La musica di un diavolo con faccia d'angelo

No eh salido de la base desde que reviví, ya no le veo mucho sentido a hacer algo, bueno o malo… solo me la paso encerrada en mi oficina con Wisemon apuntando no sé cuántas cosas en su libro, Guilmon aun siendo un digitama descansando en un ovillo que hice con la bufanda que empecé a usar apenas me integre a esta organización y me dieron el ropaje de fibras de crome, y yo admirándolo sentada en mi silla tras mi escritorio -Wisemon… ¿qué hora es…?- le pregunto sin mucho ímpetu, no he dormido después de “regresar” a este mundo, realmente no me quiero perder cuando Guilmon renazca

-muy pronto darán las 2 am… ¿por?- las luces amarillas que simulan ser sus ojos en su obscuro rostro se dirigen hacia mí, sin embargo continua con su escritura como si nada -¿quieres que apunte algo en particular?-


-nah… solo quería estar un poco más consiente del paso del tiempo…- por un momento quite la mirada del digi huevo rojo y negro, dirigiéndola al estuche para violín que deje descansando contra una pared tras el reclutamiento de Ada -Wisemon…  ¿te molesta si toco un poco el violín…?- le pregunto levantándome y yendo por el estuche

-nunca te eh escuchado tocándolo, así que me encantaría- dice preparando su pluma para comenzar a registrar como toco en su libro, mientras hace eso, tome el estuche y del mismo saque el violín, apenas hice eso, las cuerdas dieron de si y se rompieron -hmm… sabía que la última vez que lo usaste no estaba en muy buenas condiciones… pero… ¿terminar así…?-

-si bueno… en esos momentos me aferre a mi orgullo y no me rendí hasta el final… pese a que Ada interpreto una gran pieza final…- regrese a mi escritorio y de uno de los cajones saque rollos de cuerda, los tenía allí porque tenía contemplado el cambiarle las cuerdas antes… pero bien… pasaron muchas cosas y nunca lo hice. Me senté en el escritorio mismo, quedando de espaldas a la aparente única puerta y pase a poner las cuerdas y afinarlas

-suena peor que un gato al que están matando- dice tapándose los oídos con las manos -me alegra que solo nosotros usemos la base como casa… traumarías a muchos con eso-

-¡hey! hace mucho que no hago esto- lo fulmino con la mirada  -incluso desde tiempo antes de que volviera a ver a Guilmon- dije pensativa y suspirando volviendo a ver al digi huevo, al cual acaricie con nostalgia y después seguí intentando afinar el violín con sus nuevas cuerdas -pero tienes razón Wisemon… creo que realmente somos los únicos que se la pasan siempre aquí…- susurro como últimas palabras

Ya había pasado su buena cantidad de tiempo desde que se dio por desaparecida a la capitana y a su digimon principal, la verdad es que no me preocupaba mucho que digamos su bienestar, su puesto seria ocupado por otro idiota si ella moría. Hasta ahora el ocupante nuevo fue su segundo digimon, pero tampoco es como si hubiera hecho la gran cosa… en eso se parecía a su dueña. Lo único bueno es que había podido gozar de tranquilidad total en la base, o así era hasta que un chirriante y perforador sonido me despertó a mitad de la noche, cortando de un tajo el total silencio que se saboreaba en esta apacigüe noche – ¿Qué mierda suena? ¿Acaso un gato se coló en un ducto de respiración y termino atascado – farfulle molesta cubriendo mi cabeza con la almohada, aun con eso lograba percibir ese maldito sonido chirriante e insistente.

Tener un oído agudizado por ser un bio, justo ahora resultaba una verdadera molestia y ocasiono una superficial migraña la cual me impulso a buscar el origen de tan desagradable sonar y repicar acompañado por un eco acentuado. No tuve que vagar mucho por los pasillos para encontrar la fuente sonora – (¿Qué está haciendo ahora ese maldito engrane?) – no medite ni un segundo las consecuencias y pulse el botón que abría la escotilla que fungía como puerta realmente enojada por el escándalo efectuado dentro de lo que suponía era la oficina de la capitana Misaka. La escotilla se abrió rápidamente, di un desplante realmente enojada con todas las intenciones de reclamar el abrupto fin a mi descanso, cuando la vi… la figura de la capitana de espaldas a la puerta con algún instrumento de cuerdas en manos siendo ella la causante del infernal sonido – Capitana Misaka… – masculle incrédula observándola quedándome como si estuviera plantada en el frio suelo, junto a ella había un digitama de tonos rojizos y negros reposando tranquilamente en un envuelto de tela roja; ni rastro de sus 2 digimon novatos, la presencia de otro ser dentro de la oficina me desconcertó y más a un al ver un Wisemon cubriéndose los oídos allí presente.

