Una entre muchas [Misión de impmon Kor][España]

Misión Solicitada:

Deberás iniciar tu post indicando como tus pasos te llevan a este lugar, y el por que de los mismos. puede ser lo que quieras; Sentiste las almas, la oscuridad, mera coincidencia, una voz te atrajo... O lo que se te ocurra. Una vez desarrollado, continúa leyendo.

...

Un pueblo abandonado por ya muchos años se muestra ante ti, casas de tres épocas distintas se alzan por toda su extensión, antaño quizás lustrosas, ahora completamente consumidas por el tiempo... Ochate, conocido también como "la puerta del infierno" o "La boca del infierno" fue un pueblo que antaño sufrió varias epidemias hasta terminar como finalmente se muestra ante los ojos del ahora único visitante; Primero en 1860 se extiende la viruela, de la que apenas sobreviven una decena de personas. Después, en 1864 se extiende el tifus, arrasando también con casi toda la totalidad de habitantes... Y por último, en 1870 se extiende el cólera, que fulmina para siempre a toda la vida del lugar... Ninguna comarca cercana fue afectada.

Pero no son esas viejas leyendas lo que ahora resulta interesante, pues lo cierto es que la siempre presente y hablada maldad de aquel lugar, ahora resulta mas patente que nunca... Varias almas en pena, invisibles para los ojos de humanos corrientes, vagan por las callejuelas, entrando y saliendo de los edificios que las decoran... El flujo parce ser mas continuo en la lejanía, y ninguna de las almas muestra síntomas de paz, todas ellas están alteradas, cada una encolerizada, mostrando ira y sed de vida en la mirada. Mas ninguna actúa al ver al intruso, si no que sencillamente lo observan y cuando se pierde de su vista, continúan su camino.

Dado mi exilio del digimundo al inicio del virus, me acostumbré a vagar, en mi forma de Fantomon, por el mundo humano. Un sano entretenimiento en este aburrido mundo era asustar a los desprevenidos humanos apareciendo al frente de ellos y verles llorar, rogando por su vida. Pero esa es otra historia.
El tema es que hubo un momento en que, luego de mucho probar, hallé la forma de entrar de nuevo al digimundo. Y se dio la casualidad de que de la misma forma podía regresar a este mundo. Y eso había hecho cada vez que me aburría de estar en un lugar.

Como cada uno de mis regresos son en lugares inesperados, por cuestiones de I.P., esta vez aparecí en un lugar de Europa. España. Nunca antes visitada por su lejanía de Asia.

Y dado que es es un lugar nuevo, era menester investigarlo. Particularmente me gustaba estar alejado de los fastidiosos humanos, así que siempre investigaba primero los bosques.

Luego de una larga caminata por un bosque moderadamente normal, la energía del ambiente comenzó a cambiar. No estaba realmente seguro de que forma cambiaba hasta haber avanzado más allá, guiado por la curiosidad.

Como los digimon, cuando evolucionan, son realmente una nueva configuración de su forma anterior, yo aún tenía algunos vestigios de mi forma "Fantomon". Y esto me daba cierta intuición acerca de las formas "fantasmales", en la medida de lo posible. Cuando empecé a llegar al pueblo esta tesis se comprobó. Logré sentir energía que me recordaron a mi forma anterior.

-¿Será que esto no es solamente una alucinación? Hace poco evolucioné, así que no debe ser raro... - susurro a mi mismo - Aunque nunca antes me había pasado...

Hubo un silencio casi que absoluto hasta que llegué al pueblo. Empecé a investigarlo. Me pareció raro que estuviese deshabitado, y con aquellas construcciones tan extrañas.

Pero me sobresalté cuando sentí que "algo" pasaba cerca de mi.

-¡¿Quien eres?!- digo sacando una de mis espadas de mi espalda, listo para atacar-¿Por qué siento tantas cosas raras?

Como única respuesta, un ente entre espectral y translúcido detiene su movimiento, mirando dubitativo al Digimon, como si algo no fuera correcto en el panorama que le rodea, mas al poco tiempo emprende de nuevo su camino en alguna dirección que si bien parece inicialmente al azar por su continuo zigzagueo, está claramente encaminada hacia el este.

