Aokigahara: el Bosque del Suicidio

Escucho atento sus respuestas, intentando entender, al parecer ella era mitad digimon debido a un experimento que su ahora difunto padre hizo en ella y en cuanto a los del beso, bueno, creo que ella se emociono mas de la cuenta. -Ya veo… es un poder increíble y emm… también me alegro de que los dos estén bien- Le digo alejando mi mano de sus alas para entonces agarrarme el pecho y la cabeza ya que repentinamente empiezo a sentir un dolor insoportable proveniente de esas dos partes, seguramente un dolor retrasado -Duele- Digo mientras aprieto con mis manos las partes adoloridas como si intentase aminorar el dolor, también tocando mi cabeza puedo sentir que tengo sangre seca pegada en el pelo. Después de unos pocos instantes el dolor se hace un poco mas soportable, por lo que me levanto y camino un poco en círculos. -Tengo un dolor punzante en la cabeza y me arde el pecho… espero que se me pase en un rato- Digo mientras intento quitarme la sangre seca pegada en el pelo.
Mientras tanto, FunBeemon entra otra vez a la habitación con unos waffles en las manos y deja caer uno sobre la cabeza de Zayyn, hecho esto regresa a la cocina a seguir comiendo.

Miré a Kenshi, aún cabizbaja y algo sonrojada por haberle dado ese repentino beso. No parecía haberse tomado muy mal que fuera un "monstruo mutante que solo sabía hacer daño a los demás", de echo, dijo que era algo increíble. Sin duda lo era, yo jamás me había arrepentido de ser lo que era, sino que me encantaba tener tanto poder, ser capaz de transformarme y surcar el cielo con mis tres evoluciones más poderosas. Sonreí levemente y me acerqué un poco a él.

- ¿No piensas... que soy un monstruo?-le pregunté, curiosa.

Él entonces retiró su mano de mis plumas, lo que volvió a causarme un escalofrío por el roce. Se tocó el pecho con la palma, y dijo que le dolía. Al instante me alarmé, preocupada, y me incorporé para acercarme a él, pero las alas eran enormes y era muy difícil manejarlas dentro de la casa mientras me movía. Por ello, di por terminada la evolución y recuperé mi cuerpo humano, con el cual, en apenas dos zancadas, me planté junto al rubio.

- ¿Estás bien? ¿Te duele mucho?-el mismo me respondió inmediatamente después, alegando que también le dolía la cabeza. Fruncí el ceño, con evidente preocupación-. Quizás deberías dormir un rato.

Justo en ese momento, Puroromon hizo acto de presencia en el salón, depositando sobre mi cabeza un gofre que se deslizó hasta caer sobre mis manos. Miré el dulce y al digimon abeja, respectivamente, y después de que Plutón regresara a la cocina, le di un mordisco al gofre, mirando todavía a Kenshi con el ceño fruncido.

-¿Monstruo? Para nada, como máximo diría que eres una persona con un gran don- Le respondo cuando ella me plantea esa pregunta.
Entonces cuando ella me recomienda dormir, yo niego con la cabeza, luego cierro los ojos y respiro profundo -Un poco de hielo y se me pasara- Digo mientras camino hacia la cocina para conseguir un poco de hielo, pero camino un poco desorientado, como si estuviese ebrio, aunque realmente aun estoy confundido por el golpe en la cabeza y que aun tengo los músculos tensos por la descarga. Pongo el hielo en una bolsa para luego ponerla en mi cabeza, a la vez que vuelvo a la habitación principal con Zayyn. -¿Y cuantas evoluciones tienes?- Pregunto cuando me acerco a ella, pero entonces pierdo el equilibrio y por poco caigo si no fuese por que antes me abrazo a Zayyn para evitar caerme.

Me reí un poco, agradándome eso que dijo de que era un gran don. Muchos no pensarían lo mismo. Me dirían monstruo, aberración, mutante o error. Pero se jodían, porque yo tenía poder y ellos no. Yo podría matarlos con solo un golpe. Por eso, cada vez Kenshi me caía mejor, creo que había llegado un momento en el cual me gustaba su compañía. ¿Sería eso amistad?

Le di un nuevo mordisco al gofre, contenta. Había pasado de tener un humor de perros a estar contenta. Sonreí de nuevo y me limpiaba con la mano los labios de los posibles restos de azucar cuando Kenshi me preguntó más acerca de mis poderes. Le miré y fui a responderle, pero de repente, el trastabilló y yo me lancé para sujetarlo. En apenas unos segundos, el rostro de Kenshi estaba a escasos centímetros del mío. Me sonrojé profusamente y le miré a los ojos azules fijamente, mirando cada una de las motitas de color de sus iris.

- ...H-hola-fue lo más inteligente que se me ocurrió decir. ¡Viva la originalidad!

Termino cara a cara de ella, me sonrojo un poco y sonrio nervioso ante la incomodo situación y me separo de ella ya habiendo recuperado el equilibrio. -Sera mejor que me quede sentado- Digo mientras me vuelvo a poner la bolsa de hielo en la cabeza, pero entonces FunBeemon sale de la cocina y dice: -Tengo hambre- A lo que yo le respondo -¿Y los waffles?- El Digimon ladea la cabeza y se acerca a mi un poco mas -Me los comí… no eran muchos- Termina diciendo. -Ok… ya voy…- Digo mientras empiezo a caminar hacia la cocina. -¿Puedes ayudarme?- Pregunto a la chica antes de entrar a la cocina, ya que aun no estoy del todo recuperado y además por que necesitare ayuda para saciar el hambre del Digimon.

Kenshi se separó de mí también, azorado, pero yo no aparté la mirada de sus ojos. De echo, cuando el contacto visual se rompió, me sentí algo decepcionada, pero suspiré y me rasqué la coronilla, sacudiendo la cabeza. Le observé de reojo alejarse y ponerse la bolsa de hielo, mientras que Plutón regresaba, con cara hambrienta. ¿Salía de la cocina y aún seguía con hambre? Era un digimons insaciable, como yo cuando gastaba muchas calorías haciendo muchos esfuerzos. Sonreí, divertida.

- El otro día vi en la televisión un programa de cocina... Si me dejáis, puedo intentar cocinar algo-me ofrecí. La verdad es que lo que vi tenía muy buena pinta y me moría de ganas por probarlo.

Caminé hacia la cocina y entré. Miré a Kenshi, pues no sabía dónde guardaba cada ingrediente que iba a necesitar.

- Necesito... Azúcar, harina, huevos, nueces... ¡Ah! y chocolate. También habrá que hacer el baño maría... y si pudieras prestarme un molde...

