Una buena entrada se hace con explosiones

La noche es un momento de calma y paz en casi cualquier parte del mundo, aunque en especial en los pueblos como en Prince George, localizada en Canadá. Quizás decir pueblo era algo que empezaba a quedar en el pasado, porque poco a poco la ciudad iba creciendo atrayendo a más y más gente, posiblemente por su localización en un cruce de carreteras que permitían desplazarse en dirección Norte-Sur y Este-Oeste, uniéndolo con importantes ciudades.
Aunque no todas esas personas que habían sido convocadas allí tendrían por qué tener los mismos motivos. Incluso, puede que algunos ni siquiera tuviesen buenas intenciones.

- Wanna join me...  Come and play. But I might shoot you... - alguien rompía la paz dentro de una pequeña sucursal de banco. Las alarmas estaban desactivadas, y nadie se había enterado de nada. El pueblo podría ser grande, pero aun no tenía suficiente delincuencia como para tener que dejar a alguien dentro vigilando.- In your face!!

La chica, al decir esto, disparó hacia una puerta blindada, tras la cual, se escondía parte del dinero, así como algunas posesiones de la gente del lugar. Sí había creado "algo" de ruido. Pero sabía que la gente tardaría en detectarlo, a fin de cuentas, nadie piensa que eso es el sonido de una pequeña bomba disparada desde un cañón con forma de tiburón. Con pasos lentos se adentró dentro de la cámara, metiendo todas las cosas en una bolsa de tela con una especie de signo, que podría ser del dolar, aunque muy deformado.

- Bombs and bullets will, do the trick.- cantaba amenizándose mientras que recogía los premios. - What we need here... - salió de la habiación, antes de dirigirse hacia otra pared, dejando escrito en tinta rosa una sola palabra. - Is a little bit of panic!!!

Salió del lugar, disparándo otra de las balas, antes de reír, divertida de la explosión (que ahora ya se podría ver en la calle) y del caos que eso generaría. Pero lo primero era ver todo el espectáculo, mientras que se hallaba algo lejos. Guardando de nuevo el arma en su lugar, a su espalda, la chica salió trotando, con una sonrisa demente plasmada en la cara.
En su cuello, un hurón o quizás un armiño blanco, lo observó todo en silencio.

Suoh se paseaba por las calles de Prince George, localizada en Canadá. Decidio ir a aquella ciudad por razones obvias, un merecido descanso del cuartel de DATS. Mientras caminaba relajadamente cuando logro escuchar una fuerte explosión la cual atrajo por completo la atención de Mikoto, este corrió al lugar de origen de dicha explosión.

Minutos después logro llegar al lugar y pudo ver como una chica salio trotando del lugar, esta cargaba un extraño artefacto en su espalda y en su cuello traía una especie de bufanda color blanca. Mikoto decidió seguirla desde una distancia favorable para evitar ser descubierto por esta. ¿Que tramaría esta chica? ¿Era otra Tamer? El pelirrojo se hacia muchas preguntas mientras continuaba siguiendo a la chica sigilosamente.

La chica continuó su camino, sin mirar hacía atrás. Tenía que darse bastante prisa si quería ver a los policías moverse de un lado a otro como hormiguitas que buscaban algún rastro de comida. Su sonrisa aumento al pensar en esa analogía, lástima que no fuese gigante y pudiese aplastarlos a todos, creando un gran pánico... ¡Tenía que apuntarse eso en su diario de sueños que quería tener!

- Do you ever wanna catch me? Right now I'm feeling ignored!

Decidió subir a un edificio cercano, de ladrillo, de tres plantas. No era lo más alto del lugar, pero al menos, tenía un acceso fácil gracias a la escalera de incendios que había en un callejón. Con paso tranquilo, pero decidido, se dirigió hacia ellas, comenzando a subir, eso sí, sin dejar de cantar.

- So can you try a little harder? I'm really getting bored!

No miró en ninguna ocasión hacia atrás, no le interesaba despistar a nadie, en caso de tener que hacerlo, ya se encargaría de la molestia. O la molestia, se encargaría de ella. Aunque tendría que hacerlo muy bien, porque a ella no se la podía inutilizar por medio del dolor.
Kudamon, sin embargo, sí que estaba algo más atento al entorno, tanto a los sonidos como a los olores. Como buen animal, tenía estos más desarrollados que los humanos.