En pocos segundos y de cada una de las esquinas del pueblo surgen nuevas sombras translúcidas, cada una de ellas observa al intruso durante unos breves instantes antes de continuar su camino, sin embargo alguna de ellas no retira su mirada del mismo... Todas tienen algún detalle particular en su aspecto "humanizado"; Marcas finas en el cuello, agujeros en lugares de su cabeza que no tendrían que tener hueco alguno, miembros, o los que antaño lo eran, de aspecto rígido, desnudez, rasgos de vapor plásmido brotando de sus manos o boca... pero sus ojos son lo peor, casi completamente opacos y de color blanco, sin iris alguno observan al intruso como si pudieran ver mas allá de su alma, placeres, miedos, deseos y penurias...

OFF:

Afinando un poco mis sentidos, o al menos eso es lo que creí, empecé a lograr ver unas siluetas con forma humanoide. Pero no parecían humanos normales, como los que siempre veía. Algo extraño estaba pasando.
En mi etapa de Fantomon, cuando asustaba a los humanos, ellos vociferaban palabras como "¡Fantasma!" o "¡Espíritu!",  y nunca supe que entender realmente. Solo me reía. Pero ahora, quizás como una epifanía, logré entender que es lo que querían decir.

Motivado por algo más allá que la curiosidad, comienzo a intentar seguir al errado andar del "fantasma", saltado obstáculos que el "espíritu" fácilmente podía atravesar.
Poco a poco fui comprendiendo más las cosas. La arquitectura del lugar era MUY diferente a los otros lugares del mundo humano. La forma de las casas, como estaban pintadas. Algunas hasta estaban deterioradas, con partes caídas. Esto me dio la idea de que estaba abandonado.

Llegó un momento en que me di cuenta de que habían más fantasmas, y todos tenían un camino errático, pero cuando doy un salto enorme y veo el panorama desde el cielo, me doy cuenta de que todos van al mismo lugar, así que con saltos enormes me dirijo hacia el lugar donde está el primera fantasma en toda la horda, o al menos es que creo yo que es el primero.

-Algo raro pasa acá. Tengo que saber que es.

Mientras el Digimon comienza a saltar para recorrer el entorno con vistas aéreas, los pocos espíritus que en lugar de seguir su camino lo observan, un número mayor a cada nuevo salto, como si su actuación, demasiado vivaz estuviera llamando su atención, poco a poco los saltos son menos poderosos, hasta que al llegar al origen del flujo de almas, Kor debería de ser capaz de sentir un extraño agotamiento que, en situaciones normales, nunca debería de mostrar por algo tan poco importante como meros saltos.

En frente suya se abre la entrada a una enorme cueva, podría ser perfectamente una antigua mina, o un túnel de salvamento para la guerra. Las almas salen y entran de la misma, mas en su interior no hay nada. Cada vez que un espectro atraviesa el límite que separa el exterior del interior de la oscuridad sencillamente desaparece, y cuando un nuevo espectro reaparece, su silueta tampoco se ha visto aproximarse por las profundidades del lugar, sencillamente "aparece".

Mientras tanto y mientras observa estéticamente la curiosa entrada, poco a poco los espíritus que le observaban dejan de hacerlo, y por cada ojo que se aparta de la esfinge del Digimon, su cansancio y agonía se reducen, hasta que, tras un minuto, vuelve a encontrarse en perfecto estado, si bien hay espectros que además de seguirlo observando, ahora parecen guiarse sus pasos, ajeno al flujo común. Y no es necesaria pupila alguna, para dejar claro que es a el a quien observan.

OFF:

De verdad se empezaba a sentir una pesadez increíble. No podía creer que mi poder fuese decayendo tan vorazmente. Poco a poco mis saltos perdieron magnitud, aún cuando yo trataba de saltar. Y me di cuenta de las miradas de los "entes". De alguna manera intuí que eran ellos los que afectaban mi poder.

-Debe ser que-susurro para mi mismo-llamé su atención. Seguro no quieren que haga esto... Creo que por su poder no debería llevarles la contraria. Podrían hasta hacerme daño.

Luego de esta reflexión empecé a andar más calmadamente, reanudando mi andar inicial.
Quizá por curiosidad seguí el rastro de los fantasmas, aunque fuese inseguro para mi. Llegué al punto de entrada y salida. Luego de analizarlo por unos segundos, tomo una decisión. Coloco mi mano en una pared cerca de el lugar donde salen, esperando que pasase algo, o al menos sentir una energía.

