Hanami...

Ya habiéndome acostumbrado a las tradiciones japonesas estaba seguro de cada festival y tenía marcado en un calendarios cada día, con una anotación al lado, hace un tiempo había ido al parque a escribir encontrándome con personas...Un tato extrañas aunque para ser exactos lo que más me extraño fue que de una luz un aparato muy extraño llamado digivice y un ‘‘digihuevo’’ Tenía un símbolo raro y la verdad es que desde que lo había encontrado no había pasado un día, lo cuide y lo dejé cerca del calor mientras escribía y luego dibujaba. No tenía muchas ganas de celebrar pero la oportunidad para usar un kimono y lucir como a mí me gustaba de vez en cuando.

Até mi cabello, con un mechón de cabello propio, en una coleta alta, lo hice de forma delicada para no enredarlo, atravesé el peinado con dos horquillas nuevas, una a la derecha y una a la izquierda. Siempre compraba una horquilla y las tenía bien acomodadas a pesar de mi trabajo como escritor y mangaka, que típicamente me dejaban algo agotado y rompía el plazo de entrega por eso es que como estaba libre de todo y hoy se celebraba el ‘‘Hanami’’, festival en el cual los cerezos florecían desde finales de marzo a principios de abril, este era uno de los últimos días por lo que no me lo perdería con tanta facilidad ya que amaba los cerezos, era mi planta favorita. Salí de casa; llevando el huevo con migo, y caminé hasta el parque central de Yokohama, en el camino se veían cerezos de diferentes colores desde blancos, rosas y rojos.

Seguí hasta llegar al parque y allí me quedé observando bajo un cerezo la belleza del mismo, era blanco como mi pelo y mis pestañas, agarré un pétalo que caía dando así comenzado el inicio de abril, cuando los cerezos volvían a su color normal y eran un poco más insípidos. Sentí que el huevo brillaba y se movía por lo que me escondí tras el arbol, solo esperaba que nadie hubiera visto el huevo, no es normal pasearte por un parque y ver como un huevo brilla. Suspiré mirando el digihuevo el cual se dejó de mover y brillar, me senté al costado del arbol ya sin temor a que me vieran y dejé el huevo en mi regazo, el ‘‘Hanami’’ Era muy bello, siempre lo había sido desde que llegué.

La primera vez que llegué a Japón lo primero que vi fue el Hanami y eso me tranquilizo de la vida ajetreada que llevaba, ese día y todos los festivales pensé- Esto es paz... –Me paré para caminar y cubrí el huevo con las mangas de mi kimono.

Cosicas:

Sonreí ligeramente pero me cubrí con la manga del kimono, al parecer la única razón por la que le costaba caminar eran las sandalias altas de madera, a las mujeres les era un poco más fácil ya que siempre usan diferentes tipos de zapatos eso lo se debido a mi condición. Las mujeres siempre creen que los mangakas suelen ser mujeres, no sé por qué bien eso pero lo que dicen varios editores novatos es que parece que nosotros y ellos mismos fuéramos a tener un vida bastante efímera, si era cierto, la mayor parte del tiempo estábamos dibujando o editando muchas cosas y prácticamente nunca teníamos un buen amanecer hasta después de las fechas de plazo, los editores eran bastante alborotados o serios. Guardó las sandalias en las mangas de su kimonos, entendía que no debían verlo después de todo no era muy normal pero ¿Podía fingir ser un peluche? Miré al pequeño en mis brazos y el me miró a mí.

¿Wanyamon? Supuse que será la raza o nombre del monstruo digital ¿No era muy simplista? Sería divertido incluso entretenido estar acompañado de alguien que no solo parecía ser una mascota sino que también parecía un ser inteligente pero bebé. Miré el aparato que había alzado mientras en mi otro brazo estaba el pequeño Wanyamon, con que podía hacerlo evolucionar pero ¿De qué forma?- ¿Cómo puedo hacer que evolucione? –Al escuchar la pregunta la bolita de pelos saltó y me miró para luego mirar el digivice pero al parecer ni él tenía idea de cómo hacer que evoluciones. Así que él era mi guardián ¿Cómo es eso posible? Parecía que yo debía defenderlo a él aunque mataba de ternura para ser exactos- ¿No evoluciona de forma natural? –Era curioso que una criatura tuviera que depender de los sentimientos de un humano para evolucionar, pero quizás debía tener en claro que si mis sentimientos le afectaban seguro se volvería un Digimon oscuro o uno de la...¿Luz? No sabía si estaba en los correcto o no.

