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Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
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Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
El Sol se alzaba en lo alto del cielo, iluminando el paisaje helado. Sin embargo, sus radiantes rayos no alcanzaban para mantenernos en calor, ni a mi, ni a Black, ni a Masaru, ni a Agumon.
- Ma-ma-maldit-t-to cacha-a-arro...-tirité, abrazándome el cuerpo mientras caminábamos-. ¿No p-p-po-podía habe-bernos manda-do a-a un lu-lugar más cá-cá-cálido?
BlackGatomon ronroneó, concordándo con mi estado de ánimo.
Tras haberme invitado a una pizza en un centro comercial de Yokohama (Japón), Masaru me había llevado, aunque de strangis, a la base de su organización de DATS. Al principio yo había estado retocente a ello, pero después, al reconocer a regañadoentes que ya sin D3 no podía viajar. entre ambos mundos, había accedido, resignada. Todo se hizo dr manera rápida, ágil y para nada llamativa. Masaru me enseño a meter a Black en el digivice -cosa que a ella no le gustó nada-, y yo me camuflé con el poder de la Runa, siendo invisible ante cualquier humano. Pese a ello, tuve que tener cuidado; los digimons de allí estaban bien entrenados, y tenían más percepción. Luego, gracias a aquella extraña máquina de teleportación, llegamos al digimundo.
Y ahí estábamos. Perdidos, desamparados y congelados, caminando por un cañón helado, entre dos montañas de nieve, aunque lo que antaño debió ser un rio, ahora estaba complétamente congelado. Seguramente si lo rompía, seguiría habiendo hielo. Y por eso, trataba por todos los medios no resbalarme; me podía ganar un doloroso golpe en el coxis. BlackGatomon movía sus cuatro patitas por el suelo helado, en mi misma situación
- Ma-ma-maldit-t-to cacha-a-arro...-tirité, abrazándome el cuerpo mientras caminábamos-. ¿No p-p-po-podía habe-bernos manda-do a-a un lu-lugar más cá-cá-cálido?
BlackGatomon ronroneó, concordándo con mi estado de ánimo.
Tras haberme invitado a una pizza en un centro comercial de Yokohama (Japón), Masaru me había llevado, aunque de strangis, a la base de su organización de DATS. Al principio yo había estado retocente a ello, pero después, al reconocer a regañadoentes que ya sin D3 no podía viajar. entre ambos mundos, había accedido, resignada. Todo se hizo dr manera rápida, ágil y para nada llamativa. Masaru me enseño a meter a Black en el digivice -cosa que a ella no le gustó nada-, y yo me camuflé con el poder de la Runa, siendo invisible ante cualquier humano. Pese a ello, tuve que tener cuidado; los digimons de allí estaban bien entrenados, y tenían más percepción. Luego, gracias a aquella extraña máquina de teleportación, llegamos al digimundo.
Y ahí estábamos. Perdidos, desamparados y congelados, caminando por un cañón helado, entre dos montañas de nieve, aunque lo que antaño debió ser un rio, ahora estaba complétamente congelado. Seguramente si lo rompía, seguiría habiendo hielo. Y por eso, trataba por todos los medios no resbalarme; me podía ganar un doloroso golpe en el coxis. BlackGatomon movía sus cuatro patitas por el suelo helado, en mi misma situación
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
No sabía que podía esperarme en el mundo digital así que, en la base central del DATS me cercioré de ataviarme con el uniforme de élite, adaptable al más extremo calor o al más gélido frío. La escuché tiritar mientras me intentaba colocar la cremallera de la chaqueta hasta arriba, pero sonreí un instante, después de aquella "escapada" habiamos entablado más confianza y pensé que, al contrario que antes, no rechazaría mi chaqueta. Me la quité rapidamente con un giro y se la ofrecí, dándosela en sus manos sin dejarla contradecirme.
»● Masaru: Tómala, no seas orgullosa, hace mucho frío... -Quedé en camiseta de tirantes y dí un par de puñetazos al aire intentando entrar en calor- Yo estoy acostumbrado a esto.
Sonreí levemente y noté que Agumon se calentaba sus propias zarpas con su aliento y no me salió exigirle calentar al resto, hacia bastante frío y realmente demasiado tenía con aguantar lo suyo. Aquí en el mundo Digital era inútil usar el Digivice, eran todo datos, así que ni pensé en darle cobijo dentro de aquél dispositivo, no funcionaría.
Miré a ellas dos tras fijarme en Agumon y tuve claro que teniamos que actuar con rapidez si no queriamos que el frío nos "comiese". Me fijé en aquél río congelado, si lo seguiamos llegariamos a algún poblado Digimon, es decir, siguiéndolo llegariamos a civilización. Seguí con la mirada el río y lo señalé.
»● Masaru: Tenemos que seguir el cauce del río y llegaremos a algún sitio mejor que este desierto de hielo... El río entra en aquella cueva. -Tomé una pausa- Probablemente haga menos frío, más sequedad... Pero resultará un techo, algo más seguro... Además, no nos queda otra.
Me encogí de hombros sin poder dar otro argumento y miré de nuevo al río, como se introducía en la boca de la cueva, no sabía que habría dentro de aquella cueva, pero al fin y al cabo eramos más fuerte de cualquier cosa que nos enfrentáramos y pensaba en cualquier cosa menos en un posible miedo.
»● Masaru: Tómala, no seas orgullosa, hace mucho frío... -Quedé en camiseta de tirantes y dí un par de puñetazos al aire intentando entrar en calor- Yo estoy acostumbrado a esto.
Sonreí levemente y noté que Agumon se calentaba sus propias zarpas con su aliento y no me salió exigirle calentar al resto, hacia bastante frío y realmente demasiado tenía con aguantar lo suyo. Aquí en el mundo Digital era inútil usar el Digivice, eran todo datos, así que ni pensé en darle cobijo dentro de aquél dispositivo, no funcionaría.
Miré a ellas dos tras fijarme en Agumon y tuve claro que teniamos que actuar con rapidez si no queriamos que el frío nos "comiese". Me fijé en aquél río congelado, si lo seguiamos llegariamos a algún poblado Digimon, es decir, siguiéndolo llegariamos a civilización. Seguí con la mirada el río y lo señalé.
»● Masaru: Tenemos que seguir el cauce del río y llegaremos a algún sitio mejor que este desierto de hielo... El río entra en aquella cueva. -Tomé una pausa- Probablemente haga menos frío, más sequedad... Pero resultará un techo, algo más seguro... Además, no nos queda otra.
Me encogí de hombros sin poder dar otro argumento y miré de nuevo al río, como se introducía en la boca de la cueva, no sabía que habría dentro de aquella cueva, pero al fin y al cabo eramos más fuerte de cualquier cosa que nos enfrentáramos y pensaba en cualquier cosa menos en un posible miedo.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Dejé escapar una cadena de improperios contra el maldito frío de aquel lugar. Antes de que pudiera hacer decir nada más, Masaru dejó en mis manos su chaqueta de DATS, así que con un gruñido me la puse.
- Gra-gracias-s-s…
Continué caminando, siguiendo sus indicaciones. Si estaba en lo cierto, pronto estaríamos cobijados en una cueva, seca, calentita, donde podríamos crear una pequeña hoguera para calentarnos de aquel incesante frío que atacaba nuestros huesos como cuchillos afilados. Black se adelantó un poco, más que nada, para comprobar si había algún digimon por allí que pudiera atacarnos. En el proceso de intentar caminar sin perder la dignidad, sus patas la fallaron, resbalaron, y la gato se comió de cara el suelo, deslizándose a unos metros más para allá.
- Nyaaaaaaa~~
- ¡G-gato!-la llamé.
Me disponía a ir a por ella, pero cómo no, mis pies también me traicionaron. Me resbalé, dí media vuelta en el aire tal como en los dibujos animados que echan por las mañanas en la tele, y me di en todo el culo con el duro suelo.
- ¡Shit!-me lamenté, en mi idioma natal.
Me froté el culo, dolorida, y farfullé mil insultos hacia la gata negra.
- Gra-gracias-s-s…
Continué caminando, siguiendo sus indicaciones. Si estaba en lo cierto, pronto estaríamos cobijados en una cueva, seca, calentita, donde podríamos crear una pequeña hoguera para calentarnos de aquel incesante frío que atacaba nuestros huesos como cuchillos afilados. Black se adelantó un poco, más que nada, para comprobar si había algún digimon por allí que pudiera atacarnos. En el proceso de intentar caminar sin perder la dignidad, sus patas la fallaron, resbalaron, y la gato se comió de cara el suelo, deslizándose a unos metros más para allá.
- Nyaaaaaaa~~
- ¡G-gato!-la llamé.
Me disponía a ir a por ella, pero cómo no, mis pies también me traicionaron. Me resbalé, dí media vuelta en el aire tal como en los dibujos animados que echan por las mañanas en la tele, y me di en todo el culo con el duro suelo.
- ¡Shit!-me lamenté, en mi idioma natal.
Me froté el culo, dolorida, y farfullé mil insultos hacia la gata negra.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me preocupé al ver como ambas se caían en el hielo y me acerqué con rapidez, a punto de resbalar yo también, pero me mantuve en pie y me reí levemente de sus caídas. Agumon también patinó por el hielo del río y fue a parar dentro de la cueva mientras gruñía asustado haciendo eco por la cueva. Me sobresalté un momento, a pesar de que pensaba que ya era lo suficientemente fuerte para andar preocupándome de él como de un niño.
»● Masaru: ¡Agumon! -Miré a Agumon un instante y devolví la mirada a Zayyn ofreciéndole la mano para que se levantara- Menudo golpe te has dado, pelirroja, ¿Estás bien? Esperemos que la cueva esté "seca" y entremos cuanto antes.
Asentí levemente dándole confianza en mi gesto esperando que tomara mi mano mientras miraba, por un instante, a su BlackGatomon, también caído en el hielo ante aquél, nada cómodo, "fresquete".
»● Masaru: ¡Agumon! -Miré a Agumon un instante y devolví la mirada a Zayyn ofreciéndole la mano para que se levantara- Menudo golpe te has dado, pelirroja, ¿Estás bien? Esperemos que la cueva esté "seca" y entremos cuanto antes.
Asentí levemente dándole confianza en mi gesto esperando que tomara mi mano mientras miraba, por un instante, a su BlackGatomon, también caído en el hielo ante aquél, nada cómodo, "fresquete".
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me levanté sin aceptar su ayuda. Bastante avergonzada estaba ya como para encima tener que necesitar ayuda de nadie. Le miré mal cuando le escuché reírse, pero se me pasó enseguida al ver cómo Agumon caía también y se deslizaba por el hielo hasta colarse, cual balón en portería, en la cueva.
Sonreí y comencé a caminar, aún tiritando, hacia la cueva, donde BlackGatomon estaba también. Sin embargo, algo me hizo quedarme en mi sitio. Un grito que resonó por todo el cañón.
- ¡Al agua!
Y de repente, de una de las montañas de nuestro lado izquierdo, saltó un pequeño digimon blanco, con el pelo anaranjado en cresta por la espalda.
Alucinada, observe cómo ese digimon caía y caía hasta el río duro. Por el momento no me preocupé, puesto que era pequeñito y no haría nada contra el hielo. Pero después, al ver que quien lo acompañaba se tiraba también, palidecí de golpe.
- Oh, no…-murmuré, sacando el digivice para transformarme y evitar que colisionara contra el suelo-. No no no no no no no no no ¡No!
Demasiado tarde. El Ikkakumon cayó sobre el hielo pesadamente, haciéndolo crujir y agrietandolo. Dejé escapar un gemido ahogado, sabiendo de antemano lo que sucedería a continuación. El suelo se abrió en dos, dejando a la vista una bonita, oscura, y helada gruta bajo nuestros pies. Traté por todos los medios saltar a un lugar solido, o por lo menos, agarrarme a algo para no caer, pero parecía que ese, no era mi día.
- ¡¡¡CABROOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooooon…..!!!
Sonreí y comencé a caminar, aún tiritando, hacia la cueva, donde BlackGatomon estaba también. Sin embargo, algo me hizo quedarme en mi sitio. Un grito que resonó por todo el cañón.
- ¡Al agua!
Y de repente, de una de las montañas de nuestro lado izquierdo, saltó un pequeño digimon blanco, con el pelo anaranjado en cresta por la espalda.
- Spoiler:
Alucinada, observe cómo ese digimon caía y caía hasta el río duro. Por el momento no me preocupé, puesto que era pequeñito y no haría nada contra el hielo. Pero después, al ver que quien lo acompañaba se tiraba también, palidecí de golpe.
- Spoiler:
- Oh, no…-murmuré, sacando el digivice para transformarme y evitar que colisionara contra el suelo-. No no no no no no no no no ¡No!