Hile algunos cabos de obviedad, el Wisemon tenía que ser el engrane retrasado… pero ¿Acaso el lagarto deficiente mentalmente, era aquel digitama? De ser el caso, ¿Cómo fue que termino así? Muriendo y regenerándose en un huevo digital…

No reacciono al escuchar sonar la puerta automática abrirse, seguramente sería Wisemon saliendo para buscar algo de comer o quizás huyendo de mi casi terminanda afinación de violín, así que continuo tranquila hasta que escucho mi nombre y cargo ser mencionados por una voz femenina -¿hmm…..?- me doblo hacia atrás afinando la vista pero con una mueca indiferente encontrándome a la peli blanca mirándome como si fuera… alguna clase de fantasma… ¡oh! ahora entiendo ese dicho -Alisa… ¿vives aquí…?- indago con una ceja en alto dejando los brazos a medio camino de acomodarme el violín en el hombro para empezar a tocar, deduzco que vive aquí, porque seguramente de otra forma no estaría como recién despertada -¿debería de tomarle una foto y luego extorsionarla con ella…? Nah, mejor lo dejo como una vista única para mí y Wisemon- pienso sonriendo para mis adentros con malicia

-¡hola copito de nieve!- Wisemon la saluda alegre y efusivo casi como Guilmon, incluso alzo uno de sus brazos -te dije que Misaka regresaría- se pavonea como si hubiera dicho la mayor verdad del mundo

-¿Copito de nieve?- repito curiosa girando mi cabeza hacia Wisemon sin dejar de estar doblada hacia atrás -¿y eso por qué…? digo, viene de Rusia y tal… pero…- la vuelvo a mirar -¿podrías entrar y cerrar la puerta? no quiero que alguien se entere aun, que ya reviví…- le pido mirándola, me enderezo despectivamente volviendo a estar de espaldas a ella le hago un ademan con la mano y tras eso termino de afinar el instrumento de cuerdas en mis manos

La forma en que la capitana atiende mi llamado es… para dejarte pensando por largo tiempo, y no solo su extraña postura, sino que su semblante y todo en ella lucían no descuidades, sino vilmente demacradas – (¿Qué mierda le paso?) Pfff… ¡Ajajaja! Obviamente vivo aquí, ¿Acaso olvido que fui transferida a esta base? Desde mi ingreso a la organización eh habitado en las bases – explico tras la carcajada demostrada la cual se ve cortada salvajemente cuando el escriba me saluda efusivamente usando un epíteto que realmente me desagradaba – ¡No me digas de esa forma! – ladre en forma de orden al digimon escriba – Tch… – chasquee la lengua y me cruce de brazos, no estaba entre mis planes llegar a darle la razón. Una vez demuestra inquietud por el epíteto que me fue otorgado por el escriba me solicita entrar y cerrar la puerta lo que hago mecánicamente, hasta que asimilo totalmente sus palabras – Disculpe capitana… ¿acaba de decir… que… revivió? – consulto pausadamente, seguramente los vestigios de sueño en mi persona habían causado que escuchase erradamente sus palabras – (La capitana es excéntrica, pero dudo que sea de las que juegan o bromean con “La muerte”) –  aun con la escotilla cerrada, procuro no adentrarme en la oficina con aspecto hogareño, extrañamente no me sentía cómoda pese a que en un principio formamos los 3 un dialogo ágil.

