¡Rescate mágico!

Mientras Layla, y Wizardmon recorrían la ruta por la que eran guiados por el Gabumon llamado Imperios la niña aprovechaba el observar a su alrededor, aquel mundo poseía paisajes realmente fantásticos, desde bosques que se extendían mas allá de la vista, montañas que se elevaban majestuosamente. Ya llevaban caminando algunas horas y el Sol continuaba su ruta por el cielo hasta que muy lentamente este comenzó a teñirse de colores cálidos indicando que el atardecer estaba cerca, por suerte habían avanzado mucho.

Layla se detuvo un momento y observó al astro rey que había comenzado a ocultarse, de seguro podrían avanzar un poco mas antes de que anocheciera, como ni Layla ni su Digimon no conocían aquel mundo llamado Witchenly no sabían cuanto faltaba realmente, aunque solo tendrían que preguntarle a Imperius, en el viaje no habían hablado mucho ya que se habían concentrado en avanzar lo mas que pudieran.

El Gabumon miraba constantemente el cielo para saber la hora. - ... - Durante todo el trayecto permaneció callado y con paso acelerado. - Ahh - Suspiró cuando vio que por fin el sol se estaba ocultando a sus espaldas. - Creo que será mejor descansar un poco, no conozco este mundo tan bien como para guiarlos en la oscuridad. - El digimon se dirigió a una arboleda cercana al sendero, ahí recogió un poco de leña y la prendió con una llama de color azul. - Cuéntenme. - dijo recostándose contra un tronco. - ¿Hace cuanto se conocieron? -

—Conocí a Impmon hace ya algo de tiempo, después de recibir mi Xros Loader lo accioné sin saberlo y Impmon salió de él.—Recordaba perfectamente la situación, el Diablillo le había dado un buen susto, pero habían entablado amistad de forma muy rápida.

El Wizardmon asintió mientras permanecía en silencio y observaba de vez en cuando a su alrededor, era natural que estuviera alerta por precaución.

El Gabumon vio la reacción de intranquilidad del Wizarmon. - Tranquilo, yo me encargaré de la primera guardia. - Sin embargo, en contra de lo que él decía, el Gabumon se acomodó en su posición respecto al tronco. - Y ese otro chico con el Agumon ¿Es tu hermano? - En su vida había visto a pocos humanos, y a su vista todos eran muy similares.

—No, de hecho lo conocí hace muy poco al igual que a Alec, pero ya los considero como buenos amigos y...—Cayó en cuenta de algo antes de poder terminar lo que estaba diciendo, se quedó en silencio unos segundos mientras Wizardmon fijaba su mirada en ella preguntándose por qué se había callado de repente.—¡Alec, lo dejamos en esa ciudad!

El Digimon Mago al escuchar eso solo rodó los ojos mientras recordaba lo sucedido contra Huanglongmon en el Dark Area, era casi obvio que Alec estaría perfectamente bien.

—Espero que no se moleste...—Por su parte Wizardmon, a pesar de lo que había dicho el Gabumon, iba a permanecer despierto para hacer guardia. Sumado al hecho de que aún no confiaba del todo en él.

Al escuchar que había otro humano en la ciudad junto a ellos el Digimon se sorprendio. - ¿Cuantos de ustedes vinieron a este mundo? - La pregunta fue retorica, ya que en realidad no esperaba una respuesta a esta. - En fin, lamentablemente ya es tarde para ir a buscarlo, y dudo que un humano que seguramente tiene un compañero le vaya mal en este mundo. - Los humanos eran extraños en este lugar, lo que favorecía a que pocos se atreverían a enfrentarse a uno.

Con cuidado se levantó y sacudió su pelaje. - Esperen acá, iré a buscar algo para comer. - El digimon se adentró un poco entre los árboles perdiéndose durante unos minutos, a su regreso Imperius traía consigo unas cuantas manzanas entre sus brazos.

Mientras el Gabumon había ido a buscar comida Layla tomó una vara y con esta acomodó los leños de la fogata para después añadir un par mas alimentando así las llamas anaranjadas. Cuando Imperius volvió trayendo consigo unas manzanas Layla tomó dos, una para ella y otra para su compañero Digimon.

—Muchas gracias.—Comió la manzana en silencio mientras de vez en cuando miraba al cielo nocturno, en ese mundo la cantidad de estrellas que eran visibles era espectacular.

El Gabumon asintió al agradecimiento de la chica. - No hay de que. - Al igual que sus acompañantes comió su alimento sin decir una palabra, mientras observaba tanto a Layla como a Wizarmon. - Son preciosa. -Dijo rompiendo de pronto el silencio reinante. - La primera noche que estuve aquí quedé igual de sorprendido que tú... - Al parecer quería decir algo más, pero se detuvo antes de decirlo.

—Desearía que en donde vivo pudiera ver aunque sea una pequeña parte de todas estas estrellas...—Por un momento estuvo a punto de añadir Y poder verlas junto con mamá...

Pero solo se quedó callada mientras admiraba las estrellas.

- Eso sería un tanto lamentable. - El Gabumon se volteo para ver a la humana. - Si fuera así este lugar dejaría de ser único, y pocos disfrutarían venir. - El Gabumon se levantó y estiró sus extremidades. - Será mejor que duermas, mañana será un día más agotador que hoy. - Con un movimiento fluido comenzó a subir de rama en rama hasta quedar en una posición elevada. - Haré la primera guardia, si quieres después podemos cambiar. - Dijo esto ultimo al Wizarmon.

OFF: tengo pensado hacerte la prueba en un "Sueño", para que así no tengas problemas con la continuidad de tu historia.

—Si, tienes razón.—Miró al cielo una última vez y procedió a recostarse en el suelo para conciliar el sueño. Wizardmon por su parte permanecía sentado cerca del fuego, mientras Gabumon cuidara desde arriba el mantendría el fuego encendido y estaría atento también a cualquier ruido o movimiento.

Para Layla no fue necesario esforzarse ya que logró conciliar el sueño pocos minutos después.

Wizardmon por su parte no sabía cuanto tiempo había pasado, pero había comenzado a sentirse cansado, mientras mantenía su mirada fija en las crepitantes llamas sus ojos comenzaron a cerrarse. Cuando reaccionó de nuevo se dio un par de golpes en la cabeza mientras se recordaba que no debía dormirse. Aunque finalmente de todas formas terminó quedándose dormido.

Al ver como el Wizarmon intentaba no quedarse dormido el digimon reptil esbozó una sonrisa. Al parecer el dúo había tenido un día largo y complicado junto al chico que se había marchado hace un par de horas. - ... - Imperius guardó silencio para no despertar a la chica, y para que finalmente su digimon también pudiera conciliar el sueño. - Descansen... - Susurró cuando por fin el Wizardmon cayó rendido junto al fuego.