Demasiado tarde. El Ikkakumon cayó sobre el hielo pesadamente, haciéndolo crujir y agrietandolo. Dejé escapar un gemido ahogado, sabiendo de antemano lo que sucedería a continuación. El suelo se abrió en dos, dejando a la vista una bonita, oscura, y helada gruta bajo nuestros pies. Traté por todos los medios saltar a un lugar solido, o por lo menos, agarrarme a algo para no caer, pero parecía que ese, no era mi día.
- ¡¡¡CABROOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooooon…..!!!
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Observé como me miró mal y ladeé la cabeza con un gesto con el que pretendía disculparme un poco. Sonreí algo avergonzado mientras se iba y me cercioré de que Agumon iba ya con un rato de ventaja cuando empecé a "correr" deslizándome por el hielo para adentrarme en la cueva. Apenas avancé un par de metros cuando un golpe sordo sonó a mis espaldas, era un silencio que precedía a un estruendo bastante importante, y no era para menos; Ikkakumon, una bestia marina enorme golpeó de lleno en el hielo abriendo una grieta gigantesca. Observé a poco metros de mí, y bajo mis pies, como una galería dentro de la cueva quedaba bajo nosotros, el suelo empezó a agrietarse justo donde estaba Zayyn y, observando su gesto de desesperación salté agarrándole de la mano, quedando ambos colgados como en las películas.
»● Masaru: ¡Masaru intercepta la bola! -El entusiasmo se borró de mi cara cuando poco a poco empezaba a deslizarse mi cuerpo por el hielo- Oh, no, por favor, no... NOOOOOOOOOoooooo...
Caí. Caímos. Caíamos hacia la galería, hueca y a oscuras, por suerte para ella yo pesaba más y un simple cálculo de un movimiento de caída libre (OFF: Cosas de Ciencias, Mery ) anunciaría que yo llegaría primero al suelo. Intenté placar la caída con el hombro y el brazo, protegiéndome de un golpeo más duro y sufrido. Al caer me dí un fuerte golpe en el brazo, que fuera lo menos peligroso no le restaba dolor alguno. Me dolía bastante el brazo cuando... "Amortigüé" la caida de Zayyn.
»● Masaru: HIJADE...
Quedé ojiplático por el cúmulo de daños, en aquél momento aún no me dí cuenta, pero ni Agumon ni BlackGatomon se encontraban ya a nuestros respectivos lados. Cuando miré arriba solo veía a Zayyn recien caída del cielo (Bendito regalito), pero pronto no vería ni eso cuando la grieta la cubrió una gruesa capa de nieve y lo que antes era una galería ahora parecía ser nuestra futura prisión de hielo.
»● Masaru: ¡Masaru intercepta la bola! -El entusiasmo se borró de mi cara cuando poco a poco empezaba a deslizarse mi cuerpo por el hielo- Oh, no, por favor, no... NOOOOOOOOOoooooo...
Caí. Caímos. Caíamos hacia la galería, hueca y a oscuras, por suerte para ella yo pesaba más y un simple cálculo de un movimiento de caída libre (OFF: Cosas de Ciencias, Mery ) anunciaría que yo llegaría primero al suelo. Intenté placar la caída con el hombro y el brazo, protegiéndome de un golpeo más duro y sufrido. Al caer me dí un fuerte golpe en el brazo, que fuera lo menos peligroso no le restaba dolor alguno. Me dolía bastante el brazo cuando... "Amortigüé" la caida de Zayyn.
»● Masaru: HIJADE...
Quedé ojiplático por el cúmulo de daños, en aquél momento aún no me dí cuenta, pero ni Agumon ni BlackGatomon se encontraban ya a nuestros respectivos lados. Cuando miré arriba solo veía a Zayyn recien caída del cielo (Bendito regalito), pero pronto no vería ni eso cuando la grieta la cubrió una gruesa capa de nieve y lo que antes era una galería ahora parecía ser nuestra futura prisión de hielo.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Masaru me cogió a tiempo, antes de caerme. Debo reconocer que fue un alivio, por un momento pensé que aquel abismo me iba a tragar, y no quiero ni pensar la profundidad que tenía.
Pero, ¡ay inocencia! Estábamos en hielo, el suelo era resbaladizo, y Masaru no pudo mantenerse parado. Se deslizó cual pingüino por el hielo hacia el abismo, y ambos nos adentramos en el vacío. Grité, todo se puso negro, y por un momento aquellos fueron los segundos más largos de mi vida, en los que recopilé miles de imágenes en mi mente, imágenes de mi pasado, de mi presente, y de mi futuro. Ante esto último, me llevé, inconscientemente, la mano al vientre, maldiciendo mi mala suerte. Él ni siquiera tendría oportunidad de ver el mundo, era menos afortunado que yo.
Inspiré hondo mientras caíamos, oyendo mis gritos como si estuvieran en mi cabeza resonando. Hasta que…
¡PUM! Tocamos suelo… o Masaru tocó suelo. Yo me ví, anonadada por la adrenalina, encima de él. Por razones de peso, él había llegado antes, y por fortuna me había servido de colchón. Aunque dudaba que él estuviera en mejores condiciones que yo. Jadeé, sorprendida y mareada. Escuché una exclamación suya, pero no le presté atención. Miré a mi alrededor, tratando de ver algo, pero la nieve había tapado la luz de arriba.
Estábamos atrapados.
- No puede ser…-palidecí, levantándome.
No. No, no, no. Me negaba a eso que estuviera sucediendo. Encerrada, congelada, y con Masaru, que, aunque había decidido confiar mínimamente en él, su personalidad en ocasiones me molestaba.
Pero, ¡ay inocencia! Estábamos en hielo, el suelo era resbaladizo, y Masaru no pudo mantenerse parado. Se deslizó cual pingüino por el hielo hacia el abismo, y ambos nos adentramos en el vacío. Grité, todo se puso negro, y por un momento aquellos fueron los segundos más largos de mi vida, en los que recopilé miles de imágenes en mi mente, imágenes de mi pasado, de mi presente, y de mi futuro. Ante esto último, me llevé, inconscientemente, la mano al vientre, maldiciendo mi mala suerte. Él ni siquiera tendría oportunidad de ver el mundo, era menos afortunado que yo.
Inspiré hondo mientras caíamos, oyendo mis gritos como si estuvieran en mi cabeza resonando. Hasta que…
¡PUM! Tocamos suelo… o Masaru tocó suelo. Yo me ví, anonadada por la adrenalina, encima de él. Por razones de peso, él había llegado antes, y por fortuna me había servido de colchón. Aunque dudaba que él estuviera en mejores condiciones que yo. Jadeé, sorprendida y mareada. Escuché una exclamación suya, pero no le presté atención. Miré a mi alrededor, tratando de ver algo, pero la nieve había tapado la luz de arriba.
Estábamos atrapados.
- No puede ser…-palidecí, levantándome.
No. No, no, no. Me negaba a eso que estuviera sucediendo. Encerrada, congelada, y con Masaru, que, aunque había decidido confiar mínimamente en él, su personalidad en ocasiones me molestaba.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Noté entre la oscuridad, el silencio y el eco como se maldecía, como decía que no rapidamente, como jadeaba alterada pero no presté mucha más atención que la que me llegaban a los oídos, en ese momento pensaba que iba a perder el brazo, el impacto había sido brutal pero no iba a ponerme a llorar como un cobarde. Me sujeté el brazo adolorido con el otro, aún libre y siseé apretando los dientes por el daño que había sufrido. Quedé bocabajo en el suelo de aquella caverna ignorando como mi cara tocaba el frío suelo, me daba igual, el dolor era más fuerte que todo aquello.
Dicen que en los peores momentos te acuerdas de la gente a la que quieres... Bueno... Yo pensé en Agumon, ¿estaría bien? ¿estaría "cuidando" o al menos trabajando en equipo con aquél oscuro Gatomon? No lo sabía. Me cruzó la idea del dolor que podría sentir en ese momento Zayyn, pero me enrabieté más aún de lo egoísta que ella había sido conmigo, y pensé por un momento solo en mí... "Ya era hora, ¿no?" pensé cuando empecé a golpear con el puño libre el suelo, intentando evadir así el dolor.
Cada golpe al suelo me suponía una pequeña liberación, un pensamiento, golpeaba al suelo y me imaginaba a mí mismo, ahí en medio, tirado en el suelo, ¿Derrotado por una caída? ¿Quién demonios era? Me avergonzaba y volvía a golpear el suelo. Pensé en mi madre, sola, "abandonada" por el mundo Digital, mi padre debía apoyar la causa del DATS y ella quedó sola y por un momento pensé en el cancer que el DATS empezaba a suponer a mi familia, y golpeé de nuevo el suelo. Pero me invadió el coraje, ¿Qué me estaba pasando? "¡Compórtate como un hombre!" me grité a mí mismo dentro de mi cabeza y dí un fuerte puñetazo en el suelo para ponerme de píe poco a poco.
Aquél último golpe fue distinto, no tenía lo mismo que el resto, tenía otra chispa, chispa que encendió el fuego, el DigiSoul, que a pesar de no estar Agumon junto a mí, encendió todo mi brazo -El bueno- como si de una antorcha se tratase, con una fuente de datos que iluminaba toda la escena. Me levanté y mirando al suelo intentando ocultar mi imagen de dolorido y mostrando la del hombre que buscaba ser:
»● Masaru: ¿Estás bien...?
Dicen que en los peores momentos te acuerdas de la gente a la que quieres... Bueno... Yo pensé en Agumon, ¿estaría bien? ¿estaría "cuidando" o al menos trabajando en equipo con aquél oscuro Gatomon? No lo sabía. Me cruzó la idea del dolor que podría sentir en ese momento Zayyn, pero me enrabieté más aún de lo egoísta que ella había sido conmigo, y pensé por un momento solo en mí... "Ya era hora, ¿no?" pensé cuando empecé a golpear con el puño libre el suelo, intentando evadir así el dolor.
Cada golpe al suelo me suponía una pequeña liberación, un pensamiento, golpeaba al suelo y me imaginaba a mí mismo, ahí en medio, tirado en el suelo, ¿Derrotado por una caída? ¿Quién demonios era? Me avergonzaba y volvía a golpear el suelo. Pensé en mi madre, sola, "abandonada" por el mundo Digital, mi padre debía apoyar la causa del DATS y ella quedó sola y por un momento pensé en el cancer que el DATS empezaba a suponer a mi familia, y golpeé de nuevo el suelo. Pero me invadió el coraje, ¿Qué me estaba pasando? "¡Compórtate como un hombre!" me grité a mí mismo dentro de mi cabeza y dí un fuerte puñetazo en el suelo para ponerme de píe poco a poco.
Aquél último golpe fue distinto, no tenía lo mismo que el resto, tenía otra chispa, chispa que encendió el fuego, el DigiSoul, que a pesar de no estar Agumon junto a mí, encendió todo mi brazo -El bueno- como si de una antorcha se tratase, con una fuente de datos que iluminaba toda la escena. Me levanté y mirando al suelo intentando ocultar mi imagen de dolorido y mostrando la del hombre que buscaba ser:
»● Masaru: ¿Estás bien...?
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Tragué salida. Vale. Lo último que tenía que ahcer en esos momentos era asustarme y ponerme nerviosa. Saldría pronto de allí, no pasaría nada. En menos de veinticuatro horas ya no estaría allí. Me llevé la mano al bolsillo para coger el digivice e iluminar un poco, pero… ¡Sorpresa! ¡No estaba! Claro, recordaba haberlo sacado ya, antes de que el suelo se viniera abajo. Entonces había tenido que caer conmigo, esperaba que no se hubiese roto.
Ignorando los golpes que daba Masaru en el suelo con el puño, me quedé quiteta, mirando a la oscuridad y tratando de habituarme a la poca luz que había, por no decir ninguna. Pero si no hay luz, la oscuridad lo consumía todo. En esos momentos me era imposible ver nada.
- ¡Maldición!-exclamé, pegando una patada al frente, con tan mala suerte que le dí a una pared y me hice daño-. Grrrrr...
Me agaché y comencé a tocar a ciegas el suelo, tratando de encontrar mi digivice para ver un poco. Pero lo único que palpaba eran rocas y rocas, y ningún digivice. Me detuve, gemí, sin poderlo evitar, y me llevé las manos al cabello, mientras me quedaba sentada sobre mis piernas. Inspiré hondo varias veces para tratar de tranquilizarme, aunque no me sirvió de nada.
- S-sí, estoy bien…-mentí.
