Entrando al Digimundo

David caminaba por una zona oscura mientras llamaba a su entrenador. en eso vio como un monstruo aparece frente a el como si fuera una especie de insecto enorme de color azul. así que el joven corrió con todas sus energías mientras este monstruo lo seguía usando sus alas. en eso aquel animal lanza una especie de ataque contra el joven rubio y este despierta completamente asustado. mientras se secaba el sudor de su frente miro al su alrededor y vio que estaba en una especie de zona boscosa tan cual como en el parque Sutton pero extrañamente todo parecía distinto. en especial la vegetación del sitio. EL rubio se levanta y se soba su cabeza con su mano derecha.

- En donde estoy? Es imposible que sea el parque Sutton – murmura el joven en eso escucha una voz desconocida – Estas en el digimundo – En eso con tranquilidad – Ahh digimundo ya veo – en eso David se da cuenta que no sabe que es el digimundo y se voltea de la sorpresa – DIGIMUNDO??? -  en eso David ve a una pequeña criatura con alas en su cabeza y esto hizo que se cayera por la sorpresa – que te pasa? O.o estas enfermo?- dice la criatura sorprendida por la reacción del joven – que eres tu? Nunca en mi vida he visto a un ser como tu….. – en eso la criatura se acerco algo al joven David y con mucha inocencia le dice mientras este se levanta – Me llamo Patamon y soy un digimon como te llamas?

En eso David se levanta muy sorprendido e inicio a pensar que todo esto era un sueño y debía despertarse para conseguir a su entrenador de tenis. El joven inicio a caminar en círculos mientras Patamon veía lo que el hacia. En eso el joven se detiene y se da cuenta que es muy real para ser un sueño así que con calma se le acerco a la criatura.

- ok ya calmado me puedes decir donde queda ese digimundo del que hablas? En escocia quizás? O Irlanda? – dice David demostrando algo de paranoia – esopa? Irsalsa? Eso es comida? No se que es – dice Patamon confundido – El digimundo es el digimundo no hay algún sitio llamado esopa o irsalsa.

David vio a la criatura y le dio algo de risa al ver lo que había dicho. Quizás sin querer Patamon logra tranquilizar al joven. Este se da cuenta que si es o no un sueño debía seguir adelante. Así que busco a su alrededor y vio que estaba aun su mochila donde llevaba su raqueta de tenis. Patamon siempre lo seguía.

- Oye patamon tu que haces aquí? – pregunta David para ver que quería Patamon – Yo soy tu compañero digimon debo estar contigo – dice con mucha felicidad Patamon algo que le pareció nuevo a David esa terminología – compañero digimon? O.o ok cada vez entiendo menos.

El impacto fue totalmente indoloro, lo cual era bastante extraño, sin embargo el estudiante y futbolista de 17 años aun sentía una especie de mareo. Cuando finalmente logro reaccionar, notó que lo sucedido no había sido un sueño, y que ya no se encontraba en aquel parque de Montreal donde se supone encontraría a sus amigos, por el contrario, se encontraba ante un escenario con una vegetación totalmente desconocida para él, sus ojos rojos se mantenían observando todo a su alrededor mientras el joven intentaba comprender la situación.

Por otro lado, en un lugar bastante cercano, una criatura de color morado se acercaba a toda velocidad hacia donde se encontraba el chico de cabellos blancos, como si de un gran acontecimiento se tratara, pero al estar a pocos metros, su velocidad se redujo, y su actitud estuvo un poco más, calmada.

- Bienvenido – dijo el pequeño dragón – soy Monodramon, espero me aceptes como tu compañero – culminó su breve presentación.

Rodriel aún se encontraba un poco desarticulado ante la situación, más el extraño dispositivo que se encontraba en su mano, realizo una instantánea pero notoria resonancia, lo cual, en conjunto con el sueño que tuvo esa misma noche, le decían que la criatura que tenía en frente, no le mentía, y que ese encuentro, marcaría el resto de su vida.