Sus muchos cambios de humor se me hacían muy graciosos, aun así me mantuve seria esperando a que entrara y cerrara la puerta. Me acomode el violín y empecé a tocar suavemente -¿hmm…?- gire un poco la cabeza para mirarla cuando pregunto si había dicho que morí -sep, morí…- respondí sin rodeos y sin dejar de tocar esa melodía que parecía un tanto triste -bastante estúpido eh increíble… ¿cierto?-

-creo que lo estúpido eh increíble es que murieras en tu día libre- dice Wisemon a manera de chiste -vamos, eres la capitana de una organización que fue creada para contener digimon y se te ocurre morir en tu día libre al meter tu cucharota en los asuntos de otros- como siempre me regaña por ser tan entrometida

(4:03) A manera de respuesta, elevo el sonido del violín -así soy yo, ya deberías estar acostumbrado Wisemon- la tonada que llevaba la volví una más rítmica y animada -Alisa, ¿por qué te quedas allí parada? toma asiento- le digo aun tocando, y tratando de mantener los tonos animados

-creo que asustaste a copito de nieve al decir que eres un zombie- explica tranquilamente -después de todo no es normal toparte con una resucitada- agrega a su explicación como si fuera lo más obvio del mundo -que ademas toca el violín a las 2 de la mañana- al decir esto ultimo entrecierra las luces amarillas que son sus ojos, como si me mirada entre despectivo y analizandome

canción:

Llevando un compás perfecto entre la pieza que interpreta y sus palabras, responde mi pregunta como si se tratase de lo más común y cotidiano de la vida y el mundo mismo consiguiendo dejarme sin palabra o respuesta alguna,  adelantándose a mi incredulidad y pese a estar a espaldas de mí, como si pudiera leerme perfectamente opta por cuestionarme sobre la veracidad de ese hecho, con un tono de voz imposible de descifrar – Yo… – esa mono silaba es lo único que mi cerebro es capaz de mandar articular a mis cuerdas vocales.  

Wisemon, el digimon escriba es sino él mismo el que intercepta esa pregunta a luyendo a mi total estupefacción con su propia hipótesis empapada de un tono de reprimienda en contra de la niña castaña. Desentrañando parte del misterio, explicando que lo verdaderamente estúpido radicaba en la ironía de que su baja fuera durante su día feriado y no durante uno de sus tantos trabajos por parte de D.A.T.S. – Solo tenía entendido que se le había dado por “Perdida en acción” hasta ahora, ni su propio digimon había dicho algo sobre su paradero – agrego a la explicación dada por el escriba digital y es entonces cuando la niña de alto rango cambia drásticamente el tempo que lleva con su instrumento y por ende en su interpretación a uno más… “Animado”  consiguiendo darle la razón y al tiempo contradecir a su digimon terminando por solicitarme que tome asiento y deje mi estado semi monótono en la puerta. Con desasosiego avanzo a uno de los sofás ubicados al centro de la gran oficina; el escribano vuelve a tomar la palabra, y por mucho que odie y me desagrade admitirlo, su argumento da justo en el clavo – No estoy asustada – dejo en claro antes de tomar asiento – Es solo… – desvió mis orbes que brillan como el cielo  en una rápida búsqueda de un pretexto creíble que no me deje más mal parada en esta extraña situación – Es sencillamente que me encuentro aun somnolienta; pero tienes razón engranaje oxidado… que la capitana se encuentre tocando a estas horas no ayuda en nada – un respiro se escapa por mis labios – ¿No podría tocar algo diferente…? Esa pieza tiene algo… tétrico en si misma… – me quejo  mirando despectivamente a la niña.

Por primera vez desde que conocí a esta chica que siempre anda con cara de pocos amigos, pude escuchar como titubeo, lo encontré gracioso e interesante. Aunque seguramente es más porque este toda vía media dormida. Deje de tocar justo cuando dijo que lo que tocaba sonaba tétrico -bueno… se llama “Il trillo del diavolo” así que no es de sorprender que suene “tétrica”- use mis dedos para señalar las comillas en mi última palabra

-mejor toca otra cosa niña- entre cerro sus puntos amarillos mientras ordenaba eso -y no me digas engranaje, tu… ¡copito de nieve!- y así agito su puño derecho en contra de la peli blanca

