[Bosque] Grandes Rounin en busqueda de combate [Mision de Alisa]

Un par de hermanos Buraimon, que viven en alguna parte del bosque que rodea al monte Fuji, han lanzado un reto, en donde tienes que pelear contra ellos y terminar con la victoria, puedes pelear contra ambos al mismo tiempo, o uno contra uno, sin embargo recuerda, que al ser samuráis renegados, ya no tienen el mismo honor que antes... este puede ser mayor o menor... ándate con cuidado

Describe como llegas al bosque y si quieres adelanta hasta la parte en el que te encuentras con los Buraimon

Aprovechando mí recién llegada a la nación del sol naciente y para nutrirme de la geografía del mismo me dispuse a recorrer las zonas concurridas del país. Tengo la matriculación de que las aglomeraciones de humanos suelen atraer a los digimon por varias razones. Empezar mi investigación en Tokio pintaba como la mejor opción, y desde el centro de la capital nipona empecé mi recorrido estando atenta a lo que conversaran las personas. Pero, aun proviniendo de un país donde pocas zonas son verdaderamente libres encontré inverosímil que solo algunos jóvenes hablaran entre ellos en las calles. Respeto mutuo en grandes cantidades, una educación inculcada de tal forma que te hiciera ver que era innecesario que las personas a tu alrededor se enteraran de hasta el más mínimo aspecto de tu vida o una dictadura inconsciente arraigada en lo profundo de sus mentes… sea cual fuere el caso, solo conseguían alargar mi búsqueda de algún digimon del cual me debiera encargar. Avanzando a paso tranquilo, poco después del amanecer me percate de que parecía que mi ropa, aspecto; apariencia total no era del desagrado de la mayoría, esperaba que me observasen más seguido o más veces, pero no… – (¿El respeto que practicante se respira en el aire es así de grande…? Este país, es demasiado intrínseco…)  

Cerca de la media mañana, mientras recorro una de las estaciones del afamado tren bala, escucho a unos jóvenes que almuerzan en uno de los locales apostados en el interior de la estación conversando entre ellos sobre un bosque llamado Aokigahara (puedo entender su idioma debió al entrenamiento riguroso en el que me vi inmersa durante años, donde no solo me volvieron prácticamente un arma contra digimon sino que también un ser razonante con conocimientos de los países de primer potencia así como varios idiomas para poder manejarme sin problemas en lugares ajenos a Rusia), que rodea a uno de los signos naturales emblemáticos del país en el que me encuentro ahora; también conocido como “El bosque de los suicidios”; a simple vista no me atrae la conversación, pinta como una mala leyenda urbana formada por rumores de algo real pero exagerada al límite por las creencias culturales del país. Sin tener nada más que hacer por este día decido seguir escuchando la conversación; podría sacar algo útil o por lo menos un relato para distraer mi mente en los días donde no tuviese nada mejor que hacer. Ingreso al local y me siento en una de las mesas disponibles cerca de donde se ubican los jóvenes que conversan para facilitar mi recabado de información al tiempo de no parecer sospechosa; tras pedir una simple bebida de cereza me dispongo a seguir escuchando a los jóvenes.

Su conversación de banal se va tornando interesante; cubren aspectos como que la presión ejercida en este país, que supone tranquilidad y belleza ajenas al resto del mundo, conduce a personas independientemente de su edad al suicidio y como las leyes del país no podían quedarse atrás en rareza, si la persona moría y afectaba a los demás la familia de la misma tenía que pagar los gastos de reparación y demás; pero si el difunto moría en una zona donde no afectase a la comunidad el país se hacía responsable de los gastos fúnebres – (País de locos… ¿Cómo encontraran un cadáver en un bosque? Y si se cuenta la gran cantidad que narran este par de chicos, debe de haber tantos que sería difícil identificarlos y reportar a la familia correspondiente…) – un ligero tic en mi parpado se hace presente mientras sigo escuchando la conversación. A cada segundo este país se me hace más y más ridículo pero algo en el relato de los jóvenes me llama la atención, mencionan que las desapariciones han aumentado pero al mismo tiempo personas entran al bosque y al salir parecen más fuertes y confiados de sí mismos como si sus fuerzas aumentaran.

