En busca de la urbe acuática [Florida]

Por un momento mire a Luka con cara de tonta y me rasque la nuca sin saber muy bien que decir. Eran momentos en los que mis teorias de que todos eran buenos se podian poner en duda perfectamente. Pero estaba claro algo, habia sido sincero conmigo sabiendo todo lo que tenia encima y siendo yo la unica que le protegia.
-Luka...luego, despues de que consigamos nuestra meta...voy a tener que hecharte una buena bronca y obligarte a pedir perdon a todos a los que has dañado. Te guste o no, acepta tu responsabilidad.
Dije seriamente. luego le mmire y suspire.
-Mis verdaderos amigos no se muy bien donde estan y... aqui conozco gente de vista. Asi que se podria decir que no conozco a nadie, si.Bueno, vamos alla.
Dije avanzando mas en profundidad y guiando a los demas niños. Sabiendo que habia protegido a alguien peligroso tendria lios con DATS y quien sabe con quien mas.¿donde estaban mis amigos cuando los necesitaba?
-Mas abajo, a mas profundidad, ya estamos llegando.

Aun seguían sumergiéndose en las profundidades del mar pero al parecer ya estaban a punto de llegar a su destino, miro a Cyberdramon extrañado ya que no había hablado desde que emprendieron vuelo hacia la Atlantida.

—Que te pasa Cyberdramon, te he notado muy callado desde que llegamos.—El Digimon Cyborg miro de reojos a su camarada al escuchar su pregunta, volvió a mirar al frente para tratar de responder.

Cyberdramon: Es solo que andaba pensando en algo.—No quiso decir en que por lo que Mikoto decidió no entrometer en sus asuntos personales ya que seria algo tedioso si lo hacia.

Kamen, estaba junto al resto, dentro de la burbuja y al parecer el pelirrojo estaba hablando con su camarada digimon y era mejor dejarlos solo por otra parte yo, me encontraba muy callado y pensativo por lo que habian dicho algunos sobre Luka y aunque no era asunto mio, decidi no entromenterme de momento y le pregunte a Strabimon.

Kamen: ¿que piensas Strabimon sobre la cura del virus?, ¿crees que realmente este en la Atlantida?. Dije algo intrigado por el asunto.

Locky (Strabimon): Mi intuición me dice que si y además de que mi aura digital pudo percibir energia digital muy grande y de caracter que quizas posria ser de gran ayuda para el digimundo, asi que creo que vamos por buen camino. Dijo muy seguro de si mismo y el pelicastaño decidio confiar en su camarada.

Teniendo que haber guardado a Kerpymon en el D-Cyber, lo que para mi era un alivio, ahora estaba con los demás sumergiéndonos sobre el lomo del Digimon de Carlos para llegar a nuestro objetivos << Justo cuando no traigo la esfera roja >> muchos peces y otros seres marinos pasaron frente a nosotros, me la pase espantando tiburones haciéndoles gestos y mostrándoles la espada << Zas en toda la aleta dorsal >> pero aun no llegábamos a Atlantis, uno de los secretos mejor guardados en todo el mundo, donde se escondía los más grandes secretos de la historia << Me pregunto si será gente trucha o salmón >>.

Al parecer nos aproximábamos rápidamente hacia la Atlantida, algo que tenía al joven con lentes expectante. - Por fin, después de tanto podremos curar al digimundo. - Sabía que muchos digimon habían logrado escapar, pero el hecho de que no pudieran regresar a su hogar le preocupaba. - Será mejor que el resto no cometa ninguna estupidez. - Un brillo anaranjado se vio en su brazo izquierdo, señal de que había sintetizado su Omniherramienta del Valor.

- Claro, sacar un arma no es algo estúpido. - Comentó el Gabumon al ver el brazo del chico.

-Te equivocas, solo utilizaré el escudo... a menos de que haya problemas... -

A la joven le preocupó el hecho de que pudieran ocurrir problemas al llegar a su destino, y ese sentimiento solo aumentó al ver que Carlos accionó una nueva arma que hasta ahora ella no había visto y el comentario que hizo Imperius al respecto.

—Solo espero que si llega a ocurrir algo malo, no llegue a mayores...—Hizo ese comentario en voz baja mientras observaba un cardumen de peces.

Alec no podía ver lo que ocurría, mantenía sus ojos hacia arriba observando la inmensidad del océano que se encontraba sobre los presentes. Escuchó las palabras de tanto el digimon de Carlos como de Layla e hizo el único comentario que fue sensato en hacer desde hacia algunas horas - Carlos, guarda el arma, es una orden - siguió mirando al cielo como si nada ocurriese, estaba bastante cómodo en lo que parecía ser una nueva cama.