Ya habían pasado un par de horas cuando el sol comenzó a asomarse por entre las montañas a las que se dirigían. Ninguno de sus dos acompañantes había despertado durante la noche, por lo que había pasado la noche en vela cuidándolos de posibles amenazas que se pudieran presentar. Éste hecho no lo molestaba en lo absoluto, al contrario, que sus nuevos amigos estuvieran completamente descansados significaba más energía y esto era un viaje más fluido. - Buenos días. - Dijo descendiendo del árbol cuando vio como Layla abría sus ojos. - Espero que hayas descansado lo suficiente, porque hoy... - Se detuvo a mitad de la oración al ver que la chica tenía una gema fucsia en su mano. - ¿Y eso? No lo tenías mientras dormías... -

—¿Esto...es?—La niña cambió de posición y pasó a estar sentada, observó la gema que ahora tenía en sus manos. Entonces recordó completamente el sueño que había tenido, a Anubimon, a los DigiGnomes, las luciérnagas.—¡Cierto! Anoche tuve un sueño, en el que conocí a un Digimon llamado Anubimon, y Wizardmon también estaba ahí.

Se puso de pie y guardó la joya en el bolsillo de su ropa, Wizardmon por su parte se rascó la cabeza y después emitió un corto bostezo.

—Anubimon me dijo que a alguien le había gustado lo que yo había hecho, y por eso recibí esa gema...—La joven entonces fijó su mirada en el horizonte, en el camino que debían continuar.—Bueno, será mejor que sigamos nuestro camino.

- Ya veo... - El Digimon se aproximó más a la chica para contemplar la gema. - Creo que es el poder de un Digimental. - Dijo apartándose nuevamente. - No estoy seguro de cual, pero tal ves Ancient Wisemon pueda decirnos más. - Imperius se dirigió junto a la ya extinta fogata y tomó unos manzanas más. - Será mejor que desayunemos antes de iniciar de nuevo la ruta. -

La comida fue corta y silenciosa, Imperius devoró su manzana aceleradamente tratando de recuperar la energía perdida por la noche en vela. Cuando los tres terminaron comenzaron a caminar hacia la montaña. - ¿Que fue lo que realmente les sucedió en ese sueño? -

—Wizardmon y yo fuimos a parar a un lugar extraño, en donde van los Digimon que ya han muerto. Ahí conocimos a un Digimon llamado Anubimon. El cual era muy agradable.—Mientras continuaban su travesía Layla continuaba el relato sobre lo que habían vivido ella y Wizardmon en aquel lugar que yacía después de la vida.—Después de haberle confesado que dejé ir a una de las luciérnagas nos entregó la llave para poder irnos, y regresar a nuestros cuerpos.

También le explicó el cómo había obtenido la gema, aunque aún sentía curiosidad por lo que había dicho Anubimon sobre que a quien le había gustado lo que había hecho, siguieron avanzando mientras los tres, la humana y los dos Digimon, charlaban animadamente para pasar el rato.

- Ya veo, con que fueron a parar al purgatorio de esta dimensión. Si obtuviste ese poder es probable que el Anubimon no tenga problemas con sus pares. -  El asenso era lento y empinado, pero la montaña no era tan grande como aparentaba en realidad. - Este valle es una meseta entre la cordillera. Se supone que está sobre el nivel del mar, por lo que el descenso por el otro lado es mayor... pero no descenderemos... -

Al cabo de un par de horas como mucho el pequeño grupo llegó a la cima de la montaña. hacia atrás se podía ver todo lo que correspondía al valle, incluyendo el bosque por el que habían llegaron, el castillo y un pequeño punto que representaba la torre destruida. - Si que se ve pequeña desde acá... - Imperius regreso la vista hacia donde se dirigían. Solo se veían nubes blancas en todas las direcciones. - Que extraño... ya deberían estar acá... - De pronto la masa de nubes comenzó a deshacerse dejando ver los picos de otras montañas. - Ahí están. - Dijo el Gabumon esbozando una sonrisa.

Las nubes continuaron separándose de a poco, dejando ver lo que realmente era su objetivo.

Layla y su Digimon casi quedaron boquiabiertos al ver aquel lugar que se extendía ahora ante sus ojos, las islas flotantes se movían lentamente las cuales tenían curiosamente la forma de peces. Ambos miraron a Imperius y luego a las islas flotantes, repitieron la acción un par de veces mas hasta que el Digimon Mago rompió el silencio.

Wizardmon: ¿Debemos continuar por aquí o AncientWisemon está en alguna de estas islas?—Layla fijó su mirada en las nubes que se arremolinaban bajo los imponentes trozos de tierra flotantes, sintió un escalofrío recorrer su espalda al imaginar lo que debía ser una caída desde alguna de esas islas.

Imperius no despegaba la vista de las islas flotantes. La primera vez que las vio lo consideró uno de los espectáculos más bellos de ese mundo, y siempre que regresaba ahí sentía lo mismo que la primera vez. - Se supone que está en una de estas islas. - Levantó una de sus garras y señaló la isla con forma de tiburón. - Más específicamente en esa. - Unas cuantas piedras flotantes comenzaron a alinearse, eran lo suficientemente grandes como para que alguien las usara de puente. - Estas piedras no duran mucho en esas posiciones, por lo que necesitaremos velocidad. - El Gabumon se apartó un poco de sus amigos y comenzó a brillar.


Donde antes estaba el pequeño digimon Reptil, ahora se encontraba un lobo lo suficientemente grande para llevar a Layla y a Wizarmon en su lomo. - Vamos, suban rápido en mi espalda que esta evolución no durará mucho tiempo. - Dijo recostándose en las piedras para bajar su altura.

—De acuerdo, vamos Wizardmon.—El Digimon Mago asintió y ambos se subieron al lomo del ahora gran Digimon Lobo.

Casi de inmediato el Digimon comenzó a correr a gran velocidad en dirección al "puente" que se había formado por la alineación de las grandes rocas, la niña se aferró al pelaje del lobo y Wizardmon por su parte se llevó una mano a su cabeza para no perder su sombrero mientras que con la otra se sujetaba a su Tamer para no llegar a caerse.

Cuando tanto Tamer como Digimon estuvieron en su lomo el Garurumon se levantó y comenzó a correr hacia las piedras. Fue saltando de una en una mientras las que iba dejando a sus espaldas se desviaban por el nuevo impulso que sus patas traseras les conferían. Estuvo repitiendo el procedimiento mientras su respiración comenzaba a agitarse de a poco.

Finalmente el Digimon llegó con un ultimo impulso a lo que era la isla con forma de tiburón. - Desde acá podemos seguir caminando tranquilamente. - Dijo mientras relajaba el paso a una simple caminada.

A lo lejos un nuevo castillo, más sombrío que el del valle se podía apreciar.

Mientras avanzaban esta vez en silencio Layla estaba atenta a su alrededor, entonces cuando aquel majestuoso pero sombrío castillo se alzó ante sus miradas mentalmente se dijo a si misma que no iba a fallarle a Imperius.

—Estoy segura de que todo saldrá bien.—En una parte ella le pidió a Imperius que se detuviera, no podían llegar así como así al castillo, lo mas seguro es que habría guardias.—Imperius...espero no sea mucho pedir, pero necesito que por favor rodees el castillo por ese acantilado escarpado que está por ahí. Viendo su estructura las defensas deben de concentrarse por el ala opuesta al río ya que ahí tienen una gran cantidad de ventanas y balcones expuestos.

