Tarde de chicas.

Era mediodía, y tras haber comido, Zayyn se había separado de Impmon. El digimon morado se fue a entrenar, para ver si así conseguía de una vez llegar a la etapa mega. La chica por el contrario, se encontraba algo cansada, así que se tumbo a la sombra de un árbol y se durmió.

Se estaba muy bien, no hacía ni demasiado calor, ni demasiado frío. Era la temperatura perfecta, y la chica parecía cómoda ahí, dado que no despertaba. O eso, o realmente estaba cansada.

Alyria se encontraba tirada bajo un árbol, con una actitud de absoluto desinterés. Estaba cansada por todo lo que la había pasado y se encontraba muy a gusto bajo la sombra del árbol, tanto que aunque fuera el fin del mundo se negaba a moverse.

Labra estaba a su lado, su respiración era extremadamente lenta, lo cual demostraba que dormía de manera muy profunda. Probablemente, a menos que le gritara directamente en el oído no despertara.

Sin embargo, tras un tiempo así a la chica le empezó a incomodar tanta calma y quietud. Como si fuera la calma que anunciaba la tempestad; igual que el agua se retiraba de la costa antes de un tsunami. Se levantó de golpe, lo que provocó que se mareara unos segundos y lo viera todo negro. Pero enseguida la visión se le adaptó, y comenzó a dar un pequeño paseo; sin alejarse mucho de su compañero, dado que había digimons salvajes y quizás uno de ellos la atacara.

Zayyn seguía durmiendo. En esos momentos sonreía en sueños, vagando muy lejos de allí. Soñaba con una fábrica de chocolate, y piruletas y... más chocolate. Y ella se bañaba en una piscina de dulces, nadando y chapoteando. Era realmente agradable.

De repente, llovían nubes rosas del cielo, que iban a parar al chocolate. Z se asustó y trató de llegar a la escalerilla, pero, el chocolate era muy denso, y era dificil nadar en él.

Mientras tanto, en el mundo real, la muchacha se movía ligeramente en el suelo, dándose la vuelta.

Alyria se sumió en sus pensamientos. Ese bosque era el primer lugar del digimundo en el que había estado con Labramon... Habían pasado tantas cosas desde entonces, habían conocido a mucha gente, y habían luchado, reído...

Avanzó abstraída, hasta que se tropezó con algo. Un escalón, frente a ella había una especie de ruina. La chica miró la entrada, y decidió que por un vistacito no pasaría nada. A fin de cuentas ¿qué la podría atacar ahí?
Pero se equivocó. Cuando entró a la entrada del templo, se encontró con un digimon que la miró fijamente. Era como un centauro: parte inferior de caballo y un torso humano con sus dos brazos.

Frunció el ceño al verla.
- Nadie debe entrar aquí. Si lo hacen no han de salir con vida.- fue lo único que dijo el extraño digimon.

Pero eso fue suficiente para que la chica se diera la vuelta y saliera corriendo. No sabía qué había hecho, pero si era el guardian de esas ruinas, en cierto sentido era normal que la persiguiera. Se internó en el bosque, seguida por Centarumon. Cada vez se oían el ruido de sus cascos contra el suelo más cerca.

Y la chica se tropezó cayendo al suelo cuan larga era. Miró con que había tropezado y se sorprendió al ver una cabellera rojiza. A su vez Centarumon, se aproximaba velozmente.

En la piscina de chocolate, la chica seguía nadando. La escalerilla estaba cada vez más lejos, a pesar de avanzar hacia ella. De repente, sintió que una sombre se cernía sobre ella y miró hacia arriba. Una enorme nube dulce rosa cayó sobre ella....

Y los sueños de Zayyn se vieron interrumpidos bruscamente, cuando una chica cayó encima suyo, despertándola.

- What the fuck?-dijo, frotándose los ojos al tiempo que soltaba una cadena de improperios en su idioma natal.

Se quitó una mano de la cara y miró, con cabreo, aquello que la había despertado, pero sorprendida, se topó con Alyria.

- ...Tu... ¿qué...?-empezó, pero entonces vió a un Centarumon acercarse al galope hacia ellas y se levantó, transformándose rápidamente en Doitainmon. Con un gruñido se plantó frente a él, a unos metros del digimon con especto de caballo y humano.