Mientras Mikoto seguía a la peliceleste una voz surgió desde el interior del Digivice de Mikoto, se trataba de nada mas y nada menos que de su camarada Digimon, Kotemon. Mikoto saco el IC de su bolsillo y miro la pantalla del dispositivo digital para saber que era lo que Kotemon iba a decir.

Kotemon: Suoh, siento la presencia de otro Digimon y esta muy cerca.—El pelirrojo miro a su alrededor pero no hallo nada. No obstante logro observar como la "bufanda" de aquella chica se movía, sin duda era el Digimon del cual Kotemon se había percatado. Mikoto se acerco a las escaleras y empezó a subir por ellas tratando de seguir a la misteriosa mujer de cabellera celeste.

—¿Que es lo que tramas?—Se dijo a si mismo para evitar ser escuchado por la muchacha, ya que queria descubrir que era ese extraño artefacto en su espalda y sin duda su "bufanda" con vida.

Finalmente, tanto la humana como el digimon llegaron a la azotea del edificio. Jinx amplió su sonrisa hasta niveles casi insospechados, feliz de poder ver a todos corriendo sin ton ni son debajo de ella. De ahí que se acercara al borde del edificio dando saltitos, en una imitación algo demente de Heidi.

- Come on, shoot faster. Just a little bit of energy! - como siempre que cantaba el estribillo se puso a dar saltos más altos, derrochando su energía. No por nada esa era su canción, y le encantaba poder cantarla.- I wanna try something fun right now. I guess some people call it anarchy!!!

Sin embargo, en todo el recorrido desde que Jinx había subido a lo alto del edificio, lo había hecho sola. Puesto que Kudamon, había saltado de su brazo sin decir nada. El motivo: En una de las pausas que había hecho la chica mientras que subía por las escaleras, le había parecido escuchar el sonido de algo chocar contra el metal que conformaba las escaleras de incendios del edificio. Puede que hubiese sido el eco de una pisada de la peliazul, pero mejor comprobar que no fuese nada. Como compañero digimon sabía que tenía que evitar que su humana se muriese.
Sus apuntadas orejas se movían de un lado a otro, tratando de captar cualquier otro sonido metálico, que indicase que alguien estaba subiendo por allí.

- Let's blow this city to ashes. And see what Pow-Pow thinks! It's such pathetic neatness. But not for long, 'cause it'll GET JINXED! - mientras, la humana no paraba de cantar.

El pelirrojo llego a la azotea del edificio, la chica estaba saltando en el borde de la azotea mientras miraba a las personas correr por causa de la explosión. ¿Quien era esta chica? era la pregunta que mas intrigaba a Mikoto y sin pensarlo dos veces se acerco a ella quedando a unos cuantos centímetros de distancia para evitar ser sorprendido por esta.

—Oye, tu, ¿quien eres?—Este mando sus manos hacia sus bolsillos esperando a que la chica le respondiera a la pregunta que Mikoto le había hecho. Mikoto se fijo bien en su cuello y pudo notar que la bufanda que cargaba ya no estaba, ¿que había pasado con ella? Como era se suponer, se trataba de un Digimon lo cual le recordaba al Kudamon del jefe de DATS, ya que el acostumbraba a dejar que su camarada Digimon se enrollase en su cuello.—Acaso, ¿tienes un camarada Digimon?

Jinx ignoraba deliberadamente o no la otra presencia en la azotea, de hecho continuaba canturreando mientras veía llegar los primeros coches de policía ante el local. Además de las personas que habían bajado a curiosear, como si su vida no fuese demasiado divertida, y necesitasen saltarse la rutina. Sus ojos rosados brillaron con una chispa siniestra, mientras que entornaba los párpados y continuaba con su cancioncita.

- So much faster, so much fun, let's start from scratch and blow up the sun!`

Teniendo en cuenta que el tono de voz chillón de la chica no era precisamente bajo, podría tapar el sonido que hacían un par de pequeñas patitas que correteaban por el suelo en dirección al pelirrojo tras ella. Y concretamente el sonido de esas patas tomando impulso para saltar hacia delante, fue además acallado por la primera pregunta que hizo este.