Evitar pensar que hay algo o más precisamente un digimon de por medio que por un alto costo entrene a los elegidos y a sus compañeros me resulta imposible; la idea de ir y comprobarlo por mí misma surge con tal fuerza que no puedo evitar levantarme y luego de pagar la bebida que apenas si eh tocado marcharme con rumbo al bosque mencionado con la idea de llegar al fondo de esto. Con la terminal, apoyándome de sus funciones como celular móvil actual uso el GPS para buscar la ruta más rápida y corta a mí objetivo. No estoy lejos por lo que ir corriendo una vez salgo de la estación del tren bala supone la mejor forma de llegar. Según el GPS se ubica entre las prefecturas de Yamanashi y Shizuoka y dada mi poción, ir directo por el lago Saiko me será más rápido para adéntrame en el mismo.

Una vez eh llegado a Aokigahara noto que pese a no ser caminos marcados en el GPS, hay rutas que se adentran al sinuoso bosque, además de que en los arboles hay cinta adhesiva marcando otro camino. – (Mi objetivo no es encontrar personas perdidas en su deseo de morir, mi objetivo es encontrar a lo que yo creo es un digimon y acabar con él) – dictamino en mis pensamientos ignorando todos los caminos hechos improvisadamente por el paso humano así como también la cinta adhesiva yendo en una perfecta línea recta con el único pensamiento de encontrarme con el causante de que varios elegidos se volvieran más fuertes. La presencia de cadáver en diferentes estados de putrefacción que van desde recientes hasta simples huesos amarillentos no me frenan, en Rusia vi cosas más impactantes, entre ellas y la piedra angular que fundamento lo que demás descubrí fue el devoramiento de mis padres. Barriendo con la mirada la zona circundante a mí y olisqueando el ambiente en búsqueda de alguna esencia digital uno de los tantos cadáveres llama mi atención, en su cuerpo tiene cortes efectuados con precisión de una cuchilla bien cuidada además de tener una marca de cruz en la mejilla izquierda.

Durante mi inspección del cadáver tratando de juzgar la forma en que están dispuestas las marcas para hacerme una idea de las capacidades del enemigo, en ese momento una flecha surgida surca por un costado mío clavándose en el suelo la cual tiene una nota amarrada. En la nota estipula que eh sido retada a un duelo por un par de Buraimon y también marca el sitio al que tengo que dirigirme – (Solo un idiota sigue las órdenes del enemigo) – arrojo a un lado la nota a un lado sin prestarle más interés y tomo la flecha, esta vieja y desgastada con claros indicios de haber sido usada con anterioridad. Ahora no me cabe duda que los culpables del asesinato de la persona frente a mí, los que escribieron esa nota de reto y posiblemente los culpables de “elevar” las capacidades de tantos elegidos y sus camaradas son esos 2 Buraimon.

Sonrió sádicamente por un instante enderezándome y arrojando al suelo la flecha como cualquier objeto de poco interés; intentar usarla como un arma seria poco beneficioso. Me enderezo  y giro hacia donde vino la flecha volviendo a poner mi frio mirar, no iría hacia donde indicaba la ridícula nota retadora iría directamente hacia donde había disparado la flecha. Es mejor ir directo a la raíz del problema en lugar de perder el tiempo en las ramas secundarias. Con paso decidido y aprovechándome de los árboles para evitar se atravesada por una segunda flecha fui avanzando, prestando atención a los sonidos que no parecieran propios de un bosque alerta a los cambios en el aire por si los enemigos se aprovechaban de sus alas para un ataque aéreo, lo que sería estúpido por los arboles mismos del bosque.