Una vez todo vuelve a la normalidad, solo cuatro espectros tenebrosos parecen continuar "siguiendo" al Digimon, todos ellos son parte de los anteriormente vistos con claros rasgos de haber sufrido una muerte violenta... Unos segundos mas tarde uno de estos se da la vuelta, comenzando a vagar en aparente camino al azar, tal y como el resto de espectros normales, solo tres permanecen observando, y su influencia no parece ser la suficiente como para causar síntomas demasiado adversos al intruso, quien puede sentir haber recuperado al ciento por ciento sus poderes.

El muro no parece emitir energía alguna, si bien su tacto resulta el mas gélido que jamás se haya sentido, pareciendo helar incluso los datos que corren por el cuerpo de Piedmon. Está claro que algún tipo de fuerza recorre esa puerta, pero resulta tan inverosímil que ni si quiera alguien con una antigua experiencia espectral tan cercana como la del Digimon parece poder sentirla, percibiendo únicamente frío y algo mas, algo que tras analizarlo con la mente clara parece ser una macabra mezcla entre temor y atracción.

¿Quien eres? - Como un suave susurro unas palabras casi inaudibles recorren la mente de Piedmon - ¿Quien eres? - Repite en un "tono" algo mas audible, si bien la voz sigue surgiendo del interior de la mente del Digimon - No eres ninguna de ellas... Esperaba que fueran las primeras en llegar... jeje... ¿No es gracioso lo que puede llegar a hacer el destino? - Un sonoro gorgoteo de placer acompaña a las palabras pronunciadas, que, tras un inquietante silencio, vuelven a pronunciarse - Adelante, entra, acomódate con nosotros... Si sabes moverte y llegas a comprender, quizás puedas apoderarte de algo interesante antes de que ellas se percaten. Y con eso podrás conseguir todo aquello que desees... ¿Que es lo que deseas?

Mas allá del miedo, lo que me apoderaba era la incredulidad. No podía creer lo que estaba pasando. Había pasado MUCHO tiempo en el mundo humano y nada como esto había sucedido. Todos los humanos tenían forma física. Algo palpable que tocar. Nada de cosas etéreas ni tonterías como esas. Mi conocimiento previo hizo que nunca confiara en lo que estaba pasando. Así que me planteé revisar más a fondo, sin responder a lo que dijo aquella voz, pues tampoco pensaba que fuera alguien (o algo) que estuviese en ese lugar.

Empecé a revisar el perímetro. Trepé por todo lo trepable o escalable que estuviese cerca. Toqué más las paredes, intentando sentir algo más. Salté, me arrastré, caminé y estuve parado por varios segundos; al final recibiendo señales inconclusas. Por último me acerqué a la pared que toqué por primera vez, y traté de hacer algo atrevido.

Puse toda la palma de mi mano en la pared y empecé a producir una muy pequeña bola de energía, que si fuese grande produciría un gran desastre, pero de este tamaño el daño sería, aunque considerable, pequeño. Mientras la hacía lentamente y sin apuro, pronunciaba:

-¿Que sucede aquí? ¿De verdad me están llamando? ¿Son humanos?

La energía empieza a acumularse, y por el momento nada parece ocurrir. En cuanto esta es colocada sobre el muro de piedra, estalla tal y como debería ocurrir. Cundo el humo se disipa, solo quedan restos de piedra por el suelo, y en pie, una única columna que sigue haciendo mantenerse en pie a la entrada original de la cueva - ¿Huh...? Esperaba un tipo distinto de curiosidad ¿No lo sientes?. No voy a hacerte daño, no al menos yo... Claro, siempre puedes huir si es lo que quieres, pero ¿Es eso? En cualquier caso... No tengo muchas mas fuerzas para hablar, a partir de aquí y por ahora, estas solo. Veamos que se te ocurre hacer -  El interior de la cueva parece normal, no se siente ninguna energía extraña desde la misma.

