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Rescatando a la princesa... O al dragón
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Rescatando a la princesa... O al dragón
Suspiré cansada después del entrenamiento. Estiré mis doloridos músculos, recientemente relajados gracias a la ducha. Era una de las salas más grandes de todo el complejo, en la cima de la torre, donde todas las paredes que daban al exterior eran de cristal, por lo que disfrutaba de unas buenas vistas del exterior.
Me tiré en la cama, dispuesta a dormirme un rato. Pero el sonido de mis amigos me molestó como no, volvían a discutir. Elevé levemente mi cabeza para encontrarme con las dos, una morena y otra rubia con las orejas picudas. Las dos frente al enorme televisor de pantalla LCD.
- ¡No digas que el plan fue una estupidez!- dijo la rubia con ropajes verdes que asemejaban ser hojas.
- ¿Cómo que no? Si no hemos avanzado nada, ya ha pasado una semana y nadie ha aparecido. Era mejor mi plan de matar a todos y bañarnos en su sangre.- ahora habló la morena con ropas tan oscuras como su propio cabello.
Decidí que era hora de intervenir.
- No veo necesario lo de bañarnos en sangre, es más es poco higíenico. Además estuviste de acuerdo con ese plan, ya sabíamos que había que tener paciencia.
Terra, es decir la rubia, me sonrió. Mientras que Ness solo me lanzó una mirada, que según como decían los humanos podría ser dolida. Pero no entiendo mucho de esas cosas. Pero por suerte para mí eso fue suficiente como para que se callaran. Pero había algo de razón en las palabras de la desagradable Ness, no venía nadie. ¿Cuánto más habría que esperar?
Recordé el mensaje enviado. La verdad en ello, solo el que estaba encerrada, el resto simples mentiras que solo atraerían la atención de aquel que lo hubiera recibido… Si es que lo recibía.
Para cualquier visitante a esas inhóspitas tierras heladas donde en invierno pocas horas de Sol había, se encontraría con un recinto cercado por una valla electrificada entre el hielo, la nieve y los bosques de coníferas que aun había en esas latitudes ya cercanas a un desierto de hielo. Dentro de la valla se podían ver varias naves industriales, aunque una sobresalía por encima de las demás con esa torre lo suficientemente elevada como para ser un punto de referencia. Aunque poco se veía dentro de ella, puesto que sus cristales eran de tipo espejo y no dejaban ver nada de su interior.
Humanos patrullaban cargando sus armas, vestidos con ropas militares en tonos blancos y azules, preparadas especialmente para climas tan fríos como ese.
Sólo había una única entrada al edificio con la torre, pero estaba vigilada por cuatro humanos, todos ellos con ametralladoras y quizás alguna trampa más que poseyera el edificio.
Me tiré en la cama, dispuesta a dormirme un rato. Pero el sonido de mis amigos me molestó como no, volvían a discutir. Elevé levemente mi cabeza para encontrarme con las dos, una morena y otra rubia con las orejas picudas. Las dos frente al enorme televisor de pantalla LCD.
- ¡No digas que el plan fue una estupidez!- dijo la rubia con ropajes verdes que asemejaban ser hojas.
- ¿Cómo que no? Si no hemos avanzado nada, ya ha pasado una semana y nadie ha aparecido. Era mejor mi plan de matar a todos y bañarnos en su sangre.- ahora habló la morena con ropas tan oscuras como su propio cabello.
Decidí que era hora de intervenir.
- No veo necesario lo de bañarnos en sangre, es más es poco higíenico. Además estuviste de acuerdo con ese plan, ya sabíamos que había que tener paciencia.
Terra, es decir la rubia, me sonrió. Mientras que Ness solo me lanzó una mirada, que según como decían los humanos podría ser dolida. Pero no entiendo mucho de esas cosas. Pero por suerte para mí eso fue suficiente como para que se callaran. Pero había algo de razón en las palabras de la desagradable Ness, no venía nadie. ¿Cuánto más habría que esperar?
01001000 01100101 01101100 01110000
Si alguien lee esto, es necesaria su ayuda.
Me tienen retenida en unas instalaciones encerrada sin poder salir, siendo objeto de innumerables experimentos. Por favor salvadme.
Habrá una gran recompensa.
Localización: XYXXSYZ XXDTRYS Alaska
L.I.G.H.T.
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Si alguien lee esto, es necesaria su ayuda.
Me tienen retenida en unas instalaciones encerrada sin poder salir, siendo objeto de innumerables experimentos. Por favor salvadme.
Habrá una gran recompensa.
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Recordé el mensaje enviado. La verdad en ello, solo el que estaba encerrada, el resto simples mentiras que solo atraerían la atención de aquel que lo hubiera recibido… Si es que lo recibía.
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- instalaciones:
Para cualquier visitante a esas inhóspitas tierras heladas donde en invierno pocas horas de Sol había, se encontraría con un recinto cercado por una valla electrificada entre el hielo, la nieve y los bosques de coníferas que aun había en esas latitudes ya cercanas a un desierto de hielo. Dentro de la valla se podían ver varias naves industriales, aunque una sobresalía por encima de las demás con esa torre lo suficientemente elevada como para ser un punto de referencia. Aunque poco se veía dentro de ella, puesto que sus cristales eran de tipo espejo y no dejaban ver nada de su interior.
Humanos patrullaban cargando sus armas, vestidos con ropas militares en tonos blancos y azules, preparadas especialmente para climas tan fríos como ese.
Sólo había una única entrada al edificio con la torre, pero estaba vigilada por cuatro humanos, todos ellos con ametralladoras y quizás alguna trampa más que poseyera el edificio.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Divisé pronto la valla electrificada, y me coloqué tras un árbol para esconderme de miradas ajenas. Miré el digivice un momento, desde cuya pantalla me miraba Salamon frunciendo el ceño, aunque no dijo nada. Yo le había prohibido pronunciar palabra alguna. Aquello tenía que salir bien, una vez me introdujera en el interior sería todo más fácil.
Suerte que nos habíamos encontrado en ese mismo país, para recibir un extraño mensaje en el portatil. Alguien pedía ayuda.
Me habría dado lo mismo, y habría ignorado la llamada de socorro de no ser por unas palabras: "siendo objeto de innumerables experimentos". Experimentos. Odiaba esa palabra y todo lo que tuviera que ver con ella con toda mi alma. Podría haberme olvidado, pero se me hacía demasiado embriagadora la idea de cargármelos a todos. Porque a ver, experimentos con animales se producían en muchas empresas e industrias, pero en humanos -y esto no significaba que me preocupara por ellos- era más raro. Y a mí me recordaba a lo que mi padre se había atrevido a hacer.
Y por eso, ahí estaba yo, camuflada con el poder de la runa que colgaba de mi cuello. Llevaba un rato caminando, y prontó pude ver la entrada de la valla, a resguardo de cuatro militares armados. Me subí a una rama fuerte del arbol ocultándome entre las hojas con cuidado y sigilo, y sonreí. Me pegué al tronco, agarré el digivice y pronuncié mis palabras mágicas al tiempo que el digisoul empezaba a surgir.
- Biohybrid digivolves to... Aeirmon.
Una vez transformada, mis ojos grises siguieron cautelosamente los movimientos de los cuatro militares. Luego resoplé y moví las manos.
- North Wind.
Al momento, una violenta tormenta de aire acudió a donde se encontraban los cuatro humanos, zarandeando y cortando afiladamente por igual, con crueldad y sin piedad.
Suerte que nos habíamos encontrado en ese mismo país, para recibir un extraño mensaje en el portatil. Alguien pedía ayuda.
Me habría dado lo mismo, y habría ignorado la llamada de socorro de no ser por unas palabras: "siendo objeto de innumerables experimentos". Experimentos. Odiaba esa palabra y todo lo que tuviera que ver con ella con toda mi alma. Podría haberme olvidado, pero se me hacía demasiado embriagadora la idea de cargármelos a todos. Porque a ver, experimentos con animales se producían en muchas empresas e industrias, pero en humanos -y esto no significaba que me preocupara por ellos- era más raro. Y a mí me recordaba a lo que mi padre se había atrevido a hacer.
Y por eso, ahí estaba yo, camuflada con el poder de la runa que colgaba de mi cuello. Llevaba un rato caminando, y prontó pude ver la entrada de la valla, a resguardo de cuatro militares armados. Me subí a una rama fuerte del arbol ocultándome entre las hojas con cuidado y sigilo, y sonreí. Me pegué al tronco, agarré el digivice y pronuncié mis palabras mágicas al tiempo que el digisoul empezaba a surgir.
- Biohybrid digivolves to... Aeirmon.
Una vez transformada, mis ojos grises siguieron cautelosamente los movimientos de los cuatro militares. Luego resoplé y moví las manos.
- North Wind.
Al momento, una violenta tormenta de aire acudió a donde se encontraban los cuatro humanos, zarandeando y cortando afiladamente por igual, con crueldad y sin piedad.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Suspiré y me dirigí al enorme vestidor anexado a mi habitación; había ropa de todo tipo y estilo, desde colores simples a estampados psicodélicos; de ropas con un toque oscuro y misterioso a simples y alegres. Mi colección de ropa era impresionante.
O al menos eso decían mis cuidadoras, a mi personalmente me daba igual. Solo me gustaba la ropa para dibujarla, creando nuevos trajes para esos maniquíes hechos con trazos de grafito.
Me decidí por algo simple y cómodo unos shorts blancos y una camiseta de cuello de barco con mangas largas de tipo murciélago de color azul aguamarina. Para cerrar el conjunto me decidí por unas sandalias de estilo romano hasta las rodillas en blanco también.
Al regresar a la habitación, aún secándome el pelo con la toalla observé el exterior unos segundos, antes de volver mi mirada al interior, donde Ness y Terra peleaban por el mando de la tele. Un ronroneó sobre la cama me llamó la atención, puesto que ahí se encontraba un niño de cabellos azulados con zarpas, cola y orejas azules. Era lo más parecido a un gato que tendría en mi vida y que además me gustara. Odiaba a los felinos...
El silencio seguía presente, solo roto por lo gritos de las dos mujeres que peleaban por el control de la televisión, mientras que yo andaba con la mente en blanco. Los ojos amarillos de Thalassa, el niño-gato, se abrieron mirando por la ventana.
- Parece que ocurre algo fuera- dijo con un murmullo similar a un ronroneo.
Todas miramos, y en efecto el aire parecía curvarse. Moverse de manera anómala.
- Quizás podamos salir en unas horas...
Los humanos se sorprendieron al ver a una criatura de apariencia demoniaca surgir de la nada. Ese momento de sorpresa fue el que provocó que las cuchillas de viento les golpearan antes de que pudieran siquiera apretar el gatillo de sus armas. Pero si bien el viento era útil contra los humanos no lo fue con las dos ametralladoras controladas desde el interior del recinto desde una sala de seguridad. Por eso, ellas abrieron fuego contra el digimon mega. Eran dos, ambas a unos 50 cm por encima de la entrada a cada lado.
Si bien consiguiera romperlas, el digimon se encontraría con otro problema, una puerta blindada de acero de al menos 30 cm de grosor. Ni siquiera con su fuerza podría romperla. Sólo había dos opciones conseguir un pase y entrar dentro del recinto, o bien, calentar la puerta a más de 1535ºC y mantener esa temperatura hasta fundir los 30 cm de grosor.
Si el digimon escogía elegir ir a por los pases, tendría que acceder a uno de las naves laterales y conseguir alguno de los científicos que se hallaban en ellos o esperar a que se acercara un militar con alto rango, puesto que si seguía dando espectáculo exterior aparecerian más militares a la fuerza.
O al menos eso decían mis cuidadoras, a mi personalmente me daba igual. Solo me gustaba la ropa para dibujarla, creando nuevos trajes para esos maniquíes hechos con trazos de grafito.
Me decidí por algo simple y cómodo unos shorts blancos y una camiseta de cuello de barco con mangas largas de tipo murciélago de color azul aguamarina. Para cerrar el conjunto me decidí por unas sandalias de estilo romano hasta las rodillas en blanco también.
Al regresar a la habitación, aún secándome el pelo con la toalla observé el exterior unos segundos, antes de volver mi mirada al interior, donde Ness y Terra peleaban por el mando de la tele. Un ronroneó sobre la cama me llamó la atención, puesto que ahí se encontraba un niño de cabellos azulados con zarpas, cola y orejas azules. Era lo más parecido a un gato que tendría en mi vida y que además me gustara. Odiaba a los felinos...
El silencio seguía presente, solo roto por lo gritos de las dos mujeres que peleaban por el control de la televisión, mientras que yo andaba con la mente en blanco. Los ojos amarillos de Thalassa, el niño-gato, se abrieron mirando por la ventana.
- Parece que ocurre algo fuera- dijo con un murmullo similar a un ronroneo.
Todas miramos, y en efecto el aire parecía curvarse. Moverse de manera anómala.
- Quizás podamos salir en unas horas...
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Los humanos se sorprendieron al ver a una criatura de apariencia demoniaca surgir de la nada. Ese momento de sorpresa fue el que provocó que las cuchillas de viento les golpearan antes de que pudieran siquiera apretar el gatillo de sus armas. Pero si bien el viento era útil contra los humanos no lo fue con las dos ametralladoras controladas desde el interior del recinto desde una sala de seguridad. Por eso, ellas abrieron fuego contra el digimon mega. Eran dos, ambas a unos 50 cm por encima de la entrada a cada lado.
Si bien consiguiera romperlas, el digimon se encontraría con otro problema, una puerta blindada de acero de al menos 30 cm de grosor. Ni siquiera con su fuerza podría romperla. Sólo había dos opciones conseguir un pase y entrar dentro del recinto, o bien, calentar la puerta a más de 1535ºC y mantener esa temperatura hasta fundir los 30 cm de grosor.
Si el digimon escogía elegir ir a por los pases, tendría que acceder a uno de las naves laterales y conseguir alguno de los científicos que se hallaban en ellos o esperar a que se acercara un militar con alto rango, puesto que si seguía dando espectáculo exterior aparecerian más militares a la fuerza.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me acerqué a donde estaban los cuerpos inertes, mirándolos con desdén, y clave brevemente la púa de la cola en el cuerpo de uno de ellos.
- Patético.
Pero no tuve tiempo a relajarme mucho. Escuché unos sonidos a mi lado, sonidos metálicos, y me volví, dándo un salto en el aire, pues intuía qué era aquello que sonaba de forma tan mecánica. Efectivamente, dos ametralladoras controladas dispararon contra mí. Resoplé, y desvié las balas con otra tormenta de aire. Luego invoqué una corriente-látigo y golpeé a una de las máquinas con él. De la otra me ocupé cortándola con la cola como si fuera de mantequillamientras daba un salto, de modo que pronto me quedé libre de nuevo, sonriendo. Aterricé otra vez en el suelo, limpiamente, y sin apenas haberme despeinado.