Se bajó del lomo de Imperius con cuidado y tomó una ramita con la cual comenzó a hacer un dibujo en el suelo, con una X marcó el punto en el que estaban y un circulo grande era el castillo, con unas líneas onduladas al lado izquierdo que representaban el curso del río.

—Observen el castillo, la parte por la que planeo que nos acerquemos tiene una pequeña torre saliente y las demás están tan altas que debajo de ellas se forma un punto ciego por lo que no nos verán.—Señaló al castillo el cual desde su perspectiva el plan tenía mucho sentido.—Cuando estemos allí veremos si hay alguna entrada trasera y de no ser así entraremos por la ventana mas baja después de verificar que no haya nadie rondando por esa zona. ¿Les parece bien?—Miró a ambos Digimon esperando sus opiniones.

El digimon se detuvo donde la chica se lo pidió. Dejo que sus dos pasajeros descendieran y escucho atentamente el plan. - Me parece bien. - Concluyo el Digimon con apariencia de lobo. - así nos ahorraremos posibles batallas inútiles y podremos investigar esas torres primero, que de seguro tienen ahí al equipo de AncientWisemon. - Al decir esto un recuerdo vino a su mente. - Emmm... creo que no lo mencioné antes, pero no solo es AncientWisemon el que se encuentra ahí... - Un pequeño rubor se puso en sus mejillas. - También se encuentran con él sus discipulados... Un Wisemon, una Witchmon, y un Mystimon...- Esperaba que la chica no se enojara por esta nueva revelación que se le había olvidado mencionar.

Al escuchar la nueva información que le brindó el Garurumon la joven guardó silencio unos segundos, aunque después le dio unas palmadas en la cabeza al Digimon asegurándole de que todo iba a salir bien.

—Tranquilo, los salvaremos a todos.—Dicho eso subió de nuevo al lomo del Digimon junto con Wizardmon.—Ya tenemos el plan, ahora vamos.

Con una mirada decidida en su rostro se sujetó nuevamente al pelaje del lobo Digital y el Digimon lobo emprendió camino en dirección a la zona escarpada siguiendo las indicaciones de la niña para que no fueran detectados desde larga distancia. Estaba segura de que Imperius podría sortear aquellos obstáculos que tenía la zona por la que iban a acceder. Cuando ya casi llegaban hizo Digievolucionar a su Wizardmon a Baalmon.

—Baalmon, cuando logremos entrar necesito que por favor vayas frente a nosotros. Eres lo suficientemente silencioso y rápido como para que no puedan verte y así decirnos si hay enemigos cerca. Pero antes verifiquemos si se puede entrar por otra parte, sino recurriremos a la ventana.—El Digimon asintió en silencio, ya no estaba sobre el lomo de Imperius, la joven también hablaba en un tono de voz muy bajo, pero el suficiente para que ambos Digimon pudiesen escucharla casi sin problemas.

- De acuerdo.- Asintió el Digimon Lobo mientras la chica y el mago se volvían a subir a su lomo. Siguiendo las indicaciones de Layla, Imperius avanzó por la cara acordada de la montaña evitando así utilizar la entrada principal. Al parecer el que construyó el castillo pensó que la colina era lo suficientemente escarpada para evitar tener que construir un muro ahí, pero el desgaste de la roca por los vientos y la lluvia produjo que se crearan salientes lo bastante grandes para que el Garurumon fuera escalando de una en una.

El patio de armas ya estaba a su vista. Solo un par de metros más y ya estarían dentro del castillo, pero unos sonidos de espadas se escuchaban proveniente de ese lugar. A su derecha, unos cuantos metros más arriba se encontraba una ventana escavada en la roca. - ¿Patio o ventana? - Pregunto Imperius antes de seguir ascendiendo

—Iremos por la ventana, pero Baalmon irá adelante.—El mencionado asintió y de un salto entró a la fortaleza por la ventana, no vio a nadie. Se adentró un poco mas y entonces escuchó el sonido de pasos apresurados, en cuanto se dio la vuelta un Knightmon apareció corriendo. Este último se detuvo un segundo y miró fijamente el pasillo.

Juraría haber visto a alguien, pero ya no había nadie.

Se encogió de hombros, al comenzar a correr de nuevo se repitió mentalmente el no volver a tomar siestas tan largas. Por culpa de eso ahora llegaría tarde al entrenamiento y...

Baalmon: Que despistado...—Antes de que siquiera el Digimon Caballero pudiera siquiera pensar en algo más se vio atrapado por un látigo de luz, al alzar la vista vio a Baalmon quien estaba tranquilamente de pie en el techo. Sin problema alguno por estar de cabeza.—Ahora, espero que seas de utilidad.

De un salto volvió al piso y de un tirón derribó al Knightmon el cual quedó en el suelo, justo antes de que gritara por refuerzos el Digimon de la niña le apuntó con su arma a la cara mientras clavaba en este la mirada escarlata de su único ojo visible. Eso bastó para silenciar al Digimon. Aunque para estar seguro le cubrió la boca con amuletos de su capa. Sin dejar de apuntarle Baalmon se acercó un poco a la ventana y al asomarse un poco por esta miró a su Tamer y a Imperius y asintió en silencio.

—¡Excelente Baalmon! Imperius, vamos.

El Digimon portador del libro Rojo de Appin esperaba que aquel Knightmon supiera el lugar en el que retenían a AncientWisemon y a sus seguidores, sino, solo lo noquearía y le dejaría en otra parte en donde no molestara.

- De acuerdo. - Imperius dio un ultimo salto a gran velocidad hacia la ventana, si alguien hubiera estado mirando en esa dirección solo habrían visto un breve destello azul y blanco sin tener tiempo de identificarlo.

La ventana era lo suficiente como para que el lobo pudiera entrar sin dificultad incluso llevando a la chica en su espalda. Al entrar finalmente en la torre ve que el Baalmon de la chica ya había tomado a un rehén. - Muy inteligente mi amigo. - Dijo esbozando una sonrisa. Se aproximó al amordazado digimon sin hacer ni un ruido. - Dime donde está el AncientWisemon, si no quieres que absorba tus datos claro... - La amenaza fue más que todo una forma de intimidación, pero estaba dispuesto a cumplirla si el Knightmon no obedecía.

Baalmon retiró los amuletos con un movimiento de su mano, permitiéndole así hablar al Knightmon para responder a la pregunta de Imperius. El Digimon Caballero sintió un escalofrío recorrer su espalda, lo que menos quería en ese momento era morir.

Knightmon: ¡E-en la torre mas alta, ahí lo tienen!—Baalmon no dejó de apuntarle a la cara, Layla miró al Digimon ya los ojos, su mirar reflejaba gran seriedad en ese momento.

—También queremos saber, dónde tienen a sus seguidores.

Knightmon: E-e-e-en las m-mazmorras, por favor, no me m-maten.—La niña hizo un gesto a Baalmon y este bajó el arma, el Digimon de la humana hizo que el Knightmon se pusiera de pie de un tirón de su látigo y le obligó a avanzar.

