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Pequeña historia de Lobos [final D:]
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Pequeña historia de Lobos [final D:]
Belial a los 16 ya era un lobo en plenitud, su raza maduraba rápido y tenían una gran expectativa de vida, durante su viaje por distintos pueblos se dió cuenta de la mala fama que solían tener los licantropos, los llamaban bestias sin cordura, seres sin razosineo que solo buscaban matar, un montón de estupideces que herían bastante el orgullo de Bel, orillandolo a grandes peleas, por esto mismo se vio en la necesidad de ocultar su forma canina por un tiempo, manteniendose como un hombre normal, por lo menos en la superficie.
A base de investigación Bel descubrió donde se abastecía de esclavos el clan de los dragones de aire, los mas poderosos de toda región en estos momentos, dejandose atrapar y mostrandose dócil ante las torturas, esperando el momento de que su objetivo se mostrase.
No pasó mucho tiempo para que Bel viese los frutos de su paciencia, una gran carabana con la insignia de los dragones de aire se acercaba al mercado, gran cantidad de guardias la acompañaban, se podía observar gran precensia femenina en lo más cercano a la carabana, quizas damas de compañía, definitivamente había alguien importante dentro, quizás un jefe de familia, o eso pensaba Belial comparandolo con su clan, el mercader ordenó alinear a los esclavos, a todos los que tenía a un lado de la carabana, cerca de los guardias, entre ellos a belial, solo con un taparabo.
Uno de los dragones habló desde muy cerca de la carabana, era distinto a los demás, no parecía armado, iba con una túnica extraña, probablemente un dragon especializado en la compra venta.
- necesitamos los más fuertes que tenga, de preferencia sin enfermedades ni faltas de alguna extremidad -
El mercader con mucho respeto, respondió
- Estos son las más nuevas y saludables adquisiciones señor, sientase libre y seguro de elegir material de gran calidad -
Un golpe se escuchó entre los esclavos, nuevamente le habían dado con un palo a belial, simplemente por mantener la cabeza alta mirando al resto, los esclavos debían siempre mantener la cabeza abajo ante las demás personas, eran considerados lo peor, pero Bel nunca mostró ningún miedo a sus captores, y era una mala influencia para los demás esclavos que le imitiban mirando con la cabeza levantada.
Luego de la sorpresa por el fuerte golpe el Dragón letrado comenzó a elegir, los que parecían mas fuertes y vigorozos eran sus seleccionados, lso separaban del resto encadenandolos en un grupo a parte que seguiría a la carabana, hasta que una de las cortinas que servían de pared en la carabana se abrió
- alto!, cómo puedes saber si están enteros si esconden parte de su carne? -
con una voz femenina una hermosa joven se encontraba recostada dentro de la caraban, su cara era angelical, pero sus ojos y sonrisa expresaban clara lujuria
- mi señora, no creo que sea necesario... -
- un hombre sin virilidad es incompleto, no creo que sirva en batalla, quizás en la cocina -
le sonreía la joven
- que les despojen de sus ropas! -
demandó con autoridad la chica, al parecer no podían negarsele sus peticiones, pero bel no entendía bien quien podía ser, no parecía un lider, entonces... porque la seguían?.
Con un movimiento el dragon letrado le indicó al mercader que le hiciera caso, este sin rechistar dio la orden.
- fuera taparabos! -
la mayoría de los esclavos accedió, parecían acostumbrados, aunque algunos no lo hicieron, entre ellos Belial, luego de un severo castigo en base a golpes les arrebataron sus pocas ropas a los que quedaban.
La Joven miraba de un lado a otro, parecía disfrutar la vista, Bel comenzaba a molestarse por esta actitud, sin duda los trataban como basura.
- cuántos esclavos dijo mi padre que me podía quedar? -
Preguntó la chica haciendo elecciones a su sirviente.
- tres mi señora... los demás son para uso militar -
hablaban bajo, nadie más podía oirlos, menos los esclavos.
Con una gran sonrisa la doncella seguía observando, al parecer era la hija de uno de los líderes, o de algún individuo importante, parecía una buena oportunidad para bel, el cual se miraba a si mismo comparandoce con los esclavos cercanos, seguro de su ventaja, esperaba que lo elijiesen para porfín dar un paso cerca del clan al que odiaba, al que debía destruir.
La joven se levantó, acomodandose y sentandose nuevamente, y con su mano derecha comenzó a elegir
- ese, ese y...ese -
la selección de la doncella fue llevada a cabo, los elejidos fueron separados del resto y encadenados en un grupo aparte, entre ellos Belial, el cual se preguntaba porqué lo ponían en un grupo diferente a los esclavos que estaba elijiendo el dragon letrado
- somos afortunados, como parte del harem solo tenemos que enfocarnos en una cosa -
comentaba un rubio esclavo a mi y a nuestro tercer sonriente compañero.
