Llegada a la gran ciudad

En el corto tiempo que estuve como Tamer de Petitmon (que ahora era un Babydmon) aprendí que, mientras tenga a una Digimon al lado mío, seré un imán para Digimon salvajes que querrán ir en busca de mi indefenso compañero. Por esa razón me vine a Tokio durant un par de días, para fortalecer a mi compañero y ver si encontraba mas Tamers dispuestos a darme una mano.

-¡Ya estamos en Tokio, amigo¡- le dije a Petitmon. Poco a poco nos empezabamos a tomar cariño, pues, pese a las constantes riñas que teniamos, no nos quedaba de otra si eramos compañeros. ¿Estas seguro que puedes evolucionar?

-¡Por milesima vez, si¡ ¡Ya estoy listo para hacerlo¡- me respondió mi colega, escondido dentro de mi bolso. Este estuvo durmiendo casi todo el viaje, sin hacer muchos problemas y quedandose quietecito para no llamar la atención- ¡¿Que esperas?¡ ¡Que me pongo cada vez mas impaciente¡

Me dirigí a un baño público no muy lejos de allí y, con suma sutileza me fije que no haya nadie dentro y le puse una traba a la puerta para que nadie entrara. Luego de hacer esto, saqué a Babydmon de su mochila, para que este digievolucionara tranquilamente y sin problemas. Sin mediar palabra, mi compañero paso de ser un pequeño dragoncito volador verde sin patas y muy tierno, a un dragón celeste, ahora con patas y manos con garras sumamente enormes, una boca llena de dientes filosos y con cuernos alas rojas: Dracomon.

-Asi que este es tu modo Rookie...no esta mal- dije, minimizando el nuevo aspecto de mi colega para que este se molestara. Este solo gruño, pero no dijo nada sobre mi comentario.Bueno, que tal si seguimos...ya es algo tarde y la estación a de estar vacia, así que no hay peligro de que nos descubran...salgamos

Abrí la puerta del baño y, junto a Dracomon, salimos para dirigirnos hacia la ciudad (pero hacia un lugar mas calmo y donde pudieramos encontrar otros Tamers). Con la mochila en hombro y mi colega a mi lado, caminaba sin preocupación alguna, muy relajado y sin tener miedo alguno por ser descubiertos.

Z e Impmon caminaban por las calles de Tokio. Iban cogidos de la mano, pues el digimon tenía apariencia de un niño disfrazado, y a nadie le parecería raro ver a una muchacha llevando a su "hermano pequeño disfrazado" a una fiesta.

- A ver si encontramos algún sitio donde quedarnos un rato... -comentó la muchacha. Lo cierto es que no le gustaba el contacto físico, aunque no le importaba tocar Impmon siendo su digimon, coger de la mano era algo que le costaba esfuerzo.

El pequeño la miró durante un rato y suspiró.

- Si quieres puedes soltarme.

- No, Imp. Esto es para guardar las apariencias-musitó sacando dos piruletas. Le tendió una a su compañero y se metió la suya en la boca-. Mira, allí hay un puesto de Ramen.

Caminaron tranquilamente, cruzando la calle, y se detuvieron frente al puesto. Zayyn apartó con una mano la cortina y se sentó en un asiento. Impmon se acomodó a su lado.

La dependienta preguntó que era lo que querían, y la muchacha pidió dos cuencos de ramen para ellos dos, en perfecto japonés (?).

Logramos salir del subterráneo sin ser vistos. Luego de escabullirnos, comenzamos a recorrer las calles de Tokio, teniendo a Dracomon atado de una cuerda y haciendolo caminar en cuatro patas, para aparentar de que este era una especie de autómata mascota o algo así.

-Esto me sigue parenciendo mala idea- me susurró Dracomon, teniendo un asento cargado de un poco de enojo por tener que andar como un perrito- ¿Y además es necesario humillarme tanto?

-¿Por como te has comportado? ¡Tienes suerte de no haber tenido que ponerte un disfraz de perro¡- le respondí, haciendolo enojar aún más. Seguí caminando mientras veia la gente pasar, hasta que divise un puesto de Ramen no muy a lo lejos.Iremos por ramen ¿Quieres? Yo me sentaré a pedir uno para comer allí mismo y luego pediré uno para llevar para que lo puedas comer tu.

A Dracomon no le quedó de otra que decir si, pues sentí como su estomago ya crujía por haber estado tanto tiempo viajando sin comer. Abrí la cortina del puesto y esperé a que Dracomon pasará y se sentara en el suelo (por que sería raro hacer sentar a tu mascota en una silla para comer en la barra) para sentarme y hacer mi pedido, no sin antes atar la cuerda de mi compañero Digimon a una pata de mi silla, solamente para hacerlo enojar.

