; Rencontrer de nouvelles terres.

Los días de clima agradable se habían alejado ya hace dos temporadas, el invierno frío que caracteriza las fiestas de fin de año se había apoderado de todo el país, ya no se veían flores ni lindos colores en las calles, todo estaba cubierto de nieve y de adornos que alegraban a la comunidad, adornos típicos de navidad lo cual era bastante agradable de mirar. No muy contenta por las temperaturas frías me encontraba caminando por la región de Shikoku, me habían dicho que por estos lados podría encontrar tiendas de ropa de una nueva diseñadora de Europa y quería ser la primera en estar ahí, pero mi ignorancia en tierras desconocidas había provocado que perdiera toda noción de donde me encontraba, sentía que jamas terminaría de conocer pasajes Tras unas horas de dar vueltas por la gran ciudad, con un tono que reflejaba la flojera y desanimado dije ─ Salamon, ya estoy cansada, llamemos un taxi y vamonos a casa ─ mi digimon que se encontraba metido en mi bolso con su rostro descubierto sin que me diera cuenta estaba profundamente dormido, eso me dio a entender que estaba igual de cansada que yo, pero era bastante descarada ya que la había cargado todo el camino y practicamente no había hecho ningún esfuerzo, pero no me importo.

Tras unos minutos más de caminata llegué a una plaza bastante agradable, donde me senté en una de sus bancas y deje mi bolso al lado, con salomon dentro durmiendo como si no le importara nada. Tome mi celular y comence a llamar al taxi para regresar, cuando me di cuenta que no tenía batería. En ese minuto sentia que estaba en la perdición, cómo volvería a mi hogar si no tenía como llamar. Me encontraba en una ciudad nueva, se estaba haciendo tarde y no tenía forma de regresar.

La situación había cambiado por completo, el tema del taxi había pasado a segundo plano. El joven había tenido una reacción que no me esperaba, al parecer mi engaño no había resultado y por lo que había mencionado el también era un tamer, mi rostro cambio a uno mas serio, deje de presionar a Salamon la cual salió del bolso dando un salto quedando de pié frente a nosotros, mirando fijamente al tipo. No sabía como reaccionar, mi rostro más serio y el miedo por nunca haber estado en una situación así se hizo notable, mi digimon mirando al tipo dijo con un tono más serio de lo habitual y gruñeniendo ─ Rosetta, el es un tamer, ¿que hacemos? ─ Notablemente mi digimon había tomado una actitud defensiva, lo cual no lo compartía, aunque jamás nos habíamos encontrado con otro tamer no sentía peligro por el tipo. Aunque sabía los riesgos que corría al encontrarme a un tamer y junto a Salamon no teníamos mucha experiencia de batalla, además que no me gustaban las peleas.

Lo mire fijamente y con un tono curioso dije ─ También eres un tamer, no pensé que conocería uno ─ En eso de mi bolso saque mi digivice y se lo mostre al tipo, quizás esta sería la oportunidad de conocer a alguien que este en mi misma condición y poder compartir el secreto, en vez de ocultarlo como lo hacía habitual, antes que me respondiera, mientras Salamon me miraba fijamente dije ─ Supongo que te presentarás, yo soy Rosetta Megurine, un gusto. ─ con un tono más simpático, aunque nerviosa esperando que el tipo de apariencia un tanto ruda no reaccionara mal, se veía bastante serio y solo me fijaba en el humo que dejaba salir de su cigarrillo al fumar.