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Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
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Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
El Sol se posicionó sobre la ciudad, en mitad del día, culminando el momento del mediodía, coronando los edificios como una aureola brillante. Los vehículos surcaban las carreteras de las calles atropelladamente, los humanos iban de un lugar a otro, regresando a sus casas para comer, después de una dura mañana de trabajo o de colegio. Japón era uno de los países que más masas de gente abarcaba, uno de los lugares más habitados del mundo... Por ello, aquel tráfico de humanos era agotador, y agobiante... Incluso para mí.
Tamborileé los dedos sobre el mango de las manillas del carrito, esperando a que el hombecito del semáforo se tornara verde, con los ojos, a través de las gafas de cristal naranja polarizadas clavados al frente. Llevaba ese día el pelo recogido en una cola de caballo que dejaba colgados los lacios cabellos rojos por el cuello. ¿Mi indumentaria? Una camiseta blanca y suelta, unos vaqueros un tanto desgastados con tiras colgando y unas botas. A mi alrededor, una masa entera de personas uniformadas, molestas personas que no se cortaban un pelo al empujar si así conseguían meterse por delante para ser los primeros en cruzar el paso... ¡Como si eso fuera una estúpida carrera! Joder... Chasqueé la lengua, irritada, hasta que finalmente se pudo pasar a la acera de enfrente. Con suavidad, empujé el carrito al otro lado, tratando de esquivar a los que se ponían por delante. Di un resoplido, hubo un momento en el que me agobié por tanta gente, pero afortunadamente, conseguí salir de esa zona en apenas unos cuantos minutos, alcanzando una parte de la urbe mil veces más tranquila, un gran parque, precioso y tranquilo.
- Ya era hora... Maldición, odio las ciudades con tanta gente... ¡Con lo bien que se estaba en Oceanía!-Mi ritmo de paseo se redujo un poco, empujé el pequeño vehículo con suavidad, tratando de no despertar a la que dormía en su interior... Asomé la cabeza para verla una vez más.
El bebé estaba durmiendo, plácidamente, con una carita tan inocente que nadie diría que hubiera salido de mis entrañas. Sin embargo, juraría que Freyja, lejos de parecerse a mí, era casi como Kenshi, tranquila y silenciosa. Aunque no podía quejarme tampoco, había heredado el color de mis cabellos en su pequeña matita de pelo y las pecas por parte de su rostro, y además, pocas veces lloraba... Eso era algo que tenía que agradecer, sobre todo por las noches.
Esbocé una leve sonrisa cuando la niña dio un leve suspiro, apenas un soplo de una mariposa, y curvo sus finitos labios en una alegre mueca. Debía de estar soñando, quién sabe con qué... Me erguí de nuevo, colocándome recta, y reanudé hasta llegar junto a un banco de madera, junto a unos árboles. Como antes he mencionado, se estaba en total tranquilidad, Freyja podría dormir todo lo que quisiera hasta despertar. Coloqué el vehículo del bebé al lado, y me dejé caer sobre el asiento, resoplando, y apoyé un brazo en el respaldo del banco, lanzándo una mirada al cielo, a través de las gafas de sol. << La verdad es que después de tanta pelea y tanto trabajo, se agradece un momento de paz... Necesito unas vacaciones... >> Seguidamente, mi mirada verde cayó hasta fijarse en la pequeña, su leve respiración era, a decir verdad, algo muy bonito de ver.
Tamborileé los dedos sobre el mango de las manillas del carrito, esperando a que el hombecito del semáforo se tornara verde, con los ojos, a través de las gafas de cristal naranja polarizadas clavados al frente. Llevaba ese día el pelo recogido en una cola de caballo que dejaba colgados los lacios cabellos rojos por el cuello. ¿Mi indumentaria? Una camiseta blanca y suelta, unos vaqueros un tanto desgastados con tiras colgando y unas botas. A mi alrededor, una masa entera de personas uniformadas, molestas personas que no se cortaban un pelo al empujar si así conseguían meterse por delante para ser los primeros en cruzar el paso... ¡Como si eso fuera una estúpida carrera! Joder... Chasqueé la lengua, irritada, hasta que finalmente se pudo pasar a la acera de enfrente. Con suavidad, empujé el carrito al otro lado, tratando de esquivar a los que se ponían por delante. Di un resoplido, hubo un momento en el que me agobié por tanta gente, pero afortunadamente, conseguí salir de esa zona en apenas unos cuantos minutos, alcanzando una parte de la urbe mil veces más tranquila, un gran parque, precioso y tranquilo.
- Ya era hora... Maldición, odio las ciudades con tanta gente... ¡Con lo bien que se estaba en Oceanía!-Mi ritmo de paseo se redujo un poco, empujé el pequeño vehículo con suavidad, tratando de no despertar a la que dormía en su interior... Asomé la cabeza para verla una vez más.
El bebé estaba durmiendo, plácidamente, con una carita tan inocente que nadie diría que hubiera salido de mis entrañas. Sin embargo, juraría que Freyja, lejos de parecerse a mí, era casi como Kenshi, tranquila y silenciosa. Aunque no podía quejarme tampoco, había heredado el color de mis cabellos en su pequeña matita de pelo y las pecas por parte de su rostro, y además, pocas veces lloraba... Eso era algo que tenía que agradecer, sobre todo por las noches.
Esbocé una leve sonrisa cuando la niña dio un leve suspiro, apenas un soplo de una mariposa, y curvo sus finitos labios en una alegre mueca. Debía de estar soñando, quién sabe con qué... Me erguí de nuevo, colocándome recta, y reanudé hasta llegar junto a un banco de madera, junto a unos árboles. Como antes he mencionado, se estaba en total tranquilidad, Freyja podría dormir todo lo que quisiera hasta despertar. Coloqué el vehículo del bebé al lado, y me dejé caer sobre el asiento, resoplando, y apoyé un brazo en el respaldo del banco, lanzándo una mirada al cielo, a través de las gafas de sol. << La verdad es que después de tanta pelea y tanto trabajo, se agradece un momento de paz... Necesito unas vacaciones... >> Seguidamente, mi mirada verde cayó hasta fijarse en la pequeña, su leve respiración era, a decir verdad, algo muy bonito de ver.
- off:
- Más o menos así viste owo solo que ese tatuaje no lo tiene, lleva uno en el otro brazo y otro en el mismo antebrazo.