Escucho la lista que me da Zayyn y después de repasar los ingredientes en mi mente, empiezo a ver donde esta cada cosa, saco una bolsa de azúcar de una caja donde pongo provisiones o cosas que no uso directamente por que teniendo una ilimitada fuente de miel no necesito azúcar, pero igual tengo por si las moscas. Abro una repisa de donde saco dos paquetes a medio usar de harina y otro nuevo, la harina si es algo que uso mucho ya sea para hacer waffles como los de esta mañana o galletas que disfruto mucho de hacer y comer. Los huevos los saco del refrigerador, afortunadamente aun tengo bastantes. Las nueces las tengo en un recipiente de vidrio en una repisa. -Espera un momento- Salgo de la cocina para entrar a mi habitación, abro el cajón de una mesita de noche y de alli saco un par de barras de chocolate, por que me gusta el chocolate, luego regreso a la cocina y los dejo sobre la mesa. -Las ollas y moldes están en los cajones abajo del lavaplatos… no tengo muchos pero te servirán… no recuerdo donde tengo el chocolate en polvo- Digo mientras empiezo a abrir y a escarbar en mis cajas de provisiones, como vivo a un bosque de distancia de la ciudad, debo tener muchas provisiones de emergencia.

Asentí, y saqué de donde me dijo las dos ollas y el molde. Dejé las primeras a parte por el momento, puesto que primero había que cubrir el molde con papel de aluminio y extender la mantequilla para que el brownie (si, íbamos a hacer brownies) no se quedara pegado. Sin embargo, antes de hacerlo, me agaché un poco buscando el horno, el cual, cuando lo encontré, lo toqueteé para precalentarlo a 180º.

- Uhm... Así estará bien, creo... -murmuré para mi misma, mientras, ahora sí, me ponía a untar la mantequilla por el molde-. Ahora... pesa el chocolate y la mantequilla y mete ciento veinte gramos de cada uno en la olla más pequeña... Luego haz con ellos el baño maría.Hay que esperar a que queden completamente fundidos, para después echar los dos huevos.

La miré un momento, me sonrojé por darme cuenta de que lo que estaba haciendo podía considerarse incluso "adorable" y aparté la mirada con una leve sonrisa, azorada.

- No sé como saldrá, no cocino mucho...

Rompo las barra de chocolate y hago una mezcla rara de eso con harina, huevos y mantequilla como me va dictando Zayyn, luego pongo eso a baño maría. -Entonces hay que esperar a que se fundan…- Mientras espero, escucho el comentario de Zayyn, me rio un poco y entonces me acerco a ella -Yo aprendí a cocinar solo desde que me vine a vivir a este sitio, antes hacia cosas básicas como arroz y en la completa soledad casi me intoxico repetidas veces… hasta que me obligue a mi mismo a aprender a cocinar mejor… y no es difícil- Digo mientras tomo una cuchara de madera y se la doy a Zayyn -Lo que sea por comer- Digo finalmente mientras regreso al baño maría para ver si esta listo.

Terminé de untar la mantequilla en el papel de aluminio y observé a Kenshi meter todo en la olla. Sonreí al saber que ya estaba fundiéndose la mezcla, y tomé la cuchara de madera que él me tendió. No me percaté de la cercanía entre ambos, aunque mejor, porque si lo hubiera hecho, mis mejillas hubieran captado un color rojizo. Seguía preguntándome por qué me pasaba. Otras veces había estado  igual o más cerca que en esos momentos, ¿por qué Kenshi provocaba eso en mí?

- Bien... ahora que se ha derretido, vete moliendo las nueces-me acerqué a la masa que estaba en la olla y saqué el recipiente del agua para comenzar a removerlo todo mientras echaba azucar-. Leí por alguna parte, que cocinar es una perfecta forma de olvidar los problemas, porque estas siempre ocupado en tenerlo todo bien... Aunque...

Me sonrojé un poco, siendo consciente de lo que iba a decir a continuación. Gracias a Kenshi, mi ánimo había mejorado, pero me daba vergüenza reconocerlo. Sobretodo, después de haberle besado nada más reanimarlo antes.

Pongo todas las nueces sobre un trapo, luego usando eso mismo las amarro haciendo una suerte de bolsa con ese trapo, teniendo eso listo, tomo un martillo de madera que se usa para ablandar la carne y comienzo a golpear fuerte y rápidamente la bolsa de nueces para que así se rompan sin que salgan volando por toda la cocina. -Mi madre me dijo una vez, que aprender a cocinar es como aprender un arte marcial, requiere concentración, técnica, talento y dedicación… el producto de lo que hagas determina la vida no solo tulla si no la de tu familia u otras personas… y además hay que saber manejar cuchillos- En la ultima oración me rio ligeramente recordando el humor de mi madre. Continuo golpeando las nueces con el martillo, parecía mas un maniaco golpeando a su victima que un cocinero, pero esa es la magia de la cocina.

Mientras yo estaba removiendo y removiendo la masa que iba tornándose cada vez más homogénea con el azucar, harina, chocolate, huevos y mantequilla; Kenshi se dispuso a prepararse para moler las nueces. Me pregunté cual sería su forma de hacerlo, puesto que muchas personas tienen distintas formas de cocinar. Pero, sin duda, acabo por sorprenderme. El chico envolvió las nueces sin cascara en un trapo y comenzó a golpearlas con un martillo de mortero. Me lo quedé mirando con cara de póker, nunca me había esperado esa forma de romper las nueces, aunque era bastante efectiva.

- Qué agresivo-comenté, bromeando, mientras continuaba removiendo.

Ya quedaba poco para que estuviera listo, así que, con disimulo, metí un dedito en la mezcla para probarla. Mis ojos se iluminaron al saborearlo. ¡Qué rico estaba! Una pena no poder tomar un poco más. Aunque... Se me ocurrió una idea. Con una sonrisa, metí otro dedo y lo acerqué a la cara de Kenshi, pringandole la mejilla y riéndome, burlona.

- Te ha cagado una vaca.

En cuanto siento que Zayyn me pone algo en la cara y tras oír su comentario, me limpio con un dedo y veo la sustancia comprobando que era la masa del postre que la pelirroja estaba haciendo, sin dudarlo como la masa comprobando asi que tiene muy buen sabor -Esa vaca debió ser de chocolate… o quizás fue forzada a tener una dieta estricta de cacao- Digo mientras sonrío un poco, luego de eso le doy las nueces a la pelirroja para que los agregue a la mezcla, aunque antes me acerco a la olla y meto un dedo en la mezcla para regresarle la broma a la chica. -Hay algo raro en esta mezcla- Digo para llamar la atención de la chica, espero que se acerque y cuando lo hace, le paso el dedo por debajo de la nariz para hacerle un bigote con la masa. -Como veras… hay una pelirroja en la masa… no vi eso en la receta- Le digo de forma burlona.

Me desternillé de risa al ver la expresión que el rubiales colocó en su rostro al notar la mancha de chocolate. Se veía muy gracioso sorprendido, así que unté el dedo de nuevo en la masa y fue a mancharle la otra mejilla, pero entonces, Kenshi hizo lo mismo rápidamente, y me lo depositó bajo la nariz. Parpadeé varias veces, sorprendida, al no habérmelo esperado, pero después solté un siseo de diversión y saqué la lengua para relamer el chocolate de arriba, alargando el musculo de la boca para dejar limpio el labio.

- Está rico-murmuré, con una sonrisa maliciosa. Luego le acerqué el dedo a la boca con lentitud y lo miré a los ojos-. ¿Quieres probarlo?

Con un brillo malicioso en los ojos esperé. Si negaba a probarlo del dedo, entonces lo haría de otra forma...