Suspiré y miré el edificio donde me encontraba. Era muy alto, con una larga torre de cristal que hacía de cúspide. Me imaginé que aquel debía ser el.edificio principal, y si no lo era, al menos debía de haber algo allí. Porqie si no, no ne explicaba para que ponían tanta seguridad. Le eché una ojeada a la puerta, y con fastidio comprendí que necesitaría una llave o un pase, algo así de última generación que tendría cualquiera que trabajase allí.
- Uhmph...-resoplé, mirándo a mi alrededor, en busca de algo que me pudiera servir.
Al ver un edificio lateral sonreí con cierta perversión, y moviendo la cola de lado a lado con lereza, me dirigí hacia allí, en busca de alguna pobre alma humana a la que atormentar.
- Patético.
Pero no tuve tiempo a relajarme mucho. Escuché unos sonidos a mi lado, sonidos metálicos, y me volví, dándo un salto en el aire, pues intuía qué era aquello que sonaba de forma tan mecánica. Efectivamente, dos ametralladoras controladas dispararon contra mí. Resoplé, y desvié las balas con otra tormenta de aire. Luego invoqué una corriente-látigo y golpeé a una de las máquinas con él. De la otra me ocupé cortándola con la cola como si fuera de mantequillamientras daba un salto, de modo que pronto me quedé libre de nuevo, sonriendo. Aterricé otra vez en el suelo, limpiamente, y sin apenas haberme despeinado.
Suspiré y miré el edificio donde me encontraba. Era muy alto, con una larga torre de cristal que hacía de cúspide. Me imaginé que aquel debía ser el.edificio principal, y si no lo era, al menos debía de haber algo allí. Porqie si no, no ne explicaba para que ponían tanta seguridad. Le eché una ojeada a la puerta, y con fastidio comprendí que necesitaría una llave o un pase, algo así de última generación que tendría cualquiera que trabajase allí.
- Uhmph...-resoplé, mirándo a mi alrededor, en busca de algo que me pudiera servir.
Al ver un edificio lateral sonreí con cierta perversión, y moviendo la cola de lado a lado con lereza, me dirigí hacia allí, en busca de alguna pobre alma humana a la que atormentar.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me acerqué a la ventana para ver si de verdad era alguien que pudiera sacarme de allí. Alguien que poseyera un digimon. ¿Cómo conocía el término? Tan fácil como que lo había descubierto cuando había ojeado las notas sobre el proyecto al que pertenecía, al parecer me habían combinado con el ADN de un digimon, formando una criatura de apariencia humana que podía convertirse en un ente digital con diferentes poderes.
Al acercarme pude ver que era una criatura de pelo rojo como el fuego y alas, aparte de una piel muy oscura. No sabía lo que era, pero parecía fuerte, la nieve se hallaba manchada por la sangre de aquellos que protegían el exterior.
Suspiré y regresé al interior, me interesaba saber cuánto tardaría en llegar mi rescatador.
Mis compañeros se miraron entre ellos al ver en mi rostro poco expresivo una pequeña sonrisa de diversión.
El exterior del otro edificio había dos puertas, una grande como en cualquier nave industrial. Y otra un poco más oculta de tamaño normal, por la que podría entrar una o dos personas a la vez. Si Aeirmon decidía entrar por la grande se encontraría con una gran zona en la que había varios robots así como armamento de diferentes clases. Sin embargo todo apagado, a pesar de que en las paredes hay muescas de impacto de bala. Al fondo un cristal blindado y una puerta también de acero solo que más delgada que la otra, suficiente para que golpeandola con toda su fuerza cayera al otro lado.
Si entra por la otra puerta o rompe la de acero se encontrará con una pequeña sala de control donde hay dos científicos, una mujer joven y un señor de pelo encanecido, este último es el que posee la tarjeta necesaria para pasar.
Al acercarme pude ver que era una criatura de pelo rojo como el fuego y alas, aparte de una piel muy oscura. No sabía lo que era, pero parecía fuerte, la nieve se hallaba manchada por la sangre de aquellos que protegían el exterior.
Suspiré y regresé al interior, me interesaba saber cuánto tardaría en llegar mi rescatador.
Mis compañeros se miraron entre ellos al ver en mi rostro poco expresivo una pequeña sonrisa de diversión.
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El exterior del otro edificio había dos puertas, una grande como en cualquier nave industrial. Y otra un poco más oculta de tamaño normal, por la que podría entrar una o dos personas a la vez. Si Aeirmon decidía entrar por la grande se encontraría con una gran zona en la que había varios robots así como armamento de diferentes clases. Sin embargo todo apagado, a pesar de que en las paredes hay muescas de impacto de bala. Al fondo un cristal blindado y una puerta también de acero solo que más delgada que la otra, suficiente para que golpeandola con toda su fuerza cayera al otro lado.
Si entra por la otra puerta o rompe la de acero se encontrará con una pequeña sala de control donde hay dos científicos, una mujer joven y un señor de pelo encanecido, este último es el que posee la tarjeta necesaria para pasar.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me introduje en la nave, en la cual había varios prototipos de robots armados. Me preparé para repartir leña, pero las máquinas no se movieron. Debían de estar apagasas. Mejor para mí, menos perder el tiempo en chatarra. Miré a los lados, en los cuales había unas especies de aberturas, y sonreí. Me acucliyé, y con fuerta me volví a estirar, dando un enorme salto hasta el cristal del fondo. Lo palpé un segundo y lo arañé con suavidad, pero no le hice un rasguño. Blindado, como si eso pudiera detenerme.
A continuación arremetí contra la puerta, varias veces, hasta que esta cayó. Entré dentro, y sonreí a los dos humanos que se encontraban dentro. Rodeandolos a ambos al con corrientes para aprisionarlos.
- Bueno, ¿quién es tan amable de abrirme la puerta a esa torre?-inquirí cruzándome de brazos.
A continuación arremetí contra la puerta, varias veces, hasta que esta cayó. Entré dentro, y sonreí a los dos humanos que se encontraban dentro. Rodeandolos a ambos al con corrientes para aprisionarlos.
- Bueno, ¿quién es tan amable de abrirme la puerta a esa torre?-inquirí cruzándome de brazos.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me senté a esperar en mi precioso sofá de cuero color crema, entre Ness y Terra. Thalassa para no ser menos se unió a nosotras, sentándose en mi regazo. Era sorprendente lo poco que pesaba, sólo lo notaba como leves cosquilleos sobre mi piel, nada más.
Cambié de canal, hasta encontrar algo que me pudiera interesar. Era la película de Shrek. Me encogí de hombros y me dispuse a verla por décimo-quinta vez en mi vida. La verdad es que era bastante entretenida.
Una voz rompió el silencio, preocupada.
- ¿Crees que el que venga hará daño a los demás? Es que no quiero que nadie sufra daños... - como no, Terra siempre se preocupaba por todos.
Ness fue a contestar, pero yo me adelanté a ella.
- Ya sabes como son ellos... Son fanáticos dispuestos a dar su vida por el país. Los únicos que no son así son las cuidadoras. Todos los demás preferirán morir antes de dejar el paso hasta mí libre.- no había emoción alguna en mi voz, estaba siendo objetiva.
Y es cierto, si tuvieran que elegir entre su vida o traicionar a su país, entregarían su vida. Tanto fanatismo me parecía ridículo.
Los dos humanos al oír el golpeteo se asustaron y trataron de huir. Pero no alcanzaron a abrir la salida, puesto que cuando iban a salir fueron atados por la digimon. Sin embargo al oír la pregunta sólo la chica se mostró algo dubitativa.
- No te abrire la puerta engendro, antes la muerte. - dijo el hombre con seguridad y convicción, no había duda en su mirada.
Y eso influyó también en su compañera que pese a no querer morir, sabía que si no entregaba su vida acabarían matándola de todas formas. Nadie puede retractarse con los militares.
Eso sólo dejaba una opción para Aeirmon, tener que asesinarlos.
Fuera los militares estaban reorganizándose. Ahora había un pequeño pelotón de 10, esperando a que llegara un pequeño tanque blanco.
Cambié de canal, hasta encontrar algo que me pudiera interesar. Era la película de Shrek. Me encogí de hombros y me dispuse a verla por décimo-quinta vez en mi vida. La verdad es que era bastante entretenida.
Una voz rompió el silencio, preocupada.
- ¿Crees que el que venga hará daño a los demás? Es que no quiero que nadie sufra daños... - como no, Terra siempre se preocupaba por todos.
Ness fue a contestar, pero yo me adelanté a ella.
- Ya sabes como son ellos... Son fanáticos dispuestos a dar su vida por el país. Los únicos que no son así son las cuidadoras. Todos los demás preferirán morir antes de dejar el paso hasta mí libre.- no había emoción alguna en mi voz, estaba siendo objetiva.
Y es cierto, si tuvieran que elegir entre su vida o traicionar a su país, entregarían su vida. Tanto fanatismo me parecía ridículo.
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Los dos humanos al oír el golpeteo se asustaron y trataron de huir. Pero no alcanzaron a abrir la salida, puesto que cuando iban a salir fueron atados por la digimon. Sin embargo al oír la pregunta sólo la chica se mostró algo dubitativa.
- No te abrire la puerta engendro, antes la muerte. - dijo el hombre con seguridad y convicción, no había duda en su mirada.
Y eso influyó también en su compañera que pese a no querer morir, sabía que si no entregaba su vida acabarían matándola de todas formas. Nadie puede retractarse con los militares.
Eso sólo dejaba una opción para Aeirmon, tener que asesinarlos.
Fuera los militares estaban reorganizándose. Ahora había un pequeño pelotón de 10, esperando a que llegara un pequeño tanque blanco.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
No pude evitar reirme ante la ridícula escena. Se me ponian gallitos, más el viejo que la joven. Y encima me llamaban engendro. Ellos. Quienes se atrevían a jugar con vidas de seres de su misma especie.
- Será un placer.
Mi cola se levantó por encima mío y apuntó a la chica joven. Con un certero movimiento la attavesó de lado a lado, llegando directamente hacia su corazón. Después, la retiré del cuerpo y empalé al viejo, sin parpadear ni vacilar. Las vidas humanas, no me importaba aniquilarlas. Eran una peste, destruían todo lo que tocaban, y mataban sin importarles el dolor que causaban.
Observé los cuerpos desangrándose, y me agaché para rebuscar entre la ropa del tio alguna tarjeta que pudiera abrirme la puerta. Cuando la hube encontrado (?) me incorporé de nuevo y salí, no sin antes destruir los robots de la nave, más que nada para que no pudoeran utilizarlos junca más.
Salí al exterior. ¿Y qué fue lo que me encontré? Un pelotón entero ahí parado, como esperando algo.
- Qué recibimiento tan agradable-murmuré.
Moví las manos, y rápidamente hice con ellos lo que había hecho con los otros militares: regalarles una bonita y letal tormenta de aire. Un regalito por mi parte por interponerse en mi camino.
- Será un placer.
Mi cola se levantó por encima mío y apuntó a la chica joven. Con un certero movimiento la attavesó de lado a lado, llegando directamente hacia su corazón. Después, la retiré del cuerpo y empalé al viejo, sin parpadear ni vacilar. Las vidas humanas, no me importaba aniquilarlas. Eran una peste, destruían todo lo que tocaban, y mataban sin importarles el dolor que causaban.
Observé los cuerpos desangrándose, y me agaché para rebuscar entre la ropa del tio alguna tarjeta que pudiera abrirme la puerta. Cuando la hube encontrado (?) me incorporé de nuevo y salí, no sin antes destruir los robots de la nave, más que nada para que no pudoeran utilizarlos junca más.
Salí al exterior. ¿Y qué fue lo que me encontré? Un pelotón entero ahí parado, como esperando algo.
- Qué recibimiento tan agradable-murmuré.
Moví las manos, y rápidamente hice con ellos lo que había hecho con los otros militares: regalarles una bonita y letal tormenta de aire. Un regalito por mi parte por interponerse en mi camino.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Un tremendo ruido se oyó en nuestra habitación. Al parecer alguien había disparado algo. Intuía que tenía que haber sido uno de esos enormes taques que a veces se desplazaban por el exterior, pero para mala suerte mía, solo los había visto una vez, puesto que tenían órdenes de que por mi ventana no se viera ningún tipo de vehículo, así como persona. Tenían que continuar con su farsa de que el mundo estaba contaminadísimo y no se podía respirar.
Lastima que ya no les funcionase eso.
- Creo que ha pasado algo- la cola de Thalassa se movió inquieta, a pesar de que su dueño tenía los ojos cerrados.
- Ooooh que listo nos salió el minino.- el tono de la morena cada vez era más sarcástico- Bien por tí, genio. Las demás no tenemos oídos, ¿no?- lo siguiente que salió por su boca fueron más y más improperios.
Aún seguían en el exterior. Quizás este rescate tardara más de lo que pensaba. Por lo que me levanté y me dirigí al vestidor, a escoger que ropa me llevaría.
La situación en el exterior no era buena para los humanos, a pesar de que esta vez abrieron fuego en cuanto Aiermon apareció por la puerta. Pero las balas fueron inutilizadas por el aire de la zona. Que además les atacó de nuevo. Ese vendaval que tan útil era para el digimon demonio, fue un arma de doble filo, puesto que ese violento ulular, dirigido hacia el sentido en el que estaban los humanos, evitó que un estruendoso sonido fuera captado por los oídos de la dominadora del aire.
El tanque había llegado a su posición y había disparado uno de sus proyectiles, tipo STAFF que poseía un sensor para explotar justo encima de su enemigo, en este caso Aiermon, disparando una honda cinética para destruir a su enemigo.
Tendría que desviar el proyectil u obligarlo a explotar de otra manera. La decisión era solo de Aeirmon, pero dentro del vehículo de batalla ya estaban cargando otro igual. Así que tenía que ser rápida en bloquear el tanque o seguiría en esa danza mortal, con cada vez más y más tanques apuntándola.
Lastima que ya no les funcionase eso.
- Creo que ha pasado algo- la cola de Thalassa se movió inquieta, a pesar de que su dueño tenía los ojos cerrados.
- Ooooh que listo nos salió el minino.- el tono de la morena cada vez era más sarcástico- Bien por tí, genio. Las demás no tenemos oídos, ¿no?- lo siguiente que salió por su boca fueron más y más improperios.
Aún seguían en el exterior. Quizás este rescate tardara más de lo que pensaba. Por lo que me levanté y me dirigí al vestidor, a escoger que ropa me llevaría.
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La situación en el exterior no era buena para los humanos, a pesar de que esta vez abrieron fuego en cuanto Aiermon apareció por la puerta. Pero las balas fueron inutilizadas por el aire de la zona. Que además les atacó de nuevo. Ese vendaval que tan útil era para el digimon demonio, fue un arma de doble filo, puesto que ese violento ulular, dirigido hacia el sentido en el que estaban los humanos, evitó que un estruendoso sonido fuera captado por los oídos de la dominadora del aire.
