[Chile (Olmué)] Una chica con cabello rojo.

Era el fin de semana y siempre me gustaba salir de casa en estos días. Hoy era el turno de ir a La Campana, una de las montañas las altas de esta zona. Si bien era un lugar muy visitado, por su amplio terreno rara vez te encontrabas con grupos distintos en el camino. - Vamos Koromon, podrás escalar todo como un Agumon y cuando lleguemos a la cima tendrás que volver a ser un Koromon. - esta idea le gustaba a medias, ya que había pasado mucho tiempo como un Koromon.

-De acuerdo, pero si no hay gente allá arriba seguiré como Agumon. - Koromon viajaría en mis brazos hasta que entráramos lo suficiente entre los arboles y arbustos.

- claro, claro, lo que tu digas. - era un día despejado, por lo que muy probablemente la cima estuviera atestada hasta las 16:00 y comenzaran los descensos.

Ya estábamos adentrados lo suficiente y por la vegetación no se podía ver por donde comenzamos el ascenso. - Muy bien, si quieres ahora puedes transformarte en un A... - Koromon salto de mis brazos y se puso a brillar como lo hace cuando se transforma en Agumon.

- ¡Aaahh! - Lo que toco el suelo fue una pata de reptil de color Naranja. - llevaba tanto tiempo con esa forma. -

-Disfruta mientras puedas, porque más arriba volverás a ser un Koromon. - continuamos el ascenso  entre los árboles.

Después de dejar Valdivia, Beelkomon y yo viajamos hacia el norte. Ni idea de por qué, quizá tan solo pretendíamos recopilar información, ver si por allí había alguna pista. Normalmente, ese gran viaje cruzando prácticamente todo el país podría haber durado varios dias en nuestras circunstancias, pero la moto de la motera era muy veloz, y pronto llegamos a un lugar bastaste habitado por la naturaleza. Una montaña sobresalía de otras cuantas, y por curiosidad le ordené a mi compañera que se acercara allí, y esta, sin rechistar, llevó la moto por allí.

Así que, gracias a eso, ahora estábamos allí, perdidas, sin ni puta idea de cómo salir de ese lugar. No podía enfadarme con Beelko, ella solo había cumplido órdenes, y por eso estaba frustrada. Pretendía vengarme, y a la primera de cambio, voy y me pierdo.

- Eres un genio, Zayyn-gruñí, cruzada de brazos.

La motera soltó una risita a mi lado, pero dedigievoluciono en BlackGatomon y se sentó en el suelo, esperando a que la moto que tenía en su etapa mega terminara por desaparecer, ya que aun no la necesitaba ya. Soltó un "Empezamos bien". Ante eso, me di la vuelta para mirarla.

- Perdidas en un bosque, a los pies de una montaña. ¿Te parece gracioso? Quizás hubieras preferido estar en el fondo del océano, o a lo mejor sin haberme encontrado. ¡Seguro que te iba mejor que ahora!-repliqué, molesta.

Con Agumon continuábamos el ascenso, y por suerte no nos habíamos topado con ningún humano de momento. - Vamos Agumon... si sigues con ese paso llegaremos a la cima cuando oscurezca... - Comenzamos a hablar con dificultad.

- ¿No... podría... simplemente... convertirme... en Greymon...? - De los dos Agumon era el que más jadeaba. - Así podría... avanzar más... en pocos pasos... -

- ¿y arriesgarnos a que sobresalgas por las copas de los árboles? - Me detuve en una roca para mirar hacia atrás a Agumon. - ni de broma, será mejor que sigas como un Agu... -

- ¿Que pasa... porque... te callas...? - Agumon llego a la roca y se dejo caer en ella.

- ¡Shhh! ¿no escuchas eso? - Estaba detenido con una cara de extrañeza.

- ¿Que...? - Agumon respiraba dificultosamente

- Suena... como el motor de una motocicleta... -

- y creí que a mi me zumbaban los oídos... -

- ¡ven, sígueme! - sin esperar respuesta de Agumon Corrí en la dirección en que provenía el sonido.

- ¡Esperaaa! - Agumon se levanto de la roca y corrió detrás mio

La gata negra puso los ojo en blanco ante mi evidente molestia. Pero, ¿qué quería? Estaba tratando de reunir información para poder empezar a moverme, y lo primero que conseguía era perderme. No es lo que se dice un muy buen comienzo, que digamos.

- Demonios...-gruñí, sentándome sobre una roca-. Si tuviésemos unas alas podríamos sobrevolar el lugar hasta un sitio fuera de este maldito bosque...

- De echo puedes, nya~-respondió para mi sorpresa Black, mientras se lamía las patas para limpiárselas-. Tienes en total tres evoluciones que vuelan: Etapa mega, etapa cambio de modo y evolución muerta.

Ya había oído hablarle de la mega y el cambio de modo. Esta primera, solía ser la etapa más poderosa de un digimon, pero había algunos casos extremos, digimons muy poderosos, que eran capaces de tener un plus de poder durante un corto período de tiempo. A eso se le llamaba cambio de modo. Sin embargo, de la última evolución, BlackGatomon aún no me había hablado, y quizá fuese por eso, o por la denominación de dicha evolución, que me trajo curiosidad. Levanté la mirada y la miré con ojos entornados.