- Es un gusto conocerte Monodramon, mi nombre es Rodriel – expresó el joven – a todas estas, ¿Qué es este lugar? – preguntó mientras seguía observando aquel paisaje totalmente desconocido.

- Estamos en el digimundo – respondió el digimon – eres uno de los que han sido elegidos para proteger el mundo virtual – explicó el pequeño.

Aun se le hacía complicado creerlo, pero todo era lo suficientemente real como para saber que si estaba pasando, hecho que se reforzó cuando a los pocos minutos de su llegada, otro joven apareció en la cercanía de manera similar, no pudo verlo, más si sintió ese hecho, lo cual le hizo acercarse al lugar. Escucho atentamente la conversación entre el rubio y el digimon volador, buscando algunas respuestas más allá de lo que le había explicado su compañero, pero por el contrario, de ese lado había aún más interrogantes.

- Así como asumo que muchos probablemente llegaron antes que nosotros, hemos sido elegidos, para proteger ese mundo, el cual, de algún modo, siento que está conectado con el nuestro – explicó el tamer acercándose al lugar donde el rubio y su compañero se encontraban – siento que es una falta de cortesía el no presentarme, mi nombre es Rodriel, y al igual que tú acabo de llegar al digimundo – se presentó para poder luego continuar con la conversación - ¿cuál es tu nombre?, el pequeño Patamon sigue esperando conocerlo -

Justo cuando David estaba a punto de perder su cordura apareció un joven de cabello blanco y ojos rojos el cual venia con una especie de dragón bebe. A pesar de ser completamente extraño también se veía agradable como Patamon que sin duda alguna demostraba tener una personalidad jovial por decir alguna palabra. En eso patamon cruzo sus bracitos y mostro algo de molestia.

- Si el aun no se presenta conmigo – dice patamon algo molesto, en eso David sobando su cabeza con su mano derecha se acerca a patamon y se arrodilla – Lo siento Patamon no es fácil para mi digerir este mundo. Hace un momento estaba en un sitio completamente distinto. Me llamo David un gusto conocerte

En eso el pequeño se lanzo hacia el rubio haciendo que pierda nuevamente el equilibrio y cae sentado.

- auch!

- Disculpa la emoción te tumbe T.T

- No te preocupes Patamon x.x

en eso el rubio se levanto y se acerco a el joven de cabellos blancos. El cual en circunstancias normales el joven no se hubiera acercado a el. Pero en estos momentos le vendría bien estar con alguien que estuviera en la misma situación. Aun asi con mucho nerviosismo inicio a hablarle.

- Hola.. Mi nombre Es David Depp soy de Birmingham Inglaterra un placer conocerte.

Cortas palabras de David para Rodriel aun así decía lo importante que era ser cordial. Aun así el joven David no sabia que hacer en este mundo y mucho menos sabia que podría suceder. Así que David decidió ser mas abierto con el joven.

- Sabes cual es nuestra misión en este mundo? Porque estamos aquí? Amigo esto es muy raro para mi.

En eso el joven David noto que dejo por fuera a el pequeño dragon al cual aun no sabia su nombre.

- Disculpa pequeño me llamo David y el es patamon, Como te llamas?