Cuando Bel se dio cuenta de a que se referían no pudo evitar ahogarse y toser severamente, la sorpresa no era menor, la intención de Belial era demostrar su fuerza, volverse quizas un guardia, cercano al lider, y para esto debía tener la posibilidad de pelear y entrenarse dentro del ejercito, en un harem no podría hacer absolutamente nada, por lo menos estaba cerca de su objetivo, ya encontraría la manera de seguir acercandose a su meta.
la caravana partió y los esclavos la siguieron, grande fue la sorpresa de Bel cuando la caravana llegó al castillo principal, y quien recibía a su hija era el mismo Algul, lider de los dragones de viento, en persona, la sangre de Belial ardía en deseos de saltar sobre él, aunque sabía que era dificil, con tanta seguridad y encadenado, no imposible, pero dificil.
El tiempo pasaba, Belial se acostumbró a pasear por donde se le permitía en el castillo, aunque solo era el sector de sirvientes, se había vuelto el juguete favorito de la princesa, además de su gran vitalidad, la doncella se divertía rompiendo de distintas maneras el orgullo de Bel, el cual a pesar de todo seguía en pie, inquebrantable.
Ocupaba su tiempo libre entrenandose a si mismo, y colandose en la zona militar a observar los movimientos que aprendían ahi y memorizarlos.
- Wolfy! -
era el mote que usaban con el como esclavo, no había querido dar su nombre asi que fue bautizado asi por la misma Princesa sabiendo que lo irritaba, sin saber de su naturaleza canina, le llamaba asi por ciertas semejanzas en su apariencia y actuar.
- la princesa te requiere, deberías dejar de subir ahi, si te pillan te castigarán otra vez -
lo llamaba otro esclavo, conocido ya de algún tiempo, Bel hizo caso molesto por como lo llamo, con una mirada fulminante lo hizo a un lado y se dirijió a los apocentos de la doncella qeu lo invocaba.
Bel odiaba a esta Princesa, era cruel, podía mandar a matar a cualquiera simplemente por el placer de ver sangre, muchos esclavos que no tenían absolutamente nada que ver con lo militar, se habían tenido que pelear a muerte solo por entretenerla, era calcada a su padre el rey dragon.
- wolfy ? -
cantaba con tono seductor, sabiendo como le molestaba.
- estoy muy aburrida, es hora de que me entretengas -
una sonrisa lujuriosa se dibujaba en la cara de la princesa, le encantaba probar cosas nuevas, mas de una vez mató a parte del harem por ello, que estuviera aburrida era mala señal para cualquiera, incluso para bel, que por fortuna gracias a su fuerza y capacidad regenerativa podía resistir los embistes y ocurrencias de la princesa dragón.
Belial no respondía con un "si señora", nunca bajo la cabeza, nunca llamó a nadie señor, en vez de eso una mirada que expresaba furia atravezaba a la Doncella, lo cual por alguna razón parecía agradarle mucho.
- siempre desobediente...(suspira) es hora de enseñarte quien manda jeje -
con un latigo, clásica arma de está princesa, se levantaba de su silla y se acercaba a su juguete, fue una larga noche para Belial, noches que se acumulaban mientras esperaba alguna oportunidad para acercarse al líder dragón.
Esta oportunidad se presentó gracias a una pequeña rebelión, al parecer unos mercenarios se infiltraron en el castillo con la mision de asesinar a la hija del rey, quizás alguna venganza, con la manera de ser de la princesa no era de extrañar que la odiasen, esta era una oportunidad dorada para Belial, si demostraba su fuerza y habilidad en batalla al rey podría dejar de ser un simple sirviente, aprovechando esta oportunidad redujo a los asesinos en cuestión de segundos, fuerte y elegantemente, claro! con los testigos suficientes, entre ellos la princesa y sus sirvientas de confianza además de algunos guardias.
Belial logró su objetivo, con algo de la confianza del rey y las historias sobre su hazaña contadas en los pasillos del castillo, fue probado y luego integrado como miembro oficial de la Guardia real, a salvo así por un tiempo de las lujuriosas garras de la princesa, la cual comenzaba nuevamente a acumular cadáveres por su insaseable líbido.
Bel demostraba diariamente progreso, su fuerza sobrepasaba a los guardias que le precedían, y fue ganando la confianza del rey a base de paciencia.
Al parecer el rey tenía cierta estima por la manera en que bel se imponía frente a los demas, nunca bajaba su cabeza, nunca se arrodillaba, orgullozo hasta el final, con una mirada fria y ojos seguros solía imponer respeto sin necesidad de hablar, el rey con amenazas solía lograr que Bel mostrase una pequeña reverencia, lo cual le satisfacia al ser el único en lograrlo, Belial no podía arruinar todo lo avanzado asi que debía obligarce a asentir al lider dragon de vez en cuando.
Belial mostraba obediencia y fuerza, cada encargo que le daban era realizado rapida y efectivamente, más de una vez fue mandado a asesinar a alguna persona, la cual Bel investigaba exhaustivamente, dependiendo de su investigación Bel decidía si debía acatar las ordenes del rey y acabar con el individuo o cubrir la huída de aquella persona usando un cadaver irreconocible como reemplazo.