- ¿Y eso qué es?

- Cierto, no te hablé de eso. Uhm... -la gata dejó de limpiar su pelaje para frotar con una pata su barbilla, pensativa y mirando las copas de los árboles. Imagino que se estaría pensando la forma en como contarme lo siguiente-: Verás. Hace tiempo, y por muy increíble que parezca, tú mataste a alguien-parpadeé varias veces sorprendida. Podía sonar un poco a inocencia, pero no me habría imaginado que le hubiese quitado la vida a alguien-. De echo... hasta ahora has matado a muchos, pero ese alguien era un niño elegido... Debido a que has arrebatado una vida, tu alma se agrietó, por alguna forma, desbloqueándote una nueva evolución para seres que, como tú, tuvieron el placer de aniquilar vidas en alguna ocasión. Esa evolución, se llama Scathmon, y en el pasado te ha supuesto en varias ocasiones un problema, aunque finalmente conseguisteis mantener una tregua.

- ¿Por qué era un problema?-Es decir, era una evolución, y por lo que me decía, parecía bastante poderosa. ¿Qué problema había en ello? ¿Quizás alguna limitación de poder, o alguna restricción que me hiciera sufrir efectos secundarios?

- Te poseía, y no dejaba que tú tomaras el control de tu cuerpo.

<< ¡Bah! ¡Esas son sandeces! >>Dijo una voz nueva en mi mente, más oscura y siniestra, que me hizo dar un bote en el sitio<< Al final quedamos en el acuerdo de que mientras mataras a alguien de vez en cuando, no habría problemas >>Al parecer, esta nueva voz era esa Scathmon, y al parecer también, ella no había olvidado nada.

Abrí al boca para decir algo, pero algo me hizo enmudecer. BlackGatomon se había erguido en su sitio, mirando fijamente en una dirección. Movía las orejas y el rabo.

- Viene alguien.

Entorné los ojos al instante, y al momento le ordené que se subiera a un árbol para esconderse, mientras yo simplemente desaparecía a la vista gracias a cierta habilidad que había descubierto hace poco del colgante que pendía de mi cuello. Me acuclillé en el interior de un arbusto y desenvainé las espadas por sí teníamos que pelear.

OFF:

Lo que está en negrita es lo que utilizo.

RUNA JERA:

Una runa con el signo de Jera grabado en ella. La runa Jera, al igual que la runa Kena, se asocia a la diosa madre Hertha o Nerthus, diosa femenina que personifica La Tierra. Jera representa "el cambio"; generalmente un cambio positivo. Este cambio es la recompensa permanente que llega luego de haber pasado por las adversidades. El trabajo duro será recompensado. Jera es vista como una runa que apunta hacia adelante, que hace referencia a una resolución positiva que tendrá lugar en el futuro. Significado Invertido: Jera no puede ser invertida.

Piedra rúnica entregada por los dioses a la familia de Zayyn, solo reacciona a los de ese linaje. Hecha de Chrome Digizoid plateado. El cordón es de cuero negro. Este colgante le permite a Zayyn desbloquear los ataques que hubiera tenido en su forma rockie de haber sido un digimon completo.

- Chameleon: Zayyn obtiene las habilidades de un camaleón: camuflaje, percepción de 360 grados (sus ojos siguen igual, lo que ha cambiado es que siente levemente lo que sucede a su alrededor) y facilidad para escalar. Funciona hasta que lo desactiva. En este estado no puede atacar, y cuando esta camuflada no puede usar la percepción.

- Fotosíntesis: Para efectuarlo ha de colocarse de cara al Sol con el objetivo de absorber la energía solar para utilizarla, ya sea para curarse o para aumentar estadísticas (agilidad y fuerza), ambas utilidades al 50% (se cura el 50% de las heridas y le aumenta esas estadísticas un 50% más, aunque ambos beneficios se realizan individualmente a voluntad de Zayyn, y no a la vez).

La runa, para que funcione, debe activarse diciendo: "Jera activada". Entonces el símbolo grabado emitirá un suave y breve brillo antes de apagarse de nuevo. Para desactivarla solo hay que decir: "Jera desactivada".

Los beneficios de los dos ataques solo los ganará ella (no puede curar a otros, ni aumentar las habilidades a otros que no sean ella misma)

habíamos corrido entre los arboles y arbustos, y ahora nos encontrábamos en un pequeño claro. - La fuente del sonido no debe estar lejos... - Si bien el ruido de motor duro unos segundos, estaba seguro que venia de esa dirección.

- ¡Déjame descansaaaaar!... - Agumon estaba poco más arrastrándose para llegar a una roca. - Si hubiera sabido que tendríamos que caminar tanto me hubiera quedado como un Koromon. -

- No te quejes, siempre dices que quieres permanecer más como Agumon porque extrañas caminar por tu cuenta. - Las esperanzas de encontrar la fuente del sonido se iban agotando. - Ahora cierra la boca y continuemos con... - En el suelo a unos dos metros de mi estaban unas marcas de unos neumáticos.