Se desplazaron por largo rato bajo el océano. Era un espectáculo hermoso, podían ver a toda la fauna moverse en su ambiente, a la flora decorar las rocas y el suelo, y algunas burbujas más pequeñas flotar por el agua. A medida que iban descendiendo, parecía oscurecerse todo, pero era un alivio que, de alguna manera, podían ver a la perfección a pesar de todo. Y lo que veían era todo un espectáculo de colores y vida.

Gennai sonreía, maravillado por la hermosura de ese mundo tan desconocido y a la vez tan temido. Si había algo a lo que uno podía temer, eso era el océano, pues nunca sabes que pude haber debajo de tí, esperando a que bajes, ni tampoco podías preveer las maravillas que se guardaban allí.

Pronto, cuando estuvieron a suficiente profundidad, pudo verse a lo lejos un extraño y leve resplandor. Un resplandor que poco a poco parecía dividirse en otros más pequeños. Gennai sonrió nuevamente y miró para atrás para advertir al resto.

- Miradlo, eso es la Atlántida...-dijo, cuando pudo verse con claridad lo que eran esos brillos.

Spoiler:

Se trataba de una gigantesca ciudad bajo el agua, protegida del elemento acuático por una inmensa cúpula que mantenía todo el aire en ese lugar. La urbe, tenía estructura circular, los edificios más pequeños se encontraban al exterior, mientras que los más grandes y magníficos, iban encontrándose hacia el centro, estando ambas zonas conectadas por largos puentes y caminos. Aún estando bajo la cúpula, conservaban lagos y ríos de agua dulce, para no estar desprovistos del elemento fundamental para la vida.

- Recordad guardar las armas, los Atlantidos son reservados y no les gustan los extraños. Por suerte tenemos a Yumi, ella ya los conoce...-avisó el digihuman, a medida que se acercaban.

Al escuchar la "Orden" de Alec el muchacho frunció el ceño. - que no utilizaré el arma. - Dijo algo molesto porque mal entendieran sus intenciones.

- No ganarás nada discutiendo con él. - Mientras nadaba hacia las profundidades el nuevo digimon marino con cara de perro giró su cabeza para ver a su Tamer. - Si llegamos a tener problemas después podrás decir "Te lo dije". -

- De acuerdo... - El chico disolvió el guantelete de energía naranja que llevaba bajo su brazo. - Solo espero que no tenga la necesidad de decirlo. -

Después de descender durante un tiempo más, una enorme ciudad estilo griega antigua se vio bajo un domo. - Es... asombrosa... - Las palabras no podían describir al 100% lo imponente del lugar. - Quisiera quedarme una temporada recorriendo este lugar... -

Mire a Zess con curiosidad, intrigada y con ganas de animarle. Aunque lo que habia hecho habia sido malo, quizas merecia una segunda oportunidad. Luego, cuando me dijo de ser amigos sonrei.
-Claro que podemos ser amigos. No te preocupes. Y respecto a si abra o no pelea...no puedo confirmar nada.
Dije avanzando para ver el mar oscurecerse y finalmente ver el mogollon de edificios del fondo del mar. Luego me parcio a Luka decir algo, pero me calle sin decir nada para adelantarme y que si nos veian como una amenaza, me vieran a mi y cambiasen de idea.
-Espero que me recuerden...o que las cosas no hayan cambiado.
Dije esperanzada y con ganas de ver a los atlantes y conseguir la famosa cura.

Kamen y Strabimon vieron como todo el mar se oscurecia, luego al ver toda esa cantidad de edificios iluminados, Kamen se maravillo y eso se debe a que no todos los dias se podia ver una ciudad como eza, por otra parte Strabimon estaba maravillado, pero debido a su seriedad al igual que Taomon, no lo demostraba y al oir las palabras de la sacerdotisa o la pregunta, mejor dicho, se acerco para hablarle.

Locky (Strabimon): Creo que esta mal dicho, se dice Atlantianos, ¿o no? Y me es un grato orgullo el verte Selene, siempre me ha encantado tu forma evolutiva, ya que eso impone respeto y eso me gusta verlo en ustedes, las renamons y yo por otra parte soy más bien despojado y odiado por el mundo y mi forma de ser, siempre me tratan como un bicho raro y eso lo odio, por eso escogi a Kamen, como mi camarada, ya que el me entiende y vio potencial en mi y me da la fuerza ppara seguir adrlante y espero podamos llegar a ser amigos Selene, ¿que me dices?.

Kamen: valla, no todos los dias se puede ver una ciudad tan bonita como esta. *Dije asombrado*.

