¡Desaparecido! ¿Han visto al gran oso? [Mision de Vendetta]

Monzaemon, un Digimon bonachón y cariñoso, alcalde del hermoso Pueblo de los Juguetes, desapareció misteriosamente, solo pudo encontrarse un charco de lodo cerca, muy curioso... ¿Qué causaría todo aquel lodo? En fin... Los habitantes del pueblo están pidiendo ayuda con el rescate de su líder, por favor, ayúdalos lo mas pronto posible, ¿Quién sabe que le pasara al amable Monzaemon si es que no lo haces?

A lo largo de tus viajes, capturando y cruzando Digimon, te has encontrado con el Pueblo de los Juguetes, un lugar hecho completamente de bloques y demás juguetes, pero el lugar no esta tan alegre como debería serlo, los ToyAgumon que habitan el lugar están bastante tristes y asustados... ¿Qué les ocurrirá? Quizá ellos puedan darte mas detalles de lo que ocurre...

Nota::

Una silueta se vio en el horizonte de la ciudad de los juguetes. era negra como el petroleo y un aura perturbadora la rodeaba. - ¿Que se supone que es eso...? - La silueta se fue aproximando, y de a poco se le hicieron visibles los detalles. Llevaba una capa negra que le cubría todo el cuerpo, un sombrero del siglo XVI junto a una mascara blanca que le cubría el rostro.

- ¿Eso? - En su hombro una pequeña hada que emanaba una luz intensa se encontraba sentada, moviendo sus piernas. - Es el pueblo de los juguetes... un lugar despreciablemente alegre... -

Como un reloj que deja de moverse, algo se detuvo en la mente del encapuchado, provocando que se paralizara. - ... - Tal vez recordó los juguetes que tuvo antes de que su breve infancia fuera arrebatada sin previo aviso. - ... - Lentamente emprendió nuevamente la marcha, dirigiéndose al interior del colorido pueblo.

Ya entre las calles de dicha ciudad, algo no concordaba en la mente de la Tinkermon. - Que raro... no recordaba este lugar tan encantador... - Los pequeños ToyAgumon que circulaban por el camino empedrado lo hacían con caras bajas y agotadas. - ¡Eh! - Grito emprendiendo el vuelo desde el hombro del humano. - ¿Que paso acá? ¡No me digas que Monzaemon por fin acepto la maldad en su corazón y se nos unió como un Waru Monzaemon! - La cara de la pequeña hada resplandecía de entusiasmo ante la posibilidad.

El pequeño ToyAgumon se veía bastante decaído, al escuchar la pregunta de Tinkermon, el volteo y empezó a hablar. - Nuestro alcalde, Monzaemon desapareció... No sabemos donde esta... Nadie lo ha visto en un mes... Y la única pista que tenemos es una gran mancha de lodo en donde se solía quedar dormido... Estamos muy preocupados y no sabemos que hacer... Y ExTyrannomon dijo que no ayudaría en nada... - La voz del pequeños Digimon de Juguete, si antes estaba deprimida, ahora estaba aun mas quebrada, llorando bloques de lego en forma de lagrima. Al parecer, Monzaemon, el alcalde del pueblo, era respetado y amado por muchos de sus habitantes...

La Tinkermon escuchó la triste historia del ToyAgumon, a lo que respondió frunciendo el ceño. - Lastima... ¡Bueno, Adiós! - Tan rápido como había aparecido la melancolía en su rostro, una nueva sonrisa alegro tomó su lugar. - Vamos Vendetta, salgamos de este basurero pronto. - Comenzó a volar a la dirección contraria de la que venían, sin darse cuenta que el encapuchado no movía ni un musculo.

- Llévame al lugar donde solía dormir... - Le ordeno al ToyAgumon con una voz gutural.

- ¿¡Qué!? - Se sobresaltó la pequeña hada al darse cuenta que su compañero quería "ayudar" - ¡No perdamos el tiempo en estos inútiles! -

Sin siquiera responder a la digimon, el chico enmascarado esperó en silencio a que lo guiaran al lugar.

