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Susurros desde la escarcha...
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Susurros desde la escarcha...
Aquel día, cuando empezaba ya a atardecer, Mashury y yo empezamos a cruzar por una especie de paso helado entre dos montañas completamente blancas. Habíamos ido a la Tierra a comprar un ordenador portátil. Al principio me pregunté en qué se diferenciaba de uno normal, pero luego, al verlos en la tienda, descubrí la diferencia. Como su propio nombre indicaba, los portátiles se podían llevar a donde quisieras, pesaban menos y eran más manejables si viajabas mucho, que era lo que me ocurría a mí. Fuimos a Tokio, una ciudad enorme que se encuentra en un país llamado Japón, en el que los humanos tienen facciones rasgadas, piel pálida y el pelo liso y, generalmente, oscuro. Mashury me compró allí el portátil; dijo que era de los más caros y buenos del mercado (?), así que en cierto modo me hizo ilusión, ya que no había tenido muchas cosas que fueran mías. Se lo agradecí muchísimo, y hasta la abracé, aunque creo que aquella muestra de afecto le incomodó un poco.
Bueno, a lo que iba. Ambos caminábamos por una especie de sendero, yo feliz con mi mochila (en la que se encontraba el portátil dentro de una funda), y Mashury a mi lado. Hacía un poco de frío, pero estábamos bien abrigados.
- ¿Y qué será lo que me enseñarás ahora?-pregunté, animado.
Bueno, a lo que iba. Ambos caminábamos por una especie de sendero, yo feliz con mi mochila (en la que se encontraba el portátil dentro de una funda), y Mashury a mi lado. Hacía un poco de frío, pero estábamos bien abrigados.
- ¿Y qué será lo que me enseñarás ahora?-pregunté, animado.
Re: Susurros desde la escarcha...
Tras la compra de naois y alguna mia para mejorar mi viejo ordenador andamos por la ciudad. La verdad que no había vist o persona mas feliz con algo que no sabia usar, por lo que me hizo mucha gracia pensar en ello. cuando me pregunte sonreí.
-Pues teniendo ordenador primero a encenderlo y a situarte. Te metede ciertos datos del digimundo y comunicaciones. Luego te enseñare a usarlo y t dire donde están los puntos de acceso de cada zona del mundo digimon.Despues si quieres te enseño karate.
-Pues teniendo ordenador primero a encenderlo y a situarte. Te metede ciertos datos del digimundo y comunicaciones. Luego te enseñare a usarlo y t dire donde están los puntos de acceso de cada zona del mundo digimon.Despues si quieres te enseño karate.
Re: Susurros desde la escarcha...
Siempre se había considerado -cuando estaba centrada- alguien bastante previsor y bien equipado. Indudablemente, lo era. Desde que había tenido más de una pelea con gente -o ratas de laboratorio- había decidio ir bien armada, por si acaso. Y así iba, cartuchos de balas, pistolas semiautomáticas, cuchillos y una espada a la espalda. No había escatimado en coger además otro tipo de útiles por si se hacía de noche o tenía que seguir a alguien.
Pero para lo que no estaba preparada era para el frío que hacía en la zona. ¿Se puede saber por qué ese maldito mundo tenía la manía de enviarla a zonas molestas? Por suerte atardecía, que si no, sus ojos hubieran muerto por culpa de la intensa luminidad que daba la nieve al ser besada por el Sol.
Julchen se encontraba en ese mismo momento sentada sobre la fría nieve, envolviendose todo lo que podía con la casaca militar. Por suerte simulaba a la que llevaba el ejército pruso durante el siglo XVII, y dado que eran tierras muy frías durante todo el año, al menos la tela era gruesa. Aunque no lo suficiente para la existencia de nieve.
A sus espladas, rodeandola con las patas para tamizar lo más posible el aire frío estaba Nefertimon, la evolución armor de Salamon. Era una preciosa esfínge de color blanco de rasgos y líneas delicadas.
- ¿No sería mejor que nos fuesemos? Estás helada, y por cabezonería no se te va a quitar.- dijo razonablemente la digimon... Pero a veces parecía que se le olvidaba que hablaba con el ser más narcisista del planeta. Julchen jamás aceptaría que tenía frío, porque eso no era increible.
- ¡Calla! No me pienso mover de este lugar. Encontraré algún punto caliente y nos refugiaremos allí hasta por la mañana cuando haga más calor.- sabía que a partir de ese momento el frío iba a ir a peor, puesto que ya no había Sol que la iluminara. Incluso era posible que nevara.
La humana se colocó las grafas de visión infrarroja, captando así las diferencias de temperatura en la nieve. Se cuido de mirar hacia el Sol, porque a pesar de las gafas, podría quedar cegada. La visión ante ella era toda morada y azul. Quizás en algún punto verde, pero nada de amarillos, naranjas o cálidos rojos... ¡Espera! Ahí, entre la nieve, observó dos pequeños puntos rojos. Personas seguramete... Y si hay personas es posible que haya comida y refugio calentito.
Con un movimiento de cabeza, se subió en su compañera. Volar en ese sitio era un suicidio, sobre todo si se tenía frío. Pero no sería más que unos segundos. Lo suficiente hasta ver quiénes eran. Seguro que no se les ocurría levantar mucho la cara.
Sigilosamente se acercaron lo suficiente, para que la albina pudiese verlos bien... Se quedó helada, el primero de ellos no lo conocía de nada, pero el segundo... Reconocería ese color de pelo en cualquier lugar del universo. Apretó los dientes con fuerza, mientras que sus ojos chispeaban de la ira. Había encontrado al gilipollas que había tratado de matar a su compañera. Con una sonrisa maníaca se dejó caer sobre él. No le importaba que fuesen más de tres metros de altura para caer, ni tampoco le importó que si se equivocara por poco que fuera, acabaría con más de un hueso roto. Ahora lo único que la importaba era partirle los morros al chico de un puñetazo...
Suerte que cuando se le calentaba la sangre de esa manera no pensaba. Porque de haberlo pensado habría sacado una de las pistolas y hubiese disparado. Ahorrandose así el riesgo de caer.
Pero para lo que no estaba preparada era para el frío que hacía en la zona. ¿Se puede saber por qué ese maldito mundo tenía la manía de enviarla a zonas molestas? Por suerte atardecía, que si no, sus ojos hubieran muerto por culpa de la intensa luminidad que daba la nieve al ser besada por el Sol.
Julchen se encontraba en ese mismo momento sentada sobre la fría nieve, envolviendose todo lo que podía con la casaca militar. Por suerte simulaba a la que llevaba el ejército pruso durante el siglo XVII, y dado que eran tierras muy frías durante todo el año, al menos la tela era gruesa. Aunque no lo suficiente para la existencia de nieve.
A sus espladas, rodeandola con las patas para tamizar lo más posible el aire frío estaba Nefertimon, la evolución armor de Salamon. Era una preciosa esfínge de color blanco de rasgos y líneas delicadas.
- ¿No sería mejor que nos fuesemos? Estás helada, y por cabezonería no se te va a quitar.- dijo razonablemente la digimon... Pero a veces parecía que se le olvidaba que hablaba con el ser más narcisista del planeta. Julchen jamás aceptaría que tenía frío, porque eso no era increible.
- ¡Calla! No me pienso mover de este lugar. Encontraré algún punto caliente y nos refugiaremos allí hasta por la mañana cuando haga más calor.- sabía que a partir de ese momento el frío iba a ir a peor, puesto que ya no había Sol que la iluminara. Incluso era posible que nevara.
La humana se colocó las grafas de visión infrarroja, captando así las diferencias de temperatura en la nieve. Se cuido de mirar hacia el Sol, porque a pesar de las gafas, podría quedar cegada. La visión ante ella era toda morada y azul. Quizás en algún punto verde, pero nada de amarillos, naranjas o cálidos rojos... ¡Espera! Ahí, entre la nieve, observó dos pequeños puntos rojos. Personas seguramete... Y si hay personas es posible que haya comida y refugio calentito.
Con un movimiento de cabeza, se subió en su compañera. Volar en ese sitio era un suicidio, sobre todo si se tenía frío. Pero no sería más que unos segundos. Lo suficiente hasta ver quiénes eran. Seguro que no se les ocurría levantar mucho la cara.
Sigilosamente se acercaron lo suficiente, para que la albina pudiese verlos bien... Se quedó helada, el primero de ellos no lo conocía de nada, pero el segundo... Reconocería ese color de pelo en cualquier lugar del universo. Apretó los dientes con fuerza, mientras que sus ojos chispeaban de la ira. Había encontrado al gilipollas que había tratado de matar a su compañera. Con una sonrisa maníaca se dejó caer sobre él. No le importaba que fuesen más de tres metros de altura para caer, ni tampoco le importó que si se equivocara por poco que fuera, acabaría con más de un hueso roto. Ahora lo único que la importaba era partirle los morros al chico de un puñetazo...
Suerte que cuando se le calentaba la sangre de esa manera no pensaba. Porque de haberlo pensado habría sacado una de las pistolas y hubiese disparado. Ahorrandose así el riesgo de caer.
Julchen
Edad PJ :
18
Edad User :
31
Digienergia :
1045
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
Re: Susurros desde la escarcha...
Bostecé al notar que cada vez había menos luz. Eso me hizo pensar que las personas éramos criaturas diurnas: notando la más mínima ausencia de luz, ya empezábamos a adormilarnos. Parpadeé, disimulando el enorme bostezo que me había hecho abrir la boca, aunque no estaba cansado. Al contrario, me sentía contento, lleno de energía, deseando aprender a utilizar el ordenador.
- ¿Y cuando me instalarás esos programas?-le pregunté, curioso.
Metí las manos en los bolsillos, mirando el helado camino, que por suerte estaba nevado. Así al menos no nos resbalaríamos al caminar y no nos romperíamos nada. Nunca me había hecho ninguna lesión (¡Solo tengo cinco meses, menos mal!), pero imagino que no debían de ser muy agradables, así que mejor no tentar a la suerte.
Miré entonces a Mashury, cuando dijo que también me enseñaría kárate. Eso era... una forma de luchar con el cuerpo, ¿no? Un arte marcial de esas. Quizás me vendría bien, pero quise saber primero el nivel que tenía mi maestra.
- ¿Sabes mucho karate?-ladeé la cabeza, intrigado. Había leído que el nivel se organizaba en el color de los cinturones. ¿Habría llegado ella al negro?
Continué caminando. De echo, nunca había dejado de caminar pero a lo que me refiero es a que volví a mirar a frente. Esperaba encontrar algún lugar calentito, que nos quitara ese frío castañeante del cuerpo. Y algo rico de comer. Solo con pensar en eso, se me hacía la boca agua.
Me estaba imaginando a mí mismo comer costillas, tan ensimismado, que la repentina advertencia de Mirumon casi me hizo dar un brinco.
- Naois, siento una presencia...*
- ¿Eh?-pude decir, alzando la mirada ante un repentino grito.
Y allí estaba ella. La albina loca y pervertida. El "loca" venía por mí, y el "pervertida" lo pensaba el forestal oscuro que tenía como digiespirit humano. Porque recordemos que, la primera y última vez que la vimos, se metió mi digivice entre las tetas, con una buena vista para Mirumon. El pobre no ha vuelto a ser el mismo desde entonces; siempre que se daba el tema, se sonrojaba como un tomate, y en ocasiones hasta sangraba por la nariz. Pues bueno, que la tía esta había caído desde el cielo (como un ángel ¡Y un cojón!), con el puño por delante para, seguramente, incrustarmelo en la cara.
Juro que mi cara era un panorama en esos momentos, mirando como la tía caía y caía a nuestras cabezas. Mi acto reflejo fue taparme la cara con los brazos. Pero aún así, el golpe no llegó.
Todo se volvió muy frío y azul de repente, como si me hubiera convertido en un iceberg, aunqie claramente era yo, y nunca se me habría ocurrido pensar que los demás no lo sentían así. Tirité, y segundos antes de que Julchen estuviera siquiera a un metro, escuché una voz, fría, muerta y tenebrosa.
La tierra bajo nuestros pies cedió de golpe. Me di cuenta cuanto desendí y vi el abismo oscuro bajo mis pies. No pude evitarlo, grité con terror, aunque quizá con algo de consuelo de saber que Mashury y la otra caían conmigo. Para no estar solo ahí abajo... si sobrevivía, claro.
Off: * Feel like Raruto xDDDD
- ¿Y cuando me instalarás esos programas?-le pregunté, curioso.
Metí las manos en los bolsillos, mirando el helado camino, que por suerte estaba nevado. Así al menos no nos resbalaríamos al caminar y no nos romperíamos nada. Nunca me había hecho ninguna lesión (¡Solo tengo cinco meses, menos mal!), pero imagino que no debían de ser muy agradables, así que mejor no tentar a la suerte.
Miré entonces a Mashury, cuando dijo que también me enseñaría kárate. Eso era... una forma de luchar con el cuerpo, ¿no? Un arte marcial de esas. Quizás me vendría bien, pero quise saber primero el nivel que tenía mi maestra.
- ¿Sabes mucho karate?-ladeé la cabeza, intrigado. Había leído que el nivel se organizaba en el color de los cinturones. ¿Habría llegado ella al negro?
Continué caminando. De echo, nunca había dejado de caminar pero a lo que me refiero es a que volví a mirar a frente. Esperaba encontrar algún lugar calentito, que nos quitara ese frío castañeante del cuerpo. Y algo rico de comer. Solo con pensar en eso, se me hacía la boca agua.
Me estaba imaginando a mí mismo comer costillas, tan ensimismado, que la repentina advertencia de Mirumon casi me hizo dar un brinco.
- Naois, siento una presencia...*
- ¿Eh?-pude decir, alzando la mirada ante un repentino grito.
Y allí estaba ella. La albina loca y pervertida. El "loca" venía por mí, y el "pervertida" lo pensaba el forestal oscuro que tenía como digiespirit humano. Porque recordemos que, la primera y última vez que la vimos, se metió mi digivice entre las tetas, con una buena vista para Mirumon. El pobre no ha vuelto a ser el mismo desde entonces; siempre que se daba el tema, se sonrojaba como un tomate, y en ocasiones hasta sangraba por la nariz. Pues bueno, que la tía esta había caído desde el cielo (
Juro que mi cara era un panorama en esos momentos, mirando como la tía caía y caía a nuestras cabezas. Mi acto reflejo fue taparme la cara con los brazos. Pero aún así, el golpe no llegó.
Todo se volvió muy frío y azul de repente, como si me hubiera convertido en un iceberg, aunqie claramente era yo, y nunca se me habría ocurrido pensar que los demás no lo sentían así. Tirité, y segundos antes de que Julchen estuviera siquiera a un metro, escuché una voz, fría, muerta y tenebrosa.
<< Ven a mí... >>
La tierra bajo nuestros pies cedió de golpe. Me di cuenta cuanto desendí y vi el abismo oscuro bajo mis pies. No pude evitarlo, grité con terror, aunque quizá con algo de consuelo de saber que Mashury y la otra caían conmigo. Para no estar solo ahí abajo... si sobrevivía, claro.
Off: * Feel like Raruto xDDDD
Re: Susurros desde la escarcha...
Naois parecio animarse rápidamente con el ordenador nuevo. La verdad dar dinero sin mas era realmente curioso.
-Cuando estemos sentados en algún lugar tranquilamente.
Le respondi sincera, para ello se necesitaba tiempo y tranquilidad.
-soy cinturón negro. Podria decirse que si, aunque ando alo desentrenada.
Respondi seria y mire al suelo helado. Empezaba a tener algo de frio. Pero ¿Qué era para mi un poco de frio?...nada. Pero entonces una chica cayo del cielo al parecer directa contra naois. Agarre la cuchilla por si l anecesitaba pero no hizo falta. Mas bien...no pude usarla ya que el suelo se resquebrajo, formando un agujero por el que caimos todos.
-¡¡¡¡DULOMON!!!!
Este evoluciono a Lordermon velozmente y me agarro con fuerza, después a Naois y finalmente a la chica que caia. Finalmente nos dejo a los tres en el suelo del fondo, ya que había cogido al ultimo casi al final del todo. Una vez abajo me miro interrogante. yo simplemente me encoji de hombros sin saber que había pasado.
-¿estais bien?
dije tranquilamente como si haberles ayudado fuese lomas normal del mundo.
-Cuando estemos sentados en algún lugar tranquilamente.
Le respondi sincera, para ello se necesitaba tiempo y tranquilidad.
-soy cinturón negro. Podria decirse que si, aunque ando alo desentrenada.
Respondi seria y mire al suelo helado. Empezaba a tener algo de frio. Pero ¿Qué era para mi un poco de frio?...nada. Pero entonces una chica cayo del cielo al parecer directa contra naois. Agarre la cuchilla por si l anecesitaba pero no hizo falta. Mas bien...no pude usarla ya que el suelo se resquebrajo, formando un agujero por el que caimos todos.
-¡¡¡¡DULOMON!!!!
Este evoluciono a Lordermon velozmente y me agarro con fuerza, después a Naois y finalmente a la chica que caia. Finalmente nos dejo a los tres en el suelo del fondo, ya que había cogido al ultimo casi al final del todo. Una vez abajo me miro interrogante. yo simplemente me encoji de hombros sin saber que había pasado.
-¿estais bien?
dije tranquilamente como si haberles ayudado fuese lomas normal del mundo.
Re: Susurros desde la escarcha...
La sonrisa de psicópata se iba extendiendo por su rostro, feliz por la cara de sorpresa y la buena dirección que estaba teniendo al caer. Ya casi sentía el rostro del chico comiendose sus nudillos, casi podía oír el crujido del tabique de la nariz al romperse... Pero cuando quedaba apenas un segundo para golpearle, la chica empalideció más de lo blanca que ya era, e incluso manoteó en el aire para tratar de evitar caer. ¿El motivo? Una enorme grieta que se había abierto en el suelo, rompiendo el suelo.