Si accedes por el boquete recién creado, notarás como la sensación extraña surge de nuevo desde la entrada que ahora queda a tu espalda. Dentro el aire es frío, denso, cargado de una sensación extraña, inexplicable ¿es miedo? Lo parece, mas a su vez contiene una ligera carga sentimental, entre placer y deseo, pero sobre todo miedo.

-Con que si eres algo-susurro de forma casi inaudible-Pero... Aún no entiendo...

Esto lo dije cuando la "cosa" me dijo si tenía curiosidad tenía que seguir, para luego escuchar que ya no podía estar.

-Pero ¿Me vas a dejar así? ¿Acaso crees que soy un juguete? ¿Sabes qué? Huir será de las últimas cosas que haré.

Empiezo a aproximarme camino al túnel, mientras pensaba de que forma un ataque tan débil destruyó esa montaña. Aún no había medido mi poder en esta nueva etapa. Pero luego de pensar en eso, inmediatamente empecé a pensar de que forma esa estructura sobrevivió. "¿Cabría la posibilidad de que fue hecha por seres humanos? ¿Tendrá esto que ver con el mundo digimon? ¿Algún digimon está jugando conmigo?" fueron de las cosas que pensé mientras llegaba. Pero no iba a responder mis preguntas yéndome. Quizás hasta consiga algo por aquí que me ayude el resto de mi vida. "Este lugar tiene que tener algo especial. No puedo perder esta oportunidad."

Cuando estoy ya entrando al camino, en mi mente empezaron a pasar cosas que también se manifestaron en mi cuerpo. Era un sentimiento extraño, aunque nostálgico. Algo que hacía mucho tiempo que no sentía. Lo que si estaba seguro es que no era normal, y que tenía que estar consciente de que algo me estaba afectando. O al menos mientras eso fuese posible. "No jugarás con mi mente."

Solo el eco de su propia voz, devuelto por las paredes de la cueba responde al Digimon, sea lo que sea, aquella voz ya se ha perdido en donde fuera que hubiera salido, tal y como esta misma indicó al señalar su falta de fuerza.

Cada paso que le lleva al interior de aquella cueva no hace mas que generar nuevas emociones indescriptibles, leves temblores del cuerpo las acompañan, pero no es miedo o frio lo que las causa, el temblor, ajeno al cuerpo o la mente, parece surgir directamente del alma. En cualquier caso el Digimon decide seguir caminando, y a su alrededor no aparece nada que pueda resultar extraño, si bien, antes de andar por demasiados minutos, quizás segundos, podrá observar que la luz del túnel no solo no se ha reducido en lo mas mínimo pese a no haber antorchas o linternas que iluminen el camino, si no que ha aumentado levemente. Una vez decida si investigar o no el por qué de esto, no será difícil descubrir que ha estado caminando sin avanzar en lo mas mínimo, a su espalda, a solo un metro se encuentra la entrada de la cueva, con la única diferencia de que la apertura extra que el había hecho con su ataque ha desaparecido por completo.

Si sigue intentando avanzar en el túnel, los pasos dados no llevarán a ningún sitio. De intentar abrir una nueva salida, en esta ocasión los muros no cederán. La única opción parece ser atravesar el arco de salida, pero... De observar detenidamente el exterior, la visión que le será devuelta no será la de la aldea en la que antes se encontraba, si no una versión pútrida y deformada de la misma, si bien ¿Es posible atravesar el arco?

Poco a poco, con cada paso, esa sensación extraña se intentaba adentrar más en mi. Luego de poco tiempo me di cuenta de que era imposible que fuese yo el que produjese ese tipo de energías. Sobre todo porque yo sabía que mi especie de digimon podía producir ilusiones y pensamientos extraños. Yo tenía ese poder en mi etapa anterior, y algo me decía que en esta etapa también podía hacer algo así. Y yo no iba a dejar que eso entrara a mi alma tan fácilmente. Pero algo si era verdad: me estaba esforzando mucho en hacer que no lo hiciera. Y puede que llegase un momento que no pudiese más, pero eso no era algo que pasase por mi cabeza. "Yo estoy en mi etapa más fuerte. No me van a controlar así de fácil." era lo que repetía en mi cabeza para concentrarme.