Hací fue como a Bel le fue otorgado uno de los mayores reconocimientos dentro del clan Dragon a un ser distinto, la marca de los dragones de aire, esactamente la misma usada para los lobos traidores que acabaron con su clan, al parecer era un gran honor recibirla, le entregaban parte de los poderes de un dragon de aire a aquel que la portaba.
Para Belial fue una noticia horrorosa, sería portador de aquello que destrozo su vida, pero... quizas le serviría para acabar con el Rey, al cual porfin comenzaba a acercarse.
Con la marca en el brazo izquierdo Bel ya era uno de los hombres mas cercanos al rey, porfin conocía a otros sujetos con la misma marca, caras conocidas, entre ellos... Greed...
Los elegidos habían recibido a Belial con una celebración, al parecer no reconocieron al hijo de aquel a quien traicionaron y que por muy debajo de su sonrisa escondía gran sed de venganza. Bel miraba a Greed de reojo, estaba viejo, pero como todo licantropo, por lo menos dentro del clan, no había perdido la vitalidad en su cuerpo, sin embargo parecía distinto, había tenido que resignarse a servir al rey dragon y no a poseer el territorio de Howl, no podía desobedecer, estaba atrapado por la marca del dragon, el lider Algul, era sabio, sabía lo que buscaban los lobos traidores, por lo cual usaba a estos para sus trabajos más sucios, manteniendolos completamente aislados del trono y la realeza.
Bel estaba en una posición privilegiada, el rey confiaba lo suficiente en él como para mantenerlo cerca, como uno de sus mejores guardias, y gracias a la marca del dragón podía entrar y salir de la zona del castillo destinada a los lobos traidores.
Bel esperó y esperó, hasta que una oscura noche, idéntica a la noche del desastre de su clan, decidió comenzar con su venganza.
Bel no dormía, hacía guardia junto a 3 dragones en la entrada del dormitorio principal, estaba algo nervioso, pero no podía demostrarlo, no a sus enemigos, debía permanecer lo más relajado posible para luego poder eliminarlos, cuando los pasillos estuvieron completamente desolados y los guardias ocupados, Belial hizo su movimiento, rapido como el viento Belial corto las gargantas de los incautos guardias, incluyendo cuerdas vocales, para esto tuve que ser fuerte y preciso, ocupando la magía de aire para su velocidad y una semitransformación para su fuerza y sentidos, sus ojos eran aún más agudos, sus orejas se habían alargado, sus colmillos y garras parecían cuchillos de fino metal, y su musculatura había crecido.
Ya no había necesidad de ocultar su linaje, después de esta noche podría ser una vez más un orgulloso lobo en vez de un simple esclavo, silenciosamente abrió las puertas de la habitación y se deslizó dentro, se encontraban ahi el rey y una de sus concubinas, ambos dormidos, no había mucho que temer, los dragones son seres muy poderosos, Bel estaba consciente de ello, y sabía que lo mejor era acabarlos mientras estuvieran desprevenidos.
Con mucho cuidado se acerca a la cama real, lo mejor hubiera sido asesinarlos a ambos, pero al ver a la chica Bel no pudo hacer más que evitarla, acercandose solo a Algul, ya sobre él Belial no pudo ocultar sus ansias de sangre, alertando al señor de los dragones, el cual despertó, pero ya era tarde, la mano izquierda de Belial había atravezado al rey, rompiendose las garras y dedos en el proceso, al parecer las escamas del anciano dragon eran de temer, más aún si hubiese estado preparado para el golpe.
Algul miraba a su atacante, al cual era cubierto por la oscuridad, pero podía distinguir unos brillosos ojos blancos, finos como lineas y unos grandes colmillos
- porfin uno de ustedes vino a por mí -
sonreía el dragon
- debiste ser muy ábil para traspasar la guardia que tengo vigilando al clan de los lobos y llegar hasta acá -
estaba muriendo, su herida era grave, Bel practicamente le destrozó el corazon, vomitaba sangre a borbotones mientras hablaba
- sabías que esto pasaría, muere tú y todo tu clan! -
Grita el dragón, la marca en el brazo de Belial comienza a brillar, y un dolor indescriptible lo recorre, no puede evitar contener un grito, que despierta a la concubina, la cual a su vez comienza a gritar desesperada por lo que esta mirando, la marca se hacia mas grande, consumiendo casi todo el lado izquierdo de Bel, el cual se doblaba con alaridos por el suelo, el rey parecía feliz mientras intentaba sentarse en su cama, al parecer arrebatarle su corazón no fue suficiente para matarlo, quizás Belial falló unos milimetros por culpa de sus escamas, pero el rey también había fallado, Bel se incorporó tosiendo sangre, y la marca se redujo volviendo a su brazo izquierdo
- no es posible, esa marca estaba hecha para acabar con ustedes malditos lobos -
replicaba sosteniendose el pecho, el rey no entendía porque no había funcionado hasta que reconoció a quien tenía enfrente suyo, no era uno de los lobos marcados con la fuerte maldición de hace años, era el fiel y orgulloso wolfy, estúpido mote para tan noble ser, su marca no estaba basada en la maldición, sino en aumentar sus poderes de aire, la marca de belial no era para controlar, sino para premiar sus servicios.