-…- suspire y me acomode el cabello -ustedes 2… se llevan mejor de lo que pensé…- volví a suspirar -estoy tocando por-- -

-a copito de nieve no le gusta estar sola, pero no lo quiere admitir- con esa frase que parecía la verdad absoluta me interrumpió Wisemon, hablando con hasta un dejo de ironía

-…..- en lugar de responder con palabras me puse a tocar ahora otra cosa esperando que esta al ser más animada les gustase a ambos, aunque realmente solo tocaba para el digiegg de Guilmon. Nunca me gusto tocar el violín, pero aun así lo tocaba siempre para Guilmon cuando aún era un juego de video, con la ayuda de un micrófono podía interactuar con él -creo que solo lo aprendí a tocar por ti…- pensé tocando ahora con cierta nostalgia (0:58) -o no, se supone que tiene que ser animada- volví a pensar intentando retomar el flujo de música animada pero después de algo caótico volví a tocar una tonada triste y de nuevo algo caótico -diablos…- susurre aun tocando

Spoiler:

Aun después de escuchar el nombre de la pieza, seguía prefiriendo que fuese cambiada por otra; no me vi en la pena de solicitar un cambio pues el propio escriba dictamino una orden a su propia tamer en la cual solicitaba bordemente el cambio – (Pocas veces son cuando concuerdo con ese conjunto de harapos…) – aquel pensamiento con el cual comenzaba a cambiar mi forma de pensar hacia el escriba se vio derrumbado por completo por el mismo; deseos de responderle me sobraban pero su actitud de viejo cascarrabias me demostraron que para él esto sería solo un juego, con lo cual me limite a mirarlo despectivamente y eventualmente escuchar a la castaña que afirmo algo que me causo verdadera gracia, consiguiendo robarme una risa tenue – ¿Esta…? – ambas nos vemos interrumpidas cuando el escriba suelta lo que para mí es el equivalente a una bomba atómica.

Como la tamer prefiere seguir tocando, opto por la contra parte del interprete la cual es el oyente. Cierro los ojos y le escucho, en un principio parece una tonada alegre pero esta pieza se torna triste y melancólica en menos de un par de minutos consiguiendo que le mire directamente a su pequeña espalda pensando varias cosas, entre las cuales estaban preguntarle sobre su estado de ánimo pero repentinamente retoma el ánimo en la tonadilla pero resulta ser más algo caótico que agradable dejándome sin palabras – (¿Es así como se siente por dentro…?) – un nuevo cambio surge y es el de regresar a la melancolía; como esperaba no dura mucho y se vuelca de nuevo en las intenciones de interpretar algo animado pero solo es un vomito de notas rápidas y fuera de lógica alguna teniendo el descaro de finalizarla como una gran obra de música – Capitana… usted… ¿Por qué toca… ese viejo violín? – ladee la cabeza con un atisbo de “algo”. No sabía decir con certeza que era exactamente, si banal curiosidad o algo más profundo… pero, esa pregunta salió sin más de mis labios…

-¿por qué…?- repito agachando la cabeza, pensando en la respuesta -bien… a Guilmon le gustaba escucharme tocar… creí que tocar sería mejor que estar solo viéndolo…- respondo aun con la cabeza agachada ocultando la mirada, por suerte seguía de espaldas a la peliblanca, aunque Wisemon… él podía ver perfectamente mi perfil

-yo creo que ya te dolía el trasero por estar tanto tiempo sentadota- bromea irónicamente; no me podía enojar con él… aun cuando me fui sola con Guilmon en nuestro día libre, el sigue aquí, junto a mi

-¡oye! quiero verme cool y genial frente a ella- refuto fingiendo estar indignada y enojada -¡ja! pos este…- me cruce de brazos y gire la cabeza en el sentido contrario al que estaba Wisemon -y no le digas viejo a mi violín, Alisa… solo… no lo tengo bien cuidado…-

-pero si tu violín si esta viejo; acabas de admitir que le tocabas a la lagartija cuando aún era un videojuego… o sea, hace un montonal de tiempo- azota sus manos en su escritorio -de menos a de tener 5 o 6 años esa cosa-