Mientras tanto Alec seguía observando hacia arriba y estando acostado así que le resultaba imposible mirar la ciudad debajo suyo - ¿Por que tengo que estar tan cómodo?... - se quejó sin ganas de siquiera moverse y solo mirando hacia arriba viendo algunos peces desconocidos para él - Estás demasiado bago... sabes que ya casi estamos, no?... - le advirtió Lucemon desde dentro del Digivice.

Mientras mas profundo iban, poco a poco se iba oscureciendo el lugar pero afortunadamente todos podían ver con claridad el majestuoso lugar sumergido, la ciudad de la Atlantida. Todo el lugar era hermoso, había una comunidad de animales marinos, flores y plantas. El agua era cristalina y brillante, Mikoto quedo maravillado por el lugar al igual que su camarada.

Se trataba de una gigantesca ciudad bajo el agua, protegida del elemento acuático por una inmensa cúpula que mantenía todo el aire en ese lugar.

El Digi-Human advirtio que guardaran todas las armas ya que los atlantianos eran muy reservados y no les agradaban muchos los extraños.

—Espero que recuerden muy bien a Yumi.—Se dijo a si mismo mientras se acercaban a la ciudad sumergida.

Layla había escuchado claramente la disculpa de Zess, por lo que volteó su mirada en dirección a él y le mostró una sonrisa comprensiva queriendo decir que le perdonaba, tras hacer eso dirigió nuevamente su mirada en dirección a las profundidades y en cuanto hubieron avistado a la legendaria ciudad de Atlantis se quedó sin palabras, de todas formas cualquier cosa que hubiera dicho no habría bastado para expresar el asombro. Era una ciudad muy hermosa.

Optó por sacar su Xros Loader y de la nada sus otros Digimon se agolparon contra la "ventanita" del aparato para ver aquella ciudad legendaria.

Pronto el grupo de tamers alcanzaron a llegar a los límites de la cúpula. En su interior, varios lugartenientes les vieron, se trataban de personas, cada uno acompañado de un digimon, y, alarmados, comenzaron a llamar a las autoridades que se encargaban de proteger la ciudad.

Gennai esperó pacientemente, sabía que llamarían al encargado que dirigía a los soldados en esa urbe escondida en lo más profundo del océano. Por ello, miró a los tamers que lo acompañaban, y les sonrió para infundirle confianzas.

- Todo estará bien, ya veréis-fue mirándolos uno por uno, observando también a los digimons que los acompañaban. Todos parecían maravillados por la magnificencia de la Atlántida, todos excepto algún distraído que no prestaba atención. No dijo nada sin embargo, los que estaban allí se habían unido para ayudar, y tenían la responsabilidad de cuidar de sí mismos.

Fue entonces cuando, de repente, un grupo de humanos llegaron al lugar en el que ellos estaban, aunque se encontraban todavía en el interior de la cúpula. Los humanos, todos ellos acompañados de un digimon de etapa rockie, vestían un uniforme de color azul y verde, como los colores que presentaba el mar de vez en cuando. Uno de ellos, el que parecía ser el líder, dio un paso al frente y los miró con severidad con un único ojo, pues el otro lo tenía oculto bajo un parche. Un Guilmon con mirada dura lo acompañaba.

- Gente terrestre... No sé qué se os ha perdido en nuestra ciudad, pero no nos gustan estas visitas inoportunas.

OFF:

Avance con Zess viendo como al parecer solucionaba un problema con una chica y avance hasta ponerme al lado de los humanos que estaban alli.
-Hola, soy Yumi, vine hace tiempo y solucione ciertos problemas. Vinimos a por el tema del virus. queriamos saber si aqui habia alguna vacuna...o algo. No se muy bien, sera mejor que os expliquen ello. Yo solo soy la guia^^
Dije felizmente y mostrandoles el dispositivo, quizas se acordasen de el espiritu, quizas no

Al llegar, un grupo de humanos llegaron al lugar los cuales, estaban acompañados de un Digimon de etapa Rookie, todos vestían un uniforme de color azul y verde. Había un sujeto que se cubría el ojo con un parche que los miraba con severidad. Un Guilmon no muy amigable lo acompañaba.

La peliceleste se acerco a ellos para darle explicaciones de porque el grupo de Tamers estaba allí, al parecer esta esperaba que la reconocieran mostrando su Digivice a los humanos Atlantianos.

Por fin habiamos llegado a la hermosa y legendaria ciudad de la Atlantida << Así que por aquí debe estar el aeropuerto de Atlanta >> con nuestra llegada los atlantianos quedaron un tanto perturbados, así que por algo del exterior de seguro se habrían aislado en esta cúpula tan sumergida en el océano << Venimos en son de hambre >> de la nada, la tripa me rugió luego de ver un cardumen de peces pasar sobre la cúpula.