Lo único que hago es reír mientras ella se limpia la masa, pero entonces ella me acerca un dedo a la boca para que coma la masa que hay en el, en ese instante se me acaba la risa y solo me quedo viendo a Zayyn muy incomodo. Estada desconcertado, los cambios de humor que ella esta sufriendo son cada vez mas extraños, paso de ser suicida a atrevida en menos de un día. Ignorando lo que verdaderamente ella quiere que yo haga, paso mi dedo por el de ella para limpiar la masa y entonces echármela a la boca -Esta buena- Comento antes de voltearme para abrir el amarre del trapo en donde están las nueces pulverizadas.

Observé con un brillo malicioso su reacción. Me miró extrañado, seguramente se preguntaría por mi repentino comportamiento "libertino", aunque yo prefería llamarlo juguetón. Me llevé a la boca los restos de chocolate que habían quedado en el dedo y, tras sonreír, volví a prestarle atención a la masa marrón. Alargué la mano para coger las nueces y las espolvoreé por toda la masa. Seguidamente, de nuevo lo revolví todo y lo vertí todo en el molde, con cuidado, sin derramar una sola gota. Bastante habíamos derrochado al meter los dedos, como para perder todavía más masa.

- Vaaaalee... Ahora hay que esperar veinte minutos-metí el molde en la bandeja del horno y lo metí dentro, cerrando la puertecita después.

Me levanté y de un saltito me senté en la encimera que estaba limpia, con una leve sonrisa, mirando a Kenshi a los ojos fijamente.

- Bueno, ¿y ahora qué?

Veo como Zayyn da los últimos toques a la mezcla antes de ponerla en el horno y luego continua con su actitud de antes sentándose arriba de la encimera y haciéndome una pregunta, yo me quedo mirándola un tiempo, me decidía si debería seguirle el juego o ignorarla, aun asi antes me gustaría unas respuestas -Antes que nada… me gustaría saber una cosa… ¿Qué paso? Siempre fuiste un poco juguetona, pero la mayoría del tiempo estabas gruñona, sin ofender, pero desde que fuiste al bosque maldito… cambiaste completamente- Digo algo nervioso mientras me rasco la nuca, no quería hacerla enojar, solo quiero una respuesta a su extraño comportamiento.

Apoyé las manos en la base de la encimera y crucé los tobillos de los pies entre sí, mientras los balanceaba hacia delante y hacia atrás, golpeando cada dos segundos un poco el mueble que tenía debajo. Sonreí a Kenshi, entre divertida y curiosa. Se quedó en silencio, como pensando en algo que quería decirme, porque él también me miraba. ¿Qué sería lo que le rondaba por su rubia cabeza?

Entorné los ojos e incliné la cabeza, aún mirándolo, cuando finalmente supe en qué pensaba. No pude sino esbozar una leve sonrisa. La verdad es que mi comportamiento había cambiado de golpe, y seguramente el primer pensamiento de Kenshi sería que yo era bipolar, una trastornada, o algo así.

- Bueno...-borré por unos momentos mi sonrisa, para hablarle con seriedad-. Creo que acabé dándome cuenta de que es inútil rendirme... Alguien me enseñó que era mejor levantarse y sonreír-le respondí, con sinceridad, todavía clavando mis ojos verdes en los suyos azules.

Volví a sonreírle, en una mueca entre divertida y agradecida. La verdad es que le debía mucho a ese chico, no solo me había salvado dos veces, sino que además, me había dado un hogar provisional, me había hecho reír, y me había enseñado muchas cosas.

Escucho su respuesta a la cual respondo asintiendo con la cabeza, al parecer ella ya no intentara acabar con su vida, como si un rayo divino la hubiese iluminado para hacerla entrar en razón. -Estoy realmente feliz de oír eso- Le digo mientras me acerco un paso a ella, estaba observando sus movimientos, ahora ella se ve feliz, infantil y juguetona, muy diferente a como era antes. -Un buen cambio, te ves muy bien a como estabas antes- Digo mientras me aproximo otro paso hacia ella, quiero seguirle el juego un poco, para hacerla feliz, es importante que se siga sintiendo bien. -Entonces… ¿Qué quieres hacer?- Le pregunto algo nervioso.

Observé los movimientos de Kenshi de cerca, como sonreía, como hablaba, y como se acercaba a mí, satisfecho por mis palabras. No le quité el ojo en ningún momento, y en cuando llegó junto a mi, amplié mi sonrisa. ¿Que estaba bien? Tendría que haberme visto en mis peores momentos, o en algún instante en el que hubiera enloquecido y atacado a otros sin piedad. Ahí daba miedo, mucho miedo... Todavía recuerdo mi primera pelea contra Samuel... En fin, volviendo al tema, que estábamos los dos en la cocina, uno enfrente del otro, mirándonos. Suspiré, pensativa, cuando inquirió que qué quería hacer. Yo misma le había preguntado eso, pero ahora ya sabía la respuesta.

Con un suave movimiento y la cabeza gacha, me deslicé un poco hacia delante, bajándome de la encimera, y le tomé de las manos a Kenshi. Después, alcé la mirada y me hundí en los ojos del chico, dedicándole una profunda y larga mirada. Con un pequeño paso, resté la distancia que nos separaba y acerqué mi rostro al suyo. Sin darle tiempo a reaccionar, rocé mis labios con los suyos, aún evitando que se separara debido a que le había cogido las manos con las mías.

Sonreí en mi interior, y suavemente, deposité un pequeño beso en él, con los labios ligeramente curvados en una sonrisa divertida. Con las yemas de los dedos, acaricié sus manos, fuertes y trabajadoras, para así relajarlo un poco y que no se enviolentara.

- Para ser un chico abeja, eres un poco tonto...-susurré, al separarme un centímetro de sus labios.

Sonrió a Zayyn cuando veo que decide bajar de mis muebles, pero entonces se me borra la sonrisa cuando siento sus caricias y veo que se acerca cada vez mas a mi, a medida que se acerca empiezo a sonrojarme, por un instante pienso en separarme, e intento retirar mis manos pero ella me impide eso, es entonces cuando recibo su beso, a decir verdad no lo veía venir, estaba convencido que Zayyn prefería la compañía de su mismo género, ella quería suicidarse por cosas que le hizo a la mujer que amaba, pero al parecer estaba equivocado. Me dejo llevar por ese beso, cuando ella se separa para susurrar unas palabras, apenas ella termina yo vuelvo a acercarme para darle otro beso como el de antes, al mismo tiempo que acaricio suavemente sus manos. -Me tomaste por sorpresa- Le digo mientras separo mis labios de los de ella, poco a poco me voy separando e ella, para asi dejar de ruborizarme ya que empiezo a sentir calor en la cara.

Kenshi no se separó de mí, y si lo intentó, la cosa le debió resultar fallida, porque todavía seguía teniéndole sujeto. Sonreí ampliamente cuando correspondió a mis labios, y lancé un leve gruñido al separarnos, aunque no de malas, puesto que todavía seguía teniéndole cerca.

- Que me gusten las tías no significa que no esté interesada en los hombres. Tengo un hijo, ¿recuerdas?