-¡igual no está viejo!- grite saltando del escritorio -¡hmpf!- rápidamente me voltee a ver a Alisa -¡¿quieres café?!- le pregunte con un dejo de exasperación

Me sentí cercanamente culpable al escuchar su respuesta, seguramente no debí de preguntar algo como después de que ella misma afirmara que al lagarto rojo le gustase escucharla. De alguna manera el montón de harapos consiguió lo que yo nunca lograría en un millón de años; desviar la melancolía de la pequeña capitana a su clásica indignación, pero aun así sentía a la niña estar toda vía enfundada en la tristeza – (Si lo ubicó en la forma de explicar de Mika y Wolfmon, el lazo de amistad que unen a la capitana y su digimon principal… es de alguna forma lógico creer que se siente culpable por que su preciado amigo muriese… aunque no debería de exagerar tanto; es un digimon, con que su data no sea borrada puede revivir incontables veces) – tan sumergida en mis pensamientos me hallaba, que su cuestionamiento elaborado con un fuerte tono de voz consiguió sorprenderme, gracias a mi temple lo único que demostró esta sorpresa fue la apertura total abrupta de mis ojos – Sí no es una molestia, le agradecería que me sirviera un poco – aclare la garganta, respondiendo recobrando velozmente la compostura – Capitana, usted, ya ha adoptado esta oficina como un hogar, ¿Verdad? – indague observando más detenidamente la oficina en la que estábamos; me percate entonces que además de su inusual tamaño estaba muy bien abastecida como el departamento de un soltero asalariado.

-¡yo también quiero!- levanta el brazo izquierdo, me recordó a Guilmon, solo que la lagartija alzaba el derecho y lo agitaba como loco y pedía un pan o cualquier cosa comestible, si lo pienso un poco, ambos son Gigimon en bebe… aunque no sé qué evolución le siga a Wisemon…

-bien, lo hare ahora mismo- dije mientras dejaba el violín en el escritorio y tras bajarme de este me movía a la “cocina improvisada” que tenía en una esquina al fondo -hmm… Wisemon… según recuerdo, en la enciclopedia de la terminal viene que evoluciona a Dukemon, pero el malo… y según dats, el huevo de Wisemon representaba un gran peligro- pensaba mientras ponía las cosas en la cafetera y luego la ponía a trabajar -¿heh…?- dije saliendo de mis pensamientos volteando a ver a la bio -pues… es más fácil atender mi trabajo desde aquí mismo… ya sabes, hay digimon que llegan al mundo humano a cualquier hora- fui explicando

-además, nadie nos espera en casa; es demasiado grande y solo la habitamos nosotros… 3…- de sonar valemadrista como casi siempre, termino hablando con cuidado al mencionarnos en un numero

-aunque… antes iba más seguido con Guilmon, apenas me pusieron como capitana…- me calle mientras serbia el café -pues nada, nos mudamos para acá totalmente…- puse una taza con café frente a la chica, y junto a esta un plato pequeño con galletas, luego hice lo mismo con el digimon -azucar, crema y esas cosas están al centro de la mesa- le dije a la chica señalando varios frascos de tipo juego de té ingles en la mesa para café frente a la bio

-al final, preferimos estar aquí, ¿verdad entrometida?- dijo agarrando la taza de café con una mano y con la otra, tal cual, un puño de galletas las cuales devoro y luego tomo un gran trago de cafe

-deja de llamarme así…- gruñí sorbiendo un poco de café -¿y cómo lo llevas Alisa? eres de las pocas que viven aquí en la base…- pregunte curiosa, a diferencia de mi digimon yo solo sorbi un poco de cafe y me volvi a centar en el escritorio poniendo el digitama de Guilmon en mi regazo