PD: Freyja lleva un kigurumi de charizard :3
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
*Clack*
Escucho a lo lejos…
*Clack*
Se repite el ruido y consigue hacerme abrir los ojos, todo era negro, un total y máximo negro. Intento moverme pero no puedo, solo floto sin rumbo fijo -¿dónde estoy?- pienso, pero más bien parece que hable sin mover la boca
-¿Misakamon…?- escucho la voz de Guilmon como si estuviera triste y entre que me susurra al odio y como si estuviera muy lejos, pero al buscarlo con la mirada no doy con él; al mismo tiempo siento como soy arrastrada y la obscuridad se vuelve un gran destello pero no me deja ciega, cuando este se disipa veo el cielo
-es la mañana…- susurro aun con la sensación de flotar, pero solo tengo esa sensación, no siento el clima ni nada parecido -¿qué fue…?- miro mi mano, pero me encuentro con la lanza Gram -Dukemon…- intento recordar lo que hacía antes, pero son solo trozos de imágenes -¿por qué… no me importa recordar o no…?- sigo flotando sin rumbo fijo mirando el cielo, era bastante relajante -es verdad, yo siempre digo que cuenten nubes a los reclutas cuando están nerviosos en alguna misión- mientras pienso eso, flotando aun veo un edificio y me voy acercando al mismo -¿estoy soñando?- pienso al no ver mi reflejo en sus ventanas -espera…- intente frenarme pues me iba a estrellar con el edificio de lleno. No pude frenarme, pero no le hice nada al edificio, solo lo traspase -si, es un sueño-
Cierro los ojos por no sé cuánto tiempo, pero al abrirlos, no estoy en mi oficina durmiendo como siempre en la alfombra con Guilmon y Hagurumon, estoy en un parque y a lo lejos escucho un coche estacionarse y luego pasos, no les presto mucha atención hasta que escucho una voz -esa voz… ¿Zayyn?- dirijo la mirada a la voz, y veo a la peliroja acarreando un ¿digimon? en brazos -Zayyn- digo un poco fuerte para captar su atención, moviendo el brazo derecho como saludo, aun soy Dukemon pero ya no tengo la lanza santa -¡hey…! Zayyn…- intento hablar con fuerza, pero mis palabras suenan arrastradas, al igual que mis pasos, son arrastrados y muy lentos mientras intento acercarme a ella
Escucho a lo lejos…
*Clack*
Se repite el ruido y consigue hacerme abrir los ojos, todo era negro, un total y máximo negro. Intento moverme pero no puedo, solo floto sin rumbo fijo -¿dónde estoy?- pienso, pero más bien parece que hable sin mover la boca
-¿Misakamon…?- escucho la voz de Guilmon como si estuviera triste y entre que me susurra al odio y como si estuviera muy lejos, pero al buscarlo con la mirada no doy con él; al mismo tiempo siento como soy arrastrada y la obscuridad se vuelve un gran destello pero no me deja ciega, cuando este se disipa veo el cielo
-es la mañana…- susurro aun con la sensación de flotar, pero solo tengo esa sensación, no siento el clima ni nada parecido -¿qué fue…?- miro mi mano, pero me encuentro con la lanza Gram -Dukemon…- intento recordar lo que hacía antes, pero son solo trozos de imágenes -¿por qué… no me importa recordar o no…?- sigo flotando sin rumbo fijo mirando el cielo, era bastante relajante -es verdad, yo siempre digo que cuenten nubes a los reclutas cuando están nerviosos en alguna misión- mientras pienso eso, flotando aun veo un edificio y me voy acercando al mismo -¿estoy soñando?- pienso al no ver mi reflejo en sus ventanas -espera…- intente frenarme pues me iba a estrellar con el edificio de lleno. No pude frenarme, pero no le hice nada al edificio, solo lo traspase -si, es un sueño-
Cierro los ojos por no sé cuánto tiempo, pero al abrirlos, no estoy en mi oficina durmiendo como siempre en la alfombra con Guilmon y Hagurumon, estoy en un parque y a lo lejos escucho un coche estacionarse y luego pasos, no les presto mucha atención hasta que escucho una voz -esa voz… ¿Zayyn?- dirijo la mirada a la voz, y veo a la peliroja acarreando un ¿digimon? en brazos -Zayyn- digo un poco fuerte para captar su atención, moviendo el brazo derecho como saludo, aun soy Dukemon pero ya no tengo la lanza santa -¡hey…! Zayyn…- intento hablar con fuerza, pero mis palabras suenan arrastradas, al igual que mis pasos, son arrastrados y muy lentos mientras intento acercarme a ella
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Cerré los ojos, disfrutando del abrazo del Sol sobre mi cara. Estuve tentada de sacar la cajetilla de tabaco y de encenderme uno, pero al instante desheché la idea, no era saludable fumar junto a un bebé recién nacido, no iba a ser tan irresponsable como para poner en peligro su bienestar. En cambio, para sustituir el roce de los cigarros entre mis labios, metí la mano en una bolsita que iba colgada a una de las manillas del carrito, extrayendo una piruleta envuelta. Le quité el plastiquito y la metí en la boca, recibiendo el dulce sabor a fresa del caramelo. Continué con los párpados bajados un rato más, hasta que, repentinamente, se empezaron a escuchar unos gimoteos. Me incorporé para mirar a Freyja, y al verla despierta, la tomé en brazos para acercarla a mí, y que se tranquilizara escuchando mi corazón.
- Ya, ya... ¿Qué te pasa? Estabas tan tranquila durmiendo hace un rato...
- ¡Zayyn!
Levanté la mirada al escuchar mi nombre. Era extraño, poca gente había por ese lugar que me conociera, entre ellos Kenshi y su madre Sakura. También podría ser Kali u otro de mis digimons, pero también era improbable... Nadie que hubiera esperado encontrarme, tenía una voz como aquella...
Efectivamente. Nadie que me hubiera esperado ver en un lugar como ese, y mucho menos de tal forma. Ante mí, podía contemplar una figura bien grande, con armadura roja y blanca, y con una lanza en una de sus grandes manos... El digimon se acercó a mí, arrastrándose como si fuera un fantasma, cosa que ayudaba, junto a la leve transparencia, a verlo como tal. Parecía como... Un fantasma. ¿Otro más? Dios, sabía que era la Novena Muerte, pero... ¿Cómo diablos hacía para atraer tantos espíritus ante mi persona? Alarmada y tensa, me levanté del banco y retrocedí unos pasos, con un brazo sosteniendo a mi hija, y con el otro buscando al digivice en mi bolsillo... ¿Qué demonios hacía un ser como ese en el mundo humano? ¿Y por qué coño me sonaba tanto su voz? Eso sin contar con que conocía mi nombre... Demasiadas preguntas, pero no estaba dispuesta a no conocer las respuestas... No obstante, Freyja estaba allí, conmigo, posiblemente en peligro... Lo mejor sería apostar por su seguridad.
- Aléjate-siseé, amenazante, con los ojos verdes llameando con un brillo salvaje. Casi parecía como una leona tratando de proteger a su cachorro-. Sólo lo diré una vez... Márchate de aquí si no quieres una larga eternidad de lentas y dolorosas torturas... Fantasma.
- Ya, ya... ¿Qué te pasa? Estabas tan tranquila durmiendo hace un rato...
- ¡Zayyn!
Levanté la mirada al escuchar mi nombre. Era extraño, poca gente había por ese lugar que me conociera, entre ellos Kenshi y su madre Sakura. También podría ser Kali u otro de mis digimons, pero también era improbable... Nadie que hubiera esperado encontrarme, tenía una voz como aquella...