¿Nos ayudara? ¡Muchas gracias! Venga, se lo mostraré con mucho gusto. – Dijo el Pequeño ToyAgumon, guiándote hacia un edificio gigantesco, al parecer el tal Monzaemon era un coloso en comparación a ti… ¿Quién demonios se atrevería a enfrentarse siquiera a semejante monstruo?
Después de un momento intentando con todas sus fuerzas abrir las puertas que, al parecer, habían sido cerradas por seguridad, ToyAgumon y tu han llegado a lo que parecía un armario lleno de juguetes, algunos reparados y algunos rotos, en el suelo y las paredes habían manchas de lodo, agua y tierra, además de varios juguetes partidos, dando a indicar que la pelea fue muy dura, pero que los “chicos malos” habían triunfado.
El alcalde siempre estaba aquí con los juguetes. – Dijo aquel Bloque de Lego parlante. - Él los reparaba, les cambiaba las baterías, los repintaba y muchas otras cosas, es una buena persona, por eso mismo a mí y mis amigos nos sorprende que alguien quisiese dañarlo… No hemos podido identificar al Digimon que inicio el ataque… pero las paredes y demás están muy manchadas… ¿Alguna pista?

- ... - Ante la confirmación del ToyAgumon el chico prefirió guardar silencio. No se consideraba un arma bondadosa, ni siquiera alguien medianamente bueno, pero todos esos años encerrados en el manicomio lo habían privado de hacer lo que quisiera.

El encapuchado siguió de cerca al Digimon juguete, hasta que por fin llego a un edificio en escala descomunal. - Grande... - Comentó sin emoción alguna en su voz.

- Que sea grande no quiere decir que sea poderoso. - Refunfuño la Tinkermon que se había vuelto a sentar en el hombro del humano.  - Su tamaño es más una desventaja que algo positivo. -

- Lo se Beatriz. - Sentenció Vendetta abriendo finalmente la puerta del edificio, dejando ver la escena de una batalla. - Tal vez si fuera más pequeño podría haber escapado... - Las paredes y el suelo estaban cubiertos por una capa de lodo y agua, sin mencionar los incontables juguetes rotos.

- O escabullirse hasta paralizar a sus atacantes con veneno. - Con una sonrisa lamió las agujas de sus uñas. - Claro, si lo tuviera. -

Ignorando por completo la explicación tediosa de lo buen ciudadano que era el alcalde, Vendetta comenzó a recorrer el cuarto, mirando cualquier posible indicio del paradero del Monzaemon. - ¿Acaso a tu alcalde le gusta jugar con lodo? - Extrajo una mano cubierta por un guante blanco de entre su capa, y con ella señaló los notorios charcos.

- A menos que este Monzaemon tenga complejo de cerdo, no recuerdo que tengan ataques de esa índole. -

El alcalde no es débil... - Dijo el Digimon Juguete a la pequeña hada. - El es mas resistente que ninguno de nosotros, aun si es un oso de peluche, tiene una fuerza descomunal... Además... No... No tenia ningún pasatiempo que tuviese que ver con lodo... A menos que los juguetes necesitasen de piezas especiales... Pero todos están hechos de plástico hoy en día... - Pensativo, ToyAgumon pareció haber recordado algo. - Quizá fueron... Aquel Frigimon y Tsuchidarumon que Venían todos los días... Ellos siempre querían visitar al alcalde... Eran una molestia, puesto que solo iban a hacerle bromas... hasta que el alcalde no los aguanto mas y los saco del pueblo de una patada... Literalmente... Creo que los envió hasta el Monte Infinito... ¿Usted cree que podrían haber vuelto? - Con estas ultimas palabras, la expresión casi nula del rostro de ToyAgumon se lleno de miedo, como si algo malo pasase...

- ¡Woah! Tranquilo pequeño, ya me quedo claro que aman mucho a su líder... demasiado si me lo preguntan a mi. - Terminó la Tinkermon con una sonrisa juguetona en la cara.