Aly se sentó rápidamente en el suelo y observó mejor con quién se había chocado.
- Zayyn- dijo alegre, pero le duró poco al ver que el cuerpo de la chica brillaba y se convertía en una leona.

Cierto, el centauro la seguía persiguiendo. Pero al menos Zayyn podría hacerse cargo de él. Después de eso podría hablar y disculparse por el comportamiento de Labra en Nueva York.

Por su parte Centarumon observó como una leona se interponía entre la humana de pelo azul y él. Se detuvo de golpe y disparó una esfera de energía.
- Hunting cannon

Off:
* Hunting Cannon: Dispara una esfera de energía desde el cañón de su brazo.

Doitainmon gruñó, agarró a Aly de la ropa con los dientes, tirando de ella hacia un lado y apartándolas a ambas del ataque de Cetarumon. Después, soltó a la chica y se volvió hacia su rival. Miró al cielo y soltó un potente aullido. Al instante una bola de fuego comenzó a formarse en sus fauces.

- Howl Pride.

La bola de fuego salió despedida hacia Centarumon.

Aly fue cogida y tirada a un lado, como si de una cria de gato se tratase. Aunque en principio eso no la molestó, dado que era para salvar su cría... Aunque por otro lado, ahora tenía la marca de dientes en su chaqueta de marca.

La leona cargó energía y lanzó una bola de fuego. Centarumon corría hacia ellas, y al ver la bola trató de moverse a la izquierda. Pero tropezó con sus propias patas (?) y cayó al suelo. Fue incinerado en pocos segundos, dejando sus datos volar por el cielo.

- Gracias por salvarme, Z- dijo la peliazul mientras que se tocaba los agujeros causados por los colmillos de Dotainmon en su chaqueta.

Doitainmon cerró los ojos y alargó el cuello hacia donde estaban los datos, para absorberlos. Una vez recogidos, se transformó de nuevo en humana y miró como Aly examinaba su chaqueta.

- Siento lo de tu chaqueta-aunque no era del todo sincera, la verdad es que no le importaba lo más mínimo, pero había que comportarse-Y tú gracias por despertarme-añadió, con una pizca de ironía.

Después miró a su alrededor.

- ¿Estás sola? ¿Dónde está tu perro?

Aly suspiró resignada.
- No pasa nada... Imagino que es peor que te despierten[. Perdoname, pero estaba corriendo por salvar mi vida- dijo sonriente.

Se puso algo tensa cuando la pelirroja le nombró a Labramon.
- Él está durmiendo por algún lugar. No me apetecía despertarle, y decidí a dar un paseo. Por cierto... Siento mucho el comportamiento de Labramon respecto a vosotros. Sé que está mal, y tardaré tiempo en que decida que pueda estar con Impmon, pero no te preocupes, lo conseguiré. - lo dijo convencida de ello, aunque en el fondo no tenía tanta confianza. Entenderá que somos amigas, y contra la amistad tiene poco que hacer. Ya se ve que el universo nos quiere cerca, la probabilidad de que te hubiera encontrado era muy baja si no me hubieran perseguido

Lo cierto es que viendo todos los sucesos, si que parecía que el Universo tenía ganas de que se vieran. Aly nunca iba sola a ninguna parte, y que decidiera dejar a Labra ya de por sí era raro. Aunque también era raro que la pelirroja andara sin su pequeño compañero morado.
- ¿E Imp?

Zayyn desvió la mirada cuando Alyria dijo que eran amigas. La verdad nunca había tenido uno, y no estaba segura de si lo podría tener algún día. Hacía tiempo que había dejado de perseguir a la amistad.

- Impmon está enternando-respondió-. Le falta poco para alcanzar el nivel mega, y cuanto antes lo consiga mejor.

Se estiró un poco y se sentó en la hierba.

- Y lo del otro día... da igual, fue entretenido verlos a ambos como si fueran dos niños... En fin, ¿que hacéis por aquí?

La pelirroja pareció incómoda cuando la de cabello azul dijo lo de amigas. Aly se dió cuenta de eso, pero no dijo nada. Era mejor en estos casos, tampoco quería atosigarla demasiado.