Frente a una choza relativamente grande hay 2 Buraimon, uno de ellos tiene un arco en las manos y una mirada seria. El otro ingresa a la choza y se arrodilla -Kogan-sensei… la humana… no siguió la nota y… viene hacia acá- dice completamente nervioso

-….- la obscuridad impide ver el rostro de quien está dentro de la choza -disparen otra flecha y adviértanle regresar- ordena el digimon

-um… vera sensei, los primeros que aceptaron nuestro reto nos rompieron todas nuestras flechas, y solo nos quedamos con una única… así que-

-¡¿QUÉ?!- interrumpe furioso y dando un desplante -maldición… debieron de hacer más flechas…- resopla aun enojado mientras piensa en una alternativa -envuelvan pergaminos en piedras y arrójenselos… adviértanle que no se acerque-

Tras esa orden, ambos Buraimon escriben en un pergamino una advertencia en la que te dejan en claro que no debes de seguir avanzando y luego la amarran a una piedra de un palmo de tamaño la cual arrojan hacia ti. La zona donde están esta interna en el bosque, y en un ángulo superior a al tuyo por lo que puede que no los veas al arrojar la piedra

Continúo mi cauteloso avance por entre los árboles, refugiándome tras cada uno de los que se interponen en mi avance para evitar ponerme en peligro y ser flechada o atacada desde algún punto ciego a mi rededor. De la nada se escucha un fuerte grito de incredulidad y la tierra tiembla; la fauna huye, una parpada de diversas aves alzan el vuelo alejándose de la zona graznando creando un eco casi parecido en magnitud al anterior, alzo la mirada y entre las copas de los arboles diviso a dichas aves, parece que vuelan en forma circundante, como si la parte alta del bosque fuera en donde se originó el grito; los pequeños mamíferos no se quedan atrás en la huida y pasan de largo junto a mí. Pese a que sufro un ligero desequilibrio no caigo puesto a que me apoyo en el tronco de uno de los árboles. Me doy cuenta entonces de lo poco densos que son, aprovecho que presiento el peligro aligerarse momentáneamente para juzgar las ramas de algunos árboles y la demás flora – (Estas ramas son muy flexibles, y el suelo lo suficientemente húmedo como para crear lodo… esto podría servirme si huyo por esta pendiente) – realizo la deducción rápidamente mientras sigo oculta tras el árbol en el que me apoye para evitar caer.

Al alzar de nuevo la visión, me percato que una piedra se dirige a mí, no parece ser lanzada con gran fuerza. Más bien me atrevería a pensar que ha sido lanza de tal forma que pueda atraparla lo que hago sin mucho esfuerzo como si atrapase una pelota de softball. Extrañada miro la roca que esta envuelta en otro pergamino. La precisión de su lanzamiento me impresiona, ¿Cómo pueden saber mi ubicación así de fácil y yo solo puedo deducir que se encuentran en la parte alta de bosque? Vamos, eso raya en lo injusto y lo sobrepasa dejándome solo las posibilidades de devolverme y seguir lo dicho por el mensaje en la flecha o seguir de aferrada a mis propios planes y seguir de frente – (¿Otro mensaje? ¡hmpf!) – sin saber con claridad la razón termino dejándome llevar por la curiosidad y desenvuelvo la piedra; como si no fuera obvio ya a estas alturas, quieren evitar mi avance y para conseguirlo optan con una simple piedra envuelta en un pergamino con una advertencia – (¿De dónde se sacaron semejante idea? El “Honor” que es característico en este país no me afecta; además, si no vamos por seguir clichés… esto debió de ser envuelto en un ladrillo o de menos arrojado de un automóvil en marcha) – pienso en un arrebato, que más que sencilla indignación por lo poco original que resultan ser ese par de Buraimon, es frustración por no poder llegar y hacerles frente de una vez por todas. Arrugo la nota con una mano continuando mi avance hasta dejarla como una bola de papel y me deshago de ella; mas sin embargo, me quedo con la piedra que pinta bien como arma en un futuro.