Cuando el digimon juguete les contó sobre los dos muñecos uno de nieve y el otro de barro, el enmascarado sacó su Darkness Loader. - Labramon, Hagurumon Reload. - Dicho esto una luz opaca salió del dispositivo y dejó ante el sujeto a dos monstruos digitales.

Cuando el ToyAgumon preguntó si creían que fueron ellos el hada entornó los ojos. - Veamos, son dos digimon uno de lodo y otro de nieve que si se derrite forma agua... - Miró las manchas y los charcos. - Para nada, yo creo que fue un Meramon al cual no echaron de la ciudad por molesto. - Dijo en un tono sarcástico.

- Labramon usa Cure Liqueur sobre Beatriz, mientras tú - Dijo dirigiéndose a su "guía turístico" - Llévame a a que era su guarida. Dudo que dejaran su hogar como si nada. -

- ¡Cure Liqueur! - Mientras esperaban a que el Agumon de lego los llevara, el Labramon comenzó a utilizar su habilidad sin parar sobre la Tinkermon.

-Cure Liqueur: Restaura y optimiza los datos de Digimon debilitados.

EL ToyAgumon, salió corriendo de la casa de Monzaemon, corriendo hacia una cueva de las afueras de la ciudad, la temperatura en esa parte al parecer era bastante fresca, suficiente como para que Frigimon pudiese vivir con un poco de esfuerzo.

El interior estaba lleno de cosas como platos de cerámica y cubiertos de hielo en proceso de derretimiento, la comida estaba medio podrida y el lugar estaba muy sucio, mas de lo que debería, como si no hubiese habido un alma ahí en uno o dos meses...

El grupo del humano salió de la casa junto al ToyAgumon, éste los llevó a las afueras de la ciudad a la que se supone era la guarida de los atacantes.

- ¿Es aquí? - Preguntó la pequeña hada que estaba siendo cubierta por un aura rosada. - No parece muy habitable... - En efecto, las pocas cosas que aún estaban ahí se habían comenzado a derretir.

- ... - El humano sacó nuevamente su Darkness Loader y lo apuntó frente a platos de cerámica y cosas así. - Bearmon Reload. - Al igual como habían salido los dos digimon anteriores, un pequeño oso se sintetizó en la cueva. - Al parecer no acerté con lo de la cueva, pero ahora por lo menos tenemos una fuente de su olor... - La cabizbaja cría de oso asintió, y comenzó a olfatear el aire para captar el olor de los dos sospechosos.

Aquel lugar despedía un olor algo débil, pero era perceptible, aunque, lastimosamente el rastro los llevaba devuelta al Pueblo de los Juguetes… Mientras, ToyAgumon esperaba que alguien le dijese si es que podrían encontrar a los secuestradores o si era una búsqueda sin esperanza de avanzar, pero por el momento, solo quedaba una cosa por hacer… - Si tienen una pista, lo mejor sería regresar al pueblo… – Dijo el juguete mientras miraba al muchacho oscuro.

La cueva despedía un olor algo débil, y lamentablemente el rastro los llevaba de regreso al pueblo de los juguetes. - ... - Las quejas del digimon juguete no le gustaron mucho al humano, éste sacó su Darkness Loader y acarició al Hagurumon con su mano libre. - ¿Quieres perder tu libre albedrío por un periodo de tiempo? - El tono de voz fue seco y directo, claramente no estaba bromeando.

Mientras tanto el convoy guiado por el olfato del Bearmon siguieron el rastro "fresco" que estaba en la casa del Monzaemon.

El rastro de olor que dejaba el lodo que habia en la casa de Monzaemon llevaba en efecto a un bosque cercano al pueblo, algunos árboles estaban derribados, quizá debido al tamaño del  Digimon secuestrado… Por otro lado, empezaba a hacer más frio de lo normal por ese camino… ¿Era el poder de Frigimon? Parece que sí, ya que una suave capa de nieve se encontraba rodeando el camino, una muy clara referencia, ¿No crees?