- ¿Qué quién soy?- la chica se volteó ligeramente para mirarle con una sonrisa que dejaba a la vista todos sus dientes. - Esa es una pregunta muy filosófica para estas horas de la noche, en la que los niños buenos deberían estar dormidos.

Kudamon giro en el aire un par de veces, antes de golpear en la espalda al humano con la bala de su cola (Dangan Senpū). Difícilmente podría matarlo, puesto que no había apuntado a ningún punto que pudiese ser fatal. Además, tampoco era su intención matarlo. Sólo quería hacerle caer en el suelo. Nunca hay que darle la espalda al enemigo, porque eso suele ser bastante malo.

En caso de haber conseguido derribarle, Jinx, simplemente se dejaría caer sobre el chico para impedir que pudiese levantarse. Acomodando también sus armas para dar más peso.

- Y no tengo digimon, tengo a Gusanito, Pum-pum, Carapescado y a Chispas... Por cierto no hables con Carapescado, se pone pesada y a quejarse... Parece mi loquera.

Antes de que el Kudamon pudiera atacar a Mikoto por la espalda, Kotemon surgió desde el Digivice del pelirrojo y detuvo el ataque del Digimon Bestia Sagrada con su espada, evitando así a que su camarada humano fuese golpeado brutalmente.

—Con que crees que puedes atacar a tus mayores por la espalda.—Al terminar de decir tales palabras, de la mano izquierda de Mikoto empezó a emanar una aura de color roja, su Digisoul, este empuño su mano y le mando un fuerte puñetazo al Kudamon y para tratar de golpearlo y enseñarle una breve lección.

"Gusanito", apodado así por Jinx, abrió los ojos sorprendidos cuando una espada de madera bloqueo su ataque, mostrando los afilados dientes que tenía como buen mustélido tenía. Aunque no emitió sonido alguno. Achicó sus ojos dorados cuando vio al humano pelirrojo girarse hacia él.

Aunque no pudo hacer nada, puesto que lo siguiente que debió haber notado al girarse fue un pequeño dardo clavarse en su piel, antes de recibir una descarga eléctrica que lo dejaría incapacitado un rato (1 post). Posteriormente, el cañón de una ametralladora se apoyó contra su cabeza.

- Jejejeje- la chica reía divertida. - Si Gusanito no fuese Gusanito, te hubiese dejado golpearle. Pero fue un regalo de alguien desconocido, y tengo que cuidarlo. Además, es el inofensivo del grupo, es como un.... - la peliazul se quedó unos segundos pensando.- ¡Tiburón! Sí, como un bonito y dulce tiburón..

Mientras, Kudamon observó al otro digimon, dispuesto a bloquear cualquier ataque contra Jinx. Era mejor no tener un doble K.O. humano, porque eso implicaba una pelea tonta entre los dos. Cuando bien podrían dedicarse a otras actividades más refinadas y/o entretenidas que rodar por el suelo llenándose de polvo y suciedad.

- Oh, ahora que me fijo, ¿estamos en Navidades? ¡Tendría que haberme buscado un disfraz!- chilló tras mirar a Kotemon.

Kudamon puso los ojos en blanco, de nuevo, Jinx confundía las fiestas.

Un pequeño dardo se clavo en la piel de Mikoto, antes de recibir una descarga eléctrica lo cual lo dejo incapacitado un rato. El cañón de una Ametralladora se apoyo contra la cabeza del pelirrojo, al parecer esta chica no era una chica ordinaria.

No obstante, Kotemon se fijo en su camarada y al verlo en el piso paralizado, o sabia como reaccionar, empuño su espada con fuerza aferro su mirada en la joven de cabellos celestes con la intención de atacarla por lo que le había hecho a Mikoto.

Kotemon: Trueno Kote.—El Digimon Reptil envuelve su espada en electricidad para tratar de golpear a la chica, aunque no era muy fuerte con Digimons de nivel superior, funcionaria perfectamente en una simple humana sin poderes de Digimon.

El digimon blanco gruñó al ver que en su momento de distracción, al poner los ojos en blanco, el Kotemon había aprovechado para atacar a su humana. Aunque el golpe la dio de lleno, no parecía haber sido letal para ella. Haría falta un golpe en un punto vital para que de verdad fuese preocupante, aunque... Después debería revisarle la zona afectada por si había algo roto, o la electricidad había causado daños internos.
Para evitar un segundo golpe, Kudamon comenzó a brillar para cegar a todos (Zekkou Shou) A fin de cuentas, era de noche, y había más probabilidades de que les obligara a cerrar los ojos.