Luego de que unos oficiales de la ciudad aparecieran, abrace la espada con toda la fuerza que tenían << ¿Se suponía que debía guardar las armas…? >> mire a los Digimon de la ciudad y los de que llevaban los otros tamers, aprovechando que nuestros guías estaban arreglando la situación, me le acerque a Carlos con una mirada de perro arrepentido -Ayúdame… A esconder la espada…-.

Al aproximarnos más a la ciudad, unos guardias se nos acercaron para conocer el motivo de nuestra visita. La completa atención del chico con lentes estaba puesta en la interacción entre Yumi y el sujeto con el parche en el ojo, por lo que cuando Fary se aproximó a él se sobresalto. - ¿...? - Escucho atento la petición de su amigo, con la vista fija en los guardias. - ... - No quería más problemas con Alec y con DATS, pero no podía dejar a un amigo así. - De acuerdo... - Tomó la espada y la introdujo por debajo de su capa, colgándosela a la espalda discretamente. Si bien llevaba un suéter además de la polera, el contacto con el metal le dio un pequeño escalofrío. - Es... rara... - Le dijo a su amigo mientras se acomodaba la capa para ocultar completamente el arma, esperando a que nadie se diera cuenta.

El pelicastaño se encontraba tranquilo y mirando la ciudad y se extraño un poco al ver a los guardias del lugar acercarse y el pelicastaño, se quedo tranquilo viendo como la peliceleste conversaba con lo hombres de traje verde y azul, explicandoles la situación y se acerco al pelirrojo, para preguntarle.

Kamen: ¿que crees que valla a pasar ahora?. Pregunte, un tanto nervioso por la situación, pero tranquilo, ya que no habia hecho nada malo y no pensaba hacerlo en esa ciudad.

Alec sigue observando hacia arriba ya que no le encuentra sentido a hacer otra cosa por el momento.

OFF:

El atlántido miró fijamente a Yumi, mientras que su Guilmon observaba a los demás digimons con una pizca de recelo. El hombre, dio una mirada circular, examinando los rostros de todos los recién llegados, pero de nuevo clavó su atención en la muchacha cuando esta le explicó quien era y cual era el motivo de su "visita".

- Yumi... Si, recuerdo algo de hace unos años...-el humano cerró el ojo un momento, pensativo, y posó su fuerte y trabajada mano sobre la cabeza de su compañero digital-. Rear, ¡qué opinas?

El guilmon soltó un leve gruñido, y con una voz que tenía cierto timbre femenino, respondió:

- Son de arriba, no nos podemos fiar de ellos.

Gennai intervino entonces.

- Por favor, llévanos con tus superiores. Necesitamos ayuda urgente... Puede que esto os afecte también a vosotros a la larga. Pero podemos cooperar entre todos para solucionarlo.

El humano abrió el ojo finalmente, mirando al digihuman. Metió una mano en su bolsillo y sacó de él una cajetilla de lo que parecían ser unos cigarros. Se encendió uno, y se lo metió en la boca, pero no expulso humo, sino un conjunto de burbujitas pequeñas.

- Está bien...-hizo un gesto con una mando enfundada en un guante, y a la señal, los soldados que lo acompañaban tocaron la cupula por unos instantes-. Podéis atravesarla, no se rompera, ahora esa parte es como de gelatina... Seguidme.

El hombre se dio la vuelta, acompañado del Guilmon llamado Rear. Una vez pasaran los invitados a la cúpula, esta se tornaría de nuevo de consistencia dura, y los soldados se pondrían detrás del todo para vigilar la marcha desde atrás... No podían dejar a ninguno de esos extraños rondar a sus anchas por la ciudad.

Gennai iba de los primeros, observando con curiosidad la gran metrópolí subacuática. Les llevaron por las calles más externas, fueron obsequiados por miles de miradas de los ciudadanos, de los recelosos ciudadanos, mientras avanzaban. Al pasar aproximadamente, unos treinta minutos, el atlántido del parche que los guíaba, les llevó hasta una especie de puente enorme y larguísimo que se sostenía sobre el lago en el que dos largas hileras de Crusademons vigilaban el paso que se dirigía directamente hacia un enorme edificio de un brillante color celeste, casi parecía estar fabricado de hielo.

- El Palacio Real...-explicó el hombre-. Imagino que no hace falta decir nada, pero por si acaso... Es el lugar más seguro de toda la ciudad.