Para acelerar mi avance, ya no voy caminando con cautela, en su lugar doy saltos hacia adelante, más que buscar despegarme del suelo busco ir más rápido. Como esto es ridículamente lineal al igual que esos juegos de “Mundo abierto” en los que tienes que seguir un alineamiento de opciones y las contrarias están prohibidas, ir en contra de la trama principal en este momento igual que yo debe de estar prohibido, lo que me importa poco. Si por este camino evito una “historia con final honorable” y por el contrario consigo acabar de una vez por todas con aquellos Buraimon que como ya eh visto son capaces de matar humanos, seguiré esta ruta en la que se empeñan de formas patéticas y ridículas evitar mi avance. – (solo un poco más) – pensare siempre y cuando logre llegar a donde se ubican los Buraimon, claro, si no me tiran una piedra gigante cuesta abajo o talan árboles y crean una barricada o una cosa parecida.

off:

-sensei, ahora parece más decidida en venir- dice el que parece el más serio de ambos -¿qué hacemos?-

-…- suelta un suspiro -su entereza o necedad son admirables, dejémosla avanzar… ya hacía falta que alguien no siguiera la carta para variar- dice en un tono neutro -ustedes espérenla afuera y enfréntenla como se supone que se debe de llevar acabo el reto-

………..

Cuando llegas a la parte alta del bosque, podrás ver un claro que al centro tiene una choza relativamente grande y a los 2 Buraimon sentados de rodillas al frente de la misma, uno de cada lado, al verte ambos alzan la vista y te miran a través de la rajadura en sus sombreros de mimbre

-te damos la bienvenida, eres la primera en ver más allá de nuestro reto y al mismo tiempo la primera que no se limita a seguir ordenes- dice el Buraimon que se ubica a tu derecha

-¡hmpf! No veo por qué hay que felicitarla si no siguió el reto como suponía que tenía que hacer… solo se puso a hacer lo que quiso, oye niña ¿no tienes honor?-

-sea cual sea el camino que siguió… continuemos con el reto; tendrás que enfrentarnos-

A medida que avanzo escucho susurros provenientes del sitio al que me dirijo, intento concentrarme en las voces para descifrar lo que conversan; es factible que no pueda por los ruidos característicos del bosque pese a la ausencia de fauna la cual a escapado hace poco; con un último salto consigo llegar a la vereda final que me separa de la parte más alta del bosque; antes de aparecer de lleno frente a lo que imagino es su base y/o hogar me detengo y oculto detrás de un árbol que se encuentra rodeado de algunos arbustos y maleza agazapándome poniéndome de espaldas a este; asomándome superficialmente pudiendo divisar a los Buraimon arrodillados de forma clásica de los guerreros nativos de este país. Uno de los 2 se expresa primero de particular forma respetuosa y por lo que dice me doy cuenta que no tiene sentido seguir escondida. Respiro con fuerza y espesor, no por el cansancio físico, sino uno más bien emocional – (¿Por cuánto tiempo voy a tener que seguir soportando los juegos de esas aves digitales con complejo de guerreros?) – escupo al suelo enderezándome; vuelvo a respirar con espesor y fuerza – (Esto es solo un acto, si pierdo seguro me mataran… al igual que…) – respiro profundamente por última vez y salgo de mi escondite.

Decir que son diferentes no sería suficiente para definirles. Uno era un inmaduro empedernido y el otro era ridículamente maduro y serio – (Vale… les seguiré el juego) ¡Hey ustedes 2…! Me parece que les faltó algo de viento y música ambiental – me mofo de su ridícula actuación y escenario el cual no es más que una choza mal trecha algo más grande que una hecha por humanos. Normal, para albergarlos a ambos debería de tener el espacio suficiente; analice un instante la choza, era grande para solo albergar a esos 2 pajarracos, también las voces de ambos no se asemejan a la del grito incrédulo de hace unos minutos atrás – (Ya estoy en contra de 2 Champion con capacidades voladoras, un tercero sería mejor guardarlo para después) – pienso sin demostrar ninguna emoción en mi rostro para después sonreír – ¿Quién de los 2 peleara? ¿O será que con “Enfrentarnos” se referían a que iría contra ambos al tiempo? Perfecto, de otra forma encontraría aburrido eh indiferente su supuesto “Reto” – doy un desplante junto a la afirmación sátira que eh dado con una sonrisa socarrona pintada en mis labios – Adelante, vengan por mi… a menos de que sean muy cobardes y nada más un par de gallinas enfundados en un traje falso de águilas honorables – continuo burlándome de ellos para hacerlos estallar; estoy segura que al menos uno será lo suficientemente tonto como para reaccionar por algo como eso, se le nota lo inmaduro que es a simple vista