El rey se preguntaba como había podido ser tan ciego, el nombre que su hija había otorgado a este soldado era sin duda la pista más obvia, y por ello no la advirtieron.
- al menos el resto de ustedes morirá como la mierda que son -
se burlaba Algul intentando por lo menos dañar de esa manera a Bel
- asi es, son mierda, no merecen vivir, solo son perros al mando de basura, pero yo no, yo soy distinto, yo soy un lobo, si tengo que iniciar un nuevo clan por mi mismo lo haré, una vez más un clan de sangre pura, que ocupará los terrenos que le pertenecen -
respondió Bel fuerte y con autoridad al dragon, su voz rezonaba en toda la habitación, estaba seguro de lo que hacía y lo que debía hacer, sin rastros de arrepentimiento o duda atravezo nuevamente el pecho de Algul, con el brazo derecho asegurandoce esta vez de no fallar, sin importar cuantos dedos más se rompía
- esto acaba aquí -
Habló Bel mientras Algul emitía su ultimo aliento, la concubina seguia gritando, se escuchaban pasos desde los pasillos, clarametne el resto del castillo había sido alertado, las puertas de la habitación se abrieron y una gran cantidad de guardias entraron, seguidos por la princesa, que no pudo evitar un grito de horror al ver a su padre. La habitación oscureció, y todos dirijieron su mirada a la ventana, donde un hombre se encontraba de pie mirando al vacío, su cara seguía igual, con ciertos rasgos caninos que cambiaban un poco su apariencia
- ...Wolfy? -
preguntó la Princesa confundida en ese momento, Bel después de todo era un guardia, que estuviera ahi no era del todo extraño... o si?
- mi nombre es Belial -
Replicó Bel molesto una vez más saltando por la ventana, en dirección a los aposentos de los lobos.
Al llegar se encontró con una horrible escena, los lobos morían de a poco, lentamente, se retorcían en el suelo, y sangraban por cada poro de su cuerpo, entre ellos greed no soportaba casi respirar, Bel se acercó a este y le miro de manera despectiva
- ayudame... -
Decía Greed desde el suelo, retorciendose como un gusano, Bel se agacho a su lado y le mostró la marca de los dragones
- como miembro del clan quiero retar al poderoso Greed en batalla! -
con una sonrisa en la cara Belial imitaba lo que había dicho Greed a su padre cuando lo vió por ultima vez, esa escena nunca se había borrado de su cabeza, la recordaba perfectamente
- que? que? -
Confundido Greed no entendía que decía, el famoso wolfy, al que ya conocían.
- nada!, solo obtener la libertad para mi y los mios, cansados de tu estupidez, podríamos habernos expandido hace tiempo, tener muchos terrenos, ser muchos más, pero tu y tu familia nos ha mantenido aqui, encerrados, como perros -
Grito Belial frente a él, y entonces Greed recordó, delante de él tenía un joven de oscuros cabellos, negros como la misma noche, ahora que lo miraba con detenimiento, podía ver sus colmillos y orejas, ademas de que su olor a lobo, encerrado por tanto tiempo porfin había salido a flote.
- no, no puede ser -
decía Greed sorprendido entre giros y su propia sangre
- te reto!, si ganas nos retiraremos, si yo gano todos los lobos a tu mando pasarán a estar muertos!, no te parece una gran oferta? -
sonreía Bel, estaba furioso, su sangre hervía una vez más al recordar perfectamente esa noche, en que el desastre ocurrió, pero no podía hacer mucho, aunque se hubiesen curado, tenía los dedos de ambos brazos aún algo resentidos por culpa de las poderosas escamas del rey, y no tenía tiempo tampoco, los soldados irían a por él, eso era seguro, asi como también era seguro que la princesa buscaría venganza, ahora, o en el futuro.
Belial se deshizo de sus zapatos y opto por las garras de sus pies, con un ultimo giro le corto la garganta a Greed y dejo que se desangrará lentamente
- yo gano, todos mueren -
Mencionó Bel como despedida, desapareciendo rapidamente del lugar, y saliendo del castillo, Bel corrió lo más lejos que pudo, sin un destino real, solo se alejó cuanto pudo, hasta que la marca comenzó a expandirce nuevamente, sus brazos estaban completamente manchados con la sangre del dragon lider, y al parecer la marca estaba reaccionando a esta, ambos brazos sanaron de inmediato, y obtuvieron un extraño tono plateado, desde sus codos hasta la punta de sus uñas.
Bel estaba algo sorprendido, se sitió bastante bien por un momento, pero luego un intenzo dolor lo obligó a tumbarse en el piso, era como si lo abrieran desde adentro, no podía hacer más que rodar y gemir en silencio, la marca se seguía expandiendo, casi tomando toda su cara, pero luego volvió a reducirse, hasta su brazo izquierdo, y los dolores terminaron.