- Pues que tenga mucha suerte. Lo cierto es que me gustaría ver su forma mega... Aunque ahora que lo pienso, tampoco he visto la tuya. Pero eso da igual, tampoco es importante.

La chica mostró una radiante sonrisa a la pelirroja que estaba sentada en el suelo.
- Pues pasear, y recordar viejos tiempos. Fue aquí donde llegamos Labra y yo por primera vez al mundo digital. ¿Y vosotros?

Alyria respondió que le gustaría ver a Impmon en su forma mega. Z ya la había visto, pero tenía ganas de volverla a ver. La peliazul también hizo referencia a la etapa mega de Zayyn, a lo que esta respondió con una leve sonrisa. Intentaba no evolucionar en ella delante de gente. Prefería mantener el anonimato... por ahora.

- Yo solo espero a que Impmon regrese. Le dije que no volviera hasta que no lo consiguiera.

Cogió la mochila y sacó de ella una tableta de chocolate que partió por la mitad. Le ofreció a Alyria un trozo, mientras mordía el otro con los dientes.

Aly se sentó junto a ella. Y miró al cielo, pensando en que le gustaría aumentar en cantidad sus digimons. Aunque no sabía si se podrían tener más de uno, a fin de cuentas aún no había conocido a nadie con dos.
- Ya verás como si que lo consigue. Sobre todo porque creo que le gusta que estés orgullosa de él. Además parece fuerte, así que no tienes que preocuparte.

Miró al suelo al notar un movimiento a su lado. Zayyn la tendía un trozo de chocolate, al cual cogió e inmediatamente empezó a mordisquearlo.
- Grafiaas - dijo con un trozo en la boca.

Suspiró y siguió comiendo su parte del chocolate. Estuvo en silencio durante un rato, pensando en si de verdad se enorgullecía de su digimon. Se dio cuenta de que en parte era así. Impmon era fuerte, podía haberle tocado un digimon inútil o pacifico, que no sirviera para pelear. Pero le había salido bien la jugada. Impmon, a pesar de no ser agresivo, no tenía problemas en pelear si se lo pedía su entrenadora.

Se metió la mano en el bolsillo y sacó su D3, negro. La pantalla aún no titilaba, lo que significa que su digimon aún no había hecho progresos. Luego lo guardó de nuevo y miró a Alyria.

- Así que, ¿aquí conociste a Labramon...?

Aly miraba atentamente a Z, dado que esta parecia estar pensando en algo mientras que miraba su D3, a diferencia de la joven de pelo azul este era negro.
- No, a Labra le tengo desde los siete años, siendo mi mejor amigo desde entonces. Aunque más que amigo, debería decir hermano, sé que él nunca me dejaría de lado. Apareció por la pantalla del ordenador un día que estaba triste, porque me sentía sola.- la chica se quedó unos segundos en silencio recordando ese momento- Siempre le estaré agradecida por consolarme en ese momento.

Lo cierto es que sin él lo más probable es que se hubiera sentida resentida contra el mundo. Odiándolo y siendo una versión más desagradable de sí misma.

Zayyn inclinó la cabeza y sonrió levemente.

- Prácticamente, llevas con él casi toda la vida, que suerte-comentó. Ella no había sido tan afortunada. Siempre había vivido sola.

Suspiró y miró al cielo, tumbándose en la hierba al mismo tiempo. Encima de ella se encontraban las ramas del árbol, llenas de hojas que tapaban el Sol, pero se podía ver el paisaje bastante bien. Estaba despejado, sin nubes, por lo que sería difícil que lloviera, a no ser que vinieran nubes grises, pero no veía ninguna.

Entonces, entrecerró los ojos y abrió un poco la boca. Se llevó la mano para taparse y estornudó.

- Snif, ay...

Aly sonrió felizmente a Zayyn por enesima vez.
- La verdad es que sí. Si no hubiera estado él todo en mi vida hubiera sido muy diferente

Aly suspiró rogando por tener a mano sus gafas de Sol. Pero estaban en la mochila, la cual estaba junto a Labra. Y ahora mismo no sabía por qué camino había avanzado. Algo la sacó de sus superfluos pensamientos, un estornudo.
Miro a Zayyn.
- Jesús. ¿Le tienes alergía a algo?- preguntó preocupada.