Jinx al recibir el ataque no emitió ningún sonido de dolor, puesto que era incapaz de sentirlo. Su cuerpo presentaba esa enfermedad, no sentía dolor, frío o calor. Aunque eso tenía el grave problema de que la hacía ser inconsciente a la hora de saber su estado físico, y por tanto, podría morir por cualquier tontería. Porque aunque no sientas dolor, eso no implica que el daño no esté hecho.
El golpe puede que no evitara mucho, pero la electricidad que lo acompañaba sí, dado que el sistema nervioso de la chica quedó unos segundos confuso, haciendo que soltase el arma y que las piernas se le tambalearan.

Río como una loca cuando eso le sucedió. Era lo mismo que le había pasado la primera vez que usaron a Chispas contra ella. No le importó tampoco quedarse cegada. Le parecía muy divertida la situación.

risa:

- ¡Esto es muy divertido!

Y volvió a reír, mientras que Kudamon corría a enrollarse sobre ella para comprobar el estado del golpe.

El efecto de aquel dardo se desvanecía haciendo que el pelirrojo recuperara su movimiento, Kotemon se paro al lado de el mientras miraba como el Kudamon se enrollaba en el cuello de aquella chica. Mikoto saco su Digivice IC el cual era de color rojo con negro, este tenia pensado en hacer Digievolucionar a su camarada en su Etapa Ultra por si le volvían a disparar de una manera sorpresa. Esta vez estaba muy atento a los movimientos de aquella peliceleste y sin duda a los de Kudamon.

—Dime, ¿quien eres?—Aferro sus dorados ojos en la chica de sonrisa macabra ya que no sabia como reaccionaria esta ante esa simple pregunta. Por otro lado Kotemon estaba observando a Kudamon para ver si tal vez recibiria ordenes de su camarada humana de que atacase a Suoh o tal vez al Digimon Samurai.

Kudamon tras cerciorarse de que su humana estaba bien, se dedicó a mirar tanto al humano pelirrojo como a su compañero, vigilando que no hicieran nada en contra de Jinx. La cual, comenzaba a recuperar parte de su movilidad, ya pasado el efecto de la electricidad. Estiró los brazos, haciéndolos girar para desentumecer los hombros. Después, hizo lo mismo con su cuello, hasta escuchar un ligero chasquido.

- La electricidad siempre me da hambre... - musitó repentinamente llevándose la mano al estómago, ignorando completamente el ser vigilada en todos y cada uno de sus movimientos.

Recogió su ametralladora y la guardó de nuevo en su funda. Por la forma de actuar, parecía que se le había olvidado que unos segundos antes hubiesen estado enzarzados en una "pelea". Solo puso una mueca ligeramente molesta cuando el pelirrojo preguntó por segunda vez por su identidad.

-   ¿Tan importante es saber quién es una persona? Porque a mí me parece irrelevante, a fin de cuentas, con el tiempo no pasas a ser más que una pequeña mota de información desechable en la cabeza de otra persona... A los únicos que hay que recordar es de aquellos con los que te puedes divertir. Como por ejemplo, el niño que va con la caña de pescar- eso se refería a la espada de Kotemon.- Lo de los rayos es divertido. - resumió finalmente.

Se volvió a acercar al borde del edificio, sentándose para volver a observar el espectáculo que se estaba formando, al llenarse eso de coches de policía.

- Pero si tanto te interesa - respondió finalmente, - me llaman Jinx.

Mikoto miro a la joven que se hacia llamar Jinx sentarse en el borde del edificio, este hizo lo mismo y se sentó al lado de la peliceleste para mirar como todas esas patrullas trataban de encontrar al culpable de las explosiones y del robo, ambos causados por una sola persona, Jinx.

El pelirrojo mando sus manos hacia atrás y las coloco sobre su nuca, desvió su mirada en el cielo y se puso a observar cada nube que adornaba la capa azulada.