Efectivamente. Nadie que me hubiera esperado ver en un lugar como ese, y mucho menos de tal forma. Ante mí, podía contemplar una figura bien grande, con armadura roja y blanca, y con una lanza en una de sus grandes manos... El digimon se acercó a mí, arrastrándose como si fuera un fantasma, cosa que ayudaba, junto a la leve transparencia, a verlo como tal. Parecía como... Un fantasma. ¿Otro más? Dios, sabía que era la Novena Muerte, pero... ¿Cómo diablos hacía para atraer tantos espíritus ante mi persona? Alarmada y tensa, me levanté del banco y retrocedí unos pasos, con un brazo sosteniendo a mi hija, y con el otro buscando al digivice en mi bolsillo... ¿Qué demonios hacía un ser como ese en el mundo humano? ¿Y por qué coño me sonaba tanto su voz? Eso sin contar con que conocía mi nombre... Demasiadas preguntas, pero no estaba dispuesta a no conocer las respuestas... No obstante, Freyja estaba allí, conmigo, posiblemente en peligro... Lo mejor sería apostar por su seguridad.
- Aléjate-siseé, amenazante, con los ojos verdes llameando con un brillo salvaje. Casi parecía como una leona tratando de proteger a su cachorro-. Sólo lo diré una vez... Márchate de aquí si no quieres una larga eternidad de lentas y dolorosas torturas... Fantasma.
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Conseguí captar la atención de la peliroja, pero, era extraño… estaba ¿asustada?... no lo sé… bien, no es normal ver un Dukemon por allí y menos en el mundo humano, pero se levantó de golpe protegiendo al que creo que es un digimon -si, tiene… una hija…- dice la voz de Guilmon mientras que detengo nuestro avance, captando el llanto del supuesto digimon dándome cuenta que es en realidad un bebé
-Zayyn… ¿qué te pasa…?- consigo decir con la mirada entre cerrada, por alguna razón me costaba mucho trabajo mantener los ojos abiertos y hablar, más aun entenderla -¿por qué… me tienes miedo…?- retrocedo un paso arrastrado ante su amenaza -¿fantasma…?- volteo hacia atrás y luego busco con la mirada dicha cosa -¿dónde… esta…?- pregunto aun buscándolo
-Dukemon… protegerles… di donde está, y… Dukemon… protegerles- la voz del galante caballero sonaba igual de ausente y bacía que la mía o la de Guilmon mientras formaba de nuevo la lanza santa y el escudo sagrado
-Zayyn… vamos…- caí sobre una rodilla pero me di cuenta que no hacia el ruido habitual de la armadura o tan siquiera el ruido de golpear el suelo -estoy… débil… pero… te… juntare tiempo… huye y… nosotros iremos contra… el fantasma…- alzo levemente la cabeza para mirarle a los ojos -….- estoy segura de haber dicho algo, pero… no se escuchó mi voz en ningún momento
-Zayyn… ¿qué te pasa…?- consigo decir con la mirada entre cerrada, por alguna razón me costaba mucho trabajo mantener los ojos abiertos y hablar, más aun entenderla -¿por qué… me tienes miedo…?- retrocedo un paso arrastrado ante su amenaza -¿fantasma…?- volteo hacia atrás y luego busco con la mirada dicha cosa -¿dónde… esta…?- pregunto aun buscándolo
-Dukemon… protegerles… di donde está, y… Dukemon… protegerles- la voz del galante caballero sonaba igual de ausente y bacía que la mía o la de Guilmon mientras formaba de nuevo la lanza santa y el escudo sagrado
-Zayyn… vamos…- caí sobre una rodilla pero me di cuenta que no hacia el ruido habitual de la armadura o tan siquiera el ruido de golpear el suelo -estoy… débil… pero… te… juntare tiempo… huye y… nosotros iremos contra… el fantasma…- alzo levemente la cabeza para mirarle a los ojos -….- estoy segura de haber dicho algo, pero… no se escuchó mi voz en ningún momento
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Por desgracia para mí, no había traído armas ese día, pues nunca me hubiera imaginado tener que pelear con nadie, mucho menos en presencia de mi pequeña. Continué rebuscando en el bolsillo, hasta dar con el digivice. De un rápido movimiento, lo saqué y comencé a concentrar el digisoul en torno a mi cuerpo. Mientras tanto, Freyja gimoteaba en mi brazo, moviendo sus manitas y sus piececitos ligeramente; quise tranquilizarla, decirla que todo iba a salir bien, pero no era momento para ello.
- He dicho que te marches-siseé al ver que el fantasma daba un paso hacia delante-. No me hagas perder la paciencia.
Sin embargo, el fantasma hizo algo raro. Continuaba hablándome, como si me conociera ya de antes... Pero yo no lo conocía... << Si conociera un fantasma como este creo que me acordaría... Maldición. >> No obstante, había gato encerrado, me sonaba mucho el tono de voz de ese Dukemon, pero no ubicaba dónde lo había escuchado antes... Era algo extraño, su voz casi me parecía haberla escuchado hacía relativamente poco, la ubicaba en una oscura noche... Pero su aspecto...
De repente, una luz se iluminó en mi mente, como si la hubieran encendido con un interruptor. En efecto, aquel encuentro se había realizado de noche, en Japón, en un instituto... Abrí los ojos ampliamente, casi saliendose de sus órbitas, y se me desencajó la mandíbula. Esa voz... ¡Era la de Misaka! Pero no podía ser... ¿Por qué era un digimon? ¿Y por qué parecía un fantasma?
- No puede ser... ¿Misaka?-parpadeé varias veces, frotandome los ojos con una mano como si acabara de despertar de un sueño-. ¿Que demonios? ¿Por qué eres un...?-la luz de mi mente parpadeó de nuevo, la respuesta a mi propia pregunta me llegó casi al instante. La sola idea de que eso fuese posible, me hizo dar un escalofrío de... ¿satisfacción, quizás?-. No...-murmuré, esbozando lentamente una sonrisa-. Vaya, vaya, vaya...
Aupé a Freyja, la sujeté con fuerza para protegerla, pero no dejé de mirar al espectro frente a mí. ¿De verdad era ella? ¿Estaba muerta? ¿Qué le había pasado? Era algo cruel pensarlo, pero... Se me hacía divertido. Es decir, nuestro último encuentro no es que hubiera acabado muy amistoso. Yo había intentado matar a un civil y ella lo había impedido... Y mira quién estaba muerta.
- Qué sorpresa... ¿Qué te ha pasado?
- He dicho que te marches-siseé al ver que el fantasma daba un paso hacia delante-. No me hagas perder la paciencia.
Sin embargo, el fantasma hizo algo raro. Continuaba hablándome, como si me conociera ya de antes... Pero yo no lo conocía... << Si conociera un fantasma como este creo que me acordaría... Maldición. >> No obstante, había gato encerrado, me sonaba mucho el tono de voz de ese Dukemon, pero no ubicaba dónde lo había escuchado antes... Era algo extraño, su voz casi me parecía haberla escuchado hacía relativamente poco, la ubicaba en una oscura noche... Pero su aspecto...
De repente, una luz se iluminó en mi mente, como si la hubieran encendido con un interruptor. En efecto, aquel encuentro se había realizado de noche, en Japón, en un instituto... Abrí los ojos ampliamente, casi saliendose de sus órbitas, y se me desencajó la mandíbula. Esa voz... ¡Era la de Misaka! Pero no podía ser... ¿Por qué era un digimon? ¿Y por qué parecía un fantasma?