- ¡¿Y ahora porque te quedas callado?! - Siempre pasaba que me quedaba con la mitad de la oración en la boca cuando veía algo fuera de lo normal.

- Marcas de ruedas... - Por el tamaño no correspondían ni a bicicleta ni a las de un automóvil.

Agumon estaba tranquilizo su respiración a lo que sería normal para él. - ¿Y eso es raro? a mi también me gustaría subir con uno de esos vehículos humanos... - Inhalo a fondo y tenso todos sus músculos. - Huele... huele a Biohybrido... -

- ¿Seguro? La ultima biohybrida que vimos estaba en Tokio... - Era imposible para mi olvidarme de ella.

-Si... estoy seguro...  y eso no es todo... también detecto el aroma de un Digimon normal. - Agumon miraba en todas las direcciones para ver si alguien entraba en el claro con nosotros.

No tuvimos que esperar mucho para descubrir que nuestra repentina compañía era un humano y un pequeño dinosaurio anaranjado, un digimon. Fruncí el ceño, ya era la segunda vez que me topaba con un niño elegido, y comenzaba a preguntarme si era mera casualidad, un capricho del destino, o estaba de alguna forma planeado. El chico era alto, de cabello negro y ojos igual de oscuros, y parecía ser más joven que yo. El Agumon... bueno, todos los digimons eran iguales, no creo que hiciera falta describirlo.

Los observé mirando entre las hojas durante unos segundos, porque evidentemente, algo les había llevado hasta aquí, algo como las ruedas de la moto de Beelko. Esperé a que se acercaran y gracias a eso, pude escuchar la conversación que mantenían... Vaya... No sólo habían descubierto que alguien había llegado hasta allí, sino que además habían captado mi olor y el de BlackGatomon.... Admirable... Ya no había razón alguna para esconderse.

Dando un impulso, salí velozmente del arbusto, perdiendo así la invisibilidad, y enarbolando una de las espadas. Me acerqué al humano, casi siendo apenas un borrón veloz que se movía, y le coloqué la parte plana de la hoja de la espada bajo el cuello, obligando al chico a alzar la barbilla.

- Me descubriste, qué inteligente-BlackGatomon bajó del árbol y se reunió conmigo, tranquilamente, sin preocuparse por el Agumon al que superaba por un nivel-. ¿Qué hace un humano tan perdido por aquí?

- ...-BlackGatomon olfateó entonces en dirección al humano, con el ceño fruncido. Sus ojos se volvieron más salvajes que antes-. Zayyn...-musitó en apenas un susurró, inaudible para un humano corriente, pero captable para un biohybrido como yo.

Todo fue tan rápido que no me dio tiempo de pensar en nada. Una mancha roja salio a toda velocidad desde un arbusto, y acto seguido tenia a una chica amenazándome con una espada. - La curiosidad mató al gato... sin ofender... - La mancha roja que vi en un principio correspondía a su cabello, tenía los ojos de un verde muy brillante. - ¿Perdido? - Al parecer no sabia donde se encontraba. - ¿crees que estamos perdidos? - No debía decir nada estúpido si quería salir entero de esta. - Hemos venido a escalar el cerro como todo el mundo...

Agumon estaba perplejo, no sabia si correr de las atacantes o embestir contra ellas.

El Gatomon de la chica estaba olfatearme y movió los labios como si pronunciara algo que no podía escuchar. Vi un momento de flaqueo y deslice mi mano en mi Bolsillo para sacar mi Digivice por si Agumon tenia que transformarse.

Miré a BlackGatomon un momento, por el rabillo del ojo, al darme cuenta de que algo le había llamado la atención. No aparté la espada del muchacho, al parecer me había movido tan rápido que no habían sabido como reaccionar, pero eso no era lo que me interesaba, solo quería saber si ese chico era el tal Samuel. BlackGatomon me había dicho que este tenía a un agumon como compañero, y el que se encontraba frente a mí iba junto a uno.

- El humano huele a ella.

Desvié rápidamente mi mirada hacia BlackGatomon, perpleja. ¿Olía a ella? ¿A Natasha? Parecía que la suerte al fin me sonreía, tenía frente a mí una manera de llegar hasta ella, y desde luego no la iba a echar a perder. Retiré la espada y la enfundé de nuevo, retrocediendo un paso y alzando las manos en son de paz, mientras sonreía calmadamente al humano y a su compañero.

- Perdón, perdón... Me pensaba que eras otra persona...-BlackGatomon me miró, curiosa, pero trató de relajarse y colocarse en mi lado para no violentarlos por atravesar su espacio vital-. Alguien me perseguía y pensé que eras tú. Siento haberos asustado-improvisé rápidamente.

El BlackGatomon dijo algo al mover los labios esta vez. ¿Ella? ¿a quien se refieren? la ultima chica que estuvo cerca mio fue... Natasha...

Ahora la chica desvió completamente la mirada a su compañera, oportunidad que aproveche para sacar completamente el dispositivo y sujetarlo con fuerza en mi palma.

La muchacha retiro la espada de mi garganta y la enfundo nuevamente. - Creo que hoy e tenido suerte... - Mi manzana de Adán subió y bajo por lo próximo que estuve de morir.