En eso Patamon se acerca al dragon – Hola Monodramon n.n

Estaba paseando por el mundo digital con Impmon como hacíamos cuando nos entraba la nostalgia de este lugar, bueno más bien a mi compañero, porque este obviamente no era mi mundo, pero también le tenía aprecio después de todo.
Ya llevábamos un buen rato caminando yo, e Impmon moviéndose por todos los sitios posibles haciendo virguerias, saltos y alguna que otra acrobacia, cuando a lo lejos, vimos a un par de jóvenes con sus respectivos digimons.
- Vamos a ver - me dijo mi compañero entusiasmado.
- Para ser un digimon solitario eres muy dado a ir socializando por ahí ¿No crees?
- Dijo la chica catalogada como mala influencia para el mundo pero que se pasa el día buscando maneras de ayudar a los demas.
Impmon salió corriendo hasta donde se encontraban los jóvenes, que no llegarían a la mayoría de edad. Acto seguido salí corriendo detrás de él... no sabía que andaría tramando ese pequeño diablillo.
Cuando este llego donde se encontraban los jóvenes.
- ¡Hola, hola, hola! Oh... Vaya caras de desconcierto. Pero míralos que monos... si es que esto no se ve todos los días...- Y seguía y seguía hablando por los codos.
Cuando llegué a su posición le dí una colleja al diablillo violeta.
- Perdonar a Impmon, tiene un gran afán por darle a la sin hueso. Soy Alexa, ¿Y vosotros chicos?
Miré a mi digimon. Se frotaba tenuemente la nuca, aun con una sonrisa de pillo en su cara... suspiré. Al menos no había puesto su cara maliciosa como el día que le conocí... que por poco me da un infarto... aun que en ese entonces solo fuera una bolsa de humo.
Solté una leve risa la recordarlo.

La presentación del rubio vino acompañada de varias preguntas, a las cuales efectivamente el canadiense no tenía respuesta, sin embargo gracias a su sueño, podía hacerse una mínima idea.

- No tengo una respuesta precisa a tus preguntas – contestó el peliblanco – sin embargo, si hay algo que es evidente, es que nuestro mundo y el mundo virtual están conectados, por lo cual han de haber coexistido desde hace mucho tiempo – argumentó – a lo que intento referirme, es al hecho de que lo que sea que esté afectando a este mundo, probablemente llegue a alcanzar, si no es que ya lo ha hecho al nuestro – concluyó.

Justo en ese instante noto la existencia de algo que había pasado desapercibido para ambos, quizá por confundirlos con sus celulares, no obstante él había dejado el suyo antes de salir de casa. Al revisar su bolsillo, se encontró con un dispositivo con la forma de un celular táctil, pero de color rojo oscuro.

- Quizá esto pueda decirnos algo – expresó mientras mostraba su terminal – deberías revisar entre tus cosas, quizá también traigas uno –

En ese preciso instante, un digimon diablillo hizo su acto de entrada, seguido de quien claramente mostraba ser su tamer dada la confianza entre ellos que ambos emitían. Tanto la joven de cabello negro como su compañero se presentaron dejando como primera impresión el hecho de que no venían con malas intenciones.

- Un gusto, mi nombre es Rodriel – se presentó el joven de ojos rojos – y este es mi compañero Monodramon – agregó señalando al pequeño dragón– considerando tu semblante, asumo que, a diferencia de nosotros, ya has pasado tiempo en el digimundo - expresó – nosotros, podría decirse que nuestra historia ahora es cuando está en su punto de inicio –

David se sorprendió mucho al ver el termina que mostro Rodriel. Solo sabia que tenia ese aparato electrónico pequeño que apareció donde impacto un meteoro en el parque Sutton. El rubio fue rápidamente y reviso su Bolso de tenis y Efectivamente había un dispositivo electrónico parecido a el que tenia Rodriel pero de color azul celeste. En eso un digimon Diablillo apareció y dijo algunas palabras. En eso detrás de aquel digimon aparece una chica de tez pálida y cabello negro. David se quedo completamente paralizado viendo a la chica. Muchos años atrás tuvo un episodio muy traumático con una chica la cual lo rechazo y por eso David se sentía muy apenado con las chicas. Aun así Patamon se adelanto a el rubio y se acerco a la chica y el digimon.

- Hola me llamo Patamon y el es mi compañero David n.n

En eso David se acerca pero se mantiene por detrás de Rodriel como si tuviera miedo.

- Ho……la…. Mu…cho gusto – dice David en un tono de voz muy bajo.

