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Aokigahara: el Bosque del Suicidio
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Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Es el fin del día tres de la semana de trabajo de Zayyn, había tenido muchos problemas en subirle los ánimos y aun no tengo idea de cómo hacer que ella deje sus ideas suicidas. Es de noche, yo me quedo dormido con el libro de cuentos que le leo a Puroromon todas las noches, pero el pequeño insecto digitan no esta en su cuna improvisada, si no que a mitad de la noche, se fue a dormir sobre Zayyn, algo que ya se volvió una costumbre. La noche estaba tranquila, pero poco a poco se escuchan sonidos de lamentos a lo lejos, lo que primero parecía el sonido del viento, luego claramente podían distinguirse como voces al mismo tiempo que la temperatura empieza a descender poco a poco.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Mis ojos se abrieron de golpe, en la oscuridad de la noche, brillando de manera decidida, pero a la vez triste. Había estado despierta desde hacía un buen rato, y se suponía que ya debía de estar levantada, pero al notar a Puroromon subirse sobre mí para hacerse un ovillo y dormirse, tuve que aguardar un poco más para que este se durmiera. Ahora que había pasado ya mas o menos una hora, esperé que ya se hubiera dormido, para incorporarme un poco y colocarle a él sobre el futón, tapadito con la manta.
Ya levantada, miré al pequeño digimon desde arriba un momento, pero después salí de la habitación y, posteriormente, de la casa, sin dejar notas, sin avisar, sin llevar nada más que la ropa que Kenshi me había dejado. Porque, ¿para qué recuperar mis armas y mi ropa propia, cuando después de lo que iba a hacer no las necesitaría?
Me obligué a no abrazarme a mí misma. La noche era oscura y muy, muy fría. Quizá se debía a que estábamos en un monte, y claro, ahí hace más frío. Pero igualmente, creo que era algo exagerado... En fin, ¿qué más daba? Me iba a intentar suicidar otra vez, el frío no era algo que debiera preocuparme ahora... de echo, nada tenía por qué asustarme, porque me iba a morir igualmente...
Ya levantada, miré al pequeño digimon desde arriba un momento, pero después salí de la habitación y, posteriormente, de la casa, sin dejar notas, sin avisar, sin llevar nada más que la ropa que Kenshi me había dejado. Porque, ¿para qué recuperar mis armas y mi ropa propia, cuando después de lo que iba a hacer no las necesitaría?
Me obligué a no abrazarme a mí misma. La noche era oscura y muy, muy fría. Quizá se debía a que estábamos en un monte, y claro, ahí hace más frío. Pero igualmente, creo que era algo exagerado... En fin, ¿qué más daba? Me iba a intentar suicidar otra vez, el frío no era algo que debiera preocuparme ahora... de echo, nada tenía por qué asustarme, porque me iba a morir igualmente...
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
La luz de la luna que se filtra a través de las ramas de los árboles es la única fuente de luz disponible, no hay caminos ni ninguna otra señal que demarque un camino, solo árboles tras árboles y el sonido de los lamentos. Las voces parecen provenir del noreste, si se camina en esa dirección se puede sentir que la temperatura baja cada vez mas y de reojo se podrá ver la silueta de otras personas emulando tu recorrido, pero que desaparecen apenas te volteas para verlas.
Al noreste del Monte Fuji, se ubica el bosque del suicidio, Aokigahara, un sitio maldito. Aun pueden verse los esqueletos y cadáveres putrefactos de antiguos suicidas, junto a ellos están las cosas que usaron para acabar con sus vidas, tabletas vacías de pastillas, cuchillos ya oxidados y cuerdas que se mecen sobre las ramas de los árboles. Además el sonido de los lamentos proviene de este bosque, por que al igual que sus cuerpos, los espíritus de los suicidas siguen aquí, no es raro poder ver los fantasmas de los muertos junto a sus cuerpos y junto a algo que no es de este mundo, Bakemon’s, Digimon fantasmas que parecen disfrutar la compañía de los espíritus humanos e intentan jugar con ellos.
Mientras tanto, Puroromon despierta al percatarse de que Zayyn no esta, el pequeño aun somnoliento, camina hacia mi para recostarse a mi lado.
Al noreste del Monte Fuji, se ubica el bosque del suicidio, Aokigahara, un sitio maldito. Aun pueden verse los esqueletos y cadáveres putrefactos de antiguos suicidas, junto a ellos están las cosas que usaron para acabar con sus vidas, tabletas vacías de pastillas, cuchillos ya oxidados y cuerdas que se mecen sobre las ramas de los árboles. Además el sonido de los lamentos proviene de este bosque, por que al igual que sus cuerpos, los espíritus de los suicidas siguen aquí, no es raro poder ver los fantasmas de los muertos junto a sus cuerpos y junto a algo que no es de este mundo, Bakemon’s, Digimon fantasmas que parecen disfrutar la compañía de los espíritus humanos e intentan jugar con ellos.
Mientras tanto, Puroromon despierta al percatarse de que Zayyn no esta, el pequeño aun somnoliento, camina hacia mi para recostarse a mi lado.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
No sé cuánto tiempo más estuve caminando, pero seguramente no fue nada comparado con la eternidad de paz que tendría al suicidarme. Sin embargo, cuanto más avanzaba hacia el bosque del que Kenshi me había hablado, más frío hacía, y mas intensa era la sensación de que alguien me observaba... El Bosque del Suicidio se alzó ante mí, terrible, oscuro y maloliente a muerte.
Lo contemple un momento antes de internarme en él. Era muy siniestro, y en otro momento ni hubiera pensado entrar en él. Pero ahora ese era mi destino, y debía cumplirlo. Di un paso, luego otro y otro, hasta que finalmente me vi rodeada de árboles amenazantes. A medida que avanzaba, el ambiente se tornaba peor. Comenzaron a aparecer cadáveres y esqueletos en el suelo, signos inequívocos de que el Bosque del Suicidio no había recibido ese nombre por nada.
Sentí un escalofrío y me di la vuelta, sin mucho entusiasmo, jurándome a mi misma que había visto una sombra retorcerse cerca mía. Sin embargo, no vi nada, así que, o me lo había imaginado, o los fantasmas de las víctimas de ese bosque me observaban con curiosidad. Di un suspiro, pero no le di más importancia y seguí caminando, hasta que, en un momento dado, me detuve frente a un árbol.
No llevaba ni pistola, ni espadas... Lo que realmente me quitaría la vida estaba en mi es, en un tarro. Lo saqué, y extraje de él un par de pastillas, suficientes para relajar por completo mi cuerpo, para siempre. No las tomé todavía, tampoco me demoré más de lo necesario, puesto que ya estaba todo dicho y pensado. Me subí al árbol, y amarré la cuerda a una de las ramas, siguiendo esta vez las indicaciones del rubiales, y después me pasé la saga por el cuello. Inspiré hondo, cerrando los ojos, me metí las pastillas en la boca y después de tragar salté del árbol, ahorcándome de nuevo, sintiendo como el aire se escapaba de mis pulmones...
Lo contemple un momento antes de internarme en él. Era muy siniestro, y en otro momento ni hubiera pensado entrar en él. Pero ahora ese era mi destino, y debía cumplirlo. Di un paso, luego otro y otro, hasta que finalmente me vi rodeada de árboles amenazantes. A medida que avanzaba, el ambiente se tornaba peor. Comenzaron a aparecer cadáveres y esqueletos en el suelo, signos inequívocos de que el Bosque del Suicidio no había recibido ese nombre por nada.
Sentí un escalofrío y me di la vuelta, sin mucho entusiasmo, jurándome a mi misma que había visto una sombra retorcerse cerca mía. Sin embargo, no vi nada, así que, o me lo había imaginado, o los fantasmas de las víctimas de ese bosque me observaban con curiosidad. Di un suspiro, pero no le di más importancia y seguí caminando, hasta que, en un momento dado, me detuve frente a un árbol.
No llevaba ni pistola, ni espadas... Lo que realmente me quitaría la vida estaba en mi es, en un tarro. Lo saqué, y extraje de él un par de pastillas, suficientes para relajar por completo mi cuerpo, para siempre. No las tomé todavía, tampoco me demoré más de lo necesario, puesto que ya estaba todo dicho y pensado. Me subí al árbol, y amarré la cuerda a una de las ramas, siguiendo esta vez las indicaciones del rubiales, y después me pasé la saga por el cuello. Inspiré hondo, cerrando los ojos, me metí las pastillas en la boca y después de tragar salté del árbol, ahorcándome de nuevo, sintiendo como el aire se escapaba de mis pulmones...
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Puroromon se acuesta sobre mi cabeza, lo que me despierta, abro los ojos y sin moverme digo: -¿Que haces?- Puroromon se acurruca y responde antes de dormirse -Da sedodita do esta… si e domide co tigo- Cerré los ojos lentamente, pero después de analizar cuidadosamente lo que el pequeño digimon de dice, me levanto rápidamente y camino hacia mi habitación, comprobando que Zayyn no estaba y que tampoco se había llevado sus cosas, luego abro la puerta del baño comprobando que estaba vacío. Finalmente veo que la puerta de entrada de la casa esta entreabierta, no habían dudas, se fue, posiblemente para acabar con su vida. Me pongo unas sandalias, un abrigo y salgo rápidamente de la cabaña y me adentro en el bosque, sin saber muy bien adonde ir.
Puroromon me sigue sin mucha energía, aunque me sigue el paso, el pequeño digimon vuela de manera irregular, aun somnoliento.
Después de vagar unos minutos en el bosque, me doy cuenta de adonde pudo haber ido, Aokigahara, el bosque maldito, jure jamás ir a ese sitio. Fijo rumbo al noreste y empiezo a correr, esperando que no sea muy tarde.
Cuando empiezo a ver los cadáveres, las cintas policíacas y carteles de advertencias, me di cuenta de que llegue al bosque, pero ahora debía encontrar a la mujer roja. -¡Aquí!- Dice Puroromon mientras vuela sobre mi cabeza y se adentra al bosque maldito, el pequeño esta siguiendo el olor de la chica y la rastrea hasta un árbol, donde esta colgada. Corro hacia la chica a la vez que meto mi mano en mi bolsillo para tocar mi digivice, que siempre llevo con migo, activo el digisoul, las partículas amarillas me envuelven y aprovecho el aumento de fuerza para dar un gran salto y partir la rama de la que cuelga Zayyn de un golpe. Las partículas desaparecen y retiro la cuerda del cuello de Zayyn, esperando que no sea muy tarde.
Puroromon me sigue sin mucha energía, aunque me sigue el paso, el pequeño digimon vuela de manera irregular, aun somnoliento.
Después de vagar unos minutos en el bosque, me doy cuenta de adonde pudo haber ido, Aokigahara, el bosque maldito, jure jamás ir a ese sitio. Fijo rumbo al noreste y empiezo a correr, esperando que no sea muy tarde.
Cuando empiezo a ver los cadáveres, las cintas policíacas y carteles de advertencias, me di cuenta de que llegue al bosque, pero ahora debía encontrar a la mujer roja. -¡Aquí!- Dice Puroromon mientras vuela sobre mi cabeza y se adentra al bosque maldito, el pequeño esta siguiendo el olor de la chica y la rastrea hasta un árbol, donde esta colgada. Corro hacia la chica a la vez que meto mi mano en mi bolsillo para tocar mi digivice, que siempre llevo con migo, activo el digisoul, las partículas amarillas me envuelven y aprovecho el aumento de fuerza para dar un gran salto y partir la rama de la que cuelga Zayyn de un golpe. Las partículas desaparecen y retiro la cuerda del cuello de Zayyn, esperando que no sea muy tarde.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Perdí el conocimiento, así que ahora solo quedaba esperar. Todo estaba muy negro, y lo único que alcanzaba a ver era una luz blanca, tan intensa y bonita, que me daban ganas de avanzar hacia ella y abrazarla. Cada vez que daba un paso, el frío que me había envuelto desaparecía, sentía calor, un calor agradable. ¿Me estaría muriendo ya? Todo indicaba a ello, porque dudo mucho que alguien que se haya intoxicado, sobreviva después de haberse colgado de una cuerda. Y eso sin contar con el frío que había hecho en el monte...
Mientras tanto, en el bosque, el cuerpo de Zayyn permanecía muy quieto después de haber sido cortada la cuerda y haber caído al suelo, con los ojos grises cerrados suavemente. De echo, el color de la joven cada vez era más pálido, aunque con unas marcas rojizas alrededor del cuello a causa de la correa.