Baalmon: Tú nos guiaras a las mazmorras, si la información que nos diste es mentira tu muerte estará asegurada.—Comenzaron a avanzar, el Caballero Digital aún estaba inmovilizado por el látigo de Baalmon pero al menos podía caminar bien.

—Imperius, lo mejor es rescatar a los amigos de AncientWisemon primero, así ellos podrán ayudarnos a liberarlo si hay muchos enemigos.—Knightmon les guiaba a las profundidades del castillo por pasillos angostos y que al parecer no habían sido recorridos en un buen tiempo.

Tras otros minutos, y haber noqueado a varios guardias sin causar alboroto, llegaron a las mazmorras. El lugar era frío y húmedo, caminaron entre las celdas y entre las últimas, las mas seguras, estaban ahí los Digimon que buscaban.

Al parecer las amenazas habían dado sus frutos, ya que de pronto el Knightmon se mostró "muy colaborador". - Tsk... Pensé que los mantendrían juntos... ahora tendremos que liberarlos mientras evitamos que nos detecten. - El descenso a las mazmorras fue algo sencillo gracias al guía que tenían. Cada cierto tiempo se encontraban con otro caballero el cual estaba haciendo un recorrido y lo tenían que noquear antes de que diera la señal de aviso. - Debemos apurarnos... dudo que se queden en ese estado durante mucho tiempo... - Cuando por fin llegaron a las mazmorras el Garurumon corrió por el pasillo mientras olfateaba el aire en busca del aroma de sus amigos, los cuales los reconoció llegando al final del corredor. - ¡Aquí! - Les gritó a Layla y a Baalmon. - ¡Fox Fire! - Unas llamas de color azul salieron de la boca de Imperius, con la cual quemó las bisagras y derribó las puertas.

Las tres puertas cayeron al unisono, creando un sonido sordo al rebotar contra el suelo de piedra. Las celdas eran obscuras y si no fuera por el rayo de luz que entraba por las antorchas apostadas afuera, no se podría distinguir nada. - ¿Qu- quien? - Una voz femenina provino de la primera celda a su izquierda. - ¿I -Imperius? - De la tercera celda, la cual estaba a su derecha, provino una voz más masculina, pero que parecía ser la de un niño. - No lo creo, Imperius no podría venir hasta acá solo. - La voz restante era más la de un hombre robusto, pero no más sabio. Al igual como habían caido las puertas de sus respectivas celdas, los dueños de las voces se hicieron presentes, mostrándolos en muy mal estado. - Necesitan ayuda... - El Garurumon se aproximó a ellos y los subió como pesos muertos en su lomo, aproximándose nuevamente a Layla. - Puedes curarlos, solo deja que entren un tiempo a tu Xros Loader. -

La joven asintió y al sacar su Xros Loader hizo que los tres Digimon entraran en este, volvió a guardar el aparato y le sonrió dulcemente a Imperius, se acercó a este y le acarició la cabeza.

—Ahora debemos ir por AncientWisemon, creo que por el ruido ya saben que estamos aquí.—Volvió a recobrar aquel semblante decidido por la situación actual, salieron rápidamente de las mazmorras. Baalmon literalmente arrastraba al Knightmon. Y debido a que trataron de evitar algunos grupos de guardias que los seguían llegaron a una gran sala con enormes ventanales a los lados y al otro lado una enorme puerta de madera.

El hecho de que ya no se escucharan ruidos no generaba calma, sino todo lo contrario, la tensión predominaba en el aire mientras avanzaban en dirección a la puerta. Casi como si pudiera cortarse con un cuchillo. Abrieron la puerta lentamente, al otro lado había otra sala pero mas pequeña y con dos escaleras a los lados opuestos que llevaban al segundo piso, había otras puertas y también ventanales pero de tamaño mediano.

—Knightmon, ¿por donde debemos ir ahora?—La joven miró al Knightmon y una pequeña gota de sudor apareció en su cabeza al ver que el Knightmon estaba tendido en el suelo muy mareado, como no estarlo si había sido arrastrado todo el camino.—¿Eh...estas bien?

Knightmon: Si...no se preocupe...—El Digimon parpadeó un par de veces y procedió a sentarse en el suelo mientras trataba de dejar de ver doble, cuando enfocó bien su mirada miró ambas escaleras tratando de recordar.—Es por la escalera izquierda, esa conduce a la sala de estudios del señor, arriba de esta tienen a su amigo AncientWisemon.

Los tres prisioneros entraron sin resistencia al aparato de la chica, este era la única forma de que se recuperaran rápidamente. - Tienes razón, creo que no fuimos muy sigilosos. - El Baalmon y el Knightmon fueron primero en la comitiva, ya que el caballero era el único guía que tenían. Mientras tanto el Garurumon cerraba el grupo utilizando sus agudos oídos para comprobar que nadie los siguiera.

Luego de unos minutos el pequeño grupo llegó a un enorme salón con grandes ventanas y una puerta de madera, al otro lado de ésta se encontraban las escaleras que tanto deseaban. - Espero que no nos estés engañando... - La posibilidad de que los estuviera llevando a una trampa creció en su interior.

- No lo hace... - Un chico de cabello negro y con una "armadura" de entrenamiento ingresó al cuarto por detrás del grupo. a la espalda llevaba una espada corta enfundado, posiblemente de un Chrome Digizoid común. - Que molesto Knightmon... tus hermanos tendrán que destriparte por traicionarnos... - Un ejercito de Knightmon hizo ingreso junto a un Dukemon y un Slayerdramon. - El traidor es suyo, el resto me pertenece. - El chico dejó ver en su mano un aparato similar al de Layla, aunque claramente tenía sus pequeñas diferencias. - Dukemon, Slayerdramon, Forced Xros. - Ambos digimon se fundieron dejando uno solo. - Ahora acaba con ellos. - Con un movimiento de su mano el digimon tomó su espada y lanzó una ráfaga de fuego directo a Layla.

Justo cuando quedaba unos dos metros para que el ataque acertara, un portal se abrió frente a la muchacha, produciendo una nube de humo por el impacto fallido del ataque. - Te dije que no estaba bien triangulado... - Un WarGreymon había detenido el ataque con el escudo que podía formar con sus alas.

- Lo se, no tienes que repetirlo... - Junto a él un muchacho con lentes y una capa blanca se encontraba tapándose la cara del humo, se giró y le sonrió a la chica. - Lamento la tardanza, tuvimos un pequeño problema de Sinceridad. - Se descubrió y le dedicó una sonrisa a la niña.

La niña mostró una sonrisa al ver a Carlos y a Astaroth, al escuchar la disculpa del muchacho ella solo rió un poco en voz baja, pero al mirar al otro humano que poseía aquel Xros Loader oscuro su mirada se tornó mas seria.