Zayyn sacudió la cabeza y sacó de dentro de la mochila un paquete de clinex. Mientras ella se sonaba, una funda de gafas de Sol cayó en la hierba.

- Lo cierto es que no, pero se me debe de haber metido algo en la nariz >.<

Tras sonarse por completo, hizo una bola con el papel suave y lo metió en una bolsa de plástico donde había más basura. Luego la guardó de nuevo, junto con el paquete de pañuelos, en la mochila.

Aly asintió a sus palabras, y la observó guardar sus pertenencias. Entonces se percató de algo: una funda de gafas. La cogió y se la tendió a Z con una mano.
- Toma, se te han caido

Dicho eso bostezó, ahora que había pasando un tiempo y la adrenalina de la carrera desaparecía, empezaba a tener sueño. Sacudió la cabeza para despejarse, quizá sería mejor que fuera llendo hacia Labra, sería peor que este la siguiera. Dado que mostraba muy mal humor cuando la chica desaparecia.
- Z, por favor, puedes acompañarme a buscar a Labra. Lo cierto es que ya no sé por donde anduve antes de llegar. Y si se despierta y no me ve, seguro que me busca y luego me hecha la bronca. Por favor acompañame- dijo lo más suplicante que pudo, para tratar de convencer a la pelirroja.

La pelirroja observó como Aly le tendía la funda. La cogió y la metió de nuevo en la mochila. Luego se levantó y se colgó la mochila y la espada en la espalda y en el cinto, respectivamente. Miró a la peliazul.

- Gracias...-dijo. Luego, observando a la chica, se dio cuenta de que esta parecía cansada. Puso los ojos en blanco-. Esta bieeen... te ayudaré a buscar al chucho...-dijo mientras se cruzaba de brazos.

La chica saltó demostrando su alegría.
- ¡Muchas gracias, Z!- gritó mientras que estaba en el aire.

Al posar los pies en el suelo, miró a su alrededor intentando encontrar un indicio que le indicara por donde había llegado, pero era bastante difícil. Todo era un caos de ramas, árboles y un centauro pisándola los talones. Dio varias vueltas sobre sí misma intentando encontrar por dónde había entrado.
- Esto... No sé por qué camino vine n.nu

Suspiró, resignada, y pensó por que dirección habia aparecido el centauro. Ella habia estado tumbada bocabajo, durmiendo tranquilamente, cuando Aly cayó encima suyo, pero... ¿Habría estado Aly allí desde el principio? Chasqueó la lengua y volvió a transformarse en Doitainmon, para así percibir el tufo a perro mojado de Labramon.

- Me pregunto que cara pondra tu perrito cuando sepa que te he salvado yo la vida-dijo con una sonrisa, mostrando sus colmillos. Luego, tras olisquear un poco, captó el olor del cánido.- Por allí.

Señaló en una dirección, se pasó las correas de la mochila y la espada por el cuello, y comenzó a caminar a paso ligero.

De nuevo la peliazul pudo observar cómo Zayyn se transformaba. Lo cierto es que era muy parecido a como lo hacía un digimon normal: se iluminaba, la forma cambiaba y al dejar de brillar había un nuevo digimon en frente.

Volvió a tomar la forma de leona y olfateó el aire, igual que hacía Labra cuando se dedicaba a registrar las cosas.
- A mí me echará la bronca por hacer que te dé las gracias. Pero te las dará, aunque sin duda algo reticente. Pero sabe que una vida es más importante que el orgullo. - la chica ser rió al terminar de hablar.

Aly siguió a la leona unos pasos por detrás por si algo aparecia por delante y no molestar a la hora de que esta luchara.
- ¿Quieres que te lleve laa mochila y la... espada?

Seguía detestando las armas, pero quien era ella para quitársela.

Zayyn sonrió y siguió caminando, siguiendo el olor de Labramon. Aly le preguntó si quería que le llevara la mochila y la espada, a lo que ella respondió con un aumento del ritmo.

- No... puedo yo sola, gracias.

Y era cierto, la espada era tan liviana como una pluma, podía cargarla sin problemas. A lo sumo, lo más pesado sería la mochila, pero tampoco le costaba esfuerzo llevarla.