El olor de los secuestradores llevaba a lo que antes debía ser un bosque majestuoso. Ahora, los árboles estaban derribados en todas las direcciones, como clara señal de que algo de gran tamaño había sido arrastrado por ahí. - Beatriz... -

- Entendido. - La Tinkermon que seguía estando rodeada por un aura rosada emprendió el vuelo desde el hombro del humano y acarició la cabeza del Labramon. - Solo un poco más chico, luego podrás parar. - Dicho esto subió a las copas de los árboles y se perdió de la vista, mientras el Digimon canino seguía ejerciendo su ataque.

- Betamon Reload. - Un pequeño anfibio se sintetizó frente al humano. - Si nuestro contrincante es de hielo dudo que le agrade mucho el agua hirviendo... -

- ¡Water Tower! - Un géiser de agua a alta temperatura emergió unos metros más adelante, derritiendo la capa de nieve dominante en la zona. - ¡Water Tower! ¡Water Tower! ¡Water Tower! - De ésta forma fueron adentrándose en el bosque.

-Water Tower (Torre de agua): Crea un géiser de agua debajo del enemigo.

La nieve conforme mas se adentraban en el lugar parecía volverse mucho mas fría, el agua de la técnica de Betamon parecía que estaba perdiendo el efecto de derretirla tan rápido como antes, pero no seria muy necesario eso, puesto que ya estaban muy cerca de donde los secuestradores se encontraban. ¿Cómo saberlo? Pues se escuchaba que alguien cantaba horriblemente algo parecido al genero musical conocido como Rock.

La nieve comenzó a hacerse más difícil de derretir, lo que solo podía significar una cosa... Si objetivo se encontraba cerca. - Dios, que feo canta. - Comentó el pequeño digimon oso al escuchar una estruendosa voz que intentaba recrear una canción de rock. - Debe de ser una tortura a ese pobre Monzaemon... -

- Estén preparados para la batalla... - Comentó el enmascarado sin emoción alguna en su tono de voz, mientras casi podían ver al emisor de la voz. - Betamon, Bearmon DigiXros... - Tanto el anfibio como el oso comenzaron a brillar, dejando en su lugar a un Rinkmon.

No parecía ser buena idea acerarse, puesto que mientras mas cerca te encuentras tu y tus Digimon, mas desgarrador es el intento de imitación de Rock, pero al menos pudieron verlos, Monzaemon inconsciente, atado por las lianas de unos RedVeggiemon, quienes parecía que querían salir corriendo del lugar por obvias razones y a los dos culpables de aquel crimen: Un Tsuchidarumon y un Frigimon, quienes estaban disfrutando de una sesión de karaoke.

El estruendoso sonido era cada vez más insoportable, tanto así que el Labramon se tapó las orejas con sus patas mientras seguía ejerciendo su ladrido al aire.

- ¡Dejen eso! - Grito el Rinkmon algo molesto por la mala interpretación. - Cantan horriblemente. -

Mientras tanto el encapuchado continuó aproximándose lentamente hacia el grupo de digimon como si el sonido no le molestara en absoluto. - Suéltenlo... - Ordeno con su característico tono de voz. - Antes de que los pulverice... - Sacó un brazo de debajo de su capa, dejando ver el Darkness Loader al final de esta. - No se los volveré a ofrecer... -

Tsuchidarumon y Frigimon se vieron a los ojos al escuchar tus palabras, sencillamente no entendían, ¿Qué era esa cosa? ¿Por qué un humano les amenazaba? Lastimosamente, Frigimon solo soplo sobre tu mano con el Darkness Loader y lo congelo totalmente. - Vamos humano, circula por favor, no molestes mientras descansamos en el trabajo. - menciono el Frigimon un poco confiado. - Así es, humano, por favor, no molestes mientras descansamos de cargar a este bodoque. - Dijo el Tsuchidarumon mientras al parecer evitaba las ganas de volver a cantar.

Al ver como el Frigimon se aproximó al humano para congelar su dispositivo una pequeña carcajada se escuchó en el claro. - Caíste justo en la trampa jeje. - Una rápida Tinkermon optimizada por los datos el aullido del Labramon cayó sobre el Frigimon y le enterró sus 10 uñas con veneno en el cuerpo. - ¡Nightmare Pandemic! - El veneno salió rápidamente de sus uñas para paralizar al digimon de nieve.