Me reí, y correspondí a su beso, pero esta vez en vez de hacerlo suavemente, presioné con algo más de mordacidad, mordiéndole un poco el labio. Luego él se separó, y me fijé en que estaba algo rojo, aunque menos que antes al estar más seguro. Me reí de su aspecto, y lo atrajé de nuevo hacia mí para abrazarlo con fuerza.

- Creo que me gustas-le dije, suspirando-. Nadie me había ayudado tanto antes...

Ella menciona algo que aclara un poco lo que estaba pensando, aunque ya hace rato que no me importaba, me perdi por completo en ese beso y cuando me separo de ella para recuperar un poco de cerebro, ella me atrae para abrazarme. -¿Yo te gusto?- Digo confundido apenas ella menciona esas palabras, era un extraño giro de los eventos al que no estaba esperado. A Zayyn la consideraba como una chica muy atractiva pero con una personalidad molesta, sin embargo esta nueva cara que muestra me confunde, parece una persona completamente diferente. Después de estar un rato pensando, lentamente pongo mis abrazos alrededor de Zayyn para abrazarla, luego paso una mano por su rojo cabello, enredándolo entre mis dedos, solamente me estaba dejando llevar por la situación, sentía que tenia que decir algo pero no se me ocurre nada, asi que para no quedar como tonto, y posiblemente quede peor, le hablo expresándome mis retrasos mentales: -La verdad no se que decir… me tomaste por sorpresa…- Le digo a riesgo de romper la atmósfera romántica, pero esta de mas decir que yo no soy muy romántico.

Parecía confundido por mi revelación. ¿Por qué? ¿Tan raro era que una chica como yo se enamorara? Es verdad que en ocasiones yo era bastante desalmada, pero ¿eso significaba no poder amar? Cerré los ojos en cuanto él se acercó a mí y enredó sus dedos en mis cabellos. Disfruté de esas caricias y di un largo suspiro, sin querer separarme por el momento. Se estaba tan a gusto ahí...

Sin embargo, de repente, un olorcillo llegó a mi nariz, y tuve que abrir los ojos de golpe y separarme de Kenshi para agacharme y mirar el horno.

- ¡Los brownies!-exclamé, sacando la bandeja. De golpe, una ráfaga de calor me azotó en la cara, obligándome a apartar la mirada mientras depositaba los dulces sobre la encimera-. Buah... Creo que por suerte no se han llegado a quemar.

Agarré un cuchillo de un cajón (ya le había visto a Kenshi sacarlo de ahí con anterioridad) y pinché en el centro del bizcocho. Al sacarlo nuevamente, descubrí que la masa no se había pegado, y que por lo tanto, estaba completamente terminado.

Suspiro algo aliviado cuando ella se separa de mi para vigilar la comida, no sabia por que estaba tan nervioso aunque en este punto me pongo nervioso de estar nervioso. Me mojo la cara con agua y me seco con la manga de mi chaqueta, aver si asi se me pasa el rubor. Cuando empiezo a sentir el olor a los brownies, me asomo por encima del hombro de Zayyn, comprobando que los postres se ven bastante bien, sin embargo no soy el único que lo huele, FunBeemon entra apresurado a la cocina y mira los brownies fijamente -Dame, dame, dame, dame, dame- Dice repetidas veces sin apartar la mirada del postre.
Me alejo del par y abro el freezer de la nevera para sacar una caja de helado para poner una bola arriba del brownie.

Alcé la mirada para abrir uno de los armarios de arriba y sacar de él tres platos para los tres. Mientras servía los brownies, atisbé por el rabillo del ojo que Kenshi se mojaba la cara con agua fría, lo que sin duda me sacó una sonrisa pícara y una leve risa. Además, pronto sentí a Plutón reboloteando alrededor para meter las patas en el bizcocho, de modo que me volví hacia el y le apunté con la cuchara de madera.

- Tendrás que esperar a que nos sentemos los tres en la mesa.

Luego de eso, comencé a partir los brownies con el cuchillo y a poner dos o tres en cada plato. Observé que Kenshi depositaba helado en su plato, así que dejé que él llevara el suyo. Pero el mío y el de Funbeemon los llevaría yo hasta la mesa del salón. Saqué cubiertos para mí y el digimon, y después salí de la cocina hacia el comedorr. Una vez allí, se senté con las piernas cruzadas, dejé los platos y los cubiertos, y esperé a que los demás se colocaran para comer.

Pongo el helado sobre mi brownie y me siento en la mesa al lado de Zayyn. FunBeemon ya estaba instalado y listo para comer y en cuanto ponen el plato frente al el, empieza a devorar los brownies. Por mi parte como mas lento, tomando una parte del biscocho junto con una pequeña porción de helado de vainilla con un tenedor para echármela a la boca, una combinación deliciosa. Mientras como, miro de reojo a Zayyn, me sentía impulsado a abrazarla ahí mismo y besarla, me gusto bastante cuando ella lo hizo, pero yo me tomo las cosas con mas tranquilidad, por enseñanza mas que nada. Con el tenedor corto un trozo del brownie y lo unto con un poco de helado y lo acerco a la boca de Zayyn -Pruébalo- Le digo mientras la miro algo nervioso.

Comencé a comer mi brownie cuando todos se sentaron. Pluton no perdió un minuto y comenzó a comer con la desesperación y ansia que caracterizan a los niños pequeños. En cambio, Kenshi se tomaba su tiempo, y aunque parecía disfrutar de su plato, le pille varias veces mirándome por el rabillo del ojo. Sonreí, divertida. ¿Acaso se pensaba que no me daba cuenta? Es decir, no se él, pero yo tenía unas ganas de terminar el brownie y abrazarme a él, que eran casi inaguantables. No obstante, le presté más atención a mi parte de la merienda, comiendo despacio y saboreando el chocolate y las nueces...

De repente, un sabor distinto se "depositó" justo delante se mí, cuando Kenshi acercó su tenedor a mi boca, con un trozo de brownie y helado en él. Lo miré sorprendida durante un rato, pero abrí la boca y comí lo que el chico me ofrecía, sin apartar la vista de sus ojos azules ni parpadear.

- Uhm...-musité, realmente con el helado estaba delicioso, aunque... se me acabó una idea aún más divertida que comer de su cubierto y nada más que mirarle... me relamí, sacando la lengua y pasándola lentamente por mis labios-. Está muy bueno...

Esbocé una leve sonrisa emponzoñada con algo de perversión y maldad y me acerqué a él, aprovechando que Funbeemon continuaba ocupado en su merienda.

- Pero... ¿sabes?-susurré justo en el oido de Kenshi, como si solo quisiera que escuchara eso-. Creo que el helado y el chocolate estarían mejor si estuviesen esparcidos sobre un cuerpo...

Mientras lo decía, coloqué una de las manos sobre su pierna, un poco más arriba de su rodilla, casi a mitad de camino hacia su cadera. Me separé un poco, lo justo para que nuestras narices se rozaran un poco con la punta, y lo miré fija y profundamente, con un brillo de diversión en los ojos verdes.