Gracias al impulso que llevaba, pudo engancharse al pelirrojo como intento de salir ilesa. A pesar de que él mismo estaba a punto de caerse. Cerró los ojos con fuerza, para evitar ver como se la pegaba, como si eso evitara que la doliera partirse todos los huesos contra el suelo...
Por su parte Nefertimon, descendió velozmente en busca de su humana. Había sido demasiado repentino la ruptura del bloque, y eso la había hecho reaccionar tarde. Por suerte, observó como otro digimon, con apariencia de zorro antropomorfizado, les había conseguido salvar a tiempo. Descendió junto a él, para no dejar sola a su humana.
Julchen esperó y esperó, pero lo único que notó es cómo el aire dejaba de moverse tan rápido a su alrededor. Pero el golpe nunca llegaba. Se atrevió a abrir levemente los ojos, para ver que todo estaba quieto... Y que estaba abrazada al pelirrojo con fuerza, a causa del pánico a caer y morir hecha una plasta sanguinolenta en el suelo. Le soltó con las mejillas levemente coloreadas por decir que le odiaba, pero abrazarle como su salvación a la hora de caer. Por instinto trató de darle un bofetón, pero es posible que no consiguiera su objetivo porque fuese sujetada. En caso de que eso pasara se sacudiría hasta liberarse.
Se puso en pie, gruñendo algo en alemán y apartándose de las dos personas allí al lado. Mirando hacia arriba para ver si podía alejarse de allí. Quizás era una oportunidad perfecta para ajustar cuentas con el pelirrojo, pero claro, eso lo sería si no fuera porque estaba demasiado shockeada por haberse abrazado a alguien con necesidad. Ella no necesitaba a nadie, era total y absolutamente independiente, y se estaba mejor sola..
- Diría que nosotras estamos perfectamente, aunque parezca que a ella le va a salir espuma por la boca en algún momento.- rió con suavidad Nefertimon.
Gracias al impulso que llevaba, pudo engancharse al pelirrojo como intento de salir ilesa. A pesar de que él mismo estaba a punto de caerse. Cerró los ojos con fuerza, para evitar ver como se la pegaba, como si eso evitara que la doliera partirse todos los huesos contra el suelo...
Por su parte Nefertimon, descendió velozmente en busca de su humana. Había sido demasiado repentino la ruptura del bloque, y eso la había hecho reaccionar tarde. Por suerte, observó como otro digimon, con apariencia de zorro antropomorfizado, les había conseguido salvar a tiempo. Descendió junto a él, para no dejar sola a su humana.
Julchen esperó y esperó, pero lo único que notó es cómo el aire dejaba de moverse tan rápido a su alrededor. Pero el golpe nunca llegaba. Se atrevió a abrir levemente los ojos, para ver que todo estaba quieto... Y que estaba abrazada al pelirrojo con fuerza, a causa del pánico a caer y morir hecha una plasta sanguinolenta en el suelo. Le soltó con las mejillas levemente coloreadas por decir que le odiaba, pero abrazarle como su salvación a la hora de caer. Por instinto trató de darle un bofetón, pero es posible que no consiguiera su objetivo porque fuese sujetada. En caso de que eso pasara se sacudiría hasta liberarse.
Se puso en pie, gruñendo algo en alemán y apartándose de las dos personas allí al lado. Mirando hacia arriba para ver si podía alejarse de allí. Quizás era una oportunidad perfecta para ajustar cuentas con el pelirrojo, pero claro, eso lo sería si no fuera porque estaba demasiado shockeada por haberse abrazado a alguien con necesidad. Ella no necesitaba a nadie, era total y absolutamente independiente, y se estaba mejor sola..
- Diría que nosotras estamos perfectamente, aunque parezca que a ella le va a salir espuma por la boca en algún momento.- rió con suavidad Nefertimon.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Al caer sentí como algo se aferraba en mí. No me arriesgué a mirar, tenía los ojos cerrados por el ataque de pánico. Caía y caía sin remedió. El abismo debía de medir bastantes metros, con lo que muy seguramente esta vez si me rompiera algo... por no decir todo el cuerpo. Hiperventilé, asustado, pero entonces, algo nos pegó un tirón, y dejé de sentir el aire azotándome en la cara. Pronto noté el suelo bajo mis pies y, anonadado, abrí los ojos.
Tres cosas fueron las que vi, y tres cosas fueron las que me sorprendieron. La primera fue descubrir que quien me abrazaba era la albina, como si fuera un cachorrillo abandonado; supuse que había sido un acto reflejo, pero no pude evitar sonrojarme.
La segunda cosa que me llamó la atención fue que estábamos ilesos, en el suelo del fondo del abismo, y que gracias al digimon de Mashury (esta era la tercera cosa) habíamos sobrevivido sin neesidad de rompernos nada.
- Uf...-fue todo lo que pude decir antes de sentir un manotazo en la cara; la loca de la colina me acababa de abofetear-. ¡¿Pero que haces?!-El sonrojo rápidamente se concentró en el lugar del golpe, dibujando una mano roja en la mejilla.
Se separó de mí, y al mirarla mal, me percaté del leve sonrojo que llevaba. Resoplé, molesto, y miré para otro lado.
- Sí, estoy bien-gruñí-. Aunque no sé que hace esa idiota aquí.
Me crucé de brazos y, frustrado, le di una patada a un pedazo pequeño de roca que había caído. Pero entonces, de repente, una figura blanca y alada descendió, hasta colocarse junto a la albina. Me di cuenta entonces de que debía de ser su compañera, aquella a la que yo había herido.
- Estoo...-me rasqué la nuca, mirando al digimon-. Siento haberte disparado la otra vez... estaba alterado...
Lo cierto es que me arrepentía de haberlo hecho, pero la sola idea de haber perdido temporalmente el digivice, casi me había vuelto loco. Eso me hizo rebuscar en los bolsillos para averiguar si estaba bien. Por suerte, ahí estaba, con Mirumon en la pantalla, aunque al pobre creo que la cabeza le daba vueltas... Y eso me hizo recordar algo.
- Por cierto... ¿Habeis oído la voz...?
La voz que había escuchado antes de caer. Me había parecido congelada, siniestra, muerta, y sobretodo, antigua.
Tres cosas fueron las que vi, y tres cosas fueron las que me sorprendieron. La primera fue descubrir que quien me abrazaba era la albina, como si fuera un cachorrillo abandonado; supuse que había sido un acto reflejo, pero no pude evitar sonrojarme.
La segunda cosa que me llamó la atención fue que estábamos ilesos, en el suelo del fondo del abismo, y que gracias al digimon de Mashury (esta era la tercera cosa) habíamos sobrevivido sin neesidad de rompernos nada.
- Uf...-fue todo lo que pude decir antes de sentir un manotazo en la cara; la loca de la colina me acababa de abofetear-. ¡¿Pero que haces?!-El sonrojo rápidamente se concentró en el lugar del golpe, dibujando una mano roja en la mejilla.
Se separó de mí, y al mirarla mal, me percaté del leve sonrojo que llevaba. Resoplé, molesto, y miré para otro lado.
- Sí, estoy bien-gruñí-. Aunque no sé que hace esa idiota aquí.
Me crucé de brazos y, frustrado, le di una patada a un pedazo pequeño de roca que había caído. Pero entonces, de repente, una figura blanca y alada descendió, hasta colocarse junto a la albina. Me di cuenta entonces de que debía de ser su compañera, aquella a la que yo había herido.
- Estoo...-me rasqué la nuca, mirando al digimon-. Siento haberte disparado la otra vez... estaba alterado...
Lo cierto es que me arrepentía de haberlo hecho, pero la sola idea de haber perdido temporalmente el digivice, casi me había vuelto loco. Eso me hizo rebuscar en los bolsillos para averiguar si estaba bien. Por suerte, ahí estaba, con Mirumon en la pantalla, aunque al pobre creo que la cabeza le daba vueltas... Y eso me hizo recordar algo.
- Por cierto... ¿Habeis oído la voz...?
La voz que había escuchado antes de caer. Me había parecido congelada, siniestra, muerta, y sobretodo, antigua.
Re: Susurros desde la escarcha...
Dulomon me agarro y bajamos todos con facilidad. Una vez en el suelo vi la escena de aquellos dos. La chica que quería dar un buen golpe a Naois estaba abrazada a el, roja y al parecer algo cabreada. al igual que naois. Era una escena un tanto curiosa. Poco después bajo un digimon que hizo un comentario al respecto.
Por el momento incluso Lordermon parecía alucinar. Parecian ser viejos amigos-enemigos. no era quien para meterme en esos suntos. Por lo que simplemente mire al cielo. Iva a ser fácil salir de ahí después de todo. Un vuelo hacia arriga y todos fuera. Asenti cuando todos dijeron que estaban bien.
Sin embargo cuando naois pregunto por otro asunto no pude evitar mostrar cierta curiosidad. ¿Qué si había oído una voz?. Eso sonaba amisterio, a que algo importante estaba por ahí.
-¿una voz?. Yo no escuche nada.
Mientras dulomon miro a su alrededor curioso.
-Siento algo...
Tras eso cambie de opinión respectoa lo de subir volando de nuevo. Respecto a la pareja simplemente les ignore un poco. Quizas la chica fuese lo suficiente mayor como para no hacer el tonto mucho tiempo. Pero si me desquiciaban... podía perder la paciencia.
Por el momento incluso Lordermon parecía alucinar. Parecian ser viejos amigos-enemigos. no era quien para meterme en esos suntos. Por lo que simplemente mire al cielo. Iva a ser fácil salir de ahí después de todo. Un vuelo hacia arriga y todos fuera. Asenti cuando todos dijeron que estaban bien.
Sin embargo cuando naois pregunto por otro asunto no pude evitar mostrar cierta curiosidad. ¿Qué si había oído una voz?. Eso sonaba amisterio, a que algo importante estaba por ahí.
-¿una voz?. Yo no escuche nada.
Mientras dulomon miro a su alrededor curioso.
-Siento algo...
Tras eso cambie de opinión respectoa lo de subir volando de nuevo. Respecto a la pareja simplemente les ignore un poco. Quizas la chica fuese lo suficiente mayor como para no hacer el tonto mucho tiempo. Pero si me desquiciaban... podía perder la paciencia.
Re: Susurros desde la escarcha...
Julchen se encontraba bastante tensa por eso de estar en un lugar rodeada de una mujer que no conocía, un zorro extraño y sobre todo ese idiota, que encima tenía la poca decencia de llamarla idiota, cuando era obvio que el pelirrojo lo era más que ella.
- El idiota serás tú. Además tampoco pedí venir aquí.- siseó molesta, tras dejar de mirar hacia arriba.
La grieta hecha de hielo podía engañar, no era tan amplia como parecía vista desde abajo. Nefertimon no podría pasar por ese lugar tan estrecho, por lo que no podían salir por ese lugar. Lo que las iba a obligar a quedarse en compañía de esos tres. A menos que consiguieran ir por otro camino. Bufó, cruzándose de brazos. De no estar helada y querer salir de ese lugar ya, esperaría una hora o más para darles ventaja a esos dos, y poder luego salir ella sola... Bueno, con Nefertimon.
Nefertimon miró fijamente a Naois, sin cambiar su expresión -aunque eso era culpa de la máscara que ocultaba su rostro- ladeó un poco la cabeza, como si calculase algo en especial. Quizás el si perdonarle fuese algo bueno o no, a fin de cuentas lo había pasado bastante mal por el veneno. De haber sido más profunda la herida, o haber sido otra flecha más, ahora sería un montón de datos.
Por su parte la albina se hubiese tirado encima del humano para volver a continuar con los golpes, de no ser porque la esfinge desplegó un ala, evitando el camino libre para la chica.
- No te preocupes. Imagino que también culpa mía por preocuparme por la violenta. Yo tampoco es que tuviese muy buenos modales. Así que, dejémoslo en tablas... Aunque tú estuviste más cerca de matarme que yo.- finalizo con una suave risita para quitarle importancia al digicidio (??) que estuvo a punto de cometer contra ella. - ¿Voz? No, no he escuchado nada. Quizás el sonido de la grieta al romperse te haya hecho creer que has oido algo.
- Geistesgestörter- masculló la albina, detrás de su compañera que evitaba que pudiese alcanzar al chico.
Nefertimon le dio un pequeño golpe a su compañera humana para que se callara. Ahora mismo los insultos no servían de mucho, y menos si tenían que conseguir encontrar la salida en equipo. Porque no parecía que fuese fácil conseguirlo, y menos si se iba solo.
- El idiota serás tú. Además tampoco pedí venir aquí.- siseó molesta, tras dejar de mirar hacia arriba.
La grieta hecha de hielo podía engañar, no era tan amplia como parecía vista desde abajo. Nefertimon no podría pasar por ese lugar tan estrecho, por lo que no podían salir por ese lugar. Lo que las iba a obligar a quedarse en compañía de esos tres. A menos que consiguieran ir por otro camino. Bufó, cruzándose de brazos. De no estar helada y querer salir de ese lugar ya, esperaría una hora o más para darles ventaja a esos dos, y poder luego salir ella sola... Bueno, con Nefertimon.
Nefertimon miró fijamente a Naois, sin cambiar su expresión -aunque eso era culpa de la máscara que ocultaba su rostro- ladeó un poco la cabeza, como si calculase algo en especial. Quizás el si perdonarle fuese algo bueno o no, a fin de cuentas lo había pasado bastante mal por el veneno. De haber sido más profunda la herida, o haber sido otra flecha más, ahora sería un montón de datos.
Por su parte la albina se hubiese tirado encima del humano para volver a continuar con los golpes, de no ser porque la esfinge desplegó un ala, evitando el camino libre para la chica.
- No te preocupes. Imagino que también culpa mía por preocuparme por la violenta. Yo tampoco es que tuviese muy buenos modales. Así que, dejémoslo en tablas... Aunque tú estuviste más cerca de matarme que yo.- finalizo con una suave risita para quitarle importancia al digicidio (??) que estuvo a punto de cometer contra ella. - ¿Voz? No, no he escuchado nada. Quizás el sonido de la grieta al romperse te haya hecho creer que has oido algo.
- Geistesgestörter- masculló la albina, detrás de su compañera que evitaba que pudiese alcanzar al chico.
Nefertimon le dio un pequeño golpe a su compañera humana para que se callara. Ahora mismo los insultos no servían de mucho, y menos si tenían que conseguir encontrar la salida en equipo. Porque no parecía que fuese fácil conseguirlo, y menos si se iba solo.
- traducción:
- Según nuestro gran amigo google traductor
Geistesgestörter: Demente, loco, perturbado, alienado, desequilibrado mental
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Resoplé, exasperado, por su respuesta. No, que va, ella se había caido por casualidad, había sonreído como una loca por casualidad, y había preparado su puño para golpearme por casualidad. ¡La de vueltas que da la vida, oye!
- Sí, seguro que te has resbalado de tu digimon para pegarme. Muy lógico todo-repuse, sarcástico.
Suspiré, y alcé una ceja cuando dio un paso para saltar sobre mí, aunque por suerte, su digimon la detuvo. Parecía obvio que su compañera era más simpática y comprensiva que ella. Me crucé de brazos, y comencé a mirar a mi alrededor, para estudiar el lugar en el que estábamos. Se trataba de una cueva helada, con las paredes hechas de nieve, hielo y cristal. Era, en verdad, bastanrw bonito. Gracias a la abertura de arriba, entraba algo de luz, luz que se reflejaba en las paredes. Parpadeé, y me rasqué la nuca, admirado.
- Woah...
Caminé hacia una pared, y planté una mano en la estructura fría. Paseé la palma mientras caminaba, frunciendo el ceño. Había algo allí... algo que me llamaba... que me atraía...
- Esto es...-musité, bajito, para mí mismo. En realidad no sabía bien qué ocurría, pero sí me lo olía.
- Sí, seguro que te has resbalado de tu digimon para pegarme. Muy lógico todo-repuse, sarcástico.
Suspiré, y alcé una ceja cuando dio un paso para saltar sobre mí, aunque por suerte, su digimon la detuvo. Parecía obvio que su compañera era más simpática y comprensiva que ella. Me crucé de brazos, y comencé a mirar a mi alrededor, para estudiar el lugar en el que estábamos. Se trataba de una cueva helada, con las paredes hechas de nieve, hielo y cristal. Era, en verdad, bastanrw bonito. Gracias a la abertura de arriba, entraba algo de luz, luz que se reflejaba en las paredes. Parpadeé, y me rasqué la nuca, admirado.
- Woah...
Caminé hacia una pared, y planté una mano en la estructura fría. Paseé la palma mientras caminaba, frunciendo el ceño. Había algo allí... algo que me llamaba... que me atraía...
- Esto es...-musité, bajito, para mí mismo. En realidad no sabía bien qué ocurría, pero sí me lo olía.
Re: Susurros desde la escarcha...
Aquello era un maldito caos y empezaban adesquiciarme. ¿no podían estarse tranquilos? Me rei con el insulto de Jul, el cual entendí perfectamente. Al parecer tenían una relación peculiar. aun asi estaba cansada de ver como naois y ella se peleaban como dos enamorados. Suspire y me puse a andar con Lordermon detrás observando el lugar impresionada.
-Bueno, ya esta bien de reencuentros tortolitos. Avancemos, este sitio tiene algo. encontrémoslo y marchémonos.
dije a los dos empezando a andar hacia delante con Lordermon detrás de mi alerta por si algo pasaba.
-Bueno, ya esta bien de reencuentros tortolitos. Avancemos, este sitio tiene algo. encontrémoslo y marchémonos.
dije a los dos empezando a andar hacia delante con Lordermon detrás de mi alerta por si algo pasaba.