Ignorando los golpes que daba Masaru en el suelo con el puño, me quedé quiteta, mirando a la oscuridad y tratando de habituarme a la poca luz que había, por no decir ninguna. Pero si no hay luz, la oscuridad lo consumía todo. En esos momentos me era imposible ver nada.
- ¡Maldición!-exclamé, pegando una patada al frente, con tan mala suerte que le dí a una pared y me hice daño-. Grrrrr...
Me agaché y comencé a tocar a ciegas el suelo, tratando de encontrar mi digivice para ver un poco. Pero lo único que palpaba eran rocas y rocas, y ningún digivice. Me detuve, gemí, sin poderlo evitar, y me llevé las manos al cabello, mientras me quedaba sentada sobre mis piernas. Inspiré hondo varias veces para tratar de tranquilizarme, aunque no me sirvió de nada.
- S-sí, estoy bien…-mentí.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Sonreí un instante, una sonrisa irónica, ¿A quién pretendía engañar? A mí desde luego no iba a hacerlo, por muy orgullosa y fuerte que pretendiera aparentar ante mí. Cuando mi brazo deslumbró la zona la sorprendí en la misma postura que un par de días antes me la había encontrado en un callejón, encogida, echa una pelota, sentada, ¿Ocultándose tal vez? Cualquier mentira no iba a quitar esa imagen de debilidad. Mantuve una sonrisa fría mientras sacudía mi brazo intentando "deshacerme" de una sacudida del dolor, pero no funcionaba, apreté los dientes.
»● Masaru: Miéntete cuánto quieras a ti misma, pelirroja... -Me dí la vuelta intentando iluminar la galería con el Digisoul- A veces tendrías que pensar que de la única forma que puedo ayudarte es si confías en mí de verdad...
Me dí la vuelta y empecé a tocar la pared de forma nerviosa, pero no desesperada, yo buscaba una salida, una posible hoquedad en aquellas paredes formadas a base de hielo, nieve y roca, duras, durísimas, infranqueables a simple vista, era inútil ponerse a buscar a golpes la salida porque un fallo y el techo se nos venía encima.
Giré de pronto al notar como, la luz de mi Digisoul había reflejado algo al pasar y el pequeño destello me cegó un instante, creí que había sido ella, pero no, era un pequeño objeto en el suelo. Lo recogí en mi andar de moribundo y me acerqué a ella para finalmente sentarme a su lado. Apoyé la espalda en la pared, como confiado y sonreí.
»● Masaru: ¿Esto es tuyo?
Lo sostuve entre mis dedos, dejándolo colgar de índice y pulgar, dejándolo bailar como un péndulo en el aire, de un lado para otro. Sonreí y extiré el brazo ofreciéndoselo.
»● Masaru: Miéntete cuánto quieras a ti misma, pelirroja... -Me dí la vuelta intentando iluminar la galería con el Digisoul- A veces tendrías que pensar que de la única forma que puedo ayudarte es si confías en mí de verdad...
Me dí la vuelta y empecé a tocar la pared de forma nerviosa, pero no desesperada, yo buscaba una salida, una posible hoquedad en aquellas paredes formadas a base de hielo, nieve y roca, duras, durísimas, infranqueables a simple vista, era inútil ponerse a buscar a golpes la salida porque un fallo y el techo se nos venía encima.
Giré de pronto al notar como, la luz de mi Digisoul había reflejado algo al pasar y el pequeño destello me cegó un instante, creí que había sido ella, pero no, era un pequeño objeto en el suelo. Lo recogí en mi andar de moribundo y me acerqué a ella para finalmente sentarme a su lado. Apoyé la espalda en la pared, como confiado y sonreí.
»● Masaru: ¿Esto es tuyo?
Lo sostuve entre mis dedos, dejándolo colgar de índice y pulgar, dejándolo bailar como un péndulo en el aire, de un lado para otro. Sonreí y extiré el brazo ofreciéndoselo.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Le ignoré cuando me habló. Que dijera lo que quisiese. Ya le había confiado sobre mí, pero eso no significaba que le fuera a contar toda mi vida de golpe, sobretodo porque mi claustrofobia me provocaba vergüenza. Alguien como yo, orgullosa y fuerte, le tenía miedo a quedarse encerrada en un lugar. En fin, patético.
Inspiré hondo, y alcé la mirada para ver qué era aquello que me enseñaba. Sorprendentemente, me topé con mi digivice, que Masaru sostenía balanceándolo. Me pregunté cómo lo había encontrado, pero la respuesta me vino instantáneamente cuando vi su brazo iluminado. El digisoul.
- Si…-dije, y lo cogí.
Me levanté, y observé mi dispositivo, aunque por el rabillo del ojo observé que el chico encogía el brazo, como si le doliera mucho. Lo miré a los ojos, y descubrí un brillo de dolor. Fruncí el ceñó y me quedé pensativa. La verdad es que, desde que nos conocíamos, él solo había tratado de ayudarme: cazando al ladrón, invitándome a una pizza, llevándome a DATS, salvándome –o intentarlo- del derrumbe y, cómo no, el hacer de colchón para que no me hiciese daño al caer, aunque lo hubiese hecho sin querer. Suspiré, y agarré con fuerza el digivice. Me alejé de él unos pasos hacia atrás y traté de llamar al digisoul cómo lo había hecho aquella vez, cuando Yukimon salió del digiegg. Para ello, pensé en cosas que me habían hecho enfadar o que me habían asustado. Me costó bastante esfuerzo, pero finalmente noté el calorcillo de los datos revolviendo a mi alrededor. Llevé la palma de la mano sobre la base del dispositivo y susurré:
- Biohybrid digivolves to… Aeirmon.
Una vez transformada, me acerqué a Masaru, sin ninguna otra intención que la de le debía.
- Protection of Taranis
Un suave viento le envolvió por un largo minuto. Aquello no le iba a hacer nada. Esa habilidad era para curarme a mí o a aliados, y por ahora Masaru no había dado muestras de ser enemigo, así que por una vez lo usaría con él.
Inspiré hondo, y alcé la mirada para ver qué era aquello que me enseñaba. Sorprendentemente, me topé con mi digivice, que Masaru sostenía balanceándolo. Me pregunté cómo lo había encontrado, pero la respuesta me vino instantáneamente cuando vi su brazo iluminado. El digisoul.
- Si…-dije, y lo cogí.
Me levanté, y observé mi dispositivo, aunque por el rabillo del ojo observé que el chico encogía el brazo, como si le doliera mucho. Lo miré a los ojos, y descubrí un brillo de dolor. Fruncí el ceñó y me quedé pensativa. La verdad es que, desde que nos conocíamos, él solo había tratado de ayudarme: cazando al ladrón, invitándome a una pizza, llevándome a DATS, salvándome –o intentarlo- del derrumbe y, cómo no, el hacer de colchón para que no me hiciese daño al caer, aunque lo hubiese hecho sin querer. Suspiré, y agarré con fuerza el digivice. Me alejé de él unos pasos hacia atrás y traté de llamar al digisoul cómo lo había hecho aquella vez, cuando Yukimon salió del digiegg. Para ello, pensé en cosas que me habían hecho enfadar o que me habían asustado. Me costó bastante esfuerzo, pero finalmente noté el calorcillo de los datos revolviendo a mi alrededor. Llevé la palma de la mano sobre la base del dispositivo y susurré:
- Biohybrid digivolves to… Aeirmon.
Una vez transformada, me acerqué a Masaru, sin ninguna otra intención que la de le debía.
- Protection of Taranis
Un suave viento le envolvió por un largo minuto. Aquello no le iba a hacer nada. Esa habilidad era para curarme a mí o a aliados, y por ahora Masaru no había dado muestras de ser enemigo, así que por una vez lo usaría con él.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Quedé petrificado cuando ví como se acercaba a mí en su forma de Aeirmon, no sabía que era lo que pretendía y no reaccioné a tiempo por si en un ataque psicópata por la tensión de encontrarnos encerrados me atacara sacando su lado "más oscuro". Gratamente sorprendido me ví envuelto en una especie de viento que actuava como un velo al mi alrededor, como una protección. Quedé un poco boquiabierto, miré mis manos, como el vientecillo tan dulce me acariciaba, hasta que pasó de largo. Tardaría aún unos instantes en darme cuenta de que me había curado y mi brazo estaba como nuevo.
»● Masaru: Oh... Oooh... -Noté como mi brazo estaba totalmente recuperado de la caída- E-esto... G-Gr-acias.
Dije algo averzonado mientras sacudía de nuevo mi brazo notando como si aquél enorme golpe no hubiera pasado, la miré de nuevo ojiplático, conmovido, ¿Era la primera vez que hacía algo así por mí? Ella, y en mucho tiempo, nadie había hecho algo así por mí en mucho tiempo y eso me dió un vuelco por dentro.
»● Masaru: Muchas gracias... -Dije aún sonrojado- ¿Puedo hacer algo al respecto?
Dije mientras la furia que mantenía la luz de mi brazo encendida se iba apagando, desvaneciéndose poco a poco mi Digisoul al tiempo que le miraba avergonzado y me apartaba el flequillo de la cara con un soplido.
»● Masaru: Oh... Oooh... -Noté como mi brazo estaba totalmente recuperado de la caída- E-esto... G-Gr-acias.
Dije algo averzonado mientras sacudía de nuevo mi brazo notando como si aquél enorme golpe no hubiera pasado, la miré de nuevo ojiplático, conmovido, ¿Era la primera vez que hacía algo así por mí? Ella, y en mucho tiempo, nadie había hecho algo así por mí en mucho tiempo y eso me dió un vuelco por dentro.
»● Masaru: Muchas gracias... -Dije aún sonrojado- ¿Puedo hacer algo al respecto?
Dije mientras la furia que mantenía la luz de mi brazo encendida se iba apagando, desvaneciéndose poco a poco mi Digisoul al tiempo que le miraba avergonzado y me apartaba el flequillo de la cara con un soplido.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
El viento de alrededor de Masaru desapareció lentamente. No necesité mirarle el brazo para saber que estaba curado.
Brillé de nuevo, y volví a mi forma humana. Suspiré y moví la cabeza para quitarle importancia, pues tan solo le había pagado que me salvara. Me guardé el dispositivo en al bolsillo, y me dí cuenta entonces de que aún llevaba la mochila puesta. Me senté en el suelo y me la quité mientras apoyaba la espalda a la pared. Recordaba haber conseguido comida antes de partir, y además tenía algunas otras cosas que podían ser de utilidad. La abrí y saqué una tableta de chocolate para combatir la ansiedad que me empezaba a atenazar las entrañas.
- Lapidados, sin salida, y con víveres limitados. Y encima con estrés.-murmuré-. Me parece que hasta aquí he llegado.
Sonreí de manera amarga. Eso era lo que algunos llamaban karma. Y no me extraña que viniese tan pronto a por mí, siempre había vivido de manera poco honorable. Sobre todo por mis acciones, aunque de lo único de lo que me arrepentía era de no poder haber salvado a las personas a las que quería. En fin, supongo que el infierno me estaría esperando con ansias.
Brillé de nuevo, y volví a mi forma humana. Suspiré y moví la cabeza para quitarle importancia, pues tan solo le había pagado que me salvara. Me guardé el dispositivo en al bolsillo, y me dí cuenta entonces de que aún llevaba la mochila puesta. Me senté en el suelo y me la quité mientras apoyaba la espalda a la pared. Recordaba haber conseguido comida antes de partir, y además tenía algunas otras cosas que podían ser de utilidad. La abrí y saqué una tableta de chocolate para combatir la ansiedad que me empezaba a atenazar las entrañas.
- Lapidados, sin salida, y con víveres limitados. Y encima con estrés.-murmuré-. Me parece que hasta aquí he llegado.
Sonreí de manera amarga. Eso era lo que algunos llamaban karma. Y no me extraña que viniese tan pronto a por mí, siempre había vivido de manera poco honorable. Sobre todo por mis acciones, aunque de lo único de lo que me arrepentía era de no poder haber salvado a las personas a las que quería. En fin, supongo que el infierno me estaría esperando con ansias.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Aún no acostumbrado a que el brazo estuviera curado totalmente, me fijé en cómo actuaba de forma ansiosa, al volver a su forma humana, sentarse de nuevo apoyada en la pared, buscando en su mochila algo que sería una tableta de chocolate. Escuché sus palabras y por un momento sonreí para adentro al notar lo rápido que se había desesperado, pero me mostré preocupado por ella, porque realmente no me sentía bien al observar todo aquello en su rostro.
Intenté iluminar un poco con la linterna de mi DigiVice cuando recordé todo el entrenamiento del DATS, aunque ahora parecía ser un "civil" más, sonreí al mirarle de nuevo con mi chaqueta puesta. Hacía frío, pero me daba igual, seguí iluminando aún dándole vueltas, en caso de catástrofe había que mantener la calma, el mundo Digital, lo quisieramos o no, era eso, Digital, por muy real que pareciera, siempre había una salida posible. Intentando hacer una imagen en mi cabeza de las hoqudades a nuestro alrededor, di pisotones en el suelo buscando el resonar del eco, pero parecía inutil.