—Esto sonara absurdo pero... Aveces, me gustaría ser una nube. Por cierto, soy Suoh Mikoto.—Dijo este y al terminar de decir tales palabras, una suave brisa paso por el lugar chocando con los rostros de los presentes y jugando con sus cabelleras.

La chica movía sus piernas rápidamente de atrás a delante, como una niña pequeña. A su vez, seguía cantando, aunque esta vez en voz más baja que antes, además de que parecía hacerlo de manera automática, sin ser del todo consciente de ello.

- Come on! Shoot faster! Just a little bit of energy yeah! I wanna try something fun right now, I guess some people call it anarchy!

De hecho, haciendo eso, parecía que estaba ignorando completamente al pelirojo. Aunque no era así, porque acabada de cantar la estrofa la muchacha de cabellos azulados asintió con una expresión pensativa. Aunque sus ojos aún perdidos en la distancia, restaban "intelectualidad".

- Sí, las nubes están bien. Son esponjosas y seguro que tienen que saber a dulce. Aunque, sería mucho mejor si fuesen de colores. El blanco es aburrido, y me da gana de llenarlo de pintura. La pena es que aún no he conseguido llegar a las nubes para hacer eso - si parecía que lo decía en broma, no lo era. En muchas ocasiones Jinx demostraba tener la misma mentalidad que un niño pequeño.

De repente, el estómago de la joven gruñó con fuerza, mostrando que lo que había dicho tras conseguir recuperarse del golpe eléctrico de la espada de Kotemon era verdad. Llevó una de sus manos a una cartuchera en el cinturón de la cadera, y sacó una bolsa llena de chucherías. Sacó unas cuantas que se llevó a la boca, sin decir nada y después le ofreció la bolsa a Suoh.

- ¿Quieres?

Asintió a la oferta de la peliceleste, tomo la bolsa y agarro unas cuantas que se las llevo a la boca, luego le brindo el resto que le quedaban en su mano a Kotemon para que también las probara. Le devolvió la bolsa a Jinx mientras saboreaba las chucherías.

—Que bien saben, gracias Jinx.—Mostró una leve sonrisa ladeada mientras le daba las gracias a la joven peliceleste, luego le paso por la cabeza aquellas palabras de la joven, "llegar a las nubes", miro a Kotemon y volvió a fijar su mirada en Jinx ya que se le había ocurrido una idea.—¿Que te parece si te llevo hasta las nubes?—Se levanto y saco su Digivice, hizo que su Digisoul emanara de su mano hasta extenderse por todo su cuerpo, coloco su IC al frente e introdujo todo su Digisoul en el dispositivo digital haciendo que Kotemon alcanzara su etapa Ultra, Cyberdramon.

Cyberdramon: Suoh, ¿para que me has hecho Digievolucionar?—Ladeo la cabeza ya que no había recibido ninguna respuesta de su camarada humano.

La chica siguió pataleando, mientras que soltaba de vez en cuando una risita al ver a los policías acordonar la sucursal bancaria. Removiéndose por todas partes como pequeñas homiguitas que buscan comida, pero que son incapaces de encontrarla. Eso, sin lugar a dudas, causaba una gran diversión en la joven de cabellos azulados. Molestar a la autoridad era algo que la gustaba mucho, sobre todo, porque suponía que nunca la iban a poder atrapar.

Recogió la bolsa de chucherías que le volvieron a entregar, llevándose la bolsa a la boca, para engullir todas las que quedaban. Parecía una ardilla con los dos carrillos llenos mientras que masticaba, e intentaba de vez en cuando reírse, aunque sin demasiado éxito. Finalmente dejaba las risitas a un lado, porque comer chucherías tenía más importancia para ella. Sin embargo, las palabras de Souh hicieron que escupiera todo lo que tenía dentro de la boca.

- ¿De verdad podrías llevarme hasta las nubes? - la chica se levantó y agarró con fuerza al pelirrojo de los hombros, mientras que sus dos ojos rosados se clavaban en los de él, buscando saber si era verdad lo que decía. - Si es verdad, ¡me encantaría!

Mientras que se exaltaba había ignorado como el pequeño ser se había convertido en una especie de dragón cibernético con esteroides. Así que, cuando habló con una voz, la cual, la de cabellos azules no reconocía, hizo que Jinx sacara una de sus armas y apuntara a Cyberdramon.