Su cambio de actitud no me daba buena espina.  - ¿Quien te persigue? - Si bien no confiaba en ella, podía equivocarme con respecto a su persona.

Aún parecía que el chico seguía sin fiarse de mí, y no me extrañaba nada después de haberle amenazado con mi espada.

- Bueno-dije, sonriendo y rascándome la nuca, tratando de hacerme la despistada-. No sé cómo se llamaba, porque perdí la memoria, pero era un tipo así de alto y con el pelo negro. Además, perdí mis gafas y no veo bien, por eso te confundí con él. Lo siento-repetí-Yo soy Deirdre, y ella, Black. ¿Y vosotros?

Había decidido utilizar mi supuesto segundo nombre (Black me había dicho que en el pasado había odiado que me llamaran así, pero realmente me daba igual ahora), para que, si hablaba con alguien de mí, el otro no me reconociera, si es que lo habría hecho con el verdadero.

- Ehm... perdona. No he podido evitar escucharos antes. ¿Conoceis a otro biohybrida como yo? Al parecer, antes tenía una amiga bio, pero no se dónde podría estar...-torcí el gesto, en una mueca de abatimiento, y me acuclillé en el suelo, enterrando el rostro en las manos-. Solo quiero encontrar mi lugar, a mis amigos, a mis padres, a mis hermanos... Y no tengo manera de saber dónde o cómo son... Solo conozco los nombres que Black me ha dicho-emití un gemido al final, tratando de fingir angustia y desesperación.

- Deirdre...-Black decidió seguirme el juego, y plantó una patita en mi espalda para transmitirme ánimos. Las orejitas de la gata se doblaron hacia abajo, como si se sintiera triste-venga, no te agobies...

La chica se presento como Deirdre... ¿sería ese su verdadero nombre? - Mi nombre es Carlos... - Dude en darle mi verdadera identidad. - y el es Astaroth... - era una de las pocas veces que Agumon no se veía contento que lo llamara por su nombre.

Deirdre me pregunto sobre Natasha, mi corazón se acelero como si pudiera ver su muerte por las espadas de esa chica. - ¿Nos escuchaste hablar sobre una Bio? - Definitivamente no le diría nada sobre Natasha. - ¡Ah! ahora que lo recuerdo dijimos algo de una Bio... su nombre era.... ¿como dijo que se llamaba Agumon? -

Agumon sabia que no podía olvidar el nombre, para su Tamer fue como una revelación. - ¿Su nombre? ¿No se llamaba Ingrid?

- ¡Eso es! se nos presento como Ingrid y tenia un largo cabello castaño... - El corazón me daba saltos, intente controlarlo sin mucho éxito.

- Tal vez e visto a alguno de tus amigos... - Deirdre parecía quebrada, si era una actuación resultaba muy convincente.  - Dime alguno de los nombres y tal vez te diga donde encontrarlos... -

Torcí el gesto cuando me dijo que la biohybrida a la que habían conocido se llamaba Ingrid. Claramente me estaba mintiendo, ¿trataba de proteger a Natasha? No había sido buena idea amenazarlo, ahora posiblemente me tomaba por una psicópata o por una asesina, algo que no se alejaba de la realidad, pero tenía que guardar las apariencias.

- No.. no es ella-respondí apretando los dientes, mientras continuaba con la cara tapaba por las manos. Di un suspiro y me levanté de nuevo, con una expresión triste en el rostro-. Mis amigos se llamaban Natasha, Keilyn, Samuel... Ójala pudiera encontrarlos. Me siento muy perdida, y ellos podrían ayudarme...

Cogí a BlackGatomon en brazos y comencé a rascarle por debajo de las orejas, al tiempo que ella ronroneaba.

- Pero el chico huele a Natasha-dijo Black, mirando fijamente a Carlos-. ¿Seguro que no la has visto? Es rubia, de ojos azules, y tiene un acento ruso..

Fingí un sobresalto.

- ¿De verdad? ¿La conoces?-miré al tal Carlos, con un brillo de esperanza en los ojos ahora verdes por la luz del Sol-. Por favor, si la has visto... Me gustaría encontrarla, ella podría ayudarme... Era mi mejor amiga.

En realidad, no estaba mintiendo. Hablaba en pasado, pero parecía que hablaba en presente. Y si había estado en una relación conmigo, era normal que hubiésemos sido muy "amigas", ¿no?

Al escuchar de sus labios el nombre de Natasha un escalofrió recorrió mi cuerpo. - Lo lamento, no los conozco... - Empece a hacer memoria, la única mujer que me he topado era Natasha. Sobre Samuel el nombre me resultaba extrañamente Familiar. - Tal vez los e visto en alguna ocasión sin mucha conversación. -

Al parecer Black no me creía, porque seguía insistiendo. - Muchas mujeres pueden entrar en esa categoría... Por ejemplo, si fuera a Rusia la mayoría de las mujeres entrarían en tu descripción... Lamentablemente no la e visto... -

Agumon se aproximo lo más posible a mi. - Sera mejor que sigamos el ascenso... no quiero que me pille la noche en el bosque y que nos vuelvan a confundir. -Al parecer quería huir de ellas lo más rápido posible.