El tanque había llegado a su posición y había disparado uno de sus proyectiles, tipo STAFF que poseía un sensor para explotar justo encima de su enemigo, en este caso Aiermon, disparando una honda cinética para destruir a su enemigo.
Tendría que desviar el proyectil u obligarlo a explotar de otra manera. La decisión era solo de Aeirmon, pero dentro del vehículo de batalla ya estaban cargando otro igual. Así que tenía que ser rápida en bloquear el tanque o seguiría en esa danza mortal, con cada vez más y más tanques apuntándola.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Los humanos murieron, obviamente. Solo eran seres con un cuerpo demasiado frágil y sin poderes. Resoplé, y me agité el pelo con una garra, aunque aún sin relajarme. Por fortuna, eso hizo que viera un veículo grande a lo lejos, que disparó un proyectil hacia mí. Arqueé una ceja y dí un salto hacia atrás.
- Quieren jugar... muy bien. Juguemos.
Agarré el digivice que aún conservaba, y golpeé un puño lleno de digisoul en la base, al tiempo que Salamon salía de la pantalla con un ladrido.
- DNA charge... overdrive!
Salamon se vio envuelta rápidamente por un resplandor, antes de transformarse en Beelko y apuntar al proyectil del tanque con una escopeta.
- Double Impact.
Sus balas colisionaron certeramente contra la bala del tanque, y algunas hasta llegaron a golpear la estructura de la máquina.
- A ver que haceis contra dos- sonreí, colocándome junto a mi compañera.
Ella sonrió, mostrando sus afilados colmillos, y siguió apuntando al tanque.
- Quieren jugar... muy bien. Juguemos.
Agarré el digivice que aún conservaba, y golpeé un puño lleno de digisoul en la base, al tiempo que Salamon salía de la pantalla con un ladrido.
- DNA charge... overdrive!
Salamon se vio envuelta rápidamente por un resplandor, antes de transformarse en Beelko y apuntar al proyectil del tanque con una escopeta.
- Double Impact.
Sus balas colisionaron certeramente contra la bala del tanque, y algunas hasta llegaron a golpear la estructura de la máquina.
- A ver que haceis contra dos- sonreí, colocándome junto a mi compañera.
Ella sonrió, mostrando sus afilados colmillos, y siguió apuntando al tanque.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Continué tirando ropa por todos lados, los preciosos vestidos que tenía eran muy bonitos, pero poco útiles por el mismo motivo, tenían demasiados detalles. Debía pensar en algo más útil... Ah y que no se me olvidaran zapatos cómodos, así como un abrigo para el exterior. Al salir de aquí necesitaría algo abrigado, puesto que si había una ventisca ya podía rezar porque la piel no se me congelara hasta los huesos.
No oía nada del exterior, por lo que intuía que no habría pasado nada más. O que el tanque había sido destruido. Aunque por otro lado, estaba dentro de una habitación, quizás las paredes hicieran desaparecer parte del sonido.
Continué tirando ropa al suelo o dentro de un macuto de aproximadamente 25 Litros. Necesitaba toda mi ropita.
La bala fue destruida, pero para superar el blindaje del tanque necesitarían más potencia. O si no romperlo, al menos obstruir la salida de balas.
Pero a pesar de la sorpresa que se llevaron al ver otra criatura, volvieron a disparar el cañón, de nuevo otra bala, y así continuarían hasta que no pudiera disparar más o entraran al edificio.
El sonido del traqueteo de otro tanque se oía por el lado contrario. Poco a poco se iba acercando otra nueva máquina.
No oía nada del exterior, por lo que intuía que no habría pasado nada más. O que el tanque había sido destruido. Aunque por otro lado, estaba dentro de una habitación, quizás las paredes hicieran desaparecer parte del sonido.
Continué tirando ropa al suelo o dentro de un macuto de aproximadamente 25 Litros. Necesitaba toda mi ropita.
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La bala fue destruida, pero para superar el blindaje del tanque necesitarían más potencia. O si no romperlo, al menos obstruir la salida de balas.
Pero a pesar de la sorpresa que se llevaron al ver otra criatura, volvieron a disparar el cañón, de nuevo otra bala, y así continuarían hasta que no pudiera disparar más o entraran al edificio.
El sonido del traqueteo de otro tanque se oía por el lado contrario. Poco a poco se iba acercando otra nueva máquina.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
La bala fue destruida, pero el maldito tanque seguía jodiendo. Y ahora oía a otro acercarse. Dentro de poco las cosas se pondrían más dificiles.
- Beelko.
Ella soltó una risa cantarina y anduvo hacia un lado, hasta ponerse frente al cañón del vehículo.
- Seep... Quick Shot
Las balas que las escopetas escupían se volvieron más veloces, y volaron hasta chocar contra la bala que acababa de salir. Aproveché ese instante para correr hacia el tanque por un lado. Me subí encima y enrollé un latigo de aire en torno al cañón, tirando y provocando que se cerrara por dentro, sin dejar que nada saliera ya de ahí.
Me bajé con rapidez y me coloqué de nuevo junto a Beelko, aunque luego me moví hasta llegar junto a la puerta. Introduje la tarjeta que le había cogido al científico en el mecanismo de apertura de la puerta y cuando se hubo abierto pasé, con mi compañera pisándome los talones.
- Ya estamos dentro, ¿y ahora qué?
- Beelko.
Ella soltó una risa cantarina y anduvo hacia un lado, hasta ponerse frente al cañón del vehículo.
- Seep... Quick Shot
Las balas que las escopetas escupían se volvieron más veloces, y volaron hasta chocar contra la bala que acababa de salir. Aproveché ese instante para correr hacia el tanque por un lado. Me subí encima y enrollé un latigo de aire en torno al cañón, tirando y provocando que se cerrara por dentro, sin dejar que nada saliera ya de ahí.
Me bajé con rapidez y me coloqué de nuevo junto a Beelko, aunque luego me moví hasta llegar junto a la puerta. Introduje la tarjeta que le había cogido al científico en el mecanismo de apertura de la puerta y cuando se hubo abierto pasé, con mi compañera pisándome los talones.
- Ya estamos dentro, ¿y ahora qué?
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Continué dentro del armario, sacando hasta la última de las prendas de las perchas. No pensaba volver en bastante tiempo.
Pero tras escoger toda la ropa me tocaría recogerla de nuevo, puesto que mis cuidadoras no debían notar ninguna anomalía, o sino empezarían a hacer preguntas. Y eso podría derivar en que me sedaran, y personalmente prefiero no estar en ese estado.
Nada más entrar la puerta que se había abierto lo suficiente como para que pasara una persona a la vez se cerró detrás de Beelko. Para salir había que volver a usar una tarjeta, solo que esta vez, también habría que conseguir un código.
Nada más cerrarse con un estruendo, unas leves luces dejaron a la vista una sala con paredes de chapa metálica no muy bonita ni cuidada. Al frente había una pequeña puerta, en la izquierda había otra y a la derecha subían unas escaleras. Sin embargo esto no era en lo primero que uno se fijaría, sino en el robot, que avanzaba llevando dos pistolas.
Disparó hacia ellas, unas extrañas balas que emanaban chispas. De ser golpeadas por ellas, los datos que las hacían tomar esas formas quedarían temporalmente dañados, o descolocados, provocando que irremediablemente volvieran a su forma humana o roockie.
Mala suerte para ellas, que la criatura mecánica tuviera un blindaje del mismo grosor que el de un tanque. Por suerte, era bastante lento recargando y tampoco se movía muy rápido, además de que se desplazaba sobre unas ruedas, con lo que cualquier escalera sería un punto que no podría superar.
Sin embargo, ¿esas escaleras serían la decisión acertada o no?
Pero tras escoger toda la ropa me tocaría recogerla de nuevo, puesto que mis cuidadoras no debían notar ninguna anomalía, o sino empezarían a hacer preguntas. Y eso podría derivar en que me sedaran, y personalmente prefiero no estar en ese estado.
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Nada más entrar la puerta que se había abierto lo suficiente como para que pasara una persona a la vez se cerró detrás de Beelko. Para salir había que volver a usar una tarjeta, solo que esta vez, también habría que conseguir un código.
Nada más cerrarse con un estruendo, unas leves luces dejaron a la vista una sala con paredes de chapa metálica no muy bonita ni cuidada. Al frente había una pequeña puerta, en la izquierda había otra y a la derecha subían unas escaleras. Sin embargo esto no era en lo primero que uno se fijaría, sino en el robot, que avanzaba llevando dos pistolas.
Disparó hacia ellas, unas extrañas balas que emanaban chispas. De ser golpeadas por ellas, los datos que las hacían tomar esas formas quedarían temporalmente dañados, o descolocados, provocando que irremediablemente volvieran a su forma humana o roockie.
Mala suerte para ellas, que la criatura mecánica tuviera un blindaje del mismo grosor que el de un tanque. Por suerte, era bastante lento recargando y tampoco se movía muy rápido, además de que se desplazaba sobre unas ruedas, con lo que cualquier escalera sería un punto que no podría superar.
Sin embargo, ¿esas escaleras serían la decisión acertada o no?
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Nada más entrar, nos topamos con un robot. No me paré a observar ni las puertas, ni las escaleras. Me moví a un lado, esquivando las balas; Beelko se movió al contrario. Me fije bien en la masa de chatarra que era aquella máquina. Parecía bastante resistente, y se movía mediante ruedas. Tenía dos opciones. Podía subir las escaleras, pero eso significaría que huía del problema, y tarde o temprano me tendría que enfrentar a él. En cambio, había otra solución...
Me moví a su espalda. Beelkomon entendió lo que pretendía, e imitó mis movimientos. Luego ambas, desde detrás del robot, arremetimos a la vez contra él para tirarlo.
En el caso de conseguir derribarlo, me volvería hacia las escaleras y pondría una garra en el primer escalón.
Me moví a su espalda. Beelkomon entendió lo que pretendía, e imitó mis movimientos. Luego ambas, desde detrás del robot, arremetimos a la vez contra él para tirarlo.
En el caso de conseguir derribarlo, me volvería hacia las escaleras y pondría una garra en el primer escalón.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Terminé de recoger y regresé a mi habitación. No podía ver nada en el exterior, y todos mis compañeros estaban tranquilos o dormidos. El único que no descansaba era Thalassa, lo cual era raro, puesto que una de sus aficiones es dormir.
- ¿Alguna novedad?
Él negó con la cabeza. Suspiré y dejé la mochila oculta debajo de la cama, al parecer tendría que esperar. Decidí entretenerme encendiendo mi play station 3. Al menos de esa manera podría entretenerme un rato.
Los minutos pasaban, hasta que el pequeño gato decidió hablar.
- Oye, ¿enviaste algo para saber el camino?
El plan era perrfecto, salvo por un pequeño detalle, el robot a pesar de ser lento también se desplazaba y ellas no se teletransportaban, por lo que la criatura mecánica giró y al empujarle le hicieron caer de lado, apuntando con sus pistolas hacia las escaleras.
Por ello en cuanto el pie de Aiermon tocó el suelo, un disparo salió hacia ella. En caso de seguir subiendo las escaleras, se encontraría con tres puertas, una a la derecha, otra a la izquierda y por último otra en el medio. Todas ellas estaban cerradas, pero la del centro requería de otro tipo de tarjeta para entrar.
- ¿Alguna novedad?
Él negó con la cabeza. Suspiré y dejé la mochila oculta debajo de la cama, al parecer tendría que esperar. Decidí entretenerme encendiendo mi play station 3. Al menos de esa manera podría entretenerme un rato.
Los minutos pasaban, hasta que el pequeño gato decidió hablar.
- Oye, ¿enviaste algo para saber el camino?
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El plan era perrfecto, salvo por un pequeño detalle, el robot a pesar de ser lento también se desplazaba y ellas no se teletransportaban, por lo que la criatura mecánica giró y al empujarle le hicieron caer de lado, apuntando con sus pistolas hacia las escaleras.
Por ello en cuanto el pie de Aiermon tocó el suelo, un disparo salió hacia ella. En caso de seguir subiendo las escaleras, se encontraría con tres puertas, una a la derecha, otra a la izquierda y por último otra en el medio. Todas ellas estaban cerradas, pero la del centro requería de otro tipo de tarjeta para entrar.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Ambas subimos las escaleras antes e que ninguna bala nos alcanzase -ya había sospechado que eran unas balas un tanto molestas-, hasta que al cabo de un rato tuvimos un pequeño obstáculo. Tres puertas, y la del entro necesitaba otra tarjeta para ser abierta. Me maldije al haber dejado la tarjeta olvidada en la puerta de la entrada.
- ¿Y bien? ¿Ahora por cual, genio?
Me volví hacia Beelko, y le dirigí una severa mirada. Desde que había cambiado, en esa forma se volvía más rebelde y sarcástica, sobretodo cuando yo estaba transformada en Aeirmon. A/ parecer, eran dos digimons que no se llevaban del todo bien. Luego, sin decir nada más me giré hacia la de la izquierda y la abrí, entrando. La motera me imitó, con las escopetas en las manos por si acaso.
- ¿Y bien? ¿Ahora por cual, genio?
Me volví hacia Beelko, y le dirigí una severa mirada. Desde que había cambiado, en esa forma se volvía más rebelde y sarcástica, sobretodo cuando yo estaba transformada en Aeirmon. A/ parecer, eran dos digimons que no se llevaban del todo bien. Luego, sin decir nada más me giré hacia la de la izquierda y la abrí, entrando. La motera me imitó, con las escopetas en las manos por si acaso.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Miré hacia mi compañero para responder a su pregunta.
- No, no envié nada. No lo veo necesario, además quiero comprobar su habilidad de entender dónde me hallaría yo o que camino sería el correcto. Así como también su suerte.
- Oh, ya entiendo...
Me encogí de hombros y continué jugando al Assasins Creed. Ya había pasado bastante desde que la misteriosa presencia había llegado. ¿Cuánto más me haría esperar?
Elección correcta por parte de Aiermon a la hora de escoger puerta, puesto que la otra llevaba directamente hasta un horno de tipo industrial donde quemar la basura del centro. Por lo tanto, una muerte casi segura para las dos digimons.
La puerta de la izquierda se abrió sin problemas, dejando a la vista una pequeña sala llena de diversos objetos que bien podrían estar en cualquier laboratorio del doctor Frankenstein. Órganos, extremidades y animales conservados en botes con alcohol. De diferentes especies animales, incluidos de humanos.
No era un espectáculo nada agradable, sobre todo para gente delicada de estómago, puesto que los que más había eran bebés no natos, de todos los colores y géneros posibles en la especie humana. Algunos en pleno proceso de desarrollo, otros completamente formados y otros... Bueno, mutados.