Patamon observa a David y le pareció muy extraña la actitud de su compañero. Pero aun así este espero la respuesta de los demás. Mientras el rubio seguía detrás del joven cabellos blanco.

Miré a los dos jovenes divertida mientras Impmon se subía sobre mis hombros cual niño pequeño jugueteando con mis cabellos negros como el carbón.
- La verdad es que algo se... llevo ya seis años danzando con Impmon por este mundo, aun que rara vez nos relacionamos con otros Tamers, pero en lo que ayudar a digimons se refiere se bastante.
Sonreí al chico que se escondía tras Rodriel. Parecía tímido, lo que le hacía aun más adorable.
- Tranquilo que no muerde. Aunque tenga pinta de viuda negra, es todo un amor... y aun virgen.
Me puse tan roja como mi piel me permitía. Tiré a mi compañero al suelo y le propine una colleja.
- ¡Bakaaa! - Le grité - Per...perdon... este tarugo no sabe lo que dice.
La verdad es que pensándolo bien Impmon y yo hacíamos un equipo bastante peculiar. Las malas lenguas decían que ambos eramos unos solitarios por naturaleza, pero realmente buscábamos estar con otras personas para sanar nuestros maltrechos corazones.
Me atusé un poco el pelo. Respiré profundamente y volví a sonreír.
Las cosas no eran siempre como las pintaban despues de todo. El habito no hace al monje y no se ha de judgar un libro por su portada.
-Bueno... ¿Y qué...
-...Os ha traido al digimundo?

Las acciones de David tras la llegada de la joven fue algo inesperado para el canadiense, quien poco a poco comenzaba a descubrir las facetas en la personalidad de quienes les acompañaban, el momento ciertamente era relajante, al punto que por un momento se olvidó por completo del hecho de que no estaba en su mundo, sobre todo en el instante en el que el pequeño diablillo comenzó a bromear con la personalidad de su tamer mientras su rostro se ponía cada vez más colorado, lo cual sacó una leve sonrisa y un comentario de parte del albino.

- De hecho, te queda bien ese semblante – musito el joven mientras veía como la chica golpeaba a su compañero.

Sin embargo ese instante en el que había olvidado el hecho de no estar en su mundo se esfumo cuando la joven realizo su pregunta. Sabía que cualquiera podría decir que la razón de su llegada era el destino, y que esa sería la respuesta más simple si quisiera salir del paso, pero la realidad es que él mismo no creía en el destino, por lo que mentirles en ese momento, seria mentirse a sí mismo.

- Realmente no sé la razón por la que hemos sido traídos al mundo virtual, sin embargo soy de los que creen que nuestras acciones marcan nuestro camino, por lo que pienso que quien sea que controle este lugar, ha de haber visto algo en nosotros que le ha hecho traernos hasta acá – respondió.

La respuésta del albino era algo que no me esperaba, y que después de todo, era algo muy interesante.
Si bien era cierto y yo también estaba de acuerdo que nuestro camino lo creaban nuestras acciones, todo el que llega al Digimundo, llega con un propósito o una misión, o eso tenía entendido.
La verdad es que yo en todos mis años no me había molestado en buscarla, simplemente diambulaba por el mundo digital con Impmon, ayudando a quienes lo pidieran, pero en lo referente a Tamers no tenía mucha más idea que aquel par de recién llegados.
- Bueno, todo tiene su porque después de todo, y a veces el destino es caprichoso...
- ... nunca sabes por donde saldrá ni siquiera como se manifestará ante tí - Finalizó mi compañero.
Si bien era cierto que eramos peculiares, pues a veces me hacía replantearme que fueramos una pareja de enamorados los cuales terminaban las frases del otro, pero eso no era otra cosa que el hecho de que nos conocíamos demasiado bien. Eramos uña y carne desde hace mucho tiempo y ambos nos complementabamos el uno al otro, siendo así un pareja perfecta, en lo que a combates y menesteres similares se refiere.
- Bueno... ¿Y que contaís jovencitos?