- Espera... ahora que lo pienso creo que el hermano de un amigo se llama Samuel... - Si no mal recuerdo Walter tenía un hermano con ese nombre.

Observé con interés la reacción del chico ante la mención de Natasha. Sin duda la conocía, Black no se equivocaba con los rastros de olor, o eso me había dicho. Pero al ver como se estremecía ante la sola mención de la rusa... Esa fue la prueba definitiva que necesitaba.

- Lástima, aunque habría jurado que la conocías, Black no suele confundirse con los olores-suspiré, haciéndome la abatida-. Bueno, en ese caso, tendré que ver si alguien puede decirme algo en algún lugar. Gracias de todas formas... y hasta la próxima.

Retrocedí unos pasos mientras me daba la vuelta para irme. De espaldas esbocé una misteriosa sonrisa, que también cabía demostrando que me divertía estar en esa situación, sabiendo perfectamente que me estaban ocultando la verdad. Sin embargo, no di ni dos pasos cuando Carlos habló de nuevo.

- ¿De verdad?-pregunté, volviéndome y mirándolo de nuevo-¿Y podrías decirme donde vive?

No había conseguido (por el momento) información de Natasha, pero a lo mejor al final no me iba con las manos completamente vacías.

- Veamos... Walter me dijo que era de Venezuela, de seguro vive ahí aun. - Estaba aliviado porque me dejara de preguntar por Natasha, pero no había pensado en el posible problema en el que metí a Walter. - No estoy seguro de la ciudad... ¿Tal vez era Miranda? - La verdad no recordaba donde me había dicho. - Lamento no poder ayudarte más... -

- Vamos, que quiero llegar pronto. - Agumon me apuraba para que no dijera nada más.

- De seguro el podrá decirte donde esta su hermano. - ¿Había puesto en peligro a un amigo por una chica? no, no lo creo... de seguro su hermano es amigo de ella como dice. - suerte con tu búsqueda. - Acto seguido me di media vuelta para continuar el ascenso por la pendiente.

Amplié mi sonrisa alegremente, tratando de darle un toque agradable para que no sospechara. Grabé a fuego en mi mente la localización que me dijo, aunque algo extrañada. ¿Si sospechaba de mí, por qué me había dado la dirección? Al final, lo único que se me ocurrió es que lo hizo para alejar todo lo posible a Natasha de mí... Pero vendía a su amigo por ella. ¿Es posible que estuviese enamorado de la rusa? << Aww... que tierno. Ya verás cuando lo use a mi favor... >>pensé, mientras dejaba a BlackGatomon en el suelo..

- ¡Muchas gracias! Ojala encuentre a Samuel allí-comencé a caminar para "irme" ya de allí, mientras me despedía de ambos con la mano izquierda, fingiendo estar feliz, contenta y satisfecha de haber obtenido al menos la ubicación de uno de ellos-. Si nos volvemos a ver, no dudes en pedirme cualquier cosa, ¿sí? ¡Hasta la vista!

Me introduje corriendo entre los árboles y arbustos, perdiéndome de su vista, pero no me alejé mucho. Escondida entre los matorrales, introduje a BlackGatomon en el digivice, e hice, siguiendo uno a uno los pasos que me había dicho Aeirmon, aparecer el digisoul, el cual era tan rojo e intenso como la sangre. Sin embargo, desde la ubicación del humano y del digimon sería imposible vislumbrarlo. << Repite conmigo... Biohybrid... >>

- Biohybrid digivolves to...-el digisoul se iluminó un poco hasta convertirse en una capa blanca que se disipó para dejar ver mi cuerpo ya cambiado-. Aeirmon...

Me miré las manos, curiosa, pero decidí que ya buscaría otro momento para examinar mi forma mega frente algún espejo. Con un movimiento de brazos, hice mío al elemento aire, obligándolo de manera no muy notoria a que soplase en mi dirección, para que así mi olor se perdiera y no pudiera ser olfateado por el Agumon.

Spoiler:

- Y ahora...-mi cuerpo volvió a brillar, tal como habría predicho el digimon de viento en mi mente. A los pocos segundos, yo quedaba transformada en una serpiente grande y escamosa-. << Aquatic evasion... >>

Spoiler:

Al instante, mi cuerpo se hizo tan translúcido, insípido e inoloro como el agua. Con un suspiró, comencé a moverme por el suelo, reptando, y siguiendo de nuevo al humano y a su digimon en silencio, tratando de no ser vista para intentar enterarme de algo más...


OFF:

* Aquatic Evasion: Se hace agua, por lo que los ataques fisicos le atraviesan sin dañarle. Cuando se encuentra en ese estado no puede atacar."

La chica se introdujo entre la vegetación, al parecer se veía contenta de poder obtener la ubicación de uno de sus "amigos". - Espero que a Walter no le pase nada... - Cada segundo que pasaba tenia el presentimiento de que estaba vendiendo a un amigo.

- ¿Le diste su ubicación como si nada y realmente esperas que este bien? - Agumon me regañaba por aquello. - Podría confundirlo con su hermano, y si resulta que no son tan amigos como ella dice... ¿Crees que se contendrá como lo hizo contigo?