- No puede ser... ¿Misaka?-parpadeé varias veces, frotandome los ojos con una mano como si acabara de despertar de un sueño-. ¿Que demonios? ¿Por qué eres un...?-la luz de mi mente parpadeó de nuevo, la respuesta a mi propia pregunta me llegó casi al instante. La sola idea de que eso fuese posible, me hizo dar un escalofrío de... ¿satisfacción, quizás?-. No...-murmuré, esbozando lentamente una sonrisa-. Vaya, vaya, vaya...
Aupé a Freyja, la sujeté con fuerza para protegerla, pero no dejé de mirar al espectro frente a mí. ¿De verdad era ella? ¿Estaba muerta? ¿Qué le había pasado? Era algo cruel pensarlo, pero... Se me hacía divertido. Es decir, nuestro último encuentro no es que hubiera acabado muy amistoso. Yo había intentado matar a un civil y ella lo había impedido... Y mira quién estaba muerta.
- Qué sorpresa... ¿Qué te ha pasado?
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
-bebé… hace… mucho ruido…-
-si… llora… demasiado… ¿por… qué?-
Por alguna razón, sentía como si tuviera una bruma en mis ojos que me dificultaba la vista, pero aun así pude distinguir que activo su digisoul -tu… vete… Dukemon… peleara… fantasma- dijo el caballero para calmarla y así huyera pero repentinamente hizo gesto de como darse cuenta de algo, y luego de lo que todos hacemos cuando nos topamos con algo increíble que nos deja sin palabras dijo mi nombre -si… ese es el nombre de una de mis… partes…-
-¿paso… a… mi…?- seguía hablando con esfuerzo [color:e1da=ff9900]-no… eres… la rara…- dije tambaleándome para enderezarme [color:e1da=ff9900]-estas más… cambiante de… humor…- al conseguir pararme, de nuevo sentí que flotaba -te estas… ¿hundiendo…?- pregunto cuando me percato que se va alejando, pero hacia abajo ¿o era yo la que se elevaba? -tu hija… ¿por… que… llora?-
-¿donde esta … fantasma?-
-si… llora… demasiado… ¿por… qué?-
Por alguna razón, sentía como si tuviera una bruma en mis ojos que me dificultaba la vista, pero aun así pude distinguir que activo su digisoul -tu… vete… Dukemon… peleara… fantasma- dijo el caballero para calmarla y así huyera pero repentinamente hizo gesto de como darse cuenta de algo, y luego de lo que todos hacemos cuando nos topamos con algo increíble que nos deja sin palabras dijo mi nombre -si… ese es el nombre de una de mis… partes…-
-¿paso… a… mi…?- seguía hablando con esfuerzo [color:e1da=ff9900]-no… eres… la rara…- dije tambaleándome para enderezarme [color:e1da=ff9900]-estas más… cambiante de… humor…- al conseguir pararme, de nuevo sentí que flotaba -te estas… ¿hundiendo…?- pregunto cuando me percato que se va alejando, pero hacia abajo ¿o era yo la que se elevaba? -tu hija… ¿por… que… llora?-
-¿donde esta … fantasma?-
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
No podía creerlo, el karma tenía una forma muy divertida de actuar... No me gustaba Misaka, mucho menos lo que ella representaba, pero debía admitir que era buena persona, a diferencia de mí... ¿Porr qué el destino había decidido castigarla a ella? Los misterios del universo, los malos se salen con la suya, mientras que los buenos pagan el pato. Mi sonrisa se amplió, bien grande, divertida ante ser capaz de presenciar una escena como aquella. Freyja seguía gimoteando, pero era por la presencia cercana del fantasma; le posé una mano sobre la cabeza, consiguiendo, así, calmarla.
- No me digas que no te has dado cuenta...-la sola idea de abrirle yo los ojos se me hacía placentera, me mordí el labio inferior con gusto, tratando de controlar mis malévolos y retorcidos impulsos... Pero era taaaan dificil-. Qué maaal... No me digas que me va a tocar darte la noticia... Bueno, ¿quién si no, que la Novena Muerte?-descendí la cabeza hasta besar la cabeza de mi niña-. Verás... Freyja no puede verte, pero sí sentirte... Dicen que los niños son más perceptivos que los adultos ante sucesos sobrenaturales-entorné los ojos, en una mueca torva, dispuesta a destrozarle y a romperle en mil pedazos su mundo-. Eres un fantasma, mi querida Misaka... Estás muerta.
Dejé escapar una sonora carcajada, breve pero bien audible. Disfruté como nunca de aquella sentencia, allí, con una amplia sonrisa retorcida, reflejo de toda la satisfacción sádica que sentía al disfrutar del mal ajeno. Ah... La desesperación humana era tan hermosa...
- Sólo tienes que verte... Esa voz arrastrada, ese hálito transparente, esa levitación a ras del suelo... Viva, desde luego, no estás... Ahora-alcé un brazo, invocando la guadaña en la mano que tenía libre-, eres mía.
- No me digas que no te has dado cuenta...-la sola idea de abrirle yo los ojos se me hacía placentera, me mordí el labio inferior con gusto, tratando de controlar mis malévolos y retorcidos impulsos... Pero era taaaan dificil-. Qué maaal... No me digas que me va a tocar darte la noticia... Bueno, ¿quién si no, que la Novena Muerte?-descendí la cabeza hasta besar la cabeza de mi niña-. Verás... Freyja no puede verte, pero sí sentirte... Dicen que los niños son más perceptivos que los adultos ante sucesos sobrenaturales-entorné los ojos, en una mueca torva, dispuesta a destrozarle y a romperle en mil pedazos su mundo-. Eres un fantasma, mi querida Misaka... Estás muerta.
Dejé escapar una sonora carcajada, breve pero bien audible. Disfruté como nunca de aquella sentencia, allí, con una amplia sonrisa retorcida, reflejo de toda la satisfacción sádica que sentía al disfrutar del mal ajeno. Ah... La desesperación humana era tan hermosa...
- Sólo tienes que verte... Esa voz arrastrada, ese hálito transparente, esa levitación a ras del suelo... Viva, desde luego, no estás... Ahora-alcé un brazo, invocando la guadaña en la mano que tenía libre-, eres mía.
