Re-encuentro

La muchacha se hallaba ensimismada mirando hacia el exterior de la ventana mientras mecía su lápiz de un lado para otro entre sus dedos. Era algo casi rutinario cada vez que hacía sus tareas de Matemáticas, no porque le costara dicha materia, sino que le aburría revolver ecuaciones por la facilidad que le presentaban. Hacía menos de un año, su padre le había puesto en la tarea de enseñarle a Mitsuky materias avanzadas, con el fin de asegurar su futuro. A causa de eso la joven no podía salir a sus antojos ni pasar tiempo con sus amigos, algo que le frustrada a menudo.

-Y igual a 2...- Repitió en un susurro mientras su mirada seguía perdida en algún punto del agreste paisaje que su ventana le ofrecía. Emitió un largo suspiro mientras volvía a su hoja escuchaba entre los sonidos de la música que le daban los audífonos, a su hermano charlar largamente con una de sus compañeras de curso, algo que hacía todas las tardes desde que había entrado al nuevo colegio.

-Y eso no es todo...- Repitió en voz baja al mismo tiempo que su hermano mayor. Su rutina era tan predecible que hasta podría suplantarlo y su compañera no notaría la diferencia.

Su lápiz golpeaba el pedazo de papel frente a ella al mismo ritmo de una canción que ella colocaba en su móvil, éste era su herramienta principal contra el aburrimiento en sus tardes de estudio, pues su selección de canciones le ayudaba a concentrarse... A veces.

-Está bien... Te llamo luego...- Escuchó decir a su hermano mientras terminaba la llamada y sus pasos recorrían la casa, desde la habitación hacia la cocina. Mitsuky dejó de mirar el paisaje y comenzó a concentrarse de nuevo en su hoja de ejercicios mientras daba otro suspiro de aburrimiento.

-Ojalá esto sirva de algo...- Pensó observando el complicado listado de ejercicios que se alineaban, esperando para ser resueltos.

Sin embargo la música suave y relajante cambió de un segundo a otro, con un potente chillido que llenó los oídos de la joven, haciéndola saltar del miedo, cayendo de su silla

-!Pero que carajo!...- Gritó mientras se quitaba los auriculares que estaban unidos a sus oídos, dando gracias a dios que el volumen hubiera estado en un principio, a un razonable nivel.

-¿Que pasó Mit?¿Te has caído de nuevo?- Preguntó su hermano desde la cocina mientras aún podía escucharse el sonido de bolsas y el tintineo de los servicios contra la mesa de cocina.

-No.. eh digo si, pero no ha sido nada- Calmó la pelinegra mientras se levantaba -Estúpido móvil... - Comenzó a pensar, pero se detuvo en seco al ver lo que estaba escrito en la pantalla de éste.

!Ayúdame Mitsuky!

El mensaje desapareció tan pronto como había aparecido de la pantalla touch del aparato, dejando a la pelinegra congelada de la impresión. Mientras la música volvía a salir de los auriculares, Mitsuky volvió en sí y tomó su aparato, examinando más de cerca la pantalla, por si aparecía de nuevo aquel mensaje. Pero nada pasó.

Mientras tanto, a varios kilómetros de allí, en una neblinosa calle adoquinada, desde las cuales se alzaba un majestuoso y antiguo edificio, con un reloj tan antiguo como la misma ciudad, se preparaba para dar las siguientes campanadas que indicaban la hora del té.

En el fondo de las aguas del río que colindaba con el edificio, se producían cambios que pronto desatarían un caos en la ciudad.

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-Tengo que hacer algo...- Dijo aquella aguda voz - Tengo que alcanzarla.

Aquella oscuridad no dejaba ver la silueta que se movía en aquel aparente reducido espacio, pues aquella masa se acomodaba continuamente y de una forma sorprendente.

-No me gusta este lugar... Es muy pequeño- Se quejó por millonésima vez mientras trataba de abrirse paso, sin embargo la oscuridad parecía casi infinita en aquel lugar. -!Quiero salir!, !Quiero salir!... !!Déjame salir!!- Repetía una y otra vez

De alguna parte salía un golpeteo... Leve pero constante, pero era su propio esfuerzo el que lo estaba haciendo.

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OFF ROL: Son bienvenidos a unirse a mi rol inicial n.n