Re: Susurros desde la escarcha...
Hielo y más hielo rodeandoles en una prisión asfixiante, por suerte, ninguna de las dos tenía claustrofobia o derivados. Quizás no les gustase estar en un sitio estrecho en el que se te podrían venir toneladas de agua helada encima si había cualquier movimiento o golpe que afectara a una zona delicada. Pero la apariencia es que era bastante sólido.
Julchen puso los ojos en blanco, cuando el memo -nombre puesto por ella para Nao mientras que tuviese que estar en esa cueva- se puso en plan sarcástico con ella. Obviamente quería haberle arrancado la cabeza de cuajo, pero ella no quería haber caido al agujero que se había producido en el mismo instante en el que iba a golpearle... Sonrió de manera narcisista, había conseguido romper el hielo gracias a su increibilidad, claro... Tanta belleza en una persona hacía que hasta la naturaleza la obedeciera.
Nefertimon suspiró al ver las miradas de admiración que se daba la albina al verse reflejada en algunas de las caras del hielo que conformaba de las paredes. Además de su sonrisa de: "yo soy lo más importante de esta vida". Era divertido verla así, sobre todo porque la digimon estaba acostumbrada, pero el problema radicaba en que de esa manera se distraía con mucha facilidad y no era bueno si tenían que sortear trampas o librarse de enemigos. Eran tres digimons -contando a Nao como uno- pero para evitarse romper el hielo, tendrían que usar ataques de cuerpo a cuerpo y tener la suerte de dar en el blanco. Lo que dejaba a Julchen como la única que tenía armas a distancia con capacidad de herir a un digimon roockie, pero no de cargarse la pared, o hacerle grandes grietas.
La digimon ya pensó que tendría que ir arrastrando a la humana para no enfadar a la morena, que olía a seriedad y a algo más. Cuando gracias a la palabra tortolitos que había dicho, la albina se tensó como si tuviese un restorte, mirándola con molestia en sus ojos rojos, aunque le dirigió una mirada de odio total al chico casi humano.
- ¿Qué dices? A mí no me gusta para nada el memo. No sé que te habrá contado sobre mí, pero deben ser imaginaciones suyas.
De nuevo, Nefertimon estaba entre medias de Julchen y Nao para evitar que los dos se mataran por una estupidez. Pero cada vez veía más claro la esfinge, que al menos uno de los dos iba a intentar arrollarla cuando ya fuese insostenible la situación.
- Pasa delante- le dijo a Nao- Yo me tengo que encargar de ponerle la correa y el bozal, a la amiguita albina. Antes de que le dé por morder a alguien.- dijo en tono de broma, aunque segundos después notó cierta aura oscura que reclamaba venganza sobre ella.
Julchen puso los ojos en blanco, cuando el memo -nombre puesto por ella para Nao mientras que tuviese que estar en esa cueva- se puso en plan sarcástico con ella. Obviamente quería haberle arrancado la cabeza de cuajo, pero ella no quería haber caido al agujero que se había producido en el mismo instante en el que iba a golpearle... Sonrió de manera narcisista, había conseguido romper el hielo gracias a su increibilidad, claro... Tanta belleza en una persona hacía que hasta la naturaleza la obedeciera.
Nefertimon suspiró al ver las miradas de admiración que se daba la albina al verse reflejada en algunas de las caras del hielo que conformaba de las paredes. Además de su sonrisa de: "yo soy lo más importante de esta vida". Era divertido verla así, sobre todo porque la digimon estaba acostumbrada, pero el problema radicaba en que de esa manera se distraía con mucha facilidad y no era bueno si tenían que sortear trampas o librarse de enemigos. Eran tres digimons -contando a Nao como uno- pero para evitarse romper el hielo, tendrían que usar ataques de cuerpo a cuerpo y tener la suerte de dar en el blanco. Lo que dejaba a Julchen como la única que tenía armas a distancia con capacidad de herir a un digimon roockie, pero no de cargarse la pared, o hacerle grandes grietas.
La digimon ya pensó que tendría que ir arrastrando a la humana para no enfadar a la morena, que olía a seriedad y a algo más. Cuando gracias a la palabra tortolitos que había dicho, la albina se tensó como si tuviese un restorte, mirándola con molestia en sus ojos rojos, aunque le dirigió una mirada de odio total al chico casi humano.
- ¿Qué dices? A mí no me gusta para nada el memo. No sé que te habrá contado sobre mí, pero deben ser imaginaciones suyas.
De nuevo, Nefertimon estaba entre medias de Julchen y Nao para evitar que los dos se mataran por una estupidez. Pero cada vez veía más claro la esfinge, que al menos uno de los dos iba a intentar arrollarla cuando ya fuese insostenible la situación.
- Pasa delante- le dijo a Nao- Yo me tengo que encargar de ponerle la correa y el bozal, a la amiguita albina. Antes de que le dé por morder a alguien.- dijo en tono de broma, aunque segundos después notó cierta aura oscura que reclamaba venganza sobre ella.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Me quedé mirando fijamente el hielo, observando mi reflejo en él. Tenía el pelo rojo alborotado, y los ojos algo sorprendidos por todo lo que estaba pasando. Aún así, no tenía miedo... o no demasiado. Porque oir voces en tu cabeza no es algo muy normal, así que me inquietaba. Di un largo suspiro y cerré los ojos, pensando.
<< Naois... deberíamos seguir... Más que nada, porque no podemos permanecer aquí para siempre sin acabar siendo unos esqueletos congelados... Aunque eso se aplica más en vosotros >>
Asentí, conforme, y me di la vuelta, mirando a los que se hallaban en ese lugar conmigo. Justo en ese moment, Mashury hizo su comentario sarcástico, comentario que me sacó los colores levemente, y por tanto, me dispuse a rechistar.
- ¿Enamorado? ¿De esa? ¡Y qué más! Puedo ser un crío todavía, pero no soy tan tonto como para enamorarme de ella-respondí, refunfuñando.
Me giré de nuevo, molesto, sin hacer el menor caso del comentario de la albina. Fue un golpe de suerte, porque gracias a eso pude ver un pequeño pasadizo semiescondido entre unas rocas. Apenas sería un agujero en la pared, con la suficiente abertura como para poder pasar agachados, pero ahí estaba. Podríamos seguir avanzando por ahí.
- ¡Un pasadizo!-exclamé, contento y dirigiéndome hacia él. Me agaché, y empecé a arrastrarme por el frío suelo para pasar-. ¡Vamos, venid!
<< Naois... deberíamos seguir... Más que nada, porque no podemos permanecer aquí para siempre sin acabar siendo unos esqueletos congelados... Aunque eso se aplica más en vosotros >>
Asentí, conforme, y me di la vuelta, mirando a los que se hallaban en ese lugar conmigo. Justo en ese moment, Mashury hizo su comentario sarcástico, comentario que me sacó los colores levemente, y por tanto, me dispuse a rechistar.
- ¿Enamorado? ¿De esa? ¡Y qué más! Puedo ser un crío todavía, pero no soy tan tonto como para enamorarme de ella-respondí, refunfuñando.
Me giré de nuevo, molesto, sin hacer el menor caso del comentario de la albina. Fue un golpe de suerte, porque gracias a eso pude ver un pequeño pasadizo semiescondido entre unas rocas. Apenas sería un agujero en la pared, con la suficiente abertura como para poder pasar agachados, pero ahí estaba. Podríamos seguir avanzando por ahí.
- ¡Un pasadizo!-exclamé, contento y dirigiéndome hacia él. Me agaché, y empecé a arrastrarme por el frío suelo para pasar-. ¡Vamos, venid!
Re: Susurros desde la escarcha...
Avance sin rumbo fijo un poco mientras escuchaba ala peliblanca y a Naois quejarse de aquel comentario. En realidd habian dejado de lado la pelea. Por lo menos un poco. Centrandose en avanzar y separarse un poco el uno del otro.
Naois vio algo y pare en seco. Un pasadizo. Mire a Lordermon y este cayo sobre mis brazos como un lobo-zorro muy pequeño. dulomon se bajo al suelo y olisqueo la zona y el pasadizo. Esperando a que fuesemos detras de Naois.
-ya voy, ya voy.
Respondi acercandome y agachandome. Al notar el frio en el cuerpo maldije por lo bajo. Pero de alguna manera habria que descubrir que era aquel lugar tan misterioso. Dulomon por su cuenta miraba a Julchen esperando que no volviese a pegarse con Naois. Le caia bien ese humano. Y ella no habia luchado noblemente apareciendo desde el cielo.
Naois vio algo y pare en seco. Un pasadizo. Mire a Lordermon y este cayo sobre mis brazos como un lobo-zorro muy pequeño. dulomon se bajo al suelo y olisqueo la zona y el pasadizo. Esperando a que fuesemos detras de Naois.
-ya voy, ya voy.
Respondi acercandome y agachandome. Al notar el frio en el cuerpo maldije por lo bajo. Pero de alguna manera habria que descubrir que era aquel lugar tan misterioso. Dulomon por su cuenta miraba a Julchen esperando que no volviese a pegarse con Naois. Le caia bien ese humano. Y ella no habia luchado noblemente apareciendo desde el cielo.
Re: Susurros desde la escarcha...
La albina se encontraba haciendole un intento de llave en el cuello para asfixiarla por lo que había dicho de que necesitaba un bozal. Era posible que en alguna situación hiciese falta, pero llevaba ya un tiempo que no hincaba los dientes en la carne de nadie... Bueno, a Naois sí que le había mordido, pero él no contaba, solo había sido un mordisquito de nada y sólo por no perder ante él. Así que, no necesitaba un bozal por ahora.
Tras hacer un rato el imbécil, comenzaron a seguir a la castaña entre los pasillos. El gran zorro antropomorfizado había desaparecido como si nunca hubiese existido dejando a la vista o poca vista de la albina un pequeño zorro de color grisáceo. Podría parecerle adorable, si ella no estuviese molesta y algo confusa como en ese momento. No entendía por qué tenía que seguir a esos dos. A fin de cuentas no les conocía de nada, y al pelirrojo le odiaba. Mientras que a la castaña no la conocía, y por ende no podía opinar sobre ella.
Nefertimon se introdujo justo después de Nao, con un movimiento fluido, para poder seguir protegiendo sus espaldas de la albina. Pero ahora el ataque a la chica no iba por ahí, sino por la mirada que le dirigió el pequeño zorro. Destilaba desconfianza. Con una sarcástica sonrisa miró al animalito antes de gruñirle como si fuese un animal. Después se coló en la abertura detrás de todos los que hubiesen entrado.
- Espero que salgamos pronto de aquí...
Tras hacer un rato el imbécil, comenzaron a seguir a la castaña entre los pasillos. El gran zorro antropomorfizado había desaparecido como si nunca hubiese existido dejando a la vista o poca vista de la albina un pequeño zorro de color grisáceo. Podría parecerle adorable, si ella no estuviese molesta y algo confusa como en ese momento. No entendía por qué tenía que seguir a esos dos. A fin de cuentas no les conocía de nada, y al pelirrojo le odiaba. Mientras que a la castaña no la conocía, y por ende no podía opinar sobre ella.
Nefertimon se introdujo justo después de Nao, con un movimiento fluido, para poder seguir protegiendo sus espaldas de la albina. Pero ahora el ataque a la chica no iba por ahí, sino por la mirada que le dirigió el pequeño zorro. Destilaba desconfianza. Con una sarcástica sonrisa miró al animalito antes de gruñirle como si fuese un animal. Después se coló en la abertura detrás de todos los que hubiesen entrado.
- Espero que salgamos pronto de aquí...
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
La chica era muy divertida, eso sin duda. que a Naois le gustara o no eso era asunto aparte. Juntos eran ya increibles. seguro que una nunca se aburriria de ver sus peleas tontas. Asi que seguia Naois por el pasadizo sin decir mucho mas, pero ese dia seria entretenido.
dulomon se asusto un poco al ver que la humana gruñia se se adelanto a Mashury colandose por los huecos que habia. Me miro y alanzo algo asustado.
-Mashu...T:T... la chica de nieve me ha gruñido...
Sonrei y le mire tranquila.
-Eso es que te quiere comer jejeje.
Dije avanzando sin parar.
dulomon se asusto un poco al ver que la humana gruñia se se adelanto a Mashury colandose por los huecos que habia. Me miro y alanzo algo asustado.
-Mashu...T:T... la chica de nieve me ha gruñido...
Sonrei y le mire tranquila.
-Eso es que te quiere comer jejeje.
Dije avanzando sin parar.
Re: Susurros desde la escarcha...
Seguí arrastrándome por el suelo, puesto que el techo no era muy alto que digamos, mediría un metro a lo sumo. El suelo estaba helado, pero había que seguir. Como bien había dicho Mirumon, no podíamos quedarnos allí todo el tiempo.
Sin embargo, de repente la tierra tembló con algo de violencia. Debíamos de tener toda la buena suerte del mundo, porque el techo no cayó. Se resquebrajó un poco, y desprendió algunas piedrecitas cogeladas. Fue. toda una sorpresa, pero para evitar daños me cubrí la cabeza con las manos, hasta que segundos después, el seismo se detuvo, dejando todo quieto de nuevo.
Jadeé, y giré la cabeza.
- ¿Estáis bien?
La que más me preocupaba era Mashury, pues era mi maestra en esos momentos, y había empezado a cogerle cariño. Y lo mismo con Dulomon, aún le agradecía que me salvara aquella vez en el árbol corrupto. La albina y si compañera me preocupaban menos, aunque si tenía que ponerlas en una lista de mayor a menor preocupación, sin duda el digimon ocuparía un lugar en el podio más elevado que su humana.
Sin embargo, de repente la tierra tembló con algo de violencia. Debíamos de tener toda la buena suerte del mundo, porque el techo no cayó. Se resquebrajó un poco, y desprendió algunas piedrecitas cogeladas. Fue. toda una sorpresa, pero para evitar daños me cubrí la cabeza con las manos, hasta que segundos después, el seismo se detuvo, dejando todo quieto de nuevo.
Jadeé, y giré la cabeza.
- ¿Estáis bien?
La que más me preocupaba era Mashury, pues era mi maestra en esos momentos, y había empezado a cogerle cariño. Y lo mismo con Dulomon, aún le agradecía que me salvara aquella vez en el árbol corrupto. La albina y si compañera me preocupaban menos, aunque si tenía que ponerlas en una lista de mayor a menor preocupación, sin duda el digimon ocuparía un lugar en el podio más elevado que su humana.
Re: Susurros desde la escarcha...
Nefertimon regresó a su etapa de campeón, Gatomon, puesto que el techo era demasiado estrecho para el enorme corpachón de la esfinge y sobre todo para sus alas. Ella pasó por el paso caminando normal, puesto que no medía más ochenta centímetros. Casi parecía un digimon de nivel roockie, pero en cuestiones de fuerza era mejor no fiarse de su pequeña apariencia o acabarían incrustado en una pared.
Julchen la seguía con una sonrisa divertida, le había hecho gracia que el digimon zorruno se hubiese asustado solo de un pequeño gruñido. Eran muy extraños la morena y su compañera, casi parecían ser opuestos. Aunque algo deberían compartir entre ellos dos para que fuesen compañeros. Sin embargo, mejor que lo dejase estar, porque el suelo era de hielo, y había que tener cuidado a la hora de apoyarse para que no te resbalases. Julchen agradeció el llevar unas botas que quedaban por encima de la rodilla, puesto que no notaba como el frío del hielo iba calandola por ahí. Sin embargo, las manos eran otra cosa; ya no sentía los dedos.
Parecía ser una travesía terriblemente aburrida por un túnel de hielo algo angosto de altura -por suerte no tenía claustrofobia- sin final. Pero ocurrió algo un poco más emocionante, cuando el techo empezó a temblar. La albina sin dudarlo tiró a su compañera de la pata para protegerla bajo su cuerpo, en caso de que el techo se cayera. Pero solo fueron algunos pequeños cascotes, que apenas le dolieron a la humana.
- Hace falta mucho más para dejarme malherida.- gruñó en respuesta a Nao, con algo de narcisismo en la voz.
- Perfectamente... - dijo en voz alta antes de susurrar para su compañera en alemán- ¿Quiéres dejar de protegerme? Soy el digimon, resisto más daño que tú con tu cuerpo humano. Si alguien tiene que evitar que dañen a la otra soy yo.
- Ya sabes que no hay acuerdo en este tipo de conversación. Yo seguiré haciendo lo que yo quiera.- respondió la albina en el mismo tono e idioma que su compañera.
Gatomon salió de su compañera, suspirando y negando con la cabeza. Esperaron a que volvieran a ponerse en marcha y continuar con el camino.
Julchen la seguía con una sonrisa divertida, le había hecho gracia que el digimon zorruno se hubiese asustado solo de un pequeño gruñido. Eran muy extraños la morena y su compañera, casi parecían ser opuestos. Aunque algo deberían compartir entre ellos dos para que fuesen compañeros. Sin embargo, mejor que lo dejase estar, porque el suelo era de hielo, y había que tener cuidado a la hora de apoyarse para que no te resbalases. Julchen agradeció el llevar unas botas que quedaban por encima de la rodilla, puesto que no notaba como el frío del hielo iba calandola por ahí. Sin embargo, las manos eran otra cosa; ya no sentía los dedos.
Parecía ser una travesía terriblemente aburrida por un túnel de hielo algo angosto de altura -por suerte no tenía claustrofobia- sin final. Pero ocurrió algo un poco más emocionante, cuando el techo empezó a temblar. La albina sin dudarlo tiró a su compañera de la pata para protegerla bajo su cuerpo, en caso de que el techo se cayera. Pero solo fueron algunos pequeños cascotes, que apenas le dolieron a la humana.
- Hace falta mucho más para dejarme malherida.- gruñó en respuesta a Nao, con algo de narcisismo en la voz.
