¡Una noche ajetreada!

Ya empecé a tomarme con confianza aquellos lugares de los humanos hasta el punto que sobrevolaba sus lugares en mi recién adquirida forma Champion.
Sin embargo aquella vez fue diferente, ya había sido advertida varias veces de que los humanos se asustaban con facilidad ante lo desconocido así que esta vez aparecí en un gigantesco parque en mi forma rookie.

- Uala que grande! parece el valle de los dragones pero... más cuidado... - miré a mi alrededor mientras caminaba, las luces de las farolas daban a ese lugar un aire bastante encantador y no parecía que hubiese mucha gente.

Mientras caminaba escuché unos pasos y unas risas detrás de mi, al girarme pude ver a un grupo de jóvenes con unas pintas bastantes indeseables que me observaban con una mezcla de curiosidad y desafío en su mirada.
- ¡Mira que cosa más rara! ¿Qué crees que es? - dijo uno de ellos con una camiseta negra y la cabeza rapada, tenía el rostro lleno de aros y dilataciones en sus orejas. Mientras el otro, un chico con el pelo punky y un aro que atravesaba su nariz se encogió de hombros.

- Tio, parece un perro mutado. - Aquello me hirió, no sabía lo que era un perro y menos mutado pero no sonaba nada bien.

- Eh! no soy un perro y menos mutado cara pincho! - Mi respuesta sorprendió a la cuadrilla de humanos que dieron un respingo y se miraron sorprendidos antes de estallar en carcajadas. - Qué... que os hace tanta gacia - Pregunté mientras observaba desconfiada como unas sonrisas siniestras adornaban sus caras.

Sin mediar palabras uno de ellos se adelantó para propinarme una patada que me lanzó por los aires antes de caer rodando al suelo encogida, sabían bastante bien donde apuntar porque esos... humanos... me dejaron sin respiración por unos largos segundos mientras escuchaba de fondo sus risas acercándose.

Mientras me incorporé a duras penas volví a recibir otra patada que me volvió a tumbar y entre carcajadas, el primero que habló pareció dirigirse a mi.
- Parece que ya tenemos un perro de entrenamiento... - no me gustaba como sonaba eso y no veía ninguna posibilidad de digievolucionar si no me daban un respiro.

Jake había viajado a Madrid para conocer ese maravilloso lugar del cual muchos hablaban por lo que hizo que Jake se interesara en ir a conocerla. Este no le habia dicho nada sobre el viaje a su hermano menor, Axel, ya que no quería llevarlo por obvias razones, evitarse problemas. No empaco maletas ni nada por el estilo solamente llevo el collar de su madre, su espada y su Digivice, nada mas. Se fue para el aeropuerto y tomo el avión el cual lo llevaría a Europa, Madrid

Luego de varias horas, por fin el avión había llegado a Madrid, Jake salio del aeropuerto y decidió recorrer el lugar y nada era mas bueno que empezar por el parque. El pelicastaño se dirigió al parque para conocerlo y contemplar sus maravillas, mientras caminaba por el verdoso lugar pudo notar como una pandilla maltrataba a alguien, este se acerco y al fijarse bien pudo notar que no era una persona sino de un Digimon, Dorumon, Jake sostuvo al sujeto calvo del hombro mientras decía unas palabras.

—Sera mejor que la dejes quieta o lo lamentaras.—Dijo con un tono frió y serio y al hacer que aquel calvo lo mirara Jake solamente empuño su mano y le pego un puñetazo en la cara haciéndolo retroceder unos cuantos centímetros. Luego hizo que de sus manos emanara su Digisoul, el cual era de un color morado siniestro, espero a que los demás miembros de la pandilla atacaran.

Me encogí enroscando mi cola alrededor de mi cuerpo esperando otra patada que, por el contrario nunca llegó, cuando abrí un ojo me fijé en el tipo que parecía defenderme de ellos. Me incorporé tosiendo con fuerza, había algo en el ambiente que no entendía... ese tipo ¡olía a digimon! y más me sorprendió cuando vi que de su mano emanaba algo que no parecía de este mundo.

Mientras el calvo recibió un puñetazo, uno de los compañeros sacó una navaja acercándose corriendo hacia el ... ¿humano? ¿Digimon? mientras que otro se acercó por el otro lado con lo que parecía un puño americano en sus nudillos.
Mientras él se eencargaba me aparté un poco, aún dolorida por las patadas, dejándo al humanomon encargarse de ellos por ahora.

Uno de los miembros de la banda se acerco a Jake empuñando una simple e insignificante navaja, el pelicastaño simplemente uso su Digisoul para hacer aparecer su espada Rebellion y con el mago de la espada le dio un fuerte golpe en el estomago al sujeto de la navaja sacando todo el aire de su estomago. Luego aferro su mirada en el otro que se acercaba por el otro lado, Jake lo devolvió de un puñetazo con su mano derecha contándoselo en la cara dejándolo en el suelo sobándose del dolor.

Otros dos quedaron fuera de combate junto al cabecilla lo que hizo que los tres restantes se mirasen confusos y temerosos de aquella arma que sacó de la nada, los tres miraron con mala cara a Jake y echaron a correr dejando atrás a sus compañeros que huyeron entre trompicones y caídas.

De mientras yo había retrocedido un par de pasos gruñendo al digimon humano, si ese tipo era capaz de invocar un arma de ese calibre... a saber qué sería capaz de hacer conmigo.
- ¿Qué eres? no eres un digimon pero hueles como uno... - amenacé mostrando mis colmillos y haciendo amago de lanzarme como diese un paso al frente.