No me obsesioné y me acerqué de nuevo a Zayyn mientras terminaba de hablar, me senté junto a ella sonriendo, me parecía gracioso su comentario de la espera del infierno y le dije con seguridad.
»● Masaru: No es momento para ponerse pesimistas, Zayyn... Si actuamos con la cabeza es cuestión de tiempo que salgamos de aquí. Pero eh, alegra esa cara... -Le dí un toque con el lateral de mi dedo en su brazo- Si de verdad fueran tus últimas horas... ¿De veras querrías pasártelas lamentándote?
Intenté iluminar un poco con la linterna de mi DigiVice cuando recordé todo el entrenamiento del DATS, aunque ahora parecía ser un "civil" más, sonreí al mirarle de nuevo con mi chaqueta puesta. Hacía frío, pero me daba igual, seguí iluminando aún dándole vueltas, en caso de catástrofe había que mantener la calma, el mundo Digital, lo quisieramos o no, era eso, Digital, por muy real que pareciera, siempre había una salida posible. Intentando hacer una imagen en mi cabeza de las hoqudades a nuestro alrededor, di pisotones en el suelo buscando el resonar del eco, pero parecía inutil.
No me obsesioné y me acerqué de nuevo a Zayyn mientras terminaba de hablar, me senté junto a ella sonriendo, me parecía gracioso su comentario de la espera del infierno y le dije con seguridad.
»● Masaru: No es momento para ponerse pesimistas, Zayyn... Si actuamos con la cabeza es cuestión de tiempo que salgamos de aquí. Pero eh, alegra esa cara... -Le dí un toque con el lateral de mi dedo en su brazo- Si de verdad fueran tus últimas horas... ¿De veras querrías pasártelas lamentándote?
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Aparté la mochila a un lado, sacando una mantita calentita y tapándome el cuerpo entero. Me abracé las piernas con los brazos y apoyé la barbilla sobre las rodillas, inspirando profundamente, y después expulsando el aire. Cada vez percibía mejor cómo las paredes de la cueva parecían estrecharse, con el objetivo de aplastarnos. No era nada real, solo yo lo percibía, y debo decir que no es para nada agradable.
- Cuéntame algo, lo que sea. Necesito distraerme.-le pedí, ahogando un gemido.
Aunque seguía preguntándome de qué serviría eso. Estábamos atrapados, y aunque nuestros digimons se encontraban fuera, no podrían evolucionar sin los digivice. Un callejón sin salida, vamos.
- Esto no es algo que se pueda controlar, ¿sabes?...-le respondí.
- Cuéntame algo, lo que sea. Necesito distraerme.-le pedí, ahogando un gemido.
Aunque seguía preguntándome de qué serviría eso. Estábamos atrapados, y aunque nuestros digimons se encontraban fuera, no podrían evolucionar sin los digivice. Un callejón sin salida, vamos.
- Esto no es algo que se pueda controlar, ¿sabes?...-le respondí.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Sonreí un instante a su comportamiento, de nuevo una sonrisa de leve ironía y mientras "se lamentaba" me colocaba las muñequeras en su sitio, con las chapas bien puestas hacia fuera, me coloqué bien la camiseta esperando que acabará y le contesté.
»● Masaru: Zayyn, poco conocí a mi padre y recuerdo perfectamente un momento que tuve con él... "No hay situación sin solución" y desde entonces es uno de mis lemas a seguir. -Me levanté mirándole- Lamentándote y comiéndote la cabeza no vas a solucionar nada.
"De momento necesitamos tener la moral alta, así no ibamos a ningún lado" pensé y me situé en el centro de la galería, colocando mi Digivice en el suelo con la linterna hacia arriba, usándolo de foco. El reflejo de la luz en el hielo hacía que casi toda aquella caverna quedara iluminada, le hice un gesto de que se pusiera en pie con dos la mano mientras, sonriendo, le decía.
»● Masaru: Eres fuerte, seguramente te gustará algún deporte, cualquiera, te dejo escoger... Quiero que entres en calor sin maric*nadas que puedan servirte en un futuro, ahora aún tienes energías, ven aquí -Sonreí con malicia a lo que iba a decir ahora- Te dejo escoger el deporte que quieras, te voy a ganar de todas formas. -Bromeé vacilándole-
»● Masaru: Zayyn, poco conocí a mi padre y recuerdo perfectamente un momento que tuve con él... "No hay situación sin solución" y desde entonces es uno de mis lemas a seguir. -Me levanté mirándole- Lamentándote y comiéndote la cabeza no vas a solucionar nada.
"De momento necesitamos tener la moral alta, así no ibamos a ningún lado" pensé y me situé en el centro de la galería, colocando mi Digivice en el suelo con la linterna hacia arriba, usándolo de foco. El reflejo de la luz en el hielo hacía que casi toda aquella caverna quedara iluminada, le hice un gesto de que se pusiera en pie con dos la mano mientras, sonriendo, le decía.
»● Masaru: Eres fuerte, seguramente te gustará algún deporte, cualquiera, te dejo escoger... Quiero que entres en calor sin maric*nadas que puedan servirte en un futuro, ahora aún tienes energías, ven aquí -Sonreí con malicia a lo que iba a decir ahora- Te dejo escoger el deporte que quieras, te voy a ganar de todas formas. -Bromeé vacilándole-
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me habló, contándome más cosas sobre su padre, le escuché con atención, aunque no estaba de lo más interesada en saberlo, pues necesitaba una distracción. Moví la cabeza, en un movimiento dirigido para retorarme el flequillo que me molestaba en la cara.
- Veo que querías mucho a tu padre, ¿no?
En el fondo tuve envidia. Mi madre había muerto al nacer yo, y mi padre era un cretino que no debía ni de haber nacido. Nunca había tenido a alguien en quien confiar. Nadie, salvo a mí misma.
Sin embargo, tras pensar que el chico intentaría ayudarme hablado, se levantó, me miró, y propuso hacer deporte para no pensar en otras cosas. Había sodo hábil; si solo fuera una simple conversación, probablemte yo me habiera puesto peor. Pero al tener que hacer ejercicio, habría que mantener cuerpo y mente concentrados.
Me laventé algo nerviosa, disponiendome a imitarle, cuando se me ocurrió una idea.
- ¿Conoces el taekwondo...?
- Veo que querías mucho a tu padre, ¿no?
En el fondo tuve envidia. Mi madre había muerto al nacer yo, y mi padre era un cretino que no debía ni de haber nacido. Nunca había tenido a alguien en quien confiar. Nadie, salvo a mí misma.
Sin embargo, tras pensar que el chico intentaría ayudarme hablado, se levantó, me miró, y propuso hacer deporte para no pensar en otras cosas. Había sodo hábil; si solo fuera una simple conversación, probablemte yo me habiera puesto peor. Pero al tener que hacer ejercicio, habría que mantener cuerpo y mente concentrados.
Me laventé algo nerviosa, disponiendome a imitarle, cuando se me ocurrió una idea.
- ¿Conoces el taekwondo...?
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
»● Masaru: En parte fue un cabrón con mi familia, en parte es mi miembro de élite del DATS a seguir... -Sonreí- Pero un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer.
Mientras se levantaba sonreí, había "picado", había "aceptado el reto" y ya solo esperaba a que ella dijera a qué. Por un momento aquella chica me recordó a mi hermana pequeña, tenía una sonrisa peculiar, bastante parecida a la de Chika, pero al momento, como un flash, me acordé del ladrón y el descampado y preferí pensar que mi hermana pequeña no se parecía tanto a ella.
"Taekwondo" y sonreí de nuevo con algo de prepotencia intentando burlarme de ella cuando me puse en pose de espera, con una pierna medio alzada y la otra apoyando solo la puntera, ladeando un poco los brazos dando por comenzado este combate. Ella había elegido el deporte, ella sabría lo que hacía, era fuerte, era mitad Digimon, pero con todo y eso quise dejarla comenzar, tal vez cortesía, tal vez demasiada confianza.
»● Masaru: Así que Taekwondo, ¿ah? -Levanté la barbilla retándola- ¿De veras quieres que te arranque la cabeza de una patada?
Sonreí una vez más y me acerqué a ella punteando y amagé con darle una patada al costado cuando encogí de nuevo la pierna, solo era una finta y ahora comenzaba de verdad el combate.
Mientras se levantaba sonreí, había "picado", había "aceptado el reto" y ya solo esperaba a que ella dijera a qué. Por un momento aquella chica me recordó a mi hermana pequeña, tenía una sonrisa peculiar, bastante parecida a la de Chika, pero al momento, como un flash, me acordé del ladrón y el descampado y preferí pensar que mi hermana pequeña no se parecía tanto a ella.
"Taekwondo" y sonreí de nuevo con algo de prepotencia intentando burlarme de ella cuando me puse en pose de espera, con una pierna medio alzada y la otra apoyando solo la puntera, ladeando un poco los brazos dando por comenzado este combate. Ella había elegido el deporte, ella sabría lo que hacía, era fuerte, era mitad Digimon, pero con todo y eso quise dejarla comenzar, tal vez cortesía, tal vez demasiada confianza.
»● Masaru: Así que Taekwondo, ¿ah? -Levanté la barbilla retándola- ¿De veras quieres que te arranque la cabeza de una patada?
Sonreí una vez más y me acerqué a ella punteando y amagé con darle una patada al costado cuando encogí de nuevo la pierna, solo era una finta y ahora comenzaba de verdad el combate.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Ladeé la cabeza. Parecía algo resentido con su padre, pero noté que aún así lo seguía queriendo. Que pena que en mi caso no fuera así, y que aún lo odiara con toda mi alma.
Observé entonces que Masaru se colocaba en posición de ataque, mirándome de manera arrogante. Enarqué una ceja. Para arrogante yo, por favor. Estudié cada uno de sus movimientos con atención. Alzó un poco una pierna, quedándose sobre una solo. Fruncí el ceño, ¿pensaba empezar él, o era solo un amago? Coloqué los brazos frente a mí, para tratar de protegerme en el caso de que fuera lo primero. Esbocé una siniestra sonrisa ante sus palabras.
- Ten cuidado, no vaya a ser yo quien te arranque a tí la cabeza.
Y entonces, hizo su movimiento. Abrí bien los ojos. Todo pareció suceder a cámara lenta. Movió su pierna hacia mi costado derecho (pongo el derecho por poner uno xD). Yo no esperé a que me golpeara., aunque al ser un amago no lo hizo. Son embargo, me moví hacia mi izquierda, y como "contraataque" me agaché y le hice un barrido con el pie derecho en el suyo propio, ya que en esos momentos era el único apoyado en el suelo.
Observé entonces que Masaru se colocaba en posición de ataque, mirándome de manera arrogante. Enarqué una ceja. Para arrogante yo, por favor. Estudié cada uno de sus movimientos con atención. Alzó un poco una pierna, quedándose sobre una solo. Fruncí el ceño, ¿pensaba empezar él, o era solo un amago? Coloqué los brazos frente a mí, para tratar de protegerme en el caso de que fuera lo primero. Esbocé una siniestra sonrisa ante sus palabras.
- Ten cuidado, no vaya a ser yo quien te arranque a tí la cabeza.
Y entonces, hizo su movimiento. Abrí bien los ojos. Todo pareció suceder a cámara lenta. Movió su pierna hacia mi costado derecho (pongo el derecho por poner uno xD). Yo no esperé a que me golpeara., aunque al ser un amago no lo hizo. Son embargo, me moví hacia mi izquierda, y como "contraataque" me agaché y le hice un barrido con el pie derecho en el suyo propio, ya que en esos momentos era el único apoyado en el suelo.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Comenzó aquello y ví como arqueó una ceja, no le gustó mi comportamiento o tal vez eso era lo que mostraba al exterior, fuera como fuese me gustó que se comportara así, de nuevo picó el anzuelo del reto. Se acercó a mí un poco tras el amago de la patada y noté como se agachó, la fuerza bruta me invitaba a aprovechar y patearle la cabeza, había lanzado su ataque sin pensar en protegerse y eso era un arma de doble filo. No obstante, la experiencia y el querer disfrutar el momento me incitaron a evitar sus golpes, a cansarla un poco, al fin y al cabo lo que quería era que entrara en calor.