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Escuche tan atenta como pude sus palabras, soltó una extraña explicación sobre el llanto de su hija diciendo al final que yo, y obviamente Dukemon éramos el fantasma -¿estoy… muerta…?- mire mis manos con duda, las cuales perdieron la forma de armas -eso… lo… explica… debería… esfera…- fragmentos de imagenes se chocan contra otras en mi mente además de escuchar un ruido como de interferencia de una radio o televisión, pero las últimas palabras de la pelirroja, las que dice luego de reírse me “devuelven a la realidad”
Alzo la cabeza, y las 3 partes que me componen ahora hablamos al mismo tiempo perfectamente -¿eres -lesbiana?- cuando dijimos eso, solo por ese instante dejamos de hablar arrastrado y mal, como si el impacto de sus palabras nos hubiera despertado por completo
-pero Zayynmon… tiene una hija-
-entonces… ¿bisexual…?-
-pero el gran Dukemon… es un caballero… fantasma… pero al final un caballero-
-¿digifantasmadukefuciontamerfilia?-
-si… eso debe de ser…-
Aun mirándola fijamente, floto lentamente para alejarme de ella -bien zayyn… pues… em…- aún me sentía un poco renuente a la idea de estar muerta, pero, tenía la suficiente fuerza como para pensar en alejarme de ella y su declaración de que ahora le pertenecía -…- me detuve y pensé ¿a dónde iba a ir? -como eres… la muerte… no deberías… llevarnos… ¿a… alguna parte?-
-una muerte… con hija… bien… en este… estado… no puedo… decir… nada-
Alzo la cabeza, y las 3 partes que me componen ahora hablamos al mismo tiempo perfectamente -¿eres -lesbiana?- cuando dijimos eso, solo por ese instante dejamos de hablar arrastrado y mal, como si el impacto de sus palabras nos hubiera despertado por completo
-pero Zayynmon… tiene una hija-
-entonces… ¿bisexual…?-
-pero el gran Dukemon… es un caballero… fantasma… pero al final un caballero-
-¿digifantasmadukefuciontamerfilia?-
-si… eso debe de ser…-
Aun mirándola fijamente, floto lentamente para alejarme de ella -bien zayyn… pues… em…- aún me sentía un poco renuente a la idea de estar muerta, pero, tenía la suficiente fuerza como para pensar en alejarme de ella y su declaración de que ahora le pertenecía -…- me detuve y pensé ¿a dónde iba a ir? -como eres… la muerte… no deberías… llevarnos… ¿a… alguna parte?-
-una muerte… con hija… bien… en este… estado… no puedo… decir… nada-
- off:
- disculpa el humor que maneje, pero seguí el titulo… si quieres puedo cambiarlo todo y sobre reaccionar con la parte de estar muerta
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
No pude sino estallar en carcajadas ante la malinterpretación a la que había llegado Misaka. Acaricié con gesto distraído la cabecita de Freyja, mientras miraba al fantasma con una cruel sonrisa.
- Vaya... Incluso en la muerte te sobra el sentido del humor, ¿eh?-volví a reír-. Soy bisexual, pero para tu información, no me va la necrofilia, siento desilusionarte, amiga mía.
Impulsé hacia arriba la guadaña, para agarrarla mejor, y con ella comencé a concentrar energía en su afilada hoja. Me acerqué a la fallecida, lentamente, y posé una mano en un lado de su cara, acariciándola con una siniestra ternura que nunca se habría esperado de alguien como yo. Sentí su esencia etérea, su aura fantasmal... Pero siendo la Muerte, incluso cosas como tocar un cuerpo fantasmal me era posible. Entrecerré los ojos y esbocé una leve sonrisa.
- Y todo... TODO, por querer pretender ser una heroína...-murmuré, llenando de veneno mis palabras-. ¿Y para qué? ¿Para salvar las vidas de otros?-hice una pausa, clavando mis ojos en los suyos, casi de forma hipnótica-. ¿Te divertiste salvando a esas personas en Canadá? Dime... ¿De qué te sirvió? Ahora que tú no estás para interponerte en mi camino, mataré a quien siquiera se atreva a estornudarme... Tus amigos serán los primeros, así podrás reunirte con ellos-en ocasiones, aparte de cruel, podía incluso llegar a ser comprensiva, fíjate-. Podría resucitarte si quisiera, pero eso supondría tirar piedras sobre mi propio tejado, lo siento, cariño-deslicé mi mano hasta su hombro-. Vosotros mismos me facilitáis el trabajo, que idiotas...
Finalmente me separé de ella, di un par de pasos hacia atrás y la examiné de arriba a abajo, henchida de victoria y regodeo.
- Serás una esclava magnifica, mi querida Misaka. Para toda la eternidad.
- Vaya... Incluso en la muerte te sobra el sentido del humor, ¿eh?-volví a reír-. Soy bisexual, pero para tu información, no me va la necrofilia, siento desilusionarte, amiga mía.
Impulsé hacia arriba la guadaña, para agarrarla mejor, y con ella comencé a concentrar energía en su afilada hoja. Me acerqué a la fallecida, lentamente, y posé una mano en un lado de su cara, acariciándola con una siniestra ternura que nunca se habría esperado de alguien como yo. Sentí su esencia etérea, su aura fantasmal... Pero siendo la Muerte, incluso cosas como tocar un cuerpo fantasmal me era posible. Entrecerré los ojos y esbocé una leve sonrisa.
- Y todo... TODO, por querer pretender ser una heroína...-murmuré, llenando de veneno mis palabras-. ¿Y para qué? ¿Para salvar las vidas de otros?-hice una pausa, clavando mis ojos en los suyos, casi de forma hipnótica-. ¿Te divertiste salvando a esas personas en Canadá? Dime... ¿De qué te sirvió? Ahora que tú no estás para interponerte en mi camino, mataré a quien siquiera se atreva a estornudarme... Tus amigos serán los primeros, así podrás reunirte con ellos-en ocasiones, aparte de cruel, podía incluso llegar a ser comprensiva, fíjate-. Podría resucitarte si quisiera, pero eso supondría tirar piedras sobre mi propio tejado, lo siento, cariño-deslicé mi mano hasta su hombro-. Vosotros mismos me facilitáis el trabajo, que idiotas...
Finalmente me separé de ella, di un par de pasos hacia atrás y la examiné de arriba a abajo, henchida de victoria y regodeo.
- Serás una esclava magnifica, mi querida Misaka. Para toda la eternidad.
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
-muerta o no… solo tengo eso…- sonrio con la mirada oculta, aunque… como “por fuera” solo se ve el cuerpo de Dukemon, dudo que se pueda decir si sonrió o no. De la nada saca una guadaña… supongo que al ser la muerte puede sacar esa cosa donde y cuando quiera, luego se aproxima y me acaricia el rostro diciendo una especie de ¿broma? Supongo que era eso… -hmm…- fue lo único que dije, pensativa a como morí. Seguí escuchándola y no pude evitar parpadear incrédula cuando dijo “amigos” pero no dije nada pues continúo hablando. Cuando al fin termino de hablar retrocedió mirándome
-¿amigos…?- me rasque la nuca, tratando de recordar -…- pero solo se me venían a la mente imágenes borrosas de cuando era niña luego de que Guilmon evolucionara mal y se volviera un Megidramon -¡hmpf…!- le devolví la mirada -¿sabes…?- me enderece -aun contando… a los que… me ayudaron… con esa ciudad…-
-su único… amigo…-
-soy yo…-
-te ahorraste… tiempo y esfuerzo…-
-zayynmon… es fácil… saber… que no nos… revivirás… aunque… puedas…-
-acaso… tienes… ¿miedo… de nosotros…?- mi sonrisa se encajó, viéndose reflejada en mi tono de voz -la verdad es… que realmente… no somos… “buenos”- me encojo de hombros y niego con la cabeza [color#ff9900]-no… recuerdo bien… mi muerte… pero sí… debí de estar jugando… al héroe… como siempre…-[/color]
-Dukemon… jamás… será… tu esclavo-
Volví a encogerme de hombros -muerta… o… viva… seguiré… siendo… una molestia… para ti… y tus… cosas…- le extendí la mano -como aliada… enemiga… esclava… dueña… aun… desapareciendo… por completo… no podrás… librarte… de mí…- solté una carcajada divertida acompañada de la de Guilmon y la de Dukemon -toma eso… como… quieras…-
-¿amigos…?- me rasque la nuca, tratando de recordar -…- pero solo se me venían a la mente imágenes borrosas de cuando era niña luego de que Guilmon evolucionara mal y se volviera un Megidramon -¡hmpf…!- le devolví la mirada -¿sabes…?- me enderece -aun contando… a los que… me ayudaron… con esa ciudad…-
-su único… amigo…-
-soy yo…-
-te ahorraste… tiempo y esfuerzo…-
-zayynmon… es fácil… saber… que no nos… revivirás… aunque… puedas…-
-acaso… tienes… ¿miedo… de nosotros…?- mi sonrisa se encajó, viéndose reflejada en mi tono de voz -la verdad es… que realmente… no somos… “buenos”- me encojo de hombros y niego con la cabeza [color#ff9900]-no… recuerdo bien… mi muerte… pero sí… debí de estar jugando… al héroe… como siempre…-[/color]
-Dukemon… jamás… será… tu esclavo-
Volví a encogerme de hombros -muerta… o… viva… seguiré… siendo… una molestia… para ti… y tus… cosas…- le extendí la mano -como aliada… enemiga… esclava… dueña… aun… desapareciendo… por completo… no podrás… librarte… de mí…- solté una carcajada divertida acompañada de la de Guilmon y la de Dukemon -toma eso… como… quieras…-
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Moví la mano en un gesto sin importancia. Ella suponía que no tenía ningún amigo, ¿no? ¡Qué vida más triste! Sin embargo, ¿quiénes eran los que la habían ayudado a fastidiarme los planes en Canadá? ¿Quién era la mujer que había salvado a la civil en el instituto? ¿Meros conocidos? No... Lo dudaba bastante... Eran amigos, y todos iban a caer, uno tras otro. Los anotaría en mi lista negra, e iría a cosechar sus almas de manera ordenada, todo para devolvérsela a la lider de DATS.