Sonrió ligeramente cuando la veo comer lo que le ofrecí, sin embargo mi sonrisa se borra cuando la veo relamerse de manera exagerada y pervertida, si embargo la cosa no termina ahi, ella empieza a acercarse a mi y me dice unas palabras en el oído que hacen que me de un escalofrío a la vez que me sonrojo como nunca antes. Estaba impresionado por esas palabras sugerentes, peor lo que realmente me calienta la sangre es cuando ella pone una mano sobre mi pierna, muy cerca de una zona peligrosa. Luego ella se separa y me mira frente a frente, tan cerca que las puntas de nuestras narices se tocan.
Empiezo a sudar un poco, estaba en una posición incomoda y extraña, estaba atónito que Zayyn pasara de cero a cien en menos de cinco minutos, no esperaba que las cosas pasaran tan rápido. Estaba paralizado sin saber que hacer, no puedo ignorarla. -Que atrevida- Le digo ya un poco mas relajado -Puedo ver que no vas con rodeos... yo...- Miro fijamente sus ojos verdes, sintiéndome cada vez mas atraído a ella, la roja me estaba hechizando y por mucho que me resista por mantener una imagen correcta, hay veces en la que uno debe dejarse llevar -Te quiero- Le susurro sin saber realmente por que lo dije, simplemente me deje llevar y sin mas la beso ligeramente, al principio solo parece un roce de labios que se intensifica poco a poco.
Por su parte, FunBeemon sigue comiendo hasta terminar su plato y aprovechando la distracción de su humano y la mitad humana, el Digimon insecto se sube a la mesa y empieza a comer los postres de los demás.

El efecto fue el deseado. Kenshi me miró fijamente, pude presenciar como su color normal de piel cogía rojez de la verguënza y el azoramiento, y como pequeñas perlas de sudor surcaban su rostro. Obviamente, le noté incómodo, y muy nervioso al principio, por lo que supuse previamente sus pensamientos: que estaba yendo muy rápido. Lo sabía, alguien no conoce a otra persona y le dice a los pocos días algo tan pervertido como lo del helado. Me separé de él, sonriendo ampliamente, con una ceja levantada.

- Me encanta ese color de piel cuando te sonrojas. Te hace parecer tan inocente y adorable...

Me acerqué a él, y correspondí al beso que depositó en mis labios, aunque yo traté de transformar ese beso en algo más intenso. Me di cuenta, de repente, que tenía tendencia por irme con personas no tan... aceleradas como yo. Con Natasha, por lo que a mi me constaba, había tenido que dar yo el primer paso, en la cabaña después de torturarla.

- Tengo... una "ligera" tendencia a ir rápido en algunas cosas... Siempre obtengo unos resultados interesantes-comenté, rozando una de sus mejillas, en el lugar sonrojado, como si eso fuese lo que había estado buscando desde el principio.

Cerré los ojos, e ignorando a Funbeemon, escondí los dedos de las manos entre los mechones rubios, acariciándolos y tirando de ellos un poco pero sin hacerle daño. Le miré un momento, antes de sonreír y darle un leve beso.

- ¿Sabes? He decidido conifiar en tí para ver si todo mejora, y mi forma de demostrarlo es esta... Espero que valgas la pena...

El “cumplido” sobre mi color de piel solo hace que me sonroje mas, luego ella me explica acerca de lo que ya me di cuenta, su acelerado ritmo, aunque eso que menciona de los resultados interesantes me hace pensar que toda esta escena incomoda la planifico para lograr exactamente esto, eso hace que me relaje bastante a decir verdad. Disfruto de las caricias y besos que me da la pelirroja, yo simplemente la abrazo y cierro los ojos, sentía que estaba en el paraíso, sin embargo el sueño se acaba en cuanto Zayyn dice eso ultimo, me alegra que ella confié en mi, sin embargo no creo valer la pena, apenas ella dice eso, dejo de abrazarla y abro los ojos como platos por la sorpresa, aunque no era una sorpresa agradable, a mi mente vienen las imágenes de cuando desobedecía a mi padre provocando finalmente su muerte, a toda mi familia la que me odia sobre todo a mi hermano que me quiere muerto y por ultimo la imagen de las pocas novias que pude tener y que no duraron mucho por culpa de mis entrenamientos, mi padre y por ultimo de mi hermano que me robo a la ultima. Me separo de Zayyn y la miro triste -No, no lo valgo… no puedo después de traicionar a mi propia familia de la forma en la que la hice… ademas… no he tenido mucha suerte en los temas sentimentales… mi hermano me robo a mi ultima novia hace unos años atrás- Le digo mientras me volteo para ver a FunBeemon comerse los brownies de los demás.

Besé a Kenshi de nuevo, tomando su rostro con ambas manos, feliz a la par que tranquila. Lo necesitaba. realmente necesitaba esos momentos de paz y tranquilidad, sin nada molestándome. Era, por así decirlo, feliz en esos momentos, con Kenshi frente a mí, y Puroromon a mi espalda, todavía comiendo... Sospeché que no solo se había comido su propio plato, pero le dejé hacer por el momento.

- Ya te lo he dicho... Yo también te quiero.

Sonreí ampliamente al separarme, esperando que él dijera algo más respecto a eso. Pero, sin embargo, el chico parecía deprimido y sin confianza. << ¿Qué le ocurrirá? >>, me pregunté, aunque pronto él mismo me lo contó.

Así que era eso... Seguía afligido por su familia, por su dojo, y por su hermano. Los ojos me brillaron un instante, molestos, pero en cuanto Kenshi mencionó lo de la novia, ya me enervé. ¿Cómo se había atrevido ese engendro a quitarle la novia? En verdad me había hecho un favor, pero por lo de Naty comprendía el dolor que uno siente al perder a alguien. Y desde luego, no se lo deseaba a Kenshi para nada.

- ¿Tu hermano hizo eso...?-pregunté, mirándole a los ojos, aún con las manos en su rostro para evitar que apartara la mirada-. Dime algo, ¿Tu hermano se comportaba mal contigo antes de que todo se jodiera finalmente?-inquirí, haciendo referencia a lo de la muerte de su padre y la pérdida de su dojo.

Me doy cuenta también de que Zayyn no se toma muy bien los rechazos, ella me toma de la cara y me obliga a que la vea para preguntarme sobre mi hermano -Bueno… el siempre era competitivo en todo, muy competitivo… pero antes de… “que se jodiera todo” actuaba mas agresivo que de costumbre…- Le digo mientras pongo mis manos encima de las de ella y la miro a lo ojos, podía notar que estaba enojada, a mi mente llegaron la imagen de ella transformada y de cuando ella derribo un árbol de un puñetazo. -No te enojes… yo simplemente no quiero hacerte nada malo…- Le digo mientras intento desviar la mirada al mismo tiempo que con una mano empujo a FunBeemon para que deje de comerse lo de los demás.

A medida que me iba contando, el ceño fruncido se me profundizaba aún más. Su hermano era competitivo, pero al parecer, no sabía perder por su orgullo. Yo misma era así, en parte, así que tampoco me sorprendió. Pero lo que sí lo hizo fue que estuviera más agresivo que de costumbre, tal y como Kenshi dijo, antes de la muerte de su padre. ¿Acaso...?