Todo eso pasaba por mi mente mientras caminaba, pero llegó un momento en que intenté fijarme más en el ambiente, y me di cuenta de que algo aún más extraño pasaba. Era como si no me moviese.
Volteo hacia atrás y no pareciera que me hubiese alejado. Era demasiado extraño.
Pero si vi que el pueblito era distinto. Hubo algo que cambió, pero no sabía qué.

Así que, al ver que por más que caminara hacia el frente no iba a llegar a ningún lado, empecé a correr en sentido contrario, prometiendome no parar hasta llegar, o al menos eso es lo que quería que pasara. Así que nunca paré de correr.

OFF: En este post estaba un poco confundido. Así que disculpa si hubo algo que no se entendiera. Y si puedes, claro que podrías cambiarme el nombre a Piedmon Kor.

Paso tras paso, segundo tras segundo mientras la carrera continua, la sensación desaparece únicamente para ceder su lugar a una nueva noción sensorial; El cuerpo se hace a cada instante mas ligero, como si estuviera dejando algo atrás, y en el instante en el cual la razón suplica a gritos que se detenga aquella macabra carrera, entonces algo se rompe, y con una sensación de desvanecimiento inmediata, el mundo que perciben los ojos de Piedmon da un giro de trescientos sesenta grados.

...

Todo ha cambiado. No es que se halle fuera de la cueva, si no que el lugar en el que se encuentra es en si mismo una enorme caverna, tan extensa que de no mirar alrededor podría parecer que se halla nuevamente en el exterior, pero no hay cielo alguno en las alturas, solo un denso techo de roca negra que resplandece ligeramente por betas de lo que parecen rubís luminosos. A su espalda no hay túnel alguno o salida de aquel lugar, como si nunca hubiera existido, columnas de piedra se alzan cada pocos metros manteniendo el caótico aspecto del lugar, cuya rotunda soledad solo es rota, a parte de las piedras rojas,por una extraña niebla verde que recorre la kilométrica caverna hasta donde la vista alcanza, formando en ocasiones siluetas o figuras antes de volver a desvanecerse. Y al igual que ocurría con los espíritus, parece tener un cauce en común, una dirección final a la que lentamente se desplaza.

Mientras corria, mi mente estaba tan concentrada en no perder la cordura que llego un momento en que parecia, quizas, que corria solo como algun tipo de terapia. No me distraia y no me llego a importar nada mas que seguir. Nada vulnerara mi integridad. No en este punto de mi vida.

Pero llego un momento en que parte de la cordura que intentaba rescatar me dijo DETENTE, y asi lo hice. Y al principio no note el cambio. Pero luego de unos segundos todo empezo a cobrar otro raro timbre y aura. Tambien empece a sentirme mas ligero, y para estar seguro miro mis manos, para ver si mi cuerpo no habia cambiado.
Esto tenia que ser algo del digimundo, me decia a mi mismo.

Y por eso agarre un piedra suelta que estaba en el piso y la intente destruir con un golpe de energia desde mi mano. Solo queria ver si esparcia datos al desaparecer.

Sin importar el resuado del experiment, segui caminando, ahora con el ojo mas aguzado, intentando dilucidar lo que pasaba, y sin darme cuenta, siguiendo la fuente de la niebla.

OFF: disculpa por no poner los acentos. Es que en este momento no puedo usar una computadora. Mil disculpas.

OFF:

Al sujetar la roca con la mano y tratar de hacer que estallara, no solo no se descompuso en decenas de datos, si no que directamente, no ocurrió nada. La energía había sido liberada, la explosión había llegado a suceder, pero la roca sencillamente seguía entera, inmutable, como si nunca se la hubiera inducido a estallar. De probar con otros materiales o zonas del entorno, el resultado sería el mismo.

Una vez comienza a seguir la corriente nebulosa del entorno, el panorama parece no cambiar lo mas mínimo, cada pocos metros hay columnas de piedra negra manteniendo el techo en su lugar, la única variable es la niebla, cada vez en mayor cantidad, hasta que, tras varios minutos caminando, todo está cubierto por aquella espesa capa verde... Es entonces cuadno aparece.

A una distancia por el momento no demasiado preocupante, enfocado por un remolino esmeralda de inmenso tamaño, se abre desde el suelo una enorme grieta reluciente que parece absorber la densa corriente verdosa, al tiempo que casi de manera continua varios espíritus surgen de la misma, huyendo con premura hacia el cielo hasta desaparecer a través del tejado.