- ¿Se puede saber quién eres? Y sobre todo, ¿dónde aprendiste a teletransportarte? Porque no te he oído llegar aquí.

Al ver que la peliceleste saco una de sus armas apuntándola a Cyberdramon, Mikoto se paro en el medio de ambos para evitar algún malentendido, puso su mano sobre el arma de Jinx y la bajo lentamente para tratar de calmar las cosas.

—No hay porque alarmarse, el es mi camarada, Cyberdramon. El nos llevara hasta las nubes.—Le explico a la joven para luego hacer que Cyberdramon se inclinara un poco para dejar que Jinx subiera a su espalda, a Mikoto lo tomo con sus brazos en forma de abrazo, espero a que la joven de cabellos celeste se subiera para poder desprender vuelo.

La chica frunció el ceño, analizando la información que el pelirrojo le había dado. Sin embargo, no dejó de apuntar al reptil/cosa que tenía delante.

- No lo entiendo. ¿No era el niño de la caña de pescar? ¡Jum! El mundo es raro... Aunque sigo queriendo saber cómo se ha teletransportado aquí. Seguro que es una habilidad muy útil para burlar a los policias- finalmente volvió a enfundar el arma y se encogió de hombros.

Inclinó el rostro a un lado, extrañada del actuar de la criatura al agacharse. Pero así al menos podría comprobar si las alas eran de verdad. Y queriendo ver si eran de verdad, la chica, saltó hacia la espalda del digimon. No porque hubiese entendido que así iban a llevarla a las nubes.

- ¿Son de verdad?- preguntó dándole tirones de las alas a Cyberdramon.

—Antes lo era, solamente lo hice Digievolucionar en Cyberdramon.—Dijo el pelirrojo tratando de aclarar las dudas de la peliceleste. Al ver como se monto en la espalda del Digimon cyborg, dio a demostrar de que ya estaban listos para desprender vuelo pero al parecer así no era, esta se habia puesto a jalar las alas de Cyberdramon para saber si eran reales o no, tanto a Mikoto como a Cyberdramon se les pudo notar una pequeña gota de sudor detrás de su cabeza al oír la pregunta de la joven.

Cyberdramon: Claro que son reales, y le pido por favor que no haga eso.—Agito levemente sus alas quedando a ras del suelo para luego desprender vuelo y tratar de llegar hasta las nubes.

La explicación de por qué ya no era Kotemon, no sirvió de mucho, puesto que la peli-celeste no llegó a entender eso de que se transformara. Sin embargo, se encogió de hombros, cada loco con su tema y así todos contentos. Ella no iba a ponerse a discutir por el hecho de no entender algo, ni tampoco iba a reprimir la imaginación del pelirrojo. Lo había sufrido durante demasiado tiempo en el manicomio, y no le gustaba ser prohibitiva con los demás. Bueno, siempre que no fuesen a dejarla sin diversión...

- Pero yo quiero hacerlo. ¡Y lo haré! - siguió tironeando de las alas del digimon. Ya no por mera curiosidad, sino por ganas de molestar. No le importaba el peligro que pudiese suponer hacerlo mientras que estaban en el aire, de hecho, estaba tan absurdamente distraída, que ni se había dado cuenta de que estaba en el aire.

Kudamon solo suspiró y dejó los ojos en blanco. Iba a ser agotador soportarla lo que quedaba de día.

Cyberdramon estaba perdiendo el equilibrio por causa de los jalones que la peliceleste le estaba haciendo a sus alas, el Digimon Cyborg trato de mantenerse estable.

Mientras tanto, Mikoto se encontraba en los brazos de Cyberdramon, recibiendo la suave brisa. Saco del bolsillo de su chaqueta un cigarrillo seguido de un encendedor con el estampado de la bandera de Inglaterra, se puso el cigarrillo en la boca, lo encendió y le dio una profunda calada para luego expulsar el humo por su boca en forma de círculos, volvió a repetir el proceso pero esta vez expulso el humo por su nariz.

—Oye Jinx, ¿fumas?—Dijo el pelirrojo mientras le daba otra calada a su cigarrillo, esperando alguna respuesta de la joven de cbabellera celeste.