—Tu fuiste quien capturó a AncientWisemon y a sus amigos, te haré pagar por eso.—Sacó su Xros Loader y de este hizo surgir a Astamon, Fla Wizardmon, Sorcerymon y a los Digimon magos que ahora estaban como nuevos.—Baalmon, tú y los demás encárguense de esos Knightmon, Carlos, Astaroth, encárguense de esa DigiXros, yo pelearé contra ese chico. Pero antes...

Alzó su Xros Loader de color azabache y cuando Baalmon soltó al Knightmon que tenían de su lado la joven dio su siguiente movida.

—Knightmon, Wisemon, ¡DigiXros!—La Xros que había hecho, Knightmon Wise Sword Mode, paseó lentamente su mirada por el ejército de Knightmon enemigos y al mirar a la niña Xros ella le mostró una leve sonrisa.—Confío en ti.

El Caballero entonces asintió unos segundos después ante lo que dijo la niña, ella miró fijamente al Tamer dueño de aquel Xros Loader oscuro y después a la pared mas cercana, en cuanto habían entrado a la habitación se había fijado en estas ya que había espadas decorándolas como trofeos. La pelinegra se acercó a estas y tomó la que estaba a su alcance, las otras estaban muy arriba...

Baalmon le miró casi como si aquello fuera una especie de broma, jamás había visto a su Tamer manipular alguna clase de arma, y aún menos una espada.

Baalmon: Layla, es muy peligroso, vas a...—Su compañera humana solo dejó escapar un ligero suspiro y apuntó el arma en dirección al Tamer enemigo.

—Te reto a un duelo de espadas, nada de magia, ni Digimon. Solo habilidad.—Esperaba que él tomara en serio sus palabras y su reto. Por lo que para estar segura le incitó al enfado.—A menos que le tengas miedo a una niña de doce años.

- Layla... - Al parecer la chicha estaba decidida de mostrar su valía en combate singular, llegando al punto de desafiar a alguien notoriamente mayor a un duelo de espadas. - ¿Estas segura? - La idea de que algo malo le sucediera a la muchacha por su culpa aterrorizaba a Carlos, pero no la quería hacer sentir menos.

- ¡Jajaja! Debes escuchar a tu hermano mayor pequeña. - El chico con la armadura desenfundó su espada y pasó un dedo por la hoja. - Las armas no son cosa de niños, te daré una demostración gratis... - El chico apuntó su arma en dirección a Carlos, y la Xros que había forzado hace unos instantes lanzó una ráfaga de fuego en su dirección.

El ataque iba a tan alta velocidad que Astaroth no tuvo tiempo para reaccionar. Justo antes de que el ataque impactara al muchacho una mancha azul se cruzó en la trayectoria mientras resplandecía al unisono con el digivice de Carlos.


La armadura metálica del digimon lobo detuvo el ataque justo a tiempo. - ¿y esto? - Imperius estaba tan sorprendido como Carlos y Astaroth de la evolución.

- Ni idea... se supone que puedo evolucionar a otros digimon que no sean Astaroth... pero nunca lo había hecho sin intenciones... - La pantalla de su dispositivo estaba dividida en dos, una parte estaba con color naranja y la otra con color azul. - De todos modos no me quejo, gracias a ti el ataque no me mató... - Astaroth se puso codo a codo junto a Imperius, ambos delante del muchacho. - Acaba con él Layla. - Dijo dedicándole una sonrisa decidida a la chica mientras los dos Digimon se adelantaban contra el Forced Xros.

El ejercito de Knightmon se sobresaltó al ver como uno de sus miembros era objeto de una Xros. - ¡Traidor! - gritaron todos los digimon al unisono mientras golpeaban sus espadas contra sus escudos. Dos de los integrantes del grupo se abalanzaron contra su antiguo hermano de armas mientras el resto atacaba a los digimon de la niña. - ¡The Duel! ¡Berserk Sword! - La mitad del ejercito hizo un ataque y la otra mitad el otro, al igual que los dos atacantes del Knightmon Wise Sword Mode.

Mientras, la fusión del Slayerdramon y el Dukemon se enfrentaba a dos adversarios. - Tenryūzanha - La Forced levantó su hoja en el aire y la dejó caer con intención de acabar con el WarGreymon.

—De acuerdo.—Sonrió al escuchar lo último que había dicho Carlos y la joven se lanzó a la carga contra aquel joven.

Knightmon y Mistymon por su parte enseguida blandieron sus armas para comenzar a pelear contra el ejército enemigo, el primero se preparó para realizar su ataque, su espada se hizo mucho mas grande hasta que de un veloz movimiento realizó un tajo de energía el cual se dirigió velozmente a los múltiples enemigos, y el segundo en cambio su espada se vio envuelta en llamas y al blandirla lanzó una onda de fuego a los adversarios.

Mientras que de regreso con Layla, ambas espadas chocaron con una considerable fuerza, la joven chasqueó la lengua en señal de molestia y de un salto se alejó del muchacho logrando así esquivar un tajo. Al atacar de nuevo esta vez la pelea se tornó mas seria, ambos hacían muestra de sus habilidades en el manejo de la espada bloqueando, lanzando tajos y tratando de propinar poderosas estocadas.
Con los Digimon, Baalmon y Astamon apuntaron sus respectivas armas en dirección a las filas enemigas mientras que Fla Wizardmon, Sorcerymon y Witchmon se preparaban para atacar.

Las Dramon Killer se entrecruzaron con la hoja de la espada que caía a gran velocidad. Si bien Astaroth pudo haber utilizado su escudo para bloquear el ataque, utilizando sus armas podía impedir que el enemigo volviera a utilizar la suya. - Lastima, o sueltas tu espada o nos quedamos así para siempre... -

Mientras tanto a un par de centímetros detrás de los dos dragones que luchaban, El MetalGarurumon que ahora era Imperius se encontraba abriendo todos los lugares donde tenía armamento. - Disfrutaré esto. - Dijo esbozando una sonrisa. - ¡Grand Cross Freezer! - Todos los misiles salieron a gran velocidad, dando una vuelta para impactar a la Forced Xros en la espalda.

El tajo que hizo la gran espada del Knightmon fue suficiente para desequilibrar y apartar momentáneamente a sus dos atacantes. - ¡Traidor! - Gritó uno de sus antiguos hermanos de armas, el cual había decidido atacarlo. - ¡Primero guías a los enemigos por el castillo y ahora te fusionas con uno de nuestros prisioneros! - El segundo atacante se colocó de pie rápidamente y corrió contra la Xros producida por la niña con su espada en alto. - ¡Muere! ¡Berserk Sword! - Dio un salto con la espada lista para chocar contra la cabeza del Knightmon Wise Sword Mode.

Los misiles de hielo de Imperius dieron pasaron de largo la primera vez, al parecer el digimon lobo había fallado torpemente. - ¿Disfrutas de tu fracaso? Jajaja - El Digimon creado por el Dark Tamer comenzó a reír estruendosamente, mientras que ejercía una fuerza con la cual la espada perdía rigidez y se transformaba en algo más parecido a un látigo. - No crean que será tan fácil vencer... - La sonrisa del Digimon se transformó en una expresión de dolor. Los misiones que el Digimon lobo lanzó habían dado la vuelta e impactaron de lleno en la columna vertebral del digimon, inmovilizandolo momentáneamente.