La chica tuvo que trotar un poco para que la leona no la dejara atrás.
- Ya sé que puedes perfectamente. Lo digo porque a lo mejor te es más cómodo que llevarlo colgando del cuello... Podrías regresar a la misma velocidad de antes, me es más fácil de mantener.

Lo cierto, es que Labra era el que siempre cargaba con ella por el digimundo, y pocas veces había tenido que caminar más de una hora.

La leona disminuyó el ritmo, pero siguió cargando con sus cosas. Miró al cielo mientras caminaba y calculó la hora que sería. Más o menos, las seis de la tarde... E Impmon aún no había aparecido. Si que le estaba costando.

- ¿A este ritmo mejor?-inquirió entonces.

La chica se acomodó al paso de antes, gracias a que Dotainmon se había ralentizado a petición suya.

- Sí, muchas gracias n.n- miró un poco a su alrededor, todo parecía en calma. - Siempre he tenido una duda, desde que estoy en el digimundo: ¿Se sube más rápido si tu digimon absorbe los datos de los que derrota?

Era algo que la daba una tremenda curiosidad, dado que Labra se negaba a absorber los datos, aunque en su caso estaba parcialmente justificado. Una de sus evoluciones Mega era Anubismon el digimon que comprobaba si un digimon merecía revivir en forma de huevo. Por ello, no solía acoplar a su codigo digital los datos de otros digimons, dado que era en respeto a sus congéneres.

- Pues si, es más rápido. A fin de cuentas, es como si absorbieras su energía, haciéndola tuya, por lo que te haces más fuerte.-siguió caminando-. Aunque generalmente se considera poco ético, a mi me da más bien igual.

Se metió entonces por un caminito, con filas de árboles a los lados, donde algunos pajarillos piaban en sus nidos (?).

- Ya nos acercamos...

- Bueno... Es poco ético, dado que es como si mataras a alguien, aunque debo decir que Labra es igual de poderoso que digimons malos sin tener que absorber nada. Pero si tú ya eres fuerte, ¿por qué sigues absrobiendo a los demás? No te sirve ya para mucho. - dijo pensando en el digimon que la había perseguido antes.

El bosque comenzaba a sonarla ya, casi era capaz de guiar ella, pero sabía que aunque tuviera esa sensación, no tenía por qué ser real.

Continuaron caminando, siguiendo el caminito. La leona suspiró al escuchar hablar a Aly. La verdad, no sabía por qué lo seguía haciendo. Tal vez por costumbre, diversión, o alguna otra cosa. Aunque, a pesar de ser fuerte ya, para ella nunca sobraba serlo un poco más. Pero bueno, ahora lo que le interesaba era que Impmon evolucionara de una puñetera vez. Cuando eso pasara, ya verían lo que harían después.

- Quién sabe por qué lo sigo haciendo...-murmuró, sumida en sus pensamientos.

Entonces, vio de lejos una cosa amarilla, junto a un árbol. Ladeó la cabeza al reconocerlo y caminó hacia él.

- Ahí le tienes, donde lo dejaste (?).

- Deberías pensarlo bien. No esta bonito hacer daño a los demás sólo por diversión.

Siguió andando, hasta que a lo lejos vio a su cosa amarilla. Su Labramon.
- Gracias por acompañarme, Zayyn
La brisa sopló tras ellas, como empujándolas, aunque para desestabilizarlas aún faltaba mucha potencia.


Bajo el árbol Labra se encontraba en un sueño muy ligero, había algo que le molestaba desde hacía rato, pero no sabía el qué. Entonces el aire le removió el pelo y le trajo el aroma de dos cosas: su compañera y un gato. Gato al cual conocía bastante bien.
Abrió los ojos y se levantó de golpe, acercándose a las dos; mirando con desconfianza a Dotainmon.

Doitain se estiró cuan larga era, al estilo gatuno, mientras Labramon se acercaba a ellas. Después brilló, regresó a su forma humana y se levantó. Miró al perro con una sonrisita de suficiencia.

- Has tenido suerte de que estuviera yo, chucho. De no ser por mí, ahora Aly sería comida de centauro...

Enmudeció, al sentir un suave calor en el bolsillo. Sacó su digivice y lo miró, extrañada. La pantalla titilaba suavemente. Sonrió al entender lo que eso significaba.