- Perfectamente... - dijo en voz alta antes de susurrar para su compañera en alemán- ¿Quiéres dejar de protegerme? Soy el digimon, resisto más daño que tú con tu cuerpo humano. Si alguien tiene que evitar que dañen a la otra soy yo.
- Ya sabes que no hay acuerdo en este tipo de conversación. Yo seguiré haciendo lo que yo quiera.- respondió la albina en el mismo tono e idioma que su compañera.
Gatomon salió de su compañera, suspirando y negando con la cabeza. Esperaron a que volvieran a ponerse en marcha y continuar con el camino.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Suspire avanzando poco a poco por el tunel. Notando aquel terremoto poco fiable. Por suerte solo duro unos momentos y la piedra que cayo acaboencima de Dulomon. Por lo que no habia que preocuparse mucho. Aun Asi Naois pregunto.
-Estamos bien Naois. sigue tranquilo. Esto debe llevar a alguna parte. Y puede que haya algo interesante.
Dije avanzando tranquilamente. En bastante silencio excepto por la pareja.
-Vosotras dos...¿podeis callaros un poco? estas paredes son fragile sy dudo que con vuestras voces resistan mucho de pie.
dije algo molesta y un tanto cansada.Simplemente queria silencio y escuchar. Por su culpa podria perder cualquier sonido de fuera del tunel, un digimon, un humano, o simplemente el eco que mostraria una posible cueva enorme.
-Estamos bien Naois. sigue tranquilo. Esto debe llevar a alguna parte. Y puede que haya algo interesante.
Dije avanzando tranquilamente. En bastante silencio excepto por la pareja.
-Vosotras dos...¿podeis callaros un poco? estas paredes son fragile sy dudo que con vuestras voces resistan mucho de pie.
dije algo molesta y un tanto cansada.Simplemente queria silencio y escuchar. Por su culpa podria perder cualquier sonido de fuera del tunel, un digimon, un humano, o simplemente el eco que mostraria una posible cueva enorme.
Re: Susurros desde la escarcha...
Suspiré, aliviado, cuando todos afirmaron que estaban bien. Había sabido que no les pasaría nada, pero aún así tenía una leve preocupación. Seguí reptando como pude, hasta que tras unos segundos más tardes atisbé otro agujero al fondo. Sonreí, y di más velocidad. Poco después, me encontraba levantándome en una amplia sala de hielo, con varios muros de hielo cruzándola, haciendo de ella un minilaberinto interno.
- Hala...
Me quedé anonadado, observando mi rostro estupefacto, reflejado en todos los cristales gélidos. Tragué saliva, esperando a que se acercaran los demás.
- Qué bonito...
Entonces, cuando noté a Mashury y al resto a mi lado, tres figuras surgieron del suelo frío, atravesando mágicamente el hielo de este.
El más larguilucho de ellos, el demonio, apretó sus garras en un gesto evidente de querer usarlas. El que parecía un muñeco de nieve se golpeó con un puño la palma de la otra mano. Y el león blanco gruñó con gravedad.
- Intrusos... Grrr...
- Tranquilo, hermano-dijo el demonio sonriendo-. No pasarán de aquí.
- La vermis destruirá a los que se interpongan en su camino...
El león, quien parecía estar apunto de echar espuma por la boca, pegó un golpe al aire, levantándo un viento que tenía toda la pinta de ser fresquito.
- Hyoujūken.
Abrí los ojos al máximo, alarmado, y di un salto a un lado para esconderme tras uno de los muros.
- ¡Cuidadoo!
- Hala...
Me quedé anonadado, observando mi rostro estupefacto, reflejado en todos los cristales gélidos. Tragué saliva, esperando a que se acercaran los demás.
- Qué bonito...
Entonces, cuando noté a Mashury y al resto a mi lado, tres figuras surgieron del suelo frío, atravesando mágicamente el hielo de este.
- digis malosos (?):
- ICEDEVIMON
FRIGIMON
ICELEOMON
El más larguilucho de ellos, el demonio, apretó sus garras en un gesto evidente de querer usarlas. El que parecía un muñeco de nieve se golpeó con un puño la palma de la otra mano. Y el león blanco gruñó con gravedad.
- Intrusos... Grrr...
- Tranquilo, hermano-dijo el demonio sonriendo-. No pasarán de aquí.
- La vermis destruirá a los que se interpongan en su camino...
El león, quien parecía estar apunto de echar espuma por la boca, pegó un golpe al aire, levantándo un viento que tenía toda la pinta de ser fresquito.
- Hyoujūken.
Abrí los ojos al máximo, alarmado, y di un salto a un lado para esconderme tras uno de los muros.
- ¡Cuidadoo!
- off:
- * Icedevimon.
- Garra de Hielo: Parecido a la Garra Mortal de Devimon, pero esta congela al enemigo al instante.
- Ala de Acero: Sus alas se revisten en acero para atacar al enemigo.
- Congelación de Cero: Abraza al enemigo para congelarlo.
* Frigimon.
- Zettai Reido Punch: Golpea con un puño helado.
- Yukigassen: Lanza una lluvia de bolas de nieve.
* Iceleomon.
- Hyoujūken: Reúne el poder de aire frío en su mano derecha y le dispara una ráfaga de aire frío en la forma de una cabeza de león que congela al enemigo.
- Reikikou: Ralentiza al enemigo con una ráfaga de aire frío de congelación.
Re: Susurros desde la escarcha...
Las dos "albinas" miraron a Mashury, frunciendo el ceño. La albina iba a hablar, como no, de manera poco educada y amable. Pero fue su compañera más veloz a la hora de hablar.
- ¿Perdona? Estamos susurrando por si no te has dado cuenta. Dudo mucho de que por nuestra culpa se caiga el techo y no por el grito que acabas de pegarnos.
Tras ello, continuaron avanzando hasta que finalmente pudieron salir del túnel. Pero los grandes oídos de la gata captaron algo. Con una seña le indicó a su compañera humana que podría haber algo en la sala, o en una cercana a esta. El hielo podía trasmitir bien el sonido, y gracias a sus enormes orejas la gata podía escucharlo... O puede que fuese su imaginación, pero mejor asegurarse.
Con unas señas le indicó a su humana que la ayudase a subir a las estalactitas de hielo que había en el techo. Juclhen la ayudo siendo su impulso, mientras que los demás observaban la habitación completamente sorprendidos.
Justo a tiempo, porque en el momento en el que la felina se enganchaba a la fría superficie, clavando las garras, aparecieron los tres digimons. Con sigilo y cuidado fue saltando y enganchandose de unas a otras hasta quedar en una estalactita que quedaba al lado de otra que estaba encima del IceLeomon. Saltó con un fuerte impulso, pata trasera por delante, golpeandola con fuerza.
La estructura helada se resqubrajó, separándose del techo y cayendo directamente hacia el león. El único sonido que se había escuchado era el de crujir del hielo. Pero con las palabras de los tres digimons y el ataque del felino de hielo, seguramente pasaría inadvertido para los tres enemigos.
Gatomon, tras golpearla, se apoyó en ella dandose impulso para saltar a otra estalactita cercana en la que clavó las uñas para evitar caer. Si todo salía bien, podría eliminar a otro digimon usando el mismo método. Y dado que las patadas iban centradas a una solo, no había riesgo de que tirara las otras por ser un ataque de energía o desfocalizado.
Julchen rodó en cuanto el león atacó parapetándose detrás de una de las columnas de hielo. Mientras sacaba la espada de la funda de su espalda. No sabía si tendría que luchar por ahora, pero era mejor no estar desarmada por si acaso.
- ¿Perdona? Estamos susurrando por si no te has dado cuenta. Dudo mucho de que por nuestra culpa se caiga el techo y no por el grito que acabas de pegarnos.
Tras ello, continuaron avanzando hasta que finalmente pudieron salir del túnel. Pero los grandes oídos de la gata captaron algo. Con una seña le indicó a su compañera humana que podría haber algo en la sala, o en una cercana a esta. El hielo podía trasmitir bien el sonido, y gracias a sus enormes orejas la gata podía escucharlo... O puede que fuese su imaginación, pero mejor asegurarse.
Con unas señas le indicó a su humana que la ayudase a subir a las estalactitas de hielo que había en el techo. Juclhen la ayudo siendo su impulso, mientras que los demás observaban la habitación completamente sorprendidos.
Justo a tiempo, porque en el momento en el que la felina se enganchaba a la fría superficie, clavando las garras, aparecieron los tres digimons. Con sigilo y cuidado fue saltando y enganchandose de unas a otras hasta quedar en una estalactita que quedaba al lado de otra que estaba encima del IceLeomon. Saltó con un fuerte impulso, pata trasera por delante, golpeandola con fuerza.
La estructura helada se resqubrajó, separándose del techo y cayendo directamente hacia el león. El único sonido que se había escuchado era el de crujir del hielo. Pero con las palabras de los tres digimons y el ataque del felino de hielo, seguramente pasaría inadvertido para los tres enemigos.
Gatomon, tras golpearla, se apoyó en ella dandose impulso para saltar a otra estalactita cercana en la que clavó las uñas para evitar caer. Si todo salía bien, podría eliminar a otro digimon usando el mismo método. Y dado que las patadas iban centradas a una solo, no había riesgo de que tirara las otras por ser un ataque de energía o desfocalizado.
Julchen rodó en cuanto el león atacó parapetándose detrás de una de las columnas de hielo. Mientras sacaba la espada de la funda de su espalda. No sabía si tendría que luchar por ahora, pero era mejor no estar desarmada por si acaso.
- ataques:
- Neko kick: Una rápida patada voladora
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Segui a Naois mientras escuchaba las quejas de aquellas dos. Realmente faciles de controlar. Eran muy previsibles. Lo que me hizo asegurarme de que no serian capaces de hacerme gran cosa. Peor apenas pelee ya que escuche algo. al salir vimos a tres digimons.
-Parece que tenemos pelea...
Respondi viendo como Dulomon evolucionaba otra vez. Esta vez nos agarro a mi y a Naois y como pudo esquivo los ataques volando y enganchandose a la pared con las garras. Despues de eso nos dejo en el suelo y se lanzo contra los enemigos con la espada en mano.
-Naois, estamos en un mal lugar. Quizas...
Dije sacando el ordenador y sentandome en el suelo. De golpe una rueda negra salio de este y fue detras de icedevimon.
-Veamos aver que sucede...
-Parece que tenemos pelea...
Respondi viendo como Dulomon evolucionaba otra vez. Esta vez nos agarro a mi y a Naois y como pudo esquivo los ataques volando y enganchandose a la pared con las garras. Despues de eso nos dejo en el suelo y se lanzo contra los enemigos con la espada en mano.
-Naois, estamos en un mal lugar. Quizas...
Dije sacando el ordenador y sentandome en el suelo. De golpe una rueda negra salio de este y fue detras de icedevimon.
-Veamos aver que sucede...
Re: Susurros desde la escarcha...
De repente una estalagtita cayó sobre el Iceleomon, atravesándolo. El animal rugió de dolor mientras se deshacía en datos, hasta que, finalmente, estos se dividieron completamente, reuniendose otra vez para formar un digihuevo. En ese momento sentí como Lordermon nos agarraba a mí y a Mashury, dejándonos tras otro muro. Por eso, ni siquiera supe si las otras dos estaban bien.
Me senté en el suelo con la espalda apoyada, jadeante, mientras que Mashury sacaba el portatil, haciendo salir una... especie de engranaje negro.
- Me tienes que enseñar a hacer eso.-le dije, mientras pasaba una banda de datos por el digivice y me transformaba en Mirumon.
Me asomé por el muro, muy rápidamente, y eché un vistazo. Busqué a la chica humana con la mirada, para asegurarme de que estaba bien. Por suerte, así era. Se encontraba tras un muro, sacando un arma filosa de su funda. Parecía en tensión, preparada para cualquier cosa...
La estalagtita funcionó con Iceleomon, pero no con sus compañeros. Estos vieron venir el peligro al escuchar el crujir del hielo, y alzaron la mirada mientras retrocedían. Al ver al lobo alado, Frigimon dio un paso atrás y comenzó a lanzar sobre él una ráfaga de bolas de nieve, mientras que Icedevimon sintió algo incrustarse en su gélida espalda. La rueda había conseguido entrar en él.
Frigimon se dio cuenta de esto, y sin preocuparse por su compañero, pegó un potente golpe en el suelo. Todo retumbó con fuerza, multitud de grietas crujieron el hielo y se desplazaron por las paredes, subiendo hasta el techo...
- Oh, oh...
Las paredes se agrietaron pigrosamente, hasta llevar las mortales líneas de las grietas hasta el techo, y por ende, hasta las estalagtitas.
De repente, el suelo, el techo y las paredes se vinieron abajo. Primero cayeron las estalagtitas del suelo, por suerte sin atravesar a nadie. Un milisegundo después, el suelo se hundió, haciéndonos caer a todos los que allí nos encontrábamos a una "sala" inferior.
- Dios...-dije al ver los toboganes de hielo bajo nuestros pies...
Off: Los ataques de los NPC's ya los sabeis, y si no, mirad mi anterior post.
Me senté en el suelo con la espalda apoyada, jadeante, mientras que Mashury sacaba el portatil, haciendo salir una... especie de engranaje negro.
- Me tienes que enseñar a hacer eso.-le dije, mientras pasaba una banda de datos por el digivice y me transformaba en Mirumon.
Me asomé por el muro, muy rápidamente, y eché un vistazo. Busqué a la chica humana con la mirada, para asegurarme de que estaba bien. Por suerte, así era. Se encontraba tras un muro, sacando un arma filosa de su funda. Parecía en tensión, preparada para cualquier cosa...
* * * * * * *
La estalagtita funcionó con Iceleomon, pero no con sus compañeros. Estos vieron venir el peligro al escuchar el crujir del hielo, y alzaron la mirada mientras retrocedían. Al ver al lobo alado, Frigimon dio un paso atrás y comenzó a lanzar sobre él una ráfaga de bolas de nieve, mientras que Icedevimon sintió algo incrustarse en su gélida espalda. La rueda había conseguido entrar en él.
Frigimon se dio cuenta de esto, y sin preocuparse por su compañero, pegó un potente golpe en el suelo. Todo retumbó con fuerza, multitud de grietas crujieron el hielo y se desplazaron por las paredes, subiendo hasta el techo...
* * * * * * *
- Oh, oh...
Las paredes se agrietaron pigrosamente, hasta llevar las mortales líneas de las grietas hasta el techo, y por ende, hasta las estalagtitas.
De repente, el suelo, el techo y las paredes se vinieron abajo. Primero cayeron las estalagtitas del suelo, por suerte sin atravesar a nadie. Un milisegundo después, el suelo se hundió, haciéndonos caer a todos los que allí nos encontrábamos a una "sala" inferior.
- Dios...-dije al ver los toboganes de hielo bajo nuestros pies...
Off: Los ataques de los NPC's ya los sabeis, y si no, mirad mi anterior post.
Re: Susurros desde la escarcha...
Toda la cueva retumbó antes de que el suelo se agrietara completamente. Julchen, trató por todos los medios mantenerse el máximo de tiempo posible sobre suelo firme, pero como suele ocurrir en la vida: Nada es eterno.
Así que, finalmente el suelo se abrió a sus pies. Clavó la espada en el hielo para frenarse en mitad del tobogán. Puesto que su compañera estaba aún en el techo. No se fijó en lo que les ocurría a los demás; puesto que seguro que el zorro alado les salvaba sin despeinarse.
Gatomon observó aterrorizada como se movían las estalacmitas a causa de las grietas. El maldito oso no había pensado que con esa acción debilitaria el suelo, luego las paredes y finalmente el techo. Que acabaría cayendo y aplastandoles a todos... Eso si habían tenido suerte y habían sobrevivido a la caida de los gigantescos chuzos de hielo que colgaban del techo.
Sus afilados ojos se fijaron en su humana que estaba sobre una especie de tobogán de hielo, esperándola. Si no se iba ya de allí, la albina moriría aplastada. Así que, se dejó caer sobre ella.
- Suelta la espada... Si nos quedamos aquí moriremos.
La humana lo hizo, soltó sus manos del mango del arma. Dejándose caer por el hielo, aunque algo reticente. Puesto que había dejado allí una de sus armas... Pero tratar de sacarla hubiese sido demasiado tiempo perdido, y sabía que el tiempo es un bien escaso para salvar la vida.
Así que, finalmente el suelo se abrió a sus pies. Clavó la espada en el hielo para frenarse en mitad del tobogán. Puesto que su compañera estaba aún en el techo. No se fijó en lo que les ocurría a los demás; puesto que seguro que el zorro alado les salvaba sin despeinarse.
Gatomon observó aterrorizada como se movían las estalacmitas a causa de las grietas. El maldito oso no había pensado que con esa acción debilitaria el suelo, luego las paredes y finalmente el techo. Que acabaría cayendo y aplastandoles a todos... Eso si habían tenido suerte y habían sobrevivido a la caida de los gigantescos chuzos de hielo que colgaban del techo.
Sus afilados ojos se fijaron en su humana que estaba sobre una especie de tobogán de hielo, esperándola. Si no se iba ya de allí, la albina moriría aplastada. Así que, se dejó caer sobre ella.
- Suelta la espada... Si nos quedamos aquí moriremos.
La humana lo hizo, soltó sus manos del mango del arma. Dejándose caer por el hielo, aunque algo reticente. Puesto que había dejado allí una de sus armas... Pero tratar de sacarla hubiese sido demasiado tiempo perdido, y sabía que el tiempo es un bien escaso para salvar la vida.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
Mire para ver el trayecto de la rueda. Mientras Lordermon estaba atento y avanzaba aun recibiendo los golpes de frigimon. avanzando para darle un buen espadazo. Mientras la rueda se incrusto en el otro digimon, obteniendo el poder. Sonrei al lograrlo y lo controle para que atacara a Frigimon.