La lucha de espadas estaba teniendo lugar a un par de metros de distancia. al parecer todos respetaban dicho encuentro, unos por respeto y otros por miedo a represalias por parte de alguna de las dos partes en combate. - Jajaja ¿Realmente crees que me vencerás pequeña? - Se podía notar que el chico tenía experiencia en la batalla, ya que sus tajos hacían retroceder constantemente a Layla. - ¡Solo eres una niña! De seguro estás tan asustada en este minuto que no puedes pensar correctamente. - La chica respondió las estocadas, pero por cada paso que ganaba de terreno el chico la hacía retroceder dos. - Disfrutaré matando a ambos. - Gracias a que el chico hablaba tanto no se dio cuenta que los pasos que daba eran más largos de lo normal, algo que podía transformarse en una ventaja para la Hunter.

El Knightmon que ahora ayudaba al bando de Layla detuvo el ataque con su espada , le lanzó una mirada de enfado a su atacante y con otro movimiento lo lanzó violentamente hacia los otros Knightmon derribando a algunos de paso.

Layla por su parte estaba perdiendo el terreno que había logrado ganar al empezar el duelo, se veía forzada a retroceder debido a las constantes estocadas y ataques de su contrincante. Y además se veía obligada a tener que escuchar sus comentarios los cuales eran sumamente arrogantes, pero no es inmutó por eso. En ese momento se percató de algo, ese chico daba pasos demasiado largos y ya no estaba tan concentrado como antes en la pelea por el hecho de que no paraba de hablar.
La joven esbozó una leve sonrisa y por primera vez desde que empezó el combate, habló.

—Acabas de cometer dos grandes errores...—Tras decir eso esquivó otro tajo y de un movimiento hizo que el filo de ambas espadas chocaran con tan fuerza que saltaron un par de pequeñas chispas.—Das pasos demasiado largos.

Y tras decir eso la chica retrocedió sin previo aviso haciendo que el chico durante unos segundos casi perdiera su equilibrio por estar demasiado inclinado hacia adelante, cuando lo recobró Layla ya no estaba frente a él, en cambio sintió un golpe seco detrás de la cabeza y justo después de darse la vuelta vio el filo de la espada a tan solo milímetros de su garganta por lo que por instinto se echó hacia atrás. Y por eso cayó sentado al suelo. Con la espada apuntando a su rostro.

—Y subestimas demasiado a tu oponente.—La niña le dijo eso con una sonrisa ligeramente divertida.—No trates de recoger tu espada.

La joven sin dejar de amenazar al joven se acercó con cuidado y tomó el arma de su ahora desarmado contrincante-

—Yo gané.

- ¿Decías? - La cara del MetalGarurumon se transformó en una enrome sonrisa. Sabía que su adversario detendría la mayoría de los misiones si llegaban frente a él, pero estaba tan ocupado en luchar contra el WarGreymon que si veía que los misiles pasaban de largo no les prestaría mayor atención que para burlarse de un "ataque fallido". - Acaba con él. - Le dijo tranquilamente a Astaroth.

- Sera un placer. - El WarGreymon levantó sus brazos juntando sus Dramon Killer. - ¡Great Tornado! - Se elevó un par de centímetros mientras giraba envuelto en llamas y se abalanzaba directo hacia el corazón del inmovilizado digimon.

El golpe del WarGreymon dio de lleno en el objetivo. Como a Forced Xros tenía hielo en su espalda, no tuvo forma de defenderse de las Dramon Killer que perforaron su armadura. - ... - Los ojos del Digimon se fueron apagando de a poco, para que luego de un instante la fusión se rompiera y dejara al Slayerdramon y al Dukemon inconscientes en el suelo.

- ¿¡Errores!? - Que la pequeña niña rompiera el silencio con una declaración así lo tomó por sorpresa. Con un arrebato de furia dio una estocada la cual fue interceptada por Layla, haciendo que el entrechocar de las hojas produjeran chispas.

Muy tarde el chico bajó la mirada para ver que la niña tenía razón. Por culpa a que estaba cargando todo su peso en la espada, perdió el equilibrio cuando la chica se hizo a un lado y le propinaba un golpe en la cabeza con la empuñadura de la espada. - tsk... - Chilló el muchacho en el suelo mientras se sobaba la nuca. Su espada había salido de su mano y ahora tenía la punta del arma en su garganta. - Si, ganaste... - Respondió con una sonrisa en la cara cuando Layla recogió su arma. - ¿Ahora que vas a hacer? ¿Tienes el valor para matarme? - Por otra parte el ejercito de Knightmon dejaron las armas al ver como su líder y la Xros caían ante los infiltrados.

—No, no voy a matarte. Pero tu arrogancia créeme que si es lo suficientemente molesta como para hacer esto.—Con la parte plana de la espada le propinó un golpe directamente a la cabeza al chico lo cual bastó para hacerle ver estrellas y que cayera noqueado al piso. Hecho eso la joven dejó ambas espadas en sus lugares respectivos en las paredes y se acercó a sus amigos.—Baalmon, Knightmon, Astamon, vamos por AncientWisemon.

Sin agregar nada mas la niña rápidamente fue en dirección al lugar siendo seguida por los tres Digimon, en el que según Knightmon tenían al Digimon Ancient. Desaparecieron por algunos minutos al subir por la escalera y cuando se escucharon pasos indicando que ya estaban de regreso estos se detuvieron súbitamente en donde por suposición debía de ser la sala de estudios del Tamer oscuro.

Pasaron unos minutos y cuando finalmente la niña, sus Digimon, y el AncientWisemon hicieron acto de presencia frente a los demás. Ahora la pequeña de cabello negro llevaba algunos objetos consigo.

—Miren, todo esto le robó ese Tamer malo a AncientWisemon...—En sus manos tenía otras tres Digimemorys, la de Examon, la de Apollomon y la de MailBirdramon.—Toma AncientWisemon, esto es tuyo.

Extendió sus manos en dirección al mencionado para que tomara lo que aquel muchacho le había robado injustamente, Layla en ese minuto también pensó en los Digimon, Slayerdramon y Dukemon. Quienes al igual que su Tamer, estaban noqueados en el piso, no quería dañarlos...probablemente por culpa de ese Tamer se habían visto forzados a volverse malos.

La hoja golpeó la nuca del Hunter dejandolo inconsciente, mientras todo el ejercito de Knightmon veían el "espectáculo" petrificados. - Bien hecho Layla. - El chico con gafas seguía parado en el mismo lugar de antes, Su digivice continuaba con la pantalla dividida en celeste y naranjo. - Ve a por el AncientWisemon, nosotros nos encargaremos de que los Knightmon no hagan nada estúpido. - Tanto el WarGreymon como el MetalGarurumon tomaron posiciones junto al Tamer, mientras éste sintetizaba una daga anaranjada en su brazo izquierdo. - El que se mueva de su lugar lo pagará caro... -

Luego de unos minutos el pequeño escuadrón que conformó Layla regresó por las escaleras. - ¡AncientWisemon! - El lobo metalico dejó su posición para saludar a su viejo amigo.