Sería divertido escribir sobre mi compañero, me preguntaba cómo sería al evolucionar, supuse que dejaría de ser tierno pues los bebés pasan a ser niños ¿Los digimon tenían edad? ¿Y género? ¿Había de otros tipos? Cuantas preguntas que rondaban en mi cabeza pero aun así me sentía feliz sin razón alguna, el solo ver a aquel pequeño me ponía feliz por alguna razón y a él no parecía molestarle- ¿Podrías explicar un poco más? –Pregunté curioso porque me dijera al menos una parte de lo que sabía sobre los digimon y además ¿Niño? ¿No era muy grande para ser un niño?.

Wanyamon perecía divertido alrededor del albo ojisangre, este no parecía molestarse o más bien no parecía tener expresión que demostrara si le enfadaba. El ojiamatista parecía analizar las expresiones de mi rostro pues se le veía bastante atento, supuse que lo hacía para saber si tenía más dudas, y si tenía muchas que parecía se iban acumulando y creía que iban a explotar como un globo lleno de confeti para las fiestas y es que no vendría nada mal a decir verdad, festejar con mejores cosas el Hanami, era obvio que para mí era una conmemoración significativa y tenía ideas para mi próximo manga con esto, sería sobre la princesa Sakuya Konohana, si esa era una bella historia para el manga shojo o shonen, solo debía buscar un buen físico ¿Cómo sería?- Son como los humanos pero más fieles. No estoy comparando no te preocupes, no me atrevería, se diferenciar cosas –Escuché la historia del albo ojisangre y el ojiamatista, eran extraños los digimon ¿Por qué les gustaría estar tanto con su camarada? Ya lo descubriría con el tiempo pues tenía a mi compañero, Wanyamon.

Aún tenía una duda pero dejé que ellos continuaran contando su historia que al principio parecía más de favores debidos que de compañeros leales, luego se fue transformando en una amistad más unida y luego se unió un nuevo miembro, seguro el mayor había sentido celos, no es que yo fuera psicólogo ni adivino pero es normal, además como dibujante de shojo debo reconocer ese tipo de cosas, no a simple vista pero si con facilidad. Surgió otra duda- ¿Por qué solo los niños? Y ¿Los digimon tienen nombres? –Ladeé la cabeza hacia un lado y el wanyamon empezó a saltar alrededor de ambos haciendo un ocho o infinito- ¿Nombre? –preguntó el chiquitin dando a entender que Wanyamon solo era una especie no un nombre, si era así ¿Podría elegirle un nombre?¿O debía hacerlo él mismo? Supuse que esto último era lo correcto pues era un ser libre y con derechos.

Wanyamon se alejó un poco e intentó atrapar pétalos de Sakura con las roza, los cerezos florecían por lo que habría cerezas allí arriba seguramente, luego subiría a por unos para el más chico.

Era realmente tierno ver a Wanyamon, sabía ahora que esa criatura me protegía y yo a ella dándole la capacidad de evolucionar a su siguiente etapa, era maravilloso- Me sorprende que a pesar de que yo sea tan frágil como una mujer pueda ayudarlo a él...Pero para que darme negatividad, es mejor confiar, esperar y analizar bien las cosas –Me agaché a acariciarle la cabeza a Wanyamon, era suavecito.

Miré al ojisangre ¿Acaso los digimon también leían mentes? Supuse que eran las expresiones de mi cara las que me delataban, no me gustaba ser predecible, me gustaba ver las expresiones de las personas para conocerlas mejor e incluso verlas y dibujar mejor pero aquella persona era tan rígida e inexpresiva como un tempano de hielo, quizás me serviría para uno de los personajes del manga que estaba haciendo, la mayor parte de las cosas que veía me parecían curiosas y las sumaba de alguna forma a mi manga dándole una contextura sólida y fluida aunque esto era demasiado fantasioso a decir verdad ¿Cómo dibujaría esto? De forma chibi quizás sería más aceptable, sería algo gracioso ver a estos dos como chibis o a mí pues yo ya era una persona bastante linda por ser similar a una mujer, no me gustaba ese hecho pues me sentía...Me sentía solo querido por mi físico y así era. Wanyamon me miró y me di cuenta que este percibía mis sentimientos, le sonreí para tranquilizarlo y escuché como una rama se quebraba y caía, el albo de ojos sangre agarró a su camarada y lo acercó acortando el espacio entre ambos. Donde había estado el de ojos amatistas apareció una figura curiosa, Wanyamon se asustó por un momento más que nada por mi seguridad y por la suya.