* * * * *
Mientras tanto, en el bosque, el cuerpo de Zayyn permanecía muy quieto después de haber sido cortada la cuerda y haber caído al suelo, con los ojos grises cerrados suavemente. De echo, el color de la joven cada vez era más pálido, aunque con unas marcas rojizas alrededor del cuello a causa de la correa.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Sostengo el cuerpo de la chica en mis brazos, intento hacerla reaccionar pero ella no responde, tomo su pulso, comprobando que sigue viva aunque esta muy débil. Noto entonces las tabletas de pastillas vacías en el suelo, posiblemente se enveneno para luego ahorcarse, no lo dudo ni por un segundo y meto dos dedos en su boca y con ellos aplasto su uvula para inducirle el vomito.
Mientras tanto, lentamente los bakemon del bosque empiezan a rodearnos, como si se deleitaran al ver la escena, a la vez que unos cuantos juegan con Puroromon quien es poco consiente de lo que esta pasando.
Mientras tanto, lentamente los bakemon del bosque empiezan a rodearnos, como si se deleitaran al ver la escena, a la vez que unos cuantos juegan con Puroromon quien es poco consiente de lo que esta pasando.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
La luz, al final del túnel, cada vez era más grande, y llegó un momento en el que tenía los ojos entrecerrados, además de que, para poder ver lo que había más allá, tenía que cubrirme levemente con el brazo. Inspiré hondo, a pesar de que por fin iba a obtener paz y tranquilidad, no estaba nerviosa, sino que parecía tener una paz interior. Sonreí con alegría y gusto, y alcé una mano hacia la luminosidad. Sin embargo, en el instante en el que moví los músculos, un pinchazo en la cabeza me hizo detenerme. Gemí, pero sacudí la cabeza y de nuevo traté de seguir acercándome, pero cuando pensaba que ese dolor solo había sido una ilusión, más pinchazos siguieron al anterior, obligándome a llevar las manos a la cabeza.
Volví a gemir y entreabrí los ojos, justo para darme cuenta de que ahora la luz estaba lejísimos, cada vez se veía más pequeña e inalcanzable. Mis pies dejaron de sostenerse sobre lo que hubiera sido el suelo. Ahora solo quedaba vacío, caí de golpe, hacia atrás, viendo que la luz desaparecía poco a poco. Era como si algo me hubiera agarrado, como si hiciera atracción hacia mí.
- ¡NO!
Los pinchazos se hicieron más intensos entonces, y un torrente de imágenes recorrió por mis ojos de manera impredecible, imágenes que nunca antes había visto... o que al menos recordara.
En una de ellas, aparecía yo cayendo por un acantilado y gritando, mientras veía cómo una chica rubia con trenzas trataba de salvarme en vano. Luego, en otra escena, yo estaba con Natasha, en una habitación, a solas, y discutíamos. Sentía dolor, mucho dolor.
- "¿Tú que clase de empatía vas a tener si nunca has tenido a nadie?"
- "Lárgate. Márchate y no vuelvas."
Después, la siguiente escena, una cabaña, en mitad de un bosque. Yo aparecía sentada sobre alguien en una cama, sonriendo con maldad con el rostro tintado con pequeñas gotas escarlatas, y un cuchillo en una mano. Y supe, con certeza, que la otra persona era Nat, pero no apareció en ningún momento en aquella imagen. Además, lo más característico, era ese sentimiento de victoria y euforia por haberla "vencido".
La siguiente escena, fue breve. De nuevo, en un bosque con Natasha, pero estabamos de pie, la una frente a la otra. Ella sonrió tétricamente, y pasó un dedo alrededor de su cuello, en un gesto amenazante. No entendí el por qué de ese gesto, pero me sentí furiosa, cabreada, con muchas ganas de borrarle esa sonrisa de una hostia. Pero también sentía impotencia...
Seguidamente, el bosque se difuminó, y acabé en una calle, con un Beelzemon al lado. Samuel estaba también, y cómo no, Natasha otra vez. El sentimiento de victoria regresó, cuando percibí que sostenía una pistola en mi mano, y que nadie podía hacerme nada.
- "Vamos, entra"- le dije a la rubia, con voz suave-. "No puedo estar todo el día esperando, y en cualquier momento podría descontrolarme y mataros aquí mismo."
De repente, todo, de nuevo, desapareció. Seguía en aquel oscuro vacío, pero la caída parecía ir amortiguándose de a poco. Ni idea tenía de a dónde me llevaría, quizás al cielo, quizás al infierno. Pero la verdad era que, fuese a donde fuese, quería llegar ya.
Sin embargo, cuando sentí que acabaría volviéndome loca de tanto esperar, una última imágen acaparó todos mis pensamientos:
Yo. De pie sobre una torre. Observando las llamas que destruían la ciudad. Riendo.
- ¡...!-los ojos verdes se me abieron de golpe al notar algo en mi interior recorrerme toda la garganta. Me ahogaba, y esta vez no pude soportarlo. Erguí el cuerpo, abrí la boca y eché al suelo una asquerosa masa devuelta. Me convulsioné violentamente, soportando las arcadas y mareos, tosiendo y temblando. Traté de aferrarme a algo y lo único que conseguí fue clavar las uñas a un cuerpo a mi lado, de alguien a quien conocía-. ¿D-dónde estoy? ¿Estoy... muerta?-apenas pude preguntar, con un hilo de voz y la boca pastosa.
Volví a gemir y entreabrí los ojos, justo para darme cuenta de que ahora la luz estaba lejísimos, cada vez se veía más pequeña e inalcanzable. Mis pies dejaron de sostenerse sobre lo que hubiera sido el suelo. Ahora solo quedaba vacío, caí de golpe, hacia atrás, viendo que la luz desaparecía poco a poco. Era como si algo me hubiera agarrado, como si hiciera atracción hacia mí.
- ¡NO!
Los pinchazos se hicieron más intensos entonces, y un torrente de imágenes recorrió por mis ojos de manera impredecible, imágenes que nunca antes había visto... o que al menos recordara.
En una de ellas, aparecía yo cayendo por un acantilado y gritando, mientras veía cómo una chica rubia con trenzas trataba de salvarme en vano. Luego, en otra escena, yo estaba con Natasha, en una habitación, a solas, y discutíamos. Sentía dolor, mucho dolor.
- "¿Tú que clase de empatía vas a tener si nunca has tenido a nadie?"
- "Lárgate. Márchate y no vuelvas."
Después, la siguiente escena, una cabaña, en mitad de un bosque. Yo aparecía sentada sobre alguien en una cama, sonriendo con maldad con el rostro tintado con pequeñas gotas escarlatas, y un cuchillo en una mano. Y supe, con certeza, que la otra persona era Nat, pero no apareció en ningún momento en aquella imagen. Además, lo más característico, era ese sentimiento de victoria y euforia por haberla "vencido".
La siguiente escena, fue breve. De nuevo, en un bosque con Natasha, pero estabamos de pie, la una frente a la otra. Ella sonrió tétricamente, y pasó un dedo alrededor de su cuello, en un gesto amenazante. No entendí el por qué de ese gesto, pero me sentí furiosa, cabreada, con muchas ganas de borrarle esa sonrisa de una hostia. Pero también sentía impotencia...
Seguidamente, el bosque se difuminó, y acabé en una calle, con un Beelzemon al lado. Samuel estaba también, y cómo no, Natasha otra vez. El sentimiento de victoria regresó, cuando percibí que sostenía una pistola en mi mano, y que nadie podía hacerme nada.
- "Vamos, entra"- le dije a la rubia, con voz suave-. "No puedo estar todo el día esperando, y en cualquier momento podría descontrolarme y mataros aquí mismo."
De repente, todo, de nuevo, desapareció. Seguía en aquel oscuro vacío, pero la caída parecía ir amortiguándose de a poco. Ni idea tenía de a dónde me llevaría, quizás al cielo, quizás al infierno. Pero la verdad era que, fuese a donde fuese, quería llegar ya.
Sin embargo, cuando sentí que acabaría volviéndome loca de tanto esperar, una última imágen acaparó todos mis pensamientos:
Yo. De pie sobre una torre. Observando las llamas que destruían la ciudad. Riendo.
- ¡...!-los ojos verdes se me abieron de golpe al notar algo en mi interior recorrerme toda la garganta. Me ahogaba, y esta vez no pude soportarlo. Erguí el cuerpo, abrí la boca y eché al suelo una asquerosa masa devuelta. Me convulsioné violentamente, soportando las arcadas y mareos, tosiendo y temblando. Traté de aferrarme a algo y lo único que conseguí fue clavar las uñas a un cuerpo a mi lado, de alguien a quien conocía-. ¿D-dónde estoy? ¿Estoy... muerta?-apenas pude preguntar, con un hilo de voz y la boca pastosa.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me alivio al ver que ella reacciona y empieza a vomitar, incluso débilmente empieza a hablar, pero no le respondo, ahora debo llevarla a un lugar seguro. Me quito mi abrigo y lo coloco sobre ella para que recupere el calor corporal. -Estuvo cerca- Digo antes de tomar a la chica en brazos y la levanto para llevármela. Después de estar casi muerta ella debe estar muy débil para poder caminar. -Salgamos de este bosque maldito…- Digo mientras empiezo a caminar, pero entonces empiezo a notar a los fantasmas humanos a mi alrededor y a fantasmas Digimon que había visto en otra oportunidad, las entidades solo me miran fijamente, se me hiela la sangre al verlos y aun mas cuando noto que los Digimon no me miran de manera amable, Puroromon detecto esta hostilidad también y vuela a mi lado. Intento ignorar a aquellos seres, sigo caminando hacia donde creo que esta la salida del bosque, pero a decir verdad estoy perdido.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Estaba confusa, mi primer pensamiento es que estaba muerta, pero entonces cuando vi a Kenshi me di cuenta de que él me había vuelto a salvar. De nuevo, por segunda vez. Lo miré fijamente a los ojos, sorprendida, y en ese momento, no sentí rabia ni fastidio como cuando intenté suicidarme por primera vez. Sentí... calidez, cuando me tomó en brazos por no poderme mover yo. Me sonrojé bastante. Estaba ida de la cabeza, pero podía percibir eso, ese calor interior... un calor agradable, pero a la vez muy confuso.
Entorné los ojos, apartando la mirada de él. Me di cuenta de que le había estado mirando durante demasiado tiempo, así que bajé la cabeza.
- Gracias...-murmuré como pude, sintiéndome mejor cuando me puso su chaqueta alrededor.
Sin embargo, podía estar ahora algo azorada y confusa, pero no había olvidado las imágenes que habían pasado por mi mente. Nunca había vivido algo así, y tampoco podía ser un sueño. De modo, que solo quedaba una respuesta. Empezaba a recuperar la memoria.
- Kenshi...-fui a contárselo, pero me arrepentí y me mordí la lengua. Pero había hablado, así que tenía que decirle algo-. Yo eh... ¿Por qué has vuelto a salvarme...?
Alcé la mirada, para volver a hacer contacto visual. También me interesaba cual sería su respuesta, así que para ello, tendría que mirarle los ojos para ver si me decía la verdad, o si por el contrario, se iba por las ramas.
Entorné los ojos, apartando la mirada de él. Me di cuenta de que le había estado mirando durante demasiado tiempo, así que bajé la cabeza.
- Gracias...-murmuré como pude, sintiéndome mejor cuando me puso su chaqueta alrededor.
Sin embargo, podía estar ahora algo azorada y confusa, pero no había olvidado las imágenes que habían pasado por mi mente. Nunca había vivido algo así, y tampoco podía ser un sueño. De modo, que solo quedaba una respuesta. Empezaba a recuperar la memoria.
- Kenshi...-fui a contárselo, pero me arrepentí y me mordí la lengua. Pero había hablado, así que tenía que decirle algo-. Yo eh... ¿Por qué has vuelto a salvarme...?