-Veo que ya has llegado, tenía fe en que serías capaz de lograrlo - La misma voz de hace varios minutos vuelve a resonar, esta vez a un lado del Digimon, de decidir mirar en esa dirección, un cúmulo de niebla esmeralda de apariencia humanoide no definida parece mantener la mirada a Piedmon.

Léntamente la sombra nevulosa va tomando una forma mas compacta, de exactamente la misma estatura que el Digimon que tiene ante si, si bien su apariencia sigue siendo un misterio - ¿Por que tu? No hay ninguna razón en particular o plan preestablecido... La causalidad de los sucesos que recorren el mundo a veces pueden resultar de lo mas divertidos y disparatados... No creo en el destino, pues de lo contrario sería una broma cruel el modo en el que fui derrotado por una fuerza que para empezar, nunca debería haber existido - El tono de la niebla resuena entre violento y cargado de odio, pero no hacia Kor, si no un ente sin definir - Pero llegados a este punto, no voy a ser yo quien se queje de la que sea la causalidad que te ha traído frente a mi, o no al menos de la causa... Pero... ¿El efecto? - Una risa espectral finaliza sus palabras, cada vez mas fáciles de escuchar frente al susurro inicial, tras lo cual, comienza a caminar, con la niebla que forma su cuerpo tomando un matiz a cada instante mas condensado.

- Sígueme elegido - Casi parece mascar la última palabra antes de escupirla, como si tuviera algún matiz entre cómico y despectivo - No se como se ha generado la brecha como para que seas capaz de entrar, pero se como puedes generar una para salir... Ahora bien ¿Te fiarías de alguien que en su día estuvo a punto de dominarlo todo? - Y para cuando la voz alcanza finalmente un matiz normal, la niebla ya se ha condensado del todo, tomando la clara apariencia de lo que casi parece un espejo, pues ante el Digimon de nombre Kor, se alza un ser como el, un Piedmon de color verde por la niebla que lo forma, que sonríe con misterio tras sus palabras - Por que junto a la salida, puedo ofrecerte poder...

El ser de niebla parece reflejar enfado en su rostro cuando Kor insinua que el no es un Piedmon - Créeme proyecto de bufón, soy mas Piedmon de lo que tu nunca podrás llegar a ser - Tras aquellas violentas palabras, emitidas con un filo verbal que ningún arma Japonesa envidiaría, los rasgos faciales de la figura espectral vuelven a suavizarse, hasta adoptar su sonrisa incial - Disculpa... Cuando te tiras años y años encerrado en este sitio acabas volviéndote algo irritable... Supongo que en parte tienes razón, no soy un Piedmon por que no soy un Digimon, soy lo que queda de uno que existió, un alma digital demasiado corrupta como para volver a nacer en forma de Digitama... La hipocresía de aquellos denominados el bien resulta tan... odiosa - Su rostro toma por medio segundo un matiz de peligro ante su última palabra, antes de volver a la normalidad.

- En fin... Por si aún no te has dado cuenta de por donde van los tiros, estás atrapado en una grieta del inframundo que forman todos los mundos. Y creeme, solo podrías estar peor que esto si te encerraran diréctamente en el verdadero inframundo... Así que quizás no te haga gracia saber que es allí a donde tienes que ir  si quieres lograr encontrar una salida - Dice mientras señala entre risas la enorme grieta del suelo, que aún continúa tragando almas - Por suerte como tu aún estás vivo no te pasará nada mientras el resto de almas no vivas no se percaten demasiado de tu condición... Muchas buscan un cuerpo al que poseer para salir de aquí... He visto dentro de tu alma, y tienes mucho potencial, pero aún no comprendes lo que este puede otorgarte, así que en cierta manera, quizás este viaje te ayude a desbloquear tus verdaderos poderes... Yo mismo te los entregaré, si es que eres capaz de encontrar la prisión en la que está encerrada mi verdadera esencia dentro de ese lugar, y una vez entres en contacto con mi verdadero yo, nuestro paralelismo podrá abrirnos una salida a ambos - Un nuevo silencio de unos segundos recorre el aire antes de que Piedmon vuelva a hablar - Yo no le daría muchas vueltas, realmente no te queda otra... ¿Entonces accedes? Si es así salta a la grieta, y suerte en tu búsqueda.