- No me hagas reír otra vez, Misa-ladeé la cabeza y rocé suavemente la guadaña con un dedo-. No pases de resignada a desafiante, y admite tus errores... Has muerto, tu alma me pertenece... Y el bien va a sufrir por ello...- hice girar la guadaña con mis dedos por encima de mi cabeza, concentrando más energía-. ¿Lo ves? Te dije que yo no era como vosotros, buenos y correctos... No debiste haberte acercado a mí, ahora vais a pagar por ello...-finalmente, detuve la oz, y alargué el brazo para que la curvada hoja quedara justo delante de Misaka, palpitando con un brillo siniestro, como si la misma arma estuviera viva y esperara con ansiedad a ser utilizada-. Entonces... Misaka Mikoto, Guilmon, Dukemon... Como quiera que te llames ahora... Acércate y toca el filo, te llevaré a tu nuevo hogar.
Freyja dio entonces unos gimoteos, posiblemente alterada por el aura maligna del arma. Traté de calmarla acariciando su espaldita y susurrándola, pero no desistió en sus leves lagrimeos hasta unos segundos más tarde. Tras ese pequeño episodio, volví la mirada hacia el fantasma, y ensanché mi sonrisa hacia un lado, esperándola.
- No me hagas reír otra vez, Misa-ladeé la cabeza y rocé suavemente la guadaña con un dedo-. No pases de resignada a desafiante, y admite tus errores... Has muerto, tu alma me pertenece... Y el bien va a sufrir por ello...- hice girar la guadaña con mis dedos por encima de mi cabeza, concentrando más energía-. ¿Lo ves? Te dije que yo no era como vosotros, buenos y correctos... No debiste haberte acercado a mí, ahora vais a pagar por ello...-finalmente, detuve la oz, y alargué el brazo para que la curvada hoja quedara justo delante de Misaka, palpitando con un brillo siniestro, como si la misma arma estuviera viva y esperara con ansiedad a ser utilizada-. Entonces... Misaka Mikoto, Guilmon, Dukemon... Como quiera que te llames ahora... Acércate y toca el filo, te llevaré a tu nuevo hogar.
Freyja dio entonces unos gimoteos, posiblemente alterada por el aura maligna del arma. Traté de calmarla acariciando su espaldita y susurrándola, pero no desistió en sus leves lagrimeos hasta unos segundos más tarde. Tras ese pequeño episodio, volví la mirada hacia el fantasma, y ensanché mi sonrisa hacia un lado, esperándola.
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
-¡hmpf…! el bien… y el mal… no existen… solo es… moral…- me encojo de hombros y ni me inmuto por la cercanía del arma -sigo resignada… solo demuestro… que… eres cobarde y… aprovechada… te libraste de… tu única… “rival”… sin levantar… un dedo… y prefieres… disfrutarlo… en lugar de hacer… drama por… que ahora… todo… te será… más fácil…- miro el filo de la guadaña -terminemos… con esto…- dije poniendo la mano ya sin dudar en la guadaña
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Al tocar la guadaña un viento comienza a soplar de forma violenta mientras que el cielo se torna de un color turquesa, las hojas de los árboles se mecen a contra viento y el pasto queda estuviera estático. Un aura dorada aparece alrededor de Dukemon y la fusión se rompe separando el alma de Misaka y formando alado de ella un digihuevo, el digihuevo de Guilmon. El cielo comienza a romperse y una fisura se comienza a formar en el cielo, dentro de esa fisura se puede ver un pilar de cristal el cual brilla con los colores del arco iris.
Mariposas azules formadas de datos se comienzan a agrupar a unos dos metros de ellas y se unen hasta formar a la diosa del digimundo Norn.
-Lo siento Zayyn pero esta alma no te pertenece, ella es libre de elegir su propio camino.- - El pilar estalla en fragmentos y una onda expansiva comienza a avanzar hacia nosotras, rápidamente materializo mi cetro y con el apunto al alma de Misaka, el cetro comienza a brillar y cuando la onda de distorsión nos atraviesa el cuero intangible de Misaka vuelve a formar parte del mundo de los vivos.
Mariposas azules formadas de datos se comienzan a agrupar a unos dos metros de ellas y se unen hasta formar a la diosa del digimundo Norn.
-Lo siento Zayyn pero esta alma no te pertenece, ella es libre de elegir su propio camino.- - El pilar estalla en fragmentos y una onda expansiva comienza a avanzar hacia nosotras, rápidamente materializo mi cetro y con el apunto al alma de Misaka, el cetro comienza a brillar y cuando la onda de distorsión nos atraviesa el cuero intangible de Misaka vuelve a formar parte del mundo de los vivos.
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
- "El bien y el mal no existen, solo existe el poder"-cité con cierta ironía-. Típica respuesta de alguien que no quiere reconocer sus errores-dejé escapar una sonora carcajada. Yo al menos reconocía ser perversa, reconocía ser sierva del mal, me gustaba herir a otros... No soy buena persona, pero me da igual, lo acepto, y punto, soy así, qué le voy a hacer...-. Cobarde y aprovechada, ¿dices? Por favor, si ni siquiera sabía que estabas muerta, ¿como quieres que me aproveche de algo que desconozco? No he movido un dedo porque no he tenido ocasión, cariño. ¡Sería una mierda de villana si no disfrutara con la muerte de mis enemigos! En cuanto a lo de cobarde...-volví a acercarme a ella, a apenas unos centímetros de su rostro, para escupirle las palabras a la cara-. Me he enfrentado a la mismísima muerte para convertirme en lo que soy ahora, he ido al Inframundo a conseguir poder para proteger a los míos, he liberado al Señor de las Tinieblas, he destruído ciudades, monumentos... Me parece que a cojones nadie me supera, querida.