-¿q-q…?- el de la izquierda reacción automáticamente a tu primer burla -puedes burlarte de nosotros… pero no de Sensei- da un desplante quedando apoyado en una de sus rodillas mientras empuña una de sus espadas, le tiemblan los brazos, pero no es por miedo es por la ira que siente ahora

-tranquilízate Irako, no caigas en sus juegos de víbora venenosa- indica serio el de la derecha; no parece haber perdido su tranquilidad, pero si le observas bien veras que está apretando fuertemente sus puños los cuales mantiene sobre sus muslos

-ghhh…- pese a las palabras dichas por su compañero no parece tranquilizarse -maldita mujerzuela… yo peleare contra ti- aun arrodillado desenvaina la espada que empuñaba en un rápido movimiento

-Irako, Genosuke… esa mujer no tiene el más mínimo honor…- se escucha una voz proveniente del interior de la choza -ya que esta tan confiada, peleen ambos contra ella- dictamina la voz con entereza

-¡sí!- inmediatamente el de la derecha se para en posición de pelea y desenvaina ambas espadas apuntando ambas hacia abajo

-Genosuke-sempai, no interfieras en mi camino… ¿entendido?- dando otro desplante termina de enderezarse y pone una guardia lateral

-mujer, aun estas a tiempo de arrepentirte… pide disculpas y solo combatirás con uno de nosotros…- ordena con fuerza en su voz -aun eres muy joven para morir, ¿no lo crees?- tras esas palabras ambos esperan tu respuesta, su guardias parecen no tener puntos abiertos, elige con cuidado pues más adelante no dejaras de pelear contra ambos

Mis palabras consiguen el resultado que deseo, y uno de los dos pajarracos reacciona automáticamente semi-reincorporándose con gran fuerza al dar un desplante hacia adelante quedando hincado aun, apoyándose en una rodilla aferrándose con una fuerza tal a su arma que esta titila bajo el yugo de su sujetador; de alguna forma se controla y no se abalanza en mi contra, su compañero se mantiene con una entereza inquebrantable y es hasta que lo analizo más cuidadosamente con la mirada que me percato que mis palabras también hicieron mella en él pero en menor medida gracias a su temple. Confirman mis sospechas de que hay un tercer enemigo. Dada la fuerza de su desplante colérico que no consigue cimbrar la tierra igual que el de momentos atrás me permite percatarme de que el tercer digimon es de un nivel superior al de este par de Champion – (¿Víbora venenosa…? ¡Ja! Qué divertido, no solo se creen samuráis verdaderos; su acto llega hasta el nivel de insultar a la vieja usanza) – en mi mente rio, rio a mas no poder cuando el Buraimon que al parecer se llama Irako sigue reaccionando a mis provocaciones y ahora inclusive desenfunda una de sus armas. Deslizo mi pie derecho lentamente sin despegarlo del suelo hacia atrás, dejándolo a una distancia aproximad de 50 centímetros del izquierdo en diagonal a este y posiciono mis manos levemente delante de mí jorobándome un poco aplicando presión en mis músculos (pantorrillas, muslos, glúteos y espalda baja) dejando relajados los brazos y hombros. Le eh hecho enojar más de la cuenta… No realmente, aun podría provocarle más pues se controla y no me ataca sin pensar antes.

Una poderosa voz resuena desde el interior de la choza lo que me deja helada, y dirijo mi total atención a la choza con una clara sorpresa arraigada en las emociones de mi rostro; en definitiva es al menos un nivel superior al de los Buraimon que son champion; trago en seco y aun impactada sonrió levemente, de mis labios se escapa una risilla apenas escuchable y entre cortada – (¿Será un Ultimate? Tengo que conseguir sobrevivir a Genosuke y a Irako para pelear contra él… si lo derroto estaré un paso más cerca de consumar mi venganza) – trago en seco retornando a mi temple serio y frio. Las ordenes de la voz de la choza indican que no me enfrentare solo al fácil de provocar, Irako, también al otro Buraimon, Genosuke, el cual desenvaina ambas armas afiladas y bien cuidadas apuntándolas hacia abajo. Desconozco casi totalmente las técnicas de un samurái pero esa pose es clásica en cualquier guerrero que use dos armas blancas y por lo general se usa para arremeter con ataques mientras se avanza de frente; la guardia de Irako… no la reconozco y eso solo la vuelve más peligrosa para mí. Su advertencia a su compañero indica que ira sin miramiento alguno importándole poco si su compañero interfiere o no en pleno ataque. La voz de la choza… se asemeja a la del grito incrédulo de momentos atrás, a menos claro que haya un 4to enemigo al asecho…