Llegaron junto a las grandes y prominentes puertas, las cuales, fueron abiertas por dos Knightmons. Nada más entrar, se encontrarían en una amplia sala de forma circular, con un pasillo por delante en el cual otras dos hileras de guardias, esta vez humanos acompañados de sus digimons protegían el único paso hacia la sala del trono...

Una vez dentro de la busbuja volví a ser humana y le smire esperando que me reconozcan mejor. Luego avancé poco a poco entre todos y buscando a mis viejos amigos. Hice gestos a los nuevos niños para avanzar sin temor.
-Yo... no pretendo molestar a nadie. solo venimos a pedir ayuda

Mikoto miro con el rabillo del ojo al pelicastaño al escuchar su pregunta, rió un poco mientras lo dejaba de mirar y quedarse observando a las demás personas.

—No lo se, pero espero que sea divertido.—Dijo el pelirrojo contestando a su pregunta mientras se cruzaba de brazos y esperaba a que los dejaran pasar a la hermosa ciudad.

No obstante, por fin los habían dejado pasar, Mikoto estaba sorprendido por aquel lugar, casi parecía estar soñando. Los guardias iban desde atrás para vigilar cualquier movimiento en bruto de alguno de los humanos. Mikoto bajo de la espalda de Cyberdramon e hizo que regresara a su forma Rookie ya que no se requería mas de Cyberdramon.

Luego de caminar las extensas calles, fueron llevados a un enorme edificio celestial, el hombre explico que era el Palacio Real y al parecer se estaba luciendo con la protección del lugar. Mikoko simplemente chasquido la lengua al oír tales palabras.

Todos llegaron a unas grandes puertas, las cuales fueron abiertas por dos Knightmons. Al entrar, se encontraron con una amplia sala de forma circular, con un pasillo por delante en el cual otro par de hileras de guardias acompañados con sus Digimons protegían lo que parecía ser el único camino hacia la sala del trono.

Al parecer ninguno de los guardias se había dado cuenta de como el chico con gafas ocultaba entre su ropa la espada de su amigo Fary. Cuando por fin los dejaron pasar, la burbuja en la que se encontraba junto a Layla y Alec se pegó a la cúpula para dejarlos pasar. - Me recuerda a una vesícula celular. - Dijo con una sonrisa mientras Amarumon atravesaba la membrana por otro punto. - Será mejor que regreses a ser un Agumon, no queremos problemas. - El Digimon acuático brilló con un tono celeste y se fue encogiendo, hasta que dejó en su lugar al pequeño dinosaurio naranja.

Los guardias adoptaron posición de escolta para guiarlos a través de la ciudad, todos los habitantes se habían amontonado para ver a los extraños que llegaron a su ciudad. La espada que tenía en su espalda seguía estando helada, y parecía pesarle más y más a cada mirada de curiosidad que le daban al grupo.

En cuanto todos salieron de la burbuja esta se deshizo, Layla deshizo la Xros y procedió a guardar a Sorcerymon al interior del Xros Loader, mientras caminaban siendo escoltados por los guardias Layla observaba maravillada a su alrededor, mientras que Wizardmon en cambio no le gustaba el hecho de que el grupo fuera el foco de atención, eso era algo inevitable obviamente, pero aún así se ajustó el ala de su sombrero para ocultar su mirada e hizo lo mismo con el cuello de su capa. En esa etapa adquiría un poco de la conocida timidez que poseían casi todos los Wizardmon.

Me mantuve cerca de Carlos para así no perder de vista mi espada, yo confiaba en él pero no en el sujeto que me llevo en su Metalgarurumon. A medida que nos acercábamos a unos Knightmons me sentía un poco preocupado, estos seres no se me hacían 100% confiables ya que abandonaron a los de la superficie a nuestra suerte cuando ese virus ataco.

-¡…!- Kerpymon quería salir del D-Cyber que hasta parecía estar forzando su salida, mi control era mayor por lo que pude evitarlo, pues si lo lograba de seguro le gustaría causar caos en esta ‘’calmada población’’.

<< La sala del trono, estamos cada vez más cerca de acabar con esto >> el rey de seguro seria el más listo de ellos y de lo más seguro es algún conocido de nuestros guías.

Alec se levantó una vez que ya los dejaron pasar, caminó junto al resto observando el lugar con la manos en los bolsillos sosteniendo al digivice con la mano derecha - ¿Por qué presiento que nos darán un ataque sorpresa y nos matarán a todos? - dijo en voz baja al ver a los guardias dentro de aquella sala.

El hombre del parche continuó caminando, sin inmutarse de las miradas que los guardias de aquel pasillo dirigían a los recién llegados. Se detuvo frente a la puerta, y en un susurro le pidió al soldado que la protegía que abriera, que era un asunto importante del cual el rey debía ocuparse. El guardia les dirigió una mirada de recelo, pero asintió a regañadientes y abrió el enorme portón, dejando ver una sala grande, mucho más amplia que la anterior.