Alcé la mirada, para volver a hacer contacto visual. También me interesaba cual sería su respuesta, así que para ello, tendría que mirarle los ojos para ver si me decía la verdad, o si por el contrario, se iba por las ramas.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me sorprendo que Zayyn me haya agradecido, yo esperaba una rociada de insultos como paso la primera vez, sonrió levemente al escucharla y agradezco que este hablando ahora, por que me mantiene distraído de los fantasmas. Entones ella pregunta algo que la verdad es complejo de responder, pienso por unos instantes la respuesta y entonces respondo alternando mi mirada a Zayyn y hacia delante para no chocar contra algo. -Ninguna otra persona te dejaría morir, es algo que todos harían… sin embargo, no podria vivir con migo mismo si te dejara morir, no desde lo que ocurrio con mi padre, desde que aceptaste el trato eres mi responsabilidad por estos siete días… incluso si después de ese tiempo aun quieres colgarte… se que estas triste y aun te duele lo que te paso o lo que hiciste… todos pueden cambiar y estoy que una chica linda como tu puede encontrar a alguien mas, si es lo que quieres… no es tu hora…- Le digo mientras esquivo los árboles, cadáveres y fantasmas.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me sorprendí de que Kenshi me mirara, sin enfado en la voz ni en sus ojos, pero aún me sorprendió más cuando me dio sus razones por las que salvar a una suicida como yo. Primero, por el tema de su padre, luego por la "apuesta" que habíamos pactado de los.siete dias. Pero... eso de que yo era responsabilidad suya... me hizo que pensar. Él me había salvado, no una, sino dos veces, de una muerte segura; me había dejado vivir en su casa durante ese tiempo, y me había enseñado muchas cosas que no habría aprendido de no ser por él. Y yo... yo me había limitado a romper nuestro pacto. Me dio algo de vergüenza, yo misma soy alguien que cumple sus tratos y paga sus deudas, y después de haber traicionado la confianza de Kenshi, él sin ninguna obligación, había venido de nuevo y me había rescatado de la muerte.
Parpadé rápidamente, sorprendida, cuando siguió hablando. Había pensado en todo aquello, pero no estaba segura de si... de verdad sentía aquello. Aunque definitivamente me sonrojé ante su cumplido, y bastante. Sonreí debilmente y giré la cabeza para otro lado, rompiendo el contacto visual. Pero seguidamente después sentí un impulso, y sin darme tiempo a pensar yo y asimilarlo Kenshi, me acerqué como pude a él y le besé en la mejilla.
- Gracias de nuevo...-murmuré, azorada.
Parpadé rápidamente, sorprendida, cuando siguió hablando. Había pensado en todo aquello, pero no estaba segura de si... de verdad sentía aquello. Aunque definitivamente me sonrojé ante su cumplido, y bastante. Sonreí debilmente y giré la cabeza para otro lado, rompiendo el contacto visual. Pero seguidamente después sentí un impulso, y sin darme tiempo a pensar yo y asimilarlo Kenshi, me acerqué como pude a él y le besé en la mejilla.
- Gracias de nuevo...-murmuré, azorada.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me sorprende la muestra de aprecio y las palabras de agradecimiento de la chica, no tengo idea de que le paso, no comprendo como paso de ser alguien con tendencias suicidas a estar tan agradecida de estar viva. -Descansa, intenta no moverte- Le digo no solo para que haga esfuerzo, si no también no perder el equilibrio mientras la tengo en brazos.
No importa cuanto camine, no llego a ninguna parte, estoy perdido en este bosque maldito y peor aun, estoy rodeado, los Digimon fantasmas me han rodeado y no se ven amistosos, no dejaran irme de aquí. -Tenemos problemas…- Digo antes de dejar a Zayyn recostada contra un árbol, luego tomo a Puroromon y también lo dejo al lado de la chica. Me alejo unos pasos de la chica y de mi Digimon, aprieto mi digivice y entonces sorpresivamente una especie de holograma surge del dispositivo y me muestra una imagen e información de los Digimon fantasma al que me enfrento. -¿Bakemon?... ¿Qué hacen, por que no me dejan pasar?- Pregunto a los Digimon, pero ellos no responden y lo único que hacen es intercambiar miradas entre ellos. -Déjenos irnos… por favor- Digo dando un paso hacia adelante, intentaba ser intimidante, pero las criaturas no se ven impresionadas. -Por favor d- No logro terminar mi frase, uno de los Digimon me ataca con una garra que extienden desde su cuerpo a una distancia increíble. El golpe me tira al suelo, me doy cuenta entonces de que no me dejaran ir sin pelear, agarro un palo largo del suelo, me levanto y corro hacia los Digimon para atacarlos, ellos me vuelven a atacar con sus garras, logro repelar algunos ataques golpeándolos con el palo, sin embargo otros ataques me impactan. Puroromon al ver la pelea vuela rápidamente para ayudarme, sin embargo es rápidamente atrapado por el enemigo. Zayyn aun esta débil, no podrá ayudarme y Purorormon es un bebe, activo el Digisoul para tener una ventaja, pero el enemigo es demasiado numeroso.
No importa cuanto camine, no llego a ninguna parte, estoy perdido en este bosque maldito y peor aun, estoy rodeado, los Digimon fantasmas me han rodeado y no se ven amistosos, no dejaran irme de aquí. -Tenemos problemas…- Digo antes de dejar a Zayyn recostada contra un árbol, luego tomo a Puroromon y también lo dejo al lado de la chica. Me alejo unos pasos de la chica y de mi Digimon, aprieto mi digivice y entonces sorpresivamente una especie de holograma surge del dispositivo y me muestra una imagen e información de los Digimon fantasma al que me enfrento. -¿Bakemon?... ¿Qué hacen, por que no me dejan pasar?- Pregunto a los Digimon, pero ellos no responden y lo único que hacen es intercambiar miradas entre ellos. -Déjenos irnos… por favor- Digo dando un paso hacia adelante, intentaba ser intimidante, pero las criaturas no se ven impresionadas. -Por favor d- No logro terminar mi frase, uno de los Digimon me ataca con una garra que extienden desde su cuerpo a una distancia increíble. El golpe me tira al suelo, me doy cuenta entonces de que no me dejaran ir sin pelear, agarro un palo largo del suelo, me levanto y corro hacia los Digimon para atacarlos, ellos me vuelven a atacar con sus garras, logro repelar algunos ataques golpeándolos con el palo, sin embargo otros ataques me impactan. Puroromon al ver la pelea vuela rápidamente para ayudarme, sin embargo es rápidamente atrapado por el enemigo. Zayyn aun esta débil, no podrá ayudarme y Purorormon es un bebe, activo el Digisoul para tener una ventaja, pero el enemigo es demasiado numeroso.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Aparté la mirada rápidamente en cuanto le di el beso, de primeras no sabía por qué lo había hecho, pero me había salido del alma. Me ruboricé profusamente, pero no intenté excusarme, que él lo relacionara de la manera que quisiera, había sido una reacción muy extraña a sus palabras.
Sin embargo, aún no habíamos salido del peligro, o al menos yo no había salido. Porque al ver a todos esos fantasmas digimons revolotear a nuestro alrededor, me di cuenta de que, de esa forma, había obligado a Kenshi a entrar de lleno. Me maldije a mí misma, y traté de levantarme cuando me dejó en el suelo, pero aún estaba débil y mi cuerpo no me respondía.
- Digimons…-se me oscureció el rostro levemente, mientras les lanzaba a los fantasmas digitales una mirada de advertencia-. Alejaos si no queréis morir.
Kenshi también trataba de espantarlos, pero de manera más pacífica, pidiéndolo por las buenas. Como supuse, no nos hicieron el menor caso a ninguno. Kenshi era un humano, y aunque yo solo lo parecía, ahora estaba débil. Y Puroromon apenas era un bebé. Era obvio pensar que nos iban a vencer.
Intenté levantarme de nuevo, en vano, en cuanto vi a los Bakemons atacar a Kenshi, y como este se defendía con un palo del suelo.
- ¡Kenshi!-exclamé alarmada, cuando le vi caer-. Mierda… mala idea haber dejado el digivice en la casa…
Me insulté mentalmente por ello, aunque seguramente ni aún con él podría evolucionar. Estaba demasiado débil.
Sin embargo, aún no habíamos salido del peligro, o al menos yo no había salido. Porque al ver a todos esos fantasmas digimons revolotear a nuestro alrededor, me di cuenta de que, de esa forma, había obligado a Kenshi a entrar de lleno. Me maldije a mí misma, y traté de levantarme cuando me dejó en el suelo, pero aún estaba débil y mi cuerpo no me respondía.
- Digimons…-se me oscureció el rostro levemente, mientras les lanzaba a los fantasmas digitales una mirada de advertencia-. Alejaos si no queréis morir.
Kenshi también trataba de espantarlos, pero de manera más pacífica, pidiéndolo por las buenas. Como supuse, no nos hicieron el menor caso a ninguno. Kenshi era un humano, y aunque yo solo lo parecía, ahora estaba débil. Y Puroromon apenas era un bebé. Era obvio pensar que nos iban a vencer.
Intenté levantarme de nuevo, en vano, en cuanto vi a los Bakemons atacar a Kenshi, y como este se defendía con un palo del suelo.
- ¡Kenshi!-exclamé alarmada, cuando le vi caer-. Mierda… mala idea haber dejado el digivice en la casa…
Me insulté mentalmente por ello, aunque seguramente ni aún con él podría evolucionar. Estaba demasiado débil.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Rápidamente los Bakemon logran inmovilizarme tomandome de brazos y piernas, entonces uno de ellos pasa una cuerda alrededor de mi cuello y luego pasa el otro lado de la cuerda sobre la rama de un árbol, como si los Bakemon fuesen a suicidarme, estaba aterrado, lo único que podía hacer era ver a Zayyn quien no puede ayudarme y a Puroromon llorando al verme siendo atacado. Me agito e intento resistirme pero ellos me tienen dominado, los Bakemon tiran de la cuerda y en el instante en el que siento la presión en mi cuello, mi digivice empieza a brillar y Puroromon también comienza a brillar en una intensa luz dorada. -¡Puroromon warp digivols aaaaa!- Puroromon se transforma en una bola de luz que crece un poco y después crece mucho mas, tanto que el Bakemon que lo estaba sujetando tubo que retirarse, entonces la bola de luz empieza a tomar forma y comienza a apagarse, revelando al nuevo Digimon una abeja metálica gigante, Waspmon, aunque no menciona su nombre al evolucionar. El Digimon apunta, con su gran sección inferior, a los Bakemon y a cada uno les dispara con un potente rayo de energía que empuja los Digimon hasta que donde llega la vista. Los ataques espantan a los fantasmas digitales, entonces Waspmon se acerca a mi, me quita la cuerda del cuello y me pone bajo un brazo, luego se acerca a Zayyn y también se la pone bajo el otro brazo, entonces Waspmon empieza a elevarse en el aire y vuela a gran velocidad hacia mi cabaña donde nos deja a ambos junto a la entrada principal, ya haciendo esto, el Digimon vuelve a iluminarse pero esta vez reduce su tamaño y regresa a ser un Puroromon que cae dormido por el cansancio.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Extendí un brazo e intenté apoyarme por última vez en el suelo para levantarme e ir en pos de Kenshi para ayudarle, pero en cuanto quedé de cuclillas caí de nuevo, incapaz de sostener el peso de mi cuerpo. Me quejé al darme en la rabadilla y apreté los dientes frustrada. Sin embargo, volví a alarmarme cuando a Kenshi lo agarraron entre todos e intentaron colgarlo de un árbol.
- ¡Kenshi!-grité, impotente, mientras intentaba arrastrarme hacia él-. ¡Dejadle en paz!
Sin embargo, de repente, un poderoso haz de luz nos cegó a todos de alrededor. Aparté la mirada en ese instante, y al volver a mirar, descubrí que Puroromon había evolucionado, de repente, en una enorme abeja que se elevaba sobre los fantasmas. Abrí mucho los ojos sorprendida, y observé, aliviada, cómo el antiguo Puroromon se deshacía de los fantasmas y salvaba a Kenshi de una muerte segura. Suspiré, más tranquila, y sin poder creerme que hubiéramos salido ilesos. Miré al enorme digimon cuando se acercó a mí, y dejé que me agarrara, aunque no aparté la vista de Kenshi, para saber si se encontraba bien. A decir verdad, lo había pasado bastante mal al verle siendo golpeado por esos digimons, y quería llegar cuanto antes a su casa para comprobar que se encontraba bien.
La enorme abeja, ya agarrándonos a los dos, alzó el vuelo y salió rápidamente del bosque, de vuelta a la casa. El pequeño viaje apenas duró, y cinco minutos más tarde, Kenshi y yo nos encontrábamos en el suelo, con Puroromon de vuelta con nosotros.
- ¿Estás… bien?-le pregunté al chico, mientras me sujetaba a la fachada de la casa, con un brazo.
- ¡Kenshi!-grité, impotente, mientras intentaba arrastrarme hacia él-. ¡Dejadle en paz!