Bel se levantó, y caminó hacia donde sus instintos demandaban, al parecer la maldición continuaba en él, la marca y la sangre del rey dragón parecía haber dejado una desgracia en Bel, una desgracia que continuaría creciendo, el odio provoca más odio, la venganza de Bel le ha llevado a ser perseguido por las fuerzas que ahora controlaba la princesa dragon, probablemente pondrían precio a su cabeza, pero Bel ahora era portador de poderes que le ayudarían a sobrevivir.
A base de investigación Bel descubrió donde se abastecía de esclavos el clan de los dragones de aire, los mas poderosos de toda región en estos momentos, dejandose atrapar y mostrandose dócil ante las torturas, esperando el momento de que su objetivo se mostrase.
No pasó mucho tiempo para que Bel viese los frutos de su paciencia, una gran carabana con la insignia de los dragones de aire se acercaba al mercado, gran cantidad de guardias la acompañaban, se podía observar gran precensia femenina en lo más cercano a la carabana, quizas damas de compañía, definitivamente había alguien importante dentro, quizás un jefe de familia, o eso pensaba Belial comparandolo con su clan, el mercader ordenó alinear a los esclavos, a todos los que tenía a un lado de la carabana, cerca de los guardias, entre ellos a belial, solo con un taparabo.
Uno de los dragones habló desde muy cerca de la carabana, era distinto a los demás, no parecía armado, iba con una túnica extraña, probablemente un dragon especializado en la compra venta.
- necesitamos los más fuertes que tenga, de preferencia sin enfermedades ni faltas de alguna extremidad -
El mercader con mucho respeto, respondió
- Estos son las más nuevas y saludables adquisiciones señor, sientase libre y seguro de elegir material de gran calidad -
Un golpe se escuchó entre los esclavos, nuevamente le habían dado con un palo a belial, simplemente por mantener la cabeza alta mirando al resto, los esclavos debían siempre mantener la cabeza abajo ante las demás personas, eran considerados lo peor, pero Bel nunca mostró ningún miedo a sus captores, y era una mala influencia para los demás esclavos que le imitiban mirando con la cabeza levantada.
Luego de la sorpresa por el fuerte golpe el Dragón letrado comenzó a elegir, los que parecían mas fuertes y vigorozos eran sus seleccionados, lso separaban del resto encadenandolos en un grupo a parte que seguiría a la carabana, hasta que una de las cortinas que servían de pared en la carabana se abrió
- alto!, cómo puedes saber si están enteros si esconden parte de su carne? -
con una voz femenina una hermosa joven se encontraba recostada dentro de la caraban, su cara era angelical, pero sus ojos y sonrisa expresaban clara lujuria
- mi señora, no creo que sea necesario... -
- un hombre sin virilidad es incompleto, no creo que sirva en batalla, quizás en la cocina -
le sonreía la joven
- que les despojen de sus ropas! -
demandó con autoridad la chica, al parecer no podían negarsele sus peticiones, pero bel no entendía bien quien podía ser, no parecía un lider, entonces... porque la seguían?.
Con un movimiento el dragon letrado le indicó al mercader que le hiciera caso, este sin rechistar dio la orden.
- fuera taparabos! -
la mayoría de los esclavos accedió, parecían acostumbrados, aunque algunos no lo hicieron, entre ellos Belial, luego de un severo castigo en base a golpes les arrebataron sus pocas ropas a los que quedaban.
La Joven miraba de un lado a otro, parecía disfrutar la vista, Bel comenzaba a molestarse por esta actitud, sin duda los trataban como basura.
- cuántos esclavos dijo mi padre que me podía quedar? -
Preguntó la chica haciendo elecciones a su sirviente.
- tres mi señora... los demás son para uso militar -
hablaban bajo, nadie más podía oirlos, menos los esclavos.
Con una gran sonrisa la doncella seguía observando, al parecer era la hija de uno de los líderes, o de algún individuo importante, parecía una buena oportunidad para bel, el cual se miraba a si mismo comparandoce con los esclavos cercanos, seguro de su ventaja, esperaba que lo elijiesen para porfín dar un paso cerca del clan al que odiaba, al que debía destruir.
La joven se levantó, acomodandose y sentandose nuevamente, y con su mano derecha comenzó a elegir
- ese, ese y...ese -
la selección de la doncella fue llevada a cabo, los elejidos fueron separados del resto y encadenados en un grupo aparte, entre ellos Belial, el cual se preguntaba porqué lo ponían en un grupo diferente a los esclavos que estaba elijiendo el dragon letrado
- somos afortunados, como parte del harem solo tenemos que enfocarnos en una cosa -
comentaba un rubio esclavo a mi y a nuestro tercer sonriente compañero.
Cuando Bel se dio cuenta de a que se referían no pudo evitar ahogarse y toser severamente, la sorpresa no era menor, la intención de Belial era demostrar su fuerza, volverse quizas un guardia, cercano al lider, y para esto debía tener la posibilidad de pelear y entrenarse dentro del ejercito, en un harem no podría hacer absolutamente nada, por lo menos estaba cerca de su objetivo, ya encontraría la manera de seguir acercandose a su meta.
la caravana partió y los esclavos la siguieron, grande fue la sorpresa de Bel cuando la caravana llegó al castillo principal, y quien recibía a su hija era el mismo Algul, lider de los dragones de viento, en persona, la sangre de Belial ardía en deseos de saltar sobre él, aunque sabía que era dificil, con tanta seguridad y encadenado, no imposible, pero dificil.