Sentí un cosquilleo en la mano, una esfera azul había aparecido en ella ¿Qué era? Parecían códigos o datos? El digimon saltó alegre- Dámela, Keith-Sama –Escuché la voz algo chillona de Wanyamon y le lancé la esfera, el digimon la recibió y extrañamente emitió un fulgor blanco cambiando de forma a un digimon un tanto más...Frío y calculador, también era más alto que antes 1.69 o un poco más 1.70 como mucho, el cambió en Wanyamon había sido bastante drástico, en cambió ¿Qué especie era este digimon?- Lo siento...Sentí algo de peligro, hay muchos digimon pero me asusté al escuchar y sentir peligro cerca, soy Strabimon. Un novato del tipo hombre demonio o bestia –Comentó el digimon; ahora, novato. Me sorprendía el gran cabio en apariencia, aun no había visto el poder de Wanyamon por lo que no tenía idea de que poder poseía un novato como Strabimon. Volví a fijar mi vista en donde estaba o había estado el albo de ojos amatistas y me di cuenta de que una presencia de ojos oro, piel morena y cabello negro como sus alas se acercaba a nosotros, Janaan tuvo el placer de presentarnos- Un gusto Arturius. Mi nombre e Keith Sorcerer –Hice una leve reverencia japonesa y volví a mirar a los; ahora tres, presentes. Eran los tres bastante curiosos, más que nada por la explicación sobre los nombres, a mí tampoco me gustaría llamarlo así, Strabimon, era muy común, claro no me molestaba en lo absoluto si él deseaba que lo llamase así lo haría- Creo que un nombre es más que simplemente una forma de llamar a una persona o criatura, o un título. Creo que tiene más que ver con una identidad única y propia que nos diferencia y no hace especiales, supongo –Comenté, ese era uno de mis idealismos o más bien así era para mí pues como decían ellos uno no se podía referir a otro ser de su misma o diferente especie llamándolo ‘‘Ucraniano’’ o ‘‘Strabimon’’.

Escuché lo que dijo el albino, era bastante arisco a decir verdad, reí suavemente- Que arisco, si fueras mujer no conseguirías pareja –Traté de no ser tan ofensivo ni directo pero no me salía usualmente era bastante complicado o al menos para mí lo era pues siempre había sido así desde que llegué. Escuché unos balbuceos de mala gana y a Arturius...Soñar ¿Eh? Siempre soñaba con muchas cosas pero no era una persona vigorizada, me costaba mucho confiar en las personas y en mí- Comprendo...Me será complicado, un poco, pero seguro lo superaré –Dije para darme ánimos.

El digimon se miró un momento pero luego regresó su atención hacia mí, al parecer estaba algo molesto pero aliviado de que no me hubiera pasado nada, sonreí al digimon y el simplemente demostró su cansancio, él debía acostumbrarse a la pesadez de ser yo pues mi vida no era para nada ligera, si lo fuera no necesitaría maquillaje para cubrir las ojeras que tenía o descansar por más tiempo que los demás, era complicado ser mangaka sin agotarse pues como mucho tardaba un buen rato en dibujar el manga bien, que lo examinaran y le hicieran cambios que luego debía hacer yo mismo en mis dibujos para que fueran más entendibles, y todo esto tomaba un largo tiempo por lo que al final del plazo terminaba destrozado en el piso de mi casa como si de un trapo viejo se tratara. Me erguí un poco mejor; al menos lo que mi espalda me permitía enderezarme. ¿Digievolución? Era...¿Eso? Un cambio en el cuerpo de un digimon- Un cambio en nuestra apariencia y poder –Comentó Strabimon como si supiera lo que yo pensaba.

Entendía que se llevara mal con sus familiares yo no me llevaba bien con las personas y mis familiares estaban muy lejos de mí, lo necesario o lo justo, en Ucrania- Yo tuve familia adoptiva y no tuve buena experiencia, aquí tampoco pues cuando las familias Yakuza se enteraban que sus hijos se enamoraron de una ‘‘mujer’’ que los rechazo...No termina muy bien, por suerte eso dejó de pasarme hace poco. La verdad es que tampoco me hacía bien estar con mi familia adoptiva por eso vine a Japón –Comenté divertido, no me molestaba que los hombres se enamoraran de mí pero quería que no fueran de familias asesinas o criminales, y siempre solían tocarme de ese tipo de hombres. Suspiré ladeando la cabeza y Strabimon me miró algo divertido.

Al parecer Arturius la tenía miedo al de ojos sangre y ahora que me daba cuenta Strabimon también tenía unos ojos de ese color- ¿Es temporal esta evolución? No quiero regresar a ser Wanyamon. –Preguntó el digimon a Arturius curioso por su situación y si debería estar constantemente siendo evolucionada para no ser Wanyamon- La verdad es que como Wanyamon eras bastante mono. –Le comente a mi actual camarada el cual fruncía el ceño pues al parecer no le gustaba el hecho de ser una bolita de pelos con orejas ¿No era eso ahora mismo? Le acaricie una oreja y él me puso su mano para que no acariciara- Con mi oreja no –Advirtió el digimon demonio.