Sin embargo, de repente, un poderoso haz de luz nos cegó a todos de alrededor. Aparté la mirada en ese instante, y al volver a mirar, descubrí que Puroromon había evolucionado, de repente, en una enorme abeja que se elevaba sobre los fantasmas. Abrí mucho los ojos sorprendida, y observé, aliviada, cómo el antiguo Puroromon se deshacía de los fantasmas y salvaba a Kenshi de una muerte segura. Suspiré, más tranquila, y sin poder creerme que hubiéramos salido ilesos. Miré al enorme digimon cuando se acercó a mí, y dejé que me agarrara, aunque no aparté la vista de Kenshi, para saber si se encontraba bien. A decir verdad, lo había pasado bastante mal al verle siendo golpeado por esos digimons, y quería llegar cuanto antes a su casa para comprobar que se encontraba bien.
La enorme abeja, ya agarrándonos a los dos, alzó el vuelo y salió rápidamente del bosque, de vuelta a la casa. El pequeño viaje apenas duró, y cinco minutos más tarde, Kenshi y yo nos encontrábamos en el suelo, con Puroromon de vuelta con nosotros.
- ¿Estás… bien?-le pregunté al chico, mientras me sujetaba a la fachada de la casa, con un brazo.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
No se muy bien que paso, solo recuerdo la luz, la abeja gigante y que ahora estamos en mi casa, creo que el casi ser ahorcado me dejo en estado de shock, pero tras pensarlo unos instantes, entendí que fue Puroromon quien nos salvo. -¿Qué? Ho si, si… estoy bien, algo asustado aun…- Digo antes de levantarme del suelo para caminar hacia Puroromon y recogerlo para terminar dándoselo a Zayyn. -El pequeño se merece un premio para cuando despierte- Digo antes de levantar a la chica y dejarla en la habitación principal de la casa, junto a la estufa, la que enciendo rapidamente. Después entro a la cocina, disuelvo una cucharada de bicarbonato en un vaso de agua y pongo unos cubos de hielo en una bolsa de platico, regreso a la habitación con ambas cosas que le entrego a la pelirroja. -El bicarbonato es para eliminar las toxinas… ponte hielo en el cuello para que no te quede muy morado- Le digo antes de sentarme agotado a su lado, aunque no lo aparentaba mucho, estaba muy cansado y adolorido. -¿Estas mejor?- Pregunto mientras tomo el control remoto para encender la televisión.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Miré a Kenshi, cansada. Parecía en shock todavía, y no le culpaba por ello. No era agradable sentir cómo te morías sin remedio, aunque yo lo había hecho por voluntad propia. He de decir que la segunda vez que intenté suicidarme fue más “agradable” y “pacífica”, puesto que mi cuerpo había empezado a relajarse con las drogas. Pero aun así, el vacío de aquel mundo oscuro y solitario… No era demasiado agradable.
Cambiando de tema, Kenshi se acercó a mí y me tendió a Puroromon, al que sujeté justo en el momento en el que el chico rubio me volvía a coger en brazos. Traté de resistirme, él estaba herido y posiblemente cansado, y no quería ser una carga para nadie. Sin embargo, apenas pude moverme, así que le dejé hacer y esperé hasta que me llevó a la cama, en donde me tumbó y me tendió un vaso de lo que parecía agua y una bolsa de hielo. Sin apartar la mirada de él me dispuse a bebérmelo y a rozar la zona del cuello con el hielo.
- Estoy mejor…-respondí cuando me bebí el vaso con el líquido-. Pero dejando eso a un lado, tú también deberías descansar…-Esbocé un intento de sonrisa-. No te preocupes, no intentaré hacer ninguna otra tontería.
Cambiando de tema, Kenshi se acercó a mí y me tendió a Puroromon, al que sujeté justo en el momento en el que el chico rubio me volvía a coger en brazos. Traté de resistirme, él estaba herido y posiblemente cansado, y no quería ser una carga para nadie. Sin embargo, apenas pude moverme, así que le dejé hacer y esperé hasta que me llevó a la cama, en donde me tumbó y me tendió un vaso de lo que parecía agua y una bolsa de hielo. Sin apartar la mirada de él me dispuse a bebérmelo y a rozar la zona del cuello con el hielo.
- Estoy mejor…-respondí cuando me bebí el vaso con el líquido-. Pero dejando eso a un lado, tú también deberías descansar…-Esbocé un intento de sonrisa-. No te preocupes, no intentaré hacer ninguna otra tontería.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Miro la televisión por unos instantes y sintonizo un canal de películas para con suerte toparme con una en un idioma que Zayyn pueda entender. -Si, si… estoy cansado… y adolorido…- Digo antes de levantarme para dejar el vaso vacío a la cocina. -¿Quieres que te lleve a tu habitación o prefieres quedarte cerca del fuego?- Digo mientras hago una bolsa con hielo para mi para colocármela en el cuerpo, brazos y cabeza, todos los lugares golpeados. -Pensándolo mejor, quédate cerca del fuego, te congelaste ahí afuera… yo ire a dormir a la sala de entrenamiento- Digo mientras entro a mi habitación para sacar unos cobertores de un cajón.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Enfoqué mi atención en la televisión en cuanto fue encendida. No se si lo hizo aposta o no, pero Kenshi consiguió encontrar un canal que estaba en inglés. Echaban una película, concretamente, "Los Vengadores". Era una película entretenida, pero ya estaba empezaba... o mejor dicho, ya casi estaba por el final:
Esbocé una leve sonrisa, divertida, al presenciar como el gigante verde azotaba contra el suelo al dios nórdico de las mentiras y los engaños. Era una escena divertida, ver cómo el malvado se marcaba un discurso, y como el otro le interrumpía sin importarle lo que dijera.
Miré a Kenshi entonces, a punto de decirle que en ese lugar estaba bien, pero él justo pareció leerme el pensamiento. Me encogí de hombros, y seguí mirando un momento la película, aunque sin prestarle toda mi atención. Porque, en cuanto dijo que él se iba a dormir a otro lugar, me entró un escalofrío. No quería estar sola, no esa noche. Solía ser alguien solitario, pero en ese momento, agradecería cualquier compañía.
- ¡No!-le retuve-. N-no te vayas... No quiero quedarme sola hoy...-me sonrojé y aparté la cabeza para que él no lo viera, porque me sentía tremendamente inútil en esos momentos, y no me gustaba mostrarme débil.
- Spoiler:
Esbocé una leve sonrisa, divertida, al presenciar como el gigante verde azotaba contra el suelo al dios nórdico de las mentiras y los engaños. Era una escena divertida, ver cómo el malvado se marcaba un discurso, y como el otro le interrumpía sin importarle lo que dijera.
Miré a Kenshi entonces, a punto de decirle que en ese lugar estaba bien, pero él justo pareció leerme el pensamiento. Me encogí de hombros, y seguí mirando un momento la película, aunque sin prestarle toda mi atención. Porque, en cuanto dijo que él se iba a dormir a otro lugar, me entró un escalofrío. No quería estar sola, no esa noche. Solía ser alguien solitario, pero en ese momento, agradecería cualquier compañía.
- ¡No!-le retuve-. N-no te vayas... No quiero quedarme sola hoy...-me sonrojé y aparté la cabeza para que él no lo viera, porque me sentía tremendamente inútil en esos momentos, y no me gustaba mostrarme débil.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me sorprende la petición de la chica aunque es algo comprensible, alfil y al cabo es mejor para mi ya que no tengo que dormir en la fría sala de entrenamientos. Me acuesto en el suelo, al lado de la pelirroja y nos tapo a ambos con el cobertor para evitar que ella pase frió también, a pesar de estar la estufa encendida. -Buenas noches- Ya no me interesaba nada mas por el momento, estaba totalmente agotado, tanto que me quedo profundamente dormido apenas unos minutos después de cerrar los ojos.
En el transcurso de la noche, aun pueden oírse sutilmente los lamentos de los espíritus que caminan hacia el bosque maldito, incluso del otro lado de las ventanas se les puede ver pasar rápidamente, tanto que no se puede saber si es un Bakemon o un fantasma humano.
En el transcurso de la noche, aun pueden oírse sutilmente los lamentos de los espíritus que caminan hacia el bosque maldito, incluso del otro lado de las ventanas se les puede ver pasar rápidamente, tanto que no se puede saber si es un Bakemon o un fantasma humano.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me tranquilizó que aceptara a quedarse conmigo en la misma habitación. Se tumbó a mi lado, y extendió la manta para los dos, cerca de la estufa, de manera que en pocos segundos entré en más calor, aunque la bolsa de hielo ya no ayudaba mucho, así que la aparté y la puse sobre un cuenco que había para que no manchara después. Me recosté de lado de espaldas a él, y después de apagar la televisión, con una sonrisa, dije:
- Buenas noches...
Cerré los ojos, pero un escalofrío me recorrió la espalda. Los abrí de nuevo, alarmada por algo, y miré a mi alrededor.
- ¡Gh...!-los pelos se me pusieron como escarpias al ver unas sombras blancas por la ventana. No sabía si serían los bakemons y otra cosa, pero no pensaba moverme para averiguarlo. Además, a los pocos segundos se escuchó el crujir de algo, lo que hizo que me encogiera bajo el futon y que los dedos me temblaran. << Juro que como no nos dejen en paz, iré a cazar a esos Bakemons mañana >>pensé, aunque ni siquiera sabía si estaría recuperada para entonces.
Cerré los ojos, y traté de dormir, auque fuera algo, porque había sido un dia movidito, y había trasnochado. Y todas esas cosas siempre le dejan a uno cansado. Me revolví en el futon, y abracé lo que pensé que sería la almohada, porque era blandita y además facil de abrazar.
Sin embargo, poco después, al abrir los ojos, ya estaba todo mucho más iluminado. ¿Me había dormido en ese mismo instante? ¿Me habría quedado tan sopa que no me había percatado de lo rápido que había pasado el tiempo? Gemí un poco, dolida por la luminosidad, y traté de acostumbrarme a la luz.
- Q...-me dio igual cegarme, abrí los ojos de golpe al ver a Kenshi junto a mí, muuuy cerca, y sentir que estaba YO abrazada a EL. MUY abrazada. El rostro se coloreo de un rojo incandescente, que se hacía más resaltante con el color de mi pelo y mis ojos.
Traté de relajarme. Inspiré hondo varias veces. Era solo un abrazo, nada más, ¿por qué estaba tan nerviosa? Con todo el cuidado que puse, lo intenté empujar un poco hacia su lado, para sacar el brazo de debajo suyo sin que se despertara.
- Buenas noches...
Cerré los ojos, pero un escalofrío me recorrió la espalda. Los abrí de nuevo, alarmada por algo, y miré a mi alrededor.
- ¡Gh...!-los pelos se me pusieron como escarpias al ver unas sombras blancas por la ventana. No sabía si serían los bakemons y otra cosa, pero no pensaba moverme para averiguarlo. Además, a los pocos segundos se escuchó el crujir de algo, lo que hizo que me encogiera bajo el futon y que los dedos me temblaran. << Juro que como no nos dejen en paz, iré a cazar a esos Bakemons mañana >>pensé, aunque ni siquiera sabía si estaría recuperada para entonces.
Cerré los ojos, y traté de dormir, auque fuera algo, porque había sido un dia movidito, y había trasnochado. Y todas esas cosas siempre le dejan a uno cansado. Me revolví en el futon, y abracé lo que pensé que sería la almohada, porque era blandita y además facil de abrazar.
Sin embargo, poco después, al abrir los ojos, ya estaba todo mucho más iluminado. ¿Me había dormido en ese mismo instante? ¿Me habría quedado tan sopa que no me había percatado de lo rápido que había pasado el tiempo? Gemí un poco, dolida por la luminosidad, y traté de acostumbrarme a la luz.
- Q...-me dio igual cegarme, abrí los ojos de golpe al ver a Kenshi junto a mí, muuuy cerca, y sentir que estaba YO abrazada a EL. MUY abrazada. El rostro se coloreo de un rojo incandescente, que se hacía más resaltante con el color de mi pelo y mis ojos.