Aun asi Frigimon ataco por su cuenta y viendo el peligro Lordermon volvio para cubrirnos de las estalagtitas del techo.
-Ya te enseñare NaoisXD jajaja
Respondi animada por la pelea cuando el suelo se cayo y acabe en una especie de tobogan.
-¿y esto?... waaa...agarraros
Dije bajando por los toboganes felizmente, era divertido bajar por esos aparatos. sonrei por ello mientras cogia velocidad. Sabiendo los riesgos de una caida, pero haciendo lo que no habia podido con pocos años
Aun asi Frigimon ataco por su cuenta y viendo el peligro Lordermon volvio para cubrirnos de las estalagtitas del techo.
-Ya te enseñare NaoisXD jajaja
Respondi animada por la pelea cuando el suelo se cayo y acabe en una especie de tobogan.
-¿y esto?... waaa...agarraros
Dije bajando por los toboganes felizmente, era divertido bajar por esos aparatos. sonrei por ello mientras cogia velocidad. Sabiendo los riesgos de una caida, pero haciendo lo que no habia podido con pocos años
Re: Susurros desde la escarcha...
Pronto sentí a mi culo golpearse con algo duro, pero no me dio tiempo a asimilarlo, pues resbalé por el tobogán hacia abajo, todo el rato hacia abajo. Miré a mi alrededor, eran tres toboganes juntos, y por ahora abiertos, que descendían juntos hacia el mismísimo centro de la tierra. O eso pensé, puesto que eso era un no acabar. Encontré, en los otros dos toboganes, a Mashury con Lordermon, y a la chica albina con su compañero. Yo estaba en el del centro, y ellas a los lados, cayendo junto a mí.
Por un momento me asusté, dada la velocidad que llevábamos. Pero luego descubrí que sentir el aire en el rostro era algo agradable e increíble, casi era como volar. No pude evitar alzar los brazos hacia arriba, y gritar de la euforia y júbilo.
- ¡¡¡WUUUUUUU!!!
Reí con alegría, mientras que Mirumon se cagaba en todo lo que pillaba. Creo que le daban miedo las alturas.
- Venga, el último que llegue al final es un pardillo jejejeje-les dije alas chicas, encogiéndome en el tobogán para coger más velocidad.
Por un momento me asusté, dada la velocidad que llevábamos. Pero luego descubrí que sentir el aire en el rostro era algo agradable e increíble, casi era como volar. No pude evitar alzar los brazos hacia arriba, y gritar de la euforia y júbilo.
- ¡¡¡WUUUUUUU!!!
Reí con alegría, mientras que Mirumon se cagaba en todo lo que pillaba. Creo que le daban miedo las alturas.
- Venga, el último que llegue al final es un pardillo jejejeje-les dije alas chicas, encogiéndome en el tobogán para coger más velocidad.
Re: Susurros desde la escarcha...
La albina aún refunfuñaba por su espada abandonada, quizás no fuera una de las de la colección importante -que en ese caso ya podría habersele caido la sala encima, que no soltaba el arma- pero aún así la dolía abandonar un objeto en el que había invertido varias horas para afilarla. ¿Por qué todo en esta vida es tan efímero? se preguntaba. Bueno, la respuesta es fácil, porque el universo ve divertido hacer sufrir a la gente...
Gatomon por su parte iba medio apomponada, puesto que no la gustaba nada esa velocidad. Suerte que tenía el pelo corto y al menos no era una bola completa. Pero la sensación de que cada uno de tus poros estuviese en tensión no era nada agradable. Sin embargo lo peor aún no había llegado... Las palabras de Nao fueron el desencadenante.
- ¿Una carrera?- los ojos de la albina brillaron de manera competitiva, antes de volverse hacia Gatomon, ahora con un brillo siniestro.- Gatooo...
- ¡No! Sea lo que sea que pase por esa cabecita ni se te ocurra...
No tuvo mucha más opción, puesto que la albina la tiro del tobogán para afuera. En una caida libre de a saber cuantos metros... Sí, por ganar la albina era capaz de cualquier cosa. Incluso se tiraría ella misma, pero teniendo a un gato, mejor tirar a este porque siempre cae de pie. O al menos esa era la lógica aplicada.
- HIJA PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
Por mucho que los toboganes fuesen de hielo, la aceleración obtenida por la propia gravedad hacia abajo, haría que la gata fuese la primera en llegar seguramente.
Cumplida con la tarea, la chica se tumbó en el tobogán, posicionadno las manos igual que un faraón egipcio para hacer menos rozamiento con el aire.
Gatomon por su parte iba medio apomponada, puesto que no la gustaba nada esa velocidad. Suerte que tenía el pelo corto y al menos no era una bola completa. Pero la sensación de que cada uno de tus poros estuviese en tensión no era nada agradable. Sin embargo lo peor aún no había llegado... Las palabras de Nao fueron el desencadenante.
- ¿Una carrera?- los ojos de la albina brillaron de manera competitiva, antes de volverse hacia Gatomon, ahora con un brillo siniestro.- Gatooo...
- ¡No! Sea lo que sea que pase por esa cabecita ni se te ocurra...
No tuvo mucha más opción, puesto que la albina la tiro del tobogán para afuera. En una caida libre de a saber cuantos metros... Sí, por ganar la albina era capaz de cualquier cosa. Incluso se tiraría ella misma, pero teniendo a un gato, mejor tirar a este porque siempre cae de pie. O al menos esa era la lógica aplicada.
- HIJA PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
Por mucho que los toboganes fuesen de hielo, la aceleración obtenida por la propia gravedad hacia abajo, haría que la gata fuese la primera en llegar seguramente.
Cumplida con la tarea, la chica se tumbó en el tobogán, posicionadno las manos igual que un faraón egipcio para hacer menos rozamiento con el aire.
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Re: Susurros desde la escarcha...
Lordermon intentaba frenarse algo asustado, calculando siempre el horizonte y el riesgo de que si habia un agujero poder parar antes. Que triste. Por una vez en aquel momento Yo me lo estaba pasando genial. Pero enseñaria a esos dos quien era. ¿ganar? La verdad que era dificil, pero yo no pretendia eso. Yo queria disfrutar de aquello y aprobechar aquel tobogan sin final. Mire a la albina observando su buena eleccion de posision para tomar velocidad. Pero yo por mi parte esperaba algo. algo que venia desde atras y poco a poco me alcanzaba.
-¿carrera? jajajja. yo prefiero disfrutarlo, pero aver sin con suerte os gano y no pillo un costipado muajajajja
Dije con una risa algo malvada y agarre un pedazo de hielo que caia por el tobogan agran velocidad. Me lo puse a mis pies y me levante con mucho equilibrio encima del bloque de hielo. Entonces les mire en posicion de surf y colocandome de una manera que hiciera poca resistencia con el aire.
-Vais a ver jajajajjaja
Dije viendo como me balanceaba de un lado a otro y aveces saltaba por los lados del tobogan, pero volviendo siempre al centro de éste. Y segui bajando a gran velocidad.
-¿carrera? jajajja. yo prefiero disfrutarlo, pero aver sin con suerte os gano y no pillo un costipado muajajajja
Dije con una risa algo malvada y agarre un pedazo de hielo que caia por el tobogan agran velocidad. Me lo puse a mis pies y me levante con mucho equilibrio encima del bloque de hielo. Entonces les mire en posicion de surf y colocandome de una manera que hiciera poca resistencia con el aire.
-Vais a ver jajajajjaja
Dije viendo como me balanceaba de un lado a otro y aveces saltaba por los lados del tobogan, pero volviendo siempre al centro de éste. Y segui bajando a gran velocidad.
Re: Susurros desde la escarcha...
- ¡Tramposa, eso no vale!-grité, molesto.
Gruñí algo inteligible, pero busque una manera de ir más rápido, pero por más que lo pensaba, menos cosas se me ocurrían. Así que me pegué aún más al hielo.
- Bshdjdjeisj-gruñí, más que dije, aún más frustrado al ver a Mashury controlar como si estuviera surfeando.
<< ¡Naois! >> La voz alterada de Mirumon me hizo mirar un poco hacia delante, para ver cómo seguía el tobogán.
- ¡Ah, demonios!
Los tres toboganes se terminaban. De golpe. Para dar paso a otros toboganes, esta vez cerrados, y que dibujaban una espiral vertical en el aire. Loopings.
- ¡Waaaaaa!-grité, cerrando los ojos, cuando dejé de sentir el hielo debajo de mí. Aunque segundos después lo volví a sentir y al subir de nuevo los párpados, me di cuenta de que había conseguido entrar en el looping, pues había más hielo sobre mí.
- ¡JAJAJAJAJA! ¡CHÚPATE ESA! (?)
Gruñí algo inteligible, pero busque una manera de ir más rápido, pero por más que lo pensaba, menos cosas se me ocurrían. Así que me pegué aún más al hielo.
- Bshdjdjeisj-gruñí, más que dije, aún más frustrado al ver a Mashury controlar como si estuviera surfeando.
<< ¡Naois! >> La voz alterada de Mirumon me hizo mirar un poco hacia delante, para ver cómo seguía el tobogán.
- ¡Ah, demonios!
Los tres toboganes se terminaban. De golpe. Para dar paso a otros toboganes, esta vez cerrados, y que dibujaban una espiral vertical en el aire. Loopings.
- ¡Waaaaaa!-grité, cerrando los ojos, cuando dejé de sentir el hielo debajo de mí. Aunque segundos después lo volví a sentir y al subir de nuevo los párpados, me di cuenta de que había conseguido entrar en el looping, pues había más hielo sobre mí.
- ¡JAJAJAJAJA! ¡CHÚPATE ESA! (?)
Re: Susurros desde la escarcha...
Gatomon comenzó su caida de manera descontrolada. A fin de cuentas acababan de tirarla sin su permiso. Pero cuando un estalagtita de hielo apareció frente a su hocico, acercó las garras para conseguir frenarse lo suficiente como para poder controlar mejor su caida. A partir de ese momento, fue descendiendo trazando figuras en el aire, llenas de vueltas y giros. Cada vez que se veía muy acelerada trataba de clavar sus garras sobre cualquier superficie, ya fuesen los toboganes, las paredes o algunas columnas de hielo.
Así, en pocos segundos acabó siendo la primera en llegar al suelo. A fin de cuentas, la velocidad que alcanzaba alguien en caida libre a alguien que desciende por una superficie inclinada es algo mayor. Sobre todo porque no había giros y coeficientes de fricción. Sólo resistencia al aire.
La albina por su parte había tenido sus segundos de ventaja al haberse puesto en una posición más propicia para el deslizamiento. Así que, tardó más en enterarse de lo que hacía Mashury. Pero cuando la vio maldijo entre dientes. Tenía que encontrar una manera más rápida para detenrla...
Sus siniestros ojos se posaron en los chuzos helados que pasaban por encima de los toboganes. Quizás si conseguía debilitar la base de uno de ellos podría tirarlo en el recorrido del tobogán de sus rivales. A estas alturas no iba a mirar si era en el de Mashury o en el de Naois. Es más, la daba igual hasta el acabar con la vida de una persona con tal de ganar. Así era ella, ganar por encima de todo.
Sacó una de las pistolas que llevaba dentro de la chaqueta y elevando los brazos, se puso a disparar con una relativa buena puntería para alguien que está en movimiento al mismo trozo de hielo. Tuvo incluso que ponerse bocabajo en el tobogán, sin mirar hacia donde iba para poder seguir disparando. Y finalmente lo hizo caer... Sin embargo, cosas del karma o de leyes del universo, la estalagtita cayó sobre su tobogan. El motivo era que este daba una vuelta amplia hasta cambiar de zona, ocupando el lugar por donde deberían ir el de Mashury o el de Naois.
- Jodido Karma...- fue lo último que pronunció antes de llegar al amplio agujero.
Así que, roto el tobogán no llegaba a dar el salto, y la albina se dirigió hacia el fondo. Unos diez metros la separaban del suelo helado de la caverna. Una altura en la que podría salir viva con algo roto o muerta si caía mal.
Así, en pocos segundos acabó siendo la primera en llegar al suelo. A fin de cuentas, la velocidad que alcanzaba alguien en caida libre a alguien que desciende por una superficie inclinada es algo mayor. Sobre todo porque no había giros y coeficientes de fricción. Sólo resistencia al aire.
La albina por su parte había tenido sus segundos de ventaja al haberse puesto en una posición más propicia para el deslizamiento. Así que, tardó más en enterarse de lo que hacía Mashury. Pero cuando la vio maldijo entre dientes. Tenía que encontrar una manera más rápida para detenrla...
Sus siniestros ojos se posaron en los chuzos helados que pasaban por encima de los toboganes. Quizás si conseguía debilitar la base de uno de ellos podría tirarlo en el recorrido del tobogán de sus rivales. A estas alturas no iba a mirar si era en el de Mashury o en el de Naois. Es más, la daba igual hasta el acabar con la vida de una persona con tal de ganar. Así era ella, ganar por encima de todo.
Sacó una de las pistolas que llevaba dentro de la chaqueta y elevando los brazos, se puso a disparar con una relativa buena puntería para alguien que está en movimiento al mismo trozo de hielo. Tuvo incluso que ponerse bocabajo en el tobogán, sin mirar hacia donde iba para poder seguir disparando. Y finalmente lo hizo caer... Sin embargo, cosas del karma o de leyes del universo, la estalagtita cayó sobre su tobogan. El motivo era que este daba una vuelta amplia hasta cambiar de zona, ocupando el lugar por donde deberían ir el de Mashury o el de Naois.
- Jodido Karma...- fue lo último que pronunció antes de llegar al amplio agujero.
Así que, roto el tobogán no llegaba a dar el salto, y la albina se dirigió hacia el fondo. Unos diez metros la separaban del suelo helado de la caverna. Una altura en la que podría salir viva con algo roto o muerta si caía mal.
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Re: Susurros desde la escarcha...
Segui avanzando poco a poco, hasta que el tobogán parecio acabarse. Asi que segui hasta que quede en el aire. Una vez ahí solte el trozo de hielo y espere haber cogido la suficiente velocidad para que no pasara nada. Afortunada mente entre y avance haciendo los loopings.
-WAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAA, ESTO ES GENIAAAAAAL
Respondi haciendo que Lordermon volviese a ser dulomon. Podria atrancarse . Asi que este al ver lo que pasaba y ver que no se podía agarrar bien empezó a caer mas rápido, entrando también en el loopin.
-WAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAA, ESTO ES GENIAAAAAAL
Respondi haciendo que Lordermon volviese a ser dulomon. Podria atrancarse . Asi que este al ver lo que pasaba y ver que no se podía agarrar bien empezó a caer mas rápido, entrando también en el loopin.
Re: Susurros desde la escarcha...
Seguí gritando de júbilo, emocionado por aquella sensación que me ponía el cuerpo en tensión, a tope. Escuché cerca de mí un chillido similar, así que supuse que las chicas también debían de estar pasandolo bien. Sentí la gravedad al pasar por los loopings, que cada vez bajaban más y más, acercándonos al final. Sin embargo, de repente, percibí que el tobogán volvía a abrirse de nuevo, convirtiéndose en uno más grande. Pronto comprendí por qué. Los tres toboganes se habían unido entre ellos para formar uno solo. Vi a Mashury salir después que yo de su tobogán, y un milisegundo despues, lo hacía yo, colocándome a su espalda.
Pero la albina no aparecía.
- ¿Dónde está...?-empecé a preguntar, quedandome a media frase por no saber como se llamaba la loca.
Pronto me vino la respuesta, al oír un grito descendente. Alcé la mirada, viendo caer algo desee arriba, y casi instintivamente, clavé. las garras en el tobogán para frenarme.
- Vamos...
Conseguí más o menos detenerme, y cuando conseguí estabilizarme, hinqué los talones en el hielo, dando un poderoso salto hacia la chica. Volé por el aire, con los brazos por delante para cogerla, calculando el momento en el que la salvaría.
- ¡Te tengo!-exclamé.
Gracias a Dios, el tobogán ya se había estado terminando cuando salté, por lo que al aterrizar en el suelo no me hice daño. Miré a la chica y le sonreí, dejandola en el suelo, a salvo.
O no.
Poco después de salir del "túnel-tobogán", Mashury llegó al final, sin sufrir ningún daño, con Dulomon a cuestas. Todo parecía ir normal, se encontraban en una sala enorme (esta vez si era bastante grande) y, cuanto menos, hermosa.
Más allá del tobogán, había una pequeña laguna, subterránea y de aguas cristalinas. Aguas que reflejaban perfectamente el manto de colores que parecía flotar en el aire, sobre ellas. Una aurora boreal.
Pero la albina no aparecía.
- ¿Dónde está...?-empecé a preguntar, quedandome a media frase por no saber como se llamaba la loca.
Pronto me vino la respuesta, al oír un grito descendente. Alcé la mirada, viendo caer algo desee arriba, y casi instintivamente, clavé. las garras en el tobogán para frenarme.
- Vamos...
Conseguí más o menos detenerme, y cuando conseguí estabilizarme, hinqué los talones en el hielo, dando un poderoso salto hacia la chica. Volé por el aire, con los brazos por delante para cogerla, calculando el momento en el que la salvaría.
- ¡Te tengo!-exclamé.
Gracias a Dios, el tobogán ya se había estado terminando cuando salté, por lo que al aterrizar en el suelo no me hice daño. Miré a la chica y le sonreí, dejandola en el suelo, a salvo.
O no.
* * * * * * *
Poco después de salir del "túnel-tobogán", Mashury llegó al final, sin sufrir ningún daño, con Dulomon a cuestas. Todo parecía ir normal, se encontraban en una sala enorme (esta vez si era bastante grande) y, cuanto menos, hermosa.