Cuando la capitana se pone en la labor de realizar la bebida sugerida, me percato de que nuevamente se pone pensativa; ensimismándose en gran medida en sus pensamientos apenas es capaz de escuchar mi pregunta y puede que por lo mismo ella solo se enreda en la búsqueda de una respuesta adecuada, aun con la ayuda del montón de harapos le cuesta trabajo responder, terminando por desviar la pregunta a mí – Sí debo ser honesta, diría que… auto interrumpiéndome, dirijo la taza con el contenido liquido tal cual a mis labios, siempre eh tenido predilección por el café negro, con lo cual, agregarle endulzantes o esclarecedores lo encuentro sobrante eh innecesario. Una vez mojo mis labios y dejo que la cafeína recorra mi garganta pese a lo caliente que se encuentra, me relaja – Diría que no es muy diferente a Rusia, cuando menos a las implementaciones que tiene la alcoba como tal… las pocas discrepancias que hay es que aquí no me encuentro acedada por los científicos y entrenadores las 24 horas del día – repetí la acción de dar un trago al café, degustándolo y al mismo tiempo disfrutando solo de este; pase olímpicamente de las galletas por el simple hecho que nunca me agradaron los dulces luego de lo acontecido con mis padres – Hasta ahora mi estancia aquí ha sido por demás tranquila y sin nada que amerite mención – es entonces cuando recuerdo al компаньонка (Kompan'onka) y su forma de referírseme – (¿La capitana sabrá el significado de esos 2 términos?) – dubitativa la observe pensando en las 2 palabras. Ambas parecían provenir del idioma reinante en estas islas, con lo cual me atreví a mostrarle mi duda – Capitana, ¿Usted sabe que significa Tsundere y Yandere? – martille un par de veces mi dedo índice en la taza, expectante a su respuesta.

-hmm…- le hice unas señas a Wisemon para que dejara de tragar galletas como un niño por un momento -si tan aburrida estas, podría asignarte más misiones o mejor aún, ascenderte. Wisemon, apuntalo para que no se me olvide, hay que llenar de misiones y trabajo a Alisa para que no se nos aburra… o pierda condición física- me le quede viendo un segundo a la peliblanca

-creo que te estas yendo al otro extremo, entrometida- pese a decir eso, en un libreta diferente a su libro apunto lo que le dije -copito de nieve, lo que quiere es algo en lo que ocuparse, si la lagartija regordeta estuviera fuera de su huevo, al menos se podrían dar sus golpes entre ellos…- explica para volver a comer galletas como si no hubiera un mañana -a mí no me gusta pelear, así que ni me lo pidas copito de nieve-

-pues… - miro al techo pensado mientras acaricio el digiegg de Guilmon -¿de dónde salió esa duda?- pregunte con una ceja en alto cuando la peliblanca me pregunto sobre las tsundere y yandere -¿conociste a un otaku?-

-otra cosa que le tocaría responder a la lagartija regordeta- canturrea

-una yandere es… una chica que finge ser tierna pero que en realidad es una loca psicópata que esta aferrada a una persona en particular y una tsundere… es, una chica agresiva, pero que en el fondo es dulce y tierna…- explique desviando la mirada y haciendo ademanes algo torpes

-copito de nieve, si quieres un ejemplo de una tsundere, allí tienes a la entrometida-

-¡no soy tsundere!- reaccione al instante alzando el puño, para luego sonrojarme y agachar la mirada -solo no sé cómo decir o hacer algunas cosas-

-¿lo ves? tsundere total- cuando dijo eso, le arroje una de las guías para los nuevos reclutas, pero como era de esperarse la atrapo sin mucho problema  -en todo caso, copito de nieve… ¿de dónde sacas preguntas tan locas?-

– ¿Ascenderme? – ladeo la cabeza ante esa proposición – No es como si me incomodase esa idea, pero la encuentro apresurada… capitana… no tengo mucho tiempo de haber sido transferida a esta rama; encuentro poco viable y favorecedor que únicamente por “Aburrimiento” sea ascendida – explico y soy seguida por el propio montón de harapos – Me cuesta admitirlo, pero el escriba harapiento lleva la razón; realmente preferiría entablar un combate aunque fuese de practica a ser ascendida; y realmente dudo ser rival para ti escriba, al menos por ahora estoy consciente de las posibilidades de mi derrota; con esto no estoy diciendo nada que pueda ser mal interpretado.