Traté de relajarme. Inspiré hondo varias veces. Era solo un abrazo, nada más, ¿por qué estaba tan nerviosa? Con todo el cuidado que puse, lo intenté empujar un poco hacia su lado, para sacar el brazo de debajo suyo sin que se despertara.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Despierto por que siento que me mueven, abro los ojos lentamente para darme cuenta de que es de día y también para ver a Zayyn frente a mi y con la cara totalmente roja. -¿Estas bien?- Digo antes de acercarme a la chica para poner una mano en su frente para comprobar que no tiene fiebre. -No tienes fiebre… debiste pasar mucho calor anoche, debí apagar la estufa…- Digo antes de volver a tumbarme en el suelo, estaba mucho mejor pero aun me dolian los golpes. -Voy a preparar la comida favorita de Plutón como desayuno… como premio por salvarnos anoche… te va a gustar, son waffles- Digo mientras me destapo y me levanto del suelo para caminar lentamente a la cocina y ponerme a mezclar los ingredientes. Puroromon por su parte aun sigue dormido profundamente como una roca y aunque lo muevan no va a despertar aunque ocasionalmente suele balbucear cosas mientras duerme.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Seguía nerviosa, con el brazo aprisionado bajo el cuerpo de Kenshi. Idiota de mi, me di cuenta de que lo que había abrazado por la noche no había sido la almohada, sino el cuerpo de Kenshi. Inspiré hondo, y ya empezaba a rezar por que algo me ayudara a sacar el brazo, cuando de repente él se desperto y me miró. Me quedé quieta, muy quieta, cuando posó su mano sobre mi frente, y juro que sentí como mi rostro ganaba más temperatura por ello. No dije nada, me había quedado en shock y no me movería hasta que él se hubiese separado de mí
Cuando por fin lo hizo, di un fuerte suspiro de alivio y me levanté como pude. Sacudí la cabeza, confundida y nerviosa, y sin avisar al rubio ni nada, me dirigí al baño para irme a duchar, aunque antes de eso, busque mis prendas para ver si estaban secas. Cuando me hube cerciorado, entré en el baño y me duché, lavandome el pelo a conciencia y el resto del cuerpo. Luego salí y comencé a vestirme...
Hasta que descubrí que era gilipollas. Los pantalones no estaban secos, ¿cómo se suponía que iba a cubrirme? Con un gruñido, me envolví en una toalla y asomé la cabeza por la puerta.
- Kenshi, ¿podrías prestarme otros pantalones? Mi ropa no se secó del todo...
Cuando por fin lo hizo, di un fuerte suspiro de alivio y me levanté como pude. Sacudí la cabeza, confundida y nerviosa, y sin avisar al rubio ni nada, me dirigí al baño para irme a duchar, aunque antes de eso, busque mis prendas para ver si estaban secas. Cuando me hube cerciorado, entré en el baño y me duché, lavandome el pelo a conciencia y el resto del cuerpo. Luego salí y comencé a vestirme...
Hasta que descubrí que era gilipollas. Los pantalones no estaban secos, ¿cómo se suponía que iba a cubrirme? Con un gruñido, me envolví en una toalla y asomé la cabeza por la puerta.
- Kenshi, ¿podrías prestarme otros pantalones? Mi ropa no se secó del todo...
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Mientras Zayyn se duchaba yo seguía cocinando. A la hora en la que Zayyn me pide un pantalón, ya tenia unos cuantos waffles hechos. Entro a mi habitación, saco dos pantalones, un short de un armario y un cinturón, por que no se si todos les queden bien o si le gusten. -Aquí tienes, elige el que mas te guste- Le digo mientras le doy las prendas, procurando de no mirar nada, aunque rápidamente giro los ojos por unos instantes para ver a la chica, pero se estaba cubriendo con una toalla. -Si necesitas algo mas solo pidemelo- Le digo intentando disimular aunque dudo que haya notado esa miradita. Me maldigo a mi mismo mentalmente por hacer eso, después de darle la ropa, regreso a la cocina y termino de hacer los waffles.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Esperé pacientemente a que Kenshi fuera a por la ropa y regresara a dármela. Cuando sentí que se acercaba, saqué un brazo del baño, agarré lo que me tendía y enseguida cerré en cuanto hube metido de nuevo la mano en el baño.
- Gracias-dije simplemente. Luego me dispuse a vestirme con el top, la chaqueta y...
Fruncí el ceño, mirando las prendas que Kenshi me había dado. Eran dos pantalones, uno largo y otro corto, con un cinturon con el que atar el que posiblemente me quedaría grande. Me probé ambos, pero finalmente me decidí por los shorts y salí a reunirme con Puroromon y Kenshi.
- Ya estoy-avisé, ahuecándome el pelo con los dedos mientras me asomaba a la cocina-. ¿Ayudo en algo?
Me llevé una mano al colgante, para enredar los dedos a él, pero me quedé lívida. ¡La runa no colgaba de mi cuello! Corrí de nuevo al baño para mirar si se me había caído, pero tampoco estaba ahí, por lo que entré en el salón y busqué donde había estado el futón. Y tampoco estaba allí.
- ¡Mierda!-gruñí, revolviéndolo todo-. ¿Dónde carajos está?
- Gracias-dije simplemente. Luego me dispuse a vestirme con el top, la chaqueta y...
Fruncí el ceño, mirando las prendas que Kenshi me había dado. Eran dos pantalones, uno largo y otro corto, con un cinturon con el que atar el que posiblemente me quedaría grande. Me probé ambos, pero finalmente me decidí por los shorts y salí a reunirme con Puroromon y Kenshi.
- Ya estoy-avisé, ahuecándome el pelo con los dedos mientras me asomaba a la cocina-. ¿Ayudo en algo?
Me llevé una mano al colgante, para enredar los dedos a él, pero me quedé lívida. ¡La runa no colgaba de mi cuello! Corrí de nuevo al baño para mirar si se me había caído, pero tampoco estaba ahí, por lo que entré en el salón y busqué donde había estado el futón. Y tampoco estaba allí.
- ¡Mierda!-gruñí, revolviéndolo todo-. ¿Dónde carajos está?
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
-No, ya casi termino- Le respondo a la chica a la que miro fijamente, Zayyn era alguien muy linda, pero a ella no le gustan los hombres y aunque lo haga tampoco estaba en mis planes intentar algo, solo me costaba no pensar en esas cosas. De pronto veo como ella empieza a correr al baño y después a la sala, como si buscara algo frenéticamente. -¿Qué paso, perdiste algo?- Le pregunto mientras camino hacia donde se encuentra ella.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
La runa Jera tampoco estaba entre las mantas del futon. ¡Joder! ¡Era un colgante importante y además muy útil! ¿Por qué había tenido que perderlo? Me daba mucha rabia... tanta que hasta golpeé el suelo con un puño.
- Mi collar... Lo he perdido y no lo encuentro...
Gruñí y cerré los ojos, tratando de recordar los lugares en los que había estado, por si me había dejado la runa en alguno de ellos. Entonces me di cuenta. Claro, el bosque del suicidio, ¡seguro que me lo había dejado allí! Me volví hacia Kenshi, con la determinación brillando en mis ojos.
- El bosque... ¡Tiene que estar en el bosque!
Sin mucha más dilación, cogí el digivice, lo guardé en el mecanismo de la manga de la chaqueta y caminé hacia la entrada de la casa, dispuesta a irme de nuevo para allá. Pero esta vez no iba a suicidarme, no. Iba a recuperar lo que era mío. Y que intentaran esos Bakemons estúpidos detenerme, que se iban a llevar una "grata" sorpresa.[/color]
- Mi collar... Lo he perdido y no lo encuentro...
Gruñí y cerré los ojos, tratando de recordar los lugares en los que había estado, por si me había dejado la runa en alguno de ellos. Entonces me di cuenta. Claro, el bosque del suicidio, ¡seguro que me lo había dejado allí! Me volví hacia Kenshi, con la determinación brillando en mis ojos.
- El bosque... ¡Tiene que estar en el bosque!
Sin mucha más dilación, cogí el digivice, lo guardé en el mecanismo de la manga de la chaqueta y caminé hacia la entrada de la casa, dispuesta a irme de nuevo para allá. Pero esta vez no iba a suicidarme, no. Iba a recuperar lo que era mío. Y que intentaran esos Bakemons estúpidos detenerme, que se iban a llevar una "grata" sorpresa.[/color]
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
-¿Qué?- No entendí del todo lo que quiso decir, pero apenas veo a Zayyn salir de la casa, yo rápidamente tomo a Puroromon en brazos y sigo a la pelirroja. -Espera, ¿que fue lo que perdiste y estas segura que esta en el bosque maldito, lo buscaste bien en la casa?- Le digo mientras le sigo el paso.
En esta mañana el cielo esta soleado y despejado, un agradable descanso del invierno, sin embargo ningún día es lindo si hay que ir al bosque maldito. -¿Que vas a hacer?- Digo agarrando a la chica del brazo para que se detenga a hablarme, además de que no estaba seguro si de verdad iba a buscar ese collar o lo que sea y no a hacer otra cosa.
En esta mañana el cielo esta soleado y despejado, un agradable descanso del invierno, sin embargo ningún día es lindo si hay que ir al bosque maldito. -¿Que vas a hacer?- Digo agarrando a la chica del brazo para que se detenga a hablarme, además de que no estaba seguro si de verdad iba a buscar ese collar o lo que sea y no a hacer otra cosa.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Kenshi me instó a pararme, pero en verdad no había tiempo. ¿Y si esos digimons lo habían cogido y escondido? O peor aún, ¿y si lo habían roto? No podía quedarme de brazos cruzados, sabiéndo que quizás esos bichos tenían en posesión mi colgante.
- He perdido mi collar-respondí al salir de la casa, sin tan siquiera mirarle-. Es algo importante para mi y he de recuperarlo.
Continué caminando, en dirección al bosque, tal y como hice la noche anterior. Sin embargo, a medio camino Kenshi me agarró del brazo y me obligó a mirarle. Yo me molesté, pero lo único que hice es fruncir el ceño y emitir un leve gruñido.
- ¡No voy a suicidarme, joder!-repliqué-. Si no me crees, puedes acompañarme... Si puedes seguir mi ritmo, claro.
Dicho eso, me volví y emprendí una rápida carrera, en la que me transforme instantáneamente en Doitainmon para ir más rápido. Desde donde se encontraba Kenshi, solo se pudo percibir el intenso brillo de la digievolución, y quizás una rápida y borrosa sombra que se internó en el bosque.
Yo, mientras tanto, corrí tanto como pude, mirando en todas direcciones y olfateando mi rastro humano de la pasada noche. En esa etapa, a parte de ser muy veloz en tierra, tenía los sentidos muy agudizados, así que era una suerte que hubiera elegido transformarme en la leona roja.
- He perdido mi collar-respondí al salir de la casa, sin tan siquiera mirarle-. Es algo importante para mi y he de recuperarlo.
Continué caminando, en dirección al bosque, tal y como hice la noche anterior. Sin embargo, a medio camino Kenshi me agarró del brazo y me obligó a mirarle. Yo me molesté, pero lo único que hice es fruncir el ceño y emitir un leve gruñido.
- ¡No voy a suicidarme, joder!-repliqué-. Si no me crees, puedes acompañarme... Si puedes seguir mi ritmo, claro.
Dicho eso, me volví y emprendí una rápida carrera, en la que me transforme instantáneamente en Doitainmon para ir más rápido. Desde donde se encontraba Kenshi, solo se pudo percibir el intenso brillo de la digievolución, y quizás una rápida y borrosa sombra que se internó en el bosque.
Yo, mientras tanto, corrí tanto como pude, mirando en todas direcciones y olfateando mi rastro humano de la pasada noche. En esa etapa, a parte de ser muy veloz en tierra, tenía los sentidos muy agudizados, así que era una suerte que hubiera elegido transformarme en la leona roja.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Zayyn se enojo y se fue, pero al verla irse pude notar un extraño resplandor, corrí hacia ese lugar para comprobar que estaba bien, pero no pude divisar nada extraño a primera vista, luego note las pisadas de Zayyn, las que repentinamente desaparecen para transformarse en las pisadas de un animal. Pensando que quizás sea otro Digimon quien se llevo a la chica, empiezo a correr intentando seguir las pisadas, aunque se bien donde terminaran, en el bosque maldito.
De día el bosque des suicido no es tan tétrico como de noche, los cadáveres y objetos siguen ahí, pero ya no están las presencias malignas o no se perciben mejor dicho. El collar de Zayyn esta a los pies del árbol donde ella intento ahorcarse, al lado esta la tableta de las pastillas que trago y al otro lado esta la cuerda.
De día el bosque des suicido no es tan tétrico como de noche, los cadáveres y objetos siguen ahí, pero ya no están las presencias malignas o no se perciben mejor dicho. El collar de Zayyn esta a los pies del árbol donde ella intento ahorcarse, al lado esta la tableta de las pastillas que trago y al otro lado esta la cuerda.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Corrí lo más rápido que pude, moviendo las fuertes piernas rápidamente, apenas tocando el suelo con ellas de lo rápido que iba. Pronto, llegué a donde quise suicidarme, bajo el árbol, bajo el cual seguían estando el bote de las pastillas y la cuerda... Y allí también, en el suelo, estaba mi collar. Me acerqué rápidamente, y como pude, lo agarré con los dientes y lo lancé al aire para posteriormente tratar de que se "encestara" en mi cuello.