En las mesas había multitud de papeles y entre ellos se encontraba una tarjeta que aseguraría el paso de las dos digimons por todas las salas que se lo pidieran.
- No, no envié nada. No lo veo necesario, además quiero comprobar su habilidad de entender dónde me hallaría yo o que camino sería el correcto. Así como también su suerte.
- Oh, ya entiendo...
Me encogí de hombros y continué jugando al Assasins Creed. Ya había pasado bastante desde que la misteriosa presencia había llegado. ¿Cuánto más me haría esperar?
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Elección correcta por parte de Aiermon a la hora de escoger puerta, puesto que la otra llevaba directamente hasta un horno de tipo industrial donde quemar la basura del centro. Por lo tanto, una muerte casi segura para las dos digimons.
La puerta de la izquierda se abrió sin problemas, dejando a la vista una pequeña sala llena de diversos objetos que bien podrían estar en cualquier laboratorio del doctor Frankenstein. Órganos, extremidades y animales conservados en botes con alcohol. De diferentes especies animales, incluidos de humanos.
No era un espectáculo nada agradable, sobre todo para gente delicada de estómago, puesto que los que más había eran bebés no natos, de todos los colores y géneros posibles en la especie humana. Algunos en pleno proceso de desarrollo, otros completamente formados y otros... Bueno, mutados.
En las mesas había multitud de papeles y entre ellos se encontraba una tarjeta que aseguraría el paso de las dos digimons por todas las salas que se lo pidieran.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Mis ojos se abrieron como platos al contemplar tal... aberración. Porque eso era lo que era.
Botes por todas partes, con extremidades, organos.... y fetos humanos, modificados geneticamente, con distintos colores, géneros, mutaciones.
Yo no lo sentí, pero mis pupilas se dilataron muchísimo al ver tal panorama. Mi cuerpo comenzó a temblar, y ví ante mis ojos toda mi mierda de infancia, aquella que había pasado viendo experimentos del científico que había sido mi padre, aquella en la que me había visto discriminada por ser diferente a los demás... Solté un rugido, y sin poder contenerme destruí con cola y garras todos aquellos experimentos fallidos que había ante mis ojos.
Beelko me observaba con detenimiento, pues en el fondo se preocupaba por mí, y yo por ella. Cuando ví el último tarro en el suelo, hecho añicos, jadeé con fuerza. Mi compañera se acercó a mí y me colocó una garra en el hombro.
- ¿Estás mejor?-inquirió.
Yo solté un gruñido, y tras unos cuantos jadeos más me volví, con la cara deformada por la rabia aún.
- Los mataré a todos...
Beelko puso los ojos en blanco, y miró hacia atrás un momento, justo hacia una mesa donde había varios papeles, los cuales se puso a observar y a leer con curiosidad. Yo solo me fije en la tarjeta que había junto a ellos, y la cogí. Luego me dirigí hacia la salida.
Botes por todas partes, con extremidades, organos.... y fetos humanos, modificados geneticamente, con distintos colores, géneros, mutaciones.
Yo no lo sentí, pero mis pupilas se dilataron muchísimo al ver tal panorama. Mi cuerpo comenzó a temblar, y ví ante mis ojos toda mi mierda de infancia, aquella que había pasado viendo experimentos del científico que había sido mi padre, aquella en la que me había visto discriminada por ser diferente a los demás... Solté un rugido, y sin poder contenerme destruí con cola y garras todos aquellos experimentos fallidos que había ante mis ojos.
Beelko me observaba con detenimiento, pues en el fondo se preocupaba por mí, y yo por ella. Cuando ví el último tarro en el suelo, hecho añicos, jadeé con fuerza. Mi compañera se acercó a mí y me colocó una garra en el hombro.
- ¿Estás mejor?-inquirió.
Yo solté un gruñido, y tras unos cuantos jadeos más me volví, con la cara deformada por la rabia aún.
- Los mataré a todos...
Beelko puso los ojos en blanco, y miró hacia atrás un momento, justo hacia una mesa donde había varios papeles, los cuales se puso a observar y a leer con curiosidad. Yo solo me fije en la tarjeta que había junto a ellos, y la cogí. Luego me dirigí hacia la salida.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Continué jugando, tranquilamente, hasta que de nuevo mi compañero el gatito decidió abrir su boca. A pesar de que no son palabras muy cariñosas para decir lo que hace, le tengo bastante cariño, porque es el que menos problemas da normalmente.
- ¿Qué crees que ocurrirá si entran a la sala donde estaba la información del proyecto?
- ¿La sala de los botes?
Él asintió.
- No sé, pero con eso tendré más credibilidad sobre los horrorosos experimentos. Eso es lo único que queda de ellos, ni siquiera tengo recuerdos claros de cuando empezaron a cambiar mi naturaleza. Por tanto no estoy traumada con eso. Pero es mejor hacer pensar al otro que sí... Al menos hasta que llegue aquí.
- A veces me preocupa que tengas demasiado tiempo libre- nya
Me encogí de hombros y continué jugando.
Toda la sala se estaba inundando al olor del alcohol que contenían los botes, por lo que había un aroma demasiado dulzón en la atmósfera. Si se mantenían mucho tiempo dentro de la sala acabaría por marearles ese olor. Y sobre todo, ahora que no había para evitar el paso del tiempo sobre toda esa materia orgánica, cuanto más tiempo pasara más se iría descomponiendo.
Entre las hojas que ojeaba Beelko cayó una foto de una niña pequeña, vestida con un extraño pijama con forma de gatito, con ojos dorados. El pelo no se la veía claramente, pero parecía de color claro. La foto tenía mala claridad, como si la cámara usada fuera de las antiguas.
En las hojas ponía el nombre del proyecto: L.I.G.H.T. Ese nombre era el mismo que había aparecido en el remitente del mensaje que le llegó a la pelirroja. Además de eso, incluía información de sus estadísticas en las distintas pruebas. Así mismo se incluía que el ADN usado en ella era el de un Garurumon. Pocas cosas más se añadían en el informe.
Solo un detalle resaltaba por encima, y es que al parecer tenía conductas esquizofrénicas al hablar con entes que no existían en la realidad.
- ¿Qué crees que ocurrirá si entran a la sala donde estaba la información del proyecto?
- ¿La sala de los botes?
Él asintió.
- No sé, pero con eso tendré más credibilidad sobre los horrorosos experimentos. Eso es lo único que queda de ellos, ni siquiera tengo recuerdos claros de cuando empezaron a cambiar mi naturaleza. Por tanto no estoy traumada con eso. Pero es mejor hacer pensar al otro que sí... Al menos hasta que llegue aquí.
- A veces me preocupa que tengas demasiado tiempo libre- nya
Me encogí de hombros y continué jugando.
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Toda la sala se estaba inundando al olor del alcohol que contenían los botes, por lo que había un aroma demasiado dulzón en la atmósfera. Si se mantenían mucho tiempo dentro de la sala acabaría por marearles ese olor. Y sobre todo, ahora que no había para evitar el paso del tiempo sobre toda esa materia orgánica, cuanto más tiempo pasara más se iría descomponiendo.
Entre las hojas que ojeaba Beelko cayó una foto de una niña pequeña, vestida con un extraño pijama con forma de gatito, con ojos dorados. El pelo no se la veía claramente, pero parecía de color claro. La foto tenía mala claridad, como si la cámara usada fuera de las antiguas.
- Spoiler:
Cambiale el pelo a blanco y los ojos a dorado xD Es que no hay imagenes así... o al menos no he encontrado
En las hojas ponía el nombre del proyecto: L.I.G.H.T. Ese nombre era el mismo que había aparecido en el remitente del mensaje que le llegó a la pelirroja. Además de eso, incluía información de sus estadísticas en las distintas pruebas. Así mismo se incluía que el ADN usado en ella era el de un Garurumon. Pocas cosas más se añadían en el informe.
Solo un detalle resaltaba por encima, y es que al parecer tenía conductas esquizofrénicas al hablar con entes que no existían en la realidad.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me quedé en el pasillo, esperando a que Beelko se dignara a salir tambien. Cuando lo hizo, me enseñó unos papeles y una foto. Los miré, y me llamó la atención el nombre del proyecto: L. I. G. H. T.
Fruncí el ceño, y leí rápidamente toda esa información. A medida que avanzaba en la lectura una taimada sonrisa se me formaba en el rostro.
- Vaya, fíjate...-murmuré-. Otro biohybrido.
Entorné los ojos en una expresión de interés, olvidando por unos instantes el panorama de la sala anterior. Repasé el resto de información, pues quizá fuese util para saber cómo era y dónde se encontraba la pequeña reclusa.
Sonreí, agarré la tarjeta y la pasé por el lector de la puerta central, con un nuevo interés en encontrar a la tal Light.
Fruncí el ceño, y leí rápidamente toda esa información. A medida que avanzaba en la lectura una taimada sonrisa se me formaba en el rostro.
- Vaya, fíjate...-murmuré-. Otro biohybrido.
Entorné los ojos en una expresión de interés, olvidando por unos instantes el panorama de la sala anterior. Repasé el resto de información, pues quizá fuese util para saber cómo era y dónde se encontraba la pequeña reclusa.
Sonreí, agarré la tarjeta y la pasé por el lector de la puerta central, con un nuevo interés en encontrar a la tal Light.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
No había mucho más sobre lo que hablar. Compartir casi 24 horas con las tres mismas personas te hace tener más silencios de los que parece, todos los temas ya están hablados.
Por eso no dijimos nada más, simplemente nos fijábamos en el televisor y en el juego. Aunque ya empezaba a aburrirme un poco.
Al salir de la sala no había nada, la tarjeta fue aceptada por la tarjeta, abriéndose y dejando a la vista varios científicos que estaban rodeando lo que parecía una camilla de operaciones. Había alguien en ella, aunque no se podía ver bien qué es lo que era, porque tenía una sábana de tono verdoso encima.
Los humanos se giraron a mirar quién se acercaba, nadie debía molestarlos ahora que estaban tratando de crear una segunda generación del experimento útil.
Por eso no dijimos nada más, simplemente nos fijábamos en el televisor y en el juego. Aunque ya empezaba a aburrirme un poco.
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Al salir de la sala no había nada, la tarjeta fue aceptada por la tarjeta, abriéndose y dejando a la vista varios científicos que estaban rodeando lo que parecía una camilla de operaciones. Había alguien en ella, aunque no se podía ver bien qué es lo que era, porque tenía una sábana de tono verdoso encima.
Los humanos se giraron a mirar quién se acercaba, nadie debía molestarlos ahora que estaban tratando de crear una segunda generación del experimento útil.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
La tarjeta fue aceptada, la puerta se abrió mostrando su interior. Más científicos experimentando y tocándome las narices con sus mierdas de proyectos. No obstante, al entrar solo me mostré con una sádica sonrisa, de estas que solía poner cuando estaba de muy mal humor y quería pagar mi enfado con alguien. Me impulsé y empalé a uno de los científicos como si fuera un tranchete. Agarré al siguiente del cuello con una garra y lo estampé con violencia contra el suelo. Beelkomon se encargó del resto, propinándole a cada uno un disparo en la cabeza.
Al terminar, me saqué el cuerpo colgante de la cola con desprecio y atravesé con la púa, sin mirarlo siquiera, al sujeto de la camilla que se encontraba tapado con la sábana verde.
Miré a mi alrededor, en busca de alguna otra puerta por la que pasar.
Al terminar, me saqué el cuerpo colgante de la cola con desprecio y atravesé con la púa, sin mirarlo siquiera, al sujeto de la camilla que se encontraba tapado con la sábana verde.
Miré a mi alrededor, en busca de alguna otra puerta por la que pasar.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Bostecé y cambié mi posición en el sofá para estar más cómoda. Mis cotas de aburrimiento ya llegaban hasta el nivel de recurrir al tetris. Maldito juego visioso, que te hace estar enganchado durante horas para que no se te suba hasta arriba del todo.
En ese momento era Terra la que estaba despierta, mientras que Thalassa y Ness seguían dormidos, la verdad se veían muy monos, ella abrazándole a él. Mi querida elfa rubia se paseaba por toda la habitación.
- ¿Y si mata a todo el mundo?
Me encogí de hombros y continué con mi juego. Esperemos que esa situación nunca se dé.
Los humanos apenas pusieron resistencia a su sentencia de muerte. Aunque hubieran podido, no hubiera servido de nada. La diferencia de poder era abrumadora. Sin embargo en el momento en que clavó su cola contra el "paciente" la tela se quedó enganchada a la cola, mostrando a un pequeño niño de apenas tres años de cabellos negros.
Un niño al que le habían quitado su posibilidad de seguir viviendo. No lo había decidido por él mismo, seguramente aún no supiera hablar demasiado. Pero todo lo que se le podía ofrecer si sobrevivía al experimento había sido arrebatado antes de que pudiera disfrutar un poco al menos.
En la sala no había más salida. Quizás subir e ir al lugar más obvio no era lo más inteligente.
En ese momento era Terra la que estaba despierta, mientras que Thalassa y Ness seguían dormidos, la verdad se veían muy monos, ella abrazándole a él. Mi querida elfa rubia se paseaba por toda la habitación.
- ¿Y si mata a todo el mundo?
Me encogí de hombros y continué con mi juego. Esperemos que esa situación nunca se dé.
~01010011 01100001 01101100 01100001 00100000 01100011 01100101 01101110 01110100 01110010 01100001 01101100~
Los humanos apenas pusieron resistencia a su sentencia de muerte. Aunque hubieran podido, no hubiera servido de nada. La diferencia de poder era abrumadora. Sin embargo en el momento en que clavó su cola contra el "paciente" la tela se quedó enganchada a la cola, mostrando a un pequeño niño de apenas tres años de cabellos negros.
Un niño al que le habían quitado su posibilidad de seguir viviendo. No lo había decidido por él mismo, seguramente aún no supiera hablar demasiado. Pero todo lo que se le podía ofrecer si sobrevivía al experimento había sido arrebatado antes de que pudiera disfrutar un poco al menos.
En la sala no había más salida. Quizás subir e ir al lugar más obvio no era lo más inteligente.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Retiré la cola del cuerpo, pero eso no significaba que la quitara también de la sábana. Al retirarla sin querer, deje al descubierto el cuerpo de un niño pequeño atravesado. Abrí mucho los ojos por un momento, preguntándome. por qué no había mirado debajo de la sábana antes de hacer nada. Pero después una perturbadora idea se acopló en mi mente. Hubiera sido otro proyecto de esos científicos, otro experimento, y probablemente hubiera sufrido a lo largo de su vida. Tan solo habia sido un acto de piedad... ¿o no?
Sacudí la cabeza, y al no ver más puertas retrocedí todo el tramo hasta el piso de abajo. Creé un clon para que avanzara delante nuestro, y así no ser disparadas Beelko y yo.
