Devorador del Inicio [Misión de Layla]

Jijimon te pide ayuda. Como sabes él y Elecmon cuidan de la ciudad del inicio en la cual últimamente se han perdido digiegg que al ser encontrados solo son cascaras vacías y rotas forzadamente. Se tiene la sospecha de que un digimon desconocido es el que se los roba para devorarlos. Investiga acerca de estas extrañas desapariciones y encuentra que o quien es el causante de todo esto. Después, detenlo.

Explica como llegas a la isla fille y cómo te enteras de la situación (estarías en la zona en como la ponen en advnture)

Restricciones, solo podrás usar un digimon a la vez, y los que sean mega se verán reducidos en poder a los de un perfect; no podrás usar tu arma aurora

Realmente era la primera vez que realizaba una ronda por el Digimundo, específicamente en la Isla File, para verificar que todo estuviese bien por orden del jefe Satsuma. Tras haber usado el transportador dimensional de la base fue a parar sobre un terreno muy agradable a la vista, un prado con colinas y un cielo azul con un puñado de nubes condecorándolo. A medida que caminaba la humana pensaba en lo hermoso que era todo aquel mundo ahora que el problema del virus finalmente había llegado a su fin, aunque entonces su andar se vio interrumpido cuando estuvo a punto de tropezar con algo.

Dirigió su mirada al piso y entonces notó los restos de una cáscara de un Digitama, aquello le pareció extraño, y aún más el hecho de que no eran los únicos fragmentos. La pelinegra localizó con la vista otros fragmentos de un Digitama roto, y varios mas a medida que avanzaba por aquel amplio prado. Aquello realmente había comenzado a preocuparle, entonces, no muy lejos notó un punto especialmente colorido en el cual resaltaban "edificaciones" de formas irregulares.
Guiada por la curiosidad la Hunter dirigió sus pasos en dirección a aquel lugar, entonces, cuando hubo llegado sus ojos se iluminaron al ver que todo tenía un aire de inocencia infantil, todo era colorido, lo que había visto desde la distancia eran cubos de juguete apilados y suaves al tacto.

—¡Todo es muy bonito!—Se internó un poco más, hasta llegar a un lugar en el que había Digitamas esparcidos por todo el suelo y una gran cantidad de cunas, en las cuales había diferentes tipos de Digimon Bebé.—Son tan adorables...

-¡aléjate de ellos!- grita lo que parece ser un Elecmon el cual te corta el paso con un pequeño rayo justo frente a ti -¡ya te atrape! esta vez no dejare que te lleves ni uno solo de estos pequeños- afirma decidido cargando su cuerpo con más energía eléctrica

-¡espera Elecmon!- de entre algunas cunas se levanta un Jijimon y de tras de este hay varios digimon bebe -se nota que ella es una niña elegida- le explica al digimon rojo que calma su ataque, pero sigue viéndote fríamente -le pido disculpas de su parte… es muy impulsivo y como últimamente hemos tenido problemas…- repentinamente deja de hablar y toce un poco aclarando su garganta -pero no se preocupe, usted siga con su viaje, o con lo que sea que la haya traído hasta aquí- cruza sus brazos tras su espalda tratando de no lucir preocupado, lo cual no es un muy buen trabajo que digamos

De pronto su tranquilidad se vio abruptamente interrumpida cuando sin previo aviso un pequeño rayo le cortó el paso, la Hunter se volteó en la dirección de la cual provino el ataque y se topó con un Elecmon el cual le observó de forma amenazante.

—¡Sólo los estaba viendo! No pensaba hacer nada malo.—Respondió la pelinegra al oír aquella acusación por parte del Digimon mamífero el cual demostraba estar acumulando más electricidad para realizar un nuevo ataque.

Pero entonces un Jijimon hizo acto de presencia logrando calmar la situación y pidiendo disculpas por la violenta reacción del Elecmon.

—No se preocupe, de todas formas creo que me acerqué demasiado a los bebés. Perdón por eso.—La niña entonces escuchó atentamente lo que dijo el Digimon anciano acerca de tener problemas, entonces recordó los restos de Digitamas que había ido encontrando de camino a aquel lugar, y lo que había dicho Elecmon.—Alguien se está robando los Digitamas, cierto.

Había sido fácil sacar esa conclusión, pero era mejor asegurarse. Además, si realmente estaba sucediendo algo como eso la idea de seguir su camino como si nada le resultaba impensable.

-…- en silencio el viejo digimon te observa para suspirar cuando terminas de hablas -Elecmon-chan, por favor llévate a estos pequeños- ordena cordialmente

-tch… entendido viejo- responde en un casi gruñido antes de suavizar su mirada -vámonos niños, por aquí- y tras decir eso se marcha con los digimon bebé

Cuando ya no se pueden ver Jijimon vuelve a suspirar -bien, veras pequeña… últimamente…- aprieta sus puños tras su espalda viéndose y sintiéndose completamente impotente -hay un ser que nunca hemos visto, pero que se roba los huevos… y para colmo los devora dejando solo las cascaras…- guarda silencio un momento controlando sus emociones -esto tiene cerca de 3 días ocurriendo… y aun así no lo hemos visto…-

La pelinegra al oír aquello sintió un leve frío recorrer su espalda, en su mente trató de contar la cantidad de restos de Digitamas que se había topado en su camino. El solo hecho de pensar en que un ser cometía la atrocidad de acabar con la vida de un inocente bebé le resultaba verdaderamente horrible.

Definitivamente iba a ayudarles, no podía permitir que aquello siguiese ocurriendo.