Suspiré, aliviada. Por unos momentos había temido perder aquel colgante, el colgante de mi madre, y que además tenía unos poderes muy, pero que muy útiles, tales como la invisibilidad, la recuperacion, la fuerza, y la facilidad de escalar. Me di la vuelta, y comencé a caminar en dirección a KEnshi para reunirme con él. No obstante, cuando miré hacia allá, él ya estaba aquí, frente a mí. Al principio me quedé muy quieta, sin saber qué hacer o decir, porque a mi ver, él todavía no sabía que yo era capaz de transformarme.
Aunque tampoco tuve tiempo a decir nada, porque, detrás de Kenshi, apareció una criatura blanca, con unos largos colmillos y un aura fantasmal. Un Bakemon que pretendía atacar al humano por la espalda.
- Grrr...-me agazapé en el suelo, gruñendo y mostrando los colmillos de manera amenazante. Sin perder tiempo, pegué un poderoso salto, soltando un potente rugido y pasando por encima de Kenshi hasta aterrizar al Bakemon y comenzar a destrozarlo con garras y dientes-. ¡¡Rwwooaaar!!
Suspiré, aliviada. Por unos momentos había temido perder aquel colgante, el colgante de mi madre, y que además tenía unos poderes muy, pero que muy útiles, tales como la invisibilidad, la recuperacion, la fuerza, y la facilidad de escalar. Me di la vuelta, y comencé a caminar en dirección a KEnshi para reunirme con él. No obstante, cuando miré hacia allá, él ya estaba aquí, frente a mí. Al principio me quedé muy quieta, sin saber qué hacer o decir, porque a mi ver, él todavía no sabía que yo era capaz de transformarme.
Aunque tampoco tuve tiempo a decir nada, porque, detrás de Kenshi, apareció una criatura blanca, con unos largos colmillos y un aura fantasmal. Un Bakemon que pretendía atacar al humano por la espalda.
- Grrr...-me agazapé en el suelo, gruñendo y mostrando los colmillos de manera amenazante. Sin perder tiempo, pegué un poderoso salto, soltando un potente rugido y pasando por encima de Kenshi hasta aterrizar al Bakemon y comenzar a destrozarlo con garras y dientes-. ¡¡Rwwooaaar!!
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Entro al bosque y llego hasta el árbol donde Zayyn intento suicidarse anoche, creí que aquí me encontraría con la chica pelirroja, pero en su lugar me encuentro con felino gigante, como una leona pero de color naranja, me quedo mirando al animal fijamente a la vez que retrocedo lentamente para evitar alarmarlo, cuando el león se voltea y me mira, se me hiela la sangre pero ya cuando ver que el animal corre y se abalanza contra mi entro en pánico. Intento escapar corriendo hacia un lado, pero solo logro dar unos pocos pasos por que tropiezo con algo y caigo al suelo como una roca, no pude frenar la caída con las manos por que estoy sosteniendo a Puroromon. Me golpeo la cabeza contra una roca y eso es lo ultimo que recuerdo, pierdo el conocimiento y lo único que queda de mi es un cuerpo tirado en medio del bosque con la cabeza manchada de sangre.
Debido al miedo no me di cuenta que mientras corría, mi digivice y Puroromon comenzaron a brillar nuevamente ya para cuando golpeo el suelo, la pequeña abeja se transformo, pero no en la gran abeja metálica de anoche, si no en una abeja un poco mas grande que la etapa anterior -¡FunBeemon!- Dice el Digimon de etapa novato, el que se para sobre mi cuerpo e intenta moverme para intentar despertarme, pero al ver que no reacciono se quede mirando a la leona, vigilante de que no intente atacarme.
Debido al miedo no me di cuenta que mientras corría, mi digivice y Puroromon comenzaron a brillar nuevamente ya para cuando golpeo el suelo, la pequeña abeja se transformo, pero no en la gran abeja metálica de anoche, si no en una abeja un poco mas grande que la etapa anterior -¡FunBeemon!- Dice el Digimon de etapa novato, el que se para sobre mi cuerpo e intenta moverme para intentar despertarme, pero al ver que no reacciono se quede mirando a la leona, vigilante de que no intente atacarme.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Después de destruir al fantasma y absorber sus datos, gruñí y solté un estornudo. Sacudí la cabeza, y me giré de nuevo para ver el estado de Kenshi. Desgraciadamente, le vi en el suelo, tirado e inconsciente, y me alarmé al percatarme de que se había golpeado la cabeza con una roca cercana. Intenté acercarme, pero de repente, Puroromon brilló con intensidad, al igual que el digivice del rubiales. Miré atentamente al nuevo digimon, el cual no era sino la etapa rockie del mismo.
- Puroromon...-dije, con mi voz ronca, característica de esa evolución. Me acerqué un poco al digimon y agaché la cabeza-. Tranquilo...
Solté un gruñido y comencé a destransformarme, brillando nuevamente y reduciendo mi tamaño al de una humana normal. Al terminar de volver a mi apariencia humana, acabé a cuatro patas, sobre la hierba, y mirando al digimon abeja.
- Soy yo... Zayyn-expliqué, mirándole algo cansada. Al parecer aún no me había repuesto del todo del cansancio provocado por el segundo intento de suicidio.
- Puroromon...-dije, con mi voz ronca, característica de esa evolución. Me acerqué un poco al digimon y agaché la cabeza-. Tranquilo...
Solté un gruñido y comencé a destransformarme, brillando nuevamente y reduciendo mi tamaño al de una humana normal. Al terminar de volver a mi apariencia humana, acabé a cuatro patas, sobre la hierba, y mirando al digimon abeja.
- Soy yo... Zayyn-expliqué, mirándole algo cansada. Al parecer aún no me había repuesto del todo del cansancio provocado por el segundo intento de suicidio.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
La abeja mira enojado a la leona hasta el momento en el que se des-transforma y vuelve a su forma humana, entonces el Digimon vuela hasta la chica y la abraza con sus seis extremidades nuevas. -¡Me asustaste! Ayúdame, mi padre no despierta- Dice el Digimon, su voz ahora suena a la de un niño de unos diez a doce años mas o menos y ya tiene la capacidad de hablar correctamente. -¿Va a estar bien? Tiene esa cosa roja en la cabeza ¿Qué es esa cosa roja? No importa, hay que llevarlo a la casa- Dice FunBeemon mientras se separa de Zayyn para volver a mi lado e intentar levantarme pero por razones obvias, no puede. -Pesa un poco- Vuelve a decir el Digimon algo errático, estaba nervioso por ver a su “padre” inmóvil en el suelo.
La temperatura del bosque empieza a descender poco a poco, los Bakemon empiezan a salir de sus escondites y se preparan para atacar, aun no se dejan ver, están esperando el momento oportuno para actuar.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me levanté con cuidado, pero apenas pude dar un par de pasos cuando la abeja en la que se había convertido Puroromon se abalanzó sobre mí y me abrazó con sus patas. No parecía que tratara de matarme, sino que lo que necesitaba era un abrazo, al ver que yo estaba bien y que la leona que acababa de ver no suponía peligro alguno para él. Correspondí rápidamente, notando que ahora hablaba bien, sin trabarse, y con una voz como de un niño más mayor.
- Tranquilo, todo está bien-sin embargo, en cuanto mencionó "la cosa roja", me alarmé y le aparté para ir hacia Kenshi-. ¿Qué cosa roja?-al llegar junto al chico e di cuenta de que mis sospechas eran acertadas. Kenshi sangraba de la cabeza y estaba inconsciente, mal asunto-. ¡Kenshi!-le llamé, golpeándole un poco en el cuello para intentar que reaccionara, en vano-. Tsk, esto es malo...
Y peor que se puso. De repente, la temperatura del ambiente pareció descender bastante, lo que me provocó un consiguiente escalofrío. Me di la vuelta para mirar a mi alrededor, y pude ver unos destellos blancuzcos esconderse entre árboles y matorrales. No lo dudé, le indiqué a la abeja que vigilara unos momentos a Kenshi, el tiempo que necesité para deslizar el digivice hacia afuera de la manga y evolucionar a mi etapa mega, Aeirmon.
El demonio de viento hizo su aparición estelar, envuelto en un pequeño tornado de aire, rebosando poder por los cuatro costados. Entorné los ojos, molesta por la presencia de esos miserables fantasmas, pero ejercí mi poder de curación sobre Kenshi, sanándole la herida que se había formado y cualquier problema consecuente a ello. Después, me coloqué junto a él, de pie, y grité:
- ¡Atreveos a aparecer, escoria!-moví la cola levemente, airada-. ¿O sois tan cobardes que ahora no salís de vuestros escondites?
- Tranquilo, todo está bien-sin embargo, en cuanto mencionó "la cosa roja", me alarmé y le aparté para ir hacia Kenshi-. ¿Qué cosa roja?-al llegar junto al chico e di cuenta de que mis sospechas eran acertadas. Kenshi sangraba de la cabeza y estaba inconsciente, mal asunto-. ¡Kenshi!-le llamé, golpeándole un poco en el cuello para intentar que reaccionara, en vano-. Tsk, esto es malo...
Y peor que se puso. De repente, la temperatura del ambiente pareció descender bastante, lo que me provocó un consiguiente escalofrío. Me di la vuelta para mirar a mi alrededor, y pude ver unos destellos blancuzcos esconderse entre árboles y matorrales. No lo dudé, le indiqué a la abeja que vigilara unos momentos a Kenshi, el tiempo que necesité para deslizar el digivice hacia afuera de la manga y evolucionar a mi etapa mega, Aeirmon.
El demonio de viento hizo su aparición estelar, envuelto en un pequeño tornado de aire, rebosando poder por los cuatro costados. Entorné los ojos, molesta por la presencia de esos miserables fantasmas, pero ejercí mi poder de curación sobre Kenshi, sanándole la herida que se había formado y cualquier problema consecuente a ello. Después, me coloqué junto a él, de pie, y grité:
- ¡Atreveos a aparecer, escoria!-moví la cola levemente, airada-. ¿O sois tan cobardes que ahora no salís de vuestros escondites?
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
FunBeemon queda impresionado cuando ve que Zayyn se transforma y después se enoja al notar la presencia de los Bakemon. -Yo me encargo, me caen mal, no se por que pero me caen mal… creo que ya los derrote antes, no creo- Dice la abeja mientras se eleva en el aire, entonces empieza a agitar sus alas velozmente, tanto que crea una pequeña corriente de aire sobre ellas con la forma del numero ocho y acto seguido, la abeja eleva sus antenas que se iluminan de un color rojo. -Llamada 88- Termina así su técnica nombrando su ataque, ataque que en un principio parece hacer nada, pero entonces a lo lejos empiezan a oírse gritos y a verse movimiento, los Bakemon estaban siendo atacados por una enorme enjambre de insectos, obligándolos a salir de sus escondites y a ser vulnerables a ataques.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Los Bakemons no hicieron acto de presencia, lo que sin duda me cabreó. Estuve a punto de ir a buscarles personalmente para matarlos, pero gracias al cielo, la abeja me retuvo (digo gracias al cielo, porque Kenshi se hubiera quedado solo y sin mucha protección, por lo que podrían haberle hecho daño), así que esperé a ver qué hacía.
Al principio no sucedió nada, por lo que tuve que plantearme si había sido buena idea hacerle caso. Luego, segundos después para ser más exactos, se escucharon gritos y exclamaciones, seguidas por numerosos movimientos de los digimons fantasmas que salieron al fin de sus escondites. Sonreí ampliamente, no había sido bueno cabrearme la noche anterior, ni tampoco en ese momento.
- ¡North Wind!-grité, moviendo los brazos dinámicamente, hacia ellos. Un fuerte viento les azotó con violencia, produciéndoles además profundos y dolorosos cortes.
OFF:
* North Wind: Crea una fuerte tormenta de viento, que sacude todo a su alrededor. Si Aeirmon quiere, el viento puede cortar como cuchillas afiladas.
Al principio no sucedió nada, por lo que tuve que plantearme si había sido buena idea hacerle caso. Luego, segundos después para ser más exactos, se escucharon gritos y exclamaciones, seguidas por numerosos movimientos de los digimons fantasmas que salieron al fin de sus escondites. Sonreí ampliamente, no había sido bueno cabrearme la noche anterior, ni tampoco en ese momento.