Más allá del tobogán, había una pequeña laguna, subterránea y de aguas cristalinas. Aguas que reflejaban perfectamente el manto de colores que parecía flotar en el aire, sobre ellas. Una aurora boreal.
Re: Susurros desde la escarcha...
Gatomon fijó sus ojos azules hacia los toboganes de hielo. Acababa de escuchar un extraño estruendo proviniendo de la parte de arriba. Sus pupilas se fijaron en los cascotes que caían, hasta que vislumbro algo blanco y azul, pero que no era hielo, sino que era su propia compañera que se precipitaba hacia el vacío. Se tensó porque a esa altura lo más normal es que la humana muriese. Aunque siempre podía tener suerte y solo acabar con algo roto.
Se preparó para colocarse en una posición acertada para saltar y cogerla en el aire, tratando de eliminar toda la velocidad que llevara. Era la única forma que tenía de salvarla. Al menos que se la ocurriera de momento. Pero no tuvo que hacerlo, una sombra morada agarró a la humana segundos antes de que la gata saltara, dejándola ilesa en el suelo.
Preocupada por su compañera, la gata se acercó. Agradeciendole a Mirumon que la hubiese salvado. No habría nada, ninguna palabra o acción que le demostrara al forestal lo agradecida que estaba. Pero al menos con un gracias de todo corazón podías aproximarte.
- Gracias por salvarla, Mirumon.
La albina se encontraba perfectamente ilesa. Con una leve sonrisa en la cara, altiva, porque sabía que no se la iba a pegar... Aunque se habría esperado que su compañera fuese la que lo hubiese evitado. Pero en el fondo, aunque no quisiese admitirlo, se había asustado. Y quizás por ese mismo motivo, no le soltó una de sus típicas frases que demostraban que no necesitaba a nadie a Naois.
- Si, gracias por no dejarme caer... - dijo no demasiado alto, sin mirar al guerrero. Como si no le gustase tener que articular esas palabras.
Se preparó para colocarse en una posición acertada para saltar y cogerla en el aire, tratando de eliminar toda la velocidad que llevara. Era la única forma que tenía de salvarla. Al menos que se la ocurriera de momento. Pero no tuvo que hacerlo, una sombra morada agarró a la humana segundos antes de que la gata saltara, dejándola ilesa en el suelo.
Preocupada por su compañera, la gata se acercó. Agradeciendole a Mirumon que la hubiese salvado. No habría nada, ninguna palabra o acción que le demostrara al forestal lo agradecida que estaba. Pero al menos con un gracias de todo corazón podías aproximarte.
- Gracias por salvarla, Mirumon.
La albina se encontraba perfectamente ilesa. Con una leve sonrisa en la cara, altiva, porque sabía que no se la iba a pegar... Aunque se habría esperado que su compañera fuese la que lo hubiese evitado. Pero en el fondo, aunque no quisiese admitirlo, se había asustado. Y quizás por ese mismo motivo, no le soltó una de sus típicas frases que demostraban que no necesitaba a nadie a Naois.
- Si, gracias por no dejarme caer... - dijo no demasiado alto, sin mirar al guerrero. Como si no le gustase tener que articular esas palabras.
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Re: Susurros desde la escarcha...
Los loopings ppasaban y cada vez avanzama mas rapido, al tiempo que me di cuenta de que iva l aprimera. Aunque como dijo Naois en poco tiempo la albina habia desaparecido. Naois por su cuenta saltopor el tobogan a por la chica. Yo por mi cuenta continue evitando que Dulomon saliese huyendo en cualquier momento. Suspire sin entenderlo, pero avance por los toboganes hasta el final. Todo parecia a capar. Sin embargo me quede empanada mirando la aurora, arriba y en el reflejo del agua.
-¿ves eso?...
Pregunte a Dulomon que clababa sus uñas en mi hombro como si fuese a morir en cualquier momento mientras tenia los ojos cerrados.
No dio tiempo a mucho mas ya que la velocidad y el hielo como suelo nos desplazo directos al agua. Alli caimos los dos. al agua fria. Pero saque la cabeza asombrada sin importarme lo fria que esta estaba o la ropa mojada. Dulomon por su cuenta nadaba hacia el hielo.
-Es increible, nunca pense que habria algo asi bajo tierra, podria haber construido mi central aqui. jejeje
-¿ves eso?...
Pregunte a Dulomon que clababa sus uñas en mi hombro como si fuese a morir en cualquier momento mientras tenia los ojos cerrados.
No dio tiempo a mucho mas ya que la velocidad y el hielo como suelo nos desplazo directos al agua. Alli caimos los dos. al agua fria. Pero saque la cabeza asombrada sin importarme lo fria que esta estaba o la ropa mojada. Dulomon por su cuenta nadaba hacia el hielo.
-Es increible, nunca pense que habria algo asi bajo tierra, podria haber construido mi central aqui. jejeje
Re: Susurros desde la escarcha...
Miré a la chica, cerciorándome de que no sufría de ninguna herida. Cuando terminé de asegurarme, suspiré, en parte aliviado, aunque no me cayera muy bien. En cambio, cuando Gatomon vino a agradecerme, le sonreí, en un gesto de que no había sido nada, que en parte mi deber también consistía en proteger a las personas.
Sin embargo, sí que no me esperé que la albina también me diera las gracias. La había tomado por alguien idiota, loco, psicópata, y sobretodo muy orgulloso. Y por eso, quizás le debiera de dar mérito, así que le sonreí ampliamente, con los ojos cerrados.
- De nada.
Desvié entonces la mirada hacia Mashuru y Dulomon, quienes se encontraban en el agua de la laguna. Eso me hizo observar, ensimismado, aquel conjunto de colores que flotaba y se ondulaba.
- Hala... es precioso.
Me quedé maravillado, observándolo, mientras que notaba a Dulomon y a Mashury nadar hacia la orilla, no en vano, el agua debía de estar helada.
- Pues será la última vez que lo veréis, juajuajua...-dijo una voz ronca, de repente, como en respuésta al comentario de Madhury.
De repente, delante nuestro, apareció entre sombras una figura negra, una especie de lobo antropomórfico, vestido con pantalones de camuflaje, un puño americano y una hombrera de cuero.
Soltó una ronca y suave risa, mirandonos ferozmente a todos...
Tanto Dulomon como Gatomon sentirían de repente, al ver aparecer al lobo negro, un potente dolor de cabeza que los obligaría a dedigievolucionar y a no ser capaz más de evolucionar en ese lugar. Pero no sería por cualquier ataque del nuevo digimon, sino por una fuerza ancestral que aguardaba a su elegido...
* * * * * * *
<< Nao, atención. Ese tipo no parece de trigo limpio>>me dijo Mirumon, y asentí, notándolo yo también. Me puse delante de Julchen, para protegerla, y agarré el arco plantando una flecha sobre él y lanzándola.
- Mimetismo de halcón.
La flecha voló veloz hacia el lobo. Estaba seguro de que le alcanzaría, en plenp rostro, pero este ni se apartó. ¿Qué hacía? ¿Por que no se apartaba? Si no se quitaba, le daría, y la flecha estaba envenenada. ¿Por qué, entones? No obstante, en el último momento, el lobo sonrió ampliamente, de forma astuta, y ladeó la cabeza, sin que la saeta le tocara... la flecha pasó de largo, perdiéndose en las aguas de la laguna.
- ¿Qué...?
El lobo negro dio un pisotón en el suelo y se lanzó hacia mí. Apenas pude verlo, traté de retroceder, pero en dos segundos sentí una pierna incrustarse en mi costado, y lanzarme contra una pared...
Off:
Were Garurumon (black):
* Kaiser Nail: Acuchilla al oponente con sus poderosas garras.
* Engetsugeri: Lanza una poderosa patada a su oponente.
Mirumon:
* Mimetismo de halcón: Aumenta el poder de ataque a distancia un 15%
Sin embargo, sí que no me esperé que la albina también me diera las gracias. La había tomado por alguien idiota, loco, psicópata, y sobretodo muy orgulloso. Y por eso, quizás le debiera de dar mérito, así que le sonreí ampliamente, con los ojos cerrados.
- De nada.
Desvié entonces la mirada hacia Mashuru y Dulomon, quienes se encontraban en el agua de la laguna. Eso me hizo observar, ensimismado, aquel conjunto de colores que flotaba y se ondulaba.
- Hala... es precioso.
Me quedé maravillado, observándolo, mientras que notaba a Dulomon y a Mashury nadar hacia la orilla, no en vano, el agua debía de estar helada.
- Pues será la última vez que lo veréis, juajuajua...-dijo una voz ronca, de repente, como en respuésta al comentario de Madhury.
De repente, delante nuestro, apareció entre sombras una figura negra, una especie de lobo antropomórfico, vestido con pantalones de camuflaje, un puño americano y una hombrera de cuero.
- Were Garurumon (black):
Soltó una ronca y suave risa, mirandonos ferozmente a todos...
* * * * * * *
Tanto Dulomon como Gatomon sentirían de repente, al ver aparecer al lobo negro, un potente dolor de cabeza que los obligaría a dedigievolucionar y a no ser capaz más de evolucionar en ese lugar. Pero no sería por cualquier ataque del nuevo digimon, sino por una fuerza ancestral que aguardaba a su elegido...
<< Sshhh.... >>
* * * * * * *
<< Nao, atención. Ese tipo no parece de trigo limpio>>me dijo Mirumon, y asentí, notándolo yo también. Me puse delante de Julchen, para protegerla, y agarré el arco plantando una flecha sobre él y lanzándola.
- Mimetismo de halcón.
La flecha voló veloz hacia el lobo. Estaba seguro de que le alcanzaría, en plenp rostro, pero este ni se apartó. ¿Qué hacía? ¿Por que no se apartaba? Si no se quitaba, le daría, y la flecha estaba envenenada. ¿Por qué, entones? No obstante, en el último momento, el lobo sonrió ampliamente, de forma astuta, y ladeó la cabeza, sin que la saeta le tocara... la flecha pasó de largo, perdiéndose en las aguas de la laguna.
- ¿Qué...?
El lobo negro dio un pisotón en el suelo y se lanzó hacia mí. Apenas pude verlo, traté de retroceder, pero en dos segundos sentí una pierna incrustarse en mi costado, y lanzarme contra una pared...
Off:
Were Garurumon (black):
* Kaiser Nail: Acuchilla al oponente con sus poderosas garras.
* Engetsugeri: Lanza una poderosa patada a su oponente.
Mirumon:
* Mimetismo de halcón: Aumenta el poder de ataque a distancia un 15%
Re: Susurros desde la escarcha...
Se cruzó de brazos, molesta tras haber agradecido al chico sin pensar. Ella no solía dar muestras tan claras de debilidad, quizás le había afectado demasiado el dudar de su compañera y pensar que ahora tendría la cabeza reventada contra el suelo... Volvió a cruzarse de brazos con fuerza, entre frío y las molestias de haber sido tan "abierta" con lo que sentía.
- Como sea...- contestó de forma acerada, sobre todo al verle sonreír. No le podía caer bien ahora... O mejor dicho no quería llevarse bien con él.
La humana le dio la espalda al chico, deteniéndose a mirar la caverna helada. La verdad es que era un lugar sorprendentemente bello, casi tanto como ella. O eso se decía. Lo cierto es que la morena tenía razón al decir que era un lugar perfecto para montar un refugio secreto, aunque lo primero sería ponerle calefacción a ese sitio. Lo demás lo cumplía: amplio, de difícil acceso y con un toque único y especial.
Gatomon por su parte se quedó mirando al agua, hipnotizada por los reflejos del agua, faltó poco para que no se acercara a la luz más cercana y saltara contra una pared de hielo para estamparse cruelmente contra ella, por culpa del brillante reflejo sobre ella. El motivo de que no lo hiciera, fue porque un intenso dolor de cabeza le atacó su mente. El anillo en su cola, brilló alertándola de que algo malo estaba influenciando sobre ella. Pero el problema, es que a pesar, del anillo, dedigievolucionó, regresando a su etapa in training. Debilitada por la fuerza maligna del lugar.
Julchen, se giró a mirar mal hacia el lobo. Esperando que fuese tirado a un lado de la patada que le diera su compañera. Pero el golpe no se producía. ¿Por qué? La buscó por la mirada, hasta ver al gato-bola verde de larga cola. Con gesto preocupado se acercó a ella.
- ¿Nyaro, qué te ha pasado?
- No lo se... Pero ha sido culpa de ese lobo. Ten mucho cuidado Julchen.
La humana miró hacia atrás, viéndose "protegida" tras el cuerpo de Mirumon. Por un lado el gesto la alagaba... Por otro, la molestaba muchisimo. Odiaba que la trataran como la damisela en apuros, ella podía salvarse a sí misma y ser hasta un verdadero problema para el digimon.
- No te preocupes, me encargaré de todo.
- ¿Qué piensas hacer, Julchen?-- la mirada rojiza de la albina no le había dado buenas vibraciones. Seguro que iba a hacer una locura.
Y más o menos eso es lo que iba a hacer, guardó a su compañera en el dispositivo para que no saliera herida y después de eso, se sacó la daga de las botas. Con cuidado, trato de acercarse hacia el lobo, usando el cuerpo del guardabosques como escondite. Pero no tuvo que moverse mucho, puesto que Mirumon fue lanzado hacia su derecha a gran velocidad. Dejando al lobo a su vista y a menos de cinco metros. Sin darse tiempo a pensar lanzó la daga con toda la puntería que se puede tener al hacer las cosas rápidas, en dirección a uno de sus ojos para cegarlo. Porque dudaba mucho que pudiera matarlo así como así. Pero la cosa es que se centrara en ella por ahora.
Nada más disparar hecho a correr hacia la izquierda, para ir a una parte donde las estalagmitas salían del suelo y los cascotes también dificultaban el avance para jugar con el lobo al escondite. Un escondite letal para uno de los dos, pero escondite de todas formas.
- Como sea...- contestó de forma acerada, sobre todo al verle sonreír. No le podía caer bien ahora... O mejor dicho no quería llevarse bien con él.
La humana le dio la espalda al chico, deteniéndose a mirar la caverna helada. La verdad es que era un lugar sorprendentemente bello, casi tanto como ella. O eso se decía. Lo cierto es que la morena tenía razón al decir que era un lugar perfecto para montar un refugio secreto, aunque lo primero sería ponerle calefacción a ese sitio. Lo demás lo cumplía: amplio, de difícil acceso y con un toque único y especial.
Gatomon por su parte se quedó mirando al agua, hipnotizada por los reflejos del agua, faltó poco para que no se acercara a la luz más cercana y saltara contra una pared de hielo para estamparse cruelmente contra ella, por culpa del brillante reflejo sobre ella. El motivo de que no lo hiciera, fue porque un intenso dolor de cabeza le atacó su mente. El anillo en su cola, brilló alertándola de que algo malo estaba influenciando sobre ella. Pero el problema, es que a pesar, del anillo, dedigievolucionó, regresando a su etapa in training. Debilitada por la fuerza maligna del lugar.
Julchen, se giró a mirar mal hacia el lobo. Esperando que fuese tirado a un lado de la patada que le diera su compañera. Pero el golpe no se producía. ¿Por qué? La buscó por la mirada, hasta ver al gato-bola verde de larga cola. Con gesto preocupado se acercó a ella.
- ¿Nyaro, qué te ha pasado?
- No lo se... Pero ha sido culpa de ese lobo. Ten mucho cuidado Julchen.
La humana miró hacia atrás, viéndose "protegida" tras el cuerpo de Mirumon. Por un lado el gesto la alagaba... Por otro, la molestaba muchisimo. Odiaba que la trataran como la damisela en apuros, ella podía salvarse a sí misma y ser hasta un verdadero problema para el digimon.
- No te preocupes, me encargaré de todo.
- ¿Qué piensas hacer, Julchen?-- la mirada rojiza de la albina no le había dado buenas vibraciones. Seguro que iba a hacer una locura.
Y más o menos eso es lo que iba a hacer, guardó a su compañera en el dispositivo para que no saliera herida y después de eso, se sacó la daga de las botas. Con cuidado, trato de acercarse hacia el lobo, usando el cuerpo del guardabosques como escondite. Pero no tuvo que moverse mucho, puesto que Mirumon fue lanzado hacia su derecha a gran velocidad. Dejando al lobo a su vista y a menos de cinco metros. Sin darse tiempo a pensar lanzó la daga con toda la puntería que se puede tener al hacer las cosas rápidas, en dirección a uno de sus ojos para cegarlo. Porque dudaba mucho que pudiera matarlo así como así. Pero la cosa es que se centrara en ella por ahora.
Nada más disparar hecho a correr hacia la izquierda, para ir a una parte donde las estalagmitas salían del suelo y los cascotes también dificultaban el avance para jugar con el lobo al escondite. Un escondite letal para uno de los dos, pero escondite de todas formas.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
El lugar era precioso, pero al parecer ya tenia dueño. Un digimon aparecio alli amenazandonos al decir que no lo veriamos mas. Agarre el dispositivo con una intencion clara. Pero nada sucedio. Es mas Dulomon se debatia entre no hundirse y colocarse las patas en la cabeza. Finalmente volvio a l aevolucion anterior, una especie de zorro raton, con pelo marron y rojo e intento avanzar con menos suerte que antes. Asi que nadi ehacia el y le saque del agua mientras salia yo tammbien algo bastante fria. en poco tiempo estaria tiritando y si no me cuidaba podia coger algo mas grave que un costipado.