La sala del trono era sin lugar a dudas el lugar más bello de aquella ciudad. Una sala completamente hecha de cristal, a través del cual podía verse el agua que cubría la cúpula, a pesar de tener posiblemente cientos de pisos por encima... La tecnología avanzada de los atlánticos era evidente. También había múltiples mesas y estanterías llenas de libros con gruesos lomos de piel, de papel, de plástico... Y mucha gente, toda una corte de hecho. A la izquierda de la sala, un grupo de personas ataviadas con ropajes largos y azules, posiblemente una especie de consejo. A la derecha, un grupo de soldados. Y al medio... un hombre de avanzada edad, con una larga barba colgándole de la barbilla, sentado en un trono hecho de algún extraño material. Y a su lado, un jóven de rostro muy similar al de ese hombre.

- Mi rey...-el emparchado hincó una rodilla en el suelo.

Segui a aquella gente con todos los demas. Avanzando con cuidado de no causar ningun problema. Llegamos a una sala bellisima y pude ver como habian cambiado las cosas en la atlantida. Entonces vi como nos dirigiamos al reey y al igual que el otro chico, tambien hince la rodilla en el suelo.
-hola, veniamos a hablar e intentar buscar una solucion que a la larga nos acabara afectando a todos. Quizas aqui se encuentre la solucion.
Dije mirando al rey

El grupo de Tamers habian sido guiados a una sala enorme, al parecer era la sala del trono, en el trono yacía un hombre de avanzada edad y con una larga barba que le colgaba de su barbilla.

Como había mencionado el hombre del parche, era el rey, el rey de toda Atlantis. El pelirrojo decido hincar su rodilla al igual que el joven del parche y Yumi para no ser descortés ni nada parecido.

Tirando de la capa de Carlos le pregunto en voz baja -¿Él es más listo que vos? Ojala que para esa edad lo rebases- me volví para atrás para ver a los Knightmons y si eran como los guardias del palacio de Buckingham, que en paz descansen << Ojala si se queden quietos… >> con una expresión de seriedad me acercaba para jugarles bromas << A todo esto, ¿Por qué hay Digimon en la Atlántida? >>.

Al llegar ante el que parecía ser el Rey muchos de los miembros del grupo comenzaron a arrodillarse. - Tsk... - El chico mostró una mueca de incomodidad, ¿Por que todo el mundo se arrodillaba ante un rey que no era suyo? - ... - Miró a Alec esperando a ver si los presentaba como los altos rangos que eran en la rama de DATS, y como representantes de ésta ante el toda la Atlantida.

La joven de cabello negro hizo lo mismo que los demás y su Digimon compañero imitó la acción. Con su mirada clavada en el suelo por alguna razón se preguntó cómo estaría su madre, el día anterior había ido a verla al hospital y le había llevado flores nuevas, seguía conservando la esperanza de que despertaría.

Solo esperó a la respuesta que Yumi recibiría ante lo que dijo, y en otra parte de su mente rogaba que no ocurriera nada malo.

De repente, un portal se abre de la nada y Alec y Kammen son absorbidos por él, siendo llevados a otro lugar, lejos de la atlántida. Ni Gennai ni los atlánticos parecieron sorprendidos por ello, ambos tamers habían sido expulsados de la ciudad sumergida por diferentes razones, y no eran necesarios ya más en ese lugar.

De repente, el rey sonrió, cuando vió a su súbdito rendirle pleitesía. Movió una mano en señal de que no eran necesarios esos modales, y con algo de esfuerzo, se levantó de su trono.

- Padre...-dijo el muchacho de jóvenes facciones que se encontraba a su lado.

- No te atormentes, Amatis. Puedo moverme.

Sin embargo, el príncipe insistió.

- No es eso lo que me preocupa...-miró de soslayo a los visitantes, pero eso no fue suficiente para acallar a su anciano progenitor, quien se plantó frente a los tamers y el digihuman de la superficie y extendió los brazos hacia los lados.

- Sed bienvenidos a la Atlántida, jovenes de la superficie...-los fue mirando uno a uno, hasta que sus sabios y cansados ojos se detuvieron en el digihuman y en la muchacha de cabellos celestes-. Ah... a tí te recuerdo... Eres la portadora de los espíritus de la pureza que vino hace unos años... El tiempo te ha tratado bien...

El principe, Amatis, se removió, pero se colocó al lado del soberano para no ser eclipsado tampoco. No era un muchacho demasiado orgulloso, pero quería dejar mostrar que él también estaba allí, y que vigilaba sus acciones.