- ¡North Wind!-grité, moviendo los brazos dinámicamente, hacia ellos. Un fuerte viento les azotó con violencia, produciéndoles además profundos y dolorosos cortes.
OFF:
* North Wind: Crea una fuerte tormenta de viento, que sacude todo a su alrededor. Si Aeirmon quiere, el viento puede cortar como cuchillas afiladas.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Los Bakemon heridos escapan despavoridos, pero aun quedan Bakemon escondidos que no fueron afectados por los insectos, esos Digimon se escabullen y aparecen a las espaldas de Aeirmon para atacarla con sus garras. FunBeemon se entera de esto y apunta su torax hacia los brazos de los fantasmas y les dispara repetidas veces su aguijón que a decir verdad tiene la apariencia de un cuchillo. -Aguijón Engranaje- Dice el Digimon insecto mientras mantiene su ataque.
Mientras tanto, hay Bakemon que se colaron hasta las copas de los árboles y atacan a Aeirmon desde arriba en un intento de ataque por sorpresa.
Mientras tanto, hay Bakemon que se colaron hasta las copas de los árboles y atacan a Aeirmon desde arriba en un intento de ataque por sorpresa.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Me reí levemente al ver caer como moscas a los fantasmas, aunque muchos de ellos aún seguían vivitos y coleando. Como los que estaban a mi espalda. Puedo estar mirando para delante, pero tengo los sentidos totalmente agudizados en esa forma, por lo que fue fácil sentirlos y lanzarles el aguijón de la cola para matarles. Después simplemente pegué un poderoso salto y me elevé en el cielo, para moverme después a la espalda de los fantasmas que se hayaban sobre las copas de los árboles.
- Bien, creo que aquí se acaba esta pelea-comenté, agarrándoles de la cabeza con las garras y clavando las uñas hasta atravesarlos, haciendo que soltaran unos lamentos horribles-. Habéis elegido a la persona equivocada para cabrear, así que, ahora os destruiré a todos.
Tras acabar con ellos, inspiré hondo y absorbí los datos de dichos digimons, más para que no renacieran nunca más que por que necesitara su información para hacerme más fuerte. Me dejé caer posteriormente, despacio, junto a Kenshi y su digimon. No quería arriesgarme a que los que quedaran fueran a por ellos. Ahora eran mi responsabilidad.
- Bien, creo que aquí se acaba esta pelea-comenté, agarrándoles de la cabeza con las garras y clavando las uñas hasta atravesarlos, haciendo que soltaran unos lamentos horribles-. Habéis elegido a la persona equivocada para cabrear, así que, ahora os destruiré a todos.
Tras acabar con ellos, inspiré hondo y absorbí los datos de dichos digimons, más para que no renacieran nunca más que por que necesitara su información para hacerme más fuerte. Me dejé caer posteriormente, despacio, junto a Kenshi y su digimon. No quería arriesgarme a que los que quedaran fueran a por ellos. Ahora eran mi responsabilidad.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
FunBeemon se percata de que Zayyn puede manejarse bien sin su ayuda desde ahora, por lo que la abeja solo se mantiene en el aire viendo atentamente como la chica aniquila a los Bakemon sobrantes, cuando Aiermon termina, FunBeemon le aplaude con dos pares de brazos. -Eso estuvo genial- Dice mientras mira fijamente a la chica.
Los Bakemon que no murieron, escaparon para no regresar. Sin embargo pareciese que los fantasmas digitales fueron reemplazados por fantasmas humano, por que ahora el bosque parece estar lleno de ellos, pero lo único que hacen es mirar a los presentes por un tiempo, hacer una reverencia y desaparecer.
-¡Eres muy fuerte!... mmm ¿y como esta mi padre?- Vuelve a decir la abeja esta vez acercándose a su tamer caído.
Los Bakemon que no murieron, escaparon para no regresar. Sin embargo pareciese que los fantasmas digitales fueron reemplazados por fantasmas humano, por que ahora el bosque parece estar lleno de ellos, pero lo único que hacen es mirar a los presentes por un tiempo, hacer una reverencia y desaparecer.
-¡Eres muy fuerte!... mmm ¿y como esta mi padre?- Vuelve a decir la abeja esta vez acercándose a su tamer caído.
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Sonreí al ver que el resto de Bakemons huían desenfrenados y luego descendí junto a la abeja y Kenshi. Nada más tocar el suelo con los pies, un aura brillante me envolvió y volví a destransformarme. Jadeé con fuerza, cansada, pero me acerqué como pude a Kenshi y me agaché junto a él.
- ¡Kenshi! Kenshi, despierta por favor-imploré. No podía dejarlo morir, me había encariñado con él... ¡Porque vamos! Me había salvado la vida dos veces, y ahora él estaba en peligro. No podía fallarle-. ¡Kenshi, despierta!
Se me ocurrió algo. En la tele había visto hace tiempo un documental de primeros auxilios. Saqué un cuchillo del bolsillo y lo coloqué bajo su nariz, para comprobar si el metal se empañaba por la respiración. En el caso de que no fuera así, le rajaría la ropa para dejarle el torso desnudo y poder realizarle un RCP, entrelazando las manos y presionarle el pecho sobre la línea intermamaria con la palma, de manera igual y constante.
Si resultaba que estaba respirando, le cogería en brazos para llevarlo a la casa y allí cuidarlo.
- ¡Kenshi! Kenshi, despierta por favor-imploré. No podía dejarlo morir, me había encariñado con él... ¡Porque vamos! Me había salvado la vida dos veces, y ahora él estaba en peligro. No podía fallarle-. ¡Kenshi, despierta!
Se me ocurrió algo. En la tele había visto hace tiempo un documental de primeros auxilios. Saqué un cuchillo del bolsillo y lo coloqué bajo su nariz, para comprobar si el metal se empañaba por la respiración. En el caso de que no fuera así, le rajaría la ropa para dejarle el torso desnudo y poder realizarle un RCP, entrelazando las manos y presionarle el pecho sobre la línea intermamaria con la palma, de manera igual y constante.
Si resultaba que estaba respirando, le cogería en brazos para llevarlo a la casa y allí cuidarlo.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Mi pulso estaba normal pero mi respiración algo débil, en ese momento solo estoy respirando por la boca, una costumbre extraña que tengo a la hora de dormir.
-¿Qué haces? ¿va a estar bien? ¿Qué puedo hacer para ayudar?- Pregunta la abeja que estaba muy asustado, volaba de un lado para el otro y era bastante molesto. Después de un rato, la abeja desciende al suelo y muerde la mano de su tamer, lo que produce una pequeña reacción en el, moviendo un poco el brazo. -¿Esta bien? Reacciono, creo que esta bien-
-¿Qué haces? ¿va a estar bien? ¿Qué puedo hacer para ayudar?- Pregunta la abeja que estaba muy asustado, volaba de un lado para el otro y era bastante molesto. Después de un rato, la abeja desciende al suelo y muerde la mano de su tamer, lo que produce una pequeña reacción en el, moviendo un poco el brazo. -¿Esta bien? Reacciono, creo que esta bien-
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
El cuchillo se empañó levemente, lo que significaba que no tendría que hacerle presión en el pecho. Con un gruñido, pasé los brazos por debajo suyo y lo levanté de un impulso. Trastabillé hacia atrás un poco, pero enseguida recuperé el equilibrio y caminé hacia la casa.
- ¿Cómo te llamas ahora?-pregunté al digimon, dando un resoplido.
Me di toda la prisa que pude, no podía perder ni un minuto más, debía de llevarle a su casa y allí tratarle. Tenía una ligera idea de qué hacer, pero era tan solo eso, una idea. Ni siquiera sabía si saldría bien, pero debía intentarlo. Pronto, la cabaña se hizo visible a lo lejos, por lo que hice un último esfuerzo y esprinté hasta llegar dentro. Entré en el salón rapidamente, sin quitarme ni siquiera la botas para ello, y deposité el cuerpo de Kenshi sobre el futon.
- Kenshi...-murmuré, con el ceño fruncido por la preocupación-. Perdóname por esto... Biohybrid DNA... Charge!-el digisoul negro me envolvió en cuanto dije las palabras y golpeé el digivice por la parte de arriba.
De nuevo, mi cuerpo brilló intensamente, transformandose en un digimon, pero no el mismo. No me transformé en la leona, ni en el demonio. Ni siquiera en la serpiente o en la guerrera oscura. Me encogí en una postura fetal, abrazándome a mí misma, mientras que, de entre mis omóplatos, nacían dos protuberancias negras que fueron creciendo rápidamente hasta convertirse en dos enormes alas emplumadas. Mi cabello se oscureció hasta el punto de volverse completamente negro, y mis ojos se tornaron tan dorados y brillantes como el sol.
- Kenshi...-murmuré cuando el brillo remitió y se me pudo ver tal como era: un ángel de alas negras, con una armadura dorada y ligera.
Me mordí el labio inferior, indecisa, y me miré las manos. Estas chisporroteaban a un solo pensamiento mío, pero no sabía si el voltaje sería demasiado alto para Kenshi, por lo que al principio, solo llevé un dedo chisporroteante al pecho de Kenshi, y toqué con la yema la piel del chico.
- ¿Cómo te llamas ahora?-pregunté al digimon, dando un resoplido.
Me di toda la prisa que pude, no podía perder ni un minuto más, debía de llevarle a su casa y allí tratarle. Tenía una ligera idea de qué hacer, pero era tan solo eso, una idea. Ni siquiera sabía si saldría bien, pero debía intentarlo. Pronto, la cabaña se hizo visible a lo lejos, por lo que hice un último esfuerzo y esprinté hasta llegar dentro. Entré en el salón rapidamente, sin quitarme ni siquiera la botas para ello, y deposité el cuerpo de Kenshi sobre el futon.
- Kenshi...-murmuré, con el ceño fruncido por la preocupación-. Perdóname por esto... Biohybrid DNA... Charge!-el digisoul negro me envolvió en cuanto dije las palabras y golpeé el digivice por la parte de arriba.
De nuevo, mi cuerpo brilló intensamente, transformandose en un digimon, pero no el mismo. No me transformé en la leona, ni en el demonio. Ni siquiera en la serpiente o en la guerrera oscura. Me encogí en una postura fetal, abrazándome a mí misma, mientras que, de entre mis omóplatos, nacían dos protuberancias negras que fueron creciendo rápidamente hasta convertirse en dos enormes alas emplumadas. Mi cabello se oscureció hasta el punto de volverse completamente negro, y mis ojos se tornaron tan dorados y brillantes como el sol.
- Kenshi...-murmuré cuando el brillo remitió y se me pudo ver tal como era: un ángel de alas negras, con una armadura dorada y ligera.
- Spoiler:
- Las alas son de esa envergadura, pero la armadura es la de la chica de abajo del todo.
Me mordí el labio inferior, indecisa, y me miré las manos. Estas chisporroteaban a un solo pensamiento mío, pero no sabía si el voltaje sería demasiado alto para Kenshi, por lo que al principio, solo llevé un dedo chisporroteante al pecho de Kenshi, y toqué con la yema la piel del chico.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
-FunBeemon… creo- Responde la abeja ante la pregunta de la chica a quien intenta seguirle el paso hasta llegar a la casa, ya ahí, la abeja entra a la cocina rápidamente y sale con una waffle que come lentamente mientras ve como Zayyn digievoluciona para hacer un ultimo intento en hacer que reaccione.
No soñé nada mientras estuve inconsciente, lo recuerdo como dos segundos de oscuridad desde que caigo al suelo hasta que despierto violentamente ante la descarga eléctrica, mis músculos se tensan y mi cuerpo se curva ante la descarga, como si fuese el impacto de un desfibrilador, abro los ojos y tomo una gran bocanada de aire cuando despierto, lo primero que veo es un ángel de alas y cabello negro. Ya para cuando la corriente eléctrica cesa ya puedo moverme y recupero la total conciencia. -¿Estoy muerto?- Es lo primero que digo mientras veo al ángel, estaba asustado ante la posibilidad de haber muerto por las garras de ese gato gigante aunque lo que mas me preocupa son Puroromon y Zayyn. Sin embargo siento que algo se me pega al cuerpo y no logro ver bien que es. -¡Estas bien, me preocupe mucho!- Dice FunBeemon mientras me abraza aun teniendo el Waffle entre dos de sus manos.