Mire al digimon lobo con Mi digimon en las manos y le mire con un odio asesino, mientras un aura negra empezaba a cubrirme. Nadie me hacia eso, nadie me impedia hacer evolucionar a mis digimons. Deje a mi digimon en el suelo y avance materializando las cuchillas semicirculares dispuesta a partirlo en dos. El dispositivo empezo a brillar mientras que de la mochila que llevaba a l aespalda empeco a salir una cosa negra. Esta vez, una espiral. El dispositivo estaba conectado con el ordenador. Asi que me lance contra el enemigo con las cuchillas delante. Esperando que mi ataque le hiciese confiarse para despues clavarle la espiral negra en las costillas.
-Maldito digimon ignorante.Vas a morir tu, no nosotros.
Corri hasta el para darle un espazado tras otro. Mientras la espiral se acababa de formar.
Mire al digimon lobo con Mi digimon en las manos y le mire con un odio asesino, mientras un aura negra empezaba a cubrirme. Nadie me hacia eso, nadie me impedia hacer evolucionar a mis digimons. Deje a mi digimon en el suelo y avance materializando las cuchillas semicirculares dispuesta a partirlo en dos. El dispositivo empezo a brillar mientras que de la mochila que llevaba a l aespalda empeco a salir una cosa negra. Esta vez, una espiral. El dispositivo estaba conectado con el ordenador. Asi que me lance contra el enemigo con las cuchillas delante. Esperando que mi ataque le hiciese confiarse para despues clavarle la espiral negra en las costillas.
-Maldito digimon ignorante.Vas a morir tu, no nosotros.
Corri hasta el para darle un espazado tras otro. Mientras la espiral se acababa de formar.
Re: Susurros desde la escarcha...
La pared que dio en mi espalda me cortó de golpe la respiración. Me sentí débil de golpe, mientras lo veía todo borroso, y supe que había vuelto a ser humano. Giré con esfuerzo la cabeza, lo suficiente como para observar las manchas borrosas de Mashury y la albina abalanzarse contra el lobo nd negro pelaje...
El lobo negro sonrió al ver a las dos humanas atacarlo. Con toda la suficiencia y prepotencia de la que fue capaz, bloqueó el cuchillo de Julchen con el puño americano de su mano izquierda, y cuando vio aproximarse a la otra humana, Mashury, le propinó una potente patada en el estómago, lanzándola unos metros para atrás. No en vano, su nivel era ultra, y unas simples humanas no podrían vencerlo.
- Tienes mucha confianza en tí, humana...-murmuró el lobo, mirando con astucia a la chica de pelo blanco.
Con un rápido giro de pies, corrió hacia la humana, fue un movimiento tan veloz, que parecía que había marcado un movimiento instantáneo, apareciendo justo delante de Julchen, antes de llegar al lugar de las estalagmitas. Al verla frente a sí, la agarró con su derecha del cuello, levantándola.
- ¡No permitiré que le molestéis!
La cabeza me daba vueltas, oía un insistente pitido en mis oidos. Abrí los ojos otra vez, observando al lobo que tenía agarrada a la chica, y que pronto la mataría. Un sentimiento de desesperación me unhundó, porque, aunque no me caía bien, no le deseaba la muerte a esa chica. Gemí, e intenté levantarme, pero era como si... como si tuviera un yunque en la espalda, que me impedía levantarme.
La voz resonó en mi mente, y me hizo abrir los ojos al máximo, con una leve exclamación ahogada. Miré la helada laguna, notando que me hipnotizaban sus profundas y azules aguas, de un azul eléctrico, que ondeaban con misterio... Movi una mano hacia delante y tiré arrastrándome hacia el agua. Y otra vez, y otra, hasta que tuve la orilla delante de mí. Con un impulso, me zambullí en el agua, notando como se me clavaba su fría mordedura, como miles de cuchillos...
* * * * * * *
El lobo negro sonrió al ver a las dos humanas atacarlo. Con toda la suficiencia y prepotencia de la que fue capaz, bloqueó el cuchillo de Julchen con el puño americano de su mano izquierda, y cuando vio aproximarse a la otra humana, Mashury, le propinó una potente patada en el estómago, lanzándola unos metros para atrás. No en vano, su nivel era ultra, y unas simples humanas no podrían vencerlo.
- Tienes mucha confianza en tí, humana...-murmuró el lobo, mirando con astucia a la chica de pelo blanco.
Con un rápido giro de pies, corrió hacia la humana, fue un movimiento tan veloz, que parecía que había marcado un movimiento instantáneo, apareciendo justo delante de Julchen, antes de llegar al lugar de las estalagmitas. Al verla frente a sí, la agarró con su derecha del cuello, levantándola.
- ¡No permitiré que le molestéis!
* * * * * * *
La cabeza me daba vueltas, oía un insistente pitido en mis oidos. Abrí los ojos otra vez, observando al lobo que tenía agarrada a la chica, y que pronto la mataría. Un sentimiento de desesperación me unhundó, porque, aunque no me caía bien, no le deseaba la muerte a esa chica. Gemí, e intenté levantarme, pero era como si... como si tuviera un yunque en la espalda, que me impedía levantarme.
<< Ven a mí~ >>
La voz resonó en mi mente, y me hizo abrir los ojos al máximo, con una leve exclamación ahogada. Miré la helada laguna, notando que me hipnotizaban sus profundas y azules aguas, de un azul eléctrico, que ondeaban con misterio... Movi una mano hacia delante y tiré arrastrándome hacia el agua. Y otra vez, y otra, hasta que tuve la orilla delante de mí. Con un impulso, me zambullí en el agua, notando como se me clavaba su fría mordedura, como miles de cuchillos...
<< Ven a mí~ >>
Re: Susurros desde la escarcha...
La albina chasqueó la lengua, frustrada de que ese chucho negro hubiera podido desviar su cuchillo. Aunque en parte se lo esperaba, sabía que era de nivel ultra, dado que Gatomon ya la había explicado algunas cosas sobre los digimons más comunes en el mundo. Así que, se centró en correr, ignorando tanto al pelirrojo estampado contra una pared de hielo, como a la castaña que había sido lanzada volando por una patada voladora.
Sin embargo, por mucho que corriera, poco podía hacer contra un digimon con las patas tan poderosas y desarrolladas como las de Garurumon. Y así, en apenas unos segundos, se encontró colgando en el aire, sujeta por el cuello. Sentía como el aire quemaba al pasar por su garganta de lo frío que estaba y lo estrecho que se había hecho el conducto de su cuello para dejar pasar el aire. Pero aún tenía energía y sobre todo, mucha locura o ganas de suicidarse.
Así que, apoyó las botas sobre el cuerpo del Weregarurumon para que su propio peso no la ahogara más de lo que ya estaba y de paso clavarle los tacones. Y para seguir, sacó las dos pistolas de las cartucheras y apuntó al lobo para dispararle a bocajarro. Allí donde pudiera alcanzarle hasta gastar ambos cargadores. Quizás si había suerte, estaba muerto antes de que se acabaran las balas.
Sin embargo, por mucho que corriera, poco podía hacer contra un digimon con las patas tan poderosas y desarrolladas como las de Garurumon. Y así, en apenas unos segundos, se encontró colgando en el aire, sujeta por el cuello. Sentía como el aire quemaba al pasar por su garganta de lo frío que estaba y lo estrecho que se había hecho el conducto de su cuello para dejar pasar el aire. Pero aún tenía energía y sobre todo, mucha locura o ganas de suicidarse.
Así que, apoyó las botas sobre el cuerpo del Weregarurumon para que su propio peso no la ahogara más de lo que ya estaba y de paso clavarle los tacones. Y para seguir, sacó las dos pistolas de las cartucheras y apuntó al lobo para dispararle a bocajarro. Allí donde pudiera alcanzarle hasta gastar ambos cargadores. Quizás si había suerte, estaba muerto antes de que se acabaran las balas.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
al corer hacia el, tenia muy claras mis intenciones. Pretendía clavarle aquella espiral aun a consta de dejar un claro hueco en mi defensa. Pero nada salio como planeaba. Siempre me pasaba lo mismo. cuando algo se trastocaba apenas pensaba en un paso mas adelante. Igual que con la batalla contra Yoh. Cuando algo me salia mal, no pensaba. En este caso habia sido la imposibilidad de evolucionar a Dulomon y mi impaciencia. siempre solia jugarme malas pasadas.
En aquel momento, vi su pierna dirigirse velozmente a mi tripa, superior a cualquier velocidad humana, imposible para mi de esquivarlo. Aun asi baje uno de los brazos para darle un tajo en esa pierna. O por lo menos intentarlo. Cortarle justo antes de que aquella patada me reventase por dentro, o aquello parecio. Sali disparaha hacia atras cayendo unos metros atras, casi al borde del lago. Me dolia toda la tripa, apenas podria levantarme con aquel dolor. Luego mire a la chica blanca. A quien pretendian matar aun con mas probabilidades de exito. coloque mis manos para hacer fuerza y levantar un poco mi cuerpo, entonces ignorando mis limites y algo desesperada lance la espiral negra al digimon lobo.
Note como unas gotas de sangre caian en mi mano y me di cuenta de mi gravedad. Escupir sangre no era nada bueno. Pero no me importaba lo mas minimo ahora. Mi orgullo podia mas, siempre que co acabase perdiendo la conciencia.
La espiral se dirigio al digimon, a su espalda, a gran velocidad y emanando bastante poder.
En aquel momento, vi su pierna dirigirse velozmente a mi tripa, superior a cualquier velocidad humana, imposible para mi de esquivarlo. Aun asi baje uno de los brazos para darle un tajo en esa pierna. O por lo menos intentarlo. Cortarle justo antes de que aquella patada me reventase por dentro, o aquello parecio. Sali disparaha hacia atras cayendo unos metros atras, casi al borde del lago. Me dolia toda la tripa, apenas podria levantarme con aquel dolor. Luego mire a la chica blanca. A quien pretendian matar aun con mas probabilidades de exito. coloque mis manos para hacer fuerza y levantar un poco mi cuerpo, entonces ignorando mis limites y algo desesperada lance la espiral negra al digimon lobo.
Note como unas gotas de sangre caian en mi mano y me di cuenta de mi gravedad. Escupir sangre no era nada bueno. Pero no me importaba lo mas minimo ahora. Mi orgullo podia mas, siempre que co acabase perdiendo la conciencia.
La espiral se dirigio al digimon, a su espalda, a gran velocidad y emanando bastante poder.
Re: Susurros desde la escarcha...
<< Poder... >>
Esa unica palabra resonaba en mi mente, casi congelada. Sentía el cuerpo totalmente entumecido, había sido un tremebdo error meterme en el agua, sobretodo después de aquel golpe. Ya ni siquiera recordaba el por qué de mi decisión, no podía creer que hubiera sido tan estúpido de tirarme al agua. ¿Qué había esperado conseguir con eso? Nada pasarí, pronto moriría de hipotermia, congelación... Y sin poder hacer nada, sin conseguir vengarme de mi madre y de Naty, sin aprender nada de Mashury, sin poder protegerlas a ellas del lobo... Todo por no tener poder...
<< Poder... >>
Ese susurro retumbó en mi mente, suave, tranquilo, sinuoso. Abrí los ojos en medio de todo ese agua, observando un lugar tan oscuro como la propia noche. Era como estar en mitad de una nada flotante.
<< ¿Quiéres poder? >>dijo el mismo susurro.
Entorné un poco los ojos, lo justo para ver una... figura... iluminada con un leve haz azul hielo. Se acercaba, se acercaba poco a poco. No me moví, no tenía miedo de morir, todo ya había acabado para mí seguramente. Pero sí sentí frío, un frío agradable que se iba incrementando cuanto más se acercaba esa cosa... hasta que pronto la tuve frente a mí.
Era... una especie de cabeza esquelética, de una criatura de apariencia feroz. Seguramente antaño fue algo como un dragón, o directamente un dragón. Lo más sorprendente, era que las cuencas de sus ojos, vacías, estaban iluminadas con un siniestro brillo helado, casi parecían ser llamas azules. Era como si dentro de dicho cráneo hubiera un núcleo lumínico, pues además, de las fosas nasales, se emanaba in vaho frío y azul...
<< Naois... >>
Mi primera reacción fue agarrar con más fuerza el digivice, por alguna razón, mi instinto me dijo que así lo hiciera... Y seguramente esa corazonada estaría justificada.
<< Eso es... Libérame y te otorgaré mi poder... Vaaamos... >>
El lobo rio y extendió el brazo hacia delante y arriba, para separar de sí a la chica y que esta no pudiera apoyarse en él. Gruñó al recibir los disparos, pero no la soltó. Es más, para fastidiar, apretó más su cuello, sin romperle nada aún, pero dispuesto a hacerlo dentro de poco.
- Pobres humanas, que destino tan negro os espera...
Notó, sin embargo, como algo de le clavaba en la espalda, y rugió de dolor. Sintió que su conciencia iba mermando, y se dio cuenta de que le intentaban controlar. Y no podía permitir aquello. A él le había sido impuesto el deber de guardian de ese lugar, y no podía fallar a su señor. Furioso, se llevó una garra a la espalda y se arrancó de cuajo aquello que se le había quedado incrustado, disolviendose (?) esa espiral en cuanto se la hubo sacado.
- Grr.... Ya me habéis cabreado...-miró a Julchen-. ¡¡Muere!!
Empezó a apretar aún más, cuando, de repente, un fuerte temblor hizo temblar el suelo. El lobo se quedó desconcertado unos instantes, mirando a su alrededor, pero se quedó lívido cuando todo quedó en tranquilidad de nuevo.
- ¿Qué...?
No tuvo ocasión de terminar la frase. De repente, del agua de la laguna surgió de golpe una enorme criatura esquelética, de forma dracónida, rugiendo de júbilo por volver a ser libre. La cueva volvió a temblar.
La criatura puso al instante sus ojos fijos en el lobo, que le miraba flipado, con los ojos desorbitados del horror.
- ¡¡Noo!!-gritó este, antes de ser devorado por el dragón de hueso, que se abalanzó sobre él.
Por suerte para Julchen, las fauces del dragón no llegaron a devorarla a ella también, y los afilados colmillos cercenaron el brazo lobuno que la tenía presa, dejándola caer al suelo de hielo.
Esa unica palabra resonaba en mi mente, casi congelada. Sentía el cuerpo totalmente entumecido, había sido un tremebdo error meterme en el agua, sobretodo después de aquel golpe. Ya ni siquiera recordaba el por qué de mi decisión, no podía creer que hubiera sido tan estúpido de tirarme al agua. ¿Qué había esperado conseguir con eso? Nada pasarí, pronto moriría de hipotermia, congelación... Y sin poder hacer nada, sin conseguir vengarme de mi madre y de Naty, sin aprender nada de Mashury, sin poder protegerlas a ellas del lobo... Todo por no tener poder...
<< Poder... >>
Ese susurro retumbó en mi mente, suave, tranquilo, sinuoso. Abrí los ojos en medio de todo ese agua, observando un lugar tan oscuro como la propia noche. Era como estar en mitad de una nada flotante.
<< ¿Quiéres poder? >>dijo el mismo susurro.
Entorné un poco los ojos, lo justo para ver una... figura... iluminada con un leve haz azul hielo. Se acercaba, se acercaba poco a poco. No me moví, no tenía miedo de morir, todo ya había acabado para mí seguramente. Pero sí sentí frío, un frío agradable que se iba incrementando cuanto más se acercaba esa cosa... hasta que pronto la tuve frente a mí.
Era... una especie de cabeza esquelética, de una criatura de apariencia feroz. Seguramente antaño fue algo como un dragón, o directamente un dragón. Lo más sorprendente, era que las cuencas de sus ojos, vacías, estaban iluminadas con un siniestro brillo helado, casi parecían ser llamas azules. Era como si dentro de dicho cráneo hubiera un núcleo lumínico, pues además, de las fosas nasales, se emanaba in vaho frío y azul...
- digiespirit:
<< Naois... >>
Mi primera reacción fue agarrar con más fuerza el digivice, por alguna razón, mi instinto me dijo que así lo hiciera... Y seguramente esa corazonada estaría justificada.
<< Eso es... Libérame y te otorgaré mi poder... Vaaamos... >>
* * * * * * *
El lobo rio y extendió el brazo hacia delante y arriba, para separar de sí a la chica y que esta no pudiera apoyarse en él. Gruñó al recibir los disparos, pero no la soltó. Es más, para fastidiar, apretó más su cuello, sin romperle nada aún, pero dispuesto a hacerlo dentro de poco.
- Pobres humanas, que destino tan negro os espera...
Notó, sin embargo, como algo de le clavaba en la espalda, y rugió de dolor. Sintió que su conciencia iba mermando, y se dio cuenta de que le intentaban controlar. Y no podía permitir aquello. A él le había sido impuesto el deber de guardian de ese lugar, y no podía fallar a su señor. Furioso, se llevó una garra a la espalda y se arrancó de cuajo aquello que se le había quedado incrustado, disolviendose (?) esa espiral en cuanto se la hubo sacado.
- Grr.... Ya me habéis cabreado...-miró a Julchen-. ¡¡Muere!!
Empezó a apretar aún más, cuando, de repente, un fuerte temblor hizo temblar el suelo. El lobo se quedó desconcertado unos instantes, mirando a su alrededor, pero se quedó lívido cuando todo quedó en tranquilidad de nuevo.
- ¿Qué...?
No tuvo ocasión de terminar la frase. De repente, del agua de la laguna surgió de golpe una enorme criatura esquelética, de forma dracónida, rugiendo de júbilo por volver a ser libre. La cueva volvió a temblar.
- Spoiler:
La criatura puso al instante sus ojos fijos en el lobo, que le miraba flipado, con los ojos desorbitados del horror.
- ¡¡Noo!!-gritó este, antes de ser devorado por el dragón de hueso, que se abalanzó sobre él.
Por suerte para Julchen, las fauces del dragón no llegaron a devorarla a ella también, y los afilados colmillos cercenaron el brazo lobuno que la tenía presa, dejándola caer al suelo de hielo.
Re: Susurros desde la escarcha...