Entre mis lamentos por lo que había hecho me di cuenta que  el viento cambio de dirección. - Mmm... esto es extraño... - No era normal que el viento corriera de esa forma en la ladera de una montaña. - Será mejor que no hablemos de "Ingrid" aún... -

-¿No quieres hablar de ella? Dios, si que estas asustado... -

- Es más... Agumon Evoluciona en Greymon para alejarnos lo más rápido de aquí. - Como aun tenia mi Digivice en la palma de la mano no tuve la necesidad de sacarlo.


El cuerpo de Agumon brillo como normalmente lo hacia, donde antes estaba el pequeño dinosaurio Naranja ahora estaba Greymon.

- Con esta forma llegaremos más rápido a la cima, y no por el nivel de follaje dudo que te vean. - Greymon me tomo y me coloco en su hombro. - ¡Vamos! - Grite mientras él corría en dirección a la cumbre.

Entorné los ojos, notando como tampoco ahora se relajaban ninguno de los dos, y escuchando cómo seguían hablando de Natasha por el nombre de "Ingrid". Idiotas, ya con eso me lo habían dicho todo. Ingrid era Natasha. ¿Se pensaban que era idiota o algo parecido, o es que eran tan crédulos como para pensarse que podían engañarme sin más? Resoplé, y al ver cómo el Agumon evolucionaba a un digimon de mayor tamaño me moví rápido, reptando por el suelo. Cuando estuve a una buena distancia, me erguí en toda mi magnitud y me mostré visible.

<< Aquatic shot >>Expulsé un potente chorro de agua de la boca que salió disparado hacia la espalda del digimon dinosaurio. Seguidamente, y para que no me vieran si se daban la vuelta, volví a hacerme agua que cayó al suelo con una silenciosa salpicadura sobre la hierba.

OFF:

* Aquatic Shot: Dispara un chorro de agua por la boca, el cual puede regular para hacerlo más fino o más grueso.

Greymon continuo el ascenso corriendo. - Sigue... quiero irme rápido... - Un golpe desequilibro a Greymon y por poco me derriba de su hombro. - ¡¿Que fue eso?! - Gire mi cabeza para ver de que se trataba, pero no veía nada, solo un chorro de agua que se estaba secando en la tierra.

- Por la potencia de eso claramente fue un ataque. - Greymon volvió a estabilizarse y continuo caminando. - Dudo que la naturaleza o un humano tenga un modo de lanzar agua a tal presión. -

- ¿Puedes oler a algún digimon? -

- ¿Con este viento? ni de broma... -

- ¿Crees que sea esa chica? - No sabia en que tipo de Digimon se podía transformar, ni cual fuera la línea evolutiva de su BlackGatomon.

- Es probable... de cualquier modo esta listo para usar nuevamente el Digivice... - Greymon quería evolucionar, pocas veces pasábamos este nivel y la ultima fue hace mucho.

- Parece que jugaremos al gato y el ratón... y esta vez seremos la presa... -

El chorro de agua dio de lleno al digimon anaranjado, confundiéndolos a ambos. Pero enseguida se recompusieron, mirando en todas las direcciones, buscando al autor de aquel extraño y repentino ataque. Supe muy bien que sabían que era yo quién les acosaba, pero no me importó. De echo, me había cansado de jugar y de ser "La buena de Zayyn". Me hice corpórea de nuevo a su espalda, mostrando todos los colmillos afilados como agujas en una amplia sonrisa pérfida. Solté un suave siseo, audible, pero antes de dejar que se dieran la vuelta, moví la cola de lado a lado, con fuerza, y lanzándolos unos metros más adelante.

<< Creo que debería practicar más eso de ser la buena... >>comenté, divertida, mientras me deslizaba hacia ellos para seguir jugando, como muy bien había dicho él, al ratón y al gato.

Mientras Greymon continuaba avanzando escuche un leve siseo - ¡¿que diablos a sido es... - Cuando intente girar mi cabeza para ver de que se trataba, algo nos lanzo unos metros más allá. - ¡Levántate! - Le dije a Greymon. - ¡Sera mejor que evoluciones a ultra! -

El aparato seguía en mi mano, si no fuera porque era algo especial de seguro se hubiera roto por la fuerza con que lo apretaba.


Greymon creció, parte de su cuerpo se volvió metálico y le salieron alas.

Me subió nuevamente a su hombro, con la esperanza de poder volar y escapar de una posible destrucción. - ¡MetalGreymon Vuela! - Normalmente hubiera preferido salir huyendo a pie, no aguantaba que mi compañero fuera visto por humanos normales... pero esta era una situación especial.

Observé la trayectoria que dibujaban el humano y el digimon al ser lanzados. Cuando noté que aterrizaban en el suelo con un buen golpe y destrozando varios árboles, me detuve junto a ellos, siempre emitiendo siseos serpenteantes. Con un brillo divertido presencié la evolución, y al instante también yo digievolucioné. No porque dudara de mis capacidades para vencerlo, de eso no tenía miedo; sino porque en modo serpiente dudaba que pudiera volar, y estaba al cien por cien segura de que Aeirmon si podría. Si no, ¿entonces para que tenía las alas? Alcé el vuelo, persiguiéndolos, moviendo las alas y la cola para mantener estabilidad en el aire. Era un poco extraño, pero no difícil. Pronto conseguí habituarme al moverme en el aire.