No soñé nada mientras estuve inconsciente, lo recuerdo como dos segundos de oscuridad desde que caigo al suelo hasta que despierto violentamente ante la descarga eléctrica, mis músculos se tensan y mi cuerpo se curva ante la descarga, como si fuese el impacto de un desfibrilador, abro los ojos y tomo una gran bocanada de aire cuando despierto, lo primero que veo es un ángel de alas y cabello negro. Ya para cuando la corriente eléctrica cesa ya puedo moverme y recupero la total conciencia. -¿Estoy muerto?- Es lo primero que digo mientras veo al ángel, estaba asustado ante la posibilidad de haber muerto por las garras de ese gato gigante aunque lo que mas me preocupa son Puroromon y Zayyn. Sin embargo siento que algo se me pega al cuerpo y no logro ver bien que es. -¡Estas bien, me preocupe mucho!- Dice FunBeemon mientras me abraza aun teniendo el Waffle entre dos de sus manos.
Kenshi Haibu
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29
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
En cuanto mi dedo rozó el cuerpo de Kenshi, este dio una sacudida, curvándose con el pecho hacia arriba. Me asusté por un momento, pensando en que el remedio había sido peor que la enfermedad... pero cuando me percaté de que había abierto los ojos, casi doy un salto de alegría. Sonreí ampliamente y lo abracé, junto con FunBeemon. Una escena graciosa, sin duda, dos digimons abrazando a un humano con fuerza y alegría. Sin duda, muy irónico en mi caso.
- Estás bien...-dije, aliviada. De verdad que había conseguido quitarme un peso de encima. Había sido mi culpa que se hubiese hecho daño, pero había conseguido enmendar mi error y salvarle-. Siento haberte asustado, lo siento mucho...
Y entonces, sin pensar en lo que hacía, cogí su rostro con ambas manos y lo besé. Ahí, ¡halaaaa, a la aventura! ¡Viva la fiesta y viva Zayyn, que es gilipollas! Realmente no se por qué lo hice, pero fue como un acto reflejo, como si lo hubiera necesitado. Sin embargo, cuando me percaté de lo que había hecho, me separé rápidamente, con el rostro de nuevo rojo de la vergüenza, y mi primer instinto fue envolverme un poco con las alas. Quizás así pensaba que me protegería de nuevo contra esos sentimientos... Pero obviamente iba a estar equivocada.
- Estás bien...-dije, aliviada. De verdad que había conseguido quitarme un peso de encima. Había sido mi culpa que se hubiese hecho daño, pero había conseguido enmendar mi error y salvarle-. Siento haberte asustado, lo siento mucho...
Y entonces, sin pensar en lo que hacía, cogí su rostro con ambas manos y lo besé. Ahí, ¡halaaaa, a la aventura! ¡Viva la fiesta y viva Zayyn, que es gilipollas! Realmente no se por qué lo hice, pero fue como un acto reflejo, como si lo hubiera necesitado. Sin embargo, cuando me percaté de lo que había hecho, me separé rápidamente, con el rostro de nuevo rojo de la vergüenza, y mi primer instinto fue envolverme un poco con las alas. Quizás así pensaba que me protegería de nuevo contra esos sentimientos... Pero obviamente iba a estar equivocada.
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Sorpresivamente soy abrazado por el ángel y además por una abeja gigante, quizás estaba soñando o alucinando. Sin embargo la sorpresa no termina ahí, de pronto el ángel me toma del rostro y me besa, fue sorpresivo sin embargo no puedo decir que no me gustara y al igual que ella, me ruborizo instantáneamente. Luego la chica alada retrocede con el rostro rojo y aparentemente intenta esconderse envolviéndose en sus alas.
-Estoy feliz de que despertaras padre- Dice la abeja gigante, palabras que también me impresionan, pero que luego de un tiempo me hacen entender, la abeja gigante era Puroromon quien seguramente digievoluciono. -¿Plutón?- Digo después de darme cuenta de la identidad del insecto quien confirma mis sospechas haciando una señal afirmativa con la cabeza. Aun me falta saber quien es el ángel, pero tengo una pequeña sospecha. -¿Zayyn?- Pregunto mientras miro a la chica alada y antes de que ambos pudiésemos decir algo, FunBeemon interviene -¡Si! Es Zayyn, ella puede cambiar de forma ¡es increíble!- Dice felizmente el insecto.
-Estoy feliz de que despertaras padre- Dice la abeja gigante, palabras que también me impresionan, pero que luego de un tiempo me hacen entender, la abeja gigante era Puroromon quien seguramente digievoluciono. -¿Plutón?- Digo después de darme cuenta de la identidad del insecto quien confirma mis sospechas haciando una señal afirmativa con la cabeza. Aun me falta saber quien es el ángel, pero tengo una pequeña sospecha. -¿Zayyn?- Pregunto mientras miro a la chica alada y antes de que ambos pudiésemos decir algo, FunBeemon interviene -¡Si! Es Zayyn, ella puede cambiar de forma ¡es increíble!- Dice felizmente el insecto.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Sacudí la cabeza, intentando, sin éxito, olvidar lo del beso. ¡En qué momento se me ocurrió hacerlo, de verdad!, fue lo que pensé. Sin embargo, retiré un poco las alas para mirarle cuando pareció reconocernos a los dos. Con FunBeemon lo veía fácil, porque al fin y al cabo, seguía siendo una abeja; pero yo había pasado de ser una humana, a algo parecido a un ángel.
- Hola...-dije cuando me nombró. Alcé la mirada y clavé mis ojos dorados en los azules de él-. Yo... Siento haber... hecho eso...
Volví a sonrojarme y a mirar para otro lado, azorada. Él también estaba rojo, pero por mi culpa, pues había "allanado" su espacio vital al acercarme tanto él y plantarle un morreo en los labios, algo por lo que, por cierto, aún seguía preguntándome el motivo.
- Me alegro de que estés bien... Tuve que evolucionar para ayudarte, porque no despertabas. M-me asusté, nos asustamos. Fue una idea tonta, pero al final dio resultado...
- Hola...-dije cuando me nombró. Alcé la mirada y clavé mis ojos dorados en los azules de él-. Yo... Siento haber... hecho eso...
Volví a sonrojarme y a mirar para otro lado, azorada. Él también estaba rojo, pero por mi culpa, pues había "allanado" su espacio vital al acercarme tanto él y plantarle un morreo en los labios, algo por lo que, por cierto, aún seguía preguntándome el motivo.
- Me alegro de que estés bien... Tuve que evolucionar para ayudarte, porque no despertabas. M-me asusté, nos asustamos. Fue una idea tonta, pero al final dio resultado...
Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
-¿Cómo es posible… que puedas transformarte?- Digo mientras me acerco un poco a la chica, quería hablar acerca de lo que paso hace unos instantes, pero no me parecía indicado teniendo a mi Digimon cerca, el que aun veo como un bebe, a pesar de que ahora se ve y habla como si estuviese mas grande. Giro la cabeza para ver a Plutón comer un waffle, cosa que me daba la excusa perfecta. -En la cocina hay mas, puedes comer los que quieras- Apenas digo eso, FunBeemon vuela velozmente para entrar a la cocina y empezar a devorar los waffles, ya teniéndolo lejos, le regreso la mirada a Zayyn. -¿Están los dos bien, que paso?- Digo acercándome mas a la chica alada y la mira curioso, no me cabe en la cabeza el como puede transformarse de esa forma, aunque una respuesta lógica seria algo relacionado a los Digimon, si eso se puede considerar lógico. -¿Como puedes hacer eso? Es increíble…- Digo mientras extiendo una mano para tocar las alas de plumaje negro de la chica. -Emm… no quería tener a Plutón cerca para hablar de esto por que aun es… o para mi aun es pequeño… emm… ¿Por qué me besaste?- No sabia si lo había preguntado bien o si eso es algo que se debe preguntar, pero es una duda que quiero aclarar, aun mas por que creía que a ella solo le gustaban las chicas, supongo que hay todo tipo de personas.
Kenshi Haibu
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Re: Aokigahara: el Bosque del Suicidio
Supuse que Kenshi estaría a punto de lanzarme una lluvia de preguntas, y no le culpaba. Primero mi extraña transformación y después lo el beso. En fin, no tenía ganas de responder a ninguna, pero sabía que Kenshi no se daría por vencido. Pronto llegó la primera de las preguntas obligadas.
- Ya te dije que yo no era lo que parecía...-respondí, cruzandome de brazos y mirando para otro lado.
Se acercó a mí, posiblemente para ver mejor mi aspecto y examinarlo. Se detuvo a medio camino para mirar a Plutón, sin embargo, y sospeché que él lo que queria era hablar a solas. De manera sutil, el chico consiguió que la abeja volara rauda al interior de la cocina. Así estaríamos más cómodos tanto Kenshi como yo. En ese instante, el humano volvió a acercarse a mí, con curiosidad, y retomó laa carrera de preguntas por la de que si estábamos bien y la de qué había pasado.
- La leona que viste era yo. No iba a hacerte nada, pero al intentar escapar te caíste y te golpeaste en la cabeza. Luego aparecieron los Bakemons de la noche pasada, pero conseguí deshacerme de ellos. Finalmente, la abejita y yo te trajimos hasta aquí, y logré que te despertaras...
Lo miré a los ojos, de manera algo recelosa por su curiosidad, pero sabía que era algo normal que actuara así. Podría haber visto a muchos digimons, pero el que una humana pudiera transformarse en uno... Debía de ser una auténtica locura para él. De modo que, lentamente, traté de explicárselo.
- Mi padre era un científico-comencé-. Antes de que naciera, cuando era apenas un feto de tres semanas, me implantó ADN digimon en el mío propio... Soy un biohybrido, tengo una línea evolutiva completa en mis genes, y por eso puedo transformarme...
Suspiré, ya habiéndolo soltado, y miré su mano acercarse a mis alas. Mi primer instinto fue apartarlas, por temas de sensibilidad y eso, pero después dejé que tocara las suaves y negras plumas. Alcé la mirada de nuevo, pero la aparté enseguida en cuanto Kenshi me preguntó por el beso.
- Err...-volví a sonrojarme-. Estaba asustada, pensé que te ibas a morir, y por eso me alegré tanto de que despertaras...
Entrelacé los dedos de las manos, nerviosa. Ni siquiera yo sabía el motivo de lo que había hecho en realidad. Había sido... no sé, un acto instintivo. No me había preocupado por las consecuencias de mis acciones.
- Ya te dije que yo no era lo que parecía...-respondí, cruzandome de brazos y mirando para otro lado.
Se acercó a mí, posiblemente para ver mejor mi aspecto y examinarlo. Se detuvo a medio camino para mirar a Plutón, sin embargo, y sospeché que él lo que queria era hablar a solas. De manera sutil, el chico consiguió que la abeja volara rauda al interior de la cocina. Así estaríamos más cómodos tanto Kenshi como yo. En ese instante, el humano volvió a acercarse a mí, con curiosidad, y retomó laa carrera de preguntas por la de que si estábamos bien y la de qué había pasado.
- La leona que viste era yo. No iba a hacerte nada, pero al intentar escapar te caíste y te golpeaste en la cabeza. Luego aparecieron los Bakemons de la noche pasada, pero conseguí deshacerme de ellos. Finalmente, la abejita y yo te trajimos hasta aquí, y logré que te despertaras...
Lo miré a los ojos, de manera algo recelosa por su curiosidad, pero sabía que era algo normal que actuara así. Podría haber visto a muchos digimons, pero el que una humana pudiera transformarse en uno... Debía de ser una auténtica locura para él. De modo que, lentamente, traté de explicárselo.
- Mi padre era un científico-comencé-. Antes de que naciera, cuando era apenas un feto de tres semanas, me implantó ADN digimon en el mío propio... Soy un biohybrido, tengo una línea evolutiva completa en mis genes, y por eso puedo transformarme...
Suspiré, ya habiéndolo soltado, y miré su mano acercarse a mis alas. Mi primer instinto fue apartarlas, por temas de sensibilidad y eso, pero después dejé que tocara las suaves y negras plumas. Alcé la mirada de nuevo, pero la aparté enseguida en cuanto Kenshi me preguntó por el beso.
- Err...-volví a sonrojarme-. Estaba asustada, pensé que te ibas a morir, y por eso me alegré tanto de que despertaras...
Entrelacé los dedos de las manos, nerviosa. Ni siquiera yo sabía el motivo de lo que había hecho en realidad. Había sido... no sé, un acto instintivo. No me había preocupado por las consecuencias de mis acciones.
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