- Imperius, como me alegro de verte. - La voz del digimon parecía la de un anciano, llena de años de experiencia que lo llevaron a ser una criatura sabia y amable. - Y veo que encontraste un Tamer. - Antes de que Carlos, Astaroth o Imperius pudieran decir algo, Layla le extendió unos cuantos objetos que le fueron robados cuando fue capturado. - Conservalos pequeña, de seguro te serán de mayor utilidad que a mi en esta vida. -

—¿De verdad...? Muchas gracias AncientWisemon.—Hizo una profunda reverencia en señal de agradecimiento, tras guardar las Digimemorys recordó de nuevo la situación en la que estaban. caminó hacia el Dukemon y el Slayerdramon quienes seguían inconscientes en el suelo y los miró fijamente unos segundos.—Saben, creo que deberíamos darles otra oportunidad...

Al escuchar eso Baalmon casi sufrió la típica caída graciosa que ocurre en los animes, pero en vez de eso solo se acercó a su Tamer y señaló a los dos Digimon y a los Knightmon quienes aún estaban de pie e inmóviles.

Baalmon: Ellos, son enemigos. Trataron de matarnos, por lo que...¡¡no puedes perdonarlos de un segundo a otro como si nada!!—Su Tamer a manera de respuesta solo se llevó una mano a la cabeza mientras reía un poco en voz baja.

—Baalmon, tal vez ellos no eran malos originalmente. ¿Recuerdas la versión oscura del Xros Loader que usó ese chico? Lo que dijo para hacer la Digi Xros fue "Forced Xros" por lo que fue algo forzado, deduzco que en parte en contra de la voluntad de estos Digimon.—Alzó la vista para ver a Baalmon y le mostró una dulce sonrisa.—Todos merecen el perdón y el tener otra oportunidad para redimirse.

- ¿¡Eh?! - Tanto Carlos como Astaroth e Imperius exclamaron al unisono. - ¿¡Yo su Tamer!? -

- ¿¡El su Tamer!? -

- ¿¡El mi Tamer!? - La cara de asombro que tenían era levemente distinta. - ¡Es imposible, el ya tiene a "ese" Agumon! - Dijo con un tono algo despectivo.

- ¡Oye! - La cara de Astaroth se transformó. - Tengo nombre por si no lo sabías. -

- ¡Jajajaja! - El AncientWisemon comenzó a emitir una carcajada estruendosa. - ¿Acaso eso es un impedimento? - Puso una de sus manos en el hombro de Layla. - Si no miren a esta niña, ¿Con cuantos Digimon tiene un lazo en su dispositivo? -

-Si, pero eso es distinto - Dijo por fin el chico de lentes rompiendo el silencio. - Su aparato es específicamente para eso. -

- Si, y por eso tú tienes un número menor de conexiones posibles, pero no por eso el número es 1. - Sacó su mano del hombro de la niña, la cual se aproximó a los dos digimon noqueados. - Tenemos asuntos más importantes que atender, luego tendrán tiempo para discutir si quieren o no el lazo que se formó. - El digimon mago se tomó las manos por detrás de su espalda y acompañó a Layla junto a los dos Digimon Megas noqueados. - Si que tienes un corazón bondadoso pequeña. - Sus ojos se achicaron como si hubiera estado sonriendo. - Eso me agrada. -

—Veamos...—Se acercó primero al Dukemon y apoyó una rodilla en el suelo junto a este, estaba muy herido. Aunque por suerte no lo suficiente como para correr el riesgo de morir o algo así, ella apoyó una mano en el hombro del caballero y comenzó a zarandearlo con mucha suavidad.—Nee Dukemon, despierta.

El caballero con el Digital Hazard comenzó a abrir los ojos lentamente mientras trataba de enfocar la vista a su alrededor, lo primero que vio fue a la pelinegra, la voz de esta se oía como un eco. Por un momento pensó que estaba muerto.

—¿Ya estas mejor, verdad?—Ella le sonrió amablemente y el Digimon pasó a estar sentado mientras se llevaba una mano a la cabeza debido a que esta le dolía, y mucho. El Baalmon se veía tentado a apuntarle a la cabeza al caballero por si hacía algún movimiento sospechoso, pero los demás estaban ahí también, así que supuso que podía estar mas tranquilo.

El Dukemon abrió lentamente los ojos. Esperaba encontrarse con el Anubimon de esa dimensión, o directamente en su etapa inicial sin sus recuerdos. - ¿Qu-Quien es? - Podía hablar y su cuerpo le dolía completamente, por lo que la segunda opción fue descartada. - ¿Ryuji, eres tú? - Se sentó con su espalda apoyada en la pared, mientras se frotaba la cabeza y pestañeaba para recuperar la cordura. - Es raro, soñé que una niña de 11 años nos derrotaba con un grupo de ma... - Su vista por fin mejoró, y al ver quien estaba a su lado se sorprendió que no era el Slayerdramon. - ... - Un silencio incomodo se hizo en el lugar, cortado solo por la respiración de los ahí presentes. - Etto... - Con un rápido movimiento se levantó, corrió a donde se encontraba el muchacho inconsciente tomándolo en sus brazos y luego hacia su compañero de fusión. - Será mejor que no estemos acá cuando estos dos despierten... se pueden poner algo... susceptibles. - Con cada uno de sus compañeros bajo un brazo se aproximó rápidamente a una ventana. - Gracias por no matarlo... No es malo, solo... nos tiene a nosotros... - Sin esperar respuesta alguna saltó por la ventana y desapareció.

- Eso fue... raro... - El primero en romper el silencio fue el chico de lentes.

- Y que lo digas... - El WarGreymon que estaba junto a él brilló y se transformó en un Agumon. - Al parecer si estaban conscientes de su xros. -

Después de que el Dukemon se fuera por la ventana llevándose a sus dos compañeros la niña se asomó y localizó al caballero alejándose a paso rápido.

—¡Adiós, que te vaya bien!—Se despidió de este con un gesto de su mano y para sorpresa de los demás el caballero de capa escarlata detuvo su andar y se dio la vuelta, correspondiendo el gesto de despedida.

Dukemon: ¡Gracias!—Alzó la mano y se despidió también, aunque al hacer eso obviamente dejó caer al Slayerdramon al piso, el cual seguía inconsciente. El Digimon volvió a levantar a su compañero del suelo y nuevamente emprendió la retirada junto con una risa nerviosa.

Cuando finalmente la pelinegra lo perdió de vista sonrió, no pudo evitarlo, en el fondo era bueno. Se dio la vuelta y se acercó al Agumon.

—Gracias por llegar justo a tiempo y detener el ataque.—Le sonrió dulcemente y le dio unas suaves palmaditas en la cabeza, hecho eso se acercó a Imperius y lo abrazó a modo de felicitación.—Felicidades por tu nueva evolución.

Hecho eso felicitó a los demás Digimon, entonces recordó a la tropa de Knightmon que aún seguía ahí, parecían mas bien estatuas. ¿Acaso aún estaban en estado de shock?

