente cerrando el menú con una sonrisa.

- Pues a mi tráigame un trozo de carne con distintas especias, y mmm... lo mismo que a Carlos. -

- De acuerdo. - Dijo anotando todo en una libreta. - Con su permiso. - Chasqueo nuevamente sus dedos y ante cada uno de los que estaban en la mesa apareció una flama, que al consumirse como las otras dejó un plato vacío, unos cubiertos y unos vasos con forma extraña y líquidos de distintos colores. - La comida aparecerá en su plato cuando nuestros chefs las terminen. Sobre tu pedido - Dijo señalando al Keramon con su lápiz. - Los platos aparecerán cuando te acabes uno, espero que disfruten su comida. - Dicho esto se giró y se apartó.

Layla en tanto esperaba al igual que Impmon, mientras pasaban los minutos de vez en cuando dirigía una que otra rápida mirada a su alrededor, entonces cuando la comida apareció en los platos ella comenzó a comer mientras se alegraba al ver que a Impmon le había encantado su Spaggeti.

—¡Está delicioso!

- Creo que no se refería a eso... - Keramon literalmente se comió el plato al igual que la comida, como si el sabor no le importase. Alec comía su carne disfrutando cada bocado mientras miraba como Keramon parecía no llenarse a pesar de los platos que comía. Cuando llegó la comida de Astaroth el D-Cyber apuntó hacia la carne del digimon y esta aumentó de tamaño hasta llegar al doble - De nada - dijo antes de beber un poco de un líquido de color verde.

Al igual que al resto, el plato de Astaroth se llenó con carne, la cual fue agrandada por el D-Cyber. - ¡Gracias!- Dijo antes de abalanzarse ante el plato y comer como si no hubiera un mañana.

Mientras, el plato de Carlos seguía vacío. - Si que me sorprendió, yo esperaba aunque sea alg... - El muchacho se quedo callado porque de su plato salió un fénix de fuego en miniatura, el cual voló entre los Tamer y sus respectivos digimon, y se estrelló nuevamente por donde salió dejando unas brochetas de carne y verduras flameadas. - Retiro lo dicho. - Con sumo cuidado tomó una y la comenzó a soplar para apagar las llamas. - Dime Alec, Que era eso tan importante que querías discutir. - Una lagrima rodó por la mejilla del chico al quemarse la boca con un trozo de carne.

Layla vio volar al pequeño fénix, cuando este se estrelló nuevamente en el plato de Carlos dejando unas brochetas de carne ella le acercó una de las bebidas al muchacho al ver que se había quemado la boca. Tras hacer eso ella siguió comiendo, Impmon ya se había acabado su plato por lo que Layla le ofreció una porción de su comida.

—Después de comer me gustaría recorrer los alrededores del lugar, ¿ustedes que harán?—Si ellos querían hacer otra cosa no iría a molestarlos con su petición, de ser así solo recorrería sola un poco el lugar y después iría con ellos otra vez. No quería perderse en Witchenly.

Alec casi aplaudió ante el fenix que voló alrededor de todos ellos, como si fuese un niño viendo lo que ocurría. Sonrió levemente cuando la comida apareció queriendo probar al misma pero sin ser capaz de hacerlo. Comió un poco más de su carne y escuchó ambas preguntas, decidiéndose a responder primero la pregunta sobre que hacer luego - No se... ir a ver como es este mundo y comer más? - Keramon seguía comiendo su comida y no dijo palabra alguna sobre que hacer ni nada similar - Y... con lo del otro tema... - buscó su placa pero no logró encontrarla, posiblemente se la había olvidado en su casa o algo similar.

- Tsk... bueno, no importa.... Bueno, Carlos.... Layla... que les parecería ser miembros de DATS? Es algo así como una agencia supersecreta que se encarga de mantener la existencia de los digimons como un secreto ante los humanos y además de devolverlos al digimundo si es que vienen al mundo humano. Bueno, actualmente no al digimundo... a la digicentral - con una placa hubiese quedado mejor pero como no la tenía simplemente había dado una especie de discurso mal hecho - Tenemos como algunos privilegios... ganas buen dinero... apenas si trabajas... que dicen, ¿Vienen? - terminó de decir esto y esperó la respuesta de ambos.