Sorteé al robot, y me dirigí hacia la puerta que había enfrente de la salida, con Beelkomon detrás.
Sacudí la cabeza, y al no ver más puertas retrocedí todo el tramo hasta el piso de abajo. Creé un clon para que avanzara delante nuestro, y así no ser disparadas Beelko y yo.
Sorteé al robot, y me dirigí hacia la puerta que había enfrente de la salida, con Beelkomon detrás.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Miré fijamente a Terra, tranquila y objetiva como siempre solía ser.
- Ya lo hablamos. Y decidimos que ese era el mejor plan hasta ahora para salir, que no importaban las pérdidas.
- Ya pero...
- En algún momento tenían que morir. En especial los otros experimentos.
Ninguno más había sobrevivido, excepto yo. Todas las demás generaciones morían, aunque desconocía el por qué, al igual que los científicos.
El robot disparó al clon, pero al ser solo una ilusión desapareció sin hacer nada más. Por lo que ambas pudieron pasar sin más problemas. Pasada esa puerta, que desde donde estaban estaba a la izquierda, se encontrarían tres puertas en la pared de enfrente y otra en la pared de la derecha. No parecía que ninguna requiriera de tarjetas para pasar.
Pero eso no sería lo único, puesto que habría un robot con dos espadas que parecían electrificadas. A diferencia del anterior, este contaba con piernas y parecía ser bastante rápido y ágil, pero su blindaje era mínimo.
Al entrar atacó hacia Beelko con un ataque descendente, trazando un corte vertical.
- Ya lo hablamos. Y decidimos que ese era el mejor plan hasta ahora para salir, que no importaban las pérdidas.
- Ya pero...
- En algún momento tenían que morir. En especial los otros experimentos.
Ninguno más había sobrevivido, excepto yo. Todas las demás generaciones morían, aunque desconocía el por qué, al igual que los científicos.
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El robot disparó al clon, pero al ser solo una ilusión desapareció sin hacer nada más. Por lo que ambas pudieron pasar sin más problemas. Pasada esa puerta, que desde donde estaban estaba a la izquierda, se encontrarían tres puertas en la pared de enfrente y otra en la pared de la derecha. No parecía que ninguna requiriera de tarjetas para pasar.
Pero eso no sería lo único, puesto que habría un robot con dos espadas que parecían electrificadas. A diferencia del anterior, este contaba con piernas y parecía ser bastante rápido y ágil, pero su blindaje era mínimo.
Al entrar atacó hacia Beelko con un ataque descendente, trazando un corte vertical.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Pasamos, pero no por eso podíamos relajarnos, porque nos esperaba un robot con patas, armado con una espada que echaba chispas. Uy, sospechaba que esa espada haría algo no muy bonito si nos tocaba. Aunque sin ese arma, tampoco inponía tanto, pues parecía menos resistente que el anterior...
El robot atacó a Beelko, pero ella esquivó, moviéndose a un lado. Mientras se encontraba distraído con ella, yo susurré las palabras del ataque, moví las manos, e invoqué dos corrientes-látigo. La primera la enrollé en torno a los brazos, para pegarlos al cuerpo y que de esa forma no pudiera atacarnos más. La segunda la até alrededor de sus piernas para hacerle caer.
El robot atacó a Beelko, pero ella esquivó, moviéndose a un lado. Mientras se encontraba distraído con ella, yo susurré las palabras del ataque, moví las manos, e invoqué dos corrientes-látigo. La primera la enrollé en torno a los brazos, para pegarlos al cuerpo y que de esa forma no pudiera atacarnos más. La segunda la até alrededor de sus piernas para hacerle caer.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Terra estaba ya hiperventilando, decía que seguro que iban a matar a todos, incluso a los robots. Era sorprendente lo mucho que le gustaban esos cacharros, si eran incapaces de sentir. Pero bueno, al menos era divertido esquivarlos, porque aunque tengan sensores, son fáciles de engañar. Sino, también atacarían a los científicos. De ahí mi afición por los colores blancos, todo objeto vestido de blanco o cubierto con algo blanco era declarado aliado y no era atacado. Pero claro, eso era algo que uno debía saber, sino sería continuamente atacado.
- Arggh... ¡Maldita! Deja de hacer el idiota, me has despertado.- la morena finalmente se despertó, de mal humor obviamente por culpa de los sonidos emitidos por la elfa.
- Ya sabes como se pone cuando se altera. Procura relajarte, Ness, ya sabes que es inútil insultarla ahora, está demasiado nerviosa para que pueda asimilarlo.- Thalassa movió su cola de un lado a otro.
- ¿Sabéis si queda algún refresco en la nevera?- cambié de tema, pero es que ya tenía sed.
- Ni idea...
El robot cayó al suelo, perdiendo el equilibrio, incapaz de moverse. Aunque eso no evitaba que intentara removerse. El golpe contra el suelo había conseguido que saltara parte de su chapa, pero aún no estaba roto y si lo soltaban, entonces volvería a la carga rápidamente.
- Arggh... ¡Maldita! Deja de hacer el idiota, me has despertado.- la morena finalmente se despertó, de mal humor obviamente por culpa de los sonidos emitidos por la elfa.
- Ya sabes como se pone cuando se altera. Procura relajarte, Ness, ya sabes que es inútil insultarla ahora, está demasiado nerviosa para que pueda asimilarlo.- Thalassa movió su cola de un lado a otro.
- ¿Sabéis si queda algún refresco en la nevera?- cambié de tema, pero es que ya tenía sed.
- Ni idea...
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El robot cayó al suelo, perdiendo el equilibrio, incapaz de moverse. Aunque eso no evitaba que intentara removerse. El golpe contra el suelo había conseguido que saltara parte de su chapa, pero aún no estaba roto y si lo soltaban, entonces volvería a la carga rápidamente.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
El robot cayó al suelo, pero siguió "vivito y coleando", por decirlo así, ya que solo era un pedazo de chatarra, y por tanto no estaba vivo, pero si en funcionamiento. Beelko no dudó un instante. Se acercó al cacharro, con una mano envuelta en sombras, y le pegó un fuerte puñetado en mitad de los circuítos, mientras yo lo mantenía atado con las corrientes.
- Darkness Claw.
Si funcionaba, y conseguíamos destruir al robot, me dirigiría a la puerta que se encontraba a la.derecha, la abriría, y miraría dentro.
- Darkness Claw.
Si funcionaba, y conseguíamos destruir al robot, me dirigiría a la puerta que se encontraba a la.derecha, la abriría, y miraría dentro.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Terra continuó con sus quejidos, chillidos y demás cosas que ponian a Ness de mal humor, por lo que la morena acabó saltando a por la rubia. Y ahora mismo estaban las dos dándose tirones de pelo y arañazos. Usé la táctica que solía usar en estos casos, ignorarlas. Era lo mejor.
- Me aburro. ¿Crees que se habrán perdido?
- Es bastante probable, la verdad. Sobre todo porque el sitio es como un verdadero laberinto, y hay veces que lo obvio es mala solución, pero lo poco obvio es casi peor...
El robot fue destruido. Su blindaje no era tan poderoso como para poder resistirlo y además estaba atado.
La puerta se abrió sin problemas dejando a la vista una sala mediana, en el rincón de enfrente a la puerta había varios objetos de limpieza y unas batas blancas de médico. En el centro había unas amplias escaleras que descendían hacia abajo.
Si decidian continuar por su camino se encontrarían con un largo pasillo recto, con multitud de habitaciones a los lados, que en algún momento contuvieron a alguien. Pero que ahora estaban vacías y en desuso; no había nada en ellas, salvo en la tercera a la derecha donde se encontrarían con un dibujo y un peluche de un lobo. Ambas cosas con la firma de Light, quizás no estaría de más llevarle el animal de felpa, estaba muy sobado, como si le hubieran tenido mucho cariño en el pasado.
- Me aburro. ¿Crees que se habrán perdido?
- Es bastante probable, la verdad. Sobre todo porque el sitio es como un verdadero laberinto, y hay veces que lo obvio es mala solución, pero lo poco obvio es casi peor...
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El robot fue destruido. Su blindaje no era tan poderoso como para poder resistirlo y además estaba atado.
La puerta se abrió sin problemas dejando a la vista una sala mediana, en el rincón de enfrente a la puerta había varios objetos de limpieza y unas batas blancas de médico. En el centro había unas amplias escaleras que descendían hacia abajo.
Si decidian continuar por su camino se encontrarían con un largo pasillo recto, con multitud de habitaciones a los lados, que en algún momento contuvieron a alguien. Pero que ahora estaban vacías y en desuso; no había nada en ellas, salvo en la tercera a la derecha donde se encontrarían con un dibujo y un peluche de un lobo. Ambas cosas con la firma de Light, quizás no estaría de más llevarle el animal de felpa, estaba muy sobado, como si le hubieran tenido mucho cariño en el pasado.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Tras acabar con el robot, pasamos a la sala, donde, a parte de unas escaleras, había batas y productos de limpieza. No me interesaban, la verdad, así que bajé las escaleras hasta hallarme en un pasillo con habitaciones. Resoplé, y le indiqué a Beelko que debíamos mirarlas todas.
Por desgracia, las encontramos todas vacías, aunque en una de ellas encontramos un peluche de un lobo y un dibujo. Curiosamente, ambos llevaban la firma de la biohybrida que buscábamos, Light. Decidí conservarlos, pues a lo mejor podría atraerla y contactar con ella más facilmente que si no tuviera ambas pertenencias.
Una vez hubimos terminado de registrar, volvimos sobre nuestros pasos, hasta la sala donde quedaban otras dos puertas. Me acerqué a la puerta que estaba más a la derecha, y la abrí, mirando con cuidado su interior.
Por desgracia, las encontramos todas vacías, aunque en una de ellas encontramos un peluche de un lobo y un dibujo. Curiosamente, ambos llevaban la firma de la biohybrida que buscábamos, Light. Decidí conservarlos, pues a lo mejor podría atraerla y contactar con ella más facilmente que si no tuviera ambas pertenencias.
Una vez hubimos terminado de registrar, volvimos sobre nuestros pasos, hasta la sala donde quedaban otras dos puertas. Me acerqué a la puerta que estaba más a la derecha, y la abrí, mirando con cuidado su interior.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Ya habían pasado cerca de dos horas desde la primera visión que habíamos tenido del aire moviéndose, y sin embargo no había nadie ahí que nos dijera nada. Incluso estaba todo demasiado tranquillo... Esperemos que no hubiera cogido el camino hacía abajo con el largo pasillo, si decidía seguirlo hasta el final perderíamos tres horas.
Incluso llegaron varias de mis cuidadoras para dejarme algo de comida y comprobar que estuviera bien. Tanta preocupación me gusta, aunque a veces no está muy bien justificada, como si yo me fuera a suicidar o a morir en ese mismo momento. No por nada seguía viva, que eso era lo importante.
Tanto Terra como Ness estaban las dos tiradas en el suelo, rodeadas de mechones de pelo y sus ropas rasgadas y desarregladas. La verdad, nunca me gustaría tener que enfrentarme a ellas. Los animales o robots con los que me entregaban parecían ser dulces y delicados en comparación con esas dos locas. Esperaba nunca tener que ver un combate entre ellas por algo serio... ¡Se matarían!
La elección de regresar sobre sus pasos fue la correcta. Puesto que el pasillo continuaba alrededor de un kilómetro de distancia antes de llegar a unas escaleras que subían, y allí había una zona de entrenamiento imitando el exterior, es decir, una zona helada. Había varios osos polares, así como una manada de lobos. Aparte de algunos robots, con blindajes de colores claros que podían camuflarse más o menos bien para tomar desprevenido a cualquiera.
La otra sala de la derecha, era solo un pequeño pasillo con unas escaleras que descendían hacia abajo. Si decidían tomar las escaleras hacia el sótano de nuevo, se encontrarían con unas puertas dobles, custodiadas por otros dos robots similares a los de la habitación superior. Las puertas parecían bastante gruesas y había que usar la tarjeta para abrirlas.
Incluso llegaron varias de mis cuidadoras para dejarme algo de comida y comprobar que estuviera bien. Tanta preocupación me gusta, aunque a veces no está muy bien justificada, como si yo me fuera a suicidar o a morir en ese mismo momento. No por nada seguía viva, que eso era lo importante.
Tanto Terra como Ness estaban las dos tiradas en el suelo, rodeadas de mechones de pelo y sus ropas rasgadas y desarregladas. La verdad, nunca me gustaría tener que enfrentarme a ellas. Los animales o robots con los que me entregaban parecían ser dulces y delicados en comparación con esas dos locas. Esperaba nunca tener que ver un combate entre ellas por algo serio... ¡Se matarían!
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La elección de regresar sobre sus pasos fue la correcta. Puesto que el pasillo continuaba alrededor de un kilómetro de distancia antes de llegar a unas escaleras que subían, y allí había una zona de entrenamiento imitando el exterior, es decir, una zona helada. Había varios osos polares, así como una manada de lobos. Aparte de algunos robots, con blindajes de colores claros que podían camuflarse más o menos bien para tomar desprevenido a cualquiera.
La otra sala de la derecha, era solo un pequeño pasillo con unas escaleras que descendían hacia abajo. Si decidían tomar las escaleras hacia el sótano de nuevo, se encontrarían con unas puertas dobles, custodiadas por otros dos robots similares a los de la habitación superior. Las puertas parecían bastante gruesas y había que usar la tarjeta para abrirlas.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
La puerta se abrió, y ambas anduvimos por el pasillo, hasta bajar las escaleras y toparnos con dos robots con espadas. Le hice una señal a Beelko, y ella comprendió. Volvimos a hacer la táctita anterior. Atar da pies y manos a los robots con mis corrientes, y golpearlos con el ataque de sombras de mi compañera.
Si lo conseguíamos, podríamos pasar por esas grandes puertas. Si eran tan grandes, y estaban custiodadas por tanta seguridad debía de haber algo gordo allí. No sabía si era la biohybrida, personalmente esperaba que sí, pues ya me estaba cansando de buscar y de no encontrar nada.
Si lo conseguíamos, podríamos pasar por esas grandes puertas. Si eran tan grandes, y estaban custiodadas por tanta seguridad debía de haber algo gordo allí. No sabía si era la biohybrida, personalmente esperaba que sí, pues ya me estaba cansando de buscar y de no encontrar nada.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Suspiré y comencé a comer los deliciosos espagueti carbonara que tenía hoy de comida. Desde hacía un mes teníamos un chef italiano que dominaba el arte de cocinar pasta. Así que estaban para morirse de lo bueno que estaban.
Uhm... ¿Qué cara pondría cuando entrara a los ecosistemas? Eran zonas diseñadas para ser lugares del planeta en los que la supervivencia se complicaba mucho, sobre todo en el área del desierto, que una vez que se entraba no se podía salir por la misma puerta y era una superficie tan grande, que no se sabía exactamente dónde podría estar la otra puerta. Pero eso no era lo más peligroso, sino los potentísimos focos que daban mucho calor y no había agua para beber en toda la zona.