- No estoy enfadada contigo, Kenshi. Que tuvieras una novia es normal-le respondí mirándole con algo de pena-. Lo que realmente me molesta es que tu hermano te hiciera perder la confianza que en verdad tienes. Te conozco desde hace días, pero sé calar a la gente muy rápido, y he descubierto que eres alguien valiente, generoso, amable y servicial. Eso no es algo de lo que debas avergonzarte.

Dicho eso, le besé en los labios para que dejara de preocuparse y se relajara. Me levanté, comí el último pequeño trozo de brownie que Plutón no había llegado a comer, y le tendí la mano a Kenshi.

- Se me acaba de ocurrir algo para olvidarnos del tema. No sabes usar el digisoul correctamente. Yo te enseñaré... si me enseñas tú a mí a pelear bien bien con mis espadas y con artes marciales. ¿Te apetece, sensei-gakusei?-le guiñé un ojo, jugando con las palabras japonesas que en mi idioma vendrían a ser maestro y alumno. Si aceptaba la propuesta, ambos rangos es lo que obtendríamos cada uno.

Me avergonzaba un poco las cosas que decía Zayyn, no estaba acostumbrado a recibir tantos cumplidos fuera del contexto de pelear con la espada. Sin embargo me agrada oír eso y me saca una pequeña sonrisa. Luego la chica decide cambiar el tema y me ofrece un trato interesante, muy interesante a decir verdad, pero primero lo primero -Ok, trato, pero primero tu debes cumplir tu trato anterior, la semana aun no termina- Le digo mientras le doy la mano a Zayyn cerrando el trato para ponerlo en practica en cuanto ella cumpla el requisito que le impuse.
Mientras tanto, FunBeemon se hecha de espaldas sobre la mesa, estaba satisfecho y como prueba de eso, la abeja digital cierra los ojos para ponerse a dormir.

Negué con la cabeza. Cumpliría con mi palabra de aguantar una semana en ese lugar (aunque ya no me resultaba tan difícil como antes) pero no era eso a lo que me refería. Alcé las manos, con una sonrisa, y señalé con el dedo pulgar la sala en donde Kenshi entrenaba.

- Me refería a que entrenáramos ahora. ¿O es que me tienes miedo?-le provoqué, sonriendo ampliamente.

Me acerqué a él, y le agarré de los pelos de la nuca para acercarlo a mí y besarle con melosidad, pasando de sus labios a su oreja, mordiéndosela, juguetona. Luegi, separándome lentamente, le cogí de las manos y tiré de él hacia la habitación pertinente.

La chica quiere entrenar ahora, me llama la atención su gran entusiasmo, pero antes de que pueda decir nada, ella me besa y me lleva arrastrando hacia la sala de entrenamientos, a medio camino me levanto del suelo y camino por mi cuenta para entrar a la sala -Ok… ok, te enseñare un par de cosas… quiero que tomes una espada y atacame… para ver que sabes hasta ahora- Le digo mientras me quito la chaqueta para luego tomar una espada de madera que tenia cerca de un maniquí, sujeto la espada a la altura de mi cintura como si estuviese dentro de la funda y mantengo una posición relajada mirando a Zayyn -Cuando quieras]- Le digo mientras mantengo la misma postura, como si no fuese a defenderme de sus golpes.

Sonreí de lado, segura de mí misma, y una vez en la sala de entrenamientos agarré una de las espadas de madera. Me preparé para entrenar con Kenshi. Sabía usar las espadas, más o menos, pero sabía que Kenshi sabía usarla mejor. Por eso le había pedido que me enseñara, porque quería aprender a usarlas mejor, así como aprender algo de artes marciales.

- No sé pelear como tú, pero...-sonreí ampliamente-. No esperes que sea suave.

Soltando una leve risa, volteé la espada en el aire y avancé hacia él con ella en mano para golpearle, sin contenerme... Porque estaba segura de que iba a saber bloquearlo o esquivarlo. Cuando llegué junto a su lado derecho, moví la espada de madera con una mano, en un trazo horizontal de mi izquierda a mi derecha, hacia su costado.


Mientras tanto, en el exterior, una punto rojo descendía velozmente del cielo hacia el jardíon que había junto la cabaña de Kenshi, dejando tras de sí, una estela oscura, como si fuese un cometa caído del espacio.

Al verla acercarse puedo predecir mas o menos como atacara por su postura, flecto las rodillas ligeramente y me encorvo para adoptar mi postura de combate, doy un ligero paso hacia atrás que además me permite voltearme unos pocos grados para quedar frente a la espada de mi oponente y entonces hago un movimiento ascendente rápido con la espada, emulando el movimiento que haría realmente al desenfundar la espada. El movimiento ascendente golpea la espada de Zayyn desde abajo obligando que la espada sea impulsada hacia arriba, con suerte lograría que ella soltara su espada por el golpe pero ella tiene mas fuerza. Ya habiendo bloqueado el ataque, giro sobre mi propio eje para quedar paralelo a Zayyn y luego retroceder para quedar a sus espaldas y finalmente dirigir una estocada suave a su espalda.
Mientras tanto, FunBeemon despierta al sentir una presencia extraña que lo impulsa a salir de la casa y ver ese extraño meteoro rojo con estela negra.

Mi espada acabó siendo bloqueada por la de Kenshi, el cual golpeó hacia arriba, en un intento de que perdiera estabilidad y soltara la espada. Por suerte para mí, tenía bastante fuerza, así que la espada se alzó, pero no voló de mis manos. Sonreí un poco, y volví a la carga, azotando con la espada, pero desafortunadamente, el cuerpo de Kenshi ya no estaba ahí, y de golpe, pocos segudos después, decibí un fuerte golpe en la espalda que me hizo caer de rodillas y perder el aliento.

Gruñí, y me levanté de nuevo y le miré con un brillo molesto en los ojos. Empuñé con fuerza la espada y me acerqué de nuevo a él, esta vez lentamente. Mis ojos se volvieron fríos, pero calculadores, y me obligué a mi misma a ser paciente. No ganaba nada siendo impaciente, excepto una nueva caída al suelo. Moví los pies lentamente hacia un lado, caminando en torno a Kenshi sin quitarle un ojo de encima...


Afuera, el cometa rojo disminuyó su velocidad a medida que se acercaba al suelo, hasta que en un momento dado, concretamente cuando se encontró a unos cinco metros del suelo, se detuvo para aterrizar limpiamente, sobre la hierba...