- Vamos, no es tan difícil decirme dónde está Natasha-dije, sonriendo levemente, interponiéndome rápidamente en su camino y cortándole el paso-. Solo quiero arreglar las cosas con ella.

Moví los dedos de mi garra derecha, creando en ella una corriente de aire, pero no era exactamente eso, parecía más bien un largo látigo de aire. Pues bien, ¿qué hice con él? Lo enredé en la garra metálica de su brazo izquierdo, y con las dos manos tiré de ella para desestabilizarlo. Seguidamente de eso, volé encima suyo, y con un puño le golpeé en la nuca hacia abajo.

- ¿No lo entiendes? No tienes otra opción. ¡Dime dónde está!-le grité, sonriendo de manera sádica.

Al emprender el vuelo pude percatarme que el Digimon nos seguía. - Debe de ser Deirdre... - No había otra opción. Me exigía saber donde estaba Natasha, por lo que mi mentira no la convenció. - ¡Nunca te diré donde esta! - No la traicionaría, ya había cometido el estúpido error de contarle sobre Walter y su hermano. Logro sobrepasar a MetalGreymon y nos corto el paso.- ¡De seguro quieres matarla con Samuel!... como intentas hacer ahora conmigo... -

Con el látigo que formo con el aire desestabilizo a MetalGreymon y con el golpe en la nuca logro botarme de su hombro. - ¡AAAGH! - Caía mientras veía como MetalGreymon intentaba restablecer el vuelo, aun no se daba cuenta de que no estaba en su hombro. - << ¿Esto es todo? >> - El único sonido que lograba escuchar era el del viento por caer. - << ¿Así es como moriré? >> - en mi mente vi a todas las personas que había conocido últimamente. Kor, Fary, Walter y ... Natasha... Una lagrima se elevo por mi mejilla. - << Si tan solo la pudiera ver por ultima vez... >> - Cerré mi puño con furia e impotencia, solo me faltaban unos 100 metros para tocar el piso y que me cabeza se destrozara como una sandia.

En ese instante MetalGreymon logra atraparme entre sus brazos, pero se ve muy debilitado. - Tiene el poder de un Mega... - Le era difícil hablar, como si estuviera agotado. - Tendremos que hacer un aterrizaje forzoso. - MetalGreymon choca contra los arboles, dejando un camino de destrucción a su paso.

Cuando vuelvo a abrir los ojos me encontraba en un surco gigante junto con Koromon... y el otro Digimon frente a mi.

- ¿Matarlos?-repetí, sonriendo, mientras observaba como el humano caía y caía. No... matarlos nunca, o al menos de momento. Pero me guardaría ese pequeño secreto conmigo, no iba a ser tan tonta como para contar mi plan. Eso solo lo hacen los malos de pacotilla que no tiene nada mejor que hacer que regodearse de sus presas antes de matarlas. Gran error.

El MetalGreymon prácticamente se lanzó a salvar a su tamer, perdiendo su interés en mi conpletamente. Revoloteé lentamente mi descenso para reunirme con ellos y seguir con nuestra "productova" conversación. Cuando los encontré, el humano estaba tirado en el suelo, y a unos metros de él su compañero yacía en su forma bebé.

- Pobrecito. Si me hubieras dicho antes lo que quiero saber, él no tenía por qué haber aguantado eso-sacudí la cabeza, resignada, mientras me dejaba caer al suelo y recuperaba mi forma humana- En fin, ¿vas a hablar o no? No tengo todo el día.

Desenvainé una de las espadas de la funda de mi espalda con un chirrido metálico. Sopesé la hoja un segundo, pero finalmente la clavé en una de las manos del chico, uniéndola al suelo. Después hice lo mismo con la otra.

- No es tan dificil de entender. Me dices su localización y yo te dejo en paz. Simple-suspiré, resignada, mientras me sentaba tranquilamente sobre su cuerpo, como regodeándome de él.

Estaba sin habla, el digimon que tantos problemas nos había traído resulto que si era ella. - ... - Por más que lo intentaba las palabras no salían de mi boca - << ¿Que voy a decir? >>  - De pronto la chica clavo una de sus espadas en mi mano. - ¡AAAAAAAAAAAGH! - El dolor recorrió mi cuerpo como si fuera electricidad. Después hizo lo mismo con la otra mano, y nuevamente el dolor me saco otro grito.

La chica se sentó muy relajada sobre mi cuerpo, como si pudiera pasar todo el día viendo el espectáculo. - << No le diré nada, no dejaré que acabe con Natasha. >> - Ya lo había decidido, la respuesta definitiva a sus preguntas estaba por salir de mis labios. - Ve... vete a la mierda... - El dolor ya era insoportable, todo mi mundo se iba a negro, y lo ultimo que logre ver fue a la chica sonriendo sobre mi cuerpo.