En esas normalmente me dejaban ir con un macuto con provisiones y demás para que no muriera por un golpe de calor o hambre. Porque allí poco había para cazar, solamente escorpiones y arañas venenosas.
Consiguieron que de nuevo la táctica funcionara. Pero lo que no se esperaron al abrir las puertas es que la arena se las metiera en los ojos y una tremenda onda de calor las golpeara. Para mala suerte para ellas las puertas se cerraron con un chasquido y aunque intentaran volver a abrirlas con la tarjeta, las enormes puertas no cederían ni un centímetro. Sólo les quedaba una, internarse entre todas las dunas y encontrar otro lugar donde salir.
Las paredes estaban cubiertas completamente por "pantallas" de televisión unidas entre sí, dando lugar a que todo el lugar pareciera cielo de verdad. Podían caminar siguiéndolas, pero el problema de eso es que no podían ver bien la distancia total que había, puesto que las pantallas cumplían con su objetivo de parecer cielo de verdad.
Además la puerta no tenía por qué estar en una pared de los lados, quizás habría alguna columna que estuviera camuflada donde se podría encontrar un ascensor que las llevara a otro lugar del recinto.
Uhm... ¿Qué cara pondría cuando entrara a los ecosistemas? Eran zonas diseñadas para ser lugares del planeta en los que la supervivencia se complicaba mucho, sobre todo en el área del desierto, que una vez que se entraba no se podía salir por la misma puerta y era una superficie tan grande, que no se sabía exactamente dónde podría estar la otra puerta. Pero eso no era lo más peligroso, sino los potentísimos focos que daban mucho calor y no había agua para beber en toda la zona.
En esas normalmente me dejaban ir con un macuto con provisiones y demás para que no muriera por un golpe de calor o hambre. Porque allí poco había para cazar, solamente escorpiones y arañas venenosas.
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Consiguieron que de nuevo la táctica funcionara. Pero lo que no se esperaron al abrir las puertas es que la arena se las metiera en los ojos y una tremenda onda de calor las golpeara. Para mala suerte para ellas las puertas se cerraron con un chasquido y aunque intentaran volver a abrirlas con la tarjeta, las enormes puertas no cederían ni un centímetro. Sólo les quedaba una, internarse entre todas las dunas y encontrar otro lugar donde salir.
Las paredes estaban cubiertas completamente por "pantallas" de televisión unidas entre sí, dando lugar a que todo el lugar pareciera cielo de verdad. Podían caminar siguiéndolas, pero el problema de eso es que no podían ver bien la distancia total que había, puesto que las pantallas cumplían con su objetivo de parecer cielo de verdad.
Además la puerta no tenía por qué estar en una pared de los lados, quizás habría alguna columna que estuviera camuflada donde se podría encontrar un ascensor que las llevara a otro lugar del recinto.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Mierda. Ese fue mi primer pensamiento al ver que estábamos encerradas. Estabamos, casi podía decirse, en un desierto. Estaba muy bien simulado. La apariencia, la trmperatura, la fauna y flora -aunque de esta última escaseaba cobsiderablemente al ser un desierto-, todo era perfecto.
- Científicos 1 - Zayyn 0-dijo Beelko al entender nuestras condiciones.
- Shut up, bitch.-murmuré con un gruñido.
Beelkomon rió, y se cruzó de brazos por detrás de la cabeza. Comenzamos a avanzar, aunque yo me elevé hacia arriba para palpar lo que sería el techo y sabés cuanta altura tenía. Beelko avanzó un poco, a su ritmo, observando a su alrededor, con expresión resignada.
- Científicos 1 - Zayyn 0-dijo Beelko al entender nuestras condiciones.
- Shut up, bitch.-murmuré con un gruñido.
Beelkomon rió, y se cruzó de brazos por detrás de la cabeza. Comenzamos a avanzar, aunque yo me elevé hacia arriba para palpar lo que sería el techo y sabés cuanta altura tenía. Beelko avanzó un poco, a su ritmo, observando a su alrededor, con expresión resignada.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Recogí las cosas de la comida y la dejé en la mesa para que lo recogieran. Después previendo que mi rescatador tardaría unas cuantas horas más en llegar, me tumbé en mi enorme y mullida cama para dormir. Nunca estaba de más estar bien descansada, porque luego tendría que correr para conseguir mi ansiada libertad.
Ya podría ascender Zayyn que hasta no alcanzar los 30 metros no tocaría nada que fuese el techo. Por lo demás el viento comenzaba a soplar con fuerza, levantando poco a poco los granos de arena, aunque no era una tormenta, solamente era incomodo, porque se metía en los ojos.
No se veía un fin en ningún lado. Solo arena, falso cielo... Y un nido de arañas a 10 metros de Beelko, la única manera de percibirlo era por medio de la arena levemente revuleta.
~01000100 01100101 01110011 01101001 01100101 01110010 01110100 01101111~
Ya podría ascender Zayyn que hasta no alcanzar los 30 metros no tocaría nada que fuese el techo. Por lo demás el viento comenzaba a soplar con fuerza, levantando poco a poco los granos de arena, aunque no era una tormenta, solamente era incomodo, porque se metía en los ojos.
No se veía un fin en ningún lado. Solo arena, falso cielo... Y un nido de arañas a 10 metros de Beelko, la única manera de percibirlo era por medio de la arena levemente revuleta.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Por más que subía, el techo no parecía parar, pero dudaba que eso fuera el exterior. Al final decidí descender, y aterricé en el suelo.
- Beelko, por aquí...
Ella frunció el ceño. Había visto algo extraño a unos metros a lo lejos, así que se acercó para ver que era, con curiosidad.
No debió haberlo hecho.
Estaba de espaldas a ella, así que no supe que se había distraído hasta que escuché su grito.
- ¡¡¡¡¡ARAÑAAAAAAAAAAAAAASS!!!!!
Me dí la vuelta, sobresaltada, al oírla. La ví correr hacia mí con mirada de puro terror y desesperación. Iba tan rápida que apenas tuvo tiempo de frenar, por lo que se chocó contra mí, y ambas caímos al suelo.
- ¡¿Pero qué haceeeeees?!
Ambas forcejeamos, ella por escapar de aquello que la había asustado, y yo por quitármela de encima. Finalmente, la aparté de un golpe, y nos levantamos.
- ¡Arañasarañasarañasarañaaaaaaaas...!
Mi paciencia se terminó. Con un gruñido alcé la mano y la abofeteé, aunque no con demasiada fuerza. Ella se calló de golpe y se tocó la marca de la cara con una garra, mientras me miraba embobada.
- ¡Un poquito de seriedad, por favor!-le regañé.
Me dí la vuelta de nuevo, airada, y continué caminando, en dirección opuesta de donde estaba el nido de arañas. Beelkomon me siguió tras reponerse.
- Beelko, por aquí...
Ella frunció el ceño. Había visto algo extraño a unos metros a lo lejos, así que se acercó para ver que era, con curiosidad.
No debió haberlo hecho.
Estaba de espaldas a ella, así que no supe que se había distraído hasta que escuché su grito.
- ¡¡¡¡¡ARAÑAAAAAAAAAAAAAASS!!!!!
Me dí la vuelta, sobresaltada, al oírla. La ví correr hacia mí con mirada de puro terror y desesperación. Iba tan rápida que apenas tuvo tiempo de frenar, por lo que se chocó contra mí, y ambas caímos al suelo.
- ¡¿Pero qué haceeeeees?!
Ambas forcejeamos, ella por escapar de aquello que la había asustado, y yo por quitármela de encima. Finalmente, la aparté de un golpe, y nos levantamos.
- ¡Arañasarañasarañasarañaaaaaaaas...!
Mi paciencia se terminó. Con un gruñido alcé la mano y la abofeteé, aunque no con demasiada fuerza. Ella se calló de golpe y se tocó la marca de la cara con una garra, mientras me miraba embobada.
- ¡Un poquito de seriedad, por favor!-le regañé.
Me dí la vuelta de nuevo, airada, y continué caminando, en dirección opuesta de donde estaba el nido de arañas. Beelkomon me siguió tras reponerse.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Inconsciencia en el mundo de los sueños...
Las arañas camello de la madriguera se asustaron ante el repentino movimiento de la demonio. Por lo que salieron dispersadas en múltiples direcciones, a pesar de su aspecto no eran venenosas, pero sí que eran grandes.
La mala suerte llevó a una de ellas a engancharse a las botas de Beelkomon. Aunque desapareció al instante en cuanto rodaron ambas megas. Beelkomon ya podía respirar tranquila... Salvo por el detalle de que en cuanto Zayyn empezó a caminar delante de ella, podía ver colgando del pelo del demonio pelirrojo a la araña. La pobre criatura estaba algo desorientada, pero para aquel que odiara los bichos parecía a punto de picar a su maestra.
No había que olvidar que la piel oscura y el traje negro absorbían mucho calor del ambiente, por lo que poco a poco empezarían a encontrarse sufriendo los efectos del calor, aunque aún no habría síntomas de deshidratación.
~01000100 01100101 01110011 01101001 01100101 01110010 01110100 01101111~
Las arañas camello de la madriguera se asustaron ante el repentino movimiento de la demonio. Por lo que salieron dispersadas en múltiples direcciones, a pesar de su aspecto no eran venenosas, pero sí que eran grandes.
La mala suerte llevó a una de ellas a engancharse a las botas de Beelkomon. Aunque desapareció al instante en cuanto rodaron ambas megas. Beelkomon ya podía respirar tranquila... Salvo por el detalle de que en cuanto Zayyn empezó a caminar delante de ella, podía ver colgando del pelo del demonio pelirrojo a la araña. La pobre criatura estaba algo desorientada, pero para aquel que odiara los bichos parecía a punto de picar a su maestra.
No había que olvidar que la piel oscura y el traje negro absorbían mucho calor del ambiente, por lo que poco a poco empezarían a encontrarse sufriendo los efectos del calor, aunque aún no habría síntomas de deshidratación.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Seguí caminando, aunque ya estaba sudando. Mi piel bien podía ser útil por la noche, pero ante un ecosistema como aquel, absorbía el calor. Y era agobiante.
Aumenté el ritmo, con tal de buscar alguna salida por allí. Si estabamos demasiado en aquel campo de entrenamiento lo pasaríamos mal. Beelko se quitó la chaqueta y se la ató a la cintura al notar los estragos del calor. También se quitó el casco, moviendo el pelo para airearlo, y se hizo una coleta. Sujetó el casco con un brazo y me siguió.
Sin embargo, al ver la araña en mi pelo, se quedó lívida, con los ojos rosas abiertos como platos.
- Iiiihhh...-gimió, al encontrarse entre la espada y la pared.
Por un lado, debía alejarla de mí, pues quien sabe si aquel insecto era venenoso; podría picarme y hacerme daño. No obstante, por otro lado, Beelko tenía pánico a los bichos, sobretodo a las arañas, y si la tocaba para cogerla le daría un patatús.
De modo que, muy sabiamente, Beelko decidió otra manera de quitarme el bicho. Se me acercó rapidamente, y alzándo el casco, me golpeó la cabeza en el lugar donde estaba el insecto.
- ¡Aay!-me quejé, girándome y mirando muy mal a mi compañera-.¿Pero qué te has creído?
La miré con furia, alcé una garra para golpearla en toda la cara. Aunque al final me contuve y solo le dí un capón en su atolondrada cabeza rubia. Luego seguí caminando en la misma dirección.
- Iteee...>.<
Aumenté el ritmo, con tal de buscar alguna salida por allí. Si estabamos demasiado en aquel campo de entrenamiento lo pasaríamos mal. Beelko se quitó la chaqueta y se la ató a la cintura al notar los estragos del calor. También se quitó el casco, moviendo el pelo para airearlo, y se hizo una coleta. Sujetó el casco con un brazo y me siguió.
Sin embargo, al ver la araña en mi pelo, se quedó lívida, con los ojos rosas abiertos como platos.
- Iiiihhh...-gimió, al encontrarse entre la espada y la pared.
Por un lado, debía alejarla de mí, pues quien sabe si aquel insecto era venenoso; podría picarme y hacerme daño. No obstante, por otro lado, Beelko tenía pánico a los bichos, sobretodo a las arañas, y si la tocaba para cogerla le daría un patatús.
De modo que, muy sabiamente, Beelko decidió otra manera de quitarme el bicho. Se me acercó rapidamente, y alzándo el casco, me golpeó la cabeza en el lugar donde estaba el insecto.
- ¡Aay!-me quejé, girándome y mirando muy mal a mi compañera-.¿Pero qué te has creído?
La miré con furia, alcé una garra para golpearla en toda la cara. Aunque al final me contuve y solo le dí un capón en su atolondrada cabeza rubia. Luego seguí caminando en la misma dirección.
- Iteee...>.<
- Como se vería el capón xD:
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Inconsciencia de los sueños...
La araña se salvó por suerte. Aunque ya sabía que no debía acercarse a esas dos locas, porque de otra manera no podía referirse a la rubia y a la pelirroja. A pesar de que esta última no le había hecho nada.
Aumentar el ritmo de marcha no hacía más que el cuerpo emitiera más calor, y por tanto que tuvieran que sudar más. Lo cual indicaba que perdían agua, pero eran incapaces de encontrar nada de agua en el medio, puesto que no había nada diseñado en su interior para que pudieran beber.
Las dunas subían y bajaban, y si alguna iba descalza por poco no se achicharraría los pies, puesto que la arena estaba muy caliente.
Off:
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La araña se salvó por suerte. Aunque ya sabía que no debía acercarse a esas dos locas, porque de otra manera no podía referirse a la rubia y a la pelirroja. A pesar de que esta última no le había hecho nada.
Aumentar el ritmo de marcha no hacía más que el cuerpo emitiera más calor, y por tanto que tuvieran que sudar más. Lo cual indicaba que perdían agua, pero eran incapaces de encontrar nada de agua en el medio, puesto que no había nada diseñado en su interior para que pudieran beber.
Las dunas subían y bajaban, y si alguna iba descalza por poco no se achicharraría los pies, puesto que la arena estaba muy caliente.
Off:
- Spoiler:
- No me has dicho en que dirección caminan, por lo que no te puedo decir que se encuentran o que no
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Continuamos caminando hacia el Noreste creo. Yo iba delante, aún mosqueada por el golpe. Beelko iba detrás, notoriamente más tranquila que antes. Una pena que yo no me hubiera enterado de que había tenido una araña en el pelo.
Cada vez hacía más calor y notaba poco a poco los efectos del cansancio. Supuse que Beelko se encontraba igual, pero no dije nada. Ella tampoco me habló por ahora. Cuanta menos energía gastasemos mejor.