- Respuesta equivocada... - Dijo el humano con la mano completamente congelada sin poder usar su dispositivo.

Mientras tanto el Rinkmon se dirigió a una velocidad imperceptible por el ojo humano hasta donde estaba el Monzaemon con las Vegimon. - ¿Por que no huyen de aquí antes de que sean dañadas innecesariamente? -


-Pandemonia de pesadillas (Nightmare Pandemic): Hace alucinar a su oponente con el veneno en su lanza. también puede controlar el efecto paralizante, desde solo una parte del cuerpo hasta su totalidad, incrementando la intensidad según la cantidad de veneno introducido por ataque.

Frigimon se veía claramente inafectado, algo extraño gracias a la naturaleza del ataque, y aquello era muy peligroso para la pequeña hada a la cual, Frigimon no dudo en agarran con su mano y utilizar su aliento congelante para hacerle lo mismo que al dispositivo.

Oye hermano, ¿Crees que podamos quedárnosla como recuerdo, o se la entregamos a nuestro jefe? - Dijo Frigimon, aun rascándose el lugar de los pinchazos, algo quizá habría causado el veneno, pero no era el efecto esperado, mientras, el Tsuchidarumon llego a una conclusión. - Pues... Quizá le interese comérsela... Se ve deliciosa... - Dijo el Digimon de tierra mientras su estomago rugía, en tanto, los RedVegiemon se quedaron en su lugar, estaban bastante aterrorizados, pero no se iban a mover.

El Rinkmon al ver como congelaban en esta ocasión a la Tinkermon fue rápidamente a quitársela de las manos al Frigimon. - ¿Qué tan rápido la descongelaré? - Pregunto frotando sus manos a una velocidad cercana a la de la luz, haciendo que en unos segundos la hada estuviera descongelada.

- F..F..Frío... - Se quejó Beatriz tiritando mientras emprendía el vuelo. - ¡Ahora si me enojé! - Gritó tornando sus mejillas de un color rojo intenso.

Mientras tanto el Rinkmon tomó al Hunter y lo alejó de los dos oponentes, repitiendo el mismo procedimiento en su mano para descongelar el dispositivo. - Ya somos dos... - Respondió secamente el enmascarado. - Tinkermon, Hagurumon, Rinkmon Digixros... - Los tres digimon convergieron en un punto en común, dejando a una Tinkermon con el traje aerodinámico del Rinkmon, y con un arma capas de tirar los engranes negros de Hagurumon.

- Ahora me ven. - Dijo la Tinkermon posicionada justo en frente de sus enemigos, para desaparecer 1 milésima de segundo después. - Ahora están bajo mi control... - 10 Engranes negros fueron disparados desde el arma a un 98% de la velocidad de la luz. Dicha cantidad en 5 para cada uno, y superaba en 1 engrane la cantidad mínima para controlar a un Mega cambio de modo.

OFF:

Ambos Digimon fueron penetrados por los engranajes negros, lastimosamente, estos solo parecían incrementar su poder, ambos Digimon empezaban a crecer y el frio que causaba el aura de Frigimon se hacia mucho mas fuerte y la tierra empezaba a temblar con fuerza.

¡Hermano! ¡Mira que grande estoy! - Dijo el Digimon de nieve, mientras el otro se admiraba de su nuevo poder. - No solo eso, hermano, parece que tenemos mucho mas poder que antes. - A ambos un brillo maligno rojo se les hizo presente en sus ojos. - Gracias por la recarga, ahora te lo pagare. ¡Golpe Congelante! - Al instante, lanzo un puñetazo hacia el hada, mientras que el otro apuntaba hacia el tamer, y preparaba también sus puños. - ¡Golpe de tierra! - Al golpear el suelo, empiezan salir estacas de este con dirección al muchacho.

Off:

Creo que tendré que intervenir en esto. Tienes que recordar el efecto de los engranes negros, por lo que una cantidad que sobre pasa la necesaria para controlar a un Mega cambio de modo es IMPOSIBLE que dos campeones la toleren.