Su patada buscaba barrer mis piernas, algo ridículo en un deporte como este y me limité a dar un salto para dejar que la pierna pasara por debajo mía como un simple obstáculo más. Esperé a que volviera a la verticalidad y entonces, a penas una milésima después de que se levantara, lancé una patada giratoria que iba directo a su costillar a la velocidad de la luz y la paré a un centímetro de su cuerpo, manteniendo el pie en el alza mirándole a los ojos sonriendo.
»● Masaru: Si quisiera, ahora mismo te faltaban tres costillas. -Le guiñé un ojo vacilándole y en un descuido mantuve el pie alzado en ataque y sonreí- ¿No atacas, pelirroja?
Su patada buscaba barrer mis piernas, algo ridículo en un deporte como este y me limité a dar un salto para dejar que la pierna pasara por debajo mía como un simple obstáculo más. Esperé a que volviera a la verticalidad y entonces, a penas una milésima después de que se levantara, lancé una patada giratoria que iba directo a su costillar a la velocidad de la luz y la paré a un centímetro de su cuerpo, manteniendo el pie en el alza mirándole a los ojos sonriendo.
»● Masaru: Si quisiera, ahora mismo te faltaban tres costillas. -Le guiñé un ojo vacilándole y en un descuido mantuve el pie alzado en ataque y sonreí- ¿No atacas, pelirroja?
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Ya pensé que la victoria estaría de mi parte al hacer el barrido, pero no estuve nunca tan lejos de la realidad. Masaru saltó, evitando ser desequilibrado. Yo me levanté tan rápido como pude, pero a los pocos segundos me topé con su pierna a unos pocos centímetros de mi cuerpo.
Abrí los ojos considerablemente, sorprendida, y lo miré de nuevo a él. Sonreía, y mantenía esa actitud arrogante e irritante que tanto me fastidiaba. Apreté los dientes y gruñí. Ya me había cabreado con eso de << si quisiera... >> No tenía por qué contenerse por mí. Odiaba eso, odiaba que pensaran que era alguien debil y que por eso no merecían ponerse serios conmigo.
Sin responderle le agarré con mano de hierro la pierna y tiré de ella hacia un lado para lanzarle contra el suelo, sin preocuparme por el daño que le hacía o no.
Abrí los ojos considerablemente, sorprendida, y lo miré de nuevo a él. Sonreía, y mantenía esa actitud arrogante e irritante que tanto me fastidiaba. Apreté los dientes y gruñí. Ya me había cabreado con eso de << si quisiera... >> No tenía por qué contenerse por mí. Odiaba eso, odiaba que pensaran que era alguien debil y que por eso no merecían ponerse serios conmigo.
Sin responderle le agarré con mano de hierro la pierna y tiré de ella hacia un lado para lanzarle contra el suelo, sin preocuparme por el daño que le hacía o no.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Noté como le chirriaban los dientes cuando me escuchó decir el "si quisiera" y me hizo gracia, pero la tontería me costó una mala pasada, el no haber recogido el pie por hacerme el chulo me hizo salir volando por los aires un par de metros y darme una fea caída, podía haberlo hecho ella misma con una patada y no me hubiera molestado pero se acababa de pasar todo el Taekwondo por donde la espalda pierde el nombre y se empieza a llamar "fábrica de cacas".
Me molestó, la miré desde el suelo un instante algo molesto por la aparatosa caída en el frío suelo y desde esa posición le dije.
»● Masaru: Eso no era Taekwondo T-T -Mientras me levantaba poco a poco quedando agazapado- Te has pasado el Taekwondo por ahí, así que tú has abierto la veda y yo ya solo tengo qu...
Aproveché su despiste cuando me escuchaba hablar, lo cual solo pretendía eso, distraerle, y salí corriendo, disparado, como una bala hacia ella y en cosa de milésimas de segundo la plaqué en el abdomen con mi hombro lanzándola al suelo, estaba claro que iba a contenerme, estaba claro que no iba a partirle la cabeza de una patada, pero si quería guerra iba a tenerla. Me levanté del suelo cruzándome de brazos de forma chulesca al tiempo que gritaba.
»● Masaru: SPEAR! SPEAR! SPEAAAAAR!
________________________________
El Spear es un movimiento de lucha libre que consiste en placar a un rival con el hombro de forma directa en el abdomen y arrastrarlo un par de metros. Lo que viene siendo atravesarlo en dos con el hombro xD Te dejo un Gif para que tengas una referencia:
Me molestó, la miré desde el suelo un instante algo molesto por la aparatosa caída en el frío suelo y desde esa posición le dije.
»● Masaru: Eso no era Taekwondo T-T -Mientras me levantaba poco a poco quedando agazapado- Te has pasado el Taekwondo por ahí, así que tú has abierto la veda y yo ya solo tengo qu...
Aproveché su despiste cuando me escuchaba hablar, lo cual solo pretendía eso, distraerle, y salí corriendo, disparado, como una bala hacia ella y en cosa de milésimas de segundo la plaqué en el abdomen con mi hombro lanzándola al suelo, estaba claro que iba a contenerme, estaba claro que no iba a partirle la cabeza de una patada, pero si quería guerra iba a tenerla. Me levanté del suelo cruzándome de brazos de forma chulesca al tiempo que gritaba.
»● Masaru: SPEAR! SPEAR! SPEAAAAAR!
________________________________
El Spear es un movimiento de lucha libre que consiste en placar a un rival con el hombro de forma directa en el abdomen y arrastrarlo un par de metros. Lo que viene siendo atravesarlo en dos con el hombro xD Te dejo un Gif para que tengas una referencia:
- Spoiler:
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Masaru voló unos metros hacia donde lo había lanzada. Ahora que me encontraba de mejor humor me pregunté si se enfadaría conmigo. Me encogí de hombros. A saber...
- Te engañé-le respondí con una sonrisilla de suficiencia.
Sin embargo, antes de que pudiera hacer o decir nada más, sentí un fuerte golpe en el abdomen, y me vi arrastrada por el suelo con Masaru encima. Di un grito de dolor al rasparme, y miré con furia helada al chico desde el suelo cuando este se levantó.
- Idiota... -murmuré, incorporándome.
Corrí hacia él, con un único pensamiento en mente. Siempre, siempre, siempre, había sido yo la que daba el último golpe en las peleas del orfanato. Era una manera de demostrar que no sentía miedo, ni inferioridad, de demostrar que yo también podía golpear fuerte. Me dije que esa vez no iba a ser la excepción.
Cuando estaba casi sobre él, amagué levantando una rodilla derecha Pero lo que hice de verdad fue mas bien distinto. Apoyé de nuevo en el suelo, dí un giro completo sobre el mismo y, aún girando, levanté la otra pierna, directa hacia su espalda.b
- Te engañé-le respondí con una sonrisilla de suficiencia.
Sin embargo, antes de que pudiera hacer o decir nada más, sentí un fuerte golpe en el abdomen, y me vi arrastrada por el suelo con Masaru encima. Di un grito de dolor al rasparme, y miré con furia helada al chico desde el suelo cuando este se levantó.
- Idiota... -murmuré, incorporándome.
Corrí hacia él, con un único pensamiento en mente. Siempre, siempre, siempre, había sido yo la que daba el último golpe en las peleas del orfanato. Era una manera de demostrar que no sentía miedo, ni inferioridad, de demostrar que yo también podía golpear fuerte. Me dije que esa vez no iba a ser la excepción.
Cuando estaba casi sobre él, amagué levantando una rodilla derecha Pero lo que hice de verdad fue mas bien distinto. Apoyé de nuevo en el suelo, dí un giro completo sobre el mismo y, aún girando, levanté la otra pierna, directa hacia su espalda.b
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Desde el primer momento supe que aquél Spear iba a hacerle algún rasguño, un pequeño daño, pero no daño de verdad, no el suficiente, no se me hubiera ocurrido nada por el estilo, sin embargo no ocurrió igual cuando era "su turno" de ataque. Aprovechando ahora ella un despiste mío se había lanzado al ataque clavando una rodilla en el suelo y posteriormente, mientras giraba, darme una fuerte patada en la espalda. Apenas me dió tiempo a pensar en mi próximo "ataque", apenas me dió un segundo de respiro cuando noté que, a diferencia mía, ella si iba en serio, más que en serio. Crugió mi espalda y sentí que me faltaba el aire, me llevé una mano a la espalda y como si de un extra de una mala película de baja producción caí de rodillas en el suelo y luego quedé bocabajo. ¿Realmente me dolía tanto o era más la sorpresa que el dolor? Fuera de cualquier forma caí en el suelo, bocabajo, y según me dí cuenta al intentar levantarme, ahí me iba a quedar un rato más.
»● Masaru: Huh...
»● Masaru: Huh...
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me levanté del suelo completamente, sonriendo. Una vez más había vencido, y aunque hubiera sido contra un humano, Masaru era bastante fuerte.
- ¿Qué decías de arrancarme la cabeza o de no se que costillas rotas?
Lo miré. Allí, en el suelo, parecía completamente inofensivo. Si quisiera, podría matarlo con mis propias manos. Pero ese no era el caso. Había decidido confiar en él, y por ahora no había incumplido su palabra, asi que lo de matarlo tendría que esperar.
Suspiré y me agaché. Iba a cogerle un brazo para pasarmelo alrededor del cuello cuando se me ocurrió algo mejor. Sonreí de manera pícara, y llevé las manos a sus costados. Y comencé a hacerle cosquillas, sin tregua ni piedad.
- ¿Qué decías de arrancarme la cabeza o de no se que costillas rotas?
Lo miré. Allí, en el suelo, parecía completamente inofensivo. Si quisiera, podría matarlo con mis propias manos. Pero ese no era el caso. Había decidido confiar en él, y por ahora no había incumplido su palabra, asi que lo de matarlo tendría que esperar.
Suspiré y me agaché. Iba a cogerle un brazo para pasarmelo alrededor del cuello cuando se me ocurrió algo mejor. Sonreí de manera pícara, y llevé las manos a sus costados. Y comencé a hacerle cosquillas, sin tregua ni piedad.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
¿De verdad se creía que había perdido? Solo era un farol, estaba esperando a que se acercara y una simple barra al brazo la dejaría tragando tierra y clamando piedad para que parara, de hecho ya lo tenía todo en mis manos para hacerlo, solo tenía que controlar no sacarle el hombro en un esfuerzo extra.
»● Masaru: Ni la cabeza ni las costillas pero ese hombro te lo arran... -Derrepente me sorprendió haciéndome cosquillas- Oh, Dios, para, ¡Nooo!
Dije riéndome. Era lo último que me esperaba en ese momento, ¿Cosquillas? ¿La "persona" más siniestra que había conocido nunca me estaba haciendo cosquillas? Las propias cosquillas no me dejaron sobresaltarme sobre lo que estaba pasando, en un momento me sentí culpable de haber pensado en hacerle qué cosas a los hombros, costado o cabeza y empecé a agitarme y sacudirme en el suelo intentando que me dejara.
En un descuido agarré su brazo intentando que me soltara y sin querer tiré de ella, torpemente quedo encima de mí. Por un momento quedé en silencio, avergonzado, mirándole de cerca a los ojos, sonrojado. Quedé quieto y dije bromeando:
»● Masaru: ¿Esto es un empate...?
»● Masaru: Ni la cabeza ni las costillas pero ese hombro te lo arran... -Derrepente me sorprendió haciéndome cosquillas- Oh, Dios, para, ¡Nooo!
Dije riéndome. Era lo último que me esperaba en ese momento, ¿Cosquillas? ¿La "persona" más siniestra que había conocido nunca me estaba haciendo cosquillas? Las propias cosquillas no me dejaron sobresaltarme sobre lo que estaba pasando, en un momento me sentí culpable de haber pensado en hacerle qué cosas a los hombros, costado o cabeza y empecé a agitarme y sacudirme en el suelo intentando que me dejara.
En un descuido agarré su brazo intentando que me soltara y sin querer tiré de ella, torpemente quedo encima de mí. Por un momento quedé en silencio, avergonzado, mirándole de cerca a los ojos, sonrojado. Quedé quieto y dije bromeando:
»● Masaru: ¿Esto es un empate...?
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Reí de manera siniestra cuando empezó a reir y a gritar que parara. Ni yo misma sabía que estaba haciendo. Quizá esa fuera una forma de pedirle perdón por haberle golpeado tan fuerte la espalda, o quizá simplemente necesitaba desahogarme un poco. Pero era extraño, me hacía gracia verle así, me estaba divirtiendo al hacerle cosquillas, auque en aquel entonces desconocía el motivo.
De repente, Masaru tiró de mi brazo, y eso hizo que cayera sobre él, con mi rostro a pocos centímetros del suyo. Dejé de hacerle cosquillas al instante y lo miré a los ojos verdes durante un momento, mirando ensimismada algo que había en ellos. Pasado ese rato, parpadeé, volví en mí y me sonrojé bastante, dándome cuenta de que nuestros espacios personales habían sido atravesados por el otro. Fruncí el ceño y me separé rápidamente, incómoda. Me arrastré a gatas hacia la pared, donde había dejado mi mochila para saar algo de comer.