- No se si os acordaréis de mi hijo... Amatis ha crecido mucho, en todos los aspectos... Confío en que un día el gobierne de la misma forma que yo he hecho-el rey se mesó la larga barba blanca-. Pero dejémonos de milongas. ¿Cómo os va allá arriba?

Gennai miró entonces a Yumi, pero decidió que, como líder del grupo, le correspondía a él hablar del asunto. De modo que esbozó una sonrisa conciliadora y dio un paso al frente, sin malas intenciones.

- Su majestad. Mi nombre es Gennai, y si me permitís explicaros... La situación en el mundo digital es complicada y delicada... Un peligroso virus se ha extendido por todo el Digimundo, infectando a todos los digimons por igual... Los tipo Virus se hacen casi indestructibles, y más fiertes... Pero los vacuna acaban pereciendo sin remedio y sin posibilidad de revivir...

Aquella noticia hizo que todos los allí presentes soltaran exclamaciones de terror y de sorpresa. Amatis se mostró inquieto y se removió, mirando a un Wizardmon que esperaba tras él, su compañero. El rey, sin embargo, sólo frunció el ceño y se meso la barba con más insistencia.

- Ya veo... Supongo que eso también nos concierne a nosotros...

OFF:

Mire al viejo intrigada ya que me resultaba extrañamente familiar. Aparte de ello por mucho que miraba a mi alreedor no conocia a nadie de la ultima vez. Era tan misterioso. No tarde mcho en enterarme cuando el viejo barbudo se acerco dandonos la bienvenida. Fueron grandes mis ganas de darle un abrazo al ver abiertos aquellos brazos. Pero sin conocerle ni nada me daba mucho reparo. Entonces el hablo reconociendome y sonrei entendiéndolo todo. El tiempo alli corria diferente.
-!!!!Amatiiiii  un abrazoooooo¡¡¡¡
Dije felizmente abrazandole y tirandole de los mofletes como si nada.
-Has crecido mucho, eres un hombre hecho y derecho y por lo que veo has gobernado genial.¿y Wizarmon?¿sigue contigo?
Pregunte intrigada y mirandole con una dulce e inocente sonrisa. Luego le señale a mis amigos mientras Genai hablaba del problema.
-Necesitamos una vacuna. Es lo mejor para todos, digimons virus y vacuna. Aunque en estos casos siento la necesidad de pelear contra los virus. Si no podeis darnos una vacuna...podriais ayudarnos.Si no os importa.
Luego mire a su hijo y le cogi de la mano.
-Amatis hijo, seras tan genial como tu padre algun dia^^.

Suoh se levanto y se quedo mirando al rey, aquel señor de bastante edad les dio a los Tamers una bienvenida a su reino. El pelirrojo miro a el hijo del rey y noto que detrás de el había un Wizardmon, al parecer era el camarada del príncipe.

Poco después, el Digi-Human le explico al rey sobre el problema que tenia el Digimundo con aquel virus, al parecer también les concierne a los atlantianos propagar el virus de una vez por todas. Suoh quería decir unas palabras pero mejor prefirió callar y dejar que Gennai hablara por todos.

La bienvenida que les dio el Rey fue cálida y amigable. Al parecer recordaba perfectamente a la guía del grupo y ésta al joven príncipe. - Un Placer. - Dijo el joven  inclinando la cabeza ante sus anfitriones. Al parecer Alec había sido llamado por DATS, porque un portal se abrió en mitad de la sala y se lo trago llevándolo lejos. - Espero que no tengan problemas con que dos miembros de DATS estén bajo su jurisdicción. - No quería malos entendidos, por lo que prefirió decir inmediatamente que pertenecían a dicha organización.

Gennai les contó lo sucedido en el Digimundo, algo ya conocido por muchos, si no todos los tamers. ¿Acaso era posible que no se enteraran de la situación del Digimundo? ¿Ninguno de los ciudadanos de la Atlantida había ido a este mundo y se había topado con el virus?

Mire extrañado lo que hacían todos, y de su modo de tratar a la gente de la Atlántida << Este tipo de gobierno no tiene futuro… >> me acerque al Digihuman y me coloque en reverencia sobre mi pierna derecha y puse mi brazo izquierda sobre la pierna de mismo lado en dirección al rey -Su majestad…- dije en un tono de pura seriedad -Le agradezco la calida bienvenida, mi nombre es Paraqiel Tail, es un honor estar frente de una persona de su calibre- luego dirigí mi mirada hacia Amatis y le dije -También es un honor estar en su presencia príncipe Amatis, le aseguro con mi vida que nuestra presencia no causara problema en su hermoso mundo bajo los mares- devolví la vista hacia el frente, cerré los ojos y agache la cabeza dando una expresión imperturbable y sensata pero en realidad solo trataba de aguantar la risa que me provocaba la situación.