—Entonces hay que hacer guardia.—Fue la primera idea que se le vino a la cabeza. Observó a su alrededor analizando las construcciones de aspecto afelpado y luego los árboles que crecían allí los cuales eran muy frondosos.—Ya tengo una idea.

Ella vigilaría oculta desde la espesura del árbol desde el cual tuviese mejor vista y Beelzebumon vigilaría desde las alturas, si alguno detectaba alguna anormalidad avisaría al otro con una señal.
El demonio motociclista había surgido del Xros Loader para escuchar el plan de su Tamer, pero no se le veía del todo convencido cuando la pelinegra terminó la breve explicación. A su parecer, el plan era demasiado simple...

-hemos intentado montar guardias Elecmon-chan y yo, pero… pareciera que el ser sabe cuándo tenemos la guardia baja- dice al escuchar el plan de la peli negra -me alejare para que parezca que es el caso…- dice antes de hacer una reverencia clásica oriental y luego irse

off:

Rápidamente la niña se subió al árbol con mejor vista y desapareció entre el espeso tumulto de hojas de vivos tonos de verde. Beelzebumon seguía mostrándose reacio ante la idea de que un plan tan simple como aquel fuese a funcionar. Además, conociendo a Layla lo más probable es que terminaría jugando con los pequeños muñecos de peluche que colgaban de las ramas más bajas, pensó el demonio de tres ojos para sí mismo al tiempo que hacía surgir sus alas de color azabache de su espalda y silenciosamente alzaba vuelo.

El Digimon sobrevoló el lugar estando atento a cualquier señal de movimiento, no supo cuanto tiempo pasó, ¿minutos, horas? Eso resultó una nimiedad al percatarse de algo que se movía entre los Digitamas de manera sigilosa. De forma inmediata el motociclista descendió aterrizando justo en frente de un...¿arbusto?

—¡Beelzebumon, me asustaste!—De entre las hojas se asomó ligeramente la Hunter, quien le dedicó una mirada de reproche al Digimon Virus. Aunque después su semblante cambió a uno más alegre y "astuto".—Me haré pasar por un arbusto, así puedo vigilar los Digitamas directamente. Nadie sospecharía de un arbusto.

Beelzebumon: Créeme que yo sospecharía mucho de un arbusto que se mueve y que además me sigue...—Se llevó una mano al rostro y dejó escapar un profundo suspiro, sentía que su Tamer no estaba tomando la situación con la seriedad debida y aquello le preocupaba, mucho.—Por favor prométeme que no harás nada que arriesgue tu vida...

La pelinegra asintió y Beelzebumon le revolvió el cabello con una mano, le dirigió una última mirada a la Hunter y volvió a levantar vuelo. Layla por su parte volvió a ocultarse en su disfraz de arbusto y siguió vigilando a los Digitamas.

Puedes sentir como el ambiente se vuelve pesado y molesto, sientes como si algo estuviera al asecho y es en ese momento cuando tu digimon desciende… tras la corta platica con él, lo que sea que estuviera en la proximidad de la zona parece ya no estar cerca pues el ambiente está tranquilo de nuevo, como la calma antes de la tormenta. Pasan varios minutos de total silencio y quietud, y así se mantiene todo… sumergido en ese extraño y tranquilo silencio. Con ambos vigilando y la presencia de tu digimon completamente revelada, el acechador parece estar pensándoselo 2 veces antes de hacer su siguiente movimiento

En algún momento durante su vigilancia, en la arboleda escuchas algo moverse, como un suspiro entre las sombra y los troncos, sin embargo no logras ver nada, lo mismo ocurre con tu digimon, la espesura de los arboles le bloquea la vista. Lo que sea que se mantenga allí no se muestra ni un poco

La Hunter detuvo toda acción cuando escuchó un sonido proveniente de la arboleda, se quedó completamente quieta y sin emitir ruido alguno, lentamente dirigió su mirada al tumulto de vegetación tratando así de detectar alguna presencia sospechosa en específico, pero aquello le fue imposibilitado por la espesura.

La chica salió de su disfraz de arbusto y alzó su mirada al cielo, el cual era surcado por el demonio con alas de cuervo el cual al igual que Layla trataba de ver algo en el bosque.
Entonces la Hunter se llevó dos dedos a la boca y emitió un silbido el cual llegó a oídos de su compañero con total claridad. Beelzebumon de inmediato descendió nuevamente aterrizando así junto a su Tamer y le dirigió una mirada de incógnita.

—Necesitamos de Baalmon.—Fue lo único que ella dijo. Beelzebumon asintió y un momento después en vez del motociclista estaba el Digimon aclamado como "El Señor Sublime", Baalmon, quien en un parpadeo se internó en la vegetación.—Por favor ten cuidado...

Pensó ella observando el punto en el que su Digimon había desaparecido y después observó los Digitamas, había que protegerlos, detener al malvado que estaba causando todo aquel daño.

Mientras tu digimon se interna al bosque, este se da cuenta que inclusive la luz que debería filtrarse entre las copas de los arboles es inexistente y además, dentro de esa obscuridad se siente una extraña intranquilidad. Los juguetes que cuelgan de los arboles allí presente dejan por completo de ser lindos y perfectos para niños volviéndose pequeñas cosas salidas de las peores pesadillas de alguien. Dentro de toda esa atmosfera de ultra tumba escucha el crujir de una rama seca pero al acudir al origen no parece haber rastro de quien sea que la pisara

En donde tú te encuentras, empiezas a escuchar murmullos y quejidos provenientes de todas y ninguna parte. No parece ser ninguno de los digitamas allí presentes, pues ninguno se ha roto, técnicamente estas sola, pero los ruidos siguen presentes, con claras intenciones de incomodarte y hacer que te marches de una buena vez…