¿Qué había sido eso?, pensé, aún con la sensación ardiente del sonrojo en mi rostro. Solo le había hecho cosquillas, y luego me había perdido sin querer en los colores y motitas de sus iris... pero, ¿por qué?
De repente, Masaru tiró de mi brazo, y eso hizo que cayera sobre él, con mi rostro a pocos centímetros del suyo. Dejé de hacerle cosquillas al instante y lo miré a los ojos verdes durante un momento, mirando ensimismada algo que había en ellos. Pasado ese rato, parpadeé, volví en mí y me sonrojé bastante, dándome cuenta de que nuestros espacios personales habían sido atravesados por el otro. Fruncí el ceño y me separé rápidamente, incómoda. Me arrastré a gatas hacia la pared, donde había dejado mi mochila para saar algo de comer.
¿Qué había sido eso?, pensé, aún con la sensación ardiente del sonrojo en mi rostro. Solo le había hecho cosquillas, y luego me había perdido sin querer en los colores y motitas de sus iris... pero, ¿por qué?
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Se quedó embobada mirándome de muy cerca y me perdí en su mirada, ya lo había hecho antes pero en ese momento fue distinto, de cerca, parecía hipnotizado por sus ojos y cuando parpadeó y se separó sonrojada me sentí más avergonzado aún. Noté como se iba a gatas a la pared a por su mochila y sin saber por qué quise gritarle que no fuera a ningún lado y se quedara conmigo. ¿No lo sabía o sí? De cualquier manera me incorporé un poco, sentándome en el centro de aquella cueva peinándome mientras suspiraba en silencio... Un momento bastante "extraño".
Recordé por un momento el "malentendido" que tuvimos cuando me preguntó que porqué le ayudaba cuando apenas nos conocimos, cuando sonrió, imaginándose algo en su cabeza. Lo recordé y me sonrojé aún un poco más. ¿Y si llevaba razón? Daba igual, ahora no iba a pensar en eso, demasiada tensión en el ambiente, me acerqué a dónde ella estaba y sin saber que hacer le dije.
»● Masaru: Lo siento, de veras, me resbalé con el hielo, no sé qué ha pasado...
Intenté excusarme de alguna forma y a modo de disculpas apoyé mi mano en su hombro con la intención de que se girara y me mirara. Demasiado "bochorno" me causaba todo esto como para hablarle a una espalda.
Recordé por un momento el "malentendido" que tuvimos cuando me preguntó que porqué le ayudaba cuando apenas nos conocimos, cuando sonrió, imaginándose algo en su cabeza. Lo recordé y me sonrojé aún un poco más. ¿Y si llevaba razón? Daba igual, ahora no iba a pensar en eso, demasiada tensión en el ambiente, me acerqué a dónde ella estaba y sin saber que hacer le dije.
»● Masaru: Lo siento, de veras, me resbalé con el hielo, no sé qué ha pasado...
Intenté excusarme de alguna forma y a modo de disculpas apoyé mi mano en su hombro con la intención de que se girara y me mirara. Demasiado "bochorno" me causaba todo esto como para hablarle a una espalda.
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
El también parecía avergonzado, pero ¿por qué? Tan solo habíamos quedado uno encima del otro por accidente, nada más.
<< Pobrecita... >>-escuché a Aeirmon en mi mente << ¿Quién iba a decir que...? >>
- Cállate-susurré, pero entonces me di cuenta de que Masaru estaba a mi lado, poniéndome una mano en el hombro. Lo miré y aclaré-. Perdona, no iba para tí...
Aeirmon se rió en mi mente, y yo la maldije interiormente por su comportamiento. No sabía que me pasaba, pero ella sí, y no hacía nada más que lanzarme indirectas y reirse de mí, de que fuera tan tonta como para no darme cuenta.¿Es que no podía explicármelo de manera facil? Noo, era mejor callárselo y hacerme sufrir. Maldita Aeirmon.
Inspiré hondo y cogí una bolsa de patatas. Me senté con la espalda apoyada en la pared y la abrí.
- No pasa nada...-le respondí, y le tendí la bolsa-. ¿Quieres?
Me envolví en la manta, pues después de aquel entrenamiento empezaba ya a hacer frío de nuevo.
<< Pobrecita... >>-escuché a Aeirmon en mi mente << ¿Quién iba a decir que...? >>
- Cállate-susurré, pero entonces me di cuenta de que Masaru estaba a mi lado, poniéndome una mano en el hombro. Lo miré y aclaré-. Perdona, no iba para tí...
Aeirmon se rió en mi mente, y yo la maldije interiormente por su comportamiento. No sabía que me pasaba, pero ella sí, y no hacía nada más que lanzarme indirectas y reirse de mí, de que fuera tan tonta como para no darme cuenta.¿Es que no podía explicármelo de manera facil? Noo, era mejor callárselo y hacerme sufrir. Maldita Aeirmon.
Inspiré hondo y cogí una bolsa de patatas. Me senté con la espalda apoyada en la pared y la abrí.
- No pasa nada...-le respondí, y le tendí la bolsa-. ¿Quieres?
Me envolví en la manta, pues después de aquel entrenamiento empezaba ya a hacer frío de nuevo.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Le miré ladeando la cabeza, no comprendí en un principio porqué "me" mandó a callar por lo bajini y luego pidió disculpas, en fin, no quise darle importancia a ello, pero si a su comportamiento, dejaba de ser fría, dejaba de mirarme con recelo, dejaba de tratarme como a un apestado, por muy duro que suene, antes era así y ahora parecía que no, ¿Habría cambiado al fin? ¿O era por mí? En fin, de un momento a otro me ví ante una oferta de unas apetecibles patatas, sin decir nada cogí un par de patatas, no tenía mucha hambre y comí una, la otra la mantuve en la mano y cuando no se dió cuenta se la tiré a la cara, bromeando.
»● Masaru: Uups, se me ha caído...
Dije haciéndome el loco sonriendo ampliamente, rompiendo la tensión del momento anterior burlándome nuevamente de ella.
»● Masaru: Uups, se me ha caído...
Dije haciéndome el loco sonriendo ampliamente, rompiendo la tensión del momento anterior burlándome nuevamente de ella.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Comí patatas con ganas. La barriga me sonaba, y no porque tuviera hambre yo, no. Mi pequeño inquilino me exigía comida, y debía darsela para que dejaran de sonarme las tripas. Me llevé un puñado a la boca, mirando al frente de forma distraida. Me sobresalté levemente cuando noté la patata contra mi mejilla, y miré a Masaru a los ojos, levantando una ceja ante su expresión tan risueña.
- ¿Ah, si? Pues que torpe, ¿no?-sonreí, cogí la patata y me la comí-.Ale, pa' mi.
Le miré de manera arrogante, aún sonriendo mientras masticaba con la boca cerrada. Algo así como una mueca burlona para chincharle. Olvidando ya las advertencias de Aeir.
- ¿Ah, si? Pues que torpe, ¿no?-sonreí, cogí la patata y me la comí-.Ale, pa' mi.
Le miré de manera arrogante, aún sonriendo mientras masticaba con la boca cerrada. Algo así como una mueca burlona para chincharle. Olvidando ya las advertencias de Aeir.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me senté junto a ella pegado a la pared, ignorando con un gesto de chulería fingida su gesto interrogante. Sonreí un instante y empecé a acusar el frío de aquella cueva, miré un momento al frente y luego miré como le quedaba mi uniforme del DATS y dí un golpe con el dedo en la placa de la solapa sonriendo.
»● Masaru: Espero que estés cómoda y calentita, eh...
Dije con retintín quejoso bromeando mientras me cruzaba de brazos sonriéndole. El frío no me parecía tan grave, era más bien un pretexto con el que seguir hablando, pese a que, probablemente era el frío más seco y extremo que había pasado nunca.
»● Masaru: Espero que estés cómoda y calentita, eh...
Dije con retintín quejoso bromeando mientras me cruzaba de brazos sonriéndole. El frío no me parecía tan grave, era más bien un pretexto con el que seguir hablando, pese a que, probablemente era el frío más seco y extremo que había pasado nunca.
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Miré sin un solo comentario como daba con un dedo en la plaquita de su propia chaqueta, y me dí cuenta de que aún la llevaba yo. Estaba sentado a mi lado, y pude ver facilmente la piel desnuda de sus brazos, de gallina y con los pelitos en punta. Y supe que el frío también le malostaba a él, puesto que yo aún con la manta tapándome sentía que un poco de calor en esos momentos no vendría mal. No podía engañarme.
Suspiré y miré hacia delante, pensando en lo que había pasado hacía unos momentos. Me sonrojé de nuevo al recordarlo y sacudí la cabeza. Luego miré de reojo a Masaru y levanté la manta.
- Ehm... venga, entra.-murmuré desviando la mirada, avergonzada, tratando de que no viera mi sonrojo.
No es que el me importe, me dije, solo es que él me salvo antes y... todo eso.
Suspiré y miré hacia delante, pensando en lo que había pasado hacía unos momentos. Me sonrojé de nuevo al recordarlo y sacudí la cabeza. Luego miré de reojo a Masaru y levanté la manta.
- Ehm... venga, entra.-murmuré desviando la mirada, avergonzada, tratando de que no viera mi sonrojo.
No es que el me importe, me dije, solo es que él me salvo antes y... todo eso.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Sonreí un instante y me tapé "entrando" a la manta. Quedamos juntos, brazo junto a brazo y apenas la miré un instante cuando agarré la manta. No entendí porque miraba al otro lado pero no quise darle importancia, en comparación con días anteriores esa chica parecía totalmente distinta, se comportaba de otra forma conmigo, no es la misma que me contestaba a manotazos y gopes secos, era otra Zayyn... Me gustaba esta Zayyn.
No quise abusar de la manta, era su manta, no le había pedido espacio y aún así me lo concedió, me sentía invitado en casa ajena, no quería molestarla más, y entonces me volvió a la cabeza sus ojos tan de cerca y se me hizo un nudo en la garganta, me puse tenso y me pegué a la pared, aún a su lado. Miré sus cabellos, rojos, como el fuego, me encantaban.
»● Masaru: Pelirroja... -Esperé respuesta, una mirada, cualquier cosa.-
No quise abusar de la manta, era su manta, no le había pedido espacio y aún así me lo concedió, me sentía invitado en casa ajena, no quería molestarla más, y entonces me volvió a la cabeza sus ojos tan de cerca y se me hizo un nudo en la garganta, me puse tenso y me pegué a la pared, aún a su lado. Miré sus cabellos, rojos, como el fuego, me encantaban.
»● Masaru: Pelirroja... -Esperé respuesta, una mirada, cualquier cosa.-
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Se metió bajo la manta, a mi lado, y con nuestros brazos tocándose. Fue un contacto extraño, pues yo solía odiar el contacto físico. Pero esta vez era diferente, era cálido, me agradaba. Y lo peor es que aún no sabía el por qué. No intenté separarme, estaba bien en esa posición y si nos separábamos iba a ser como si me faltara algo, como si le necesitara...
Parpadeé varias veces, dándome cuenta de lo que estaba pensando. ¿En qué momento había empezado todo aquello? ¿Qué me estaba sucediendo? ¿Y por qué?
Estaba pensando en eso, en lo otro y en aquello cuando Masaru me llamó. Me volví a mirarle a los ojos, porque había notado algo raro en su tono de voz.
- ¿Qué pasa?
Parpadeé varias veces, dándome cuenta de lo que estaba pensando. ¿En qué momento había empezado todo aquello? ¿Qué me estaba sucediendo? ¿Y por qué?
Estaba pensando en eso, en lo otro y en aquello cuando Masaru me llamó. Me volví a mirarle a los ojos, porque había notado algo raro en su tono de voz.
- ¿Qué pasa?
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Fueron los segundos más largos que recuerdo. La noté distante y como no respondía a como le llamaba y el corazón se me encogió en un puño, lo ví todo a cámara lenta y cuando finalmente se giró no me lo pensé, me acerqué a ella y la besé.
La besé en los labios, algo me incitó a ello, como si alguien me estuviera empujando. Un impulso y se paró el tiempo, apenas fue un par de segundos y sentí como el tiempo se paraba, como cada movimiento era eterno para después avanzar a la velocidad de la luz.
Apenas me separé de ella un centimetro para abrir los ojos y observar su respuesta totalmente avergonzado. Me encantaba aquella chica y era algo a lo que me veía obligado hacer.