- Al fin lo has conseguido...-susurró.

Labramon miró extrañado a la pelirroja por sus palabras. Pero olfateó el aire, aparte del olor residual, no había aroma a Impmon en las cercanías. Cuando capto el significado de esas palabras, miró acusadoramente a Alyria.

La peliazul se echó un paso hacia atrás por la intensidad de la mirada del perro, aunque se encontrara detrás de un muro de hormigón, el animal seria capaz de verla.
- ¿Es cierto que te fuiste? Y es más, ¿te pusiste en peligro?- comenzó con suavidad, pero poco a poco fue aumentando el tono.
- Bue-bueno... Sí... Pe- pero es que estabas dormido... - la chica hablaba como si fuera una niña pillada en falta.

Labra suspiró y miró de nuevo a Zayyn.
- Gracias por salvarla- dijo con voz clara y alta, para no tener que repetirlo.

No le gustaba tener que agradecerle algo a una persona que no le caía bien. Pero en este caso se sentía más agradecido que despectivo.

Zayyn desvió su atención del digivice a Labramon e hizo más ancha su sonrisa.

- De nada... -dijo solamente, mientras se guardaba el digivice.

Luego miró al horizonte durante un momento. En la lejanía vio una figura negra acercarse, pero era apenas un punto negro, por lo que era bastante difícil que un humano lo viera. Luego sacudió la cabeza y apoyó la espalda contra un árbol. Sacó una piruleta y se la metió en la boca.

Labra volvió a mirar a Aly y continuo con su bronca, ignorando a la pelirroja. Aly por su parte cada vez parecía tener una nube sobre ella y miraba al suelo, sintiéndose culpable. Había sido irresponsable en ir sola, dado que era una humana.

- u.u Lo siento Labra
- Por esta vez que pase- luego miró a Z- Imagino que tendrás cosas más importantes que hacer, así que no hace falta que te quedes

Había sido educado, pero aun así estaba un ¡lárgate! tras sus palabras.

Z jugueteó con la piruleta en su boca y suspiró teatralmente.

- Pues la verdad es que no. No tengo nada que hacer ahora mismo... ¿Por qué? ¿Te molesto?

Esbozó una media sonrisa, divertida. Era divertido ver a Labramon en ese apuro. Se quitó la espada del cuello y la colgó en el cinto. Luego dejó su mochila entre sus pies. Ella, al menos, no se iba a mover de allí.

Labramon sonrió amablemente.
- Por supuesto que me molestas, pero por suerte estoy vago, asi que tampoco me voy a largar con Aly a cuestas.

Capaz era de evolucionar y llevarse la chica a otro sitio.
- ¡Labra!- se quejó ella, ahora para regañarle. Sin embargo...
- ¿Me vas a regañar con el mal rato que me has hecho pasar al desaparecer?

Sabía que eso haría sentir culpable a la peliazul. Y estaba de mal humor, por una vez no iba a contener sus comentarios.
Aly se quedó en silencio pensando en que había sido injusta con Labra, él sólo se preocupaba por ella.

Zayyn rió suavemente y se cruzó de brazos.

- Creo que el que tiene la culpa aquí eres tú, al haberte dormido sin prestar atención a Aly, y además cuando hemos llegado tu aún estabas sopa.-lo miró seriamente a los ojos entonces-. ¿De verdad esperas que se entretenga viendo solo como duermes? A mi me parecería de lo más aburrido.

Lo miró a los ojos, esperando una respuesta por su parte.

Labra bostezó ampliamente, demostrando el interés que tenía en lo que decía Zayyn.
- Puede que no sea lo más interesante del mundo. Pero hoy me lo debe
Aly se puso más tensa todavía... Es cierto, ese día era el mismo en el que Labra había llegado a ella, y por tanto la fecha en la que ella celebraba su cumpleaños.
- Perdóname, se me había pasado- dijo mientras que lo abrazaba fuertemente.

La muchacha los miró alternativamente. Por la manera en la que hablaban, parecía que aquel era un día especial para ambos, un día en el que conmemoraban alguna cosa.... ¿un cumpleaños, podría ser? Sonrió.

- Te felicitaría, pero eso supondría que me alegro de que nacieras... y mentir es malo.