—Disculpen, no sé si les interese o no, pero a Witchenly le sería de gran ayuda tener soldados que defiendan este mundo.—Entrelazó ambas manos y sintió una punzada de dolor en el brazo derecho, no puede ser, ¿no lo había notado hasta ahora? Tenía un corte, no era profundo pero estaba sangrando, de seguro no lo había notado por la adrenalina que había adquirido por la pelea de espadas.—Ouch...

- ... - La escena que acababa de suceder no podía ser catalogada de ninguna forma más que de "graciosa". Uno de los Digimon que había luchado contra ellos se levantó bruscamente y emprendió un rápido escape, el cual para colmo fue finalizado con la caída de uno de sus compañeros al suelo. - ¿¡Acaso eso ultimo fue una broma!? - El tono del chico no era de ira, si no más bien estaba descolocado.

- Al parecer... - El Lobo de Metal se posicionó a la izquierda de Carlos.

El estado de estupor general no duro mucho, ya que en ese minuto Layla se aproximó a Astaroth a darle unas palmaditas en la cabeza. - No hay de qué. - Dijo el dinosaurio anaranjado dedicándole una amplia sonrisa.

Luego se aproximó a Imperius y rodeó el cuello de éste con sus brazos. - ... - Un tono rojizo subió por las mejillas del lobo, y antes de que pudiera decir cualquier cosa comenzó a brillar y se transformó nuevamente en un Gabumon. - Gra-Gracias... - Tartamudeó aún ruborizado.

- Bueno, creo que es el turno de mi felicitación. - El chico que estaba entre los dos digmon estaba sonriendo mientras se rascaba la cabeza. Si bien no había hecho mucho esta vez, si no fuera por su Digivice y su terminal, él y Astaroth no habrían llegado a tiempo, sin mencionar que este ultimo e Imperius no habrían evolucionado. - Oh, no fue nad... - Para su sorpresa la pelinegra pasó de largo junto a él, directo a sus Digimons y a los Knightmon. - ... - La sonrisa del chico se congeló, y pasó lentamente a una de tristeza rodeada de un aura depresiva. - Ni siquiera me tomó en cuenta... -

Mientras tanto, los anonadados Knightmon iban despertando lentamente de su letargo. - ¿Eh? - Uno a uno iban mirando a la niña con cara de asombro. - ¿Por fin se fue?¿Somos libres? - Las preguntas de incredulidad iban surgiendo en distintos sectores del ejercito, hasta que el Knightmon que había hecho la Xros hablo. - ¡Claro que son libres! ¡Ya vieron como el tirano huyó de aquí! ¡Por todo el mal que causaron a su servicio yo les digo que ahora protejan a Witchelny como habían prometido anteriormente! - Un grito de afirmación se escuchó proveniente de todo el ejercito, a lo que el Knightmon que había alentado a sus compañeros se aproximó a la chica. - Mi nombre es William, lamento no haberme presentado antes. - Enterró su espada frente a Layla y se arrodillo ante ella. - Te debo mi vida, y por lo tanto he decidido ponerme a tus servicios. - Antes de que la chica pudiera responder, una mueca de dolor apareció en su rostro y dejó ver un corte no muy profundo en su brazo. - Esta herida... -

- ¿¡Eh!? - Tan rápido como había entrado en la aura depresiva, el muchacho se giró y salió corriendo junto a Layla. - ¿¡Te encuentras bien!? - La preocupación afloró en su rostro, recordando nuevamente la muerte de su hermana Beatriz.

—Es solo un corte, ni siquiera me di cuenta cuando ese chico lo causó en la pelea.—Con mucha delicadeza rozó el corte con dos dedos de su otra mano, manchando la yema de estos con el líquido escarlata, aunque aún así una mueca de dolor apareció en su rostro.—¿Hay que limpiarla primero cierto...?

Baalmon había vuelto a ser un Wizardmon, se acercó rápidamente a su Tamer obviamente preocupado por esta, podía curar la herida con magia, pero nunca había realizado un encantamiento de curación. No...simplemente no quiso arriesgar a su compañera, no pudo evitar sentirse un poco inútil. Por lo que bajó la mirada en señal de disculpa.

Wizardmon: Por ahora la magia de curación no es mi fuerte...lo siento...

—Tranquilo, ya lo dije, es solo un corte. Nada mas.—Apoyó una mano en el hombro de su compañero Digital haciendo que este lograra sentirse un poco mejor.

Al ver como el compañero mago de Layla no la pudo ayudar, el muchacho abrió su bolso y comenzó a buscar unas cosas. - Ese "simple" corte se puede infectar, y no conocemos lo que te puede afectar acá. - No la quería preocupar, pero el complejo de hermano mayor que Beatriz dejó cuando murió estaba en su máxima expresión. - Descuida, que primero lo limpiaré. - Del bolso sacó unas gazas esterilizadas, vendas, algodón y alcohol. - Puede que esto arda un poco... - Sacó un poco de algodón y lo remojó con el alcohol. - Resiste... - Lo puso en contacto directamente con la herida de la chica, como la herida aún estaba abierta un poco entró a su torrente sanguíneo lo que mataría algunas infecciones si encontraba. - Eso bastará. - Comentó mientras dejaba el algodón empapado en sangre a un lado y abría la gaza esterilizada. - Primero te pondré esto por precaución para luego cubrirlo con la venda. - Hecho todo el procedimiento, el chico se levantó y miró su trabajo. - No puedo hacer más por ahora, si vuelve a sangrar te cambiaré las vendas en el mundo humano. -

El grupo liderado por el AncientWisemon se aproximaron a la niña. - ¿Si saben que yo podía curarla con magia no? - La expresión del muchacho cambió a una de "Y ahora me lo dices ¬¬?" - Bueno, ahora que la señorita está bien mi grupo quiere pedir algo. - Tanto el Wisemon, Mystimon y la Witchmon se colocaron junto al digimon Ancient. - Al igual que ese Knightmon quisiéramos unirnos a su grupo, si no es mucha la molestia. -

Cuando su herida terminó de ser tratada por el muchacho de lentes ella le dio las gracias. Miró las vendas un segundo, tendría que inventar una excusa muy convincente si sus abuelos o en la escuela veían esa herida. Pero dejó ese pensamiento de lado al escuchar la petición de los Digimon de unirse a su equipo.

—No se preocupen, considero un honor que quieran unirse a mi equipo, por eso se los agradezco.—Sacó su Xros Loader del bolsillo y con este apuntó a los Digimon, quienes entraron en cuanto ella accionó el aparato. Aunque antes de guardar el Loader de nuevo, de este hizo surgir a un gran dramon de color rojo, el cual tenía un símbolo demasiado conocido y temido en el Digimundo.—Guiaré a la tropa de Knightmon a la ciudad, si quieres puedes venir.

La niña acarició la cabeza de su Megidramon y este movió la cola alegremente, hecho eso el Dramon extendió su mano y la joven se subió a esta. Megidramon batió sus alas y emprendió vuelo en dirección a la salida del castillo siendo seguido por los Digimon caballeros.