Mientras retomo la labor de disfrutar del café, escucho la explicación de la pequeña capitana sobre mi dubitativa – Desconozco que sea un “Otaku”, sin embargo le agradezco su explicación (Ahora, bien… ¿Por qué Keith me catalogo en esos términos? Dudo encarnizadamente parecer tierna o sinónimos de lo mismo… o quizá, solo quizá pudiera ser Tsundere, pero…) – me mantengo ajena a su pequeño monologo humorístico como si la taza de café en mi mano fuese lo único importante en el universo – Un tamer que conocí hace no mucho, estipulo que yo era una “Yandere” y una “Tsundere” le respondí al escriba para volver a darle otro sorbo a la taza – Simplemente me surgió la duda de saber que me quería decir con ello – y nuevamente me enfoque únicamente en la taza y su contenido.

Aclare la garganta al mismo tiempo que Wisemon, cuando nuestro chiste no fue seguido por la bio -había olvidado lo sería que es…- pensé acariciando el huevo de Guilmon. Cuando menciono que alguien le dijo que quedaría como yandere y tsundere, Wisemon y yo alzamos la vista al techo como si compartiéramos la misma nube de pensamiento, imaginándonos como luciría la peli blanca siendo una de esas 2 cosas

-más que yandere, la veo como una yangire- dice casi sin voz a lo que yo asiento con la cabeza dándole la razón -y si fuera tsundere…- la volvimos a imaginar…

-creo que… seria…- baje la mirada y la vi bebiendo su café tranquilamente -hmmm…- agarre una galleta lentamente sin dejar de mirarla estando completamente seria y sin parpadear

-en definitiva queda más como yangire… o ¿te gusta alguien, copito de nieve?- le pregunta curioso -alguien por el cual estarías dispuesta a matar o morir-

-…- sin más le arroje la galleta con fuerza a su cabeza, realmente no tenía motivos para hacerlo… solo lo hice y ya… o quizás mi motivo era sacarla de ese bloque de hielo en el cual parecía estar siempre metida

Mientras continuaba saboreando la bebida caliente, el harapiento escriba me cuestiono con algo que realmente encontraba poco lógico y a los segundos su tamer me arrojo algo, ese algo conseguí atraparlo con facilidad con la mano – En la posición en la que estoy, encuentro poco viable y fructífero una relación con alguien, por lo cual ni me molesto en interesarme en alguien – explique mirando el objeto que me fue arrojado – No soy muy afecta por los dulces, pero dado a que su urgencia por que los coma es de este nivel… al menos comeré esta… – explique y después mordí la pequeña galleta, tenía un buen sabor… aun así… – No me malentienda, saben bien – explico al tragar – Es solo que… no soy afecta a los dulces, simplemente eso… – aun diciendo eso, me termine la masa horneada, seguido del café, quedándome nuevamente en silencio.

Aunque la sensación incomoda que me abrumaba en un principio había bajado, sentía aun medianamente forzado el ambiente presente, al mismo tiempo y de forma contradictoria quería permanecer, pese a que solo estuviéramos en silencio sosteniendo alguna clase de duelo de miradas o si quiera eso… – (¿Por qué… es así…? Había matriculado que nunca volvería a formas lazos, pero… ) – termine observando fijamente y sin reparo alguno a la niña…

-okay…- le responde casi ausente Wisemon a la chica tamboreando sus dedos en las mesa y luego volviendo a comer galletas felizmente -entrometida, si vas a desperdiciar comida arrojándola como loca mejor dámela a mí- como ya es su costumbre me regaña

-¡hmpf! claro, claro- le respondo a ambos con eso y luego bajo la vista al digi egg de Guilmon acariciándolo y balanceando un puco las piernas -muy pronto regresaras… Shio- murmuro en un hilo de voz para mí misma -¿hmm…?- como me siento observada alzo la vista y me cruzo con la de la bio, la cual está fijada en mi -¿q-qué ocurre?- pregunto… okay, lo admito, me pone nerviosa

-la tención amorosa se puede sentir en el aire- dice Wisemon con un tono de escritor romántico, digno en él, y como siempre no se decir si bromea o va enserio

-¡n-no bromes con eso Wisemon!- le grito, pero por alguna razón siento las mejillas un poco calientes -¿m-me sonrroje?- pensé tocando disimuladamente mi rostro -se supone que estoy acostumbrada a esas bromas y a que se me queden viendo fijo…- vuelvo a pensar y sacudo un poco la cabeza recobrando mi “yo” normal -¿qué no parpadeas?- entrecerrando los ojos le devolví la mirada a la chica