El tiempo pasaba, Belial se acostumbró a pasear por donde se le permitía en el castillo, aunque solo era el sector de sirvientes, se había vuelto el juguete favorito de la princesa, además de su gran vitalidad, la doncella se divertía rompiendo de distintas maneras el orgullo de Bel, el cual a pesar de todo seguía en pie, inquebrantable.
Ocupaba su tiempo libre entrenandose a si mismo, y colandose en la zona militar a observar los movimientos que aprendían ahi y memorizarlos.
- Wolfy! -
era el mote que usaban con el como esclavo, no había querido dar su nombre asi que fue bautizado asi por la misma Princesa sabiendo que lo irritaba, sin saber de su naturaleza canina, le llamaba asi por ciertas semejanzas en su apariencia y actuar.
- la princesa te requiere, deberías dejar de subir ahi, si te pillan te castigarán otra vez -
lo llamaba otro esclavo, conocido ya de algún tiempo, Bel hizo caso molesto por como lo llamo, con una mirada fulminante lo hizo a un lado y se dirijió a los apocentos de la doncella qeu lo invocaba.
Bel odiaba a esta Princesa, era cruel, podía mandar a matar a cualquiera simplemente por el placer de ver sangre, muchos esclavos que no tenían absolutamente nada que ver con lo militar, se habían tenido que pelear a muerte solo por entretenerla, era calcada a su padre el rey dragon.
- wolfy ? -
cantaba con tono seductor, sabiendo como le molestaba.
- estoy muy aburrida, es hora de que me entretengas -
una sonrisa lujuriosa se dibujaba en la cara de la princesa, le encantaba probar cosas nuevas, mas de una vez mató a parte del harem por ello, que estuviera aburrida era mala señal para cualquiera, incluso para bel, que por fortuna gracias a su fuerza y capacidad regenerativa podía resistir los embistes y ocurrencias de la princesa dragón.
Belial no respondía con un "si señora", nunca bajo la cabeza, nunca llamó a nadie señor, en vez de eso una mirada que expresaba furia atravezaba a la Doncella, lo cual por alguna razón parecía agradarle mucho.
- siempre desobediente...(suspira) es hora de enseñarte quien manda jeje -
con un latigo, clásica arma de está princesa, se levantaba de su silla y se acercaba a su juguete, fue una larga noche para Belial, noches que se acumulaban mientras esperaba alguna oportunidad para acercarse al líder dragón.
Esta oportunidad se presentó gracias a una pequeña rebelión, al parecer unos mercenarios se infiltraron en el castillo con la mision de asesinar a la hija del rey, quizás alguna venganza, con la manera de ser de la princesa no era de extrañar que la odiasen, esta era una oportunidad dorada para Belial, si demostraba su fuerza y habilidad en batalla al rey podría dejar de ser un simple sirviente, aprovechando esta oportunidad redujo a los asesinos en cuestión de segundos, fuerte y elegantemente, claro! con los testigos suficientes, entre ellos la princesa y sus sirvientas de confianza además de algunos guardias.
Belial logró su objetivo, con algo de la confianza del rey y las historias sobre su hazaña contadas en los pasillos del castillo, fue probado y luego integrado como miembro oficial de la Guardia real, a salvo así por un tiempo de las lujuriosas garras de la princesa, la cual comenzaba nuevamente a acumular cadáveres por su insaseable líbido.
Bel demostraba diariamente progreso, su fuerza sobrepasaba a los guardias que le precedían, y fue ganando la confianza del rey a base de paciencia.
Al parecer el rey tenía cierta estima por la manera en que bel se imponía frente a los demas, nunca bajaba su cabeza, nunca se arrodillaba, orgullozo hasta el final, con una mirada fria y ojos seguros solía imponer respeto sin necesidad de hablar, el rey con amenazas solía lograr que Bel mostrase una pequeña reverencia, lo cual le satisfacia al ser el único en lograrlo, Belial no podía arruinar todo lo avanzado asi que debía obligarce a asentir al lider dragon de vez en cuando.
Belial mostraba obediencia y fuerza, cada encargo que le daban era realizado rapida y efectivamente, más de una vez fue mandado a asesinar a alguna persona, la cual Bel investigaba exhaustivamente, dependiendo de su investigación Bel decidía si debía acatar las ordenes del rey y acabar con el individuo o cubrir la huída de aquella persona usando un cadaver irreconocible como reemplazo.
Hací fue como a Bel le fue otorgado uno de los mayores reconocimientos dentro del clan Dragon a un ser distinto, la marca de los dragones de aire, esactamente la misma usada para los lobos traidores que acabaron con su clan, al parecer era un gran honor recibirla, le entregaban parte de los poderes de un dragon de aire a aquel que la portaba.