Aguanté sin mucho entusiasmo o reacción los dos escalofriantes gritos que dio, estímulo producido por haberle atravesado las manos con las espadas. Resoplé, aburrida e interpérrita, sin importarme sus quejidos. ¿Tenía que chillar tanto por dos pinchacitos de nada? En fin, lo mas molesto de eso es que si había alguien cerca, fácilmente podría escucharlo.

- Eres muy ruidoso.

Suspiré, y torcí el gesto cuando me mandó a fregar, pero no respondí. A fin de cuentas, la mierda humana estaba ahora debajo de mí, o eso fue lo que pensé en ese instante. Sin mero aviso, agarré una de las espadas y la saqué, posiblemente provocándole otro calambre de dolor de haber estado despierto. Pero al parecer ese chico no era de los que aguantan el dolor sin rechistar.

Me levanté, y saqué el otro arma. Ambas estaban manchadas de sangre y tierra, por lo que decidí limpiarlas en la misma ropa del chico desmayado. Luego las enfundé y miré con cierto desdén al humano.

- Saludaré a Natasha de tu parte.

Antes de irme, me crucé de brazos, mirando a mi alrededor con gesto aburrido. Al final decidí que ya no tenía nada que hacer en ese lugar, pero no me iba a ir sin más. Con un rápido movimiento, le propiné una patada de regalo en la nuca al chico, demostrando una vez más que no me interesaba lo que le ocurría. Poco después me alejaba de allí, saliendo del claro y transformándome poco a poco en el ángel caído que me correspondía por poseer la evolución muerta.

- ¿Carlos?... ¡Carlos despierta! - Una voz familiar me llamaba entre la negrura. - Debes despertar, por favor. - Parecía angustiada y provenía dese una tenue luz. - Por favor no mueras... - La voz comenzó a llorar, como si realmente estuviera apenado.

- << ¿Porque lloras? >> - Nada tenia sentido, me dolía la cabeza y no recordaba nada. - << ¿es acaso por mi? >> - Me estaba acercando a la luz que tenia un extraño brillo rosado. - << Estoy bien... Tal vez un poco adolorido pero bien... >> - La esfera de luz estaba frente a mi, levitando sin fuente aparente que la produjera. - << Por favor, deja de llorar >> - Como si la luz fuera de fuego la toque con miedo. - ¡COFF! ¡COFF! - Ahora el dolor era devastador, tanto en mis manos como en mi cabeza sentía punzadas.

- ¡Carlos! - ahora escuchaba mejor a la voz, como si hubiera despertado de un sueño. - ¡Estas vivo! -

Abrí los ojos, todo estaba muy borroso. - ¿Y mis lentes? - Al parecer había perdido mis lentes de contacto en algún minuto. - ¿Donde e dejado mis lent...? - Al girar para buscarlos, justo a mi lado había una pequeña bola rosada con ojos y boca. Lo primero que pensé es que se trataba de algún peluche, pero esos ojos tan cristalinos como si hubiera estado llorando me negaban esa hipótesis.  - ¡EH... EH...! - Estaba en pánico, iba a gritar del susto cuando la criatura me tapo la boca con sus orejas.

- ¡Carlos! ¡Soy yo! - Al ver la cara de susto de su Tamer, Koromon comprendió inmediatamente que estaba sucediendo. - ¿no me reconoces? ¡Soy Koromon! - Odiaba ser tratado como un individuo de la masa, como si no tuviera identidad propia. - Soy Astaroth... - Agrego apenado con la esperanza de que lo recordara por su nombre.

La bola rosada hablaba, tenia nombre y me conocía... ¿será amigable? - << Debe serlo... de lo contrario no hubiera esperado a que despertara. >> - De a poco mi cara de pánico fue desapareciendo y junto con eso Koromon como decía llamarse fue soltando sus orejas. - ¿Ko... Koromono? - Una punzada en mi nuca me hizo doblarme de dolor, como si el tan solo intentar recordarlo activara todos los receptores nerviosos.

- ¡Cuidado! No te sobre exijas. - Si su Tamer se sobre exigía recordar, podría caer en algún coma... o peor... - Sera mejor que regresemos a tu hogar... -

La punzada estaba desapareciendo, como si solo se activara al intentar recordar cosas. - ¿Mi hogar? - un leve dolor volvió a nublar mi mente. - ¿vives conmigo? -

- ¡Claro! es lo que hacen los Tamers y sus Digimons. - Parecía que Carlos no comprendía nada de lo que hablaba. - Vamos... te lo explicaré en tu casa. -

No podía arriesgar a mi familia a algo desconocido, ¿que pasaría si resulta que esto es peligroso? Pero parecía que me conocía bastante bien. - ...Quiero respuestas... - Mi mente estaba en blanco, y esa cosa era lo único que podría ayudarme.

Me incorporé dificultosamente, En mis manos tenia dos grandes tajos como estigmas y tenia miedo de que se me infectaran. - ¿Debo llevarte no? - Mi pregunta tubo una respuesta afirmativa por parte de la criatura, por lo que al tomarla entre mis manos la llene de sangre. - ... Disculpa, después te limpiaré... - Dije mientras comenzamos a descender por la ladera de la montaña.