De vuelta en sus actuaciones medianamente rebuscadas, intentan cambiar o desviar el sentido de la conversación – Capitana… usted… – silencie pensando en las palabras adecuadas para decir lo que fue percatado por mi persona – Usted, parece diferente… Es como si se forzara a si misma a pretender estar normal, pero por dentro parece caótica… no quiero decir que puedo leer sus pensamientos, sino que su música y sus acciones me dicen eso. Puede que me equivoque, no lo sé… – me encogí de hombros y volví a sorber de la taza, lamentablemente ya no contenía líquido, me le quede viendo, moviendo la taza suavemente – Solo la conozco con lo que vivimos en el avión, y por ello me hice la idea de que usted era de esas personas estúpidas que se meten en los asuntos ajenos cargando el estandarte de “Ayudar” pero… ahora… estando escondida de todo y todos en su oficina… no parece propio de usted – pese a que era lo que realmente pensaba, lo dije en un tono vacilante. No sentía mucho interés en adentrarme en los pensamientos ajenos cuando sin medicamentos no puedo siquiera con los míos…

Que se diera cuenta de lo forzada que era mi actuación me enchino los pelillos de la nuca, seguramente era algo muy obvio o con lo poco que hemos interactuado ella ya se dio cuenta de cómo suelo ser… aunque la duda que ella misma no sabe interpretar me dejan a mí también con la duda

-¡ja! ¿lo ves? ¡te dije que eras una entrometida!- afirma a los 4 vientos palmeando la mesa mientras aun come galletas, si… horneo demasiadas -no te preocupes copito de nieve, no te equivocas… se le nota la vena de entrometida a kilómetros- vuelve afirmar pero ahora más tranquilo jugando con una galleta en particular  

-…- refunfuñe entre dientes para luego suspirar -bien, tienes razón Alisa, me estoy escondiendo… porque tengo… miedo… de que me maten de nuevo y también a Guilmon y a Wisemon… pero tampoco puedo renunciar así como así a mis responsabilidades…- dejo de acariciar el digihuevo de Guilmon y solo dejo mi mano encima -por eso espero… a que Guilmon renazca… quiero saber su opinión… quiero saber si quiere seguir arriesgando el pellejo protegiendo y salvando a los demás-

-a mí ya me pregunto, y sabe que me importan un comino los demás… si por mi fuera solo observaría- agrega a mis palabras comiendo galletas, pero ahora de una a una, observándolas atentamente antes de llevarlas a su… erm… ¿boca?

-¿si tu murieras y luego de la nada te revivieran… seguirías con tu vida como si nada hubiera pasado?- le pregunte seria a la bio, quería saber su opinión, al final era mayor que yo y parecía más seria en todo momento…

– Pfff… ¡Hahahahaha! Sabía que me saldría con alguna estupidez, pero nunca imagine que de plano terminaría tirándole toda la responsabilidad a su digimon – era una fortuna que ya no tuviese café, de otra forma lo hubiera escupido por culpa de la carcajada de la que soy presa ahora – ¿Por qué no simplemente admite que tiene miedo de que le echen la culpa por el actual declive del mundo? Vamos, estoy segura que en el lapso que estuvo muerta, ese tiempo en el que era ajena a todo lo disfruto pues no tenía que cargar con la obligación de “Limpiar el desastre de otros” – me encogí de hombros y negué con la cabeza – Por algo revivió, y ese algo es que es de las pocas, sino es que la única persona que se atreve a ir directamente contra los “villanos” y evitar a toda costa catástrofes… resígnese, todos la ven como la capitana de la organización de los “Buenos” y como tal debe cumplir su función de escudo y carne de cañón… le guste o no – volví a encogerme de hombros, volteando a verla con una maldita sonrisa de oreja a oreja – Sí no le gusta el destino que tiene por delante, siga escapando, pero por lo menos tenga la decencia de decirle a todos que verdaderamente ya no le importa nada, y dejara todo tal y como esta y no solo se quede encerradita en su perfectamente segura oficina, Capitana Misaka….