La albina sonrió de alguna forma, enseñando los dientes tal y como lo haría un animal al sentir como el lobo trataba de alejarla todo lo posible para que no se apoyara sobre él. Lástima que por ahora tuviera aún aire en su sistema, y mientras lo tuviera no iba a rendirse tan fácilmente. Si tenía que morir, como siempre decía, que no fuese huyendo del enemigo, sino haciéndole frente. Si pudiese elegir, se evitaría el morir, a fin de cuentas, tenía gente -poca- que la quería y/o la necesitaba. Y no podía fallarles. Pero sabía, que ni ella, dentro de su genialidad, era invencible.
El aire podía llegar de manera más tenue dentro de la humana, pero no iba a rendirse; continuó disparando bala tras bala hasta quedarse sin ninguna en los cargadores. A fin de cuentas, se sentía satisfecha con eso, puesto que el lobo mostraba muecas de dolor de cuando en cuando. Finalmente, al quedarse sin balas con las que poder disparar, le tiró las dos pistolas con toda la mala leche que fue capaz de reunir, que al estar con una reducción de oxígeno fue menor que como lo hubiese hecho normalmente.
Pero no tenía mucho más tiempo para pensar en eso, porque el animal rugió rabioso. Al parecer o sus pistolas u otra cosa le habían dolido lo suficiente como para que se cabreara y decidiera tratar de ahogarla finalmente de verdad. La chica boqueó en busca de aire, porque ahora sí que era incómodo. Morir ahogado al principio es desquiciante, dado que tu cuerpo lucha con todo lo que puede por conseguir más aire, hasta que pasado un límite empiezas a adormecerte... Pero llegar a ese punto, eran un par de minutos eternos en los que solo sentías la quemazón de tus pulmones clamando por aire.
Pataleó, arañó y golpeó intentando soltarse del agarre. Pero nada era efectivo y poco a poco se sentía más cansada. Dejó caer los párpados finalmente, tras sentirse completamente agotada. Su sistema no daba para más con tan poco aire en él...
- ¡¡Julchen!!- la voz de Nyaromon sonó alarmada dentro del dispositivo.
Cuando todo parecía haber acabado para Julchen, cayó al suelo, con un duro golpe y sintiendo como era liberada de golpe su garganta. Tosió de manera absurda su cuerpo y respiró con profundidad, con los ojos empañados por el ardor que sentía en sus pulmones y el dolor de su cuello. Seguramente tendría las marcas del animal un buen tiempo, y lo peor sería cuando se le hinchase y se le amoratara...
Alzó la mirada un poco para ver qué había sido del lobo, pero del cuerpo del animal ya no quedaba nada. Había desaparecido en datos. En su lugar, había un enorme dragón en apariencia de huesos y hielo.
- Joder... Definitivamente, plata y una armadura me tendré que traer la próxima vez...- musitó, o más bien lo intento. Por lo que para los demás sus palabras habrían sido silabas incoherentes. Pero es lo que tiene que tengas el cuello irritado así como la garganta y los pulmones.
El aire podía llegar de manera más tenue dentro de la humana, pero no iba a rendirse; continuó disparando bala tras bala hasta quedarse sin ninguna en los cargadores. A fin de cuentas, se sentía satisfecha con eso, puesto que el lobo mostraba muecas de dolor de cuando en cuando. Finalmente, al quedarse sin balas con las que poder disparar, le tiró las dos pistolas con toda la mala leche que fue capaz de reunir, que al estar con una reducción de oxígeno fue menor que como lo hubiese hecho normalmente.
Pero no tenía mucho más tiempo para pensar en eso, porque el animal rugió rabioso. Al parecer o sus pistolas u otra cosa le habían dolido lo suficiente como para que se cabreara y decidiera tratar de ahogarla finalmente de verdad. La chica boqueó en busca de aire, porque ahora sí que era incómodo. Morir ahogado al principio es desquiciante, dado que tu cuerpo lucha con todo lo que puede por conseguir más aire, hasta que pasado un límite empiezas a adormecerte... Pero llegar a ese punto, eran un par de minutos eternos en los que solo sentías la quemazón de tus pulmones clamando por aire.
Pataleó, arañó y golpeó intentando soltarse del agarre. Pero nada era efectivo y poco a poco se sentía más cansada. Dejó caer los párpados finalmente, tras sentirse completamente agotada. Su sistema no daba para más con tan poco aire en él...
- ¡¡Julchen!!- la voz de Nyaromon sonó alarmada dentro del dispositivo.
Cuando todo parecía haber acabado para Julchen, cayó al suelo, con un duro golpe y sintiendo como era liberada de golpe su garganta. Tosió de manera absurda su cuerpo y respiró con profundidad, con los ojos empañados por el ardor que sentía en sus pulmones y el dolor de su cuello. Seguramente tendría las marcas del animal un buen tiempo, y lo peor sería cuando se le hinchase y se le amoratara...
Alzó la mirada un poco para ver qué había sido del lobo, pero del cuerpo del animal ya no quedaba nada. Había desaparecido en datos. En su lugar, había un enorme dragón en apariencia de huesos y hielo.
- Joder... Definitivamente, plata y una armadura me tendré que traer la próxima vez...- musitó, o más bien lo intento. Por lo que para los demás sus palabras habrían sido silabas incoherentes. Pero es lo que tiene que tengas el cuello irritado así como la garganta y los pulmones.
Julchen
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Re: Susurros desde la escarcha...
La espiral entro y empece a controlarlo, parecia hacer efecto ya que se empezo a cabrear, pero igual que el sufria yo tambien. El control en aquel estado era doloroso, en no mucho tiempo tendria jaqueca como poco. Pero no tuve aquella oportunidad ya que el mismo se arranco la espiral de una manera horrible. Tenia que haberle dolido casi mas que dejarse controlar. En poco tiempo vi como Naois se tiraba al agua, como todo empezaba a darme vueltas. Tosi esta vez hechando algo mas de sangre. y mirando mi dispositivo inutil en aquellos momentos. Dulomon seguia en las mismas y yo no podia rendirme, habia visto a Naois, y no era alguien que pudiera salvarnos la vida.
No a menos que pasara un milagro. Pero no tuve tiempo de ver nada, ya que en poco tiempo mis ojos se empezaron a cerrar y me deje caer encima del suelo inconsciente.
No a menos que pasara un milagro. Pero no tuve tiempo de ver nada, ya que en poco tiempo mis ojos se empezaron a cerrar y me deje caer encima del suelo inconsciente.
Re: Susurros desde la escarcha...
El dragón, tras comerse al lobo, alzó sus fauces y rugió como nunca, haciendo temblar la caverna, y provocando que el techo empezara a desmoronarse. Después, fijó sus ojos en las presas que aún quedaban vivas en aquel lugar: las dos humanas y el pequeño digimon. Sonrió y casi pudo escucharse una gélida risotada entre dientes (o colmillos (?)). Con cuidado, agarró con una de sus garras a la humana de pelo blanco, y con la otra a la castaña y a su digimon.
Después, dio un fuerte impulso con sus patas traseras y salió despedido hacia arriba, rompiendo a su paso todo el hielo, pero sin dañarse. Pronto pudo vérsele en lo alto del cielo, en el exterior, soltando un ráfaga de hielo al sentirse, al fin, libre.
- ¡¡LIBERTAAAD!!
Después, dio un fuerte impulso con sus patas traseras y salió despedido hacia arriba, rompiendo a su paso todo el hielo, pero sin dañarse. Pronto pudo vérsele en lo alto del cielo, en el exterior, soltando un ráfaga de hielo al sentirse, al fin, libre.
- ¡¡LIBERTAAAD!!
Re: Susurros desde la escarcha...
La albina cerró los ojos dolorida por el poderoso rugido que había soltado el dragón a pocos metros de ella. Cerró a su vez los ojos, tratando de reprimir ese instinto humano de salir huyendo cuando aún tienes la oportunidad de hacerlo. Ella no quería huir de nuevo, puesto que lo único que conseguías con ello era la vergüenza de haberlo hecho, además de que era inútil.
Recuperada su valentía, fue a ponerse en pie, rabiosa por haberse asustado durante unos segundos tras el rugido. Pero ya era demasiado tarde, una garra se cerró en torno a ella, aprisionándola. Por unos minutos pensó que las grandes garras de hueso la aniquilarían, apretándola hasta que reventara. Pero no ocurrió eso en ningún momento. Es más, simplemente estaba siendo transportada junto con la castaña, de la que se veían asomar algunos cabellos desde la otra garra del animal.
A sus pies no había nada más que una enorme caída contra el suelo. No sabía en qué momento habían salido al exterior, pero ya no se encontraba dentro de esa fría cueva. Pero era una ofensa para ella ser devorada por el dragón, seguramente pensando en que era un aperitivo para él. Pero no, no lo era. Y eso se lo demostraría.
Así que, buscó con la mirada algún punto de unión entre los huesos de la garra para incrustar con un fuerte pisotón el tacón en esa zona y que la soltara.
- ¡Maldito animal! ¡Mátame de una vez y déjate de absurdos juegos de secuestrar a la princesa!- chilló para que la escuchara, aunque no estaba del todo segura de que pudiera entenderla.
Recuperada su valentía, fue a ponerse en pie, rabiosa por haberse asustado durante unos segundos tras el rugido. Pero ya era demasiado tarde, una garra se cerró en torno a ella, aprisionándola. Por unos minutos pensó que las grandes garras de hueso la aniquilarían, apretándola hasta que reventara. Pero no ocurrió eso en ningún momento. Es más, simplemente estaba siendo transportada junto con la castaña, de la que se veían asomar algunos cabellos desde la otra garra del animal.
A sus pies no había nada más que una enorme caída contra el suelo. No sabía en qué momento habían salido al exterior, pero ya no se encontraba dentro de esa fría cueva. Pero era una ofensa para ella ser devorada por el dragón, seguramente pensando en que era un aperitivo para él. Pero no, no lo era. Y eso se lo demostraría.
Así que, buscó con la mirada algún punto de unión entre los huesos de la garra para incrustar con un fuerte pisotón el tacón en esa zona y que la soltara.
- ¡Maldito animal! ¡Mátame de una vez y déjate de absurdos juegos de secuestrar a la princesa!- chilló para que la escuchara, aunque no estaba del todo segura de que pudiera entenderla.
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Re: Susurros desde la escarcha...
El dragón esquelético observó el mundo bajo él, eufórico vivo, y libre. Por fin... había esperado tanto tiempo. Habían sido muchos siglos en los que había estado encerrado, sellado por sus captores. Y por fin era libre. Y, para mayir disfrute, tenía cena para esa noche.
- Tranquila, princesita, pronto podremos cenar.
Soltó una estruendosa carcajada. Su voz era como chasquidos entre el hielo, huesos, dándole un leve toque de ultratumba. Agitó las alas y de impulsó, volando hacia la lejanía, hacia unas montañas de más allá de ese paraje helado.
- Tranquila, princesita, pronto podremos cenar.
Soltó una estruendosa carcajada. Su voz era como chasquidos entre el hielo, huesos, dándole un leve toque de ultratumba. Agitó las alas y de impulsó, volando hacia la lejanía, hacia unas montañas de más allá de ese paraje helado.
Re: Susurros desde la escarcha...
De haber sido una historia de manga o anime, ahora mismo la albina estaría llena del símbolo que usaban para marcar las venas de enfado. Pero era indudable que a la chica se le habían hinchado nada más oír la palabra princesita... ¡Ese término la reventaba! Se había alejado todo lo posible de ser la persona a la que siempre rescataban en los cuentos para ser ella misma el rescatador. No se podía permitir volver a ser tratada como una inútil dependiente de los demás.
- ¡Ja! Se nota que al ser todo huesos no ves bien. Yo no soy una princesa, así que, dame algo para enfrentarme a ti y si fallo podrás comerme de todas formas. Pero si no... ¡Te habré pateado ese enorme y blancuzco trasero lleno de huesos!
Sus ojos rojos relampagueaban determinados a morir combatiendo. No iba a ser la comida accidental de nadie y menos de alguien que estaba en los huesos... A fin de cuentas, ¿para eso qué mejor que alguien que estuviera más rellenito que ella? Porque ella estaba delgada, pero con una marcada musculatura debido a que todos los días entrenaba, sin faltar a ninguno... Excepto cuando salía de fiesta, pero porque esos días normalmente estaba durmiendo o regresando a su casa en la hora del entrenamiento.
- ¿O no quieres pelear contra mí porque tienes miedo de mi impresionante persona?- preguntó burlona, retándole a aceptar de esa manera a combatir contra ella.
Nunca había peleado con un dragón, por aquello de que en la Tierra no existían o bien estaban escondidos. Pero había visto bastantes películas de guerreros contra dragones, así como algunos libros. Y en teoría no debería ser demasiado distinto.
- ¡Ja! Se nota que al ser todo huesos no ves bien. Yo no soy una princesa, así que, dame algo para enfrentarme a ti y si fallo podrás comerme de todas formas. Pero si no... ¡Te habré pateado ese enorme y blancuzco trasero lleno de huesos!
Sus ojos rojos relampagueaban determinados a morir combatiendo. No iba a ser la comida accidental de nadie y menos de alguien que estaba en los huesos... A fin de cuentas, ¿para eso qué mejor que alguien que estuviera más rellenito que ella? Porque ella estaba delgada, pero con una marcada musculatura debido a que todos los días entrenaba, sin faltar a ninguno... Excepto cuando salía de fiesta, pero porque esos días normalmente estaba durmiendo o regresando a su casa en la hora del entrenamiento.
- ¿O no quieres pelear contra mí porque tienes miedo de mi impresionante persona?- preguntó burlona, retándole a aceptar de esa manera a combatir contra ella.
Nunca había peleado con un dragón, por aquello de que en la Tierra no existían o bien estaban escondidos. Pero había visto bastantes películas de guerreros contra dragones, así como algunos libros. Y en teoría no debería ser demasiado distinto.
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Re: Susurros desde la escarcha...
El dragón hizo caso omiso a las palabras de la albina, sonrió ampliamente, viendolo todo de nuevo ante sus ojos, respirando otra vez por fin.
- El mundo no ha cambiado nada...
Sus alas huesudas y membranosas lo llevaron al final hasta la montaña lejana, donde no había nieve, solo árboles rocas y hierba.Korishomon pronto vio ante sí una cueva bastante grande, en la ladera de esa misma montaña, aunque claramente, ese lugar no era ni la mitad de grande que la caverna de hielo de donde había resurgido el dragón.
Por eso, "La Vermis" comenzó a descender hacia allí, para descansar un poco más. Acababa de despertar, y aún no se sentía del todo despierto.
- El mundo no ha cambiado nada...
Sus alas huesudas y membranosas lo llevaron al final hasta la montaña lejana, donde no había nieve, solo árboles rocas y hierba.Korishomon pronto vio ante sí una cueva bastante grande, en la ladera de esa misma montaña, aunque claramente, ese lugar no era ni la mitad de grande que la caverna de hielo de donde había resurgido el dragón.
Por eso, "La Vermis" comenzó a descender hacia allí, para descansar un poco más. Acababa de despertar, y aún no se sentía del todo despierto.
Re: Susurros desde la escarcha...
A la albina la desesperaba eso de que no la hiciera nada de caso, a fin de cuentas ella era demasiado "awesome" para ser ignorada tan vilmente. Pero la criatura reptiloide la había decidido ignorar por ver sus sueños de libertad cumplidos. Así que, eso frustró a la humana mucho y se dedicó a patear con más rabia e insistencia al dragón.
- ¡Tú, maldito hueso putrefacto! ¡Hazme caso! ¿O es que mi magnificencia te hace quedar demasiado asustado como para enfrentarme?- mientras que lo decía se retorcía entre los dedos de la bestia, haciéndose algo de daño en el proceso de intentar liberarse.
Tanto si la hacía caso, como si no, la chica comenzaría a morderle con saña la garra, tratando de hacerle daño o al menos a partir de la saliva, los dientes y el tiempo disolverle parte del hueso. Ignoró cuando empezaban a descender concentrada en esa tarea, mientras que seguía pataleando.
- ¡Tú, maldito hueso putrefacto! ¡Hazme caso! ¿O es que mi magnificencia te hace quedar demasiado asustado como para enfrentarme?- mientras que lo decía se retorcía entre los dedos de la bestia, haciéndose algo de daño en el proceso de intentar liberarse.
Tanto si la hacía caso, como si no, la chica comenzaría a morderle con saña la garra, tratando de hacerle daño o al menos a partir de la saliva, los dientes y el tiempo disolverle parte del hueso. Ignoró cuando empezaban a descender concentrada en esa tarea, mientras que seguía pataleando.
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Re: Susurros desde la escarcha...
Korishomon finalmente tocó suelo con sus patas traseras. Dejó a las humanas y al digimon en el suelo, y antes de que cualquiera pudiera escapar, dio un zarpazo al suelo. De este, justamente en la entrada, surgieron varios pilares de hielo, impidiendo la salida. Korishomon se colocó además delante de ellos, bloqueando todavía más la vía de escape, y se tumbó cómodamente, mirando con ojos astutos a la humana del pelo blanco, pues los demás parecían estar desmayados.
Apoyó una zarpa por encima de la otra, y enroscó la huesuda cola junto a su cuerpo, relajado. Sus ojos brillaban, curiosos, y de sus fosas nasales surgía el leve humillo del vaho. Además, si uno se fijaba, el suelo bajo él, y las paredes cercanas, se hallaban congeladas.
Apoyó una zarpa por encima de la otra, y enroscó la huesuda cola junto a su cuerpo, relajado. Sus ojos brillaban, curiosos, y de sus fosas nasales surgía el leve humillo del vaho. Además, si uno se fijaba, el suelo bajo él, y las paredes cercanas, se hallaban congeladas.
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