– ¿Hmm? – la petición del llamado Genosuke me desconcentra y de estar valiéndome de la visión periférica para observar cuanto puedo de los presentes y el escenario paso a prestarle más atención – ¿Por qué disculparme ante unas gallinas con un maestro tan cobarde que manda a sus dos gallinas alumnas contra una humana desarmada? – respondo con ironía a sabiendas de que solo les hare enojar más – Creía que para un samurái, las ordenes de su señor y de su maestro eran lo único que importaba en el universo; ya sabes, ¿Los guerreros samurái son como perros bien entrenados, no? Bueno, no puedo esperar mucho de unas gallinas que viven de retar humanos en un bosque donde vienen únicamente a perecer sin ser problema para su familia y el resto… – silencio unos segundos “amarrando cabos” a mis propias palabras – No me digan que tienen tan metida la idea de “Una muerte honorable” que les dan la oportunidad de obtener la muerte de un “guerrero” en lugar de la de un cobarde – afirmo aun irónica y burlona, pese a que en mi interior recuerdo lo que significa el “Honor de un guerrero” – (Ya parezco la mala en todo aspecto, aunque no hay nadie que juzgue mis actos… como pocas veces me quedara un mal sabor de boca matarlos) Vamos, vengan gallinas; ¿O son tan cobardes que no se pueden mover de donde están? – continuo con la táctica de burla, observándoles seriamente a ambos.

-…- gruñe apretando aún más su espada -callate…- masculla entre dientes a tu primer declaración -no insultes a Sensei y cállate...- agacha la cabeza levemente ocultando su mirada -¡QUE TE CALLES PUTA! ¡¿QUÉ SABRAS TÚ DEL HONOR DE UN GUERRERO?! ¡¿QUÉ SABRAS SOBRE LA MUERTE?!- grita con toda su fuerza dando una zancada a manera de embestida hacia ti, sin embargo no arremete con su espada directamente pues en el último segundo desplegando sus alas dobla de la cintura para arriba su cuerpo hacia adelante y gira con el sentido de las manecillas del reloj para propinarte un golpe con ellas

-te lo has buscado sola- se prepara para dar un salto cambiando el agarre de sus espadas para un ataque de estocada inmersa (hacia abajo) observando atento tus movimientos. Saltara antes de que esquives y aterrizara a donde te muevas clavando sus espadas primero que su cuerpo (usara su propio peso para caer con más fuerza anteponiendo sus armas en una carga)

-esa humana…- murmura para sí mismo el ser dentro de la choza observándote atentamente -su postura… hmmm… no reniega de sus decisiones hasta ahora, pero… ¿le duelen y pesan…? Interesante…- piensa observando el combate, por ahora no interferirá en el mismo

Al fin mis palabras provocadoras habían surtido efecto, de haber sabido que bastaba con insultar a su maestro por allí hubiera empezado, ahorrándome esfuerzo mental y saliva. El águila llamada Irako se precipito contra mí, pero no con su espada, ni siquiera se molestó en posicionarla en alguna posición de ataque solo dio una zancadilla directo en mi contra. En un reflejo me tire de espaldas con 3 apoyos, aun en mis piernas y uno de mis brazos; apenas aterrizo le di una patada con la pierna doblada estirándola con intención de darle en su pantorrilla con el tacón de mi bota para frenarle, justo después que la inercia en su propio cuerpo y movimientos hacen que su ala me pase por encima activo el digisoul en la pierna que no estire y con la mano que mantengo apoyada en el suelo como soporte me impulso para dar una patada con el empeine del pie en la unión de la columna y el coxis del Buraimon con eso al menos tenía la intención de desequilibrarle y tumbarle al suelo.