La besé en los labios, algo me incitó a ello, como si alguien me estuviera empujando. Un impulso y se paró el tiempo, apenas fue un par de segundos y sentí como el tiempo se paraba, como cada movimiento era eterno para después avanzar a la velocidad de la luz.
Apenas me separé de ella un centimetro para abrir los ojos y observar su respuesta totalmente avergonzado. Me encantaba aquella chica y era algo a lo que me veía obligado hacer.
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Se me paró el corazón en cuanto me besó. No me había esperado que hiciera eso, para nada, y por eso abrí los ojos completamente, sin corresponder. Claramente mi piel era del mismo tono que mi pelo. No hice nada, no dije nada, establa completamente bloqueada.
Nunca me habían besado. En ningún lado. Y que el primer beso que tuviera fuera en los labios me dejó aún más anonadada. En otro momento, le hubiese gritado a Masaru, le hubiese golpeado, y quizá hubiese intentado matarle. Pero no hice ninguna de esas tres cosas. Y no sabía por qué.
Le miré a los ojos, asustada y nerviosa. Mi corazón palpitaba como si fuera a salirseme del pecho, y sospechaba que lo haría si me quedaba quieta y no decía nada.
- ¿Qué me has...?-ni siquiera podía decir nada coherente, maldita sea-. ¿Qué... me has hecho?
Inspiré hondo varias veces, tratando de calmarme. Busqué algo en lo que mirar para poder tranquilizarme, pero lo único reconfortante que vi fueron sus ojos.
Nunca me habían besado. En ningún lado. Y que el primer beso que tuviera fuera en los labios me dejó aún más anonadada. En otro momento, le hubiese gritado a Masaru, le hubiese golpeado, y quizá hubiese intentado matarle. Pero no hice ninguna de esas tres cosas. Y no sabía por qué.
Le miré a los ojos, asustada y nerviosa. Mi corazón palpitaba como si fuera a salirseme del pecho, y sospechaba que lo haría si me quedaba quieta y no decía nada.
- ¿Qué me has...?-ni siquiera podía decir nada coherente, maldita sea-. ¿Qué... me has hecho?
Inspiré hondo varias veces, tratando de calmarme. Busqué algo en lo que mirar para poder tranquilizarme, pero lo único reconfortante que vi fueron sus ojos.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
»● Masaru: Lo que llevaba deseando hacer desde que te ví por primera vez en el puerto...
Dije con una valentía y seguridad que llegó a asustarme a mí mismo. Pensé que iba a titubear después de aquello, pensé que no iba a saber que decir pero el hecho de que aún me mirara a los ojos me dió más fuerza y seguridad que mil victorias seguidas en combate.
La noté avergonzada y sonrojada, sonreí, porque sabía que si no se hubiera quedado mirándome estaría mucho peor que ella e intentando tranquilizarla aparté su flequillo que ocultaba su rostro, con el dorso de mi mano, para dejar su cara al descubierto y seguidamente acariciarle la mejilla y apoyar mi mano en su hombro.
Todo aquello me resultaba muy extraño, esa seguridad me resultaba rara, me mantenía bajo algún tipo de hechizo o control de algún tipo... Nunca se me hubiera ocurrido hacer algo así, menos por alguien que en otro momento me hubiera llenado el craneo de balas... Y sin embargo lo estaba haciendo.
Dije con una valentía y seguridad que llegó a asustarme a mí mismo. Pensé que iba a titubear después de aquello, pensé que no iba a saber que decir pero el hecho de que aún me mirara a los ojos me dió más fuerza y seguridad que mil victorias seguidas en combate.
La noté avergonzada y sonrojada, sonreí, porque sabía que si no se hubiera quedado mirándome estaría mucho peor que ella e intentando tranquilizarla aparté su flequillo que ocultaba su rostro, con el dorso de mi mano, para dejar su cara al descubierto y seguidamente acariciarle la mejilla y apoyar mi mano en su hombro.
Todo aquello me resultaba muy extraño, esa seguridad me resultaba rara, me mantenía bajo algún tipo de hechizo o control de algún tipo... Nunca se me hubiera ocurrido hacer algo así, menos por alguien que en otro momento me hubiera llenado el craneo de balas... Y sin embargo lo estaba haciendo.
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me habló, pero ni puñetera idea de qué fue lo que me dijo. No le prestaba atención. Estaba perdida en sus ojos, y cuando me apartó el flequillo del rostro para posteriormente acariciarme la mejilla, sentí un escalofrío, que no traté de esconder. Mi mente era un sin fin de pensamientos e imágenes que me desbordaban. Por un momento estuve a punto de gritar al no poner soportarlos.
Cerré los ojos mientras su mano continuaba rozándome la piel y suspiré. Ahora sabía aquello que Aeirmon no había querido decirme. Hacía tiempo que lo había ignorado, pero durante todo ese período, y más desde la muerte de Alyria, había necesitado a alguien a mi lado, alguien que no fuera mi propio compañero digimon. Alguien que me apreciara tal como era, sin pestes ni insultos, y alguien que tratara de ayudarme.
<< Pero es un humano... ¿vas a irte con un humano? - Susurró Aeirmon, molestándome- Lo de Vice estaba justificado, era un semejante tuyo, pero ¿y esto? >>
<< Alyria también era humana, no me jodas. >>
Ahí Aeirmon tuvo que callarse, pues sabía que en eso yo tenía razón. Inspiré hondo y miré a Masaru a los ojos, preparándome para probar una cosa.
- He hecho cosas horribles, mucho peores que lo del tío del descampado... y no siento remordimientos. ¿Aún así puedes estar enamorado de alguien como yo?
Seguía sonrojada, pero lo miraba fijamente, atenta a cualquier atisbo de duda o emoción que me hiciesen comprender que no podía fiarme de él. Porque si entonces, despues de confesarle aquello aún dudaba, significaba que no me quería tanto como decía.
Cerré los ojos mientras su mano continuaba rozándome la piel y suspiré. Ahora sabía aquello que Aeirmon no había querido decirme. Hacía tiempo que lo había ignorado, pero durante todo ese período, y más desde la muerte de Alyria, había necesitado a alguien a mi lado, alguien que no fuera mi propio compañero digimon. Alguien que me apreciara tal como era, sin pestes ni insultos, y alguien que tratara de ayudarme.
<< Pero es un humano... ¿vas a irte con un humano? - Susurró Aeirmon, molestándome- Lo de Vice estaba justificado, era un semejante tuyo, pero ¿y esto? >>
<< Alyria también era humana, no me jodas. >>
Ahí Aeirmon tuvo que callarse, pues sabía que en eso yo tenía razón. Inspiré hondo y miré a Masaru a los ojos, preparándome para probar una cosa.
- He hecho cosas horribles, mucho peores que lo del tío del descampado... y no siento remordimientos. ¿Aún así puedes estar enamorado de alguien como yo?
Seguía sonrojada, pero lo miraba fijamente, atenta a cualquier atisbo de duda o emoción que me hiciesen comprender que no podía fiarme de él. Porque si entonces, despues de confesarle aquello aún dudaba, significaba que no me quería tanto como decía.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Sonreí y me mordí el labio, no era duda, era impotencia de que parecía que aquella chica no se daba cuenta de nada. Negué con la cabeza un instante y sin pensármelo dos veces le dije.
»● Masaru: Creo que no te ha quedado claro antes...
Me volví a acercar a ella, esta vez con más rapidez, esta vez más decidido, más directo aún, y la besé, la besé en los labios de nuevo y de nuevo, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Eché mi cuerpo hacia delante haciendo que ambos quedaramos tumbados y tuve cuidado en que no se golpeara la cabeza apoyando mi mano tras ella, sin despegarme un centimetro de ella.
Al caer al suelo abri de nuevo los ojos y la miré arqueando ambas cejas al mismo tiempo, quedé con los brazos semiflexionados de forma que no quedaba sobre ella apoyada, pero si en suspensión a escasa distancia, de forma que podía notar su aliento de cerca al respirar. Le miré algo vacilante y dije:
»● Masaru: ¿Me lo preguntas otra vez?
»● Masaru: Creo que no te ha quedado claro antes...
Me volví a acercar a ella, esta vez con más rapidez, esta vez más decidido, más directo aún, y la besé, la besé en los labios de nuevo y de nuevo, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Eché mi cuerpo hacia delante haciendo que ambos quedaramos tumbados y tuve cuidado en que no se golpeara la cabeza apoyando mi mano tras ella, sin despegarme un centimetro de ella.
Al caer al suelo abri de nuevo los ojos y la miré arqueando ambas cejas al mismo tiempo, quedé con los brazos semiflexionados de forma que no quedaba sobre ella apoyada, pero si en suspensión a escasa distancia, de forma que podía notar su aliento de cerca al respirar. Le miré algo vacilante y dije:
»● Masaru: ¿Me lo preguntas otra vez?
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Pasó mi prueba. No dudoó No renegó de mí. Sonrió y me volvió a besar, más rápidamente. En esa ocasión correspondí, sonriéndo, y al tiempo que me empujaba contra el suelo llevé una mano a su pelo, acariciándolo y escondiendo los dedos entre sus mechones castaños. Observé todos sus rasgos faciales: sus ojos, su nariz su sonrisa... todo ello me hacían querer mirarlo más, conocer cada parte de su rostro. Me dejé colocar en el suelo, y lo miré divertida cuando arqueó las cejas. Le dejé hablar, pero después tiré de él para volverlo a besar. No quería separarme de él, me encontraba a gusto cerca suyo, quería descargar todo lo que me había aguantado durante tanto tiempo. Se me creó un nudo en la garganta al recordar todo lo que había sufrido, pero trate de soportarlo. Me separé y lo miré, aún debajo de él.
- No... nada más que decir, señor agente...-respondí, y lo volví a besar, pasando las manos por su espalda y abrazándolo hacia mí.
- No... nada más que decir, señor agente...-respondí, y lo volví a besar, pasando las manos por su espalda y abrazándolo hacia mí.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Me dejé hacer, me dejé besar, sentí que quería que fuese suyo y no pensaba impedírselo. Me dejé hacer, me sentía feliz, era paradógico que me llegara la felicidad en la más oscura prisión de hielo, pero me daba igual, era ajeno a todo ello. Era ajeno incluso al frío, se había ido totalmente de mi cuerpo, ahora era puro fuego y todo el apetito que tenía solo lo iba a saciar su boca, su lengua.
La besé con una pasión enrabietada, como queriendo soltar todo lo que tenía dentro, todo lo que quisiera haberle dicho y ella no me dejaba. Enterré mis manos bajo su espalda, acercándola de la misma forma hacia mí, ahora era yo quien quería poseerla, que fuera solo para mí.
Estabamos solos ella y yo y de irónica forma lo único que quería era arrancarle mi propio uniforme, ¿Tal vez demasiado pronto? No importaba, no tenía prisa por esperar, el premio merecía la pena. Me separé un momento, apoyando mi frente en la suya, mirándole a los ojos directamente, hipnotizado, notando su respiración entrecortada.
»● Masaru: No sabes como deseaba esto...
Dije mientras entrelazaba mis dedos con los suyos, y con las manos unidas las situé por encima de su cabeza, quería que viera de forma metafórica como, en mi presencia, podía desprotegerse y mantenerse igual de segura. La besé de nuevo, buscando su lengua, que me mantuviera vivo, aunque no me hubiera importado morir en ese mismo instante atrapado por ella.
La besé con una pasión enrabietada, como queriendo soltar todo lo que tenía dentro, todo lo que quisiera haberle dicho y ella no me dejaba. Enterré mis manos bajo su espalda, acercándola de la misma forma hacia mí, ahora era yo quien quería poseerla, que fuera solo para mí.
Estabamos solos ella y yo y de irónica forma lo único que quería era arrancarle mi propio uniforme, ¿Tal vez demasiado pronto? No importaba, no tenía prisa por esperar, el premio merecía la pena. Me separé un momento, apoyando mi frente en la suya, mirándole a los ojos directamente, hipnotizado, notando su respiración entrecortada.
»● Masaru: No sabes como deseaba esto...
Dije mientras entrelazaba mis dedos con los suyos, y con las manos unidas las situé por encima de su cabeza, quería que viera de forma metafórica como, en mi presencia, podía desprotegerse y mantenerse igual de segura. La besé de nuevo, buscando su lengua, que me mantuviera vivo, aunque no me hubiera importado morir en ese mismo instante atrapado por ella.
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Se separó de mí, y protesté mirandole con el ceño fruncido. Se me quedó mirando y me incorporé también con un suspiro, quedándome sentada en el suelo. La claustrofobia parecía haberse ido de momento, la había olvidado temporalmente. Tal vez le tenía miedo a los sitios cerrados por la dificultad que tenía de relacionarme con los demás. Y como ya me estaba relacionando con aquel chico, no.tenía miedo a quedarme encerrada, porque él estaba conmigo.