Yo seguía caminando. Viendo en el estado y condición de toda la situación, vi más que recomendable estar atento de lo que decía y respondía aquél "ser". Y con bastante interes. No era necesario amenaza o peligro para que yo le prestara atención a aquella entidad, pues su mera existencia me parecía increible. Más que todo por su forma, pues era tan perfecta de cierto modo, que me daban ganas de tenerla. De todas formas tenía que saber como salir de ahí. No era una estancia muy comoda.

Los extraños arrebatos de ira de el "Piedmon" me sorprendieron un poco, mas no me agarraron desprevenido. Sin mostrar miedo, con mi mente empecé a sacar sutilmente mis espadas de mi espalda, buscando alguna forma de protegerme, pero al ver su calma, me retracté. Aunque desde ese momento estuve preparado para lo que fuese.

A todo lo que el ser me decía, yo asentía la cabeza sin chistar. No veía inteligente hacer berrinchez con el único ser que "conocía" de ese lugar. Pero al final, cuando terminó solo me quedó una cosa por saber de su boca:

-¿Que es lo que tengo que buscar?-digo muy seriamente. No era tiempo para chistes o sarcasmo, como me gustaría-¿Que me voy a encontrar ahí abajo? ¿Como evito que esas almas me sigan? Entiende que tengo que saber eso. Guerra avisada no mata soldado, dicen los humanos.

El piedmon espectral  escucha con tranquilidad y aparente paciencia las palabras del Digimon, por su expresión concesiva, las dudas parecen respetables - Tienes que buscarme a mi... En una de las regiones mas oscuras del inframundo hay varios cristales a través de los cuales se disciernen siluetas, solo una es la de un Piedmon, esa es mi alma retenida... Mejor, toma esto - Acumulando parte de su esencia espiritual hace entrega de un extraño cristal verde al Digimon - Considérelo una brújula. Si apuntas a la dirección en la que estoy, entonces una llama resplandecerá en su interior.

Y luego suspira pesadamente ante la última pregunta - A los espíritus mientras no les molestes no deberían hacerte nada, como yo quieren escapar y un cuerpo vivo siempre es una gran fuente de vitalidad... Ellos no tienen suficiente poder para huir por cuenta propia, así que si te ven dar muestras de gran vitalidad comenzarán a robar tu esencia, uno o dos no son un problema, ni si quiera se notan, pero si llamas la atención de varios... Bueno, no morirás, pero quedarás extremadamente débil, y entonces ellos te matarán - Mientras dice con misterio aquellos, extiende su propia niebla para formar unas formas espectrales con ella, parecen fantasmas con mantos oscuros y unas extrañas garras - El lado bueno es que puedes combatirlos, son fáciles de eliminar, lo malo es que al combatirlos llamarás la atención de los verdaderos guardianes, así que recomiendo esquivarlos... Por lo demás, hay ciertos Digimons encargados de vigilar las distintas zonas, creo que podrás con ellos, pero no te confíes. Y ahora, te aconsejo entrar, cuanto mas tardes en hacer tu viaje, mas guardianes estarán sin ocupaciones a realizar - Y derrepente desaparece de la nada... Justo antes de que notes un empujón cuyo cometido es echarte a la grieta - Suerte camarada~

Mucho no me importaba ya la presencia de aquellos fantasmas que deambulaban por las catacumbas del inframundo. Como parecían débiles de cuerpo y alma, ya tenía un plan pautado.

Cuando aquél ser me empezó a hablar de las formas en que un espíritu sale de aquí, se me vino a la cabeza algo muy comprometedor. Si todos los espectros necesitan un cuerpo para salir ¿Donde está el cuerpo de este Piedmon?

Pero justamente cuando le iba a hacer aquella pregunta tan crucial, este me empuja, sin prepararme ni nada. No servía de nada quejarme. Ya estaba metido en el problema, y no podía volar, así que me tocaba seguir. Gracias a la caída un tanto pronunciada, me dio tiempo de hacer un aterrizaje bien amortiguado.

-Ya que más da... Vamos a hacerlo-pensé.