Para Belial fue una noticia horrorosa, sería portador de aquello que destrozo su vida, pero... quizas le serviría para acabar con el Rey, al cual porfin comenzaba a acercarse.
Con la marca en el brazo izquierdo Bel ya era uno de los hombres mas cercanos al rey, porfin conocía a otros sujetos con la misma marca, caras conocidas, entre ellos... Greed...
Los elegidos habían recibido a Belial con una celebración, al parecer no reconocieron al hijo de aquel a quien traicionaron y que por muy debajo de su sonrisa escondía gran sed de venganza. Bel miraba a Greed de reojo, estaba viejo, pero como todo licantropo, por lo menos dentro del clan, no había perdido la vitalidad en su cuerpo, sin embargo parecía distinto, había tenido que resignarse a servir al rey dragon y no a poseer el territorio de Howl, no podía desobedecer, estaba atrapado por la marca del dragon, el lider Algul, era sabio, sabía lo que buscaban los lobos traidores, por lo cual usaba a estos para sus trabajos más sucios, manteniendolos completamente aislados del trono y la realeza.
Bel estaba en una posición privilegiada, el rey confiaba lo suficiente en él como para mantenerlo cerca, como uno de sus mejores guardias, y gracias a la marca del dragón podía entrar y salir de la zona del castillo destinada a los lobos traidores.
Bel esperó y esperó, hasta que una oscura noche, idéntica a la noche del desastre de su clan, decidió comenzar con su venganza.
Bel no dormía, hacía guardia junto a 3 dragones en la entrada del dormitorio principal, estaba algo nervioso, pero no podía demostrarlo, no a sus enemigos, debía permanecer lo más relajado posible para luego poder eliminarlos, cuando los pasillos estuvieron completamente desolados y los guardias ocupados, Belial hizo su movimiento, rapido como el viento Belial corto las gargantas de los incautos guardias, incluyendo cuerdas vocales, para esto tuve que ser fuerte y preciso, ocupando la magía de aire para su velocidad y una semitransformación para su fuerza y sentidos, sus ojos eran aún más agudos, sus orejas se habían alargado, sus colmillos y garras parecían cuchillos de fino metal, y su musculatura había crecido.
Ya no había necesidad de ocultar su linaje, después de esta noche podría ser una vez más un orgulloso lobo en vez de un simple esclavo, silenciosamente abrió las puertas de la habitación y se deslizó dentro, se encontraban ahi el rey y una de sus concubinas, ambos dormidos, no había mucho que temer, los dragones son seres muy poderosos, Bel estaba consciente de ello, y sabía que lo mejor era acabarlos mientras estuvieran desprevenidos.
Con mucho cuidado se acerca a la cama real, lo mejor hubiera sido asesinarlos a ambos, pero al ver a la chica Bel no pudo hacer más que evitarla, acercandose solo a Algul, ya sobre él Belial no pudo ocultar sus ansias de sangre, alertando al señor de los dragones, el cual despertó, pero ya era tarde, la mano izquierda de Belial había atravezado al rey, rompiendose las garras y dedos en el proceso, al parecer las escamas del anciano dragon eran de temer, más aún si hubiese estado preparado para el golpe.
Algul miraba a su atacante, al cual era cubierto por la oscuridad, pero podía distinguir unos brillosos ojos blancos, finos como lineas y unos grandes colmillos
- porfin uno de ustedes vino a por mí -
sonreía el dragon
- debiste ser muy ábil para traspasar la guardia que tengo vigilando al clan de los lobos y llegar hasta acá -
estaba muriendo, su herida era grave, Bel practicamente le destrozó el corazon, vomitaba sangre a borbotones mientras hablaba
- sabías que esto pasaría, muere tú y todo tu clan! -
Grita el dragón, la marca en el brazo de Belial comienza a brillar, y un dolor indescriptible lo recorre, no puede evitar contener un grito, que despierta a la concubina, la cual a su vez comienza a gritar desesperada por lo que esta mirando, la marca se hacia mas grande, consumiendo casi todo el lado izquierdo de Bel, el cual se doblaba con alaridos por el suelo, el rey parecía feliz mientras intentaba sentarse en su cama, al parecer arrebatarle su corazón no fue suficiente para matarlo, quizás Belial falló unos milimetros por culpa de sus escamas, pero el rey también había fallado, Bel se incorporó tosiendo sangre, y la marca se redujo volviendo a su brazo izquierdo
- no es posible, esa marca estaba hecha para acabar con ustedes malditos lobos -
replicaba sosteniendose el pecho, el rey no entendía porque no había funcionado hasta que reconoció a quien tenía enfrente suyo, no era uno de los lobos marcados con la fuerte maldición de hace años, era el fiel y orgulloso wolfy, estúpido mote para tan noble ser, su marca no estaba basada en la maldición, sino en aumentar sus poderes de aire, la marca de belial no era para controlar, sino para premiar sus servicios.
El rey se preguntaba como había podido ser tan ciego, el nombre que su hija había otorgado a este soldado era sin duda la pista más obvia, y por ello no la advirtieron.