La chica de pelo azul se rió de manera no demasiado cuerda, divertida por el hecho de que dieran bandazos cada dos por tres para intentar mantenerse estable. Lo único bueno que tenía, es que cuando se reía de verdad, le daba un ataque y tenía que sujetarse el estómago para poder seguir riendo. Así que, al menos dejó de causar molestias durante un buen rato, aunque el volumen de las risotadas podrían considerarse algo perjudiciales.

Sin embargo, tan rápido como habían comenzado, las detuvo al escuchar la pregunta de Suoh. Suerte que tenía de que el aire llevase hasta la humana sus palabras, o si no, lo más probable es que no le hubiese hecho ni el menor caso.

- ¿Fumar? No entiendo qué es eso. ¿Se come? ¿Se viste? ¿Se es? - los ojos rosados de la joven solo mostraban confusión en ese momento. - ¿Es divertido?

—Claro que es divertido, me sorprende que no sepas que es fumar.—Extendió la mano en la cual tenia el cigarrillo para entregárselo a Jinx para que esta le diera una que otra calada para probarlo y saber si en verdad le gustaba o le parecía divertido hacerlo.

Por otro lado, Cyberdramon ya estaba por llegar a su destino, las nubes, el Digimon Cyborg desconocía el porque se dirigían a tal lugar sobretodo cuando no había nada mas que nubes llenas de agua.

Cyberdramon: Suoh, para que quieres llegar a las nubes, no quiero mojarme.—Dijo mientras miraba al pelirrojo con el rabillo del ojo esperando alguna respuesta explicita que aclarara todas sus dudas.

—Haré que Jinx pueda tocar las nubes, ya que anhela hacerlo.—Respondió el pelirrojo al escuchar la pregunta que le hacia su camarada.

La chica puso cara de horror cuando la dijo que no sabía que era divertido fumar. Era una de las pocas cosas que llegaban a dañarla psicológicamente, aunque ya de base, su mente sería una herida abierta e infectada. Y dañanada de manera no física, la chica, comenzó a sollozar, a pesar de que no había maldad alguna en las palabras de Suoh. Por ende, no se percató de cuando le acercaban el cigarro.

- L-lo lamentooo... - las palabras sonaban entrecortadas. - Nunca... *Snif* Me enseñaron esooo...

Kudamon solo pudo pensar por enésima vez en lo que llevaba acompañando a Jinx: << Será idiota esta humana >>. Le desesperaba bastante que la chica tuviese esos cambios bruscos de humor, además por estupideces. Pero claro, era muy difícil conseguir cambiar ese tipo de reacción. Y hablando de cambios de humor bruscos, el de ponerse contenta en menos de un segundo, a pesar de haber estado llorando, por escuchar que la llevaban a ver las nubes.

- ¡Geniaaal! Nubeees, nubes, nubes, nuuuubes ~- canturreó al aire, tras limpiarse las lágrimas. - Por cierto, ¿tu casa está en el cielo? Por eso de que puedes llegar a hasta él. Sería genial tener una casa así, que se moviese de un lugar a otro, y que no necesitases tener que robarle los coches a la gente. Además, así podrías disparar desde arriba y ver como los estúpidos policías se confunden.

Suoh no pudo evitar reír al oír decir a la chica que si su casa quedaba en las nubes, eso quisiera pero lamentablemente, nadie podía quedarse en las nubes ya que seguiría de largo por no ser solidas como cualquier otro piso. Este mostró una sonrisa al oir en canturreo de Jinx, por alguna razón aquella joven lo hacia sentir bien y alegre.

—Luego te enseñare a fumar, si así lo deseas.—Dijo dándole un par de caladas al cigarrillo para luego dejarlo caer, aclaro su garganta para decirle a la joven algunas preguntas.—Oye Jinx, si quieres puedes tocar las nubes, aunque creo que te mojaras un poco.

Cyberdramon paso a través de las nubes, empapando a todos por completo esperando las reacciones de estos. Continuo haciendo tal cosa por un rato ya que también le divertía hacerlo.

Mientras estos volaban entre las nubes, un Digimon realmente enorme los empezó a atacar tratando de derribaros. Se trataba de un Garudamon, su apariencia era la de un ave humanizando de un color vino tinto, amarillo y unos detalles blancos. Dicho Digimon estaba sobre los Tamers y los Digimons, al parecer queria hacerlos caer a toda costa.