Dolorosa forma de recuperar la humanidad

El día se presentaba bastante desagradable en la metrópolis japonesa, el viento rugía por las calles y las nubes eran tan negras que casi parecía de noche, lo que presagiaba que en pocas horas una tormenta arreciaría en el lugar. Todo el lugar estaba prácticamente desierto, nadie quería estar en el exterior cuando la lluvia comenzase a caer, por lo que cualquiera que hubiese en la calle prácticamente corría hacia su casa para poder estar en un lugar seguro.

Pero no, una muchacha rubia, desafiaba al día como estaba, porque tenía cosas que hacer. Y en todo caso, si la cosa se ponía tensa, podría evolucionar a su forma mega. Porque sí, era una biohybrida, y la mitad de su código genético le correspondía a una dama de hielo. Así que, no tenía problemas para sobrevivir a una tormenta.

Ese día se encontraba de bastante mal humor, no había pasado una buena noche, demasiadas pesadillas. De nuevo no paraba de soñar con magma, volcanes en erupción y estrellas. No parecía tener relación alguna, pero ahí estaba su pesadilla. Una y otra vez se repetía, aunque desde hacía algunas noches no paraban de ser recurrentes.

Era raro ver la ciudad vacia, pero de alguna manera extraña aquello me gustaba. Ver la lluvia caer y como con ella todo el mundo desaparecia. Me gustaba la lluvia, era como yo, nadie queria estar con ella.Mire mi pelo mojado y vi como no era molesta aquella agua, simplemente fria, peor para un biohibrido no era nada preocupante.
entonces vi a na chica rubia a la lejania y me acerque a ella pesando que alomejor podia ser otra amiga mia como aquel chico tan majo que habia conocido dias atras. Quizas ella tambien me enseñara costumbres humanas. Entonces me acerque con una sonrisa y sin sabr si habia bien o no la abrace por la espalda fleliz.
-Holaaa¿nos conocemos?¿podemos ser amigas'?

Natasha se sobresaltó cuando sintió unos brazos que la rodeaban sorpresivamente por la espalda, no la gustaba nada que la "atacaran" así, y menos cuando la voz que escuchó no le era ni conocida. De hecho, no pensó, simplemente actuó por mero instinto, dando un codazo al extraño a su espalda para que la soltara, seguido de un pisotón, para evitar que la persiguiese cuando se apartarse.

- ¿Se puede saber qué haces?- gritó enfadada, estaba susceptible por culpa de llevar bastante tiempo sin poder dormir con normalidad.

Una suave voz llegó hasta Elian, susurrando unas palabras que posiblemente a la chica no la gustase escuchar. Aunque mirase a todos lados, no habría nadie que pudiese haberselo dicho, bueno, eso si realmente le preocupase de dónde provenía esa voz.

<< Pobre Elian~ Tan incomprendida siempre, aunque solo deseas tener a alguien en el que confiar. Las personas son crueles, no aprecian tus esfuerzos por caerles bien... Quizás debieras enseñarle modales a esa rubia, ¿con qué derecho se cree que puede hacerte daño? >>

fue doloroso y extraño, sobre todo recibir aquel golpe en el pecho seguido de un pisoton que no venia a cuento. Me sentia sola en el mundo y encima ahora me pegaban por intentar entablar amistad. Mientras esa chica me miraba amenazante y gritandome.Ni que hubiese querido matarla.
-Yo... intentaba ser tu amiga.
Dije sincera y algo triste, pero no me esperaba lo que me iva a pasar a continuacion ya que una voz proveniente de la nada comenzo a hablarme. La busque de un lado a otro, esperando encontrar algo útil. Pero de nada sirvió, no habia nadie mas alli. Mire a la rubia tras escuchar esas palabras con caras de mala leche y saqué mi katana.
-No tiene gracia ¿sabes?...Ni siquiera deberias saber quien soy. Si eres tu dejalo por que acabaras sabiendo quien soy en realidad. Y no volveras a pegarme.
Dije molesta y evitando oir esa voz. Solo podia ser la rubia pero no habia abierto la boca ni una sola vez.
-Callate y deja de intentar controlarme ¿quieres?
Dije a la voz de mi cabeza mientras miraba de mala leche a todas partes dolida por el golpe de la rubia.

Natasha se cruzó de brazos aún bastante molesta por el "asalto" repentino de la extraña. Que encima se cabreó solo porque quería ser su amiga, pues para eso que lo hubiese hecho de una forma más normal. Que casi le da un infarto.

- ¿En serio? ¡Pues hazlo como los demás!

Sin embargo, la cosa no acabó ahí, de hecho empeoró. Porque la misteriosa persona comenzó a hablar como con el aire. Hablando de si quería controlarla y que si sabía quién era. En definitiva, alguien con esquizofrenía.

- ¿Qué? Estás pirada. No tengo ni la menor idea de quién eres, ni tampoco tengo muchas ganas de hacerlo. ¡Estás completamente loca! Deberían internarte en un psiquiátrico.

Natasha no entendía de donde venía tanto desprecio e ira de sus palabras, pero ahí estaba: Cruzando el aire hasta llegar a los oidos de Elian.

En cuanto a la voz de Elian, dejó de hablar, manteniendo un frígido silencio, como si nunca hubiese pronunciado palabra alguna.