En lugar de seguir atacando con el mismo impulso de mi anterior patada me enderece quedando de espaldas a Irako buscando con la mirada al otro ser antropomorfo, pero no lo veía, solo pude percatarme de su sombra y con eso me di cuenta que estaba en pleno ataque aéreo, no me tome el tiempo de mirar hacia arriba, su sombra no estaba extendida como supondría ser si volara en búsqueda de una apertura. Lo que él hace es arremeter por aire sin miramiento alguno; escapo de su campo visual corriendo directo al bosque usando un árbol como punto de apoyo evitando derrapar por culpa del lodos que es el suelo en el bosque, escucho que el buraimon aterriza y por la forma del sonido deduzco que hundió sus espadas en el suelo a una corta distancia mía. Uso el tronco del árbol con el que me sostuve como pivote para rodearlo y así regresar al claro, Veo al Buraimon llamado Genosuke y lo primero que hago es atacarlo con la piedra que aun contento en mano con la intención de machacar con esta sus dedos con la idea de que le tomaría algo de trabajo desenterrar sus armas del suelo y a menos que las soltara no debería de ser capaz de evitar la fractura de sus dedos. Tras eso saltaría hacia atrás al menos un metro para volver a internarme en el bosque escondiéndome en un árbol de relativo grosor superior a los demás en el área – (tch… no creí que le importaría poco su compañero con tal de seguir las ordenes de su maestro de atacarme al tiempo… aun no debería de convertirme en Panjyamon; dudo siquiera poder ser capaz de conseguirlo, no estoy lista para eso) – recupero el aliento sin abandonar el árbol. La envergadura de sus alas no les permitirá volar entra la arboleda, al mismo tiempo sus cuerpos son lo suficientemente grandes como para dificultarles el avance a pie, tengo la ventaja en eso también. – (Ellos no me podrán ver por aire, y no se podrán mover bien por tierra… – saco la terminal de batalla, accedo a la aplicación de localización de digimon y espero al siguiente movimiento de los enemigos. Con base a donde se muevan pensare en una forma de atacarles por separado y de ser necesario hallaré la forma de “Equiparar niveles”… de no poder, quedara tragarme mis palabras y seguir atacándoles de una u otra forma.

Spoiler:

-¡…!- a Irako le toma por sorpresa tu rara maniobra de tirarte al suelo y por mismo no prevé tu patada en su pierna y mucho menos se esperaba que literalmente le patearas el trasero perdiendo el equilibrio usa su espada como apoyo para evitar desplomarse por el entumecimiento que siente en su espalda baja -jodida humana… te empalare con mis espadas- gruñe

-…- aunque no se clavan por completo sus espadas, no le queda mas remedio que soltar su arma y así evitar el golpe que podría inutilizar sus dedos -víbora escurridiza…- dice cuando intenta agarrarte antes de que escapes

-Genosuke, Irako… esperen, dejen que se marche- dice la voz proveniente de la choza -¿ya  se habían enfrentado a alguien como ella?-

-si… parece que los bios son todos una panda de habladores cobardes…- dice recuperándose de los golpes recibidos mientras su compañero desentierra sus espadas -malditos cuadritos, su puta patada no me hubiera hecho nada de no ser por ellos…- deja su punto de apoyo y envaina su espada -rápido sempai, no podemos dejar que escape-

Ambos envainan sus espadas y las sacan de sus cinturones, luego se internan en el bosque para buscarte manteniéndose en guardia, si te ven arrojaran la vaina de sus espadas en tu contra y después correrán a tu alrededor para encerrarte por tus flancos. Irako hara ataques de estocadas y cortes bajos por su adormecimiento en la espalda, mientras que Genosuke te atacara a los hombros y/o cabeza. Ambos con tajos acendentes o desendentes

Spoiler:

-MISIÓN CERRADA-

El usuario encontró injusto que ella pudiese continuar pese a que el otro usuario que también la llevaba no se le dio el mismo permiso