Cada vez hacía más calor y notaba poco a poco los efectos del cansancio. Supuse que Beelko se encontraba igual, pero no dije nada. Ella tampoco me habló por ahora. Cuanta menos energía gastasemos mejor.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Inconsciencia de los sueños...
Las dunas continuaban subiendo y bajando creando un ondulante pasisaje, y poco a poco el aire era cada vez más molesto y cálido. Debía haber pasado cerca de una hora y aún no habían encontrado nada más que bichos y arena. Pero por suerte la dirección que habían tomado era la correcta, ahora solo tendrían que conseguir ver bien la puerta...
Aunque el calor aunado con el calor de la zona muy probablemente hicieran que una de ellas, la más delicada a las temperaturas sufriera de una visión viendo algo que quería, ya fuera agua, la puerta o una persona conservada en su corazón.
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Las dunas continuaban subiendo y bajando creando un ondulante pasisaje, y poco a poco el aire era cada vez más molesto y cálido. Debía haber pasado cerca de una hora y aún no habían encontrado nada más que bichos y arena. Pero por suerte la dirección que habían tomado era la correcta, ahora solo tendrían que conseguir ver bien la puerta...
Aunque el calor aunado con el calor de la zona muy probablemente hicieran que una de ellas, la más delicada a las temperaturas sufriera de una visión viendo algo que quería, ya fuera agua, la puerta o una persona conservada en su corazón.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
No se cuanto estuvimos andando, pero aventuré que cerca de una hora. El calor se hacía cada vez más sofocante, sobretodo para mí, al tener una piel tan oscura. Sentía el cuerpo pegajoso y cansado, pero no me iba a detener. No después de haber recorrido tanto. Beelko y yo mirábamos con atención por dónde pasábamos, pues la salida podría también estar camuflada, y por tanto dificil de ver a simple vista.
Suspiré, cansada. ¿Qué me había llevado a aquello? Primero habían sido las ansias de matar, de matar científicos que jugaban con vidas humanas. Luego mi interés había ido en aumento al descubrir que la víctima a la que tenía que salvar era nada menos que otro biohybrido. ¿Cuantos biohybridos había conocido a lo largo de mi vida? Solo uno aparte de mí, y había sido un biohybrido un tanto extraño. Inconscientemente, me llevé una mano al vientre. Beelko notó mi movimiento, pero no dijo nada. La verdad, ignoraba si ella se sospechaba algo o no, o simplemente esperaba a que yo se lo contara. Bien, pues por ahora no iba a comentarle nada; era algo demasiado vergonzoso.
Al cabo de un rato ví algo a lo lejos. Primero fue como una ondulación, luego tomó una forma borrosa. Entrecerré los ojos para intentar enfocarlo mejor, en vano.
- ¿Qué es eso?
Beelkomon miró en la dirección que señalaba, extrañada.
- ¿El qué? Yo no veo nada...
Suspiré, cansada. ¿Qué me había llevado a aquello? Primero habían sido las ansias de matar, de matar científicos que jugaban con vidas humanas. Luego mi interés había ido en aumento al descubrir que la víctima a la que tenía que salvar era nada menos que otro biohybrido. ¿Cuantos biohybridos había conocido a lo largo de mi vida? Solo uno aparte de mí, y había sido un biohybrido un tanto extraño. Inconscientemente, me llevé una mano al vientre. Beelko notó mi movimiento, pero no dijo nada. La verdad, ignoraba si ella se sospechaba algo o no, o simplemente esperaba a que yo se lo contara. Bien, pues por ahora no iba a comentarle nada; era algo demasiado vergonzoso.
Al cabo de un rato ví algo a lo lejos. Primero fue como una ondulación, luego tomó una forma borrosa. Entrecerré los ojos para intentar enfocarlo mejor, en vano.
- ¿Qué es eso?
Beelkomon miró en la dirección que señalaba, extrañada.
- ¿El qué? Yo no veo nada...
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Comencé a despertar, aunque eso no significaba que saldría de la cama en ese momento. Me encantaba estar ahí tumbada, descansando. En silencio, sin que nadie me molestara... A veces me gustaban tan poco las personas. Especialmente recién levantada.
El aire se ondulaba, parecía girar y torcerse, dejando ver una cosa en cada uno de sus giros. Funcionando así como si fuera un misterioso velo semitransparente. Pero en cada giro la figura para Zayyn cada vez sería más y más nítida. Una piel pálida, un contorno de mujer, un largo cabello azul y unos ojos del mismo color.
Alguien de los recuerdos de la pelirroja, que con un último soplido de viento se reveló completamente. La chica miraba con ojos tristes, decepcionados a la pelirroja. Pero eso no sería lo peor que vería Zayyn, sino la enorme herida sangrante en mitad de su pecho, por la que la joven perdió su vida hacía ya unos meses en otro desierto, pero no de arena, sino de hielo.
- Zayyn...- susurró con voz lastimera, como si fuera un alma en pena.
Por otro lado, Beelko no sería capaz de ver a la joven, sino solo montones de arena que se ondulaban por la cálida brisa de la zona de entrenamiento.
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El aire se ondulaba, parecía girar y torcerse, dejando ver una cosa en cada uno de sus giros. Funcionando así como si fuera un misterioso velo semitransparente. Pero en cada giro la figura para Zayyn cada vez sería más y más nítida. Una piel pálida, un contorno de mujer, un largo cabello azul y unos ojos del mismo color.
Alguien de los recuerdos de la pelirroja, que con un último soplido de viento se reveló completamente. La chica miraba con ojos tristes, decepcionados a la pelirroja. Pero eso no sería lo peor que vería Zayyn, sino la enorme herida sangrante en mitad de su pecho, por la que la joven perdió su vida hacía ya unos meses en otro desierto, pero no de arena, sino de hielo.
- Zayyn...- susurró con voz lastimera, como si fuera un alma en pena.
Por otro lado, Beelko no sería capaz de ver a la joven, sino solo montones de arena que se ondulaban por la cálida brisa de la zona de entrenamiento.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Había entrecerrado los ojos grises, intentando averiguar qué era aquello que al parecer solo yo podía ver. Beelko me miraba con el ceño fruncido, alternando con un breve vistazo a aquello a lo lejos. Me moví en esa dirección, pues quería averiguar qué era aquello tan extraño.
Y, a medida que me acercaba, la silueta de la chica se hacía más nítida y reconocible, hasta que me quedé a apenas diez metros de ella y pude reconocer su rostro.
- No... no es posible...
Mi ojos se abrieron como platos, hasta que mis pupilas parecieron empequeñecerse en comparación con la esclerótica.
Habían pasado meses, pero no la había olvidado. Jamás conseguiría olvidar a la primera persona que se preocupó por mí. La persona de la que me había enamorado. No podía creerlo. Recordaba haber enterrado su cuerpo en Tierras Verdes, recordaba haberla visto morir ante mi sin remedio.... ¿Entonces todo había sido un sueño? Por un instante así lo pensé, y una repentina alegría me embargó. Pero luego vi la horrible herida de su pecho, ensangrentada y destrozada, y la verdad volvió a golpearme como un pesado mazo de hierro. ¿Había revivido? ¿Podía ser posible? Si era así, podría volver a estar con ella, a protegerla, a empezar de cero.
- A... Aly... Estas viva...-dije sonriendo con alegría, sin podérmelo creer del todo. Era increíble, me sentía eufórica. Un torrente de alegría me estaba envolviendo. Y no me dí cuenta de la extraña expresión de la peliazul, ni del tono raro de su voz...
Beelko me miró al escuchar mis palabras, notablemente sorpendida. Probablemente me había mirado como si yo hubiera perdido la cordura, ya que ella no podía ver el espejismo...
Y, a medida que me acercaba, la silueta de la chica se hacía más nítida y reconocible, hasta que me quedé a apenas diez metros de ella y pude reconocer su rostro.
- No... no es posible...
Mi ojos se abrieron como platos, hasta que mis pupilas parecieron empequeñecerse en comparación con la esclerótica.
Habían pasado meses, pero no la había olvidado. Jamás conseguiría olvidar a la primera persona que se preocupó por mí. La persona de la que me había enamorado. No podía creerlo. Recordaba haber enterrado su cuerpo en Tierras Verdes, recordaba haberla visto morir ante mi sin remedio.... ¿Entonces todo había sido un sueño? Por un instante así lo pensé, y una repentina alegría me embargó. Pero luego vi la horrible herida de su pecho, ensangrentada y destrozada, y la verdad volvió a golpearme como un pesado mazo de hierro. ¿Había revivido? ¿Podía ser posible? Si era así, podría volver a estar con ella, a protegerla, a empezar de cero.
- A... Aly... Estas viva...-dije sonriendo con alegría, sin podérmelo creer del todo. Era increíble, me sentía eufórica. Un torrente de alegría me estaba envolviendo. Y no me dí cuenta de la extraña expresión de la peliazul, ni del tono raro de su voz...
Beelko me miró al escuchar mis palabras, notablemente sorpendida. Probablemente me había mirado como si yo hubiera perdido la cordura, ya que ella no podía ver el espejismo...
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Mis planes de continuar relajada en la cama se vieron ofuscados por culpa de que una de las mujeres encargadas de cuidarme entró en la sala.
- Señorita light, tiene entrenamiento en menos de cinco minu...- la mujer acabó la frase con un gritito de miedo.
No por nada la estaba mirando con instintos asesinos en ese momento, y eso quedaba reflejado en que mis ojos normalmente azules se volvieron amarillos con un brillo salvaje en ellos. Todos los que se encargaban de mí sabían que cuando mostraba esa mirada lo mejor era huir en el mismo momento... O lo mínimo que les podría pasar serían varios huesos rotos.
De ahí que la pequeña mujer huyera; ya avisaría ella que no iba a ir a entrenar.
Me senté en la cama frotándome los ojos, tratando de dejar atrás la calidez y la comodidad de la enorme cama.
El viento ululaba, casi formando palabras para ambas... Aunque sugestionada una de ellas por el terrible calor de la zona, podría escuchar palabras dichas por alguien que no estaba allí... Alguien que había surgido de lo más profundo de su subconsciente.
- Zayyn... T-te...- el viento se detuvo unos segundos, haciendo que las palabras de la ilusión también lo hicieran. La frase podría ser buena, haciendo que el corazón dañado de la pelirroja creyera que había aún esperanza para ella... Pero la culpabilidad es un arma demasiado profunda para ser eliminada con tanta tranquilidad.- ¡Odio!
Los ojos de la ilusión dejaron de ser lacrimosos a emitir una profunda rabia.
- ¡Tú mataste a Labra! Y no contenta con eso, preferiste ver como moría sin hacer nada... Pensé que te importaba, pero ya veo que no- Alyria cerró los ojos dolida... O eso era lo que percibía la pelirroja- Pero eso no es lo peor... Es que has usado mi muerte como motivo para hacer maldades.... Has ensuciado mi recuerdo con tus acciones... ¡Jamás te perdonaré!- lágrimas negras se derramaban por los ojos de la peliazul. Así como la sangre brotaba con mayor rapidez de su pecho por cada palabra que decía.
Por otro lado, allí donde estaba la ilusión se podía ver una pequeña línea... Quizás hubiera algo allí camuflado. Pero debido a la ofuscación mental, Zayyn sería incapaz de verlo. Sólo Beelko podría hacerlo, pero lo más seguro es que estuviera atenta a su compañera.
- Señorita light, tiene entrenamiento en menos de cinco minu...- la mujer acabó la frase con un gritito de miedo.
No por nada la estaba mirando con instintos asesinos en ese momento, y eso quedaba reflejado en que mis ojos normalmente azules se volvieron amarillos con un brillo salvaje en ellos. Todos los que se encargaban de mí sabían que cuando mostraba esa mirada lo mejor era huir en el mismo momento... O lo mínimo que les podría pasar serían varios huesos rotos.
De ahí que la pequeña mujer huyera; ya avisaría ella que no iba a ir a entrenar.
Me senté en la cama frotándome los ojos, tratando de dejar atrás la calidez y la comodidad de la enorme cama.
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El viento ululaba, casi formando palabras para ambas... Aunque sugestionada una de ellas por el terrible calor de la zona, podría escuchar palabras dichas por alguien que no estaba allí... Alguien que había surgido de lo más profundo de su subconsciente.
- Zayyn... T-te...- el viento se detuvo unos segundos, haciendo que las palabras de la ilusión también lo hicieran. La frase podría ser buena, haciendo que el corazón dañado de la pelirroja creyera que había aún esperanza para ella... Pero la culpabilidad es un arma demasiado profunda para ser eliminada con tanta tranquilidad.- ¡Odio!
Los ojos de la ilusión dejaron de ser lacrimosos a emitir una profunda rabia.
- ¡Tú mataste a Labra! Y no contenta con eso, preferiste ver como moría sin hacer nada... Pensé que te importaba, pero ya veo que no- Alyria cerró los ojos dolida... O eso era lo que percibía la pelirroja- Pero eso no es lo peor... Es que has usado mi muerte como motivo para hacer maldades.... Has ensuciado mi recuerdo con tus acciones... ¡Jamás te perdonaré!- lágrimas negras se derramaban por los ojos de la peliazul. Así como la sangre brotaba con mayor rapidez de su pecho por cada palabra que decía.
Por otro lado, allí donde estaba la ilusión se podía ver una pequeña línea... Quizás hubiera algo allí camuflado. Pero debido a la ofuscación mental, Zayyn sería incapaz de verlo. Sólo Beelko podría hacerlo, pero lo más seguro es que estuviera atenta a su compañera.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Avancé unos pasos hacia ella, con los ojos brillantes cuando empezó a decir las palabras que siempre había esperado. Después podría estar con ella, olvidarme de todo lo demás, de las venganzas, del odio, del resnetimiento, y de la pena...
Sin embargo, Alyria terminó la frase con una sentencia desoladora, y yo abrí los ojos mucho al verla gritar. Retrocedí un poco al asustarme, mirándola sin comprender por un momento, hasta que siguió hablando.
- No... ya te pedí perdón. Nunca quise hacerte daño... -la voz se me trabó, al recordar el momento de su muerte-. Traté de salvarte... maté a tus asesinos. ¡Los maté y los hice sufrir por tí!-grité, desesperada.
Mi rostro ahora era una máscara de desesperación, miedo y terror. No podía creer que me estuviera destrozando el corazón el fantasma de quien había amado. El universo era muy cruel conmigo...
De repente, Alyria comenzó a llorar lágrimas negras, y de la herida de su pecho empezó a emanar un mar de sangre. No pude soportarlo. Corrí hacia ella para curarla y consolarla. Pedirle mil perdones, borrar esas lágrimas.envenenadas con mis acciones, y abrazarla. Quería estrecharla entre mis brazos.
- No, Aly... ¡Noo!