No pierdo de vista a la chica que se dedica a caminar a mi alrededor, giro constantemente para no perderla de vista, aunque este pequeño momento de paz me da tiempo para hablar un poco -No te apresures, observa los movimientos de tu oponente y anticípate a ellos… y si te ves obligado a tomar la iniciativa, asegurate de hacerlo al mismo tiempo que tu oponente, asi el no podrá hacer lo mismo con tigo- Le digo mientras mantengo una guardia baja, ondulando mi espada lentamente de izquierda a derecha para hacerle pensar de que no estoy con guardia. -la clave crucial en la pelea con espada es leer a tu oponente y que el no te lea a ti…- Cuando termino de hablar, con un movimiento de muñeca levanto mi espada para tener una guardia media y adoptar una postura típica de combate, entonces levanto una pierna y me impulso con la otra para hacerle creer a la chica que me abalanzare contra ella por el lado izquierdo, pero apenas estoy por dar el paso cambio de dirección bruscamente y me lanzo contra ella por la derecha, ya estando mas o menos a su altura, levanto el brazo con el que sostengo la espada, haciendo como si fuera a golpearla de arriba hacia abajo en un corte vertical, pero otra vez es solo para engañarla ya que rápidamente dejo caer mi brazo para golpearla en las piernas.
Mientras tanto, FunBeemon mira con atención la extraña anomalía, y empieza a volar para acercarse a asteroide rojo, aunque procura volar entre los árboles o arbustos para que no pueda verlo en el caso de ser algo hostil.

Le observé, como él mismo me indicó, de manera fría. Comenzó a moverse igual que yo, uno mirando al otro, girando en torno al contrario. Teníamos nuestras espadas en la mano, aunque Kenshi hizo un apartado para enseñarme, pero yo no bajé la guardia. << observa los movimientos de tu oponente y anticípate a ellos… >>, dijo. << Leer a tu oponente y que el no te lea a ti… >>. Cuando terminó de decir eso, yo ya estaba mirando cada parte de su cuerpo, vigilando y analizando cada movimiento. No sabía pelear muy bien con espada, solo lo básico, pero tenía buenos reflejos, era rápida... sería capaz de prevenirlos.

De repente, Kenshi hizo su primer movimiento, y yo le esperé. Levantó la pierna, y se lanzó contra mí para atacarme por el lado izquierdo. Sin embargo, pude atisbar que apoyaba todo su peso en la otra pierna, lo que significaba que me estaba amagando... y que atacaría por el otro lado. Por ello, cuando él se encontrara a mi lado izquierdo (su derecha), yo ya me habría apartado dando un salto lateral. Volteé rápidamente la espada, viendo como él alzaba la suya y de nuevo amagaba para girar el arma e intentar golpear a mi antigua ubicación por un lado. De otro paso, me coloqué a su espalda, pero no utilicé el arma de madera contra él, sino que levanté una pierna y, colocando un pie en su trasero, lo empujé con fuerza hacia delante.


El supuesto "cometa", no era lo que había aparentado en un principio... Se trataba de una criatura bípeda, con garras en las "manos" y "pies", con una larga cola, unas alas negras y unos colmillos más afilados que los de un tiburón. El extraño ser, era prácticamente rojo, excepto por la parte de delante de su cuerpo y, como anteriormente mencionado, las grandes alas. Además, tenía un cuerno filoso y de metal sobre su hocico.

Spoiler:

- Es la hora de las tortas...-la criatura gruñó y enseñó sus dientes en una sonrisa fiera mientras contemplaba la pequeña cabañita de madera.

Ella logro anticipar mis movimientos y pudo ponerse a mis espaldas para empujarme, algo un poco raro ya que pudo golpearme con la espada. Doy un paso hacia delante al ser empujado y me volteo rápidamente para quedar frente a frente en guardia -Aprendes rápido… interesante… déjame probar algo mas- Digo mientras sujeto mi espada con ambas manos y entonces la sujeto de manera horizontal a la altura de mi cuello, entonces flecto las rotillas y encorvo mi espalda para completar la postura de combate. Esta vez no me importaba si ella podía anticiparse, ya que ahora probare sus reflejos y velocidad. Manteniendo esa postura, me acerco lentamente a la chica, doy pasos lentos y ligeros, cierro los ojos y respiro hondo y entonces empiezo a atacar, corro hacia ella y empiezo a dar golpes cortos y rápidos hacia ella en todas direcciones, aunque mis ataques se veían violentos, están controlados, jamás la golpeare aunque ella se equivoque en bloquear un golpe, ya que al final eso es lo que estoy midiendo ahora.
Mientras tanto, FunBeemon mira al Digimon recién llegado y al oír lo que dice puede deducir que no viene con buenas intenciones, el Digimon insecto hace su ataque Llamada 88, sus antenas se vuelven de color rojo y entonces un enjambre de insectos empieza a atacar al Digimon, aunque su objetivo principal es molestarlo.

Esbocé una sonrisa de superioridad mientras alzaba un poco la barbilla con orgullo al ver como trastabilla al recibir mi patada. Bien, la primera lección ya estaba grabada a fuego en mí. Siempre anticiparme a sus movimientos, sería fácil si mantenía mis buenos reflejos. Cuando le ví que se reponía, sin parecer alterarse por haberle dado esa pequeña humillación.

Clavé mis ojos en él, observando su extraña postura de ir a cagar al campo, sus lentos pasos hacia mí... Aunque eso fue solo al principio, porque de repente, Kenshi corrió hacia mí rápidamente, lo que sin duda me sorprendió tal repentina acción. Retocedí un pie cuando me lanzó su primera estocada, pero interpuse mi propio arma para bloquear en cuanto previne la trayectoria del golpe. Después otra vez, y otra, y otra... Era algo dificil, porque a la alrga cansaba bastante el mover una espada hacia diferentes direcciónes y distintas opsiciones, y solo para esquivar. Gruñí con hastío, y dejé de retroceder para mover la espada hacia delante, en un tajo horizontal de izquierda y derecha, para alejar a Kenshi de mí.


El "dragón" rojo, comenzó a caminar hacia la casa, dispuesto a echarla abajo si era preciso para llevar a cabo su encargo. La X blanca y compleja de su pecho se iluminó intensamente durante unos segundos, antes de apagarse repentinamente. La criatura se dio la vuelta de golpe, gruñendo, al sentir una perturbación cercana de energía. Su instinto rara vez le traicionaba, y esa no era una excepción. Cuando vio al enjambre de bichos acercarse a él, volvió a iluminar la X y lanzó un poderoso rayo contra la nube de insectos para pulverizarlos y que no le molestaran.

- Huelo carne joven cerca...-gruñó, con voz ronca, mientras olisqueaba a su alrededor y se relamía.

La pelirroja repele mis ataques con bastante habilidad, sin embargo ella lanza un ataque para hacer que pare, por lo que yo detengo su espada sosteniendo la mia verticalmente, apenas detengo su ataque empiezo a empujarla con la espada, al mismo tiempo pateo una de sus piernas para hacerla caer, si todo lo planeado resulta, el entrenamiento terminaría con ella en el suelo y yo con la punta de mi espada de madera sobre su cuello.
Mientras tanto, FunBeemon se asusta al ver el ataque del Digimon rojo, por unos instantes piensa en retroceder y escapar, pero entonces mira la cabaña y se da cuenta de que debe proteger ese sitio a las personas que están adentro, FunBeemon piensa en la persona que considera su padre, Kenshi, y entonces sale de los arbustos lleno de valor. Pero al mismo tiempo que lo hace, el pequeño Digimon se ilumina y digievoluciona en su forma de campeón, Waspmon, que se abalanza hacia su oponente para envestirlo mientras que este distraído.