-Un ramen de miso, por favor...y uno para llevar si no es mucha molestia- luego de hacer la orden, me di la vuelta para ver a mi compañero, que estaba comportandose muy raro, pues veia fijamente a un niño disfrazado y gruñía muy bajo.Oye...¿Pasa algo malo?

Dracomon no respondió, simplemente siguió mirando a aquel muchachito y cada vez comenzaba a gruñir mas fuerte. Nunca antes había visto enojado a mi compañero (bueno, nunca antes lo había visto colérico, pues casi siempre yo lo hacía enojar), no pude evitar preocuparme por el, pues, por muchas bromas y maldades que le hacía, yo había aprendido a cuidarlo y quererlo.

Comenzaron a comer, una vez les trajeron los bol de ramen. Impmon comía con ansia, como lo haría un niño pequeño, mientras que Zayyn cogía los fideos con los palillos muy calmadamente, intentando no llamar la atención.

En un momento dado la muchacha sintió que alguien se sentaba al lado de su compañero, pero no hizo el menor caso, siguió prestandole atención a su plato. Impmon, sin embargo, desvió la mirada, descubriendo a una especie de mini dinosaurio, el cual le gruñía. Abrió la boca, sorprendido, pero respondió a su gruñido con otro de su propia cosecha.

- Imp, deja de dar la nota y come-le reprendió Z sin mirarle.

No obstante, el pequeño digimon seguía con la vista clavada en el dinosaurio, gruñéndolo. No solía portarse mal si su maestra no se lo pedía, pero el extraño perro se lo había buscado. Aunque, claro, Impmon sabía perfectamente que eso no era ningún perro.

- Impmon, ¿me has oido?

Él comenzó a formar en sus manos una esfera de fuego negro, pero esta se disolvió cuando recibió un capón (golpe en la cabeza) de su compañera.

- ¡Te dije que te estuvieses quieto! -siseó la chica, enfadada.

Al golpearlo, tuvo que volverse para mirarlo, lo que provocó que detectara ella también al dinosaurio. Sorprendida, lo observó, desviando su mirada hacia el chico también. Su mirada se tornó cauta. Un tamer, aunque no parecía violento, llevar de esa forma a su digimon era demasiado llamativo.

Mucho habiamos durado sin ser descubiertos. El mal humor de Dracomon jugó en contra nuestra, pues mi compañero estaba llamando la atención de una muchacha, que miraba detenidamente a mi extraña mascota. No pude evitar ponerme nervioso, pues Dracomon no paraba de gruñir y de enseñar sus dientes a aquel muchachito dizfrazado (que por cierto tenía un disfraz que lucía muy real).

-Perdon por esto, señorita. Espero no molestarla.- le dije a aquella muchacha. Luego de eso, dirigí una mirada fulminante a mi colega, quien ni siquiera se dio cuenta de esto. Velozmente le di un pequeño puñetazo en la cabeza para que dejará de ser tan descortes- Oye, o te calmas o aprieto mas fuerte tu collar.

El joven Digimon hizo caso a mi amenaza, dejando de gruñir y se sentó relajadamente en el suelo. Pero no duró mucho tiempo así, pues luego se levantó y, lentamente, se acercó hacia mi para susurrarme un par de cosas.

-Ese niño me da mala espina- dijo, mirando a aquel muchachito disfrazado- Hay algo raro con el que no me deja estar tranquilo.

-Podrías dejar de ser tan desconfiado.- le dije, ni siquiera preocupandome por lo que dijo, pues me parecía muy excesivo e inadecuado su comportamiento- Si sigues así, te vas a quedar sin comer.

Dracomon volvió a sentarde donde antes, susurrando insultos hacia mi mientras seguia mirando fijamente a aquel muchacho. Yo, por mi parte, comenzé a comer el ramen que había pedido, sin prestarle mucha atención a mi Digimon.

Impmon miró mal al dinosaurio, pero continuó con su comida. Zayyn observó de nuevo al niño, hasta que volvió a prestarle atención a su cuenco. Al inclinarse, su pelo tapó su cara, como si fuera una cortina, de forma que la extraña sonrisa que había esbozado la chica fue ocultada. Giró la cabeza hacia el muchacho.

- Tienes una mascota entretenida... ¿Qué es? ¿Un perro disfrazado?

Comenzaría con lo básico. Estaba algo aburrida y hacia tiempo que no fastidiaba (?) a nadie.

Impmon se bebió el caldo que le quedaba en su cuenco y se volvió.

- Yo también voy disfrazado. Mi hermana me lleva a una fiesta de disfraces.

Zayyn miró a su compañero, divertida, y le plantó una mano en su cabeza.

- Exactamente...