Di un par de pasos hacia atrás, con una sonrisa arrogante decorando mi rostro. Con la guadaña extendida hacia el fantasma, alcé la barbila, en espera de que, finalmente, rozara con sus dedos transparentes el filo de mi arma. Cuando lo hizo, sentí una perturbación en el aire, la misma de siempre cuando reclamaba un alma, y su aura quedó vinculada a mí, con un sonido metálico, como de grilletes. Inspiré hondo, pletórica, y esperé con impaciencia a que desapareciera de mi vista para quedar encerrada de por vida en mi poder.
Sin embargo, una repentina brisa azotó mis cabellos contra mi cara, las nubes se dispersaron del cielo mostrando el firmamento azul, y un aura dorada envolvió al fantasma... dividiéndolo en digihuevo y humana... con cuerpo físico.
- ¡¿Qué?!-rugí, alarmada, al ver a Misaka viva de nuevo, frente a mí-. ¡No puede ser! ¡¿Cómo estas viva?!-avancé medio paso hacia ella, para arrebatarle la vida de nuevo. No obstante, una voz infantil, femenina, y sobre todo conocida, me hizo clavar mis pies en el suelo... Mi mirada se detuvo en la niña pequeña que había aparecido entre brillos azules junto a la líder de DATS-. Tú...-mi rostro se crispó en una mueca de auténtico odio y rabia. Apreté los dientes con furia, y aferré de tal manera el mango de la guadaña, que los nudillos se quedaron totalmente blancos-. Su alma es mía, ¡me pertenece!-me dieron terribles ganas de enarbolar la oz de la muerte en contrra suya, pero ella... Norn no era un digimon cualquiera, era una diosa, y por muy poderosa que yo fuera...-. Grrrr...
Pero algo me hizo desviar la mirada de ella. Algo largo, y muy, muy brillante, formado por todos los colores del arcoiris... El segundo Pilar del Destino había caído, Norn lo había destruído... ¿Quizás reviviendo a un fantasma que había estado destinado a vivir-no vivir bajo mi yugo? Bueno, bueno... Parecía que, al final, no todo había salido mal.
- Vaya, mira lo que hiciste, Norn... Otro pilar fue destruído, tú lo hiciste, felicidades...-sonreí, más que nada para no demostrar el cabreo monumental que llevaba encima-. ¿Cuántos quedan ya? ¿Ocho? ¿Cinco? ¿Tres?-aventuré, retrocediendo, con mi hija en un brazo, y la guadaña en otro, hasta quedar junto al carrito... Era increíble que la pequeña no se alterara después de tanta hostilidad-. Qué mas da... Será mejor que os pongáis las pilas... El Mal va ganando por goleada-enfundé con energía mortuoria la guadaña, creando un aura alrededor del carrito, de Freyja, y de mi-. Esto no ha acabado.
Y en un parpadeo, la Diosa del Digimundo y la Líder de DATS, quedaron a solas, en aquel parque en Japón... Aparecí en Oceanía, en la Isla, en la moderna mansión que Kenshi y yo nos habíamos agenciado... Él no estaba en casa, mejor...
- ¿Zayyn? ¿Cómo ha ido el pa...?-Kali apareció por el salón, al haber sentido nuestra llegada.
- Cállate-espeté con un siseo-. Ha ido mal. No quiero hablar de ello-salí de la habitación, subí las escaleras de mármol sin más explicación y entré en el dormitorio, dejando al bebé en una cuna, y sentándome a su lado en un sillón. Apoyé el codo en el posabrazos y me sujeté la cabeza con la mano, mirando al frente con el ceño fruncido, maldiciendo mentalmente a Norn, a Misaka, y a mi misma por habérseme ocurrido la genial idea de ir a ese parque a pasear.
_____________________________________________
OFF: Ea, me salgo del tema, postead vosotros si queréis, mi papel aquí ha terminado.
Di un par de pasos hacia atrás, con una sonrisa arrogante decorando mi rostro. Con la guadaña extendida hacia el fantasma, alcé la barbila, en espera de que, finalmente, rozara con sus dedos transparentes el filo de mi arma. Cuando lo hizo, sentí una perturbación en el aire, la misma de siempre cuando reclamaba un alma, y su aura quedó vinculada a mí, con un sonido metálico, como de grilletes. Inspiré hondo, pletórica, y esperé con impaciencia a que desapareciera de mi vista para quedar encerrada de por vida en mi poder.
Sin embargo, una repentina brisa azotó mis cabellos contra mi cara, las nubes se dispersaron del cielo mostrando el firmamento azul, y un aura dorada envolvió al fantasma... dividiéndolo en digihuevo y humana... con cuerpo físico.
- ¡¿Qué?!-rugí, alarmada, al ver a Misaka viva de nuevo, frente a mí-. ¡No puede ser! ¡¿Cómo estas viva?!-avancé medio paso hacia ella, para arrebatarle la vida de nuevo. No obstante, una voz infantil, femenina, y sobre todo conocida, me hizo clavar mis pies en el suelo... Mi mirada se detuvo en la niña pequeña que había aparecido entre brillos azules junto a la líder de DATS-. Tú...-mi rostro se crispó en una mueca de auténtico odio y rabia. Apreté los dientes con furia, y aferré de tal manera el mango de la guadaña, que los nudillos se quedaron totalmente blancos-. Su alma es mía, ¡me pertenece!-me dieron terribles ganas de enarbolar la oz de la muerte en contrra suya, pero ella... Norn no era un digimon cualquiera, era una diosa, y por muy poderosa que yo fuera...-. Grrrr...
Pero algo me hizo desviar la mirada de ella. Algo largo, y muy, muy brillante, formado por todos los colores del arcoiris... El segundo Pilar del Destino había caído, Norn lo había destruído... ¿Quizás reviviendo a un fantasma que había estado destinado a vivir-no vivir bajo mi yugo? Bueno, bueno... Parecía que, al final, no todo había salido mal.
- Vaya, mira lo que hiciste, Norn... Otro pilar fue destruído, tú lo hiciste, felicidades...-sonreí, más que nada para no demostrar el cabreo monumental que llevaba encima-. ¿Cuántos quedan ya? ¿Ocho? ¿Cinco? ¿Tres?-aventuré, retrocediendo, con mi hija en un brazo, y la guadaña en otro, hasta quedar junto al carrito... Era increíble que la pequeña no se alterara después de tanta hostilidad-. Qué mas da... Será mejor que os pongáis las pilas... El Mal va ganando por goleada-enfundé con energía mortuoria la guadaña, creando un aura alrededor del carrito, de Freyja, y de mi-. Esto no ha acabado.
Y en un parpadeo, la Diosa del Digimundo y la Líder de DATS, quedaron a solas, en aquel parque en Japón... Aparecí en Oceanía, en la Isla, en la moderna mansión que Kenshi y yo nos habíamos agenciado... Él no estaba en casa, mejor...