- Gracias. - Con una de sus manos tomó el brebaje que le ofreció Layla y lo bebió. - Curioso, tiene sabor a Arándano, con un toque de Mora. - Con sumo cuidado dejó el vaso sobre la mesa y miró a Layla. - Encantado te acompaño si quieres. Cuando volábamos hacia acá vi una torre llamativa un tanto apartada en el sendero. -

En silencio escucho la propuesta de Alec, y al terminar, este guardó silencio. - Mmm... No lo se, siempre quise pertenecer a algún grupo selecto de Tamers, pero con todo lo que esta pasando últimamente. -

- Acepta, total correremos menos peligro con ellos que solos. - Astaroth termino de comer la carne, y aprovecho sus nuevas fuerzas para transformarse en un Agumon. - Además se asemeja bastante a esa película MIB. - El fenix volvió a salir, esta vez del plato de Astaroth dando una vuelta en sentido contrario al otro, y antes de que tocara el plato, Agumon lo devoró. - Mmm... Sabroso. -

- Que vaaa... Acepto. - Dijo extendiéndole la mano a Alec.

Tras haber escuchado la propuesta del muchacho de ojos azules ella lo pensó unos segundos, Impmon terminó de comer y miró a su compañera. Finalmente miró a Alec y asintió ante la propuesta de este.

—No veo por que no, también acepto.—Formar parte de una organización secreta, eso se oía muy interesante, por alguna razón sintió que estaba en cierta película de agentes vestidos con trajes negros, solo faltaba que le entregaran un dispositivo que borrara la memoria. Al pensar eso último emitió una pequeña risa en voz baja.

- Ok, en el mundo humano les daré sus trajes, sus anteojos negros y su borrador de memoria - podía hablar con comodidad de ese tema al no estar en el mundo humano, le dio la mano a Carlos y luego siguió comiendo su comida. Keramon terminó todo lo que había pedido y miró a Alec - tengo hambre... - El tamer del Keramon sonrió un poco, cortó su carne al medio y le dio la mitad al digimon de nivel novato quien la comió de un solo bocado

- Ya comiste suficiente carne por hoy Keramon... - dicho esto le acarició la cabeza al Keramon que parecía más calmado. Este se frotó en él como si fuese un animal doméstico, posiblemente por la parte de perro oculta en su digicore. - Bueno, yo ya no tengo hambre. Los dejo a solas parejita - quedaba bastante del plato realmente, sin contar claro la mitad que había comido Keramon pero de todos modos Alec se levantó, agarró a su digimon y salió del restaurante casi sin dar tiempo a que reaccionasen.

- Espero que no me borren la memoria cuando jubile. - Bromeo con respecto a los aparatos que Alec le iba a entregar. Al ver como Alec se levantaba de la mesa y hacía una broma respecto a Layla y el, la cara de incredulidad de Carlos era notoria. - Podrías ser mi hermana menor... ¿Cuanto dijiste que tenías? - Si bien esta información no se la había dado, quería aparentar que solo se le olvido.

Cuando por fin pagaron la cuenta, (si, también la parte de Alec...) se dirigieron colina abajo para salir de la ciudadela.

Al escuchar lo de Alec sobre los implementos que se les iban a entregar al regresar al mundo humano casi se cayó hacia atrás de la silla, pero por suerte eso no pasó. Después cuando el pelinegro se retiró e hizo aquel comentario la niña le miró extrañada. Cuando escuchó la pregunta de Carlos la expresión que tenía en su cara se le hizo bastante graciosa.

—Cumplí 12 años hace algunos meses atrás.—Cuando se retiraron del restaurante ambos se dirigieron colina abajo alejándose de la pintoresca ciudad.—¿Que tan lejos está esa torre que mencionaste, crees que haya algo allí, como un tesoro?