Movió de lado la piruleta en el interior de la boca, ya que la zona se le estaba quedando demasiado espesa y pegajosa.

Aly miró a Zayyn sorprendida, y después algo decepcionada. Sabía que los dos no se llevaban precisamente bien, pero no por eso había que decir que ojala nunca hubieras nacido.

Labra por su parte soltó una carcajada.
- Con eso me conformo, dado que como a ti es lo único que te han dicho desde que naciste. ¿O me equivoco al decir que nadie te ha llamado error de la naturaleza y que nunca debiste haber nacido?- dijo con un tono de voz suave.

Un brillo de dolor cruzó por los ojos, ahora verdes, de Zayyn. En sus veinte años de vida había conocido a innumerables personas que le habían dicho ese tipo de cosas. Aunque hacía tiempo que nadie las repetía. Pensaba que ya se había acostumbrado a ello, pero se equivocaba. El dolor volvió como mil agujas clavándosele por todo el cuerpo. Luego el dolor dio paso a la furia y al odio, y a punto estuvo de transformarse en Aeirmon para saltarle al cuello, pero al final retuvo al demonio de viento en su celda. Sin embargo, no dejó que su expresión denotara lo que sentía en esos momentos. Separó los labios y habló con una voz tan fría como témpanos de hielo.

- No vuelvas a decirme algo así en tu miserable vida, porque no seré dueña de mis actos.-soltó, aún mirándolo a los ojos.

Labramon sonrió contento. Había acertado completamente.

Aly miró a los dos alternativamente, sin saber que decir, qué hacer para que la tensión desapareciera. Por un lado, lo que había dicho Labra no era bonito, pero tampoco es que él lo estuviera diciendoselo a ella, sino que hacía una observación. Pero Zayyn se lo había tomado como un ataque personal.
Por otro lado, la pelirroja había dicho que prefería que el perro estuviera muerto.
Un lio sobre quién apoyar. Por eso se mantuvo en silencio.

- Tranquila- se rió- Entiendo que haya gente insoportable que nazca, pero tampoco les deseo que no hubieran nacido. Sobre todo porque no suele cumplirse. En cuanto a dueña de tus actos, que no se te olvide que también se evolucionar, y eso sería un mano a mano; así que tus amenazas pierden efecto.

Aly se levantó dispuesta a interponerse, las cosas se estaban poniendo feas. Muy, muy feas.
- La pena, es que a Aly no le gustaría ver una pelea en la que uno de los dos muera. Así que respetaré sus deseos. Si quieres llamarme cobarde puedes hacerlo, si así te sientes mejor.

Finalizó cubriéndose con una intensa luz, cegando a todo lo que tuviera enfrente. Paso a la forma de AncientSphinxmon, pero la pausa del brillo fue de apenas un segundo. Una mano cogió a Aly y se la llevó en volandas hacia el cielo. Aún no había salido de la evolución.

Lo único que dejó en la zona fueron un par de plumas blancas.


En las alturas Anubismon sonrió levemente. Ahora seguro que Aly no querría juntarse con la pelirroja; todo había salido mejor de lo que pensaba... Ahora solo hacia falta ponerla en su contra.

Zayyn se quedó allí sin decir ni una sola palabra más. Esperó a que los dos hubieran desaparecido de allí, para no verla transformarse en Aeirmon. Una vez liberado el demonio de viento, alzó la cola, observando con un matiz indiferente en sus ojos la púa del final, y a un digimon de etapa rockie que pasaba por allí, alternativamente. Con un rápido y limpio movimiento, atravesó al digimon y lo hizo desaparecer en datos.

Miró al frente, clavando sus ojos en el cielo que se extendía en el firmamento. Ni siquiera dio muestras de sorprenderse cuando una figura alta y vestida de negro se situó a su lado.

- La próxima vez que vea a Labramon, lo mataré-anunció, y miró a su acompañante.

Efectivamente, Impmon había evolucionado. Su aspecto ahora era más intimidante, y más alto. Vestía ropas negras de motero, con un casco morado a juego. Su pelo se echaba para atrás, rubio, y sus tres ojos rojos miraban a su compañera, preocupados. Beelzemon asintió.

- Y lo conseguirás.

Aeir entornó los ojos.