Corrí y corrí, pero por más que avanzaba la distancia que nos separaba a ambas no disminuía. Y eso me desesperaba. ¿Acaso nunca podría alcanzarla? Entonces, de repente, me tropecé con algo. Mis malditos pies me fallaron cuando más lo necesitaba, y caí al suelo cuan larga era. Gemí, y me coloqué de rodillas mientras miraba a Aly con los ojos anegados en lágrimas que discurrían hasta morir en mi barbilla. Luego cerré los ojos y grité a aquel aprisionador cielo con voz desgarradora.
Beelko no entendía nada de lo que pasaba. Me había visto hablar sola, me había visto correr, tropezarme y gritar, y aunque sabía que yo a veces perdía la.cordura, averiguó que algo malo me estaba pasando. Algo que me había hecho aquel desierto desolador. Corrió a mi lado, sin percatarse de la rara línea que había, y se agachó junto a mí.
- ¡Zayyn! ¡Zayyn, tanquilízate! ¡Es solo una ilusión!-al ver que no la hacía el menor caso me propinó una bofetada- ¡¡Zayyn!!
Mi cara se desvió hacia un lado, apagando mi lamento, aunque eso no hacía que mis lágrimas dejaran de salir. Sollocé, y para mi sorpresa, Beelko me abrazó, ahogando mis gemidos. Yo correspondí automáticamente.
- Ya está. No hay nada ahí. Estoy contigo, tranquila.
Las palabras de mi compañera eran suaves, cálidas y cariñosas, y me sorprendió saber que el espíritu de Beelzemon no se había ido del todo, y que ella aún me quería, a pesar de haber cambiado.
Sin embargo, Alyria terminó la frase con una sentencia desoladora, y yo abrí los ojos mucho al verla gritar. Retrocedí un poco al asustarme, mirándola sin comprender por un momento, hasta que siguió hablando.
- No... ya te pedí perdón. Nunca quise hacerte daño... -la voz se me trabó, al recordar el momento de su muerte-. Traté de salvarte... maté a tus asesinos. ¡Los maté y los hice sufrir por tí!-grité, desesperada.
Mi rostro ahora era una máscara de desesperación, miedo y terror. No podía creer que me estuviera destrozando el corazón el fantasma de quien había amado. El universo era muy cruel conmigo...
De repente, Alyria comenzó a llorar lágrimas negras, y de la herida de su pecho empezó a emanar un mar de sangre. No pude soportarlo. Corrí hacia ella para curarla y consolarla. Pedirle mil perdones, borrar esas lágrimas.envenenadas con mis acciones, y abrazarla. Quería estrecharla entre mis brazos.
- No, Aly... ¡Noo!
Corrí y corrí, pero por más que avanzaba la distancia que nos separaba a ambas no disminuía. Y eso me desesperaba. ¿Acaso nunca podría alcanzarla? Entonces, de repente, me tropecé con algo. Mis malditos pies me fallaron cuando más lo necesitaba, y caí al suelo cuan larga era. Gemí, y me coloqué de rodillas mientras miraba a Aly con los ojos anegados en lágrimas que discurrían hasta morir en mi barbilla. Luego cerré los ojos y grité a aquel aprisionador cielo con voz desgarradora.
Beelko no entendía nada de lo que pasaba. Me había visto hablar sola, me había visto correr, tropezarme y gritar, y aunque sabía que yo a veces perdía la.cordura, averiguó que algo malo me estaba pasando. Algo que me había hecho aquel desierto desolador. Corrió a mi lado, sin percatarse de la rara línea que había, y se agachó junto a mí.
- ¡Zayyn! ¡Zayyn, tanquilízate! ¡Es solo una ilusión!-al ver que no la hacía el menor caso me propinó una bofetada- ¡¡Zayyn!!
Mi cara se desvió hacia un lado, apagando mi lamento, aunque eso no hacía que mis lágrimas dejaran de salir. Sollocé, y para mi sorpresa, Beelko me abrazó, ahogando mis gemidos. Yo correspondí automáticamente.
- Ya está. No hay nada ahí. Estoy contigo, tranquila.
Las palabras de mi compañera eran suaves, cálidas y cariñosas, y me sorprendió saber que el espíritu de Beelzemon no se había ido del todo, y que ella aún me quería, a pesar de haber cambiado.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Me levanté de la enorme y mullida superficie donde podía dejar reposar mis doloridos huesos tras los entrenamientos. Observé la habitación localizando a mis compañeros "jugando". Ness estaba tirando de la cola de Thalassa, lo que provocaba que este tratara de arañarla. Pero no era cosa fácil, puesto que la morena estaba corriendo, huyendo de la rubia que la perseguía.
- ¡Detente!
- A ver si eres capaz de atraparme... ¡Lenta!- se rió mientras que continuaba su carrera
- ¡Fffffffffh!- bufaba el niño- gato.
Me quedé observándolos. Al menos era entretenido verles, puesto que mi rescatador debía llevar ya más de cuatro horas en el recinto.
- ¿Acaso crees que quería que ellos murieran? ¿Crees que quería que vengaras mi muerte?- frías palabras emitidas por un cuerpo que estaba igual de frío que ellas. Aunque claro esta, lo que había delante del demonio pelirrojo era un espejismo.
El espejismo observaba a Zayyn en sus desesperados intentos por alcanzarla con una sonrisa burlona. Pero sus ojos aún eran tristes gemas encerradas en una piel.
- Es demasiado tarde para que me alcances, estás condenada a vivir una vida de sufrimiento y soledad... Ni siquiera ella estará siempre. Ya te la quitaron una vez y volverán a hacerlo.- observó señalando a Beelko.
El calor continuaba siendo fatal, y sin una sombra o agua para refrescarse, la ilusión no se evadiría completamente. Beelko tenía que sacarla en ese momento para que el recuerdo dejara de atormentar a la pelirroja, porque aunque sus palabras consiguieran calmarla unos segundos, podía volver a recaer.
Y quién sabe si cada vez sería peor.
- ¡Detente!
- A ver si eres capaz de atraparme... ¡Lenta!- se rió mientras que continuaba su carrera
- ¡Fffffffffh!- bufaba el niño- gato.
Me quedé observándolos. Al menos era entretenido verles, puesto que mi rescatador debía llevar ya más de cuatro horas en el recinto.
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- ¿Acaso crees que quería que ellos murieran? ¿Crees que quería que vengaras mi muerte?- frías palabras emitidas por un cuerpo que estaba igual de frío que ellas. Aunque claro esta, lo que había delante del demonio pelirrojo era un espejismo.
El espejismo observaba a Zayyn en sus desesperados intentos por alcanzarla con una sonrisa burlona. Pero sus ojos aún eran tristes gemas encerradas en una piel.
- Es demasiado tarde para que me alcances, estás condenada a vivir una vida de sufrimiento y soledad... Ni siquiera ella estará siempre. Ya te la quitaron una vez y volverán a hacerlo.- observó señalando a Beelko.
El calor continuaba siendo fatal, y sin una sombra o agua para refrescarse, la ilusión no se evadiría completamente. Beelko tenía que sacarla en ese momento para que el recuerdo dejara de atormentar a la pelirroja, porque aunque sus palabras consiguieran calmarla unos segundos, podía volver a recaer.
Y quién sabe si cada vez sería peor.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Por un momento pensé que todo había acabado, y que, con Beelko a mi lado, las palabras de aquel cruel espectro dejarían de dolerme. Pero continuó hablando, y las palabras se clavaron en mi cuerpo como cuchillos. Aún abrazada a mi compañera grité, con un sonido peor que el anterior. No podía seguir así, me estaba destrozando por dentro que me dijesen todo aquello, y más sabiendo que quien me lo contaba era Alyria.
Beelko me abrazó con más fuerza y me miró con desesperación. La motera sabía que aquellos delirios los producía aquel inhóspito lugar con su calor, y por eso tenía que encontrar refugio... unas palmeras, un oasis... algo, cualquier cosa. Miró para todos los lados, en busca de una salvación, y con un gemido se percató de que allí no había nada. Ni un miserable charquito de agua, ni una débil sombra... hasta que percibió algo extraño.
Entornó los ojos, tratando de visualizar aquello. Era como una delgada línea en el aire, ¿qué podía ser? Enfocó aún más la vista, y entonces, se percató. Con una exclamación de alarma, cogió uno de mis brazos pasándoselo alrededor del cuello y caminó arrastrándome hacia allí, pasando junto a la imágen de Alyria.
La digimon rubia llegó a aquel sitio, y haciendo fuerza, placó contra aquello que había descubierto. Sorpendentemente, chocó con algo sólido, y siguió empujando para salir de allí de una maldita vez.
Beelko me abrazó con más fuerza y me miró con desesperación. La motera sabía que aquellos delirios los producía aquel inhóspito lugar con su calor, y por eso tenía que encontrar refugio... unas palmeras, un oasis... algo, cualquier cosa. Miró para todos los lados, en busca de una salvación, y con un gemido se percató de que allí no había nada. Ni un miserable charquito de agua, ni una débil sombra... hasta que percibió algo extraño.
Entornó los ojos, tratando de visualizar aquello. Era como una delgada línea en el aire, ¿qué podía ser? Enfocó aún más la vista, y entonces, se percató. Con una exclamación de alarma, cogió uno de mis brazos pasándoselo alrededor del cuello y caminó arrastrándome hacia allí, pasando junto a la imágen de Alyria.
La digimon rubia llegó a aquel sitio, y haciendo fuerza, placó contra aquello que había descubierto. Sorpendentemente, chocó con algo sólido, y siguió empujando para salir de allí de una maldita vez.
Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Habían pasado ya unos cuantos minutos y mi habitación había regresado a su habitual tranquilidad. No estaría así de no ser porque Ness se había tropezado, lanzando al niño-gato contra su cabeza. Cuando quiso levantarse tenía a uno arañandole la cara y a la otra saltandola encima.
Ahora se encontraba en el suelo con unas perfectas marcas de uñas haciendo cuadrados en su cara. Si había algo que fuese Thalassa era preciso, tal y como había demostrado con el uso de sus uñas.
Terra tras golpear varias veces a la morena había recogido al pequeño gato y le había comenzado a revisar para evitar que tuviera heridas feas. Pero no tenía nada más que trozos de piel entre sus garritas.
Pasé la hoja del libro que leía, esperando a salir de allí de una maldita vez.
La ilusión solo añadió una cosa más para aumentar el suplicio de la pelirroja. Ignorando completamente a la otra demonio, que intentaba buscar algo en ese árido desierto.
- Siempre puedes liberarte de ese sufrimiento y reunirte conmigo... Muriendo, claro está.
Lo que tocaba Beelkomon eran pantallas iguales a las que había en las paredes, pero justo en un punto donde golpeó, apretó un botón oculto que hizo que las puertas se abrieran, haciéndolas caer en un ascensor. El cual cerró sus puertas.
Dentro hacía una temperatura agradable, pero no había agua. Sólo había un botón al que poder dar para hacer moverse a la maquina.
Se habían salvado del desierto, pero que no se les olvidara que aún continuaban en un lugar enemigo donde corrían peligro en cada esquina que había.
Ahora se encontraba en el suelo con unas perfectas marcas de uñas haciendo cuadrados en su cara. Si había algo que fuese Thalassa era preciso, tal y como había demostrado con el uso de sus uñas.
Terra tras golpear varias veces a la morena había recogido al pequeño gato y le había comenzado a revisar para evitar que tuviera heridas feas. Pero no tenía nada más que trozos de piel entre sus garritas.
Pasé la hoja del libro que leía, esperando a salir de allí de una maldita vez.
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La ilusión solo añadió una cosa más para aumentar el suplicio de la pelirroja. Ignorando completamente a la otra demonio, que intentaba buscar algo en ese árido desierto.
- Siempre puedes liberarte de ese sufrimiento y reunirte conmigo... Muriendo, claro está.
Lo que tocaba Beelkomon eran pantallas iguales a las que había en las paredes, pero justo en un punto donde golpeó, apretó un botón oculto que hizo que las puertas se abrieran, haciéndolas caer en un ascensor. El cual cerró sus puertas.
Dentro hacía una temperatura agradable, pero no había agua. Sólo había un botón al que poder dar para hacer moverse a la maquina.
Se habían salvado del desierto, pero que no se les olvidara que aún continuaban en un lugar enemigo donde corrían peligro en cada esquina que había.
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Re: Rescatando a la princesa... O al dragón
Gemí al oír las últimas palabras de Alyria. ¿Cómo podía ser tan cruel conmigo? La Alyria que yo conocía odiaba hacer daño a los demás, y siempre estaba dispuesta a ayudar y a perdonar, pero aquella... era una sombra oscura de lo que había sido la peliazul. Evité mirarla a los ojos; si lo hacía no podría soportarlo más. Beelko golpeaba sin cesar la puerta, fuertemente, para salir de allí. De repente, algo se abrió, y ambas caímos al suelo, oyendó el sonido de unas puertas cerrarse detrás de nosotras. Beelko soltó un jadeo y suspiró. Miró a su alrededor al notar que ya no hacía tanto calor.
- Parece que ya hemos salido...
Se levantó, y al notar que aquello era un asensor, apretó un botón de la pared. No podíamos hacer nada más... se.sentó junto a mí. Mi respiración se había relajado notablemente, pero tenía la vista perdida hacia delante, con lágrimas por mis oscuras mejillas.
- Olvídala, Z... sólo ha sido una ilusión, y te ha afectado demasiado...-Beelko pareció meditar una cosa, porque añadió-. Si sigues dejando que te afecte no podrás cumplir tu venganza, ¿no?
En realidad, a Beelkomon la venganza le daba igual, pero sabía que aquello era como un incentivo para mí, algo que me hacia caminar hacia delante seguidamente. Y con esa excusa podría consolarme para no verme en aquellas condiciones. Giré la cabeza y la miré, dirigiéndole una mirada de agradecimiento, y luego volví a mirar al frente, mientras esperábamos llegar al próximo piso.
- Parece que ya hemos salido...
Se levantó, y al notar que aquello era un asensor, apretó un botón de la pared. No podíamos hacer nada más... se.sentó junto a mí. Mi respiración se había relajado notablemente, pero tenía la vista perdida hacia delante, con lágrimas por mis oscuras mejillas.
- Olvídala, Z... sólo ha sido una ilusión, y te ha afectado demasiado...-Beelko pareció meditar una cosa, porque añadió-. Si sigues dejando que te afecte no podrás cumplir tu venganza, ¿no?
En realidad, a Beelkomon la venganza le daba igual, pero sabía que aquello era como un incentivo para mí, algo que me hacia caminar hacia delante seguidamente. Y con esa excusa podría consolarme para no verme en aquellas condiciones. Giré la cabeza y la miré, dirigiéndole una mirada de agradecimiento, y luego volví a mirar al frente, mientras esperábamos llegar al próximo piso.
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