- ¿Zayyn? ¿Cómo ha ido el pa...?-Kali apareció por el salón, al haber sentido nuestra llegada.
- Cállate-espeté con un siseo-. Ha ido mal. No quiero hablar de ello-salí de la habitación, subí las escaleras de mármol sin más explicación y entré en el dormitorio, dejando al bebé en una cuna, y sentándome a su lado en un sillón. Apoyé el codo en el posabrazos y me sujeté la cabeza con la mano, mirando al frente con el ceño fruncido, maldiciendo mentalmente a Norn, a Misaka, y a mi misma por habérseme ocurrido la genial idea de ir a ese parque a pasear.
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OFF: Ea, me salgo del tema, postead vosotros si queréis, mi papel aquí ha terminado.
Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
-se nota… que no sabes… el significado… de la verdadera… fuerza…- es lo único que digo antes de tocar la hoja de la guadaña
*clanck*
El sonido que me había despertado en algún momento atrás se repitió y como si me llenara de cadenas me sentí… ya no veía nada, lo único bueno es que seguía sin sentir ni preocuparme de nada, como si hubiera llegado al punto en el que cumplí mi objetivo y ya no tuviera nada más que hacer
*crash…*
Fue lo que escuche repentinamente y como si las cadenas fueran sustituidas por el peso de la realidad, sentí como era aplastada por ello y al mismo tiempo como si me alejaran de Guilmon -e-espera…- pensé intentando recuperar la conciencia -no me… lo quites…- entre una especie de remolino de sensaciones mientras luchaba por aferrarme a Guilmon, alcance a escuchar a Zayyn y como su arma producía un sonido metálico de movimiento pero se detuvo de pronto; además de su voz escuchaba otra una por mucho más gentil…
Al abrir los ojos me quedo ciega y me desplomo en el suelo, junto a mi escucho el sonido al que ya me había acostumbrado, el de como un digihuevo se forma y desciende despacio al suelo y aun confundida alcanzo a escuchar las palabras de zayyn -¿pilar?- balbuceo intentando enderezarme pero un fuerte dolor y un gran cansancio me lo impiden. Recuperando la visión y aun escuchando lo que dice zayyn veo mi mano, si mi mano, y no la de Dukemon quedándome sin palabras, cuando alce la vista Zayyn ya estaba junto a su auto y de repente se fue -¿qué diablos está pasando?- alcance a decir completamente mareada -creía que ya, había acabado todo para mí- vuelvo a balbucear buscando con la mirada la dueña de la dulce voz y el digihuevo que supongo pertenece a Guilmon, apenas lo veo lo jalo hacia mi abrazándolo después veo a la dueña de la voz… una… ¿niña? Rubia -¿Quién eres…?- pregunto aun en el suelo, sentándome y tratando de superar todas las sensaciones que se me vinieron encima
*clanck*
El sonido que me había despertado en algún momento atrás se repitió y como si me llenara de cadenas me sentí… ya no veía nada, lo único bueno es que seguía sin sentir ni preocuparme de nada, como si hubiera llegado al punto en el que cumplí mi objetivo y ya no tuviera nada más que hacer
*crash…*
Fue lo que escuche repentinamente y como si las cadenas fueran sustituidas por el peso de la realidad, sentí como era aplastada por ello y al mismo tiempo como si me alejaran de Guilmon -e-espera…- pensé intentando recuperar la conciencia -no me… lo quites…- entre una especie de remolino de sensaciones mientras luchaba por aferrarme a Guilmon, alcance a escuchar a Zayyn y como su arma producía un sonido metálico de movimiento pero se detuvo de pronto; además de su voz escuchaba otra una por mucho más gentil…
Al abrir los ojos me quedo ciega y me desplomo en el suelo, junto a mi escucho el sonido al que ya me había acostumbrado, el de como un digihuevo se forma y desciende despacio al suelo y aun confundida alcanzo a escuchar las palabras de zayyn -¿pilar?- balbuceo intentando enderezarme pero un fuerte dolor y un gran cansancio me lo impiden. Recuperando la visión y aun escuchando lo que dice zayyn veo mi mano, si mi mano, y no la de Dukemon quedándome sin palabras, cuando alce la vista Zayyn ya estaba junto a su auto y de repente se fue -¿qué diablos está pasando?- alcance a decir completamente mareada -creía que ya, había acabado todo para mí- vuelvo a balbucear buscando con la mirada la dueña de la dulce voz y el digihuevo que supongo pertenece a Guilmon, apenas lo veo lo jalo hacia mi abrazándolo después veo a la dueña de la voz… una… ¿niña? Rubia -¿Quién eres…?- pregunto aun en el suelo, sentándome y tratando de superar todas las sensaciones que se me vinieron encima
- off:
- no se si el tema siga despues de esto, por mi esta bien si se cierra o continua
Misaka
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
Al ver que Zayyn se marcha bajo mi cetro y me relajo, mis poderes no iban a durar mucho tiempo y no podía perder tiempo luchando con ella. Me acerco a Misaka y una sonrisa de alegría aparece en mi rostro. -Mi nombre es Norn, y soy la diosa y creadora de los digimon. Te estuve buscando desde que tu señal desapareció, pero no pude encontrarte hasta que tomaste la guadaña. Fue entonces que pude localizarte y regresarte a la vida.- Muevo mi cetro y dos esferas de luces aparecen delante de Misaka y de estas salen su digivice y su terminal de batalla. -Creo que te harán falta si planeas seguir luchando.- Intentaba mantener una sonrisa aunque esta se había tornado algo forzada, odiaba tener que enviar a los humanos y a los digimon a luchar una guerra que no les correspondía.
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Re: Ironías donde las haya... ¿Cómo tú por aquí?
-um… ¿okay…?- respondo a su explicación, aun con un dejo de confusión pues no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que morí… los detalles de mi muerte aún estaban borrosos. Cuando saca un par de esferas de luces que aparecen frente a mí y de ellas salen mi d-ark y mi terminal de batalla… siento de nuevo el peso de las responsabilidades que tenía antes de morir, y todo empeora cuando me dice que me harán falta de querer seguir luchando… para colmo, todo empeora cuando su antes linda sonrisa se transforma en una forzada -¿es enserio…?- murmuro abrazando el digiegg de Guilmon, paso saliva y la miro directamente a los ojos -¡pensé completamente que ya había cumplido con mi vida! ¡que mi objetivo ya había sido completado y por eso había muerto! ¡que ya no tenía que seguir en este mundo! Por eso no dude en agarrar la guadaña de Zayyn, pero llegas tú y me revives ¡¿por qué?! ¿qué sentido tiene… revivirme… a mí?- mi voz de estar gritando se va rompiendo poco a poco -¡aun siendo la capitana de DATS nunca logre nada bueno! aun en esta guerra entre el bien y el mal… yo… no soy ni un peón… ¿qué chiste tiene estar viva… si ya no tengo… un objetivo? un destino… cuando morí… se supone que mi destino se cumplió…- mire de nuevo el digiegg de Guilmon y me entristecí mas -¿o que…? ¿me dirás que tenía que morir y así poder conocerte…?- recordé entonces a Hagurumon -al menos lo podré volver a ver…- pienso y chasqueo la lengua -gracias…- le digo conteniendo el llanto aferrándome al digiegg de Guilmon
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