Di una vuelta en mi propio eje hasta que vi la luz del "aparato". Y empecé a caminar con una perfecta imitación de un zombi, pero con la mente muy en el juego. Nada me tendría que sorprender. Todos los sentidos agudizados.

Mientras el digimon cae tras ser empujado, Piedmon esmeralda sonríe con macabro placer...Mas su rostro no parece albergar traición o malicia, sencillamente, placer, el mismo que podría ser visto en el rostro de cualquier preso, el día en el cual el agujero hacia su fuga parece estar finalmente abierto...

...

Nada mas caer, Kor puede comprobar como a su alrededor nada parece haber cambiado de aspecto, a excepción de que la niebla y el flujo de espíritus es mucho mayor que unos instantes atrás. La caída ha sido pronunciada y muy larga, pero pese a ello, no ha sufrido el mas mínimo daño, como si solo hubiera caído desde un metro de altura, posiblemente eso tenga algún tipo de importancia, pero las conclusiones quedan a su mente.

Durante su camino ningún espíritu parece prestarle atención, a parte de su color atípico la verdad es que se mueve como el resto de las almas del lugar, permitiendo ello moverse sin problemas durante unos minutos...mas el tiempo pasa, y cuando todo parece ir como la seda, guiado por el cristal que previamente le ha sido entregado, la luz de este se apaga un instante, como si no quisiera delatar a su portador, justo al tiempo que desde el rabillo del ojo puede observar como un espíritu claramente distinto al resto sale desde detrás de una columna, por el momento sin localizarlo, como si olfateara el aire en todas las direcciones, buscando algo...Portando en su derecha lo que parece una pequeña guadaña y en su izquierda, unida por un hilo espiritual al "arma" un candelabro que parece contener cientos de ojos en su interior.

Con cada paso, mis ojos estaban al pendiente de todo lo que llegara a pasar. Los espíritus se bamboleaban por ahí, y yo trataba captar y copiar todas sus aptitudes y actitudes de ellos. Su espíritu y alma vacía, todo lo trataba de imitar. Traté de adaptar también un poco mi forma para parecer más opaco y espectral gracias a mi habilidad de cambiar de forma*. Y me fue bien por un buen rato. Hasta que algo raro se me acercó, y en ese mismo instante la luz del aparato se desapareció.

-Un Fantomon...-pienso en mi cabeza, sin perturbar mucho mi paz.-Es igual a mi antigua aura...

Mi previa evolución era un Fantomon, así que ya iba planeando lo que iba a hacer. Lo poco que hice fue voltearme, sin cambiar mi físico para no llamar la atención de nadie. Lo que si hice fue mirar al Fantomon directamente, captando todo lo que fuese a hacer.

OFF: *(véase la ficha de Wikimon de Piedmon. Uno de sus "ataques" es algo así, pero este no es el ataque, es simplemente un pequeño aprovechamiento de aquella habilidad.)

OFF:

El truco realizado por el astuto Piedmon le permite tomar apariencia similar a la mayoría de los espectros que vuelan por el lugar sin objetivo definido, siendo únicamente alterado por la reciente presencia de un ser que rápidamente le recuerda a su anterior forma evolutiva, si bien, una vez dicho ser se acerca, examinando al individuo a escasos metros, todo parecido queda a un lado.

Si algo hay que explicar de aquel ente que ahora mira fijamente a Kor es que claramente no es un Digimon, tampoco es humano, y no parece un alma mas del lugar... Es como Piedmon dijo, un mero guardián, que por suerte para lo anteriormente hablado, se da la vuelta y sigue su camino. Al parecer el disfraz del Digimon es mas que efectivo, o al menos así resulta con esos seres de mente simple.

Ahora varias posibilidades se abren ante Kor; Por un lado el camino por el cual el ser se ha marchado, que parece tener un flujo de almas mas intenso. Mirando hacia el techo un enorme agujero hay sobre el mismo, y unas escaleras de caracol suben por el mismo, rodeando a la columna central de piedra que lo atraviesa hasta donde la vista se pierde. Por último está el camino que ya estaba siguiendo, carente de un flujo intenso de almas, pero con una niebla espectral mucho mas intensa, tanto que no se puede ver a mas de cinco metros en esa dirección.

La piedra sigue apagada por la presencia cercana del vigilante, y no parece que este valla a marcharse por el momento.