—Es un honor conocerlos.—La joven procedió a ponerse de pie y tras decir eso prefirió guardar silencio, aunque la tomó por sorpresa el hecho de que los Atlantes no estaban al tanto de la situación actual del Digimundo debido a aquel peligroso virus.

Su Wizardmon pensaba lo mismo, los habitantes de aquella ciudad escondida bajo el agua tenían Digimon, ¿como no podían saber eso? Aunque decidió dejar eso de lado, lo que importaba ahora era obtener la cura.

El príncipe Amati se sorprendió tanto ante el abrazo de la frontier, que no fue capaz de reacionar a tiempo. A cambio, el muchacho ganó cierto tono rojizo en las mejillas, y miró para otro lado con vergüenza.

- Ho-hola-musitó azorado, dando un paso hacia atrás y tratando de recuperar su compostura.

El rey soltó un leve risotada alegre, pero enseguida se puso serio, cuando los visitantes dieron sus motivos de encontrarse ese día en aquella ciudad. Continuó tirando ligeramente de su barba, con aire pensativo, y comenzó a caminar de lado a lado de la sala, preocupado. Al final, tras probablemente dar con una posible respuesta, se detuvo de nuevo, frente a Yumi y a Gennai.

- Nosotros no tenemos cura para tal enfermedad... De hecho, ni sabíamos de ello hasta ahora... Lo siento-dijo. Sus arrugas se marcaban cada vez que fruncía el ceño y arrugaba la nariz-. Pero tenemos una avanzada tecnología, y haremos lo que sea necesario para encontrar una cura.

De repente, un hombre ataviado con largos ropajes y con aspecto intelectual, se acercó a su señor por detrás, y le susurró algo al oído. El rey escuchó con atención, y cuando el otro terminó de hablar sonrió.

-Qué buena noticia...-le ordenó retirarse al hombre y volvió a prestar atención a sus invitados-. Veréis... No tenemos una cura, e investigaremos para conseguirla... Por las molestias que hayáis podido sufrir, vamos a otorgaros un obsequio.

El hombre científico de antes regresó, portando entre sus manos una caja del tamaño de una caja de zapatos, la cual le tendió al rey. Este la abrió, y les mostró a los habitantes de la superficie su contenido: unos implantes para terminales que podrían conectarse con los aparatos.

- Esto es una mejora para esos aparatos que portáis, las terminales. Con suerte, con ellos ahora tendréis acceso a la materialización de datos. En otras palabras... podréis guardar vuestras pertenencias en ellas-el rey le devolvió la caja al científico, el cual se acercó al grupo y comenzó a repartir los implantes.

-Por favor, hacer todo lo posible por ayudarnos. no sabemos que hacer ni como pararlo. Es complicado parar algo asi y...a mi me tienen prohibido ir por si acaso.
Dije mirando a todos y mirandoles con tristeza.
-Se que podemos confiar en vosotros.
Tras aquello nos dieron unas mejoras y sonrei emocionada.
-,es magnifico, muchisimas gracias. Muchisimas gracias de verdad. Os traere helados a todos.
Respondi emocionada.


off( ando super liada, asi que pongo un post malucho, lo siento)

El rey se mostró muy amable y sincero con ellos, al parecer realmente no tenían conocimiento sobre la situación en el mundo digital, pero prometió ayudarlos a encontrar una y obsequiarles una mejora para la Terminal de batalla. - Muchas gracias. - Dijo el muchacho sacando su aparato de entre sus pertenencias y cargando los datos del programa en su terminal. - Esto será de mucha utilidad en el futuro, se lo aseguro. - Cuando los datos estuvieron listos desconectó el aparato y lo volvió a guardar entre sus pertenencias. - Disculpe mi rey... - El muchacho se aproximó un poco y se dirigió al soberano. - ¿Le molesta si DATS envía uno de sus mejores científicos para ayudarlo en la cura? Creo que sería de utilidad. - El joven esperó a que su solicitud no fuera mal entendida.

Al parecer la Terminal de Batalla de Suoh tendría una nueva mejora por parte del rey de la Atlantida, era muy amable de su parte darnos aquel regalo. Al igual que Carlos, Suoh saco su Terminal para cargar los datos del programa y la volvió a guardar.

—Es muy amable de su parte.—El pelirrojo le agradeció mientras esperaba al resto para salir de allí y volver a la superficie.