El digimon frunció ligeramente el ceño, aunque si era cierto él quería pasar a su siguiente evolución lo más pronto posible pero era mejor no apresurarse a veces con prisa las cosas se hacían mal, el digimon sabía que llevaba un largo tiempo como huevo con su humano al menos 3 o 4 días y que su evolución no sería tan sencilla, cuando llegara el momento la alcanzaría. Aun así le costaba imaginarse su siguiente evolución ¿Cómo sería? Él era frío o sea que su evolución no cambiaría mucho al menos no en personalidad. Mantuvo sus brazos cruzados escuchando a Arturius- ¿Qué opciones de evolución tengo? –Preguntó de forma seca y directa pues no era amable más que con su amo, además no solo debía tener una opción para evolucionar, debía haber más y todo estaba en los sentimientos de aquel humano, que tan fuertes fueran y como reaccionara en el momento que se le permitiera evolucionar.

Era cierto que tenía suerte pero eso no significaba que mi físico femenino aun no me trajera problemas, era como un imán de mala suerte- Digamos que mi mala suerte es menos. Últimamente ha bajado, ser un tanto femenino trae problemas y corazones rotos. No es que sea un rompecorazones pero no tengo la culpa de que a los hombres les guste mi físico –Se me cayó una gota tras la cabeza y me pasé la mano por la nuca sonriendo algo nervioso por ello. Me llamó la atención, era cierto ¿Cómo ocultaría a Strabimon? Era...grande o lo bastante visible como para dejarse ver. El digimon frunció el ceño molesto por como lo estaban subestimando- Yo no usaré disfraz ni nada de eso, pero le recuerdo que mi velocidad compite y supera a la de un renamon. Además no soy del todo Rookie, en parte soy campeón...Los de mi especie son mitad hombre, mitad bestia y contenemos la mitad del poder de un Lobomon por lo que igualo a un campeón –Strabimon se recogió de hombros quitándole importancia pero él se sentía orgulloso de esto, a decir verdad no se sentía superior solo se sentía...¿Poderoso? Era un sentimiento de orgullo o aprecio hacia sí.

Yo me mostré despreocupado por eso mi casa estaba lejos, por las afueras de Yokohama- Aunque sea raro, vivo apartado de la ciudad. Por lo general los mangakas viven en penhouse. Yo por mi parte prefiero vivir separado en las afueras de la ciudad, es más tranquilo y me concentro mejor –El digimon me señaló con su mano dándole desinterés a la situación- Además no saldré a dejarme ver, que sea alto no significa que la sangre no me llegué a la cabeza –Dijo algo sarcástico pero suspiró soltando una risa divertido

Suspiré y fruncí el ceño mirando a Strabimon, no lo culpaba era apenas nacido pero aun así debía enseñarle modales, todos los mangakas a pesar de estar cansados éramos corteses con las personas a las que les hablábamos de forma...Amable. Me sentí apenado porque eran los pocos amigos o conocidos que tenía. En casa estaba solo todo el día dibujando los mangas que debía hacer antes de plazo pero cuando quedaba libre...Nunca había hecho nada interesante en mi tiempo libre, era complicado que los hombres aceptaran a un chico afeminado sin hacerle una burla con malas o buenas intenciones. Vio al albino pues estaba en la misma condición que si mismo, no entendía como un hombre sencillo; al menos lo parecía, podía notar el maquillaje en el rostro de otros.

Dibujaba...Más o Menos, siempre me decían que era bueno en el dibujo pero yo no veía mi ‘‘Arte’’ Me sentía algo apenado porque en realidad yo quería ser novelista pero el trabajo de dibujante rendía mejor, además un mangaka solo necesitaba talento y estudiar diseño gráfico, había personas que no necesitaban nada de eso y ya de por sí dibujaban bien- No lo presumo. No considero buenos mis dibujos pero como a los demás les gusta. Pues no es complejo, el manga es una serie de dibujos con diálogos que se lee de derecha a izquierda como la escritura de los árabes –Era cierto que la escritura árabe estaba diseñada para ir de derecha a izquierda era parecido a la forma en la que se leía un manga, pero no discutía que el manga era como o un arte.

Miré a Strabimon, estaba ligeramente enojado el sarcasmo y la ironía no era lo mío o mi fuerte, y tampoco es que me gustara por lo que miré apenado a Myrddhin y Janaan, suspiré e hice una reverencia, con una mirada apenada. Para cuando miré a Strabimon este ya no estaba allí, quizás observaba de lejos pero no podía dejarse ver y me sentí solo. Recordé que llevaba un manga en el brazo de mi kimono, me acerqué al albino y lo puse en sus manos antes de que se fuera- Viaje bueno... –Me alejé del albino y miré hacia los lados antes de irme solo o al menos vigilado.