Nuestras frentes estaban juntas, y eso hacía que me perdiera más aún en sus ojos, aprendiéndome cada línea, cada color, cada motita. Sonreí ante sus palabras con una débil sonrisa, mientras nuestros dedos se entrecruzaban. Me besó otra vez ansiosa y apasionadamente, y yo correspondí, bebiendo de él y buscando su lengua con la mía para unirlas en un abrazo.
Tras un rato correspondiéndole, me separé y le abracé, llevada por una necesidad de cercanía que no había experimentado nunca.
- Gracias.
Me quedé abrazándole un buen rato, aunque no supe cuando. Me dí cuenta de que me resultaba agradable abrazar, a pesar de que me resultaba algo lejano.
Nuestras frentes estaban juntas, y eso hacía que me perdiera más aún en sus ojos, aprendiéndome cada línea, cada color, cada motita. Sonreí ante sus palabras con una débil sonrisa, mientras nuestros dedos se entrecruzaban. Me besó otra vez ansiosa y apasionadamente, y yo correspondí, bebiendo de él y buscando su lengua con la mía para unirlas en un abrazo.
Tras un rato correspondiéndole, me separé y le abracé, llevada por una necesidad de cercanía que no había experimentado nunca.
- Gracias.
Me quedé abrazándole un buen rato, aunque no supe cuando. Me dí cuenta de que me resultaba agradable abrazar, a pesar de que me resultaba algo lejano.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
¿"Gracias"? ¿¡GRACIAS!? Sonreí con un gesto de extrañío demasiado expresivo. La miré algo exaltado mientras sentí el calor de su abrazo y sin dejar pasar un segundo le dije:
»● Masaru: ¿Me das las gracias por dejarme ser feliz? Pues denada pues, encantado de que no te deba nada por ello...
Sonreí bromeando y me dejé caer en el suelo, con ella abrazándome sobre mí, estaba tan agusto que no quería ni estar sentado, quería la comodidad máxima en ese momento de vital felicidad. Quedaba abrazada a mí, con fuerza, no quería soltarme, y la abracé por las caderas situándola cómoda sobre mí, la besé en la cabeza y apoyé mi cabeza en su pelo rojo. Solo quería hacerme a la idea del olor de su pelo, que se convirtiera en algo normal, el tacto de su piel, el ritmo de su respiración sobre mí... ¡Al carajo la cueva, la prisión de hielo y el frío! No podía estar más gozoso que en ese momento.
»● Masaru: ¿Me das las gracias por dejarme ser feliz? Pues denada pues, encantado de que no te deba nada por ello...
Sonreí bromeando y me dejé caer en el suelo, con ella abrazándome sobre mí, estaba tan agusto que no quería ni estar sentado, quería la comodidad máxima en ese momento de vital felicidad. Quedaba abrazada a mí, con fuerza, no quería soltarme, y la abracé por las caderas situándola cómoda sobre mí, la besé en la cabeza y apoyé mi cabeza en su pelo rojo. Solo quería hacerme a la idea del olor de su pelo, que se convirtiera en algo normal, el tacto de su piel, el ritmo de su respiración sobre mí... ¡Al carajo la cueva, la prisión de hielo y el frío! No podía estar más gozoso que en ese momento.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Sonreí, aun abrazada a él, y lancé un leve resoplido. Giré la cabeza y le besé detrás de la oreja, preguntándome cuando había pasado de ser alguien reacio a abrazar a alguien que quería tener a Masaru cerca suyo. Me pregunté también si debía preocuparme por este cambio.
Se tumbó en el suelo, quedando yo encima de nuevo. Lo miré a los ojos, sonreí y apoyé la cabeza sobre su pecho. Exhalé un suspiro y cerré los ojos, disfrutando de aquel contacto y deseando que no terminara nunca.
Y al rato me dormí, aunque no suoe cuando. El cuerpo de Masaru me pareció la mejor cama donde descansar y el mejor peluche al que abrazar. Mi respiración se hizo más lenta y tranquila. Probablemente no me despertaría hasta un rato después, aunque la sobrisa que llevaba en mi rostro no desaparecería.
Se tumbó en el suelo, quedando yo encima de nuevo. Lo miré a los ojos, sonreí y apoyé la cabeza sobre su pecho. Exhalé un suspiro y cerré los ojos, disfrutando de aquel contacto y deseando que no terminara nunca.
Y al rato me dormí, aunque no suoe cuando. El cuerpo de Masaru me pareció la mejor cama donde descansar y el mejor peluche al que abrazar. Mi respiración se hizo más lenta y tranquila. Probablemente no me despertaría hasta un rato después, aunque la sobrisa que llevaba en mi rostro no desaparecería.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Noté como, sin soltarse, quedó dormida sobre mi pecho. Jugué con su pelo, acariciándolo entre mis dedos, era increiblemente suave, me parecía irreal... Todo me parecía irreal, no me terminaba de creer todo aquello y no recordaba mejor momento en toda mi vida. Quise aprenderme de memoria al tacto todo su cuerpo, todo centímetro de su piel quería tatuármelo en las manos pero me parecía impensable turbar su sueño... La cara dulce de la bestia que había conocido hasta antes de caer en aquella cueva, aquél momento era perfecto... Aquella chica era perfecta.
»● Masaru: Te quiero, pelirroja...
Dije y me coloqué las manos por detrás de la cabeza a modo de almohada, pensé en mil y una cosas, tragué techo durante un gran rato, en como el destino nos había puesto allí, en como todo cambió en cuestión de horas. Bendito Ikkakumon que rompió el hielo, bendito acto de valía cuando me lancé a intentar salvarla, y cuando cayó encima mía.
Estaba cansado y preferí dormir, reservar energías, el día siguiente podía ser tal vez el último y necesitabamos estar descansados si queriamos sobrevivir... Apoyé poco después mis manos sobre ella, de forma protectora, arropándola con la manta que tan a mano quedaba. Poco después me dormí.
»● Masaru: Te quiero, pelirroja...
Dije y me coloqué las manos por detrás de la cabeza a modo de almohada, pensé en mil y una cosas, tragué techo durante un gran rato, en como el destino nos había puesto allí, en como todo cambió en cuestión de horas. Bendito Ikkakumon que rompió el hielo, bendito acto de valía cuando me lancé a intentar salvarla, y cuando cayó encima mía.
Estaba cansado y preferí dormir, reservar energías, el día siguiente podía ser tal vez el último y necesitabamos estar descansados si queriamos sobrevivir... Apoyé poco después mis manos sobre ella, de forma protectora, arropándola con la manta que tan a mano quedaba. Poco después me dormí.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Un gato. Si, eso es con lo que soñé. Con un gato enorme... aunque luego me dí cuenta de que no era exactamente un gato, sino una leona, roja, enorme y feroz, que se abría paso a través de las llamas, como si estas tuvieran que obedecerla.
Me desperté de golpe unas horas más tarde, sorprendida, y recordando una cosa. Claro, ¿cómo demonios no se me había ocurrido antes? Me levanté, recordando que estaba sobre Masaru, y rodé hacia un lado. Después le moví un poco para que despertara.
- Ne, despierta...-susurré
Tras cerciorarme de que despertaba me separé de él e hice uso del digivice.
- Biohybrid digivolves to...Doitainmon
Ahora sí. La leona roja ya estaba allí, y gracias a su elemento pasaría a través del hielo. Me acerqué trotando y con ánimo a la pared de hielo, y cuando estaba a un metro de ella comencé a concentrar una bola de fuego en mis fauces.
- Howl Pride.
Me desperté de golpe unas horas más tarde, sorprendida, y recordando una cosa. Claro, ¿cómo demonios no se me había ocurrido antes? Me levanté, recordando que estaba sobre Masaru, y rodé hacia un lado. Después le moví un poco para que despertara.
- Ne, despierta...-susurré
Tras cerciorarme de que despertaba me separé de él e hice uso del digivice.
- Biohybrid digivolves to...Doitainmon
Ahora sí. La leona roja ya estaba allí, y gracias a su elemento pasaría a través del hielo. Me acerqué trotando y con ánimo a la pared de hielo, y cuando estaba a un metro de ella comencé a concentrar una bola de fuego en mis fauces.
- Howl Pride.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
"Despierta..." Y la dulzura se hizo susurro. Me despertó y me desperecé estirándome en el sitio mientras bostezaba al espabilarme poco a poco. Entreabrí los ojos y ví como Digievolucionaba derrepente en una especie de leona de fuego. Quedé un tanto asombrado, tal vez por encontrarme recién despertado, tal vez por su repentina actuación. Me levanté y mientras me peinaba un poco con la mano le dijé.
»● Masaru: ¿Desde bien temprano ya estamos dando por culo? -Dije con brusquedad bromeando con ella- Así que, una leona de fuego, ¿eh?
Me puse en pie y, previendo la acción, di un par de saltos y patadas al aire entrando en calor. Me puse bien la ropa, recogí mi Digivice y la mochila de Zayyn, metiendo todo dentro. La agarré echándomela al hombro, como si fuera mía y, observando a Doitainmon atacar a la pared, esperé el momento en el que abriera la grieta y entonces comenzar la huida, antes de que el techo pudiera venirse abajo.
»● Masaru: ¿Desde bien temprano ya estamos dando por culo? -Dije con brusquedad bromeando con ella- Así que, una leona de fuego, ¿eh?
Me puse en pie y, previendo la acción, di un par de saltos y patadas al aire entrando en calor. Me puse bien la ropa, recogí mi Digivice y la mochila de Zayyn, metiendo todo dentro. La agarré echándomela al hombro, como si fuera mía y, observando a Doitainmon atacar a la pared, esperé el momento en el que abriera la grieta y entonces comenzar la huida, antes de que el techo pudiera venirse abajo.
Masaru Daimon
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Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
La bola de fuego se formó en mi boca, pero decidí no lanzarla, sino acercarla al hielo para derretirlo e ir haciendo un pequeño túnel. Puse empeño en calentar al máximo la esfera ígnea, para que el hielo tardara menos en hacerse agua. Mientras trabajaba, sonreíante su comentario.
- Si te diera por culo no estarías tan contento.-gruñí, riendo.
Poco a poco el hielo iba dejándonos paso, transformándose en un caminito hacia la libertad. Incliné la cabeza para que el tunel se elevara para arriba y que así fuera más sencillo. Pasado un rato disolví el fuego, y cerré el hocico un poco para que no se entumeciera.
- ¿Es lo suficientemente grande?-inquirí, aunque sabía su respuesta. Mi cuerpo en esos momentos era igual de alto que él, y no quería imaginar a que altura llegaría si me pusiera a cuatro patas.
- Si te diera por culo no estarías tan contento.-gruñí, riendo.
Poco a poco el hielo iba dejándonos paso, transformándose en un caminito hacia la libertad. Incliné la cabeza para que el tunel se elevara para arriba y que así fuera más sencillo. Pasado un rato disolví el fuego, y cerré el hocico un poco para que no se entumeciera.
- ¿Es lo suficientemente grande?-inquirí, aunque sabía su respuesta. Mi cuerpo en esos momentos era igual de alto que él, y no quería imaginar a que altura llegaría si me pusiera a cuatro patas.
Re: Maldita claustrofobia... ¡Sacadme de aquí, YA!
Observé como abrió el tunel a fuego lento, nunca mejor dicho y como poco a poco cada vez estabamos más cerca de ser libres al fin. Me acercaba con cuidado de no caer a ella a medida que avanzaba en su "escapismo" de la prisión de hielo que nos había albergado en aquella mágica noche que no olvidaría en mi vida. Miré hacia atrás una última vez antes de entrar al tunel recién construido y contesté a su comentario.
»● Masaru: Lo suficiente para no tener que ir a gatas con cuidado de no descabezarme -Acaricié su lomo caminando a su lado- Ahora creo que tenemos que darnos prisa, no sabemos que les ha podido pasar a Black y a Agumon.
Golpeé suavemente su lomo para que acelerara el paso mientras empecé a correr con cuidado por el hielo intentando escapar de aquella prisión, a tiempo que nos lanzabamos en la busca de nuestros compañeros Digimon.
»● Masaru: Lo suficiente para no tener que ir a gatas con cuidado de no descabezarme -Acaricié su lomo caminando a su lado- Ahora creo que tenemos que darnos prisa, no sabemos que les ha podido pasar a Black y a Agumon.
Golpeé suavemente su lomo para que acelerara el paso mientras empecé a correr con cuidado por el hielo intentando escapar de aquella prisión, a tiempo que nos lanzabamos en la busca de nuestros compañeros Digimon.
Masaru Daimon
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