- al menos el resto de ustedes morirá como la mierda que son -
se burlaba Algul intentando por lo menos dañar de esa manera a Bel
- asi es, son mierda, no merecen vivir, solo son perros al mando de basura, pero yo no, yo soy distinto, yo soy un lobo, si tengo que iniciar un nuevo clan por mi mismo lo haré, una vez más un clan de sangre pura, que ocupará los terrenos que le pertenecen -
respondió Bel fuerte y con autoridad al dragon, su voz rezonaba en toda la habitación, estaba seguro de lo que hacía y lo que debía hacer, sin rastros de arrepentimiento o duda atravezo nuevamente el pecho de Algul, con el brazo derecho asegurandoce esta vez de no fallar, sin importar cuantos dedos más se rompía
- esto acaba aquí -
Habló Bel mientras Algul emitía su ultimo aliento, la concubina seguia gritando, se escuchaban pasos desde los pasillos, clarametne el resto del castillo había sido alertado, las puertas de la habitación se abrieron y una gran cantidad de guardias entraron, seguidos por la princesa, que no pudo evitar un grito de horror al ver a su padre. La habitación oscureció, y todos dirijieron su mirada a la ventana, donde un hombre se encontraba de pie mirando al vacío, su cara seguía igual, con ciertos rasgos caninos que cambiaban un poco su apariencia
- ...Wolfy? -
preguntó la Princesa confundida en ese momento, Bel después de todo era un guardia, que estuviera ahi no era del todo extraño... o si?
- mi nombre es Belial -
Replicó Bel molesto una vez más saltando por la ventana, en dirección a los aposentos de los lobos.
Al llegar se encontró con una horrible escena, los lobos morían de a poco, lentamente, se retorcían en el suelo, y sangraban por cada poro de su cuerpo, entre ellos greed no soportaba casi respirar, Bel se acercó a este y le miro de manera despectiva
- ayudame... -
Decía Greed desde el suelo, retorciendose como un gusano, Bel se agacho a su lado y le mostró la marca de los dragones
- como miembro del clan quiero retar al poderoso Greed en batalla! -
con una sonrisa en la cara Belial imitaba lo que había dicho Greed a su padre cuando lo vió por ultima vez, esa escena nunca se había borrado de su cabeza, la recordaba perfectamente
- que? que? -
Confundido Greed no entendía que decía, el famoso wolfy, al que ya conocían.
- nada!, solo obtener la libertad para mi y los mios, cansados de tu estupidez, podríamos habernos expandido hace tiempo, tener muchos terrenos, ser muchos más, pero tu y tu familia nos ha mantenido aqui, encerrados, como perros -
Grito Belial frente a él, y entonces Greed recordó, delante de él tenía un joven de oscuros cabellos, negros como la misma noche, ahora que lo miraba con detenimiento, podía ver sus colmillos y orejas, ademas de que su olor a lobo, encerrado por tanto tiempo porfin había salido a flote.
- no, no puede ser -
decía Greed sorprendido entre giros y su propia sangre
- te reto!, si ganas nos retiraremos, si yo gano todos los lobos a tu mando pasarán a estar muertos!, no te parece una gran oferta? -
sonreía Bel, estaba furioso, su sangre hervía una vez más al recordar perfectamente esa noche, en que el desastre ocurrió, pero no podía hacer mucho, aunque se hubiesen curado, tenía los dedos de ambos brazos aún algo resentidos por culpa de las poderosas escamas del rey, y no tenía tiempo tampoco, los soldados irían a por él, eso era seguro, asi como también era seguro que la princesa buscaría venganza, ahora, o en el futuro.
Belial se deshizo de sus zapatos y opto por las garras de sus pies, con un ultimo giro le corto la garganta a Greed y dejo que se desangrará lentamente
- yo gano, todos mueren -
Mencionó Bel como despedida, desapareciendo rapidamente del lugar, y saliendo del castillo, Bel corrió lo más lejos que pudo, sin un destino real, solo se alejó cuanto pudo, hasta que la marca comenzó a expandirce nuevamente, sus brazos estaban completamente manchados con la sangre del dragon lider, y al parecer la marca estaba reaccionando a esta, ambos brazos sanaron de inmediato, y obtuvieron un extraño tono plateado, desde sus codos hasta la punta de sus uñas.
Bel estaba algo sorprendido, se sitió bastante bien por un momento, pero luego un intenzo dolor lo obligó a tumbarse en el piso, era como si lo abrieran desde adentro, no podía hacer más que rodar y gemir en silencio, la marca se seguía expandiendo, casi tomando toda su cara, pero luego volvió a reducirse, hasta su brazo izquierdo, y los dolores terminaron.
Bel se levantó, y caminó hacia donde sus instintos demandaban, al parecer la maldición continuaba en él, la marca y la sangre del rey dragón parecía haber dejado una desgracia en Bel, una desgracia que continuaría creciendo, el odio provoca más odio, la venganza de Bel le ha llevado a ser perseguido por las fuerzas que ahora controlaba la princesa dragon, probablemente pondrían precio a su cabeza, pero Bel ahora era portador de poderes que le ayudarían a sobrevivir.
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