La idea surtió efecto. Conseguí pararle un poco de mí con ese sablazo que dí al aire, auque más que obligarle a alejarse de mí, solo hice que me bloqueara con su espada, haciendo un contacto de armas entre los dos. Él hizo presión sobre la suya, tratando de empujarme, a lo que yo respondí con aún más fuerza para desestabilizarlo y tenerle en el punto de mira. Sin embargo, antes de conseguirlo, sentí un fuerte golpe en la rodilla que me hizo caer hacia atrás de culo, dándome en la rabadilla.

- ¡Ay!-me quejé, cerrando los ojos con fuerza.

Fui a levantarme, pero de repente sentí algo rozando mi gargante, y me obligué a abrir los ojos para ver justo el momento en el que Kenshi amenazaba mi garganta con la punta de madera de su espada. Lo miré sorprendida al prinicpio, pero después con rabia e ira. Nadie me había vencido nunca de una manera tan... rápida, y que él lo hiciera tan facilmente y con una mísera espada de madera... Era muy vergonzoso y humillante.

Sin embargo, no iba aceptar mi derrota sin luchar. Todavía me quedaban fuerzas y mucho orgullo, así que, de un impulso, sujete mis manos sobre el suelo, levanté una pierna y golpeé con ella el arma de madera hacia un lado, para alejarla de mí. Después simplemente rodé por el suelo unos centímetros, quedando bocarriba de nuevo. Con una sonrisa, me levanté de un salto ágil, aferré la espada con las dos manos, y golpeé a Kenshi en la parte de atrás de las rodillas, para obligarle a flexionarlas y que cayera hacia delante.


El digimon rojizo continuó olisqueando el aire, aunque finalmente se dio la vuelta al sentir una nueva concentración de energía a su espalda. Fue en ese momento, cuando la criatura vio a abeja bastante grande abalanzarse sobre él, así que di un saltó hacia arriba, esquivando al digimon insecto por el impulso que llevaba. Si esquivaba satisfactoriamente, después se daría la vuelta con el puño cerrado por delante para asestarle un golpe a su atacante.

La tenia bajo mi poder, sin embargo ella no se rinde, patea mi espada para que deje de ser una amenaza y empieza a rodar para alejarse de mi y posteriormente levantarse. En ese instante sabia lo próximo que iba a hacer la chica. Sin siquiera mirarla, pongo mi espada verticalmente por detrás de una de mis piernas y cuando escuche el choque de las maderas pude confirmar lo que creía -Interesante- Digo mientras volteo mi cuerpo sin mover de su lugar la espada para quedar frente a frente de la chica manteniendo el bloqueo -Ese movimiento es característico de mi hermano, puede dejar a todos los reclutas sin poder caminar en entrenamientos como estos- Le digo mientras aparto su espada moviendo la mía, a la vez que retrocedo un paso para ponerme en guardia.
Mientras tanto, Waspmon mira como su oponente se eleva para evadir el ataque, sin embargo el tenia un as bajo la manga. Waspmon espera a estar a la distancia indicada para detenerse y girar sobre su eje, aprovechando el impulso para golpear al Digimon rojo con su gran parte inferior como si fuese un martillo enorme.

Sonreí ampliamente cuando Kenshi bloqueó mi estocada con su arma. Eso significaba que todavía no lo sabía hacer todo, y que podía seguir aprendiendo, porque si hubiera conseguido vencerle tan fácilmente me habría sentido decepcionada. Y de verdad que me alegraba de que no fuera así... Me iba a divertir aprendiendo de él, y ¡oh, sí! En algún momento conseguiría que él cayera al suelo, sin tener que recuerrir a mis poderes.

- ¿Sabes? Una vez leí que la esgrima y derivados es uno de los pocos deportes en los que los hombres y las mujeres están en igual de condiciones...-levanté la espada, señalándole con ella, y caminando un poco a su alrededor-. Tarde o temprano haré que caigas arrodillado.

Justo en ese momento alcé el arma y comencé a descenderla, en una clara estocada hacia abajo para darle en la cabeza... pero en realidad era un amago, detuve la espada a mitad de la trayectoria, para apoyar todo mi peso en el pie derecho, como si fuera a hacer un ataque a su flanco izquierdo. Sin embargo, de nuevo le estaba engañando; alcé una pierna con rápidez y la lancé contra su abdómen.


El Xveemon rojo fue empujado hacia delante al recibir el golpe del abdómen de la abeja digimon. Se desestabilizó en el aire un momento, y a punto estuvo de caer al suelo, pero grcias a su cola y sus alas, pudo tomar el control de nuevo. Con un gruñido, la criatura se dio la vuelta e huzi brillar la X de su pecho, lanzando el mismo poder de energía que anteriormente. Y muy seguidamente, se lanzó en pos de su propio ataque, para posiblemente lanzarle una potente dentellada a la abeja.

-Si, todos puedes aprender a usar una espada… y si tu objetivo es derribarme, aun te falta por entrenar- Le digo mientras sostengo mi espada en diagonal hacia abajo a la altura de la cintura, como si fuese una posición de reposo y me quedo esperando a la chica a que se mueva. Ni me inmuto cuando ella hace el primer golpe falso, para su segundo golpe falso ya estoy preparado. Sin embargo noto que su tercer golpe no será con la espada, es una patada, doy un paso hacia el costado a la vez que giro para quedar a un lado de ella, cuando veo su pierna estirada, la tomo desde el tobillo y elevo su pierna para hacerla caer.
Mientras tanto, Waspmon se eleva verticalmente eludiendo el rayo de su oponente al mismo tiempo que empieza a cargar energía en su abdomen, ya estando a cierta altura, apunta su cañón al Digimon rojo -Agijón turbo- Dice Waspmon antes de empezar a disparar una serie de disparos láser a su oponente.

Había fallado, dios, lo había hecho. Tan segura había estado de mi victoria... ¿por qué? Realmente me estaba empezando a molestar el no poder tocarle, y ya era como la tercera o cuarta vez que ese idiota conseguía evadirme. Inspiré hondo, y no me dejé llevar por la desesperación ni nada parecido cuando me agarró del tobillo. ¿Quería jugar? Bien, me había cansado de ser la buena de Zayyn, de modo que, con el pie que aún estaba en el suelo, me impulsé, y de un bote, conseguí apoyar el pie sujeto en su propio brazo, haciendo un giro de tobillo. Después solamente, medio de pie sobre su brazo, con el libre le propiné una patada en la cara.


De nuevo, la abeja consiguió eludir la energía del Xvmoon, pero este no se iba a rendir tan facilmente, solo por eso. De modo que, como había alcanzado mucha velocidad, al ver que el otro ya no estaba frente a él, solamente redujo su velocidad, pasando un poco de largo y deteniéndose unos metros más lejos.

Sin embargo, la molesta abeja continuó en su afán por darle con el láser, así que el dragón rojizo decidió usar eso a su favor. Se colocó justo delante de la casa y soltó un gruñido de provocación.<< A ver si ahora tienes valor de atacar... Estando tus amigos en peligro >> Sonrió ampliamente, obviamente sabía que había más seres alrededor. Concretamente uno que olía a humano, y otro que olía a... ¿una mezcla de ambos?