—No temas pequeña, no te haré daño.—Hizo que su espada desapareciera en una serie de Datos, mostró una sonrisa para que la Digimon de color morada no desconfiara de el.—Soy Bio-Hybrido, es por eso huelo a Digimon.—Jake froto la cabeza de la Dorumon y luego se fijo del extraño collar que llevaba en su cuello, ¿acaso ya tenia un camarada? si lo tenia, ¿porque no la ayudo?

Jake le había simpatizado con solo mirarla, este quería conocerla aun mas y tal vez lograr pelear juntos algún día.

—¿Como es que terminaste aquí pequeña, y porque traes ese collar colgando en tu cuello?—El pelicastaño ladeo un poco su cabeza mientras esperaba alguna respuesta de ella.

Pe... ¿Pequeña?? ¿¡Me ha llamado pequeña!?, un tic se apoderó de mi oreja derecha con una mirada que atravesaría su alma y gruñí haciendo aspavientos con las manos para que quitara la mano de mi cabeza.

- ¿¿Cómo que pequeña!? ¡yo no soy pequeña! ¡quizás tenga incluso más años que tú! - me acerqué a él zarandeando un dedo y sacando pecho mientras le señalaba - ¡Lo que pasa que yo me conservo mucho mejor que tú...tu... tu... ¡Abuelo! - no se me ocurrió mejor insulto en esos momentos, no me gustaban que me llamasen pequeña... ¡era joven pero no tanto!. -¿Y que es Bio-híbrido?

Cuando señaló mi collar me detuve e hinché los carrillos para después suspirar.
- Fue un regalo - cerré los ojos y agite la cola a los lados mientras me cruzaba de brazos haciéndome la interesante. - vine aquí por portales, mi mundo ahora es más peligroso que aquí así que ahora pululo por este mundo. - me expliqué sin darle importancia al asunto.

- Y me podía haberlas apañado sola. - Sí, mi orgullo me impedía darle las gracias y hacer ver que estaba en peligro. - ¿O es que lo has hecho para que te deba un favor? uhm? - mis ojos se abrieron de par en par. - ¿No querrás que pelee contigo? ¡porque tendrás todas las de perder!

Al parecer la Digimon era de carácter fuerte y sus insultos no tenían... Sentido. Jake dejo de frotar la cabeza de la Dorumon y se levanto para responder la pregunta que la Dragona Digimon se hacia.

—Los Bio-Hybridos son aquellos que poseen ADN de un Digimon en su interior, lo cual le permite al humano poder Digievolucionar en el Digimon correspondiente al ADN.—Aclaro las dudas de la Digimon Morada, luego la escucho decir que aquel collar era un regalo, la pregunta era, ¿quien se lo había dado? Volvió a mirarla para preguntarle si tal vez tenia a algun camarada humano como cualquier otro Tamer con Digimon.—De casualidad, ¿tienes un camarada Humano?

Sin esperar una respuesta Jake quiso aclarar algo de una vez, este no esperaba que Dorumon le debiera algún favor o algo por el estilo, ya que a Jake le fastidiaba que abusaran de un Digimon indefenso.

—No espero a que me pagues el favor, solo quiero entablar una amistad contigo.—Dejo escapar una sonrisa mientras miraba a Dorumon esperando a ver que le parecía la sugerencia del humano Bio-Hybrido

Ladeé la cabeza casi los 180 grados a un lado mientras escuchaba la explicación del humano digimon, haciendo que mi rostro delatase más desconfianza y el tic persistiera en mi oreja.

-A ver... espera.... me estás diciendo que tú, un humano, has asimilado el adn de un digimon y ahora eres un digimon...? - no daba crédito ni a mis propias palabras. - ¿Qué hiciste? ¿tu madre era un digimon y tu padre un humano? - Puse cara de asco de solo imaginarme semejante bizarrada. - Pueejjj....

Un escalofrío recorrió mi cuerpo erizando mi lomo mientras escuchaba al humano. - ¿Camarada humano? no no, que va... hace pocos días que entré en contactos con humanos... fue bastante extraño la verdad... ¿tú tienes compañero digimon? - agité la cola olisqueándole. - ¿O es que tú mismo eres tu compañero digimon? otra cosa demasiado bizarra, debo dejar de pensar en esas cosas. - gruñí volteando la mirada y miré a mi alrededor decidiéndome por qué camino tomar hasta que escuché su propuesta mirándole de soslayo.

- ¿Amigos? ¿Por qué debería? Apenas te conozco e igual podrías tener malas intenciones conmigo. - enarqué una ceja, por ahora cualquier precaución era poca.

—No, mi madre y mi padre eran humanos. Solamente tengo el ADN de un Digimon llamando Beelzemon.—Este rió un poco al ver la cara de asco que había puesto la Dorumon, esta al parecer se estaba imaginando como un Digimon estaba teniendo relaciones sexuales con una humana.

Jake se fijo en como el lomo de la Digimon Morada se erizaba, como si un escalofrió recorriera por su cuerpo. Al parecer esta no portaba de un camarada humano lo cual alegro a Jake ya que este quería la compañía de un Digimon para saber como se sentía ser amigo de los Digimons.

—Te aseguro que no tengo malas intensiones contra ti, ni mas faltaba.—Mientras ambos hablaban una suave brisa paso por el lugar chocando con la cara del pelicastaño y jugaba con su pelo al igual que con el pelaje de la Dorumon y hacia danzar a los arboles de aquel parque verdoso. La brisa era muy relajante y calmaba a quien la sintiera.